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Sistema de partidos y sistema político

TRABAJO ACADEMICO DE INVESTIGACION

Nombres y Apellidos del Participante:


MICHELINE MORA HUAYRE

PARTIDOS POLITICOS Y SISTEMAS ELECTORALES

El pluralismo político sirve de sustento al sistema electoral, donde impera un régimen


democrático que valida los partidos políticos como identificación del estado de derecho.

El compromiso de viabilidad asumido por los partidos políticos encarna fuerzas centrífugas
(centralización) y centrípetas (descentralización) que hacen que la operabilidad de los sistemas
electorales sea la traducción axiológica de una concreción irrenunciable que se prolonga
teleológicamente a la organización y funcionamiento del Estado en el sistema político
moderno, el cual deviene de la coordinación estratégica de los partidos políticos en búsqueda
axiomática de la “captura del poder”.

En el ámbito conceptual y en su función existencial los partidos políticos desarrollan


una competencia que nace en sus relaciones intrapartidarias y se prolonga sensiblemente
fuera de sus linderos naturales en una virtualidad que depende del nivel de consenso entre
fuerzas políticas interactuantes en procesos electorales.

La Politología concibe que allí donde hay rasgos acentuados de una diversidad de
partidos políticos con vocación de poder y contenido definido, en un resorte de autonomía,
debe darse un sistema electoral con respuestas coherente, diáfana, trasparente y dotado de
imparcialidad.

Para que haya una concreta modernización del Estado debe producirse primero una
reingeniería amplia en la comunidad política por aquel postulado que establece que una
sociedad en proceso de modernización tiene que ser pluralista con alto nivel de participación
política, porque la modernización crea y eleva la conciencia y actividad política a grupos
sociales y económicos que no existían en la sociedad tradicional o que se encontraban fuera de
la espera de su política. O dichos grupos son asimilados al sistema político, no se convierten
en una fuente de antagonismo y revolución contra el sistema. El logro de la comunidad
política en una sociedad en modernización implica... la integración “horizontal” de grupos
comunales y la asimilación “vertical” de clases sociales y económicas”. (Huntington, S.P. :“El
Orden Político en las Sociedades en Cambio”. P. 351).
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J. Bryce dice que “... la democracia es la manera de contar las cabezas sin romperlas”, pero la
tónica parece que ha sido la que establece que hay que buscar “primero el reino político y
todo lo demás te será dado por añadidura”. Esto engendra la atención primaria que hay que
dispensar a las organizaciones políticas; pues el establecimiento de un sistema de partidos
eficiente es capaz de estructurar la participación de nuevos valores en política partidista que
prestigien la institucionalidad en una conjunción verdadera de desarrollo político. “Un
régimen sin partidos es por necesidad, un régimen conservador” (Duverger M. :“Polìtical
Parties”. P. 426) y un Estado sin partidos con estructuras o plataformas ideológicas definidas
sucumbe en la fragilidad. Todo en democracia parece concentrarse en lo electoral. José
Ortega y Gasset lo confirma en “La Rebelión de las Masas” cuando presagia que “... la salud de
las democracias, cualesquiera que sean su tipo o grado, dependen de un mísero detalle
técnico: el procedimiento electoral, todo lo demás es secundario”.

La teorética que castra la eficiencia partidaria y que destaca la irracionalidad, , la


devaluación y la corruptela partidaria, indilgada con mayor profusión en la época actual, hay
que deshacerla con postulados que fortalezcan una imagen positiva y moralizante, porque está
comprobado que no puede existir democracia sin partidos políticos. En un Estado en
modernización la organización política equivale a una organización partidaria y no es posible el
desarrollo social sostenido en un Estado donde predominen la fragmentación y el desorden
político. Los partidos políticos son los vehículos efectivos para construir o reconstruir una
convivencia democrática, por lo que deben “superar el mero carácter coyuntural y electoral
para desarrollar estructuras estables y permanentes sobre plataformas programáticas que
recuperen, motiven y mantengan el interés de la mayoría.... merecen superar la satanización
que los abruma... perder el carácter peyorativo y malsano... emprender el arduo proceso de
recuperación del buen nombre de la Política para que ésta sea vista como un instrumento de la
sociedad civil y no como un obstáculo a las reivindicaciones sociales”· (Murillo, G., Ruíz, J.C.
:“Partidos y Clases Política en América Latina”. P. 292-293).

El nuevo orden internacional determina que sólo es legítimo lo que proviene de fórmulas
democráticas. Esto conduce a la interacción entre la sociedad y los partidos políticos, los
cuales están llamados a delinear el marco de la política económica y social del Estado, pero
abandonando la práctica ominosa de la redistribución por la vía del ejercicio del clientelismo.

El partido de notables del siglo XIX ha desaparecido. “Sus tareas alternaban entre
conceder algunas de las aspiraciones de las clases subordinadas y reprimir a los sectores
populares cuando el nivel de sus demandas alteraba el orden social, al tiempo que se
administraba la res pública, entendida como asunto de los sectores dominantes a quienes
servía y entre los cuales reclutaba a sus miembros. Con el desarrollo económico y la incipiente
industrialización en algunos países de la región, pasaron a tener un papel anticipador de
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demandas o a practicar una política de tipo iluminista. Su método de acción era elitista. Se
trataba de realizar conversaciones de caballeros por medio de las cuales se arriba a pactos. La
fórmula política dominante era la de un gobierno presidencial de mayoría surgido de
elecciones censitarias e indirectas. En la mayoría de los países de la región resultaba difícil
seguir éstas reglas durante largo tiempo. La acción anarquizante de los bandos armados
caudillescos, que representaban los intereses de los sectores sometidos, obligaba a negociar
con ellos. Las situaciones de guerra y de paz se alternaron con el paso del tiempo. Finalmente
la mayoría de estas organizaciones no logró transformarse en partidos de masa, salvo en
Colombia y Uruguay y se extinguieron lentamente”. (Perelli, C., Zovatto, D.: “Partidos ,
Liderazgos y Consolidación Democrática en América Latina “, Partidos y Clases . P. XVII).

Los partidos políticos de masas aparecen con la modernización social , con su


complejización y con el ascenso de los sectores medios ligados a su promoción. Hubo la
conformación de partidos Catch All ( “atrapa todo”), agregadores de intereses y partidos
articuladores de intereses con una definición ideológica o corporativa, así como partidos
populistas que acentuaron una dimensión clientelìstica, unos reconocidos como árbitros entre
clases sociales u otros que apelando a la negociación recurrieron a fórmulas autoritarias,
populistas, aun cuando recurrían a la realización de procesos electorales.

Las dictaduras comisariales tecno burocráticas de los años 60 y 70 hicieron que algunos países
mantuvieran políticas estatalistas, frente a otros que optaron por la vía de recortar el Estado,
pasando las formaciones partidarias preexistentes a situaciones de hibernación ante la acción
combinada de las fuerzas armadas y los tecno burócratas.

