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UNIDAD I

1. DERECHO DE FAMILIA. CARACTERÍSTICAS. CONTENIDO. EL CONCEPTO JURÍDICO DE FAMILIA. DE LA FAMILIA A


LAS FAMILIAS. PROCESO DE CONSTITUCIONALIZACIÓN DEL DERECHO PRIVADO. ORDEN PÚBLICO Y
AUTONOMÍA PRIVADA. IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN

DERECHO DE FAMILIA. CARACTERÍSTICAS. CONTENIDO. EL CONCEPTO JURÍDICO DE FAMILIA


Una clásica definición de la disciplina indica que se trata del conjunto de normas que regulan las relaciones jurídicas
familiares, tanto personales como patrimoniales. Siguiendo a Zannoni, allí donde no existe vínculo jurídico tampoco
existe relación jurídica familiar. Consecuentemente, es necesario establecer cuáles son esos vínculos que la ley
ampara para visualizar los perfiles actuales de esta rama del derecho.
Una primera aproximación permite afirmar que son vínculos protegidos aquellos que derivan de la unión conyugal, la
filiación y el parentesco.

DE LA FAMILIA A LAS FAMILIAS


Mizhari sostiene que los diferentes tipos de familias cambian en función de la época, la geografía, del desarrollo
económico, técnico y social, de la clase social y de la evolución de las ideas.
La revolución industrial representa un hito en la configuración de la familia moderna. Hasta ese momento existía la
familia tradicional, conformación familiar que daba lugar a la constitución de hogares muy numerosos cuyos
integrantes convivían en una misma casa con un fuerte arraigo a la tierra de los ascendientes, la que trabajaban a los
fines de obtener recursos económicos. El sistema se veía reforzado por un régimen sucesorio que adjudicaba todos
los bienes a un solo heredero -el hijo mayor varón-, obligando al resto de la familia a convivir en la casa de sus
padres, salvo a las hijas mujeres que contraían matrimonio para formar parte de otra organización familiar.
La industrialización impone una dinámica organizacional que será determinante hasta la actualidad en la constitución
de la familia moderna: la separación entre la casa y el trabajo. La forma capitalista de producción requiere que se
trabaje en un lugar (fábricas) y se vuelva a otro (hogar).
Por último, la familia contemporánea o posmoderna surgió durante la década del 60 del siglo XX y se caracteriza
porque une por un período de extensión relativa a dos individuos en busca de amor, solidaridad, y contención en el
marco de una sociedad postindustrial signada por la inestabilidad permanente, el capitalismo salvaje, el consumo
desenfrenado y el avance de las nuevas tecnologías.
Kelmemajer de Carlucci enseña que los vínculos jurídicos están condicionados por la cultura de cada sociedad. El
concepto de familia es una creación cultural, no natural, y por lo tanto cambiante. Esto da lugar a que existan
distintos tipos de familia.
Por eso se prefiere hablar de las familias. El plural reafirma la idea de la diversidad de formas familiares que
conforman la realidad actual que enfrenta el derecho de familia, todas bajo la órbita de la regla de la “protección
integral” establecida en el art. 14 bis de la CN y en numerosos instrumentos internacionales de DD.HH.
La CIDH ha dicho que en la convención americana nos e encuentra determinado un concepto cerrado de familia, ni
mucho menos se protege solo un modelo “tradicional” de la misma; el concepto de vida familiar no está reducido
únicamente al matrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de hecho donde las partes tienen vida en común por
fuera del matrimonio.
Bidart Campos sostuvo que la familia no excede una pluralidad de personas individuales y que, por consecuencia,
carece de entidad distinta a la suma de sus integrantes; por ende los derechos familiares habrán de encontrar
siempre su titularidad en el ser humando en función de cónyuge, hijo, hermano, progenitor, pariente, conviviente de
hecho, etc. Es decir, no solo existe familia cuando se parte de la existencia de hijos en una pareja de distinto sexo
unidad en matrimonio, abarcando también otras situaciones.
Ellos nos confronta a una nueva noción dentro del derecho de familia: el afecto, generándose entonces un proceso
de desencarnación, entendiendo por tal al “debilitamiento del elemento carnal o biológico en beneficio del elemento
psicológico y afectivo”. Refiriéndose a la socioafectividad, Herrera dice que es la conjunción de dos elementos que lo
integran y que hacen lo fáctico sea esencial: lo social y lo afectivo; cómo lo afectivo adopta un lugar de peso en lo
social, y cómo lo social se ve interpelado por ciertos y determinados afectos. A la vez, ambas ideas interactúan entre
sí.
En consecuencia, los vínculos jurídicos protegidos tienen sustento actualmente en la función de cuidado mutuo
llevado a cabo por los integrantes del grupo familiar, fundados en la noción de socioafectividad.
EL CONCEPTO JURÍDICO DE FAMILIA
En la redacción original del CC, Vélez entendió en el art. 2953 que los derechos de uso y habitación se limitaban a las
necesidades personales del usuario, o del habitador y su familia, según su condición social, señalando seguidamente
que “La familia comprenda la mujer y los hijos legítimos y naturales, tanto los que existan al momento de la
constitución, como los que naciesen después, el número de sirvientes necesarios y además las personas que a la
fecha de la constitución del uso o de la habitación vivían con el usuario o habitador, y las personas a quienes éstas
deban alimentos”. Puede vislumbrarse una visión de familia tradicional.
En 1954 se sancionó la ley 14394, en la que se regularon distintos aspectos vinculados a lo familiar en nuestro país,
uno de ellos lo configura la constitución del bien de familia (ahora “vivienda”). El art. 36 establecía: “A los fines de
esta ley, se entiende por familia la constituida por el propietario y su cónyuge, sus descendientes o ascendientes o
hijos adoptivos, o en defecto de ellos, sus parientes colaterales hasta el tercer grado inclusive de consanguinidad que
convivieren con el constituyente.” Aquí la noción de familia se reducía a la de tipo nuclear de base matrimonial.
La ley 26061 se sancionó en el 2005. Allí el art. 7 establece que la familia es responsable en forma prioritaria de
asegurar a la niñez el disfrute pleno y el efectivo ejercicio de sus derechos y garantías. Cuando el P.E reglamentó esta
disposición dispuso:
“Se entenderá por familia o núcleo familiar, grupo familiar, grupo familiar de origen, medio familiar comunitario, y
familia ampliada, además de los progenitores, a las personas vinculadas a los niños, niñas y adolescentes, a través de
líneas de parentesco por consanguinidad o por afinidad, o con otros miembros de la familia ampliada. Podrá
asimilarse el concepto de familia, a otros miembros de la comunidad que representen para la niña, niño o
adolescente, vínculos significativos y afectivos en su historia personal como así también en su desarrollo, asistencia y
protección.
La noción de familia aquí está asociada con el lugar que una persona ocupa para otra, con lo familiar, y lo que
cualifica el vínculo de esa forma es lo significativo y afectivo para la persona. Esta última norma, junto a otras leyes,
le dieron al concepto jurídico de familia un sentido que contrariaba la propia regulación del CC anterior.

El CCCN no contiene una definición especifica de familia, pero Lorenzetti ha destacado que “en materia de familia se
han adoptado decisiones importantes a fin de dar un marco regulatorio a una serie de conductas sociales que no se
pueden ignorar…”. De lo que se trata es de regular una serie de opciones de vidas propias de una sociedad pluralista
en la que conviven diferentes visiones que el legislador no puede desatender.
El nuevo plexo normativo ha ampliado la conceptualización en dos sentidos:
a. No privilegia una forma determinada sino que, además de la tradicional familia matrimonial, agrega la
regulación de formas familiares actuales, como las uniones convivenciales y las familias ensambladas.
b. Aparta definitivamente el componente heterosexual en la conformación de la familia, no sólo en cuanto a la
indiferencia del sexo al regular los efectos de las parejas, sino también al trastocar los cimientos mismos de la
procreación con la regulación de la determinación de la filiación fundada en las técnicas de reproducción
humana asistida.

CONSTITUCIONALIZACIÓN DEL DERECHO PRIVADO


Tradicionalmente se ha sostenido que el derecho de familia pertenecería a la rama del derecho privado con normas
de orden público. Sin embargo, el derecho internacional de los derechos humanos ha dejado su huella en la
concepción de familia. Se ha dicho que “no es posible negar que los DD.HH tienen en la actualidad un papel
expansivo, que al ser uno de los ejes del sistema constitucional, las restantes instituciones jurídicas se ven incididas y
eventualmente modificadas por su presencia”.
En este marco, el CCCN se asienta en la lógica de la Constitucionalización del derecho privado. Los autores de la
reforma explican que “en la mayoría de los código preexistentes se basan en una división tajante entre el derecho
público y privado. En nuestro anteproyecto, en cambio, tomamos muy en cuenta los tratados en general, en
particular los de DD.HH y los derechos reconocidos en todo el bloque de constitucionalidad. En este aspecto innova
profundamente al receptar la constitucionalización del derecho privado, y establece una comunidad de principios
entre la CN, el derecho público y el derecho privado, ampliamente reclamada por la mayoría de la doctrina jurídica
argentina”.

ORDEN PÚBLICO Y AUTONOMÍA PRIVADA


Si bien es cierto que la constitucionalización del derecho privado conlleva mayor contenido de normas de orden
público en áreas relevantes, en el derecho de familia actual se evidencia también un avance significativo de la
autonomía de la voluntad. Este proceso ha sido puesto de manifiesto en los fundamentos del anteproyecto del
CCCN: “La mirada rígida sobre las relaciones humanas familiares, bajo la excusa de considerar todo de orden público,
contraría la noción de pluralismo que pregona la doctrina internacional de los DD.HH. En efecto, la injerencia estatal
tiene límites”.
Kelmelmajer de Carlucci, al hablar sobre la autonomía de la voluntad se refiere a la contractualizacion de la familia,
entendiéndola como “el hecho de otorgar relevancia cada vez mayor a los acuerdos de voluntad en la organización
de las relaciones familiares”. La autonomía de la voluntad encuentra en el orden público constitucional su justo límite
a partir de la noción de solidaridad familiar.

IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN
En nuestra posición, se busca la igualdad real, desarrollando una serie de normas orientada a plasmar una verdadera
ética de los vulnerables. Este principio se relaciona íntimamente con la prohibición de discriminar que se plasma así
en los fundamentos del CCCN: “En la tradición histórica, el sujeto de derechos privados ha sido el hombre. Hemos
cambiado este paradigma para concebirlo en términos igualitarios, sin discriminaciones basadas en el sexo, la
religión, el origen o su riqueza. En los textos proyectados aparecen la mujeres, el niño, las personas con capacidades
diferentes, el consumidor, las comunidades originarias y muchos otros que no habían tenido una recepción
sistemática hasta el momento”.
Grosman dice que el término “discriminación” tiene una connotación negativa, en el sentido de excluir a alguien,
pero “tiene además, otra acepción que da cuenta del reconocimiento de una diferencia. Todos somos iguales, pero
sólo en cuanto a nuestros derechos. A partir de allí somos todos diferentes. Y en algunos casos, ignorar las
diferencias implica imposibilitarle a ciertas personas acceder a sus derechos.
En el CCCN puede verse la aplicación de estos principios en la protección de los derechos de los niños, niñas y
adolescentes, especialmente en el reconocimiento expreso de su autonomía progresiva. Así, la regulación oscila
entre representación y ejercicio autónomo, justamente en pos de garantizar la igualdad pero reconociendo las
diferencias entre niños y adolescentes y el mundo adulto.

