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"LA HORDA"
de Rodolfo Santana
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PERSONAJES:
BERNARDO
ALEJANDRA
PAULINA
ENRIQUE
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ESCENA I
BERNARDO Es un tipo gordo con las manos en los bolsillos, lentes negros, franelilla
sucia, shores y sandalias…Feo. Barbudo, greñudo(Deja de amenazar
con el rifle. A Alejandra)Una maza grande en una mano… Casi puedo
olerlo. Está podrido. No tiene clase….
BERNARDO ¿Pesadillas?
ALEJANDRA Uno,,,,dos casos extremos…No creo que sea la norma, que caigamos
tan bajo.
ALEJANDRA (Lee) Revisas las alarmas, los sistemas de seguridad del refugio …Todo
parece estar bien….No es una mañana muy movida para la
Horda….Examinas los monitores…Todo aparenta estar como un
domingo….
ALEJANDRA Está bien. (Escribe. Pausa. Lee) Terrible dolor en el corazón. Es una
intolerable sensación de poder y amor. Tomas el rifle y lo apuntas contra
varios miembros de la horda, uno tras otro y les gritas, sin dispararles . .
.
BERNARDO "Te perdono". "Te perdono". "Te perdono". ¡Increíble! ¿No era Dios? ¿No
era el amor por excelencia? Pude matarlos, Alejandra, pude. Y les di la
vida. ¿Te imaginas? La posibilidad de andar, comer, amar…
ALEJANDRA Comerse entre ellos…Te asalta una borrachera mística. Cantas loas a ti
mismo. La torre del campanario penetra en lo más profundo del universo.
Las galaxias se abren a tu paso. Cuentas la vida en miles de planetas y
les permites vivir. Llegas al centro del cosmos, a la oscura nova donde se
expandió todo lo que fue y será y cantas en lo alto del campanario. Te
duele el peso de la muerte y, de pronto, sientes la tentación de arrojarte
al vacío. Regresan de nuevo tus miedos, las paranoias de empresario en
una factoría de chorizos…Tomas el rifle y comienzas a disparar….
ALEJANDRA Me resulta imbécil y de mal gusto, como la mayoría de las cosas que
haces.
Bernardo ríe.
ALEJANDRA Crees que eres una personalidad fuerte, que usa al mundo como le da la
gana y, la verdad, eres elemental, chato y débil.
BERNARDO Llevas años acostándote conmigo. Eso es lo que te hace creer que no
reservo sorpresas.
BERNARDO Todo te molesta de mí, por lo que veo. Hasta la manera en que me
divierto.
ALEJANDRA Hay multitud de hobbies mucho más saludables, Bernardo: ruleta rusa,
Hara-Kiri, coleccionar tarántulas y cobras.
ALEJANDRA ¿Defenderme?
BERNARDO ¡De todos esos hijos de puta que te quieren poner la mano encima!
¡Esa horda maldita!
BERNARDO Alejandra.. . .
BERNARDO Ha cambiado rasgos en ti. ¿Te has escuchado? ¡Sutilezas! ¡Has dicho
las primeras sutilezas en años!
BERNARDO (Ríe) Tienes que presentármelo. Haremos una cena en toda la línea.
Buenos vinos y tú misma prepararás la comida, por supuesto.
Pausa.
ALEJANDRA Enrique.
ALEJANDRA ¡Claro!
BERNARDO ¿Cuándo?
BERNARDO Lo haré.
ALEJANDRA ¡Aja!
ALEJANDRA El mismo.
BERNARDO No te creo.
ALEJANDRA Un salvaje corrompido cuando está en la cama con una mujer casada.
Pausa.
BERNARDO Muy cierto. Nadie puede venir con chismes, pero ¿Enrique? No, no...
Definitivamente no. (Toma el rifle y encañona a Alejandra) ¡Mujer cínica e
intrigante acostada en un sofá!.
A LEJANDRA ¿Anoto?
BERNARDO Claro (Pausa) No espera una bala en medio de sus cejas calculadoras.
BERNARDO Tiemblas.
ALEJANDRA ¿Muerta?
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ALEJANDRA ¿Sentir?
Voz de
ENRIQUE ¡Hijos de puta, abran, que los tenemos encima!