Los partidos y los líderes políticos dieron paso a una redemocratización que en su
profundidad política de ajuste redujo la efectividad de la acción de intermediación de los
partidos hasta conducir al desprestigio del político profesional que dio lugar al “outsider” o
anti político, como Mario Vargas Llosa frente a Alberto Fujimori en Perú, Fernando Collo de
Melo, en Brasil, Tabaré Vásquez, en Uruguay, Rafael Caldera, en Venezuela; o la apreciación de
extra partidos nacidos del rechazo de la clase política tradicional y por el desprestigio
partidario, como ocurrió en Argentina con los gobernadores Ramón “Palito” Ortega y Carlos
Reuteman o en Venezuela con Hugo Chávez.

La sustantividad de lo político hay que rescatarlo con una argumentación convincente


que valorice lo expresado por Jorge Mario García Laguardia, en el Primer Curso Anual
Interamericano de Elecciones, organizado, en 1987, por CAPEL, en donde quedó plasmado que
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“... la búsqueda de la democracia es una gran aventura compartida, en la que todos estamos
en el derecho y en la obligación de participar. Y es una aventura difícil de coronar, porque
identificar al sujeto y al objeto del poder político, a los gobernantes y a los gobernados, a los
detentadores y a los destinatarios del poder, es el ideal que persigue el auténtico régimen
democrático en su visión más comprensiva. La promoción del derecho y de los procesos
electorales democráticos debe entenderse como la defensa de un derecho humano
fundamental”.

Partidos Políticos en el Marco del Derecho Electoral.

El fenómeno de los partidos políticos está apoyado indudablemente en el desarrollo del


sufragio, en aumento y consolidación de grupos sociales que facilitan su legitimación sobre
principios sistémicos que contribuyen con la democratización de la sociedad que articula
valores en la formación de la voluntad política para la orientación del ejercicio del poder
nacido de componentes electorales.

Definición de Partidos Políticos.

La naturaleza definitoria de partidos políticos obedece a una concepción que se


circunscribe dentro de perspectivas históricas y geográficas.

Ámbito Histórico.

Desde el ámbito histórico se toma como punto de partida las instituciones de


expresión popular del período clásico del Derecho Romano como lo representó el Senado, las
ciudades-estado medievales, el Parlamento de Tudor e instituciones de expresión democrática
de la Francia Revolucionaria.

La historia registra el partido político partiendo de la cooperación basada en lealtad,


metas comunes que implican decisiones políticas.
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La definición de partidos políticos resulta complicada, pero “se trata de las


organizaciones que participan en elecciones competitivas, con el fin de hacer acceder a sus
candidatos a los cargos públicos representativos”, (Pasquino, G.: “Manual de Ciencia Política,”
citando a Stefanno Barttolini. P. 217).

Se aprecia que “el término partido político comprende a las organizaciones cuya
finalidad es la de apoderarse del gobierno en la contienda electoral con uno u otros partidos”
(Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales”. P. 264).

Pierre Duclos subraya que partido político es “la expresión organizada en una fracción de
opinión en la lucha por la conquista del poder”. (L` evolution des Rapports Politiques Deput`s.
P. 142). A esta definición Erich Kauffmann establece que los partidos “son organizaciones que
cuentan con determinados fines y exigencias, arrastran a adheridos y seguidores y persiguen
conquistar el poder, o por lo menos, influir en la formación de la voluntad estatal”
(Grundtatsachen Und Greund Bregriffe Der demokcratie, Munchen. P. 17).

Lenk y Newman recogen la consideración de Edmundo Burke, para establecer que el


partido político es “un grupo de hombres unidos para fomentar, mediante esfuerzos
conjuntos, el interés nacional, basándose en algún principio determinado en el que todos sus
miembros están de acuerdo” (“Teoría y Sociología Crítica de los Partidos Políticos”. P. 82).

Max Weber llama partido político a las “...formas de socialización que, descansando
en un reclutamiento (realmente) libre, tiene como fin proporcionar poder a sus dirigentes
dentro de una asociación y otorga por ese medio a sus miembros activos determinadas
posibilidades ideales o materiales (la realización de bienes objetivos o el logro de ventajas
personales o ambas cosas)” (“Economía y Sociedad”, Fondo de Cultura Económica. P. 228).

Para Coleman y Rosberg los partidos políticos son “Asociaciones formalmente


organizadas con el propósito explícito y declarado de adquirir o mantener un control legal,
bien solos o en coalición, o en competencia electoral con otras asociaciones similares, sobre el
personal y política de gobierno”, (“Sociología Política”, P. 120).

Perspectiva Geográfica.

La perspectiva geográfica que define la naturaleza de los partidos políticos toma en


cuenta el origen y el papel de los mismos donde se identifican posiciones diversas
complementarias a las variables histórico-conflictiva que subyace en la formación divisoria
socio-estructurales al proceso de formación del Estado, al desarrollo industrial como base para
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la existencia de identidad colectiva, de grupos y movimientos potencialmente en conflicto o


variables de tipo institucional.

El origen y el desarrollo de los partidos políticos se traslada a la ampliación del sufragio


para poner las condiciones de disponibilidad de un amplio mercado electoral, donde aparecen
tendencias competitivas con fuertes consecuencias organizativas en los partidos políticos; así
mismo, los partidos políticos están ligados al desarrollo de las instituciones democrático-
representativas y en particular a los parlamentos, “según una progresión que parte del
desarrollo de la representación parlamentaria no distorsionada (voto igual y reducción de los
obstáculos institucionales para la transformación de los votos en mandatos parlamentarios), y
concluye con el pleno reconocimiento de la responsabilidad parlamentaria del gobierno y la
vinculación institucional entre mayoría parlamentaria y poder gubernamental”. (Sánchez
Torres, Carlos Ariel: “Derecho Electoral Colombiano”. P. 47).

El análisis sistémico de Easton y Parsons, retomada por Bartolinni, expresa una


“situación histórica de interacción entre una serie de input socioculturales (que determinan las
diversas oportunidades para la articulación de las demandas y de la protesta y la organización
y la movilización del apoyo) y los outputs institucionales del proceso de democratización
política, es decir, las reglas del juego y las disposiciones constitucionales que se elaboran en
esta fase como respuesta a las presiones desde abajo hacia la representación política, en un
verdadero proceso de retroalimentación” (Pasquino, op. Cit.. 237).

Sistemas de Partidos y Partidos Políticos.

Los sistemas de partidos empujan hacia el sistema electoral registrando la realidad y su


aparato de proyección que parte de la distinción de la democracia liberal con régimen
pluralista y el modelo autoritario con el régimen de partido único o régimen sin partido.

