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Bruno Latour y la Teoría del Actor-Red:


Fundamentos.

Andrés Felipe Barrero Salinas.

Cita:

Barrero, A (2011): Bruno Latour y la Teoría del Actor-Red. Monografía de


pregrado en Filosofía. Universidad de la Salle
2

INDICE.

Páginas.
***
Introducción.
Propósito del trabajo…………………………………… 6
La TAR………………………………………………… 7
Ontología y Sociología………………………………… 7
Un mapa problemático………………………………… 8

***
I
Ontología
§1. Inmanencia………………………………………… 10
El problema………......……………………… 10
Una apropiación conceptual…………………… 11
Principio de Irreductibilidad…………………… 12
§2. Network y Rizoma………………………………… 14
Mediación……………………………………… 16
Lo real como resistencia………………………… 18
Lo real como un continuo singular……………… 20

***
II
Sociología.
§1. Réseau: ondas. …………………………………… 21
Hilos imperceptibles………………………… 21
Micro-macro………………………………… 23
No nos importa………………………………… 27
§2. Corpúsculos actantes……………………………… 28
Duración y Trabajo…………………………… 28
Acción dislocada y colectiva…………………… 33
Luz……………………………………………… 34
.

***
Conclusiones………………………………………………… 36

***
Bibliografía………………………………………………… 39

***
Notas………………………………………………………… 42
3
4
5

“De la misma manera como Tarde se rehúsa a tomar a la sociedad como un orden
más complejo y elevado que una mónada individual, él se rehúsa a tomar al agente
individuo humano como el material real del cual está hecha la sociedad: un cerebro,
una mente, un cuerpo están en sí mismos conformados por una miríada de “pequeñas
personas”, o agencias, cada una de ellas (…) promoviendo activamente su propia
visión del mundo”1

Latour, 2002b, 120


6

***

Introducción.

Propósito del trabajo.

Las mejores preguntas que se pueden hacer están orientadas hacia el horizonte de la vida,
aquellas cuyo propósito es tratar de experimentar más plenamente el mundo en el que
vivimos, las cosas que ocurren, las actividades que hacemos e, incluso, lo que creemos y
tomamos por cierto. No hay ideas que estén desarraigadas de un sentido vital y de una
preocupación fundamental por la existencia. En el caso de Bruno Latour2, creemos, la
cuestión no es distinta. Toda su aspiración intelectual parece dirigirse a un punto central: Un
mundo común donde los proyectos e intereses de los humanos y no-humanos sean tenidos en
cuenta y puedan entrelazarse en redes heterogéneas y compuestas (cf. Latour, 2010a: 473-
474; 2005: 259; 2004: 233).

Es claro que resulta arriesgado sumar los aportes intelectuales de Latour en un solo nodo de
convergencia y asumir que todos sus trabajos tienden allí. Sin embargo, su último libro An
Inquiry Into Modes of Existence (2013), aún por publicar, deja adivinar en su mismo título
una inquietud entorno a las formas de existir y de comprenderse en el mundo. Un trabajo que
es la sumatoria de todas sus conclusiones, tanto en el campo de una antropología de la ciencia
como en el de una sociología de las asociaciones.3

Así, con el propósito de abordar de una manera juiciosa su pensamiento, hemos creído
necesario volver a sus inicios: en este caso específicamente a la Teoría del Actor Network
(TAR). Sus aportes y trabajos en el campo de la antropología de la ciencia y los problemas de
aquí derivados los dejaremos de lado en la escritura del presente texto aunque no
desconocemos los desarrollos más representativos en esta rama. Por eso libros como
Laboratory Life (Latour y Woolgar 1986): una examinación antropológica al trabajo
científico de un laboratorio de California; la primera parte de The pasteurización of France
(1988) un análisis histórico de la obra de Louis Pasteur; Science in Action (1987) y la
Esperanza de Pandora (1999), entre otros, no harán parte del cuerpo del presente trabajo y
por tanto no serán tomados como bibliografía principal.4

En realidad, hacemos hincapié en i) los textos más filosóficos de Latour (como es el caso de
Irreductions) ii) los escritos, ya sean obras o artículos, que nos faciliten la comprensión de su
sociología de las asociaciones (o TAR), iii) y la relación entre su ontología y sociología. La
intención es poder desarrollar y trazar una serie de conceptos tipo red que nos dejen ver un
entramado de lo que es la TAR.

Nos preguntamos entonces ¿cuáles son los conceptos centrales de la Teoría del Actor
Network? ¿En qué consisten estos conceptos? ¿Qué tipo de ontología se presupone para poder
plantear estos conceptos? Y, finalmente: ¿En qué consiste esa pareja Sociología-Ontología?
Estos interrogantes constituyen el esqueleto de todo lo que sigue y sugerimos no perderlos de
vista.
7

La TAR.

La gestación de la TAR ocurre a finales de la década de los setenta y principios de los


ochenta con Michel Callon, Jhon John Law y nuestro autor. Desde sus inicios, la pretensión
de la TAR ha consistido en evadir dicotomías insoslayables que se daban por sentado en la
sociología (cf. Serrano, 2005: 2-4; Narciandi, 2009: 119) y, que para el autor, son fruto de la
división moderna entre Sociedad y Naturaleza (cf. Latour, 2007: 17-18). Para hacerlo, el
lenguaje técnico que utiliza la TAR respecto a la sociología anterior cambia por mucho, a tal
punto que se elabora algo así como una jerga propia de la teoría (cf. Serrano, 2005: 2;
Narciandi, 2009: 119).5

Paradójicamente, los trabajos TAR no son posteriores a una sistematización de la teoría, sino
que, más bien, la TAR como un cuerpo teórico es el resultado de una serie de trabajos de
campo, en su mayoría sociológicos y antropológicos, que abordaban sus descripciones desde
distintas perspectivas a las tradicionales.6 Aquí es donde los trabajos de Michel Callon y John
Law se deben subrayar. Una sistematización llega relativamente tarde con Latour en
Reensamblar lo Social (2005/2008). Aquí se puede ver que la propuesta general de la TAR es
volver a concebir lo social. En la introducción del libro mencionado se lee: “lo que quiero
hacer es redefinir la noción de lo social volviendo a su significado original y haciéndola capaz
de rastrear conexiones otra vez” (cf. Latour, 2005: 3)7. Así, el acento de la TAR consiste en
ver a lo social como un tipo de conexión entre cosas que no son a la vez sociales; lo social es
el resultado de asociaciones heterogéneas entre elementos (cf. 2005: 4-6). Lo que hay, como
veremos, es en verdad una visión ontológica acerca de cómo se construye la realidad. Por ello
es que la TAR, filosóficamente, implica y da por sentado más de lo que dice; y es esta
intuición la que queremos explorar.

Ontología y Sociología.

Existe un debate, no muy álgido, acerca de las complicaciones que trae hacer una abstracción
de los conceptos más importantes de la TAR. John Law, especialmente, ha insistido en decir
que la única manera de mostrar la consistencia de la TAR es en la aplicación sociológica (cf.
Law, 1997). Por otra parte, el ala española de la TAR declaró, en un sentido general, que la
TAR debía abordarse desde sus transformaciones, de tal suerte que la TAR inicial no era la
misma, teóricamente hablando, a través de sus usos. A este fenómeno ellos lo denominaron la
diáspora TAR. (cf. Callén, 2011). El mismo Latour se ha referido a esa aparente mutación de
los conceptos TAR cuando anuncia cambios importantes a nivel conceptual – como al
proponer la noción de Attachment como sustituto de Network- (cf. 1999a: 21-23; 1999b:4).En
este panorama uno podría preguntarse ¿y entonces por dónde comenzar?, ¿qué hacer si es que
no se pueden nombrar los fundamentos teóricos de la TAR sin al mismo tiempo equivocarse
en exponerla? ¿Es posible alcanzar sus fundamentos filosóficos?

Dado este paisaje de complicaciones trataremos de justificar porqué el presente escrito se


divide en Ontología y Sociología y porqué no hacemos referencia primaria a trabajos de
8

campo. Al respecto creemos que hay ciertos conceptos que se mantienen constantes en la
producción TAR, especialmente en Latour: tales como Network, actante, Red (o web),
traducción, intermediario-mediador, trabajo, colectivo, asociación, entre los más
importantes. La necesidad de cambiar un concepto por otro es en realidad una ilusión, pues lo
que existe es un cambio de nominación para salir de confusiones (especialmente la de
network que se tiende a entender siempre en relación con la web 2.0), pero el uso sigue siendo
el mismo. Por otra parte, entorno al argumento de la diáspora, es evidente que los usos y
lugares donde se aplica la TAR varían; pero esto no afecta su cuerpo teórico dado que sus
conceptos están precisamente construidos para el flujo. En el fondo los puntos singularísimos
siguen invariables.

En últimas, no nos remitimos exclusivamente a una ontología. Sabemos que el alcance de la


obra de Latour va más allá de una concepción ontológica y es por esta razón que exploramos
su aporte sociológico (cf. Díaz, 2010: 225 y 226 cf. Diaz, 2008: xvii). Por todo esto el trabajo
que a continuación encontraremos está dividido en dos partes: Ontología y Sociología. En las
dos partes la intención documental siempre será la misma: tratar de revisar la elaboración de
los conceptos centrales de la TAR, revisar el tipo de ontología que implican y presuponen,
siguiendo de cerca su paso a una sociología.

Un mapa problemático.

Para cerrar esta introducción anunciaremos rápidamente los temas de las secciones. En
“Ontología” es nuestra intención abordar el concepto de inmanencia en la TAR. De ahí se
derivan otros conceptos fundamentales: lo real como resistencia, la relación entre Network y
Rizoma y lo real como un Continuo Singular. Nuestro enfoque siempre será mantener la
concepción TAR de estos conceptos, aun cuando necesariamente pasemos por algunas
influencias centrales para dilucidarlos. La idea es tratar de esclarecer porqué Latour asegura,
siguiendo a Lynch, que una etiqueta como `ontología del actante-rizoma´ es una alternativa a
`teoría del actor-network´ (cf. 1999b: 3). Claramente la referencia aquí es al concepto de
rizoma en Deleuze y Guattari.

En la sección de sociología tratamos dos conceptos neurálgicos: Network y Actante. En los


subtítulos tratamos de reproducir el argumento según el cual tanto la network como el actante
son dos caras del mismo `fenómeno´ de lo social entendido como un tipo de circulación en la
que se puede viajar sin llegar a un macro-nivel (network- Réseau-ondas) y describir un nodo
de esa circulación sin por eso presuponer un micro-nivel (actante-corpúsculo). La TAR
funciona igual que la luz en la física, siendo onda y corpúsculos al mismo tiempo (cf. Latour,
1999b: 3).Finalizaremos recogiendo lo que creemos nosotros son los conceptos básicos de la
TAR y la relación singular que mantienen entre un ámbito ontológico y sociológico.8

Desde un punto de vista metodológico hay que aclarar que nuestro interés central se anida
dentro de la obra de Latour en los ámbitos atrás señalados. Nos ayudamos de otros sistemas
conceptuales sólo en casos específicos (como el de Rizoma en Deleuze y Guattari) pero no es
nuestro objetivo rastrear las singularidades de como Latour leyó conceptos de la filosofía o la
9

sociología. Al finalizar la sección de ontología y sociología daremos una apuesta concerniente


a la relación Deleuze-Guattari-Latour; por el momento toda alusión a sistemas teóricos se
debe comprender en una lectura del desarrollo expositivo mismo de la TAR. Es por esta razón
que mencionamos antecedentes de la TAR solo en la medida que sirven para establecer
claridad entorno a los fundamentos y posteriores propuestas TAR.
10

***
I
Ontología
§1. Inmanencia.

El problema.

La TAR no es exclusivamente una postura sociológica, sino que desde el principio constituye
e implica una ontología (cf. Diaz, 2008: xviii; Narciandi, 2009: 115). Una manera
determinada de referirse a la realidad, a las cosas que hay y a lo que ocurre, en un sentido
general. Es una ontología que en ocasiones la TAR no explicita pero nunca abandona. Es
una ontología que se ha llamado relacional (cf. Block, 2011: 49; Harman, 2009).

Es una construcción híbrida que, creemos, se nutre de varios conceptos importantes


entrecruzándolos y dibujándolos como las premisas fundamentales de la sociología de la
traducción. Aún no sabemos hasta qué punto es Latour fiel a ellos a través de su obra ni nos
interesa determinar si se ha traicionado a sí mismo -pues de serlo así solo estaría haciendo
visible el concepto más celular de la TAR: la traición/traducción (cf. Law, 1997). Nuestra
intuición es que Latour rescata elementos de Deleuze y Guattari; y aun cuando no refiera
constantemente si se hacen patentes en su obra9

Hay dos obstáculos que, en principio, se podrían formular al abordar la ontología de la Latour
y que deseamos despejar antes de iniciar. El primero es la opinión según la cual no hay una
continuidad en entre la ontología de Latour y la TAR como un método sociológico. El
segundo es que Bruno Latour no elabora un sistema filosófico riguroso, ya que él mismo ha
afirmado que “produce libros, pero no filosofía” (Crease, 2003).

Creemos que ambos obstáculos están de alguna forma errados. En primer lugar porque los
trabajos TAR incluso en Callon y Law tienen unas directrices, por decirlo así, ontológicas. Si
se nos permite, hay un tratamiento específico de la realidad que obedece a una concepción
más o menos elaborada. Lo que ocurre es que a los escritores TAR nunca les interesó hablar
de ella al desnudo sin verla aplicada en un caso de estudio. Los más “abstractos” de la
cuestión (Callon, Law y Latour) la distinguen y la aceptan. Las únicas distancias que hay
entre el pensamiento de Latour y otros teóricos de la TAR tienen que ver más con las
consecuencias políticas que de ella se podrían extraer y no tanto con la sociología de las
asociaciones (cf. Diaz, 2011b: 165).

En el segundo caso se debe decir que la formación filosófica de Latour es juiciosa y detenida.
En otros lugares ha dicho que sobre todas las cosas se considera así mismo como un filósofo y
que sus investigaciones empíricas lo que han hecho es hacer más cuidadosas sus posturas
filosóficas (cf. Latour, 2010b). Con todo, consideramos que una de las cualidades de este
gran filósofo es recoger intuiciones ontológicas de Deleuze-Guattari, Serres y Whitehead
para, siguiendo a Tarde, fundar una sociología; y ese es su mayor aporte.10 Por esta razón es
que además, como veremos, a Latour no le interesa reproducir postulados sino buscar
aquellos que favorezcan sus intenciones sociológicas.
11

Una apropiación conceptual.

El “concepto” de inmanencia es nuclear en la TAR. Según los lectores de Latour, esta noción
se ha tomado prestada de Deleuze y está íntimamente relacionada con aquella de rizoma que
desarrolla junto con Guattari (cf. Block, 2011: 14). Empero, cuando llega el momento de
describir qué es lo que se está entendiendo en este punto se pueden cometer dos errores: o que
se tome como algo superficial a la TAR o que se crea que Latour asume y aplica en la TAR
todas las consecuencias de lo que significa la inmanencia o un plano de inmanencia en
Deleuze. Como deseamos evitar cualquiera de las dos ideas nuestra tarea consistirá en mostrar
los puntos clave y medulares de la cuestión. La inmanencia la entendemos como una postura
ontológica y ética según la cual no hay una estructura profunda que sustente lo que hay, una
realidad subyacente que sea primigenia a la que se presenta; más bien en la inmanencia hay
un estado de cosas donde el fondo y la forma son lo mismo.11

Latour en su manifiesto Composicionista parece adherirse a esta posición filosófica de la


inmanencia: “(…) para el composicionismo no hay un mundo del más allá. Todo se trata de
inmanencia”12 (Latour, 2010a: 475). En su obra más filosófica y densa Latour escribe
dirigiéndose al mismo punto: “No hay referentes externos, los referentes son siempre internos
a las fuerzas que los usan como puntos de partida” (1998:166)13 Con la inmanencia, como en
otro lado señala nuestro filósofo, caduca incluso la diferencia interno-externo dado que sólo
hay un plano de realidad donde fondo y la forma son lo mismo; luego no hay razón para
hablar en dicha clave topológica. (cf. Latour, 1996: 70-72).