Voz de
ENRIQUE ¡Rápido, carajo! ¡Rápido, que vienen, los hijos de puta, coño!
ESCENA II
Los recién llegados se arrojan en cualquier lugar respirando con
agitación, aterrorizados. Ulular y gritos en el exterior. Bernardo toma el
rifle y situándose ante una mirilla dispara una y otra vez. Paulina aprieta
una cartera sobre el pecho.
ENRIQUE ¡Pues claro! ¿Qué otra cosa puede hacer en una mañana como esta?
¡Matar al alcalde!
ALEJANDRA ¡Es en serio!….El que fue alcalde de esta ciudad, ahora conduce la
horda….
ENRIQUE ¿El doctor George Walker?¿El fino caballero, alcalde querido por los
niños y las señoras gordas?
ENRIQUE (Casi furioso) ¡Por poco nos matan allá afuera y ustedes no nos
abrían…. . .!
BERNARDO No se abre la puerta hasta estar seguros. Ustedes conocen esa regla…
PAULINA ¿Hogar? (Se ríe) ¡Hogar una mierda!...¡No me hables de esa mierda,
Bernardo!¡De ninguna mierda de esas tuyas!¡Mierda!
Bernardo mira a Enrique que con un gesto le indica que hay que andarse
con cuidado con Paulina.
BERNARDO ¡Coño!
ENRIQUE El hijo de puta se coló por los barrotes de una claraboya en el techo del
refugio…Era delgadísimo…Paulina lo encontró en la cocina comiendo
unas galletas de perro…
ENRIQUE Las normales. (Se acerca a la puerta y escucha) Aún están ahí . . .
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ALEJANDRA Todos sentimos el pánico, Bernardo. ¿O aún en eso eres una brillante
excepción?
ALEJANDRA ¡Mentira!
Enrique ríe.
BERNARDO Mientras todo era normal, fui una buena expresión de hombre civilizado.
Ustedes tienen esa imagen de mí. ¿Me equivoco? (Nadie responde)
Ahora todo ha cambiado. Ellos están afuera correteando desde hace
meses por las calles. Han convertido el mundo en otra cosa, y me estoy
adaptando. Y me gustan.
PAULINA ¡y yo!
ENRIQUE (Se aparta) Con gusto (A Paulina) ¿Es que no recuerdas tu hazaña de la
semana pasada?
PAULINA Eso sí, nadie acepta papel moneda. Y si muestras un dólar, te matan…
BERNARDO Hay que tener cojones para intentar pagar algo con dólares…
PAULINA ¡Me asaltaron! (Todos la ven. A Enrique) Sigue contándoles, quiero saber
qué piensan.
ALEJANDRA ¿Melones?
ENRIQUE ¡La asaltaron!¡Podían haberte matado, necia de mierda! ¡En qué mundo
vives! (Pausa. Se calma) La asaltaron….llevaba unos zarcillos de
esmeraldas para intercambiar y un malandro intentó quitárselos….Un
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vecino me dijo que Paulina se defendió como una gata boca arriba…Le
dio un patadón al sujeto, que huyo….
ALEJANDRA Te mentí.
ENRIQUE Cálmate, bella. (Le besa la cabeza. A Alejandra y Bernardo) Poco a poco
ella descubre su fuerza…¿Qué te robaron los zarcillos? ¿Y? Lo
importante es que no te dañaron…. Lo valioso es tu reacción
instintiva…Por ejemplo, tu reacción cuando veníamos….
ENRIQUE (Respira hondo. Prosigue en tono más bajo) Digo que…en la ciudad…las
hordas se mantienen alejadas….todos van armados, y dispuestos a
responder cualquier ataque. Por eso reina algo de paz . . .
PAULINA No nos veía. Prestaba atención a una mujer que lo despedía desde la
puerta de una casa.
ENRIQUE ¡Deliras! Ese tipo formaba parte de una trampa. ¡Era el señuelo de una
horda!
ENRIQUE - ¡Cuentos!
ENRIQUE (Se acerca a Paulina, intentando calmarla) Está bien, Paulina. Fue una
apreciación falsa de mi parte…Supuse que nos atacaba….
PAULINA Quizá era un matrimonio que aún se amaba. Raro, ¿verdad? (Pausa
Corta) Este hombre sólo tenía ojos para ella. Le hacía muecas como un
niñito. Se ve que bromeaban. (Lanza una risa nerviosa) Habían estado
en la cama hacía poco. Lo digo por la bata que vestía ella (Pausa corta.
Ve a Enrique) Y entonces llegó Enrique. Enrique con el poderosísimo
Ford y el tanque casi vacío de gasolina. Tonelada y media de chatarra
conducida por un idiota. Por un cobarde gusano bien vestido, bien
comido y bien bañado. Te arrojaste sobre él. (Se va acercando poco a
poco a Enrique) Giraste el volante en dirección al hombre que decía
"Espera, ya vuelvo", y lo volviste papilla, masa de huesos partidos,
vísceras, ojos reventados y manos extendidas.
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Bernardo ríe.
PAULINA Lo siento.
ENRIQUE Veré como te devoran, sin mover un dedo, formando parte de la horda.
Siendo uno más de ellos.
ENRIQUE (Le extiende la mano a Paulina) Supongo que no aceptas que ayude a
levantarte.
BERNARDO Te lanzas contra los tuyos. Es la primera reacción del soldado vencido:
asesinar a los suyos para congraciarse con el enemigo.
ALEJANDRA Otro tipo de hombres. Hombres que piensan vivir sin nada de aquello que
a nosotros nos resulta necesario.
BERNARDO No me negarás que hacen una magnífica pareja, allí, defendiendo sus
posturas ante el resto del mundo.
Pausa corta.
PAULINA ¿Noticia?
ENRIQUE (Ríe)¿Cómo?
PAULINA No lo creo.
ENRIQUE (Ve a Alejandra con duda) Espera... ¿Qué es todo ese cuento?
ENRIQUE ¿Yo?¿Cuándo?
ALEJANDRA Aquí mismo. En ese mueble donde se sienta Paulina. ¡En el dormitorio!
PAULINA Lo creo.
ENRIQUE ¿Tú? ¡Imbécil! ¡Entérate, también mantengo relaciones con la gorila del
zoológico!
ALEJANDRA (Apartándose del bar) Es privilegio de los cobardes que ellos mismos se
sirvan.
ENRIQUE (Pausa corta) Te ves muy tranquilo con los cuernos. ¿No te hacen peso?
ALEJANDRA Nada.
ENRIQUE ¿Nada?. . .
ALEJANDRA ¿Si?
ENRIQUE No me gustas.
ALEJANDRA ¿Y por qué lo hiciste tan repetidas veces? ¿Con tanta furia?
BERNARDO- ¡Increíble!
través de la mirilla.
ENRIQUE (Escucha las risas. Cree que se trata de una broma) Sí, estuvo buena.
perversas.
BERNARDO No quise decir que fuera una broma. La actitud de Alejandra es lo que
me tiene cautivado.
ALEJANDRA Te permito que me beses la mano.
PAULINA Un hombre. . . vestido con trapos y pieles … Le cortó la cabeza con una
espada….
PAULINA La cabeza rodó por las escaleras y la mujer avanzó dos pasos. Rígidos.
ALEJANDRA No se ve nada.
ENRIQUE ¿Mensaje?
PAULINA Escrito sobre un cartón. En el primer piso. Tras él, una pareja mutilaba al
hombre sobre el escritorio. Tomaban trozos sanguinolentos y se los
llevaban a la boca (Gime y se aprisiona el estómago) Lo . . . lo comían.
ENRIQUE (Deja de ver por la mirilla) Paz absoluta en la casa del frente.
ENRIQUE "Estás loca de remate". Eso decía. ¿Ah, Paulina?. . Excelente momento
para que se te aflojen los tornillos. (Toma a Paulina por los hombros y la
zarandea) ¡Recupérate, tarada de mierda! (La abofetea) ¡Recupérate!
¡Estúpida!
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Risa de Bernardo.
ENRIQUE No hubo ningún mensaje. ¿No te das cuenta? No está en sus cabales.
BERNARDO Quiero saber hasta qué punto le llega la locura. (A Paulina) ¿Qué
decía?
PAULINA Nada.
BERNARDO ¿Cómo?
ENRIQUE La oíste.
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ENRIQUE (Toma a Paulina por los hombros) Muy bien, chiquita. Ya verás, todo
marchara . . .
ENRIQUE (Bajo) ….sobre ruedas. . . (Más alto) Nos iremos a la selva. A la selva
más profunda.
BERNARDO ¿El hombre que devoraban? ¿La mujer con la cabeza cortada?
PAULINA Todo es falso (Pausa corta) Tengo una depresión espantosa. (Pausa.
Pasa su mano por la cabeza. Se acerca a Enrique. Lo abraza) Tienes
razón, mi amor. Debo sacarme estos monstruos de la cabeza. (Ríe).
¡Qué pesadilla! . . .Una horda rodeando con ojos hambrientos la parrilla
donde se cocina un hombre. Niños devorando lagartijas. . . .
PAULINA He creído que estaba entre ellos. ¿Entiendes, Enrique? Disputando las
lagartijas con los chicos. Me uní a un hombre fuerte, bárbaro, cruel, para
que me lograra buenos trozos del hombre que se cocinaba en la parrilla.
ALEJANDRA ¡ Suéltame!
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BERNARDO A veces la sangre fría es un buen ingrediente. Nos hace ganar tiempo.
Nos corta palabras inútiles e impide que saltemos a ciegas sobre
aquellos que están a nuestro lado.
Pausa.
BERNARDO No.
ENRIQUE Paulina tampoco. Lo que indica, con la mayor sangre fría, que Alejandra
miente de nuevo.
Risas.
ENRIQUE ¿Vas a seguirle el juego? (Toma a Paulina del brazo y la arrastra tras él
en dirección a la puerta) ¡Vámonos de aquí!
ENRIQUE ¡Vendrás!
PAULINA ¡Suéltame!
ENRIQUE- ¡Basura!
PAULINA (Entre risas) Es Enrique, que quiere ser la cena de la horda. ¡Sueña con
que le chupen los huesos!.
ALEJANDRA ¡Felicitaciones!
BERNARDO (Elevando su rifle) Y yo. (Pausa corta) ¿Creerán esos cabrones que todo
será fácil? ¿Qué abriremos la puerta cuando toquen?
Risas nerviosas.
ENRIQUE ¿Gasolina?
BERNARDO Un poco. . .
ALEJANDRA Ninguna.
Paulina niega.
ENRIQUE Se matan entre ellos. También son hordas. Más brutales, por lo que he
oído.
PAULINA Gran idea esa de pasarla bien. Hacer cosas.(Se levanta) ¡Tengo hambre!
BERNARDO De salami…
ALEJANDRA Eso y las sopas enlatadas es lo que nos mantiene con vida.
PAULINA Parejas.
ALEJANDRA No te atreverías.
PAULINA ¿No?
BERNARDO Las mujeres, definitivamente, son superiores a los hombres. Menos mal
que no se han dado cuenta.
BERNARDO Por la forma en que muchas veces abordan las cosas. Directamente,
como si asaltaran un barco.
BERNARDO ¿No?
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BERNARDO ¿Querida?
BERNARDO ¡Aja!
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ENRIQUE Con todos esos forajidos rondando por las calles. La humanidad
volviéndose mierda de rata y los dos aquí.
ALEJANDRA Perfectamente.
ENRIQUE Ella no te hará ver las delicias del paraíso. ¿Ves? (Lleva la mano de
Bernardo a su brazo) Estos brazos fuertes te apretarán mientras te parto
el culo.
ALEJANDRA Y sorpresa.
PAULINA El bromea.
BERNARDO Es obvio.
BERNARDO ¿Sí?
ENRIQUE Deberías descubrirte. Contar tus aventuras con Fernandillo, el office boy,
con Eleazar, el chofer de la zona norte.
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BERNARDO (Con tono afeminado) ¿Verdad que sí, encanto? Y eso que no conociste
a Eleazar, el chofer... Te hubieras muerto de la envidia ¡Fuerte! ¡Bello!
¡Negro, con unos brazos velludos como King Kong!
Alejandra ríe.
PAULINA ¿No?
ALEJANDRA Nosotros somos los que reventaremos. Las ranas y las hormigas
seguirán de lo más felices.
PAULINA Yo creo…Bueno, algunas veces pienso que es malo creer que todo
se ha perdido. ¿No? Es posible que en algún lugar del planeta existan
seres humanos que….que no sean como nosotros….
PAULINA No.
Alejandra ríe.
ALEJANDRA ¡Te torturabas tanto! (Ríe) "Se volverá loca si le digo que ya no la amo"
"Que no se entere, no quiero dañarla" Y es ella quien dice que no te ama.
(Chasquea los dedos) Así, suavemente.
BERNARDO Bueno, bueno, bueno . . Creo que deben enterarse de algo. Noche
extraña, ¿no? (A Enrique y Alejandra) Paulina y yo somos amantes
desde hace algún tiempo.
PAULINA Mentira.
BERNARDO Uno no puede ganarlas todas. (A Enrique) Lo que es una gran verdad es
que estás en la ruina.
ENRIQUE Algunas.
BERNARDO Eres un inocente. ¿Acaso has olvidado que el capital es algo muy fácil de
transferir? ¡Trasferencias por aquí, trasferencias por allá!
ENRIQUE ¡En esa fábrica está todo el fruto de mi vida, hijo de puta!
PAULINA ¿Hijos?
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ENRIQUE ¡Dilo!
BERNARDO ¡Cuidado!
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BERNARDO ¡Huyen!
Nuevo abrazo.
ENRIQUE Una estaca por las nalgas es lo que podemos lograr si abrimos la puerta
agitando banderitas.
PAULINA Con miedo a todo. No se puede vivir así. Yo no puedo . .Mi vecino
tampoco pudo…..
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PAULINA (Nerviosa, casi al borde del colapso) ¡Me importa un carajo!. . . Además,
ahora recuerdo cosas que nunca he dicho. Era viejo. . .
PAULINA (Se toca la cara) Siento que he envejecido. . . (Pausa corta) Las
compañías de seguro cerraron. Y los bancos. Y los Ministerios.
Montones de papeles que días antes valían millones fueron sacados de
las cajas de caudales y usados como combustible por los desesperados.
El señor Fagundez comenzó a participar en las hordas que asaltaban los
supermercados y las tiendas. Se volvió un desesperado. Llegaba a su
casa, en la madrugada, cargado con los objetos más inverosímiles:
maniquíes, decenas de latas sin etiqueta, docenas de vestidos que no
podía usar doña Ricarda. En el día cavaba trincheras alrededor de la
casa o vigilaba desde la ventana del dormitorio. Un día mató a Ricarda y
salió a la calle. Intentó entrar en nuestra casa para asesinarnos y un
soldado que montaba guardia en una esquina cercana le dio muerte.
Después, el soldado se volvió loco. Lástima, era joven. ¿No? Mató a
varios que se acercaron a curiosear y paró de matar cuando fue muerto a
su vez. ¿Por qué tenía que pasar todo eso? Fagúndez era un hombre
bueno. Creo que mató a su mujer y salió a matar y a que lo mataran
porque no quiso mentirse más. El era decente. ¿Cómo podía alguien
decente como él sentirse a gusto con una horda? Vigilando desde la
ventana como un criminal. Era demasiado...Yo creo que hay que optar.
¿Sí? Somos los decentes que se extinguen. Afuera está la horda, lo
nuevo... ¿Por qué no salimos y nos unimos a ellos?
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ENRIQUE Nadie.
Paulina, al ver que era una falsa alarma, se recupera Sonríe. Arregla su
pelo. .
Pausa Se miran.
BERNARDO ¿No?
BERNARDO La favorita….
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Pausa corta.
BERNARDO Eléctricas.
PAULINA (Lo besa en la boca)No tienen nada que ver. Ella es la reina de la horda
y él es o fue su amante.
ENRIQUE Estúpida.
ENRIQUE Se fueron a. . .
ALEJANDRA ¿Y el rifle?
ENRIQUE (Ve el rifle) No sé. (Abandona el rifle) La muy puta, delante de mis
narices.
ALEJANDRA Y las mías.
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ALEJANDRA ¡Imbécil!
BERNARDO Llora. Imposible hacer el amor con una mujer que llora mientras te
mama.