El sistema de partidos puede ser definido como el “...conjunto de partidos en un


determinado Estado y los elementos que caracterizan su estructura: cantidad de partidos, las
relaciones entre sí, tanto respecto a la magnitud de ellos como a sus fuerzas relacionales....
las ubicaciones mutuas, ideológicas y estratégicas, como elementos para determinar las
formas de interacción; las relaciones con el medio circundante, con la base social y el sistema
político” (Nohlen, Dieter: “Diccionario Electoral”. P. 631).

Se aprecia que el sistema de partidos toma en cuenta la estructura del génesis, la


función o capacidad funcional. Esto conduce a atemperar la explicación configurativa de los
diferentes sistemas de partidos desde una óptica genética con elementos institucionales
influyentes.
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Clasificación de Sistemas de Partidos.

Monopartidismo

Partido dominante

Bipartidismo regido y flexible

Sistema dos y medio

Pluripartidismo.

La complejidad de los sistemas de partidos políticos ha conducido a que se hayan


tomado en consideración los factores que han contribuido al desarrollo de los partidos
políticos. Dentro de los elementos esquemáticos de aproximación científica están:

a) La cantidad de partidos políticos

b) Rol de los partidos políticos en el Sistema Electoral

c) Formación partidista

d) Pluralismo del efecto de representación proporcional

e) Competitividad y no competitividad

f) Dinamismo transformante competitivo e interactivo

g) Atomización de los partidos producto de la fragmentación y polarización.

H) Cleavages nacidos de fracturas sociopolíticos.

Sistema Monopartidista

Encierra la existencia de partido único como antítesis de una democracia pluralista y


expresión de una sociedad con una sola respuesta electoral en el formado partidista sin
referencia competitiva. La base histórica de Argelia, Rusia y Cuba está anclada como mejor
ejemplo del modelo partidista.

Sistema del Partido Dominante


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Es el reflejo de la inserción de un partido político que aunque existan otros partidos


políticos se convierte en un partido predominante, hegemónico, atomizado por la atractivita,
por acomodamiento ideológico o por inmovilización sociológica resultante del grado de
utilidad. El ejemplo se centra en el partido liberal demócrata de Japón, donde a pesar de
competencia socialista y comunista mantiene el predominio, donde Komeito en cuarenta años
no perdió el poder; el Partido Revolucionario Institucional de México (PRI) es una elocuente
muestra por permanecer en el poder desde finales de la década de los años veinte hasta la
actualidad.

Sistema Bipartidista Rígido y Flexible:

El bipartidismo rígido o duopolio es un modelo que nace, según Maurice Duveger de


las líneas divisorias entre conservadores y liberales; por lo que su tipificación requiere una
distancia ideológica entre dos partidos mayoritarios con posibilidad de alternabilidad y con
estructuración fortalecida en ambas colectividades humanas. El ejemplo de pluralidad
bipartidista por excelencia está en Gran Bretaña.

El bipartidismo flexible tiene una naturaleza de poca estructuración de sus partidos,


donde no hay fácil admisión de terceros partidos. El caso típico se observa en los Estados
Unidos, donde demócratas y republicanos tienen abierta una discusión continua entre ambos.

El bipartidismo resulta de la fragmentación del multipartidismo o de la ruptura del


monopartidismo para llevar a la conexión determinante de la polarización, bajo el entendido
de Sartori de que el “multipartidismo polarizado favorecía la crisis y la inestabilidad del
sistema democrático”.

El criterio de la cantidad de partidos ha sido sustituido por elementos cualitativos y se


ha abordado la propuesta clasificatoria de competitividad y no competitividad, donde se toma
en cuenta “la diferenciación ideológica y pragmática” y los subtipos nacidos de los sistemas
competitivos como son :“ 1ro. Alternante-ideológico, 2do. Alternante-pragmático, 3ro.
Hegemónico-Ideológico; y 4to. Hegemónico-Pragmático”, (La Palombara J. Weider M.:
“Political Parties and Political Development).

El estilo de clasificación numérica fue luego reformulado por Sartori en 1976 por el
criterio de competición e interacción entre los partidos políticos tomando en consideración lo
dinámico, lo transformante en el sistema de partido. Esto le permitió presentar la insertación
de formatos partidistas que en continuum comprende la estratificación general ya planteada
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entre la cual se encuentra el bipartidismo que no escapa al determinismo institucionalista de


Maurice Duverger ni a la configuración sociológica de Lipset y Rokkan que aducen estos
últimos que “... los contrastes decisivos entre los distintos sistemas (de partido) emergieron
antes del ingreso de los partidos de la clase obrera en la arena política, y el carácter de estos
partidos de masas, fue notablemente influidos por la constelación de ideología, de
movimientos y de organizaciones con los cuales debía encontrarse en la contienda”. (Lipset,
S.M. y Rokkan, St.: “Party System and Voter Alignments, Free Press. P.35). Aquí está centrada
la muestra fehaciente de que la estructura sociopolítica ha adquirido un carácter persistente,
independientemente de la tesis de congelamiento (freezing) aparecida en Europa después de
concluida la fase de movilización política, donde con la aparición del nuevo cleavage (el
ecológico) y nuevos tipos de partidos que escapan a la “capacidad explicativa del enfoque
sociológico plasmado por dichos tratadistas, apareció la teoría genética de los partidos y en
una temática de subjetividad que requiere de mayor comprensión para una explicación
argumentista de los factores que se verifican en la formación y evolución de los sistemas de
partidos.

Sistema Dos y medio.

El resultante de la alternabilidad del poder no tanto en su desempeño electoral, sino


por la interactuación por un tercer partido.

En el sistema de partidos que se distingue por el prototipo dos y medio su diferencia


ideológica puede ser notable, aunque la diferencia entre los dos primeros partidos puede ser
mayor que en el bipartidismo. Ejemplo clásico en la República Federal Alemana con dos
partidos grandes como CDU y SPD.

Los tratadistas al analizar el sistema de dos y medio “prefieren hablar de bipartidismo


equilibrado o de bipartidismo dominado, cuando uno de los dos es mayor que el otro”
(Schawartzenberg, R.G., “Sociología Política”. P. 562).

Sistema Pluripartidista.

El pluripartidismo o multipartidismo comienza a operar a partir de la presencia de tres


o más partidos relativamente equilibrados. En Europa puede apreciarse en Francia o en Italia y
en América Latina en Perú o en Ecuador.

Un elemento constitutivo propio del pluripartidismo es que normalmente conlleva a


coaliciones o alianzas, estables o no, de origen eminentemente electoral.

Tipología de Partidos Políticos.


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La viabilidad de la interacción de los partidos políticos y el ideologismo que sostiene el


discurso político consolida la democracia y el sistema político fortalece su visión generadora de
conceptualizaciones formuladoras de un ordenamiento estatal dinámico cuya transformación
es la garantía conformadora de la integración ciudadana en una categoría etipelogìa de
partidos políticos conforme a su concepción.

