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ISSN: 2523-112X

Número 1 / 2017
Alejandro Neyra Sánchez
Ministro de Cultura

Margarita Delgado Arroyo


Secretaria General

+MEMORIA(S)
Revista Académica del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social
Primera edición: Lima, 2017

© Ministerio de Cultura
Av. Javier Prado Este 2465, San Borja - Lima, Perú
Teléfono: 618-9393
www.cultura.gob.pe

© Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social - LUM


Bajada San Martín 151, Miraflores
Teléfono: (+511) 719-2065
lugardelamemoria@cultura.gob.pe
www.lum.cultura.pe

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2018-01573


ISSN: 2523-112X

Impreso en: Tarea Asociación Gráfica Educativa


Pasaje María Auxiliadora 156-164, Breña
Publicado en febrero de 2018

Tiraje: 1000 ejemplares


Mariela Noriega Alegría
Directora (e) del Lugar de la Memoria, la
Tolerancia y la Inclusión Social

Centro de Documentación
e Investigación del LUM
Coordinación de edición

Julio Abanto
Álvaro Maurial
María Elena Príncipe
Equipo editorial

María Teresa Grillo


Asesoría editorial

Álvaro Maurial
Cuidado de edición

Manuel Espinoza Menendez


Diseño y diagramación

CONSEJO EDITORIAL

Félix Reátegui
Instituto de Derechos Humanos de la
Pontificia Universidad Católica del Perú

Maria Eugenia Ulfe


Pontificia Universidad Católica del Perú

Natalia Iguiñiz
Pontificia Universidad Católica del Perú

Natalia Sobrevilla
University of Kent

María Teresa Grillo


Mount Royal University
6
DEDICATORIA

El primer número de +MEMORIA(S). Revista


Académica del Lugar de la Memoria, la
Tolerancia y la Inclusión Social está dedicado
a la memoria de Angélica Mendoza Ascarza,
‘Mamá Angélica’.

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+ MEMORIA(S)
Nº 01. Enero – diciembre 2017
ISSN: 2523-112X

CONTENIDO

Presentación 11

Editorial 13

Temas de derechos humanos 18


• José Ramos López 19
Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en
procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho
• Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez 41
Curandero, qanras y condenados en el tiempo de
la violencia: la representación de una desaparición
en Ayacucho
• José Julio Montalvo Cifuentes 57
Crímenes de odio durante el conflicto armado
interno en el Perú (1980-2000)
• Carmen Rosa Cardoza 69
Investigación antropológica forense y memoria
en la búsqueda de personas desaparecidas en
contextos de violaciones de derechos humanos en
el Perú
• Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano 87
Las medidas de búsqueda de personas
desaparecidas de Perú y Guatemala: retos para
la implementación de la Ley de búsqueda de
personas desaparecidas de Perú
• Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García 111
Construyendo memorias para entender el
presente. Currículum escolar, memoria y
educación en derechos humanos: el caso del Taller
Documental del Liceo de Aplicación en Chile

8
• Leonor Arteaga Rubio 131
Del olvido a la memoria, de la memoria a la justicia:
el caso de El Salvador

Muestras temporales 146


• Wilton Martínez Carlevarino 147
Memorias del bosque humano: Historias abismales
de violencia colonial durante la época del caucho

Arte y memoria 212


• Fabiola Bazo 213
Desencuentros durante tiempos violentos: el rock
subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los
80
• Rainer Huhle 233
¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de
violencia?

Reflexiones finales para el debate 264


• José Ignacio López Soria 265
Reconciliación, reconocimiento y redistribución

Reseñas 274
• Iván Ramírez Zapata 275
Vich, Víctor (2015). Poéticas del duelo. Ensayos
sobre arte, memoria y violencia política en el Perú
• Julio Abanto Chani 279
LUM (2017). Memorias del presente. Ensayos sobre
juventud, violencia y el horizonte democrático.
Lima: Ministerio de Cultura y Lugar de la
Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social

9
PRESENTACIÓN

+MEMORIA(S). Revista académica del Lugar de


la Memoria es una publicación anual del Lugar
de la Memoria, La Tolerancia y la Inclusión
Social, creada en el 2017 para la publicación de
trabajos de investigación, originales e inéditos,
escritos en español y portugués, de autores
que reflexionan sobre la memoria histórica, el
ejercicio de los derechos humanos y el recono-
cimiento de nuestra diversidad cultural.

Comprende, también, una sección permanente


de reseñas.

Los artículos originales presentados en


+MEMORIA(S) son de responsabilidad exclusiva
de los autores y no reflejan necesariamente la
opinión del LUM. Cada artículo que se recibe es
evaluado por el sistema peer review (arbitraje
por pares).

