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Este documento presenta los detalles de una clase sobre el enunciado como unidad mínima de comunicación lingüística. El objetivo general es que los estudiantes reconozcan el enunciado desde tres perspectivas: como unidad de comunicación, como producción lingüística con intención del hablante, y estableciendo las relaciones entre entonación, pausas y puntuación. Se analizarán dos textos y se realizarán diversas actividades como definir géneros discursivos, identificar elementos comunicativos y comparar características de
Este documento presenta los detalles de una clase sobre el enunciado como unidad mínima de comunicación lingüística. El objetivo general es que los estudiantes reconozcan el enunciado desde tres perspectivas: como unidad de comunicación, como producción lingüística con intención del hablante, y estableciendo las relaciones entre entonación, pausas y puntuación. Se analizarán dos textos y se realizarán diversas actividades como definir géneros discursivos, identificar elementos comunicativos y comparar características de
Este documento presenta los detalles de una clase sobre el enunciado como unidad mínima de comunicación lingüística. El objetivo general es que los estudiantes reconozcan el enunciado desde tres perspectivas: como unidad de comunicación, como producción lingüística con intención del hablante, y estableciendo las relaciones entre entonación, pausas y puntuación. Se analizarán dos textos y se realizarán diversas actividades como definir géneros discursivos, identificar elementos comunicativos y comparar características de
Datos: Andrea Ramos – C.I.: 19680928 – andrearamos4@msn.com
Tema: El enunciado Grupo: 2do año de ciclo básico Tiempo: 5 clases de 45 minutos c/u Textos: Fragmento del discurso de Gabriel García Márquez “Botella al mar para el dios de las palabras” realizado en el Congreso Internacional de la Lengua Española, celebrado en Zacatecas (México) el 8 abril de 1997. Fragmento de La Biblia “Éxodo 20” versión Reina – Valera de 1960. Objetivo general: Se pretende que los alumnos reconozcan el enunciado desde tres puntos de vista. Primero como la unidad mínima de comunicación lingüística. Segundo como la producción lingüística concreta asumida por un hablante particular con una intención específica y en circunstancias espacio-temporales determinadas, por lo tanto irrepetible. Y tercero que logre establecer las relaciones entre la entonación, las pausas y la puntuación considerando los rasgos suprasegmentales que contribuyen al sentido global del texto. Objetivos específicos: Identificar a que género discursivo pertenece el texto en base a conocimientos previos. Reflexionar sobre la organización del contenido del texto. Comprender la importancia del contexto y situación en la determinación del sentido. Considerar los rasgos suprasegmentales que dan sentido global al texto. Establecer las relaciones entre la entonación, las pausas y la puntuación, tomando consciencia de la ortografía presente en el texto. Comparar esta clase de enunciación con otros tipos de discurso. Crear un discurso propio a partir de los conocimientos adquiridos. Preguntas: ¿Qué podemos decir sobre el título de este texto?, ¿Qué le falta para ser una oración?, ¿Existe un dios de las palabras?, ¿Quién sería?, ¿Qué se hace con el lenguaje en este texto?, ¿De qué se habla en el texto?, ¿Cuáles son las palabras que no conocemos?, ¿Quién emite el mensaje?, ¿A quién se dirige?, ¿Cuál es el contexto?, ¿Por qué habla del idioma?, ¿Cuál es la situación?, ¿Por qué hay sangría?, ¿Qué piensan que es un enunciado?, ¿Dónde comienza un enunciado?, ¿Dónde termina?, ¿Por qué y cómo se pueden dar cuenta?, ¿En qué se diferencia con un párrafo?, ¿En qué se relaciona con una oración o frase?, ¿Para qué son los dos puntos?, ¿Por qué se usan comillas?, ¿En qué sentido se utilizan las exclamaciones y las interrogaciones?, ¿Para qué se emplea el punto y seguido?, ¿Un enunciado puede producir mensajes distintos según su entonación?, ¿Por qué es necesaria la pausa?, ¿Las palabras cambian de significado según su acento?, ¿Pueden dar ejemplos?, ¿Qué tendrían en cuenta para redactar enunciados?, ¿Por qué?, ¿Qué sería lo más importante?, ¿Y lo menos importante?, ¿En qué situaciones los usarían?, ¿Se puede decir cualquier cosa en cualquier momento?, ¿Por qué creen eso?, ¿Cómo se relaciona con lo que aprendieron con el discurso de García Márquez?, ¿Hay otro mensaje detrás de ese discurso?, ¿Tiene algo que ver con el modo de enunciación?, ¿Qué clase de discursos conocen?, ¿Para qué se usan?, ¿Qué tipo de discurso presentarían ante el Congreso?, ¿Por qué?, ¿Qué clase de enunciados se manifiestan el texto de La Biblia? Actividades de apertura: Presentación y lectura del primer texto “Botella al mar para el dios de las palabras” de García Márquez. Analizarán el título del discurso. Definirán el género literario del texto a partir de conocimientos previos del alumnado. Revisarán y registrarán nuevo vocabulario. Expresarán sus opiniones en relación con el tema del texto y con la intertextualidad de algunos términos mencionados (“los mayas”, “Cristo”, “Babel”, “madrina”) Actividad de desarrollo y consolidación: Reconocerán los elementos de la comunicación presentes en el texto. Observarán cómo está organizado el texto. Analizarán a qué tipo de enunciación pertenece. Identificarán el enunciado como mensaje autónomo con función comunicativa. Ubicarán el enunciado por su enunciación, sus pausas, puntuaciones y curva melódica. Diferenciarán el enunciado del párrafo. Constatarán cuáles son enunciados oracionales y cuáles no. Actividades de síntesis y evaluación: Establecerán las diferencias entre el discurso de García Márquez y el texto de los “Diez mandamientos”. Formularán una lista de características que están presentes en cada texto (género discursivo, signos de puntuación, persona gramatical, tiempo verbal, etc.) para enriquecer la reflexión metalingüística. Organizarán una búsqueda por grupos de tres o cuatro alumnos de distintos géneros discursivos. Construirán una gráfica donde se explicite qué elementos ya mencionados reconocen en esos géneros discursivos. Se evaluará la elección del género discursivo en base a la complejidad del mismo y la cercanía o distancia con los textos ya trabajados. También tendrá evaluación la construcción de la gráfica en cuanto a cantidad de elementos reconocidos de forma acertada y se debatirá sobre los no acertados. Actividades de transferencia: Elaborarán de forma individual un breve discurso (de libre elección) donde deberán tomar conciencia de la audiencia a quien va dirigido. Dedicarán tiempo a pensar en lo que quieren decir, cómo lo dirán y qué es lo que el receptor ya sabe. Tras escribir la consigna deberán leer y releer lo ya escrito para hacerle correcciones y mejoras o agregar nuevas ideas. Podrán consultar al profesor y el diccionario (formato papel o digital) las veces que crean necesarias para la producción del texto. Culminada la redacción expondrán su discurso ante la clase. La evaluación de esta etapa se hará por medio del aplauso general de la clase, siendo moderador la limitación de no silbar. Fundamentación: Para establecer la relación entre los elementos de la comunicación, el contexto y la situación me basaré en Benveniste (1977) quien afirma que cada momento del discurso constituye un centro de referencia interna cuya función está en relación constante y necesaria con su enunciación. Esto se manifiesta a través de los índices de persona, por ejemplo: “A mis 12 años” denota quien realiza la enunciación y “Ahora sabemos” denota al alocutario. También a través de índices de ostensión a partir de términos que designan algo en un lugar o momento dado oponiéndose a otros términos, e índices de términos que constituyen formas temporales determinadas respecto al “EGO” (Yo + Tú) centro de la enunciación, de estos procede la instauración de la categoría de presente, la cual es posible por el acto de la enunciación y de la que se deriva la categoría de tiempo. Pasado y futuro nacen del presente (aquí- ahora) del ser mismo que hace la enunciación expresados en los tiempos verbales que utiliza (Ej.: “supe”, “sabemos”, “entrará”), pues en la lengua por sí solos carecen de sentido. Al enunciado se le identifica como la unidad mínima del discurso, basándome en Bajtín (1982) trabajaré el enunciado como unidad real de la comunicación, estableciendo que el discurso existe solamente en forma de enunciados que emiten los hablantes y que estos pueden diferir en extensión, contenido o composición, pero tienen rasgos estructurales comunes como “la frontera” determinada por la alternancia de los sujetos discursivos, un principio y un fin que se manifiesta en la interacción, el silencio que indica que ha concluido la alocución o que no la ha comenzado, lo que presume la existencia de otros miembros en la comunicación discursiva. Para Bajtín la oración representa una idea del hablante que se relaciona de manera inmediata con otras ideas del mismo hablante dentro de la totalidad del enunciado. Las oraciones individuales que formen un enunciado tendrán todas las características de este, es decir, va dirigido a alguien, tiene una finalidad (preguntar, aseverar, ordenar, etc.), manifiesta la voluntad del hablante de decir algo. Para establecer su delimitación y diferenciación con la oración me basaré en Guillermo Rojo (1978) quien a parir de autores como Jespersen, Stati y Zawadowski delimita las características del enunciado diferenciándolo de la cláusula u oración. Su propuesta surge tras observar las múltiples definiciones de oración que no definían un mismo objeto, sino que mostraban dos dimensiones, una externa que denotaban propiedades como la independencia sintáctica, la autonomía semántica y el sentido completo, y otra interna como la relación sujeto y predicado. Rojo distingue el enunciado por su estructura externa caracterizada por: tener función comunicativa (predica y constituye un mensaje autónomo), carece de relaciones sintácticas externas (es independiente), posee sentido completo (semánticamente autosuficiente). Constituir o no un enunciado es independiente de la estructura de la secuencia, estas características pueden darse en una palabra, una frase o en una oración, existiendo palabras, frases y oraciones que son enunciados y otras que no lo son. Una oración puede coincidir en sus límites con el enunciado o no, dado que el enunciado puede estar formado por una o más oraciones. Algunos enunciados no tienen verbo expreso, corresponden a casos de elipsis verbal, Rojo (1978) los llama “fragmentos oracionales elípticos”, analizados en contexto son la respuesta a preguntas que contienen los elementos faltantes o son preguntas que se derivan de afirmaciones anteriores, estos fragmentos también pueden estar brindando información adicional que complementa enunciados anteriores. Para establecer la relación con la curva melódica de la entonación, la acentuación y el enunciado me basaré en Emilio Alarcos (1994) quien dice que el enunciado es la manifestación del habla entre pausas (del silencio precedente a la pausa final) y que la secuencia de fonemas está acompañada de una curva melódica de entonación, la cual sirve para unificar el enunciado independientemente de su estructura interna (independencia fónica). Una misma secuencia de palabras puede tener significados diferentes según la modalidad de la entonación. En la ortografía se señala a través de diferentes signos ortográficos (Ej.: No, ¡No!, ¿No?), para este autor la entonación es un signo que queda superpuesto a la secuencia. Alarcos toma en cuenta la oralidad del enunciado y manifiesta que el contraste en el nivel de tonos sucesivos depende de la importancia de la pausa siguiente, a las inflexiones de la voz las llama “tonemas” y las caracteriza como: cadencia, semicadencia (inflexiones descendentes), anticadencia, semianticadencia (inflexiones ascendentes) y suspensión (interrupción del tono). Dentro del contorno melódico los tonemas de cadencia y anticadencia son distintivos, los demás tienen una función delimitativa y de contraste interno entre los elementos del enunciado, las modificaciones del tono se producen desde la primera inflexión de la voz hasta la última y están condicionadas por las necesidades expresivas del hablante. Las variaciones en el tono de voz se ven normalmente en la intensidad y duración de los fonemas sucesivos, también en la acentuación de las