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Y ADOLESCENTES
1. CUESTIONES GENERALES
1.1. Definición de violencia
Con el origen del islamismo, como derivación de las otras dos religiones
monoteístas: hebrea y cristiana, mantiene y sostiene la concepción viril de mando,
así el Corán expresa “las mujeres deben ser obedientes y callar los secretos de sus
esposos, a cuya custodia las ha confiado dios. Los maridos que sufren sus
desobediencias pueden castigarlas, dejarlas solas en sus lechos y aun golpearlas.
La sumisión de las mujeres la pondrán a salvo de sus malos tratos”.
2.1.1. Antigüedad
La época antigua estaba constituida por un sistema familiar con rasgos esenciales
comunes a todos los pueblos:
a. dominio paterno con obligación para el heredero de rendir culto a los manes
del padre, que de ese modo asegura la sobrevivencia de los antepasados
sobre la tierra
b. como consecuencia de esta concepción, el hombre no acepta compartir con
su mujer ni sus bienes ni sus hijos; es excluida de la sucesión y los vástagos
solo pertenecen al padre
c. la condición de la mujer es de inferioridad, y su sometimiento al padre,
primero, el esposo, después constituye la norma
d. la familia es pensada como un organismo económico, religioso y político,
cuyo jefe es el hombre-marido y padre. Como tal tiene funciones judiciales;
está encargada de velar por la buena conducta de los miembros del grupo
familiar; frente a la sociedad es el único responsable de sus actos y posee el
derecho absoluto de juzgar y castigar
e. la poligamia se haya muy difundida; la mujer, en cambio, como consecuencia
de que el hombre debe tener la certeza de su descendencia, tiene que
observar la más estricta fidelidad, y cualquier falta en tal sentido es
severamente penada.
f. El amor conyugal -en el sentido moderno de la palabra- es desconocido. El
amor no es visto como una inclinación subjetiva sino como un deber objetivo
2.1.2. Grecia
2.1.3. Roma
2.1.5. Cristianismo
El poder del padre no estaba fijado en su beneficio, sino a favor del hijo, y la esposa
y madre no eran su esclava, sino su compañera. Esta ideología, reflejó de los
cambios en las convicciones sociales, otorgó una serie de derechos a la mujer,
principalmente en las clases superiores, hasta el siglo XIII. Sin embrago, el
pensamiento cristiano, que pone límites al poder absoluto del marido, mantiene la
estructura de dominación del hombre sobre la mujer y los hijos.
las casadas sujetas a sus maridos como al señor, por cuanto el hombre es cabeza
de la mujer, así como cristo es cabeza de la iglesia, que es su cuerpo místico, del
cual el mismo es salvador, de donde, así como la iglesia está sujeta a cristo, así las
mujeres lo han de estar a sus maridos en todo
Con el tiempo que confirman los valores del hombre la identidad de ser mujer,
esposa y madre pasan por este proceso de reconocimiento que el hombre hace de
ella a través del amor. Sim embargo, las desigualdades de poder continúan detrás
de este sentimiento de igualdad en el amor.
La violencia tiene múltiples causas que se interrelacionan entre sí. Un enfoque del
problema es que entiende la violencia familiar como resultado de la articulación de
lo individual con lo familiar y lo social.
La violencia familiar, como agresión física y psicología, lleva implícita una estructura
de poder entre géneros que se reflejan en las relaciones interpersonales de sus
miembros. Es una práctica consiente, orientada, elaborada, aprendida y legitimada
por quienes se auto perciben con más poder que otros, con mas derechos para
intimidar, vigilar, controlar y agredir. En suma, es un patrón aprendido de generación
en generación. Las causas de la violencia contra las mujeres en el espacio
domestico están directamente ligadas a los factores culturales y sociales que crean
asimetrías entre hombre y mujeres.
