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DIMORFISMO CEREBRAL HUMANO.

UN APORTE A LA COMPRENSIÓN
BIOÉTICA DE LA IDEA DE GÉNERO.
Dra. Ma. de la Luz Casas M.
Antecedentes.

La bioética, como instrumento dialógico multidisciplinario aborda los problemas


actuales de la biomedicina aplicada al hombre, así como las políticas y normativas
que se proponen para su posible solución.
Uno de estos problemas fue planteado durante la IV Conferencia Mundial sobre la
Mujer en China1 en 1995 convocada por la ONU, ya que significó el inicio de un
cambio ideológico en la sociedad contemporánea, pues dio origen al actualmente
llamado “enfoque de género”.
Esta idea, fue origen de diversas corrientes. La más extrema de ellas considera
que la diferencia entre feminidad/ masculinidad es solamente un producto social,
esta postura, comprendida dentro de una filosofía inmanentista postula los roles
hombre /mujer bajo el mismo esquema de la lucha de clases, y considera como
génesis de desigualdad el sexo biológico. Las acciones sociopolíticas y educativas
derivadas de esta postura, han sido de gran impacto social en los últimos años.
Dicho enfoque minimiza el papel que la biología tiene en el desarrollo de la
concepción psicológica y social del binomio mujer/feminidad,
hombre/masculinidad, catalogando dicha unión como únicamente un constructo
social, por tanto, modificable bajo las acciones de esa misma estructura.
El enfoque de género parte de tres premisas fundamentales:
1ª. La diferencia biológica entre hombres y mujeres ha sido utilizada para
fundamentar diferencias socioeconómicas que ocasionan desigualdad, esta
desigualdad se funda biológicamente en la capacidad reproductiva de la mujer,
que la hace vulnerable frente al hombre, originando una situación de poder, que
deberá ser combatida a través de la búsqueda de la igualdad genérica, mediante
las lucha social y política.

1
Organización de las Naciones Unidas, “IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijín 1995”,
http://www.onu.org/documentos/confmujer.htm

1
2ª. La causa principal de esta desigualdad es jerárquica y esta basada en la
supuesta supremacía de los hombres sobre las mujeres.
3ª. Las diferencias entre hombres y mujeres responden solamente a una
estructura cultural, social y psicológica independiente de las condiciones
biológicas.
Históricamente la visión original, parte de varios supuestos ideológicos, entre los
que podemos apuntar la postura de Simone de Beauvoir2 en su libro, El segundo
sexo, quien escribe:
“No se nace mujer; se hace. Ningún destino biológico, psíquico, económico, define
la figura que reviste dentro de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la
sociedad el que elabora ese producto intermedio entre el masculino y el castrado
que es calificado como femenino, solo la mediación del otro puede construir a un
individuo como otro. Hay que rechazar la sexualidad como naturaleza...”
Más cercana a nuestro momento histórico, Judith Butler, directora de Gay and
Lesbian Human Rights Commission3 y reconocida activista ante la Organización
Mundial de las Naciones Unidas (ONU) señala:
“El género es una construcción cultural, por consiguiente no es ni resultado casual
del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo… al teorizar que el género es una
construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo viene a ser un
artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino podrían significar
tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo
masculino como uno femenino”.
Empero, existen otras posturas, que puntualizan el hecho de que existen factores
biológicos, que a su vez, poseen un peso real y contundente, en la sexualidad
humana. Me refiero a la aportación que las ciencias biomédicas actualmente se
encuentran realizando en el ámbito de la sexología. El desarrollo biopsicosexual
ha sido campo fecundo desde hace ya casi treinta años de diversos enfoques
científicos, pero especialmente dentro de la genética y las neurociencias es donde

2
Beauvoir S. de, The second sex, Vintage Books, USA, 1989, P: 254,
3
Butler J., International Gay and Lesbian Human Rights Commission
http://www.iglhrc.org/site/iglhrc/

2
las aportaciones han sido más novedosas. Es a éste campo al que el presente
trabajo se dirige.
Empero, hay que aclarar que a la fecha, la mayoría de las investigaciones se han
realizado en animales, y que muchos autores pretenden extrapolar sus resultados
al ámbito humano. Aunque hay que reconocer que la etología tiene una aportación
valiosa al mundo de las ciencias y en algunos casos puede realizarse una
analogía en el hombre, en el caso de la sexualidad humana, éste supuesto se
complica, ya que las conductas en el hombre no parten solamente del
determinismo biológico como en los animales, hablando en forma radical, todo en
el hombre, aún su misma expresión genómica, es una mezcla de materia y
ambiente. ¿Cuál es el peso de cada uno de estos elementos en la condición
feminidad/masculinidad?
Como representante y antecedente de la importancia de la teoría biológica en éste
tema resumiré el siguiente caso paradigmático en el ámbito de las ciencias de la
sexología moderna.
El caso John/Joan. 4,5
Canadá, 1965, año en que se atendió un nacimiento de gemelos univitelinos. A los
siete meses de edad, ambos varones fueron circuncidados. Desafortunadamente
uno de los gemelos fue lesionado iatrogénicamente por el uso indebido del bisturí
eléctrico, como consecuencia, el pene tuvo que ser amputado completamente.
Desde la perspectiva médica, en los años sesentas no se contaba con equipos
sexológicos, dedicados a reconstrucción genital, ni con el avance de la
microcirugía. Uno de los pocos médicos que realizaba estudios sobre sexualidad
humana era el Dr. John Money, de la Universidad Johns Hopkins. Money
consideraba que el sexo genital era la base del aprendizaje de género, por lo que
según la caracterización del sexo, y la educación adecuada, se daría
automáticamente, si esto se realizaba a edades tempranas, un género acorde al

4
Cfr. Bullough VL, “The contributions of John Money: a personal view”, J Sex Res, 2003 Aug, 40
(3):230-6,
5
Cfr. Dreger A. “Ambiguous sex or ambiguous medicine?” The Hastings Center Report, 1998, 28:
24-35

3
sexo genital asignado. Aseguraba que era posible que los bebés tuvieran un sexo
neutral al nacer, un sexo indefinido, que se podría cambiar en el desarrollo de su
vida. Los padres acudieron a él para el tratamiento de su hijo lesionado. Money
aceptó tratar al niño. Para la perspectiva experimental, el caso era una gran
oportunidad de probar su teoría, ya que por ser gemelos, el hermano Brian, sería
el individuo perfecto para hacer de control y así probar que la genética nada tenía
que ver con el desarrollo de la identidad sexual. Se acordó entonces reasignar
sexo al niño mutilado, de varón a hembra. A la edad de 17 meses, el niño fue
castrado completamente y quirúrgicamente se le realizó una plastia vulvar. El niño,
llamado John como seudónimo, cambió su nombre a Joan (su nombre real fué
Brenda) y los padres se comprometieron a educarlo como una niña típica. Money
dió a la familia instrucciones muy estrictas. «Nos dijo que no habláramos del tema,
que no le contáramos la verdad y, sobre todo, que jamás debería saber que no era
una niña», señalaron los padres. Estos se comprometieron a dar apoyo hormonal
a Brenda, especialmente durante la adolescencia, a fin de que desarrollara
caracteres sexuales secundarios femeninos.
Money publicó el caso como un éxito terapéutico y es así que una nueva corriente
de tratamiento fue introducida a la práctica médica, práctica que a la fecha se
encuentra en uso en numerosos países, la reasignación sexual en caso de
amputaciones genitales infantiles o de sexo indiferenciado.
En público, Money aseguraba que el estudio «John/Joan» había tenido un éxito
arrasador. «Este caso constituye un apoyo férreo a la mayor de las batallas de la
liberación de la mujer: el concepto de que las pautas convencionales sobre el
comportamiento masculino y femenino pueden alterarse», Brenda necesitaba
asistir con regularidad a una terapia con Money en Baltimore, en compañía de su
hermano. Pero, si bien se obtuvo un éxito quirúrgico, la evolución psicológica del
caso fue tórpida. John presentó durante su infancia y adolescencia grave
inconformidad genérica. El seguimiento del caso fue realizado por el Dr. Milton
Diamond y Keith Sigmundson6 de la Universidad de Hawai. Quienes señalan que

6
M, Diamond and H, K, Sigmundson, “Sex reassignment at birth: Long-term review and clinical
implications” Arch, Ped, Adolesc, Med, 1997, 151: 298-304,

4
la inconformidad genérica empezó a manifestarse desde la niñez, ya que Joan se
negaba a usar vestidos, orinaba en posición erecta, manifestaba sentimientos de
inconformidad indefinida hacia su persona y en la adolescencia se negó a
completar el tratamiento hormonal que había iniciado en la pubertad. Cuando
Brenda llegó a la adolescencia, ya había intentado suicidarse al menos una vez.
Se negó a que se le practicasen más operaciones pero aceptó, aunque de manera
irregular, tomar estrógenos que favorecieran el desarrollo de sus mamas. El doctor
John Money se fue alejando gradualmente de la vida de los niños, pero Brenda y
su hermano, continuaron en tratamiento psicológico. A los 14 años Brenda exigió a
sus padres saber “la verdad” y estos se la revelaron, temiendo que no
comprendiera y su desajuste fuera mayor. Irónicamente, Brenda se sintió mucho
mejor psicológicamente, al comprobar que había una causa por la cual se sentía
inconforme de su sexo. Inmediatamente Brenda vistió en forma masculina, en
forma congruente con su conducta y solicitó ser operado nuevamente para
obtener un fenotipo masculino. Se realizó la cirugía con éxito, la cual fue posible
gracias a los avances modernos en implantología, prostesica y microcirugía.
Posteriormente con el nombre de David se casó, adoptó a los hijos de su esposa y
continuó su vida como padre y esposo.7
El caso fue abierto a la opinión médica en el año 1998 y así, en el congreso
realizado por la Sociedad de Endocrinología Pediátrica, celebrado en
Boston(EEUU) en mayo de 2000, se presentaron trabajos sobre el tema de
reasignación sexual. En estos se concluye que las actuales evidencias científicas
apoyan que la identidad de género viene establecida en la biología por encima de
la educación. Sobresale un trabajo en especial , realizado por William Reiner8,
psiquiatra y urólogo del Centro Infantil Johns Hopkins (Baltimore, EEUU), «los
niños que han participado en la investigación han demostrado que el género
masculino se puede desarrollar no sólo con la ausencia de pene, sino también

7
Colapinto, J, As Nature Made Him: The Boy Who Was Raised as a Girl , New York: Harper
Collins, 2000,
8
Reiner WG, Kropp BP, “A 7-year experience of genetic males with severe phallic inadequacy
assigned female” ,J Urol, 2004 Dec,172(6 Pt 1):2395-8,

5
cuando se extirpan los testículos». El estudio incluyó 14 niños. Los autores
realizaron un seguimiento de estos menores y constataron que de los 14 niños
genéticamente varones, 12 fueron intervenidos para convertilos en niñas. Sin
embargo, los padres de estos menores relataron que su comportamiento a lo largo
de toda la infancia fue masculino. Además, dos de los menores que no fueron
sometidos a cirugía y que carecían de miembro tenían una actitud psicológica
masculina. Señala el autor «La primera asunción errónea es que las relaciones
sexuales son la cosa más notoria que realiza el ser humano y la segunda que el
pene es el miembro más importante. Esto es una tontería. El cerebro es el mayor
órgano sexual. Es él el que le dice al individuo qué hacer con el pene, la vagina o
cualquier otra parte de la anatomía», ha insistido William Reiner. Este experto
recuerda que la identidad de género «es complicada y que existen evidencias de
que en ella interactúan muchos elementos». Para Diamond y Sigmundson el caso
John/ Joan presenta un aspecto importante de la sexualidad humana: “...la
evidencia es impactante, por el hecho de que los seres humanos no son
psicosocialmente neutrales al nacimiento, pero están, de acuerdo con la herencia
mamífera, predispuestos a interactuar con el ambiente, la familia, las fuerzas
sociales, y hasta con las modas femeninas y masculinas.”
El caso John/Joan representa la postura de primacía genética en la elaboración de
conductas sexuales ya que para esta perspectiva, existe un continuom basado en
el dimorfismo cerebral, el cual a su vez, es la actualización de un patrón genético,
determinado desde la concepción, hasta la muerte del sujeto.
Limites del presente trabajo.
El presente trabajo analiza las últimas aportaciones de las neurociencias a la
descripción del dimorfismo cerebral en el ámbito humano. Al final, se presentará
una conclusión bajo visión multidisciplinaria.
Ya que una parte de estas investigaciones incluyen el ámbito sexual, solamente se
realizarán referencias animales en forma analógica, cuando exista una aportación
suficientemente sustentada para el humano. Respecto a las analogías etológicas,
se deberá de considerar que las conductas sexuales en animales representan

6
solamente actitudes primarias de apareamiento y de ninguna forma pueden ser
analógicas a la sexualidad humana.
Esta revisión no se circunscribe a la conducta genital, ni al impulso sexual, pero
hace referencia a ella, puesto que es una parte del dimorfismo cerebral y en
especial de su componente biológico.
La revisión se enfoca en la sexualidad heterosexual en estudios de individuos en
aparente estado de salud.
Para fines de éste trabajo se consideran las siguientes definiciones:
 Dimorfismo sexual9: Diferencias morfológicas entre sexo femenino y
masculino.
 Dimorfismo cerebral humano: Diferencias morfofuncionales en el cerebro
entre hombre y mujer.10
 Sexo11: conjunto de características biológicas que definen al espectro de los
seres humanos como hembras y machos.
 Sexualidad12: es la dimensión fundamental del hecho de ser un ser humano
basada en el sexo, incluye el género, las identidades de sexo y género, la
orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva, el amor y la reproducción.
Se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes,
valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de
la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales,
éticos y religiosos o espirituales. En resumen, la sexualidad se practica y se
expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos.
Algunos aspectos generales sobre las bases del dimorfismo sexual.13