El siglo XIX marca la aparición de los partidos políticos con caracteres distintivos
propios de la fase primaria de su desarrollo que se inicia en Europa y se prolonga a los Estados
Unidos.

Las condiciones de un pensamiento político estructurado en criterios que favorecían la


discusión proporcionaron el surgimiento de los partidos políticos en Gran Bretaña como
producto de la Revolución Inglesa en Francia como consecuencia de la Revolución Francesa en
Estados Unidos como obra de la Independencia que se hizo eco entre la mirada desconfiada y
la falta de convivencia pacífica en América Latina tras su proceso independentista con
enfoques alternativos que dificultan el marco analítico de la articulación paradigmática de su
funcionamiento comprensible en cuanto a los principios abstractos y especulativos de su
dominio.

El esfuerzo metodológico realizado por Max Weber , Robert Richels, Ostrogorski,


Maurice Duverger y Giovanny Sartori, marcaron el punto de partida para el análisis tipológico
moderno de los partidos políticos que parte de la más amplia expresión de la Sociología del
Poder hasta una comprensión moderna de formación política.

Tipología de Max Weber.

Partidos de Patronaje.

Tienden al logro de la posición del poder para el jefe político con la finalidad de que
sus seguidores ocupen cargos administrativos en el aparato estatal.

Partidos de clase o de grupo social.


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Están inspirados en una intuición del mundo, donde hay una actuación consciente de
que el interés está basado en principios abstractos que se sitúan en una visión futurista.

La concepción Weberiana parte de que todos los tipos de partidos centran su


característica común en la aspiración del poder personalista , ya que la tutela del interés del
electorado es una función secundaria, porque su misión es asegurar el poder.

Weber fue el primero en reconocer la necesidad de la financiación de los partidos


políticos como una naturaleza para combatir la corrupción y dar seguridad de mayor
confluencia de transparencia.

Expresa que “si los candidatos soportan el mayor peso de los gastos electorales, los partidos se
configuran como plutocracias de los candidatos; si, por el contrario, los fondos provienen de
mecenas o de grupos industriales y económicos el partido se presenta como representante de
intereses específicos; finalmente, si la financiación se obtiene por medio del aparato del
partido los candidatos dependerán de los funcionarios del partido” (Weber, M. : “Economía y
Sociedad”. P. 277).

Weber afirma que todo partido está caracterizado para alcanzar el poder, concediendo
poca atención a la caracterización del partido en lo que respecta al funcionamiento en relación
con sus adherentes o con los grupos sociales.

Sigmund Newman, contradice el criterio Weberiano al proponer una tipología de


partidos políticos que implica la participación política en la contienda electoral, su influencia
en la vida de cada militante en torno al conjunto organizativo , las actividades que acompañan
a cada miembro partidista y la integración de estos a los grupos sociales específicos que hay
que movilizar e incorporar a la vida del partido. Partiendo de estas premisas presenta la
siguiente tipología de partidos políticos en contraposición a Max Weber:

1ro. Partidos de representación individual

2do. Partidos de integración

2.1. Partidos de integración democrática

2.2. Partidos de integración total.


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Tipología de Maurice Duverger.

Tras la consecución de la Segunda Guerra Mundial, Maurice Duverger analiza


formulismos partidarios para concretizar la sistematización tipológica de los partidos políticos
y desde su naturaleza profundizó en la siguiente clasificación:

Según el origen de los Partidos Políticos: Externos e Internos.

Internos.. Cuando se desarrollan desde el grupo parlamentario hacia abajo, ampliando la


organización electoral a la sociedad.

Externos. Surgen fuera del Congreso y se organizan para accesar al mismo con formulaciones
vinculantes en la sociedad.

Según la participación política de los partidos: De masas y de Cuadros.

La participación política interna establece la diferenciación entre los partidos de


cuadros y partidos de masas y desde el ámbito de la estructura organizativa en partidos de
acción directa e indirecta que se aplica a los partidos de masas.

Partidos de Masas

Son de estructura directa que se basan en una adhesión individual y directa al partido
que soporta la elección de pagar la inscripción y de participar, más o menos, con regularidad
en su vida interna.

El partido indirecto de masas tiene una estructura constituida por una serie de
asociaciones como sindicatos cooperativas, mutualidades , organizaciones populares y
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profesionales, que están unidas en una única organización electoral, en la cual la persona no es
en estricto sentido miembro del partido, sino de la asociación a la cual pertenece.

Partidos de Cuadros.

Exigen un compromiso total del adherente, el cual conjuntamente con otros afiliados
son agrupados en secciones o divisiones, las que cumplen por separado, pero integrados en
un rol determinado, circunscrito a una actividad proselitista o electoral en un ámbito
geográfico o sectorial determinado, observando una disciplina fijada por la dirigencia y
aceptada por la base organizada.

Según la Estructura Organizativa de los Partidos Políticos: Directa e Indirecta.

Los elementos organizativos que sirven de base al fundamento y a las consecuencias


derivativas de la naturaleza hacen que las organizaciones partidistas basadas en comités,
secciones, células o milicias tengan una categoría de relevancia en el modelo clasificatorio de
la estructura analizada por Maurice Duverger. La célula se ha constituido en una unidad
organizativa histórica de referencia básica de los partidos comunistas, la cual sienta su espíritu,
por lo general, en una muestra profesional y agrupa a los adherentes del Partido en un mismo
lugar de trabajo, aunque existan otras células locales para agrupar a los trabajadores aislados o
a los miembros del Partido que no trabajan en colectividad.

La sección es la unidad propia de los partidos socialistas europeos que con la existencia
de una base territorial tiende a reagrupar a los miembros del Partido en un territorio
determinado y a ser responsable de la actividad de Partido.

El comité es ponderado con un criterio que identifica a dos tipos de partidos


ordinariamente distintos con respecto a sus características esenciales. Tiene un carácter
restringido, una naturaleza no expansiva, una composición estratégica basada en la tácita
cooptación y su referencia territorial está dirigida a la circunscripción electoral, lo que lo
convierte en una unidad que puede mostrar características propia de partidos de notables del
régimen censitario de sufragio restringido con algunas diferencias no profundas, como a
organizaciones electorales locales. El ejemplo se centra en los partidos políticos de los Estados
Unidos, donde de modo especial se presentan contraposiciones con relación al régimen de
partidos europeos.
Sistema de partidos y sistema político

Véase que normalmente la mayoría de los partidos políticos de América Latina tampoco tienen
una estructura formalista basada en una jerarquía de unidades organizativas, aunque sí se
verifican alianzas de comités electorales locales y los órganos centrales están interesados y
activados para la propaganda electoral y no controlar con eficiencia la maquinaria del partido
en su totalidad.

Duverger trabaja la estructura organizativa de la milicia como una entidad privada de


carácter militar con una filosofía disciplinaria que se destaca por la simbología de uniformes e
insignias, donde hay una marcada ruptura del partido con la acción electoral y parlamentaria,
por lo que representa un instrumento típico que busca la derrota de un régimen por el estilo
interno organizacional, propio del orden militar.