En otro sentido, la visión inmanente de la realidad es una que no se preocupa por el origen
fundacional de lo que hay. La inmanencia es una “guerra” contra cualquier tipo de
trascendencia en la filosofía, de búsqueda de un principio que esté más allá de la inmanencia;
¡nada está escondido! (cf. Bento, 2002: 129). La intención filosófica de Latour va en esta
dirección; su propósito general no tiene que ver con el encuentro del elemento inicial o el
descubrimiento de los orígenes. La profundidad siempre estará en la inmanencia misma (cf.
Latour, 1998:179).

Una visión inmanente de la realidad hace que esta misma se conciba como en un plano. Todo
lo que hay está aplanado, no trasciende. “Un extraordinario plano fijo que no va ser del todo
un plano de inmovilidad, puesto que todas las cosas van a moverse- y para él solo cuenta el
movimiento de las cosas-sobre ese plano fijo.” (Deleuze, 2003: 26). Es parecido a la tarea de
la TAR de aplanar la realidad (cf. Latour, 2008: 237-249). Hablamos como consecuencia de
un plano de inmanencia: “un solo plano para lo natural y lo artificial, un plano común de
inmanencia donde están todos los cuerpos, todas las almas, todos los individuos y partículas
impersonales de las que se componen” (Ramos, 2005: 40). En últimas, lo que se tiene son
superficies lisas desprovistas de altura y profundidad (cf. Rachjman, 2004: 23) 14
12

En otra parte, conviene indicar que lo que hay va más allá de la ontología y se ubica en un
campo de experiencia. Con esto queremos decir que los modos de existencia en una
inmanencia resultan siendo lo importante (cf. Deleuze, 2003: 48).En la inmanencia se
modifica la manera como se percibe lo que hay, una donde los modos de existencia no están
determinados (cf. Deleuze, 2003: 49). La TAR echará mano de este recurso, especialmente
Latour; el cual lo nominará bajo otro rótulo: el principio de Irreductibilidad15.

Principio de Irreductibilidad.

Según Harman el método de Latour está basado en el principio de irreductibilidad (cf.


Harman, 2009: 15). Este es el principio que distingue a la TAR tanto de posturas que
conducirían a un realismo ingenuo como a un apabullante relativismo. El principio se escribe
así: “nada es, por sí mismo, reducible o irreductible a cualquier otra cosa” (Latour, 1998:
158). Hacemos hincapié en que el principio de irreductibilidad es la forma en que Latour se
apropia de la inmanencia. ¿Por qué decimos esto? Para darnos a entender mostraremos cómo
en la inmanencia no hay una totalidad superior (o unidad).

Latour cree que no es posible llegar a una totalidad de las cosas que sea superior a las mismas
(cf. 1998: 164). Como se ha desechado la existencia de un principio esencial que desborda lo
presente tampoco tiene sentido unificar lo presente en un todo homogéneo. Ninguna teoría,
meta-relato, o sistema filosófico podría “descubrir” una conexión última entre las cosas. Lo
anterior se hace para evitar que una vez pensada o representada una unidad se crea que ésta es
ajena o externa a los objetos que la conforman, o que es un nivel cualitativamente distinto de
sus partes. Y porque, además, una multiplicidad que remita a una unidad no es una
multiplicidad real (cf. Deleuze- Guattari, 1987: 5-8).

Para la TAR, continuado la línea de Tarde, lo pequeño siempre es la entidad más grande que
hay. Lo máximo a lo que uno podría llegar a aspirar es a la comprensión parcial de realidades
parciales. No solo por la inconmensurabilidad de lo real sino porque lo real siempre está en
movimiento y construcción; en otras palabras, puede presentarse de maneras distintas. Y no
puede argumentarse que la presentación de lo real funciona sobre una estructura profunda o
leyes constantes (eso sería salir de una inmanencia); sino que, dado que lo actual es lo real, las
“estructuras” del mundo (el mundo mismo) y las leyes mismas, cambian. La nostalgia de
unidad transita en pequeños conductos, en redes más o menos robustas. (cf. Latour, 2012;
2002b; 2008: 346).16

El principio de irreductibilidad tiene que ver con esto: Dado que no hay una conexión
preestablecida entre las cosas que las conduzca a agruparse de una manera genérica no se
puede decir, de antemano, que una cosa explique a la otra per se. Nada se puede reducir a otra
cosa, nada puede deducirse a partir de otra cosa, cualquier cosa puede estar aliada con otra.
Ese es el principio de irreductibilidad (cf. Latour, 1998: 163). Nuestro autor comparte el
momento en que “llega a él” esta poderosa intuición, brindando a la vez algunas pistas de
comprensión. Nos permitimos citar en extenso:
13

“Al final del invierno de 1972, en el camino de Dijon a Gray, me vi forzado a detenerme,
llevado a mis sentidos por una sobredosis de reduccionismo. Un cristiano ama a Dios quien es
capaz de reducir el mundo a sí mismo porque él lo ha creado. Un católico limita el mundo a la
historia de la Romana salvación. Un astrónomo observa los orígenes del universo deduciendo
su evolución desde el Bing Bang. Un matemático busca axiomas que impliquen a los demás
como corolarios y consecuencias. Un filósofo espera encontrar una fundación radical que haga
todo lo demás epifenómenos. Un hegeliano desea exprimir de los eventos algo ya inherente a
ellos. Un Kantiano reduce las cosas a partículas de polvo y luego los representa con un juicio
sintético-a priori que son tan fecundos como una mula. (…) un administrador nunca se cansa
de buscar oficinas, seguidores y sujetos. Un intelectual se esfuerza por hacer explícitas y
conscientes las “simples” prácticas y opiniones de los vulgares. (…). Un occidental nunca se
cansa de encoger la evolución de las especies e imperios a la nariz de cleopatra, el talón de
Aquiles, o el ojo de Nelson. Un escritor trata de recrear la vida cotidiana e imitar la naturaleza.
Un pintor está obsesionado con el deseo de derretir sentimientos a los colores. (…) Un
militante tiene la esperanza de que la revolución fuerce el futuro desde el pasado. Un filósofo
agudiza el “avance epistemológico” para guillotinar a aquellos “que aún no han encontrado el
camino seguro de la ciencia”. Poner todo en nada, deducir todo de casi nada, colocar
jerarquías, comandas y obedecer, ser profundo y superior, colectar objetos y ubicarlos en un
espacio reducido, ya sean sujetos, significantes, clases, Dioses, axiomas- para tener por
compañeros, como esos de mi casta, el Dragón de la Nada y el Dragón de la Totalidad.
Cansado y fatigado, sentí de repente, que aún todo se perdía. Cristiano, filósofo, intelectual,
burgués, hombre, provinciano, y francés, decidí dar espacio y permitir a las cosas de las cuales
hablaba el lugar que necesitaban para estar cómodas. En ese entonces no sabía nada de lo que
estoy escribiendo ahora: nada puede ser reducido a cualquier otra cosa, nada puede ser
deducido de cualquier otra cosa, cualquier cosa puede aliarse con cualquier otra cosa. Este era
como un exorcismo que derrotaba demonios uno por uno. Era un cielo invernal, uno muy azul.
Ya no necesitaba sostenerlo con una cosmología, colocarlo en una imagen, mostrarlo en un
escrito, medirlo en un artículo de meteorología (…). Lo agregué a otros cielos en otros
lugares sin reducir ninguno de ellos a los demás. Me di a mi mismo un espacio (…) y por la
primera vez en mi vida vi las cosas irreducidas y hechas libres. (1998: 162-163).17

¿Qué es lo que aparece en este texto? Llama la atención que el final afirme Latour que por fin
vio a las cosas irreducidas y hechas libres ¿De qué tipo de libertad se habla? Consideramos
nosotros que de la posibilidad de construcción de realidad y alianza. Cristianos, católicos,
filósofos, científicos y así… Ninguno de sus objetos es en principio reducible a los demás,
ninguno explica a los demás. Esto no es un relativismo básico dado que no se le niega a
ninguno de estos elementos su consistencia ontológica ni su capacidad de alianza con otras
realidades (cf. Latour, 1998: 168). Más bien es la forma de mostrar que no hay una armonía
inicial, ni una unidad; y que, por esta razón, no hay una explicación única de lo que ocurre (cf.
Harman, 2009: 18-19; Latour, 1998:168). Lo que hay en el mundo no son epifenómenos que
obedecen a una causa que contenga en sí todos los efectos posibles. Lo que hay en él es causa
de sí mismo (cf. Latour, 1998: 178). Las conexiones mismas no están dadas de antemano pues
no se parte de una armonía (cf. Rachjman, 2004: 27).

Nuestra apuesta es que el principio de irreducción es la vía mediante la cual Latour se apropia
de una concepción inmanente y la hace patente. Un gesto que le sirve para sustentar todas sus
proposiciones sociológicas: desde el abandono de la Sociedad como una instancia metafísica
de explicación- en su sociología de las asociaciones- hasta la construcción de verdades
científicas donde hay colaboración de objetos, humanos, animales e ideas -en su antropología
de la ciencia- (cf. Block, 2011: 27-51; Harman, 2009: 33-55). Sin esta apropiación todo lo que
14

sigue no tendría sentido, ni la traducción, ni la Network, ni el actante, ni la composición de un


mundo común.

Para finalizar no sobra decir que de este principio de irrectibilidad se despliega la idea ética y
sociológica de que lo que hay en el mundo no puede ser previamente determinado. En la
sociología esto se verá reflejado en la premisa según la cual los actores no son meros
informantes de un investigador sino que ellos mismos hacen sus propios trayectos e incluso
son capaces de definirse a sí mismos (cf. Latour, 2008: 54). Para aproximarnos al matiz ético
de esta sospecha basta con citar a Deleuze: “No sabemos de entrada cómo se organizan y
cómo están envueltos los modos de existencia de alguien” (2003: 49). Si seguimos por esta
senda encontraremos, eventualmente, que lo que está en juego es dejar de lado una definición
estricta de qué son las cosas para pasar a una donde lo importante es que pueden y cómo se
conectan las cosas; una idea más de Deleuze que de Latour, pero sin duda una a la que este
último recurre (cf. Deleuze, 2003: 49).

§2. Network y Rizoma.

Lynch sugirió que la TAR debería denominarse ontología del actante-rizoma, y Latour parece
en algunos lugares arrepentirse de no haberle escuchado (cf. Latour, 1999b: 3). Por otra parte,
comentadores importantes de la obra de Latour como lo son Block y Elgaard afirman que el
concepto de rizoma es básico en la ontología TAR, pues es el recurso que se utiliza para dar
una concepción totalmente inmanente de la realidad y favorecer un cambio de cartografía al
tradicional (cf. Block, 2011: 14 y 49). El mismo Latour alude al rizoma de Deleuze cuando
asegura que en vez de superficies la realidad está hecha de fibras donde lo nuclear son los
puntos (nodos) y las conexiones que estos hacen (cf. Latour, 1996: 370). La idea es concebir a
las sociedades modernas y a la realidad en general como un entramado donde las nociones de
niveles, sistemas y estructuras son siempre insuficientes.

Ahora, el concepto de rizoma inaugurado por Deleuze y Guattari es uno que viene de la
botánica y cuyo propósito general es explorar una ontología distinta a un orden arborescente-
con todas sus implicaciones- (Deleuze- Guattari, 1987: 5-6). En un paisaje arborescente cada
parte tiene unas funciones específicas e inmutables que solo cobran sentido en un orden
jerárquico. En un árbol todo se define por el todo, por el conjunto, mientras que en un rizoma
se tiene un entramado de raíces/tallo que se solapan, que son dinámicas y que pueden optar
por pluralidad de formas (cf. Kisho, 2001: 1028). La unidad, de la que hablábamos antes, se
hace patente en el orden arborescente. Sin embargo, en un rizoma esta unidad es dejada de
lado. Por eso es que en rigor el rizoma no es una oposición a un orden arborescente sino algo
completamente nuevo, indeterminado y múltiple: “el rizoma se propaga mientras que el árbol
se ramifica desde sus raíces” (Rachjman, 2004: 37). Deleuze y Guattari se preguntan si lo
anterior puede ser una manera de experimentar lo real:

“substraiga lo unidad de la multiplicidad a ser constituida; escriba en n-1 dimensiones. Un sistema de


este tipo puede ser llamado rizoma. Un rizoma como un conducto subterráneo es absolutamente
diferente a las raíces y radículas. Los Bulbos y los tubérculos son rizomas. Plantas con raíces o
radículas pueden ser rizomórficas en otros respectos: la cuestión es si la vida de las plantas en su
15

especificidad no es enteramente rizomática. Incluso algunos animales lo son, en manada. Las ratas son
rizoma. Las madrigueras lo son también, en todas sus funciones de protección, comida, movimiento,
evasión y salida. El rizoma mismo asume diversas formas, desde extensiones en superficies ramificadas
en todas las direcciones, a la concreción en bulbos y tubérculos. Cuando las ratas se amontonan una
sobre otra. El rizoma incluye lo mejor y lo peor: papas y grama o yerba.” (Deleuze y Guattari, 1987: 6-
7)18

Tenemos que las ratas hacen rizoma igual que las raíces, una extensión que permite pensar la
realidad misma como un rizoma donde la unidad no está presente ni en ausencia ni como
causa. Este recurso, además, cambia la cartografía de lo real. Dado que lo importante son las
conexiones que pueden aparecer en el rizoma y los conglomerados (nodos) que se pueden
formar, la misma distancia deja de ser significativa. Lo que interesa es averiguar qué está
conectado y qué tan intensamente lo está. La TAR es hija de esta concepción: si Tarde es el
abuelo sociológico, Deleuze y Guattari son padres de su ontología. Latour asume esta visión
al explicitar que dos puntos son cercanos siempre que estén conectados, igual que dos puntos
son lejanos (de no verse conectados) sin importar su aparente proximidad. E.g “Mi hijo puede
estar sentado en la escuela con un joven árabe de su edad pero a pesar de su cercana
proximidad en el grado primero ellos pueden distanciarse en mundos que en grados
posteriores se convierten en inconmensurables” (Latour, 1996: 372).19 También en ese sentido
el rizoma, a nivel ontológico, reafirma la tesis de que el fondo y la forma son lo mismo. No
hay un dentro o un fuera ontológico; hay conductos de movimiento, conexiones y nodos, nada
más. Lo real no tiene sombra (1996: 374). 20

Latour utiliza el concepto de rizoma bajo el rótulo de network. Además de los cambios
topológicos que permite el concepto le interesa a Latour rescatar la capacidad de hibridación
que hay en el mismo. El rizoma hace conexiones con todo lo que hay sin conocer límites
disciplinares, característica que enamora a Latour y es uno de los suelos donde construye su
noción de traducción. Veamos dos fragmentos que nos muestran el uso que Latour le da al
Rizoma/Network:

Deleuze y Guattari Latour


“Un rizoma incesantemente establece conexiones “¿Es nuestra culpa si las redes son a la vez reales
entre cadenas semióticas, organizaciones de como la naturaleza, narradas como el discurso,
poder, y circunstancias relativas a las artes, colectivas como la sociedad?” (2007: 22).
ciencias, y conflictos sociales” (1987: 7)21
“Así, una network puede ser “relativamente
“El punto es que un rizoma o una multiplicidad general” sin nunca pasar a través de un
nunca se permite a sí misma ser sobrecodificada, “universal” (…) se mantiene local circunscrita,
nunca está disponible una dimensión delgada y frágil, intercalada por el espacio.
suplementaria encima o debajo del número de sus Deberíamos imaginar entelequias parecidas a
líneas, esto es, encima o debajo la multiplicidad filamentos, que se salen y se entrecruzan entre
de números ligados a esas líneas. Todas las sí”. (1998: 170)23
multiplicidades son planas, en el sentido que ellas
ocupan o llenan todas sus dimensiones” “Nunca salimos de una Network sin interesar que
(1987:9)22 tan lejos se extienda” (1998: 171)24
16

Mediación.

