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DEFENSA
XXI

"Soy puesto para la defensa del Evange-


lio". Filipenses 1:17.

CRISTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO


Por
L. O. ENGELMANN.

INSTITUTO BÍBLICO DE GuAYAMEO,

San Jeronimito, Guerrero, México.

EDITORIAL JOSE M. CAJICA JR., S. A.


19 Sur 2501
Puebla, Pue., Méx.
1973

___ J
INTRODUCCION

El centro del Cristianismo es Cristo. Y, como el Cris--


tianismo se basa en la Biblia, la Palabra de Dios, se sigue
como consecuencia que el centro de la Biblia es también
Cristo.

Para el Cristiano, parece superfluo decir esto, pues el


Cristiano fue salvo por Cristo, tiene fe en Cristo, y vive
bajo el mando de Cristo, quien es nuestro Rey y Señor, a
la vez que nuestro Salvador y Redentor. Pero, los Moder-
nistas y demás ateos, bajo cualquier nombre que se presen-
ten, olvidan a Cristo, y ven en el cristianismo una mera fi-
losofía humana. Por ello, nos es necesario presentar a Cristo
como el Alfa y la Omega de los siglos, tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamentos.

En los últimos cincuenta años, los Modernistas han tra,


tado de fortificar su posición sacando una serie de libros y

--- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
artículos en que presentan al cristianismo como un mero
desarrollo de ideas humanas. De una manera filosófica, tra,
tan de Ía ..evolución de la religión", procurando poner al
Cristianismo como un detalle de la infame teoría de la evO'
lución. Ha;sta en nuestras imprentas Cristianas han logrado
colar sus idea:s paganas, de modo que han sacado libros de
..El Desarrollo de la Doctrina", en que comienzan con pre'
sentar la edad del hombre hace millones de años, como afir,
man los Evolucionistas, y presentan al Cristianismo como el
desarrollo de la idea de un dios tribal de unos nómados orien,
tales.

· A -la mi'Silla vez,, será para el verdadero Cristiano un


gozo considerar la. eternidad del Cristianismo, y la. Figura
central de Cristo en el Antiguo Testamento.

El que estos renglones escribe, no se considera original


en este estudio. Saqué mucho material de otros autores, ta,
les como el Sr. J. Lynn Pace, el Dr. Juan R. Rice, y otros
que han escrito obras sencillas, pero valiosas sobre este asunto.

Al ponerle como título .. Cristo en el Antiguo Testa,


mento", queremOs decir que trataremos de la;s doctrinas re'
laciona.das con Cri'Sto. Cristo está en el corazón del Anti,
guo Testamento; el Nuevo Testamento no se entenderá sin
el Antiguo.

Una cosa que pasa casi desapercibida es que el Antiguo


Testamento no relata todas las cosas que en esos tiempos OCU'
rrieron. Desde la creación de Adán hasta el diluvio trans'
currieron más de dieciséis siglos. Pero todo el relato acerca
de ese período se da en ocho capítulos. Lo que se escribió
tuvo un propósito especial, el cual hallamos declarado en 1
Corintios 10:11 y otros pasajes del Nuevo Testamento. ..Es'

_.,.. -·-·----- --- --·-- --- --- -


tas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para nues--
tra admonición; en quienes los fines de los siglos han para-
do". Dios escogió, y mandó escribir, no todo lo que pasó,
sino sólo las cosas que noo setvirían de admonición, de en-
señanza. Y nos toca buscar estas enseñanzas en cada pasaje
del Antiguo Testamento..
Naturalmente, en una obra tan breve como ésta, no se
podrán dar todos los detalles, ni comentar todos los pasajes.
Pero con un estudio de los principales pa:sajes, podremos
orientar nuestra mente y nuestro co~ón para ver las en•
señanzas de otros pasajes, y en cada lectura de la Biblia nos
goz;.aremos en la inmensa sabiduría de Dios.

Los Modernistas afirman que el Cristianismo es un de-


sarrollo de pensamientos e ideas humanas, que han evolu•
cionado desde lo primitivo hasta lo moderno. La Biblia nos
presenta la Verdad Cristiana como eterna, planeada por
Dios antes de la formación del mundo. Y, si en alguna épo-
ca los hombres no comprendieron la Verdad, fue por la falta
mental y espiritual de los· hombres, pues la Verdad es eterna,
y sólo el entendimiento de ella falta.

La Biblia es una unidad, completa desde el primer ver-


sículo del Génesis hasta el último del Apocalipsis. Pues Dios
nunca cambia. Era y es y será siempre el mismo. El pecado
y la justicia nunca cambian. No ha habido un pecado nue-
vo en cinco mil años, sólo la repetición de los pecados vie•
jos en distintas circunstancias. La Ley de Dios nunca cam•
bia, pues es eterna. (Mateo 5:17•18; Lucas 16:17). Lo
que era pecado en el tiempo de Caín es todavía· pecado, y
lo será hasta el fin del mundo. Lo que era bueno al princi•
pio es bueno ahora y para siempre. ,

El hombre, en su naturaleza básica, nunca cambia. To- ·


9
,.'

davía su corazón tiende a pecar, a rebelarse contra Dios y


contra toda autoridad.

Y el Plan de la Salvación nunca ha cambiado. Antes de


la primera venida de Cristo, los hombres veían los tipos, y
ponían su fe en el Cristo que había de venir; ahora pone-
mos nuestra fe en el Cristo que ya vino. Nunca se ha sal-
vado un hombre por la Ley, ni por sus buenas obms. Lo
que ha cambiado ele época en época es la manera de presen-
tar este Plan divino. En el Antiguo Testamento era por
profecía y por tipos, lecciones objetivas; en el Nuevo Tes-
tamento las mismas verdades se presentan· en forma más di-
recta, explicadas.

Hasta las doctrinas que más parecen ser novotestamen-


tarias, tales como la segunda venida de Cristo, la venganza
de Dios en los postreros día:s, y el juicio final, se· predicaron
antes del diluvio. (Judas 14-15).

No hay doctrina del Nuevo Testamento, excepto las ce-


remonias, que no aparezcan conocidas y predicadas en el
Antiguo Testamento. Y en germen se enseñan en el libro
del Génesis. Muchas veces nos equivocamos, diciendo que
el Antiguo Testamento da la historia ele Israel. Pero el An-
tiguo Testamento no trata de dar una historia, sino de dar
ciertos relatos históricos que nos presenten lecciones espi-
rituales.

A veces se dice que el Antiguo Testamento tiene la


"sombra" del Nuevo Testamento. En un sentido esto es
cierto. Pues las doctrinas que son claras en el Nuevo Tes-
tamento, se hallan también en el Antiguo, pero no con la
misma claridad que en aquél, aunque sean las mismas.

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Para preparar nuestras mentes y cora~ones para el es--
tudio que sigue, sugiero que se lean con cuidado los siguien-
tes pasajes: Hebreos 10:11; Juan 5:39, 46; Hechos 10:43;
1 Corintios 1O: 1, 5, 7.

11
CAPITULO I.

CRISTO NUESTRA PASCUA.

Es difícil decidir dónde comet14ar en un estudio como


éste. Quizás se pensase comenzar con Génesis 1, e ir allá
paso a paso por todo ef Antiguo Testamento. Pues hay
abundancia de materiales. Pero este camino sería largo e
innecesario, pues el que una vez ve parte de los tipos pron-
to tendrá abiertos los ojos para ver lo demás.

De modo que comenzaremos con un pasaje algo sencillo


y fácil de entender y de interpretar, pero que a la vez es
rico en enseñanza. Abramos la Santa Biblia en Exodo 12.

••y habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de


Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses;
será éste para vosotros el primero de los meses del año.
.Hablad a toda la Congregación de Israel, diciendo: En el
diez de aqueste mes tómese cada uno un cordero por las
familias de los padres, un cordero por familia: Mas si la
familia fuere pequeña que no baste a comer el cordero, en-
tonces tomará a su vecino inmediato a su casa, y según el
número de las personas, cada uno conforme a su comer,
echaréis la cuenta sobre el cordero. El cordero será sin de-
fecto, macho de un año; tomaréislo de las ovejas o de las
cab!Cl.\S. Y habéis de guardarlo hasta el día catorce de este
mes; y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Is-
rael entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y pon-
drán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo
han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al
fuego, y panes sin levadura: con hierbas amargas lo come-
rán. Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua,
sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus intestinos.
Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que ha-
brá quedado hasta la mañana, habéis de quemarlo en el fue-
go. Y así habéis de comerlo: ceñidos vuestros lomos, vues-
tros .z.apatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra
mano; y lo comeréis apresuradamente: es la Pascua de Je-
hová". (Ex. 12:1-11).

Comien.z.a el mandato de Dios con un cambio de calen-


dario. Ese día habían de comenzar a contar nuevo año.
Hasta entonces los Judíos habían contado el primer día del
año (que ellos llaman, "Rosh Hashonah", que comienza,
dependiendo de la luna) a fines de septiembre o principios
de octubre, según nuestro calendario. Es de notarse que los
Judíos todavía festejan este día, y no hacen caso del mandato •
de Dios de cambiarlo hasta fines de marzo. Aunque he pre-
guntado a los rabinos, no me han podido dar la: ra.z.ón de
por qué no cumplen con el mandato de Dios.

Pero el mandato es claro, y la enseiían.z.a sencilla: NuC'


vo año nos figura una nueva vida, el comienzo de una vida
de libertad en lugar de la esclavitud de Egipto. EgiptO es.

13
·\ -· ', .. ,_'~;,·

"'.
,.-

tipo de este mundo en que vivimos, de una ~ón c<Y


numpida y llena de pecado. Nuevo año nos presenta el
comienm de una vida libre del pecado, en 1a cual caminamos
rumbo a la "tierra prometida". He aquí una figura de la
salvación. Y casi a fuerza pensamos en Nicodemo, a quien
Cristo dijo que tendría que nacer de nuevo, desde arriba,
para entrar en el Reino de Dios.

Pero el nuevo año, la nueva vida, comiell.4a con un sa-


crificio de sangre. No hay salvación seca, Bino por la san~
gre divina. Cuando Juan el Sumergidor dijo de Cristo, "He
aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo",
hacía referencia a este Cordero Pascual (Juan 1:29.) cu~
ya sangre había sido puesta en las entradas de las casas
para evitar la muerte del primogénito. (Exodo 12) . Con
razón Cristo se sorprendió de que Nicodemo, maestro de
Israel, no supiera que en el Antiguo Testamento se enseña
el nuevo nacimiento, el comien.~o de una vida nueva basada
en la salvación por acto divino.
También se presenta aquí el castigo divino sobre el pe~
cado. Como hemos dicho, Egipto representa, típicamente,
el mundo malo, la civilización corrompida, en que vivimos.
El Faraón, rey de Egipto aborrecía a los Israelitas, como
siempre lo han hecho sus seguidores. Por las edades los han
perseguido, y sólo la mano de Dios ha guardado de la com~
pleta destrucción a la raza escogida. Faraón quería haber
destruido, no sólo los primogénitos, sino toda la raza, como
se ve en que mandó echar a los niños al Río Nilo. Y Dios
mostró su wa sob!'e él y sobre 1su gente en las plagas y en
la muerte de los primogénitos. Hay gente, como los Mo~
dernistas, que manifiestan horror en que Dios sea, como
ellos dicen, tan cruel que mandó matar a esa gente.

Sería bueno preguntar quiénes son ellOs para criticar al

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Soberano Rey y Juez. del universo. Siempre los criminales
han tildado de brutos y malos a los jueces y a l:a policía.
Pero hay aquí una enseñanza del Nuevo Testamento que les
gustaría a los enemigos de Dios olvidar y es que Dios os
justo, y que abomina el pecado. Que es el único y sufi-
ciente Juez. del mundo, y que un día hará juicio y justicia,
cuando Cristo venga al mundo otra vez. para reinar. Esta
verdad ya se predicaba antes del diluvio, y todavía se ne-
cesita predicar porque es la verdad. (Judas 14-15). Tam-
bién deben leerse 2 Tim. 3:5; 2 Tes. 1:7-9; 2 Pedro 3:10-
12.

Acerca del cordero, varias cosas se mandaron y todas


ellas ilustran la verdad del 'sacrificio de Cristo, como se en-
cuentra en el Nuevo Testamento:

Deberían tomar un cordero. (Ex. 12:3). Que el corde-


ro representa a Cristo sacrificado por nosotros es casi la
verdad típica más conocida de toda la Biblia. Sin el derra-
mamiento de sangre no hay remisión de pecado. (Heb. 9:
22).

Probando el cordero. (v. 5). Había de ser sin defecto.


No podría usar un animal cojo, manco, ciego, enfermo.
Tenía que ser sin defecto alguno. Pues Cristo es sin peca-
do. No tuvo padre humano, del cual heredar la naturaleza
pecaminosa de Adán. Y vivió una vida perfecta, sin peca-
do. Pilatos dijo, ••No hallo mal en El". Cristo retó a los
fariseos diciéndoles: "¿Quién de vosotros me redarguye de
pecado?" De modo que, en los sacrificios que tipifican a
Cristo, se requiere que sea "un Cordero sin mancha".

"Un cordero sin mancha, macho, de un año ... " Te-


nía que ser macho, porque Jesús sería hombre y no mujer.

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Nada· hay en la Bibli~ para defender la ••igualdad de los
sexos··. En la Biblia el hombre tipifica lo celestial, y la mu-
jer tipifica lo terrenal, (No, como afirman los curas, que
la mujer es por naturaleza más mala que el hombre. y debe
evitarse. No representa pecado, maldad, sino el lado hu-
mano. El hogar y la nación necesitan ambas cosa.s. La rim-
jer sumisa, obediente, suave, es tan necesaria al buen hogar
y la buena nación como el hombre protector y proveedor) .
Pero Jesús nació hombre porque tenía que mostrar el lado
divino, ser más que humano.

··ne un año ... " Se tenía que escoger un cordero tier-


no, suculento, no viejo, duro de carne, acabado. Cristo se
dio en toda su magnífica juventud, muriendo ,a los treinta
y tres años, joven.

Por toda la Biblia, desde el principio, Cristo se represenr


tó como un cordero para el sacrificio. Cuando el primer
hombre y su mujer habían pecado y fueron expulsados del
Huerto del Edén, Dios les enseñó a sacrificar un cordero
por sus pecados. Abel así trajo de su rebaño, y Caín fue
rechazado porque trajo sólo fruta, sin sangre. Creo firme-
mente que Dios les había explicado a Adán y a Eva el sig-
nificado de esto, y que Abel entendía lo que su sacrificio re-
presentaba. Y fue Jehová quien les dio a nuestros primeros
padres ropa de pieles, para eubrir su desnudez. Estos vesti-
dos fueron hechos de' pieles, sin duda alguna de los sacrifi-
cios. Y el piadoso Abel habrá meditado mucho en aquel
Salvador a Quien, en tipo, sacrificaba por el pecado. Fue
por esta fe en ·el Salvador, que había de venir, por la que
se salvó Abel. (Heb. 11:4}.

Por la misma fe, Abraham vio el .. día de Cristo y se


regocijó" (Juan 8: 56). Fue esa fe en el prometido Salva-

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dor lo que lo llevó a ir con su hijo Isaac al sacrificio de éste.
Pues tenía la certeza de que "Dios se proveerá de cordero
para. el holocausto". (Gén. 22:8). Pensaba que aun de los
muertos podría Dios resucitar a Isaac, como levantó a Je-
sucristo más tarde.

"Y habréis de guardarlo hasta el día catorce de este


mes ... " (Ex. 12:6). Este era un período de espera que
nos hace perusa.r en los largos años que Jesús pasó en este
mundo como hombre. No vino a hacer en un día su Obra
de Rescate, sino que consideró necesario pasar años como
hombre, años de espera. Así el cordero tenía que esperar
cuatro días para poder servir de sacrificio para el pueblo.

Y ahora venimos al sa.crificio mismo. "Y lo inmolará ...


y tomarán la sangre y poodrán: en los dkJs postes y en el
dintel de las casas en que lo han de comer". (Ex. 16:6•7).

Se degolla el cordero, y se va recogiendo la sangre. La


vida de un animal está en la sangre. (Lev. 17: 11) . Y poc
ello Dios nos la dio en el altar para hacer redención de nue&
tld\S almas.

Actualmente se util~a la sangre de una per:sona sana


mediante transfusión a las venas de un enfermo. Y sabe-
mos que la sangre tiene poder de dar vida. Pero aquí entra
otra vez el decreto divino que debería ser un cordero per-
fecto. Pues la sangre enferma no da vida sino enfermedad.
En 1962, estando yo enfermo, el doctor mandó que se me
diera una transfusión de sangre. No me dijeron -de quién
era la sangre. Pero, poco después de recibir la sangre, hallé
que con esa transfusión me habían contagiado una enferme-
dad. Y me costó bastante tiempo y medicamento librarme
1
de esa enfermedad. La sangre de nuestra salvación necesita

17
1

ser de rm Cordero perfecto. Pues si Cristo hubirse sido pe-


cador, en lugar de sanar nuestras almas. DO& habría pasado
más pecado.

La S3Jl1gre se recoge, y se aplica a la puerta de la casa.


Y el ángel de la muerte, pasando a media noche, vio la san•
gre y pasó por alto la casa, perdonando a los que estaban
dentro. De igual manera Dios pasa por alto nuestro castigo
merecido cuando estamos bajo la sangre de Cristo.

Fue en Egipto, que Dios mandó


En cada puerta sangre poner;
Y esa noche, el ángel pasó,
Y al Egipcio destruyó.

CORO:

Cuando la sangre vea yo, cuando la sangre vea yo,


Cuando la sangre vea yo, pasaré, pasaré sobre ti.

2, Mas, en las casas del pueblo fiel


Salvo estaba el pueblo de Israel;
Pues que el ángel la sangre vio,
Y sobre ellos El pasó.

3, Un día Cristo, Su vida dio;


En el Calvario sangre virtió;
Bajo Su sangre yo ya estoy;
La muerte ya de mí pasó. ( *)

(*) NOTA: La música de este himno podrá hallarse en TA-


BERNACLE HYMNS, Núm. 4, página 26, publicado por Taberna·
ele Publishing Co., Chicago, lllinois, Estados Unidos.

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~----------"------~--- ~--------------------------~---~-~- --
La. carne del cordero debería. oomerse asada al fuego.
Nada. de caldo, ni de carne frita. para. dar gusto. Pues el
asar la. carne nos presenta los sufrimientos del Infierno que
Le vinieron en Su muerte. A veces nos engañamos al ha-
blar de la muerte de Cristo. Nos da horror pensar en los
dolores de un hombre crucificado. Y nos olvidamos de que
en las tres horas de tinieblas que Cristo pasó en la cruz,
sufrió mucho más que: la muerte física. Dios le volvió la
espalda, desamparándolo, porque llevaba sobre sí el pecado
del mundo. Todo el odio divino hacia el pecado fue ver-
tido en Cristo. Sufrió los tormentos que había de sufrir la
humanidad en el Lago del Fuego por toda la eternidad. Sí,
la carne del cordero debería ser asada al fuego.

Nada se debería quedar para la mañana. La salvación


del pecador es hecha una vez por todos, y no se repite ma-
ñana. ni pasado mañana.

Con hierbas amargas la comerán. Al participar de la


salvación por la sangre de Cristo, debemos recordar la amar-
gura de Cristo al morir por nosotros..

Ni quebraréis hueso suyo. Dios estaba mirando hacia el


futuro. Allá, después de mil quinientos años., en el peque-
ño montecillo de la. calavera, Cristo sería crucificado. Los
enemigos le rodeaban, gozándose en Su muerte. Pero, como
el día siguiente sería fiesta de la Pascua, pidieron a Pilatos
quebrara los huesos de los tres crucificados para no dejar
muerto sin entierro en la fiesta. Los soldados quebraron los
huesos de los dos ladrones, pero a Cristo lo hallaron ya
muerto, y no Le rompieron los huesos, sino que Le clavaron-
una. lanza en el corazón. Y Dios, para hacer perfecta la pro-
fecía, mandó a los Israelitas que no quebrasen un hueso del
cordero pascual. Dios se fija en detalles.

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Y más adelante, en Zacarías 12:10, se prioldiu que
..mirarán a mí, a quien traSpasaron". Aquel soldado mma,
no seguramente nada sabía del idioma hebreo,. y mmos de
las profecías. Pero las cumplió cuando traspasó el costado
de Jesucristo con su 1~.

Maravillosa es la sabiduría y presencia de Dios. Puso


mil indicaciones en las profecías del Antiguo Testamento
para que nos sea posible saber de cierto que la Biblia es Su
Palabra. Con razón dice en 1 Corintios 15:3-4, que ··cri&-
to fue muerto por nuestros pecados conforme a las Escritu-
ras. Y que fue repultado, y que resucitó conforme a las
Escrituras".

Satanás conocía las profecías. Cuando Cristo murió, el


Diablo ya tenía cuatro mil años de luchar contra Dios. Y
quiso evitar que Jesús muriera en la cru~ como estaba pre-
dicho. Trató de matarlo rompiendo su coraz,ón en el Huer-
to de Getsemaní. Hubiera logrado esto de no haber sido
por la oración de Cristo, pidiendo que pasara la copa. Dios
mandó un ángel que Le fortaleció, dándole fuerza para
aguantar hasta la hora profeti~ada en la cruz. En Hebreos
5:7 se nos dice que ··en Ios días de Su carne, ofreciendo
,ruegos y ,súplicas con gran clamor y lágrimas al que Le po-
día librar de la muerte, fue oído por Su reverencial miedo".
Cristo oró, y Dios Lo libró de la muerte.

Debemos recordar siempre el alto precio que pagó Jesús


por nuestra redención.- Cuando nos reunimos para tomar la
Santa Cena, debemos tener mucho cuidado de no hacerlo
como una mera comunión entre Creyentes. Eso sería co-
mer y beber juicio para nosotros. (1 Cor. 11:29). Debe-
mos siempre hacerlo recordando la sangre de Cristo y Su
cuerpo martirizado por nosotros.

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~
Nada del cordero debería quedarse para la mañana. La
salvación del pecador no es cosa de abonos fáciles, ni difí-
ciles. Se come del Cordero una sola ve4, y nunca se repite.

Cuando andaban los Israelitas en el desierto, clamaron


a Dios pidiendo agua. Dios mandó a Moisés herir la roca
con su vara; y salió un río de agua, bastante para más de
tres millones de gente y su ganado. Más tarde, cuando otra
vez clamaron pidiendo agua, Dios mandó a Moisés hablar a
la roca. Pero Moisés, enojado, hirió otra vez la roca, y Dios
le prohibió la entrada a la Tierra Prometida. Porque esa
roca representaba a Cristo ( 1 Cor. 1O;4) . Y Cristo fue heri-
do una sola vez para nuestra salvación. La segunda vez Moi-
sés debería haber sólo hablado a la roca, pues, habiendo
muerto Cristo una vez por el pecado, bastá ahora que Le
hablemos para recibir el agua de la vida.

Juntamente con el Cordero, se había: de comer el pan


sin levadura. Este pan también representaba a Cristo, Quien
es nuestro pan de vida, como se nos explica en Juan 6:31-
68, y otros pasajes. Y en la Santa Cena, Cri.sto pone el
pan para representar Su cuerpo.

Pero levadura en la Biblia es emblema de pecado. Y


Cristo es sin pecado. De modo que en la Pascua tenían
que comer pan sin levadura, y beber vino sin fermentar. Por
eso, como en ·la Santa Cena se usó el pan y vino de 'laPas-
cua que acababan de tomar, nosotros usamos pan sin levadu~
ra y vino sin fermentar, o sea, jugo de uvas.

En conexión con la Pascua, les fue ordenado a los Israe~


litas guardar una semana sin comer cosa alguna leuda, ni
siquiera permitir levadura en sus casas. Cuando uno viene
bajo laJ sangre de Cristo y se salva, debe dejar el pecado. No

21
porque nos salvó su justicia, sino porque el . . . dt puar se
va, a causa del nuevo nacimiento. Se OOIIIÍa el pa sin le,
vadura como señal del propósito de seguir a Dios. Nosotros
comemos la Santa CenaJ en señal de nuestro ..OiJÓsilo de
seguir al Salvador.

Resta que consideremos una cosa más en relación con


la Cena de la Pascua. En el versículo 11 de Ex<Xb 12, se
mandó que:

••y así habéis de aomedo: ceñidos vuestros lomos, vues-


tros zapatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra
mano;
,, y lo comeréis apresuradamente: es la pascua de Jeho-
va

Prisa. Porque su salida de la esclavitud de Egipto esta,


ba cerca. La salvación estaba a la mano. Y deberían estar
listos. Así nosotros debemos estar listos para recibir la opor-
tuna sa1vación, sabiendo que la oportunidad de salvarse
pasará. Esa noche el pueblo de Israel había de salir de Egip--
to, emblema de la mundanidad, y el que no estuviese listo
se quedaría en la esc!lavitud de Egipto. Y un día Cristo
sacará a Su pueblo de este mundo malo, UevándoJo a la nu,
be santa, y el que no esté listo se quedará atrás.

Recordemos que se nos dice en 1 Corintios 5 :7 que


··nuestra Pascua que es Cristo, fue sacrificada por nosotros".
Y que en 1 Corintios 10: 11 se nos dice que ··estas cosas les
acontecieron en figura; y son escritas para nuestra admoni-
ción, en quienes los fines de los siglos han parado".

Y aquí es necesario hacer una aclaración. Dios no mató


gente inocente. Los Egipcios eran culpables. Por siglos ha,
bían oprimido a los: esclavos judíos, matando y ultrajando

22

.'f'c;)'
de pecar se a su placer. Merecían la muerte. La bondad de Dios se
pan sin le- manifestó en que no los mató a todos, sino !SÓlo al primo-
Nosotros génito de cada familia.
[IIUIJÓSilto de
Pero es necesario decir que los Judíos también eran pe•
cadores; ellos también habían vivido en la civilización co-
rrompida y pecadora de Egipto, tomando parte en su ido~a­
tría y maldad. No escaparon de la muerte por ser buenos,
sino porque estaban bajo la sangre. Cuando el Angd de la
Muerte veía la sangre en las puertas, pasaba y no mataba
a. nadie. De igual manera, nosotros los Cristianos, no somos
mejores que los dd mundo. Somos iSalvos únicamente por•
que estamos refugiados debajo de la sangre de Cristo, nues-
tro Cordero PascuaJl.

Hay gente malvada y mundana, a quienes les repugna


hablar del castigo divino. En mi primer pastorado se me
acercó una mujer para decirme que ya no hablara del In•
fiemo, 1sino sólo del amor. Y poco después abandonó a su
esposo y a su hijita, para irse con otro hombre.

Pero, si bien los pecadores no quieren que se les hable


del Infierno y de los castigos de Dios sobre 1los malos, la Bi-
blia sí habla de castigo y del Infierno, del Lago de Fuego.
A los malos no les gusta que se prediquen 'los mandamien•
tos de la Biblia. Pero Dios, sí, los dio. Y no los ha quitado.
Los textos de la Biblia que hablan del castigo son el doble
en número, de los que hablan del amor.