El desarrollo de un sistema político es la fuente que cuando hay democracia facilita la


preponderancia de los partidos políticos, donde la oposición, la rivalidad y la competencia
entre el gobierno y sus antagonistas conduce a lo que Robert A. Dahl denomina “Poliarquìa”,
ahí nace el debate en público y los axiomas de Dahl:

“1. La probabilidad de que un gobierno tolere la oposición aumenta en la medida que


disminuye el precio de dicha tolerancia”.

“2. La probabilidad de que un gobierno tolere la oposición crece en la medida en que


aumenta el precio de suprimirla”.

“3. En la medida en que el precio de la supresión exceda al precio de la tolerancia ,


mayores son las oportunidades de que se dé un régimen competitivo”.

“4.Las probabilidades de que un gobierno tolere la oposición a su régimen aumentan a


medida que disminuyen los recursos con que dicho gobierno cuenta para suprimir a sus
adversarios en relación con las fuerzas de la oposición”.

“5. La probabilidad de que un gobierno tolere la oposición aumentar al reducirse su


capacidad para utilizar la violencia y las sanciones económicas encaminadas a suprimir dicha
oposición”.
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En uno u otros casos trátese de sistema de partidos o de tipología de partidos políticos


con relación a los sistemas electorales; hay que dejar la vaguedad que reduce la integración y
la acción ciudadanas hacia la democracia, sin que haya el pluralismo extremo o polarizado de
Sartori ni coaliciones inestables o endebles que imposibiliten la solución de problemas ni la
existencia de élites políticas o lúdicos de la vida política que sepulten la confianza “en la
democracia representativa y..... la buena voluntad para tolerar los conflictos políticos” (Dennis,
Jack; Lindberg, León, McCrone, Donald y Stiefbold, Rodney: “ Political Socialization to
Democratics Orientations in Four Western Systems Comparative Political Studies.” 1 abril
1968. P. 91-92 y 101.

Los postulados demuestran que los partidos varían en su estructura y en su


organización, que existe la “necesidad de movilizar un electorado mayor”, que deje más la “vía
libre para el desarrollo de modernas organizaciones de partidos... nuevas formas de
competencia..... el partido que quería sobrevivir tiene que ir en busca de sus miembros,
simpatizantes, seguidores y votantes potenciales, mediante organizaciones a nivel de barriada,
sección, célula y demás.... dentro de un sistema de sufragio amplio... penetrar cada vez más
profundamente en las zonas rural y urbana... la lucha por ganar afiliados, simpatizantes o
votantes aviva la politización del electorado... donde los partidos compiten por los votos, la
participación del electorado suele ser mucho mayor”. (Dahl, Robert A.: “Poliarquìa:
Participación u Oposición”. P. 32-33).

3. Los Sistemas Electorales.

El concepto de sistema electoral está regularmente asociado con los términos de


Derecho Electoral, Régimen Electoral y Ley Electoral.

La confluencia nominalìstica de la conceptualización planteada es abarcadora cuando


subyace un sentido amplio normativo en el campo jurídico-positivo o consuetudinario que
regula la elección de representantes o de personas que accesan a cargos públicos; mientras
que stritu sensu hay un carácter de operatividad que se simplifica en la conversión de votos.

Es preciso determinar la diferenciación del marco conceptual de las terminologías


empleadas que guardan relación con los sistemas electorales. El régimen electoral analiza la
fenomenología de la elección. El Derecho Electoral matiza , abarca la regulación normativa
desde el ámbito legal del proceso electoral, ponderando el sistema del sufragio, condiciones
para la participación en las elecciones y la configuración axiológica que reglamenta el derecho
de libre acceso del modo de participación de los partidos políticos y de los ciudadanos. El
sistema electoral es una muestra inequívoca que resguarda el principio de representación , el
Sistema de partidos y sistema político

procedimiento técnico de la elección, el mecanismo para que los electores expresen su


voluntad política en votos que serán traducidos en puestos o funciones en una rama del poder
público.

Como se puede apreciar, un sistema electoral es la expresión de representación


política bajo el amparo del principio mayoritario o proporcional combinado con tecnicismos
para su aplicabilidad en un proceso electoral que puede partir de la fragmentación sectorial
o territorial anclada en las denominadas circunscripciones electorales, en la forma de
presentación de candidaturas, en el procedimiento de votación y asignación de los votos
computados como regla decisoria que conduce a la adjudicación de los puestos o funciones
municipales, provinciales o nacionales, bajo el amparo del método de cómputo (D` Hondt o
cifra repartidora inventada por el matemàtico belga Víctor D` Hond T que divide los votos por
partidos políticos por una serie de divisores de donde se obtienen cocientes o cifras que
favorecen a los partidos mayoritarios; en contraposición al método Imperiali (2,3,4,5, etc.),
Método Sainte Lague (1,3,5,7, etc.), Método Igualado (1,4,3,5,7 etc.), Método Danés
(1,4,7,10,13, etc.) y Método Huntington (1,2,2,3,4, etc.) que concluye con la proclamación
oficial por el órgano competente.

El antagonismo multifactorial que opera en los sistemas políticos se prolonga a los


sistemas electorales, pues la gobernabilidad con su vulnerabilidad o su viabilidad depende en
gran medida del sistema electoral.

La influencia del sistema político en el sistema electoral es variable en la connotación


maligna o benigna de su potencialidad. El desarrollo del sistema electoral está concatenado
con el sistema político donde confluyen fenómenos políticos-culturales, históricos-económicos
y sociales.

La polémica puede tener vida, la oposición tener cuerpo y la interrelación de las


instituciones políticas conformar un sistema de partidos capaz de producir un sistema electoral
con efectos reductivos de las mismas organizaciones partidarias, pero contribuir con la
posibilidad de un sistema electoral científico que incida en la altura del debate político sin
tomar parte en la estructuración y decisiones de los partidos políticos, ya que el rol del sistema
electoral bajo la dirección del órgano competente es fiscalizar y propender a que las reglas
internas o estatutarias sean respetadas, que la ley o código electoral sea aplicado en procura
de mantener la estabilidad e integración política del Estado independientemente de la
confrontación o competencia política. Lo significativo es la utilidad de un comportamiento
electoral dinámico que contribuyen con un modelo de campañas electorales dentro del marco
del decoro y la decencia que legitime la sacialidad del sistema político y el compromiso de
preservar la percepción de confianza y credibilidad del electorado.
Sistema de partidos y sistema político

Tipologías de Sistemas Electorales.

