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Chaim Perelman

Nacido en Polonia, su familia emigró a Amberes (Bélgica) en 1925. Estudió en la


Universidad Libre de Bruselas, donde permanecería casi toda su vida también como
profesor. Se doctoró en leyes en 1934. Empezó sus investigaciones en el seno
del Positivismo lógico. La primera de las consecuencias de este estudio fue que
Perelman rechazara el Positivismo lógico en favor de filosofías regresivas que
proporcionaban un análisis razonado de los juicios del valor. Murió el 12 de enero
del año siguiente (1984) en Bruselas de un paro cardíaco.

Teoría de Perelman “La nueva retórica”

La obra de Perelman se desarrolla a partir de un trabajo suyo anterior (Teoría de la


argumentación) en el cual disertaba sobre la argumentación práctica en general. Se
traspone, por tanto, el esquema de reflexión general al ámbito jurídico con una
división tripartita en su estructuración interna. Perelman comienza hablando del
razonamiento en general, visto en su calidad de actividad mental y de resultado de
tal actividad. El estudio en conjunto del razonamiento corresponde a la Lógica, que
se ocupa de varias cuestiones como la manera de formular el resultado, el lazo que
une las premisas y la conclusión, la validez de este lazo o la estructura del propio
razonamiento.

Perelman se retrotrae al pensamiento aristotélico que diferenciaba entre un


razonamiento analítico (que parte de premisas necesarias o verdaderas, y conduce
a conclusiones igualmente necesarias o veraces), estudiado por la Lógica Formal,
y un razonamiento dialéctico (que persigue conocerlos medios para persuadir y
convencer por medio del debate, para criticar las premisas de los adversarios y para
defender las propias).La primera cuestión a abordar es la de si existe o no una
Lógica jurídica.
Perelman, de acuerdo con Engisch, sostiene que la Lógica jurídica es una Lógica
material, no formal, que debe hacernos reflexionar sobre lo que hay que hacer,
cuando, dentro de los límites de lo posible, queremos llegar a un juicio jurídico
razonable o justo. Viendo que si es posible afirmar la existencia de una Lógica
jurídica, la segunda pregunta que se formula Perelman versa sobre el Derecho y
sobre si éste actúa en la vida real con arreglo a criterios lógicos estrictos. Aunque
no lo define, sí entiende que el razonamiento jurídico no puede nunca
desinteresarse por la justicia, y, por tanto, ha de conciliar el razonamiento técnico
con la búsqueda y obtención de resultados justos, no inicuos. No cabe en el Derecho
un razonamiento puramente forma, de tipo matemático.

En un segundo gran bloque temático, se ocupa Perelman de desarrollar su propia


teoría, que denomina “Nueva Retórica”. La ilustra con numerosas citas legales y
jurisprudenciales. Inicia el tratamiento del tema afirmando que los juicios de valor
no son racionales, pues no derivan de la Lógica, mas insiste en la necesidad de
crear una Lógica especial de tipo jurídico, una Lógica de los juicios de valor que nos
los haga depender de decisiones arbitrarias.

Perelman comienza aludiendo a la Retórica, arte de persuadir por medio del


discurso, según los clásicos griegos, entendiendo que, en resumen, el Derecho es
una manifestación de este arte, un intento de convencer a partir de tesis que se
apoyan en la realidad jurídica, en el Derecho vigente en un momento concreto del
devenir histórico. Todo ello presupone la existencia de un lenguaje común,
comprensible por los intervinientes en el debate, además de la capacidad del orador
para adaptarse al nivel de sus interlocutores.

Por otro lado, la persuasión por medio del discurso exige conocer la tesis del
auditorio y el nivel de adhesión a tal tesis. Siguiendo a Viehweg, el autor belga
diferencia entre argumentaciones apodícticas y argumentaciones retóricas. Éstas
se encaminan hacia aquello que nos parece verosímil o probable, aquello respecto
de lo cual no existe una certeza absoluta (es el caso de la argumentación jurídica).
Por ese motivo, la Lógica jurídica difiere de la Lógica formal, ya que ésta trata de
mostrar la corrección de las conclusiones en relación a las premisas de las que se
parte, siendo las mismas indubitadas, ciertas, seguras. En la Lógica jurídica, el
camino que se va a seguir es el opuesto: se trata de verificar la aceptabilidad de las
premisas a partir de las cuales el juez extraerá unas conclusiones. Además, en la
Lógica jurídica, no existe una necesidad absoluta entre premisas y conclusiones,
pues estas últimas quedan abiertas a múltiples posibilidades.

Su teoría se basa fundamentalmente en la forma en que se argumenta delante de


un auditorio y el comportamiento ante un grupo de personas a las que se intenta
persuadir. Hace un análisis de la forma en que los abogados realizan los
razonamientos jurídicos. Se le considera el Cicerón moderno porque para
desarrollar su teoría toma las ideas de Aristóteles y Cicerón sobre
retórica. Perelman se interesa en la estructura de la argumentación. A diferencia
de Aristóteles, el discurso a que se refiere Perelman ya es al discurso escrito.