9
García-Cavazos, Dimorfismo sexual humano: la base biológica, En: Antología de la sexualidad
humana, CONAPO, Miguel Ángel Porrúa, México, Tomo I, 1994, P: 237,
10
Definición operativa,
11
Organización Panamericana de la Salud, Organización Mundial de la Salud, Asociación Mundial
de Sexología, Promoción de la salud sexual ,Recomendaciones para la acción ,Documentos de la
Reunión sobre Capacitación y Tratamiento en cuestiones de sexualidad humana, Guatemala, 19-
22 mayo 2000,
12
Ibid
13
Bancroft J, “Biological factors in human sexuality”, J Sex Res, 2002 Feb, 39 (1):15-21,

7
Para comprender las diferencias morfofuncionales y psicológicas que se presentan
entre el hombre y la mujer, es necesario conocer los eventos fundamentales de la
diferenciación sexual, y consecuentemente el dimorfismo sexual. Basándose en la
biología del desarrollo, la genética clínica y molecular y la endocrinología se puede
resumir que el dimorfismo consta de los siguientes pasos:
1. Diferenciación primaria
a. Cromosómico
b. Génico
c. Gonadal
2. Diferenciación secundaria.
a. Hormonal
b. Nervioso (cerebral y espinal)
c. Genital
d. Asignación-social.
Aunque el tema de éste trabajo es el dimorfismo cerebral como introducción, se
hará un somero resumen de las etapas del dimorfismo embrionario en general.
A) Sexo cromosómico: La evidencia genética de la conformación 46-XX
cromosómica en la mujer y 46-XY en el hombre es la base para la posterior
diferenciación sexual, esta configuración se encuentra establecida desde la unión
del óvulo y espermatozoide en el embrión unicelular, y acompañará a la persona,
sin variación, desde el primer momento de su vida biológica hasta su muerte.Por
poseer dos cromosomas “x”, la diferenciación femenina es pasiva en el embrión,
pero gracias a la participación del “Y”, los embriones masculinos se virilizarán,
formando así un varón.
A través de la realización del careotipo, puede determinarse el sexo de un
embrión.
Los cromosomas contienen a los genes, que codifican la información en forma
específica según cada especie y a la vez, en forma individual en cada sujeto de
esa especie.
b) Factor genético: Aparece desde el momento mismo de la fecundación. Se
encuentra determinado por antígenos y genes codificadores de proteínas

8
específicas14 los factores más importantes para la expresión dimórfica son: Sry15:
Descubierto en 1990. Se localiza en la región eucromatérica distal del brazo corto
del cromosoma Y. Es el gen más importante, ya que actúa en la gónada primaria
indiferenciada, masculinizándola. TDF16: Brazo corto de cromosoma Y.
17
Responsable del mecanismo inicial de la diferenciación testicular. SF1 : Se
manifiesta tempranamente después de la fecundación, su acción se manifiesta en
gónadas, suprarrenal e hipotálamo.
 DSS18: Gen ubicado en brazo corto de cromosoma X , importante en la
activación testicular. DAX-119: Ubicado en cromosoma X, importante para la
formación testicular, pero contenido en el cromosoma X.
WT-120, TDA21, XXT1, 11p13. Gen supresor de Tumor de Wilms.
En la mujer será necesario inactivar los genes de uno de los cromosomas “X”, y
ello ocurre en edades tan tempranas del embrión como es el día 6º a 8º de la
gestación. El mecanismo de diferenciación cada vez se complica más, ya que se

14
Moore, Persaud, Embriología clínica, 6ª ed, Mc Graw-Hill Interamericana, Capitulo 13: Aparato
Urogenital, Pag, 339-365,
15
Oh HJ, Li Y, Lau YF, “SRY Associates with the Heterochromatin Protein 1 Complex by Interacting
with a KRAB Domain Protein”, Biol Reprod, 2004,
16
Matsuzawa-Watanabe Y, Inoue J, Semba K, “Transcriptional activity of testis-determining factor
SRY is modulated by the Wilms' tumor 1 gene product, WT1”, Oncogene, 2003 Sep
11,22(39):7900-4,
17
Mallet D, Bretones P, Michel-Calemard L, Dijoud F, “Gonadal dysgenesis without adrenal
insufficiency in a 46, XY patient heterozygous for the nonsense C16X mutation: a case of SF1
haploinsufficiency”,
J Clin Endocrinol Metab, 2004 Oct,89(10):4829-32,
18
Zanaria E, Muscatelli F, Bardoni B, Strom TM, Guioli S, Guo W, Lalli E, Moser C, Walker AP,
McCabe ER, et al, “An unusual member of the nuclear hormone receptor superfamily responsible
for X-linked adrenal hypoplasia congenital”, Nature, 1994 Dec 15,372(6507):635-41,
19
Shinka T, Nakahori Y, “Sex differentiation and sex chromosomes”, Nippon Rinsho, 2004
Feb,62(2):247-54,
20
Han Y, San-Marina S, Liu J, Minden MD, “Transcriptional activation of c-myc proto-oncogene by
WT1 protein”, Oncogene, 2004 Sep 9,23(41):6933-41,
21
Iyer AK, McCabe ER, “Molecular mechanisms of DAX1 action”, Mol Genet Metab, 2004 Sep-
Oct,83(1-2):60-73,

9
sabe que existen varias desactivaciones, en la primera generalmente se inactivan
los genes del “X” paterno, pero en estadio embrionario posterior, la inactivación del
cromosoma “X” materno o paterno se realiza al azar.
Factor gonadal:22
Después del sexo genético y hacia la 7 semana comienza la diferenciación
gonadal, la cual es de forma activa en XY y pasiva en XX. La existencia de la
diferente carga genética del sexo cromosómico iniciará la diferenciación de la
gónada primaria, que en las primeras seis semanas de desarrollo fetal se
encuentra indiferenciada, el cromosoma Y, bajo la influencia del gen SRY presente
en el varón realizará en la semana 7ª la diferenciación de esta gónada a testículo,
el cuál, al producir testosterona a su vez ejercerá dos funciones fundamentales: el
desarrollo de los conductos mesonéfricos o de Wolff, y por otra parte, la inhibición
de los cuerpos de Müller, mediada por las células de Sertoli. En ausencia de
testosterona, en la hembra, habrá desarrollo en forma pasiva de conducto de
Muller, e involución del de Wolf, de esta forma se diferencian los genitales
femeninos de los masculinos.
d) Factor hormonal: A partir de la novena semana de gestación, la testosterona
producida por el testículo, induce el desarrollo de las estructuras masculinas,
como son el conducto deferente, epidídimo, vesículas seminales y de los genitales
externos, los cuales en un inicio son semejantes, pero que por las hormonas
masculinas se diferencian, caracterizando los genitales externos como
propiamente masculinos.
Los genes que posibilitan la diferenciación sexual hormonodependiente en el
varón se pone en marcha por la producción y actuación de tres hormonas
segregadas por el testículo fetal: la testosterona, la hormona antimülleriana y la
Ins. L-3, producida por las células de Leydig, implicada en la migración
testicular.23 En la diferenciación sexual femenina existe una triple ausencia de
producción: de testosterona, de hormona antimülleriana y de Ins.L-3, que

22
Cfr. Salamanca Gómez Fabio, Diferenciación prenatal, Antologia de la sexualidad humana,
CONAPO, 1994 p,p, 469-490
23
Moore, Persaud, Embriología clínica,op, cit nota. 14. pag: 343,

10
mantiene los ovarios en el abdomen24. El gen Wnt-425, presente en el ovario fetal,
inhibe la producción de testosterona.
En la mujer el ovario produce estrógenos, encargados de estimular la formación
de útero, trompas, vagina y genitales externos.
La ausencia de cromosoma masculino y la dotación de sexo genético XX, induce
a la gónada indiferenciada a transformarse en ovario, las estructuras se
desarrollan libremente de la base orgánica inicial, ya que para ello no es necesario
una hormona de inhibición como sucede en el caso masculino. Los conductos de
Müller, originan así las trompas, útero y tercio superior de la vagina: Al no existir
tampoco estímulo para los conductos de Wolff, estos involucionan.
Los genitales externos tampoco reciben influencia androgénica, dando así lugar a
la formación de caracteres genitales externos femeninos
e) Factor placentario:
La placenta no solamente sirve para nutrir y proteger al feto, sino que es un
órgano productor de hormonas: estrógenos, progesterona, gonadotrofina
coriónica, lactógeno placentario, factores de crecimiento, entre otras. 26 La
gonadotrofina coriónica estimula el desarrollo de los testículos fetales
F) Sexo fenotípico: Las diferencias anatómicas genitales, son en la práctica, la
característica más importante al nacimiento para asignar el sexo, aunque los
genitales internos, aunque no aparentes, son parte también del sexo fenotípico.
En la pubertad se presentarán, también por activación de esta cascada
programada genéticamente, los caracteres sexuales secundarios.
La diferenciación biológica sexual en los humanos posee una determinación clara
hacia la reproducción de la especie.
Aunque explicado en forma muy general, la idea central de este resumen es el
mostrar, que existe una secuencia en el desarrollo de la configuración masculina y

24
Moore, Persaud, Embriología clínica, op, cit nota 14, pag: 364
25
J Sinisi AA, Pasquali D, Notaro A, Bellastella “A, Sexual differentiation”, J Endocrinol Invest,
2003,26(3 Suppl):23-8,
26
Salamanca Gómez Fabio, El desarrollo sexual, Antología de la Sexualidad Humana, CONAPO,
1994, p,475,

11
femenina, y que esta diferencia se encuentra en la expresión genética del sujeto
desde la concepción, cada sujeto expresa una diferente variabilidad, conocida
como factor estocástico. La expresión genómica y las variables epigenéticas
(ambientales) configuran al cerebro en la expresión dimórfica, la cual integrará y
dirigirá las demás expresiones en el transcurso de la vida de ese individuo.
Neurociencias. Selección de aportaciones actuales sobre el dimorfismo
cerebral:
Tomando en cuenta los acontecimientos antes expuestos sobre la cascada del
dimorfismo embrionario y el peso de la impresión (impronta genética) durante la
gametogénesis, en la cual, se silencia el alelo proveniente de un padre, se puede
decir en forma un poco más técnica, que el dimorfismo sexual se debe a la acción
epigenética de las hormonas gonadales sobre los cromosomas sexuales, y que en
este proceso participan tanto cromosomas del padre, como de la madre.27
Estos cambios se aprecian en todo el organismo y no solamente se refieren al
ámbito morfológico genital, sino que aparecen también en otros aparatos y
sistemas como son: sangre, esqueleto, proporción masa muscular/grasa,
constitución laríngea, entre otros. Esta diferencia dimórfica no solamente es parte
de las características sexuales secundarias, esto es, con fin reproductivo en forma
directa, sino que representa una “forma diferente” de posibilidad de actuación
física y fisiológica entre hombre y mujer. Por ejemplo, las diferencias en tipo de
marcha, movimientos, voz, fuerza muscular proporcional entre hombre y mujer,
son características también dimórficas que se manifiestan en actitudes femeninas
o masculinas.
La fuerza muscular, distribución de grasa y músculo, movimientos bruscos,
disposición a la acción física, son en gran parte manifestación de niveles
circulantes de testosterona.
La mujer en cambio, debido al ciclo menstrual, embarazo, parto, climaterio, en el
que actúan diferentes hormonas, presenta cambios, también cíclicos de ánimo, a

27
Skuse DH, “Genomic impression of the chromosome X: a new mechanism in the evolution of the
sexual dimorfism”, J Lab Clin Med, 1999 Jan,133(1):23-32,

12
menudo contrastantes, que frecuentemente condicionan también su nivel de
actividad física.
Aunque este dimorfismo hormonal presenta una complejidad y a la vez un
atractivo impresionante para el estudioso, pues explica gran parte de las
diferencias comportamentales genéricas, por su extensión, no es parte de éste
trabajo. Aunque tampoco, en consideración formal, se encuentra ajeno de una
explicación en este resumen, ya que la base fisiológica del comportamiento
hormonal, se encuentra en el cerebro. Es el cerebro, como órgano rector y
unificador del organismo quien programa las funciones hormonales sobre sus
órganos blanco, y es por esto que lo he escogido como prototipo dimorfico en el
humano.
El estudio de las regiones sexualmente dimórficas del cerebro es relativamente
reciente para la neurofisiología28. La mayoría de las regiones sexualmente
dimórficas del cerebro pertenecen al sistema límbico y diencéfalo e incluyen: el
área preóptica, el núcleo ventromedial, el núcleo supraquiasmático, la amígdala, y
la stria terminalis. Estas regiones se encuentran relacionadas funcionalmente con
emociones, memoria, funciones hormonales y áreas de comportamiento sexual.
Las diferencias en estos núcleos podrían explicar características diversas entre
hombres y mujeres en la percepción de realidades ligadas a la sexualidad,
simbolismo y emociones, así como de la peculiar interpretación de la realidad que
existe en los diferentes sexos.
Durante el desarrollo embrionario y en cierto grado, durante toda la vida, el
estradiol (esteroide) estimula el dimorfismo cerebral, aumentando el tamaño, el
volumen nuclear, la longitud de las dendritas, los axones y la conectividad
sináptica de las neuronas .
La acción de las hormonas sexuales, que incluyen progesterona, andrógenos y
estrógenos, son esteroides derivados de un precursor común, el colesterol.
Aunque existe la tendencia de referirse a esas hormonas como masculinas y
femeninas, no es enteramente correcto pensar que los estrógenos son solamente

28
Barr, Kiernan J, El sistema nervioso humano, Un punto de vista anatómico, Ed, McGraw-Hill
Interamericana, 7° Ed, 2000, 300-309,

13
femeninos y los andrógenos masculinos, ya que ambos sexos sintetizan ambas
hormonas y estas actúan realmente como antagonistas. Lo que es importante para
esta diferencia, son los receptores disponibles para ligar a los dos esteroides
cuando se encuentran en circulación.29 El cerebro tiene receptores para ambos
esteroides sexuales, pero la distribución de cada tipo de receptor es ligeramente
diferente en hombres y mujeres. Por ejemplo, una concentración mayor de
receptores estrogénicos, esto es, femeninos, se encuentran en el núcleo
dorsomedial y ventromedial del tálamo más en mujeres que en hombres.30 La
acción de las hormonas femeninas afectan el comportamiento bioquímico incluso
a la reacción a los fármacos durante el ciclo menstrual, durante el embarazo o en
la menopausia.31 Estrógenos y factores neurotróficos liberados por la glia
contribuyen a la diferenciación sexual en el cerebro.32
Los cambios en el eje Hipotálamo-pituitario-gonadal ha sido bien documentado, y
es ante es stress, que el sistema colinérgico parecer predominar en las mujeres, la
edad, las hormonas, el entorno y la genética contribuyen diferencialmente. 33 Esta
diferente reacción bioquímica ha sido documentada también en la forma de
apreciación cognitiva.34,35

29
B, S, McEwen, P, G, Davis, B, S, Parsons, and D, W, Pfaff, (1979), “The brain as a target for
steroid hormone action” Ann, Rev, Neurosci, 2: 65-112,
30
M,-J, Tsai and B, W, O'Malley, (1994), “Molecular mechanisms of action of steroid/thyroid
receptor superfamily members” Ann, Rev, Biochem, 63: 451-486,
31
Anthony M, Berg MJ, “Biologic and molecular mechanisms for sexual differences in fármaco
chinesis, farmacodinamics and farmacogenetics, Part II”, J Womens Health Gend Based Med, 2002
Sep,11(7):617-29,
32
Carrer HF, Cambiasso MJ, “Brain sexual diferentiation: genes, strogen and neurotrophic factors”,
Cell Mol Neurobiol, 2002 Dec,22(5-6):479-500,
33
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system, cholinergyc system, vasopresyn, activity of the hypothalamus-pituitary-adrenal axis in
mammals: a selective review”, Brain Res Bran Res Rev, 1999 Aug,30(2):135-52,
34
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on cognitive process: important questions and potential answers”, Neurosci Biobehav Rev, 2003
Sep,27(4):401-11.

14
El predominio colinérgico ante el stress podría explicar en las mujeres una
susceptibilidad a padecer colitis nerviosa o lipotimias (desmayos) ante choques
emocionales.
También se han encontrado diferencias anatómicas en el cuerpo calloso. Esta
estructura se relaciona con la memoria y habilidades de aprendizaje entre los dos
hemisferios. Quizás la combinación de estas dos funciones, memoria y emociones
expliquen por qué, por ejemplo, las mujeres recuerdan fechas especiales, por su
contenido emocional, por largo tiempo en forma vivida, siendo que los hombres se
muestran más refractarios a tener esta conducta. 36,37
Esta documentado que conductas reproductivas, tanto en primates como en
humanos, están gobernadas por el hipotálamo, incluyendo el apareamiento.
Los estudios más documentados sobre el dimorfismo sexual hipotalámico en
humanos, han sido descritos por Laura Allen and Roger Gorski de la Universidad
de California, sus resultados apoyan los estudios de Dick Swaab y William Byne y
sus colegas del Instituto Netherlands para la Investigación Cerebral. Dichos
estudios muestran que en el humano solamente el núcleo 3 anterior de tálamo
(INAH-3) es consistentemente dimórfico en adultos. Estos cambios nucleares
sugieren su dependencia de esteroides circulantes.38 Su acción se ha relacionado
con la aparición del impulso sexual y la identidad genérica.
El volumen de materia blanca prepubertal (relacionada en gran parte con el
aprendizaje), se desarrolla más rápido en las niñas que en los niños.
Este período postnatal de la diferenciación hipotalámica indica que, además de los
factores genéticos, un gran número de factores del entorno y psicosociales

35
Kimura D, “Sex, sexual orientation and sex hormones influence human cognitive function”, Curr
Opin Neurobiol, 1996 Apr,(2):259-63,
36
Sanders G, Ross-Field L, “Neuropsychological development of cognitive abilities: a new research
strategy and some preliminary evidence for a sexual orientation model”, Int J Neurosci,1987
Sep,36(1-2):1-16,
37
Giordano G, Giusti M, “Hormons and psichosexual differentiation”, Minerva Endocrinol, 1995
Sep,20(3):165-93,
38
Swaab DF, Chung WC, Kruijver FP, Hofman MA, Ishunina TA, “Sexual differentiation in the
human hypothalamus”, Adv Exp Med Biol, 2002, 511:75-100 discussion 100-5,

15
pueden tener una profunda influencia en la diferenciación sexual del cerebro, ya
que debido a la plasticidad cerebral, pueden existir cambios anatómicos, debidos
al aprendizaje. Las hormonas tienen, tanto efectos permanentes, como
reversibles en el cerebro.
Los cambios dimórficos podrían explicar diferencias sexuales funcionales en
reproducción y percepción de pertenencia psicológica acorde al sexo biológico.
Estas diferencias afectan también la incidencia de enfermedades neurológicas y
psiquiátricas entre hombres y mujeres, ya que están basadas en cambios
estructurales y funcionales en el hipotálamo y otras estructuras límbicas. Los
resultados también proveyeron evidencia para las diferencias sexuales en relación
con la expresión de genes en la corteza prefrontal cerebral.39El desarrollo del área
prefrontal es precisamente una de las características más diferenciales entre los
primates y el humano. Es asiento del aprendizaje social, la autocritica, el manejo
socializado de los impulsos (agresividad /pasividad), sexualidad, conductas
relacionadas con el instinto de conservación.
Varios estudios muestran que el dimorfismo sexual fue mayor para la materia
blanca que para la materia gris,40 recordando que materia blanca se refiere a
conexiones interneuronales, esto en gran parte significa, aprendizaje y estas
diferencias son producidas por la acción epigenética41 de las hormonas gonadales.
Diferencias fundamentales de género existen en la estructura de la corteza
cerebral humana42, se aprecian unidades neuronales más pequeñas pero en
mayor cantidad en los hombres; y más grandes pero en menor cantidad en las

39
Galfalvy HC, Erraji-Benchekroun L, Smyrniotopoulos P, Pavlidis P, Ellis SP, Mann JJ, Sibilie E,
Arango V, “Sexual genes for genomic analysis of the human brain”, BMC Bioinformatics 2003 Sep
08,4(1):37,
40
Allen KS, Damasio H, Grabowski TJ, Bruss J, Zhang W, “Dimorfismo sexual y asimetrías en la
composición blanca-gris del cerebro humano”, Neuroimage, 2003 Apr,18(4):880-94,
41
Galfalvy HC, Erraji-Benchekroun L, Smyrniotopoulos P, Pavlidis P, Ellis SP, Mann JJ, Sibilie E,
Arango V, “Sexual dimorphism and asymmetries in the gray-white composition of the human
cerebrum”, BMC Bioinformatics 2003 Sep 08,4(1):37,
42
Goto J, Goto N, “Sexual Dimorfism of the human cerebral pallium”, Okajimas Folia Anat Jpn,
2000 May, 77 (1): 35-7,