La nomenclatura de los sistemas electorales está bajo el manto de una diversidad que
ha generado una lucha de opinión controvertida que en su marco conceptual resulta cuasi
difícil una determinación única. Sin embargo, la enunciación tipológica de los sistemas
electorales ha quedado plasmada con la ponderación de una serie de leyes formuladas en
Francia por León Deguit, Adhemaz Esmein, Maurice Hauriou y Joseph-Barthelemuy en
consonancia polémica con Maurice Duverger; en Italia por Giovanni Sartori contrarrestando o
apreciando reducciones estructurales de Aristóteles, Saint-Just y Condorcet; en Inglaterra
Thomàs Hare, Stuart Mill; en Bélgica los planteamientos pluralistas de Van den Heuveny y
Víctor d` Hondt que siguió la intención matemàtica del danés Andrae que atrajo la sutileza del
profesor Henri Poincaré y la inspiración de Stefano Bartolini que hizo comprensible la
normativa conclusiva de Hume en 1742; los fundamentos tripartitos de M. Ostrogorski (1902),
de R. Michels (1911), en conducto con la modernidad, con el ideal recurrente de Max Weber y
las críticas proyecciones de aproximaciones hipotéticas de William Rike , Douglas Rae y Dieter
Nohlen.

El común denominador de los sistemas electorales toma su forma dependiendo de


las preferencias políticas en el acto eleccionario hasta la producción de un resultado
electoral que conduce al efecto de la adjudicación de los puestos públicos electivos.

El logicismo muestra la influencia determinante que ejercen los sistemas electorales en


el proceso de votación en vital coyunda con los electores como elemento decisorio que marca
la posibilidad exitosa de los candidatos y de los partidos políticos, dependiendo de los sistemas
electorales que se verifiquen frente a otras hipótesis propias entre la relación definitiva de
votos y escaños, la cantidad reductiva de partidos hacia el Congreso, del candidato
presidencial electo con la proporción o desproporción de votos válidos requeridos.

Es importante tener presente que la existencia de los sistemas electorales no se


reduce a la relación entre votos y escaños o funciones y al efecto reductivo o no reductivo que
se produce al momento de emitir el voto; sino a la fragmentación del sistema de partidos, a la
capacidad del sistema de partidos de conformar una sola o múltiple representación
congresional o municipal; o determinar la vinculación votante-elegido , dimensión de las
circunscripciones electorales, forma de sufragio y criterios técnicos considerables.

Sistema Electoral de Escrutinio Mayoritario.

Toma como referencia la pluralidad y el candidato es elegido cuando obtiene la


mayoría absoluta o relativa de votos, lo que representa que el resultado electoral es
cuantificado a nivel de globalidad para la proclamación del candidato elegido.
Sistema de partidos y sistema político

La mayoría absoluta se aprecia cuando un candidato resulta gananciado en la primera


vuelta, donde hay un sistema electoral de escrutinio que cuenta con una doble vuelta y la
mayoría relativa puede quedar configurada en la segunda vuelta.

El escrutinio mayoritario puede tener una naturaleza uninominal cuando estamos en


presencia de un solo escaño o puesto y plurinominal cuando los electores tienen un menú de
candidatos para elegir a varios en el mismo acto eleccionario.

El escrutinio mayoritario puede darse a una vuelta cuando se identifica como puro o
simple y a dos vueltas cuando se denomina ballotage.

Cuando el escrutinio mayoritario es puro y simple, el candidato a proclamar como


ganador es el que obtiene el mayor número de votos, sin importar la totalidad de votos que
tenga el adversario. En tanto que en el escrutinio de doble vuelta o ballotage para resultar
elegido es necesario obtener la mitad más un votos en la primera vuelta , lo que equivale a la
mayoría absoluta y en caso contrario se va a una segunda vuelta que se define con una
mayoría relativa.

Maurice Duverger plantea que el sistema de escrutinio mayoritario bajo la


consignación de vuelta única o de dos vueltas depende de la cantidad de partidos que estén
debidamente registrados y reconocidos por el órgano competente de un Estado determinado;
ya que cuando opera un sistema bipartidista que se disputan con verticalidad el manejo del
poder estatal sólo hace falta la consignación de una sola vuelta, pero que cuando hay una
manifestación de un pluripartidismo la segunda vuelta parece indispensable.

Existe también el voto alternativo o preferencial como modalidad naciente del


escrutinio mayoritario donde en base a una combinación política se realiza una sola vuelta de
votación que resume los efectos de las dos vueltas. En este caso cada sufragante votará por
un candidato, pero concomitantemente señala otros candidatos que tienen segunda
preferencia, tercera preferencia, cuarta preferencia, y así sucesivamente hasta llegar al
número de candidatos deseados. El candidato que obtenga la mayoría absoluta de los votos
emitidos en la primera preferencia será proclamado como elegido. En caso adverso, se elimina
el candidato con menos preferencia teniendo en cuenta la segunda preferencia indicada en la
papeleta o boleta electoral y la segunda preferencia se traslada hacia otros candidatos. Sin
ningún candidato obtiene la mayoría absoluta se pasa al tercer orden preferencial, etc.
Sistema de partidos y sistema político

“La ventaja eventual del escrutinio mayoritario reside en su simplicidad “, a pesar de


que ciertas variantes como el voto alternativo o la inscripción en una papeleta de candidatos
de listas diferentes, exigen un esfuerzo por parte del electo y una gran educación cívica.
También se ha dicho que el escrutinio mayoritario es injusto y a menudo inmoral.

En contraste, se puede tener de este modo de escrutinio un mejor conocimiento de los


candidatos por los electores, sobre todo cuando el escrutinio es uninominal y las
circunscripciones poco pobladas. Desde el punto de vista político es un perfecto barómetro”
(Sánchez Torres, C.A.: Derecho Electoral Colombiano”, P. 32).

Sistema Electoral de Representación Proporcional.

Sitúa su ámbito de aplicabilidad como un reflejo de la representación política que


parte del criterio de la distribución de los sufragios entre los partidos políticos en grado de la
proporcionalidad de los votos emitidos y los escaños disponibles.

Se aprecia un carácter diferenciador sustancial cuando el sistema de escrutinio


mayoritario favorece a los partidos grandes por la brecha existente en término porcentual de
votos y escaños obtenidos por varios partidos, lo que obra en desventaja de los partidos
pequeños; mientras que en el sistema electoral de representación proporcional se evidencia
un marco de concordancia relativa en votos y escaños obtenidos.