palabras, pudiendo existir diferencias cuando se “cuchichea”, para Alarcos el enunciado es un mensaje completo e inequívoco de una situación dada. Los descensos y ascensos del tono se relacionan con las emociones del locutor, quien puede despertar el interés del interlocutor, de allí que los enunciados sean diferentes según la intención del hablante, vale decir, tienen características semánticas y pragmáticas. Para este autor los enunciados no oracionales pueden estar constituidos por una palabra o un conjunto de palabras sin estructura oracional, se corresponden con las interjecciones y constituyen enunciados por sí mismas. También hay secuencias a las que no les falta nada, semánticamente, gramaticalmente y pragmáticamente son autosuficientes, son enunciados completos no oracionales, utilizados normalmente en títulos, avisos y carteles. Para hacer hincapié en la puntuación me basaré en Jhon Lyons (1981) quien dice que los enunciados son “secuencias de símbolos en un soporte físico”, dicho soporte puede ser el sonido para la oralidad y la escritura para identificarlo con la vista, es dentro de la escritura que encontramos signos convencionales como el punto, el cual señala la pausa final del enunciado y los dos puntos que indican una relación interna entre dos expresiones. Para analizar el título y ciertas enunciaciones, además de lo planteado por Rojo, me basaré en Ángela Di Tullio (1997) quien dice “[…] son enunciados y no oraciones las secuencias […] que no contienen los constituyentes necesarios en la oración, por eso requieren de un contexto o de la situación para recuperarlo.” (Di Tullio, 1997, pág. 92), es importante destacar que la autora se refiere también a la “situación”, ya que no solo se da la elipsis en lo textual sino también en la oralidad. Dada la importancia de los enlaces extraoracionales en la enunciación me basaré en Samuel Gili Gaya (1961) quien afirma que las conjunciones ilativas y continuativas son el signo más visible de enlace extraoracional por su abundancia en la lengua literaria, el habla culta y en la conversación popular, establecen un nexo de contraste, continuidad o distribución que dan un sentido general al razonamiento. La existencia de enlaces extraoracionales asegura las relaciones semánticas en la sucesión de enunciados del texto, ponen al enunciado en contexto relacionándolo con algo ya expresado o implicado en él. Anexos: Materiales: Pizarrón, marcadores, textos. Bibliografía: Alarcos Llorach, E. (1994). Gramática de la Lengua Española. Madrid: Espasa - Calpe. Bajtín, M. (1982). El problema de los géneros discursivos. Estética dela creación verbal. México: Siglo XXI editores s. a. Benveniste, É. (1987). El aparato formal de la enunciación. Problemas de lingüística general II. México: Siglo XXI. Biblia. (s.f.). Bible Gateway.com. Recuperado el 13 de 07 de 2019, de https://www.biblegateway.com/passage/?search=%C3%89xodo+20&version=RVR1960 Extremadura, U. d. (s.f.). Dehesa.unex.es. Recuperado el 12 de 07 de 2019, de http://dehesa.unex.es/bitstream/handle/10662/6845/Dia_libro_1997.pdf?sequence=1&i sAllowed=y Gaya, S. G. (1961 ). Curso superior de sintaxis española. Barcelona: Vox - 1973. Lyons, J. (1981). Lenguaje, significado y contexto. Barcelona: Paidós - 1983. Rojo, G. (1978). Cláusulas y oraciones. Santiago de Chile: Verba, Anejo 14, Universidad de Santiago. Tullio, Á. D. (2005). La oración y el enunciado. Manual de gramática del español, capítulo 5. Buenos Aires: Isla de la luna.
Texto 1: “Botella al mar para el dios de las palabras” de García Márquez
“A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: « ¡Cuidado!» El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: « ¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios especial para las palabras. Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global. […]”. Texto 2: La Biblia: Éxodo 20 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Los Diez Mandamientos 20 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. 8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. 13 No matarás. 14 No cometerás adulterio. 15 No hurtarás. 16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.