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CLASES 8072 A y B

Derechos Reales

RELACIONES DE PODER. DISPOSICIONES GENERALES. CLASIFICACIÓN DE LA POSESIÓN.

- En esta clase nos vamos a enfocar en el Título 2, que comprende POSESIÓN y TENENCIA, cuyas disposiciones generales
están referidas a las relaciones de poder. -

En el Nuevo Código se establecen solo 2 relaciones de poder:


> Posesión: Hay posesión cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hecho sobre una cosa,
comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no (art. 1909 CCyC).
> Tenencia: Hay tenencia cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hecho sobre una cosa, y se
comporta como representante del poseedor (art. 1910 CCyC).

Es importante ver que la diferencia entre un concepto y otro es solamente el llamado “animus” porque en la
posesión me comporto como titular de un derecho real, lo sea o no; y en la tenencia reconozco en otro la posesión, la
propiedad; más allá de que en ambos tengo la cosa bajo mi poder, por sí o por otro, y se da un poder de hecho.

Ambos conceptos se excluyen entre sí. Si establezco que hay posesión, no puedo a la vez decir que soy tenedor. Si
siendo poseedor reconozco ser un representante de la posesión de otro, automáticamente he perdido la posesión a
manos de aquel en quien reconozco la posesión. Por eso, ese poder de hecho tiene que ser cuidadosamente tratado.

* En la posesión no reconozco un señorío superior; es requisito determinante la intencionalidad que se transmite con lo
que es el comportamiento como propietario, siéndolo o no.
* El titular de un derecho real, también es poseedor. De allí, que al ser un poder de hecho, no investigamos el título,
pero sí si la posesión es legítima o ilegítima, cuando deba acreditarse.

* En la posesión hay derechos y obligaciones mayores; mientras que en la tenencia, yo me voy a atener al contrato, solo
teniendo la facultad de exigir el cumplimiento de lo pactado.

Presunción:
“Se presume, a menos que exista prueba en contrario, que es poseedor quien ejerce un poder de hecho sobre una
cosa.”
(Art. 1911 CCyC)

A diferencia del Código de Vélez, hoy el Código dice que, a los efectos de presunción, la relación de poder es
posesión. Quien pretenda alegar que no lo es, tendrá que demostrarlo.

En principio, se supone que toda posesión es el ejercicio de un derecho real. Si no fuera así, va a venir el titular del
derecho real, el verdadero propietario, a los efectos de poner en orden esa situación que no responde a un derecho
(derecho personal si es tenencia, derecho real si es posesión).
* Si uno empieza a tildarlo de buena fe, de mala fe o vicioso, ya vamos a estar en una posesión ilegítima.
Por otra parte, no hay posibilidad de que la demostración del requerimiento sea a nivel privado, siempre tendrá que
ser por las vías legales. De allí, que uno de los fundamentos que ya estaba instalado en la doctrina, de estas defensas
posesorias donde yo me conduzco como el dueño pero puedo o no serlo, era mantener la distribución de hecho de los
bienes que, se supone, responden a un derecho. Aquel que lo niegue, es quien debe probarlo.

Así veremos que a lo largo de las disposiciones que tratan posesión y tenencia, están teñidas de la presunción de que
hay poseedor. Quien lo baje de ese lugar de señorío como propietario, deberá demostrarlo.

Servidor de la posesión:
“Es quien utiliza en virtud de una relación de dependencia, servicio, hospedaje u hospitalidad.”

*El vínculo que tiene el servidor con la cosa tiene un antecedente determinante, que es la relación de dependencia,
servicio, etc.

El servidor de la posesión también se conduce como el dueño, pero es sí o sí alguien que está con ese poder de hecho
solo por una relación de dependencia, de hospedaje, etc. (Ej.: Si vamos a un hotel, nos manejamos como dueños de la
habitación); pero allí sí o sí el conducirse no responde a este animus de tener la cosa bajo su poder por sí o por otro. No
lo hacemos como titular del derecho real, sino solo como una cuestión transitoria.

OBJETO DE LA RELACIÓN DE PODER:


“El objeto de la posesión y de la tenencia es la cosa determinada. Se ejerce por una o varias personas sobre la totalidad
o una parte material de la cosa.”
(Art. 1912 CCyC)

* Este concepto debiera ser un norte en la determinación sobre si hay o no posesión.

En primer lugar, el artículo habla de una relación de poder, de manera que si habla de un poder de hecho, estamos
ante la materialidad. Aquí se habla de “cosa”, de manera que nos remitimos al art. 16 del Código, que enuncia que
cuando el bien está materializado, entonces es cosa.

