Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
El compromiso de viabilidad asumido por los partidos políticos encarna fuerzas centrífugas
(centralización) y centrípetas (descentralización) que hacen que la operabilidad de los sistemas
electorales sea la traducción axiológica de una concreción irrenunciable que se prolonga
teleológicamente a la organización y funcionamiento del Estado en el sistema político
moderno, el cual deviene de la coordinación estratégica de los partidos políticos en búsqueda
axiomática de la “captura del poder”.
La Politología concibe que allí donde hay rasgos acentuados de una diversidad de
partidos políticos con vocación de poder y contenido definido, en un resorte de autonomía,
debe darse un sistema electoral con respuestas coherente, diáfana, trasparente y dotado de
imparcialidad.
Para que haya una concreta modernización del Estado debe producirse primero una
reingeniería amplia en la comunidad política por aquel postulado que establece que una
sociedad en proceso de modernización tiene que ser pluralista con alto nivel de participación
política, porque la modernización crea y eleva la conciencia y actividad política a grupos
sociales y económicos que no existían en la sociedad tradicional o que se encontraban fuera de
la espera de su política. O dichos grupos son asimilados al sistema político, no se convierten
en una fuente de antagonismo y revolución contra el sistema. El logro de la comunidad
política en una sociedad en modernización implica... la integración “horizontal” de grupos
comunales y la asimilación “vertical” de clases sociales y económicas”. (Huntington, S.P. :“El
Orden Político en las Sociedades en Cambio”. P. 351).
Sistema de partidos y sistema político
J. Bryce dice que “... la democracia es la manera de contar las cabezas sin romperlas”, pero la
tónica parece que ha sido la que establece que hay que buscar “primero el reino político y
todo lo demás te será dado por añadidura”. Esto engendra la atención primaria que hay que
dispensar a las organizaciones políticas; pues el establecimiento de un sistema de partidos
eficiente es capaz de estructurar la participación de nuevos valores en política partidista que
prestigien la institucionalidad en una conjunción verdadera de desarrollo político. “Un
régimen sin partidos es por necesidad, un régimen conservador” (Duverger M. :“Polìtical
Parties”. P. 426) y un Estado sin partidos con estructuras o plataformas ideológicas definidas
sucumbe en la fragilidad. Todo en democracia parece concentrarse en lo electoral. José
Ortega y Gasset lo confirma en “La Rebelión de las Masas” cuando presagia que “... la salud de
las democracias, cualesquiera que sean su tipo o grado, dependen de un mísero detalle
técnico: el procedimiento electoral, todo lo demás es secundario”.
El nuevo orden internacional determina que sólo es legítimo lo que proviene de fórmulas
democráticas. Esto conduce a la interacción entre la sociedad y los partidos políticos, los
cuales están llamados a delinear el marco de la política económica y social del Estado, pero
abandonando la práctica ominosa de la redistribución por la vía del ejercicio del clientelismo.
El partido de notables del siglo XIX ha desaparecido. “Sus tareas alternaban entre
conceder algunas de las aspiraciones de las clases subordinadas y reprimir a los sectores
populares cuando el nivel de sus demandas alteraba el orden social, al tiempo que se
administraba la res pública, entendida como asunto de los sectores dominantes a quienes
servía y entre los cuales reclutaba a sus miembros. Con el desarrollo económico y la incipiente
industrialización en algunos países de la región, pasaron a tener un papel anticipador de
Sistema de partidos y sistema político
demandas o a practicar una política de tipo iluminista. Su método de acción era elitista. Se
trataba de realizar conversaciones de caballeros por medio de las cuales se arriba a pactos. La
fórmula política dominante era la de un gobierno presidencial de mayoría surgido de
elecciones censitarias e indirectas. En la mayoría de los países de la región resultaba difícil
seguir éstas reglas durante largo tiempo. La acción anarquizante de los bandos armados
caudillescos, que representaban los intereses de los sectores sometidos, obligaba a negociar
con ellos. Las situaciones de guerra y de paz se alternaron con el paso del tiempo. Finalmente
la mayoría de estas organizaciones no logró transformarse en partidos de masa, salvo en
Colombia y Uruguay y se extinguieron lentamente”. (Perelli, C., Zovatto, D.: “Partidos ,
Liderazgos y Consolidación Democrática en América Latina “, Partidos y Clases . P. XVII).