ENRIQUE (Ríe, cruel) Así que lloró. . . ¡Cursi! Siempre fue una cursi amante de
flores y poemas. De esas que guardan pétalos en los libros.
ENRIQUE (Se da cuenta) ¡Ah!. . . (Pausa corta. Baja el rifle) Creo que iba a
matarlos. . .Nada de celos. (Suelta el rifle) Reflejo de los tiempos.
PAULINA (A Alejandra) Debe haber sido muy duro para ti vivir tantos años al lado
de Bernardo.
BERNARDO ¿Impotente?
Enrique ríe.
PAULINA (Ve a Bernardo) Sí, impotente. Eso ocurre siempre con los fanfarrones.
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PAULINA Cuando hago el amor todas mis glándulas funcionan. A ti te ocurre todo
lo contrario, por lo visto. Se te encogen.
BERNARDO ¡Pronto!
ALEJANDRA Cálmate.
PAULINA Por poco abro la puerta. . . Ahora seré yo sola. . . ¡Y por él! ¿Dónde
estás? (Eleva la cabeza, ve a Enrique encogido) Ven para que veas.
ALEJANDRA Descansa.
PAULINA (Se encoge) No necesito a nadie. . .(Pausa corta) Enrique. . .¿Qué tal
ese orgullo, Enrique?...(Con dificultad) El...el gran cazador de la selva.
(Sin moverse) ¡Quiero salir de aquí! (Manotea) Pueden dejarme. ¿No? Lo
último que quiero es verlos. . .Prefiero a los de afuera. .
ENRIQUE Lo sé.
Pausa.
BERNARDO (Se asoma a la mirilla) Lo hicimos bien. Si seguimos así no quedará uno
solo.
ENRIQUE Aja.
ENRIQUE Un coronel.
BERNARDO ¿Coronel?
ENRIQUE Y si era el ejército me importa un kilo de mierda. Para lo bien que hacen
las cosas…. (Se levanta. Ve a Paulina. Pausa) Desde hace tiempo
pensaba matarla. Imaginaba pretextos, pero no me atrevía. . .puñal, ve-
neno. . . Siempre me contuve. (Pausa corta) Fue fácil.
BERNARDO ¿Seguro?
ENRIQUE ¿Dolor?
ENRIQUE Demasiado.
ENRIQUE Mi grillete.
ALEJANDRA No me apuntes…
ALEJANDRA Falso.
BERNARDO Sí. (Reflexivo) Es posible que llegues a ser reina de la horda. (Ve a
Alejandra) Raro, nunca lo hubiera creído. (A Enrique) La naturaleza
humana está cambiando. ¿No crees? (Enrique no responde)
¿Recuerdas a Pom-Pom? (Enrique esta abstraído) ¡Enrique!
. BERNARDO Medía el equilibrio del universo por el mayor o menor número de colillas
que eran arrojados en los ceniceros.
ENRIQUE Tenía las mejillas rojas como remolachas. Por eso le decíamos Pom-
Pom.
BERNARDO Pacífico. Filósofo de las colillas. . .(Pausa corta) Comandó la horda que
atacó al Congreso y masacró a los diputados y senadores. . . No permitió
que los sepultaran. "Debemos conocer el olor que tiene la legislación en
este país" -sentenció. . .
ENRIQUE No le di oportunidad.
BERNARDO ¿Paulina?
ENRIQUE (Más para sí) Ni lo pensé. Le clavé el cuchillo con naturalidad. . . ¿Puedo
retroceder tanto? (A Paulina) Yo te dije que sí. Todo eso de ser civilizado
es recubrir a Cro-Magnon de fibras sintéticas.
BERNARDO (En tono de burla) ¡La reina, por unas horas, hasta que se la devoren en
el desayuno!
ENRIQUE (A Alejandra) ¿Crees que esta tonta puede pensar siquiera en esa
posibilidad?
Pausa corta.
ENRIQUE Lo sé. (Pausa corta) ¿Crees que podría llegar a algo si yo le faltara?
ENRIQUE (A Paulina) Y tendrías que pasar por el horror de una docena de hombres
despedazándote sin ningún miramiento. Serías tan bruta que pedirías
piedad. . .(Remeda burlón) ¡Piedad! ¡Piedad! (Ríe) ¿No crees, Bernardo?
