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C olombia Internacional 65, ene - jun 2007, Pp 192, ISSN 0121-5612, Bogotá, Pp 90 - 111

INTERVENCIÓN POR INVITACIÓN


Claves de la política exterior colombiana
y de sus debilidades principales
INTERVENTION BY INVITATION
Keys to Colombian Foreign Policy
and its Main Shortcomings
Arlene B. Tickner*

recibido 15/04/07, aprobado 20/05/07

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Intervención por invitación. Claves de la política exterior colombiana • Arlene B. Tickner

Resumen
Este artículo desarrolla la tesis de que la internacionalización del conflicto interno
de Colombia se ha realizado a través de un esquema denominado “intervención
por invitación”, por medio del cual los gobiernos de Andrés Pastrana y Álvaro
Uribe han intensificado la asociación colombiana con Estados Unidos y han
solicitado la injerencia de ese país en asuntos domésticos relacionados con la lucha
antidrogas y contrainsurgente. Para ello la autora discute una serie de marcos
conceptuales que permiten situar esta estrategia y examina la evolución de la
política exterior de Colombia durante los dos períodos señalados.

Palabras clave: Política exterior colombiana, Estados Unidos, intervención por


invitación, internacionalización del conflicto armado.

Abstract
This article develops the thesis that the internationalization of the Colombian
armed conflict has been carried out using a strategy denominated “intervention by
invitation”, by which the governments of Andrés Pastrana and Álvaro Uribe
intensified Colombia’s association with the United States and requested greater
involvement by that country in domestic affairs related to counternarcotics and
counterinsurgency. The author discusses a series of conceptual frameworks that
allow her to situate this strategy, following which she examines the evolution of
Colombian foreign policy during the two periods identified.

Key words: Colombian foreign policy, United States, intervention by invitation,


internationalization of the armed conflict.

Introducción deseable como estrategia para defender

E
ntre las tendencias históri- los intereses nacionales dio lugar a la
cas de la política exterior doctrina del respice polum (Drekonja
colombiana, la cercanía a 1983; Pardo y Tokatlian 1989). A pesar
los Estados Unidos es, sin duda, una de de la existencia de otro directriz en
las más sobresalientes. Desde la perdida política exterior – denominado respice
de Panamá, Colombia ha buscado satis- similia por su énfasis en el fortalecimien-
facer sus objetivos diplomáticos princi- to de las relaciones latinoamericanas
palmente por medio de la asociación como mecanismo de autonomización –
con el país del norte. La convicción este nunca alteró sino parcial y esporádi-
generalizada de las elites políticas y camente la alineación colombiana con
económicas de que la proximidad era Estados Unidos. Así, además de ser un

* Pregrado en Artes Liberales, Middlebury College, Estados Unidos; Maestría en Estudios Latinoamericanos, Universidad de
Georgetown , Estados Unidos. Ph.D. en Relaciones Internacionales, Universidad de Miami, U.M.S., Estados Unidos. Profeso-
ra Titular del Departamento de Ciencia Política, Universidad de los Andes; y Profesora Asociada, Departamento de Ciencia
Política, Universidad Nacional de Colombia. Correo Electrónico atickner@uniandes.edu.co

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receptor entusiasta de las decisiones drogas” made in USA, al ampliar la invi-


políticas estadounidenses, las interac- tación a Washington para que participara
ciones de Colombia con el resto del también en el Plan Patriota, y al repre-
mundo han estado fuertemente media- sentar a Colombia como una amenaza
das por sus vínculos con Washington. para la seguridad regional.
La estrategia de asociación que El caso de la política exterior de
ha caracterizado la diplomacia colom- Colombia sugiere que es importante
biana constituye una política de estado examinar la forma en que los países
que no ha sufrido sino leves modifica- débiles pueden promover y perpetuar
ciones durante más de un siglo1. Sin relaciones de asociación y subordina-
embargo, ésta experimentó un cambio ción en sus relaciones con contrapartes
cualitativo importante durante el más fuertes. No se puede desconocer la
gobierno de Andrés Pastrana (1998- influencia que tiene Estados Unidos en
2002) como resultado de la “diploma- contextos como el colombiano ni sus
cia por la paz” y más aún, el Plan actitudes imperiales alrededor del
Colombia, los cuales constituyeron mundo. Sin embargo, resaltar exclusiva-
esfuerzos por internacionalizar el con- mente las asimetrías de poder que exis-
flicto interno. Para ello, el presidente ten entre los dos es desconocer las
Pastrana difundió ante el mundo una formas en que los gobiernos de Pastra-
imagen de Colombia como país “pro- na y Uribe han propiciado un mayor
blema” cuyo estado era incapaz de involucramiento estadounidense en los
afrontar por sí solo los estragos genera- asuntos internos del país.
dos por el narcotráfico y por la inten- La tesis central que desarrollo en
sificación del conflicto armado. Dado este artículo es que Colombia constitu-
que Estados Unidos se consideraba una ye un ejemplo singular de “interven-
fuente indispensable de ayuda econó- ción por invitación” en América Latina
mica y militar, el gobierno colombia- en donde el mismo gobierno ha lidera-
no no solo admitió un nivel do una estrategia de intensa asociación
considerable de injerencia estadouni- con la potencia que ha tenido como
dense en la planeación y ejecución del objetivo principal la injerencia de Esta-
Plan Colombia sino que estimuló a ese dos Unidos en la crisis interna del país
país a involucrarse más de fondo en la en lo relacionado a la guerra contra las
situación interna. drogas y la insurgencia. Aunque la evi-
La ruptura del proceso de paz con dencia empírica que existe sobre este
las FARC en febrero 2002 suscitó la arti- caso es relativamente pobre, dada la
culación de un nuevo discurso colom- escasez de investigaciones académicas
biano, de carácter antiterrorista, a la lucha sobre la política exterior colombiana,
global de Estados Unidos contra este hay amplios indicios que permiten
fenómeno. El presidente Álvaro Uribe esbozar un argumento preliminar al
modificó el uso tradicional del respice respecto. En esa dirección, luego de
polum al intensificar la “guerra contra las discutir una serie de aproximaciones

1 Aunque la gran mayoría de los análisis del caso colombiano coinciden en afirmar que en política internacional no existen polí-
ticas de estado sino solamente de gobierno, la aplicación reiterada de este principio en las relaciones de Colombia con los Esta-
dos Unidos sugieren todo lo contrario.

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analíticas a la política exterior que ayu- interacción externa de América Latina