16
mujeres.43 Respecto a corteza cerebral, las mujeres tienen volúmenes mayores,
relativos al tamaño del cerebro, particularmente en corteza paralímbica frontal y
medial.44 Los hombres tuvieron volúmenes mayores, relativos al tamaño del
cerebro, en la corteza frontomedial, la amígdala y el hipotálamo.45, 46
El dimorfismo sexual encontrado en la proporción de volumen córtico-medular
puede ayudarnos a entender diferencias entre los sexos, así como a resolver
preguntas relacionadas con varias actividades, funciones, comportamientos y
respuestas, o a evaluar varias condiciones patológicas incluyendo la atrofia
cerebral no fisiológica. En mujeres varias regiones son proporcionalmente más
grandes que en el hombre: el núcleo caudado, el hipocampo, ciertas áreas de la
47 48 49
corteza prefrontal, el giro temporal superior, cuerpo calloso , , y la comisura
anterior.50 Esta diferencia en los géneros podría apoyar el hecho de que las
mujeres sean generalmente diestras, tengan ventajas en el lenguaje (cuyo centro
se encuentra en el hemisferio izquierdo) y tendencia a patrones de activación
bilaterales. Los sujetos masculinos mostraron volúmenes significativamente

43
Rabinowicz T, Petetot JM, Gartside PS, Sheyn D, Sheyn T, de CM, “Estructure of the cerebral
cortex in men and women”, J, Neuropathol Exp Neurol, 2002,Jan, 61 (1): 46-57,
44
Goldstein JM, Seidman LJ, Horton NJ, Makris N, Kennedy DN, Caviness VS JR, Faraone SV,
Tsuang MT, “Normal sexual dimorphism of the adult human brain assessed by in vivo magnetic
resonance imaging”, Cereb Cortex, 2001 Jun, 11(6): 490-7,
45
Cordero ME, Valenzuela CY, Torres R, Rodríguez A, “Sexual dimorfism in number and proportion
of neurons in the human median raphe nucleus”, Brain Res Dev Brain Res, 2000 Nov 30, 124 (1-
2):43-52,
46
Swaab DF, Gooren LJ, Hofman MA, “Brain research, gender and sexual orientation”, J Homosex,
1995,28(3-4),283-301,
47
Dubb A, Gur R, Avants B, Gee J, “Characterization of sexual dimorphism in the human corpus
callosum”, Neuroimage, 2003 Sep,20(1):512-9,
48
Pettey DJ, Gee JC, “Sexual dimorphism in the corpus callosum: a characterization of local size
variations and a classification driven approach to morphometry”, Neuroimage,2002 Nov,17(3):1504-
11,
49
Hwang SJ, Ji EK, Lee EK, Kim YM, Shin da Y, Cheon YH, Rhyu IJ, “Gender differences in the
corpus callosum of neonates”, Neuroreport, 2004 Apr 29, 15(6):1029-32,
50
Goldstein J, Kennedy D, Verne C, “Sexual Dimorfism”, Am J, Psychiatry March 1999, p: 156-
352,

17
mayores del lóbulo parietal izquierdo.51 En cuanto a materia gris (núcleos
neuronales), los lóbulos parietales de las mujeres presentaban más materia gris
del lado derecho que los hombres.52 Existe un dimorfismo de la corteza parietal
posterior, conocida por estar relacionada en las funciones espacio auditivas.53
El hombre posee regiones más grandes que las mujeres en hipotálamo, la estría
terminal, ventrículos cerebrales, el esplenio y la rodilla del cuerpo calloso.
Además, incluso para estructuras que tienen un volumen similar en el hombre y en
la mujer, la tasa de cambios estructurales difiere por sexo. INAH 354 posee más
neuronas en el hombre que en la mujer.55 Swaab y Hofman han estudiado el
núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que genera ritmos circadianos en los
humanos y se encuentran relacionados con la conducta reproductiva.56
Estos estudios hacen plausible la explicación de un continuo en la sexualidad
humana, pequeñas diferencias en las relevantes estructuras cerebrales generan
diferencias de conductas.

¿Cómo podrían ser interpretados en conjunto estos datos?


Los métodos modernos para el estudio funcional cerebral tienen una historia
breve, por lo que se debe ser cauteloso en transpolar íntegramente hallazgos

51
Raz N, Gunning-Dixon F, Head D, Rodríguez KM, Williamson A, Acker JD, “Aging, sexual
dimorphism, and hemispheric asymmetry of the cerebral cortex: replicability of regional differences
in volume”, Neurobiol, 2004 Mar,25(3):377-96,
52
Nopoulos P, Flaum M, O’Leary D, Andreasen NC, “Sexual dimorphism in human brain: tisular
volume evaluation, tisular composition and anatomy using magnetic resonancy images” Psychiatry
Res, 2000 Feb 28, 98 (1):1-13,
53
Lewald J, “Gender-specific hemispheric asymmetry in auditory space perception”, Brain Res
Cogn Brain Res,2004 Mar,19(1):92-9,
54
Byne W, Tobet S, Mattiace LA, Lasco MS, Kemether E, Edgar MA, Morgello S, Buchsbaum MS,
Jones LB, “The anterior interstitial hypothalamus mucleiin humans”, Horm Behav, 2001
Sep,40(2):86-92,
55
Byne W, Lasco MS, Kemether E, Shinwari A, Edgar MA, Morgello S, Jones LB, Tobet S, “The
interstitial nuclei if the human anterior hypothalamus, an investigation of sexual variation in volume
and cell size, number and density”, Brain Res, 2000 Feb 21¸856 1-2 254-8,
56
Doell RG, “Sexuallity in brain” J Homosex, 1995,28(3-4):345-54,

18
experimentales, sin embargo, existe apoyo práctico y casuístico que corrobora la
mayoría de estos aportes.
Hay que recordar que la morfología cerebral no depende solamente de factores
biológicos, existe la plasticidad cerebral, aún en adultos, que permite la
posibilidad de cambios de conductas a través de la experiencia, el aprendizaje o el
cambio de niveles de hormonas circulantes en edades posteriores.
En la práctica, las diferencias entre hombre y mujer, se aprecian en forma
somática y conductual y es así que la psicología desde hace muchos años se ha
valido de test psicológicos para diagnosticar estas diferencias.
Ya en 1972, Broverman y cols57 definieron algunos parámetros de estereotipos de
género, definiendo como caraterística masculina la tendencia al pragmatismo y la
competencia y para el femenino, la tendencia a la expresión y la manifestación
afectiva.
Maccoby y Jackin58, en un estudio longitudinal señalan varias áreas de diferencia
femenino-masculina:
Para hombres encuentran una superioridad en el manejo de las matemáticas, con
mejor percepción de áreas espaciales y tendientes a la agresividad.
Las mujeres presentaban una mayor habilidad verbal. A través del tiempo estas
diferencias se han plasmado en varias pruebas psicométricas, como es el caso de
la muy usada Escala de masculinidad feminidad de Minnesota (MMPI) 59
Tests psicométricos confirman diferencias específicas de los géneros, en
apreciación cognitiva, expresión oral temprana, orientación espacial y tareas
matemáticas.
La patología también refiere diferencias genéricas:
Los niños presentan una prevalencia más alta al retraso mental que las niñas,
posiblemente porque en los fetos masculinos involucionan menos neuronas
57
Broverman Inga, et al, “Sex-role stereotypes: a current appraisal”, Journal of Social Issues, 28,
59-78, 1972,
58
Maccoby E, Jackin C, Harvard University Murray Research Center, Stanford Longitudinal Study,
1973-1982, http://www.radcliffe.edu/documents/murray/0799StudyDescription.pdf
59
Minnesota Multiphasic Personality Inventory-2,
http://www.pearsonassessments.com/tests/mmpi_2,htm