Demos un respiro a la argumentación para dirigirnos a lo que la TAR entiende por traducción.
Con “traducción” se postula que lo singular de una Network/Rizoma es que lo que en ella se
mueve no solo se transporta sino que modifica la realidad a su paso. Ahora, al menos desde el
punto de vista de la historia de la gestación de la TAR, la noción de traducción fue rescatada
de Michel Serres25; y según el ala española,26 esta noción no fue un sitio de partida sino un
descubrimiento teórico a mediados de los noventa (cf. Callén, 2011: 7). Dicha afirmación
habría que revisarla con detenimiento ya que, como veremos adelante, el concepto de
traducción, creemos nosotros, puede hallarse en Latour desde sus trabajos junto con Callon
(1981) y en la segunda parte de su obra acerca de Pasteur en 1984.

Esta noción, además, no solo hace parte de lo que puede considerarse como el proyecto TAR,
sino que también de lo que en Latour se llama antropología simétrica o antropología de la
ciencia (cf. Block, 2011:173). En el contexto de, por ejemplo, Nunca Fuimos Modernos, la
traducción (o mediación) es un movimiento distinto al de Purificación. Si con el último
surgen las dualidades propias de la concepción moderna, con el primero se da paso al mundo
híbrido, aquel donde se parte de la mezcla de lo que hay; movimiento que tiene como
resultado el surgimiento de Redes (cf. Latour, 2007: 27-35).

Pero por el momento no ahondamos en ello. Lo mencionamos para señalar que el concepto de
traducción es transversal a la obra de Latour más allá de sus escritos TAR. Es cierto, sin
embargo, que no por ello el término adquiere diferencias conceptuales significativas. En
realidad lo que varía es el uso. Pero y entonces ¿qué se debería entender por traducción en
relación con la Network y específicamente con los postulados de la TAR? Para dar respuesta a
esta pregunta se debe revisar el uso que se le da al concepto en obras clave de la TAR.

Partamos entonces de una distinción que aparece ya desarrollada en Reensamblar lo Social


(2005): la diferencia entre lo que es un mediador y lo que es un intermediario. Mientras que
el intermediario transporta una acción sin agregar nada a ella el mediador transforma lo que al
mismo tiempo está transportando (cf. Latour, 2005: 40)27. Un intermediario “sobra” en la
tanto que la acción puede mostrarse de la misma manera incluso en la ausencia de él. En
cambio, el mediador agrega un plus; por tanto, cuando se sustrae el plus se sustrae con él y la
acción cambia. Todo esto es importante ya que en la TAR lo que interesa es el movimiento de
la acción y las formas en la que ésta se transforma a medida que va pasando de un elemento a
otro.28 Latour relaciona al mediador con la traducción y al intermediario con la transportación
(cf. Latour, 2008: 60-63).

Cuando un actante (humano o no humano) es mediador se afirma que hace hacer cosas, hace
que otros hagan cosas. Una definición de mediador puede ser: “un mediador no es un eunuco
sicopático refrescando a sus dueños con hojas de palmera, sino que siempre realiza nuevos
trabajos por su cuenta para moldear la traducción de fuerzas de un punto de la realidad al
siguiente” (Harman, 2009: 15).29 Según esta descripción la apuesta de Latour es que, en
17

principio, todo actante debería tomarse como un mediador, porque como lo veremos,
paradójicamente si un elemento no es mediador tampoco es actante.

Además, que la realidad esté compuesta de cantidad de mediadores que siempre traducen la
acción quiere decir que una causalidad lineal de la realidad se elimina “una concatenación de
mediadores no rastrea las mismas conexiones y no requiere el mismo tipo de explicaciones
como un séquito de intermediarios una causa.” (Latour, 2005: 107).30 O sea, dado que en cada
conexión hay algo que cambia, buscar una causa primigenia en tanto nacimiento de la acción
no tiene sentido.

Continuemos buscando en qué consiste la traducción. Elgaard y Block en su glosario de


términos clave de la obra de Latour la definen así: “Un concepto derivado de la obra de
Michel Serres, quien lo usa para describir un tipo de mediación que simultáneamente
transfiere y distorsiona una señal” (Block, 2011: 173) 31 Aquí lo que se ha dicho se hace más
evidente; el movimiento de traducción es un transporte que al mismo tiempo distorsiona lo
transportado, le da un plus. Por ese mismo camino nos encontramos con las aclaraciones
hechas por John Law según las cuales la traducción es un proceso donde se da una relación
particular entre las cosas (cf. 1992: 5).

Especialmente en el texto Traduction/Trahison Law recalca esta característica propia de la


traducción en donde todo transporte es al mismo tiempo una traición. La forma en la que Law
lo explica es volviendo a una serie de historias (Stories) donde se hace indudable el cambio
que hay en un elemento cuando se traslada de una Network a otra- e.g una tecnología que se
transfiere a Nicaragua tiene que necesariamente cambiar; así cuando se dice que una
tecnología se transfirió o se exportó no puede olvidarse que lo que se ha transportado (para
que haya podido funcionar) ya es totalmente diferente al original (cf. Law, 1997: 10).

Según este autor es mucho más interesante rastrear lo que cambia que lo que permanece. Otra
manera de decir que la traición (trahison) da más que pensar que el transporte mismo. Así,
pues, “es mucho más interesante rastrear traiciones” (Law, 1997: 4) 32. Al momento tiene
sentido que nuestro autor atestigüe que: “Para designar (…) una conexión que transporta, por
decirlo de algún modo, transformaciones, nosotros utilizamos la palabra traducción” (2005:
108).33 Por este camino creemos que la TAR hace del concepto de traducción uno de sus más
celulares, a tal punto que se ha llegado a declarar que éste concepto junto al de `actor´y
`network´ constituyen toda la ontología relacional y la sociología de las asociaciones de
Latour.

Si seguimos el estudio que Harman le hace a Irreductions nos vamos a encontrar con que el
tercer principio que éste abstrae del escrito de Latour es el principio de traducción (cf.
Harman, 2009: 14-16; Latour, 1998: 178) El mundo está lleno y hecho de actantes y la forma
en que esos actantes se conectan es vía traducción; es decir, no hay ninguna conexión gratuita,
cada una de ellas implica un movimiento masivo de mediadores (cf. Harman, 2009:15). La
traducción es la forma y el proceso de conexión par excellence. La elaboración de la realidad
es este movimiento de traducción. Lo interesante de Harman, y en esto consideramos como
acertada su observación, es que según él, para Latour todos los actantes son mediadores:
“ninguna capa del mundo es una transparente intermediaria ya que cada una es una
18

mediadora” (Harman, 2009: 15)34. La realidad está hecha y se hace a partir de actores que se
conectan vía traducción; si esto se acepta se tiene que la realidad es una cadena de
mediadores. Los mediadores están en un constante trabajo de traducción (cf. Harman;
2009:15).

Someramente dicho: la traducción permite que todo cambio, toda construcción, toda
estabilidad (en términos de duración) y en general toda realidad sea un producto de
relaciones. En la medida que esto sea así incluso las ideas más abstractas (en el sentido
tradicional) y, por decirlo de alguna manera, trascendentales son aplanadas. La traducción le
otorga a la conexión un cambio cualitativo que no se sale de ella misma (a un plano
superior). Por ello el principio de realidad se vuelca sobre las conexiones y sobre lo que en
ellas ocurre al darse; no hay necesidad de un punto inconmovible, causa primigenia o
trascendental. Por esta razón el principio de traducción y el de inmanencia son articularles.
En un decir, se solapan.35

Lo real como resistencia.

La inquietud que queda en nosotros respecto a la traducción y el poder nos lleva a la


definición de la realidad por Latour: lo que resiste es real (cf. 1998:158-159). Para dilucidar
comencemos con un ejemplo traído de la semiótica brindado en Irreductions:

“Este es el material de donde ella aprende el significado de la palabra “realidad”. Algún otro gustaría de
manipular sentencias: montando palabras, reuniéndolas, manteniéndolas juntas, viéndolas cuando
adquieren significado por su orden o lo pierden por una palabra mal colocada. Este es el material al cual
ella se adhiere, y a ella no le gusta nada más que cuando las palabras empiezan a entretejerse para que
ya no sea posible agregar una palabra sin ninguna resistencia de las demás. ¿Son las palabras fuerzas?
¿Son capaces de pelear, rebelarse, traicionar, jugar, o matar? En efecto, como todos los materiales, ellas
pueden resistir o ceder” (Latour, 1998: 155)36

En este fragmento se da pistas de porqué la TAR llegó a ser denominada un materialismo


semiótico (cf. Block, 2001:167; Law, 2007). Para ella la manera como se comporta una
palabra en un texto es igual a como se relaciona cualquier elemento con su realidad. Designar
a lo real como una resistencia es ver las relaciones en tensión de un entramado cualquiera, o si
se prefiere, de un ensamblaje. En un ensamblaje de palabras que ya esté organizado y
conformado no es sencillo agregar una palabra nueva ya que todas las demás le resisten. Las
palabras, en este caso son reales porque al intentar modificarlas hay resistencia. Tal como
arriba se escribe, las palabras son capaces de pelear, de rebelarse, de traicionar, de jugar y de
matar. Para la TAR, en tanto materialismo semiótico, es básico mantener como axioma que lo
neurálgico no son los materiales en sí mismos sino los materiales que resultan de
interacciones, otra manera de asegurar que los materiales están constituidos interactivamente
(cf. Serrano, 2005: 4-5). La ontología relacional de la TAR posiciona a lo real como aquello
que resiste (cf. Latour, 1998: 158). ¿Y cómo es que las cosas/objetos/conceptos (humanos y
no-humanos) resisten?

No sobra ayudarse con la noción de conatus en Spinoza. Con él diríamos que una entidad que
no tenga conatus simplemente no hace parte de la realidad. Spinoza halla en el más
“diminuto” de los cuerpos un vector de movimiento, una dirección, un conatus (cf. 2011: II,
19

XIII, Axioma II, Lema II-III). Más allá de toda materialidad hay una resistencia (en términos
de Latour). Lo que resiste es real. Pero no se trata de lo “real” y de lo “no-real” sino de grados
de realidad. Hay materialidades que resisten más tiempo que otras, y otras que no; hay
materialidades (vectores) que se componen con otros y suman a su robustez y duración, etc.
“No hay diferencia entre lo “real” y lo “irreal”, lo “real” y lo “imaginario”. Más bien, se
experimentan las diferencias entre aquellos que resiste por mucho tiempo y aquellos que no,
aquellos que resisten con valentía y aquellos que no, aquellos que saben cómo aliarse y
aquellos que no” (Latour, 1998: 159).37

En la jerga de Latour el conatus es una entelequia y una entelequia es una mónada (en el
sentido de Tarde) y una mónada un actante (cf. Hernández, 2004: 8-10; Latour, 1998: 159;
Lazzarato, 2008; Tarde, 2006). No hay que pensar entelequia ligada a un telos; en una
inmanencia como la que apropia Latour no hay telos establecidos sino ensayos de fuerza en
donde los conatus-entelequias-monadas-actantes se encuentran para aliarse o destruirse. Y
vale la pena recordar que hablamos de personas, animales, objetos, recursos, ideologías,
neutrones, narraciones, tácticas políticas, verdades científicas, etc.

De ahí que en Latour, la realidad siempre sea negociable. Es así en la medida que puede ser o
no de determinada forma; dependiendo en últimas de sus mismas alianzas y “batallas”. Un
ingeniero, por ejemplo, debe negociar con una montaña si es que quiere diseñar un túnel; debe
mirar sus puntos de resistencia (hasta dónde cede) sin llegar a destruirla (cf. Harman, 2009:
14). La negociación como principio ontológico muestra que la realidad está abriendo caminos
a la vez que cierra otros dependiendo de las fuerzas, oposiciones y resistencias que estén allí:
“Nosotros podemos decir lo que queramos, y sin embargo no podemos. Apenas hemos
pronunciado y reunido palabras, otras alianzas se hacen más fáciles y otras se dificultan” (cf.
Latour, 1998: 182-183).38

Una vez claro lo anterior entendemos que lo real y las composiciones que hay son el resultado
de asociaciones de elementos. Para Latour todos los materiales buscan hegemonía y
emprenden el trabajo de enlistar más aliados de acuerdo con su vector.39 Todo actante, por
débil que sea, tiene la capacidad de formar alianzas, es decir, de conectarse; y la vía de
conectarse es siempre por medio de la traducción. Para Callon, esta fue la manera de
comprender los macro-fenómenos. Según él, en la traducción un elemento al aliarse con otro
lo representa (cf. Callon, 278-79). La traducción es, en este punto, la capacidad que tiene un
actante de convencer a otro de su vector. Como veremos más adelante los macro actores son
el resultado de un encadenamiento, siempre inmanente, de actantes que se han adherido a
otros (cf. Latour, 1998: 160 y 174).
20

Lo real como un continuo singular.

Antes de terminar esta sección no se puede soslayar que para la TAR la realidad es un
continuo singular. Con este término queremos expresar dos cosas: en primera instancia, que
los elementos que componen la realidad no funcionan a la manera de esencias generales -en el
sentido tradicional- sino de esencias singulares (cf. Deleuze, 2003: 47); y segundo, que
basados en la premisa según la cual no hay una armonía preestablecida ni una teleología
inherente a las cosas, lo que hay siempre está en un continuo flujo de composición, un fluido
(cf. Diaz, 2009: 375). Si se unen esas dos ideas lo que se tiene es que las fibras de la realidad
nunca responden a una esencia primigenia dado su estado continuo de apertura a lo posible -
e.g cada conexión es una manera de modificarse el elemento y comenzar a operar en otras
posibilidades (cf. Rachjman, 2004:11). En otros términos, la realidad es un proceso singular.
No hay que entender continuo como la extensión indefinida de actantes sino, repetimos, la
labor de construcción de realidad. La realidad es producida (cf. Arruda, 2011: 199).

Harman retoma el primer punto recordando que un actante, en la ontología de Irreductions no


es distinto de sus cualidades o de sus accidentes; en rigor, ni siquiera es distinto de sus
relaciones. Un actante simplemente es lo que es en un momento y estado de cosas preciso
(2009: 14-15). La división tradicional que se había construido entre la sustancia y sus
accidentes no tiene aquí cabida ya que no hay un “detrás” de las cosas. Es por esa misma
razón que los actantes no son ni más fuertes ni menos fuertes que otros en un sentido
inherente a ellos mismos; sino que todo depende de las negociaciones y resistencias que se
hagan patentes (cf. Harman, 2009: 16). Entonces ¿qué es un actante?, someramente
respondemos: sus relaciones, sus accidentes y sus cualidades (cf. Harman, 2009: 17).

La TAR considera que lo mejor es romper con la división identidad-diferencia. Una que es
producto de una concepción esencial de las cosas y de la realidad. Para nuestro autor, dado
que un actante es sus relaciones, cualidades y accidentes, lo único que hay son actos de
identificación o diferenciación; lo que se le imputaba a la sustancia ahora pasa al terreno de la
acción entendida como la manera en que se despliega un actante en su Network (cf. Latour,
1998:169). Es una vía alterna para afirmar que la posible similitud de los actores está basada
en lo que pueden y en la forma como agencian. Lo que aporta esta postura a los posteriores
desarrollos sociológicos de la TAR es la capacidad de romper la diferencia entre los actores
humanos y no-humanos para fijarse más bien en lo que pueden unos y otros y las formas
como éstos se entrecruzan y se mezclan en las composiciones.

Para la ontología de Latour los actantes no son, entonces, nunca los mismos, por una parte; y
por otra siempre están completamente desplegados: “Un actante siempre está completamente
desplegado en el mundo, por entero implicado en la suma de sus asuntos en cualquier
momento (…) un actante está completamente desplegado en las networks del mundo, sin nada
que se esconda debajo de todas las alianzas en la superficie” (Harman, 2009: 18 y 26)40. Para
finalizar, los actantes mismos son continuos singulares, de la misma manera que la realidad
que construyen y componen. Lo que hace que la realidad y los actantes sean trayectorias (cf.
Harman, 2009: 65).
21

***
II
Sociología.

§1. Réseau: ondas.


Hilos imperceptibles.
Ya dibujada la ontología de la TAR, nos incumbe tratar de acercarnos al concepto de Network
acentuando su matiz sociológico. Nuestro propósito general en esta sección será desempañar
algunos ruidos que permanecen en el uso del término ´network´. La tarea que emprendemos
es analítica, razón por la cual no abordamos el conjunto ´actor-network´ de inmediato sino
que esperamos a dilucidar sus componentes. Avisamos que no se debe perder el referente
integral de la TAR como cuerpo ontológico y sociológico; en tal circunstancia se borrarían los
vínculos que hacen a la primera sección, y a la presente, baldosas en un mismo camino.

El primer problema con el que nos encontramos al dilucidar el concepto de Network es su


ambigüedad, es decir, su variedad de significados y usos. El mismo Latour no parece
desconocer las nociones que se tienen del término en el mundo académico y cotidiano.41 Lo
que hace que dedique buena parte de sus artículos y libros a explicar qué se entiende por
Network dentro de la TAR (cf. Latour, 1999b: 1-3). Dichas aclaraciones han tenido el
objetivo de volver al nacimiento, por decirlo de alguna manera, del término. Latour lo
encuentra en Le rêve de d´Alembert (cf. Latour, 2005: 129; 1996, 371). Una fuente quizás
inesperada. Pero es allí donde en las páginas escritas con la pluma de Denis Diderot comienza
a tener forma el concepto de Red.

La obra de Diderot data del 1769 y en ella se describe con maestría una serie de sueños y
alucinaciones que le ocurren a D´Alembert mientras Mille, De L´Espinnase y el doctor
Bordeu discuten acerca de los mismos. El texto en general se desarrolla en torno a la
formación del mundo por pequeñas agregaciones de moléculas que componen los seres vivos.
Estas moléculas van constituyendo una suerte de redes, de hilos, de filamentos que hacen que
no haya una contigüidad entre las cosas sino una continuidad de los agregados (cf. Diderot,
1983: 44). El concepto de red luego se muestra como esa multitud de hilos imperceptibles. Al
principio esta aserción se aplicaba a las moléculas de la naturaleza, luego, en un sentido más
detallado, se predican de la manera como el cuerpo se constituye. Diderot en boca de Bordeu
dice: “Su cabeza, sus pies, sus manos, todos sus miembros, todas sus vísceras, todos sus
órganos, su nariz, sus ojos, sus orejas, su corazón, sus pulmones, sus intestinos, sus músculos,
sus huesos, sus nervios, sus membranas, no son, propiamente hablando, más que lo
desarrollos groseros de una red que se forma, crece, se extiende, lanza una multitud de hilos
imperceptibles” (Diderot, 1983: 60). Lo que le interesa a Diderot es, además, lo que la red es,
más allá de las formas que pueda tomar. Lo que hace que la forma sea solo un estado posible
de una red pero no su cualidad más importante (cf. Diderot, 1983: 71).
22

Una vez rescatada la génesis lejana de Réseau se entiende que la intención de Latour, y de la
TAR al utilizar dicho término no se refiere centralmente a redes tecnológicas- e.g. redes de
trenes, redes de acueductos, redes digitales, redes de televisión, electricidad, entre las más
conocidas. No porque no puedan éstas estudiarse desde la TAR sino porque el concepto
remite a algo mucho más profundo, a un modo particular de composición. Una manera fácil
de aclararlo es mostrando que se puede tener una red de computadoras (una red intensamente
conectada) y sin embargo, se puede estar lejos de dar cuentas de la misma desde una visión
TAR (cf. Latour, 2005: 129, 1996, 370).

La network para nuestro autor siempre está seguida del actante/actor lo que hace que siempre
sea ella un actor-network. Esto conduce a la afirmación que: “se puede proveer una visión
actor-network de tópicos que no tienen de ninguna manera la forma de una network- una
sinfonía, un apartado de legislación, una roca de la luna, un grabado. De igual forma, se puede
escribir acerca de networks técnicas- televisión, satélites, fuerza de ventas- sin, en ningún
punto proveer una visión actor-network”42 (Latour, 2005: 131).43 Volvemos a insistir en que
lo particular de la Network no se halla únicamente en su forma sino en el modo de conexión
de los elementos.44 Diríamos que es una manera de composición singular: Réseau.

Muchas de las confusiones en torno a este tema se deben a que la TAR inicia una manera
singular de concebir las relaciones entre la tecnología y los humanos; una que en principio, se
ubica como lo más atractivo de la propuesta TAR- e.g el caso del Electricity of France -EDF-
y la Renault luchando en los 70`s por la tecnología de transporte (cf. Callon 1981: 286-291);
Aramis: or the love for technology, una novela que tiene por tema conductor la investigación
de una red tecnológica que nunca se llevó a cabo (cf. Latour, 2002). Se debe hacer hincapié en
que lo que interesaba a la TAR con estas investigaciones era, primeramente, descubrir qué era
lo que hacía que una tecnología triunfara sobre otra y, qué transformaciones se hacían
patentes en esa tecnología en la medida que se hibridaba con diferentes redes (cf. Correa,
2012).45

Como lo veremos luego, la pregunta fundamental no estaba enfocada a la tecnología misma


sino a la manera como se comportaban las redes tecnológicas “batallando” por una
supremacía (cf. Block, 2011:35 y 36), al mismo tiempo que se hibridaban.46 Así, volviendo a
nuestro interés subrayamos que la intención de la TAR al utilizar el concepto de `Network` va
mucho más allá de lo que comúnmente se entiende por red tecnológica –especialmente con
miras a su infraestructura- (cf. Latour, 1999b:2-4; 2005:131). La TAR no se limita a este tipo
de redes ya que “una network tecnológica en el sentido de un ingeniero es una de los posibles
estados estabilizados y finales de un actor-network”47(Latour, 1996:370).

En otro sentido, la Network de la TAR no hace alusión a redes sociales entendidas como una
serie de conexiones exclusivas entre actores humanos individuales e intencionados (cf.
Latour, 2005: 128-32; 1996: 370). Como ya ha de suponerse, las composiciones se forman a
partir de elementos heterogéneos, no exclusivamente humanos. Digamos que lo que hace rica
a una red es la cantidad de actores, tanto humanos como no-humanos, que moviliza.48

Ahora vale la pena preguntarse ¿por qué hacer uso del término si se presta a tanta confusión?
Resultaría mucho más fácil librarse de la problemática ambigüedad recurriendo a un neo-
23

logismo alterno. Latour reconoce la dificultad y aunque en algunas ocasiones sospecha en


demasía del nombre general de la teoría, en otras lo ve como una dirección fértil y trata de
reivindicar la “etiqueta” in extenso del proyecto (cf. Latour, 2005: 9; Latour, 1999).

Hay razones de fondo de las cuales nos atreveríamos a sugerir tres. Primero: construir un
neologismo tendría como implicación salirse por mucho de una jerga técnica que designa a
los investigadores TAR (cf. Serrano, 2005: 2). Segundo: el término de Network deja ver una
sagacidad básica de la TAR relacionada con el problema de la duración de las conexiones en
el sentido de que se requiere de una serie de actividades (work) para sostener y construir un
entramado de relaciones (Net) (cf. Latour, 2005: 34-37). Una característica nuclear de todo el
pensamiento TAR, ya que es el trabajo (el constante hacerse y re-hacerse de las conexiones)
el que permite ubicar a la Network como una realidad dinámica y fluida, por un lado, y el
resultado de una estabilización fruto de negociaciones, por otro. Más adelante volveremos
sobre este tema al referirnos al trabajo y los colectivos.

La tercera razón y, según nuestro juicio la más importante, es que la palabra Network parece
funcionar en la TAR como una estratégica en un cambio de topología. Es una estrategia que
intenta dar por superadas una serie de dualidades de antaño de las ciencias sociales y
naturales, e incluso de la filosofía; específicamente aquellas referentes a las parejas
lejos/cerca, dentro/fuera, y pequeño/grande o sí se quiere macro-micro y actor-sistema
naturaleza-sociedad sujeto-objeto (cf. Latour, 1996; Serrano, 2005: 2-4; Ritzer, 1996: 562-564)

Evidentemente se ha pedido una razón para desechar cualquier intento de la tradición en


dirección a pensar estas parejas- e.g la construcción mutua del sujeto y el objeto en posturas
psicológicas (cf. Arruda, 2011); o la relación dialéctica y dinámica entre el actor y el sistema
(cf. Latour, 2008: 242; 1996: 373). Con todo, Latour da por superados estos problemas.
Desechando de una manera un tanto injusta sus vecinas sociologías. Quizá la intención de
Latour no sea sumar sus trabajos a la discusión sino dejar de antemano esas querellas para
poder partir hacia una innovación. Criticable o no, lo que nos interesa son las alternativas que
busca la TAR, aún cuando sean el resultado de una preocupación general de la Sociología por
replantearse a sí misma (cf. Rocher, 1973: 11-12, 25-27, 181,236).

Micro-macro49

De todos modos las complicaciones no terminan en un cambio topológico. Hay otros


elementos que, a primera vista, confunden las intenciones de la TAR dado el tipo de
nominación que esta misma le ha dado a su cuerpo teórico. Entre los que hemos mencionado
encontramos que el fragmento `Actor-Network´ suscita dos problemas capitales dentro de la
disciplina sociológica. Aquí hay que ser cuidadoso en distinguir las dos aristas de obstáculos.
La primera arista que se despliega de esta etiqueta, un tanto desafortunada, tiene que ver con
la disputa que se mantiene entre microsociologías y macrosociologías.

Desde el punto de vista de Latour las dificultades estaban en que las prácticas de grupos
concretos se explicaban desde marcos generales y viceversa, además, reprocha nuestro autor,
el tratamiento a nivel metodológico que se le daba a actores-micro era cualitativamente
distinto a los actores macro (cf. Latour, 2008: 228-235; 1996.). En algún momento del
24

ejercicio sociológico se cometía el error de sustancializar a tal punto los fenómenos macro
que se terminaba hablando de la Sociedad (con S mayúscula) en términos metafísicos,
olvidando la sociedad como un modo de conexión (cf. Latour, 2008: 14-16). La queja de la
TAR no es muy difícil de comprender una vez se percibe su intención: querer dar el mismo
tratamiento (cualitativo) a los fenómenos micro y macro evitando así una metafísica de lo
social.

La segunda arista hace alusión al problema actor-sistema y aunque sumamente relacionado


con el primero tiene sus propios matices y soluciones. En este caso la querella gira entorno a
cómo las estructuras macro afectan a los agentes que las componen. Si tenemos agentes
individuales como un abogado, un niño, una piedra o un neutrón habría que pensar cuál es su
relación con sistemas que pareciera excederlos, como el legal o el económico entre otros. Para
la TAR dicha oposición debe también replantearse. Con el ánimo de distinguir los dos
vértices del problema denominaremos al primero la querella micro-macro y al segundo
acción-estructura (cf. Ritzer, 1996: 456). En la presente sección daremos tratamiento al
primero y más adelante bajo el rótulo de acción dislocada, al segundo. Por el momento, a
modo de intuición podemos asegurar que la TAR trata de buscar una salida no exactamente
dialéctica (dado que no se acepta la distinción ontológica ni entre micro-macro ni entre
agente-estructura) pero si conciliadora. Latour lo dice mejor:

“Por eso la solución explorada por la TAR, pese a su etiqueta algo desafortunada, no
tiene que ver en absoluto con ofrecer otra solución de compromiso entre micro y
macro, actor y sistema y menos aún con impulsar el columpio con tanta fuerza como
para que recorra algunos círculos dialécticos (…). Nuestra solución es tomar
seriamente la imposibilidad de quedarse en alguno de los dos sitios por un periodo
muy largo” (2008: 246).

Antes de adentrarnos en el primer caso no sobra afirmar que la TAR, especialmente en


Latour, tiende a ser demasiado despectiva con la sociología mainstream. Ésta no desconoce
las tensiones entre lo micro y lo macro y tampoco es tan torpe para atribuir una
discontinuidad entre ambos fenómenos. Ellos ya han dicho: “¡somos consientes del
continuum!” (cf. Rocher, 1973, 11-12; Ritzer, 1996: 457)50

Hemos nombrado la dificultad. ¿Y cuál es la visión TAR? A los teóricos actor-network les ha
molestado el hecho de recurrir a nociones comodín para explicar fenómenos. Quizá el mejor
ejemplo es el del Capitalismo. Frecuentemente se puede escuchar que una serie de fenómenos
son consecuencia del capitalismo: la pobreza, las peleas, etc. Para la TAR se trata de no
volver al capitalismo más grande (C) de lo que es, ya que de otra manera ¿cómo habría de
construirse alternativas frente al mismo? (cf. Callon, 2011; Latour, 2008, 349).

El capitalismo, como un fenómeno macro debe abordarse como un todo muy bien conectado,
como un actor que ha llegado a ser. Ahora, esta forma de ver la cuestión no se limita al
capitalismo sino también a la Sociedad, la Naturaleza, los Sistemas mundo, entre otros. La
sospecha de la TAR consiste en pensar la relación actor-sistema como una en la que no se
25

contiene un aspecto dentro del otro; sino más bien donde ambos hacen parte de una realidad
en construcción y que, por lo tanto, no se diferencian por naturaleza sino por cantidad de
conexiones y aliados, o sea, por su consistencia o robustez alcanzada (cf. Díaz, 2011: 229).

Aquí la cuestión es de cartografía; de mantener la realidad plana como observamos con


Spinoza y Deleuze. No pueden darse diferencias de escalas si éstas son de naturalezas
distintas. Pero tampoco hay una negación bizantina de actores-macro o macro-fenómenos. Si
no hay ningún a priori de armonía significa que lo que hay ha llegado a ser por medio de
luchas y negociaciones (recuérdese el principio de negociación expuesto en Irreductions). Lo
que le interesa a la TAR es así la pregunta de cómo son generadas y mantenidas las
dimensiones de los macro-fenómenos. Es por esta razón que la TAR acepta una diferencia de
verticalidad, pero sólo en la medida de que es construida y mantenida. Los niveles y escalas
se producen, se mantienen y se transforman (Block, 2011: 120)51

Todo el ejercicio se abordará en la TAR elaborando una denominación especial. En vez de


micro y macro se habla de lo local y lo global (actores-Network). La diferencia de escala es
un resultado, es un producto y, por ende, no hace parte de esencias inherentes a los actores
mismos, sino que son la consecuencia de una serie de negociaciones. Dentro de esta
perspectiva Dios, el Capitalismo, La Sociedad, La Naturaleza son perfectamente localizables
(no entendiendo un topos sino una continuidad de lugares y relaciones).

En vez de hablar de niveles se trabaja con conexiones. Lo que esto significa es que los
fenómenos macro no son cualitativamente diferentes que los fenómenos micro sino que están
conectados de una manera más intensa e involucran muchos más lugares por donde pasa su
acción (cf. Latour: 373). Recordando nuestra exposición en Ontología, decimos que los
fenómenos macro son unos que tienen más aliados, que han movilizado más elementos y por
tanto son más duraderos; pero en esta cartografía no hay dos realidades. Por más conectado
que sea el fenómeno siempre estará en un plano horizontal, sigue siendo inmanente.

La pregunta pertinente, que constituye la salida de la querella, es ¿cómo es que un actor-micro


llega a ser un actor macro? Es decir, ¿cómo logra movilizar elementos y acordar alianzas?
Uno de los textos más significativos en esta dirección es el que escribió Latour junto con
Callon en 1981 Unscrewing the big Leviathan: how actors macro-structure reality and how
sociologist help the to do so. Rápidamente queremos retomar el argumento allí planteado para
luego revisar un texto posterior de Latour en la medida que hay una continuidad de su
pensamiento y un aporte a la presente discusión que vale la pena reconocer dentro de su obra.

En conjunto con Callon, Latour se pregunta: ¿cómo es que se construyen los macro-actores?
Es decir, ¿mediante qué procedimientos aparecen macro-actores? (cf. Callon, 1981: 279;
Block, 2011: 120-125). La premisa de partida es que no hay una diferencia sustancial entre un
macro actor o un micro actor, sino que un macro actor es el resultado de la conexión entre
micro-actores. Con esto se buscar negar que los fenómenos macro sean entidades de un status
distinto a los actores-micro (en naturaleza)” (cf. Callon, 1981: 279).

En consecuencia, todas las diferencias de nivel y tamaño son construcciones. El ejemplo que
se retoma es la solución que dio Hobbes a la pregunta de cómo surge el poder soberano. Para
26

Hobbes, afirman Callon y Latour, “(…) la multitud es al mismo tiempo Forma y Materia del
cuerpo político” (Callon, 1981: 278). El Leviatán no sería una entidad abstracta que supera su
composición (en términos de, por ejemplo, una sinergia) sino que se encontraría dentro de su
misma composición. Las relaciones de poder son también un resultado de las negociaciones.

La diferencia entre un macro-actor y un micro-actor es que las redes del último son mucho
más densas (se componen de más aliados), y por lo mismo perduran más. Los actores-micro
pueden ser pensados como redes cortas en contraposición a otras de más extensión (cf.
Callon, 1981: 280). La asimetría es formada aun cuando todos los actores son en principio
isomorfos. Que la realidad tenga macro actores es apenas normal, pensarán los autores, en la
medida que “en un estado de naturaleza, nadie es lo suficientemente fuerte para aguantar
todas las colisiones” (Callon, 1981: 284). Las asociaciones, o sea las alianzas, son inevitables.
(cf. Callon, 1981: 300).

Desde el punto de vista de una aplicación sociológica una revisión de conexiones es lo que
basta en una descripción juiciosa no hay actores dentro de otros, sino al lado de otros.
Sabiendo que lo global (el todo heterogéneo) es una gran continuidad de lo local (cf. Latour,
2008: 250). La alternativa terminológica de Latour para evitar la discusión micro macro es la
de lo global y lo local. Para ello sólo hay que revisar la acotación de Elgaard y Block:
“´localización´ se refiere a cualquier proceso mediante el cual cadenas de actores-network se
delimita para que “las interacciones locales” puedan emerger (como en un salón de clases).
“Globalización” en contraste indica cualquier proceso mediante el cual fenómenos se
dispersan a través de contextos alcanzando un estatuto general” (Block, 2011: 170).

Continuando la elaboración de nuestra pregunta dirigimos nuestro interés a un artículo,


también fundamental en la discusión, que Latour y otros investigadores construyen: The
Whole is Always Smaller that its Parts (2012). Allí se retoma la premisa de Tarde, abuelo de
la TAR, según la cual lo micro siempre es la entidad más grande que hay (cf. Narciandi, 2009:
122). Una donde, como hemos venido diciendo, la aparición de los fenómenos macro nunca
es exabrupto (cf. Latour, 2002b: 21). En este escrito se dice que el recurso micro-macro es la
manera de comprender la “realidad social” siempre y cuando que no existan herramientas que
hagan posible rastrear la multiplicidad de conexiones que efectivamente permiten converger
lo micro con la formación de lo macro. Actualmente, con el avance de las tecnologías
digitales y el software especializado, los actores-macro son “fácilmente rastreables” y por
ende la discusión debe volver a Tarde.

Los autores mantienen que las concepciones 2-LS52 brindaron importantes aportes para la
sociología. Lo único que se les reprocha es a ver olvidado y ofuscado el fenómeno central a
pensar: ¿cómo seguir las asociaciones más fuertes y duraderas?53 “Al presuponer que existen
dos niveles, ellos podrían ver resuelto de una manera apresurada las mismas preguntas que
debieron quedar abiertas a investigar: ¿qué es un elemento?, ¿qué es un agregado? (…) ¿qué
es lo que se quiere dar a entender con una entidad colectiva que permanece en el tiempo?”
(Latour, 2012: 2).

Lo que sigue es la argumentación de la posición TAR haciendo uso de una herramienta


digital. En el fondo se deben rescatar las siguientes ideas:
27

a) Hay una cercanía necesaria entre un actor y la red. En la medida que se quiera definir a un
actor se despliega su red. A la pregunta “¿qué es un actor?”, se debe responder: “su Network”
y viceversa (cf. Latour, 2012: 3). Una Network no es un segundo nivel diferente a los actores
sino exactamente el mismo nivel desplegado de una forma distinta (cf. Law, 2004). La ya
mencionada analogía de la física sirve para entender lo que queremos decir: la luz es al mismo
tiempo corpúsculo (actante) y onda (red) pero ni la una ni la otra es superior cualitativamente.
En esta dirección, La TAR describe su acercamiento así:

“(…) no hay una diferencia real al buscar la identidad de una persona, un lugar, una
institución, un evento, etc. En todos los casos las operaciones empíricas y cognitivas
son las mismas. Al circular en dicha manera del actor a la Network y de vuelta, no
estamos cambiando de niveles, sino simplemente parando momentáneamente en un
punto, el actor, antes de movernos hacia los atributos que lo definen. Es porque no hay
salto a otro nivel que la TAR define como planas las conexiones designadas” (Latour,
2012: 3).

b) En esta traza lo que hay es un movimiento que no se reduce a individuos (entendidos como
átomos sin relaciones) ni a contextos sino en un paso de “mónadas a otras mónadas” (Latour,
2012: 8). Si se toma un ejemplo digital el único átomo que hay al entrar a un perfil de
Facebook (por ejemplo) es el primer clic (el de entrada a un perfil), de resto (al ver amigos,
gustos, fotos y demás) solo hay despliegue de relaciones que aunque van más allá del
individuo solo se piensan para definirlo; en otras palabras, es el individuo desplegado.

c) La hipótesis es que en ese recorrido de lo desplegado se comienzan a divisar totalidades


parciales sin recurrir ni a individuos, ni a interacciones, ni aun todo superior (cf. Latour,
2012:8). Estas totalidades parciales es lo que Latour entendió por oligóptico y panorama
(2012; 11; 2005: 175-190; Block, 2011: 121-125).

No nos importa.

Así es como se formula la pregunta: ¿es la Network de la TAR un mapa o un territorio? (cf.
Narciandi, 2009: 131). Aquí el problema no consiste en una falta de atención o en una
ingenuidad a la hora de preguntar; simplemente de una aparente inconsistencia dentro de la
TAR: la ambigüedad que se plantea acerca de si la Network es o se usa. En el primer caso hay
una consistencia ontológica de la Network; en la segunda solo una herramienta de rastreo.
Aun cuando el lector ya pueda adivinar una respuesta volvemos a la plantearnos: ¿es la
Network un mapa o un territorio? Para no caer en una discusión de entrada maniquea se debe
recordar que el proyecto de Latour es una metafísica empírica54 donde lo que es y el análisis
de lo que es no tienen una distancia. Creemos se trata de dos caras de una misma moneda que
en conjunto van más allá de la moneda y se vuelcan a un inmanencia y a lo real como
resistencia.

La realidad desde la TAR tiene que ver con un conjunto de asociaciones entre cosas
heterogéneas (humanos y no-humanos); asociaciones que además traducen, median lo que a
través de ellas corre. La sociología de las asociaciones es el estudio de esta realidad (cf.
Callon, 1981: 300). De ahí que Latour sea tan insistente en diferenciar la sociología de lo
28

social de la sociología de las asociaciones: “(…) lo social se refiere simplemente a aquello


que es conectado o asociado. Como tal, la sociología puede solo describir “lo social”
rastreando sus constantes movimientos (o traducciones) en las conexiones entre elementos
heterogéneos” (Block, 2011: 103). Si toda la realidad funciona asociándose entonces la labor
sociológica estaría más allá de los límites disciplinares de ella misma. Es por ello que dentro
de esta sociología se encuentran trabajos diversos que van desde la observación de primates o
bacterias hasta semáforos o cyborgs (Latour 1981; 1984; Law, 2000; Silva 2011).

Es la misma moneda, son dos caras. Una de ellas señala a la Network como un concepto. Una
herramienta que sirve para describir algo, más no lo que está siendo descrito (Latour,
2005:131). Al usarse así se rompe al menos el prejuicio de pensarlo como exclusivo de
investigaciones que posean una forma-red (satélites, televisión, internet, etc). Así, la Network
puede ser aplicable al transporte de tecnologías, fertilizaciones In vitrio, los Principia
Mathematica de Newton o un cuerpo que soporta la enfermedad y las alucinaciones (cf.
Latour, 2005 129-30; 2010c: 4-7; Law, 1997; Diderot, 1983). En este caso, el término nunca
tiene que ver con designar una estructura ontológica del mundo sino una forma de investigar,
un modo de describir la realidad (cf. Latour, 2010c:5).

Por otra parte, está la Network como una forma de organización de las cosas, un tipo de
relación que, repetimos, es rizomática. Un algo que recuerda los trabajos de Paris: La ciudad
Invisible (2006); fotografías de lo que son, efectivamente, Networks. La Network sería el
despliegue de todas las cosas y aliados que hacen que una substancia exista y sea,
efectivamente un actor/actante. “Lo que toma cualquier sustancia que al principio parecía
contenida en sí misma y la transforma en lo que necesita para subsistir a través de una
compleja ecología de tributos, alianzas, cómplices y auxiliadores” (Latour, 2010c: 5).55
Nuestra posición es que para resolver de una manera más extensa esta aparente paradoja hay
que revisar el concepto de actor/actante; para finalmente entender que de lo que habla la TAR
no es de actores ni de redes sino de actores-Network o si se quiere de actantes-rizoma (al fin y
al cabo la luz no puede ser no totalmente onda ni exclusivamente corpúsculo). Este híbrido
será el punto de llegada más adelante.

Al momento, empero, no podemos cerrar sin responder a la pregunta con la que comenzamos.
Un autor TAR brinda una lapidaria sentencia que tendrá sentido una vez comprendido lo real
como un Singular y como una Inmanencia: “nunca sabremos si esta red es mapa o terreno. Ni
lo sabremos ni nos importa, porque solo nos importa actuar, marcar diferencias” (cf.
Narciandi, 2009: 131). La TAR está inundada de preguntas capciosas.

§2. Corpúsculos actantes.

Hemos hablado de actantes y de actores de manera indiscriminada. Puede ser que el término
“actor” sea mucho más familiar a nosotros dado que es éste el que hace parte de la tradición
sociológica en general. “Actante”, por otra parte, aparece como un término inusual y de
entrada extraño. Su inserción en los trabajos TAR viene de los escritos de semiótica de
Algirdas Greimas (cf. Block, 2011: 17). En su Semiótica Greimas y Courtés explican el
término desde varios puntos de vista de los cuales aquí nos interesan tres:
29

1) “El concepto de actante tiene mayor extensión (…) que el término personaje (…)
pues no sólo comprende a los seres humanos, sino también a los animales, los
objetos y los conceptos.” (Greimas, 1990: 24)

2) “(…) El actante puede concebirse como el que realiza o el que sufre el acto,
independientemente de cualquier otra determinación. Así, citando a L. Tesnière de
quien se toma este término, “los actantes son los seres o las cosas que, por
cualquier razón y de una manera u otra- incluso a título de simples figurantes y del
modo más pasivo- participan en el proceso” ”. (Greimas, 1990: 23).

3) “En la progresión del discurso narrativo, el actante puede asumir cierto número de
roles actanciales definidos a su vez, por la posición del actante en el
encadenamiento lógico de la narración (su definición sintáctica) y por su
vertimiento modal (su definición morfológica).” (Greimas, 1990: 25).

Con lo citado hay bastante que señalar. En el primer apartado el término actante adquiere una
mayor extensión que el de actor; un actante desde este punto de vista no solo se refiere a seres
humanos intencionados o a animales sino, más interesante aún, a objetos y conceptos. El
segundo fragmento muestra que el actante no sólo es el posible origen de una acción sino que
también puede padecerla; la relación entre la acción y el actante no es directa en términos de
iniciación sino, como señala Greimas, de participación. A esto retornaremos cuando digamos
que lo importante no es el inicio de una acción sino las transformaciones por las que pasa al
ser llevada de actante en actante, cada uno de ellos dejando su agregado, su sello.

Ya en las últimas líneas del diccionario se advierte que un actante y el “rol” que éste tiene está
definido por la posición del mismo en un encadenamiento narrativo y modal; si se quiere más
simplemente: de sus relaciones y de las formas como estas relaciones aparecen. Cada una de
estas tres intuiciones son nuestras locaciones de partida ya que son fundantes en los
problemas TAR a apropósito del “actante”. La primera intuición (humanos y no humanos en
la construcción un colectivo hibrido), la segunda (acción dislocada) y la tercera (de actores a
actantes-network) son nuestro mapa de viaje.

Antes de empezar se debe aclarar que la alusión a la influencia de la semiótica no es gratuita


o caprichosa dado que la TAR ha extraído de aquí una de sus ideas más celulares, a saber, que
lo significativo no son las palabras sino sus relaciones. Recordando lo que habíamos dicho del
materialismo semiótico, los materiales están constituidos interactivamente, si se quiere; de tal
forma que fuera de esas interacciones no habría realidad (cf. Serrano, 2005:4-5).

Enfocando lo que hay a seguir decimos que nuestro interés consiste en revisar el concepto de
Actante. Por ello nos formulamos las preguntas: ¿qué se debe entender por actante en la
TAR? ¿Cuál es su papel agregado a lo que se ha esbozado entorno a la Network?
Comenzaremos con esta última pregunta aproximándonos al problema de la duración que ya,
de una manera muy rápida, habíamos mencionado. Una vez atravesada la “duración y el
trabajo” pasaremos a los tres fragmentos vistos en Greimas y rescatados (al mismo tiempo
30

que traducidos) por la TAR. Rogamos paciencia al lector en algunos casos de la


argumentación que parecen oscuros al principio pero poco a poco se van dilucidando.

Duración y Trabajo.
Cuando la TAR propone una noción de sociedad que no es metafísica, la sociedad se ve
enfrentada a su posible muerte. Al dejar de ser la sociedad una entidad “superior” en un plano
de realidad se convierte en algo que debe ser cuidado porque puede desaparecer. No solo la
sociedad está ahora en esta situación, sino también toda entidad. En general lo que ha
ocurrido es que se ha abandonado un principio de inmutabilidad. En verdad el problema de
cómo permanece lo que hay se desplaza a los actantes mismos. Esto en términos más precisos
significa que pasamos de la inmutabilidad al problema de la duración de los actantes (tanto
micro como macro) y del trabajo que éstos deben hacer para mantener “instituciones”,
“sociedades”, “grupos”, “colectividades”, en fin, realidades. (cf. Latour, 2008: 57-67).

Google, por ejemplo, es un actante macro que constantemente se está rehaciendo y


reafirmando; cantidad de ingenieros, máquinas, infraestructuras, personal de aseo, ejercen un
continuo trabajo que brinda duración a Google. No se puede acusar a esta entidad como
jocosamente indica Latour de ser una realidad meramente virtual (cf. Latour; 2010c: 8).56 A
donde vamos es a lo siguiente: una network es una red de trabajo; la network “Google”
necesita sostenerse; la network “sociedad” también. Si no se quiere pensar en “grandes” cosas
entonces solo hay que imaginarse la vida individual de alguien como una network que debe
trabajarse.

