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CRISIS Y PARTICIPACIÓN

¿Qué protesta social?


La protesta social se ha convertido en este
Protesta social en la último tiempo en una referencia constante
de la vida política argentina. Sin embargo,
Argentina de 2001: uno puede encontrar abundante protesta so-
cial a lo largo de todo el período democráti-
co que se inicia en 1983 y, contra lo que a
entre la normalidad veces suele decirse, de modo creciente en
los años ’90. Varios estudios recientes1 pa-
y la ruptura(a) recen mostrar que en ese período hubo una
abundante movilización de recursos colecti-
vos que contrasta con la opinión generaliza-
da en el tema. Sin embargo, se halló un alto
grado de fragmentación y escasa durabilidad
Adrián Scribano* en las protestas, lo que parece dar cuenta de
la impresión de apoliticidad, escasa partici-
y Federico L. Schuster** pación y disgregación de las demandas so-
ciales que habitualmente sostienen muchos
estudios. La concentración del reclamo
sindicalizado en los gremios de servicios y
estatales, su ligazón estrecha con situacio-
nes específicas de desguace del Estado y su
progresivo debilitamiento, mostraron como
contrapartida un crecimiento de la protesta
de matriz cívica, con un carácter marca-
damente diversificado y con rasgos claros de
localización y singularidad. Por ende, con
alta fragmentación y escasas probabilidades
de construir sujetos unificados de acción de
cierta permanencia en el tiempo y extensión
en el espacio. ¿Esto está cambiando? Consi-
deremos muy brevemente, por mor del espa-
cio disponible, cómo llegamos a la protesta
actual.

Durante la década del ’90 pueden observarse


*Doctor en Filosofía (UBA), Investigador del Consejo importantes transformaciones en la protesta
Latinoamericano de Ciencias Sociales - CLACSO.
** Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la
social en Argentina2 . Especialmente en lo
Universidad de Buenos Aires (UBA), Profesor Titular que se refiere a la mutación de identidades
UBA, Investigador del Instituto Gino Germani (FCS- clásicas asociadas a la movilización social
UBA), Director del Proyecto Las transformaciones de como el sindicalismo y también –de manera
la protesta social en la Argentina contemporánea. más importante- la aparición de nuevas for-
(a) Nota del editor: Este artículo fue publicado en mas de lucha, nuevos actores y temas
Observatorio Social de América Latina Nº 5. CLACSO, involucrados en esta forma particular de ac-
Buenos Aires, septiembre de 2001. ción política.
6 Adrián Scribano y Federico L. Schuster