Álvaro Maurial
Editor

11
12
EDITORIAL

El recuerdo es una práctica social que contiene diversidad de maneras cómo se construye el
una política y una poética. Como política siem- recuerdo. Nace también como una iniciativa
pre es un espacio de negociación constante que diga “Nunca más” a la violencia y por ello
entre qué decir o narrar y cómo hacerlo. Como la importancia de transmitirla en los distintos
poética, el recuerdo es un terreno vasto en la canales por donde esta transita.
representación de memorias diversas. En el
contexto del periodo de violencia (1980-2000) +Memoria(s) es una revista académica que in-
como parte de nuestra historia reciente, el re- vita a autores peruanos y extranjeros a presen-
cuerdo se ha configurado desde lo cultural en tar estudios originales que recojan las voces en
repertorios y formas diversas. La importancia la forma de testimonios, los análisis sean estos
del recuerdo para una sociedad radica en la como artículos académicos, las narraciones
manera cómo, a través de este, se articulan los descriptivas de procesos judiciales u otras ins-
sujetos y sus relatos en un relato mayor, que es tancias de poder y gobierno donde se reflexio-
el de la historia de un país. ne sobre la memoria, el periodo de violencia, el
ejercicio de los derechos humanos y procesos
En ese sentido, el Lugar de la Memoria, la de justicia transicional, y el reconocimiento de
Tolerancia y la Inclusión social es un espacio la diversidad cultural.
participativo, que convoca a todos los sectores
de la sociedad peruana, en especial a la juven- La revista está dividida en tres secciones: te-
tud, a fin de que puedan “[…] llevar sus análisis, mas de derechos humanos, muestras tempo-
críticas y reflexiones. Ello, en la perspectiva de rales, arte y memoria.
mantener vivo un examen constante sobre lo
La primera sección aborda los estudios so-
que somos y lo que hemos sido”1. bre la violencia sociopolítica tanto en el Perú
+Memoria(s) nace con una fuerte vocación in- como en América Latina en su relación con
el ejercicio de los derechos humanos. El jo-
terdisciplinaria que ayude a dar cuenta de la
ven antropólogo José Ramos López inaugu-
1 García Sayán, D. (2015). Presentación. Memoria LUM
ra esta sección con un artículo que explora el
2009-2015: p. 7. Lima: LUM nexo existente entre memoria y enfermedad

13
en las madres de la Asociación Nacional de personas desaparecidas en contextos de vio-
Familiares de Secuestrados, Detenidos y laciones de derechos humanos en el Perú.
Desaparecidos del Perú - ANFASEP. Según Cardoza explica cómo se incorpora la historia
Ramos, sanar es un proceso social que como de cada una de las víctimas, los hechos alre-
el recuerdo se inscribe en sus cuerpos y recu- dedor de la desaparición y el contexto. Estos
rre a las huellas mnémicas de las experiencias datos, sostiene, permiten articular una estra-
vividas, los silencios, los secretos y las sensibi- tegia de intervención y recuperar la memoria
lidades personales. histórica.

La antropóloga Nory Cóndor y el historiador El antropólogo Rafael Barrantes y la abogada


Nelson Pereyra, por su parte, estudian la re- Mariana Chacón analizan y comparan los pro-
presentación familiar sobre la desaparición de cesos de búsqueda de personas desaparecidas
Francisco Buendía, un poblador de la localidad en Perú y Guatemala y los retos para la imple-
de Muya en la zona rural de la provincia de La mentación de la Ley de Búsqueda de Personas
Mar, en Ayacucho, quien fue secuestrado por Desaparecidas en el Perú. Los autores plan-
Sendero Luminoso en 1984. El artículo analiza tean la forma en que el modelo de búsqueda
dicha representación en relación con las con- de Guatemala podría ser útil en nuestro país.
cepciones y categorías andinas. Los autores
proponen que para los familiares la desapari- Desde Santiago de Chile, Isaac Gajardo y
ción confirma el caos existente en el espacio Macarena Alegría presentan una propuesta
social de la comunidad, pues fue el resultado de educación en Derechos Humanos a partir
de la presencia de personas anómalas que de ejercicios de problematización de la me-
concentraron los atributos negativos de los moria histórica, tomando el caso del Taller
seres maléficos de la cosmovisión andina. Documental del Liceo de Aplicación y su tra-
bajo con estudiantes secundarios. Los autores
El sociólogo José Julio Montalvo, a su vez, dis- buscan estimular la reflexión pedagógica so-
cute sobre los mecanismos que naturalizan bre el trabajo de los Derechos Humanos en el
los crímenes de odio y revisa la actuación de aula y cuestionar la forma en que el currículo
los grupos subversivos frente a la población escolar pone en discusión temáticas que aún
LGTB. Montalvo esboza una reflexión sobre los siguen siendo complejas de tratar para la so-
mecanismos de discriminación y prejuicio que ciedad chilena.
operan en nuestra sociedad y que hasta el día
de hoy siguen cobrando víctimas. Desde el Instituto de Debido Proceso de
Washington D.C., la abogada salvadoreña
La antropóloga forense Carmen Rosa Cardoza Leonor Arteaga propone que desde la invali-
narra el proceso de constitución del Equipo dación de la Ley de Amnistía por una decisión
Peruano de Antropología Forense - EPAF y la constitucional en julio de 2016, El Salvador
importancia de su labor en la búsqueda de se encuentra ante una oportunidad histórica,