La verdad es que ,Jos hombres pecan porque quieren pe•


car. Tienen el corazón malo. Y no les gusta que se les hable
de la Ley ni de Juicio porque no quieren que se les quite su
poder de pecar. Y no hay uno de nosotros que no haya
pecado. Merecemos la muerte como lo merecieron los anti•

23
guos Egipcios. Sólo la sangre nos librará del- Joiáo y su
castigo.
Queda otra lección en este pasaje. Con la Pascua co-
menzaba b fiesta de los ázimos, o sea, la fiesta del pan sin
levadura. Por siete días no comían cosa leuda, ni podían
tener levadura en sus casas. La fiesta comer14aba con un
día Sábado, 'la Pascua. Y terminaba con otro Sábado. La
palabra Hebrea, "shabbaton", significa "cesar de trabajar...
Cuando Dios hizo el mundo, lo hizo en seis días, y ''desean,
só", cesó de Sus labores, el clia séptimo. Y el número siete
se hizo un número típico, que significa ''completo" o "ca,
bal". Y Dios estableció que los hombres trabajaran seis días
para después cesar de trabajar un día. Ahora, en la fiesta
de los ázimos, había dos sábados extra, uno el primer día, y
el otro el séptimo día. Cuando Cristo fue crucificado, fue el
día de preparación para el sábado "grande", la Pascua, y
por ello no quisieron dejar el cuerpo en b cru.z. Cristo no
fue enterrá.do el viernes, día antes del sábado semanario, sino
el miércoles, día antes del sábado de la Pascua. Y así, resu,
citando el sábado en la tarde a la puesta del rol, había eS'
tado tres días y tres noches en el sepulcro.
Los dos sábados de la Pascua tienen enseñanza típica pa,
r~ nO!'Otros: Se nos dice en Hebreos que nos queda un deS'
canso en el Cielo. Allá iremos a descansar un día. Pero
cuando aceptamos a Cristo y nos saJ.vamos, hemos entrado
en el primer sábado, y Jo que ahora vivimos es entre dos
sábados. Entre un sábado y el otro sábado venidero come,
mos pan sin levadura, debemos vivir sin pecado. No que
realmente no pequemos en absoluto; pero típicamente lo he,
mos prometido, y por la sangre de Cristo estamos limpios de
pecado, ,de la levadura del mal.
Toda la fiesta de la Pascua enseña a Cristo, y presenta
las enseñanzas del Nuevo Testamento.

24
Pascua ro-
del pan sin
ni podían

CAPITULO II.

AGUA DE LA PE:&A: CRISTO.

Recordemos siempre· que Cristo dijo: ••Abraham vio mi


día y se gozó", (Juan 8:56) y que en 1 Corintios 10:11
dice que lo que les aconteció a los Hijos de Israel en el de-
sierto [es acontecieron por ejemplos, y se escribieron para
nuestra admonición. Miremos ahora uno de esos aconteci-
mientos. Se nos cuenta. en Exodo 17:1-8. Los Hijos de Is-
rael murmuraron, acusando a Moisés y a Dios mismo de
mala fe al sacarlos de Egipto, porque no hallaron agua.
Entonces, ••Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo,
y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también
en tu mano tu vara, con que heriste el río, y ve: He aquí
que yo estoy delante de ti sobre la peña de Horeb, y herirás
la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moi-
sés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel". ( v.
S-6).

La explicación la haiamos én 1 Corintios. 10:1-4:

\
\
/ -.,
-/- ~
...... t

"Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros


padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron la
mar; Y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en
la mar; Y todos comieron la misma vianda espiritual; Y to-
dos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de
la piedra espiritual que los seguía; y la piedra era Cristo".

Claramente nos dice la Biblia que la roca que dio agua


representaba a Cristo. Dios miSIIllo nos da la interpretación.
Y la da para nuestro go.zo, edificación y enseñanza.

La roca aquí representa a Cristo. Cristo da el Espíritu


Santo a los Suyos, que tienen sed de El. El Espíritu entra
en nuestro cuerpo cuando nos salvamos. Nos regenera, y
vive en nuestros cuerpos para continuamente refrescar nues>'
tros espíritus y continuar nuestro crecimiento en Cristo.

En Juan capitulo 4, Jesús habló con la mujer samarita-


na, diciéndole que aunque bebiera del agua del pozo, vol-
vería a tener sed. Pero que el que bebiera deil agua que
Oristo da, tendrá dentro de su ser un manantial de agua
viva brotando para vida eterna. Cristo salva, y nos da un
manantial del agua de vida, el Espíritu Santo, que dentro
de nosotros brota para libramos para siempre de la sed del
alma. Esto se nos presenta también en Isaías 44: 3 :

"Porque yo derramaré aguas sobre el secadal, y ríos so-


bre la tierra árida: Mi Espíritu derramaré sobre tu· genera-
ción, y mi bendición sobre tus renuevos".

Cuando Cristo salva a un pecador, lo hace beber del


Espíritu Santo. El manantial tipifica al Espíritu que mora
en el pecador saJvo, y obra en él.

26
Y en Juan 7:37-39, dice: "Mas en el postrer día grande
de la fiesta, Jesús se ponía en pie y clamaba, diciendo, Si al-
guno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí,
como dice la. Escritura, ríos de agua viva correrán de su
vientre. (Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los
que creyesen en El: pues aún no había venido el Espíritu
Santo; porque Jesús no estaba aún glorificado)".

En lsaías 55:1, se nos invita: "A todos ;los sedientos:


Venid a las aguas ... "

En Apocalipsis 22:17, repite: "El Espíritu y la esposa


dicen, Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,
venga: y el que quiere, tome del agua de la vida de balde".

Y cuando murió Jesucristo en la cruz, el soldado roma-


no le clavó la lanza en el costado, y salió sangre y agua.
Predicamos la sangre vertida para nuestra salvación. Predi-
quemos también el agua para la obra continua del Espíritu
Santo en b vida de los redimidos.

Dios le había mandado a Moisés herir la roca la primera


vez., pero la segunda vez. que hablara a la roca. La roca .es
Cristo. Y Cristo había de ser heridO una sola vez, no re-
petidas veces. Después, cuando se necesitaba el agua de la
vida, no era necesario hacer más que hablarle. Cuando Moi-
sés, la segunda vez, hirió tla roca, rompió la enseñanza, reci-
biendo la reprensión divina por ello.

Sí, Cristo fue herido por nuestras rebeliones, pero una


sola vez.. Ya no se necesitan sacrificios, ni "sacrificios de la
mñsa", como hacen los paganos. "Cumplido está". Cuando
murió Jesús en la cruz, nuestra salvación fue cosa hecha y
terminada. Ya no hay otro remedio. Cristo es todo.

27
Leamos en Números 20:1-13. Nos relata romo mandó
Dios hablar a la roca, y cómo Moisés, enojado, Ja. hirió. Y
luego, en el versículo 12: ••y dijo JehoVá a Moisés y a
Aarón: Por cuanto no creísteis en Mí, para santificarme
en ojos de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta
congregación en la tierra que les he dado".

No, Moisés, con herir la roca una sola v~ se han pa-


gado todas las deudas, todos los pecados del pueblo. Herir-
la la segunda v~ es un pecado basado en la falta de fe y
de comprensión del Plan de Dios.

Y no nos olvidemos de 1 Corintios 10:4: ''La roca es-


piritual que los seguía era Cristo". Y recordemos que se nos
dice en Hebreos 1O: 26, que "ya no queda sacrificio poc
el pecado". Y en el versículo 14, dice: "Porque con una
sola ofrenda hiw perfectos para siempre a los santificados".
Verdaderamente, nuestra salvación "cumpJida está".

Resta, amable lector, preguntar si ya has bebido de esta


fuente de agua viva, que brotó de la Roca que es Cristo.
Si no lo has hecho, te ruego, lo hagas pronto.

28
CAPITULO III.

CRISTO EN EL TABERNACULO.

Cuando Dios sacó a los Hijos de Israel de la esclavitud


de Egipto, mandó a Moisés hacer un centro de adoración,
un "Tabernáculo", o sea una carpa. Este Tabernáculo ha-
bía de servirles por los cuarenlta años de su:s peregrinacio-
nes en el desierto, y por siglos después de entrar en la Tie-
rra Prometida, Canaán.

El Tabernáculo era una carpa no muy grande, en un


patio más o menos del tamaño de un lote residencial en una
ciudad moderna. La Biblia da las medidas en codos, que
era la medida de aquellos tiempos. Un codo judío era de
más o menos medio metro. La descripción del Tabernáculo
se encuentra en Exodo 26, y la de los muebles del Taber-
náculo en los capitulas del 25 e11 adelante.

Imaginemos el patio, rodeado de una cerca alta. Den--


tro está el Tabernáculo, carpa algo chica, de unos 5 me-.··
,, - -""" ~)~-
' t'
"

tros de ancho, 5 metros de alto, y de 15 metros de largo.


El patio era de 25 metros de ancho, por 50 metros de largo.

El Tabernáculo mismo estaba dividido en dos cuartos,


el primero de 1O metros de largo, y el segundo de 5 metros
de largo, separado del primer cuarto por una cortina que
se llamaba el "velo", aunque muy gruesa. El primer cuarto,
que daba al oriente, se llamaba el Lugar Santo. El segundo
cuarto, en forma de cubo perfecto, se llamaba el Lugar San-
tísimo, o Santuario.

En el Lugar Santo, había tres muebles: al lado norte


estaba la mesa; al lado sur estaba el "candelero", más bien
llamado el lamparero, pues tenía siete brazos, cada uno con
su lámpara. Hacia atrás, al lado poniente, estaba el altar
de incienso, cerca del velo. En el Lugar Santísimo estaba el
acta del pacto, encima de la cual se hallaba el "Propiciatorio",
o :sea, la "Silla de la Misericordia".

El interior del Tabernáculo era hermoso. Las paredes


eran de lino fino, con bordados de azul, escarlata, púrpura
y oro. Los muebles eran de oro fino.

En este Tabernáculo podían entrar sólo los sacerdotes,


tipo de los Cristianos. En el lugar Santísimo podía entrar
sólo el Sumosacerdote, tipo de Cristo, y El sólo una vez en
el año. (Hebreos 9:7). Pues Cristo entró una sola vez
en el Cielo para cumplir Su misión. Este Tabernáculo nos
presenta, no sólo a Cristo y al pecador redimido, sino todo
el Plan de la Salvación.

No hay que olvidamos de los textos ya citados varias


veces, que dicen que todo el Antiguo Testamento fue escrito
para nuestra admonición e instrucción. Respecto al Taber-

30
náculo, hallamos esto tratado con algún detalle en el libro
de Hebreos en el Nuevo Testamento. Véase especialmente
el capítulo 9. Y compárese con Exodo, Capítulo 26, y otros
capítulos.

Es cosa asombrosa notar cuánto espacio da la Biblia a


cuarto, la presentación del Tabernáculo, y luego considerar la poca
•e segundo atención que los Cristianos en general dan a él. La gran ma-
lugar San- yoría de los Creyentes apenas sí saben que hubo Tabernácu-
lo, y nada saben de su significado, uso, y parte en el Plan
divino. Un ejemplo de la gracia de Dios, a la vez que de
la perversidad humana, se halla aquí. En el mismo momen-
to que Moisés estaba en el monte Sinaí, recibiendo, no sólo
los diez mandamientos, sino también el bosquejo del Ta-
bernáculo, su hermano, Aarón, estaba recogiendo los are-
tes de oro del pueblo, para fundirlos y hacerles un becerro
de oro para su adoración pagana. Con suma razón Dios
dijo a Moisés, "Ahora, pues, déjame que se encienda mi
furor en ellos y los consuma ... " (Ex. 32: 10). Y fue sólo
la intercesión de Moisés lo que salvó al pueblo de la des,.
trucción. Así, fue la intervención de Cristo la que nos sal-
vó de la destrucción eterna.

El propósito del Tabernáculo se halla en Hebreos 9:1-


24. Allí Pablo, movido por el Santo Espíritu, pone en con-
traste el Tabernáculo terrestre con el celestial. Este Taber-
náculo era el tipo del Tabernáculo verdadero en el Cielo, al
cual un día llegaremos. N os representa la presencia de Dios
allá en lo que para nosotros es futuro, pero con Dios es muy
presente.

Y fue por eso que Moisés hizo el Tabernáculo cuidado"


samente conforme al diseño recibido de Dios en el Monte
Sinaí. (Heb. 8:5; 9:23).

31
El Tabernáculo 'había de ser el lugar donde el pecador
pudiera verse con Dios. El Tabernáculo también nos pre,
senta unas notables verdades acerca de ~os.

Dios es santo. Entrar dentro del Tabernáculo ÍQ.e limi,


tado a· los sacerdotes, hijos de Aarón, tipos de los Cristia,
nos. Sólo los Creyentes, Hijos de Dios, pueden entrar en
Su presencia. Así como los demás podrían llegarse a la puer,
ta del Tabernáculo, para allí entregar en manos del sacer,
dote su sacrificio, así el pecador tiene que recibir el servicio
del Cristiano para allegarse a- Dios.

La justicia de Dios se ve también en que aceptaba el sa,


crificio de sangre, rech~do otros sacrificios humanos.
Aunque Aarón entraba en el Lugar Santísimo, ni él podía
entrar sin sangre. (Heb. 9:7). Sin derramamiento de san,
gre no se hace remisión de pecado. (Heb. 9:22).

La misericordia de Dios se ve en el hecho de que, una


vez ofrecido el cordero, quedó perdonado el pecado.

El Tabernáculo demuestra también la separación que


debe haher entre los Cristianos y el mundo. Después del
pecado del becerro de oro, el Tabernáculo fue sacado fuera
del real. Los que querían adorar a Dios, o tener comunión
con El, !tenían que salir de entre el pueblo perverso, fuera
del real. (Ex. 33 :7). Hasta Cristo fue crucificado fuera de
la ciudad de Jerusalem.
'
El Tabernáculo tenía una sola puerta. Así hay una sola
manera:' de ganar la entrada a Dios. Cristo dijo, ..y o soy la
puerta ••• .,

Aquí hacemos una pausa, para hacer lista de los tipos

32
más comunes en la Biblia, especialmente en relación al Ta-
bernáculo:

Rojo tipifica la sangre.


Azul representa lo celestial.
Blanco representa la pureza.
Púrpura es el color real, de los reyes.
Oro representa la gloria, especialmente la de Dios.
Acacia, o madera de Sittim., representa la eternidad.
Plata representa la redención.
Bronce (metal) representa el juicio.
Fuego representa castigo.
Cuerno representa poder, especialmente en cuestión de
gobierno.
Levadura representa pecado.
Lepra era también tipo de pecado dentro del hombre.

Los varios sacrificio6 representaban a Cristo en varios


aspectos de Su sacrificio.

Hemos mencionado que el Tabernáculo de Israel repre-


senta en figura el "Tabernáculo" celestial. Necesitamos ha-
blar un poco más acerca de esta verdad. Entrar en el Ta-
bernáculo no era pennitido sino a los sacerdotes, que eran
tipo de los Cristianos. El hombre inconverso no puede go-
zar de la comunión con Dios. Sólo podría traer su ofrenda
a la puerta del Tabernáculo, para que un sacerdote la ofre-
ciere.

Y en el ,lugar Santísimo, donde estaba la presencia de


Dios, sólo el Sumosacerdote, tipo de Cristo, podía entrar, y
sólo una vez al año, llevando sangre y perfume quemado,
mCienso. Al Cielo, a la presencia de Dios Padre, nadie ha
ido, sino Cristo, Quien, habiendo muerto por nuestros pe-
.¡ __, . / -

33
..
~~ ~---

cados y resucitado para nuestra justificación, subió al Cielo,


y se presentó ante el Padre, llevando Su propia sangre para
nuestra salvación, y Sus propias oraciones e intercesiones,
que presenta ante el Padre sin cesar. Y esto lo hizo una sola
vez, que basta para siempre. (Heb. 9:23-28).

El Tabernáculo fue cubierto con varias capas. La p~i­


mera fue de lino blanco, bordada hermosamente Representa
la persona santa de Cristo, bajo el cual se ampara el que se
acerca a Dios. La segunda fue de pelos de cabra, El macho
de cabrío representaba a Cristo como el que lleva nuestro
pecado. (II Cor. 5:21; Isaias 53:6; Heb. 9:28). La tercera
cCllpa fue de cueros de carnero, teñidos de rojo (Ex. 26:14).
El cuero era teñido de rojo, para tipificar la sangre. El car-
nero, macho de las ovejas, recordaba el sacrificio sangriento
de Cristo. Cada persona que entraba a la presencia de Dios
tenía que venir debajo de la sangre. La cuarta capa del te-
cho era de cueros de tejones. (Ex. 26: 14). La piel de te-
jón no es atractiva. Y aquí nos presenta. al Cristo no de-
seado. ( Is. 53 :2) . Es la moda entre los del mundo, cuan-
do pintan a Cristo, representarlo hermoso, ,con cara casi de
mujer. Esto no es bíblico. Para llevar a su fin deseado Su
Obra rendentora, era necesario que apelara a lo espiritual,
y no a lo carnal. Y por ello, no podía venir con hermosura
humana. He conocido a. dos ministros que eran muy gua-
pos. En los dos casos fue un problema grande para ellos.
Las mujeres no podían escuchar sus palabras ni recibir sus
mensajes por estarles contemplando su hermosura masculi-
na. Cristo se vio obligado a venir en forma humana no
atractiva, para que la belleza espiritual atrajera a la gente.
Y aquí tenemos los cueros de tejón para recordarnos de ello,
y que El fue menospreciado por los hombres. Es la huma-
nidad no atractiva la que aquí se nos presenta.

34
Las paredes del Tabernáculo fueron notables. Fueron
hechas de madera de Sittim, lo que nosotros llamamos
acacia. Es una madera que en el desierto se da, y que casi
nunca se pudre, ni la atacan los insectos como las termitas.
Esta madera era tipo de la eternidad. Las tablas, tres cuar-
tos de metro de ancho, y de die~ metros de largo, eran cu-
biertas de oro puro, emblema de la gloria de Dios. Y cada
una tenía su base de plata, emblema de la redención. Había
anillos de oro para juntarlos con varas, también de madera
de Sittim cubiertas de oro. De modo que esta pared nos
representa la eternidad y la redención, todo para la gloria
de Dios. En medio de la eternidad y la gloria está Dios. Es-
tas varas que juntan la pared representan también a Cristo,
en el cual subsisten todas las cosas. (Juan 1: 1-4; Rom. 11:
36). Cristo no sólo hizo el mundo, sino que con Su poder
lo sustenta.

Aquí tenemos una verdad casi olvidada, tanto por los


llamados científicos como para los Creyentes: Las leyes de
la naturaleza fueron hechas por Cristo cuando hizo el mun-
do. Y por Su poder el sol y la luna y los astros siguen sus
caminos y no chocan. Si Cristo quitara Su mano un instan-
te, el mundo se destruiría inmediatamente.

Pero la enseñanza principal de esta pared de tablas de


Sittim consiste en que la redención es base para la gloria
de Dios, y esta redención es eterna.

También los muebles del Tabernáculo nos hablan de


Cristo, y de las doctrinas del Nuevo Testamento.

Al entrar en el patio del Tabernáculo, junto a la puerta,


estaba el altar de sacrificio, llamado el "gran altar de bron-
ce (o metal)". Era inmenso, midiendo dos metros y medio

35
en cada lado, siendo cuadrado. Su altura era de metro y salvación,
medio. T6Il.Ía el tamaño suficiente para que en él se quema- cimiento.
ra un buey entero. Era hecho de madera de sittim, lo que
indicaba la eternidad de los juicios de Dios, y estaba cubierto y
dentro y fuera de metal (bronce), que es tipo ele juicio. En
las cuatro esquinas tenía cuernos, que tipificaban poder. En
este altar de bronce se sacrificaban los animales, derraman-
do la sangre en pro del pecador. Esto enseñaba la muerte de
Cristo por nuestros pecados, poniéndose el cuerpo sobre
el bronce, que tipificaba el juicio. Pues Cristo fue al juicio
divino por nosotros. El fuego representaba el castigo del
malo, y de Cristo que llevó nuestros pecados. Los cuernos
representan el poder de Dios, tanto para salvar al pecador
arrepentido, como para castigar al inconverso. Este altar en
el Antiguo Testamento representaba lo que en el Nuevo
Testamento representa la cruz.

También junto a la entrada al patio del Tabernáculo,


pero al otro lado de la entrada, estaba el lavacro. Era una
especie de jofaina grande, de bronce. Cada sacerdote, al
entrar en el patio del Tabernáculo, tenía que lavarse y po-
nerse ropa limpia, antes de seguir adelante. Esto nos pre-
senta el otro lado de la salvación, el arrepentimiento, y que
Dios nos . da, como ropaje blanco, la justicia de Cristo que
nos cubre hasta los pies.

Sabemos bien que nuestra salvación no viene de nuestras


buenas obras ni de nuestra justicia. No obstante, para la
salvación necesitamos una limpia del corazón, una nueva na-
turale~a, la que recibimos por medio del nuevo nacimiento.
El corazón no arrepentido no cabe en el Cielo. Con un solo
pecado se echó a perder este mundo, y con un solo pecado
se echaría a perder el Cielo. De modo que el sacerdote, tipo
del Cristiano, necesita, primero la sangre de Cristo para su

36

'
salvación, y por otra parte el arrepentimiento, el nuevo na-
cimiento.

Y ahora llegamos al Tabernáculo mismo. El primer


cuarto, el Lugar Santo, tenia a la entrada una mesa para el
pan de la proposición. Era de un metro de largo, por medio
metro de ancho. Fue hecha de la misma madera de sittim,
emblema de la eternidad, y cubierta de oro fino, que repre-
sentaba la gloria divina. En esta mesa los sacerdotes ponían
cada Sábado doce panes, uno por cada tribu de Israel. Este
pan se hacía nuevo cada siete días. Siete es el número que
representa la perfección, e indica que nuestro sostén en
Cristo es perfecto y basta. Pues el pan representa a Cristo,
sostén de nuestra vida eterna. (Juan 6:31-58); tenía el mis-
mo significado que el pan que nosotros comemos en la Santa
Cena. Cristo es el pan de vida para los Suyos.

Nótese que a esta mesa no llegan los que no han pasado


por el grande altar de sacrificio, ni por el lavacro.

Al lado izquierdo del Lugar Santo estaba el "Candele-


ro". La palabra se traduce mejor "lamparero", pues tenía
siete lámparas, que quemaban. aceite de olivas. El número
siete indica que es completo.

El significado de las lámparas es doble. Cristo dijo, "Yo


soy la 1U4 del mundo". Y luego dijo, "Vosot!"os sois la 1U4
del mundo". Como el sol es la fuente de luz para el mun-
do, pero la luna también da una luz, aunque menor y refle-
jada, así Cristo es la luz del mundo, y nosotros los Cristia-
un solo nos, somos también luz, tenue y reflejada, pero luz para el
pecado mundo pecador.
111!11oot:e. tipo
para su Nuestra parte se explica algo en Apocalipsis 1:20, don-

37
,1'

de dice que las lámparas que vio Juan en su visión eran las
siete Iglesias, o sea, Congregaciones. Compa."rando los dos
pasajes, hallamos ciertas verdades: En el Antiguo Testa-
mento, ante el Sinaí, todo el pueblo de Israel, d Pueblo de
Dios, estaba ·congregado en una "Iglesia". Lo completo de
esta Congregación se enseña por el número siete. Y, como
estaba unido en uno, había un solo candelero con los siete
bra4os. Pero en el Nuevo Testamento, como hay Iglesia
(Congregación) en cada ciudad, y no están, ni deben estar,
unidas, son siete candeleros separados. Otra ve4 decimos que
el número siete indica el número completo de todas las Igle-
sias en todo el mundo.

Que en estas lámparas ardía el aceite, indica que como


. en Su ministerio en este mundo Cristo obraba con el poder
del Espíritu Santo, así también nosotros debemos trabajar en
el poder del Espíritu.

Aquí tenemos una contestación al ecumenismo. Hay


personas, algunas de ellas de buen espíritu cristiano, que
creen que todas las Iglesias deben unirse, para haber una
sola "Iglesia" grande en todO el mundo. Unos lo dicen por-
que no saben lo que es Iglesia ni lo que es el Cristianismo.
Pero hay también los que buscan una superorgani4ación que
les sirva para dominar a los hombres. Pero en el Nuevo
Testamento Cristo plantea que debe haber Iglesia (Con-
gregación) en cada ciudad, e indica que deben estar sepa-
radas. Y a no son siete bra4os de un candelero, sino siete
candeleros separados.

A la ve4 no debemos olvidamos de que Jesús es la Luz


del mundo. Lu4, en la Biblia, es emblema de santidad, no
de conocimiento. Nunca el mundo tendrá justicia, santidad,
rectitud, excepto en Cristo. sangre, Y

38
Pero a la vez, nosotros somos la luz del mundo, refle-
jando la santidad de Dios, y mostrando a los pecadores la
Luz de Cristo. Y no debemos olvidarnos del poder de nueSt
tra débil luz. Una vela en la obscuridad de media noche
da más luz que una lámpara de doscientas bujías a medio
día. Y de la misma manera, cuánto más duro sea nuestro
campo de acción, más brillamos con nuestro testimonio y
vida. Es de notarse que casi todos los profetas y apóstoles
de fama, juntamente con los ministros de fama, han sido
hombres que predicaron en lugares y tiempos de dificultad
y de apostasía. Spurg~on trabajó toda su vida fuera de la
Unión Bautista de Inglaterra, porque esa convención había
apostatado, yendo al Modernismo. W esley tuvo que traba-
jar con la oposición de la Iglesia nacional de Inglaterra por
la misma razón. Al joven predicador le daría un consejo:
Si quieres ser grande, busca el campo más difícil y perveP
tido en la República, para trabajar en él, y ailá sé fiel y
activo, sin miedo y sin correr.

Luego llegamos al altar de incienso. Era chico, un metro


de alto, y medio metro de ancho y largo. Hecho de made-
ra de acacia, emblema de la eternidad, fue cubierto dentro
y fuera por oro fino.

Estaba al fondo del cuarto primero, el Lugar Santo, di-


rectamente delante del velo, o cortina, que, sin puerta, se-
paraba el Lugar Santísimo, el segundo y más chico de los
dos cuartos del Tabernáculo.

Este altar chico era para quemar perfume seco, o sea


incienso. Nos dice la Biblia (Salmo 141:2; Apoc. 8:3-4)
que el incienso representa la oración. Cuando el sumosacer-
dote entraba una vez al año al Lugar Santísimo, para rociar
sangre, y luego para mover delante del Trono de la Miseri-

39
c:ordia el incensario, representaba la entrada de Cristo en el
Cielo después de Su resurrección, presentando ante el Pa-
dr~ Su propia sangre para nuestra salvación, y Sus propias
oraciones para intercesión a nuestro favor.

Nótese que el sacerdote, emblema del Cristiano del Nue-


vo Testamento, no llegaba al altar del incienso hasta haber
pasado ante el altar de sacrificio, gozando en la salvación
por la sangre de Cristo, y el lavacro, lugar de la purifica•
ción. Después pasaba por ,¡a mesa del pan de proposición,
alimentando su alma de Cristo. Entonces llega al candelero,
o sea, que se hace miembro de una Iglesia. Y al fin llega al
altar de incienso, para que sus oraciones pasen por el velo
al trono de Dios, que él, por el velo, no puede ver. Cada
Creyente debe loor a Dios y acercarse a El en oración.