2. DERECHOS SUBJETIVOS FAMILIARES. ACTO JURÍDICO FAMILIAR. ESTADO DE FAMILIA. TÍTULO DE ESTADO DE
FAMILIA. POSESIÓN DE ESTADO

DERECHOS SUBJETIVOS FAMILIARES


Los derechos subjetivos familiares, dentro del ámbito del derecho de familia, son aquellas facultades otorgadas a las
personas como medio de protección, de intereses legítimos, determinados por las relaciones jurídicas familiares. Es
posible clasificarlos conforme estén las prerrogativas dirigidas a satisfacer intereses propios o ajenos. Pueden ser además
de carácter patrimonial o extrapatrimonial.
Cuando el derecho subjetivo familiar satisfaga un interés propio, su ejercicio depende exclusivamente de su titular; por
ejemplo, instar el divorcio. Respecto a los que se ejercen en interés ajeno, tienden al cumplimiento de un deber, tales
como los que se derivan de la responsabilidad parental.
Zannoni argumenta que los derechos que se ejercen como facultades o poderes para la protección de intereses ajenos,
son deberes-derechos en tanto son “prerrogativas impuestas en interés ajeno –por eso deberes-, pero cuyo ejercicio
mismo es un derecho o potestad oponible en tanto cual”.

ACTO JURÍDICO FAMILAR


El CCCN no define al acto jurídico familiar; tampoco lo hacía el CC anterior. Para arriba a su concepto debe tenerse en
cuenta lo dispuesto en el art. 259 del CCCN: “- Acto jurídico. El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin
inmediato la adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas”.
Cuando aquello que se adquiere, modifica, o extingue tiene contenido familiar, es decir que se trata de relaciones
jurídicas familiares, se lo denomina acto jurídico familiar.
De estas definiciones, siguiendo a Belluscio, se pueden escindir los elementos que lo constituyen:
A. Es un acto, un hecho realizado por el hombre.
B. El acto debe ser voluntario, es decir, haberse brindado con discernimiento, intención y libertad y carecer de
vicios.
C. Debe ser lícito, por ello, no prohibido por la ley.
D. Debe tener un fin jurídico determinado, la creación, modificación o extinción de relaciones jurídicas familiares.
Además, el autor menciona como quinto elemento la consagración legal de ese fin jurídico, es decir, que el
ordenamiento jurídico prevea de antemano la posibilidad de realizarlo como sus efectos propios.

Si bien se ha detectado la importancia de la socioafectividad en las relaciones familiares actuales, el ordenamiento


jurídico prevé escenarios en los cuales establece determinados efectos que, en general, son importantes cuando el
afecto no está presente. Así, por ejemplo, la obligación alimentaria para el hijo que se ha reconocido es un efecto jurídico
que trae aparejado ese acto jurídico familiar.
Por otra parte, debe destacarse que no todo emplazamiento en un determinado estado de familia deriva de un acto
jurídico, como por ejemplo, la determinación legal de la maternidad que se produce sin que intervenga la voluntad de la
madre.
Consecuentemente, tratándose de un acto jurídico, pueden aplicarse las mismas clasificaciones que a los actos en
general: unilaterales y bilaterales; personales y patrimoniales; formales y no formales.
Además, los actos jurídicos familiares pueden clasificarse según se trate del emplazamiento o del ejercicio del estado de
familia. Los primeros crean o constituyen una relación jurídica familiar, y los segundos importan prerrogativas o
facultades ya emergentes de un emplazamiento.

ESTADO DE FAMILIA
El estado de familia es el lugar o la posición que ocupa una persona respecto de la familia a la que pertenece. De dicho
estado se determinarán derechos y obligaciones en función de la ubicación del individuo en relación con sus vínculos
familiares. En otras palabras, es el “emplazamiento determinado por la existencia de dichos vínculos o por la ausencia de
ellos, implica un conjunto de derechos subjetivos y deberes correlativos atribuidos a las personas que configuran su
estado de familia”.
Desde una visión constitucional, el estado de familia integra uno de los múltiples aspectos del derecho a la identidad de
las personas.
Referido a su naturaleza jurídica, la doctrina coincide en que el estado de familia es un atributo de la personalidad propio
de las personas naturales o de existencia visible.

Caracteres
I. Universalidad: el estado de familia se aplica a todas las relaciones jurídicas familiares que se desprendan del
emplazamiento.
II. Unidad: Implica la no diferenciación respecto del lugar que se ocupa en una determinada familia, por ejemplo,
se es hijo independientemente de haber nacido dentro o fuera del matrimonio.
III. Indivisibilidad: El estado de familia no puede dividirse, es decir, que se ostenta determinado emplazamiento
frente a todas las personas por igual.
IV. Reciprocidad: El vínculo que une a dos personas en una familia es correlativo. La correlatividad tiene su
excepción en el estado de soltero y viudo, debido a la ausencia del sujeto que hacer a la reciprocidad. Por eso se
dice que este carácter es del vínculo jurídico familiar y no del estado familiar en sí mismo.
V. Oponibilidad: El estado de familia es oponible erga omnes, sus efectos alcanzan tanto a aquellos que integran el
vínculo familiar así como a los terceros ajenos a éste.
VI. Estabilidad: El estado de familia, debido a las normas de orden público que lo rigen, es permanente. Se
encuentra restringida la posibilidad de modificarlo. Ello no significa que sea inmutable ya que puede cambiar por
la voluntad de las personas o por hechos jurídicos independientes de la voluntad de su titular.
VII. Inalienabilidad: El emplazamiento es indisponible al tratarse de un atributo de la personalidad. No puede
transferirse por voluntad de las partes o por causa de muerte. No es transigible: en principio no pueden
realizarse transacciones sobre el estado de familia. En este sentido se expresa el art. 1644 del CCCN:
ARTICULO 1644.- Prohibiciones. No puede transigirse sobre derechos en los que está comprometido el orden
público, ni sobre derechos irrenunciables. Tampoco pueden ser objeto de transacción los derechos sobre las
relaciones de familia o el estado de las personas, excepto que se trate de derechos patrimoniales derivados de
aquéllos, o de otros derechos sobre los que, expresamente, este Código admite pactar.
El artículo manifiesta la prohibición de transigir sobre el estado de familia en sí mismo, pero autoriza a hacerlo
sobre aquellas cuestiones patrimoniales que se derivan de ese estado, como lo son los alimentos por ejemplo.
VIII. Irrenunciabilidad: No es posible renunciar al estado de familia, lo cual es congruente con la prohibición de
disponer del mismo.
IX. Imprescriptibilidad: El estado de familia no se encuentra sujeto a prescripción adquisitiva o liberatoria, por ello
no puede adquirirse ni extinguirse por el mero transcurso del tiempo. Debe tenerse presente que los derechos
patrimoniales que se derivan del estado de familia se encuentran sujetos a prescripción. Esto lo determina el
CCCN:
ARTÍCULO 712.- Irrenunciabilidad e imprescriptibilidad. Las acciones de estado de familia son irrenunciables e
imprescriptibles, sin perjuicio de su extinción en la forma y en los casos que la ley establezca.
Los derechos patrimoniales que son consecuencia del estado de familia están sujetos a prescripción.
X. Inherencia personal: El ejercicio del estado de familia le compete exclusivamente a quien goce de ese estado, y
no puede ser transferido por voluntad o por causa de muerte. Tampoco se permite a los acreedores la
subrogación en el estado de familia del deudor para hacerse efectivas sus deudas. Así lo expresa el art. 617
cuando prohíbe la cesión de los derechos inherentes a las personas y el art. 713 del CCCN:
ARTÍCULO 713.- Inherencia personal. Las acciones de estado de familia son de inherencia personal y no pueden
ser ejercidas por vía de subrogación. Sólo se transmiten por causa de muerte en los casos en que la ley lo
establece.

TÍTULO DE ESTADO DE FAMILIA


El título de estado de familia es el instrumento o conjunto de instrumentos legales que exteriorizan jurídicamente el
emplazamiento familiar de la persona y le permiten el ejercicio de las acciones que de él emergen.
Zannoni divide entre título de estado en sentido formal y material. El primero de ellos refiere precisamente a los
instrumentos públicos en los que se basa el emplazamiento familiar (certificado emitido por el registro de estado civil y
capacidad de las personas). El segundo es el emplazamiento mismo en un determinado estado de familia, constitutivo de
relaciones jurídicas familiares. Señala el autor que ambos conceptos están indisolublemente unidos. No hay
emplazamiento sin título, y por eso el emplazamiento es, sustancialmente, el título. Diríamos que el emplazamiento se
constituye por el título de estado, el cual requiere determinadas formas –aspecto formal- que atañen a su oponibilidad.
Se ha sostenido que el título de estado es la prueba legal del estado de familia. Es que el título de estado contendrá por
fin la acreditación de un determinado estado de familia, constituyendo de esta forma su medio probatorio más
importante. Su registración deberá efectuarse en el registro del estado civil y capacidad de las personas.
En principio, debiera existir correlación entre título y estado. Sin embargo, cuando ello no sucede, entran en juego las
acciones correspondientes.

POSESIÓN DE ESTADO
La posesión de estado es el goce de hecho de determinado estado de familia, con título o sin él. Un ejemplo de ello son
dos personas con trato paterno-filial, que en los hechos pueden carecer del título que los emplaza. El CCCN determina
que la posesión de estado produzca efectos jurídicos, en el art. 584:
“ARTICULO 584.- Posesión de estado. La posesión de estado debidamente acreditada en juicio tiene el mismo valor que
el reconocimiento, siempre que no sea desvirtuada por prueba en contrario sobre el nexo genético”.
Consecuentemente, la posesión de esta podrá constituir un medio de prueba eficaz para determinar la filiación de una
persona. Será concluyente para ello el trato que se le haya dispensado, es decir, la asunción de los derechos y
obligaciones que deriven del rol familiar.
Otro efecto que puede encontrarse en está en el art. 573, que establece una excepción al principio de que quien
reconozca a un hijo que ya falleció carece de derechos en la sucesión:
ARTÍCULO 573.- Caracteres del reconocimiento. (…) El reconocimiento del hijo ya fallecido no atribuye derechos en su
sucesión a quien lo formula, ni a los demás ascendientes de su rama, excepto que haya habido posesión de estado de
hijo.
Además, en relación con la acción de negación de filiación presumida por la ley regulada por el art. 591, se la desmentirá
si se prueba que hubo posesión de estado de hijo entre quien la haya iniciado y su descendiente.
En materia de adopción, la posesión de estado de hijo fehacientemente acreditada es una de las excepciones al principio
de que solo pueden ser adoptadas personas menores de edad, según el art. 597 del CCCN.
Finalmente, el nuevo cuerpo legal regula un efecto que la posesión de estado genera sobre los matrimonios en los que el
acta de su celebración contiene defectos formales. El art. 423 establece:
ARTÍCULO 423.- Regla general. Excepciones. Posesión de estado. El matrimonio se prueba con el acta de su celebración,
su testimonio, copia o certificado, o con la libreta de familia expedidos por el Registro de Estado Civil y Capacidad de las
Personas.
Cuando existe imposibilidad de presentarlos, la celebración del matrimonio puede probarse por otros medios,
justificando esta imposibilidad.
La posesión de estado, por sí sola, no es prueba suficiente para establecer el estado de casados o para reclamar los
efectos civiles del matrimonio.
Si existe acta de matrimonio y posesión de estado, la inobservancia de las formalidades prescriptas en el acto de
celebración no puede ser alegada contra la existencia del matrimonio.

3. ACCIONES DE ESTADO. CLASIFICACIÓN. EFECTOS DE LA COSA JUZGADA. PROCESOS DE FAMILIA

ACCIONES DE ESTADO
Las acciones de estado de familia son aquellas que tienen por objeto constituir, modificar o extinguir un estado de
familia. Por medio de ellas se buscará obtener el título de estado correspondiente.

Caracteres
Los caracteres de las acciones se asimilan a los del estado de familia. Sin embargo, el CCCN establece en los arts. 712 y
713 algunos caracteres en particular: su imprescriptibilidad, su caducidad y su inherencia personal.
El art. 712 establece:
“ARTICULO 712.- Irrenunciabilidad e imprescriptibilidad. Las acciones de estado de familia son irrenunciables e
imprescriptibles, sin perjuicio de su extinción en la forma y en los casos que la ley establezca.
Los derechos patrimoniales que son consecuencia del estado de familia están sujetos a prescripción”.
Que no prescriban no significa que no estén sujetas a caducidad, la norma específicamente habla de su extinción. Esta
significa que por el transcurso del tiempo o por la consecución de determinados hechos se extingue el derecho a ejercer
la acción.

