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República Bolivariana de Venezuela

Universidad Bicentenario de Aragua


Vicerrectorado Académico
Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales
Escuela de Psicología

Facilitador: Autor:

Lcda. María Fernanda Jiménez Hernández Jenny V- 13.116.038.

Catedra: Dinámicas de grupo 5to trimestre, sección N2

Marzo 2019.
Caso: “Mujer de 35 años, divorciada quien expresa durante la entrevista VBP
“Desde la adolescencia asocié, que para estar a la última y ser el centro de
atención, tenía que tener algo diferente, fuera lo que fuese. Esto provocó que
necesitara en todo momento tener en mis manos el mejor teléfono, computadora,
zapatos, cualquier cosa que me permitiera destacar sobre el resto de mis
compañeros del colegio, amigas, y la única forma de conseguirlo era comprándolo.
Además, a esto se le juntó que para verme guapa y poder salir con chicos, no podía
ir siempre con la misma ropa, lo que me llevó a obligar a mis padres (sobre todo a
mi madre) ir una vez por semana de compras y si por alguna razón no podían
llevarme, me molestaba, me ponía insoportable, les gritaba, amenazaba, pedía
dinero a mis abuelos, cualquier cosa para poder ir de compras. Más aún, si salía
mal en algún examen, tenía un mal día, discutía con mis padres o amigos, lo único
que me levantaba el ánimo era ir de compras. Con el paso de los años, esta
necesidad se fue agravando y se convirtió en un verdadero problema sobre todo
cuando empecé a trabajar y tuve mi primera tarjeta de crédito.
Hoy, la acción de comprar ya no es una necesidad sino, una obsesión, impulso que
tengo satisfacer si o si, cueste lo que cueste. Aparece en determinadas situaciones,
como por ejemplo de soledad, tristeza, frustración, ansiedad, incertidumbre, rabia,
irritabilidad, pero sobre todo cuando tengo problemas en el trabajo o con mi actual
pareja, de hecho, eso fue el motivo por el que mi ex esposo se divorció de mí.
Además, y no es una excusa, mi cuerpo no me gusta nada, miro a mi alrededor y veo
a todos tan contentos, satisfechos con lo que hacen y tienen que a mí lo único que
me queda es comprar. Experiencia realmente excitante, hace sentirme yo misma, y
la persona más feliz del mundo, aunque después me arrepienta y me sienta de lo
peor.
Antes, por lo menos iba de tiendas, pero ahora ya ni me lo pienso, lo compro todo
directamente por Internet (Amazon, Zara, Wallapop, 21 buttons, Ikea, Walmart, “Con
un clic lo tengo todo”) lo que me está llevando a serios problemas económicos y
personales.
Pago las cosas a plazos, he tenido que pedir ya tres créditos y lo peor de todo, no es
eso, sino que aquello que compro, la gran mayoría de veces no tiene ningún valor
para mí, los suelo guardar, devolver o regalar. A mí lo que realmente me gusta es
comprar.”
Visto el caso anteriormente citado, es importante hacer una breve síntesis de
lo que es El Trastorno de Compra Compulsiva (CC) El trastorno de Compra
Compulsiva (CC) se caracteriza por la presencia de preocupación, impulsos y/o
comportamientos desadaptativo de compra persistentes, que se experimentan como
irresistibles e intrusivos, y ocasionan un perjuicio al individuo y/o otras personas de
su entorno. Los episodios de compra son más frecuentes y duran más tiempo del
planificado y habitualmente consisten en la adquisición de Objetos que no se
necesitan (Ros et al., 2012). La CC fue descrita clínicamente por primera vez por
Bleuler y Kraepelin a principios del siglo XX con el nombre de “Oniomania”; este se
caracteriza por un comportamiento desadaptativo de compra persistente e irresistible,
que ocasiona graves consecuencias negativas al individuo y a su entorno
(conflictividad familiar y de pareja, disminución del rendimiento a nivel laboral o
escolar y problemas financieros). La edad media de inicio del trastorno se sitúa entre
los 18-30 años de edad y el curso tiende a ser crónico. Presenta una elevada
comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos, sobre todo trastornos de ansiedad,
trastornos del estado de ánimo, trastornos por dependencia de sustancias, trastornos
de la conducta alimentaria y otros trastornos del control de impulsos. En la población
general la prevalencia se sitúa entre un 1 % y un 11,3 % y se observa que es más
frecuente en mujeres que en hombres. En cuanto a los objetos adquiridos, mientras
los hombres tienden a comprar objetos instrumentales y de ocio relacionados con la
independencia y la actividad, las mujeres suelen comprar más objetos asociados con
la apariencia y el bienestar emocional. Las nuevas tecnologías han contribuido a
exacerbar este trastorno, encontrándose cifras de CC online en torno al 16 %. Algunos
autores destacan el hecho de que internet permite comprar sin ser observado,
evitando la interacción social y obteniendo una gratificación rápida, elementos que
facilitan el descontrol de la conducta. No disponemos de tratamientos validados para
los pacientes con CC. Sin embargo, los estudios realizados con terapia cognitivo-
conductual y con Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina han
demostrado ser efectivos. Palabras clave: Compras compulsivas, comorbilidad,
adicción.
La causa de la CC es desconocida, pero se plantea que factores psicológicos,
biológicos y sociales contribuyen a su desarrollo y mantenimiento. En referencia a los
factores psicológicos que más sobresalen, la mayoría de teorías coinciden en la
función de la compra como estrategia para mejorar el estado de ánimo y la baja
autoestima. En relación al tratamiento psicológico, una reciente revisión de concluye
que el tratamiento más eficaz para las CC es la terapia cognitivo-conductual, tanto en
formato individual como grupal. Los objetivos de la terapia se centran en interrumpir
y controlar la conducta de compra problemática, establecer patrones de compra
sanos, reestructurar pensamientos irracionales y emociones negativas asociadas con
la compra y desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas. La mayoría de
estudios ha demostrado reducción significativa tanto del número de episodios de
compra compulsiva como del tiempo invertido en esta conducta, y esos resultados se
mantenían a los 6 meses de haber finalizado el tratamiento (Aboujaoude, Gamel &
Koran, 2003; Müller, Arikian, Zwaan et al; 2013).
Las técnicas más utilizadas, en el marco de la intervención cognitivo-conductual,
que han demostrado mayor eficacia han sido: la exposición con prevención de
respuesta (Black, 1996), el entrenamiento en afrontamiento de emociones negativas
(Miltenberger etal., 2003), las técnicas de control de estímulos, la exposición
programada a situaciones de riesgo, la solución de problemas específicos, la creación
de un nuevo estilo de vida, la prevención de recaídas, así́ como la reestructuración
cognitiva (Eche -burúa, 1999; Gómez-Peña, Sans, Á́ lvarez-Moya, Aymamí &
Jiménez-Murcia, 2005). El trastorno de CC es una categoría diagnostica identificable
y diferenciada, descrita ya a principios del siglo pasado y que, probablemente, los
valores actuales y las nuevas tecnologías pueden exacerbar. En los últimos veinte
años se ha evidenciado un incremento de publicaciones científicas referentes a este
trastorno. Entre los Síntomas más Característicos (Adicción Compras Compulsivas)
tenemos: Preocupaciones, impulsos irresistibles y sexualmente excitantes.
Sentimientos de culpa tras llevar a cabo las compras; Los estados de ánimo que llevan
a comprar son: la tristeza, soledad, cólera, frustración, irritabilidad entre otros. Los
objetos o artículos que suelen comprar, son prendas de ropa, calzado, cosméticos,
antigüedades, artículos para la casa, etc. Los objetos o artículos comprados se suele
devolver, guardar, tirar o regalar. Pierden el valor para la persona nada más
comprarlos; Prefieren comprar solos/as; Problemas de pareja o en el trabajo;
Cogniciones centradas en comprar regalos para agradar a los demás; Grandes
deudas; Se sienten poderosos, felices, eufóricos, seguros antes de llevar a cabo las
compras. (Sentimientos que incentivan la acción de comprar); Experimentan
frecuentemente una necesidad de comprar; Esconden los objetos comprados;
Excesiva preocupación por su imagen; Existe un sentimiento real de vacío personal,
La compras por Internet le provocan serios problemas económicos; Pequeños hurtos
de dinero a familiares; Mentiras. Entre otros. Ahora bien, para establecer un plan de
acción tomando en consideración el caso de esta mujer quien expresa todo un elenco
que nos vislumbran que efectivamente estamos ante el caso de una Compradora
Compulsiva, en primer lugar el tratamiento de la compra compulsiva puede ser un
tanto complicado quizás más aun de los que sería una adicción física, ya que las
compras no es algo que se pueden evitar por completo es decir siempre se verá
expuesta a comprar algo, quizás un café o similar, para hacer que esta compradora
llegue a su nivel normal seguiremos los siguientes pasos:
a) Como profesional de la psicología le ayudaría a trabajar con técnicas de
gestión emocional para así manejar las ganas de comprar y el malestar de
abstinencia que ello genera cuando no se hace.
b) También se pudieran indicar el uso de inhibidores de la recaptación de
serotonina, dirigidos a los desórdenes en la neurotrasmision, uno de ello y más
comúnmente utilizado seria la Duloxetina utilizada también para trastornos de
bipolaridad.
c) Terapias de tipo comportamental con intervención de elementos cognitivos.
d) Evitar la tentación de las compras distrayéndose con otra actividad cuando
exista un impulso para ir de compras, es decir, en lugar de ir a un centro
comercial, sustituirlo por un parque.
Aplicaría el Modelo Adleriano
El autor de este modelo es Alfred Adler, quien fue uno de los clínicos en la
vanguardia de llevar los conceptos psicoanalíticos a la terapia de grupo, y cuyas
teorías sobre el ser humano como criatura plenamente social le condujeron de un
modo natural a llevar grupos ya en 1921. La meta de este modelo es la de crear una
relación terapéutica que anime a los participantes en los presupuestos básicos de la
vida y una comprensión de sus estilos de vida. Es importante acotar que cada persona
es única, y por ende lo criterios a manejar son personalizados, en este caso no se
observan muchas cosas que son importantes para la buena ejecución de las terapias,
no observo si la mujer en cuestión, habla sin control o incoherente, si tiene algún gesto
corporal que me indique otro trastorno, si tiene alguna otra adicción, en fin esto sería
para mí el plan de acción más adecuado según lo descrito anteriormente.

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