Arriesgándonos a trazar la apuesta de la TAR entorno al trabajo y la duración recurriríamos a


la siguiente fórmula que seguramente estaría enmarcada en las paredes de los investigadores
TAR como consigna de su trabajo: la network debe ser hecha. 57 Conceptualmente hablando
la Network necesitaba de la noción del actor/actante, dado que le agrega la idea de trabajo y le
da sentido a la misma en tanto Net-Work. El híbrido actor-Network es el resultado de la
inclusión (conceptual) del actante a un conjunto diverso y heterogéneo de conexiones.
Apropósito de la insuficiencia del concepto Network (apartada de actor) escribe Latour: “este
trabajo, sin embargo, no es capturado por la noción topológica de Network sin importar qué
tan sofisticada la queramos hacer. Esta es la razón por la cual la TAR adiciona a la noción
matemática de network la noción completamente ajena de actor” (1996:74).58

Siendo más cuidadosos hallamos que la innovación TAR (entorno a este tema) está en dos
sentidos. El primero es que la Sociedad ya no sirve para explicar los fenómenos de la realidad
sino que debe ser explicada (cf. Latour, 2005; Rachjman, 2004: 57). Y el segundo es que
ahora lo que da cuentas de lo que hay es el trabajo de los actantes humanos y no-humanos¸ o
sea, el trabajo de colectivos (cf. Block, 2011: 104; Narciandi, 2009: 119). El paso de la
concepción tradicional a aquella de colectivo es vital en tanto que une la primera intuición (la
sociedad debe ser explicada) con la dotación de durabilidad a cargo de una heterogeneidad de
actantes ya que el trabajo no es una carga, ni un privilegio de los humanos “desnudos”. En
este panorama hay dos preguntas por desarrollar: ¿qué entiende Latour por no-humanos? y
¿qué es un colectivo?
31

Con miras a no desubicarnos tenemos que volver a la primera cita que recuperamos de la
Semiótica de Greimas. En ésta se dibuja al actante como un humano, un animal, un objeto o
un concepto (cf. 1990:24). La TAR entiende bajo el rótulo de no-humanos precisamente lo
mismo: seres vivos, objetos y conceptos. Con todo, el rendimiento que se espera de dicha
apertura de agencias no se aprecia en su finura si no se vuelve una vez más sobre la pregunta
de la duración ¿En qué se relaciona la duración con la ampliación de los actantes? ¿Duración
de qué y en qué sentido?

Los interrogantes vienen de preocupaciones a las cuales eventualmente se vio enfrentada la


TAR. Teniendo en cuenta que la “sociedad” y los “grupos sociales” no se explican a sí
mismos, la TAR se preguntó ¿qué hace que las agrupaciones sociales permanezcan, es decir,
se estabilicen? La idea inicial consistió en pensar que la estabilización de una organización es
consecuencia de mucho más que meras “interacciones humanas” (cf. Latour, 2005: 66).59 Así,
el problema de la duración es otra forma de tratar de descubrir (describir) cómo las networks
llegan a mantenerse más o menos de iguales (con la misma intensidad y poder). La
durabilidad, dirá Law, es una cuestión de configuración; la durabilidad es el producto de un
estado de cosas fortalecido (cf. Law, 2007: 9). Hasta aquí podemos ya entender en qué
sentido los referimos a durabilidad. Lo singular es que estas contribuciones a la durabilidad de
una web60 no sólo vienen de humanos sino, mejor aún, de cantidad de materiales
heterogéneos. Para señalar esta idea vamos a tomar un ejemplo dado por Latour en The Power
of Association (1986).

Latour se basa en los trabajos de Schirley Strum y su estudio con los babuinos; lo central de
los estudios de primatología de Strum es que concluir que el “orden social” que funciona y
toma lugar en las agrupaciones de estos babuinos es más endeble de lo que se había pensado
(cf. Latour, 2005: 69). Esto se debe a que, dicho de una forma rápida, los babuinos sólo
cuentan con sus habilidades de interacción básica y sus cuerpos para mantener sus vínculos.
En la realidad de los babuinos no hay recursos extra-somáticos que hicieran las relaciones
más durables y fortalecidas (cf. Latour, 1986:275). Lo único que hay son “habilidades
sociales”. Así, son los mismos babuinos los que tienen que constantemente reparar el
continuo decaimiento del orden social; la cohesión social recae en sus hombros.

Para la TAR la sospecha, otra vez, es que en las “sociedades humanas” esta cohesión no es un
producto de la sola interacción entre humanos sino de una cantidad de elementos extra-
somáticos (cf. Latour, 1986: 275). Es en la misma pista que rastrea Latour cuando recupera un
“momento TAR” de Durkheim en donde señalaba la importancia de objetos “simbólicos” en
la cohesión de una tribu; la duración y la durabilidad del clan dependía en gran parte de sus
recursos (cf. 1986: 275). Recojamos entonces lo hasta aquí dicho para afirmar, entorno a
nuestras preguntas, que la duración en la TAR es un problema relacionado no con una
durabilidad de materias sino de asociaciones; asociaciones que necesariamente están
inundadas de elementos no-humanos para asegurar su permanencia (cf. Serrano, 2005: 7).

En términos más abstractos, las networks no sólo se refieren a composiciones humanas o


redes humanas como en la teoría de los cinco-seis-siete puntos de distancia entre sujetos (cf.
Baràbasi, 2002: 25-40), sino a no-humanos. Por eso escribimos que las network están
32

compuestas de materiales heterogéneos (¡La definición de Greimas se ha hecho presente en la


TAR!).

Ahora vale la pena cuestionarse ¿cuál es la relación del concepto del no-humano con el
concepto de colectivo?; ¿qué es lo que la Teoría del Actor-Network entiende por colectivo?
Latour parece designar con ´colectivos ´una serie de asociaciones híbridas más o menos
durables que se componen de humanos y no-humanos. Así, frente a la concepción de la
sociología de lo social, según la cual la “sociedad” es algo exclusivo de los seres humanos, en
la sociología de las asociaciones en vez de sociedad tenemos colectivos (cf. Latour, 2005:
247-262). Es en el paso que hay de la sociedad a los colectivos donde se explicita la apertura
a un nuevo proyecto, el del mundo hibrido.

En Nunca Fuimos Modernos Latour empieza mostrando cómo, por ejemplo en un periódico,
los problemas son transversales en general; de tal forma que en una misma página se tienen
problemas climáticos, estrategias políticas, sentencias académicas y resultados científicos (cf-
Latour, 2007: 14). En otras palabras, la heterogeneidad de los actores hacen parte de la misma
historia, de los mismos ensamblajes (cf. Latour, 2007: 12-17). Cuando se consideran a los
colectivos, en lugar de la “sociedad”, la diversa materialidad de las redes compuesta toca a los
hechos, al poder y al discurso. La división humanos y no-humanos es uno fruto del ejercicio
de separación, o como afirma Latour, de purificación en el cual el mundo es representado en
unas zonas ontológicas lejanas e insoslayables (cf. 2007: 17-28).

Dejando esto atrás, y continuando con nuestra descripción de qué son los no humanos, nos
encontramos con una metáfora de la sociología de las asociaciones en relación con este
“despertar” de los actantes en la Network. Latour comenta que la TAR hace las veces de un
príncipe cuyo beso mágico trae de vuelta a la vida una lista de agentes dormidos (cf. 2008:
74). En realidad, el despertar de los objetos es la consecuencia de un principio de simetría
nombrado así por Michael Callon. Un principio que era aplicado a problemas de la sociología
de la ciencia y del conocimiento según el cual tanto el “falso” como el “verdadero”
conocimiento debían ser explicados con los mismos términos61. Callon usa este principio de
simetría pero pasa de un ámbito epistemológico a uno ontológico en sus trabajos de St Brieuc
Bay (cf. Law, 2007: 4-5).

De ahí que resulte la siguiente tesis general de la TAR “Los neutrones son actores y los
agujeros negros son actores, pero también lo son los edificios, las ciudades, los humanos, los
perros, rocas, personajes ficticios, pociones secretas, y muñecas de voodoo” (Harman, 2009:
102) 62. Pero la inclusión de nuevos actores dentro de una red no tiene sentido si el cambio no
modifica también lo que se entiende por acción. ¿Cómo actúan los actantes? ¿Cómo actúan
los colectivos? El principio de simetría así solo puede entenderse desde una nueva mirada a la
acción, una donde son las asociaciones heterogéneas las que arman los colectivos (cf. Arruda,
2011: 199).
33

Acción dislocada y colectiva.

Si continuamos llegaremos al punto donde entenderemos que un actor es cualquier elemento


que otorgue a la acción una ligera innovación. Una escritora TAR lo coloca así: “lo que actúe
o modifique la acción, siendo la acción misma una lista de performances a través de
negociaciones, es un actor (…)” (Akrich, 1992: 259). No se puede hablar en la TAR de
actante sin, al mismo tiempo, adentrarse en el campo de la acción. ¿Qué es lo que se entiende
por acción? ¿Cómo funciona la acción? Para la TAR la forma de acercarse a este tema se
parece a cuando un espectador, en una obra de teatro, se pregunta por la actuación de un actor
en escena: en esta analogía la cuestión inicial y esencial no es ¿qué está haciendo el actor?,
sino ¿quién más está actuando con él?, ¿qué está ocurriendo detrás del telón? Nunca se actúa
solo.

Dado que nos basamos en una ontología relacional y un materialismo semiótico, entendemos,
que lo que ocurre siempre está ubicado en una Red de cosas. Igual pasa con la acción. La
acción no inicia con un actor y termina con otro, sino que sufre transformaciones cada vez que
pasa de nodo en nodo. Tal como el actor de teatro no es el centro de la acción, el actante no es
el origen único de lo que hace sino el “blanco móvil” de una serie de agencias que lo
componen (Latour, 2008: 73). Por esto es que Latour en la primera sección de Reensamblar
se refiere al actor como “aquello que muchos otros hacen actuar” (2008, 73). La tesis que se
recupera es, repetimos, un actor nunca está solo en el escenario.

En el 2011 circuló por las noticias mundiales el descontento de los jóvenes británicos en
Tottenham; una manifestación donde no sólo estaban presentes jóvenes en las calles sino
también conceptos y objetos, programas digitales… no de una manera pasiva sino activa (es
decir, transformando la acción). A tal punto queda esto claro que cuando la compañía
canadiense RIM advirtió que desactivaría las funciones del Blackberry un grupo de hackers
llamado “Poison Team” amenazó con romper el firewall de dicha compañía y dañar su
sistema. Hay muchos actores que aquí se pueden observar siendo Facebook y los Blackberry,
de los más importantes. No son simples objetos que están presentes en la acción sino que a la
vez la modifican de alguna forma.

Lo que aquí queremos mostrar no es que se necesite la tecnología informática para asegurar
una revuelta, sino que la acción no es la misma desde el momento en que ocurre la idea (si es
que ocurre de manera premeditada) hasta que se ejecuta y se distribuye por todos sus
participantes. En clave ontológica diremos que siempre hay nuevos cursos de acción, y eso
tiene significados e implicaciones, sociológicas. Volviendo a Latour podemos citarlo cuando
asevera que: “ la acción es tomada prestada, distribuida, sugerida, influida, dominada,
traicionada, traducida” (2008: 74). En consecuencia, la acción nunca está previamente
definida ni limitada, sino que parece mantenerse en una indeterminación: 63

"la acción no es algo generado por un agente identificable como tal (un sujeto, un ser
humano) sino algo que se da dentro de una red de eventos y transformaciones cuya estructura
se halla en constante cambio. Tanto lo que tradicionalmente se consideraban “sujetos” o
agentes (centros de actividad) como lo que tradicionalmente se consideraban “objetos” (las
34

cosas, la naturaleza, los artefactos técnicos...) forman parte de esa red, y además forman parte
de ella en pie de igualdad. O mejor dicho: ambos, “sujetos” y” objetos” son producto de la red
y su funcionamiento. No preexisten a ella. Desde luego las transformaciones, aquello que
sucede, no se pueden atribuir a los “sujetos” (tampoco, de entrada, a los “objetos”), sino que
sencillamente ocurren. La agencialidad se halla distribuida por la red; no es exclusiva de los
“sujetos” (ni de los “objetos”, porque la naturaleza no actúa por sí misma)." (Narciandi, 2009:
119)

En últimas la acción es un conglomerado, es el encuentro de muchas agencias. Un flujo de


heterogeneidades donde las cosas se hacen patentes; una Network que se debe desplegar para
describir (cf. Latour, 2005: 44). Ahora, el uso que le da a la TAR a lo que denomina la acción
dislocada se relaciona íntimamente con lo que venimos pensando. Dado que lo social se
quiere mantener plano (inmanente) lo global, los fenómenos micro, debe ser llevado a lo
local. Pero, al mismo tiempo, lo local se debe distribuir en una Network. La distribución de la
acción significa primeramente que ella no se encuentra en un solo lugar (llámese individuo,
presidente, capitalismo, Dios) sino en muchos. Dislocar la acción no quiere decir que esta no
está en ningún lado, sino que está a travesando heterogéneos lugares. El ejercicio de la TAR
consiste en aplanar lo global y luego distribuirlo (cf. Latour, 2008: 237-310). La acción es
siempre un fenómeno colectivo (cf. Serrano, 2005: 13).

Luz.

De las ondas a los corpúsculos y de vuelta ¿qué es lo que se obtiene? La luz ¿qué es lo que
resulta? Un actor-network; a eso hemos querido llegar (cf. Latour, 1999b: 3) Al principio
citamos la Semiótica de Greimas y resctamos tres fragmentos de los cuales ya hemos dado
tratamiento a dos. El último reza así:

“En la progresión del discurso narrativo, el actante puede asumir cierto número de
roles actanciales definidos a su vez, por la posición del actante en el
encadenamiento lógico de la narración (su definición sintáctica) y por su
vertimiento modal (su definición morfológica).” (Greimas, 1990: 25).

¿Cómo definimos a un actante? Por su estado de cosas, es decir, su Network, y ¿cómo


definimos a la Network? Pues por los corpúsculos que la hacen existir (cf. Latour, 2010c). No
hay un nivel más complejo que el otro (cf. Latour, 2002b: 120). Greimas en su semiótica
asegura que el rol actancial está definido por su posición en un encadenamiento lógico; aquí,
aunque la idea básica continúa, no hay porqué hablar de encadenamientos lógicos. No hay
lógicas, sólo rizomas. La realidad no se da en lógicas sino en caminos de creación que son
indeterminados. De la misma forma el actante no se define por una lógica que lo supera sino
por las relaciones que ha trazado y que hacen posible su propia existencia (cf. Latour, 2010c:
5). Volviendo a lo que elaborábamos con Law basta decir que una Network es un actor
desplegado y viceversa (cf. 2004).64

Pero la etiqueta sigue siendo problemática porque aunque se establece que un actor es su
Network, queda en suspenso el papel del guión (-). ¿Qué significa el guion en la TAR? Tiene
la dificultad de lanzar, de nuevo, la discusión en un nivel de oposición entre el actor-y-la
35

network (cf. Latour, 1999b: 2). El guión hay que verlo como una trayectoria que se dibuja
entre el actante y la network (cf. Serrano, 2005: 6 y 12). Lo característico de la realidad es que
siempre esté en movimientos, en trayectorias; lo que hace la TAR es tratar de cartografiar esas
trayectorias en movimiento, por eso es que la Network es, dice Latour, un rastro de lo que
ocurre: “una red no está hecha de hilos de nailon, palabras o cualquier sustancia durable, sino
que es el rastro que deja algún agente en movimiento” (2008: 192).

