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- Marcel Mauss no realizó ni publicó, salvo en un caso, ninguna 1

obirdi fcifna' d de libro. Su aportación está formada por una larga


serie de trabajos aparecidos en revistas, además de comunicaciones
orales, •recensiones de obras ajenas, etc., y, naturalmente, de su
ADVERTENCIAS PRELIMINARES 17 Aft/LDlp uc-CAAP;
labor de enseñanza y de formación de investigadores, que, como
estos mismos reconocen, estaba llena de sugerencias y sabiduría'. EA
Constituye esta Introducción a la Etnografía la excepción a que
aludíamos más arriba, es decir, el único trabajo de Mauss publi-
cado como libro en vida del autor. Son su base las lecciones del ivogfAfli fl
Instituto de Etnografía, tomadas taquigráficamente y ordenadas
por Denise Paulme. Se trata, posiblemente, de uno de los más
perfectos manuales de formación etnográfica que existen. Publi-
cado en 1947—tres años antes de la muerte de su autor—, re-
coge una experiencia y unos conocimientos que difícilmente suelen El curso de Etnografía aquí publicado responde, sobre
MA 1? Ce I )-401055.
aunarse en un científico. Pues lo que de inmediato llama la aten- todo, a cuestiones de tipo práctis,o;_se _propone enseñar
ción de cualquier lector de la Introducción es la conjugación de a observar y a clasificar los fenómenos sociales.
la minuciosidad del observador cuidadoso con las preocupaciones En estas lecciones podría verse una simple acumu- 1964
de generalización—generalización mediante la cual se insertan los
datos en un esbozo de sistema donde las comparaciones y las intui-
lación de detalles inútiles; sin embargo, la realidad es
que cada uno de los detalles mencionados supone todo E A- don eS 1 S-1,44-e.
ciones profundas logran lo que propiamente deberíamos exigir un mundo de estudios. Por ejemplo, la biometría, que
que toda obra suscitase: la reflexión sobre lo que se lee—.
Pero oigamos a Mauss mismo enunciando sus propósitos en
intenta establecer la curva de repartición por edades,
implica conocimientos de estadística y del cálculo de
Es p",71-7.5
unas frases extraídas de la conclusión a su Ensayo sobre el don 2 : probabilidades; el estudio de los colores exige, según
«Los hechos que hemos estudiado son todos [...] hechos sociales los descubrimientos de la física, poner en práctica la
totales [...] , es decir, que ponen en movimiento, en algunos casos, escala de Chevreul y de Broca l. Aquello que podría
la totalidad de las sociedades y de sus instituciones [...]. Todos parecer un detalle fútil es, en realidad, una conden-
estos fenómenos son, a la vez, jurídicos, económicos, religiosos e sación de principios.
incluso estéticos, morfológicos, etc. Se trata de «totalidades», de Nuestro campo de estudio va a quedar circunscrito a
sistemas sociales completos de los que hemos intentado descubrir
el funcionamiento.» «[...] El dato es Roma, es Atenas, es el las sociedad-es de las ex-colonias francesas y también a
francés medio, es el melanesio de una u otra isla, y no la oración
otras que se hallan en un estadio cultural parecido, lo
o el derecho en sí [...]. El estudio de lo concreto, que es el estu-
que equivale a decir que eliminamos a las llamadas
dio de lo completo, es posible y todavía más cautivador y expli- primitivas 2 . Dentro de tales límites proporcionaremos
cativo en sociología [... ]. El principio y el fin de la sociología es
todas las orientaciones o normas necesarias para que
el de comprender a todo el grupo, a su comportamiento total.»
pueda constituirse científicamente un verdadero archi-
No es de extrañar que estos fines de la investigación hayan
vo de dichas sociedades más o menos arcaicas.
La ciencia etnológica tiene_ por meta la observación
cautivado a un gran número de quienes se dedican a las ciencias
sociales. Así, la siguiente frase de Mauss ha podido ser consi- de , y por finalidad general el conoci-
sociédades
miento de los hechos sociales. Registra estos hechos,
derada por su discípulo Lévy-Strauss como digna de figurar en hace su: estaclistiea. -ái és—preciso, y publica los documen-
el frontispicio de cualquier instituto de etnología: «Ante todo, tos que ofrecen un mbdrno de certeza. El etnógrafo ha
hay que establecer un catálogo de categorías: partir de todas de preocuparse de ser exacto, completo; debe tener
aquellas de las cuales sabemos que han sido utilizadas por el hom-
bre. Y se verá entonces que aún existen muchas lunas muertas, 1 Se trata de dos científicos franceses, químico y médico, res-
o pálidas, u oscuras, en el firmamento de la razón.» pectivamente, que llegaron a establecer una escala de colores
desde el negro al blanco, recogiendo la escala del último un míni-
1 La obra de Mauss empieza a conocerse en el mundo de lengua castellana; mo de 80 colores. Cuando hay que describir con exactitud física
Barral Ediciones, de Barcelona, ha iniciado la encomiable tarea de publicar sus un color debe acudirse a su numeración en la escala de Broca.
Obras completas. Anteriormente, Ediciones Península había editado el libro (N. del T.)
de Jean Cazeneuve La sociología de Marcel Mauss. 2 Unicamente los australianos y los fueguinos serían verda-
2 Citado por Paul Mercier en Historia de la antropología, pág. 114, Edicio- deros primitivos. Los negros, o africanos, pertenecen al mismo
nes Península, Barcelona, 1964. estadio en que Tácito observó a los germanos. Los habitantes de