14
política y jurídica para abordar la impunidad en fines en diferentes momentos y contextos
la que han permanecido los más graves críme- históricos, con un foco especial sobre la co-
nes ocurridos durante el conflicto armado que lección Yuyanapaq de la Comisión de Verdad y
tuvo lugar entre 1980 y 1992. Arteaga explica Reconciliación en el Perú así como durante y
cómo las mejoras en la rendición de cuentas después del nazismo en Alemania.
por el pasado beneficiarían la lucha contra la
impunidad en el presente. Cerrando la reflexión de este número de
+Memoria(s), tenemos las palabras finales de
La segunda sección presenta estudios sobre José Ignacio López Soria, quien hace referen-
las muestras temporales exhibidas en el LUM. cia a los conceptos de reconciliación, recono-
La muestra Memorias del caucho/ Revelaciones cimiento y redistribución, para afirmar la exis-
del bosque humano es motivo para que su cu- tencia de una relación de copertenencia entre
rador, el antropólogo Wilton Martínez, reflexio- ellos y proponer una convivencia digna, enri-
ne críticamente acerca de la necesidad de ‘his- quecedora y gozosa de las diversidades que
torizar’ estas memorias mediante estrategias constituyen la sociedad peruana. Y en nuestra
pedagógicas, conmemorativas y de justicia, sección de reseñas, Iván Ramírez comenta
vías indispensables para sanar el recuerdo y Poéticas del duelo. Ensayos sobre arte, memo-
responder al llamado del futuro. ria y violencia política en el Perú, de Víctor Vich,
y Julio Abanto hace lo propio con la publicación
La tercera sección busca reflexionar sobre las del LUM, Memorias del presente, Ensayos sobre
representaciones artísticas que se relacionan juventud, violencia y el horizonte democrático.
con la violencia sociopolítica acaecida en las
décadas del 80 al 2000. La economista y poli- Por último, pero no menos importante, de-
tóloga Fabiola Bazo examina la interacción en- bemos precisar que esta revista fue concebi-
tre estudiantes sanmarquinos de ultraizquier- da durante la gestión de Guillermo Nugent, a
da y los rockeros subterráneos, ‘subtes’ en los quien manifestamos nuestro agradecimien-
años 80. Los testimonios directos y la revisión to. Agradecemos también a Mariela Noriega
de publicaciones de ese periodo revelan cómo Alegría, Encargada del LUM, por el apoyo brin-
los prejuicios que primaban en la sociedad li- dado para concretar la publicación.
meña de entonces se reprodujeron en las inte-
racciones de estos grupos juveniles. El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la
Inclusión Social convoca a la comunidad aca-
El politólogo y catedrático alemán Rainer démica a colaborar en este empeño editorial,
Huhle, por su parte, reflexiona sobre el uso asumiendo que resulta necesario aceptar las
de fotografías para la documentación de vio- divergencias en las formas de ver y significar
laciones a los derechos humanos, como tam- nuestro pasado de violencia y su conflictividad
bién para la educación en los mismos. Su en- en el presente, en la perspectiva imprescindi-
sayo analiza el uso de fotografías con estos ble de fomentar nuestra memoria histórica.

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16
17
TEMAS DE DERECHOS HUMANOS

18
ISSN: 2523-112X

Entre heridas y huellas el dolor crece:


memoria en procesos de dolor
y enfermedad en Ayacucho1
Between wounds and footprints the pain grows:
memory in processes of pain and disease in Ayacucho

José Ramos López

RESUMEN
El presente trabajo versa sobre el nexo existente entre la memoria y enfermedad en las madres
de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú
- ANFASEP. Se explora la producción del dolor como interiorización de la violencia, tanto
estructural como simbólica, que opera dentro del campo de la subjetividad y se relaciona con su
condición étnica, de pobreza y marginalidad en situaciones dominadas por el dolor creciente. Se
evidencia que el proceso de sanación transcurre por una ruta que recurre a las huellas mnémicas
a partir de los recuerdos, silencios, secretos y sensibilidades personales; inscribiéndose en el
cuerpo como activadores y fijadores de memoria.

Palabras clave: Memoria / Enfermedad / Huella mnémica / Dolor / ANFASEP

ABSTRACT
Ayacucho, after looking closely into the eyes of death, left wounds and marks, and triggered physical-
emotional symptoms. This article deals with the links between memory and illness in the mothers of
ANFASEP. The author explores the origin of pain as an interiorization of violence, both structural and
symbolic, operating within the field of subjectivity and rooted in conditions such as ethnic discrimination,
poverty and marginality. He attempts to demonstrate that the healing process resorts to mnemonic traces
rooted on memories, silences, secrets and personal sensitivities, inscribed on the body as activators and
memory fixers.

Keywords: Memory / Disease / Mnemic footprint / Pain / ANFASEP

1 El presente artículo fue posible gracias a la colaboración desinteresada de las madres de ANFASEP. Agradezco las
placenteras conversaciones con Rocío Silva Santisteban para mejorar este trabajo. La versión inicial se socializó en el
I Simposio de Antropología Médica desarrollado los días 20 y 21 de mayo del 2016 en las instalaciones de la PUCP. In
memoriam Angélica Mendoza de Ascarza (28/08/17).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 19


José Ramos López

Introducción menos perdona. Tanta fue la emotividad que


Donde hubo fuego, cenizas quedan; donde empezaron a contarnos los padecimientos que
hubo herida, cicatriz queda. En las postrime- sobrellevaban. Al preguntarles por la causa
rías de la mañana estaba planificada una sesión principal del surgimiento del malestar, respon-
de atención en salud integral para las y los so- dieron unánimemente que el conflicto armado
cios de la Asociación Nacional de Familiares de interno es la partera de los martirios y suplicios
Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del de la enfermedad y el mal. Padecer la enfer-
Perú (ANFASEP). La sala de reuniones estaba di- medad no solo es una cuestión mecánica den-
vidida en secciones de consulta médica de diver- tro de los límites del campo de la salud, sino
sa índole siendo las más comunes el análisis de que existen muchos campos superpuestos y
sangre, oftalmología, examen bucal, examen de entrelazados, como el caso de la memoria.
la vista y atención psicológica. La campaña tenía La guerra se metió en mí, por eso paro mal
como objetivo brindar una atención exclusiva y de salud –pronunció Mama María–. Es como
preferencial para afectados por la violencia po- un bebe que absorbe mis fuerzas y a veces
lítica. Estratégicamente, el local de ANFASEP se me domina. El dolor ardiente me recuerda
convertía en un lugar para diagnosticar la enfer- la ausencia de mi esposo.
medad en base a los estándares de la medicina
científica oficial. Al menos por unas horas. Los actores sociales afectados por la violencia
política experimentaron un proceso de interio-
Mientras esperaban su turno, un grupo de mu-
rización del conflicto armado que se visibiliza
jeres conversaban sobre sus dolores corpora-
claramente en la forma particular de explicar e
les. Nos hicimos parte del grupo aprovechando
interpretar los males y las enfermedades que
la distribución de tubos que servirían para el
padecen. Cuerpos con marcas imborrables,
almacenamiento de la sangre. El hilo conduc-
heridas profundas, proceso de cicatrización su-
tor del diálogo giraba en torno al padecimiento
perficial y vidas trastocadas evidencian el paso
de las enfermedades, los síntomas iniciales,
cruento del sasachakuy (tiempo)2. Dolores inso-
los tratamientos en lugares de sanación (pues-
portables, de carácter multidimensional, pro-
tos de salud, medicina tradicional), recomen-
ducidos por la enfermedad, operan como ac-
daciones para aliviar y tantas otras experien-
tivadores de memorias dolorosas, peligrosas y
cias vividas sobre el dolor y la enfermedad.
traumáticas que anclan en el proceso vivencial
Terminada la distribución de los tubos, nos
de salud-padecimiento-enfermedad-atención.
abocamos a explicarles el procedimiento de la
atención y trazamos el itinerario de las consul-
tas. Se mostraron conformes con la explicación
2 “Tiempos difíciles”, expresión utilizada por la pobla-
y refirieron que la salud no espera ni mucho ción andina para referirse al conflicto armado interno.

20 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39


Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

El presente artículo se centra en la asignación ciclo de duelo y la perennización del sufrimien-