Esta emoción, que varía la intensidad desde la suave irritación o molestia a la rabia
intensa, y que genera un impulso para hacer daño, se ve facilitada por la actitud de
hostilidad y por unos pensamientos activadores relacionados con recuerdos de
situaciones negativas habidas en la relación o suscitados directamente por
estímulos generadores de malestar ajenos a la pareja (contratiempos laborales,
dificultades económicas, problemas en la educación de los hijos, etc.) manifestar ira
no es algo de por si insano. Es más, reprimirlas sistemáticamente puede ser
contraproducente porque puede dar origen a alteraciones psicosomáticas (ulceras,
gastroduodenales, problemas cardiovasculares, etc.) o puede dar pie a explosiones
intermitentes de ira descontroladas y de consecuencias imprevisibles. Lo saludable
es expresar la ira de forma apropiada, como si fuese una herramienta adecuada
para canalizar una insatisfacción y estuviese al servicio de una mejora en la relación
con los demás.
Por el contrario, la ira insana, de la que se ocupa este apartado, surge de forma
descontrolada, está acompañada -aunque no siempre- de actitudes hostiles, genera
conductas violentas y contribuye a deteriorar la relación con los demás.
El consumo abusivo de alcohol o drogas, sobre todo cuando interactúa con las
pequeñas frustraciones de la vida cotidiana en la relación de pareja, contribuye a la
aparición de las conductas violentas
La violencia familiar es una realidad presente, como tal solo se puede entender a la
luz de la historia. La dominación o poder que ha ejercido el hombre sobre la mujer,
sea por ventaja física (fuerza) en los albores de la humanidad, ha desenvuelto, con
marchas y contramarchas, en una asimetría insuperada. El hombre primitivo cosificó
a la mujer esa impronta no pudo ser resuelta en la edad antigua, media y moderna.
Claro que existió una preocupación y logros en la historia. Pero, aunque sean las
formas mas refinadas, el trato a la mujer nunca ha sido de paridad al hombre. Ello
es lógico de entender, ya que siempre la mujer fue postergada, y ello se haya
afincado en la cultura, es decir, se han asumido los comportamientos hacia la mujer
como parte de la formación de las personas (socialización). Por ello se ha vuelto
una tarea difícil revalorar el papel de la mujer (en razón de eso se explica aquellas
corrientes feministas de gran revuelo en décadas pasadas) lucha por la cual hay
mucho por hacer.
Fase 3- Arrepentimiento
1 Enrique Echeburúa Paz de Corral – Manual de Violencia Familiar (Editorial Siglo XXI España)
de cambio. Esta fase también se denomina “luna de miel”, porque se muestran
amables y cariñosos, emulando la idea de la vuelta al comienzo de la relación
de afectividad. A menudo la víctima concede al agresor otra oportunidad,
creyendo en sus promesas.
Sin embargo, esta etapa de arrepentimiento dará paso a una nueva fase de
tensión. El ciclo se repetirá varias veces y, poco a poco, la última fase se irá
haciendo más corta y las agresiones cada vez más violentas. Tras varias
repeticiones del ciclo, la fase 3 llegará a desaparecer, comenzando la fase de
tensión inmediatamente después de la agresión.
2 Illian Hawie Lora - Violencia Familiar; Análisis Sustantivo, Procesal y Jurisprudencial (Gaceta
Jurídica, Primera Edición 2017)
etc. Es un tipo de violencia muy grave, ya que atenta contra la integridad física de
la persona y en casos extremos puede conducir a la muerte.
El maltrato físico
Maltrato psicológico/emocional.
Negligencia/abandono físico/cognitivo
Abandono psicológico/emocional
Abuso sexual
3
López F. Abusos sexuales a menores. Lo que recuerdan de mayores. Madrid: Ministerio de Asuntos
Sociales; 1994.
Lesiones abdominales, vómitos constantes, hinchazón del
abdomen.
Señales de mordeduras humanas, especialmente cuando parecen
ser de adultos o son reiteradas.
Cortes o pinchazos.
Lesiones internas.
Asfixia o ahogamiento.
Reticente y cauteloso al contacto físico con sus padres y otros
adultos.