dan a ubicar la estrategia señalada en y específicamente, Colombia, muchos
términos conceptuales, examino algu- de los análisis se han concentrado en la
nas claves de la diplomacia colombiana dominación estadounidense sobre los
que explican el nacimiento y ejecución países de la región o las formas en que
de ésta. Finalmente, señalo los proble- éstos han resistido sus imposiciones. En
mas y riesgos principales que reviste la ambos casos los países latinoamericanos
“intervención por invitación” en tér- figuran como “víctimas” cuyo referente
minos de la perdida de autonomía principal en el entorno global es la
nacional, el deterioro de las relaciones potencia.
de Colombia con otras contrapartes, en Entre los años sesenta y setenta,
particular en la vecindad, y la disminu- la dependencia era el principal lente
ción del interés estadounidense en conceptual a través del cual las relacio-
intervenir. nes internacionales latinoamericanas se
examinaban. Los análisis de los autores
1. La política exterior en relaciones dependendistas sobre el papel del capi-
asimétricas: explicaciones analíticas talismo global y el imperialismo en la
A partir de máximas como “los creación de las reglas de juego econó-
fuertes hacen lo que quieren mientras micas, políticas y sociales a nivel inter-
que los débiles hacen lo que tienen que nacional y dentro de los países
hacer”, pronunciado por Tucídides hace periféricos permitían mostrar que uno
más de 2,000 años, se ha generalizado la los rasgos determinantes de los estados
idea de que en política exterior los paí- dependientes era su ausencia de sobera-
ses débiles deben acomodar sus intere- nía (Cardoso y Faletto 1969; Cardoso
ses a las realidades de poder que existen 1972; Santos 1969). En consecuencia, la
dentro del contexto internacional. Esta política exterior de los países de la peri-
“verdad milenaria” ha sido recreada y feria se reducía a dos opciones: la rup-
legitimada por el pensamiento realista tura de las relaciones centro-periferia a
en relaciones internacionales, el cual través de procesos revolucionarios o la
enfatiza la centralidad del poder para la adopción de esquemas de asociación
defensa de los intereses nacionales y el dependiente. En el segundo caso, varios
ejercicio de diversos tipos de influencia autores argumentaron que si bien el
sobre otros estados en función de ellos desarrollo dependiente y asociado cons-
(Morgenthau 1990;Waltz 1988). tituía un motor del crecimiento econó-
Aunque el retrato que brinda la ante- mico, la industrialización y la
rior visión sobre las interacciones esta- modernización, no permitía corregir las
tales en el escenario internacional no es distorsiones económicas, políticas y
del todo erróneo, refuerza la idea de sociales de los países periféricos sino
que los estados que no tienen poder son que las profundizaba aún más (Cardoso
simples objetos, sin capacidad de deci- 1972; 1974; Santos 1973).
sión ni ejecución, sobre los cuales actú- El fuerte determinismo de la
an los más fuertes. Dado que la relación dependencia como marco analítico y
asimétrica de poder vis-à-vis Estados guía de la política exterior conllevó a
Unidos ha constituido uno de los ejes distintos esfuerzos por pensar otros cur-
principales de las reflexiones sobre la sos de acción que podrían desarrollar los

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países latinoamericanos en sus relaciones nos de desarrollo - representaba una


con el mundo. A partir de finales de los opción aún más atractiva para los países
años setenta una de las formulaciones de la región. De forma similar, Gerhard
que mayor fuerza cobró en la región Drekonja (1993: 16) argumentó que la
giró en torno al problema de la autono- autonomía periférica relativa, cuyo
mía como sine qua non de los intereses objetivo principal era la promoción del
de las naciones periféricas (Tokatlian desarrollo nacional, podía lograrse sola-
1996; Tickner 2002: 52-58). Según mente a partir del reconocimiento de
Helio Jaguaribe (1979), uno de los auto- las reglas implícitas del juego que ope-
res más representativos de esta corriente, raban en las relaciones entre América
la ausencia de niveles suficientes de Latina y Estados Unidos.
autonomía impedía que los estados lati- En contraste con todos los autores seña-
noamericanos asumieran sus funciones lados, quienes asumen a priori que la
sociales, culturales, económicas, políticas autonomía es un atributo deseable y que
y militares. Por ello, los costos de la la cercanía excesiva con la potencia obs-
dependencia se manifestaban ante todo truye su consolidación, Carlos Escudé
en la “viabilidad nacional” (Jaguaribe (1995) afirma que las ventajas relativas de
1979: 96-97), ya que en situaciones de la autonomía deben ser sopesadas con los
dependencia actores externos como las costos potenciales de usufructuarla.
empresas transnacionales y los gobiernos Según el proponente del “realismo peri-
foráneos tenían el monopolio de los férico”, el valor de la autonomía como
ámbitos señalados, los cuales debían ser objetivo de la política exterior latinoa-
propios de la actividad estatal. mericana es cuestionable, no solo porque
Tanto para Jaguaribe como para desvía los escasos recursos con los que
Juan Carlos Puig (1980) la transición cuentan estos países de fines más urgen-
hacia mayores estadios de autonomía tes, sino porque su ejercicio también
en América Latina exigía no solo el puede generar confrontaciones innece-
compromiso de las elites locales con sarias con los Estados Unidos. Para Escu-
este proyecto sino el mantenimiento de dé (1995: 154-156), los países periféricos
relaciones “favorables” o “respetuosas” deben orientar sus relaciones externas en
con el hegemón estadounidense. Para función del desarrollo económico y el
ello, la asociación dependiente, o bienestar ciudadano, lo cual supone
“dependencia nacional” en los térmi- generalmente la adopción de posturas
nos de Puig (1980: 149-155), brindaba activas de subordinación o asociación
una manera de extraer beneficios frente al país del norte, así como de coo-
materiales de las situaciones de depen- peración con sus políticas mundiales.
dencia en función de un proyecto Lo que sugiere la propuesta de
nacional incipiente. Por su parte, la Escudé es que en política exterior todo
autonomía heterodoxa - consistente en estado – independientemente del poder
la aceptación de las políticas de la del que dispone – tiene algún margen
potencia en sus áreas de interés estraté- de escogencia a la hora de evaluar cual-
gico a cambio del ejercicio de la auto- quier situación y de actuar, inclusive
nomía en otros ámbitos de igual cuando decide subordinarse ante un
importancia para los países latinoame- actor más fuerte. En este sentido la pre-
ricanos, por ejemplo sus modelos inter- misa central del autor es que la alinea-

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ción constituye la forma más idónea de Europa durante los primeros años de la
defender los intereses nacionales de la postguerra, Geir Lundestad (1986) ilus-
periferia dado que suele ser correspon- tra que en situaciones de extrema crisis
dida por Estados Unidos con beneficios económica y/o inseguridad la asocia-
materiales. Escudé es enfático en señalar ción dependiente puede ser insuficien-
que el desarrollo económico es el único te para satisfacer los intereses
medio que permitiría a los países peri- domésticos, dando lugar a una redefini-
féricos competir en el sistema interna- ción de lo que constituye un grado
cional hacia el futuro. Empero, el tipo “aceptable” de involucramiento con la
de interacción subordinada que su potencia. En particular, el autor exami-
modelo sugiere perpetúa y profundiza na las formas en las que los países euro-
la dependencia de los países de la peri- peos ejercieron presión para que
feria y todas las tergiversaciones inter- Estados Unidos interviniera directa-
nas que ella engendra (Tickner 2002: mente en el continente. Esta estrategia,
60). Asimismo, el autor parte de la falsa denominada “imperio por invitación”,
premisa de que las actitudes sumisas consistió en la aceptación de la supre-
ante la potencia garantizan su compro- macía militar, política y económica
miso con los países que las desarrollan. estadounidense y la convocatoria a que
Justamente en el caso argentino, para el ese país tuviera una fuerte presencia en
cual fue desarrollado el realismo perifé- la zona, a cambio de la preservación de
rico, la relación “carnal” que existió la autonomía europea y la participación
entre el gobierno de Carlos Menem y de sus estados en los procesos de toma
Washington no obstó para que el de decisiones. Según Lundestad (1986:
segundo recusara a la Argentina cuando 268), si bien la aceptación del imperio
su sistema financiero entró en crisis limitaba temporalmente los márgenes
entre 2000 y 2001. Este y otros ejem- de maniobra de Europa, ya que muchas
plos de relaciones “especiales” con Esta- veces sus acciones requerían del con-
dos Unidos – como el de Nicaragua sentimiento de Washington, a mediano
luego de la destitución del gobierno plazo posibilitó la reconstrucción del
sandinista – sugieren lo efímeras y peli- continente y la reformulación de la
grosas que son las estrategias de alinea- relación en términos más equitativos.
ción explícita. La lección básica que se Uno de los corolarios más
deduce es que por lo general tienen sugestivos del esquema de “imperio
mayor peso los objetivos del lado domi- por invitación” es que, aunque las pre-
nante, de manera que cuando cambian siones ejercidas por países “menores”
los intereses que habían justificado una no pueden obligar a Estados Unidos a
relación “especial” con un socio menor hacer algo que no quiere, éstas ayudan
ésta pierde su carácter extraordinario. a moldear el carácter y los términos de
La subordinación o sumisión su injerencia (Lundestad 1986: 272).
intencional y explícita ante las reglas del En particular, las diferentes formas en
hegemón constituye un patrón de con- que se estimula el interés de la poten-
ducta que algunos estados han adopta- cia en involucrarse más activamente en
do en sus relaciones con actores más el mundo son determinantes. Asimis-
fuertes. Sin embargo, en su análisis sobre mo, y en contraste con el patrón de
las relaciones entre Estados Unidos y interacción sugerido por el realismo