Si se comparan las movilizaciones caracterís- Pero, aun así, puede decirse que en el primer
ticas de los años previos e inmediatamente sexenio democrático de este último período
posteriores a la democratización en Argenti- post dictadura (1983 - 1989), los sindicatos
na con las protestas actuales es sumamente constituyeron el eje de la protesta social y la
difícil negar al menos una serie de caracterís- aglutinaron, seguidos por los reclamos aún
ticas novedosas: a) en primer lugar, han au- existentes de los movimientos de derechos
mentado y se han diversificado las acciones humanos. Ya en aquel momento, y ligado a la
de protesta en el país; b) se han multiplicado restauración democrática después de un perío-
las organizaciones de protesta; c) se han do de tan violenta represión y cercenamiento
modificado los temas y demandas que sostie- de los derechos civiles por parte de la dictadu-
nen las organizaciones y las acciones de pro- ra más sangrienta que sufrió el pueblo argenti-
testa y d) han aparecido nuevos formatos de no, el gobierno democrático desarrolló una
protesta para soportar esas acciones. política tolerante hacia la protesta, la que,
salvo deshonrosas excepciones, pudo crecer
Si hasta comienzos de los años ’90, la refe- como una forma de expresión de demandas
rencia política de la lucha social eran para relativamente normalizada y tolerada. El pe-
los gobiernos democráticos los sindicatos, ríodo culminó con una crisis hiperinflacionaria
desde esa fecha surgieron en la escena ar- que llevó al presidente Alfonsín a adelantar la
gentina nuevos actores colectivos que desa- entrega del poder a su sucesor democrática-
fiaron de modo creciente las políticas del mente electo mientras ocurrían saqueos a
Estado. Siempre ha habido transformacio- varios supermercados. Si bien resulta difícil
nes respecto de los actores de la protesta considerar esto como protesta, sus protago-
social en la Argentina. Pero, como regla nistas constituyen la manifestación em-
general, los sindicatos han sido el centro de brionaria de un actor social y político de
la protesta social desde principios del siglo nuestros días: los sectores más perjudicados
XX. Es cierto que muchas veces como eje de de la Argentina neoliberal: los desafiliados.
formaciones más amplias (las masas popu-
lares del 17 de octubre de 1945, la resisten- Los años ’90 (la década del presidente Me-
cia peronista post ’55, las puebladas de fines nem) continuaron y profundizaron la crisis.
de los ’60 y comienzos de los ’70). En un Una primavera económica producida por el
menor nivel de acciones sistemáticas, y mu- dinero de las privatizaciones de empresas
chas veces acompañando a los sindicatos, los públicas ocultó parcialmente el enorme efec-
estudiantes han sido también sujetos de ac- to de desocupación que se iba produciendo.
ción política de protesta en varios pasajes del Si bien varios sindicatos de trabajadores del
último siglo. Quizás una auténtica novedad, Estado manifestaron fuertemente su oposi-
realmente diversa del resto de la historia de la ción al modelo en los tempranos ’90 y fueron
protesta social en la Argentina, lo constituyan sujetos activos de la protesta social durante
los movimientos de derechos humanos, con la primera mitad de esa década, no pudieron
las Madres de Plaza de Mayo a la cabeza, en poner en jaque a la política privatizadora y
los reclamos contra el genocidio de la dicta- fueron vistos por amplios sectores de la
dura militar iniciada en 1976. No cabe duda opinión pública como protagonistas melan-
de que estos movimientos (y particularmente cólicos de una Argentina del pasado. Sin
las Madres) han constituido una impresio- embargo, no hizo falta mucho tiempo para
nante fuente simbólica para el desarrollo de que la crisis mostrara sus nuevos rostros: la
los movimientos de protesta posteriores en la altísima concentración de la riqueza y la
Argentina. desocupación. Los índices de esta última
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treparon a cifras inéditas para el país. Supe- protesta social en nuestro país. Entre los más
raron los dos dígitos largamente y, hasta sobresalientes se pueden mencionar: a) un
hoy, se mantuvieron siempre muy altos. aumento progresivo y constante del número
Millones de argentinos sufrieron la pre- de protestas sociales, b) los actores que par-
carización laboral y el empobrecimiento sis- ticipaban en los cortes de ruta han consti-
temático. Con ello, también la pérdida de tuido una organización nacional de piqueteros,
la contención sindical que la situación labo- c) se visualizan algunas convergencias tácti-
ral regular supone. Desafiliados de las redes cas de diversos grupos en movilizaciones y
sociales y políticas sistemáticas, de a poco demandas comunes, d) se puede observar una
fueron emergiendo como un actor de poten- línea de parcial convergencia discursiva en-
cialidad política. Primero no tuvieron ros- tre los que protestan en Argentina, la acción
tro, racionalidad ni capacidad intencional colectiva global y sectores de la opinión pu-
en la ficción de muchos políticos y analistas. blica respecto de la mundialización, el
Se habló del riesgo de un estallido social. globalismo neoliberal como ideología
Pero apenas promediaba la década, cuando planetarizada y el rol de los organismos inter-
la protesta social de los desafiliados adqui- nacionales de crédito.
rió rostros y subjetividad. Rara vez aislada,
en general apareció ligada a protestas de El ciclo de protesta4 que vive la Argentina
trabajadores ocupados (estatales, docentes, actualmente es el más importante de todos los
muchas veces). Desde el interior de la pro- acontecidos desde 1983, por la cantidad de
vincia del Neuquén (Cutral-Có, Plaza protestas, la expansión territorial de las mis-
Huincul) alcanzó impacto regional y tras- mas y la cantidad y variedad de sujetos
cendencia nacional. Fue, ahora sí, duramen- involucrados. Asimismo, resulta de interés
te reprimida y una mujer (Teresa Rodríguez) notar que quizás este ciclo marca una nueva
murió alcanzada por las balas. Pero la semi- etapa de las protestas en el país. En efecto,
lla prendió. Estatales y desocupados del por primera vez aparecen dos factores que
norte argentino (Salta y Jujuy) se irían su- permiten avalar esta hipótesis:
mando, siempre con la misma modalidad de
acción: el corte de ruta. Bajo el modelo de a. Los sectores ligados a la desocupación, la
los piquetes de huelga, muchos desocupa- subocupación, el trabajo precario, que
dos y estatales de diversas regiones de la surgieron como actores de la protesta
Argentina impedían el paso de vehículos en hacia mediados de la década anterior
las rutas. Ya no llevaban el nombre de nin- muestran por primera vez formas de orga-
guna rama industrial o de servicios. Eran las nización sistemática y consolidación como
huellas trágicas de una Argentina inédita. Se movimiento social.
llamaron piqueteros y fogoneros3 y consti-
tuirían una expresión central de la protesta b. Los sectores sindicales (fragmentados, es
social en la Argentina de la segunda mitad cierto) han recuperado su protagonismo
de los ’90. en la protesta social.

Esto marca la apertura de una etapa cuyo


¿Cómo estamos hoy? desenvolvimiento es por ahora difícil de pre-
ver. Lo dicho no significa que haya un actor
A nadie se le escapa que desde finales de único homogéneo. Por el contrario, si anali-
1999 hasta la fecha se han constatado varios zamos la protesta actual, veremos una gran
fenómenos convergentes en relación con la diversidad de actores con demandas hetero-
8 Adrián Scribano y Federico L. Schuster

géneas: los desocupados con su desafiliación, dad laboral, d) disminución del consumo, e)
los empleados públicos con sus ajustes en desconfianza generalizada en la capacidad
ciernes (entre ellos, los docentes con sus del gobierno de manejar los problemas eco-
especificidades), los trabajadores de empre- nómicos y f) una serie de fenómenos micro y
sas privatizadas con sus crisis abiertas (entre macro, financieros y productivos desencade-
las que resalta el conflicto de Aerolíneas nados por los fracasos de las iniciativas del
Argentinas), los pequeños propietarios urba- Ministerio de Economía, desde el blindaje
nos y rurales con sus deudas e hipotecas. A hasta el plan de déficit cero6 .
ellos se suman diariamente otros sujetos con
reclamos puntuales, quienes conforman las En lo social: a) aumento de la inseguridad y la
series de protestas continuas en las grandes delincuencia, b) cambios en las redes informa-
ciudades argentinas, más allá de los ciclos de les de solidaridad que se habían tejido bajo la
protesta mencionados. Esta diversidad es aplicación de las políticas sociales del gobier-
normal en toda protesta y se la puede recono- no anterior, c) profundización de la percep-
cer incluso en grandes movimientos revolu- ción respecto del aumento de la pobreza y
cionarios de la historia universal. De modo procesos de empobrecimiento, d) deterioro
tal, que la diversidad no es necesariamente un progresivo de obras y servicios sociales y e)
obstáculo para la conformación de un movi- aparición de modos de auto-percepción social
miento. Como se dijo, la cuestión a determi- e individual que conducen a una “precariedad
nar es el grado de articulación que alcancen social” caracterizada por estar y no estar en la
las redes de protestas5 actualmente en curso. sociedad; es decir ser ciudadano por un tiem-
po, pero no saber si eso continuará.
Los fenómenos que estamos describiendo y
caracterizando adquieren mayor sentido si se Luego de esta rápida visión del presente
repara en la trama de redes de conflictos que emergen una serie de preguntas obvias: ¿Cam-
ellos implican. Los conflictos alcanzan tanto biará algo en el escenario actual? ¿Se man-
a las esferas política y económica como a la tendrá el actual nivel de protestas (alto pero
social. Sólo para mencionar los más relevan- limitado en efectos)? ¿Las protestas conduci-
tes se pueden consignar los siguientes: rán a una salida? ¿Pueden convivir tanto
conflicto y tan poco orden?
En lo político: a) disolución creciente de las
mediaciones políticas institucionales que se
apoyaban en los partidos tradicionales, b) De síntomas, mensajes y ausencias
perdida de legitimidad discursiva del gobier-
no del presidente De La Rúa , c) crisis de la Como es obvio no es posible contestar una a
Alianza de gobierno, d) la fragmentación y una las preguntas formuladas en el espacio
disputa en la oposición, sea en el Justicialismo que disponemos, por lo que nos ocuparemos
como en otros partidos y e) el aumento de la de forma general de algunas líneas de inter-
visibilidad pública de la corrupción eviden- pretación al respecto.
ciada desde el arresto del ex Presidente Car-
los Menem hasta las denuncias de la diputada Las protestas como síntomas de los conflic-
oficialista disidente Elisa Carrió. tos nos conducen a pensar en, al menos, las
siguientes interpretaciones:
En lo económico: a) la persistencia y aumento
del impacto de la recesión, b) incremento del a) Se está consolidando una grieta en la
desempleo, c) profundización de la precarie- estructuración social por donde se consta-
Protesta social en la Argentina de 2001: entre la normalidad y la ruptura 9