Declara que su padre, madre u otro familiar, le han causado
alguna lesión.
Esconde la agresión y/o da respuestas evasivas o incoherentes.
Muestra miedo a ir con sus padres.
Llora cuando terminan las clases y tiene que irse de la escuela o
guardería.
Muestra sentimientos de culpa y cree merecer las agresiones.
Se mantiene alerta ante posibles peligros.
Se muestra aprensivo cuando otros niños lloran.
En situaciones angustiosas no espera ser consolado.
Muestra conductas extremas (ej. agresividad, rechazo o de
miedo).
Presenta conductas autodestructivas.
Baja autoestima.
Se siente rechazado y no querido.
Niveles de gravedad
Leve: No se aprecian lesiones o son tan mínimas que no ha sido
necesaria atención médica.
Moderado: la conducta maltratante ha provocado en la menor
lesión física que han requerido algún tipo de diagnóstico o tratamiento
médico. Aparecen lesiones en distintas fases de
cicatrización/curación.
Grave: Ha sido necesaria hospitalización o atención médica
inmediata a causa de las lesiones producidas. El menor presenta
lesiones severas en distintas fases de cicatrización.
Retraso en el crecimiento.
Retrasos en el desarrollo físico.
Alteraciones en el desarrollo motor.
Retraso en el desarrollo del lenguaje.
Retrasos en el desarrollo intelectual.
Trastornos del desarrollo emocional.
Problemas en el control de esfínteres.
Trastornos de la alimentación y del sueño.
Trastornos psicosomáticos.
Trastornos de conducta.
Reacciones de ansiedad.
Reacciones de temor o de miedo ante estímulos sociales.
Ausencia de respuesta ante estímulos sociales.
Comportamientos negativistas o agresivos.
Actitud silenciosa y tristeza sin motivo aparente.
Apatía, inhibición en el juego.
4
Mesa-Gresa P, Moya-Albiol L. Neurobiología del maltrato infantil: el “ciclo de la violencia”. Rev Neurol.
2011
Aparece excesivamente complaciente, pasivo, nada exigente.
Hiperactividad.
Disminución en la capacidad de atención.
Es extremadamente agresivo, exigente o rabioso.
Conductas de riesgo o antisociales.
Conductas compulsivas y/o autolesión.
Intentos de suicidio.
Muestra conductas extremadamente adaptativas que son o bien
demasiado adultas o infantiles.
Baja autoestima.
Relaciones sociales escasas y/o conflictivas.
Escasez de habilidades de resolución de conflictos.
Problemas de aprendizaje.
Cambios bruscos en el rendimiento escolar y/o conducta.
Niveles de gravedad
Leve: las conductas de maltrato no son frecuentes y además no tienen la
intensidad suficiente como para afectar las interacciones sociales del
menor o cualquier otra área de su desarrollo.
Moderado: el rechazo al menor o las amenazas son frecuentes o bien se
realizan esfuerzos activos por evitar sus relaciones sociales. Evidencias
de afectación emocional y dificultades para el desempeño de los roles
normales para su edad. Sin embargo, aún se mantienen aspectos
positivos en las pautas de cuidado y relaciones afectivas paternofiliales.
Grave: cuando se produce al menos una de estas situaciones: hay un
rechazo categórico, total y constante hacia el menor. Las amenazas
paternas son extremas. Se impiden totalmente las interacciones del
menor. Pueden provocar en el menor un daño emocional importante,
haciendo preciso un tratamiento especializado de forma inmediata.
5
Morales JM; Zunzunegui Pastor V; Martínez Salceda V. Modelos conceptuales del maltrato infantil: una
aproximación biopsicosocial. Gac Sanit. 1997
Dice que no hay nadie que le cuide.
Pide o roba comida.
Conductas de llamada de atención a los adultos.
Participa en acciones delictivas.
Conductas antisociales (vandalismo, prostitución, etc.).
Abuso de drogas o alcohol.
Conductiva agresiva excesiva.
Pasividad extrema.