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periférico de Escudé, el beneplácito Por otro lado, Marco Fidel Suá-


frente al imperio no necesariamente rez, en su calidad de miembro del
equivale al desinterés estatal por la CARE, Ministro de Relaciones Exte-
conservación de su autonomía, sino riores, y luego, Presidente de la Repú-
que en un momento determinado la blica, propició la idea de que la
alineación puede instrumentarse en hegemonía estadounidense en el conti-
función de su fortalecimiento. El éxito nente era inevitable y que la alineación
de esta estrategia depende en gran irrestricta de Colombia con el “polo
medida del interés relativo que reviste norte” era necesaria para garantizar la
el país o la región a ser intervenidos, ya satisfacción de los intereses nacionales, y
que entre más sean los objetivos de la en particular el desarrollo económico
potencia en juego mayor pueden ser del país (Drekonja 1983: 70-71). El ini-
los márgenes potenciales de exigencia cio de la guerra fría produjo un consen-
del lado más débil. so bipartidista en torno a la necesidad
de mantener y profundizar la relación
2. La primacía de la asociación en “especial” de Colombia con los Estados
la política exterior de Colombia Unidos, principalmente por el fuerte
A pesar de que existe un consen- anticomunismo que profesaban tanto
so generalizado en la literatura acadé- liberales como conservadores. En con-
mica de que a lo largo de su historia secuencia, los imperativos económicos
Colombia ha adoptado una postura que habían subrayado la importancia de
intencional y pragmática de subordina- la asociación con la potencia durante la
ción o asociación en sus relaciones con primera mitad del siglo XX fueron
los Estados Unidos, han sido pocos los complementados por objetivos ideoló-
intentos por precisar los factores que gicos y políticos relacionados con la
explican esta estrategia. La narrativa amenaza comunista.
dominante sobre la política exterior del La doctrina del respice polum dio
país señala que, antes de la pérdida de lugar a la proyección internacional de
Panamá, Colombia desempeñaba un Colombia como país “subordinado”,
papel activo en el ámbito internacional “aliado”, “asociado” y “amigo”. Como
y se perfilaba como un actor con un señalan Pardo y Tokatlian (1989: 98),
potencial significativo, dado su ubica- esta estrategia no se puede explicar
ción estratégica y sus vastos recursos como el producto inevitable y natural
naturales (Randall 1992: 98; Tokatlian de la asimetría de poder existente entre
2000: 33). Sin embargo, se afirma que el los dos países. De hecho, en México la
“síndrome” de Panamá produjo una pérdida de más de la mitad del territo-
catarsis nacional que modificó sustan- rio nacional con el tratado Guadalupe-
cialmente la percepción colombiana de Hidalgo (1848) contribuyó a la
su propio papel en el mundo (López creación de un mito fundacional en el
Michelsen 1989: 157), en el sentido de cual la existencia de un agresor externo
que el incidente subrayó su impotencia que intervenía en los asuntos internos
frente a los Estados Unidos. En conse- mexicanos y explotaba a su población
cuencia, la política exterior colombiana adquirió un papel central. En contraste,
adquirió un carácter introvertido y de en el caso colombiano la cesión forzosa
bajo perfil. de Panamá, lejos de consolidar un

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rechazo colectivo contra la potencia tema y momento en cuestión (Toka-


estadounidense, dio lugar a la búsqueda tlian 2000: 37; Tickner 2003: 172-
de diálogo y acercamiento con el 174), la centralidad del narcotráfico
gobierno del país del norte (Urrego en las relaciones bilaterales a partir de
2004: 123). los años ochenta tendió a reforzar la
A partir de la presidencia de Car- asociación dependiente del país. Fun-
los Lleras Restrepo (1966-1970), la lite- damentalmente, éste se acogió a las
ratura sugiere que Colombia comenzó definiciones, diagnósticos y reperto-
a reorientar su política exterior hacia rios de acción estadounidenses frente
sus vecinos latinoamericanos y otras al problema, lo cual implicó la identi-
regiones del mundo con el fin de diver- ficación del narcotráfico como ame-
sificar sus relaciones internacionales y naza a la seguridad nacional – o su
adquirir un mayor margen de maniobra securitización - y la adopción de
respecto de Estados Unidos (Tickner estrategias prohibicionistas y represi-
2003: 170-171). Este giro en la orienta- vas para combatirlo. En este sentido,
ción externa del país, asociado con la vale la pena recordar las estrategias de
doctrina del respice similia, ha sido atri- otros países involucrados en el proble-
buido a las condiciones permisivas cre- ma de las drogas ilícitas, como Méxi-
adas por el supuesto declive de la co y Bolivia, los cuales han adoptado
hegemonía estadounidense y la convic- posiciones bastante distintas a la de
ción personal de algunos miembros de Colombia2.
la elite colombiana, entre ellos Alfonso A diferencia de otros países de
López Michelsen, sobre la necesidad de América Latina, la cercanía política y
crear distancias amigables entre las posi- económica de Bogotá con Washington
ciones políticas del país y las de Was- no ha suscitado grandes debates ni
hington (Randall 1992: 277; Pardo and controversias dentro del país. El hecho
Tokatlian 1989: 105-106). de que históricamente amplios secto-
En realidad, la estrategia de la res de la elite nacional han ostentado
diversificación fue parcial y pasajera; actitudes pro-americanas – cuyas fuen-
en vez de revertir la relación de tes deben explorarse mucho más –
dependencia con Estados Unidos brinda una explicación parcial3. Sin
simplemente redujo su intensidad. embargo, algunos aspectos formales de
Aunque se afirma que después de la la política exterior, entre ellos su carác-
administración de López Michelsen ter presidencialista y personalista, y la
(1974-78) la política exterior comen- escasa participación de la sociedad
zó a evidenciar un uso combinado, colombiana en la discusión de los
fluctuante y errático de los dos respi- asuntos internacionales (Drekonja
ces, dependiendo de la administración, 1983; Pardo y Tokatlian 1989; Cepeda

2 México, por ejemplo, ha sido un crítico acérrimo del proceso de certificación estadounidense y de sus políticas militarizadas,
mientras que Bolivia, a pesar de cooperar parcialmente con las estrategias antidrogas de Washington, nunca ha accedido a la
fumigación química de los cultivos ilícitos ni a la erradicación total de la hoja de coca, dado su arraigo en la cultura indígena.
Inclusive, Afganistán, cuyo gobierno actual es un títere de los Estados Unidos, dio su negativa este año a la petición de Was-
hington de fumigar sus cultivos de amapola.
3 En contraste con mi argumento, John Dugas (2005) afirma que el anti-americanismo tiene hondas raíces entre algunos miem-
bros de la elite colombiana, en particular la elite intelectual.