Las dictaduras comisariales tecno burocráticas de los años 60 y 70 hicieron que algunos países
mantuvieran políticas estatalistas, frente a otros que optaron por la vía de recortar el Estado,
pasando las formaciones partidarias preexistentes a situaciones de hibernación ante la acción
combinada de las fuerzas armadas y los tecno burócratas.
Los partidos y los líderes políticos dieron paso a una redemocratización que en su
profundidad política de ajuste redujo la efectividad de la acción de intermediación de los
partidos hasta conducir al desprestigio del político profesional que dio lugar al “outsider” o
anti político, como Mario Vargas Llosa frente a Alberto Fujimori en Perú, Fernando Collo de
Melo, en Brasil, Tabaré Vásquez, en Uruguay, Rafael Caldera, en Venezuela; o la apreciación de
extra partidos nacidos del rechazo de la clase política tradicional y por el desprestigio
partidario, como ocurrió en Argentina con los gobernadores Ramón “Palito” Ortega y Carlos
Reuteman o en Venezuela con Hugo Chávez.
“... la búsqueda de la democracia es una gran aventura compartida, en la que todos estamos
en el derecho y en la obligación de participar. Y es una aventura difícil de coronar, porque
identificar al sujeto y al objeto del poder político, a los gobernantes y a los gobernados, a los
detentadores y a los destinatarios del poder, es el ideal que persigue el auténtico régimen
democrático en su visión más comprensiva. La promoción del derecho y de los procesos
electorales democráticos debe entenderse como la defensa de un derecho humano
fundamental”.
Ámbito Histórico.
Se aprecia que “el término partido político comprende a las organizaciones cuya
finalidad es la de apoderarse del gobierno en la contienda electoral con uno u otros partidos”
(Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales”. P. 264).
Pierre Duclos subraya que partido político es “la expresión organizada en una fracción de
opinión en la lucha por la conquista del poder”. (L` evolution des Rapports Politiques Deput`s.
P. 142). A esta definición Erich Kauffmann establece que los partidos “son organizaciones que
cuentan con determinados fines y exigencias, arrastran a adheridos y seguidores y persiguen
conquistar el poder, o por lo menos, influir en la formación de la voluntad estatal”
(Grundtatsachen Und Greund Bregriffe Der demokcratie, Munchen. P. 17).
Max Weber llama partido político a las “...formas de socialización que, descansando
en un reclutamiento (realmente) libre, tiene como fin proporcionar poder a sus dirigentes
dentro de una asociación y otorga por ese medio a sus miembros activos determinadas
posibilidades ideales o materiales (la realización de bienes objetivos o el logro de ventajas
personales o ambas cosas)” (“Economía y Sociedad”, Fondo de Cultura Económica. P. 228).
Perspectiva Geográfica.
Monopartidismo
Partido dominante
Pluripartidismo.
c) Formación partidista
e) Competitividad y no competitividad
Sistema Monopartidista
El estilo de clasificación numérica fue luego reformulado por Sartori en 1976 por el
criterio de competición e interacción entre los partidos políticos tomando en consideración lo
dinámico, lo transformante en el sistema de partido. Esto le permitió presentar la insertación
de formatos partidistas que en continuum comprende la estratificación general ya planteada
Sistema de partidos y sistema político
Sistema Pluripartidista.
El siglo XIX marca la aparición de los partidos políticos con caracteres distintivos
propios de la fase primaria de su desarrollo que se inicia en Europa y se prolonga a los Estados
Unidos.