Manifestaciones afectivas extremas (tristeza o felicidades
inapropiadas).
Pesimismo o falta de confianza, síntomas depresivos.
Habilidades cognitivas y verbales inferiores al promedio.
Problemas de aprendizaje escolar.
Niveles de gravedad
Leve: hay negligencia, pero el menor no padece ninguna
consecuencia negativa en su desarrollo físico o cognitivo o en sus
relaciones sociales.
Moderado: no hay lesiones o daños físicos como consecuencia de
la conducta negligente, pero ésta es causa directa de situaciones de
rechazo hacia el menor en la escuela, grupo de iguales, etc.
Grave: hay lesiones o daños físicos causados directamente por la
conducta negligente, o retrasos importantes en el desarrollo
intelectual, físico o social, que requieren atención o tratamiento
especializado.
Niveles de gravedad
Leve: las conductas típicas no son frecuentes o su intensidad es mínima.
No se aprecia ninguna afectación en el menor como consecuencia de estas.
Moderado: Su intensidad y frecuencia son mayores que en los casos
leves. Se evidencia una falta importante de atención, con periodos
prolongados de inaccesibilidad por parte de los progenitores o principales
cuidadores, que pueden erigir una barrera de silencio. Hay afectación
emocional del menor y problemas para un funcionamiento adaptativo en sus
roles habituales. Sin embargo, todavía se conservan aspectos positivos en la
relación paternofilial.
Grave: El niño no tiene acceso emocional o de interacción con los padres,
ya que las conductas son constantes y de una gran intensidad. Esto produce
un daño severo en el menor que compromete seriamente su desarrollo y que
requiere tratamiento especializado.
6
Orjuela L, Horno P, Perdices A, Plaza M, Tovar M. Manual de atención a niños víctimas de violencia de
género en el ámbito familiar. Madrid: Save the Children;2008. URL disponible en:
http://www.savethechildren.es/ver_doc.php?id=76
aquél, lo utiliza para la realización de actos sexuales o como objeto de estimulación
sexual. También se contempla su comisión por menores de 18 años, cuándo sean
significativamente mayores que el menor-víctima o cuando esté en una posición de
poder o control sobre éste.
Se incluye en esta categoría la explotación sexual, el tráfico y turismo sexuales, y la
pornografía y prostitución infantil7.
7
Pereda B. Consecuencias psicológicas a largo plazo del abuso sexual infantil. Papeles del psicólogo.
2010;31(2):191-201. URL disponible en: http://www.papelesdelpsicologo.es/pdf/1846.pdf
Desconfianza, especialmente hacia figuras significativas.
Actitudes de abierto sometimiento.
Comportamientos demasiado infantiles para su edad.
Parece reservado, rechazante.
Retraimiento social.
Escasas o conflictivas relaciones sociales con sus compañeros.
Dificultades para establecer amistades.
Problemas en el desarrollo cognitivo y social.
Trastornos del sueño y de alimentación.
Trastornos psicosomáticos.
Depresión clínica.
Ideaciones suicidas.
Miedo y fobias.
Falta de control emocional.
Conductas agresivas con tendencia a externalizar el conflicto.
Comete acciones delictivas o se fuga.
Disminución brusca del rendimiento escolar.
Dificultades de concentración en la escuela.
Escasa participación en actividades escolares y sociales.
Niveles de gravedad
Leve: No hay contacto físico, está producido por una persona ajena
a la familia del menor, ha tenido lugar en una sola ocasión y el niño
dispone del apoyo de sus padres, tutores o guardadores.
Moderado: Sin contacto físico, por una persona ajena a la familia del
menor, ha tenido lugar en varias ocasiones, y hay apoyo de los padres,
tutores o guardadores.
Grave: Incesto con o sin contacto físico. Abuso extrafamiliar con
contacto físico.