ENRIQUE (Señala a Paulina) ¿No crees que lo más piadoso fue meterle una
puñalada a esta chiquilla melindrosa?... Como si viviera en otro planeta,
Bernardo. Esta mañana se recortó y pintó las uñas. (Toma la mano de
Paulina y la exhibe) Míraselas. ¡Rojas!
ENRIQUE (A Paulina) Yo le decía: ¿Qué crees que haces, putica? (Da un empujón
a Paulina) Déjatelas sucias y largas, quizá eso te salve la vida. (Pausa
corta) Y días atrás me atormentaba por la falta de Champú. ¡Champú!
(A Alejandra) ¿Te lavas el pelo?
ALEJANDRA No.
ENRIQUE Ella quiere lechugas frescas, tomates, pollos tiernos. . .
ENRIQUE ¡No!¡No!¡No!
ENRIQUE Lo sé, puta. ¡Me la llevaré en la mañana! ¿Crees que la voy a dejar en tu
sala? (A Paulina) Te metiste en la cama con él, roñosa. Y no pudiste. (Se
va acercando imperceptiblemente a Bernardo) Nos largamos al amanecer.
Durante el día la horda descansa. ¿Tendrán complejo de vampiro? Eso de
ocultarse durante el día. . . Al principio el ejército los aniquilaba fácilmente.
Después, el ejército también se pasó.
ENRIQUE ¿Si, papá? ¿Me vas a desarmar con todos esos amigotes de
fuera?.... Dame mi pistola.
BERNARDO Ya veremos.
ENRIQUE Estamos en el mismo saco. 52
ALEJANDRA Falso.
ENRIQUE Hasta por las narices. ¿Vas a negarlo? Decías que Bernardo no tenía
imaginación.
ALEJANDRA Serénate. . .
BERNARDO (Situando la boca de la pistola cerca del rostro de Enrique) ¡Si vuelves a
abrir la boca te la cierro con plomo! (Se aparta. Los ve) ¿Creen que
pueden burlarse de mí?
ENRIQUE (Risita) Tiene los senos un poco caídos. Como si tuviera plomo en los
pezones.
BERNARDO (Ve a Enrique. Ríe) Mentira. (Ríe) Alejandra no tiene los senos caídos.
ENRIQUE A mí me lo parece.
ALEJANDRA ¡Nunca!
se separa.
BERNARDO En los días que vienen, los difíciles. Tendremos que salir y
confundirnos con los de afuera. Tú y yo.
Pausa corta.
Pausa
ALEJANDRA No lo creo.
ALEJANDRA Gracias.
BERNARDO Todo es muy cómodo para ti. ¿No? Allí, tomando tragos,
mientras yo mato a los bárbaros.
ALEJANDRA Exageras.
BERNARDO ¿Y yo?
Pausa corta.
BERNARDO Me necesitas.
ALEJANDRA No.
ESCENA III
BERNARDO ¡Anda, ve y conviértete en faraona, hija de puta!
ENRIQUE ¡Ciérrala!
BERNARDO ¡Vienen!.
BERNARDO ¡Alejandra!
ENRIQUE Te necesitaba.
BERNARDO i Aja!
ENRIQUE Y se marchó.
BERNARDO La atraparon.
ENRIQUE ¡Qué va! Esa es una puerta sólida y quiero dormir. Además, tú
estarás vigilando.
BERNARDO Me tenía harto con sus aires. ¿Qué se habrá creído? (Por la
mirilla) ¡Bien merecido te lo tienes! (A Enrique) El mundo es
un burdel lleno de camorristas donde ella llegaría a ser la gran
ramera. (Pausa corta) El apocalipsis... ¡Mierda! ¿Figura o no la
gran ramera en el Apocalipsis?
Pausa.
BERNARDO Al campo.
BERNARDO A la montaña.
Pausa.
ENRIQUE No importa.
BERNARDO A mí sí.
Pausa corta.
ENRIQUE Te creo.
Pausa.
ENRIQUE ¿Yo?
ENRIQUE No te acompaño.
ENRIQUE Miau.
GRITO DE
MUCHAS
VOCES ¡Yaaaa!¡Yaaaa!¡Yaaa!
Escrita en 1972.
Revisada en 2008 y 2010