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y Pardo 1989) refuerzan lo anterior al principal de repartición de puestos


hacer de ésta un ámbito de la política diplomáticos, ofrece un fuerte contraste
pública elitista y cerrado. con la mayoría de los países del mundo,
Mientras que las decisiones cuyos únicos nombramientos libres, que
importantes en materia internacional se suelen ser pocos, se hacen a nivel de
han tomado por lo general entre una embajador en donde debe existir una
red pequeña de individuos relacionados mayor discrecionalidad presidencial
directamente con el Presidente de la para nombrar a algunos individuos cer-
República – dada la ausencia de divisio- canos a los programas de gobierno.
nes claras del poder público y la partici- La escasa participación de la sociedad
pación marginal del Congreso de la en la política exterior constituye un
República en la política exterior – la segundo factor que repercute en su
diplomacia colombiana se considera, en naturaleza cerrada. Aunque ésta suele
gran medida, un asunto de privilegio explicarse en función de la apatía ciu-
político y económico. La utilización dadana frente a los temas internaciona-
clientelista del servicio exterior ha les (Pardo y Tickner 1998: 18-19), el
repercutido en el descuido sistemático activismo palpable de organizaciones
del Ministerio de Relaciones Exteriores no gubernamentales, grupos sindicales
y de su carrera diplomática como ins- y gobiernos locales frente a problemas
tancias institucionales básicas de la polí- como las violaciones a los derechos
tica exterior, así como en la incapacidad humanos, el Plan Colombia y el TLC,
de éstas de ejercer una función adecua- entre otros, desmiente esta apreciación.
da de planeación y coordinación de las Por el contrario, es evidente que el
distintas agencias que participan en las peso reducido de las perspectivas críti-
relaciones externas de Colombia4. cas y alternativas de la sociedad civil en
Aunque diferentes gobiernos en la política colombiana dificulta su inci-
Colombia han utilizado el argumento dencia en la toma de decisiones. El
de que la falta de profesionalización del hecho de que algunos de estos mismos
Ministerio de Relaciones Exteriores grupos sean víctimas de la violencia, y
imposibilita el ejercicio de esas funcio- la persecución y estigmatización políti-
nes, inclusive aquellos que han intenta- ca, como es el caso de los grupos sindi-
do modernizar el aparato diplomático cales y las ONG de derechos humanos,
han usufructuado del servicio exterior es un obstáculo aún mayor para su par-
para fines clientelistas. En la actualidad, ticipación real en los debates públicos
de todos los cargos que existen en la nacionales.
planta externa de la Cancillería - apro- Así, la política exterior de
ximadamente 724 - un 72% son nom- Colombia plantea la aparente paradoja
bramientos políticos5. El caso del de que la alineación con Washington ha
servicio exterior colombiano, en donde contado siempre con un amplio apoyo
ser “amigo” del Presidente es el criterio de la mayoría de los actores políticos,

4 Para un análisis comprehensivo de la carrera diplomática y el servicio exterior de Colombia, ver Tickner, Pardo y Bel-
trán (2006).
5 Entrevista personal confidencial con funcionario de la Oficina de Planeación del Ministerio de Relaciones Exterio-
res, Bogotá, 10 de junio de 2007.

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económicos y sociales del país. No obs- mo de la población por la paz, recalcó


tante, más que un consenso, lo que entre las elites nacionales la necesidad
parece haber existido desde hace más de apremiante de fortalecer al aparato
cien años es un pacto entre las elites estatal, en particular sus elementos
nacionales, para quienes la subordina- coercitivos. Por otro lado, el deterioro
ción ha reportado ganancias económi- severo de las relaciones bilaterales con
cas y políticas. Dado que la arquitectura Estados Unidos y la identificación de
informal y endeble que existe en el país Colombia como estado paria a nivel
en materia de política exterior ha sido internacional generaron enormes cos-
un instrumento importante de exclu- tos políticos para el país que la adminis-
sión de otros actores que no necesaria- tración entrante de Andrés Pastrana
mente comparten esta estrategia, las (1998-2002) se propuso remediar.
elites no han tenido incentivo alguno Al inicio de su gobierno Pastrana
para efectuar su reforma. estableció una clara distinción entre los
intereses y prioridades colombianos, los
3. Internacionalización cuales giraban en torno a la negocia-
del conflicto armado ción de la paz con las FARC, y los
y consolidación de la relación imperativos estadounidenses en el país,
“especial” con Estados Unidos basados esencialmente en el problema
Como señalé al inicio de este de las drogas ilícitas. Así, a mediados de
artículo, la asociación subordinada 1998 el presidente electo presentó un
como eje central de la política exterior plan de paz que sostenía que los culti-
colombiana experimentó un cambio vos ilícitos - el combustible principal
cualitativo fundamental luego de la del conflicto armado para ese entonces-
administración de Ernesto Samper constituían un problema social que
(1994-1998). Específicamente, el lega- debía corregirse por medio de una
do dejado por este gobierno, tanto en especie de “Plan Marshall” para
el plano doméstico como el interna- Colombia. La alusión al contexto euro-
cional, repercutió directamente en la peo de la postguerra no fue gratuita,
profundización de la alineación de sino que buscó suscitar un nivel de
Colombia con los Estados Unidos y compromiso y solidaridad similar al que
posteriormente, en la invitación para había ocurrido en Europa, por medio
que la potencia interviniera más en los de la representación de Colombia
asuntos internos del país. Por un lado, la como país destruido por la guerra y
ventaja estratégica adquirida por las frente al cual la comunidad internacio-
FARC entre 1996 y 1998, la intensifi- nal tenía el deber de actuar. Inclusive, en
cación del conflicto armado, y el sus primeros encuentros con el presi-
aumento de la violencia, ponían en dente estadounidense Bill Clinton, Pas-
entredicho la capacidad del estado trana insistió en que la paz y la
colombiano de combatir exitosamente reconstrucción eran condiciones indis-
a los grupos armados ilegales. Al tiem- pensables para la solución definitiva del
po que esta situación generó un recla- fenómeno del narcotráfico en el país6.

6 Este argumento se encuentra desarrollado en Tickner (2000).

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Con su “diplomacia por la paz”, En consecuencia, en este segun-


el presidente colombiano formalizó la do momento de internacionalización
internacionalización del conflicto del conflicto, el presidente colombiano
interno al solicitar la cooperación de dejó de articular la relación con los
múltiples actores externos, entre ellos Estados Unidos al tema de la paz, y en
Estados Unidos, Europa, Japón y algu- menor medida al aspecto comercial, y
nos organismos multilaterales (Pardo propugnó por la renarcotización de la
2001: 36). A pesar de la audacia de este agenda bilateral.A diferencia de gobier-
proyecto, la falta de concreción en el nos anteriores quienes habían fomenta-
tipo de participación internacional que do una imagen de país víctima del
se buscaba de cada contraparte, así narcotráfico frente al cual existía una
como en los objetivos específicos a corresponsabilidad de la comunidad
cumplir con ésta, repercutieron en su internacional, la administración Pastra-
relativa inoperancia. Así, “[el] Plan na buscó suscitar el interés estadouni-
Colombia surgió de la necesidad de dense al representar a Colombia como
ordenar y poner en blanco y negro las un país “problema”, desbordado por el
ideas en borrador del Plan Marshall conflicto armado. Al desarrollar una
[...]”(Pardo 2001: 37). Sin embargo, en imagen de país en estos términos el
vez de apelar a la paz como eje central gobierno colombiano participó activa-
del plan anunciado por Pastrana desde mente en la construcción de su propia
su campaña, la lectura de la crisis inferioridad, lo cual consideraba indis-
colombiana ofrecida por el “Plan para pensable para asegurar la ayuda de Was-
la paz, la prosperidad y el fortaleci- hington7. Esta estrategia contó con una
miento del estado”, consistía en el amplia aceptación dentro de Colombia,
argumento de que las drogas ilícitas probablemente por el hastío de la
constituían una amenaza a la seguridad población con el conflicto armado y
nacional colombiana, que éstas obraban por la incapacidad de sucesivos gobier-
como combustible del conflicto, y que nos por ponerle fin (Dugas 2005: 80).A
el estado era demasiado débil para los ojos del gobierno el hecho de que el
enfrentar por sí solo este flagelo (Presi- Congreso de los Estados Unidos apro-
dencia de la República 1999: 9). La bara un paquete de asistencia por unos
precariedad del estado colombiano se US$1.000 millones (adicionales a los
asociaba con su falta de monopolio $330 millones ya aprobados) entre 2000
sobre el territorio nacional y el uso de y 2001, confirmaba su eficacia.Además,
la fuerza, impidiendo, entre otros, la la composición del paquete parecía
ejecución efectiva de las políticas anti- reflejar la representación colombiana de
drogas por la Policía Nacional en aque- su problema interno al otorgar un 80%
llas zonas del sur del país en donde se a rubros militares destinados a fortalecer
concentraban los cultivos de hoja de la capacidad operativa de la fuerza
coca, las cuales eran controladas justa- pública y solamente un 20% a la asisten-
mente por la guerrilla. cia económica y social.

7 En este punto es interesante observar que adjetivos similares son utilizados por los gobiernos (y académicos) del norte para
caracterizar a los estados periféricos a partir de sus carencias o incapacidades, lo cual afianza las asimetrías de poder existentes
entre ellos.Ver Doty 1996.

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Intervención por invitación. Claves de la política exterior colombiana • Arlene B. Tickner

La elaboración del Plan Colom- to en donde ocurrían onces de septiem-


bia en términos de la guerra contra las bre a diario. Asimismo, se buscó estable-
drogas y la debilidad del estado permitió cer un paralelo entre la guerra que los
generar un mayor interés por la crisis Talibán habían financiado en Afganistán
colombiana en Washington en el año con dineros del narcotráfico y las activi-
2000 y amplió los niveles de injerencia dades de los actores armados en Colom-
estadounidense en la lucha antinarcóti- bia (Dugas 2005: 74).
cos al aumentar los montos de la ayuda, Ello todavía no significó la iden-
la intensidad de la fumigación aérea de tificación de los grupos ilegales como
los cultivos ilícitos y los niveles de inte- terroristas de parte del gobierno
racción militar entre los dos países. Evi- colombiano, a pesar de múltiples mani-
dentemente, ello no hubiera sido posible festaciones de diversos funcionarios
sin que existiera preocupación en Esta- estadounidenses que señalaban a las
dos Unidos por el crecimiento del pro- FARC como una organización terro-
blema de las drogas ilícitas en Colombia, rista que amenazaba la estabilidad
su vinculación con los actores armados regional y cuyas tácticas se asemejaban a
y la incapacidad institucional de enfren- las de Osama bin Laden. De hecho, es
tar dichos fenómenos. Por otro lado, notable que tan sólo cinco días antes de
existía cierto nivel de mea culpa entre los ataques a las Torres Gemelas y el
algunos círculos oficiales en Washington Pentágono, en su discurso ante la Asam-
por las presiones sistemáticas ejercidas blea General de las Naciones Unidas, el
ante el gobierno de Ernesto Samper y presidente Pastrana afirmó que “las
su participación en la creación del esce- FARC son las únicas que tienen la
nario adverso que el presidente Pastrana capacidad de definir cómo y de qué
enfrentaba (Tickner 2000). Ambos fac- forma quieren que la comunidad inter-
tores parecen haber jugado a favor del nacional los mire a ellos. Si quieren que
gobierno colombiano a la hora de soli- los vean como terroristas, como narco-
citar la ayuda estadounidense. traficantes o como una organización
Los ataques terroristas del 11 de guerrillera que quiere la solución polí-
septiembre de 2001 y el consecuente tica del conflicto armado” (Presidencia
viraje en la política exterior de los Esta- de la República 2001: 43). Esta posi-
dos Unidos cambiaron nuevamente los ción, que se fijó en el marco de la publi-
términos de la interacción bilateral. cación anual de la ONU sobre los
Además de manifestar su solidaridad grupos terroristas internacionales, no se
incondicional con el país del norte, el modificó sustancialmente sino hasta el
gobierno Pastrana intentó crear mayores 20 de febrero de 2002. Sin embargo, el
niveles de empatía entre los dos al com- día en que Pastrana tomó la decisión de
parar la frustración y rabia experimenta- finalizar el proceso con las FARC, afir-
das por la población estadounidense con mó que “...ya nadie puede dudar de
los sentimientos de los colombianos al que, entre política y terrorismo, las
vivir en un país en permanente conflic- FARC optaron por el terrorismo”8. En

8 Alocución televisada del presidente Andrés Pastrana, Bogotá, 20 de febrero de 2002.

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otras palabras, el discurso colombiano ticipación en la lucha contra las drogas


sufrió una transformación notable entre y su negativa a involucrarse en activida-
los meses que iban de septiembre de des de contrainsurgencia, se eliminó del
2001 y febrero de 2002 con el fin de todo. Este nuevo giro en la relación
inscribir a Colombia dentro del nuevo bilateral marcó un grado aún mayor de
mapa de prioridades de Washington. involucramiento estadounidense al
Después de la ruptura del proce- ampliar su misión en el país.
so de paz la política exterior de Colom- La elección de Álvaro Uribe
bia sufrió un cambio adicional como presidente en mayo de 2002 fue
fundamental, a saber, comenzó a disemi- señal de un profundo viraje en la polí-
narse la idea de que el conflicto colom- tica doméstica colombiana, fundamen-
biano constituía la mayor amenaza talmente frente a la política de paz de
terrorista en el hemisferio occidental Pastrana. Desde sus inicios, la columna
(Moreno 2002: 23A). La identificación vertebral del gobierno Uribe fue la
de los tres principales grupos armados definición y ejecución de una política
colombianos como organizaciones de seguridad cuyos ejes principales
terroristas por parte del Departamento eran la guerra frontal contra los actores
de Estado, así como la comprobada par- armados ilegales y el narcotráfico, y la
ticipación de las FARC y las AUC en afirmación reiterada de que en
diversas etapas del negocio de las drogas, Colombia no existía un conflicto
facilitó este proceso. Sin embargo, el armado sino un escenario de activida-
hecho de que las FARC hubieran asesi- des narcoterroristas.A pesar de las dife-
nado y secuestrado a ciudadanos esta- rencias entre los dos gobiernos, llama
dounidenses, y que hubieran negociado la atención el hecho de que la “políti-
de mala fe con el gobierno Pastrana, ca de defensa y seguridad democráti-
redundó en un énfasis casi exclusivo ca” parte del mismo diagnóstico de la
sobre este grupo en los discursos oficia- situación colombiana brindado por el
les de ambos países9. gobierno Pastrana a la hora de formu-
Un efecto inmediato de esta tác- lar el Plan Colombia. Es decir, que la
tica fue el levantamiento de algunas de debilidad del estado colombiano y la
las restricciones asociadas con el uso de precariedad de las instituciones demo-
la asistencia militar estadounidense en cráticas habían creado condiciones
Colombia. En marzo 2002 el presiden- permisivas para el crecimiento de los
te George W. Bush pidió la autorización grupos armados y del narcotráfico, y
del legislativo para que las ayudas anti- que una condición indispensable para
narcóticos que Colombia ya había reci- garantizar el estado de derecho y forta-
bido por medio del Plan Colombia lecer la autoridad democrática era el
pudieran utilizarse en la lucha contra el afianzamiento del control estatal sobre
terrorismo. Con ello, la distinción, de el territorio nacional (Presidencia de la
por sí borrosa, que Estados Unidos trató República y Ministerio de Defensa
de establecer durante años entre su par- Nacional 2003: 12).

9 Entrevista personal confidencial con asistente legislativo de la Comisión del Hemisferio Occidental de la Cámara de Repre-
sentantes de los Estados Unidos, Bogotá, 3 de abril de 2005.

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Intervención por invitación. Claves de la política exterior colombiana • Arlene B. Tickner

Esta lectura casi idéntica de la levantó toda restricción respecto de la


crisis nacional ayudó a mantener un fumigación aérea de los cultivos ilícitos;
grado considerable de continuismo en además de incrementar exponencial-
la relación de Colombia con los Estados mente el área de las zonas fumigadas, la
Unidos (Tickner y Pardo 2003)10. No concentración del glifosato utilizada en
obstante, y en contraste con su antece- dichos operativos fue aumentada. Asi-
sor, el objetivo primordial de la admi- mismo, la extradición de nacionales
nistración Uribe, al enmarcar la colombianos a los Estados Unidos se
concepción del conflicto interno den- intensificó. En marzo de 2003 los
tro de la cruzada mundial contra el gobiernos de los dos países dieron a
terrorismo, fue el de propiciar un mayor conocer las primeras señales de “éxito”
nivel de injerencia de la comunidad de la guerra contra las drogas cuando
internacional - y en particular de los reportaron una reducción de 15% en las
Estados Unidos – en el combate de las hectáreas de coca cultivadas durante
FARC. He aquí un tercer momento de 2002 (U.S. Department of State 2003).
internacionalización. En este sentido, el La misma tendencia se mantuvo el año
abandono del lenguaje de la paz y su siguiente (U.S. Department of State
reemplazo con un fuerte discurso anti- 2004). Con todo, los cultivos de hoja de
terrorista por parte del gobierno Uribe coca comenzaron a subir nuevamente
permitió corregir las incompatibilida- en 2004, llegando al mismo nivel en
des, por lo menos formales, que habían 2006 que habían tenido en 2001, unas
existido entre el marcado contenido 170,000 hectáreas (U.S. Departament of
militar del Plan Colombia y la realiza- State 2007).
ción de un proceso de paz con las A nivel internacional, una de las
FARC por parte de la administración decisiones más polémicas que tomó el
Pastrana. Este acercamiento entre los presidente colombiano fue la de sumar-
discursos, objetivos y estrategias de los se a la coalición de países que respalda-
gobiernos de Colombia y Estados Uni- ron a Estados Unidos en la guerra en
dos se reflejó en un primer momento Irak, lo cual puso en ridículo toda la
en una aplicación más enérgica de la labor previa que la misión de Colombia
“guerra contra las drogas” en el plano ante la ONU había realizado en defen-
interno y una alineación con Washing- sa de los principios del derecho interna-
ton en su “guerra contra el terrorismo” cional11. Aunque Uribe justificó su
a nivel internacional. Ambas posturas decisión con el argumento de que mal
reflejaron la convicción de que Estados haría un país asediado por el terrorismo
Unidos era un aliado indispensable y en negar su apoyo para la lucha antite-
que la relación “especial” con éste debía rrorista en el mundo, unos meses antes
cultivarse por todos los medios posibles. la canciller Carolina Barco había asenta-
Por ejemplo, entre mediados y do la posición contraria al firmar una
finales de 2002 el gobierno colombiano declaración de los países No Alineados

10 Además del hecho de que el embajador de Colombia en Washington, Luis Alberto Moreno, uno de los ideólogos principales
de la estrategia, permaneció en su cargo.
11 Inclusive antes, la entrega no autorizada del entonces embajador, Alfonso Valdivieso, a la misión de Estados Unidos en New
York del informe sobre las armas en Irak demostraba el alto nivel de alineación colombiana con Washington.

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en donde se rechazaba cualquier acción Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, el


militar en Irak por su posible violación Departamento de Estado reconoció la
de la normatividad internacional. existencia de contactos que en ningún
Como ilustra esta posición, el gobierno caso incluían la negociación de la extra-
colombiano estuvo dispuesto a margi- dición sino esfuerzos para reiterar la
nar a la mayoría de los países del mundo política de la Casa Blanca de cumplir
que se opusieron a la guerra, así como a con sus obligaciones legales. Inclusive, a
la misma ONU por no arriesgar el ami- mediados de 2003 la propia embajado-
noramiento de su relación “especial” ra Anne Patterson anunció la disposi-
con Washington. ción de su gobierno a apoyar, con
El inicio del Plan Patriota, la financiación, el proceso de diálogo con
ofensiva militar más grande de la histo- los grupos paramilitares. Mientras duró
ria colombiana contra los grupos arma- el proceso de desarme y reinserción el
dos, a mediados de 2003, marcó presidente Uribe, con el consentimien-
también una etapa de mayor intensidad to transitorio del gobierno estadouni-
en la cooperación militar entre Colom- dense, suspendió todas las solicitudes de
bia y Estados Unidos. A solicitud ex- extradición que pendían sobre la mayo-
presa del gobierno colombiano, el ría de los dirigentes paramilitares a cam-
Comando Sur del Ejército de los Esta- bio de su promesa de desmobilizar y de
dos Unidos participó activamente en su no participar en actividades delictivas.
diseño, fue protagónico en su ejecución Sin embargo, unos días antes de la pose-
y el gobierno Bush comprometió fon- sión de Uribe para su segundo período,
dos al tenor de aproximadamente el 7 de agosto de 2006, la Embajada de
US$100 millones por año durante tres los Estados Unidos manifestó su preo-
años para su mantenimiento. Asimismo, cupación por la falta de avances en la
a comienzos de 2004 George W. Bush aplicación de la Ley de Justicia y Paz.
solicitó y recibió la autorización del Días después, y supuestamente para dar
Congreso para la ampliación en el tope mayor legitimidad nacional e interna-
del número de tropas y contratistas esta- cional a los acuerdos, el presidente
dounidenses (troop cap) que podían estar colombiano dio un ultimátum a los
en Colombia, de 800 (400 tropas y 400 líderes paramilitares, exigiendo su cum-
contratistas privados) a 1,400 (800 y plimiento con éstos como condición
600), con el argumento de que la ofen- para no extraditarlos. El hecho de que
siva militar iniciada contra las FARC de los 14 dirigentes capturados y encar-
requería de un mayor apoyo estadouni- celados posteriormente, 9 tenían solici-
dense (Isacson 2004). tudes de extradición en Estados Unidos
Por otra parte, ha habido una por presuntos nexos con el narcotráfico,
inusual participación de Estados Unidos sugiere la mano oculta de Washington.
en el proceso de negociación con los La negociación del TLC tuvo como
grupos de las Autodefensas Unidas de telón de fondo la sumisión ante muchos
Colombia, la cual obedece primordial- de los imperativos de Estados Unidos,
mente a sus vínculos con el narcotráfi- posiblemente en razón de las ayudas
co (Tickner y Pardo 2003: 62).Al inicio recibidas en el ámbito de la seguridad
de éste y a raíz de las solicitudes de pero también por la debilidad negocia-
extradición de los jefes paramilitares dora de Colombia. Durante las prime-