La Convención sobre los derechos del niño se completa con tres protocolos
facultativos, relativos a la venta de niños, la prostitución y la pornografía
infantiles, y la participación de los niños en los conflictos armados. El tercer
protocolo fue aprobado en 2014 y es el que permite a los propios niños o
Cada cinco años los distintos gobiernos de todos los países que han
ratificado la Convención deben presentar un informe al Comité donde
explican la situación de los derechos de los niños y las niñas en su país y
describen las medidas que han adoptado para hacer que se cumplan sus
derechos. El Comité analiza estos informes y elabora unas recomendaciones
para que cada país mejore su forma de proteger a los niños y las niñas, es lo
que se llaman Observaciones Finales.
Por su parte, el juez de familia podrá adoptar medidas cautelares anticipadas sobre
el fondo desde la iniciativa del proceso y durante su tramitación. Estas medidas
cautelares son conocidas también en el derecho comparado como ordenes de
protección, las que contienen medidas de naturaleza cautelar cuyo objetivo es
garantizar la seguridad e integridad física o psicológica de la víctima. Como se ha
indicado, pueden ser emitidas previos al proceso o durante este y tienen un carácter
temporal. En la adopción de este tipo de medidas el rol que juega el juez resulta
fundamental, pues lo que se persigue es su intervención inmediata para poner fin a
la violencia o para evitar que esta se produzca cuando existe riesgo, buscando
garantizar la integridad de la víctima.
Por su parte, el juez de familia podrá adoptar medidas cautelares anticipadas sobre
el fondo desde la iniciativa del proceso y durante su tramitación. Estas medidas
cautelares son conocidas también en el derecho comparado como ordenes de
protección, las que contienen medidas de naturaleza cautelar cuyo objetivo es
garantizar la seguridad e integridad física o psicológica de la víctima. Como se ha
indicado, pueden ser emitidas previos al proceso o durante este y tienen un carácter
temporal. En la adopción de este tipo de medidas el rol que juega el juez resulta
fundamental, pues lo que se persigue es su intervención inmediata para poner fin a
la violencia o para evitar que esta se produzca cuando existe riesgo, buscando
garantizar la integridad de la víctima.
6.2.1. Defensorías municipales del niño y adolescente (DEMUNAS).
Dependencia del Ministerio del Interior, fue el primer sector que empezó a trabajar
el tema de la violencia familiar, luego que el Congreso estipulara la creación de la
primera Comisaría de Mujeres en 1988. Actualmente existen 12 comisarías, cuatro
en Lima y el resto en otras ciudades. Además en cada delegación policial existe una
sección encargada exclusivamente de recibir denuncias de violencia familiar.
Asimismo, delegaciones policiales participan en los Centros de Emergencia Mujer
del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social.
Las instancias que atienden los problemas de violencia familiar son las Fiscalías de
la Familia y el Instituto de Medicina Legal.
Las Fiscalías Provinciales de la Familia y las Fiscalías de la Familia que integran los
módulos básicos de justicia dan trámite a las peticiones que se formulen
verbalmente o por escrito en forma directa por la víctima de violencia, sus familiares
o cualquier persona que conozca de los hechos o por la emisión del atestado de las
delegaciones policiales. También actúa de oficio ante el conocimiento de hechos de
violencia. Para el ejercicio de sus funciones, el fiscal goza de la protestad de libre
acceso a los lugares públicos o privados donde exista peligro de perpetración de
violencia o esta se haya producido.
Otra función protectora que las fiscalías han de cumplir es visitar periódicamente las
dependencias policiales para conocer la existencia de denuncias sobre violencia
familiar y actuar de oficio.
Es así que, a través de los servicios que ofrece el Programa nacional contra la
violencia familiar y social como:
El Servicio de Atención Urgente brinda atención eficaz y oportuna a las víctimas con
acciones inmediatas, en coordinación con las entidades competentes, desplazando
un equipo de profesionales al lugar donde se encuentra la persona afectada.
6.2.7.
BIBLIOGRAFIA
https://peru.com/actualidad/mi-ciudad/14-servicios-que-ofrece-estado-prevenir-violencia-
familiar-noticia-486141