Partidos de Patronaje.
Tienden al logro de la posición del poder para el jefe político con la finalidad de que
sus seguidores ocupen cargos administrativos en el aparato estatal.
Están inspirados en una intuición del mundo, donde hay una actuación consciente de
que el interés está basado en principios abstractos que se sitúan en una visión futurista.
Expresa que “si los candidatos soportan el mayor peso de los gastos electorales, los partidos se
configuran como plutocracias de los candidatos; si, por el contrario, los fondos provienen de
mecenas o de grupos industriales y económicos el partido se presenta como representante de
intereses específicos; finalmente, si la financiación se obtiene por medio del aparato del
partido los candidatos dependerán de los funcionarios del partido” (Weber, M. : “Economía y
Sociedad”. P. 277).
Weber afirma que todo partido está caracterizado para alcanzar el poder, concediendo
poca atención a la caracterización del partido en lo que respecta al funcionamiento en relación
con sus adherentes o con los grupos sociales.
Externos. Surgen fuera del Congreso y se organizan para accesar al mismo con formulaciones
vinculantes en la sociedad.
Partidos de Masas
Son de estructura directa que se basan en una adhesión individual y directa al partido
que soporta la elección de pagar la inscripción y de participar, más o menos, con regularidad
en su vida interna.
El partido indirecto de masas tiene una estructura constituida por una serie de
asociaciones como sindicatos cooperativas, mutualidades , organizaciones populares y
Sistema de partidos y sistema político
profesionales, que están unidas en una única organización electoral, en la cual la persona no es
en estricto sentido miembro del partido, sino de la asociación a la cual pertenece.
Partidos de Cuadros.
Exigen un compromiso total del adherente, el cual conjuntamente con otros afiliados
son agrupados en secciones o divisiones, las que cumplen por separado, pero integrados en
un rol determinado, circunscrito a una actividad proselitista o electoral en un ámbito
geográfico o sectorial determinado, observando una disciplina fijada por la dirigencia y
aceptada por la base organizada.
La sección es la unidad propia de los partidos socialistas europeos que con la existencia
de una base territorial tiende a reagrupar a los miembros del Partido en un territorio
determinado y a ser responsable de la actividad de Partido.
Véase que normalmente la mayoría de los partidos políticos de América Latina tampoco tienen
una estructura formalista basada en una jerarquía de unidades organizativas, aunque sí se
verifican alianzas de comités electorales locales y los órganos centrales están interesados y
activados para la propaganda electoral y no controlar con eficiencia la maquinaria del partido
en su totalidad.
La nomenclatura de los sistemas electorales está bajo el manto de una diversidad que
ha generado una lucha de opinión controvertida que en su marco conceptual resulta cuasi
difícil una determinación única. Sin embargo, la enunciación tipológica de los sistemas
electorales ha quedado plasmada con la ponderación de una serie de leyes formuladas en
Francia por León Deguit, Adhemaz Esmein, Maurice Hauriou y Joseph-Barthelemuy en
consonancia polémica con Maurice Duverger; en Italia por Giovanni Sartori contrarrestando o
apreciando reducciones estructurales de Aristóteles, Saint-Just y Condorcet; en Inglaterra
Thomàs Hare, Stuart Mill; en Bélgica los planteamientos pluralistas de Van den Heuveny y
Víctor d` Hondt que siguió la intención matemàtica del danés Andrae que atrajo la sutileza del
profesor Henri Poincaré y la inspiración de Stefano Bartolini que hizo comprensible la
normativa conclusiva de Hume en 1742; los fundamentos tripartitos de M. Ostrogorski (1902),
de R. Michels (1911), en conducto con la modernidad, con el ideal recurrente de Max Weber y
las críticas proyecciones de aproximaciones hipotéticas de William Rike , Douglas Rae y Dieter
Nohlen.