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Intervención por invitación. Claves de la política exterior colombiana • Arlene B. Tickner

ras rondas del proceso la estrategia del largo del primer mandato de Uribe, se
equipo colombiano partía ingenua- logró que Washington apoyara desde el
mente del supuesto de que la relación punto de vista político una estrategia
“especial” entre los dos países constituía de mano dura y que se involucrara de
el punto de partida natural de las nego- forma más directa en el conflicto arma-
ciaciones. Sin embargo, ante la renuen- do. Si bien no se puede desconocer que
cia del equipo estadounidense de la progresiva intervención de Estados
vincular seguridad con comercio y de Unidos en Colombia obedeció a los
negociar con base en otro planteamien- nuevos intereses estratégicos creados
to que no fuera el suyo, los representan- por los ataques del 9/11, en particular
tes colombianos, presionados en gran el aumento de su perímetro de seguri-
medida por el mismo presidente Uribe, dad más allá de Norteamérica y el
comenzaron a acoplarse a las exigencias Caribe, la invitación a hacerlo fue ini-
de la potencia. Hasta incluso, el presi- ciativa del propio gobierno colombia-
dente colombiano anunció pública- no. La “prueba reina”, según el
mente su intención de suscribir el TLC gobierno colombiano, de que ésta fue
con Estados Unidos a como diera lugar, una estrategia sensata es que entre 2000
lo cual debilitó severamente la posición y 2006 Colombia recibió más de
negociadora de Colombia al explicitar US$4,000 millones de ayuda militar,
ante la contraparte su afán de llegar a un económica y social estadounidense13.
acuerdo12. Sin duda, el entusiasmo con el
que algunos han celebrado los niveles de
4. Debilidades y riesgos de la penetración estadounidense al país
intervención por invitación durante los últimos años debe sopesarse
Entre los gobiernos de Andrés con una evaluación más sistemática de
Pastrana y Álvaro Uribe, Colombia los costos y peligros de esta relación
experimentó con tres matices distintos “especial” con la potencia. A diferencia
de internacionalización de su conflicto del esquema de “imperio por invita-
interno que giraron en torno a los pro- ción” planteado por Lundestad (1986),
blemas de la paz, el narcotráfico y el que buscaba garantizar la recuperación
terrorismo, respectivamente. Durante europea y fortalecer su autonomía por
este lapso, la intensificación de la crisis medio de la presencia estadounidense, la
de seguridad del país dio lugar a una “intervención por invitación” que
reevaluación de lo que constituía un ejemplifica el caso de Colombia en el
nivel admisible de cercanía con los período analizado combinó la acepta-
Estados Unidos y de influencia suya en ción de la primacía política, económica
el contexto doméstico. En la última y militar de los Estados Unidos – un
etapa de la terrorización, que nació rasgo histórico de la política exterior de
durante los últimos meses de la presi- Colombia -, la convocatoria a que el
dencia de Pastrana y se perfeccionó a lo país del norte tuviera una fuerte presen-

12 Los artículos de Laura Silva y de Cecilia López en este número de Colombia Internacional tratan en detalle el proceso de
negociación del TLC.También, ver Pulecio (2005).
13 Ver http://www.ciponline.org/colombia para una información actualizada de la ayuda anual que recibe Colombia de
Estados Unidos.

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cia en Colombia, y la enajenación de la drogas y el terrorismo se viene realizan-


autonomía del estado y de su control do con base en información de inteli-
sobre los procesos de toma de decisiones gencia suministrada por radares y
respecto de la lucha antidrogas y antite- satélites controlados exclusivamente por
rrorista. Para lograr suscitar el suficiente funcionarios de los Estados Unidos, lo
interés en Washington, el gobierno cual sugiere un nivel inusitado e indese-
colombiano acudió a la representación able de intromisión en la conducción
de Colombia como una “amenaza” para de la guerra en Colombia14.
la estabilidad y seguridad hemisféricas y Si bien es evidente que la presen-
cuyo estado era incapaz de enfrentar sus cia de un actor más fuerte limita tem-
problemas internos sin el concurso de poralmente los márgenes de maniobra
los Estados Unidos. propios y exige que las acciones del
Uno de los costos más evidentes actor más débil tengan el beneplácito
de esta estrategia se relaciona con los de éste, ello no obsta para que la inter-
altos niveles de dependencia que carac- vención se realice dentro de algunos
terizan a Colombia hoy. Paradójica- limites establecidos por el país solicitan-
mente, uno de los objetivos principales te (Lundenstad 1986). En el caso
tanto del Plan Colombia como de la colombiano, la injerencia estadouniden-
política de seguridad democrática ha se se ha realizado mayormente según los
sido el fortalecimiento estatal. Sin términos establecidos por la potencia.
embargo, y más allá de la consolidación Así, un enorme interrogante que plan-
del aparato coercitivo del estado tea su intervención en la crisis interna
colombiano, este propósito fundamen- tiene que ver precisamente con la
tal ha sido socavado por la forma en que dependencia estratégica, técnica y
extendieron los gobiernos de Pastrana y, financiera que ha creado el Plan
especialmente, Uribe, la invitación a Colombia y actividades conexas como
que Washington se involucrara más en el Plan Patriota. Cómo “colombianizar”
el país. Como sugiere Jaguaribe (1979), la guerra contra las drogas y la insurgen-
ser dependiente implica no tener auto- cia armada una vez Estados Unidos
nomía para ejercer las funciones políti- reduzca sus niveles actuales de apoyo es
cas, económicas, militares y sociales del una pregunta que todavía no tiene res-
estado, muchas las cuales son monopo- puestas evidentes en el contexto nacio-
lizadas o, en el mejor de los casos, super- nal. A principios de 2007 el gobierno
visadas, por Washington. Por ejemplo, Uribe presentó la “Estrategia de Forta-
tanto el gobierno colombiano como el lecimiento de la Democracia y del
estamento militar han racionalizado que Desarrollo Social 2007-2013”, la cual
no importa quién desarrolla la estrategia representa una segunda fase del Plan
de lucha antinarcóticos y contrainsur- Colombia que, en principio, busca
gente con tal de ser ellos los que repor- compensar la disminución del apoyo de
tan los “positivos” ante la opinión Washington al país. Sin embargo, en el
pública.Asimismo, el combate contra las papel la financiación de esta política

14 Entrevista personal confidencial con funcionario del Ministerio de Defensa, Bogotá, febrero 20, 2007.A diferencia de Colom-
bia, México ha sido renuente a aceptar la oferta de Washington de poner sus radares al servicio de la lucha contra el narcotrá-
fico en ese país, justamente porque ello significaría ceder el control sobre el manejo de la inteligencia.

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Intervención por invitación. Claves de la política exterior colombiana • Arlene B. Tickner

sigue dependiendo en gran medida de Colombia como una iniciativa made in


Estados Unidos y de otros socios inter- USA en la cual no tienen interés de par-
nacionales, entre ellos Europa y Asia, los ticipar, el discurso polarizante y mesiáni-
cuales no tienen un interés evidente en co del presidente Álvaro Uribe es otro
patrocinarla15. factor que permite entender los obstácu-
Un indicador adicional del redu- los que ha encontrado el gobierno
cido nivel de autonomía del que goza el colombiano a la hora de fortalecer sus
gobierno colombiano en consecuencia alianzas regionales. Adicionalmente, el
de su política exterior es la cantidad énfasis monotemático de la política
considerable de funcionarios colombia- exterior colombiana en la lucha contra
nos de múltiples instituciones públicas el terrorismo ha contrastado con la pos-
(Ministerio de Defensa, Ministerio de tura de la mayoría de los países de Amé-
Comercio Exterior, Cancillería, Minis- rica del Sur, quienes han buscado
terio de Hacienda, Fiscalía General, distanciarse de las políticas antiterroristas
Ministerio del Interior, Congreso y de seguridad de los Estados Unidos.
Nacional, entre otras), que viajan men- El lunar más visible del esquema
sualmente a la capital estadounidense de intervención por invitación, a nivel
para someter aspectos álgidos de la polí- regional, se manifiesta en las relaciones
tica interna a los debates y decisiones de colombianas con Venezuela y Ecuador.
Washington. El Plan Colombia no ha La relación entre Álvaro Uribe, y Hugo
sido el único tema importante que se Chávez y Rafael Correa está afectada
discutió y se definió en los Estados por sentimientos de desconfianza que
Unidos, sino que muchos otros, entre existen entre el gobierno de Colombia
los más recientes, el TLC, el escándalo y los otros dos, y el potencial conflictivo
de la parapolítica, las violaciones a los que ha generado la presencia de la gue-
derechos humanos y la discriminación rrilla y de los paramilitares en las zonas
positiva frente a los afrocolombianos, limítrofes, y, en el caso ecuatoriano, la
han recibido mayor atención en el país fumigación aérea de los cultivos ilícitos.
del norte que en Colombia. La extrema alineación de Colombia con
Por otra parte, la expansión del Estados Unidos, en combinación con las
papel de los Estados Unidos en la situa- políticas de éste último en materia de
ción doméstica de Colombia ha reper- seguridad, han tenido varios efectos
cutido negativamente en las relaciones indeseables, entre ellos: el debilitamiento
colombianas con la vecindad. Ésta coin- de otros temas subregionales, como la
cidió con la “regionalización” de la crisis integración; la securitización de las rela-
colombiana, con lo cual los gobiernos de ciones andinas; la obstaculización de
Bogotá y de Washington buscaron sin estrategias antidrogas alternativas, basa-
éxito involucrar a los países vecinos de das en los graves problemas sociales,
forma más directa en sus programas de políticos y económicos que comparten
lucha antidrogas y lucha antiterrorista. los países andinos; y el deterioro de la
Además de que la mayoría de los países cooperación, no sólo porque la estrategia
de la región han considerado al Plan colombiana ha nutrido recelos regiona-

