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B) La garantía definitiva
7. LA INVALIDEZ DE LA CONTRATACIÓN PÚBLICA
A) Causas de invalidez
B) Efectos de las causas de invalidez
A) La Revisión de oficio.
B) El recurso especial en materia de contratación
C) Conflictos contractuales y jurisdicción competente
BIBLIOGRAFIA
1. LEGITIMACION, DURACIÓN, CONTENIDO, PERFECCIONAMIENTO Y
FORMALIZACIÓN DE LOS CONTRATOS PÚBLICOS
Bajo el título de «Disposiciones generales sobre la contratación del sector público»,
regula lo que podríamos considerar como una introducción a la parte general de la
contratación pública, y, por ello, relativos a la legitimación de la actividad contractual,
al objeto de los contratos, su duración, su perfeccionamiento y forma, el régimen de
invalidez, la revisión de oficio y el recurso especial en materia contractual,
Obviamente, aunque la Ley no lo dijera, las entidades del sector público no podrán
celebrar otros contratos que aquellos que sean necesarios para el cumplimiento y
realización de sus fines institucionales y de modo que la naturaleza y extensión de las
necesidades que pretenden cubrirse mediante el contrato proyectado, así como la
idoneidad de su objeto y contenido para satisfacerlas, deben ser determinadas con
precisión, dejando constancia de ello en la documentación preparatoria, antes de
iniciar el procedimiento encaminado a su adjudicación (art. 28). Por la misma razón de
su obviedad sobra decir que la duración de los contratos debe fijarse atendiendo a la
naturaleza de las prestaciones, las características de su financiación y la necesidad de
someter estas periódicamente a procesos de concurrencia. En definitiva, principios de
honesta y buena administración en materia contractual, pues ¿acaso es imaginable, sin
pensar en conductas delictivas, en la celebración de contratos públicos en
contradicción con los fines institucionales o de interés público que el órgano
contratante debe respetar?
A) La duración de los contratos
Como anticipamos, la regla general es que la duración de los contratos del sector
público deberá establecerse teniendo en cuenta la naturaleza de las prestaciones, las
características de su financiación y la necesidad de someter periódicamente a
concurrencia la realización de las mismas (art.29).
El contrato podrá prever una o varias prórrogas siempre que sus características
permanezcan inalterables durante el período de duración de éstas, sin perjuicio de las
modificaciones previstas en la Ley (artículos 203 a 207). La prórroga se acordará por el
órgano de contratación y será obligatoria para el empresario, siempre que su preaviso se
produzca al menos con dos meses de antelación a la finalización del plazo de duración
del contrato, salvo que en el pliego que rija el contrato se establezca uno mayor.
La ley, además, fija con carácter general distintos plazos para los diversos tipos
contractuales contemplando numerosas excepciones a cada uno de ellos (que no
recogemos en aras de la brevedad):
Los contratos de suministros y de servicios de prestación sucesiva tendrán un
plazo máximo de duración de cinco años, incluyendo las posibles prorrogas.
Los contratos de servicios que sean complementarios de otros contratos de obras
o de suministro podrán tener un plazo de vigencia superior que, en ningún caso,
excederá del plazo de duración del contrato principal, salvo en los contratos que
comprendan trabajos relacionados con la liquidación del contrato principal, cuyo
plazo final excederá al del mismo en el tiempo necesario para realizarlos
La duración de los contratos de arrendamiento de bienes muebles no podrá
exceder, incluyendo las posibles prorrogas, de cinco años.
Los contratos de concesión de obras y de concesión de servicios tendrán un plazo
de duración limitado, que se calculará en función de las obras y de los servicios
que constituyan su objeto y se hará constar en el pliego de cláusulas
administrativas particulares. Si la concesión de obras o de servicios sobrepasara el
plazo de cinco años, la duración máxima de la misma no podrá exceder del tiempo
que se calcule razonable para que el concesionario recupere las inversiones
realizadas para la explotación de las obras o servicios, junto con un rendimiento
sobre el capital invertido, teniendo en cuenta las inversiones necesarias para
alcanzar los objetivos contractuales específicos, pero sin pasar de un 15 por ciento
de la duración inicial prevista en los pliegos de condiciones.
En cualquier caso, la duración de los contratos de concesión de obras o de
concesión de servicios no podrá exceder, incluyendo las posibles prorrogas, de: a)
Cuarenta años para los contratos de concesión de obras, y de concesión de
servicios que comprendan la ejecución de obras y la explotación de servicio; b)
Veinticinco años en los contratos de concesión de servicios que comprendan la
explotación de un servicio no relacionado con la prestación de servicios
sanitarios; diez años en los contratos de concesión de servicios que comprendan la
explotación de servicios sanitarios.
Y, en fin, los contratos menores, como ya dijimos, no podrán tener una duración
superior a un año ni ser objeto de prórroga.
B) Libertad de pactos y contenido mínimo del documento
contractual.
La Ley prescribe que en los contratos del sector público podrán incluirse cualesquiera
pactos, cláusulas y condiciones, siempre que no sean contrarios al interés público, al
ordenamiento jurídico y a los principios de buena administración. (Artículo 34);
aclarando que en los contratos mixtos solo podrán fusionarse prestaciones
correspondientes directamente vinculadas entre sí y que mantengan relaciones de
complementariedad que exijan su consideración y tratamiento como una unidad
funcional dirigida a la satisfacción de una determinada necesidad o a la consecución de
un fin institucional propio de la entidad contratante.
En cuanto al contenido de los documentos en los que se formalicen los contratos
deberán incluir, necesariamente, las siguientes menciones: a) La identificación de las
partes. b) La acreditación de la capacidad de los firmantes para suscribir el contrato. c)
Definición del objeto y tipo del contrato, teniendo en cuenta en la definición del objeto
las consideraciones sociales, ambientales y de innovación. d) Referencia a la legislación
aplicable al contrato. e) La enumeración de los documentos que integran el contrato. f)
El precio cierto, o el modo de determinarlo. g) La duración del contrato o las fechas
estimadas para el comienzo de su ejecución y para su finalización, así como la de la
prórroga o prórrogas, si estuviesen previstas. h) Las condiciones de recepción, entrega o
admisión de las prestaciones. i) Las condiciones de pago. La j) Los supuestos en que
procede la modificación, en su caso. k) Los supuestos en que procede la resolución al)
El crédito presupuestario o el programa o rúbrica contable con cargo al que se abonará
el precio, en su caso. m) La extensión objetiva y temporal del deber de confidencialidad
que, en su caso, se imponga al contratista. n) La obligación de la empresa contratista de
cumplir durante todo el periodo de ejecución de contrato las normas y condiciones
fijadas en el convenio colectivo de aplicación.
En todo caso el documento contractual no podrá incluir estipulaciones que establezcan
derechos y obligaciones para las partes distintos de los previstos en los pliegos,
concretados, en su caso, en la forma que resulte de la proposición del adjudicatario, o de
los precisados en el acto de adjudicación del contrato.
A) Causas de invalidez
Como causas de invalidez de los contratos celebrados por los poderes adjudicadores,
incluidos los contratos subvencionados, se enumeran tanto las derivadas de la infracción
del derecho civil como del derecho administrativo.
Causas de invalidez de los contratos del derecho privado son aquellos, en primer
término, en que concurra alguna de las causas que los invalidan de conformidad con las
disposiciones del Derecho civil; y también cuando lo sea alguno de sus actos
preparatorios o del procedimiento de adjudicación, por concurrir alguna de las causas de
invalidez Derecho administrativo y, en fin, cuando la invalidez derive de la ilegalidad
de su clausulado.
Respecto de las causas de invalidez de derecho administrativo se distingue entre las
causas de nulidad de pleno derecho de aquellas otras que sólo originan la anulabilidad.
Encabeza la numeración de las primeras las indicadas como causas de nulidad de pleno
derecho establecidas en el artículo 47 de la Ley 39/2015 de 1 de octubre, del
Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas. A éstas se
suman las siguientes:
a) La falta de capacidad de obrar o de solvencia económica, financiera, técnica o
profesional; o la falta de habilitación empresarial o profesional cuando sea
exigible para la realización de la actividad o prestación que constituya el objeto
del contrato; o la falta de clasificación, cuando ésta proceda, debidamente
acreditada, del adjudicatario; o el estar este incurso en alguna de las prohibiciones
para contratar.
b) La carencia o insuficiencia de crédito, de conformidad con lo establecido en la
Ley 47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria, o en las normas
presupuestarias de las restantes Administraciones Públicas, salvo en los supuestos
de emergencia.