Volviendo al concepto de derechos reales, decíamos que el objeto podían ser: las cosas, una parte material de la cosa
o un bien enunciado por ley. Aquí, como es un poder de hecho habla de cosa, y a la vez dice que puede ser ejercida por
el todo o una parte indivisa (en el caso que sean varios los poseedores) y también puede ser ejercida sobre la totalidad o
una parte material (Ej.: Usufructo sobre una parte materialmente determinada: En este caso, voy a tener posesión de la
parte no gravada por el derecho de usufructo, pero a su vez, sobre la parte determinada, conservo el dominio, que va a
estar gravado con un derecho real que se ejerce por la posesión, como es el usufructo. El propietario ha entregado esa
parte determinado porque hay un título que lo obliga a entregar la cosa.)

Concurrencia:
“No pueden concurrir sobre una cosa varias relaciones de poder de la misma especie que se excluyan entre sí”.
(Art. 1913 CCyC)
Acá el poder de hecho es exclusivo, al igual que en el Código anterior, porque no pueden convivir dos relaciones de
poder que se excluyan entre sí sobre una misma cosa y por el todo. Puedo tener dos relaciones de poder que se
excluyan pero sobre una parte alícuota, como el condominio.

Puedo tener posesión y tenencia sobre una misma cosa, por el todo, porque el tenedor es un representante del
poder de hecho del poseedor.

TÉRMINO DE LA POSESIÓN:

Comienzo y extensión: Si media título se presume que la relación de poder comienza desde la fecha del título y tiene la
extensión que en él se indica. (Art. 1914)

Es sumamente importante saber desde cuándo se es poseedor, aun cuando uno sea propietario; como así también
cuándo se pierde la posesión, porque, si yo conozco cuando adquirí la cosa, a los efectos del cómputo, de la
prescripción, a los efectos de que me califiquen la posesión, a los efectos del año en lo que es adquisición de las acciones
posesorias porque en el otro extremo están prescribiendo (20 años para saber cuándo se me extingue el derecho real; el
año para saber cuándo se a prescribir las acciones posesorias a favor de quien me privó de la posesión).

Interversión del título de la relación de poder: Nadie puede cambiar la especie de su relación de poder, por su mera
voluntad – unilateralmente-, o por el solo transcurso del tiempo. Se pierde la posesión cuando el que tiene la cosa a
nombre del poseedor manifiesta por actos exteriores la intención de privar al poseedor de disponer la cosa, y sus actos
producen ese efecto.

La figura de la “interversión del título” ha sido bien receptada en el CCyC porque expresamente dice que no puede
modificarse la causa de la posesión, la razón por la cual yo ingresé, logré adquirir ese poder de hecho; pero el transcurso
del tiempo lo puede hacer cambiar.
* En el vicio de “abuso de confianza” hay una interversión del título.

Exige actos exteriores, es decir, que se conduzca sin reconocer en el anterior poseedor el poder de hecho; tengo el
poder de hecho y lo ejerzo en mi beneficio más allá de que no sea el titular de un derecho real o personal.

CLASIFICACIÓN DE LA POSESIÓN:

Vélez no había hablado de clasificación, pero sí daba pautas de cuándo era o no legítima. Hoy, se habla estrictamente
de estos conceptos en el art. 1916 CCyC:
> Legitimidad: Las relaciones de poder se presumen legítimas, a menos que exista prueba en contrario.
> Ilegitimidad: Son ilegítimas cuando no importan el ejercicio de un derecho real o personal constituido de conformidad
con las previsiones de la ley.

Claramente, la relación de poder es legítima cuando responde a un derecho, personal o real, constituido de acuerdo
a las disposiciones de la ley.

La única posesión legítima que vamos a tener, es la del propietario, el titular del derecho real, porque los derechos
reales se ejercen por posesión (excepto hipoteca y servidumbre).
Las relaciones de poder son legítimas porque la presunción es de poseedor, un poseedor que tiene el poder de hecho
y se conduce como titular de un derecho, sea real o personal, aunque no sea tal.

La legitimidad también se presume porque ese poder de hecho se supone que es el ejercicio de un derecho real o, en
el caso de la tenencia de un derecho personal.

La ilegitimidad es precisamente el caso contrario. Es ilegítima cuando no existe el derecho, es decir, no sigue
formalidades de la ley.

Buena fe en la relación de poder:


“El sujeto de la relación de poder es de buena fe si no conoce, ni puede conocer, que carece de derecho, es decir,
cuando por un error de hecho esencial y excusable está persuadido de su legitimidad.”
(Art. 1918 CCyC)

Solo puede haber posesión de buena o mala fe sólo cuando nos referimos al poseedor ilegítimo, no estamos frente a
un derecho real o personal constituido frente a las disposiciones de la ley.

**Ej: Justo título: Tengo un documento revestido de las formalidades de la ley, lo recibo de alguien que tiene una
relación de poder y se conducía como el dueño, y tenía la persuasión a través de un documento, el testamento, de que
es el verdadero propietario; y además cumplo con las disposiciones de la ley porque ese título está inscripto, es
oponible; pero no soy el propietario. Por tanto, mi posesión es ilegítima pero de buena fe.

La posesión será de buena fe cuando esté persuadido el poseedor, quien detente la relación de poder, de la
legitimidad de su derecho. Si no hay elementos que persuadan de la legitimidad de su derecho, la posesión será siempre
ilegítima pero de mala fe.

El art. 1918 CCyC, nos dice también cuando hay:


> Presunción de buena fe: La relación de poder se presume de buena fe, a menos que exista prueba en contrario.
> Presunción de mala fe:
a. Cuando el título es de nulidad manifiesta: Si yo tengo un título que está suscripto por X personas pero en el
Registro figura otro como propietario, puedo conocer la nulidad del título, no estoy persuadido de la legitimidad.
Si no estaba registrado, habrá que registrarlo previamente.
b. Cuando se adquiere de persona que habitualmente no hace tradición de esa clase de cosas y carece de
medios para adquirirlas: Hay que tenerlo muy presente. En materia de muebles es determinante la buena fe. No
es excusable el error de derecho y, en lo que es la mala fe, el problema va a estar en que no puedo decir
“creo…”, “me pareció…”.
c. Cuando recae sobre ganado marcado o señalado, si el diseño fue registrado por otra persona: Aquí vamos a
tener el ganado señalizado y de pronto lo entrega una persona que no tiene la marca registrada o que,
teniéndola, no es la que tiene el animal. La ley de marcas y señales establece el “certificado de transferencia de
dominio” para los supuestos de quien adquiere algo de quien no tiene registrada marca.

“La buena o mala fe se determina al comienzo de la relación de poder, y permanece invariable mientras no de produce
una nueva adquisición. No siendo posible determinar el tiempo en que comienza la mala fe, se debe estar al día de la
citación al juicio.”
(Art. 1920 CCyC)
Estos parámetros, son al momento de la adquisición, de manera que si la adquisición es de mala fe, en la oportunidad
en que se sea condenado a restituirle al verdadero propietario la cosa, va a tener una serie de obligaciones y un solo
derecho: ser compensado en las mejoras necesarios. En cambio, si al momento de adquisición, uno reunía las
condiciones establecidas en la ley para ser de buena fe, va a ser equiparado en las cuestiones de frutos y mejoras que se
van a reconocer a un propietario.

* Si uno adquiere de buena fe, después puede transformarse en mala fe, pero no a la inversa. Dice que solo podría
cambiarla si hace una nueva adquisición.

Ahora, ya estando en la mala fe, hay que dirimir si el modo en que uno llegó a hacerse del poder de hecho de la
posesión, es vicioso o no.

Posesión de mala fe viciosa:


La posesión de mala fe es viciosa respecto de cosas muebles adquiridas por:
a) hurto,
b) estafa: La estafa no es vista como que uno vende lo que no es propio. Estamos hablando de la adquisición de la
posesión, entonces hay estafa cuando uno altera la voluntad y empieza a persuadir al otro para lograr a hacerse de la
posesión (ej.: este reloj no sirve, no es de oro, etc., entonces uno lo da).
c) abuso de confianza.

La posesión de mala fe es viciosa respecto de cosas inmuebles adquiridas por:


a) violencia: corto alambras, rompo puertas, etc.
b) clandestinidad: lo hago en la noche, aprovechando que no está el poseedor, etc.
c) abuso de confianza: es el caso de la interversión del título. Hay pérdida de la posesión, la adquiero en el otro extremo,
pero es viciosa.

Los vicios de la posesión son relativos respecto de aquel contra quien se ejercen. En todos los casos, sea por el mismo
que causa el vicio o por sus agentes, sea contra el poseedor o sus representantes. Ej.: Yo produzco un vicio, adquiero la
posesión a través de una estafa, pero no puede otra persona hacer valer que mi posesión es viciosa; solo es viciosa
respecto a aquel contra quien yo ejercí el vicio.

Buena fe requerida en la relación posesoria:


- No conocer ni podido conocer la falta de derecho a ella: Cuando hablamos de una posesión ilegítima, aludimos al justo
título, cuando la buena fe está en la relación de poder, cuando estoy persuadido, no pude conocer la falta de derecho a
ella.
- Cosas registrables: Requiere el examen previo de la documentación y constancias registrales, así como el cumplimiento
de los actos de verificación pertinente establecidos en el respectivo régimen especial. Esto tiene relación directa con los
automotores.
(Art. 1902 CCyC)

Es importante en miras a una prescripción breve.

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