El sistema de representación proporcional obedece a variables que surten efectos


dinámicos como producto hasta del mismo debate político, lo que conduce que sea
estructurado así:

a) Representación proporcional pura: Es cuando hay una coincidencia aproximada


entre la proporción de votos obtenidos por un partido político y la proporción de escaños que
le corresponden. En éste apartado no hay barreras legales directas ni indirectas que alteren el
efecto de la proporcionalidad, por lo que tampoco está presente la presión psicológica sobre
los votantes en cuando a su preferencia política de acuerdo al cálculo de los votos útiles, ya
que de existir condicionantes los electores tendrían opciones por partidos que sobrepasen
cualesquiera barreras. Ejemplo: Holanda, Israel, Uruguay , Venezuela, Nicaragua.
Sistema de partidos y sistema político

B) Representación proporcional Impura: Es cuando hay barreras indirectas que


impiden un efecto proporcional inmediato que iguale el porcentaje de escaños con el de los
votos, ya sea por la división del territorio en distritos o circunscripciones electorales. A mayor
incidencia de barreras, conforme a las variaciones en tamaño de distritos electorales, mayor
será el efecto concentrador que tendrán esas barreras sobre el comportamiento del
electorado. Ejemplo: España, Portugal, Grecia, Chile (1973), Perú (1980), Brasil, República
Dominicana.

C) Representación proporcional con Barrera Legal: Es el resultado de la limitación del


número de partidos con posibilidad de acceder a la representación parlamentaria del
electorado por la existencia de una barrera que afecta la decisión del votante, restringe los
partidos con posibilidades de enfrentarse a esas barreras y sucede como en el sistema alemán
que distribuye la totalidad de los escaños de manera proporcional entre los partidos que
lograron la meta. Ejemplo: Alemania Federal, Suecia.

Como se puede apreciar de modo general, la representación proporcional asegura una


representación de la minoría que reside en cada circunscripción porque se toma en cuenta la
proporcionalidad de los votos obtenidos exactamente ; a lo que tanto Cotteret como Emeri
han afirmado que la “representación proporcional procede del objetivo que persigue atribuir a
cada partido o a cada grupo de opinión un número de mandato proporcional a su fuerza
numérica”. Estos criterios encuentran similitud con los planteamientos de Aristóteles, Saint-
Just y Condorcet donde conjugan ideas de la perfecta reducción del conjunto de los
representados con su alta variedad , matices físicos, ideológicos y económicos.

La intención que valida el sistema de proporcionalidad para la representación ganó


fuerza con el matemàtico danés Andrae quien en el 1885 valoró e integró este sistema; lo que
condujo a que Stuart Mill polemizara ferozmente con el inglés Thomas Hare, quien se hizo
publicar “El Mecanismo de la Representación Proporcional”, sin que Mill lograra desarticular el
sistema “The Frist Past the Post”.

En la lucha combativa librada en Bélgica entre liberales y socialistas, los medios


católicos internalizaron la expresión del pluralismo para desarticular al Partido Socialista; lo
que condujo a que Van den Heuven, Ministro de Justicia motivara a Víctor D` Hont, Profesor de
Derecho Civil y apasionado de las matemáticas a que concibiera un Proyecto de Ley Electoral,
que fue aprobado el 30 de noviembre del 1899, situación similar que fue presentándose en
Francia, cuando Yves Guyot preside un movimiento político francés denominado “Liga para la
Representación Proporcional. Luego Ernest Lavisse en “La Revue de Parìs” diseña una
campaña en contra del escrutinio de distrito por su carácter abusivo hasta crear el “Comité
Republicano de la Representación Proporcional”, que concibe un programa que conocera los
Sistema de partidos y sistema político

candidatos a las elecciones legislativas del 1910, coincidencia que se verificaba también en
Gran Bretaña con The Proportional Representación Society”.

La Europa Occidental tras la primera Guerra Mundial estaba bajo el influjo del sistema
de la representación proporcional, por ser un modelo coherente de la justicia y la libertad,
pero aun cuando no hubo un logro absoluto en la instauración del sistema de la
representación proporcional, por lo menos en Francia se votó la Ley Electoral del 12 de Julio
del 1919 donde se producía la mixtificación de la representación proporcional y el escrutinio
mayoritario; aunque Alemania, los países bajos, Checoslovaquia, Italia y Suiza consiguieron
establecer el sistema de representación proporcional, lo que era favorecido por los
movimientos socialistas de la época.

El mecanismo de la representación proporcional viene dado por un escrutinio de lista,


donde los partidos políticos tienen que hacer un listado de nombres de los candidatos que
someten a sufragio. Esto presupone el escrutinio de lista única que permite la atribución o
reparto de escaños, tanto a la mayoría como a la minoría.

Maurice Duverger establece que cada lista de los escaños obtiene como base los sufragios
reunidos, no se toma en cuenta el resto o residuo; porque la distribución puede hacerse
siguiendo el método del cociente electoral o el método del número uniforme, ya que ambos
métodos encuentran su razón de ser en el sistema del cociente nacional.

El sistema del consiente electoral resulta de la división en cada circunscripción del


número total de los sufragios emitidos por el número de diputados o regidores a elegir. La
cifra obtenidita se denomina cociente electoral. La lista posee tantos candidatos elegidos
como cuantas veces el cociente electoral esté contenido en la cifra de los sufragios obtenidos.

En el sistema del número uniforme la ley determina con precisión para todo el
territorio el número específico de votos que son necesarios para que una lista pueda tener
derecho a un diputado o regidor. Una lista obtiene tantos diputados o regidores cuantas veces
ese número esté contenido en la cifra de votos dados a la lista. En el caso anterior el número
de diputados o regidores de una circunscripción no está previamente determinado.

El sistema de cociente nacional consiste en dividir el conjunto de sufragios emitidos en


la totalidad de circunscripciones del Estado de la provincia o del Municipio por el conjunto de
los puestos a elegir. Cuando el cociente nacional sea determinado se usa la misma forma que
el número uniforme, donde hay que establecer que el reparto del resto o residuo es difícil de
Sistema de partidos y sistema político

resolver por lo que es conveniente agrupar todos los residuos a nivel nacional, para que
coincida con el sistema del número uniforme, por lo que la sumatoria de los restos obtenidos
por todas las listas del país dará como resultado que se obtendrán tantos puestos cuantas
veces el número uniforme esté contenido en la totalidad de los restos de cada lista. En fin, la
atribución de los residuos dentro del marco nacional es una solución acorde con la teoría de la
representación proporcional pero tiende a la multiplicación de los partidos al sumar una cuota
de votos que puede causar incisión local de dimensión general.

Cuando los restos de cada circunscripción son repartidos es porque se emplea el


procedimiento del cociente electoral; lo que dentro del ángulo de multiplicidad de
modalidades hace que cuando se atribuyen los escaños no encubiertos a las listas que tienen
mayores restos en el orden decreciente de éstos, se esté calculando un nuevo resto tras la
atribución a una lista del escaño que queda, lo que favorece a los partidos minoritarios y
desfavorece a los partidos grandes.

Lo frecuente es adoptar el sistema de “la media más fuerte”, que finge atribuir cada escaño no
cubierto a cada lista sucesivamente y se hace la media de los votos obtenidos por los
diputados o regidores de cada lista, donde si ésta tiene la media más fuerte se ve
efectivamente atribuido el escaño a cubrir.

