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Terapia Familiar
27/11/2018
Revisión de Literatura
Las familias pasan por ciertos ciclos de vida durante su desarrollo y evolución, en donde
una de las etapas más difíciles puede ser la crianza de los hijos durante la adolescencia. Cuando
los jóvenes entran a esta etapa, todo los que conlleva criar a los hijos se vuelve diferente y
muchas veces, más complicado. Los problemas en la conducta estarían apareciendo en esta etapa
de desarrollo en los menores, o si es que fueron problemas preexistentes, estos podrían empeorar
en este momento (Chamberlain & Rosicky, 1995). Los trastornos del comportamiento, como el
antisociales de los jóvenes, han sido el foco de varias investigaciones, con el fin de desarrollar
intervenciones para los jóvenes y las familias, al igual que determinar cómo la dinámica de la
Vostanis, O’Reilly, 2005). Las dificultades que traen los problemas de comportamiento son de
mucha importancia, sobretodo porque tienen una comorbilidad con el decrecimiento en el ámbito
conducta resulta realmente efectivo, sobretodo porque estos problemas suelen mantenerse no solo
debido a atributos del adolescente, es decir, características intrínsecas de ellos, como la falta de
regulación. También factores ambientales y de contexto jugando un rol importante para hacer que
los problemas comportamentales de los adolescentes perduren. Con esto se refiere a que los
padres podrían contribuir a la permanencia de problemas de conducta de sus hijos, ya sea por
negligencia, malas prácticas de crianza, etc (Carr, 2009). En la actualidad existen diversos tipos
de terapia familiar que han sido utilizados para mejorar tanto los problemas de comportamiento
investigaciones acerca de dos tipos de terapia y comparar su efectividad con respecto a cómo
estas intervienen en familias con este tipo de problemática. La primera terapia a evaluar será la
Terapia Familiar Breve Centrada en Soluciones (TFCS), para luego continuar con la Terapia
evidencia, la cual es dirigida hacia el futuro y hacia un objetivo. Esta terapia fue desarrollada por
los autores Steve de Shazer e Insoo Berg en el Centro de Terapia Familiar Breve en Wisconsin
(Trepper, 2012). El autor Trepper (2012) determina que esta ha sido una de las terapias que más
popularidad ha ganado en los últimos años, debido a su gran utilidad y rapidez al trabajar con
personas con diversas problemáticas. Lo principal que establece esta terapia es que trabaja en las
soluciones en vez de los problemas que tiene la familia. Es por esto que uno de sus pilares es que,
si algo no es un problema, no debería arreglarse. Además, determina que si algo funciona bien
dentro de una familia, se debería hacer más de aquello, mientras que si es que algo no funciona,
se realiza algo diferente (Trepper, 2012). La TFCS ha sido estudiada extensamente, con una
variedad de estudios demostrando su efectividad. Por esta razón en las siguientes líneas se
revisará lo que esta terapia puede aportar con respecto a familias de adolescentes con problemas
de conducta.
Corcoran (2006) realizó una investigación con 239 jóvenes y sus familias. El objetivo de
su investigación fue comparar el efecto de la TFCS con el “Tratamiento Usual” que reciben las
familias con jóvenes con problemas de comportamiento, para así determinar el grado en que
ambas terapias afectan a las familias con este tipo de problemas. Los niños fueron referidos desde
la escuela, que fue el lugar en donde se impartió la terapia para la familia. Las familias fueron
asignadas aleatoriamente a los dos tipos de terapia. Ambas terapias tuvieron el mismo número de
sesiones con las familias, de 4 a 6. La mayoría de jóvenes fueron mujeres, en un 87%, y hubo una
Los resultados demostraron que la TFCS tuvo un mejor involucramiento de las familias
en el tratamiento a comparación al tratamiento usual que se les aplicó. A pesar de esto, no existió
los adolescentes, por parte de los jóvenes o padres. Es decir, ambas terapias resultaron eficaces
para disminuir los síntomas de los adolescente su mejorar el funcionamiento familiar, pero no
existió una diferencia entre ambas terapias. En cuanto a limitaciones se encontró que los autores
no tuvieron medidas estandarizadas para medir los cambios dentro de terapia. Los autores
tampoco utilizaron un grupo de control, y ellos expresan que pudo haberse dado un sesgo al haber
realizado algunas entrevistas de acuerdo al proceso de terapia por medio de llamadas telefónicas.
La eficacia de la TFCS ha sido investigada por Corcoran & Stephenson (2000) de igual
manera. Para su estudio ellos reclutaron a 136 jóvenes y sus familias, con el fin de trabajar en los
problemas de comportamiento que presentaban los niños y mejorar la dinámica familiar. La edad
de los menores fue de los 5 hasta los 17 años. Un 63% fueron varones, mientras que un 36%
fueron mujeres. Dentro de la muestra se contó con la participación de familias de raza blanca
después a partir de la intervención. Lo que encontraron los investigadores fue que en las escalas
utilizadas para medir los sentimientos, comportamientos y actitudes de los menores, hubo un
cambio significativo al haber estado expuesta la familia a la TFCS. Los padres de igual manera
reportaron mejorías en cuanto a los problemas de conducta de sus hijos, al igual que en problemas
A pesar de esto, existen limitaciones en el presente estudio a tomar en cuenta. Una de las
limitaciones más significativas fue que varios participantes abandonaron terapia, lo cual pudo
haber sesgado los resultados. Adicionalmente, los autores utilizaron herramientas limitadas para
la recolección de datos con respecto a la efectividad de la terapia. Si bien utilizaron dos escalas, la
Feelings, Attitudes, and Behaviors Scale for Children (FAB-C) y la Conners’ Parent Rating
Scale, algunas preguntas resultaron confusas para los menores, lo cual pudo haber afectado en los
datos. Los investigadores tampoco realizaron seguimiento de las familias, por lo que no se puede
En otro estudio conducido por Anderson, Vostanis & O’Reilly (2005) se estudió el efecto
seguimiento por 3 años. Los participantes fueron 40 familias que recibieron tratamiento de la
TFCS. A los miembros se les aplicaron medidas de seguimiento, como fueron las Health of the
Nation Outcome Scales for Children and Adolescents (HoNOSCA) y el Strengths and Difficulties
Questionnaire (SDQ). Estas escalas fueron aplicadas pre y post intervención, y después de 34
meses fueron aplicadas nuevamente. Se impartieron de 5 a 7 sesiones de terapia con el fin de que
la familia logre encontrar nuevas soluciones a sus problemas, además de trabajar en la relación de
padres e hijos.
En los resultados se encontró que a partir de la intervención, los jóvenes y las familias
reportaron una mejoría significativa en la mayoría de escalas de medición con respecto a los
mejor funcionamiento a nivel familiar. Sin embargo, esta mejoría no se vio sostenida a través del
tiempo, que serían 34 meses después de la intervención. Los autores explican que esto pudo
deberse a varios factores externos y del desarrollo, pero que los resultados fueron consistentes a
otras investigaciones con respecto a programas de intervención familiar. Las limitaciones del
estudio radican en que la muestra utilizada fue muy reducida en tamaño. Adicionalmente, no se
utilizaron herramientas diagnósticas para evaluar los problemas de comportamiento de los niños.
El HoNOSCA en específico no es una herramienta muy sensible para medir el cambio en cuanto
intervención de la TFCS. 100 padres y 22 hijos de las edades de 5 a 12 años fueron reclutados
para recibir la TFCS. La familia recibió de 6 a 8 sesiones dentro de su hogar. Para el análisis de
datos se realizó una entrevista estructurada, en donde las respuestas de cada miembro de la
familia fueron escritas y agrupadas. Las respuestas similares e idénticas fueron puestas en una
misma categoría para luego ser analizadas después de la intervención. Lo que los investigadores
descubrieron fue que en su mayoría, la familia reportó sentirse realmente involucrados dentro de
terapia, y los jóvenes expresaron que las intervenciones que promovían el encontrar soluciones
fueron las que más les sirvieron. Además, en el estudio los autores encontraron que las familias
cuanto a sus dificultades familiares. Además, los problemas de los jóvenes relacionados con su
desenvolvimiento dentro del ámbito escolar, mejoró en un 78%, todo esto gracias a la TFCS.
primer lugar, los autores no utilizaron medidas cuantitativas para evaluar la percepción de las
familias con respecto a la TFCS, sino utilizaron medidas cualitativas y descriptivas acerca de
cómo se sintieron a través del proceso de terapia. Otra limitación fueron la superficialidad al
evaluar las intervenciones realizadas con las familias, en donde no se evaluó en específico cuál
fue su efecto. Finalmente, el reducido número de niños pudo haber afectado los datos de igual
manera. Una mayor muestra con jóvenes podría hacer que los datos se hicieran más
generalizables.