de sentido cultural al padecimiento y somatiza- to. La segunda, tercera y cuarta se centran en
ción del dolor producto de la interacción cons- exploraciones etnográficas de los espacios de
tante entre la enfermedad y la memoria en las sanación y curación, comenzando por la medi-
socias de ANFASEP. Apostamos por el abordaje cina tradicional, la medicina oficial (salud men-
dinámico y dialógico de estas dos categorías, ya tal comunitaria) y el entorno social (espacios
que en esta investigación no podemos pensar de participación política, espacios de culto y la
en una sin la otra, para no limitar su sentido familia). El presente artículo corresponde a la
comprensivo e interpretativo. Sin embargo, por primera coordenada de análisis.
efectos de exposición, disgregamos la explica-
Dos son nuestros referentes directos que ayu-
ción en partes separadas. Primero, se aborda
daron a aproximarnos mucho más de lo que
la pregunta central de por qué el proceso de
esperábamos. Utilizamos primero el trabajo
recordar, en las comunidades, está cargado de
etnográfico llevado a cabo durante 6 meses
un fuerte campo en el que se desbordan senti-
(setiembre 2015 a febrero 2016), haciendo uso
mientos, se evocan recuerdos, emergen emo-
de técnicas como la observación participante,
ciones dañinas que generan el empeoramiento
las entrevistas a profundidad y, segundo, la re-
del estado físico y emocional. Seguidamente, se
flexión teórica desde la antropología médica, la
explora la producción del dolor y las implican-
memoria y la antropología del cuerpo.
cias culturales que este genera en los cuerpos.
Por último, se enfoca la mirada en el proceso de
Actoras sociales de ANFASEP
cicatrización de las heridas; es decir, en los mar-
cos comprensivos de la herida, las marcas emo- Dos décadas se inscriben en la historia del Perú
tivas y corporales, la huella mnémica activada como las más sangrientas a lo largo de la vida
por períodos de dolor físico y emocional gene- republicana. Culminado este periodo, la historia
se encargaría de pasarnos la factura correspon-
rado por el padecimiento de la enfermedad, que
diente, aunque la gran mayoría de peruanos
remonta a las memorias perturbadoras.
no reconocía o fingía no reconocer el tránsito a
A su vez, esta investigación pertenece a un pro- una sociedad de posconflicto, lo que implicaba
yecto mayor de exploración de formas locales el brote de memorias diversas, la demanda de
de curación del trauma en Ayacucho, que abar- justicia, reformas estructurales, la atención en
ca cuatro coordenadas de análisis. La primera, salud mental comunitaria y la reconciliación. El
está compuesta por el sujeto en la vivencia reto es propiciar políticas de la memoria (que
continua del dolor multidimensional que activa más han resultado políticas de compasión) y re-
y perenniza las memorias dolorosas y se cen- paración para la sociedad peruana, y en especial
tra en la significación de las emotividades, el para los afectados. Ante varios desencuentros y

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 21


José Ramos López

desfases en dichas políticas3, el camino hacia la y por seguir apostando por la continuidad de la
exigencia de la verdad, justicia y reparación se memoria. Actualmente, el padrón institucional
vuelve empinado, una larga e interminable es- registra a 250 socias y 5 socios, y la edad oscila
pera o, en el peor de los casos, imposible. entre 70 a 80 años. Las asambleas generales
se realizan dos veces al mes. Por tal razón, el
En este contexto difícil, las madres de ANFASEP
activismo de las personas que la integran se ve
ponen sobre el tapete sus demandas, como
impedido por el proceso de envejecimiento que
lo hacían hace 32 años4. Es una organización
supone, por un lado, una mayor acumulación de
conformada, en su mayoría, por mujeres que
experiencias y, por otro, la mayor proclividad al
proceden de zonas rurales, de bajos recursos
agravamiento de las enfermedades, la mengua
económicos. Tienen como idioma materno el
de ingresos económicos y el relativo abandono
quechua, algunas presentan estudios incon-
familiar, realidades que limitan y condicionan la
clusos y muchas nunca fueron a la escuela. La
participación de las actoras sociales en la orga-
fuerza centrípeta que las une son sentimientos
nización y otros espacios políticos consultivos.
compartidos de dolor, coraje e incertidumbre
frente a la desaparición de un familiar por sub- Sin excepción, todas las socias presentan ma-
versivos o por agentes militares. Es un grupo lestares físicos y emocionales, lo que obede-
subalterno, discriminado y estigmatizado5 por ce, pero no se limita, a cuatro aspectos: i) el
alzar la voz en periodos sumamente cruentos ciclo de envejecimiento, ii) los trabajos de la
memoria, iii) el proceso de padecimiento de la
enfermedad y iiii) la violencia, tanto estructural
3 El Plan Integral de Reparaciones (PIR), creado bajo la
ley 28592, establece 7 programas de reparación que
como simbólica, que opera dentro del campo
presentan dificultades en la ejecución, visibilizadas en de una subjetividad arraigada en la condición
diversos estudios (Macher, 2014; Rubio, 2013). Una
clara muestra de dicha política es la ausencia del PIR étnica, de pobreza y marginalidad, que sitúa a
en el Plan Bicentenario 2024 y en el Plan de Desarrollo las actoras sociales en un estado de vulnera-
Regional Concertado 2021 de la región de Ayacucho.
bilidad. La conjugación de estos aspectos hace
4 ANFASEP es una de las organizaciones pioneras en la
defensa de los derechos humanos en el Perú, confor- posible la somatización del dolor como conse-
mada el dos de setiembre de 1983 con el objetivo de cuencia de la búsqueda prolongada de la ver-
buscar la verdad, la justicia y la reparación. Para una
profundización de la organización, véase: Coral (1999), dad sobre el familiar ausente-presente.
Tamayo (2003), Crisóstomo (2003) y ANFASEP (2015).
5 A lo largo de su vida institucional, ANFASEP fue objeto
de vejámenes y difamaciones públicas por grupos de
Conviviendo con las memorias
oposición quienes la han catalogado como “casa de te- contenciosas
rroristas”, ”familiares de tucos” (vocablo asignado por
los militares para referirse a los terroristas) porque la Cavilar en la memoria institucional de ANFASEP
mayoría de los casos evidencia un perpetrador militar es sumergirse en la multiplicidad de memo-
que torturó, violó y desapareció al familiar (Portugal,
2015, p.121). rias particulares de las actoras sociales que

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Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

la componen. Recurrimos a Elizabeth Jelin obró distintamente en los hombres y las muje-
(2002), quien nos sugiere que la memoria no es res. Los hombres, en el imaginario dominante,
el mero mecanismo de recordar, sino que más representaban una amenaza a la cual había
bien está signada por olvidos, gestos, emocio- que ausentar, mientras que a las mujeres se les
nes, narrativas y silencios intencionados. Jelin percibía como menos peligrosas, indefensas e
ubica tres puntos centrales en la memoria: el ignorantes (Theidon, 2004, pp.110-111).
sujeto que hace memoria, los contenidos que
Las mujeres en este proceso de militarización,
recuerda o que olvida, y cómo y cuándo man-
por la condición que se les asignó, tuvieron que
tiene o suprime los recuerdos. En ese sentido,
asumir nuevos roles sociales que les otorga-
la memoria es un proceso social-histórico su-
ron nuevos espacios de acción e intervención6.
mamente subjetivo, lleno de altibajos emocio-
Narda Henríquez (2006) menciona que de-
nales, de fracturas y de huecos traumáticos
sarrollaron una agencia que las empoderó al
que echan raíces en la ilación discursiva de la
asumir la jefatura familiar, la participación en
vivencia, asignándole sentido de acuerdo con
espacios públicos y la búsqueda de familiares
las demandas y expectativas de futuro.
(p.44). Una nueva identidad, un nuevo estatus
Las memorias de las actoras sociales em- social de género comenzaba a crecer. Las viu-
piezan a hilvanarse con la sustracción de un das, después de la militarización, reemplaza-
familiar directo (en muchos casos su espo- ron el vacío dirigencial: ya no eran percibidas
so o hijo/a) del hogar bajo el velo nocturno solo como mujeres sino como doblemente
por obra del personal militar: una detención mujeres (Theidon, 2004, p.132). Un estudio
y desaparición intencionada. Por tal razón, la desarrollado por PROMUDEH (2001) muestra
fecha, circunstancias y lugar son informacio- que existe una preponderancia de viudas en
nes re-presentadas y re-significadas por las los hogares afectados por la violencia política,
testimoniantes. “Esos datos son como mi DNI”, habiéndose contabilizado alrededor de 20 mil.
dicen muchas madres de ANFASEP. La fecha de
Mientras en el plano nacional se imponía una
la desaparición se reviste como el marco del
memoria oficial, hegemónica y salvadora del
recuerdo (Halbwachs, 2004, p.99). Al respec-
Estado (Stern, 2002), que brindaba una lectu-
to, la Comisión de la Verdad y Reconciliación
ra simplista sobre los eventos ocurridos y que
(2004) refiere que el conflicto armado interno
centró su mirada en solo sacar lecciones, mas
produjo casi 70 mil muertos y 15 mil desapa-
no en la reflexión profunda que pasaba primero
recidos a lo largo del territorio peruano, distin-
guiéndose regiones que focalizaron la violen-
cia en su plenitud como Ayacucho, Apurímac y 6 Para ahondar en las estrategias sociales de las mu-
jeres en la guerra, sugerimos revisar Reynaga, 2008;
Huancavelica (p.21). El impacto de la violencia Coral, 1999; y Theidon, 2006.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 23