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El joven etnógrafo que ya as trabajar sobre el terreno
el sentido de los hechos y de sus relaciones mutuas, así debe estar, enterado de cuanto se Sabe. sobre SU Materia,
como el de las proporciones y las conexiones. para poder sacar a la superficie, con su trabajo, lo que
La intuición no tiene cabida en la ciencia etnológica: todavía se ignora 4.
es una ciencia de constataciones y estadísticas. La So- Los hechos sociales son, ante todo, históricos, irre-
ciología y la Etnología descriptiva exigen que se sea, versibles e inexcusables. Por ejemplo, en la retirada
al mismo tiempo, archivero, historiador, técnico estadís- de un ejército: el número de soldados, lo que han hecho,
tico y hasta novelista, capaz de evocar la vida de una el papel de los jefes, el de la tropa, etc. El fenómeno
sociedad entera. No es que la intuición, por una parte, y
la teoría, por otra, resulten inútiles; pero su uso ha de social, además, tiene parte de hecho y parte de ideal,
hacerse con limitaciones: es preciso tener en cuenta de norma. Por ejemplo: en la manufactura de Sévres
que poseen un valor y, al mismo tiempo, representan se desechan nueve jarrones de cada diez; en otros
un peligro. sitios, en cambio, de cada diez vasijas se conservan las
La teoría desempeña su verdadero papel al incitar a diez. Sólo en este último caso no hay diferencia entre el
la investigación, mediante la cual ha de ser comprobada. hecho y la norma.
Pero la ciencia tiene también modas que cambian, pero La estadística permite alcanzar una certidumbre que
permiten comprender mejor los hechos. La teoría no se ha conocido jamás en la historia. Si actualmente
ofrece un valor «heurístico», un valor para descubrir aún ignoramos la cifra de esclavos que tuvo Roma, sin
documentos; así, los falsos a priori de la Escuela de embargo sabemos cuántos hay en Tombuctú 5 .
Viena nos han proporcionado una fértil cosecha de Debemos añadir que la Etnografía no es una ciencia
datos 3 . histórica propiamente dicha, en el sentido de que los
las selvas del Camerún y del Congo (pigmeos) poseen un arco
hechos no se presentan para ella en el orden cronoló-
que se dice muy primitivo; pero de hecho es una máquina, no gico. Pero consta de una parte que consiste en estable-
una herramienta simple, y ello supone un estadio ya muy elevado. cer la historia de la población humana de las razas
Los moi de la península de Anam, en Indochina, son ya arcai-
cos y protohistóricos. El conjunto del Asia septentrional posee negra, amarilla, etc. Historia que la Etnología no está,
una gran civilización: la esquimal y la mogol. (Nota de Mauss.) por el momento, en condiciones de trazar más que
El terna de quiénes son los «verdaderos» primitivos es muy dentro de límites estrechos, y nuestra ciencia no tiene
El P. W. Schmidt pensaba que los más primitivos eran los
fueguinos y los pigmeos. Su colega F. Graebner incluía a los aus- ves poblacionales concretos (pigmeos de Africa y fueguinos, res-
tralianos. Posteriormente se ha pensado en los tasmanios, extin- pectivamente) con fines de investigación concreta. En este caso
guidos a finales del siglo xix. En todo caso, como puede obser- se trataba de demostrar que el monoteísmo existía en las fases
varse, el único criterio en que cabe basar esta calificación es el más antiguas de la humanidad, y que la Revelación no hacía sino
puramente tecnológico y político y a base de unos estadios recordar esta verdad universal. Tales a priori, como dice Mauss,
europeos (Paleolítico, Neolítico), pues en aspectos como la len- permitieron recoger .una hermosa cosecha de datos». (N. del T.)
gua, el parentesco, el ritual y hasta la mitología, los pueblos así 4 Con ello no hace Mauss sino reafirmar y limitar, por otra
llamados han desarrollado un sistema tan complejo como el parte, el papel de la teoría. Es tanto como decir que el etnó-
nuestro. Hoy día, en Antropología cultural no tiene cabida este grafo debe conocer el cúmulo de teorías ya verificadas, que debe
tipo de clasificación puramente tecnológica, y es sintomático que estar al día en la bibliografía sobre el pueblo que vaya a estudiar.
cualquier antropólogo se excuse de seguir empleando el término En esto parece Mauss mucho más sensato que la escuela americana
«primitivo» de cara al gran público. Cf. nota 8 del cap. 6. de Franz Boas, con la que tiene tantos parecidos. Boas prohibía
(N. del T.) la lectura previa cuando se iba al campo, para evitar prejuicios
3 La Escuela de Viena está formada por el P. Wilhem Schmidt y para obligar a recoger todo otra vez. (N. del T.)
y el P. Koppers, con discípulos tan importantes como Schevesta 5 Parece haberse hecho caso a esta observación en la escuela
y Martín Gusinde. Son todos misioneros, a quienes interesan es- histórica francesa (Ludien Febvre, Marc Bloch, Ernest Labrousse,
pecialmente los aspectos religiosos, aunque sin limitarse a temas Fernand Braudel, Pierre Vilar, etc.), en lo que respecta a la im-
o regiones, como puede verse en su prestigiosa revista Anthropos. portancia de los cuadros estadísticos y económicos, frente a la
Hay traducción de una Historia de las religiones, de Koppers, en casuística y al detallismo de la escuela alemana (Ranke, Momm-
la B. A. C., y de Los esquimales, de Gusinde, en la Editorial sem, Huizinga, Meyer, etc.), dedicada, por otra parte, a construc-
Labor. Cuando Marcel Mauss dice «falsos a priori» se está refi- ciones de tipo político, institucional o ideológico. Efectivamente,
riendo a su teoría de los círculos culturales (kulturkreise), según estos historiadores franceses han asistido a las explicaciones de
la cual la civilización habría nacido en alguna parte del Asia cen- Mauss, han ido al campo, a la campiña francesa, conocen las
tral, extendiéndose de allí a distintas áreas y formando grupos teorías sociológicas modernas, y una historia de la antropología
culturales distintos a partir de los cuales habrían quedado for- francesa como la de Mercier (Editorial Península) no se aver-
madas las culturas actuales. Y se propusieron demostrarlo, re- güenza de incluirlos, aunque sea de pasada. (N. del T.)
uniendo el material que recibían de los misioneros de todo el
mundo, o enviando a algunos, como Schevesta o Gusinde, a encla-
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porvenir sino a condición de seguir un método seguro de aquí viene a ser legítimo afirmar que todo el perí-
y prudente 8. metro del Pacífico ha conocido una civilización común.
La Etnología comparada, en efecto, sólo tendrá valor
si se funda sobre comparaciones de hechos y no de
culturas 7 . El criterio puro del hecho arqueológico, que DIFICULTADES DE LA ENCUESTA ETNOGRÁFICA
hallarnos inscrito en los estratos del suelo terrestre,
otorga por sí mismo un valor a los criterios culturales, Dificultades subjetivas.—La pbserva.ción superficial
lingüísticos, etc. Por ejemplo, la existencia de la flauta es peligrosa. No hay que «creer». No hay que creer
de Pan en todo el perímetro del Pacífico (criterio cul- que se sabe porque se ha .visto; no hay que asumir
tural) sólo permite afirmar una comunidad de civili- ningún prejuicio moral. Ni asombrarse. Ni dejarse
zación en tanto que es corroborado por las vasijas arrebatar por el aburrimiento. Hay que intentar vivir
comunes descubiertas (criterio arqueológico); a partir dentro y en la base de la sociedad indígena. Hay que es-
coger con cuidálo los testimonios. Debe desconfiarse de
6 Esta misma postura prudente ante la historia se mantiene las «lenguas francas»: el medio-negro, el medio-inglés,
en un discípulo suyo tan importante como C. Lévi-Strauss. Véase el chapurreo, etc. (Ahí están los inconvenientes de
.Historia y etnografía», el cap. I, págs. 1-28, de su libro Antro- usar palabras como «fetiche», «tam-tam», etc.) 8 . Pues
pologfa estructural, Edit. Eudeba, 1968. Tal postura hay que en-
tenderla relacionada con los excesos cometidos por los antropólo- muchos términos específicos llegan a ser intraducibles.
gos evolucionistas y difustonistas, que se dedicaron a elaborar Si tenemos que acudir a los intérpretes, conviene utili-
la «historia de la humanidad» con medios y datos evidentemente zar al máximo el método filológico, haciendo escribir la
insuficientes. La reacción contra esos excesos ha sido general,
dentro de la antropología: F. Boas y su escuela en U. S. A., misma frase al intérprete aunque sin recurrir a un
Malinowski y su escuela en U. K., Durkheim y su escuela en sistema convenido previamente. Un buen ejemplo es el
Francia, etc. Actualmente se comienza a reaccionar contra esta de los trabajos de Callaway sobre los amazulu: este
actitud meramente «defengiva», especialmente en los Estados
Unidos. Otra vez se vuelven a plantear hipótesis evolucionistas método proporciona documentos en estado bruto, pero
generales, basadas en apuntes del mismo K. Marx, no publicados susceptibles de un estudio más detenido, en el propio
hasta hoy, y en las investigaciones de discípulos suyos como despacho.
K. Wittfogel. En U. S. A. esta tendencia es dirigida por J. H. Ste-
wart (evolucionismo multilineal). No obstante, en el continente
europeo las posiciones de los antropólogos ya no son tan nega- Dificultades materiales. Estas deben ser superadas:

tivas, como puede verse en la misma postura prudente, no ne- 1) Acudiendo a informantes conscientes, que tengan
gativa, de Lévi-Strauss y en Radcliffe-Brown y su escuela en
Inglaterra (vid. Evan-Pritchard, Antropología social, Ed. Nueva memoria de los acontecimientos; se les puede encontrar
Visión, 1957). En Francia se acepta hoy, entre las enseñanzas entre las capas de funcionarios (jurídicos o religiosos):
oficiales de la Sorbonne, la asignatura de Etnohistoria, a cargo sacerdotes, hechiceros, heraldos...
de H. Deschamps, asignatura ya vigorosa en U. S. A., consistente
en manejar los documentos históricos con hipótesis propias de 2) Coleccionando y catalogando objetos. El objeto es,
la antropología y para desvelar en muchos casos la historia de en muchos casos, la prueba mejor de un hecho social;
pueblos sin escritura, pero de quienes se trata en las conser- y un catálogo de instrumental mágico es uno de los me-
vadas por los pueblos que los visitaron o colonizaron. (N. del T.)
7 Parece referirse Mauss a dos cosas a la vez, según el ejemplo jores medios para elaborar una buena clasificación de
que pone a continuación. Por una parte, a la citada prudencia ritos.
ante las comparaciones audaces de los evolucionistas, que com-
paraban culturas distintas, sin haber desmenuzado cada uno de 8 «Lingua franca» es la utilizada entre dos pueblos que no
los elementos de que se componían y muchas veces sacándolos hablan el mismo idioma. Está generalmente compuesta de térmi-
de su contexto. Lo prudente en este caso es comparar previa- nos de una y otra lengua, y de estructura gramatical muy pobre,
mente cada uno de los elementos culturales de que se trate, y de manera que los miembros de ambos pueblos puedan hablarla
por niveles diferentes (económico, moral, jurídico, religioso, etc.) cómodamente. Es lo que sucede con el «pichinglis» de los puertos
con los mismos elementos de otras sociedades; en suma, com- andaluces, en que se chapurrea malamente el inglés; fenómeno
parar lo comparable, lo que tenga el mismo valor en dos socie- bastante corriente en el Pacífico en los distintos puertos de las
dades distintas. Por otra parte, en segundo lugar, se refiere islas visitadas frecuentemente por ingleses y norteamericanos.
Mauss al valor superior de un hecho cuando éste ha sido inducido En otro sentido, se emplea el término «lingua franca» para aludir
por medio de una ciencia comparativa, es decir, comprobado por a un idioma culto compartido por otras poblaciones, pero que no
varias disciplinas especializadas (arqueología, etnología, etc.). Es lo hablan internamente entre sí: es el caso del español hablado
el principio de Durkheim, de que vale más un buen caso, com- por muchos indígenas de América, o del portugués hablado en
probado suficientemente, y del que se puedan sacar conclusiones la selva brasileña (.lingos geral»), o del francés en zonas del
generales, que no un conjunto de hechos, poco seguros, y del que interior del Norte de Africa. Tales idiomas son absolutamente
no cabe inducir nada general, si no es con ayuda de «conjeturas». inútiles parh desvelar el pensamiento y la cultura indígena,
(N. del T.) puesto que no proceden de ella. (N. del T.)

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ejemplos variados de decisiones en que se hayan tenido
PRINCIPIOS DE OBSERVACIÓN en cuenta tales prohibiciones 11.
Ha de intentarse la objetividad tanto en el relato como n Y al relatar los hechos observados debe buscarse la
claridad y la sobriedad. Unos cuantos planos, gráficos,
en la observación misma. Debe decirse «lo que se sabe, estadísticas, etc., pueden sustituir con ventaja muchas
todo lo que se sabe y nada más que lo que se sabe», páginas de texto. Para cuestiones de parentesco, por
evitando, como ya apuntamos, las hipótesis históricas, ejemplo, hay que dar referencias de los árboles genea-
o de cualquier otro tipo, que además de peligrosas lógicos y anotar la nomenclatura de los parentescos
sean inútiles. mutuos. Solamente en el terreno de las pruebas es don-
Un buen método de trabajo es el filológico, que con- de debemos mostrarnos elocuentes: multiplicar los tes-
siste en lo siguiente: cuando se trata de estudiar una timonios, no temer la anécdota ni el detalle sobre los es-
leyenda, primero recoger todas las variantes (al estilo fuerzos desplegados en la observación. Cada hecho
de la primera edición de los cuentos populares de citado, por otra parte, tiene siempre que estar localizado
Grimm) 9 ; luego prestar atención a las tradiciones par- (nombre del pueblo, de la familia, del individuo obser-
ticulares de cada poblado, de cada clan, incluso de vados) y fechado; y, como regla general, hay que rela-
cada familia. Es un trabajo normalmente pesado y muy cionar todas las circunstancias en que se desenvuelve la
complejo. En todo caso, deben anotarse las condiciones observación, salvo en el caso de una estancia prolongada
en que se hace: las investigaciones que han podido en la región por parte del observador.
quedar acabadas y las que no, así como las dificultades
que se hayan encontrado al respecto a escala indivi-
dual lo.
Exhaustividad. No hay que descuidar ningún detalle;

por ejemplo, al estudiar la preparación de un filtro,


deben hacerse constar hasta las condiciones en que se
realiza la recolección de cada hierba mágica empleada.
No sólo hay que describirlo todo, sino • ue es •reciso
proceder a un an lisis en profun•a•, *estacan* o el
valor del observador, su genio psicológico especial. Debe
estudiarse, también, la lexicografía, la relación entre las
clases nominales y los objetos, los fenómenos jurídicos,
los animales heráldicos, etc. A la enumeración de las
prohibiciones rituales, por ejemplo, hay que añadir
9 Se refiere a Guillermo C. Grimm, quien dedicó largo tiempo
a recoger las distintas variantes de muchos cuentos infantiles
europeos, especialmente alemanes. Efectivamente, de 1812 a 1822
estuvieron saliendo distintas partes de esta obra monumental,
escrita en colaboración con su hermano Jacobo, fundador de 11 Se trata de poner casos variados de las prohibiciones. En
la filología germánica y, en gran parte, de la filología comparada. general, sobre todo tipo de normas, hay que poner siempre ejem-
Sorprende la estrecha y larga colaboración de estos dos hermanos, plos para no confundir con nuestro plano normativo, y saber exac-
ambos doctores en Derecho por la Universidad de Marburgo, tamente la extensión de las mismas. Como dice al final del párra-
tan distintos en aficiones, pero famosos a un tiempo por sus fo siguiente, esta exhaustividad en la casuística sirve también para
«Cuentos infantiles», cuyas posteriores ediciones eliminaron el que el observador o encuestador se dé cuenta del ordenamiento
aspecto especializado de las variantes, para reducirlo a los rela- cultural completo, y sólo puede prescindirse de ello cuando la
tos más comunes. De estas segundas ediciones se hicieron tra- estancia prolongada pueda compensarlo Efectivamente, esta
ducciones a casi todos los idiomas. (N. del T.) Introducción está hecha pensando en los encuestadores profesio-
10 Se refiere a las dificultades de valoración que trae consigo nales que son enviados a colonias francesas, por espacio máximo
el calibrar las distintas versiones individuales de las tradiciones de tres meses, y para los funcionarios coloniales, que deben res-
de un grupo dado. A ello se refiere en el párrafo posterior, cuan- ponder a cuestionarios enviados desde París. Se quiere evitar
do habla de destacar •el valor del observador, su genio psicoló- las descripciones incompletas y poco comprobables que dieron
gico especial». (N. del T.) lugar a las obras de los principales evolucionistas en antropolo-
gía: Morgan, Taylor y Frazer. (N. del T.)
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MAUSS.-2
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METODOS DE OBSERVACION

El método de la encuesta extensiva, que consiste en


ver la mayor cantidad de gente posible en un área y
tiempo determinados, se ha venido practicando amplia-
mente desde la época en que sólo se trataba de colec-
cionar cuanto antes la mayor cantidad posible de unos
objetos susceptibles de desaparecer, y de poblar con
ellos los recién nacidos museos.
Este método extensivo permite, en muchísimos casos,
localizar el lugar en que posteriormente se podrá pro-
ceder a un trabajo más intenso. A lo largo de una en-
cuesta de gran alcance, ciertos viajeros cualificados
pueden decidir la selección de algunas tribus, sobre
las que habrá que volver. Pero el mayor peligro que
presenta el método es su carácter superficial: el etnó-
grafo se limita a pasar, y los objetos que recoge habían
sido reunidos, a menudo, antes de su llegada. Otro pe-
ligro es, por ejemplo, el recurrir a criterios lingüísticos
insuficientes; pues el establecimiento, tan necesario, de
buenos mapas lingüísticos está, por desgracia, subor-
dinado a progresos, que deben realizarse todavía, rela-
tivos al estudio de cada uno de los idiomas extra-
europeos. Hacer etnografía extensiva es nlecesario,
pero no debe creerse que resulta suficiente. El etnó-
grafo profesional tiene que practicar preferentemente
el método intensivo.
La Etnografía intensiva consiste en la observación
profunda, y lo más completa y avanzada posible, sin
olvidar nada, de una tribu. Un etnógrafo profesional
no puede por sí solo, aun trabajando bien, proceder al
estudio casi exhaustivo de una tribu en un plazo de tres
o cuatro años. El estudio exclusivo de los zuñi, que
costó toda una vida a Cushing así como a los Stevenson,
consta de siete volúmenes en cuarto del «Bureau of
American Ethnology». Y este trabajo, extraordinaria-

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mente condensado por otra parte, resulta hoy insu- I) Morfología social. Cualquier sociedad consta, en
ficiente 1 . primer lugar, de una masa de gentes. El estudio de
Las normas aquí contenidas están destinadas a per- esta masa, en tanto que masa humana y en cuanto que
sonas desprovistas de formación profesional. Son ins- presenta una forma adaptada al terreno, es a lo que
trucciones para el desbroce, que permiten realizar un llamamos morfología social. Comprende la Demografía
trabajo intermedio sobre el estudio intensivo y el exten- y la Geografía Humana, cuya importancia ,,es evidente-
sivo de la población contemplada; normas en las que se mente capital. A la Geografía Humana se añade la Tec-
respetan las proporciones de los diversos fenómenos ' nomorfología.
sociales. II) La Fisiología social estudia los fenómenos en
Los trabajos etnográficos ofrecen, demasiado a me- sí mismos y en sus movimientos, ya que no en la masa
nudo, el aspecto de una caricatura: así, quien se interesa material en que se inscriben. Clasifico aquí, según su
por la museografía descuida cuanto no sea cultura grado de materialidad, las técnicas, es decir, todas las
material; el especialista en religiones ve únicamente artes y oficios de la producción, sin excepciones; así,
cultos, santuarios y magia; otros se ciñen a observar la guerra, que es un arte de destruir, una industria,
la organización social, y no hablan más que de clanes una técnica. Las técnicas alcanzan su máximo nivel en
y totems; otros, finalmente, sólo buscan los fenómenos las ciencias: no hay sociedad de las llamadas primitivas
económicos. que se halle completamente desprovista de ciencias.
El observador ha de respetar, ante todo, las propor- La Estética la encontramos todavía en un plano ma-
ciones de los diferentes fenómenos sociales. El plan de terial; pese a su apariencia de irrealidad, aquí la esté-
estudio de cualquier sociedad debe contener los siguien- tica plástica se diferencia poco de la técnica. Progre-
tes apartados: sando en un sentido cada vez menos material, lo econó-
mico—dirigido aún por representaciones colectivas muy
categóricas—nos ofrece la moneda, que se encuentra
PLAN DE ESTUDIO DE UNA SOCIEDAD en toda Africa y América en fase de despegue. Sobre
lo económico, y rigiéndolo, están el Derecho, es decir,
Demografía los fenómenos jurídicos y morales. Y por encima, la
I) MORFOLOGÍA SOCIAL Geografía Humana Religión y la Ciencia, que volveremos a encontrar.
III) Fenómenos generales. Después de aa engua
Técnicas vienen de nuevo los fenómenos morfológicos. Por ejem-
Estética plo, la sociedad en general, los fenómenos nacionales,
Economía que suponen una mínima permeabilidad de la tribu y,
II) FISIOLOGÍA
FISIOLOGÍA Derecho finalmente, los fenómenos internacionales: el nomadis-
Religión mo, para no ir más lejos, supone que una sociedad
Ciencias puede enviar sus carneros a pacer en un territorio que
no le pertenece, a través de tribus extranjeras, lo cual
Lengua implica una paz internacional, a menudo a grandes dis-
Fenómenos nacionales tancias. La civilización es un fenómeno internacional.
III) FENÓMENOS GENERALES Fenómenos internaciona- El estudio de los fenómenos de civilización lleva con-
les sigo, pues, el estudio de la internacionalización de cier-
Etnología colectiva tas costumbres, de ciertas herramientas. Por fin, vienen
los fenómenos propiamente generales: la Etnología co-
1 Frank Hamilton Cushing, discípulo de J. W. Powell, el fun-
dador del Bureau of American Ethnology de Washington, dedicó cado funcionamiento del ritual y de la vida social zufii. Cf. Antro-
casi su vida entera, y murió en ello, al estudio del complicado pología estructural, de Lévi-Strauss, caps. XI y XV.
ritual religioso de la tribu zurii, una de las cuatro llamadas glo- El caso del matrimonio Stevenson, especialmente la esposa, que.
balmente con el nombre de indios pueblos, en el área SO. de los volvió en 1904 a estudiar la tribu zurii, es probablemente menos
Estados Unidos. Lévi-Strauss le rinde homenaje, frente al olvido interesante, pero ilustra el interés que esta tribu ha tenido para
oficial en que le tiene la escuela americana, reconociéndole su los antropólogos norteamericanos: las antropólogas Parsons y Be-
influencia en la formación metodológica de sus maestros Dur- nedict y los antropólogos Bunzel, Lowie, Eqgar y Kroeber le han
kheim y Mauss. Su tan atacada división de la sociedad zurii dedicado extensas páginas. Todo ello puede verse en el cap. XI de
en 7, como número clave al estilo pitagórico, no es sino un in- Lévi-Strauss, ya citado, y en El hombre y la cultura, Ed.
tento de explicar, en forma de modelo matemático, el compli- americana, de Ruth Benedict, 1939. (N. del T.)
lectiva, o estudio del carácter, la psicología política na- los diversos estratos de civilización, se suelen clasificar
cional y sus relaciones con los fenómenos psicológicos todavía dentro de la museografía.
personales y, aun, con los fenómenos biológicos; por Como rama de la Etnografía descriptiva, la museo-
ejemplo, la relación entre la limpieza y la mortalidad, grafía registra los productos de una civilización; todos
o la no-mortalidad. Se hallarán aquí cierto número de los productos y bajo todas sus formas. Establecer co-
instrucciones museográficas a propósito de la morfolo- lecciones de objetos tiene una importancia simultánea-
gía social, por una parte, y de la técnica y de la estética, mente práctica y teórica. Importancia práctica porque
por otra. El inventario de los objetos económicos, del las colecciones son esenciales para conocer la economía
derecho y de la religión completará el plan de un estudio del país: la tecnología puede ponernos sobre la pista
museográfico, que estas páginas contienen implícita- de las industrias mejor que cualquier otra investigación,
mente. La museografía de una sociedad consiste en el de modo que hay que demostrar el ingenio de cada
establecimiento de sus archivos materiales, pues los invención, la clase de ingenio que en ella observamos.
museos son archivos. Importancia teórica por la presencia de instrumentos
susceptibles de caracterizar un cierto tipo de civiliza-
ción: las colecciones de los museos son, hoy por hoy,
MÉTODOS DE OBSERVACIÓN el único medio para escribir la historia 2 .
El coleccionador se dedica a componer series lógicas,
Lo ideal sería que una misión de encuesta no saliera a reuniendo, si es posible, todas las muestras de un mis-
trabajar sin sus correspondientes geólogos, botánicos y mo objeto de acuerdo con sus dimensiones, formas, etc.,
etnógrafos; de este modo se reducirían los gastos gene- sin temer duplicados o triplicados. La localización, por
rales. Por otra parte, un antropólogo puede revelarse otra parte, es absolutamente necesaria; sin ella, el obje-
como un buen sociólogo, y todo el mundo está en condi- to no puede entrar en ningún museo. Hay, pues, que
ciones de llegar a ser un excelente museógrafo. Por determinar el área en que el objeto recogido está en
tanto, debieran partir muchos al mismo tiempo. USO.
Ya sobre el terreno es frecuente encontrar a gentes Cada objeto recibe un número, escrito en tinta, que
bien informadas acerca de la sociedad indígena: misio- remite a un inventario y a la ficha descriptiva corres-
neros, colonos, suboficiales (no forzosamente franceses), pondiente, y que proporciona información sobre el uso
que viven generalmente con los indígenas mucho más y la fabricación del mismo. La ficha descriptiva tiene
que los franceses de clase alta. Así se formó el Imperio otras adjuntas; en particular, una fotográfica y, si es
romano, gracias a los centuriones que vivían con los posible, otra cinematográfica. Se añade un dibujo cada
galos. vez que resulta necesario mostrar cómo se manipula
El primer método de trabajo consiste en iniciar un el objeto, o un detalle del movimiento de la mano o del
diario_de viaje en el que cada noche se apunta el tra- pie. Por ejemplo: para el arco y las flechas es importante
bajo realizado durante el día. En este diario, que cons-
tituye un repertorio de datos fácil de consultar, se 2 Esta afirmación, aparentemente exagerada, es bastante vá-
incluyen las fichas rellenadas de los objetos coleccio- lida todavía hoy. Efectivamente, los dos medios principales para
nados. hacer historia de la humanidad (arqueología y prehistoria) se
El encuestador, conforme va recogiendo objetos de procuran dedicar a obtener colecciones lo más completas posibles
de objetos y documentos del área y época estudiadas. Incluso la
colección, establece, además, un inventario. A todo etnohistoria, una ciencia tan reciente, debe dedicarse a escudri-
objeto recogido corresponde una ficha descriptiva, con- ñar documentos en los archivos. Por otra parte, la afirmación
feccionada por duplicado y bien detallada. Diario de hay que colocarla en 1939, fecha en que esta Introducción se es-
cribe, y en que se podía trabajar a placer con las magnificas co-
viaje, inventario y fichas constituyen, pues, el primer lecciones del Musée de l'Homme de París, del Museum für Volker-
elemento de trabajo. kunde de Berlín (destruido por los bombardeos de 1944) y el espe-
Para muchos viajeros, lo esencial del trabajo etnográ- cializado en América, American Museum of Natural History, de
fico residiría en la recogida de objetos y organización Nueva York. Hoy en día quizá hayan pasado de moda los estu-
dios de difusión de rasgos y complejos culturales, debido a la
de las colecciones correspondientes. Esto es sólo una presión occidental que sufren los pueblos objeto de estudio, y
parte de la museografía, que comprende también los han sido sustituidos por estudios de aculturación, fenómeno de
procedimientos de conservación y exposición de tales contacto cultural entre Occidente y el resto de las culturas. Por
ello la historia del cambio presente ya habría que estudiarla
objetos. Todos los estudios de propagación, a través de sobre el terreno. (N. del 1'.)

23
fijar el método de lanzamiento según sea la posición No hay encuesta sociológica buena que haga referencia
de los brazos y los dedos en los diversos momentos; el a menos de un año. Hay que hacer cartografía no sólo
proceso del tejido es incomprensible sin unos docu- de la sociedad, sino también de su contenido: no basta
mentos que muestren cómo funciona. con saber que tal o cual tribu cuenta con dos o tres mil
Se anotan también, de manera muy exacta, las fechas miembros; hay que situar a cada uno de estos tres mil.
de uso, ya que algunos objetos tienen una existencia Para lograrlo se acude al método del censo, indicándolo
puramente estacional; así, la podadera no se utiliza en sobre el mapa: inventario de las personas en cada lugar;
invierno. Por otra parte, un objeto puede que sea utili- tantas casas por pueblo, tantas chozas, tantos graneros.
zado sólo por los hombres o sólo por las mujeres. Por Lo cual supone elaborar la cartografía de dichos gra-
fin, se intenta explicar el objeto cuyo valor no es única- neros y casas. Una gran familia del Sudán suele ser
mente técnico, sino también religioso o mágico: una una familia indivisa, repartida alrededor de un patio;
decoración puede corresponder a una marca de pro- un clan suele vivir en un solo barrio. Observamos así
piedad, por ejemplo, a una marca de fábrica, etc. en seguida, materialmente, la aparición de estructuras
El levantamiento de mapas de distribución de ob- sociales muy elaboradas. A ser posible, conviene utilizar
jetos sólo se emprende al final de la encuesta, y mejor fotografías tomadas desde un avión.
aún ya de regreso, cuando se tiene la sensación de haber- La estadística geográfica y demográfica es indispen-
lo visto todo. Es la conclusión de un trabajo, no un sable; constituye la base de cualquier trabajo. Cada
método en sí mismo. Sin embargo, el encuestador puede asentamiento de cada gran familia de cada clan de los
proponerse una meta semejante a lo largo de su tra- que componen la nación se encuentra así aislado; en ese
bajo; por ejemplo, si visita sucesivamente dos fracciones momento cabe ya establecer el inventario de cada casa,
de un mismo grupo nacional. Semejante meta, para ser de cada santuario, desde los cimientos hasta el tejado;
alcanzada, supone la observación de todos los objetos M. Leenhardt descubrió así, en lo alto del tejado de la
de la tribu. Así, el profesor Maunier pudo establecer, choza canaca, el totemismo. Tal inventario debe ser
por pura estadística, que el patrón del techo de la kábila completo, con su localización exacta, según edades, sexo
es griego y no latino. y clase. El método del inventario comprende, también,
El método del inventario, empleado para elaborar una cartografía precisa de cada lugar donde se reúnen
colecciones de objetos, no es, en sí mismo, más que uno los objetos que sea: planos de casas, y aun de pisos si

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emplean para el estudio de la morfología social. - -

la base indispensable de todo trabajo.


Los métodos de observación se suelen dividir, a su
vez, en métodos de observación. y registro materiales, Para este registro material se acudirá además al
por una parte, y morales por otra. La distinción es método fotográfico y fonográfico.
bastante arbitraria, ya que la vida social no comprende
ningún elemento puramente material o puramente mo- 2) Método fotográfico
ral. La música, arte de lo ideal e impalpable, obra
también en los hombres, y más de lo que suele creerse, Todos los objetos deben ser fotografiados, preferente-
de una manera física. mente sin pose. El teleobjetivo permite obtener con-
Los métodos de observación material comprenden: juntos considerables. No deben utilizarse iguales apa-
ratos en los países cálidos y en los fríos, ni siquiera
1) Método morfológico y cartográfico las mismas películas, y, en principio, debe procederse
al revelado cuanto antes.
En el estudio de la sociedad el primer punto consiste En realidad, nunca sobran las fotos que se hacen;
en saber de quién se habla. Para esto ha de establecerse pero a condición de que cada una lleve su comentario y
la cartografía completa de la sociedad observada, tra- esté exactamente situada en cuanto a hora, lugar y dis-
bajo a menudo difícil. Una sociedad ocupa siempre un tancia. Estas indicaciones se hacen constar, a la vez,
espacio determinado, que no es el de la sociedad vecina. en la película y en el diario.
Se anotan cuidadosamente todos los lugares donde se El cine permite fotografiar la vida. No olvidar, a
ha comprobado la presencia de individuos pertenecien- pesar de ello, el sonido. Se han podido filmar represen-
tes al grupo estudiado, con su número, y el número de taciones dramáticas en Liberia, y tribus enteras tras-
sus habitantes, y esto en las diversas épocas del ario. humantes en el Aurés argelino.
24 25
La grabación de sonido, la grabación de películas adorno en la traducción. En suma, una yuxtaposición
sonoras, nos permiten comprobar la entrada del mundo de palabras lo más directa posible 5. A la traducción
moral en el mundo material puro. Pasemos, pues, al yuxtalineal debe añadirse un texto en el idioma propio
problema del registro moral. que dé la misma impresión que el texto indígena: si se
añade una palabra, ponerla entre corchetes; en el
3) Método fonográfico texto propio, apuntar la línea del texto indígena. Es
No sólo hay que grabar la voz humana, sino toda la decir, una «alineación» completa. En caso de versos,
música, y registrar incluso cada golpe de pies y manos. hay que indicar los sonidos largos y los breves, los
En cada grabación hay que transcribir los gestos y, si fuertes y los débiles.
fuera posible, dar la traducción con comentario. No Excelente ejemplo de publicaciones son, aparte los
basta grabar; es preciso poder repetir. libros de M. Leenhardt, los trabajos de Thalbitzer sobre
Groenlandia, y los Malinowski 6 .
4) Método filológico 5) Método sociológico
Supone, en principio, conocer el idioma indígena. Consiste, ante todo, en la historia de la sociedad con-
Hay que establecer una colección completa de todos
,
siderada. Un buen modelo de trabajo a seguir es el libro
los textos oídos, incluso los más vulgares, que en de Montagne sobre los bereberes 7 .
ningún caso son los menos importantes. Deben transcri-
birse todas las palabras indígenas en el idioma indígena, La historia de una tribu puede escribirse, incluso con
separando cada una de ellas, lo cual resulta muy difícil. detalles, remontándose, por lo menos, tres o cuatro
Se anota también su musicalidad: si se trata de lenguas generaciones atrás, es decir, hasta cien o ciento cin-
con tonos hay que registrarlos del mismo modo que cuenta años. Para ello hay que interrogar a los ancianos,
un signo fonético cualquiera 3 . cuya memoria suele ser perfectamente exacta: se expre-
Hay que intentar encontrar alguna colección indígena san con precisión suma respecto a las localizaciones
geográficas.
escrita, así como informadores capaces de dar cuenta
de la tradición permanente. En los países de misiones, La sociedad se compone siempre de subgrupos: tri-
un buen método para aprender el idioma suele ser re- bus, clanes, fratrías. Cada uno de dichos grupos debe ser
currir a las biblias ya publicadas. A cada texto deben objeto de un estudio. Tampoco hay que olvidar la orga-
añadirse todos los comentarios indígenas posibles, no nización militar 5. Todo esto, por otra parte, queda re-
los propios. Excelentes ejemplos de publicación, en 5 En el original, .le charabia le plus directe posible», lo que
este sentido, son los libros de M. Leenhardt 4. equivale a decir «aún en caso de galimatías...». (N. del T.)
En principio, el registro filológico debe hacerse pala- 8 William Thalbitzer, antropólogo de campo danés, probable-
bra por palabra; la palabra propia debajo de la palabra mente uno de los mejores conocedores de los esquimales groenlan-
deses, especialmente de la población de Ammagsalik, en la costa
indígena, sin forzar la sintaxis indígena, sin ningún occidental. La obra más accesible en francés, a la que alude
M. Mauss, es Légendes et chants esquimaux du Groen/anc/, París,
3 Algunas lenguas usan la entonación para cambiar radical- Leroux, 1929. Una traducción al castellano de un antropólogo de
mente el significado de la palabra o frase, procedimiento más la misma escuela danesa es la de Kaj Birkett-Smith, cuyo libro
de divulgación Los esquimales está traducido por la Editorial
rígido, pero comparable a nuestro uso de la entonación para Labor, 1955.
expresar ironía. Caso de un tronco que usa abundantemente •este Sobre Branislaw Malinowski, el antropólogo de campo más
fenómeno es el sinítico (recordemos la sensación de cantarino conocido dentro y fuera de la antropología, tenemos traducida
que nos da el chino), del que probablemente sea el vietnamita el
una obra que ya sólo se encuentra en bibliotecas, donde usa
caso extremo, con doce tonos. (N. del T.) abundantemente el método filológico, Vida sexual de los salvajes
4 Se trata del misionero francés Maurice Leenhardt, que traba- del Noroeste de la Melanesia, Madrid, Ed. Morata, 1932; una obra
jó en Nueva Caledonia desde 1902, con los canacas, donde ha re- recientemente traducida por Edhasa (Barcelona, 1970) es Una
sidido más de diez años, y tres en el Norte de Africa. Publicó en teoría científica de la cultura; otra obra traducida es Crimen y
1930 Notes d'Etnologie Néo-Calédonienne, en 1932 Documents costumbre de la sociedad salvaje, Ed. Ariel; otra traducción, Es-
Néo-Calédoniens y en 1935 Vocabulaire et Grammaire de la langue tudios de Psicología primitiva, Ed. Paidos, 1963. La obra que
Houailou, todos ellos editados por el Instituto de Etnología de aconseja al respecto Mauss es Coral Gardens and their Magic,
París, adscrito al Musée de l'Homme, donde Mauss era profesor Londres, 1935,.2 vols.
desde su fundación, en 1924, y al que se agregó Leenhardt como 7 Robert Montagne, Villages et Kasbas berbéres, París, Alean,
profesor, igualmente, en 1942. En el mismo año de 1935 publicó 1930. (N. de Mauss.)
en la Editorial Gallimard, París, Gents de la Grande Terre, su 8 Sobre este detalle, aquí sólo apuntado, vid. el cap. 7, sobre
obra más conocida. (N. del T.) fenómenos jurídicos, que lo trata más ampliamente. En resumen,

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gistrado en la memoria de los interesados; por tanto, ción, sino a la fijación de los individuos dentro de esas
debe hacerse el estudio de las historias de familia. Un masas. Tal conocimiento individual resulta de conside-
método superior es el método genealógico, que consiste rable utilidad.
en establecer la genealogía de cada individuo censado: El etnógrafo que trabaja de una manera extensiva
nombres de parientes y nombres de allegados surgen de no puede casi utilizar estos métodos. Todo lo más podrá
inmediato. Luego las historias individuales se van recor- hablar con algunos colonos o administradores que cola-
tando mutuamente, y así llega a saberse que en tal boren con él a distancia: en todo caso, podrán advertir
época, y no en otra, tal hombre llamaba a tal otro su hechos interesantes. Aparece aquí, de manera nítida, la
hermano. ventaja de una misión que conste de muchos miembros.
La comprobación, siempre indispensable, podrá ser
El método autobiográfico, que consiste en preguntar realizada con toda facilidad por tres o cuatro colegas,
su biografía a ciertos indígenas, lo ha utilizado Radin y que trabajen sobre momentos distintos de la vida
ha dado excelentes resultados 9. privada.
Las informaciones obtenidas por este medio son clasi- Toda observación, para ser precisa, debe ser com-
ficadas gracias a la estadística. Así es como las genealo- pleta: dónde, por quién, cuándo, cómo, por qué se hace
gías recogidas por Thurnwald en las islas Salomón hi- o se hizo tal cosa. Se trata de reproducir la vida indí-
cieron aparecer, en las cifras de mortandad, más del gena, no de proceder según nuestras impresiones; hay
ocho por ciento de muertes violentas 10. que establecer series y no panoplias.
Finalmente, y sólo en último lugar, se utiliza el inte-
rrogatorio 11.
El empleo simultáneo de estos diversos métodos per-
mite llegar no sólo a la fijación de las masas de pobla-

se refiere a la importancia de la organización militar en los pue-


blos primitivos, para estudiar los subgrupos sociales, en cuanto
que suelen ser un agregado de unidades de parentesco tribal. Re-
cuérdese el caso de Grecia, con sus «naucrasias» antes de Solón,
que recogían las agrupaciones de parentesco y vecindad, o el caso
de Roma, cuyas centurias ori • inales se derivaban directamente
a s, e ruscos y sac nos.
9 Paul Radin, antropólogo norteamericano clásico, discípulo
pronto independizado del maestro Franz Boas, con importantes
aportaciones a la etnografía norteamericana, especialmente sobre
la tribu Winnebago a orillas de los Grandes Lagos. Siguiendo los
consejos de Boas y al mismo tiempo que otros colegas lo efectua-
ban entre otros pueblos norteamericanos indígenas, se propuso
hacer la autobiografía de un indio winnebago en 1926. Pensaba
Boas que la integración de la cultura se daba a escala psicoló-
gica, puesto que cada rasgo cultural tenía un origen diferente:
de ahí el interés de las autobiografías contadas por los indígenas,
aparte de los datos sobre la misma cultura que pudiera propor-
cionar: ciclo de vida, sistema de educación, grupos de edad, etc.
En este mismo sentido tenemos dos traducciones interesantes al
castellano en la Editorial F. C. E., hechas por lingüistas: Juan
Pérez Jolote, de Ricardo Pozas, 1952, y Los peligros del alma.
Visión del mundo de un Tzótzil, de Holmes C. Guiteras, 1965.
(N. del T.)
10 R. Thurnwald, Adventures of a Tribe in New Guinea (The
Tjimundo). Essais presented to C. G. Seligman, Londres, 1924.
11 En efecto, la técnica de interrogatorio llamada en socio-
logía interview y muy usada para encuestas sociológicas en
ciudades, tiene mala aplicación al campo, y sobre todo a los
pueblos primitivos, porque suele restringir bastante la libertad de
información, y muchas reacciones naturales y muy reveladoras
del informante. Incluso la llamada «entrevista abierta n pone al en-
trevistador en manos de un mínimo cuestionario elaborado por
otros, y generalmente no relacionado directamente con el pueblo
o área a estudiar. (N. del T.)
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28
3

MORFOLOGIA SOCIAL

Se llama sociedad a un grupo social, generalmente


reconocido por sí mismo y por los demás, más o menos
extenso, pero siempre lo bastante como para contener
otros grupos secundarios—cuyo mínimo sería de dos—,
que suele vivir en un lugar determinado, y que posee
una lengua, una constitución y, muchas veces, una
tradición propias.
La principal dificultad a delimitar, primero, y a supe-
rar, después, a lo largo de nuestro estudio, es la deter-
minación del grupo social que va a ser objeto del
mismo. No hay que confiar, en efecto, en el nombre que
se den a sí mismos los indígenas, pues estos nombres,
muy frecuentemente, significan sólo generalidades
—hombre, noble, etc.—o han sido extraídos de una par-
ticularidad lingüística suya 1 . Por otra parte, los nom-
bres dados por los extraños son, muchas veces, términos
1 En este sentido, los esquimales se llaman a sí mismos «in-
nuit» (hombres) y los hotentotes de Africa del Sur, «khol-khoin»
(hombres entre los hombres), etc. Lo que podría explicarse como
un típico fenómeno de <etnocentrismo», es decir, interpretación de
los demás a partir de la propia etnia como centro de todo. Tal
nombre significa algo así como «sólo nosotros somos los ver-
daderos hombres», sin que ello implique falta de conocimiento
de otros hombres, sino una toma de postura muy parecida a la
nuestra cuando interpretamos como distintas a sociedades ale-
jadas culturalmente de nosotros.
Por otra parte, también es frecuente que los extrafios saquen
el nombre de una sociedad a base de particularidades suyas, to-
madas peyorativamente. Así, a los «innuit» les llaman «esquima-
les» sus vecinos del Sur, es decir, «comedores de carne cruda»,
y a los «khoi-khoin» les pusieron «hotentotes» los bóers holan-
deses que llegaron en tiempos modernos, nombre que significa
en holandés tanto como «tartamudos», debido a su tipo de habla,
compuesto especialmente de clicks explosivos. Quizá no haga falta
acudir a los pueblos primitivos para corroborar lo que decimos:
los mismos griegos llamaban bárbaros a los germanos y a todos
los extranjeros porque «balbuceaban» la lengua griega, y la
mismo hicieron los árabes al llamar «bereberes» a los nómadas
del Norte de Africa. Otro caso curioso, que nos cuenta Malmberg
(La lengua y el hombre, Ed. Istmo, cap. 3), es el de los eslavos,
para quienes la palabra «extranjero» tiene la misma raíz lingüís-

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