Detrás del Altar de Incienso se hallaba el velo. La pa-


labra ··velo" realmente no expresa cómo era. Pues era una
cortina inmensa, separando el Lugar Santo del Lugar San•
tísimo. Como no podrían entrar en el Tabernáculo mismo
los que no eran sacerdotes (Cristianos) así ni ellos podrían
entrar en el Lugar Santísimo, que representaba la presencia
de Dios en el Cielo. Sólo podía entrar el sumosacerdote,
tipo de Cristo, una vez al año, en el día de la propiciación.
Y entonces entraba llevando sangre, que esparcía con el de-
do siete veces ante el Trono de la Misericordia, y el sahu-
merio, con incienso que mecía siete veces ante el Trono de
la Misericordia. El velo representa la separación entre el
hombre y Dios. La entrada del sumosacerdorte representaba
la entrada de Cristo en el Cielo después de Su resurrección.

Cuando Cristo murió en la cruz, el velo del Templo se


rompió de arriba abajo, señalando que el camino estaba aho-
ra abierto para que el hombre se: acercase a Dios directa- '

40
mente. En Génesis, cuando el hombre pecó, Dios lo expul-
só del Edén, y ya no andaba con él en comunión íntima cCY
mo antes. Ahora se abre el camino a esta comunión divina.
Nuestras oraciones tienen entrada directa, y no necesitan
la intervención sacerdotal. Lo malo del Catolicismo es que
ellos viven todavía en el Antiguo Testamento, con su "sa-
crificio de la misa", y su sacerdocio humano.

En el segundo cuarto del Tabernáculo, el Lugar Santí-


simo, había un solo mueble: el Arca del Pacto. Era una
caja de madera de Sittim, acacia, cubierta dentro y fuera
de oro. El cuarto era más chico que el Lugar Santo, exacta-
mente la mitad de su medida, cinco metros de ·largo y de
ancho. No había ni puerta ni ventana. El Arca del Pacto
era también chica, de tamaño de dos codos y medio de lar-
go, o sea un metro y cuarto, por codo y medio de ancho, o
sea tres cuartos de metro, de ancho, y lo mismos codo y
medio, tres cuartos de metro, de alto. Tenía tapa·· también
de madera de Sittim cubierta de oro.

Encima de la tapa del Arca estaban dos ángeles que ex-


tendían sus alas hacia el centro de la¡ tapa, cubriendo así
una silla pequeña, que se llamaba el "Propiciatorio", o sea
"Trono de la Misericordia". Estas traducciones no dan la
idea del Hebreo aquí. La palabra traducida "expiación" es
"Kaphar", que significa "cubrir". Cuando el sumosacer-
dote entraba con la sangre el d~a de la "Propiciación" con
la sangre cubría típicamente el pecado del pueblo. Y la "Si-
lla de la Misericordia" realmente es el lugar de "Cubrir".
Véase la descripción del Arca del Pa,cto en Exodo 25:10-22.

Y ahora llegamos a un asunto de los más importantes,


y a la vez de los más olvidados: el Arca del Pacto.
Era la pequeña caja que yacía en el Lugar Santísimo. En-

41
~~e,

cima de la cubierta estaba la Silla (Trono) de la misericor-


dia. En Hebreos 4:16 se nos invita a llegamos confiada- mundo,
mente al Trono de la gracia, siendo que tenemos un Pontí- nilfica que
fice (Sumosacerdote) en Cristo, que nos abrió camino por cador, y
el velo roto. Mucho se cita este texto, y correctamente, pa- significa
ra invitar a los pecadores a la salvación. Pero se nos olvida dencía
que la alusión, escrita a los Judíos, es directamente a venir de la Miselii
al pequeño Trono sübre el Arca, donde brillaba una luce-
cita que representaba la presencia de Dios, y que los teólo,
gos llaman la ..Shekinah". Delante de este Trono el SuffiiO'
sacerdote cada año rociaba la sangre expiatoria, y mecía el
perfume quemack> que representaba la oración de Cristo.
Ahora se nos invita a venir a este Trono, representativo del
Gran T rorro de Dios en el Cielo, donde la sangre del Cor-
dero preparó nuestro camino, y donde Sus oraciones, cual
perfume santo, nos dan entrada. Es una representación per-
fecta del Evangelio salvador que recibimos y que presenta-
mos al mundo pecador.

Pero, el Trono de la Gracia está encima del Arca. Y


dentro, sirviendo de base para el Evangelio, hay tres cosas
muy importantes. Primero están las tablas de la Ley, que
Dios entregó a Moisés en el Monte Sinaí. El Evangelio está
basado en la Ley de Dios, y no la cancela. Dios es justo, y
Sus Leyes son eternas (Mateo S: 17) . No hay mandamien-
to nuevo en el Nuevo Testamento, y no ha habido pecado
nuevo en cinco mil años. Y el perdón y la gracia de Dios
no van en contra de la Ley, sino de acuardo con ella. Acep'
tar el Evangelio no nos autoriz.a a una vida de pecado. Nos
llama a una vida arrepentida, de acuerdo con la Ley Divina.

Junto con las tablas de la Ley, dentro del Arca, y sir-


viendo como base al Trono de la Gracia, estaba una olla de
maná, el pan que Dios mandó cada día a los Israelitas desde

42
el Cielo. Representa la providencia divina. Dios hi-40 este
mundo, pero también lo sustenta. Para el pecador esto sig-
nifica que el cuidado de Dios le da derecho a llamar al pe•
cador, y que el pecador no necesita temer. Para el Cristiano
significa que Cristo es nuestro Pan celestial. Y esta provi-
dencia divina coopera con la Ley para rer base del Trono
de la Misericordia.

Y en tercer lugar, debajo del Trono de la Gracia está


la vara de Aarón que revivió, corno se nos cuenta en el ca,
Dla:Ía. el pítulo 17 de Números. Los Judíos se habían rebelado con,
Qisto. tra la autoridad de Moisés y Aarón. Dios mandó apartar
-~del las varas de los rebeldes y la de Aarón, y la de Aarón flO'
Cor, reció y dio almendras para la mañana siguiente. Esta vara
......, mal representa la autoridad divina en manos de los hombres que
Dios escoge. Una doctrina casi olvidada es la de la santi•
dad de los ministros de Dios. El los llamó, escogiendo a
Su gusto y juicio. Y estos hombres son santos; hablando en
el nombre de Dios tienen Su misma autoridad. Y Los del
mundo se traen sobre sí mismos condenación cuando tratan
de tornar la autoridad religiosa.

Debajo del Evangelio, debajo de la Silla de la Miseri•


cordia, del Trono dé la Gracia, están estas tres cosas: La
Ley de Dios, la Providencia de Dios, y la autoridad de los
siervos de Dios. Y las tres presentan el poder de Dios.

Repetirnos: Dios no cambia. Cristo no cambia. La Ley


no cambia. El pecado no cambia. La justicia no cambia.
Y la naturaleza humana inconversa no cambia. Y todo se
tornó en cuenta al darnos el Evangelio de la Misericordia
de Dios en Cristo.

43
CAPITULO IV.

NUESTRO SUMOSACERDOTE.

En Hebreos, comenz;mdb con el capítulo 4, versículo


14, y siguiendO por varios capítulos, se nos presenta a Je-
sucristo como nuestro gran Pontífice, o sea, Sumo-sacerdote.
Es un pasaje hermoso, y merece un estudio detenido.
el sencilll!
En la antigua Roma, que estaba edificada sobre el Río
Tíber, el sumosacerdote de Júpiter ocupaba un lugar muy
prominente, y tomaba para sí la jefatura religiosa de Roma.
En una ocasión mando construir un puente sobre el Río
Tíber, y se adjudicó el título de gran constructor de puen-
tes. EL
n atm ' la palb
a ra •• puente, es •• pons"1
; a p alb
a ra ..ha-
cer" es ••facere". De manera que la palabra ··constructor
de puentes", es ••pontífex". El sumosacerdote de Júpiter se
llamó el ..Pontifex Máximus", el grande hacedor de puentes.

Cuando cayó el paganismo en Roma, y el obispo de Ro. .


ma pretendió adjudicarse la supremacía sobre los Cristianos,
tomó para sí el título que había tenido el sumosacerdote de
Júpiter, "'Pontifex Máximus". Los traductores de la Biblia
al Castellano, queriendo afirmar que Cristo es cabe.z;a de
la "'Iglesia", tradujeron la palabra ••archieres", que significa
··sumosacerdote", como ••Pontífice". Pero debe ser ··sumo-
sacerdote,.
Tenemos, pues, presentado en la carta a los Hebreos, a
Cristo como el gran Sumosacerdote establecido en la Ley
de Moisés, y que había funcionado hasta el tiempo del Nue-
vo Testamento. Y toda la tipología del Tabernáculo se pier-
de si no vemos allí pintado a nuestro Salvador.

Cristo era representado por el sumosacerdote, y el Cre-


yente por el sacerdote común.

El Sumosacerdote tenía que ser de la familia de Aarón,


recibía su puesto por herencia, y no por voluntad humana.
Así como Cristo no recibió Su alto puesto por voluntad
humana, sino por herencia como Hijo de Dios. Y sólo El
tenía derecho de entrar en el Lugar Santísimo para ofrecer
sangre y perfume en bien del mortal.

La ropa del sumosacerdote era cosa hermosa. Mientras


el sencillo sacerdote, tipo del Cristiano, se ponía ropa blan-
ca, emblema de la justicia con que Cristo cubre al pecador
arrepentido, el sumosacerdote usaba ropa espléndida, ador-
nada con joyas, y bordada de a.z;ul, rojo, púrpura y oro. La
descripción se nos da en bastante detalle en Exodo 39. No
nos meteremos aquí en todos los detalles. Bastará dar el
simbolismo general.

De los colores, ya hemos dicho, que rojo representa la


sangre, blanco la purez;a, a.z;ul lo celestial, púrpura lo real,
y oro la gloria divina.

45

i
··~
,, ·j,,

Al bordo del vestidb había campanitas de oro, para que


el pueblo oyera cuando ministraba el Sumosacel'dote por
ellos. Nunca debe el Cristiano olvidarse de la Obra que
está haciendo Cristo a nuestro favor ahora en el Cielo, y
que es para la gloria de Dios.

Cada cincuenta años el Sumosacerdote proclamaba la li-


bettad de los esclavos, el perdón de las deudas, y la restitu-
ción de las herencias que se habían perdido. Esto represen-
ta la obra de Cristo en damos libertad del pecado, y el per-
dón de nuestras deudas, o pecados, y que nuestra herencia
un día se nos devolverá.

Cada año, en el Día de la "Expiación", entraba en el


Lugar Santísimo para presentar ante el Trono de la Mise-
ricordia la sangre emblema de Su propio sacrificio. Nadie
más podía entrar en ese lugar sagrado. Cuando Cristo fue
crucificado, el velo del Templo se rompió de arriba hasta
abajo, así tipificando que el camino a la presencia de Dios
está abierto para todos.

En el pasaje citado en Hebreos, se nos dice que el Lu-


gar Santísimo era tipo del Cielo. Como el Sumosacerdote
entraba una vez al año para rociar la sangre del sacrificio,
así Cristo entró una vez por todas al Cielo, para preocntar
Su propia sangre ante la presencia del Padre.

Luego, como el Sumosacerdote mecía delante del Tro..-


no de la Gracia el incensario siete veces (siete es el número
perfecto) , así Cristo ofrece ante Dios Padre Sus propias
oraciones a nuestro favor. (Rev. 5:8). V ale: la pena re-
correr los textos en la Biblia, especialmente en el Apocalip-
sis, donde se habla del incienso, para ver el efecto de las
oraciones de Cristo y de Sus Santos en los eventos finales

46
del mundo. Y aquí otra ve.z hacemos referencia a Juan 5:
46, donde se nos dice que Moisés, escribiendo del sacerdo-
cio, hablaba de Jesucristo. Y vale la pena leer otra vez; aquí
la tan hermosa discusión de Cristo nuestro Sumosacerdote,
en Hebreos 7:21-8:2.

Aquí vemos la falta de entendimiento de los Católicos.


Ellos viven en el Antiguo Testamento, teniendo sus sacer-
dotes humanos y su sumosacerdote, el Papa., que es huma-
no. Cuando toda la Biblia enseña que esto era tipo de lo
venidero, del gran Sumosaceroote que es Cristo, y de noso~
tro:s los Cristianos que somos los sencillos sacerdotes. No
necesitamos ya la intermediación de un hombre entre el pe-
cador y Dios. El camino está abierto al Trono de la Mise-
ricordia, y dentro del velo, en el Cielo, tenemos a Cristo
como Sumosacerdote que intercede por nosotros.

Falta decir una palabra acerca de los adornos de la ropa


del Sumosacerdote. Hemos dicho que el vestido de lino
blanco representa la santidad de Cristo, Quien es sin peca-
do. El rojo representa la sangre que El derramó por no~
tros. Lo a.zul representa el Cielo; nuestra religión no es
obra de la mente humana, sino de Dios, y Cristo es Hijo
de Dios, sin padre humano. La púrpura representa que
Cristo es Rey, pues éste era el color que sólo los reyes po--
dían usar en su ropa. El oro representa la gloria divina,
que Cristo tenía antes de la creación del mundo, y que ten-
drá otra vez; cuando venga a reinar.

Pero hubo en la ropa del Sumosacerdote unos adornos


que merecen mención. El primero era una mitra sacerdotal
en la cabe.za, con una corona real de oro. Y en la frente
llevaba el letrero, Santidad a Jehová.

47
Hoy día se habla mucho de que el cora~ón del Cristianis-
mo es Amor, y P~. Según la Biblia, estas son cosas buenas y
deseables, pero secundarias. El centro de nuestra religión vas,
es la Santidad. Dios es santo, y nosotros somos llamados a fin.
la santidad.

Sobre el pecho, el sumosacerdote llevaba un "racional",


una especie de placa doble, de oro fino labrado, y con doce
piedras preciosas. (Ex. 28: 15-19) . Cada piedra con el nom-
bre grabado de una de las tribus de Israel. Cristo siempre
lleva sobre Su pecho los nombres de los Suyos.

Sobre los hombros parte del racional pero arriba de


él, llevaba en un lado el letrero URIM, y en el otro lado
THUMIM. Son dos palabras hebreas que significan, "Es
necesario que sea alto", y "Es necesario que sea perfecto".
El gran Sumosacerdote de los siglos, Cristo, necesariamente
na.
ha de ser ALTO y PERFECTO.

Llegamos ahora a un lado de Cristo que poco se predi-


ca, pero que era importante en la Biblia. El Sumosacerdote
fue ungido. En Lucas 4:18-21, se nos dice que Jesús, ha-
biendo leído del capítulo 61 de Isaías, proclamó que "Hoy
día se ha cumplido en vuestros oídos esta profecía". Había
ido a Su bautismo en el Jordán, donde vino sobre El el Es-
píritu Santo. Después de su tentación, fue a Canaán, donde
him Su primer milagro, cambiando el agua en vino. Y de
allá fue a N~eth, donde se había criado. Y como era Su
costumbre (pues era "maestro" de Escuela Dominical, en-
señando la Biblia en la Sinagoga), comemó a enseñar la
Biblia. Y declaró que la profecía de lsaías 61 se había cum-
plido en El. Había sido ungido del Espíritu Santo. Se refe-
ría a la dedicación de un siervo de Dios mandado en Exodo
30:22-25, 30-38. Se hacía un ungüento perfumado santo

48

~:.__-:
Cristianis-- para ungir al que había de ser siervo público de Dios, Pro-
huenas y feta, Sumosacerdote, o Rey. Era hecho de aceite fino de oli-
religión vas, con perfumes medidos, y no se podía hacer para otro
Damados a fin.

Este aceite de la unción, que se derramaba sobre la ca-


beza del siervo de Dios, como se nos dice en el Salmo 13 3,
representaba el Espíritu Santo, que venía sobre el siervo de
Dios. Cuando Cristo fue sumergido en el Jordán, bajó so-
bre El el Espíritu Santo, cumpliendo el tipo del aceite de
la unción.

Cristo fue ungido entonces para servicio de Dios. Fue


entonces que pudo hacer su primer milagro, y comenzar su
..Es ministerio. Fue ungido como nuestro Sumosacerdote, que
hacía por nosotros el sacrificio de la sangre. Fue ungido
para ser el gran Profeta, que nos anuncia la voluntad divi-
na. Fue ungido como nuestro Rey, que un día ha de rei-
nar sobre todo el mundo.

En Juan 3:24 se nos dice que Dios Le dio Su Espíritu


porque hablaba por El. Y agrega que Dios no da de Su
Espíritu por medida. El poder de Dios es infinito, y da lo
que se necesita.

El Sumosacerdote del Antiguo Testamento ofrecía cada


día los sacrificios, pues, siendo meros tipos, no podían hacer
salvos a los pecadores. Pero Cristo, el gran SumosacerdOte
del Nuevo Pacto, una vez por todas se ofreció a Sí mismo
en sacrificio que cumple el tipo. Ya no es necesario otro
sacrificio (Heb. 10:12). Por un sacrificio Cristo hizo per-
fecto a los que creen.
Otra vez, con suma tristeza, es neoesario llamar la aten-
santo ción al error de los Católicos, que viven en el Antiguo Tes-

49
ta.mento, y tratan de ofrecer cada día el '"sacrificio de la mi-
sa". No saben que el único sacrificio necesario se hizo ya
en la cru~ del Calvario hace casi dos mil años. E, ignoran-
do ese sacrificio, no aceptan la salvación cumplida y se pier-
den. Y a no necesitamos sacrificios por nuestros pecados,
ni intermediarios humanos para sacrificarlos. Cumplido está.

so
CAPITULO V.

CRISTO NUESTRO SACRIFICIO.

Uno de los textos más bien conocidos en el Nuevo Testa-


mento, y que con frecuencia se predica, es Juan 1 :29, "He
aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo".
Presenta en pocas palabras la esencia de los tipos del Anti-
guo Testamento. Pero poco se estudian y poco se pvedican
los sacrificios del Antiguo Testamento que ponen la base
p~ra este texto.

Hemos dicho que Cristo, por un solo sacrificio pagó


nuestra cuenta, de modo que ya no se necesitan sacrificios.
Pero en el Tabernáculo se hacían muchas ofrendas, de va-
rias clases de animales, y se presentaban de varias maneras.
Estos representan varios aspectos del carácter y sacrificio de
Jesucristo. Cada sacrificio nos presenta en forma de dibujo
algo de Cristo, pero ningún sacrificio podría decirlo todo,
ni claramente. Cada uno presenta un lado, una fase del
Salvador y de Su sacrificio.

----- ___________________:__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Consideraremos primero el holocausto, o sea, el sacri~
ficio que se quemaba entero en el altar inmenso del sacrifi~
· cio. El relato se encuentra en Levíticos 1 : 1~9. Leamos des-
de el v. 3 : "'Si su ofrenda fuere holocausto de vacas, ma~
cho sin tacha lo ofrecerá: de su voluntad lo ofrecerá a la
cha".
puerta del tabernáculo del testimonio delante de Jehová. Y
pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto; y él lo ace¡y
tará para expiarle. Entonces degollará el becerro en presen~
cía de Jehová; y los sacerdotes, hijos de Aarón, ofrecerán
la sangre, y la rociarán alrededor sobre el altar, el cual está
a la puerta del tabernáculo del testimonio. Y degollará el
ho1ocausto, y lo dividirá en sus rpiez.as. Y los hijos de Aarón
sacerdote pondrán lumbre sobre el altar y compondrán la
leña sobre el fuego. Luego los sacerdotes, hijos de Aarón,
acomodarán las piezas, la cabeza y el redaño, sobre la leña
que está sobre el fuego, que habrá sobre el altar: Y lavará
con agua sus intestinos y sus piernas: y el sacerdote hará
arder todo sobre el altar: holocausto es, ofrenda encendida
en olor suave a Jehová".
,,
cera .
Aquí se nos presenta a Jesucristo en ofrenda en la que
personal
Dios halla agrado, como de un olor suave y agradable.
amigos,
Cuánto Le agrada al Padre Celestial ver la bondad y el
Oramos
amor y la misericordia con que Su Hijo se ofrece a Sí mis~
Pero la
mo por los pecados del mundo.

Más adelante se lee que lo mismo se hace con el holCY


causto si es de cordero. Y en 1 Pedro 1:18-20 vemos que
esto representa a Cristo. Todos los sacrificios del Antiguo
Testamento representan a Jesús. (Juan 1:29).

En Hebreos 10: 1' 1O se nos explica que estos sacrificios


. nunca podrían hacer perfecto (limpiar de pecado) al peca~
dor. Pues entonces no habría por qué seguirlos ofreciendo.

52
No son más que tipos, representaciones, del gran Sacrificio
de la Persona del Hijo de Dios.

En Levítico 1:3, se nos manda que sea "macho sin ta•


cha". Tenía que ser sin cicatrices, sin enfermedad, no cojo,
ni manco, sin ningún desperfecto. Tenía que ser sin tacha,
porque representaba al santo Hijo de Dios. (Heb. 9: 14).
Cristo era hombre, sí, pero Dios-hombre. El sacrificio tenía
que ser macho, porque Jesús fue hombre. Es el hombre la
imagen de Dios, no la mujer. Leamos en 1 Corintios 11:7:
"Porque el varón no ha de cubrir la cabeza, porque es ima..
gen y gloria de Dios; mas la mujer es la gloria del varón".
Cristo no pudo nacer en este mundo como mujer; tuvo que
ser varón; pues que representaba, y era, Dios. En la tipo-
logía divina; el hombre representa lo celestial, y la mujer
representa lo humano. Por esto se tenía que presentar para
el holocausto animal macho.

En Lev. 1:3, se nos dice que "de su voluntad lo ofre•


cerá". La salvación _no es cosa forzada; es de la voluntad
personal del pecador. Tenemos hijos, hermanos, parientes,
amigos, a quienes quisiéramos ver salvos. Les hablamos.
Oramos por ellos. Hacemos todo lo que nos sea posible.
Pero la decisión está en manos de ellos. Si no quieren acep..
tar, no se salvan.

En Lev. 1:4, se nos dice que el pecador tenía que poner


su mano sobre la cabeza del animal que se sacrifícaba. Así,
típicamente, el pecador se identificaba con el animal del
sacrificio. Sus pecados pasaban simbólicamente sobre el ani•
mal. Sin esto el sacrificio no tenía valor.

Entonces se mataba al animal. "Sin el derramamiento


de sangre no se hace remisión". (Heb. 9:22). Hay los que

53
._.... '," _:..: --'/~:,"{·.'

hoy día se burlan de la "religión de sangre", la ··religión del


rastro", negando que hay salvación en Cristo. Pero, para
ello tienen que negar la clara enseñanza de toda la Biblia.
Pues la muerte de Cristo es un punto céntrico, tanto en el
Nuevo Testamento como en el Antiguo.

Este sacrificio liga eternamente la salvación del peca-


dor con la muerte de Cristo, nuestro Sacrificio.

Nos gusta ver el hermoso acto del bautismo. A Cris-


tianos y a no Cristianos les llama la atención, y a menudo'
vemos a una multitud de inconversos reunida para presen-
ciar el bautismo de unos convertidos. Pero, según Roma-
nos 6:1-6, el bautismo representa la muerte de Cristo. Fue
muerto, sepultado, y al teKer día resucitado. Y aquí, en el
sacrificio del Antiguo Testamento, tenemos presentado en
figura esta muerte.

Hay bonitas enseñanzas en la Biblia: el Sermón del Mon-


te, el Salmo 23, y muchos pasajes más. Pero las enseñanzas
no bastan. Al pecador que trajo la ofrenda para el sacrifi-
cio podría el sacerdote haberle explicado la religión, dán-
dole conocimientos hermosos. Pero no recibía el perdón de
sus pecados hasta, que, habiendo él puesto sus manos en la
cabeza del animal, éste hubiese sido muerto y quemado. Es
la sangre lo que da la salvación.

De igual manera, aunque Cristo dio muchas y hermosas


enseñanzas, sólo Su muerte en la cruz pudo obrar nuestra
salvación.

Sí, predicamos un Evangelio de sangre; y nos gloriamos


en él. El Inocente tuvo que morir por el culpable.

54
Kreligión del Qué claramente se nos presenta esta verdad en Gálatas
Pero, para 3:13: "Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho
la Biblia. por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cual•
quiera que es colgado en madero)". Con razón les gusta a
los Salvos cantar: "¿Qué me puede dar perdón? Sólo de
Jesús la sangre". "Hay una fuente sin igual, de sangre de
del peca• Emmanuel ... " Y en 1 Pedro 1 : 18·19 se nos recuerda que
no fuimos redimidos por oro ni plata ni cosa corruptible,
sino por la preciosa sangre de Cristo, como de un Cordero
A Cris- sin mancha.

Y ahora habían de desollar el sacrificio (quitarle .el cue•


ro), y cortarle en sus piezas, se lavan las tripas y las pier•
nas, y todo se quema sobre el altar después de haber rocia•
do la sangre sobre el altar.

Fuego. Cuántas veces en la Biblia se habla del fuego


como representando la ira de Dios. Así las ciudades de So-
doma y Gomorra y demás del llano, fueron destruidas por
fuego. Así vino sobre los Judíos en el desierto cuando mur•
muraron, matando d fuego a muchos. En Judas 7, se nos
dice que estos fueron así puestos como ejemplo del castigo
eterno, el Lago de Fuego. Y en 2 Pedro 2:6, agrega que
fueron puestos como ejemplo a los que después habían de
vivir una vida de injusticia. Y como tipo de la ira de Dios,
se quemaba el sacrificio en el altar.

Y aquí se nos presenta una verdad que poco se predica:


que cuando murió en la cruz, Cristo no sólo sufrió los do-
lores del cuerpo, sino también todos los sufrimientos eternos
que nosotros deberíamos de haber sufrido en el Infierno.
Cuando Cristo, durante las tres horas de obscuridad, clamó,
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" dijo

55
la exacta verdad: estaba abandonado de Dios, así como el
pecador lo estará en la eternidad en el Lago de Fuego.

Pero, dice uno de los Modernistas, "Será posible que


Ud. todavía crea en la doctrina anticuada de que hay fue-
go literal en el Infierno?" Sí. Yo creo que hay fuego en
el Infierno. La Biblia lo dice en muchos lugares. No daré
la lista aquí, sino que suplico a mis amables lectores lean mi
libro sobre el Infierno que es el XII en la serie DEFENSA,
donde se trata más detalladamente el asunto.

Notemos también que fue consumido por el fuego en el


altar todo el animal. El sacrificio de Cristo no fue hecho
a medias. Todo fue hecho, terminado, de modo que, cuando
Cristo moría pudo clamar a Dios y al mundo, "Cumplido
es". Nuestra salvación es asunto terminado, completo.

Llegamos ahora al sacrificio de la expiación. ·La pala-


bra traducida expiación en Levítico 4 y otros pasajes es
una palabra notable. Es la palabra hebrea "chattah", que
significa "pecado", y en muchos pasajes así se traduce. Pues
la mismísima palabra significa "pecado" y '~el sacrificio pa- queño
ra el pecado". Indica que el animal que se sacrifica se iden- tala
tifica con el pecado, y así recibe el castigo del pecado en poder
su lugar. En el Nuevo Testamento tenemos el texto ya ci- apela a
tado, que Jesús fue hecho maldición para nosotros. Cuando der, a
murió en la cruz El ERA el pecado del mundo que se cas-
tigaba. En la inteligencia de este sentido, usamos la palabra
como traducida, "expiación".

La ley del sacrificio de la expiación se encuentra en Le-


vítico 4: 1,12. Hemos de notar que la gente sencilla, la lla-
mada "gente común", también podía traer un animal para
expiación, y en otros pasajes se da la ley; pero trairían un

56
cabrito. Pero aquí se trata de un sacerdote, hombre ungido,
que ha pecado, y se manda que traiga un becerro sin man-
cha. Pues aquí el becerro representa a Cristo el Salvador
que lleva nuestras cargas.

El pecador que ofrece el sacrificio de expiación, lo hace


cuando se da cuenta que ha pecado. Como · en el caso deL
holocausto, el pecador pone sus manos sobre la cabeza del
animal, para identificar su pecado y su persona con el ani-
m~l que había de morir. Se mata el animal, y entonces el
sacerdote en funciones toma la sangre del animal y entra
con ella en el Lugar Santo, hasta llegar al mismo velo. Y
allí, delante el velo, rocía la sangre siete veces delante
del velo, '"delante de Jehová". Y tomará un poco de la san,
gre y la pone sobre los cuernos del altar de incienso.
El simbolismo de esto es claro cuando· uno piensa un
momento: El sacerdote, tipo del Creyente, ha pecado. La
sangre se lleva hasta el velo, detrás del cual está el Trono
de la Misericordia, representando el trono de Dios en el
Cielo. No nos es posible pasar el velo, pero delante de él
se rocía la sangre, representando a Cristo. Después en el pe,
queño altar de incienso donde el perfume quemado represen-
ta la oración, se pone sangre en los cuernos, que representan
poder y fuerza. Así se enseña, típicamente, que el pecado¡
apela a las oraciones de Cristo, basadas en Su inmenso pO'
der, a que lleve dentro del velo la sangre del becerro para
nuestro perdón. Para la gente inconversa, que no es ungida
a1l sacerdocio, la sangre se derrama al altar a la entrada del
patio. Sólo el Sacerdote, el Cristiano, ve que llevan la san,
gre de su expiación hasta el velo, dentro del Lugar Santo.
Que se rociaba siete veces delante del velo, siendo siete
el número de la perfección divina, nos enseña claramente
que esta sangre representaba la de Cristo, el único Perfecto~

57
e· : • ;~

Y ahora venimos a una cosa interesante, pero hasta cier-


to punto horrible. Después de quemar en el altar todo el
cebo, la grasa, con los riñones y el redaño de sobre el
hígado, el resto del animal se llevaba fuera del real
al lugar donde se tiraba la ceniza, y allí se quemaba. En
Hebreos 13 : 1o- 14 se nos da la explicación: Cristo también,
cuando murió, no murió dentro de la ciudad de Jerusalem,
IS~no que sufrió fuera de ella. Y en el versículo 14 se nos
hace una llamada a que salgamos nosotros también fuera de
la sociedad de nuestros días para sufrir con Cristo los .re-
proches del mundo malo.

Aquí también se menciona una de las glorias de los Cris-


tianos. Se menciona que nosotros tenemos una comida que
los del mundo rio pueden comer. Los sacerdotes, por la Ley,
comían de la carne de los animales que sacrificaban. Nadie
más podía comer de ella. Así el Creyente recibe de Cristo
el Pan de Vida, que el mundo no conoce, ni puede recibir.
Pero en el caso del sacrificio de la expiación, ni sacer-
dote ni Levita comían del sacrificio. En los primeros tres
capítulos de Levítico se habla del sacerdote diecinueve ve-
ces; pero sólo aquí se le menciona como "el sacerdote ungi-
do". Recordemos que el sacerdote era tipo del Cristiano,
del que había recibido a Cristo como Señor y Salvador. El
ungido es sobre quien ha venido el Espíritu Santo para ser-
vir a Dios. De modo que aquí tenemos representado lo que
podemos hacer para unirnos con Cristo en Su sacrificio y
servicio.

En primer lugar, aquí se nos presenta a Cristo solo.


Nadie puede hacer algo para Cristo si no primeramente
Cristo haga algo para él, salvándole. De modo que aquí,
en este sacrificio, el sacerdote que busca acercamiento a Dios
pone sus manos sobre la cabeza del animal del sacrificio.

58
· Luego se recoge la sangre al matar al animal, y la lleva
el sacerdote en funciones dentro del Lugar Santo, para es-
parcida siete veces ante el velo y después poner de ella en
los cuernos del altar de incienso. Por la sangre del sacrifi-
cio tenemos entrada hasta el Lugar Santo, hasta el mismo
velo que nos separa del trono de Dios. Siete simboliza per-
fección divina. La sangre de Cristo es la única eficaz por-
que es la única perfecta, sin pecado. Y perfectamente llena
nuestras necesidades. El incienso es tipo de la oración. Y
al poner la sangre en los cuernos del altar de incienso, se
tipifica que tanto las oraciones de Cristo como también las
nuestras ahora tienen entrada a la presencia de Dios dentro
del velo. Nosotros compartimos ahora con Cristo el gran
ministerio de la oración, ministerio olvidado por la gran ma-
yoría de los Cristianos, por no haber recibido la unción.

El resto de la sangre se derrama al pie del gran altar de


sacrificio a la entrada del Tabernáculo, donde se hace expia-
ción del pecado del pue!Jlo.

Pero todavía nos falta algo. Se toma toda la grosura, el


sebo del animal sa.crificado, y se lo pone en. el altar para
quemarlo. El sebo representa la justicia y bondad y vida
buena de Cristo. El hombre es pecador y tiene que morir.
Cristo, santo, tiene salud eterna. Yo, como pecador, no
tengo tal justicia ni bondad, ni salud; de modo que toda la
gordura tendrá que quemarse.

Luego se toma los riñones, para quemarlos en el altar.


En nuestros tiempos usamos el corazón como centro de las
afecciones. Pero en los tiempos antiguos los Hebreos usa,
ban como centro de sus afectos los riñones. Nuestros afee,
tos tendrán que quemarse en el altar junto con Cristo.

59
Los riñones son purificadores de la sangre. El pecador
es salvo por la muerte de Cristo. Pero se necesita algo que
nos haga desear ser buenos, usar de justicia. Nuestra san-
gre, de igual manera, está siempre ensuciándose, y necesita
los riñones para siempre estada limpiando, purificando.
Cuando Dios salva un alma, pone dentro de ella un algo
que nos da deseo de vivir rectamente, de ya no pecar. Cris-
to no sólo nos imputa al pecador Su justicia, le DA la jus-
ticia de Cristo, de modo que nunca más estamos contentos
en el pecado.

De modo que, al altar también con los riñones. ¡Que-


madlos!

Ahora venimos a la parte que nosotros podemos hacer:


Se toma todo el resto del becerro, las pezuñas, el cuero,
cuernos, huesos, carne, estiércol, todo, fuera del real al lu-
gar donde se vacía la ceniza, y allá se quema. Esta parte que
se desecha lo somos nosotros. Nosotros, con nuestros es-
fuerzos, no servimos para el sacrificio a favor del pecador.
Donde Cristo murió en la cruz para la salvación de los pe-
cadores, nosotros tenemos que morir en el basurero, para
poder servir entonces a Dios, como muertos y levantados a
nueva vida (Rom. 6). A nosotros nos gustaría ser el buen
bistek que comen los sacerdotes. Dios cuenta nuestro bien
como estiércol. (Filipenses 3 :7-8). Y Dios pide que vaya-
a
mos con Cristo fuera del real la muerte.

Fuera del real. No nos sorprenda si el mundo nos abo-


rrece. · Es parte de nuestra vida en este mundo. Podemos
ahora servir a Cristo. Con cuánta frecuencia vemos a un
Cristiano, quien podría serie útil al Evangelio, perder su
oportunidad por andar buscando la amistad del mundo.
Quieren ser de la "alta sociedad". Quieren que prospere

60
su negocio. Quieren muchas cosas mundanas. Si alguno
ama al mundo, el amor de Dios no está en él. Nadie podrá
servir a dos señores. Si busca lo del mundo, no puede ser-
vir a Cristo.

El Cristiano debe llevar ei reproche de Cristo. De El


dijeron que echaba fuera. demonios con el poder de Beel~e­
bub. A Pablo le dijeron: ''el mucho estudio te ha vuelto
loco". En Isaías 53: 3 leemos que Jesús era. "despreciado y
desechado entre los hombres, varón de dolores, experimen-
tado en quebranto". Al basurero con nuestros deseos de las
alaban~s de la gente.

Al lugar de la ceniza. Un lugar que no tiene buen


olor, donde se tira la basura. Allá debemos ir; pues que
también nosotros, en nuestra naturaleza humana, somos ba-
sura. Cristo nos ha salvado, y salvos somos; ahora vayamos
con El para la consagración: al basurero con nuestro ser
carnal, nuestro ser entero.

. Dejo a mis amables lectores seguir el estudio de los de-


más sacrificios. Cada uno representa una fase de la Obra
de Cristo. El macho cabrío que se soltó a lo despoblado des-
pués de poner el sacerdOte las manos sobre su cabe~a. re-
presenta a Cristo llevando nuestros pecados muy lejos. El
toro representa a Cristo como nuestro llevador de cargas.
El cordero, la humildad de Cristo ante Sus angustiadores.
Animal macho Se usaba cuando el que ofrecía era gobernan-
te en su grupo o familia. Animal hembra se usaba cuando
la persona que ofrecía, o el grupo por quien se ofrecía, esta-
ban bajo mando de autoridad. Creo que cada lector, al es-
tudiar la Ley podrá hallar el significado para el Cristiano.
Para nuestra instrucción fue escrito.

61
CAPITULO VI.

CRISTO EN LOS SALMOS.

El libro de los Salmos es más que una colección de can.


tos. Es, a la ve4, un libro de instrucción doctrinal y un li..
bro de profecíá. Todos los Salmos tienen su lado doctrinal,
de instrucción, y también tienen su lado profético. No nos
es posible aquí considerar todos los Salmos, pero trataremos
de unos pocos escogidos.

Comenzando con el Salmo 1, hallamos primero la des-


cripción de un hombre perfecto. Y ningún hombre, sino
Cristo, es así perfecto. No dice que bienaventurado el va..
rón que no ANDA en consejo de malos, que no ESTA en
el camino de pecadores, que no SE SIENTA en la silla de
escarnecedores. No. Dice que el que no anduvo (ni una
ve4), el que no ESTUVO (ni una sola vez), el que no se
HA SENTADO (ni una ve4).

No hay hombre que haya vivido así. No hay hombre


que haya tenido delicia en la Ley de Dios, y que meditara
en ella día y noche. Sólo Jesucristo.

De modo que en este primer Salmo se asienta la perfec-


ción que sólo Cristo tiene, Quien nunca pecó, aunque vivió
como varón en la carne como nosotros. Así nos dirige la
mirada hacia el futuro, para buscar a aquel Varón, Hijo del
hombre, que sería así perfecto:

El Salmo 2 tiene dos aplicaciones, una mediata, y la otra


inmediata. Leamos los primeros tres versículos:

"¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan


vanidad? Estarán los reyes de la tierra, y príncipes consul-
tarán unidos contra Jehová y contra Su Ungido, diciendo,
Rompamos sus coyundas y echemos de nosotros sus cuer-
das".
El cumplimiento inmediato (primero) lo hallamos en
Hechos capítulo 4. Los Hermanos, ante la persecución, le-
de can- vantan su vo-4 en oración a Dios, citando en b:; versículos 24-
y un li- 26 el Salmo 2, y aplicándolo a los que ordenaron la muerte
doctrinal, de Jesús. La palabra traducida en nuestra versión "gentes",
No nos es la que significa las "naciones no judías". Los. romanos,
paganos, forman parte de ellas. "Reyes de la tierra" abarca
a Herodes y Pilato, como también a los sumosacerdotes y de-
más del Sanhedrín de Israel. Literalmente se cumplió la pro-
fecía ..

Una de las mejores maneras de comprobar la inspira-


ción verbal (palabra por palabra) de la Biblia, es ir leyen-
do todas las profecías del Antiyuo Testamento y que se cum-
plieron al pie de la letra en el Nuevo Testamento.

Pero hay otra aplicación de esta profecía: Se ha profe-

63
ti.zado en el Apocalipsis que en los últimos tiempos los re-
Yes de la tierra se juntarán en rebelión contra Dios. Hasta
las religiones se formarán en una religión unida, como quie-
ren los Apóstatas Ecuménicos, esto cuando hayan sido re-
cogido los Creyentes a la nube con Cristo.
\ '

Por los siglos los gobernantes han buscado un gobierno


internacional, de todo el mundo. Hasta ahora han fracasa-
do, y, creo deberían haber fracasado. La famosa organiza-
ción de nuestros tiempos, Las Naciones Unidas, es una or-
ganización satánica, que a diario se va debilitando. Y según
Daniel 2:43, que dice, correctamente traducido, "mezcla-
rán las simientes de los hombres, mas no se pegarán el uno
con el otro", nunca habrá un gobierno mundial hasta llegar
el Anticristo en la final semana de años.
1

Notemos que dicen los reyes, "rompamos sus coyun-


das ... ~, Los gobernantes de este mundo no son Cristianos,
y no quieren las leyes de Dios. No buscan Su justicia. Abo-
rrecen el dominio que Dio,s reclama sobre este mundo, y se
rebelan silenciosamente. Un día esta rebelión será abierta ~-

y acérrima.

En Lucas 19:14, en la parábola de los talentos, Cristo


dice (ciertamente hablando de su propia nación y tiempo,
lo mismo que del mundo entero y del futuro), "No quere-
mos que Este reine sobre nosotros". El espíritu humano,
como espíritu de pecadores, es de rebelión contra la auto-
ridad divina. Por eso un pecador se niega a aceptar a Cris-
to como Salvador y Rey. Por ello las Iglesias se hacen frías
y se mueren. Por eso los Cristianos se hacen mundanoiS,
buscando las riquezas y lo que se puede comprar y pier-
den su espiritualidad.

64
Veamos la reacción de Dios: Primero (Salmo 2:4) Dios
se reirá de ellos. Qué risa Le ha de dar a Dios ver que se
rebelan contra Su infinita potestad tales miserables gusanos.
¿Qué podrá el hombre hacer contra el inmenso poder del
Creador del universo? Pero tan necios son los hombres que
lo hacen; se rebelan contra Dios.

Pero Dios no se contenta con risa. ..Turbáralos en Su


furor". Salmo 2: 5. Dice bien el Salmo 14: 1, que ..Dijo el
insensato en su corazón, no hay Dios" (Versión antigua).
Para cada hombre hay un juicio que le espera. Y en el Día.
Final habrá juicio sobre el mundo inconverso por su rebe-
lión contra Dios. Léase en Ezequiel 38 y 39 la profecía del
fin del inmenso ejército Ruso en la Batalla de Armegedón .
..No os engañéis; Dios no puede burlarse ... "

El fin de la cosa es el Reinado de Cristo. ..yo empero,


he puesto mi Rey sobre Sión, monte de mi santidad". (Sal-
mo 2:6). Hay los que afirman que la doctrina. del reinado
de mil años de Cristo sobre el mundo se halla en unos po-
quillos textos, todoo en el Nuevo Testamento. Mentira. Es-
te tema se presenta por todo el Antiguo Testamento. Y se-
gún Judas 14, aun antes de~ Diluvio se predicaba tanto la
segunda venida de Cristo como el juicio que El hará so-
bre los malos.

A Cristo se Le dará, por mandato del Padre, hasta las


naciones paganas. En Isaías 61 se unen las profecías de la
primera venida de Cristo con la segunda. Dice, al hablar de
Su venida en misericordia: ··día de venganz.a del Dios nues,
tro". ( v. 2) . Al citar este pasaje en Lucas 4: 18-19, Cristo
cita bien pero brinca esta parte del versículo, porque no et1'
tra en el tiempo de la primera parte del texto. Es la párte
mediata de la profecía, y todavía se ha de cumplir.

65
"i:~~~~:-:;:1\j}~~, ..i!J}lt-~F~i:;
. ·• e
l··

Notemos también que dice qúe pondrá Su Rey sobre el mayores; y


Monte Sión. Es decir, en Jerusalem. No se trata de un xilio, geneal
..reino" nebuloso por allá entre las nubes. SeJá aquí en este beso debemos
mundo, y su trono estará en Jerusalem, en el Monte Sióri, suelva.
donde reinó David.

Pero la profecía va más allá. Se declara la hermosa ver-


dad de la encarnación y deidad de Cristo: "Yo publicaré el
decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo eres Tú; Y o te en-
gendré hoy". (Salmos 2:7). ¿Quiere decir esto que Cristo
tuvo origen, que no es eterno? No por cierto. Cristo es
eterno, como se ve en Juan 1:2 y muchos otros pasajes. Se to.
refiere a su nacimiento humano. Así como los hombres en-
gendran hijos en sus mujeres, así Dios engendró a Cristo en
la Virgen María. El cuerpo de Jesús fue el engendrado. El
mismo es eterno, sin principio.

Y finalmente, en el versículo 9, se predice el juicio del


Hijo sobre Sus enemigos, y cómo los destruirá en la gran
Batalla de Armagedón.

Luego, en el versículo 11, dice que debemos servir a Dios El


con temor, con alegría, pero con temblor. Y oímos un grito Salmo
de angustia de ciertos buenos hermanos y otros que no son do.?"
hermanos, "Temor, no. Nadie debe temer a Dios". Pero donado
la Biblia dice que sí. No con el miedo mundano, pero con y sufria
un temor justo, sí. píos es grande. Su poder y Su majestad
son inmensos, fuera del alcance de nuestras mentes finitas.
Y es justo temer ofenderlo, temblar en Su presencia.

En los tiempos de Cristo había muchos besos. El beso


en la frente que un padre daba a su hijo; el beso en la me-
jilla que era de amigo para con amigo, el beso de amor con-
yugal en la boca.; el beso en la mano que era para nuestros

66
mayores; y el beso en el pie de quien imploraba perdón o au-
xilio, generalmente de un e9<=lavo o un reo. ¿Qué clase de
beso debemos dar al Hijo de Dios? Que mi buen lector re-
suelva .

. El Salmo 22 nos habla de la muerte de Cristo en la cruz.


-·~~ermosaver- En Mateo 27:45-47 se nos platica que cuando Jesús estaba
publicaré el en la cruz muriendo, y transcurrieron las tres horas de ti-
Yo te en- nieblas, Cristo clamó, "Elí, Elí, Lamá sabachthaní". La gen-
que Cristo te que estaba junto a la cruz no entendió, pues ya no se ha-
Cristo es blaba el hebreo en el tiempo de Cristo. Era un idioma muer-
Se to. Algunos hablaban el arameo; pero el idioma de la gente
en general era el griego "koiné", o sea griego común, que
se estaba transformando en el idioma universal para el c<Y
mercio y la vida social. (Hay quienes sostienen que se ha-
blaba como lengua nacional en ese tiempo el arameo, y que
nuestro Nuevo Testamento es una traducción. Pero un es-
tudio del lenguaje del Nuevo Testamento indica que Jesús
predicaba en Griego, y que el Nuevo Testamento no fue
una traducción) .

El grito de Jesucristo que mencionamos es una cita del


Salmo 22: 1: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has deja-
do?" Cristo, en las tres horas de tinieblas fue de veras aban-
donado por el Padre, porque llevaba el pecado del mundo,
y sufría las penas eternas de nuesJtros pecados. Y esto era
necesario. De manera que, muchos siglos antes, Dios le dijo
a David que escribiera el Salmo 22, profetizándolo.

Cabe aquí contestar algo que sacaron los ateos, y que


El beso propagan los ateos actuales, los Modernistas, y que algunos
muy buenos hermanos se han tragado y predican. Dicen
que David fue un hombre muy piadoso y muy poeta. Que,
sentado junto a su rebaño, se puso a pensar en el cuidado

67

- ----------------------
de Dios sobre él, y escribió el Salmo 23: ..Jehová es mi pas-
tor •.. " Esto, aunque lo digan sinceramente algunos bue-
nos hermanos, es completamente falso. David mismo nos ha
dicho cómo escribió los Salmos: Veamos 2 Samuel 23:1-3:

..Estas son las postreras palabras de David. Dijo David,


hijo de Isaí. Dijo aquel varón que fue levantado alto, el
ungido del Dios de Jacob, el suave en cánticos de Israel:
El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y Su Palabra ha
siclb en mi lengua".

Definitivamente declara David que los Salmos que es-


cribió no fueron de él, sino que Dios se los dio. Los Sal-
mos son parte íntegra de la revelación de Dios, y no obra
humana. Y aquí, Jesús que fue el Autor del Antiguo Tes-
tamento, lo cita p;ara aplicarse a Sí mismo.

Lea mi amable lector otra ve'Z los primeros tres ver-


sículos del Salmo 22. Con cuánta fidelidad describe el su-
frimiento de Cristo en la cruz al ser abandonadb de Dios está senara4l
por nosotros. De aquí sacamos que fue preordenado por Jesús
Dios que así sufriera, y que así clamara. Y Cristo cumplió
VeaJD08:~i
la profecía.

Viene la pregunta: ¿Por qué fue necesario que Dios


efectivamente abandonara a Jesús en Su muerte? Yo no creo mítase a
que Jesús haya sufrido algo innecesario en Su rp.uerte. Pero placía".
la pena del pecado para el pecador inconverso es la eterni-
dad en el Infierno, abandonado de Dios. Cristo, siendo in-
finito, sufrió en estas tres horas de tinieblas todo lo que los
pecadores tendrían que sufrir por la eternidad, incluyendo
el ser abandonado por Dios. Y Cristo, que no quiere que
nosotros ignoremos Sus hechos y Sus Planes, inspiró la prO'
fecia y la cumplió cuando gritó, ..Dios mío, Dios mío, ¿por

68

" _; - -~" '~


e; mi pas- qué me has desamparado?" Para nuestra salvación, fue ne-
IJI2UD(>s bue- cesario que Dios tratara a Su Unico Hijo como reo conde-
nos ha nado. Fue contado entre los pecadores. Y es de notarse que
23:1-3: en esta vez Jesús no Le dijo a Dios "Padre", sino "Dios".

Se pregunta a veces, ¿Por qué preguntó Cristo esto, si


ya lo sabía bien? La contestación es que fue hasta cierto
punto lo que los literatos llaman una pregunta retórica. El
sabía, pero quería que nosotros también supiéramos. Como
dijo el texto con que comenzamos esta obra, estas cosas fue-
ron escritas para nuestrá enseñanza. Es la voluntad de Di()S
que los hombres lean y conozcan la Biblia, incluyendo el
Antiguo Testamento y las profecías.

Notemos cómo se profetiza aquí los detalles: ·día y no-


che, ( v. 2). No se refiere aquí a muchos días y muchas
noches, sino a las tres horas de luz y tres horas de tinieblas,
el tiempo que Cristo estuvo agonizando, tres horas que sim-
bolizan todos los días y todas las noches en que el pecador
está separado de Dios, abandonado. Y durante este tiempo
Jesús gemía y lloraba.

Veamos ahora en los versículos 7 y 8 las burlas que Le


hicieron los que veían: "Todos los que me ven, escarnecen
de Mí. Estiran los labios, menean la cabe.za, diciendo, Re- '
mítase a Jehová; líbrelo; Sálvele, puesto que en El se com-
1 , ,.,
p1ac1a .

En el v. 14 se dice, "Todos mis huesos 8e desconyun-


taron ... " Notemos cómo la profecía da, incluso, detalles.
Pues es una descripción muy gráfica de la crucifixión prac-
ticada por los Romanos. Los huesos de los brazos, hQmbros,
manos y pelvis salieron de su lugar. ( v. 14). La acción del
corazón fue afectada por el sufrimiento. ( v. 14). Falta de

69
fuerza. ( v. 15). La sed extrema. ( v. 15). Las manos y los
pies horadados. (v. 16). La vergüenz,a de la desnudez,. (v.
17). Y todo esto se cumplió al pie de la letra. Y en el v.
18 se predice que partirán entre sí Sus vestidos.

En los versículos 12 y 13 y 16-7, se presenta el vulgo


furioso que rodea la cruz,. Habían az,otado a Cristo; Le ha-
bían dado bofetadas; Le habían arrancado la barba; habían
tratado de apedrearlo, y ahora, según el v. 13, parece que
hasta Lo mordieron. Con qué cuidado se cumplió esta pro-
fecía dada tantos siglos antes.

En el versículo 18 se nos dice que Le quitaron la ropa


para dividirla entre sí. Simbólicamente Cristo fue despoja-
do de Su rop:a para que nosotros tuviéramos el vestido blan-
co de Su Ju9ticia.

Pero, aún en la muerte, Jesús tuvo confianz,a en Dios.


Los versículos 19-21, presentan Su oración. El sabía que
para morir había venido a este mundo. Pero confiaba en el
Paclrt! que aunque Su cuerpo fuera a la tumba Dios Lo le-
vantaría otra vez, con vida. Esto se dlice claramente en el
Salmo" 16:9-10: ..... Mi carne reposará segura. Porque no
dejarás mi alma en el sepulcro". (La palabra traducida aquí
"sepulcro", es la palabra hebrea ''sheol", que significa "en
lugar de los espíritus de los muertos"). Se profetiz,a aquí Su
resurrección, así como en las palabras que siguen: "Ni per-
mitirás que Tu santo vea corrupción", En la que se refiere
a que Su cuerpo no se pudrió en el sepulcro.

En el versículo 22, dice el Salmo que "Anunciaré Tu


nombre a mis hermanos ... " Esto se refiere a la predica-
ción de Cristo cuando estuvo viviendo en este mundo. Lo
mismo en los versículos 30-31. En los versículos 25-28 se

70
habla de la segunda venida, y del triunfo de Cristo y Su
Reino Celestial en este mundo.

Maravilloso es ver cómo se predice en el Antiguo Tes-


tamento tantos detalles de la primera y la segunda venidas
de Cristo.

El Salmo 45 tiene valor en el estudio de las profecías


de Cristo. Habla de Su alabanza, de Su hermosura, y de
Su Reino. Y si alguno preguntare cómo sabemos que se
trata de Cristo, lo referiremos al versículo 6, donde dice:
''Tu -trono, oh Dios, eterno y para siempre". Este versículo
se dta en Hebreos 1:6-8, donde Dios Padre habla al Hijo,
y establece para siempre el Reino. El pasaje aplica al texto
citado a Cristo, Quien es Dios. Habla, en el versículo 3 de
la victoria de Cristo sobre los ejércitos de los malos a Su
venida.

Nótese aquí un indicio del carácter de Cristo. Mucho


se Le pinta como manso y humilde, lleno de gracia y ver-
dad. Y esto es cierto; pero es sólo un lado de la moneda.
Al otro lado está la santidad de Cristo, y Su justicia, que
se muestran en la venganza que tomará sobre los malos a
Su segunda venida. En la primera venida vino manso y hu-
•m:a ··en milde para salvar; en la segunda venida vendrá como Juez
aquí Su del mundo, con fuerza y poder para venganza y castigo
"Ni per- sobre los malhechores. Nunca hay que decir que Jesús ama
se refiere y nunca odia. Nunca hay que decir que Cristo galardona
la justicia, sin agregar que castiga la injusticia. No podría
ser santo si no aborreciera la maldad.

Un versículo notable es el 7: "Te ungió Dios, el Dios


Tuyo, con óleo de gozo sobre Tus compañeros". La un-
ción del óleo santo era tipo de ser lleno del Espíritu San-

71

--------- -----------· -----------"'


to, lo que se cumplió en Cristo en Su bautismo. Pero por
otro lado, hay algo futuro en la profecía. Es óleo de gozo.
La vida de Jesús en Su primera venida no fue de gozo,
&ino de aflicciones y dolores. Pero Su segunda venida será
con gozo y grande alegría. Será el Rey absoluto, glorioso
sobre todo lo que podemos imaginamos. En el versículo 8
se menciona lós perfumes que exhalarán Sus vestidbs. Se
habla de Su futura venida cuando será Rey universal. Se~
guramente traerá en Su ropa el perfume del mismo Cielo.

En el Salmo 69 hallamos numerosas referencias a Cris-


to. En los versículos 7 y 8 dice: "Por amor de Tí he su~
frido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro. He sido
. extrañado de mis hermanos, y éxtraño a los hijos de mi ma~
.J_ ,
ure .
oró,
hacen-
Hay algunos que afirman que María, madre de Jesús . "
por lo&
según la carne, siguió siendo virgen portoda la vida, y que hacían,.
nunca se unió a José su marido. En Mateo 1 :54~ 57 se nos
dice que José la tomó por mujer, aunque no juntándose con
ella hasta después del nacimiento de Jesús. En Mateo 13:
54~57 se nos dice que Jesús tuvo cuatro hermanos y varias
hermanas (medios hermanos, siendo José padre de ellos) ..

. Pues aquí en este Salmo se predice que Jesús había de


sufrir el reproche de Sus hermanos, siendo que ellos no ere~
yeron en El hasta que se les apareció después de Su resu~
rrección, cosa que se confirma en Juan 7:5.

En el versículo 9 se predice la :limpia del Templo, cuan~


do dice que ''Me consumió el celo de Tu Casa". Este texto
se cita en Juan 2: 17, de modo que sabemos que la profecía
era de este incidente.

72
En el mismo versículo 9 se dice que los reproche's de
Dios cayeron sobre EL Este reproche, la enemistad del
hombre natural hacia Dios y Su justicia y Su Ley, caé na-
turalmente sobre los que a Dios siguen. Pero cayó de una
manera especial sobre Cristo, porque llevaba en Sí mismo la
justicia de Dios, sin pecar nunca y aborreciendo el mal. Se
culminó cuando estuvo en la cruz, y los que veían se mo-
faban de El. Se muestra todavía hoy día en la enemistad
de los pueblos a los ministros de Dios y a los que quisieren
implantar leyes justas. Fue necesario en el Huerto de Get-
semaní que un ángd fuese a fortalecerlo, pues no había pa-
ra El ayuda humana ni simpatía humana. Gloria a Dios,
porque cuando Cristo pidió al Padre que pasara de El la
copa de muerte antes de llegar a la crt14, Dios oyó y man-
dó al ángel para fortalecerlo. Igualmente, cuando en la cruz
oró, pidiendo ••padre, perdónalos; porque ' no saben lo que
hacen", estoy seguro que Dios oyó. Pues esto lo pidió, no
por los sacerdotes y sus compañeros, que sí sabían lo que
hacían, sino por los soldados romanos que obedecían órde-
nes sin darse cuenta de a Quién crucificaban.

El versículo 20 nos hace pensar en el Huerto de Getse-


maní, donde Cristo pidió a sus discípulos que velaran y
oraran con El, pero todos se durmieron. Nadie se acordó
de consolar a su Maestro.

Notemos también en el versículo 21, qué claramente se


predice la sed de Cristo en la cruz, y que le dieron de be-
ber vinagre y hiel. Y nótese el claro cumplimiento en Ma-
teo 27:33-34. ·

El Salmo 11 O nos da una pmfecía muy clara de Cristo


en Su retomo al mundo y de Su obra previa. Primero ha,
bla de Cristo sentado a la diestra del Padre mientras llega

73
el momento de volver al mundo para reinar. Luego, en el
versículo 2 a 3, habla de cómo será el Reiao santo. Pero
en el versículo 4 pone, como paréntesis, la declaración cita-
da en Hebreos 5:5-6, de que Cristo es el grande y único
Sumosacerdote (pontífice en nuestra traducción). El su-
mosacerdote en el Tabernáculo y Templo, era tipo de Cris-
to. Los Católicos viven en el Antiguo Testamento, tratan-
do de hacer los sacrificios diarios (la misa) y siguiendo a
un sumosacerdote humano (el papa). Cuando Cristo cum-
plió y terminó los sacrificios al morir en la cruz, es El, el
sumosacerdote de los Creyentes.

Y los versículos~ 5 y siguientes, hablan de la venganza


que un día tomará el Rey cuando vuelva a la tierra para
.
remar.
'

No hemos mencionado todos los Salmos que tienen ele-


mentos proféticos; pues son casi todos. Pero hemos dado
algunos que servirán para guiar al lector en un estudio más
detenido de este hermoso libro profético de los Salmos.

74
en el
Pero

CAPITULO VII.

CRISTO EN ISAIAS.

El gran libro profético del Antiguo Testamento es el de


Isaías. Ha tenido un impacto terrífico tanto sobre la na-
ción de los Judíos como sobre el cristianismo. Pues tiene
más palabras proféticas que todo el resto del Antiguo Tes-
tamento.

Tomaremos por partes el libro, tratando primero de la


primera venida de Cristo. Comenzaremos con el famoso
pasaje en Isaías 7: 1O~ 14. Dios había ofrecido al rey Achaz
darle una señal (La palabra hebrea es, literalmente, "un
milagro"). Achaz se negó a pedirlo, no queriendo tentar
a Jehová. Entonces viene la famosa promesa, en el versícu-
lo 14, "Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí
que la virgen concebirá y parirá hijo, y llamará Su nombre
Emmanuel".

Objetan los incrédulos que es imposible que una mujer


virgen conciba y tenga hijo. Exactamente así. Por eso se
dice que será un milagro. El Dios que hi.w el mundo puede
controlarlo. El mecánico que hace un automóvil, claramen-
te podrá cambiar su dirección y su velocidad. De la misma
manera, el Dios que formó este mundo e hi-40 las leyes de
la naturale~a fácilmente puede modificarlas cuando El quie-
re, a Su gusto. Sería ridiculo pensar en un Creador que no
tiene control sobre Su creación. Sí, humanamente es impo-
sible que una mujer tenga hijo sin intervención de un va-
rón. Pero para Dios todo es posible~

Pero hay personas que afirman que la palabra aquí usa-


da en el original hebreo, "almah", no significa virgen, sino
sola mente una mujer joven. Diré sencillamente que los eru-
ditos estudiantes del original están unánimes en afirmar que
la palabra significa "virgen". Todas las traducciones reco-
nocidas así la traducen. Hasta la pobre e indigna traduc-
ción de los setenta, la llamada "Septuaginta", que tradujo
el Antiguo Testamento del hebreo al griego, va de acuerdo,
usando la palabra ••párthenos", virgen. Y en el Nuevo Tes-
tamento, que generalmente desconoce la traducción de los
setenta, aquí va de acuerdo, pues en Mateo í:23 se traduce
~1 mismo pasa.je "virgen". Y, lo que me parece CCJ;si un
milagro, en la versión española de 1960, con todas sus .ma-
las traducciones y sus textos retorcidos, en este caso se
vieron obligados a traducirlo también por ··virgen".

Y todos los léxicos hebreos van de acuerdo. Hace algu-


nos años leí una obra en que un Modernista citó a un léxi-
co, o diccionario hebreo, diciendo que daba el valor de esta
palabra hebrea ··almah", como sencillamente ··una mujer
joven". Me tomé la molestia de buscar la citaba obra, y
hallé que el sinvergüe~a había citado trunca la definición
dlel léxico. Pues éste da el significado así: ··una mujer jo-

76
ven que nunca tuvo relación sexual con un hombre". Qué
bonito; citar la primera parte de la definición, pero cortan,
do la segunda parte, la más importante.

Además, lo que dijeron tanto María como el ángel, de,


muestran claramente que ella era virgen. Leamos en Lu,
cas 1:34,3 5: "Entonces María dijo al ángel, ¿Cómo será
esto? porque no con~co varón. Y respondiendo el ángel
le dijo, El Espíritu Santo vendrá sobre tí, y la virtud del
Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo santo que
nacerá será llamado Hijo de Dios". Muy claro es, que aquí
no se trataba de una preñez natural, en que el niño es engen-
drado por un varón, sino · de un milagro, cosa completa,
mente sobrenatural. La única manera de negar esto es ne-
gar la inspiración verbal de la Biblia, cosa que con gusto
hacen los Modernistas y otros tipos de ateos.

Y esto nos abre un hermoso go~o y base de fe para el


Creyente que ha nacido desde arriba. Naciendo así de obra
del Espíritu Santo, el Niño sería llamado "Emmanuel", Dios
con nosotros.

Hace muchos años oí un cuento que nos ilustra esto.


Un niño andaba con su padre en el campo, y por descuido
pisó un hormiguero, tapando la entrada. Las hormigas cov
rrían de lado a lado, tratando de abrir otra vez la entrada
a su casa. Espantado de lo que había hecho, el niño se puso
a escarbar, para ayudar a las hormigas. Pero cuánto más es-
carbaba, más se tapaba la entrada al hormiguero. Al fin el
padre le dijo, "Hijo, déjalas. La única manera de poder tu .
ayudar a las hormigas sería que tu te hicieras hormiga como
ellas".

Dios, queriendo salvar a esta pobre humanidad de pecat

77
dores, se vio obligado a hacerse hombre también. Y así na-
ció Cristo, "Dios con nosotros", Dios en la carne. Y así
pudo salvarnos.

Y esto no fue una cosa repentina, del momento. Fue


el Plan de Dios desde el principio y fue profethado muchos
siglos antes de nacer Jesús. Fue parte del eterno Plan Di-
vino de los Siglos.

Así, habiendo vivido como hombre aquí en la carne,


Dios puede entender nuestra vida, con sus afanes, sus do-
lores, sus tentaciones, y sus problemas. Y, habiendo vivido
sin pecado, y habiendo cumplido la Ley divina de modo
que no tenía pecado propio, pudo asumir nuestra deuda de
pecado y pagarla en la cruz.

Y aquí contestamos otra vez la objección de nuestros


enemigos, formulada así: "¿cómo decimos que no tenía
Cristo padre humano, cuando la Biblia repetidas veces Le
llama Hijo del Hombre?" Hombre abarca la raza humana,
inclu~do las mujeres. Varón abarca sólo a los masculi-
nos, no a las hembras. Cristo nunca fue llamado "Hijo de
varón", porque no tenía padre humano. Pero fue llamado
"Hijo de hombre" por haber nacido & la raza humana.
María fue de la raza de los hombres, pe'J"o no varón.

Y qué gloria nos es saber que nuestro Divino Salvador,


siendo Dios, es también hombre, que puroe compadecerse
de nuestras aflicciones, que tuvo hambre, sed, cansancio,
sueño, que sufrió todos nuestros dolores y males. (Heb. 4:
15).

Y esto nos da ·una gloriosa esperanza. Dios es Espíritu,


y no sería posible que nosotros, en la carne otra v~z después

78
de la resurrección, Lo viéramos. Pero El la persona de Cris-
to, vivió en cuerpo humano, y en el Cielo tendrá este cuer-
po glorificado, y nosotros Lo podremos ver con estos ojos.
Nunca habrá la separación de lo visible de lo invisible. Co-
Fue mo dijo Job, "yo sé ... que en mi carne veré a Dios".

También está profetizado en Isaias que Jesús ha de rei-


nar en esta tierra. En Isaías 9:6-7, leemos: "Porque un
niño nos es nacido; hijo nos es dado; y el principado sobre
la carne, Sus hombros; y llamaráse Su nombre Admirable, Consejero,
sus do- Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dHatado de
vivido Su imperio y la paz no tendrán término, sobre el :trono de
de modo David, y sobre Su reino, disponiéndolo y confirmándolo
deuda de en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo
de Jehová de los ejércitos hará esto".
Aquí tenemos el segundo paso en la Persona de Cristo
en el Antiguo Testamento. Tpda la Biblia, el Antiguo co~
mo el Nuevo Testamento, gira alrededor de la cuestión de
si la Biblia es la misma PaJabra de Dios, de si Jesús fue y
humana, es precisamente lo que se nos dice en la Biblia. Sin Cristo no
masculi- hay Cristianismo. No hay Cristianismo sin un Salvador
-Hijo de nacido de vir~n sin padre humano, y Quien ha de reinar
Damado un día en este mundo. Sólo Dios mismo, en forma humana,
puede hacer que se cumplan las profecías.

Este texto tiene dos lados: En primer lugar Sie nos pre-
senta al Jesús humano. "Un niño nos es nacido". Cristo es
eterno. El mundo fue hecho por El (Juan 1 : 1-4) . Pero su
cuerpo tuvo su origen cuando fue concebido y nació de Ma-
ría. Así en la carne pudo entrar en 1todos los goces y sufri,
mientos humanos. El que hizo el universo, y que sustenta
todas las cosas por Su poder infinito, vivió como hombre.

Durante Su vida aquí dio muchísimos consejos hermo-

79
sos y santos. Y bien Se Le llama el gran Consejero. Esto
no es lo mismo que llamado Admirable. La palabra hebrea
aquí traducida ••Admirable", significa ··un milagro". Y
efectivamente Cristo es un milagro. Su nacimiento no si-
guió las leyes de la naturaleza. Su vida ocupada en sanar
a los enfermos, dar vista a los ciegos, levantar a los muertos,
y dejarse matar para después levantarse El mismo victorioso
del sepulcro, todo fue un milagro.

••Dios Fuerte". Aquí loo enemigos de Dios alzan las ma-


nos horrorizados. ••¿Qué?" exclaman. ••¿Dicen Uds. que
Cristo es Dios?" Sí, lo decimos. Pues lo afirma toda
la Biblia, y lo comprueba la experiencia de los que son na-
cidos de arriba. Sé -bien que hay los que se quejan de que
ellos nunca tuvieron estas .experiencias, que a ellos Dios nun-
ca les contesta las oraciones, que ellos nunca han experi-
mentado los supremos goces que otros han tenido en los
cultos o a solas con Dios. Y francamente dudan los testi-
m~os de 1~ Cris~an<>;". A tales pe:sonas les doy u~ ~on- ~
sejO: Exammese si esta en la Fe, sr e.s salvo. Podna ser
que Ud. nunca de cm-a.zón se entregó a Cristo. Y podría
ser también que, aunque salvo, anda de Dios tan apartado
que no puede Dios bendecirle. ¡Examínese, mi amigo!

Y esto lo digo aunque sea ministro ordenado. He cono-


cido a ministros Bautistas que francamente dicen que ellos
no saben nada de la salvación. He visto ministros Bautistas
que se ríen de la dpctrina de la salvación por la sangre d.z
Cristo. A éstos también les aconsejo, que se examinen para
ver si están en la Fe, salvos. (2 Cor. 13:5).

Príncipe de P¡l.Z,. Este es uno de los títulos más famosos


de Cristo. Todo el mundo busca la pa.z. No hace muchos
años que el entonces presidente de México, Sr .. Día.z Orda.z,

80
dio a la prensa una declaración de que México está a favor
de la pa4 del mundo. Sí, y ¿qué nación no lo está? Terre-
nos conferencias internacionales para buscar la pa4. Hace-
mos pactos, los jefes de las naciones se hacen visitas para
buscar las maneras de confirmar la paz mundial. Se hacen
pactos de desarme. Y Siempre siguen las guerras, tantO ci-
viles como internacionales. ¿Por qué? Porque, como dijo
un estadista norteamericano, en nuestras conferencias en pro
de la paz, no está presente el Príncipe de Paz. Y todos los
planes humanos fracasan. Y deben fracasar. Personalmente
prefiero la guerra a la clase de paz que busca establecer la
Organización de las Naciones Unidas. No habrá paz hasta
que Cristo venga a reinar.

Dicen, ~'Hagamos un programa para abolir la pobreza.


Y, si gastamos bastante dinero, ya se acabará la pobreza".
Uno del gobierno Americano calcularon que se necesitarían
muchos miles de millones de dólares, y que se necesitarán
crear cuatro y medio millones de nuevos empleos, sólo en
los Estados Unidos. Pobre tonto. Se olvida de los borra-
chos que tiran su dinero. Se olvida del instinto para los jue-
gos del az.ar. Se olvida de los miles de hombres que aban-
donan a sus familias. Se olvida de los flojos, y los que no
sienten ninguna responsabilidad de su parte, que no desean
ganarse la vida. El hombre no es por naturaleza bueno.
Hasta que venga Cristo, "siempre tendréis pobres con vo-
sotros". (Mateo 26: 11) .

Pero, ¡cuán glorioso el día en que vendrá el Príncipe de


Paz, y ya no haya pobreza, ni guerra, ni ninguna de las
aflicciones que ahora nos agobian!

Notemos el Reinado de Jesús aquí en este mundo. Si-


gue diciendo Isaías 9:7, "Lo dilatado de Su Imperio y la

81
,¡·
'(_, i"~·
. :;

p~ no tendrán término, sobre el trono de David, y sobre


su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en
justicia desde ahora para siempre. El celo de Jehová de los
Ejércitos hará esto".

Dios había hecho al Rey David una promesa: que de


su descendencia Uno se sentaría en su trono para reinar
para simpre. Hasta la fecha no se ha cumplido esto. Aún
es futuro. Pero, como dice Isaías 11:1, brotará una vara
del tronco de David, lo que el profeta Zacarías llama el
••pimpollo". El Reino se restaurará a la dlinastía, o familia,
de David.

El reino será ""para siempre". Y se nos presenta el pro-


blema: ¿No dice la profecía. que el Reino de Cristo será
por mil años? Y ¿por qué se nos dice aquí que para siem-
pre? Muy sencillo. Cristo reinará mil años, permitiendo
entonces un breve período de rebelión, para entonces, ha-
biendo destruido a los rebeldes, seguir reinando por toda la
eternidad en este mundo, purificado por fuego, y hecho nue-
vo. Para ver esto necesita uno estudiar bien el libro del
Apocalipsis.

Aquí quisiera hacer una pregunta: Querido Lector,


¿Has recibido la salvación ya por medio de este Salvador
que dio Su vida por tí, y que un día volverá para reinar?
Te encare.4co que Lo recibas ahora, poniendo tu fe en CriSt'
to, el Prometido Hijo que tenía que nacer según estas pro-
fecias.

Otro acontecimiento que se menciona una ve-4 y otra


por el Antiguo Testamento, especialmente en Isaías, y tam-
bién en el Nuevo Testamento es el Día del Señor, el Día
de Jehová, o a veces sencillamente llamado El Día.

82
Hay una idea falsa entre los Cristianos de nuestra épo-
ca, sobre que el Día del Señor sea el domingo, el primer
día de la semana, día en que los Cristianos adoran. Diré
sencillamente que en toda la Biblia nunca, NUNCA, se le
llama al día domingo el Día del Selor. Hay un pasaje,
de Rev. 1:9-10 donde nuestras versiones así lo llaman; pero
reinar es una mala traducción. Debe decir: "Yo, Juan, vuestro
Aún hermano y participante en la tribulación y en el reino y en
la paciencia de Jesucristo, fui llevado a la isla que es llama-
da Patmos por la Palabra de Dios y el testimonio de Jesu-
cristo. Yo fui llevado (Gr.: egenomen) por el Espíritu has-
ta el Día del Señor ... " La palabra Día del Señor nunca
significa el primer día de la semana.

El Día cliel Señor, el Día de Jehová, se refiere SIEMPRE


en la Biblia a aquel tiempo en que Cristo vierta sobre el
mundo Su ira, o sea el tiempo antes de Su venida a reinar.
Casi todo el libro del Apocalipsis trata de ese tiempo. Y
Juan fue llevado por el Espíritu Santo a ver ese día.

Este Día se menciona y se profeti~a en casi todos los pro-


fetas menores, a la V'~ que en Isaías y en otras partes del
Antiguo Testamento. Y se discute más en detalle en Ma-
teo 24, el Apocalipsis, y otras partes del Nuevo Testamento.
'

En Isaías 61:1-3, tenemos una admirable profecía: "El


Espíritu del Señor Jehová es sobre mí, porque me ungió Jeho-
vá; hame enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos,
a vendar a los quebrantados de cora~n, a publicar libertad
a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel; a pro-
clamar año de la buena. voluntad de Jehová, y el día de
venga~a del Dios nuestro, a consolar a todos los enluta-
dos, a ordenar a Sión a los enlutados para darles gloria en
lugar de ceni~a, óleo de go~o en lugar del luto, manto de

83
alegría en lugar del espíritu angustiado, y serán llamados
árboles de justicia, y plantío de Jehová, para gloria Suya".

En Lucas 4:18-19 Jesús citó este pasaje al predicar en


Su pueblo de N azaret. Pero es de notarse que cita la pri-
mera parte, pero que cuando llega a "el día aceptable del
Señor y el dia de venganza de Jehová", no sigue; no lo cita.
Y nos viene la pregunta, ¿por qué no citó el pasaje íntegro?
La contestación es fácil de hallar. Esta profecía tiene algo
de Su primera venida, pero también de Su segunda venida
y del Día del Señor. Cristo dtó sólo la parte que de Su
primera venida hablaba. Dejó el día de venganza para cum-
plirse más tarde.

Nos gloriamos en la bella enseñanza de que Cristo vino


para morir por nosotros y salvamos. Pero no debemos olvi-
damos de que también volverá un día para venganza sobre
los malos. En Isaías 63:1-4 y 6 leemos:

..¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con ves-


tidos bermejos? ¿Este hermoso en Su vestido, que marcha
en la grandeza de Su poder? Yo, el que hablo en justicia,
grande p:ara salvar. ¿Por qué es bermejo Tu vestido, y Tus
ropas como del que ha pisado en lagar? Pisado he yo solo
en el lagar, y de los pueblos nadie fue conmigo: Pisélos con
mi ira, y hollélos con mi furor, y su sangre salpicó mis ves-
tidos, y ensucié todas mis ropas. Porque\ el Día de la V en-
ganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos es ve-
nido. . . Y con mi ira hollé los pueblos, y embriaguélos de
mi furor, y derribé a :tierra su fortaleza".

Aquí tenemos la profecía de la futura venida de Cristo.


Cristo vendrá para reinar en este mundo. Pero antes de rei-
nar su venganza sobre el mundo malo ,será terrible~.

84
Debemos llamar la atención otra veZí a mis amables lec-
tores sobre la verdad básica de las profecías del Antiguo Tes-
tamento: Casi siempre hay en la misma profecía dos par-
tes, una de cumplimiento inmediato, y la otra de cumpli-
miento mediato. Es decir, que una parte se climple en una
ocasión, y la otra parte en otra ocasión posterior.

Un caso notable de esto se cita en Hechos 2, donde Pe-


dro, para contestar a los que decían que los Cristianos esta-
ban borrachos, les cita la profecía de Joel 2:28-32. Fácil-
mente se notará que en el día de Pentecostés se cumplió la
primera parte, hasta el vertículo 29, pero que la segunda
parro, de que el sol se tornará en tinieblas y la luna en san-
gre, y habrá fuego, sangre y columnas de humo en la tie-
'llc • ,,,..._., vino rra, con prodigios en el cielo y en la tierra. Esto último fal-
dx:m<>S olvi- ta por cumplirse. Una causa de que los Judíos del tiempo
ÍÍIIII!all%3. sobre de Cristo Lo hayan rechazado, es exactamente esto. No dis-
tinguían entre lo inmediato y lo mediato en. las profecías,
y esperaban en la primera venida las señas que tendrá Su
segunda venida. Por ~so tenemos que tener mucho cui-
dado en nuestros estudios de la Biblia, especialmente d!e las
profecías, comparan<lo texto con texto. En partel también
por esto tantas personas afirman que no se pueden entender
las profecías, y que los que dioon que las entienden son fa-
náticos.

Hemos dicho que el Día del Señor, o Día de Jehová, es


aquel tiempo futuro en el qoo Cristo volverá al mundo en
la nube para vaciar Su ira sobre el mundo malo. Y si se
pregunta cuándo será el Día del Señor, contestamos sola-
mente que será a fin de esta edad, o época. Y no debemos
olvidamos en nuestros estudios y en nuestras predicaciones,
de que Cristo es Dios de Amor y a la vez es Dios de ven"
ganza.

85
~

} ' ,, ..

En Isaías 9: 2 se1 habla del glorioso reinado de Cristo en


la tierra: "El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz:
los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplan-
deció sobre ellos". Y en Isaías 2:2-3 se di~e: "Y acontecerá
en lo postrero de los tiempos que será confirmado el monte
die la casa de Jehová por cabeza de. los montes, y StZirá ensal-
zado sobre los collados, y correrán a él todas las gentes. Y
vendrán muchos pueblos,. y dirán: Venid, y subamos al
monte de Jehová, a la casa do Jacob; y nos enseñará en sus
caminos; y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión
saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová". Más se
nos dice en el capítulo 4, versículo 5.

Pero, para establecer el reinado de Cristo, es necesario


primero limpiar el campo. Antes de sembrar, hay que li-
brar el campo de hierbas que no sirven, pero que ahogan las
buenas plantas. En el pasaje que ya leímos, Isaías 63: 1·4
y 6, vimos que Cristo vendrá enfurecido contra los malos.
En su enojo pisará el lagar de su ira, y sus ropas serán teñi-
das con la sangre de Sus enemigos. Se trata de la grande
(y famosa) bataHa del Va1le de Hinnom, comunmente lla-
mada la de Armagedón. Más detalladamente se deseribe
en Ezequiel 38 y 39. La rebelión en contra del estableci-
miento del reinado de Cristo tendrá su comienzo en el ata-
que de Magog y sus aliados (Rusia y otras naciones men-
cionadas en Ezequiel), y termina por la destrucción de ellos
en el angosto Valle de Hagiddo. ·Después de Su victoria SO'
bre estas legiones malas, seguramente poseídas de demonios, .
•astablecerá Su gobierno nacional y mundial en Jerusalem.
díos
Hay quienes se oponen a que se enseñe del día de ven- malos Y
ganza de Jesucristo. Hablan píamente de1l amor de Dios, y
Mesías. Y
12:10).
del Cristo. humilde y manso. Se olvidan que en Deuterono-
los que
mio 4:24, se nos dice que "Jehová tu Dios es fuego que con-

86
sume, Dios celoso". Verdad es que Dios quiere salvar a la
gente y que con los que &CJ prestan, lo hace. Pero "horren-
da cosa es caer en manos. diel Dios vivo". ( Heb. 1O: 31) .
Dicen algunos, "Pero Dios nos ofreció el Cielo". Sí, pero
agregó que "el que es incrédulo al Hijo no verá la vida,
sino que la ira de Dios está sobre él". (Juan 3:36). Y que
"los malos serán trasladados al Infierno, todas las gentes
que se olvidan de Dios". (Salmo 9: 17) .

En Daniel, capítulo dos, se preoonta el sueño de Nabu-


• Más se codonosor, una inmensa imagen que representaba los gran-
des imperios del mundb. Y termina diciendo que en aque-
llos días el Dios del Cielo establecerá un reino que nunca
tendrá fin. Cristo es aquella piedra cortada sin manos de la
sierra, que pegó a la imagen y la destrozó por completo,
creciendo entonces para llenar toda la tierra. Cuando Cris-
to se siente en el Trono de David en Jerusalem, todos los
gobiernos del mundo cesarán, y Cristo reinará sobre todos.
Entonces habrá pa.z;., justicia, orden, un mundo feliz. Enton-
ces, por primera vez, se acabará la pobre.z;.a, y la vida del
hombre será larga como en el principio.

Pero, para reinar debidamente Jesús, es indispensable


que haya un juicio. Una vez y otra se menciona Babilonia
y también Egipto. Pues, no sólo eran en esos tiempos cen-
tros de maldad; todavía hoy son tipo de la maldad humana.

Dios promete (Mateo 24:31; Marcos 13:27), enviar a


Sus ángeles a todo el mundo para juntar a Israel. Los Ju-
díos rebeldes serán convertidos, y serán expulsados todos los
malos y rebeldes. La nación verá a Cristo, su Salvador y
Mesías, y llorarán sobre El por su larga rebelión. (Zacarias
12: 10). Y una nación será convertida en un día, es decir,
los que de la nación quedan. (Rom. 11 :25-26).

87
Y entonces se verificará el gran Juicio predicho en Ma-
teo 25:31-40: ••y cuando el Hijo del hombre venga en Su
gloria, y todos los santos ángeles con El, entonces se sen-
tará sobre el trono de Su gloria. Y serán reunidos delante
de El todas las gentes; y los apartará los unos de los otros,
como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. · Y pondrá
las ovejas a Su derecha, y los cabritos a la izquierda. En-
tonces el Rey dirá a los que estarán a Su derecha: Venid,
benditos de Mi Padre; heredad el reino preparado para vo-
sotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre,
y me distéis de comer; tuve sed, y se distéis de beber; fui
huésped, y me recogistéis; desnudo y m~ cubristéis, enfermo,
y me visitastéis; estuve en la cárcel y venistéis a Mí. En-
tonces los justos responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo Te
vimos hambriento y Te sustentamos? ¿o sediento y Te di-
mos de beber? ¿Y cuándo Te vimos huésped y Te recogi-
mos? ¿o desnudo y Te cubrimos? ¿O cuándo Te vimos en•
fermo, o en la cárcel y vinimos a Tí? Y respondiendo el Rey,
les dirá: De cierto os digo, que en cuanto lo hicisteis a uno
de estos mis hermanos pequeñitos, a Mí lo hicisteis".
Como la segunda venida de Cristo será inmediatamente
después del maligno reinado del gran Anticristo, a cuyo dO'
minio pondrá fin Jesús a Su venida, los que hayan en esos
siete años de maldad ayudado a los seguidores de Jesús y
a los Judíos serán solamente los Cristianos, los salvos. Y
será hecho juicio sobre las naciones; toda persona que haya
ayudado a los Judíos perseguidos y a los Cristianos recibirá
galardón como si hubiera ayudado a Cristo mismo, y quien
no los hubiese ayudado, será juzgado como si no Le hubiera
ayudado a Cristo mismo. Y los Judíos convertidos junto
con los Gentiles convertidos, reinarán con Cristo por mil
años sobre un mundo de justicia y de prosperidad.

Leamos otra vez Isaías 9:6-7, donde se profetiza el rei•

88

~ .. :d•~-' ·, ___,.~:,_.;.-l;:;.:,t....-
nado det Cristo en la tierra: ..Príncipe de Paz. Lo dilatado
de Su imperio y de la paz no tendrá término ... " Nosotros
vemos un mundo malo, lleno de pecado y vicio, de ultraje
y de injusticia. Pero este no es el plan de Dios. En Mateo
13, nuestro Señor dio una parábola de la cizaña en el cam-
po de trigo. Los siervos querían arrancar la cizaña de una
vez, pero el Señor les mandó esperar hasta la cosecha, ex-
plicando después que la cosecha es el fin del mundo, cuan-
do se juntará la cizaña al fuego, y el trigo al alfolí. Los
malos serán entonces lanzados en el Lago de Fuego.

La palabra, ..Milenio" significa "mil años". Y la Biblia


predica que el reinado de Cristo será de mil años en este
mundo, y que, después de un pequeño interludio, d mundo
será purificado por fuego, y hecho nuevo, y que entonces
seguirá reinando Cristo en el nuevo mundo para siempre
bajando la santa Ciudad, la Nueva Jerusalem, la esposa de
Cristo, del Cielo, a este mundo hecho nuevo.

Qué hermosa será la:-vida durante el Reino de Cristo.


En Isaías 11:1-9, tenemos una ligera descripción de la her-
mosa vida de esos mil años: ..y saldrá una vara. del tronco
de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará
sobre El el Espíritu de Jehová, espíritu de sabiduría y de in'
teligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, esp1ritu de co-
nocimiento y de temor de Jehová. Y harále diligente en el
temor det Jehová. No juzgará según la vista de Sus ojos, ni
argüirá por lo que oyeron sus oídos; sino juzgará con jus-
ticia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de
la tierra: y herirá la tierra con la vara de Su boca, y con
el espíritu de Sus labios matará al impío. Y será la justicia
cinto de Sus lomos, y la fidelidad ceñidor de Sus riñones.
Morará el lobo con el cordero, y el tigre con el cabrito se
acostará: el becerro y el león y la bestia doméstica andarán

89
}-.-;

juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán;


sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá
paja. Y el niño de teta se entretendrá sobre la cueva del
\ áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la ca-
verna del basilisco. No harán mal ni dañarán en todo mi
santo monte, porque la tierra será llena del conocimiento de
Jehová, como cubren la mar las aguas".

Y en el capítulo 35 de Isaías, versículos 1 a 10, se nos


da otra hermosa pintura de las bendiciones de aquel tiempo
futuro cuando Cristo reinará sobre el mundo: "Alegrarse
han el desierto y la soledad: el yermo se gozará y florecerá
como la rosa. Florecerá pmfusamente, y también se ale-
grará y cantará con júbilo: la hermosura del Líbano le será ··
dada, la hermosura de Carmel y de Sarón. Ellos verán la
gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. Confortad
a las manos cansadas, roborad las pacilantes rodillas. Decid
a los de corazón apocado: Confortaos, no temáis; he aquí
que vuestro Dios viene con venganza, con pago; el mismo
Dios vendrá, y os salvará. Entonces ,los ojos de los ciegos
serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Enton-
ces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del
mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes
en la soledad. El lugar seco será tornado en estanque, y el
secadal en manaderos de aguas; en la habitación de h'l cha-
cales, en su cama, será lugar de cañas y de juncos. Y habrá
allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad;
no pasará por él inmundo; y habrá para ellos quien los acom- ·
pañe, de tal manera que los insensatos no yerren. No habrá
ahlí león, ni bestia fiera subirá por él, ni allí se hallará, para
que caminen los redimidos. Y los redimidos de Jehová vol-
verán, y vendrán a Sión con alegría, y gozo perpetuo será
sobre sus cabezas; y retendrán el gozo y la alegría, y huirá
la tristeza y el gemido".

90
Qué día tan alegre. La tierra alrededor de Jerusalem es
ahora desierto, seca y sin ·manantiales, tierra maldita por
los pecados del hombre. Pero un día serán como el Huerto
de Edén, verdes, con frutos y flores en abundancia, y con
agua para todos. La maldición s~Z~rá quitada de la tierra,
para que el hombre coma con poco trabajo.

Pero esto no es todo. El hombre tendrá su cuerpo con


salud, viviendo una vida larga. No habrá ciegos, ni cojos,
ni sordos ni afligidos de ninguna clase. En el Reinado de
Cristo habrá pa.4 y felicidad en toda la tierra.

Nos da tentación de copiar aquí los muchos otros pasa-


jes que en varias partes de Isaías hablan de este tiempo fe-
liz, y de pasajes paralelos en otros libros del Antiguo Tes-
tamento. Pero creo que bastará este pasaje para encaminar
al fiel estudiante de la Biblia para que busque las referen-
cias y compare los- varios pasajes que hablan del hermoso
tiempo que un día vendrá. Ciertamente deb-."''lllos pedir con
ahinco, "venga Tu Reino ... "

Pero, como base de la perfecta prosperidad y felicidad


del hombre en aquel día, está el gobierno perfecto de Cris-
to. El reinará en persona desde el trono de David en Je-
rusalem, la que será la capital del mundo. No habrá quien
haga mal, pues como Cristo lo sabe todo, aun antes de que
se haga, al momento de pensar un malo en un acto injusto,
el Rey lo sabrá, e impedirá que se lleve a la acción. No
será necesario tener ejército para defenderse de otras nacio-
nes, ni se estudiará para la guerra. Y cuando pensamos en
los miles de millones de pesos, rublos, dólares, que las na-
ciones hoy día gastan en armamentos y defensa, podemos
imaginarnos lo que este dinero podría hacer en escuelas, hos-
pitales, asilos, y cosas para el bien público. Acabo de leer

91
en un diario que el presupuesto nacional de los Estados Uni-
dos tiene una partida de más de sesenta mil millones de d&
lares para la defensa en este año. Esto equivale a algo así
como trescientos dólares al año en contribuciones federales
para cada hombre, mujer y niño en la nación. Esa cantidad
de dinero, invertida en la educación, daría gratis, estudios
universitarios a todos los jóvenes de la nación. Y en el Rei-
nado oo Cristo, el dinero se utilizará en tales cosas benéfi-
cas.

Y a hemos mencionado con algún detalle la descripción


del gobierno de Cristo, que hace Isaías 11. Sugiero ~ mis
buenos lectores lean aquí otra vez este pasaje. Vean espe-
cialmente el versículo 11, donde profetiza que Dios traerá
a los Israelitas desde todas las naciones a la tierra de Pa-
lestina. Israel, ahora esparcida en todo el mundo, será jun-
tada en 1SU tierra, con toda la tierra prometida a Abraham,
desde el Río de Egipto hasta el Río Eufrates, tierra ahora
seca y estéril, pero que entonces será fértil y cultivable, una
tierra tan grande como la República Mexicana, tierra que
nunca habitaron los Judíos ni en los días de Salomón. (Gén.
15:18).

Qué maravilla entonces se verá: una nación convertida


en un día. Cuando miren a Quien habían desdeñado, y se
den cuenta del pecado de 'SUS siglos de rebelión, Norarán, y
se entregarán al Mesías de Israel, prometido desde tantos
siglos hace, desde el Antiguo Testamento.

Hablamos de la "paz" de aquel tiempo. Pero creo que


no entendemos hasta donde llegará esa paz. Pues los mis. .
mos animales, enemigos del hombre desde el pecado de Adán,
serán cambiados en su naturaleza, .y serán mansos. "Y un
niño los pastoreará". Qué hermoso será cuando veamos a

92
un niño jugando con una VI'bora completamente sin peligro;
cuando veamos a un niño llamar a un león, y, con la mano
sobre la melena del león, llevarlo a los pastos, donde comerá
paja como la vaca. Cuando vivía en Guayameo, Guerrero,
en México, me gustaba ver como cada día. un niño de unos
ocho años llevaba a nn grandísimo toto cebú al campo y lo
volvía a traer en la tarde. El niño andaba detrás del toro
con una varita de grueso como de un lápi2;, y el grandísimo
toro, el más grande que creo que he visto en mi vida, iba
delante del niño, manso y humilde. Así un día los niños
llevarán a los leones, los tigres, toda clase: de fiera, y los
obedecerán con toda mansedumbre, y hasta se complacerán
en su amistad con nuestra r~a humana. Pues, aunque hoy
están en rebelión, los animales silvestres saben que el hom-
bre es rey del mundo.

Y será tiempo de justicia. No habrá jueces injustos que


por "regalos" perviertan el juicio en contra de: los justos.
Cristo reinará; y Su justicia reinará en todo el muncfo ...Oja-
lá fuera hoy".
Los apóstoles en el Nuevo Testamento predicaban a Cris-
to como el Mesías del Antiguo Testamento, tomando sus
textos del mismo Antiguo Testamento, y con él comproba-
ban la deidad de Criso y que cumplió las profecías antiguas.
Y a hemos mencionado el sermón de Simón Pedro en el día
de Pentescostés. Consideremos ahora el caso del Etiope a
quien evangelizó Felipe en el camino de Gaza. Se encuen-
tra la historia en Hechos 8: Dios mandó a Felipe que de-
jase los cultos hermosos que tenía en Samaria y que fuese
al desierto. Por allá pasaba un carro; un alto oficial de Etio-
pía volvía de Jerusalem a donde había ido a adorar. Y;
sentado en el carro, leía al profeta Isaías:

a ..y el lugar de la Escritura que leía era éste: Como ove-

93
·:\e

ja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del


que le trasquila, así no abrió su boca; en su humillación su
jUicio fue quitado: mas su generación, ¿quién la contará?
porque es quitada de la tierra su vida. Y respondiendo el
eunuco a Felipe, dijo: Ruégote ¿de quién el profeta dice es-
to? ¿De: sí, o de otro alguno? Entonces Felipe, abriendo su
boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evan-
gelio de Jesús". (Hechos 8:32-35).

Qué admirable es que Dios haya presentado así el San-


to Evangelio en el Antiguo Testamento de tal manera que
Felipe pudo predicar a Jesús, el Salvador, cuando el Nuevo
Testamento aún no se escribía. Dios tenía en el Antiguo
Testamento el mismísimo Plan de la Salvación que en el
Nuevo.
Leamos ahora la profecía en Isaías 50:6-7: "Dí mi
cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban
el cabello: no escondí mi rostro de las injurias y esputos.
Porque el Señor Jehová me ayudará: por tanto no me aver-
goncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que
no seré avergonzado".

Aquí vemos a Cristo en Su juicio ante Pilato. Ni una


palabra respondió, y no defendió Su inocencia. Fue volun-
tariamente a la cruz, para que, por su inocencia castigada,
yo sea hecho inocente. Su ida a la cruz fue voluntaria. En
Hebreos 12:2, se nos dice que Jesús, " ... habiéndoJe sido
propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüen-
za ... " "Dio su cuerpo al heridor", recibiendo voluntaria-
mente los azotes terribles de los soldados romanos. Le arran-
caron los cabellos de la barba. Lo maltrataron bárbaramen-
te. Pero todo esto fue profetizado muchos siglos antes. No
se dieron cuenta los malos que, cuando Le escupieron en la
cara, que estaban cumpliendo lo predicho por el Señor.

94
Pero lo importante es ver aquí que Cristo !Se dio a sí
mismo al escarnio y a la crucifixión. No fue un mártir, que
sufrió la persecución, sino una ofrenda voluntaria que ofre-
ció por nuestra redención.

Y el efecto de este maltrato fue notable: "Como se pas-


maron de Tí muchos, en tál manera fue desfigurado de los
hombres Su parecer y Su hermosura más que la de los hijos
de los hombres". (Isaías 52: 14) . Como hace notar el Dr.
Scofield, la traducción literal es espantosa: ''Fue tal la des-
figuración de Su rostro por los golpes y el maltrato de Sus
enemigos, que no parecía ya ser de los hijos de los hombres,
es decir, no parecía ser humano".

Famoso es el pasaje en el capítulo 53 de Isaías que nos


describe como Cristo compró nuestra salvación. Comienza en
el versículo 3, presentándolo como despreciado de los hom-
bres. Lo tomaban como un reo, pues la creencia en aque-
llos tiempos entre los Judíos era que cuando un hombre su-
fría, era esto un castigo de Dios por sus pecados. Y como
vieron los terribles sufrimientos de Jesús, (v. 4) lo tomaron
como un grande pecador. Pero ( v. 5) luego nos dice que
esto era un grande equívoco, siendo que El sufría por nues-
tros pecados. Sigue describiendo la condenación y muerte
de Cristo.

Todo esto es bien conocido, e innumerables han sido los


sermones que se han predicado sobre estos pasajes. Pero a
pesar de esto, ha perseverado la idea de que la salvación por
la muerte de Cristo es doctrina netamente del Nuevo Tes-
tamento. No lo es; sino que todo está descrito y profeti-43-do
en el Antiguo Testamento. Nunca hubo otra salvación que
la de gracia. En el Antiguo Testamento fueron salvos por
fe en el Salvador que vendría, como en el Nuevo Testamen-

95
tn somos salvos por el Salvador que ya vino, y que vol,
verá en gloria. (Rom. 4:1-8).

Es lástima que actualmente muy pocas personas estén


dispuestaJs a llevar el reproche de Cristo. Los que se llaman
Cristianos temen hacer algo que vaya en contra d~ la CO'
rriente del mundo, temiendo la crítica y la burla.

Hace unas semanas hablaba yo con una muchacha cris-


tiana acerca de la minifalda. Y ella dijo, "Yo sé que es ma-
lo. Pero en la escuela le hacen mucha burla a la que no se
viste así, que es la moda". Y por no poder aguantar una
poca de burla, enseña sus carnes a la vista lasciva de los
hombres ll)alos.

Comí con un hermano, ministro Bautista, en un restau,


rant de la ciudad de México. Antes de comer, incliné la
cabeza para dar gracias. El hermano ministro se puso algo
descolorido, y me dijo, "Hermano, ¿no se siente Ud. hipó-
crita al hacer esto?" Le contesté, "No, hermano. Al con-
trario, yo ,soy Cristiano, y me sentiría hipócrita si no diera
graci~s a Dios por Sus bondades. No debo temer que el
mundo sepa que hay Cristianos todavía en el mundo, y que
yo 'SOY uno de ellos".

Si Cristo sufrió tanto por mí, ¿no puedo yo sufrir una


wca de burla por El? Cristo fue "despreciado y desechado
entre los hombres". ( v. 3). Y ¿he de ir yo al Cielo en un
lecho de flores? ¡Cuántos cobardes hay ahora entre los que
se Uaman Cristianos, y temen que el mundo lo sepa!

Hace unas semanas llegó a mis oídos una historia: U na


Iglesia tenía deseos de abrir obra Cristiana en un pueblo ve-
cino. La gente no lo permitía. Un hermano se radicó en

96
el pueblo, pero pronto lo corrieron, destruyendo su casa.
Con otro hermano pasó lo mismo. Al fin un miembro de
la Iglesia se radicó en el pueblo, y después de varios meses,
el pastor, pensando en utilizarlo para poder iniciar el traba-
jo en el pueblo, le preguntó cómo había escapado de la per-
secución que habían sufrido los demás. A lo que: contestó el
hermano, ••pues, hasta ahora nadie se ha dado cuenta que
soy Cristiano". ¡Bonito testimonio! ¡Y bonito Cristiano!
Si así hubieran hecho los primeros Cristianos, no habría már-
tires, y no nos habría llegado el Evangelio a nosqtros. Que-
remos ser soldados que reciben su sueldo; no pelear ni en-
trar nunca en peligro.

Pero debemos fijarnos que en este pasaje se expone cla-


ramente la doctrina de la substitución de Cristo, que El
tomó nuestro lugar, pagando nuestros pecados, y que así
nosotros recibimos la justicia de Cristo delante de Dios.
(Is. 53:6). ••Todos nosotros nos descarriamos como ovejas;
cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargo en El
el pecado de todos nosotros".

¡Qué hermosa doctrina se nos presenta aquí! Una per-


sona correctamente dijo: ··¡De veras que vivimos en el An-
tiguo Testamento!" Literalmente El recibió nuestro castigo.
V ea.mos el versículo 5. •• . . . el castigo de nuestra paz sobre
El ... " Sí, de una manera muy literal, Cristo llevó nues-
tros pecados.

en

97
.. ¡c.·. ·-·

CAPITULO VIII.

CRISTO EN OTRAS PROFECIAS.

Y aquí traemos a colación un incidente en Números 21.


Los Israelitas habían pecado, y Dios mandó sobre ellos una
plaga de serpientes que los mordían. Y morían del· veneno.
La serpiente es, desde el principio, emblema del mal. Pero
el mal trae su veneno, y mata. Viendo su destrucción, el
pueblo clamó a Dios, y El mandó a Moisés hacer una rer-
piente de bronce y que la levantara sobre un asta en el
cento del campamento. Y el que, mordido por serpiente,
miraba a la serpiente de bronce, era salvo de su veneno y
vivía. Aquí tenemos presentado lo que hizo Cristo. Siendo
Dios, tomó la forma humana, como la serpiente de bronce
tenía la forma de la serpiente mortífera. Y el pecador que
Le mira, es librado de su muerte eterna. Cristo se hizo mal-
dición por nosotros.

En Juan 3:14-15, Jesús cita este incidente en Su plática


con Nicodemo. Y afirma que: '"Como Moisés- levantó la
serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hom-
bres sea levantado; Para que todo aquel que creyere no se
pierda, sino que tenga vida eterna". Dedara, en efecto, que
ésta es una profecía, o tipo de Cristo, quien tendría que ser
levantado en la cruz.

Notemos algunas cosas: La serpiente de bronce (me-


tal) fue hecha a imagen de la serpiente venenosa. Cristo fue
hecho pecado por nosotros. La palabra hebrea traducida
··pecado", se usa tanto para "'p~cado" como para el "'sacri-
ficio por el pecado". Pues en el sacrificio, el animal es
muerto como pecador, tomando el lugar del pecador huma-
no. Así Cristo, nuestro sacrificio, fue lr....cho pecado por
nosotros, no habiendo El cometido ningún pecado. En Cris-
to, fue castigado el mismo pecado.

Nótese también que ningún remedio había para los mor-


didos por la serpiente sin mirar a la de: bronce. Allá en el
desierto no había doctores ni boticas; no había remedio, sino
una muerte segura. Así el pecador no encuentra rem~dio
para su mal sino sólo en Cristo.

Nótese también que la salvación estaba en una mirada.


De la misma manera, la salvación dd pecador se baila en
una mirada de fe en Cristo.

Típicamente, el bronce (metal) era emblema del juicio.


De modo que la serpiente se hizo de bronce. Esto nos de-
clara que la muerte de Cristo fue en juicio de Dios. En El,
todos nosotros fuimos juzgados. Y sólo mirando a El se
quita la condenación de ese juicio eterno.

Veamos ahora el gran pecado del pueblo de Israel que


trajo sobre ellos tan pesado castigo. En Números 21:5 se

99
da la explicación: El pueblo munnuró contra Dios y contra
Moisés. Nosotros casi no nos fijamos cuando algunos her-
manos murmuran hasta hacerse murmuradores perpetuos .
..Así es él", decimos, como que con eso se librara- de su culpa.
Pero para Dios la munnuración es un pecado grave. Dios
nos hho un mundo bonito, con muchas cosas para gozamos.
Y repetidas veces la Biblia nos manda, ··co.zaos en el Se-
ñor, y otra
, vez, os digo que os gocéis" ...Bendice, alma mía,
a Jehova ...

Pero el corazón humano está corrompido con el egoísmo,


y se disgusta si no recibe todo lo que desea. Y la munnura-
ción es en efecto, rebelión contra Dios. Dios nos hizo, y no
estamos contentos como nos hizo El. Una mujer vino a con-
sultarme en una ocasión. Dijo que aunque era mujer, de-
seaba ser hombre. Y hay muchas más que así sienten, aun-
que no lo digan abiertamente. Yo le contesté que si creía
que Dios es un tonto, y exclamó con sorpresa que no. Y le
dije que si Dios la había hecho mujer, era porque El, en Su
grande sabiduría, sabía que como hombre no serviría. Que
a mí me hizo hombre porque Dios bien sabía que como mu-
jer no' serviría. Quejarnos de lo que somos es atacar la sabi-
duría de Dios, y esta rebeldía pronto pasa a dominar -toda
nuestra vida.
Hace más de sesenta años que oí este cuento: Una ma-
dre halló alzadas dos manzanas bonitas, que se habían olvi-
dado, y que donde se tocaban tenían cada una la mitad po-
drida. Las dio a sus dos hijitos. El uno exclamó con ale-
gría, ..Mamá, la mía tiene todavía l<JJ mitad buena", y el
otro comenzó a llorar, diciendo, ..Mamá, la mitad de mi
manzana está podrida". ¿A cuál lado de la manzana miras
tú?

Toda vida tiene algo de amargo. La vida termina en la

100
muerte. El que nunca tuvo hambre no sabe el verdadero
placer de 1¡)¡ comida. El que nunca se cansó, no podrá real-
mente gozarse del descanso. Es posiblemente por eso que
se quejan más los que tienen mucho que los que tienen me-
nos. Vivimos en una época de abundancia.· Hasta el pobre
tiene comodidades que los reyes de antaño no tenían. Cuan-
do yo era muchacho no había cines, tocadiscos, radios, tefe-
visión, automóviles, aviones, caminos pavimentados, y mu-
chas otras cosas. La luz eléctrica se había inventado ape-
egoísmo, nas, y no había en los pueblos. Nos acostábamos con las
gallinas, y nos levantábamos a la hora de ellas. Andábamos
largos kilómetros cada día para llegar a la escuela, si ocaso
había escuela en la región. El trabajo se hace más fácil con
máquinas de coser, de escribir, de lavar, planchas eléctricas,
y mil otros inventos. ·

Y, qué horror: hay más quejas, más murmuraciones,


más descontento, que en cualquiera época, del mundo. Bl
corazón humano nunca rse: contenta con sus bendiciones;
siempre quiere más, y siempre tiene envidia de los vecinos.
Y cuánto más tiene, tanto más desea, y tanto más murmura
si no se le satisfacen sus deseos al momento. Este es el siglo
de las luces, y la gente anda en tinieblas.

Y esto es pecado. A Dios Le ofende que Sus criaturas


anden siempre quejándose. Los Isr~litas andaban con la
protección de Dios, comiendo pan del Cielo, y no estaban
contentos. Dios mandó las serpientes venenosas para dar-
les una lección, lección que el mundo hasta hoy no aprende: ·
No murmurar.

La ..regla de Pablo" da la clave de la felicidad: ''He


aprendido a contentarme con lo que tengo". (Fil. 4:11).

101
-,

Pero no debemos olvidarnos del otro lado de este inci-


dente. La aplicación se nos da en Juan 3: 14-15. Esta ser-
piente de metal, a la cual tuvieroh que, mirar los murmu-
radores para recibir el perdón y ser sanados, fue tipo de
Cristo, levanta;do en la cru~, para que todo aquel que en
El creyere, no se perdiere, sino que recibi·zra la vida eterna.

Querido lector: si no tienes la salvación segura, ve cuán


sencilla es: mira y serás librado de la muerte. Mira a Cris-
to con fe, recibiéndolo como tu Rey, y El será también tu
Salvador.

La salvación no es cuestión de entender doctrinas, ni de


ser dignos. El ladrón que estaba moribundo en la cru~, no
pudo hacer obras de justicia para su salvaiión, y segura-
mente no sabía gran cosa de las doctrinas. Pero depositó
su fe en Cristo, y fue salvo.

Y a mis amados hermanos que hac2n el trabajo de Dios,


diré una palabra: No hagamos la salvación más difícil de
lo que Cristo dijo. Cuando yo nací, nada sabía de lo que
había pasado; cuando nací de arriba, del Espíritu, casi nada
entendía. Pero en ambas cosas hubo vida, y esto era lo im-
portante. No es cuestión de si entendemos, sino que haya-
mos experimentado, la Obra de Dios en nosotros. Muchos
han vuelto al mundo porque se les pidió ser teólogos antes
de ser sumergidos.

Relacionada con la enseñ~a de la salvación por fe en


Cristo, el Antiguo Testamento presenta también la resurrec-
ción de Cristo y dd Cristiano. Comencemos con Job 19:
25-26:

"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará 80'

102
bre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, aún he de
ver en mi carne a Dios".

Aquí, siglos antes de escribirse el Nuevo Testamento,


murho antes de darse la Ley de Moisés, se asienta ya. la
grande verdad de la resurrección y eterna vida de Cristo el
Redentor. Y además, nos presenta de una manera clara la
resurrección de los Cristianos, que un día v~!rán al Señor.
Y Lo verán en la carne. Bs decir, nuestro cuerpo será le-
vantado, a igual que el de Cristo.

Repetimos: las doctrinas del Nuevo Testamento son las


mismísimas que las del Antiguo Testamento. Dios no cam-
bia, y Su Plan eterno no varía.

En Daniel 12:2, se nos dice que "Muchos de los que


duerman en el polvo de la tierra serán despertados, unos
para vida eterna, y otros para vergüeru.a y confusión perpe-
tua". "Muchos", no quiere decir que algunos no se levan-
tarán, sino que "los muchos", todo el inmernso número de
los que han vivido en este mundo. Claramente esto se re-
fiere a la resurrección. Hay vida futura, para bien o para
mal.
Pero nótese bien: Esta profesía se usa para animar a
los Cristianos a hacer trabajo de evangelismo, ganar almas
para Cristo. Pues declara el galardón: ( v. 3) . "Y los en-
tendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento,
y los que enseñan la justilia la multitud, domo las estrellas
a perpetua eternidad". También en el Antiguo Testamento
había los que predicaban y los que se dedicaban a ganar al. .
mas. Basta recordamos que Noé se llama predicador de jus-
ticia; Enoch, como ya hemos discutido, predicaba la venida
de Cristo; Abraham, otros, recibieron la orden de ser una
bendición para la nación, y testigos de Dios.

103
A nosotros nos toca la misma tarea, y nos espera el mis-
ma galardón.

Otro texto del Antiguo Testamento que nos habla de la


resurrección, tanto de Cristo como de los Suyos, es Isaías
26:19: "Tus muertos vivirán; junto con mi cuero muerto
resucitarán; ¡Despertad y cantad, coradores del polvo! por•
que tu rocío, cual rocío de hortalizas; y la tierra echará los
muertos".

Texto claro, pero casi olvidado por los predicadores, y


casi desconocido por la mayoría de los Cristianos. Pues, es
lástima decir que poco se lee la Biblia, y menos se estudia
el Antiguo Testamento. Y el Antiguo Testamento fue la
única Biblia que tenían los Cristianos en los primeros años
después de la muerte y resurrección de Cristo.

Notemos aquí que la resurrección de los Cristianos está


bien e íntimamente ligada con la de Cristo. Cuando los Mo-
dernistas y otros ateos y semiateos atacan la resurrección de
Cristo, atacan también la de los Cristianos. Pues la misma
Biblia profeti~a y enfatiza las dos resurrecciones, y el mismo
poder divino lo hará.

La historia de Jonás, que fue tragado vivo por un pez


grande, ha provocado la burla tanto de los semiateos como
de los Modernistas. Han sacado mil argumentos pseudocien•
tíficos para atacar la historicidad del relato. Dicen que una
ballena no podría tragar a un hombre, por tener la gargan•
'ta muy chica. La Biblia dice que fue un pez grande, y es
bien sabido que los peces tienen el hocico sumamente gran•
de, de modo que pueden tragar peces casi de su propio ta•
maño. Y la Biblia dice que Dios había preparado este pez
especialmente para esta ocasión. En Mateo 12:40, la pala-

104
bra griega, "kétos" debería traducirse "monstruo marítimo"
en lugar de "ballena".

La verdad es que Cristo dio Su aprobación sobre el libro


de Jonás, con todo y la historia de su experiencia en el pez.
Pues dijo: "Porque como estuvo Jonás en el vientre de la
ballena (monstruo marino) tres días y .tres noches, así es-
tará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días
y tres noches". (Mateo 12:40).

Es de notarse que aquí Cristo, no sólo aprueba la histo-


ria de Jonás y el pez, sino que la hace base de profecía de
Su propia muerte y entierro. Satanás ha movido a los hoffi:'
bres incrédulos a decir que esto no es literalmente cierto,
que Jesucristo estuvo en el sepulcro sólo parte de los tres
días, desde la tarde del viernes hasta la mañana del domin-
go. Pues si pueden establecer que una parte de la Biblia
es inexacta, es fácil después negar la inspiración verbal de
toda la Biblia. Pues,_una cadena no es más fuerte que su
eslabón más débil.

Pero, la Biblia afirma que durante tres días y tres nO'


ches El estuvo en ·el sepulcro. Cristo no fue muerto, como
afirman los ineptos en las Escrituras, en día viernes, sino en
día miércoles. Hubo dos sábados (días de reposo) en .esa
semana. El primero llamado en la Biblia día de la víspera
de la Pascua (Juan 19:42). Otras traducciones sencilla-
mente lo llaman la. ví~ del sábado. Pues la Pascua se
contaba entre los Judíos como Sábado, día de reposo.

Cristo, pues, murió y fue sepultado en miércoles en la


tarde, a la caída del sol, y se levantó en sábado a la caída
del sol, tres días y tres noches exactos. Por eso, cuando fue•
ron las mujeres al sepulcro hallaron que Cristo ya se había

lOS
levantado, que aún era de noche. (Juan 20:1), y por eso
María al principio no Lo conoció, pues era todavía de no-
che.

Pero lo que nos intersa aquí es que Jonás, a pesar suyo,


fue tipo de Cristo, profetizando su entierro y resurrección.

Pero esto profetiza una resurrección literal, del cuerpo.


Hay incrédulos que sienten repugnancia, a todo lo que se
llama milagro, que mstienen que la teoría filosófica de la re-
surrección de Cristo fue solamente espiritual, y que el cuer-
po no se levantó. Todas las Escrituras van en contra de tal
idea; claramente aparece aquí que la resurrección fue física,
corporal. Jonás salió del vientre del pez con el mismo cuer-
po con que entró. Y de la misma manera, Cristo, salió del
sepulcro después de tres días y tres noches con todo y cuerpo.

Y preguntamos: ¿por qué los incrédulos tratan de ha-


cer de la historia de Jonás una parábola, o una poesía.? Por-
que les repugna la idea de un milagro. Aunque afirman
pomposamente que creen en ''dios", actualmente se han for-
mado una idea muy baja de cómo es Dios. Se han formado
un "dios" a su propia imagen, como son ellos. Como el
hombre no puede hacer un milagro, por estar él sujeto a
las leyes de la naturaleza, ponen a Dios en la misma condi-
ción, con las mismas limitaciones. Lo sujetan también a las
leyes naturales, olvidándose de que El hizo estas leyes na-
turales. Como ellos están sujetos a la ley de la vejez y la
muerte, piensan que su dios no mataría ni castigaría a los im-
píos. Como ellos están sujetos a arranques de enojo, en los
cuales "castigan" a sus hijos y a otros, piensan que el castigo
de Dios es también un arranque de ira, olvidándose de Su
santidad, Su justicia, y Su majestad. Creen que Dios piensa
como ellos y obra como ellos. Su dios es una pálida seme-

106
jaru;a de un hombre, faltándole por completo en la inmen•
sidad, la infinidad, la eternidad, y el inmenso poder del Crea•
dor.

Encontrar la raz,ón por la que obran y piensan así los


modernistas es muy sencillo; no leen la Biblia, especialmente
el Antiguo Testamento.

Los Salmos tienen muchas referencias a la resurrección


de Cristo. En el Salmo 16:9•10, se nos dice: "Alegróse por
tanto mi coraz,ón; y se gozó mi gloria. También mi carne
reposará segura; Porque no dejarás mi alma en el sepulcro,
ni permitirás que tu santo vea corrupción".

La palabra hebrea aquí traducida ..sepulcro", es "hades".


En algunas versiones se traduce "infierno". Así traducida,
parecería indicar que Cristo, durante los tres días que su
cuerpo estuvo_ en el sepulcro, fue al Infierno. Que esto no
es cierto aparece claramente cuando comparamos otros pa•
sajes. Por ejemplo, Cristo dijo al ladrón en la cruz,, "Hoy
estarªs conmigo en el Paraíso", indicando que al morir El
ma al Paraíso, y también que allí van los Cristianos al mo-
rir. (Lucas 23:43).

Otros hay que, viendo que la palabra "hade:s" no signi•


fica el Infierno, se han ido al otro extremo y la toman CO'
mo "sepulcro", como hizo nuestro traductor Cipriano de
Velera, en la vieja traducción y aunque ésta es la mejor
que tenemos en Español, no es perfecta. ••Hades" significa
el ··lugat de los espíritus de los que murieron". Mientras
que el cuerpo de Cristo estaba en el sepulcro, Su espíritu
estaba en el hades, lugar de los espíritus.

Pero lo que aquí nos interesa es que Dios en este pasaje

107
movió al profeta David a predecir la resurrección de:l cuer-
po. La carne de JesÚs no vería corrupcióp., no se pudriría.
Que esto haya sido un milagro, lo aceptamos con gusto. Pues
sin milagros no hay Biblia, y se trastorna todo el Cristia-
. nismo.

Este: Salmo fue citado por Pedro en Hechos 2:25-27, en


el discurso del día de Pentecostés. De modo, que vemos aquí
un pasaje del Antiguo Testamento que claramente predice
la resurrección de Cristo, con todo y cuerpo.
Pero este versículo de los Salmos nos presenta otro as-
pec;to de la muerte y resurrección de Cristo. Se nos dice
que lo him con gom. Hay personas que, no conociendo a
Cristo como Salvador y Rey, quieren presentárnoslo como
un sencillo peón galileo, que murió como mártir a Sus prin-
cipios. Uno de estos hombres ha escrito un libro, por cierto
pagano en todo sentido, llamado El Mártir del Gólgota, en
el cual así presenta a Jesús. Pero este pasaje, como toda la
'.
Biblia, no pPesenta a Cristo como mártir, sino como yendo
voluntariamente, hasta con gozo, a la muerte, para cumplir
Su misión de salvar a los perdidos. Cristo se dio a sí mis-
mo por nuestra salvación, pagando nuestros pecados en su
cuerpo y en la cruz, y levantándose victorioso sobre la muer-
te ,cuando salió del sepulcro con Su cuerpo resucitado.

Muchas veces se olvida respecto de la resurrección de


Jesucristo que la misma resurrección es promesa de que Cris-
to vendrá otra vez. Subió al Cielo en la Nube santa, y al
hacerlo, los dos ángeles les dijeron que ..este mismo Jesús
vendrá otra vez, así como Lo habéis visto subir al Cielo ... "
(Hechos 1: 11) .· Así el mero hecho de que Cristo haya resu- ,
citado promete que nosotros también resucitaremos y que
Cristo vendrá otra vez a recogernos y llevarnos para estar
~on El en Gloria.

108
Esta es la grnnde: esperanza y gozo de los Cristianos:
que Cristo vendrá para poner fin al pecado y la maldad, a
los sufrimientos.

Y aquí nos detendremos para ver cómo el Antiguo Tes--


tamento predice la segunda venida de Cristo. En Isaías 61
hemos visto cómo se predice la primera venida. Pero, en el
mismo pasaje, habiendo dicho que El dará libertad a los cau-
tivos y buenas nuevas a los pobres, sigue diciendo que pro-
clamará el .. c:lia de venganza de nuestro Dios". Y en Isaías
63:1-3, dice: ..¿Quién es éste que de Edom viene?" Y agre-
ga¡ que, teniendo ropa real, ella está teñida de rojo, de la
sangre de Sus enemigos, porque El solo pisó el lagar de Su
ira. Mucho se habla de esto en el Antiguo Testamento. En
Génesis,· al imponer sobre la mujer la maldición, agrega que
su semilla herirá la cabeza de la ,serpiente. Generalmente se
ha pensado que esto se refiere a la primera venida de Cristo,
y a Su triunfo en la cruz. No hablo en contra de tal inter-
pretación; pero llamo la atención de mis amables lectores
sobre ~1 hecho de que Satanás será herido cuando Cristo ven-
ga en gloria para reinar. Entonces será atado el Diablo y
su poder tendrá fin.

Y aunque la cita esté en el Nuevo Testamento, Judas


14-15 indica claramente que la predicación del Evangelio
fue la misma en el Antiguo Testamento, anres del diluvio,
que después, en el Nuevo Testamento. Pues Enoch, séptimo
desde Adán, predicó diciendo que el Señor ven~ con mi-
llares de sus santos, para hacer venganza sobre los malos.
Allá, en los tiempos primitivos, antes de "Noé, ya se predi..
caba la segunda venida de Cristo y el juicio: .

Volvamos a la profecía hetha al pueblo de Israel al prin'


cipiar su vida nacional: En Deuteronomio 30, después de

109
;::_.>,

predecir su rebelión y s1,1 destrucción nacional bajo la ira d(!


Dios, se dice: "Y será que cuando te sobrevinieren todas
estas cosas, la bendición y la maldición, que he puesto de-
lante de tí, y volvieres a tu corazón en medio de todas las
gentes a las cuales Jehová tu Dios te hubiere echado, y te
convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a Su voz con-
forme a todo lo que yo te mando hoy, tu y tus hijos, con
todo tu corazón y con toda tu alma, Jehová también volve-
rá tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y tornará a re-
cogerte de todos los pueblos a los cuales te hubiere espar-
cido Jehová tu Dio6,. Si hubieres sido arrojado hasta d cabo
de los cielos, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allí te
tomará. Y volverte ha Jehová tu Dios a la tierra que: here-
daron tus padres, y la poseerás; y te hará bien, y te multi-
plicará más que a tus padres. Y circuncidará Jehová tu Dios
tu corazón, y el corazón de tu simiente, para que ames a
Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,
a fin de que vivas". (Deut. 30: 1-6).

Notemos algunos puntos a veces olvidados: Primero,


aquí dice Dios que volverá a traer a los Israelitas de a don-
de hubieren sido esparcidos. No sólo a Babilonia ni a Asi-
ria, sino a todo el mundo. Esto señala que no se trata del
cautiverio en P.zrsia y Babilonia, sino de un tiempo poote-
rior, después de la caída de Jerusalem, cuando fueron espar-
cidos a todo el mundo. De allá serán recogidos.

En segundo lugar, nótese que ellos se arrepentirán. Los


Judíos como raza serán convertidos a Cristo.

En tercer lugar, notemos que será Dios el que los reco. .


gerá para traerlos a su tierra, la prometida a sus padres. No
serán unos pocos Judíos los que se adelanten para coger un
pedacito de Palestina para formar la nación de Israel. Jeho-

110
vá estará con ellos, y El los juntará. Todo esto es futuro,
pues aún no se han juntado los Judíos de todas las naciones
a su tierra.

En Daniel 7:13·14, hallamos una predicción clara de la


segunda venida de Cristo. "Miraba yo en la visión de
la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo
de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande
edad, e hiciéronle llegar delante de El. Y fuéle dado seño•
río, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y len•
guas Le sirvieron; Su señorío, señorío eterno que no será
transitorio, y Su reino que no se corromperá".

Claro que esta no es una profecía mre la primera ve•


nida de Cristo. No vino entonces para reinar sobre todo el
mundo. Se refiere a Su segunda, futura venida, cuando
destruirá a los malos, y establecerá en el mundo un reinado
de pa4, tranquilidad, orden, justicia y prosperidad.

Sí, en Daniel, así como en muchos otros pasajes, está pre•


dichia la segunda venida de Cristo.

Y en el Salmo segundo, la referencia al "Hijo", el "un•


gido", es a Cristo. Cuando a Juan Bautista le preguntaron
si era el Ungido, el Cristo, contestó que no. Pero cuando a
Cristo Le preguntaron si era el Cristo, el Ungido, contestó
que sí. (Juan 1:20; Marcos 14:61·62). Y después profeti•
. Los za Dios, "Yo empero he puesto mi Rey sobre Sión, monte
de mi santidad". Cristo es el Rey de Dios, que El pondrá
robre el mundo entero un día. La misma palabra "Cristo",
significa, "El Ungido".

En Zacarías 12: 10, tenemos la profecía que se cita en


el Nuevo Testamento en Juan 19:37, "Mirarán a Mí, a

111
Quien traspasaron". Refiriéndose a la muerte de Cristo.
Pero dice también: '"Y derramaré sobre la casa de David,
y sobre los moradores de Jerusalem espíritu de gracia y de
oración ... " prediciendo así la conversión de Israel. En 13:
1 dice: '"En aquel tiempo habrá manantial abierto para la
casa de David y para los moradores de Jerusalem para el
pecado y la inmundicia".
'
En Jeremías 33:14-17, hay un pasaje hermoso acerca de
la segunda venida de Cristo: '"He ·aquí vienen días, dice
Jehová, en que yo confirmaré la palabra buena que he ha-
blado a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos
días y en aquel tiempo haré producir a David Pimpollo de
justicia y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días
Judá será salvo, y Jerusalem habitará seguramente, y esto
es lo que la llamarán: Jehová justicia nuestra ... " La re-
ferencia al Pimpollo se hace también en Isaías 11: l.

'llZ
CONCLUSION.

Hemos mostrado unas pocas de la:s muchas profecías y


doctrinas del Nuevo Testamento que se citan en el Anti,
guo y de las veces que en éste se menciona a Cristo. No
hemos tratado de abarcarlas todas. El estudiante fiel de la
Biblia hallará muchas más. Pero hemos tratado de hacer
dos cosas: Primero, probar a los fieles que se encuentren
frente a los inconve.rsos Modernistas, que no hay diferen,
cía entre los dos testamentos en sus enseñ~as. Que el
Nuevo Testamento no es más que el cumplimiento del An,
tiguo Testamento. Y segundo: Darle al hermáno recién
convertido y sencillo un punto de partida para el estudio
de las doctrinas de la Biblia: Dios es eterno, y no cambia;
Sus leyes son eternas y no cambian; las grandes enseñanZ¡as
de la Biblia están en toda la Biblia, y no tuvieron sus ..e~
mielW)S" ni en personajes históricos, ni en las ideas con'
temporá.nea.s a los escritores de la Biblia. Las doctrinas son
santas y eternas.

Recomiendo a mis amables lectores que tomen como pun,


· to de partida b; pasajes citados, buscando las referencias,
y haciendo un estudio minucioso de la Biblia y sus doctri·
nas, tanto en el Nuevo como en el Antiguo Tesbmentos.

Una palabra más: Es posible que alguno de mis lectores


no se haya entregado a Cristo para ser salvo. Los pasajes
citados presentan, no sólo la necesidad de buscar la .salva-
ción, sino también la manera de conseguirla, que es, sen·
cillamente, entregarse a Cristo por fe en Su muerte por los
pecadores, dejando el mundo y sus tentaciones. Insto a mis
lectores inconversos a que lo hagan así. Si hubiere entre
mis lectores un Modernista, o que se ha dejado llevar por
los ardides de los Modernistas, le ruego vaya directamente
a la Biblia, para ver el verdadero Camino. No me siga a
mí; siga la Palabra de Dios, la Biblia. Lea los textos, y si
no hablo conforme a la Biblia, no me crea. Pero si hablo
conforme a la Biblia, amigo, te ruego aceptes la Palabra de
Dios, para ser salvo hoy.

Y que el mismo Dios de Abraham bendiga a cada lector


y haga prosperar en él la Verdad.

INSTITUTO BIBLICO DE GUERRERO,

San Jeronimito, Guerrero, México.


L. O. Engelmann.
Odtubre 26 de 1972.

114
BAUTISTAS: DEL NORTE, DEL SUR, Y YO.

A menudo se me pregunta si yo soy de los Bautistas del


Sur. Mi contestación es siempre la misma: Yo soy Bautis-
ta bíblico, lo que el mundo llama FUNDAMENTALISTA;
coopero con Bautistas que sean fieles a la Biblia dondequie-
ra que estén; no coopero con los que no son fieles a la Bi-
blia, no importa. a cuál grupo pertenezcan.

Hasta la fecha ha tocado la suerte que, en general, los


de la Convención del Norte (la Americana) han sido in-
fieles, y han librado batallas contrá mí y contra mis princi-
pios. Acepto la batalla. Hasta ahora en general los misio-
neros de la Convención Bautista del Sur han. mostrado estar
de acuerdo conmigo y amistad para conmigo. Acepto la
amistad.

Pero últimamente ha parecido necesario que sea yo más


explícito acerca de mi actitud hacia amigos y enemigos.
Sigo con mi vieja regla: acepto la amistad de los Bautistas
que creen la Biblia, y niego mi cooperación a los que no
creen la Biblia. U nos detalles de esta posición son los si-
guientes:
1, El propósito de nuestra obra misionera es· ganar al-
mas para Cristo, y enseñar Su santa Palabra. Nuestro pro-
pósito no es establecer tal o cual institución, sea escuela, sea
asilo, sea convención o asociación. Estos fines. son secunda-
rios, medios para extender la predicación del Evangelio y
para ganar almas. No nos interesa directamente el conse-
guir buenas leyes, buenas costumbres, mejoramiento social.
No nos interesa directamente la buena política y la educa-
ción, excepto en lo que atañe a nuestros hijos o a los jóvenes
ministros. .Nuestra misión es espiritual, y lo demás vendrá
sólo como fruto del cambio de carácter en el nuevo naci-
miento.

2, Todo plan, toda institución, todo movmuento que


ayuda en ganar almas y a propagar el Evangelio, merece
nuestra cooperación. Toda institución o movimiento que no
ayuda a ganar almas o a propagar el Evangelio no es digno
de nuestro sostén. Todo movimiento, institución o plan que
propaga o presenta ideas que no están de acuerdo con la
Biblia son enemigos de Dios, y por lo tanto, son también
enemigos míos como Cristiano.

3, Cuando una junta manda misioneros buenos, fieles


a la Biblia, merece nuestro respeto y nuestra cooperación.
Cuando comi~a a mandar misioneros, aunque sean pocos,
que son Modernistas o que de otra manera son indignos o
infieles, merece mi completa oposición. ;Y la recibirá!

El propósito de una librería es de presentar el Evange-


lio y hacer propaganda en pro de la Biblia. Cuando así ha-
ce, merece mi cooperación y apoyo. Cuando comi~a a
vender libros anticristianos o malos, está haciendo propagan-
da a favor del Diablo, y debemos por todos conceptos opo-
nemos a ella. Debo decir que, a veces, un libro malo escapa

116
a ·la atención, y se ofrece en venta al público. En tal caso los
Cristianos fieles tienen la obligación de llamar la atenci6n a
esta falta, y los directores de la librería deben suspender la
venta de tal libro malo, y, si ese hecho ha llegado a e.er pú·
blico, buscar que los hermanos sepan que se debió a un equí•
voco y no a rebelión contra Dios.

4, Los estudiantes en los seminarios son nuestros fu tu,


ros líderes: Es de suma importancia que reciban una edw
cación limpia. La enseña114a no puede ser mejor que las
creencias de: los profesores. De modo que, debemos tener
suma precaución en el personal del cuerpo docente de nues-
tras Escuelas Bíblicas y Seminarios. Una papa podrida echa,
rá a perder todo cl canasto de papas en que se ponga. Y un
maestro malo corromperá la mente y el alma de los estu,
d:iantes y hasta de los demás profesores. La escuela que per'
milta enseñanza que no sea fiel a la Biblia, o que emplea
maestros Modernistas o paganos, o que no esté de acuerdo
con las ideas Bautistas y Bíblicas, debe desconocerse. No
debemos enviar a ella nuestros jóvenes, ni nuestro dinero.
Pues no queremos cooperar con los siervos dcl Diablo en
la destrucción del verdadero Cristianismo. El que apoya
una escuela en la que enseñan el Modernismo está cooperan•
do con el Diablo en su propaganda. El que coopera con una
librería que vende libros Modernistas o "liberales", está
cooperando con el Diablo en extender su influencia.

5, Una casa de publicaciones existe para dar materiales


a los hermanos, especialmente a los pastores, F extender
el conocimiento de la. Biblia, pan ganar almás, y para el
mejoramiento de la vida espiritual. Cuando esa casa. de'
publicaciones publica libros o lite:ra.twa. que no vayan de
acuerdo con la Biblia, está sirviendo a Satanás,- y no debe,
mos c~rar con ella. Por .otro lado, si tiene cuidado .de

117

\
-------
t.'.-"';?,;;-', '""·~"~·

publicar sólo materia sana, merece nuestra completa coope-


rtación y apoyo.

6, Nuestra convención ha formado una Junta le Estu-


dios Teológicos. Fue un paso peligmsísimo. Pues los MO'
'dernistas son buenos políticos, y ya tienen sus planes para
controlar esa junta, y así extender sus perniciosas enseñan-
zas. Debemos tener suma precaución de. que no forme par-
te de esta junta NINGUNA persona que no sea del todo
fiel y leal a la Biblia en todos sus puntos. Los hermanos de
la convención deben preguntar y fijarse quiénes son los MO'
demistas ( qu~ ahora quieren que se les diga "Liberales")
y oponers~ a que desempeñen el cargo de oficial de la con-
vención o tengan participación alguna en la junta y con es-
p~ial cuidado de que no formen parte en la Junta de Estu-
dios Teológicos. Pues si controlan ese grupo, a la larga des-
truirán toda la obra Cristiana de la convención.

7, Mientras tanto, debemos también ver con mucho


cuidado qué libros compramos. No debemos aceptar la pa-
labra de algún vendedor de que sus libros son bíblicos y
bonitos y baratos. He visto a buenos hermanos comprar li-
bros sabatistas y de Testigos porque no se tomaron la IDO'
lestia de investigar antes de comprar.

Pero, nuestros hermanos buenos y fieles no siempre son


sabios. Hemos visto libros ateos vendidos en nuestras Li-
brerías Progreso, tales como los del infame Dr. Harvey Cox,
pues los directores de las Librería:s se equivocan. Debemos
tener sumo cuidado al comprar un libro, aun en una libre-
ría Cristiana, que el libro sea fiel a la Biblia. No hay que
comprar a ciegas, aunque se trate de una ganga trimestral.
Y al leer un libro, hay que comparar constantemente lo que
diga ese libro, con la Biblia y las enseñanzas de ésta.

118
coope- Por lo que hace a la literatura periódica, debemos los
pastores y misioneros examinarla bien cada trimestre, para
ver si es fiel a la Biblia, antes de repartirla a los hermanos.
No queremos servir de agentes y propagandistas de: Satanás.
Y de una vez les recomiendo a mis hermanos una regla que
están comenzando a adoptar las Iglesias en los Estados Uni-
dos. Cuando encuentran herejía en algún periódico, regre-
sar todo el bulto a la editorial demandando se reintegre su
costo. Para no perder su clientela, buscarán limpiar sus re-
vistas.