Para argumentar se va a elaborar un discurso para lograr la adhesión de un


auditorio. Lograr la adhesión del auditorio supone un contacto intelectual. Para que
se pueda lograr ese contacto es necesario:
 Un lenguaje común. Para que pueda comunicarse el orador con el auditorio,
aunque esto no es suficiente. Se requiere además.
 La adhesión del interlocutor. Su consentimiento para que nos escuche. El
orador tiene que adaptarse en todo momento al auditorio. Dice Perelman que
convencer a alguien requiere cierta modestia del que argumenta. El orador
se debe preocupar por el estado anímico del auditorio.

El auditorio, se puede definir como el conjunto de aquellos a quienes el orador


quiere influir con su argumentación. Aunque se puede decir que además de influir,
el orador quiere persuadir y convencer. Para que la argumentación sea efectiva se
tiene que ajustar a la realidad. Por ejemplo un ejercicio de argumentación escolar
no se puede considerar como verdadera argumentación porque el mismo no se
ajusta a la realidad. Dice que el orador debe tener la imagen adecuada del auditorio.
Si el orador no conoce la realidad, la cultura y el contexto del auditorio, la
consecuencia será que no se adhieran al argumento. Se puede hacer una
clasificación de los tipos de auditorios: por ejemplo de profesionistas, de una
creencia determinada, de una clase social, lo cual determina como debemos
dirigirnos y aún más, determina el tipo de lenguaje que vamos a utilizar en la
argumentación.

Existen auditorios heterogéneos y el orador hace uso de múltiples argumentos para


poder adaptarse a ese auditorio heterogéneo. Aun cuando se trate de un grupo
heterogéneo de personas cada uno tiene una ideología propia, y el auditor debe
adaptarse a ese auditorio.

Los elementos que condicionan un auditorio son:


 Factores externos
 Música
 Iluminación
 Tono demagógico
 Control teatral

Derivados del propio discurso se logra gracias a la adaptación del orador al


auditorio, Perelman hace la siguiente clasificación de auditorio:
 Auditorio universal. Conformado por todos los entes dotados de razón. La
finalidad es el convencimiento.
 Auditorio particular. La finalidad va a ser la persuasión, lo que interesa es
lograr una acción o un resultado. Por ejemplo el votar por alguien, en un caso
específico.

La diferencia entre convencer y persuadir es muy vaga. Para el convencimiento se


usan argumentos sólidos, de datos fuertes, datos duros, como estadísticas, para la
persuasión se usan todo tipo de argumentos no importando que no sean
comprobables o verdaderos. La persuasión está dirigida al auditorio particular
mientras que el convencimiento se dirige al auditorio universal. Desde el punto de
vista de Perelman la argumentación es esa actividad mediante la cual se elabora el
discurso y cuyo objetivo es la adhesión del auditorio a través del convencimiento o
la persuasión.

Las características del auditorio universal son cinco:


 Es un concepto límite en el sentido de que la argumentación ante el auditorio
universal es la norma de la argumentación objetiva.
 Dirigirse al auditorio universal es lo que caracteriza a la argumentación
filosófica.
 El auditorio universal no es un concepto empírico.
 El auditorio universal es un concepto ideal en el sentido de que está formado
por todos los seres de razón.
 Esto último significa que no sólo que diversos oradores construyen diversos
auditorios universales, sino también que el auditorio universal de un mismo
orador cambia.

Perelman señala que es el razonamiento jurídico el paradigma del razonamiento


práctico. En otros términos, la argumentación jurídica es el paradigma de la
argumentación retórica. Para Perelman, la Lógica Jurídica es el razonamiento
judicial, es el razonamiento que realiza exclusivamente el juez. Es la disciplina que
se encarga de estudiar el razonamiento judicial. Porque según Perelman sólo los
jueces llevan a cabo esta actividad. El Juez aplica todas las ideas relativas al
auditorio, auditorio conformado por lo litigantes o por el propio juez. Ya sea como
actores o demandados, debemos persuadir al juez, el juez mismo al momento de
elaborar su sentencia, elabora un discurso.

Perelman habla de la Paz Judicial (La Lógica Jurídica, 185). Dice que la paz judicial
se pude lograr si se encuentran las soluciones más aceptables socialmente por
parte del juez. Esto no se logra sólo con la ley, dice que el Poder Judicial debe
aplicar el derecho de manera juiciosa para poder progresar. Los jueces deben
exponer los argumentos que convenzan a las partes.

Referencia/Bibliografía

 Olbrechts, T. (23 de Octubre de 2008). blogia.com. Obtenido de


https://chaimperelam.blogia.com/
 Perelman, C. (1989). Tratado de la Argumentación, La Nueva Retórica. Madrid: Gredos S.A.

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