c) La falta de publicación del anuncio de licitación en el perfil de contratante
alojado en la Plataforma de Contratación del Sector Público o en los servicios de
información similares de las Comunidades Autónomas, en el «Diario Oficial de la
Unión Europea» o en el medio de publicidad en que sea preceptivo.
d) La inobservancia por parte del órgano de contratación del plazo para la
formalización del contrato siempre que por esta causa el licitador se hubiese visto
privado de la posibilidad de interponer recurso contra alguno de los actos del
procedimiento de adjudicación y que, concurra alguna infracción de los preceptos
que regulan el procedimiento de adjudicación de los contratos que le hubiera
impedido obtener ésta.
e) Haber llevado a efecto la formalización del contrato, sin respetar la suspensión
automática del acto recurrido o la medida cautelar de suspensión acordada por el
órgano competente para conocer del recurso especial.
f) El incumplimiento de las normas establecidas para la adjudicación de los
contratos basados en un acuerdo marco o de los contratos específicos basados en
un sistema dinámico de adquisición en el que estuviesen admitidos varios
empresarios, siempre que dicho incumplimiento hubiera determinado la
adjudicación del contrato de que se trate a otro licitador.
g) El incumplimiento grave de normas de derecho de la Unión Europea en materia
de contratación pública que conllevara que el contrato no hubiera debido
adjudicarse al contratista, declarado por el TJUE en un procedimiento con arreglo
al artículo 260 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
Como causas de anulabilidad de derecho administrativo se consideran las demás
infracciones del ordenamiento jurídico y, en especial, las reglas contenidas en la Ley de,
Contratos del Sector Público, y en particular, las siguientes:
a) El incumplimiento de las circunstancias y requisitos exigidos para la
modificación de los contratos
b) Todas aquellas disposiciones, resoluciones, cláusulas o actos emanados de
cualquier poder adjudicador que otorguen, de forma directa o indirecta, ventajas a
las empresas que hayan contratado previamente con cualquier Administración.
c) Los encargos que acuerden los poderes adjudicadores para la ejecución directa
de prestaciones a través de medios propios, cuando no observen los requisitos
establecidos
A) La Revisión de oficio.
Cuando es una administración pública la que pretende una declaración de invalidez debe
actuar a través de los cauces de la revisión de oficio de los actos preparatorios y de los
actos de adjudicación de los contratos de conformidad con lo establecido en el Capítulo
I del Título V de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo
Común de las Administraciones Públicas (Artículo 41). A estos efectos, tendrán la
consideración de actos administrativos los actos preparatorios y los actos de
adjudicación de los contratos de las entidades del sector público que no sean
Administraciones Públicas, así como los actos preparatorios y los actos de adjudicación
de los contratos subvencionados.
Serán competentes para declarar la nulidad o lesividad de dichos actos el órgano de
contratación, cuando se trate de contratos de una Administración Pública, o el titular del
departamento, órgano, ente u organismo al que esté adscrita la entidad contratante o al
que corresponda su tutela, cuando esta no tenga el carácter de Administración Pública.
En consecuencia, como ya expusimos en el capítulo III, y ahora recordamos ,en
cualquier momento, por iniciativa propia o a solicitud de interesado, y previo dictamen
favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad
Autónoma, las Administraciones Públicas declararán de oficio la nulidad de los actos y
disposiciones administrativas que hayan puesto fin a la vía administrativa o que no
hayan sido recurridos en plazo, en los supuestos de nulidad de pleno derecho previstos
en el artículo 47.1 de aquella ley. Asimismo las Administraciones Públicas, al declarar
la nulidad de una disposición o acto, podrán establecer, en la misma resolución, las
indemnizaciones que proceda reconocer a los interesados.
Sin embargo, tratándose de actos favorables para los interesados que sólo sean
anulables, la administración carece de esta facultad de anular el oficio debiendo recurrir
a la Jurisdicción Contencioso-administrativa previa declaración de lesividad. Esta
declaración no podrá adoptarse una vez transcurridos cuatro años desde que se dictó el
acto administrativo y exigirá la previa audiencia de cuantos aparezcan como interesados
en el mismo. Iniciado el procedimiento de revisión de oficio, el órgano competente para
declarar la nulidad o lesividad, podrá suspender la ejecución del acto, cuando ésta
pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación.