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Procuremos la restauración.

Tesis: la restauración en todas sus dimensiones, tiene tres direcciones: la primera es vertical es
decir hacia Dios, la segunda es social o eclesial, y la tercera familiar.

Desarrollo

La juventud de Israel, es descrita una época de fidelidad hacia Dios, una especie de vida de recién
casados, esa fidelidad se evidenciaba en la justicia social, en la solidaridad con sus hermanos, en
la fidelidad de culto a Dios por tanto tenían una buena relación con Dios.

Esa fidelidad había hecho de Israel un estado perfecto en la que cabe la palabra, cada tribu tenía
una región de tierra determinada, cada familia tenía su propia parcela donde cultivaban, criaban y
cuidaban animales y en donde se daba la vida.

Tenían una relación de comercio con el mercado de la época, que había convertido a Israel en una
especia de exportador e importador, y esto había incrementado la economía de la nación. Y, por
consiguiente, esa experiencia de intercambio de bienes había proporcionado ganancias y
comodidad.

Esa experiencia o estilo de vida duro alrededor de unos trescientos años, luego el Israel bíblico
fue poco a poco, cometiendo falta tras falta, hasta sucumbir en una crisis, de alto precio y casi lo
aniquila.

Hay ideas importantes en la síntesis que acabamos de presentar.

1ª Una experiencia diaria con Dios, que había desarrollado una vida extraordinaria donde no
había necesidad de nada, no había necesidad de nada en el sentido, que, aunque las cosas
materiales son importantes, no eran esas las que le daban sentido a la vida, sino la convivencia,
con ellos mismos Y con Dios.

Aplicación

La idea de tener un dios nacional o familiar en la antigüedad era uno de los elementos más
importantes para los antiguos, ya que la vida, en todas sus dimensiones: la fertilidad de la tierra,
la fertilidad de las mujeres, la benevolencia de la naturaleza (buenos inviernos para las cosechas).
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La estabilidad del país, tribu o clan dependía del dios, al cual se vinculaban. por todos esos
intereses las personas trataban de mantener una buena relación con su dios, porque de él dependía
todo. Y en las fiestas que celebraban a sus dioses participaba todo el pueblo, tribu o clan, y a las
fiestas a las asistían todos, desde los niños hasta los adultos porque todo dependía de su dios.

La cristiandad de hoy tenemos serios problemas con esta propuesta, aunque se ha superado el
politeísmo, pero aun conservamos la idea de los antiguos que toda la vida depende de la buena
relación con el Dios.

El problema radica que, aunque eso es así, la cristiandad de hoy al menos en su gran mayoría, no
está trabajando en esa relación; antes hay cosas que han sustituido, esa convivencia con Dios.
Hagamonos unas preguntas, que paradójicamente responderán a ellas mismas

¿De dónde depende sus cosechas? ¿De dónde depende su esperanza? ¿De dónde depende su
economía? ¿De dónde depende su salud? ¿de quién depende su seguridad? La respuesta común es
de Dios.

Pero la verdad es que en la practica la respuesta a estas preguntas es incoherente, es decir las
palabras con los hechos: porque si todo depende de Dios.

¿Por qué los cristianos viven aislados, y afanados en los recursos antes que en el que provee los
recursos, porque nos afanamos en providencia antes que en el proveedor?

¿hasta qué horas del día trabaja usted? (hay casos excepcionales) ¿porque se duerme en el culto?
¿con que frecuencia ser reúne usted en la iglesia? ¿cuáles son los pretextos de los creyentes? Que
no pueden dejar la casa sola, que tenían una actividad que hacer, me siento desanimado.

Toda esta realidad ha creado una cristiandad sin valores, los miembros del cuerpo de cristo no
somos amigos antes les gusta la práctica de hablar más de los demás, vivimos para criticar lo que
está mal, pero nunca nos involucran para cambiar la realidad.

Somos personas que bien, nos cuesta perdonar o no perdonamos. Tengamos presente que
perdonamos para sanarnos a nosotros mismos.

Estas cosas marcan una abismal diferencia entre los antiguos y nosotros, porque de la experiencia
diaria con su dios dependía todo, si toda su vida depende de Dios como afirma, no debería de
venir el domingo con alegría a celebrar a Dios y a pedir la bendición de Dios para la semana.
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En resumen, planteamos una relación diaria que transformó la vida del Israel bíblico, y que el
éxito de este pueblo dependió de esa relación y cuando descuido esa relación, la plenitud de su
vida cambio para mal.

2ª el resultado de la fidelidad del Israel bíblico hacia Dios.

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