Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
'Tengo un sueño'
TEXTO: «Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy en la que será ante la
historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy,
firmó la Proclama de la Emancipación. Este trascendental decreto significó un gran
rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, quemados en las
llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una
larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien
años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la
segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive
en una isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien
años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad
estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto
sentido, hemos venido a la capital de nuestro país a cobrar un cheque. Cuando los
arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la
Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo
estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a
todos los hombres les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la
libertad y la búsqueda de la felicidad.
Es obvio hoy en día que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que
concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación,
Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido
devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el
Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes
fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos
venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la
libertad y de la seguridad de justicia.
También hemos venido a este lugar sagrado para recordar a Estados Unidos de
América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de
enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer
realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y
desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora
es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios.
Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la
injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.
Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la
importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo
descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de
libertad e igualdad.
1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros
necesitaban desahogarse tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo
de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a
los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la
rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el
esplendoroso día de la justicia.
Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que
conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el
proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos
satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio.
Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad
y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en
violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde
se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia
que ha envuelto a la comunidad negra no debe conducirnos a la desconfianza de
toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo
evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está
unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No
podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar
siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.
Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿cuándo quedarán
satisfechos?" Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos,
fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en
los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros
solo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca
podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Mississipi no pueda votar y un
negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos
satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que la justicia ruede como el agua
y la rectitud como una poderosa corriente.
Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y
tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de
ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad han sido
golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la
brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen
trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es
emancipador.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento,
yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño
americano. Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero
significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes, que todos
los hombres son creados iguales". Sueño que un día, en las rojas colinas de
Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de
esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad. Sueño que un día,
incluso el estado de Mississipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia
y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia. Sueño que mis
cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su
piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de
interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio
donde los niños negros puedan unir sus manos con las de los niños blancos y
caminar unidos, como hermanos.
Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán
llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados,
y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe
podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con
esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una
hermosa sinfonía de fraternidad.
Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos,
defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.
Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo
significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a ti te canto. Tierra de libertad
donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado
de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto
tendrá que hacerse realidad.
Por eso, ¡qué repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de
Nueva Hampshire!, ¡qué repique la libertad desde las poderosas montañas de
Nueva York!, ¡qué repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de
Pensilvania!, ¡qué repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en
Colorado!, ¡qué repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California!,
pero no solo eso: ¡qué repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia!,
¡qué repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse!, ¡qué repique la
libertad desde cada pequeña colina y montaña de Mississipi! De cada costado de la
montaña, que repique la libertad.
TEXTO: «Debemos recordar que estamos en las fases preliminares de una de las
grandes batallas de la historia, que nosotros estamos actuando en muchos puntos
de Noruega y Holanda, que estamos preparados en el Mediterráneo, que la batalla
aérea es continua y que muchos preparativos tienen que hacerse aquí y en el
exterior. En esta crisis, espero que pueda perdonárseme si no me extiendo mucho
al dirigirme a la Cámara hoy. Espero que cualquiera de mis amigos y colegas, o
antiguos colegas, que están preocupados por la reconstrucción política, se harán
cargo, y plenamente, de la falta total de ceremonia con la que ha sido necesario
actuar.
Yo diría a la Cámara, como dije a todos los que se han incorporado a este gobierno:
No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor. Tenemos
ante nosotros una prueba de la más penosa naturaleza. Tenemos ante nosotros
muchos, muchos largos meses de combate y sufrimiento.
Me preguntáis: ¿Cuál es nuestra política? Os lo diré: Hacer la guerra por mar, por
tierra y por aire, con toda nuestra potencia y con toda la fuerza que Dios nos pueda
dar; hacer la guerra contra una tiranía monstruosa, nunca superada en el oscuro y
lamentable catálogo de crímenes humanos. Esta es nuestra política.
Estoy seguro de que no se tolerará que nuestra causa se malogre en medio de los
hombres. En este tiempo me siento autorizado para reclamar la ayuda de todas las
personas y decir: Venid, pues, y vayamos juntos adelante con nuestras fuerzas
unidas».