19
corticales que en los femeninos, esta diferencia de género podría explicar en
parte el mayor deterioro funcional en los niños debido a daño cerebral temprano.
Las mujeres, en cambio exhiben una mayor prevalencia a la demencia en la
adultez.
Las diferencias diencefálicas son sumamente importantes en el dimorfismo, ya
que el diencéfalo posee estructuras que van desde la conservación de la
homeostasis a través de la producción hormonal específica, hasta conexiones que
regulan el sistema de emociones y cognición. El diencéfalo posee estructuras
fundamentales en el ser vivo y especialmente en el humano, pues incluye el
epitálamo, subtálamo, tálamo e hipotálamo. En conjunto puede decirse que las
funciones diencefálicas son tan variables que incluyen percepción cualitativa de la
sensibilidad de todo tipo, dolor, funciones motoras esqueléticas y viscerales,
conciencia, memoria, efectividad y lenguaje. Las manifestaciones clínicas de los
infartos talámicos circunscritos a su región anterolateral, en la cual se incluye el
área preóptica incluyen alteraciones motoras relacionadas a movimientos
emotivos, como es la expresión facial con alteraciones neuropsicológicas graves
con alteración del habla, intelecto, lenguaje y memoria.60
Según la teoría de Selección de Grupos Neuronales de Edelman 61, existen
mecanismos topobiológicos que dependen del lugar en que se encuentra cada
neurona y de la experiencia de cada individuo, de esta forma se construyen
“mapas” neuronales, que se conectan con otros “mapas” cerebrales, para ello se
requiere el factor genético, la experiencia y la reentrada de mapas. Esta selección
individual nos explica la diversidad de conductas. En el humano, el desarrollo de
áreas específicas del lenguaje articulado y comprensión del mismo (Broca y
Wernike), localizado el primero en el lóbulo frontal izquierdo y el segundo en el
lóbulo temporal, ambas regiones dimórficas y predominantes en algunos aspectos
en la mujer, se relacionan con el sistema límbico, área de la representación
simbólica, estas estructuras a su vez interconectan con la memoria, localizada en

60
Afifi A, Neuroanatomía funcional, McGraw Hill Interamericana, México, 1998, p: 266,
61
Martinez-Freire P, Algunos aspectos de la conciencia en la ciencia actual, En: Neuropsicología
cognitiva, Ed, Aljibe, España, 2001, p:57,

20
parte, en el cuerpo calloso, y que también, en su región posterior (esplenio) es
mayor en las mujeres que en los hombres.
Existen varios tipos de memoria62, la de corto y largo plazo, esta última se divide
en explícita o declarativa que sirve para el aprendizaje y retención de hechos y su
correlación con hechos anteriores. Se accede a ella de manera consciente en dos
versiones, semántica y episódica. La episódica se relaciona con hechos
vivenciales con localización temporal y espacial especial (por ejemplo, recordar
una fecha, lugar y circunstancias en forma vivida cuando se acompañó de una
experiencia emotiva), Esta memoria se localiza en los circuitos que unen la
corteza temporal medial, hipocampo, giro parahipocampal, corteza entorrinal (que
pertenecen a sistema límbico) y diencéfalo. En la mujer, estas regiones tiene
presentación dimorfita a su favor. El sistema colinérgico mantiene la memoria
explicita y como se señaló anteriormente, la mujer tiene una sensibilidad especial
para reaccionar según el sistema colinérgico. La relación de la mujer con este tipo
de memoria se manifiesta patológicamente en el hecho de que las mujeres
presentan con mayor frecuencia que los hombres enfermedad de Alzheimer,
patología que se relaciona con alteración del sistema colinérgico en neocorteza e
hipocampo y conduce a una reducción fatal en la memoria explicita.
El hipocampo y las áreas límbicas adyacentes (entorrinal, áreas 28,35,36)
participan en la memoria declarativa y adquisición de nuevo conocimiento. El
hipocampo izquierdo es esencial para adquirir nuevo conocimiento verbal,
mientras que el derecho lo es para no verbales (caras), la corteza temporal lateral
es fundamental para recuperar el conocimiento. Algunos estudios afirman la
presencia de dimorfismo en estas áreas.
El sistema límbico también se encuentra relacionado con conductas de
conservación de la especie. En el hombre se ha descrito dimorfismo en la
amígdala, centro relacionado en la conducta sexual y la agresividad/pasividad, las
conexiones de la amígdala con el lóbulo frontal son esenciales para la

62
Conf. Afifi op. cit. nota 50, P, 448-9,

21
socialización de conductas primitivas filogenéticamente hablando, con relación a la
conservación individual y de especie.63
Hipocampo y lóbulos temporales juegan un importante papel en la memoria a
través del mecanismo de la ecforia64, existen cambios dimórficos en estas
regiones, las cuales se conectan también con el sistema límbico, centro de la
memoria, respuesta viscerales y motoras relacionadas con la defensa y la
reproducción.65
Aparentemente el dimorfismo explicaría las diferencias entre el hombre y la mujer
respecto al impulso sexual, la agresividad expresada como tendencia a la acción
impulsiva, el compromiso reproductivo ligado a la crianza, entre muchas
conductas, apreciadas empíricamente durante toda la historia de la humanidad.
En el ser humano, el circuito prefrontal-hipocampo-corteza temporal- sistema
límbico es esencial en la conducta social y en el se encuentran cambios
dimórficos.
Superimpuestos en un fondo fuerte de igualdad estructural y funcional, el humano
puede comenzar a ser relacionado con un orden complejo de ventajas y
limitaciones en funciones cognitivas específicas al género.66
En el humano, por lo que en este momento puede apreciarse en área biológicas,
existe un dimorfismo sexual en la identidad de género, orientación sexual,
funcionamiento sexual y en las funciones no sexuales, así como en la habilidad
espacial y la fluidez verbal67 asociados con cambios en los patrones cognitivos.68

Conclusión. Una reflexión con perspectiva bioética.