ta que la legitimación política procesual mecanismo de síntesis social, lo cual pue-


ya no puede metamorfosear lo que hay de de devenir en fragmentación y feuda-
intereses económicos en la política de los lización de la polis.
partidos.
b) Del mismo modo, permiten advertir sobre
b) Se percibe el afianzamiento de la disolu- la incapacidad de los grupos y/o alianzas
ción de los modos de representación so- de grupos de establecer un discurso hege-
cial, gremial y corporativa. mónico.

c) Se ha vuelto cada vez más evidente que c) Por otro lado, las protestas dejan ver que
los planes de estabilización aplicados los antagonistas, los centros de poder y
desde la política del ministro de la última los recursos por los cuales se entra en
dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz, contienda se han multiplicado y traspasan
hasta la actual versión aliancista del mi- el territorio nacional.
nistro Domingo F. Cavallo7 han generado
la identificación por parte de la gente del La protesta social es un fenómeno planetario,
neoliberalismo como ideología de la legi- hay protestas sociales en casi todos los países
timación. del mundo. Esto se debe a que ningún sistema
político agota en su representación todos los
En tanto mensajes, las protestas permiten intereses sociales, los que, por otra parte,
centrar la mirada en los siguientes puntos tampoco están dados de una vez y para siem-
problemáticos, como formas que marcan los pre como un conjunto completo, sino que se
límites de compatibilidad sistémica: construyen y amplían todo el tiempo. Así se
ve incluso en sociedades opulentas (las euro-
a) Se han vuelto ineficientes los mecanis- peas o la norteamericana), donde muchos
mos institucionalizados de resolución de suponen que no hay protestas, porque la ma-
conflictos, dejando paso a la posibilidad yoría de la población logra satisfacer sus
de mayor violencia y represión social. necesidades básicas ampliamente.

b) Existe un proceso prolongado de cambios Esto es, siempre hubo, hay y habrá intereses,
en las reglas de inclusión social que gene- necesidades y concepciones distintas y con-
ran nuevas y fugaces identidades sociales. frontadas respecto de la vida social entre
miembros diversos de una sociedad. Dicho
c) Se ha abierto y expandido la constitución de otro modo, el mundo social no habrá de ser
de espacios públicos de encuentro que nunca un todo homogéneo, armónico y de
involucran cambios en la consideración suyo completo.
social de la definición de la política.
Pero resultará claro que cuando las necesi-
Las protestas sociales también permiten iden- dades básicas de amplios sectores sociales
tificar ausencias que señalan los momentos están puestas en cuestión, la desigualdad
en los cuales el sistema no se sutura, donde no social aumenta a niveles inéditos, el sistema
alcanza el cemento que ligaba hasta hoy a la político se vuelve incapaz de dar respuestas
sociedad: mínimas a los reclamos sociales, como suce-
de en nuestro medio, la protesta se intensifi-
a) En el marco de lo ya expuesto las protes- ca. Esto se da particularmente en sociedades
tas sociales indican la ausencia de un que han conocido un grado de desarrollo
10 Adrián Scribano y Federico L. Schuster