MAHATMA GANDHI
'El arma de la no-violencia'
TEXTO: «Hay gente que tiene odio en sus corazones hacia los británicos. Yo he
oído a gente decir que estaban disgustados con ellos. La mente de la gente común
no diferencia entre un británico y la forma imperialista de su gobierno. Para ellos
ambos son lo mismo. Hay gente a la que no le importa la llegada de los japoneses.
Para ellos, quizá, significaría un cambio de amos, pero esta es una cosa peligrosa.
Ustedes deben removerla de sus mentes. Esta es una hora crucial. Si
permanecemos quietos y no jugamos nuestra parte, no estaremos en lo cierto.
Si son solamente Gran Bretaña y Estados Unidos quienes luchan en esta guerra, y
si nuestro papel es solamente dar ayuda momentánea, sea que la demos
voluntariamente o nos la tomen en contra de nuestros deseos, no será una posición
muy feliz. Pero podemos mostrar nuestra firmeza y valor solamente cuando esta
sea nuestra propia lucha. Entonces cada niño será un valiente. Lograremos nuestra
libertad luchando. No caerá del cielo.
Yo sé muy bien que los británicos nos tendrán que dar nuestra libertad cuando
hayamos hecho suficientes sacrificios y probado nuestra fuerza. Debemos remover
el odio a los británicos de nuestros corazones. Al menos, en mi corazón no hay tal
odio. De hecho, yo soy ahora un amigo más grande de los británicos de lo que lo fui
nunca. La razón para esto es que en este momento ellos están en apuros. Mi
amistad demanda que yo debo ponerlos al tanto de sus equivocaciones. Como yo
no estoy en la posición en que ellos se encuentran, yo estoy en condiciones de
señalarles sus equivocaciones.
Yo sé que ellos están al borde del abismo, y que están casi por caer en él. Sin
embargo, aún si ellos quieren cortarme las manos, mi amistad demanda que yo
debo tratar de empujarlos lejos de tal abismo. Esta es mi pretensión, ante la cual
mucha gente puede reír, pero no me importa, yo digo que esta es la verdad.
¿Cómo puedo culparlos por las cosas que ustedes no son capaces de comprender?
Hay un principio en una lucha, que ustedes deben adoptar. No creer nunca, como
yo nunca he creído, que los británicos van a caer. Yo no los considero como una
nación de cobardes. Yo se que antes de que ellos acepten la derrota cada alma en
Gran Bretaña será sacrificada.
Ellos pueden ser derrotados y pueden dejarlos a ustedes como dejaron a los
pueblos de Birmania, Malasia y otros lugares, con la idea de recapturar cuando
puedan el territorio perdido. Esa puede se su estrategia militar. Pero suponiendo
que nos dejen, ¿qué nos ocurrirá? En tal caso Japón vendrá aquí.
La resolución que es puesta ante ustedes dice: “No queremos permanecer como
ranas en una charca. Estamos alentando una federación mundial. Esta solamente
vendrá a través de la no-violencia. El desarme es posible solo si ustedes utilizan la
incomparable arma de la no-violencia”. Si ustedes no aceptan esta resolución no
estaré apenado. Por el contrario, danzaré con alegría, porque entonces ustedes de
relevarán de una tremenda responsabilidad, que ustedes están ahora poniendo
sobre mí.
Les pido que adopten la no-violencia como una cuestión de estrategia. Conmigo es
un credo, pero en tanto ustedes están implicados les pido que la acepten como una
estrategia. Como soldados disciplinados ustedes deben aceptarla totalmente y
adherirse a ella cuando se unan a la lucha. La gente me pregunta hasta qué punto
soy el mismo hombre que era en 1920. La única diferencia es que soy mucho más
fuerte en ciertas cosas ahora que en 1920».
NELSON MANDELA
'Un ideal por el que morir'
TEXTO: «Sudáfrica es el país más rico de África y podría ser uno de los más ricos
del mundo. Sin embargo, es una tierra de extremos y contrastes muy marcados. Los
blancos disfrutan de lo que bien podía ser el nivel más alto de vida del mundo,
mientras que los africanos viven en la pobreza y en la miseria.
Las enfermedades no solo destrozan los órganos vitales, sino que dan como
resultado falta de inteligencia y de iniciativa, y reducen el poder de concentración.
Los efectos secundarios de tales condiciones afectan al conjunto de toda la
comunidad y al rendimiento de los trabajadores.
El reproche de los africanos, ahora bien, no solo es que ellos son pobres y que los
blancos son ricos, sino que las leyes, que están hechas por los blancos, están
destinadas a preservar esta situación. Hay dos maneras de romper con la pobreza.
La primera es mediante una adecuada educación; y la segunda es adquirir una
mayor profesionalidad de los propios trabajadores, y de esta manera adquirir unos
mayores salarios. Estas dos vías de salvación están deliberadamente cortadas por
la legislación de los blancos.
Por encima de todo, nosotros deseamos derechos políticos igualitarios, porque sin
ellos, nuestras deficiencias serán permanentes. Sé que esto suena revolucionario
para los blancos de este país porque la mayoría de los votantes serán africanos.
Esta es la razón por la que el hombre blanco teme a la democracia. Esto es todo
por lo que lucha el partido ANC. Su batalla es realmente una batalla nacional. Es
una batalla de la gente africana, inspirada por sus propios sufrimientos y su propia
experiencia. Es una batalla por el derecho a vivir.
TEXTO: «Recorro los campos de otros países que luchan por su libertad,
significando siempre lo mismo, la imagen de lo que se puede conseguir mediante la
lucha revolucionaria: la esperanza de un mundo mejor. Es la imagen por la cual vale
la pena arriesgar la vida, sacrificarse hasta la muerte en los campos de batalla de
todos los continentes del mundo. No solamente en los países de América, sino en
todos los países del mundo en los que se creará una lucha revolucionaria.
Ellos trataron de masacrar Argelia, pero Argelia fue libre. Tratan hoy de liquidar al
pueblo de Vietnan, pero el pueblo de Vietnam es más fuerte que ellos y sigue día a
día anotándose nuevas victorias sobre el imperialismo y haciéndole cobrar también
en sangre de sus soldados la inmensa cantidad de víctimas que el imperialismo
hace en el pueblo de Vietnam. La lucha sigue y seguirá hacia la victoria.
TEXTO: «Yo quisiera, españoles, que la unidad sagrada que alienta en vuestro
común entusiasmo y en el fervor por la obra de nuestros combatientes, no decaiga
jamás; ha sido la base de nuestra Victoria y en ella se asienta el edificio de la nueva
España.
Yo no puedo ocultaros en este día los peligros que todavía acechan a nuestra Patria.
Terminó el frente de la guerra, pero sigue la lucha en otro campo. La Victoria se
malograría si no continuásemos con la tensión y la inquietud de los días heroicos,
si dejásemos en libertad de acción a los eternos disidentes, a los rencorosos, a los
egoístas, a los defensores de una economía liberal que facilitaba la explotación de
los débiles por los mejor dotados.No nos hagamos ilusiones: el espíritu judaico que
permitía la alianza del gran capital con el marxismo, que sabe tanto de pactos con
la revolución antiespañola, no se extirpa en un día y aletea en el fondo de muchas
conciencias.
Hacemos una España para todos: vengan a nuestro campo los que arrepentidos de
corazón quieran colaborar a su grandeza; pero si ayer pecaron, no esperen les
demos el espaldarazo mientras no se hayan redimido con sus obras.Para esta gran
etapa de la reconstrucción de España necesitamos que nadie piense volver a la
normalidad anterior; nuestra normalidad no son los casinos ni los pequeños grupos,
ni los afanes parciales. Nuestra normalidad es el trabajo abnegado y duro de cada
día para hacer una Patria nueva y grande de verdad, pero para coronar nuestra gran
obra necesitamos que a la Victoria militar acompañe la política; no basta ordenar la
unidad sagrada, hace falta trabajarla, llevar la doctrina y las nuevas consignas a
todos los lugares, que vosotros seáis los colaboradores de la nueva empresa, de la
que son fuerzas de choque la juventud heroica que en los frentes de batalla y en las
cárceles sombrías recogieron de labios de tantos héroes su último "¡Arriba
España!".
SALVADOR ALLENDE
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó
en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra
preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los
profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por
los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas
de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu
de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a
aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace
muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando
las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de
quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los
juzgará.
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en
vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará
la felonía, la cobardía y la traición».
EVA PERÓN
'Último discurso de Eva Perón en un 17 de octubre'
Tenía que venir y he venido para darle las gracias a Perón, a la CGT, a los
descamisados y a mi pueblo. A Perón, que ha querido honrarme con la más alta
distinción que pueda otorgarse a un peronista y al que yo no terminaré de pagarle
ni entregándole mi vida para agradecerle lo bueno que siempre fue y es conmigo.
Nada de lo que yo tengo; nada de lo que soy; nada de lo que pienso, es mío: es de
Perón. Yo no le diré la mentira acostumbrada; yo no le diré que no lo merezco; sí,
lo merezco, mi general. Lo merezco por una sola cosa, que vale más que todo el
oro del mundo: lo merezco porque todo lo hice por amor a este pueblo. Yo no valgo
por lo que hice, yo no valgo por lo que he renunciado; yo no valgo ni por lo que soy
ni por lo que tengo.
Yo tengo una sola cosa que vale, la tengo en mi corazón, me quema en el alma, me
duele en mi carne y arde en mis nervios. Es el amor por este pueblo y por Perón. Y
le doy las gracias a usted, mi general, por haberme enseñado a conocerlo y a
quererlo. Si este pueblo me pidiese la vida, se la daría cantando, porque la felicidad
de un solo descamisado vale más que toda mi vida.
Tenía que venir a darle las gracias a la CGT por la distinción que significa el
homenaje de laurear una condecoración que es para mí el más querido recuerdo de
los trabajadores argentinos. Tenía que venir para agradecerle que hayan dedicado
los trabajadores y la CGT a esta humilde mujer este glorioso día. Y tenía que venir
para decirles que es necesario mantener, como dijo el general, bien alerta la guardia
de todos los puestos de nuestra lucha. No ha pasado el peligro.
Es necesario que cada uno de los trabajadores argentinos vigile y que no duerma,
porque los enemigos trabajan en la sombra de la traición, y a veces se esconden
detrás de una sonrisa o de una mano tendida. Y tenía que venir, para agradecer a
todos ustedes, mis queridos descamisados de todos los rincones de la Patria,
porque han sabido jugarse la vida por Perón. Yo estaba segura que ustedes sabían,
como lo han sabido, ser la trinchera de Perón. Los enemigos del pueblo, de Perón
y de la Patria, saben también desde hace mucho tiempo que Perón y Eva Perón
están dispuestos a morir por este pueblo. Ahora también saben que el pueblo está
dispuesto a morir por Perón.
Yo les pido hoy, compañeros, una sola cosa: que juremos todos, públicamente,
defender a Perón y luchar por él hasta la muerte. Y nuestro juramento será gritar
durante un minuto para que nuestro grito llegue hasta el último rincón del mundo:
¡La vida por Perón!
Que vengan ahora los enemigos del pueblo, de Perón y de la Patria. Nunca les tuve
miedo porque siempre creí en el pueblo. Siempre creí en mis queridos
descamisados porque nunca olvidé que sin ellos, el 17 de octubre hubiese sido
fecha de dolor y de amargura, porque esa fecha estaba destinada a ser de ignominia
y de traición. Pero el valor de este pueblo lo convirtió en un día de gloria y de
felicidad.
Yo les agradezco, por fin, compañeros, todo lo que ustedes han rogado por mi salud.
Se lo agradezco con el corazón. Espero que Dios oiga a los humildes de mi Patria
para volver pronto a la lucha y poder seguir peleando con Perón, por ustedes, y con
ustedes, por Perón hasta la muerte. Yo no quise ni quiero nada para mí. Mi gloria
es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo, y aunque deje en
el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán
como bandera a la victoria. Yo sé que Dios está con nosotros, porque está con los
humildes y desprecia la soberbia de la oligarquía. Por eso, la victoria será nuestra.
Tendremos que alcanzarla tarde o temprano, cueste lo que cueste y caiga quien
caiga.
Mis queridos descamisados: yo quisiera decirles muchas cosas, pero los médicos
me han prohibido hablar. Yo les dejo mi corazón y les digo que estoy segura, como
es mi deseo, que pronto estaré en la lucha, con más fuerza y con más amor, para
luchar por este pueblo, al que tanto amo, como amo a Perón. Y les pido una sola
cosa: estoy segura que pronto estaré con ustedes, pero si no llegara a estar por mi
salud, cuiden al general, sigan fieles a Perón como hasta ahora, porque eso es estar
con la Patria y con ustedes mismos. Y a todos los descamisados del interior, yo los
estrecho muy, pero muy cerca de mi corazón, y deseo que se den cuenta de cuanto
los amo».
CHARLES DE GAULLE
'Resistencia Francesa'
TEXTO: «Los jefes que desde hace varios años están al mando del ejército francés
han formado un gobierno. Ese gobierno, alegando la derrota de nuestro ejército,
estableció comunicación con el enemigo para cesar los combates.
Por supuesto hemos estado y estamos hundidos por la fuerza mecánica, terrestre y
aérea del enemigo. Infinitamente más que su número, los tanques, los aviones y la
táctica de los alemanes nos hacen retroceder. Los tanques, los aviones y la táctica
de los alemanes han sorprendido a nuestros mandos, al grado de llevarlos a la
situación en la que hoy se encuentran. Pero, ¿se ha dicho la última palabra? ¿La
esperanza debe desaparecer? ¿La derrota es definitiva? ¡No!
Créanme a mí, que les hablo con conocimiento de causa y les digo que nada está
perdido para Francia. Los mismos medios que nos han vencido pueden darnos un
día la victoria. ¡Pues Francia no está sola! ¡No está sola! Tiene un vasto imperio de
su lado. Puede formar bloque con el Imperio Británico que domina el mar y continúa
la lucha. Puede, como Inglaterra, utilizar sin límites la inmensa industria de los
Estados Unidos.
Esta guerra no se limita al triste territorio de nuestro país. Esta guerra no se decidió
en la batalla de Francia. Esta guerra es una guerra mundial. Todos los errores, todos
los retrasos, todas los sufrimientos no impiden que haya, en el universo, todos los
medios necesarios para aplastar un día a nuestros enemigos. Aplastados hoy por
la fuerza mecánica, podemos vencer en el futuro con una fuerza mecánica superior.
El destino del mundo está en juego.
'Discurso de Gettysburg'
TEXTO: «Hace ocho décadas y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este
continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de
que todas las personas son creadas iguales.
Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta
nación, o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el
tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos
venido a consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para
aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es
absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.
Somos, más bien, nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquí a la tarea
inconclusa que, aquellos que aquí lucharon, hicieron avanzar tanto y tan
noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquí a la
gran tarea que aún resta ante nosotros: que, de estos muertos a los que honramos,
tomemos una devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron hasta la
última medida completa de celo. Que resolvamos aquí, firmemente, que estos
muertos no habrán dado su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá
un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para
el pueblo no desaparecerá de la Tierra».
BARACK OBAMA
'Yes we can'
TEXTO: «Fue la creencia bajo la que se escribieron los documentos que declaraban
el destino de una nación: "Yes we can".
Fue susurrado por los esclavos y los abolicionistas mientras enarbolaban la bandera
de la libertad: "Yes we can".
Era la canción que los inmigrantes entonaban desde el agotamiento de las orillas
lejanas y de los pioneros que se enfrentaban a la naturaleza inclemente camino del
Oeste: "Yes we can".
Con justicia e igualdad, con puertas abiertas y prosperidad podemos sanar esta
nación, podemos reparar el mundo: "Yes we can".
La batalla será larga, pero sabemos que no importan los obstáculos que se alcen
en el camino. Nada parará las voces de millones de personas que piden la
oportunidad de un cambio.
Nos han dicho los más cínicos que no podemos. Sus voces se alzan y harán más
ruido. Se nos quiere bajar a la inacción de no tener sueños. Se nos advierte que no
demos falsas esperanzas, pero la historia increíble que América ha protagonizado
nos cuenta que jamás hemos fracasado en nuestra esperanza.
Ahora las esperanzas de la niña que va al colegio en Dillon es la misma que la del
chico que aprende en las calles de Los Ángeles. Recordaremos que algo está
pasando en América; que no estamos tan divididos como dicen nuestros
gobernantes; que somos un pueblo, una nación, y que juntos escribiremos el
siguiente gran capítulo en la historia de América con tres palabras que volarán entre
los océanos y entre la luz de los horizontes: "Yes we can"».
S. M. EL REY DON JUAN CARLOS I
TEXTO: «Al dirigirme a todos los españoles con brevedad y concisión en las
circunstancias extraordinarias que en estos momentos estamos viviendo, pido a
todos la mayor serenidad y confianza, y les hago saber que he cursado a los
Capitanes Generales de las Regiones Militares, Zonas Marítimas y Regiones
Aéreas la orden siguiente:
“Ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el Palacio del Congreso
y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las
Autoridades Civiles y a la Junta de Jefes de Estado Mayor que tomen todas las
medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad
vigente. Cualquier medida de carácter militar que en su caso hubiera de tomarse
deberá contar con la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor”.
TEXTO: «Hace dos mil años la arenga más orgullosa era “civis romanus sum”. Hoy,
en el mundo de la libertad, la arenga más orgullosa es “Ich bin ein Berliner”. Hay
mucha gente en el mundo que realmente no comprende, o dice que no comprende,
cuál es la gran diferencia entre el mundo libre y el mundo comunista. Dejad que
vengan a Berlín. Hay algunos que dicen que el comunismo es el movimiento del
futuro. Dejad que vengan a Berlín. Y hay algunos pocos que dicen que es verdad
que el comunismo es un sistema maligno, pero que permite nuestro progreso
económico. Dejad que vengan a Berlín.
Mientras el muro es la más obvia y viva demostración del fracaso del sistema
comunista, todo el mundo puede ver que no tenemos ninguna satisfacción en ello.
Para nosotros, como ha dicho el alcalde, es una ofensa no solo contra la historia,
sino también una ofensa contra la humanidad, separando familias, dividiendo
maridos y esposas, hermanos y hermanas, y dividiendo a la gente que quiere vivir
unida.
¿Cuál es la verdad de esta ciudad de Alemania? La paz real en Europa nunca puede
estar asegurada mientras a un alemán de cada cuatro se le niega el elemental
derecho de ser un hombre libre, y que pueda elegir un camino libre. En dieciocho
años de paz y buena confianza esta generación de alemanes ha percibido el
derecho a ser libre, incluyendo el derecho a la unión de sus familias, a la unión de
su nación en paz y buena voluntad con todos los pueblos.
Vosotros vivís en una defendida isla de libertad, pero vuestra vida es parte de lo
más importante. Elevad vuestros ojos por encima de los peligros de hoy y las
esperanzas de mañana, más allá de la libertad meramente de esta ciudad de Berlín
y de todos los pueblos de Alemania que avanzan hacia la libertad, más allá del muro,
al día de la paz con justicia.
Todos los hombres libres, dondequiera que ellos vivan, son ciudadanos de Berlín.
Y por lo tanto, como hombres libres, yo con orgullo digo estas palabras: “Ich bin ein
Berliner”».
GEORGE W. BUSH
Una gran cantidad de gente se ha movilizado para defender una gran nación. Los
ataques terroristas pueden hacer temblar los cimientos de nuestros edificios más
altos, pero no pueden tocar los cimientos de América. Estos ataques pueden
destrozar el acero de nuestros edificios, pero no pueden destruir el acero de nuestra
determinación. América ha sido atacada porque somos el más brillante defensor de
la libertad y oportunidad en el mundo, y nadie podrá hacer que esa llama deje de
brillar.
Nuestra primera prioridad es ayudar a aquellos que han sido heridos y tomar todas
las precauciones posibles para proteger a nuestros ciudadanos en casa o en el
extranjero de posibles nuevos atentados».
FRANKLIN D. ROOSEVELT
Ayer, 7 de Diciembre de 1941, una fecha que pervivirá en la infamia, los Estados
Unidos de América fueron sorpresiva y deliberadamente atacados por fuerzas
navales y aéreas del Japón.
Los Estados Unidos estaban en paz con esa nación y, a solicitud de Japón, estaba
aún en conversaciones con su Gobierno y su Emperador, buscando el
mantenimiento de la paz en el Pacífico. Efectivamente, una hora después de que
escuadrones aéreos japoneses comenzaran a bombardear Oahu, el embajador
japonés ante los Estados Unidos y su colega entregaron al Secretario de Estado
una respuesta formal al reciente mensaje estadounidense. Mientras esta respuesta
estipulaba que parecía inútil continuar las existentes negociaciones diplomáticas,
no contenía amenazas o posibilidad de un golpe de guerra o de ataque armado.
Quedará registrado que la distancia de Hawai al Japón hace obvio que el ataque
fue deliberadamente planeado muchos días o incluso semanas atrás. Durante la
ocurrencia del ataque, el Gobierno japonés deliberadamente tuvo la posibilidad de
engañar a los Estados Unidos con falsos planteamientos y expresiones de
esperanza para la continuación de la paz.
El ataque de ayer a las Islas Hawai ha causado serio daño a las fuerzas militares y
navales estadounidenses. Se han perdido muchísimas vidas estadounidenses.
Adicionalmente, se ha reportado buques estadounidenses torpedeados en alta mar,
entre San Francisco y Honolulu.
Ayer, el Gobierno Japonés también lanzó un ataque contra Malaya. Anoche, fuerzas
japonesas atacaron Hong Kong, Guam, las Islas Filipinas y las Islas Midway. Por
tanto, Japón ha iniciado una extensa y sorpresiva ofensiva extendiéndose a toda el
área del Pacífico. Los hechos de ayer hablan por sí mismos. El pueblo de los
Estados Unidos ya se ha formado su opinión y comprende bien las implicaciones
para la propia vida y seguridad de la nación. Como Comandante en Jefe del Ejército
y de la Marina he ordenado que sean tomadas todas las medidas para nuestra
defensa.
Las hostilidades existen. No hay parpadeo al hecho que nuestro pueblo, nuestro
territorio y nuestros intereses están en grave peligro. Con confianza en nuestras
fuerzas armadas, con la irrestricta determinación de nuestro pueblo, nosotros
lograremos el inevitable triunfo. Dios nos ayuda.
Una hora marcada en el destino sacude el cielo de nuestra patria, una hora de
decisiones irrevocables. La declaración de guerra ya ha sido consignada a los
embajadores de Gran Bretaña y de Francia. Salgamos al campo contra las
democracias plutocráticas y reaccionarias del Occidente que siempre han
obstaculizado la marcha y, a menudo, han atentado contra la existencia misma del
pueblo italiano.
Nosotros queremos romper las cadenas del orden territorial y militar que sofocan
nuestro mar, porque un pueblo de cuarenta y cinco millones de almas no es
verdaderamente libre si no ha liberado el acceso a su océano.
'Dimisión de Nixon'
Esta es la trigésimo séptima vez que les hablo desde este despacho, donde se han
tomado tantas decisiones que han moldeado la historia de esta nación. En todas las
decisiones que he tomado a lo largo de mi vida pública he tratado siempre de hacer
lo que he creído mejor para nuestra nación.
Yo nunca he sido una persona que se rinda fácilmente. Dejar el gobierno antes de
que mi mandato termine es algo que aborrezco profundamente desde lo más hondo
de mi alma, pero como Presidente, debo poner los intereses de América en primer
lugar. América necesita un Presidente que cumpla íntegramente su periodo en el
cargo, tanto en la presidencia como en el Congreso, particularmente en un tiempo
como el presente, en el cual los problemas a los que nos enfrentamos están no solo
en casa, sino también en el extranjero.
Cuando recuerdo las altas esperanzas para América con las cuales empezamos
este segundo mandato, siento una profunda tristeza por no estar a partir de ahora
trabajando para alcanzarlas en los próximos dos años y medio, pero al otorgarle la
dirección del Gobierno al Vicepresidente Ford, sé que el liderazgo de América estará
en buenas manos.
Al pasar el cargo de esta oficina al Vicepresidente, lo hago con el profundo
convencimiento del peso de la responsabilidad que cargará sobre sus hombros
mañana, y por lo tanto, de la comprensión, la paciencia y la cooperación que
necesitará de todos los americanos. Cuando asuma esa responsabilidad, merecerá
la ayuda y apoyo de todos nosotros.
Cuando miramos al futuro, la primera prioridad esencial es curar las heridas de esta
nación, dejar atrás las amarguras y divisiones del pasado y redescubrir los ideales
que descansan en el corazón de la fuerza y unidad de nuestra libre y gran nación.
Al tomar esta acción, tengo la esperanza de que esto acelerará el comienzo de este
proceso de curación, el cual es tan desesperadamente necesario en América. Me
arrepiento profundamente de cualquier daño que pudiera haber sido hecho en el
curso de los acontecimientos que han llevado a tomar esta decisión. Decir solo que
si alguno de mis juicios fue malo, y alguno lo fue, fueron hechos en lo que creí que
era lo mejor para los intereses de la Nación.
Esto mismo, más que ninguna cosa, es lo que esperaba conseguir cuando juré la
Presidencia. Esto mismo, más que ninguna cosa, es lo que creo que será mi legado
a todos vosotros, a nuestro país, ahora que dejo la Presidencia. Servir en esta
oficina es haber tenido un profundo sentimiento de patriotismo con todos y cada uno
de los americanos. Dejo el cargo con esta oración: La gracia de Dios sea con
vosotros en todos los días por venir».
LOU GEHRIG
TEXTO: «Amigos, las últimas dos semanas habéis estado leyendo acerca de la
mala suerte que tengo. Sin embargo, hoy me considero el hombre más afortunado
en la faz de la tierra. He estado en estadios de béisbol durante diecisiete años y
nunca he recibido nada más que la bondad y el ánimo de los aficionados.
Así que termino diciendo que pude haber dado un mal paso, pero tengo un montón
de cosas por las que vivir. Gracias».
GEORGE BUSH, PADRE
TEXTO: «Hace solamente dos horas, fuerzas aliadas comenzaron un ataque sobre
objetivos militares en Irak y Kuwait. Estos ataques continúan en este momento. Las
fuerzas terrestres no están implicadas.
Esta acción militar, tomada de acuerdo con las resoluciones de las Naciones Unidas
y con el consentimiento del Congreso de los Estados Unidos, después de meses de
una constante e interminable actividad diplomática con las Naciones Unidas, en
Estados Unidos y con muchos otros países.
Mientras me dirijo a ustedes, ataques aereos están marcha contra objetivos militares
en Irak. Nosotros estamos determinados a derrotar el potencial nuclear de Saddam
Hussein. También destruimos sus instalaciones de armas químicas. Mucha de la
artillería de Saddam será destruida. Nuestras operaciones están diseñadas para
proteger de la mejor manera posible las vidas de las fuerzas de coalición. Las
primeras informaciones del General Schwarzkopf nos indican que nuestras
operaciones están transcurriendo de acuerdo a lo establecido.
No tenemos ningún problema con la gente de Irak. De hecho, para los inocentes
afectados por este conflicto, rezo por su seguridad. Nuestro objetivo no es la
conquista de Irak. Nuestro objetivo es la liberación de Kuwait. Es mi esperanza que
de alguna manera la gente de Irak pueda, incluso ahora, convencerse de que su
dictador debe dejar las armas, abandonar Kuwait y permitir a Irak reunirse con la
familia de las naciones pacíficas del mundo.
Esta noche, mientras nuestras fuerzas luchan, ellos y sus familias están en nuestras
plegarias. Dios bendiga a todos y a cada uno de ellos, y a las fuerzas de coalición
en el Golfo Pérsico, y bendiga también a los Estados Unidos de América».
DOLORES IBÁRRURI
'No pasarán'
A través de las notas del Gobierno y del Frente Popular, el pueblo conoce la
gravedad del momento actual. En Marruecos y en Canarias luchan los trabajadores,
unidos a las fuerzas leales a la República, contra los militares y fascistas
sublevados.
Todo el país vibra de indignación ante esos desalmados que quieren hundir la
España democrática y popular en un infierno de terror y de muerte, pero... ¡No
pasarán!
¡Mujeres, heroicas mujeres del pueblo! ¡Acordaos del heroísmo de las mujeres
asturianas en 1934; luchad también vosotras al lado de los hombres para defender
la vida y la libertad de vuestros hijos, que el fascismo amenaza!
¡Soldados, hijos del pueblo! ¡Manteneos fieles al Gobierno de la República, luchad
al lado de los trabajadores, al lado de las fuerzas del Frente Popular, junto a vuestros
padres, vuestros hermanos y compañeros! ¡Luchad por la España del 16 de febrero,
luchad por la República, ayudadlos a triunfar!
¡Qué nadie vacile! Todos dispuestos para la acción. Cada obrero, cada antifascista
debe considerarse un soldado en armas.
¡Viva el Frente Popular! ¡Viva la unión de todos los antifascistas! ¡Viva la República
del pueblo! ¡Los fascistas no pasarán! ¡No pasarán!».