José Ramos López

por escuchar las otras memorias subalternas y proceso judicial8. Siguiendo la propuesta de
repensar empáticamente las sensibilidades y Tzvetan Todorov (2000), las actoras sociales
marcos interpretativos7. En más de 20 años, transforman la memoria literal en una memo-
la memoria institucional de ANFASEP realizó ria ejemplar que funciona como laxante idóneo
una batalla emblemática contra la historia ofi- para convertir el pasado en un territorio de
cial en la que los involucrados eran imaginados interrogación. Desde los primeros albores de
como víctimas o perpetradores suprimiendo la la organización, alzar la voz, caminar por las
complejidad del actor/a. Dichas memorias eran dependencias policiales y los cuarteles no solo
forzosamente silenciadas y subalternizadas era poner en peligro sus vidas, sino una acción
relegándolas a un ámbito marginal al juego del mucho más significativa: era intervenir en pug-
poder. Paradójicamente, ANFASEP aprovechó nas de memoria para desarmar los discursos
todas las ayudas externas para iniciar procesos autoritarios provenientes de la memoria ofi-
judiciales de sus casos individuales, montar un cial, ya que la memoria es un espacio, por ex-
comedor para los huérfanos de la violencia, celencia, de lucha política, de enfrentamientos
construir un museo de la memoria e impulsar entre una “memoria contra memoria” (Jelin,
la construcción de La Hoyada: santuario de la 2003, p.31).
memoria, entre otras tantas acciones.
Entonces, la construcción de la memoria insti-
En la pluralidad de las casuísticas de los afec- tucional de ANFASEP tuvo una dinámica dife-
tados se estructuran las narrativas de la me- rencial respecto al surgimiento de memorias
moria, que sirven como mecanismo de recla- colectivas en Ayacucho que respondían a fe-
mo (y propuesta) al Estado peruano. A este se chas y eventos importantes. Eran “memorias
le demanda por su actuación ineficaz, ambigua emblemáticas”, tal como las llamaría Steve
y contradictoria respecto a los principios que Stern (2002). La diferencia radicó en la cons-
defiende como el derecho a la vida o al debido trucción inversa: se partía de un evento em-
blemático (la experiencia colectiva de la des-
aparición como un marco articulador, mas no
7 El Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Re-
conciliación no constituye una memoria hegemóni-
ca por su naturaleza de reconocimiento a la actoría 8 La ineficiencia del Estado Peruano se ve reflejada en
de los sectores sociales, de crear un espacio público la apuesta de políticas de desarrollo, bajo la lógica de
para la reflexión sobre los 20 años de violencia y de fierro y cemento, y la prevalencia de políticas de com-
generar recomendaciones a fin de paliar las desigual- pasión para los afectados, adscribiendo el Plan Inte-
dades existentes. Pero sí la conforman aquellas que gral de Reparaciones a los programas sociales como
continúan extendiendo una memoria agresivamente Programa Nacional de Becas, en reparación de educa-
sancionadora (como las acusaciones de apología al te- ción, Techo Propio, en reparación de vivienda y Seguro
rrorismo en relación a la obra teatral “La Cautiva” en el Integral de Salud, en reparación de salud. Dicha situa-
2015 o al Museo de la Memoria “Para que no se repita” ción posibilita una postergación de los derechos de los
de ANFASEP en el 2017). afectados por la violencia política.

24 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39


Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

como un hecho concreto), pero terminaba en el ser humano necesita eliminar los rastros
“memorias sueltas” (Stern, 2002) reflejadas en del sufrimiento de su conciencia y la reacción
la composición de las socias, la diversidad de frente a la pérdida de una persona amada o un
testimonios, la temporalidad de los sucesos y ideal (libertad) (p.241). El sentimiento en las
el grado de involucramiento. actoras sociales durante los primeros años era
la incertidumbre compartida.
Ciclo de duelo pospuesto Ahora comprendemos mejor que las socias de
Después de una prolongada reunión, mamá ANFASEP sencillamente no podían, no se les
Rodomila con una voz apagada pronunció permitía y se negaban a sí mismas el hacer el
“imayna intipas sapapunchawpi lluqsimun aq- duelo. En sociedades de posconflicto, iniciar un
nallataq yuyayniyku qamuntaq ripukuntaq”9. ciclo de duelo es un proceso social que involu-
En tanto, mientras guardaba las cosas dejadas cra a todos sin excepción. Pero “cómo elabo-
en la mesa y ordenaba las sillas, ella me con- rar el duelo si nadie escucha tu grito. Peor, si
taba cómo habían desaparecido a su abuela, ni siquiera puedes gritar y el llanto se te queda
quien reemplazó el cariño de madre, y lo difícil atravesado en la garganta (…). Para elaborar
que fue aceptar esta realidad. Ahora se enteró el duelo necesitas compañía, condolencias”
de que sus huesos fueron arrojados a los hue- (Degregori, 2015, p.78). Un llanto desbor-
cos dejados por una compañía minera, suceso dante, una herida que no cierra. Por tanto, la
que agrava aún más el ciclo de duelo. Porque etapa inicial se caracterizó por desarrollar un
simplemente “una muerte sin cuerpo, sin se- dolor sin duelo (Hite, 2013, p.104). Años más
pultura, sin la despedida simbólica propia de tarde, el local institucional sería un referente
una ceremonia fúnebre, sin certezas dificulta de escucha, de apoyo y consuelo recíproco, un
el duelo” (Nicholls, 2013, p.44). ¿Es posible dar espacio que resarcía el dolor emocional.
paso al ciclo de duelo sin tener la certeza de la
pérdida? Formas y entrecruces de
memorias
La respuesta es lógica. El ciclo de duelo es un
proceso de inserción en un espacio-tiempo Las madres anfasinas elaboraron un discurso
que permite elaborar un sentido emocional y que les permitía increpar al sistema y por ratos
aceptar la realidad de haber perdido algo con entrar dentro de la misma lógica. El discurso
carga simbólica preciada. El duelo, diría Freud acaparador estaba conformado por un cú-
(1917 [1915]), es un proceso gradual en el que mulo de recuerdos ocultos intencionalmente
(como tener un familiar asesinado por Sendero
Luminoso). Ana María Tamayo (2003, p.108),
9 “Así como el sol sale todos los días, así también nues-
tras memorias vienen y se van”. se inserta en el análisis de ANFASEP para