El escrutinio mayoritario puede darse a una vuelta cuando se identifica como puro o
simple y a dos vueltas cuando se denomina ballotage.
candidatos a las elecciones legislativas del 1910, coincidencia que se verificaba también en
Gran Bretaña con The Proportional Representación Society”.
La Europa Occidental tras la primera Guerra Mundial estaba bajo el influjo del sistema
de la representación proporcional, por ser un modelo coherente de la justicia y la libertad,
pero aun cuando no hubo un logro absoluto en la instauración del sistema de la
representación proporcional, por lo menos en Francia se votó la Ley Electoral del 12 de Julio
del 1919 donde se producía la mixtificación de la representación proporcional y el escrutinio
mayoritario; aunque Alemania, los países bajos, Checoslovaquia, Italia y Suiza consiguieron
establecer el sistema de representación proporcional, lo que era favorecido por los
movimientos socialistas de la época.
Maurice Duverger establece que cada lista de los escaños obtiene como base los sufragios
reunidos, no se toma en cuenta el resto o residuo; porque la distribución puede hacerse
siguiendo el método del cociente electoral o el método del número uniforme, ya que ambos
métodos encuentran su razón de ser en el sistema del cociente nacional.
En el sistema del número uniforme la ley determina con precisión para todo el
territorio el número específico de votos que son necesarios para que una lista pueda tener
derecho a un diputado o regidor. Una lista obtiene tantos diputados o regidores cuantas veces
ese número esté contenido en la cifra de votos dados a la lista. En el caso anterior el número
de diputados o regidores de una circunscripción no está previamente determinado.
resolver por lo que es conveniente agrupar todos los residuos a nivel nacional, para que
coincida con el sistema del número uniforme, por lo que la sumatoria de los restos obtenidos
por todas las listas del país dará como resultado que se obtendrán tantos puestos cuantas
veces el número uniforme esté contenido en la totalidad de los restos de cada lista. En fin, la
atribución de los residuos dentro del marco nacional es una solución acorde con la teoría de la
representación proporcional pero tiende a la multiplicación de los partidos al sumar una cuota
de votos que puede causar incisión local de dimensión general.
Lo frecuente es adoptar el sistema de “la media más fuerte”, que finge atribuir cada escaño no
cubierto a cada lista sucesivamente y se hace la media de los votos obtenidos por los
diputados o regidores de cada lista, donde si ésta tiene la media más fuerte se ve
efectivamente atribuido el escaño a cubrir.
Electoral del 29 de enero del 1920 el cálculo fue revestido de una complejidad que condujo a la
ampliación del plazo mayor de una semana entre el conteo de los votos emitidos y la
publicación de los resultados que traía como efecto la proclamación de los candidatos electos.
La complicación fue mayor porque los restos obtenidos en cada lista en el plano local después
de una primera atribución o cociente eran centralizados en el Ministerio del Interior de Praga,
que era quien finalmente totalizaba los restos calculaba un nuevo cociente en función de los
escaños restantes a proveer y si aún faltaban escaños por llenar, utilizaba el método de los
restos más amplios.
Menzi Poincaré afirmaba que “el sistema de número único será comprendido desde el
primer momento y el más ignorante en matemáticas verá sin razonamiento que da completa
satisfacción a la justicia”. Sin embargo, Carlos Ariel Sánchez Torres establece que “la elección
se transformaba en una operación matemàtica sutil, cuyos límites escapaban frecuentemente
al común de los ciudadanos”. (Ob. Cit. P. 35).
CONCLUSIONES
10. No se puede precisar que un sistema electoral sea óptimo o no, porque los
sistemas electorales obedecen a soluciones técnicas y políticas aceptables de acuerdo a la
época espacio-tiempo, por lo que aun cuando un sistema electoral haya mostrado un grado de
satisfacción en un Estado determinado, no implica , en modo alguno, que por su calidad
transitoria se califique como inmutable.
Sistema de partidos y sistema político
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS