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Por

Oscar A. García Solana


TEMA: HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN YUCATÁN

TÍTULO: Una Visión Racionalista Yucateca de las Matemáticas:

La Propuesta de José de la Luz Mena.

Por: Pitágoras de Samahil

Oscar A. García Solana

1. Introducción.

Cualquiera que sea la actividad humana y más aun si se refiere a creaciones

del intelecto que no tienen relación directa e inmediata con una entidad tangible y

concreta, es factor de interpretaciones, de opiniones, de diferencia de criterios

entre sus estudiosos. Este es el caso del componente pedagógico de las

matemáticas, el cómo y el por qué de la transmisión de estos conceptos a las

nuevas generaciones.

A lo largo de las diferentes etapas históricas de la humanidad, los

enseñantes de esta disciplina, hayan sido pedagogos o matemáticos, han

normado, desde su propia óptica, en la manera en que el estudiante debe abordar

cada noción.

En el caso de la propuesta pedagógica del profesor José de la Luz Mena y

Alcocer, la importancia radica en que ésta puede considerarse adelantada para su

tiempo, toda vez que sus fundamentos pueden calificarse como equiparables a la

forma en que en la actualidad se propone el trabajo de las matemáticas en el aula.

1
Se considera, sin temor a equivocaciones, que el trabajo pedagógico del

Prof. Mena se inscribe en la corriente internacional de la Escuela Activa, de la que

forman parte también Piaget, Freinet, Montessori y tantos otros.

Hay que tomar en consideración también los aspectos político y social del

trabajo educativo, toda vez que el quehacer didáctico está por fuerza inmerso en

una sociedad particular y que quienes en él intervienen son entes con

características muy propias de sus circunstancias.

Rodolfo Méndez Balderas, en su ensayo “La enseñanza de las matemáticas,

¿un problema didáctico?” señala: “...la ciencia, y en este caso particular la

matemática, no (es) políticamente aséptica, con lo cual sus contenidos y la

metodología de enseñanza utilizados llevan en sí una

misma carga e intencionalidad”1.

Este aspecto nos remite pues al análisis de la

intencionalidad política del planteamiento racionalista

de Mena, del contexto socio-político de la época en

nuestro estado, que dio sentido a su trabajo.

Me referiré al análisis socio-político en primer 1ª. Edición. 1916.

término y pedagógico después, del libro de José de la Luz Mena: “De las Tablillas

de Lodo a las Ecuaciones de Primer Grado”, editado por primera vez en 1916, con

una segunda edición en 1926, en la que cambió el nombre a “De las Tortillas de

Lodo a las Ecuaciones de Primer Grado”.

2
2. Síntesis biográfica de José de la Luz Mena y Alcocer.

Nació en la ciudad de Izamal, Yucatán, el 2 de marzo de 1883, siendo su

padre Dn. Tiburcio Mena y su madre Dña. Asunción Alcocer. Comenzó sus estudios

primarios en la escuela “Perseverancia”, pero fue en la Escuela Normal de

Profesores en donde los concluyó, recibiendo el título de Profesor de Educación

Primaria.

En 1910 publica su primer trabajo de propuesta de

modificación de la educación pública en Yucatán, con el

fundamento de que había que fundar una escuela con base en el

trabajo y la libertad, en oposición a la escuela-cárcel propia de la

José de la Luz Mena escolástica.

Con la llegada a Yucatán en 1915 de Salvador

Alvarado, el clima educativo le es propicio para fomentar su escuela racionalista.

Alvarado tenía sus propias ideas respecto de la educación, concordando con las

propuestas venidas de Europa, de María Montessori y otros promotores de la

Escuela Activa y la metodología de nuestro connacional Gregorio Torres Quintero,

a quien Alvarado nombró Jefe del Departamento de Educación Pública en el año de

1916.

Entre el 11 y el 15 de septiembre de 1915, se celebró en el Teatro “José

Peón Contreras” de la ciudad de Mérida el Primer Congreso Pedagógico del Estado

de Yucatán, en el que Mena expuso las bases de la Escuela Racionalista.

3
“En sus seis artículos condensaron sus ideas los proponentes:

1º. El sistema de organización de las escuelas primarias en el Estado debe

tener, como principio básico, la libertad.

2º. Para que esa libertad pueda existir, es necesario que el niño esté colocado

en medios que satisfagan las necesidades ingénitas de su desarrollo psíquico y

físico.

3º. Son medios normales que favorecen este desarrollo, la granja, el taller, el

laboratorio, la vida.

4º. Para poder cumplir con estas finalidades, es indispensable que la escuela

primaria actual se transforme en los medios aludidos en la conclusión que

antecede.

5º. El maestro debe trocar su misión instructiva en la de un hábil excitador de

la investigación educativa que conduce a una educación racional.

6º. Por la libertad y el interés del trabajo, el niño transforma su egoísmo en

amor a su familia, a su raza y a la humanidad, y será, en consecuencia, un

factor de progreso”2.

Funda el mismo año, en la calle 51 No. 391 en el barrio de Chuminópolis de

Mérida su escuela, la “Escuela Racionalista”.

No todo fue miel sobre

hojuelas para los promotores de la

Escuela “Racional”, como pedía el

Alumnos racionalistas en su escuela. 1917.


4
Dr. Urzaiz, o “Racionalista” como preconizaba Mena. Durante las discusiones del

Primer Congreso Pedagógico tuvieron que luchar también contra el

conservadurismo que intentaba impedir la coeducación, encabezados por Artemio

Alpizar Ruz, Mercedes Betancourt de Albertos y el Dr. Max Vadillo Acosta.

Cuando en 1916 se celebró el Segundo Congreso Pedagógico de Yucatán,

presidido por la profesora Porfiria Ávila Vda. de Rosado y al que asistió el maestro

Gregorio Torres Quintero, nuevo jefe del departamento de Educación, éste tenía

una idea adversa de la Escuela Racionalista, por lo que al preguntársele

previamente acerca de sus ideas con respecto a las metodologías propuestas dijo:

“Niego de plano la existencia de la Escuela Racionalista. Dicha escuela es producto

de la mente calenturienta de algunos profesores de esta región tropical, pues

Francisco Ferrer Guardia nunca habló de Escuela Racionalista, sino de Enseñanza

Racionalista, y su escuela se llamó Moderna”3.

Durante ese segundo congreso, Torres Quintero, en su calidad de Jefe del

Departamento de Educación Pública, interrumpió los trabajos antes de ponerse a

discusión la definición de Escuela Racionalista y amenazó: “El señor Gobernador

provisional sale del Estado muy pronto, ustedes se quedarán aislados en esta

región, sin ningún apoyo, y todo maestro que pretenda reformas a los "cánones

inmutables de la pedagogía", será ineludiblemente destituido”4. El dictamen se

aprobó y Torres Quintero cumplió su amenaza y suspendió a los profesores,

excepto a Mena, quien prefirió renunciar.

5
Mena tiene su criterio con respecto a Torres Quintero: “...a este maestro

que hasta por escrito afirmó que por su estulticia el indio no puede incorporarse a

la civilización, ahora ostenta su nombre una plazuela de la metrópoli y por

suscripción ordenada oficialmente entre maestros y alumnos se levantó un

monumento sobre su tumba”5.

Mena publica en 1916 “De las tablillas de lodo

a las ecuaciones de primer grado”; en 1930 “Sólo la

escuela racionalista educa”; en 1936 “Escuela

Racionalista: Doctrina y método” y en 1941 “La

escuela socialista, su desorientación y fracaso”.

Entre otras cosas, encontramos que en 1917

Mena propuso a sus alumnos la publicación de un

periódico totalmente elaborado por dichos alumnos6,


2a. Edición. 1926.
escrito, editado, impreso y distribuido enteramente por ellos, el periódico “Oriente:

Órgano de la Escuela Racionalista”, concepto que Celestín Freinet populariza en su

“Escuela Moderna” como “La Imprenta en la Escuela”, con las mismas

características e intenciones educativas, solamente que hasta el año 1924, y sin

embargo es a éste último a quien se

le recuerda como precursor de este

tipo de trabajos escolares.

Su proyecto educativo rebasó

las fronteras de su Estado natal,

Niños racionalistas en su imprenta. 1917.

6
principiando con Tabasco, en el que su entonces Gobernador, Tomás Garrido

Canabal (quien con anterioridad fue también

gobernador de Yucatán), le pidió desarrollar

las estrategias necesarias para el nuevo


1917
programa político educativo de esta entidad.

Para 1926 habían aceptado la escuela racionalista partidos políticos y asociaciones

de los siguientes estados: Yucatán, Tabasco, Veracruz, Tampico, Campeche,

Morelos, Durango, Tamaulipas, Sonora y más.

Los cambios políticos del país al final de la segunda década del S. XX fueron

mermando la influencia del racionalismo, tendiendo entonces hacia la escuela

socialista y luego haciendo desaparecer a ésta.

Mena fue Jefe del departamento de Educación

Pública de marzo de 1922 a enero de 1923 en tiempos del

gobernador Felipe Carrillo Puerto.

Uno de los primeros actos de gobierno de Carrillo

Puerto fue suscribir el Decreto No. 1 del Gobierno del

Estado de Yucatán, por el que se declara RACIONAL la 1918

educación:

LEY DE EDUCACIÓN RACIONAL

“Artículo primero.- La enseñanza que imparta el Estado en las Escuelas Primarias,

será en lo sucesivo por la acción... La adquisición de los conocimientos

descansará sobre las bases de Libertad, lo mismo el orden,... La recapitulación

7
de las nociones científicas... será resultado de experiencias y aplicaciones que se

hacen en los talleres y de la observación de la naturaleza.

... se observará el encadenamiento de las ciencias, de acuerdo con la escuela

Positiva y con los corolarios del enunciado biogenético de Muller.

Artículo segundo.-... Los sacerdotes y personas de órdenes religiosas o

monásticas, no podrán, en ningún caso, ser agentes de instrucción, en escuelas

privadas y oficiales”7.

José de la Luz Mena y Alcocer falleció en México, D.F.,

el 13 de enero de 1946.

José de la Luz Mena


1936

3. Análisis socio-político.

3.1. Situación del país a principios del S. XX. En lo educativo. En lo

político.

A fines del S. XIX ocupaba la presidencia de la república el Gral. Porfirio

Díaz, cuyo gobierno dictatorial tenía tendencias de derecha, con gran influencia de

la iglesia católica.

8
Durante la última década del S. XIX, la orientación educativa estaba

definida por el escolasticismo, con una escuela confesional, rígida, libresca y

elitista.

El Prof. Orlando Rodríguez8 señala:

“Algunas características de esta corriente de pensamiento fueron:

a. La expresión de la ideología de un régimen feudal cristiano a cuya

cabeza se encontraba el Papa Romano.

b. Se encontraba totalmente subordinada al dogma religioso: “La filosofía –

definió la Iglesia- es la sirvienta de la Teología”.

c. Era idealista: “el pensamiento del creador antes de la creación”.

d. Su método era la lógica abstracta y formalista (adaptó la filosofía

aristotélica a los fines de la Iglesia).

e. Subordinó la ciencia a la religión.”

Las corrientes filosóficas del S. XIX que animaron a los próceres de la

Reforma, desembocaron en el positivismo de Gabino Barrera. Los esfuerzos

iniciados en 1867 se continuaron hasta principios del S. XX, en el que el

positivismo, habiendo adquirido una fisonomía típica mexicana, de carácter

conservador, estancó toda posibilidad de avance por la tendencia utilitaria y

materialista en que se encasillaron los grupos minoritarios poseedores de la

riqueza9.

El positivismo influyó en la escuela de la Reforma favoreciendo a la burguesía,

de tal forma que entre sus características se encontraban, entre otras:

9
a. Se constituyó en la filosofía de la clase burguesa; se tornó reaccionaria por

el temor que le inspiraba el incipiente proletariado y sus teorías

revolucionarias.

b. Representó a la tendencia que pactó con la Iglesia, a la que reconocía

campos propios en los que la ciencia y la filosofía no tienen derecho a

intervenir (según el positivismo).

c. No consideró a las revoluciones como necesarias, inevitables y como factor

de progreso. Expresó su antipatía hacia ellas. Aceptó la evolución gradual.

d. Extendió las leyes biológicas a la sociedad humana a la cual consideraba un

organismo10.

Para romper esta inercia, los constituyentes de 1917 modificaron el Art. 3º.

Constitucional introduciendo el laicismo educativo, con la intención de evitar estos

defectos, quedando dicho artículo de esta manera:

“La enseñanza es libre; pero será laica la que se dé en establecimientos oficiales

de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se

impartan en los establecimientos particulares”. “Ninguna corporación religiosa, ni

ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria”.

“Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la

vigilancia oficial”. “En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la

enseñanza primaria”.

10
Con posterioridad, en 1934, se modificó este artículo para cambiar la

educación, de laica, a socialista.

3.2. Situación del Estado de Yucatán a principios del S. XX. En lo político.

En lo educativo.

A principios del S. XX gobernaba en Yucatán el Gral. Francisco Cantón,

quien gozaba de influencia en el régimen porfirista. Su gestión fue de 1898 a 1902,

sucediéndolo entonces el Lic. Olegario Molina Solís, “el arquetipo del régimen

plutocrático yucateco” según José Castillo11. Durante este período, la “casta

capitalista” o “casta divina” como la nombró Salvador Alvarado cuando llegó al

Estado, se daba sus lujos a costa de los peones de las haciendas henequeneras. Es

en esta época también cuando Porfirio Díaz fracciona Yucatán y crea el territorio

de Quintana Roo, con el alegato de que al ser aplastada la sublevación indígena de

la Guerra de Castas, la zona en que los últimos levantados se refugiaron debía ser

pacificada y controlada.

A Molina Solís le sucede como gobernador Enrique Muñoz Arístegui, quien

fuera su interino a partir de 1909; Comenzó su gestión en febrero de 1910 hasta

que renunció para ser sustituido interinamente por el Gral. Luis del Carmen Curiel

en marzo de 1911.

11
Fue en la campaña de 1910 para Gobernador de Yucatán en la que participó

José María Pino Suárez, quien dadas las intrigas porfiristas y el encarcelamiento de

partidarios, tiene que huir del país12.

Poco duró el interinato de Curiel, ya que al triunfo de la revolución

maderista, viene a Yucatán, vía Nueva Orleáns, el Lic. Pino Suárez para hacerse

cargo de la gubernatura, con carácter de interino, el 6 de junio de 1911.

Para poder contender en las elecciones que se avecinaban, Pino fue

sustituido en nuevo interinato por el Lic. Jesús L. González, a partir del 8 de agosto

del propio 1911. Pino Suárez comienza su gestión como Gobernador el 7 de

octubre del mismo año, para concluir su mandato según la elección, hasta el 31 de

enero de 1914.

El destino de Pino Suárez no era quedarse en Yucatán, pues llegaría a ser

Vicepresidente de la República, al lado del Presidente Madero, por lo que pide

licencia para separarse del cargo para contender en la fórmula Madero-Pino por la

presidencia y la vicepresidencia y es sustituido interinamente por el Dr. Nicolás

Cámara Vales a partir del 13 de noviembre, quien a su vez es sustituido de igual

manera por el Dr. Agustín Patrón Correa el 22 del mismo mes. Patrón convoca a

elecciones, las que son ganadas por el Dr. Cámara vales, antes citado, quien toma

posesión el 30 de diciembre del mismo 1911.

Cámara Vales pide licencia al cargo el 16 de enero de 1913, para dirigirse a

la ciudad de México, siendo sustituido por D. Fernando Solís León. Luego de los

asesinatos de Madero y Pino Suárez, Cámara vales renuncia definitivamente, de

12
igual manera su interino, haciéndose cargo de la gubernatura D. Arcadio

Escobedo. A su vez, Escobedo pide licencia el 30 de junio y se nombra interino a

D. Felipe G. Solís, quien renuncia el 8 de julio para que se hiciera cargo el Gral.

Eugenio Rascón, enviado de Huerta. Posteriormente se nombró interino al Gral.

Prisciliano Cortés, quien fue electo en supuestas elecciones para comenzar el 1º.

de febrero de 1914, aunque se retiró y fue sustituido por el Lic. Sebastián García.

Al triunfo del movimiento de Venustiano Carranza, quien depuso al dictador

Huerta, se nombra Gobernador y Comandante Militar de Yucatán al Mayor

Eleuterio Ávila, quien por motivos personales es sucedido por el Gral. Toribio V. de

los Santos el 27 de enero de 1915.

La llegada del Gral. Salvador Alvarado en marzo de 1915 a Yucatán se debió

a que el Gral. de los Santos tenía un conflicto de intereses con Abel Ortiz

Argumedo, Comandante militar de Mérida, lo que produjo un levantamiento del

último. Alvarado ya había sido nombrado Jefe militar del todo el sureste.

A Alvarado le sucedieron Carlos Castro Morales (1918-1920, electo),

Gustavo C. Cuevas G. (1920, interino), Tomás Garrido Canabal (1920, interino),

Enrique Recio, Antonio Ancona Albertos, Hircano Ayuso y O´horibe (1920,

interinos), Manuel Berzunza (1921, interino), Felipe Carrillo Puerto (1922-1923,

electo y asesinado), Juan Ricárdez Broca (1923-1924, asesino del anterior),

Eugenio Martínez (1924), Miguel Cantón (1924), José Ma. Iturralde (1925-1926),

Álvaro Torre Díaz (1926-1930), Bartolomé García Correa (1930-1934), César

Alayola Barrera (1934-1935), Fernando López Cárdenas (1935-1936)13.

13
Como puede apreciarse, la etapa en que se desarrolló la escuela racionalista

fue violenta, tanto en el país como en el Estado, por lo que la labor educativa de

José de la Luz Mena y de sus colaboradores y simpatizantes no fue sencilla.

Treinta cambios de gobernador del Estado en un lapso de 36 años,

habiendo años en los que hubo hasta SEIS (en 1920), dan idea de la inestabilidad

política en el Yucatán de esta época.

3.2.1. Apreciación de José de la Luz Mena.

Para Mena, la escuela de principios del S. XX hacía la educación imposible,

dadas una serie de contradicciones:

“Cuánta antítesis norma la vida de la escuela.

El enclenque dando lecciones de vigor físico.

El moribundo preparando para la vida.

El adolorido dando pruebas de entusiasmo.

El destartalado hablando de estética.

El hambriento enseñando la felicidad.

El débil dando pruebas de energía, de carácter, de voluntad.

El esclavo, enseñando las prácticas de la libertad.

He allí cómo se forman en las “escuelas del saber” las pujantes generaciones para

la vida completa... de ultratumba, por obra y gracia de los prejuicios

tradicionales”14.

14
Mena exculpa al maestro, en perjuicio de la escuela, a la que censura por

estar organizada a base de esclavitud. Le achaca también el promover en el

alumno la pasividad, el transmitir los conocimientos por vía de procedimientos y

métodos de ciencia revelada y no como conocimiento organizado en plena

actividad humana, o sea, como verdad absoluta e inamovible, como dogma, y no

como resultado de un devenir histórico. Las bases de la constitución de la escuela

reformista eran las de “educar al niño en la integridad de su ser, de acuerdo con

sus actividades ingénitas para hacer más tarde hombres fuertes y libres, aptos

para las luchas diarias de la existencia”15.

Es por esto que Mena propone que “la labor del maestro en la escuela ha de

ser de organización. Que de las propias actividades infantiles, por medio del

trabajo, surja la educación completa, positiva, armónica y libre.”16. Tal como

propondría en Francia Celestín Freinet años después.

Hace Mena un análisis de los requerimientos infantiles para la educación:

1. El niño debe ser factor de actividad en producción.

2. El niño debe autoeducarse.

3. La educación de la niñez debe ser poco o nada costosa al Gobierno y a

los padres de familia.

4. La independencia debe comenzar desde la infancia.

15
Aquí se puede admitir una digresión que permita el análisis comparativo de

cada uno de estos postulados de Mena con los de personajes de la Escuela Activa

posteriores a él y que forman parte de los fundamentos de la educación actual.

Por ejemplo, para el postulado número uno, se puede encontrar una gran

similitud con las propuestas que Freinet ofrece en Francia a partir de los años

veintes y treintas cuando éste dice que no es el juego lo natural en el niño, sino el

trabajo17. Por cierto que este pedagogo abreva en el racionalismo y el anarquismo

para conformar sus técnicas.

Para el segundo postulado encontramos analogía con las ideas de María

Montessori, Jean Piaget y otros representantes de la Escuela Activa, que sería

largo de enumerar, y con los fundamentos subyacentes en los actuales Planes y

Programas de Educación Básica en México.

En el caso del tercer postulado, las técnicas Freinet proponen el trabajo

cooperativo y la organización de la sociedad para que los costos en educación

disminuyan. Esta propuesta ha demostrado ser efectiva aún en los tiempos

actuales.

Nuevamente las ideas de María Montessori pueden ser concordadas con la

postura de Mena en su cuarto postulado pues Montessori decía que cada niño

aprende a su propio ritmo y de acuerdo con sus intereses, en completa libertad de

elección.

16
4. Análisis pedagógico del contenido del libro.

Es un hecho que en la enseñanza de las matemáticas hay que romper el

cerco creado por el didactismo, ese conjunto de técnicas que no toman en

consideración las relaciones que se viven en el aula, la idiosincrasia y

circunstancias del maestro y la naturaleza y contexto del niño.

Siendo la matemática la materia a la que tradicionalmente se ha identificado

como confusa, difícil y tediosa, el trabajo del maestro se torna complejo a su vez.

El Prof. Mena asevera: “Comenzamos con las matemáticas por ser la

enseñanza que hasta el presente infunde más terror en las escuelas”18. Y comienza

además con el estudio de las fracciones o “quebrados” como entonces se

denominaban, porque “el niño es afecto a destruir, cortar y dividir. Tal es la

tendencia resultante de su vida celular. Su cálculo no requiere grandes

operaciones. Para conocer sus reglas usuales suficientes son las operaciones

empíricas de enteros de uno a cien que los niños adquieren en sus juegos”19.

Y continúa:

“Coadyuva normalmente en la educación del niño. En lo físico adiestra el ojo y la

mano al fragmentar las unidades absolutas que son objeto de su interés. En lo

intelectual y moral no contraría el libre juego de las facultades, a las que

metodiza con sus sencillas observaciones que se traducen en breves notas

descriptivas. El juego de las tortillas de lodo provoca una consulta. Los puntos

salientes de la plática se anotan; las notas constituyen capítulos y los capítulos

un libro, que luego se materializa en los talleres de artes gráficas”20.

17
Es interesante que todo lo anterior corresponda casi textualmente con las

propuestas que Freinet haría en Francia hasta 1924, ocho años después que lo

propusiera en Mérida José de la Luz Mena.

En el libro “De las tortillas de lodo...” se sigue el método de preguntas que

aproximen al interlocutor a una situación en la que el razonamiento sea la única

posibilidad para responder a la pregunta, en una contigüidad con la mayéutica

socrática.

Al igual que Freinet, aclara que no propone un método dogmático, sino que

“queremos que solamente se tome del procedimiento el plan o la idea. Que los

maestros hagan el desarrollo a su modo de ser con entera libertad, ya empleen las

tortillas o los discos o cualquier otro medio, pero tomando siempre como punto de

partida los intereses y actividades de los educandos: que sea funcional. Que el

estudio se desarrolle con tales actividades e intereses, que sea evolutivo”21.

Es curiosa la génesis del libro “De las Tortillas...”. Nace como respuesta a un

reto lanzado por un profesor (Mena no señala nombre): “Si es tan eficiente tu

escuela, si como dices no se debe someter a quietud a los niños como hacemos

nosotros ahora, para enseñarlos, y si como dices, trabajando, estando quietos,

platicando y hasta riendo y jugando pueden adquirir la ciencia, allá te va un tema

que para nosotros es lo más difícil de enseñar y se hace necesario un extremado

silencio y quietud, di ¿cómo aprenderían en tu escuela a reducir los quebrados a

un común denominador? Si me contestas eso y nos dejas satisfechos a todos los

aquí reunidos para escuchar tu conferencia, desde hoy somos tus propagandistas”.

18
A lo que Mena respondió: “Contestarles en este momento sería tanto, como

dejarlos satisfechos, pero me dirían “a la práctica, pues tu respuesta es una

teoría”, y como tal práctica no puede hacerse en las escuelas-cárceles como las

que ustedes tienen, voy a proponerles la contestación en un libro, no sólo la

reducción de los quebrados a un común denominador, sino toda la enseñanza de

quebrados hasta las ecuaciones de primer grado, pero me anticipan algo para

hacer el libro, pues pienso que con el producto fundar (sic) la escuela nueva e

invitarlos a darse cuenta de la realidad de cuanto hoy consideran una teoría,

utopía o mentira”22.

4.1. Sitio de donde surge el primer conocimiento.

Con estas palabras como proemio, comienza Mena el capítulo “El Niño Debe

Hacer su Libro”, en el que un diálogo entre los alumnos y su maestro se va

conduciendo para llegar al conocimiento del nombre de cada porción, según haya

sido dividida la Unidad en un determinado número de partes iguales:

“... uno de los pequeñuelos había dicho que iba a dividir su tablilla en tres

mitades.

A.-¿Es verdad maestro, que no debe decirse tres mitades?

M.- Es verdad.

A.- ¿Cómo se dice?

M.- Tres tercios.

A.- Luego, cada pedazo se llama tercio.

19
M.- Así, en efecto.

A.- Si la dividiera en cuatro partes... en cinco... en seis... en siete...

M.- Obtendrías cuatro cuartos... cinco quintos... seis sextos... siete

séptimos...”23.

De esta forma se va conduciendo a los alumnos, sugiriendo hacer tablillas

del material que más les agrade: lodo, yeso, cartón, papel, madera. Se trata de

encontrar la manera de lograr fraccionar esas unidades en porciones exactamente

iguales. Al nombrar cada una de las partes el maestro puede llegar a nombrar

cada parte según el número de partes hasta que los alumnos se percaten que

basta con adicionar la terminación “avo” para nombrar las fracciones a partir de

once partes iguales de fracción.

A partir de la página 37 y hasta la 44, Mena va

dejando consejos a los maestros, aderezándolos con

citas de pensadores de la educación activa, tales

como: “La escuela debe ofrecer al niño los medios de

recorrer rápidamente los caminos que ha recorrido la

humanidad” (Elslander); “Existe una tendencia

congénita a asimilarse en una edad determinada cierto

orden de concepciones...,... La constructividad24 es el instinto más activo: ...el niño

no sólo habitúa sus músculos a la acción coordinada, sino que adquiere una

infinidad de concepciones físicas que forman la base de su conocimiento en el

mundo material para toda la vida” (William James).

20
Mena sugiere que las divisiones de las tablillas se hagan a ojo, como

ejercicio de dibujo; por doblez, como ejercicio de doblado; con instrumentos de

geometría, como ejercicio de trazo geométrico.

Conforme la actividad avanza, el maestro hace preguntas que inciten al

alumno a sacar conclusiones:

M.- ¿Qué hemos hecho? ¿Cómo resultaban cada vez más las partes?

Con las respuestas se pide hacer una nota del tipo: “He hecho discos. Los

he dividido y cortado en partes iguales, las cuales resultaban cada vez más chicas,

cuanto más dividía los discos”.

Estas notas van formando parte de la primera idea sugerida por Mena desde

el principio: que “el niño haga su propio libro”. En éste y en los conceptos tratados

con posterioridad el consejo de Mena era que al término de la actividad generada

a partir de una inquietud de los alumnos, de la conclusión que conduzca a las

notas para ser escritas éstas en el cuaderno, hay que realizar ejercicios de

reafirmación con elementos de la vida diaria que les sean propios a los niños, en

este caso por ejemplo: “Si parto un lápiz en dos partes iguales ¿Cómo se llama

cada parte?. Si parto un melón en seis pedazos iguales ¿Cómo se llamará cada

pedazo?. Repartiendo por partes iguales una manzana entre tres niños ¿Qué parte

recibirá cada uno?. Un padre tiene doce hijos y quiere repartirles por partes iguales

una sandía. ¿Cómo se llamará la parte que tocará a cada uno?. ¿Cuándo la parte

de una manzana se llamará séptimo?

21
El maestro representa la forma escrita de una de las fracciones que se están

trabajando, para luego preguntar dónde se coloca el número total de partes en

que se dividió la unidad, según lo están viendo los alumnos en lo que escribió.

“Como el número de abajo (que es el que señala en cuantas partes iguales

se dividió la unidad) es el que le da nombre a las partes y dar nombre equivale a

denominar, al número de debajo de la rayita se le llama denominador”. De igual

modo, “como el número de arriba cuenta o numera cuántas partes de la unidad

se han tomado, recibe el nombre de numerador”.

Posteriormente se pasa a la comparación, en la representación física o

material y en la representación escrita de las fracciones, de dos quebrados (se

había mencionado que así se les llamaba a las fracciones en esa época) con el

mismo denominador y de numeradores diferentes, para poder concluir cuál de

ellos es mayor y cómo resulta en su forma escrita: “De dos quebrados de igual

denominador, el mayor es el de mayor numerador”, lo que genera una nueva nota

para el cuaderno.

No queriendo transcribir cada concepto matemático analizado por Mena en

su libro, baste señalar que de igual forma va conduciendo a sus alumnos en cada

uno de los conceptos básicos del tema: denominadores diferentes, fracciones

equivalentes, multiplicación y división de fracciones, suma y resta de fracciones

con denominadores iguales y con denominadores diferentes, simplificación de

fracciones, fracciones propias e impropias, reducción a un denominador común,

22
fracciones como representación de particiones, de divisiones, división de fracción

entre entero y viceversa.

De esta manera se puede pasar, de la representación de un problema en el

que un dato es desconocido, a la representación de una ecuación de primer grado,

que como ya se sabe manipular las fracciones para encontrar equivalentes y ya se

sabe hacer operaciones aritméticas con ellas, puede fácilmente llegarse al despeje

de ecuaciones sencillas. De aquí se parte para conceptuar los despejes y resolver

problemas de ecuaciones.

En la página 150 Mena toma un ejemplo y da una sugerencia que desde

siempre han sugerido los profesores de la corriente activa, la comparación de los

libros de varios autores en el salón de clase, por parte de los alumnos, lo que

genera argumentaciones entre ellos y aún a sí mismos que sólo conducen al

reforzamiento de los conceptos y a la claridad de los mismos. Es por esto que en

tiempos más recientes se aconseja que el Libro de Texto Gratuito no sea el único

en el salón de clase.

La parte medular del libro analizado concluye con una nota de Mena:

“A medida que el niño se desarrolla, transforma sus tendencias

destructivas (de observación y experimentación) en tendencias de agrupamiento

y clasificación las que se modifican más adelante en facultades de investigación y

generalización.

La consulta de las obras en la biblioteca, provoca nuevo ordenamiento de

las notas, en el que se deja entrever alguna lógica.

23
Así da forma al hombre ordenado y no por medio de esa violencia

autoritaria aún usada, que coarta al niño su libertad de acción”.

Termina el libro con la obra de Olga y Oliverio, niños de 10 y 12 años

respectivamente, como muestra del libro elaborado por los niños durante sus

clases de quebrados. El prólogo de estos niños dice:

“De uno de los juegos de Eneida y Pepito, niños de 4 y 6 años de edad,

respectivamente, surgieron los conocimientos expresados en la presente obrita.

La vida es trabajo. La escuela debe ser un reflejo de la vida. He aquí una prueba

de ello: Somos los autores de esta obrita que dedicamos con cariño al buen

abuelo que supo educar a nuestro padre. Si en algo contribuye a vulgarizar la

ciencia entre el pueblo, nuestros deseos habrán pasado los límites previstos; en

caso contrario, será la fundadora de nuestras bibliotecas: es nuestro trabajo. Ya

hemos escrito un librito; sembraremos un árbol y educaremos a un hijo. Es

necesario para decir: hemos cumplido con nuestro deber. LOS AUTORES”.

5. Conclusiones.

Las dificultades de la época en que se desarrolla la propuesta del racionalismo

debidas a la vida política estatal y del país no fueron obstáculo para el grupo de

profesores empeñados en llevar cultura y una verdadera educación para todos. Ni

aún las amenazas directas, veladas y cumplidas de los altos jefes educativos, como

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Torres Quintero, fueron suficientes para detener el empuje de José de la Luz

Mena.

Los cambios constantes en el gobierno del Estado generaban inestabilidad en

todos los órdenes de la vida social, entre ellos la educación.

Los intereses de la clase oligárquica que se oponía a la educación de las

clases que ellos mismos marginaban era también obstáculo para las propuestas

progresistas.

El ala conservadora de la sociedad, de la que también formaban parte algunos

profesores, trataba de impedir a toda costa que una educación para la libertad,

que la coeducación de los sexos (escuela mixta) y que el razonamiento de los

niños pudieran entrar a la escuela.

Si se estudia con detenimiento la propuesta racionalista, podemos darnos

cuenta que antecede en tiempo, y bastante, a las ideas de otros pensadores

educativos que luego se hicieron famosos internacionalmente, como es el caso de

la imprenta, utilizada en la escuela por Mena pero popularizada por Freinet años

después.

En lo que se refiere al trabajo de las fracciones, como se asienta

anteriormente, tiene Mena una similitud con los planteamientos de Piaget y

Montessori, al hacer que se trabaje de manera concreta, que el niño manipule

materiales que le “muestren” el concepto que se está manejando. Aún podemos

contrastar sus ideas de tener juntos a niños de diferentes edades con las ideas de

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Lev Vigotsky y María Montessori si tomamos en cuenta que el niño menor aprende

del mayor y el mayor refuerza sus conocimientos al observar al menor.

La conducción por etapas, gradual, conectada a la vida práctica, libre en la

elección de materiales, permite a cada alumno avanzar de acuerdo con sus propias

aptitudes y capacidades, reconociendo las diferencias individuales, como después

plantearía Piaget.

Debemos tomar en consideración que en el presente existen comunidades,

municipios enteros como el de Germinal de la Sierra en España, en el que se utiliza

una organización anarquista y cuentan con una escuela racionalista según el

modelo de Francisco Ferrer y Guardia, que nos dan muestra de que la corriente

Racionalista sigue vigente.

Es por esto que la propuesta de la Escuela Racionalista de José de la Luz

Mena fue importante en su época y aún en el presente, toda vez que quien busca

dar libertad a las mentes infantiles por medio de una educación basada en los

resultados de la investigación científica en todas sus manifestaciones, busca la

libertad de su Estado y de su nación.

Como una propuesta inscrita en una corriente de pensamiento propia de un

contexto político, al cambiar éste los nuevos ideólogos no permitieron que

prosperara, aunque ahí queda para los profesores estudiosos, para los que buscan

la verdad y el progreso del género humano.

Por: Pitágoras de Samahil

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Notas.

1
Méndez, Rodolfo. (1986). La enseñanza de las matemáticas, ¿un problema didáctico?. En “Cero
en Conducta”. Año 1. Número 4. Marzo-abril de 1986. p. 5.
2
Mena, José de la Luz. (1941). La escuela socialista, su desorientación y fracaso.
3
Mena, José de la Luz. (1936). Escuela racionalista: Doctrina y método. p. 14.
4
Mena, José de la Luz. (1941). La escuela socialista... Op. Cit. p.19.
5
Ídem. p. 20.
6
Este proyecto se presentó al gobernador Alvarado desde 1916, al solicitar el establecimiento de la
primera Escuela Racionalista en el Estado.
7
Ídem. p. 28.
8
Ídem. p. 12.
9
Ceniceros, Miguel Ángel. (1958). Educación y Mexicanidad. Ed. La Prensa.
10
Rodríguez, Orlando. Escuela racionalista: Sueño cumplido. (Síntesis). p. 3.
11
Quintal, Fidelio. (1981). Vida y Obra de Felipe Carrillo Puerto. En Enciclopedia Yucatanense.
Tomo XII. p. 541.
12
Orosa, Jaime. (1988). Historia de Yucatán. Ed. U.A.D.Y. 8ª. Ed. p. 205.
13
Acereto, Albino. (1977). Historia política. Del descubrimiento a 1920. Enciclopedia Yucatanense.
Tomo III. Pp. 355-383.
14
Mena, José de la Luz. (1917). De las Tortillas de Lodo a las Ecuaciones de Primer Grado. Ed. del
Gob. del Edo. de Veracruz (1926. 2ª. Ed.).
15
Mena, José de la Luz. La escuela socialista... Op. Cit. p. 16.
16
Mena, José de la Luz. De las tortillas... Op. Cit. p. 25.
17
Freinet, Celestín. (1984). Por una escuela del pueblo. México. Ed. Laia S.A. p. 25.
18
Mena, José de la Luz. De las tortillas... Op. Cit. p. 26.
19
Idem. pp. 28-29.
20
Idem. p. 29.
21
Idem. p. 31.
22
Mena, José de la Luz. La escuela socialista... Op. Cit. pp. 194-195.
23
Ídem. p. 35.
24
En el sentido de hacer con las manos, no en el término “constructivista” de Piaget.

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