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(pegada al cartón)

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 Breve
historia
de un
pequeño
amor

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 Breve historia

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 marina colasanti
Ilustraciones de ELIZABETH BUILES

de un
pequeño amor
Traducción de Beatriz Peña Trujillo

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 A los lectores…
de cada
a s í c o m o l a h i s to r i a
uno de nosotros empieza desde
antes de nacer, los libros comienzan
a existir mucho antes de escribir la
primera palabra. Yo conocí a Tom, el
protagonista de este libro, porque
Marina Colasanti me contó su historia
mientras caminábamos por una
ciudad llena de tejados y de palomas.
Y me gustó tanto que le dije: ¡tienes
que escribirla!
Un tiempo después llegó a mi
buzón esta Breve historia de un pequeño
amor y me pasó lo mismo que a su
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autora porque “amé inmediatamente”
a Tom. Es extraño cómo podemos
amar a primera vista a un recién
nacido –humano o animal–, aunque
nos parezca flacuchento o debilucho.
Sin embargo, criar bebés no siempre
es una tarea fácil pues hay cosas que
parecen muy naturales, como salir
volando, y que esconden muchas
horas de práctica.
Este es el segundo libro de Marina
Colasanti publicado en Nidos para
la Lectura. Después de La amistad
bate la cola, un relato sobre perros
que tal vez ustedes ya leyeron, (y
si no lo han hecho, les recomiendo
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 leerlo), aquí volvemos a encontrar
un conocimiento muy profundo
de la vida. No importa si se trata
de la naturaleza animal o humana,
o de la naturaleza de las hadas:
Marina siempre se las arregla para
descubrir las emociones que todos
compartimos y para contarnos
historias que nos hablan del fondo
de nosotros mismos.
Aprender a caminar, a volar, a
nadar o a leer parece muy difícil
hasta que un buen día logramos irnos
solos cada vez más lejos. Algo similar
le ha ocurrido a esta historia: una
vez publicada en Brasil, comenzó a
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ganar premios: en 2014 obtuvo el
de la Fundación Nacional del Libro
Infantil y Juvenil (fnlij), el Premio
Jabutí Infantil y, como si fuera poco,
el Premio Jabuti Dorado al Libro del
Año en la Categoría de Ficción. Las
imágenes de la ilustradora antioqueña
Elizabeth Builes acompañan esta
versión con su sensibilidad y su
belleza, y ahora solo faltan ustedes
para que la historia de Tom siga
volando por muchos más tejados.
Yolanda Reyes
directora de l a c o l e c c i ó n
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Y la historia Porque
comienza no era
El
debajo de ni pato,
castaño
las tejas ni gallina
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De cómo cada
uno obedeció
a su papel,
y funcionó
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Cuando Pero la vida
cada cambio tiene su propia
comenzó a manera de
anunciar otro escribir historias
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 Y la historia
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comienza
debajo de
las tejas
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 U na filtración en el techo de mi estudio. Muchas cosas
pueden empezar con una filtración en el techo de un
estudio:
•  la mojadura de los libros y papeles
•  un corto circuito en el computador
•  una confusión de colores en la mesa de dibujo
•  el reclamo del vecino de abajo, cuando la filtración empieza
a gotear en su casa.
Pero nada de eso sucedió. Simplemente, sin que yo aún lo su­
piera, aquella agua filtrada me puso en la ruta de un pequeño amor.
—Vamos a tener que desentejar —dijo lleno de conocimien­
tos el maestro que yo había llamado para resolver el problema—.
Si no se quitan las tejas, no se puede impermeabilizar la cubierta.

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