Por su parte, el art. 713 establece:


“ARTICULO 713.- Inherencia personal. Las acciones de estado de familia son de inherencia personal y no pueden ser
ejercidas por vía de subrogación. Sólo se transmiten por causa de muerte en los casos en que la ley lo establece”.

Las acciones de estado de familia no son transmisibles por vía sucesoria, aunque el principio sufre limitaciones en
determinados casos en los que la ley, expresa o implícitamente, otorga su ejercicio a los herederos.

CLASIFICACIÓN
De acuerdo con su objeto, las acciones se clasifican en:
1. Constitutivas: Buscan crear un determinado título de estado, por ejemplo, la acción de adopción;
2. Modificativas: Tienen por fin modificar un estado de familia previo, existente. Es el caso del divorcio;
3. Extintivas: Dan por finalizado un estado familiar, tal como sucede con la nulidad del matrimonio.

Según el vínculo familiar al cual se refieren, se distinguen entre acciones de estado matrimonial y acciones de filiación.
De acuerdo con su vinculación con el título de estado de familia, se distinguen entre acciones de emplazamiento y
desplazamiento.

Otra clasificación tiene su base en los efectos que producen las sentencias distancias en los procesos en los que se
promuevan. Puede tratarse de:
1. Sentencias declarativas, aquellas en las que se decreta la existencia o inexistencia de los presupuestos que son el
fundamento del vínculo jurídico familiar. Las acciones tendrán por fin exponer, manifestar, un estado de familia
preexistente; por ejemplo, la acción de reclamación de estado.
2. Sentencias constitutivas, aquellas cuyo ejercicio es el presupuesto para la constitución, modificación, o extinción
de un estado de familia determinado. Las acciones darán origen a un nuevo estado, lo transformaran o lo darán
por concluido. Por ejemplo, la revocación de la adopción.
La principal diferencia entre unas y otras es el efecto retroactivo de las primeras. El efecto propio de la sentencia
constitutiva frente a la declarativa está dado porque, en principio, carece de retroactividad. La sentencia declarativa
siempre produce efectos retroactivos al momento en que comenzó la situación jurídica que ella reconoce o desconoce.

EFECTOS DE LA COSA JUZGADA


Zannoni entiende que corresponde la distinción entre los efectos de la cosa juzgada y la oponibilidad del título. Los
efectos de la cosa juzgada se relacionan con las partes con legitimación en el proceso de estado, en tanto la oponibilidad
del título es erga omnes, sin perjuicio de la facultad de impugnar que poseen aquellos que no intervinieron en el proceso
y que tienen legitimidad para hacerlo.

PROCESOS DE FAMILIA
Las particularidades que presenta el derecho de familia, en lo referido a los conflictos que pueden ser judicializados,
requieren ser tenidas en cuenta al momento de regularse las características de su proceso.
El CCCN, dentro del libro segundo destinado a las relaciones de familia, cuenta con un título especialmente destinado a
regular los procesos de familia. Debe ponerse de resalto que el art. 706 regula los principios generales de familia:
ARTICULO 706.- Principios generales de los procesos de familia. El proceso en materia de familia debe respetar los
principios de tutela judicial efectiva, inmediación, buena fe y lealtad procesal, oficiosidad, oralidad y acceso limitado al
expediente.
a) Las normas que rigen el procedimiento deben ser aplicadas de modo de facilitar el acceso a la justicia, especialmente
tratándose de personas vulnerables, y la resolución pacífica de los conflictos.
b) Los jueces ante los cuales tramitan estas causas deben ser especializados y contar con apoyo multidisciplinario.
c) La decisión que se dicte en un proceso en que están involucrados niños, niñas o adolescentes, debe tener en cuenta el
interés superior de esas personas.

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