La Terapia Familiar Estratégica Breve es una terapia familiar a corto plazo, desarrollada
con el fin de disminuir problemas de conducta en los jóvenes, tales como uso de drogas,
conductas sexuales riesgosas, y delincuencia (Szapocznik, Schwartz, Muir & Brown, 2012). La
premisa de la TFEB establece que las familias de jóvenes con problemas del comportamiento
interactúan de una forma en la que se está promoviendo estos problemas, de manera que el
objetivo de la terapia es cambiar la forma en que los miembros interactúan dentro de su relación
para que los problemas del adolescente no sean permitidos ni reforzados internamente
(Szapocznik et al, 2012). Las intervenciones de esta terapia se realizaron a partir de un modelo
integrativo que combina la Terapia Estructura de Salvador Minuchin, junto con la Terapia
Estratégica de Jay Hayley (Szapocznik et al, 2012). La Familiar Estratégica Breve tiene tres
principios fundamentales en los que se basa. el primero expresa que es una terapia familiar de
sistemas. Con esto se refiere a que los miembros son interdependientes de cada uno, y lo que haga
un miembro va a influenciar en lo que otro haga también. El segundo principio establece que los
cada uno de los miembros. El tercer principio es que la TFEB plantea intervenciones que se
familia, mientras refuerza los patrones positivos de interacción (Szapocznik et al, 2012).
Una vez resumido los aspectos principales de esta terapia, es necesario determinar qué
los jóvenes. Para esto, uno de los estudios de más importancia han sido el de Szapocznik &
recopilaron 7 estudios en donde la TFEB fue utilizada en familias para disminuir los problemas
estudios de 79 participantes, hasta 108, pero a excepción de un estudio que contó con 41
participantes. Lo que hace interesante de estos estudios es que cada uno fue realizado en una
población hispana, mayormente adolescentes cubanos y sus familias. En los estudios se utilizó el
TFEB, o el TFEB junto a otras terapias, como One Person Family Therapy, Family Effectiveness
utilizó un grupo de control para comparar las condiciones con respecto al efecto de la TFEB.
Lo que tuvieron en común los resultados de las investigaciones fue que hubo una mejoría
En algunos estudios se exigió que la TFEB tuvo el mismo impacto positivo al disminuir las
conductas problema del adoelscente que el grupo de control, pero se vio que a nivel de
descubierto en los estudios, que la TFEB es de gran eficacia al ayudar a las familias de acuerdo a:
las limitaciones del estudio, lo que los autores expresan es que el trasladar la terapia a otras
poblaciones que no sean las que fueron estudiadas, que en este caso serían familias cubanas
fundamentalmente en una población hispana, y en el estudio no se vio que esta haya sido utilizada
en otras poblaciones, por lo que se recomienda tomar los resultados de acuerdo a los participantes
En otro estudio conducido por Santisteban et al. (2003) se planteó medir el efecto que
tenía la TFEB en el tratamiento de jóvenes hispanos con problemas del comportamiento y sus
familias. Para esto se reclutaron a 126 familias hispanas con un adolescente que tenía problemas
de comportamiento Las edades de los menores iban desde los 12 a los 18 años, y un 75% de los
jóvenes eran hombres. Cada una de estas familias fue asignada aleatoriamente a 1 de 2
control no se dio terapia, sino se formó un ambiente en donde los jóvenes y familias podían
Lo que mostraron los resultados fue que la TFEB superó al grupo de control en varios
aspectos: mejoró los problemas de conducta de los jóvenes, delincuencia y el autoreporte de uso
de sustancias. Además, se encontró que la TFEB fue más eficaz que el grupo de control al
existieron varios abandonos de los participantes en ambos grupos, con un promedio de 32%.
