Proyección de la película LA NOVIA DE FRANKENSTEIN (1935) de James Whale.

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Presentada por Agustín María García López.!
Título original: The Bride of Frankenstein."
Año: 1935.#
Duración: 75 minutos.#
País: Estados Unidos. #
Productora: Universal Pictures.#
Dirección: James Whale.#
Guión: John L. Balderston, William Hurlbut.#
Música: Franz Waxman.#
Fotografía: John D. Mescall.#
Reparto: Boris Karloff, Colin Clive, Valerie Hobson, Elsa Lanchester, Ernest Thesiger, Dwight
Frye, Walter Brennan.#
Premios: Nominada al Óscar a la Mejor Banda Sonora (1935).#
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«EL MONSTRUO DE FRANKENSTEIN ha accedido de manera impensada a la palabra. El músico
ciego, que carece de los prejuicios que encierran las evidencias aparentes, le muestra las
primeras vías de acceso a la experimentación del bien y del mal, a una incipiente fraternidad
que resultará a la postre imposible. Un demiurgo imprudente —Heinrich Frankenstein— y una
divinidad menoscabada y perversa —el doctor Praetorius— juegan a salvar al monstruo medi-
ante una caricatura del amor. De manera paulatina e inexorable, la criatura se precipita en una
espiral de soledades. Hasta llegar a la soledad final. Mary Shelley, a la edad de veintiún años,
trazó el envés del retrato de todos los hombres, de todas las mujeres. Sólo nos resta ya el cristal
y el marco del espejo de donde huyó el azogue. Tras haber dado cuenta Friedrich Nietzsche de
la muerte de Dios, serán ahora fuerzas demediadas sin sentido, de las que no queremos escapar,
las que nos cercan y a las que, vistiéndolas de un sesgo cotidiano a la vez banal y trágico, nos
hemos apegado. Con estos mimbres, la personalidad controvertida de James Whale tejió el ces-
to de una película a la que presta todo su sentido la secuencia final. Un acierto indudable estri-
ba en la elección de la misma actriz —Elsa Lanchester— para dar vida tanto a Mary Shelley
como a la imposible criatura femenina. Si la una escribe desde fuera con renglones torcidos la
vita in morte del monstruo, la novia imposible que llega a la vida bajo el signo de la muerte des-
encadena y precipita el final.»— A. M. G. L.