Así, para recoger algunas cosas, dos de los conceptos capitales en la TAR se mantienen en un
ir y venir que deja un rastro (actor-network). Una forma de concebir la formación de la
realidad y de querer aproximarse a ella sin dejar de ser parte de ella misma. Una mirada donde
está presente una simetría entre humanos y no-humanos en términos de lo que hacen hacer
(cf. Arruda, 2011: 199). Y Una donde la acción siempre tiende a bifurcarse, a dividirse, a
traicionarse, a doblarse, a hallar nuevas posibilidades y caminos ¿cuáles son las implicaciones
de esto fuera de un método sociológico?
36

***
Conclusiones.

Hemos hecho un corto, pero a nuestra manera de ver, fructífero recorrido. Nuestro interés ha
consistido en la revisión de conceptos fundamentales de la TAR, tanto en su ontología como
en su sociología. Y ahora, para finalizar, nos preguntamos ¿Qué podemos inferir de nuestro
recorrido? ¿A qué lugar hemos llegado? ¿Cuál es el horizonte que se divisa en el proyecto
intelectual de Latour? En primer lugar permítasenos recordar algunos conceptos alcanzados
en cada sección.

En ontología pudimos afirmar que: i) la concepción ontológica de Latour es inmanente y


relacional; ii) que el concepto de Rizoma es una piedra angular para el desarrollo de la
realidad como una construcción no sistematizada sino innovadora; iii) que Latour se apropió
del concepto de Inmanencia a través del principio de irreductibilidad escrito en 1984; iv) que
la realidad se equipara a la capacidad de resistencia de una entidad, al mismo tiempo que esta
capacidad está pensada en grados; v) que la manera como las entidades adquieren fortaleza es
aliándose con otras a través de diferentes estrategias; vi) que lo real es un Continuo Singular
en la medida que lo actual es lo real.

En sociología trabajamos principalmente los conceptos de Network y Actante y las ideas que
de ellos se derivan: i) una nueva topología al momento de aproximarse a problemas
sociológicos; ii) una contribución a la discusión micro-macro como una de las vías alternas
que plantea la TAR; iii) la idea de Red como el resultado de una serie de actividades y
esfuerzos de los actantes (el problema de la duración y estabilización de redes); iv) la realidad
sociológica como compuesta de humanos y no-humanos ambos con la misma importancia de
incidencia dada la tesis de la traducción; v) la acción como un flujo colectivo dislocado.

Así, la Teoría del Actor Network es una entramado. Una red de conceptos que se sostienen
unos a otros y que se remiten incesantemente. Lo más importante a señalar es que en últimas,
para la TAR y Latour, no hay una distinción real entre los puntos ontológicos y sociológicos.
Existe, si se quiere, una suerte de convergencia fruto del entramado unitario teórico de la
Sociología de las Asociaciones. En rigor, ontología y sociología vendrían siendo lo mismo. La
realidad son asociaciones vía traducción (postulado ontológico) y las asociaciones son las que
construyen la realidad en ámbitos sociales, científicos y políticos (postulado sociológico).
Igual que sus antecedentes teóricos, para Latour la sociología es la manera investigativa activa
de una otología, no previa, sino paralela. Dado que lo actual es lo real y no hay una
trascendencia que se esconda detrás de lo que hay, lo presente es plano ontológico y lugar de
investigación.

Por eso es que su sociología es plenamente inmanente; y es por eso, también, que la labor del
sociólogo TAR siempre está relacionada con el describir (dar cuenta de lo actual con minucia)
y no el explicar (hallar causalidades que según Latour llevarían la disciplina a postular un
detrás de las cosas).
37

Para esta corriente teórica la realidad, por consiguiente, no debe ser explicada, sino descrita.
De ahí que no haya una articulación entre sociología y ontología en Latour y la TAR (como
en principio pudiera pensarse) sino una continuidad. A nivel conceptual se puede notar: i) la
concepción inmanente y la ontología relacional son congruentes con una sociología
descriptiva cuyo interés particular no es tanto las cosas en `sí mismas` como las relaciones y
asociaciones que forman a través de acciones dislocadas: ii) una postura rizomática de la
realidad que de entrada cambia la topología sociológica y marca las relaciones existentes
como descentralizadas, polimorfas y creativas (en contra de un orden arborescente que
supondría a nivel sociológico la búsqueda de estructuras jerárquicas que dan sombra a
cualquier destello de creatividad de los actores); iii) un principio de irreductibilidad cuya
función consiste en evitar la reducción de las cosas que pasan en el mundo a una presunta
objetividad que en últimas predica que los actantes no saben lo que hacen pero los sociólogos
sí; iv) una ontología que mide la realidad desde el punto de vista de la resistencia (tratando de
evitar un realismo puro y un relativismo rampante) logrando insertar en la sociología
elementos que se había desechado por su falta de realidad objetiva e.g Dios. Este es el aporte
que hemos podido presentar al asumir la tarea de revisar los fundamentos de la TAR en Bruno
Latour.

Dejando el terreo de las afirmaciones fuertes y volviéndonos al de las conjeturas, tenemos la


impresión que el proyecto de Latour no termina aquí, sino que la TAR le sirve como
plataforma a otro ámbito: la política. Es interesante, por ejemplo, observar que la síntesis
sociológica de Latour (Reensamblar lo Social) termina, en sus conclusiones, con una apuesta
política. Para él, la tarea de aplanar lo Social y volverlo una entidad macro-estructurada
inmanente es un paso hacia lo que significa en realidad la política. La idea es que siempre que
se tuviera a la Sociedad como un trascendental, las posibilidades de cambio estaban de
antemano negadas. Siempre que hay una estructura subyacente a lo que hay, y se le toma por
inmutable, no existe ánimo de cambio. El gran recorrido de la TAR pareciera consistir en
posicionar, de nuevo, la viabilidad de un mundo que se debe re-ensamblar, teniendo en cuenta
esta vez lo que quedó excluido (cf. Latour, 2008: 368-9).Por eso es que Latour empieza
construyendo un puente entre la sociología y la política afirmando que si la Sociedad (S
mayúscula) existe no hay política posible (2008:349). Por eso es que el estado de cosas desde
la TAR siempre puede ser alterado.65

Sin embargo, dicha intuición es tan solo un horizonte que puede resultar interesante para
aquel que lo quiera revisar. Por el momento nuestro aporte ha consistido en mostrar la
sociología y ontología de Latour como un entramado conjunto e imbricado cuya ganancia más
poderosa es enriquecer nuestras experiencias colectivas, el mundo en el que vivimos, las
cosas que hacemos y las cosas en las que creemos. Un postulado de irreducción que permite
como bien lo dijo Latour ver a las cosas irreducidas y hechas libres.
38
39

***
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42

***
NOTAS

1
“In the same way as Tarde refuses to take society as a higher, more complex, order than the individual monad,
he refuses to take the individual human agent as the real stuff out of which society is made: a brain, a mind, a
soul, a body is itself composed of myriad’s of ‘little persons’, or agencies, each of them (…) actively promoting
one’s total version of the world” Latour, 2002b, 120. Traducción Libre.
2
Bruno Latour es un filósofo, teólogo, sociólogo y antropólogo francés nacido en 1947. Desde 1982 al 2006 fue
profesor en la Centre de sociologie de l'Innovation at the Ecole nationale supérieure des mines en París y
también en la London School of Economics and in the History of Science Department de Harvard University.
Desde el 2007 hasta la actualidad es profesor en Sciences Po Paris. Ha realizado trabajos de campo en África y
en California de donde salen sus propuestas acerca de la labor científica y de la construcción de los hechos
científicos.2 Debido a su formación y a la manera de abordar los problemas mantiene un pensamiento
interdisciplinario. De él se puede leer por ejemplo: “Latour es uno de los más astutos intérpretes de nuestro
siempre-cambiante, híbrido y caótico mundo, y es nuestra convicción que su pensamiento merece una más
amplia audiencia” (Block, 2001: vii).
3
Anders Block y Torben Elgaard Jensen, han divido sus contribuciones en cuatro facetas: los estudios en
ciencia, tecnología y sociedad; su aproximación a la creación y caída de la modernidad; sus pensamientos
respecto a la ecología y la naturaleza (incluyendo aquí una arista política) y, finalmente, su aporte a la “rama” de
la sociología ANT (cf. Block, 2011). No obstante la diversidad de los proyectos se puede percibir una
continuidad tanto en método, estilo y premisas.
4
Para ahondar en la antropología de la ciencia de Latour sugerimos leer la bibliografía primaria ya mencionada;
para una introducción (cf. Block, 2011:26-51) y para una relación de sus conclusiones con la filosofía de la
ciencia (cf. Diaz, 2008).
5
Esta estrategia a la hora de escribir y de tratar problemas tiene sus ventajas y desventajas; por una parte permite
repensar conceptos sin recurrir a las divisiones abismales tradicionales, por otro que los fundamentos teóricos
sean engorros y quizá enredados, y esto es importante en la medida que busca ser una teoría y metodología de
fácil acceso para los trabajos de campo. Siendo también un obstáculo para la presentación de sus aserciones
políticas (cf. Diaz, 2011: 165)
6
Aquí las influencias más lejanas vendrían de Harold Garfinkel y Phillipe Descola (cf. Block, 2011: 17) ninguna
de las cuales analizamos en la presente revisión.
7
“What I want to do is to redefine the notion of social by going back to its original meaning and making it able
to trace connections again” (Latour, 2005: 3). Traducción Libre.
8
Utilizamos los términos creemos y nosotros de una manera consciente. En el primer caso queremos dar a
entender que partimos de Hipótesis o intuiciones a propósito de los conceptos de Latour. En el segundo caso
deseamos mostrar que este escrito es el resultado de un diálogo que he mantenido con multiplicidad de lugares,
libros y personas; reflejamos así al texto como una Red en sí mismo.
9
Aun cuando conocemos que también Serres (con el concepto de traducción) y Whitehead (con el de
bifurcación) son antecedentes importantes no los nombraremos dado a la extensión e intensión del presente
escrito.
10
En su núcleo la TAR es la continuación del proyecto sociológico de Gabriel Tarde (cf. Narciandi, 2009: 120);
no es gratuito que Latour nombre a Tarde como el abuelo de la TAR y anuncie que él siempre tuvo razón pero
que no existía la tecnología suficiente para hacer prácticas sus elucubraciones (cf. Latour 2002b: 118; 2005: 14;
2010c:9). Gabriel Tarde es uno de los antecedentes más importante para la TAR.
11
Esta concepción es similar a la de Spinoza. En la Ética del filósofo holandés, se plantea una visión inmanente
de referirse a la realidad. Una donde lo único que hay es Dios, siendo Dios todas sus manifestaciones (cf.
Spinoza, 2011: I, XIV-XV). Este giro, en comienzo teológico, lo explica Deleuze cuando señala que en Spinoza,
a diferencia de las doctrinas tradicionales de la emanación, no hay una distinción rigurosa entre la causa (Dios) y
el efecto (lo demás) (cf. Deleuze, 2003: 25). En Spinoza, continua Deleuze, Dios como causa no solo permanece
en sí para producir sino que lo producido permanece en él: “Dios y su mundo, el mundo está en Dios” (cf. 2003:
25; Agamben, 2002: 73). Y continuado: el mundo es Dios. La proposición de Spinoza se hace aquí explícita:
“todo cuanto es, es en Dios, y sin Dios nada puede ser ni concebirse” (cf. Spinoza, 2011: I, XV). Dios como
causa inmanente se postula en la proposición xviii afirmando lo que Deleuze quiere explicitar (cf. Spinoza, I,
XVIII).
12
“(…) for compositionism, there is no world of beyond. It is all about immanence” (Latour, 2010a: 475).
Traducción Libre.
13
“There is no external referent. Referents are always internal to the forces that use them as touchstones”
(Latour, 1998: 166). Traducción Libre.
43

14
Lo interesante, sin embargo, es que una ontología como la presente siempre conlleva una pregunta por la vida
misma: “Qué sería vivir sobre un plano fijo” (Deleuze, 2003: 26)- (En Deleuze la inmanencia se relaciona con un
principio vital (cf. Deleuze, 2001; Agamben, 2002).-. La relación entre la inmanencia y la vida es patente tanto
en Spinoza y Deleuze como en Latour. Para éste último la posición ontológica que plantea termina con una
sentencia inusual que nos da una pista de su proyecto: “me parece que la vida es mejor de esta manera” (Latour,
1998: 191). Y en otro nivel es la base para la propuesta por un mundo cuya prioridad es el común bienestar (cf.
Latour, 2010a: 487-88).
15
Como veremos más adelante, Latour se apropia de la inmanencia vía el concepto de traducción. Con éste
modifica lo que se entiende por “acción” ya que cuando la acción se explica desde la traducción no hay
necesidad de buscar causas primigenias (una pregunta teológica). La Network tendría la habilidad de sacar de sí
todo lo que puede sorprender y, parafraseando a Latour, una vez se tiene el mundo trazado por la noción de
traducción no hay necesidad de una trascendencia que esté “detrás”. (cf. 2008:158).
16
Nos atrevemos a decir que algo parecido se encuentra en la lectura que Deleuze hace de Spinoza. En el
sistema de Spinoza queda siempre la sensación de que el conjunto se nos escapa (Deleuze, 2003: 27-28). Ahora
preguntamos ¿qué sería el conjunto en Spinoza? Diríamos que Dios, por las proposiciones antes mencionadas.
Pero la paradoja siempre es que Dios es muchas cosas, es sus modos. Uno podría discutir que Dios en Spinoza
aunque es sus modos nunca se agota en ellos de la misma forma que la inmanencia no se agota en su plano actual
(cf. Ramos, 2005: 39). Pero en ningún caso se quiere volver a una unidad. Dios solo indica la posibilidad de que
aparezcan cosas nuevas, es decir, que la realidad nunca se agote en su actualidad (cf. Rachjman, 2004: 12)
17
“I taught at Gray in the French provinces for a year. At the end of the winter of 1972, on the road from Dijon
to Gray, I was forced to stop, brought to my senses after an overdose of reductionism. A Christian loves a God
who is capable of reducing the world to himself because he created it. A Catholic confines the world to the
history of the Roman salvation. An astronomer looks for the origins of the universe by deducing its evolution
from the Big Bang. A mathematician seeks axioms that imply all the others as corrolaries and consequences. A
philosopher hopes to find the radical foundation which makes all the rest epiphenomenal. A Hegelian wishes to
squeeze from events something already inherent in them. A Kantian reduces things to grains of dust and then
reassembles them with synthetic a-priori judgments that are as fecund as a mule. A French engineer attributes
potency to calculations, though these come from the practice of an old-boy network. An administrator never tires
of looking for officers, followers, and subjects. An intellectual strives to make the "simple" practices and
opinions of the vulgar explicit and conscious. A son of the bourgeoisie sees the simple stages of an abstract cycle
of wealth in the vine growers, cellarmen, and bookkeepers. A Westerner never tires of shrinking the evolution of
species and empires to Cleopatra's nose, Achilles' heel, and Nelson's blind eye. A writer tries to recreate daily
life and imitate nature. A painter is obsessed by the desire to render feelings into colors. A follower of Roland
Barthes tries to turn everything not only into texts but into signifiers alone. A man likes to use the term "he" in
place of humanity. A militant hopes that revolution will wrench the future from the past. A philosopher sharpens
the "epistemological break" to guillotine those who have not yet "found the sure path of a science." An alchemist
would like to hold the philosopher's stone in his hand. To put everything into nothing, to deduce everything from
almost nothing, to put into hierarchies, to command and to obey, to be profound or superior, to collect objects
and force them into a tiny space, whether they be subjects, signifiers, classes, Gods, axioms-to have for
companions, like those of my caste, only the Dragon of Nothingness and the Dragon of Totality. Tired and
weary, suddenly I felt that everything was still left out. Christian, philosopher, intellectual, bourgeois, male,
provincial, and French, I decided to make space and allow the things which I spoke about the room that they
needed to "stand at arm's length." I knew nothing, then, of what I am writing now but simply repeated to myself:
"Nothing can be reduced to anything else, nothing can be deduced from anything else, everything may be allied
to everything else." This was like an exorcism that defeated demons one by one. It was a wintry sky, and a very
blue. I no longer needed to prop it up with a cosmology, put it in a picture, render it in writing, measure it in a
meteorological article, or place it on a Titan to prevent it falling on my head. I added it to other skies in other
places and reduced none of them to it, and it to none of them. It "stood at arm's length," fled, and established
itself where it alone defined its place and its aims, neither knowable nor unknowable. It and me, them and us, we
mutually defined ourselves. And for the first time in my life I saw things unreduced and set free.” (1998: 162-
163). Traducción libre.
18
“Subtract the unique from the multiplicity to be constituted; write at n - 1 dimensions. A system of this kind
could be called a rhizome. A rhizome as subterranean stem is absolutely different from roots and radicles. Bulbs
and tubers are rhizomes. Plants with roots or radicles may be rhizomorphic in other respects altogether: the
question is whether plant life in its specificity is not entirely rhizomatic. Even some animals are, in their pack
form. Rats are rhizomes. Burrows are too, in all of their functions of shelter, supply, movement, evasion, and
breakout. The rhizome itself assumes very diverse forms, from ramified surface extension in all directions to
concretion into bulbs and tubers. When rats swarm over each other. The rhizome includes the best and the worst:
44

potato and couchgrass, or the weed. Animal and plant, couchgrass is crabgrass.” (Deleuze y Guattari, 1987: 6-7).
Traducción libre.
19
“my son may sit at school with a young arab of his age but in spite of this close proximity in first grade they
might drift apart in worlds that become at later grades incommensurable” (Latour, 1996: 372).
20
“Literally, a network has no outside. It is not a foreground over a background, nor a crack onto a solid soil”
(Latour, 1996: 374). Traducción libre. Latour ilustra este cambio con el siguiente dibujo (1996: 374). El primero
sería la visión tradicional el segundo la rizomática.