Aunque se expresa que la falta de los participantes no fue significativa para dañar los resultados,
los datos se hubieran reforzado más al haber contado con las personas que abandonaron el
estudio. Otra limitación sugiere que fue difícil obtener los datos mediante observación ya que
hubieron veces que no toda la familia se encontraba dentro de sesión. Debido a esto no se pudo
notar la interacción entre todos los miembros; por lo tanto los resultados podrían resultar
sesgados. Tampoco se realizó una evaluación de seguimiento a la familia, por lo que los autores
estableces que no se podría saber si es que el efecto de la terapia se mantuvo a través del tiempo.
Valdez, Cepeda, Parrish, Horowitz & Kaplan (2013). Ellos quisieron ver qué tan efectiva era la
pandillas, y a sus familias. Se reclutaron 200 familias con jóvenes con edades desde los 12 hasta
17 años. Los jóvenes debían haber reportado pertenecer o haber pertenecido a una pandilla. Las
experimental recibió la terapia TFEB mientras que el grupo de control recibió ayuda de agencias
Los autores determinaron de acuerdo a los resultados que el grupo dentro de la TFEB
mostró efectos positivos para los adolescentes comparado con el grupo de control, sobretodo al
disminuir el uso de substancias de los mejores en los últimos 30 días de tratamiento. Este efecto
sobre el alcohol se vio que fue moderado, ya que se evidenció que ella reducción en cuanto a uso
de alcohol se mantuvo por el período de seguimiento que fue de 6 meses. De igual manera, se
redujeron y mantuvieron en decrecimiento los problemas de conducta en los jóvenes, al igual que
limitaciones en cuanto a su metodología. Por ejemplo, los autores utilizaron una escala con baja
confiabilidad, que fue la FACES III. De igual manera, el grupo de TFEB tuvo más participantes
mujeres, por lo que el género pudo haber afectado los resultados. También, los autores analizaron
los resultados de los adolescentes y de los padres por separado. Es decir, no tomaron en cuenta la
problemas de conducta en los adolescentes, sino qué tan eficaz es para involucrar más a las
Szapocznik (2001) se plantearon analizar el efecto de la TFEB y cómo son sus mecanismos para
involucrar más a los pacientes y mantenerlos hasta la finalización del tratamiento. Para esta
para mostrar el involucramiento usual de las familias y sus prácticas dentro de la comunidad. La
muestra del estudio estuvo constituida por 104 familias, mayormente hispánicas o
todas las familias existió un adolescente de “alto riesgo”, con problemas de comportamiento.
Lo que encontraron los autores fue que la TFEB fue superior al involucrar y retener a un
mayor número de casos en terapia que la CC. En porcentajes se pudo ver que un 81% en la
terapia, a comparación de un 42% de retención en las familias de CC. Las limitaciones del
estudio señalan que existió una falta de recursos que no les permitieron a los autores evaluar a las
familias que no se involucraron en terapia, sino solamente a un 77% de familias que sí terminaron
Comunidad. Si bien este tipo de comparación es el procedimiento estándar para familias en los
Estados Unidos para la problemática con respecto a los adolescentes con problemas de conducta
y en alto riesgo, la forma en la que se maneja el tratamiento en este grupo varía mucho de
este grupo para saber si es que hubo algún cambio significativo en los individuos.
En conclusión, ambos tipo de terapia, tanto la Terapia Familiar Centrada en Soluciones
como la Terapia Familiar Breve Estratégica, han mostrado qué tan eficaces pueden ser para
trabajar con familias con jóvenes con problemas del comportamiento. Ambas terapias muestran
evidencia de que son realmente útiles al trabajar con familias con este tipo de problemática, sin
embargo, de lo que se investigó se pudo concluir que estudios en una población específica de
adolescentes puede ser mayormente encontrada en la TFBE, mientras que en la TFCS se pueden
encontrar investigaciones con una población de edad más temprana. Por esta razón, podría ser
más beneficioso utilizar la TFBE al encontrarnos con una familia con un adolescente con
problemas de conducta, pero ambas terapias pueden resultar de gran ayuda trabajar con las
familias.
Referencias:
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