Yo no soy Bautista del Sur, ni Bautista del Norte, ni


de ningún grupo. Soy · Bautista Independiente, que coopero
con la Convención Nacional Bautista de México mientras
sea fiel a la Biblia, y que coopero con los Bautistas Indepen-
dientes de los varios grupos mientras sean fieles a la Biblia.
Y que buscaré la amistad con los misioneros de la. Junta del
Norte y la del Sur, si son fieles a la BibJia. Pero me opon-
dré acérrimamente a cualquiera de ellos si proclaman, pro-
pagan, (por predicación o por libros o por literatura) ideas
no cristianas.

Y quisiera hacer un llamado de atención a mis herma-


nos para que no sólo tomen la misma posición, sino que la
declaren pública y repetidamente para que tanto el mundo
como los enemigos de la ·Verdad sepan que hay quienes son
fieles a Cristo y están listos a batallar por la Verdad. ·

Y en sus reuniones asociacionales tengan ensayos y ser-


mones sobre las doctrinas de la Biblia.

Y ¿por qué no establecer la costumbre de preguntar a


cada persona electa para un puesto en la Convención o en
una asociación, si de corazón cree lo que dice nuestra de-

119
/

claración de fe? Al que no esté de acuerdo con ella, no de-


bemos permitirle que desempeñe puesto alguno,

Dios bendiga a mis hermanos. Oren mucho porque Dios


nos dirija para que sabiamente hagamos frente a los enemi-
gos de Dios. '

-L. O. Engelmann.-

San Jeronimito, Octubre 27 de 1972.

120

_;\_.¡_,~,?;_t,.,_,
PORQUE NO SOY PENTECOSTAL.

Hay en el mundo en nuestros tiempos un reavivamiento


de la glosolalia, el hablar lenguas desconocidas, y otras ma-
nifestaciones de querer volver a las prácticas del tiempo del
Nuevo Testamento. En sí mismo, esto no es malo. Pero
como se ha extendido más allá de los círculos pentecosre.ses,
entrando en las filas de las sectas establecidas, vale la pena
hacer un ligero estudio de la Biblia para ver si el movimien-
to es bíblico, y si conviene tomar parte en él. Pues he sa-
bido que hasta en algunos círculos ba;utistas ha surgido este
movimiento.

Hay relativamente pocos pasajes en la Biblia que tratan


de este asunto. En el día de Pentecostés, los hermanos ~
blaron lenguas, aunque no desconocidas. Cada persona que
estaba de visita en Jerusalem los oía hablar en su propio
idioma. Lo mismo ocurrió ·en la: casa de Comelio, doode
los soldados de su compañía, del ejército romano, eran como
se a;costumbraba entonces mercenarios de· oteas ~ espey
cialmente galos, o alemanes. Repito: cada uno oía la Pa-
labra en su propio idioma.
' f ·:·--

El único pasaje donde se trata algo detalladamente del


asunto de las lenguas, y de los dones del Espíritu Santo en
general, se encuentra en 1 Corintios, capítulos 12-14. Nos
conviene estudiar este pasaje a quienes nos gobernamos por
la Biblia, pues, aunque los Corintios en su ignorancia abu-
saban de los dones del Espíritu, aquí hallamos reglas claras
y concr:etas para el debido uso de ellos, inclusive el del don
de lenguas, pues Dios lo consideró de tal importancia que
mandó a Pablo escribiera a los hennanoo de Corinto, para
poner en or:den la cosa.

El capítulo 12 de 1 Corintios se dedica a las considera-


ciones de los dones del Espíritu Santo en general, aunque
mencionando las lenguas. Comienza con decir que hay mu-
chos dones del Espíritu, y no sólo el de lenguas. A cada
Creyente les es dado un don o varios según Dios quiera.. ( v.
3 y siguientes) . Estos dones son dados para provecho de la
Iglesia, y no sólo para el deleite de los que los reciben. (v.
7). Hay algo mejor que estos dones. ( v. 31). En el capí-
tulo 13 se discute algo en detaHe la supremacía del amor a
Dios y al prójimo. El capítulo 14 se dedica a discutir la
cuestión de lenguas, relacionándolas con otros dones.

Notemos primero, que no debemos prohibir el hablar


lenguas, aunque sea, como entre los Corintios, de manera
equivocada. ( v. 39). Los que no buscamos hablar lenguas,
no debemos prohibirlo a los que lo desean hacer, siempre que
se haga conforme a las reglas dadas en este capítulo.

A la vez, repite que es preferible profetizar en lugar de


hablar lenguas desconocidas. (v. 1-5). La palabra profeti-'
zar no significa sólo predecir el futuro. Tampoco significa
predicar. Abarca muchas cosas, muchos actos de culto.
En 1 Crónicas 2 5 : 1, 3, se menciona profetizar con instru-

122
mentos musicales. Esto indica que se consideraba que la
música en el culto era parte de la profecía.. Algunos profe. .
tas predijeron el futuro; otros no. Las hijas de Felipe prO'
fetizaban, no obstante tener prohibido Dios el que hablaran
en la Congregación, (1 Tim. 2:11-12, 1 Cor. 14:34). (He-
chos 21 :9). Parece que en la Biblia, la palabra "profetizar"
abarcaba todo acto de culto público, especialmente: testifi . .
car, cantar, tocar instrumentos y, también, predicar.

Todos eetos actos eran para el bien de los congregados,


y eran preferibles a hablar lo que no se entendía.
En los versículos 11 y 2 3 se llama la atención a que ha-
blar lenguas en público podría causar escándalo.

En el versículo 13 se da la primera regla para los que


hablan lenguas desconocidas: Es sencilla: Pedir a Dios que
mejor nos haga sus intérpretes, es decir, pedir .que podamos
dar nuestro testimonio en idioma que se entienda, para que
los oyentes saquen provecho. Pero, nótese que con mucho
cuidado no dice aquí que nunca debe hablarse en otra len-
gua.
En el versículo 20 hace referencia a que la manía de que-
rer hablar lenguas es cosa infantil. No debemos ser niños pa-
ra querer hablar lenguas sin objeto.

En los versículos 24 y 25 se indica que con el don del


Espíritu se debe tratar de convencer y ganar· al inconverso.
En el versículo 26 tenemos otra regla tanto para el ha-
blar lenguas como para los demás dones: todo debe hacerse
para la edificación de los oyentes. ·

El versículo 27 establece una regla que por todo concep--


to debe guardarse. No deben hablar lenguas más de dos, o

123
cuando mucho tres personas. Nunca debemos ·permitir que
una reunión cristiana se convierta en una griterfa en que do-
cenas hablen lenguas a la vez. No debe el hablar lenguas to-
mar el lugar principal del culto, que es, correctamente, el
evangeHsmo, al ganar almas, y la alabanza a Dios.

Relacionada con esta regla, y en el mismo versículo 27,


está otra regla. Los dos o tres que hablen, háganlo por tur-
no, esperando el uno hasta que haya terminado el otro~

Y también relacionada y en el mismo versículo 2 7, está


una regla muy importante: CuandO unos dos o tres hablen
en lengua en el culto, que haya quien interprete, para que
todos entiendan. Y en el siguiente versículo, el 28, se agre-
ga que si no hay intérprete, calle en la Iglesia el que habla
lenguas. Podrá hablarlas a su gusto en su casa, o en silen-
cio si hay otros presentes.

En el versículo 32 se contesta a uno de los más comu-


nes argumentos de los que abusan del don de lenguas: A
menudo, cuando se les llama la atención a alguna violación
. de las reglas bíblicas acerca de cómo hablar lenguas, conteS.:
tan con asombro: "Pero,· hermano, cuando el Espíritu me
arrebata, yo no tengo control de mí mismo. Tengo que ha-
blar". ,

Dios dice que esto no es ·cierto. En nuestra traducción


se puede ver, y correctamente traducido es bien claro: ·y
los esp1ritus de los profetas están sujetos a los profetas".
Sencillamente no es la verdad que uno que habla por el Es-
píritu Santo no tenga control sobre sí mismo. Cuando el
Espíritu Santo está en nosotros, hupl:ildemente se sujeta a
nuestras decisiones. Nunca somos forzados a seguir Sus con-
sejos. Si Ud. tiene el don· de hablar lenguas, Dios dice que

124
Ud. podrá controlar este don
mándo Ud. quiera. Y la pura
oontrol, ¿de qué serviría darle
do? Las reglas sirven sólo cu:uxlll

FJ versículo 34 toca un asu.- Es un he-


cho que en los grupos car1SIIlatiiBIII ~telllatl2;ai.ll el don de
lenguas y demás dones del Esp. . mujeres toman par-
te principal, a veces hasta ser de las Iglesias. Ale-
gan con filosofía humana que llamadas, y que tie-
nen el miSI!lo poder y derecho hombres.

En este versículo se aplicaa affiiYar lenguas reglas que


en otros pasajes se declara ap¡• M: .
a roda la obra de una
Iglesia. La mujer debe ca~::;~ le es permitido tener
puesto oficiaJ ni dirigir la obat:*"vna Iglesia. Hay mucho
que la mujer puede hacer m ..... a Cristo. Pero su lugar
no es de dirigir. Y en este ca. .e dice que no debe hablar
lenguas en público.

En el versículo 40, ~ otras reglas: "Hágase todo


decentemente". No debe IJIIJa- desorden cuando se habla
lenguas. Mi esposa nació ea el pueblo de Cleveland, Tennes-
see, donde los Pentecostale& cada año se reúnen en un cam-
pamento por varias semanas Vienen de todos los Estados
Unidos, y tienen culto uxlo d día. Conozco, por lo tanto,
aJgo de su proceder en - reuniones. Muchas veces hay tan-
ta boruca que casi no se puede predicar. Docenas de per-
sonas gritan en alta. ~ a Ja misma vez, y generalmente lo
que hablan es un idioma descoo.ocido. Al escucharlo no sue-
na como idioma. Pero posiblemente lo sea.

Pero a veces hacen otra. cosa. En un caso, uno se puso a


ladrar como perro. .AJa ve~ que reconozco que hay el don

125
de lenguas, creo que a veces se dejan llevar por su imagina-
ción, algunas personas emocionadas por su autosugestión.
Creo que generalmente se hace esto inocentemente, con el
verdadero deseo de alabar a Dios. Pero esto es una viola-
ción de la regla de hacer todo decentemente.

En el mismo versículo 40 de la. COrintios 14, se dice que


se haga todo "con orden". Nuestra traducción deja este pa-
saje un poquito obscuro, dando la, impresión de que es cas.i
igual que la regla anterior de que el hablar lenguas debe
hacerse decentemente.

Pero el sentido de la palabra en el griego •es que se haga


conforme a un programa ordenado. Todo Pastor en.tiende
la necesidad de preparar de antemano su programa del cul-
to, apuntando: Himno número tanto; oración, himno número
tanto; lectura bíblica en tal texto, y así para todo el culto.

De la misma manera el hablar lenguas debe estar puesto


(si se utiliza) en su lugar; y en el culto se anuncia: "Y aho-
ra el Hermano fulano nos hablará por cinco minutos en otro
idioma, interpretándolo el Hermano sutano". No debe per-
mitirse que se levanten a su gusto y cuando les pegue la
gana personas que sienten el deseo de hablar lenguas.

En resumen: No debemos tratar de prohibir a los Her-


manos que así desean, hablar lenguas extrañas. Pero los que
somos un poquito más apegados a .seguir estrictamente la
Biblia no busquemos hablar lenguas, sino lo que es más im-
portante, ganar almas, o sea el Evangelismo.

Pero los que hablan lenguas deben hacerlo conforme a


las reglas dadas en la. Corintios 14, y que son las que he-
mos menCionado.

126
Absteniéndonos de lo que según la -.a es infantil, de-
diquémonos con el poder del Espiñlu Santo a la magna
traea de ganar almas, a la ve-2; que JMIIIIjwnns nuestros cul-
tos de los hermanos sencillos que .(l0!6íu• dejarse llevar por
su entusiasmo a los excesos.

Debemos evitar dos extremos: &iaao, cometer los abu-


sos que algunós hacen, y violar las nglas bíblicas, como
muchos suelen hacer.

Segundo, no debemos ir al obD atremo de condenar a


los hermanos senciUos que quieren hahlar lenguas.

Debemos dar mucho énfasis ea JBJeStra. predicación y es-


pecialmente en nuestra oración, a la búsqueda del poder del
Espíritu Santo en nuestras vidas y en nuestro servicio. Y
debemos tener mucho cuidado de guardar el amor fraternal
para con los hermanos sencillos que buscan el don de las len-
guas.

Hay tres puntos en que .. .,. .. ,mente se atacan a los gru-


pos pentecosteses: el primero es 1a cuestión de hablar len-
guas, que a muchas personas les choca. Ya hemos discutido
algo sobre este punto y cooduido que no debe prohibirse el
hablar lenguas en el culto, siempre y cuando se sigan las re-
glas dadas, como hemos mmciooado, en la. Corintios Capí-
tulo 14. No hablaremos más sobre el asunto, pues creemos
que cumpliendo con las reglas dadas todo estará bien.

El segundo punto en que se critica a los Pentecostales


es el de SU! emocionalidad. En sus reuniones hay general-
mente algo de desorden. gritando los hermanos, "'Amén",
"Gloria, Aleluya", y otras expresiones de gozo y alegría y
alabanza a Dios.

127
En este punto nosotros, los Bautistas, podríamos apren-
der mucho de ellos. Las reuniones de los Bautistas en Mé-
xico, y en la América Latina en general, se han hecho muy
frías, con casi nada de expresión de fervor, y el resultado
ha sido alejar, más que atraer, a los cristianos y aún más a
los inconversos.
En el tiempo del Nuevo Testamento, se acostumbraba
usar estas expresiones de aprobación y de alaba~a en los
cultos. Numerosos pasajes mencionan esa costumbre. Cita-
ré aquí sólo uno: en la. Corintios 14:16 se hace la pregun-
ta de cómo dirá ••Amén" el oyente si rio entiende lo que se
dice en la oración. Parece haber sido costumbre, que cuan-
do uno oraba en alta voz, o, cuando predicaba o daba testi-
monio, cada oyente decía ..Amén" en cada renglón en que
estaba de acuerdo. Parece también que con frecuencia de-
cían ..Gloria", ..Aleluya", u otra cosa semejante para mos-
trar su gt>zo.
En otros paises, subsiste aún esa costumbre entre los Bau-
tistas y los Protestantes. Los cultos se ailegran con ~expre­
siones de gusto y de conformidad. Sería una grande bendi-
ción para la obra mexicana que los Bautistas nos acostum-
bráramos a hacer lo lismo. En este punto los Pentewstales
nos han puesto un excelente ejemplo, aunque a veces se van
al extremo y caen en un desorden escandaloso. No es ne-
cesario que los Bautistas les sigamos en el extremo escanda-
loso; pero muy provechoso sería que pusiéramos más vida y
más emoción en nuestros cultos.

Podremos criticar a los extremosos y a les escandalosos,


a la vez que aceptemos la costumbre misma de mostrar la
emoción cristiana en los cultos.
La tercera cosa en que ,se critica a los Pentecostales, es
en ciertas doctrinas relacionadas con la del Espíritu Santo:

128
I, La primera doctrina equivocada de los Pentecostales
es el de enseñar que la primera, y la importante prueba y
manifestación de haber recibido el poder del Espíritu Santo
(a veces llamada el bautismo del Espíritu Santo, a veces la
plenitud del Espíritu, a veces ser lleno del Espíritu, y con
varios otros nombres) es hablar lenguas desconocidas. Bíbli-
camente, esto está lejos de ser la verdad. En la. Corintios
Capítulo 12, se dedican numerosos versículos a explicar que
no todos reciben el mismo don del Espíritu Santo. A unos
dio apóstoles, a otros profetas, a otros sanidades, etc. etc.,
dejando por último las lenguas. Claramente enseña que no
todos pueden ni deben hablar lenguas. Lejos de ser el prin-
cipal don del Espíritu Santo el hablar lenguas desconocidas,
este es el último, y menos importante de los dones. Es más,
se manda, entre las reglas dadas en el Capítulo 14, que si
no hay intérprete debe callarse en público el que habla len-
guas. Y también manda que el que pueda hablar lenguas,
pida a Dios que mejor le permita profetizar.

La prueba de haber recibido el Espíritu Santo es evan-


gelizar. Antes de Pentecostés, cuando Jesucristo iba a as-
cender al Cielo, les dijo, ..Mas recibiréis poder cuandb vinie-
re el Espíritu Santo sobre vosotros, y me seréis testigos ... "
nadie tiene derecho de decir que tiene el Espíritu Santo, )si
no trata de ganar almas para Cristo. Esta es la única prueba
infalible de haber recibido el Espíritu Santo.

JI, Creemos que otia doctrina equivocada, y peligrosa,


de loo pentecostales es sostener que todos los creyentes de-
ben hablar lenguas. Claramente, dice la Biblia, como hemos
visto en la. Corintios 12, que el Espíritu Santo da distin-
tos dones a distintas personas. El creerse . mejores y más
santos que sus hermanOs que no hablan lengua, es una mue&-
tra de fariseísmo.

129
.-
III, Es erróneo decir que no pueden control~se cuando
sobre ellos viene el poder del Espíritu para hablar lenguas
desconocidas. Pues claramente dice en la. Corintios 14, que
el Espíritu que está dentro del hombre está sujeto al hom-
bre. Uno realmente insulta a Dios cuando afirma que no
puede controlar:se. Dios nunca habría dado las reglas que
ya mencionamos acerca de hablar lenguas, si no fuera posi-
ble al hombre obedecerlas. Dios nunca manda hacer lo im-
posible. Si el Espíritu es de Dios, entonces puede el lector
controlarlo para cumplir con las reglas que Dios ha dado
sobre nosotros.

IV, Es grave error considerar el don del Espíritu Santo,


como una cosa para nuestro gusto. Como hemos ya visto,
el mandato sobre las lenguas, a igual de los otros dones del
Espíritu, es "Hágase todo para provecho". Una persona
puede en su casa hablar lenguas hasta donde se le pegue la
gana; pero en público tod3JS las partes del culto deben ser
para provecho de los oyentes.

V, Una de las doctrinas más peligrosas de los pentecos-


tales es, que al recibir el Espíritu Santo uno llega a la per-
fección santa. Afirman que habiendo recibido al Espíritu
Santo, estamos exentos de la tentación, y que ya no pecamos.

Como meta, esto es muy bonito. Debemos buscar la per-


fección. Pero la Biblia específicamente nos amonesta a que
no nos creamos exentos de la tentación.

Al decir cómo proceder con un hermano que ha pecado,


se nos manda que los que somos espirituales, lo restauremos
"mirándote a tí mismo que no caigas".

''El que cree estar firme, mire no caiga".

130
Sin mencionar otros pasajes que dan la misma idea sen-
cillamente diremos que la Biblia enseña que no hay, ni en-
tre los inconvelisos, ni entre los creyentes, persona que no
peque. Consideremos el caso de Pedro. Había estado con
Cristo más de tres años. Pero la noche en que Cristo fue
entrega:do pecó bárbaramente, negando a Cristo, con maldi-
ciones y blasfemias. Juan Marcos, habiendo comenzado su
ministerio, fue tentado, y volvió atrás. Otros casos podrían
mencionarse. Gracias a Dios que en esos casos los pecado-
res se arrepintieron, y fueron restaurados; pero nunca estu-
vieron exentos de la tentación.

Y precisamente aquí se ve lo funesto de esta doctrina de


que uno que recibe el Espíritu Santo ya no es tentado. Si
me levanto en la noche, y voy caminando en la obscuridad
con cuidado, temiendo tropezar, no caigo; pero sí me creo
muy seguro de dónde está cada mueble, y ando descuida-
damente, fácilmente tropiezo con algo y me caigo. Así es
en la vida espiritual. El que se da cuenta de las tentaciones
y de su propia :debilída:d, no peca. Pero el que re cree segu-
ro, se descuida y cae en las trampas de Satanás.
VI, Debos también cuidarnos de la propaganda de los
pentecostales. No sé por qué; pero sus métodos de propa-
ganda a menudo dejan mucho que desear.

Hace tiempo salió un folleto dirigido directamente a los


Bautistas de Estados Unidos. Fue escrito por dos "Minis-
tros Bautistas" quienes abogaban por las doctrinas pentecos-
tales, especialmente las lenguas desconocidas. De uno de
ellos no tengo bastantes datos para hablar categóricamente;
pero del otro una ligera investigación trajo a luz que el au-
tor no era Bautista. El título del folleto mostraba que era
dirigido directamente a ganar a los Bautistas inocentes: "Las
Lenguas Desconocidas y Los Bautistas".

131
Ha salido no hace mucho la declaración pentecostal de
que Moody, Spurgeon, Finney, y una larga lista de los fa-
mosos evangelistas y teólogos del pasado hablaban. lenguas.
Hasta tal grado llegaron en su osadía que dijeron que el ama-
do Doctor B. H. Carroll había hablado lenguas. Seguramen-
te habrán creído que los hermanos sencillos no tendrían a la
mano donde investigar la verdad de estas declaraciones. Se
ha investigado con sumo cuidado en cada caso, y ninguno
fue cierto; ninguno de esos hombres habló lenguas como
afirman los pentecostales. Necesita uno sencillamente to-
mar con grano de sal la propaganda de estos señores. Se
entusiasman mucho en lograr ganarse a otros, tanto para
aceptar a Cristo y ser salvos, como para las ideas de la glry
solalia. Y temo que esta consagración, el lograr su fin los
induce a veces a salirse de la estricta verdad. No creamos
todo lo que nos dicen. Es muy posible que alguno, oyendo
decir que estos grandes obreros del pasado fueron llenos del
Espíritu Santo, y subconscientemente, sin pensar realmente
la cosa, entendía que eso quería decir que hablaran lenguas.
Pues muy cierto es que todos estos hermanos mencionados
fueron llenos de Espíritu Santo, según sus propios relatos;
y también es cierto que no hablaron lenguas.

Cuando llegué yo al Pa:storado de la Iglesia Bautista de


Hallettsville, Texas, la Iglesia había tenido predicación tres
domingos al mes. Llegando yo, se aumentó la predicación
pues hubo servicio de predicación todos los domingos.

U nos pocos días después de mi llegada, se me acercó una


hermana, miembro de la Iglesia, trayendo una carta, la cual
le había entregado una vecina. La carta era de un Minis-
tro pentecostal en Houston. En ella decía: "Cuando lea
esta carta, quémela. No permita que caiga en manos del
Pastor Bautista. Pero entiendo que hay domingos en los que

132

. ~i..
no está el Pastor. Yo llegaré, como por causalidad; y usted
me presenta a la Iglesia con la sugerencia de que yo les pre-
dique ese día. Así tendré una oportunidad de hablar a los
hermanos en ausencia del Pastor; dividiré la Iglesia y me lle-
varé una parte para formar una Iglesia nuestra".

Pero la mujer mejor nos entregó la carta, y el hombre


no logró su fin. Pero es un ejemplo de la mala labor que a
veces hacen estos hermanos, que son tan celosos, que se per-
miten realizar acciones no muy cristia~.

No digo que todos hagan lo mismo. Reconozco que en


general los pentecostales son Cristianos y celosos de la obra
de Dios. Pero quienes actúan así son muy numerosos. De-
bemos evitar el pecado en nosotros, pero también debemos
defendemos a nosotros mismos, y a la obra de Dios, de los
pecados y las acechanzas de los demás.

En resumen: Reconozcamos a los pentecostales como her-


manos en Cristo, a la vez que reconocemos también sus erro-
res doctrinales. Podemos aprender de ellos algo de celo, de
énfasis en la doctrina del Espíritu Santo, lo que mucho ne-
cesitamos los Bautistas mexicanos.

Podemos tolerar el uso de lenguas desconocidas, siempre


que sigan las reglas bíblicas para ello, a la vez que nos ne-
gamos a buscar tal don, por ser infantil, e inútil en la obra
de evangelización.

Podemos aprender de ellos el entusiasmo santo y a en-


tre~os algo a la emoción de go.z;o y alegría y alaban.z;a. en
los cultos. Sería una bendición grande para la obra Bauti&-
ta en México .que los hermanos aprendieran a decir Amén
en las oraciones, en la predicación, y en general en todo aque'

133

---~ -------------------------------------~
llo en que estén de acuerdo. Sería muy benéfico si los her-
manos aprendieran a alabar a Dios con un, .. Gloria Alelu..
ya", de vez en cuando.

Por lo que se ha dicho se ve por qué, reconociendo a los


pentecostales como hermanos en Cristo, no podría yo ser
uno de ellos.

L. O. Engelmann

San Jeronimito, Gro. Junio de 1973.

134
INDICE

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

CAPITULO l.-Cristo nuestra Pascua 12

CAPITULO II.-Agua de la peña: Cristo 25


CAPITULO III.-Cristo en el Tabernáculo 29

CAPITULO !V.-Nuestro Sumosacerdote . . 44

CAPITULO V.-Cristo nuestro Sa.crificio . . . . 51


CAPITULO VI.-Cristo en los Salmos . . . . . . 62

CAPITULO VII .-Cristo en Isaías . . . . . . . . . 7j

CAPITULO VIII.-Cristo en otras profecías . . 92

CONCLUSION . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. 107

PAGINAS V ARIAS.-Bautista.s: Del Noru, dd


Sur, y Yo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1U9

Por~ no ~- pentc.:~ta 1 ... ... ... ... 11 5-


SE DIO TERMINO A LA IMPRESION

DE ESTE LIBRO, EL DIA 10 DE

J U L I O DE 1973, EN LOS

TALLERES GRAFICOS DE LA

EDITORIAL JOSE M. CAJICA

JR., S. A. INSTALADOS EN

LA CALLE 19 SUR 2501 DE

PUEBLA,_ PUE., MEX.

Tiro: 2,000 Ejemplares.


N O T A:
Hasta ahora han salido 21 números de DEFENSA, co-
mo siguen:
I, El Anticristo Moderno.
II, Emmanuel, Dios Con Nosotros.
III, El Evangelismo Bíblico.
IV, El Pecado de Josaphat.
V, El Ecumenismo.
VI, La Inspiración de la Biblia.
VII, Declaración de Fe Personal.
VIII, La Solución de Nuestros Problemas.
IX, El Reino de los Cielos.
X, La Diferencia entre los Cristianos y los Moder-
nistas.
XI, El Evangelismo Personal.
XII, El Infierno.
XIII, El Pecado.
XIV, Ekklesia-La Iglesia.
XV, Quienes son los Bautistas.
XVI, La Evolución.
XVII, El Matrimonio Ante los Ojos de Dios.
XVIII, La Nueva :Moralidad.
XIX, He Visto a Estos Venir a Cristo.
XX, Guardando Limpia Nuestra Labor por Cristo.
XXI, Cristo en el Antiguo Testamento.
Además han salido dos libros extra:
Religioso pero Perdido.
Manuscritos Viejos.
Hasta donde ha sido posible, se han enviado gratis a los
predicadores de todas las sectas. Si Ud. no ha recibido la
serie entera, podrá pedirla a esta editorial, o a la Librería
Progreso, Vizcaínas 16, México, D. F. México. Si Ud. se
interesa en recibir ]a serie hermosamente encuadernada, di-
ríjase a la editorial, donde se proyecta hacer tal edición para
los que desean conservar la serie en su biblioteca o en la de
su Iglesia. 4.
Oren por este trabajo, y por mí, el indigno Defensor.
L. O. ENGELMANN.

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