63
Confr, Mora J, (editor) Neuropsicología cognitiva, Ed, Aljibe, España, 2001, P: 63—72,
64
Proceso por el cual la información recibida interacciona con la almacenada,
65
Barr , El sistema nervioso humano, 7ª, Ed, Ed, McGraw Hill, México, 2000, P: 301,
66
Courten-Myers GM, “The human cerebral cortex: gender differences in structure and function”, J
Neuropathol Exp Neurol, 1999 Mar,58(3):217-26,
67
Gooren LJ, Kruijver FP, “Androgens and male behaviour”, Mol Cell Endocrinol, 2002 Dec
30,198(1-2):31-40,
68
Bancroft J, “Hormones and sexual behaviour”, Br Med Bull, 1981 May,37(2):153-8,

22
El ser humano es un ser complejo, en su individualidad y circunstancias. La
bioética, reconociendo esta complejidad aporta a la modernidad la necesidad de
analizar todo aquello relacionado con el ser humano, en forma interdisciplinaria.
A través de éste trabajo de revisión, la biología moderna ha puesto de manifiesto
una parte constitutiva de la realidad humana, su inscripción corpórea, ligada por su
razón específica a las leyes materiales propias de su especie.
En los animales, esta condición es muy clara, pues se trata de seres instintivos,
determinados por su patrón genético a cumplir pautas especificas de conservación
individual y de especie.
Los seres humanos, poseen una biología, cuyo funcionamiento sistémico en forma
básica, se rige por las leyes naturales de los seres vivos, en especial, las
funciones homeostáticas corporales, como son las hormonales y sus órganos
blanco, como el corazón, pulmones, sistema digestivo, renal, circulatorio, etc.
claramente parecen depender de una programación biológica diseñada para
conservación de la vida y parecería que poco tendrían que decir otras funciones
del hombre, también con base orgánica cerebral, como la actitud mental, el
aprendizaje o la voluntad. Por una parte la enfermedad y la muerte, parecen
señalar, que la programación corpórea es independiente de la voluntad del sujeto,
pero por otra, la medicina psicosomática, la psiquiatría y la psicología, nos
muestran que las funciones del cuerpo, pueden ser en parte, modificadas por la
mente.
¿Dónde están esos puntos de encuentro y desencuentro? ¿Dónde el peso de
cada una de estas realidades?
Sin duda la filosofía tiene ante estas preguntas un campo fecundo que explorar
bajo las nuevas luces de las ciencias experimentales, la sociología y la pedagogía
entre otras.
Las ciencias positivas nos aportan lo que es “un ser” en el ámbito material, pero
¿cómo desde esta perspectiva podemos inferir un “deber ser”, propio de la
naturaleza humana? Las ciencias normativas, derecho y ética, abordan éste
problema, también desde su propia perspectiva.
Este tipo de conocimiento parte para su hacer, de una visión filosófica.

23
El problema filosófico de fondo es un problema antropológico, a la vez antiguo y
moderno, problema que excede con mucho, las posibilidades de este trabajo, cuyo
objetivo es solamente presentar las contribuciones que las neurociencias pueden
aportar en este momento para la comprensión del dimorfismo cerebral humano.
Empero, no puede soslayarse el hecho de que el significado humano del cuerpo
no puede leerse directamente y solamente en las estructuras biológicas y
fisiológicas del cuerpo objetivo; este significado procede de toda la persona
humana, por ello concuerdo con Gavaert69:
a) La persona concreta tiene que vivir su propia existencia en el cuerpo y a través del
cuerpo, que es el campo expresivo del hombre; el cuerpo es el lugar donde el
hombre tiene que realizar su propia existencia;
b) La persona no puede realizarse sola, está con los demás, el cuerpo tiene como
significado fundamental el ser para los demás;
c) Con respecto al mundo material y humano, el cuerpo es fundamentalmente el
origen de la instrumentalidad y de la cultura.

En concreto, la persona es una unidad biológica, psicológica, axiológica y social.


Ninguno de estos aspectos está separado, el ser humano, opera prácticamente en
unidad. Por ello, el ser humano siempre es una persona, no simplemente otro
animal.
En la sexualidad humana se presenta el concepto de persona de una manera
especial; si se considera solamente a la genitalidad humana, como realidad
fisiológica aislada de la totalidad de la persona, no será jamás posible señalar en
ella sus potencialidades específicamente humanas. Sólo en la medida en que la
genitalidad y la expresión sexual sea asumida en la totalidad de la persona,
operativa y culturalmente, presente en el mundo, es como puede hacerse visible el
significado “humano” de la sexualidad, con una intención humana.
Es así que, por una parte, la biología muestra que algunas conductas diferentes
en el hombre y la mujer están relacionadas a dimorfismo en la estructura cerebral.

69
Joseph Gevaert, El problema del hombre, Ed, Sígueme, Salamanca, 1993, pp, 74-77,

24
La región del cerebro humano más dimórfica se encuentra en la región anterior del
hipotálamo, región que se relaciona con la conducta reproductiva. Estos estudios
parecen demostrar que existe una base determinada genéticamente en el humano
para algunas conductas diferenciales en el hombre y en la mujer.
Los avances neurobiológicos actuales señalan que parece que existen influencias
de hormonas sexuales durante el desarrollo del cerebro embrionario, y en el
adulto, que explicarían un continuom en la sexualidad humana.
Pero, en la sexualidad, como en muchos otros aspectos relacionados con la
conducta humana, existe una mutua dependencia entre factores ambientales y
biológicos, factores intrínsecos y extrínsecos que no pueden ser explicados, en
este momento, solamente por teorías biológicas, ni por teorías psicológicas o
ambientales.70
Para la antropología filosófica vista desde la perspectiva personalista, el ser
humano es libre y por tanto, no limitado en su conducta por la biología, más
tampoco completamente alejado de ella.
Los actos humanos, aún aquellos vinculados en forma sustancial con la biología,
al pasar por el tamiz de los valores y la libertad, quedan bajo una visión especial,
la humanizadora.
Es necesario para lograr un proceso de promoción humana, entender la
sexualidad, tanto en su aspecto biológico, psicológica y social como en el
trascendente, buscar su hermenéutica, el sentido humano de la sexualidad.
Para el derecho las implicaciones son también muy importantes y estos estudios
son oportunidad para reflexiones y conclusiones jurídicas. La igualdad no existe en
abstracto, se lleva a la vida cotidiana a través de actos justos. Para esto, las leyes
deben considerar que los ciudadanos son individuos iguales, por su calidad
humana, pero, en diferencia, por su calidad sexuada. Esta diferencia da pié a
acciones acordes en el ámbito jurídico que pueden acogerse entre otros, en el
Derecho Familiar y el Derecho Laboral.

70
Cfr.Eibl-Eibesfeldt, “Human ethology: concepts and implications for the science of man” Behav
and Brain Sciences, 2 (1) 1979, P, 1-57,

25
Un tema actualmente abordado, que surge de la búsqueda de igualdad genérica
es el de los mecanismos sociojurídicos que promuevan una conciliación de vida
familiar /vida laboral, este es un tema que se encuentra actualmente en el debate
internacional, y en el cual se deberán respetar las diferencias y las similitudes de
los sexos con el apoyo científico multidisciplinario.
Queda como tarea a la ciencia moderna, en forma multidisciplinaria, profundizar
en estos hechos y en el peso que cada factor pueda representar en la
comprensión futura de conducta humana.

26

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