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INTRODUCCIÓN
Uno de los problemas clásicos de degradación de la tierra que ha tenido que
enfrentar el hombre, ha sido el de controlar, prevenir o mejorar los suelos
afectados por la salinidad.
La sal en química y en la ciencia de los suelos, no significa NaCl sino más bien son
los compuestos iónicos conformados de cationes y aniones. Los principales
constituyentes catiónicos de las sales solubles en los suelos salinos son el sodio,
calcio y magnesio, y los aniónicos más significativos son el: sulfato, cloruro y
bicarbonato.
La salinidad es la consecuencia de la presencia en el suelo de sales más solubles
que el yeso. Por sus propias características se encuentran tanto en la fase sólida
como en la fase líquida, por lo que tienen una extraordinaria movilidad.
La salinidad de los suelos, en algunas de sus manifestaciones, ha sido la causante
de la reducción en la capacidad productiva de los suelos de muchas regiones en el
mundo.
Estudios de las naciones unidas indican que debido a la salinización (proceso de
acumulación de sales en suelos con predominio del Ca y Mg) existe hoy 1.5 veces
más tierras improductivas ya que la forma de riego no es la correcta. La salinidad
es un fenómeno asociado a condiciones climáticas de aridez y semiáridez en
donde la evapotranspiración excede a la precipitación y es necesario recurrir a la
irrigación para satisfacer las necesidades de agua de los cultivos. También se puede
desarrollar en regiones húmedas bajo condiciones de alta demanda evaporativa,
nivel freático superficial y actividad humana.
Un estudio reciente indica que cerca de las 2/3 partes de todos los terrenos de
riego del mundo (aproximadamente 70 millones de hectáreas) presentan
problemas de salinidad.
OBJETIVOS
Se tratará en este tema de los suelos que adquieren la salinidad por acción
antrópica, en la gran mayoría de las situaciones como resultado del regadío
y sólo se considerarán de pasada a los suelos salinos naturales, como los
Solochaks y los Solonets que son suelos que se encuentran en equilibrio
con su medio ambiente y que han sido ya considerados en la asignatura de
Edafología.
La solubilidad de las sales está muy influenciada por la temperatura (aunque unas
mucho más que otras). Por ello presentan un comportamiento muy dinámico,
presentando importantes variaciones estacionales (unas determinadas sales se
encontrarán precipitadas en invierno y solubles y móviles en el verano; además la
composición de la disolución del suelo será distinta en la estación fría de la de la
estación cálida).
Un suelo puede tener su disolución con una baja concentración en invierno (y
bastante homogénea en todos sus horizontes; las lluvias disuelven, movilizan y
redistribuyen) y muy concentrada en verano (al desecarse el suelo precipitan las
sales y por efecto de la evaporación tienden a subir hacia la superficie). En un
mismo suelo varía pues la concentración, el tipo de sales disuelto y su distribución
en profundidad a lo largo del año.
2. ORIGEN DE LA SALINIDAD DEL SUELO
Las sales presentes en el suelo pueden presentar orígenes muy diversos, podemos
diferenciar dos importantes grupos: sales de origen natural y sales de origen
inducido o producidos por el hombre.
Los suelos salinos se caracterizan por presentar niveles tóxicos de cloruro de sodio
y sulfato de sodio. Los valores de conductividad eléctrica en extractos saturados
de suelo salino oscilan alrededor de 4.0 dS/m
Riego
Sobreexplotación de los acuíferos
Fertilizantes
Actividades industriales
Mal drenaje
Clima árido
El regadío es la causa principal de contaminación por sales. La puesta en regadío
de una zona, sin un estudio previo de planificación del suelo, del agua, de la
geomorfología e hidrología ha sido la responsable de la salinidad de extensas áreas
agrícolas en todo el mundo.
El agua muy frecuente aporta directamente las sales al suelo. Como es sabido en
la naturaleza no existe el agua pura y al añadir sistemáticamente agua durante largos
periodos conduce a una acumulación no deseada de sales en el suelo. Pero los
problemas se vuelven realmente graves cuando se utilizan aguas para el riego con
altas concentraciones en sales. Aparte por el efecto del mojado se pueden producir
modificaciones negativas como serían la liberación de sales del propio suelo y de
su material original, así como procesos de alteración mineral que liberarían iones
que pueden recombinarse para formar sales solubles. Por otra parte, el riego en
zonas altas puede provocar la salinización de suelos en cotas más bajas.
Sobreexplotación de acuíferos y salinización de las aguas por bajada de los niveles
freáticos y contaminación con aguas salinas más profundas (caso de Almería).
También por el caso contrario de elevación del nivel freático.
Lavado
Figura 11.
Lavado de
suelos
Tabla 5. Clase de suelo y su recuperación
SUELO RECUPERACIÓN
Solo existe un procedimiento para hacer descender el contenido de
sales de la solución del suelo hasta niveles tolerados por los cultivos,
este es el lavado de sales. Hay una serie de técnicas auxiliares como
los subsolados, mezclas de suelos y otros y algunas prácticas agrícolas
que aminoran el efecto de las sales, como ciertas prácticas de riego,
elección de fertilizantes, etc., pero la única manera de eliminar las
sales del suelo es mediante su lavado. El lavado consiste en hacer
SALINO pasar a través del suelo una cierta cantidad de agua que arrastre
consigo las sales. Puede tener dos finalidades diferentes:
1. Reducir la elevada salinidad inicial del suelo (lavado de
recuperación)
2. impedir que el suelo se resalinice como consecuencia de los
aportes de sales de agua de riego, napa freática, etc., (lavado de
mantención)
El lavado de sales no arrastra el sodio absorbido. En cambio puede
ser contraproducente porque disminuye la concentración de sales
disueltas, lo que aun facilita más el efecto dispersante. La
recuperación de un suelo sódico exige disminuir el PSI hasta valores
SÓDICO aceptables, o lo que es lo mismo, reemplazar parte del sodio
adsorbido por otros cationes, generalmente calcio. Esto se consigue
de diversas formas, pero todas ellas tienen en común la adición de
calcio, bien en forma de enmiendas de yeso, cloruro cálcico, etc., o
bien mediante la movilización del que pueda haber en el suelo en
forma poco soluble.
En estos suelos hay que rebajar el PSI por medio de la adición de
SALINO- calcio y eliminar las sales disueltas por medio de lavados. Es
SÓDICO fundamental realizar la recuperación por el orden descrito; de esta
forma el suelo pasa de salino- sódico a salino con la adición de calcio
y de salino a un suelo normal con el lavado. Si se invierte el orden y
se aplica lavados antes de rebajar el PSI, se pasaría de la situación
inicial de suelo salino-sódico a la de suelo sódico, y en esta nueva
situación, al no haber sales disueltas en cantidad suficiente, el efecto
dispersante del sodio puede disgregar la estructura de forma que se
desarrollarían con dificultad por la baja permeabilidad del suelo sin
estructura y, aunque pudieran lavarse las sales, permanecerá el
problema de la perdida de estructura.
Es tan prioritario evitar el deterioro de la estructura del suelo, que
existe una técnica de recuperación de suelos salino-sódicos mediante
el empleo de lavados con disoluciones sucesivas de agua muy salina
y de RAS (relación de adsorción de sodio) relativamente bajo. De
esta forma la floculación se mantiene y el sodio adsorbido ya siendo
reemplazado por los cationes divalentes presentes en el agua de
lavado.