15 Para un análisis de Plan Colombia II, ver el artículo de Diana Rojas en este número de Colombia Internacional.

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les por la concentración de la asistencia fortalecimiento de la justicia. En efecto, el


estadounidense allí, sino porque la proyecto de ley de ayuda extranjera que
negociación país por país que prefiere transitó exitosamente por la Cámara de
Washington invita a la competencia Representantes a finales de junio de 2007
entre sus socios menores y no la colabo- baja la ayuda militar a un 55% del total.
ración entre ellos. Asimismo, el proyecto introduce mayores
El triunfo demócrata en las elec- instrumentos de control de la ayuda en
ciones legislativas de noviembre 2006 en función de la protección de los derechos
Estados Unidos y el viraje reciente en su humanos, la desmovilización real de los
política interna pone sobre el tapete un paramilitares y la corrección de los daños
último problema de la intervención por producidos por la fumigación.
invitación: su éxito depende de la habili- En este último punto de la guerra
dad del país solicitante de preservar el contra las drogas, han aparecido entre los
interés de la potencia en intervenir. Las demócratas un número considerable de
tendencias recientes que se han observa- críticos. Siete años de fumigaciones aére-
do en Washington frente al TLC y el as masivas han tenido un efecto nulo
Plan Colombia sugieren una reducción sobre los cultivos ilícitos, los cuales han
dramática en la receptividad que tiene el crecido y se han esparcido por todo el
discurso bélico del presidente Uribe y país. Los informes antidrogas de Nacio-
un desinterés general de preservar la rela- nes Unidas y del Departamento de Esta-
ción “especial” con Colombia. El control do de 2007 sugieren que existen cultivos
demócrata de las dos cámaras del Con- de coca en la mayoría de los departa-
greso resultó en la congelación del TLC mentos de Colombia. Al tiempo que las
con Colombia hasta que la violencia cifras de cultivos de coca se han mante-
contra los grupos sindicales colombia- nido estables, el potencial de producción
nos, cuyos niveles son de los más altos en de cocaína en Colombia subió entre
el mundo, no sea combatida de forma 2003 y 2006 (Rueda 2007: 1-23). Todo
más enérgica. La reacción de indigna- ello ha permitido preservar la disponibi-
ción colectiva que produjo esta decisión lidad de la cocaína y la heroína en las
entre las elites políticas y económicas de principales ciudades del mundo a precios
Colombia – comenzando por el mismo que van en descenso. Ni hablar de los
presidente Uribe -, quienes consideran daños que se han generado al patrimo-
que la relación “especial” les otorga cier- nio ecológico nacional de Colombia y a
tos derechos, fue indicativo del alto nivel la salud de los habitantes de las zonas
de ingenuidad y desconocimiento con fumigadas. El fracaso rotundo de la estra-
los cuales la estrategia colombiana ha tegia actual hace difícil sostener que el
sido construida vis-à-vis Estados Unidos. Plan Colombia ha sido un éxito. Sin
Además de la no aprobación, por embargo, en vez de reconocer su inefica-
ahora, del TLC, es probable que la cia y plantear un cambio de rumbo –
ayuda que recibe el país por medio del aprovechando de paso del clima político
Plan Colombia se reducirá, y que su que prevalece en Washington - se ha
componente militar, que suma a un vuelto común en Colombia el argu-
80% del total desde el año 2000, se verá mento insulso de que si no se hubieran
disminuido ante un mayor énfasis en los fumigado masivamente los cultivos de
programas sociales y humanitarios, y de coca el país estaría peor de lo que está.

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Intervención por invitación. Claves de la política exterior colombiana • Arlene B. Tickner

La coyuntura actual implica nue- cado a construir esquemas regionales


vos matices en la relación de Colombia desde los cuales fortalecer su propia inte-
con Estados Unidos que la administra- racción, y mejorar los términos de la
ción de Álvaro Uribe está mal preparada interlocución con Washington. Por otra
para enfrentar.Tristemente, los vientos de parte, el país requiere una nueva arqui-
transformación en el entorno político tectura de política exterior que supere la
estadounidense y no la audacia de quie- obsesión con Estados Unidos, reemplace
nes toman decisiones en materia de polí- el amiguismo como criterio de manejo
tica exterior colombiana, han expuesto y reconstruya la carrera diplomática en
la precariedad de la intervención por función del profesionalismo y la exce-
invitación como eje principal de la inter- lencia que exige un servicio exterior
nacionalización del conflicto interno. moderno. Sin duda, estos factores ayuda-
Aunque el cambio en el clima domésti- rían a que el futuro de la política exterior
co estadounidense pudo preverse16, la de Colombia no sea una repetición
rigidez de la estrategia colombiana, que lamentable de su pasado.
se concentra básicamente en el lenguaje
bélico exigido por la política de seguri- Bibliografía
dad democrática y en la figura del presi- Cardoso, Fernando Enrique. 1972.
dente Uribe, no favorece un viraje Estado y sociedad en América Latina, Buenos
adecuado. Para ello, el gobierno no solo Aires: Ediciones Nueva Visión.
tendría que reconstruir la proyección
internacional de Colombia sino que ten- Cardoso, Fernando Enrique. 1974.
dría que introducir un enfoque más sen- “As Tradições de Desenvolvimiento-Asso-
sible a temas como los derechos ciado,” Estudos Cebrap, No. 8: 41-75.
humanos, la democracia y el desarrollo.
Este “cambio de norte” es urgente, so Cardoso, Fernando Henrique y
pena de quedarse solo el país en el ámbi- Enzo Faletto. 1969. Dependencia y desarrollo
to internacional, o, lo que sería peor aún, en América Latina. Ensayo de interpretación
de ser identificado como un paria. sociológica, México: Siglo XXI Editores.
Reconocer la condición de país
latinoamericano y desistir de la alinea- Cepeda Ulloa, Fernando y Rodrigo
ción extrema con Estados Unidos cons- Pardo García-Peña. 1989. “La política exte-
tituyen dos condiciones indispensables rior colombiana (1930-1946),” “La política
para garantizar lo anterior. Colombia exterior colombiana (1946-1974),” La políti-
podría aprender mucho de la experien- ca exterior colombiana (1974-1986)”, en
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