21
“A rhizome ceaselessly establishes connections between semiotic chains, organizations of power, and
circumstances relative to the arts, sciences, and social struggles.” (1987:7) Traducción Libre.
22
“The point is that a rhizome or multiplicity never allows itself to be overcoded, never has available a
supplementary dimension over and above its number of lines, that is, over and above the multiplicity of numbers
attached to those lines. All multiplicities are flat, in the sense that theyfill or occupy all of their dimensions(…)”
(1987:9). Traducción Libre.
23
“A network can thus be "quite general" without ever having to pass through a "universal." (…)it remains local
and circumscribed, thin and fragile, interspersed by space. We should imagine filamentlike entelechies, spun out
and interwoven with one another(…)” (1998: 170). Traducción Libre.
24
“(…) we never emerge from a network no matter how far it extends. (1998: 171). Traducción Libre.
25
Específicamente en Hermès III La Traduction.
26
Una de las escuelas que pensó las propuestas de la TAR y que es resultado de lo que ellos mismos llaman la
diáspora de la TAR. Su consolidación, al menos formal, puede fecharse en un encuentro que tuvo lugar en
Barcelona el 18 de Junio del 2010 y que reveló la cantidad de investigadores TAR españoles (cf. Callén, 2011:
10).
27
Una distinción similar puede encontrarse en la maquina trivial y no trivial (cf. Von Foerster, 1991: 196-199)
28
Es por la misma razón por la cual para la TAR lo “social” es un movimiento (cf. Latour, 2005: 107), de ahí
que además su proyecto en el ámbito de la sociología tomara nombres alternos como el de “sociología de la
traducción”. En esta dirección se dice que “the notion of network points to a transformation in the way action is
located an allocated” (Latour, 2010: 3).
29
“ a mediator is not a sycophantic eunuch fanning its masters with oalm-leaves, but always does new work of
its own to shape the translation of forces from one point of reality to the next” (cf. Harman, 2009: 15).
Traducción Libre.
30
“(…) a concatenation of mediators does not trace the same connections and does not require the same type of
explanations as a retinue of intermediaries transporting a cause.” (Latour, 2005: 107) Traducción libre.
31
“A concept derived from the work of Michel Serres, who uses it to describe a kind of mediation that
simultaneously transfers and distorts a signal.” (Block, 2011: 173) Traducción libre.
32
“is much more interesting to trace betrayals” (Law, 1997: 4). Traducción Libre
33
“To designate (…) a connection that transports, so to speak, transformations, we use the word translation.”
(Latour, 2005: 108) Traducción libre.
34
“No layer of the world is a transparent intemediary since each is a mediator” (Harman, 2009: 15). Traducción
libre.
35
Con todo, el término no se agota en la ontología sino que atraviesa la sociología y la política. En ese sentido la
pregunta por la traducción lleva inevitablemente a la pregunta por el poder. El proceso de traducción era definido
por Callon como uno de representación; el Leviatán, por ejemplo, era el resultado de una negociación (cf. 1981).
Al menos en este trabajo conjunto de Callon y Latour la traducción está relacionada con esa negociación donde
los mediadores vendrían siendo algo así como spokemen de otros (cf. Callon, 1981: 279). Es la misma
preocupación acerca de cómo los actantes pueden llegar a ser macro-actores la que está iluminada por la noción
de traducción. Esta idea, que se descubre en muchos trabajos TAR y comentarios a los mismos; por ello la
reservaremos para la segunda parte. (cf. Callon, 1981; Harman, 2009 16-17; Latour, 1984; Block, 2011: 102-
129).
36
“This is the material from which she learns the meaning of the word "reality." Someone else might like to
manipulate sentences: mounting words, assembling them, holding them together, watching them acquire
meaning from their order or lose meaning because of a misplaced word. This is the material to which she
attaches herself, and she likes nothing more than when the words start to knit themselves together so that it is no
longer possible to add a word without resistance from all the others. Are words forces ? Are they capable of
45

fighting, revolting, betraying, playing, or killing? Yes indeed, like all materials, they may resist or give way.”
(Latour, 1998: 155). Tradución Libre.
37
“There is no difference between the "real" and the "unreal", the "real" and the "possible", the "real" and the
"imaginary." Rather, there are all the differences experienced between those that resist for long and those that do
not, those that resist courageously and those that do not, those that know how to ally or isolate themselves and
those that do not.” (Latour, 1998: 159). Traducción Libre.
38
“We can say anything we please, and yet we cannot. As soon as we have spoken and rallied words, other
alliances become easier or more difficult” (cf. Latour, 1998: 182-183).
39
lo que no hay que olvidar, empero, es que un entramado compuesto es ontológicamente igual que un simple
vector insolado (cf. Latour, 1998: 159).
40
“an actant is always completely deployed in the world, fully implicated in the sum of its dealings at any given
moment (…) an actant is fully deployed in the networks of the world, with nothing hidden beneath all the surfe-
plays of alliance” (Harman, 2009: 18 y 26).
41
Distingue posturas tecnológicas y sociológicas; las tecnológicas se refieren a redes de electricidad, de
cableado, de conectividad tecnológica (como internet), etc; las sociológica a redes de conexiones entre seres
humanos.
42
“(…) you can provide an actor-network account of topics which have in no way the shape of a network- a
symphony, a piece of legislation, a rock from the moon, an engraving. Conversely, you may well write about
technical networks- television, e-mails, satellites, salesforce- without at any point providing an actor-network
account.”(Latour, 2005: 131). Traducción libre.
43
Hay que decir, de nuevo, que cuándo se pensó la network en la TAR (hace alrededor 30 años) todavía no
estaba presente el “boom” de la información y la conectividad que hoy por hoy distinguimos a nivel global.
44
Las representaciones visuales sirven para el caso. Pero, como anota el autor francés, pueden al mismo tiempo,
desdibujar el término. La razón es que las representaciones visuales fallan al momento de capturar una de las
características principales de una Network: su movimiento; su verbo (Latour, 2005:132; Law, 1992: 2). Pero la
herramienta vale para comenzar, porque proyecta unas formas complejas de lo que una Network puede llegar a
ser. El recurso a sistemas digitales que dibujan las conexiones de un grupo de puntos resulta interesante cuando
da como resultado final formas tales como una esfera. Recuerdo del laborioso trabajo artístico de Tomas
Sarraceno, quien a partir de tensores elásticos enseña toda una geometría de esferas (cf. Latour, 2010). La
Network es un resultado singular de un modo de conexión.
45
Una aproximación que busca, además, tratar el problema de la tecnología desde una perspectiva no pesimista o
nostálgica donde lo humano se ha perdido (cf. Coyne, 199919-26; Levy, 2001: 3-12)
46
Un ejemplo de este cambio tecnológico lo podemos encontrar en el caso del proceso de transferencia de una
tecnología para compactar el desperdicio forestal entre Suiza y Nicaragua, una historia contada por Madeline
Akrich y retomada por Law. Donde se muestra cómo la tecnología se transforma y se muta para poder ser
transferida efectivamente. (cf. Law, 1997: 2-4).
47
“A technical network in the engineer`s sense is one of the possible final and stabilized state of an actor-
network” (Latour, 1996:370). Traducción libre.
48
Quizás por esta razón Latour niegue que el trabajo de Albert-Lászlo Barabási en LINKED (2002) tenga
afinidad con lo que la TAR entiende por Network. (cf. Latour2010: 5).
49
Para encontrar un repaso apropósito del problema de lo micro y de lo macro dentro de la disciplina sociológica
(cf. Ritzer, 1996: 562-564; Rocher, 1973: 11-12, 25-27,181,236)
50
En términos más históricos hay que decir que la preocupación de la TAR es una en la que otras perspectivas
sociológicas también se ocupan; y Latour lo sabe (cf. Latour, 2012:1-3 cf. Ritzer, 1996: 458).
51
El ejercicio de seguimiento de dicho proceso es harto arduo y llevará a la escritura y teorización de toda la
segunda parte de Reensamblar lo social (2005/2008) los tres movimientos denominados: localizar lo global,
redistribuir lo local, conectar sitios).
52
Nominación propia de este artículo por la que se entiende todas las sociologías que pensaron la sociedad en
dos escalas o niveles, en contraposición a las posturas de la TAR (1.LS-1.5LS). (cf. Latour 2012: 2).
53
hay un tono menos despectivo y burlón al que usualmente Latour maneja en sus anteriores obras al referirse a
otras sociologías, quizá esto se deba a que es una artículo en conjunto.
54
Ver la introducción, el proyecto general de la TAR desde el punto de vista de Latour.
55
“what takes any substance that had seemed at first self contained and transforms it into what it needs to subsist
through a complex ecology of tributaries, allies, accomplices, and helpers ” (Latour, 2010: 5). Traducción Libre.
56
“Go tell google engineers that their vast arrays of servers are just virtual” (Latour, 2010c: 8).
57
Esta fórmula (has to be made) es una constante en el trabajo de Latour y es muy probable que sea la extensión
de la sentencia de Deleuze y Guattari: “the multiple must be made” (Deleuze y Guattari, 1987: 6)
46

58
“this work however is not captured by the topological notion of network no matter how sophisticated we wish
to make it. This is why AT (TAR) adds to the mathematical notion of network a completely foreign notion of
actor” (1996:74). Traducción Libre.
59
En estricto rigor esta tesis es la consecuencia de las bases filosóficas de Latour expuestas en Irreductions
especialmente desde un principio de simetría (cf. Law, 2007:8) y una ontología relacional (cf. Harman; 2009).
60
El concepto de web lo usa Law creemos nosotros para darle un respiro al de Network, pero en general debe
entenderse como un sinónimo.
61
Su mayor representante fue Bloor en 1976.
62
“Neutrons are actors and black holes are actors, but so buildings, cities, humans, dogs, rocks, fictional
characters, secret potions, and voodoo dolls.” (Harman, 2009: 102) Traducción libre.
63
Respecto a una metodología es valioso rescatar que la apertura a una acción no determinada permite que la
recolección de información empírica no esté en principio a travesada por categorías del investigador sino que
“cada entrevista, narración y comentario, por trivial que parezca, proveerá al analista un conjunto desconcertante
de entidades para dar cuenta de los cómo y de los por qué de cualquier curso de acción “ (Latour, 2008: 75).
64
Recomendamos fuertemente la lectura de The Whole is Always Smaller Than its Parts para comprender este
punto (cf. Latour, 2012).
65
Tarde es el filósofo-sociólogo que permitió considerar a la TAR que una pregunta por el bienestar es una que
abarca otros tipos de sociedades, como las naturales, al mismo nivel de importancia que la nuestra; ¡sociedad es
cualquier cosa! Afirmaba Tarde (cf. Latour, 2002b: 122-123). El Leviatán nunca ha sido un dios mortal, ha
estado totalmente aplanado en una red robusta e imbricada de asociaciones: “creo que sería mucho más seguro
sostener que la acción es posible sólo en un territorio que ha sido abierto, aplanado, reducido a un lugar en el
que los formatos, las estructuras, la globalización y las totalidades circulan por conductos diminutos y donde
para cada una de sus aplicaciones tienen que depender de multitud de potencialidades ocultas” (Latour, 2008:
352). El giro extraño de la política consiste en que una vez que se pasa de lo social como material a lo social
como una asociación se llega a una sentencia inexcusable (cf. 2005: 156): no podemos permanecer en la
heterogeneidad desorganizada. La modernidad, según Latour, cerró su círculo político prematuramente al
intentar recolectar ensamblajes en un mundo común; ahora que la apertura vuelve a plantearse siempre queda la
pregunta de si hay que volver a cerrarla ¿hasta qué punto? ¿Qué se debe incluir y excluir? (cf. Latour, 2008:360-
61).La investigación de la TAR cosiste entonces en, primero, pensar cuántos somos (apertura de agencias) y
luego cómo nos conectamos (composición). Por otra parte, la pretensión de Latour es dar a entender que por más
que la unidad sea necesaria (una unidad ensamblada para el bienestar) nunca se debe, ni se puede, evadir la
fuerza de agencia y multiplicidad propia de la realidad. El concepto de inmanencia está íntimamente relacionado
con esto. Latour sigue a Deleuze al considerar que la sociedad siempre está en fuite y “se la puede comprender
por la manera que maneja esas fuites (escapes, líneas de fuga). Sostiene que no hay determinación de nosotros
mismos que no cree al propio tiempo zonas de indeterminación (…) (Rajchman, 2004: 17). Los procesos
arborescentes, decía Deleuze, son los límites provisionales que detienen por un momento el rizoma y su
transformación, sin embargo, la multiplicidades que pueblan el plano de inmanencia ejecutan una actividad
indispensable y perpetua sobre el mundo (cf. Deleuze, 1972-1990: 22). En términos de Tarde, la mónada nunca
puede ser totalmente dominada: “Puedes enlistar algunos lados de las mónadas, pero nunca puedes dominarlas.
Revuelta, resistencia, crisis, conspiración, la alternativa está en todas partes” (Latour, 2002b: 82)65El giro
extraño que se da de la sociología a la política es precisamente ese donde se acaba con aparente paradoja de
cómo mantener la heterogeneidad al mismo tiempo que se concibe un mundo común, donde la vida, recordando
a Latour, sea mejor (cf. 1998: 191). Pareciera, es nuestra apuesta, que Latour observa una luz en el túnel al
considerar que debe darse un ejercicio constante de abrir y cerrar nuestro mundo: de la multiplicidad a la Unidad
y de la unidad a la multiplicidad. Él lo dice mejor: “debe practicarse la sociología de tal modo que los
ingredientes que componen lo colectivo sean renovados regularmente. Será necesario allanar el camino para que
la composición pueda recorre la vuelta completa y luego retomarla, asegurándose de que la cantidad, los modos
de existencia y la terquedad de quienes son así ensamblados no se vean coartados demasiado pronto” (Latour,
2008: 363).¿De quién es la tarea?, ¿de la sociología? ¿De la filosofía? Nuestro autor considera que es un
ejercicio que depende de todas las disciplinas, pues son ellas mismas las que en sus campos permiten volver a
revisar qué entidades quedan excluidas; así, la religión, la ciencia, la política, el derecho, la economía, entre otras
son colaboradoras de la construcción. La cuestión no se reduce a las disciplinas institucionalizadas sino que más
bien ellas se encargan, de una vez apropiada esta perspectiva, observar lo que se hace patente en los campos de
lo real: desde los problemas ambientales hasta los movimientos sociales (cf. Latour, 2008: 347).

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