capitalista relativo y donde los sujetos han grupos sociales se percatan de que la eman-
pasado de una condición obrera estable a una cipación es una meta y que puede alcanzarse
inmensa precarización laboral y social. si se lucha por “ausentar ausencias”, esto es,
por refundar los espacios políticos hoy rotos
Al respecto, sin embargo, es interesante re- en una nueva construcción de subjetividad.
saltar que la protesta no supone un sujeto Esta construcción es posible, en la medida
único y homogéneo. Esto es, cuando en un en que los espacios de la protesta fortalez-
momento en una sociedad (como hoy en la can las redes de acción y produzcan en su
nuestra) se producen muchas protestas al interior la demanda de una nueva repre-
mismo tiempo, ello no significa necesaria- sentatividad política.
mente que exista un gran movimiento social
uniforme detrás de todas ellas. Más bien lo La protesta social es un modo de ruptura del
habitual es que haya diversos movimientos orden social regular, pero al mismo tiempo
de protesta alentados, cada uno de ellos, por puede convertirse en un modo cuasi - normal
el desarrollo de los demás. De allí a que esos de la práctica política en los márgenes del
movimientos se articulen, se pongan de acuer- sistema político. En esa cornisa entre la nor-
do, diseñen estrategias de acción conjunta malidad y la ruptura camina hoy la protesta
hay un paso, y por cierto no pequeño. Cuando social. En su propia aparición hay algo que
ello ocurre, cuando los múltiples movimien- cambia. ¿Cuánto de nuestra sociedad cam-
tos de protesta se articulan y forman un gran biará a partir de la protesta? El aumento de los
movimiento, recién entonces conforman un mecanismos de control, a partir de la actual
desafío político de gran alcance. coyuntura internacional puede ser un factor
que aumente las condiciones para la repre-
Ahora bien, ¿qué significa todo lo afirmado sión de las protestas, sumado esto a la preocu-
hasta aquí en relación con el futuro de la pación que cada tanto afecta a la clase domi-
sociedad argentina? ¿Puede esperarse algún nante respecto del desarrollo creciente de la
cambio? ¿Acaso nada pasará? Creemos que protesta. En estas condiciones, ¿prevalece-
estamos en presencia del desarrollo de im- rán los aspectos de normalidad de la protesta
portantes cambios. Para percibirlos como ta- social o, por el contrario, su potencialidad de
les hay que desplazar la mirada más allá de lo ruptura encaminará a la Argentina hacia un
meramente coyuntural, epifenoménico y nuevo escenario social y/o político?
superestructural.
Sólo la historia futura, en su contingencia,
Lo fundamental que señalan las protestas nos permitirá conocer la respuesta a estas
sociales es que cada vez más individuos y preguntas.

Referencias Bibliográficas

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Notas

1. Véase por ejemplo Scribano, 1999; Schuster, 4. El concepto de ciclo de protesta remite a una
1997, 1999; Schuster y Pereyra, 2001; PIMSA modalidad que suele tener la protesta social, la
1997, 1998, 1999 y 2000; OSAL, 1999, 2000a, que suele incluir períodos de creciente en el
2000b, 2001. número e intensidad de las protestas y otros de
bajante. Véase al respecto, Tarrow, 1997.
2. Seguimos en esta caracterización a Schuster y
Pereyra, 2001. 5. El concepto de redes de protesta indica una
función que permite vincular acontecimientos de
3. Los piqueteros sostienen el corte de ruta, los protesta diversos en virtud de sus parecidos de
fogoneros la participación popular. familia. Dicho vínculo se sitúa tanto en una di-
12 Adrián Scribano y Federico L. Schuster

mensión sincrónica, en la medida en que pueda través de fondos de garantía otorgados por orga-
detectarse una confluencia significativa de acon- nismos internacionales. Más tarde se intentaría
tecimientos, como en una diacrónica en virtud de un canje de bonos de deuda a corto plazo por
la correspondencia entre distintas protestas situa- otros a más largo plazo (megacanje) y finalmente
das en un eje histórico. Al respecto véase Pelacoff, una política de recorte de gastos en el Estado
J. y Pereyra, S., 1999. (déficit cero).

6. Desde comienzos del año 2001, y a través de 7. El actual Ministro de Economía del gobierno
la gestión de tres ministros de Economía sucesi- de la Alianza fue también Ministro del anterior
vos, el gobierno argentino desarrolló diversas Presidente, el justicialista Carlos Menem, du-
estrategias financieras para intentar hacer frente rante varios años y es el autor del Plan de Con-
a una crisis monumental. El blindaje fue un vertibilidad del peso argentino con el dólar nor-
intento por garantizar la solvencia del Estado, a teamericano.

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