Cuando la representación proporcional recae en un escrutinio de lista, los escaños


atribuidos a los partidos son distribuidos entre los candidatos según el orden de presentación
de los candidatos propuestos en el interior de las listas. La gravedad del asunto reside en el
riesgo que amenaza al elector, el cual a veces tiene que votar por un candidato que encabeza
la lista que tiene poca fuerza electoral, pero que los comités de los partidos políticos o los
comités electorales lo imponen; aunque el voto preferencial y la inscripción en una boleta o
papeleta electoral de votos de candidatos de listas diferentes pueden corregir dicha rigidez en
la presentación de los aspirantes a cargos electivos.

El voto preferencial consiste en que el elector clasifica los candidatos según su


preferencia en el interior de una misma lista, lo que engendra que los que están inscriptos en
un listado van a ser clasificados según el número de preferencia, clasificación que va a
determinar la personalidad de los candidatos elegidos.

El carácter de aplicabilidad de la representación proporcional es una moda de


simplicidad en el intermedium de las dos guerras mundiales, sobre todo en Europa Occidental;
aunque el sentido de criticidad en cuanto a la equidad en la representación se convirtió en una
preocupación. Resalta a la vista el caso de la antigua Checoslovaquia, donde a partir de la Ley
Sistema de partidos y sistema político

Electoral del 29 de enero del 1920 el cálculo fue revestido de una complejidad que condujo a la
ampliación del plazo mayor de una semana entre el conteo de los votos emitidos y la
publicación de los resultados que traía como efecto la proclamación de los candidatos electos.
La complicación fue mayor porque los restos obtenidos en cada lista en el plano local después
de una primera atribución o cociente eran centralizados en el Ministerio del Interior de Praga,
que era quien finalmente totalizaba los restos calculaba un nuevo cociente en función de los
escaños restantes a proveer y si aún faltaban escaños por llenar, utilizaba el método de los
restos más amplios.

Menzi Poincaré afirmaba que “el sistema de número único será comprendido desde el
primer momento y el más ignorante en matemáticas verá sin razonamiento que da completa
satisfacción a la justicia”. Sin embargo, Carlos Ariel Sánchez Torres establece que “la elección
se transformaba en una operación matemàtica sutil, cuyos límites escapaban frecuentemente
al común de los ciudadanos”. (Ob. Cit. P. 35).

El carácter de historicidad de la representación proporcional ha sido complicado. Su


aceptación o rechazo ha estado sometido al vaivén de la oportunidad o de las ventajas
competitivas que puedan favorecer a las parcelas de los partidos políticos en un período
electoral determinado. Fíjese que Estados Unidos adoptó la representación proporcional con
un criterio limitativo a las elecciones municipales por corto tiempo, viraje progresivo que se
hizo manifiesto con sentido analítico en los círculos políticos y en los tratadistas del Derecho
Constitucional que llegaron a plantear que la cuota de poder alcanzada por el fascismo y por el
nacionalismo socialista fue obra de la representación proporcional.

El debate sobre los sistemas electorales centró la atención de la comunidad europea a


raíz de la Segunda Guerra Mundial . Los partidos políticos de una estructura ideológica de
izquierda ascendían al poder ante la marcada preocupación de los partidos socialdemócratas
que recelaban el avance del comunismo. El reflejo palpable se instaura en Francia con la
mayúscula contradicción existente entre comunistas, socialistas y republicanos populares en
torno a la representación proporcional, la cual fue modificada e impuesta por el Partido
Comunista con una denominación de sistema de representación departamental, que fue
aniquilado en 1958, cuando Francia decidió abandonar la representación proporcional.

Sistema Electoral Mixto

El sistema electoral mixto resulta de la combinación de los sistemas electorales del


escrutinio mayoritario y de representación proporcional, de donde pueden darse tres
tendencias comprensibles que se ubican dentro del sistema mixto con dominante mayoritario,
con dominante proporcional y equilibrado.
Sistema de partidos y sistema político

CONCLUSIONES

1. Los sistemas electorales devienen de una naturaleza que encuentran su fundamento


en la evolución histórica como reflejo del desarrollo de estructuras sociales y procesos
variables que parten de la especificidad hasta territorial.

2. Las estructuras sociales, el comportamiento político y la institucionalidad sujeta a


condicionantes diferenciadores de cada Estado producen efectos políticos en los sistemas
electorales.

3. La tipología de sistemas electorales inciden hasta en la materialización del perfil


psicológico del sufragante y en la existencial dual o multifactorial de partidos políticos, como
en la segmentación formativa del comportamiento de grupos sociales.

4. Las leyes sociológicas en su formulación de refutabilidad conducen a efectos


políticos en la relación de sustancialidad de los sistemas electorales -partidos políticos.

5. La inexistencia de un enunciado científico comprobable sobre los efectos de los


sistemas electorales como desprendimiento de las relaciones sociales y políticas que
atemperan en los sistemas partidarios, sin que se pueda determinar con exactitud qué sistema
electoral predomina ante la presencia de una homogeneidad o heterogeneidad social.

6. Puede que haya una manifiesta combinación de factores o elementos para la


producción de los efectos de los sistemas electorales.

7. Los sistemas electorales presenten sus efectos dependiendo de la respuesta de los


partidos políticos al condicionamiento implícito que arroja el mismo sistema electoral.
Sistema de partidos y sistema político

8. La actitud funcional o no del electorado y la estructura multifactorial de la sociedad


civil, con el condicionamiento socio-cultural del votante y del elegido en coyunda con los
partidos políticos, produce variaciones en los efectos del sistema electoral con repercusión en
el sistema de partidos.

9. No hay un criterio estándar que establezca que un sistema electoral favorece o no a


un sistema de partido o a una estructura ideológica determinada, por la ambivalencia
funcional existente.

10. No se puede precisar que un sistema electoral sea óptimo o no, porque los
sistemas electorales obedecen a soluciones técnicas y políticas aceptables de acuerdo a la
época espacio-tiempo, por lo que aun cuando un sistema electoral haya mostrado un grado de
satisfacción en un Estado determinado, no implica , en modo alguno, que por su calidad
transitoria se califique como inmutable.
Sistema de partidos y sistema político

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Bogdanor y Buttler: “ Democracy and Elections: Electoral systems and their


Consequences “. Cambridge University. 1983.
2. Coleman Y, Rosberg, Dowse y Hugges : “ Sociología Política “; Ed. Alianza . Madrid.
1975.
3. Cotteret, J. Marie y Emery Claude :” Los Sistemas Electorales “Traducción de J. García
Bosch. Madrid. 1993.
4. Dahl, Robert A. : “ La Poliarquía, Participación y Oposición “Ed. Tecnos. Madrid. 1989.
5. Dennis, Jack; Lindberg Leon. McCrone Donald; Stief Bold, Rodney: “ Political
Socialization to Democratics, Orientations in Four Western Systems “. Comparative
Political Studies. Estados Unidos. 1 abril 1968.

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