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La declaración y proclamación de la Independencia del Perú constituye uno de los hechos más

trascendentales de la historia de América, ya que la liberación del Perú era muy importante para la
seguridad de las naciones circundantes, pues allí se hallaba el núcleo del poderío español en
Sudamérica. Por ello fue que el Ejército Unido Libertador del Perú, al mando del general José de
San Martín, arribó al Perú procedente de Chile.1 Ya en territorio peruano recibieron el apoyo de la
población, especialmente en el norte, donde una inmensa jurisdicción, la Intendencia de Trujillo,
se sumó a la causa independentista sin violencia, bajo el mando del marqués de Torre Tagle. Tras
Trujillo, sucesivamente juraron la independencia Piura, Cajamarca, Chachapoyas, Jaén y Maynas;
antes ya lo había hecho Lambayeque. El mismo San Martín reconoció posteriormente que si no
hubiera sido por el apoyo masivo del norte peruano, se habría visto en la necesidad de volver a
Chile para reorganizar sus fuerzas, ya que estas eran inferiores a las fuerzas virreinales.

San Martín estableció su cuartel general en Huaura, al norte de Lima. Fue en Huaura donde por
primera vez proclamó la independencia del Perú, en noviembre de 1820. Lima, la capital virreinal,
se vio amenazada por el avance del ejército libertador y el acoso de las montoneras patriotas
(estas mayormente conformadas por hombres andinos). A comienzos de julio de 1821 se vivía en
Lima una tremenda escasez de alimentos, debido precisamente al asedio de las montoneras, que
cortaron las vías de comunicación con el exterior. Las tropas realistas no contaban con recursos y
los patriotas ya habían conseguido importantes victorias al interior del país, en tanto la población
entera reclamaba la presencia del libertador.

El 5 de julio de 1821, el virrey del Perú José de la Serna, anunció a los limeños que abandonaba la
ciudad, señalando al Callao como refugio para quienes se sintiesen inseguros en la capital. Muchos
vecinos españoles y criollos se trasladaron entonces a dicho puerto, buscando amparo en la
Fortaleza del Real Felipe, mientras que el virrey se retiraba con sus fuerzas hacia la sierra central,
dejando solo una guarnición en el Real Felipe, al mando de José de la Mar. El mismo virrey,
mediante una carta, invitó a San Martín para que entrara de una vez en Lima, antes que lo hicieran
las montoneras indias, pues temía que estas pudieran cometer excesos.

El 9 de julio las primeras tropas libertadoras ingresaron a Lima. En la noche del 12 de julio lo hizo
el mismo general San Martín y dos días después todo el Ejército Libertador. Ese mismo día, 14 de
julio, San Martín, instalado ya en el Palacio de los virreyes, invitó al Ayuntamiento a jurar la
Independencia. Este Cabildo, el segundo establecido por elecciones durante el Virreinato, había
sido elegido el 07 de diciembre de 1820 según las bases de la Constitución de 1812 que restableció
Fernando VII. en 1821.

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