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 25


José Ramos López

conocer las dinámicas de la memoria e insiste las actoras sociales; mucho más difícil es con-
en la complejidad del manejo de los recuer- tenerlas, apaciguarlas, amansarlas en perio-
dos y el constante diálogo de dos memorias: dos de crisis emocional. Tal como lo menciona
la memoria de sus desaparecidos y la memo- Mama Juana:
ria dolorosa de la búsqueda en el activismo
No puedo, aunque quisiera, olvidar. Uno
institucional.
ya se acostumbra con el tiempo a convivir
Una memoria de candado (o caja fuerte) que con los recuerdos. Yo y mis recuerdos nos
se abre cuando hay una persona dispuesta a entendemos y nos peleamos. Es travieso, se
escuchar, porque no solo se limita al recuerdo sale de control, te hace llorar y te hace reír,
de los hechos pasados, sino remite a la forma te hace doler. Si paras triste, preocupada,
de imprimirle un sentido, un significado. La cómo no, pues, tienes que tener carácter,
memoria es íntima, personal, pero también fuerza para enseñarle quién manda porque
colectiva y compartida. En ambos casos, los si no, no te respeta y te puede volver loca.
puntos de encuentro instan a comprometerse (Huamanga, 15 de diciembre de 2015)
con la memoria que se escucha. La memoria
Nos queda aún algo pendiente sobre las car-
de candado alberga los silencios, las cosas que
gas emotivas que acompañan la memoria. Es
no se pueden decir, los secretos y las mentiras.
decir, es muy visible el esfuerzo por despro-
Es la forma de memoria predominante entre
veer al recuerdo del componente destructivo,
las socias.
traumático, peligroso y dañino. Empero, los
La memoria traumática se sitúa en momentos estados emocionales que se despiertan en un
como aquel en el que, en plena noche, un gru- recuerdo son una constante relación dialógica
po de militares incursiona en la casa para lle- entre lo admisible y lo inadmisible. Por ejem-
varse a un ser querido, o aquellos en los que se plo, la memoria del activismo en la defensa de
vivencia la violencia, discriminación, estigmati- los derechos humanos, la protesta y la movili-
zación e injusticia en el camino de la búsque- zación tiene brotes de una memoria festiva10.
da. Etimológicamente, trauma significa herida
En la construcción de la memoria pode-
y ha sido abordado en los estudios psicológi-
mos distinguir que las socias admiten la
cos como una experiencia vivencial que afecta
a la persona dejándola marcada. Martín-Baró 10 Guido Chati (2015), quien explora la conjunción de la
(1990) utiliza el término “trauma psicosocial” memoria y la historia campesina en Ongoy centrándo-
se en la representación de la movilización por la tierra,
para referirse a la herida causada por la vi- concluye que “la memoria campesina colectiva, la me-
vencia prolongada en una guerra (p.10). Tener moria sobre la masacre y la movilización por la tierra
no es traumática, sino una memoria festiva o heroica”
control de las memorias es un reto diario para (p.53).

26 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39


Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

personalidad de los recuerdos dolorosos. Son Nuestra participación en sus reuniones, mar-
entes externos que ingresan y que pueden chas de protesta y celebraciones nos permitió
dominar a las personas afectadas. Siguiendo cultivar una relación empática, una escucha
la línea de análisis de Kimberly Theidon activa basada en el apoyo mutuo, mucho más
(2004), tras constatar que existe una lógica al confesarles nuestra condición de migran-
de modelo hidráulico de las emociones, ca- tes, lo que nos retrataba como “waqchas”
tegoriza los llakis como aquellos pensamien- (pobres en redes familiares). “Así también
tos penosos que le roban la agencia al sujeto éramos nosotras”, nos decían con voz me-
(p.65). Dichas memorias contenciosas hacen lancólica. Fue nuestra puerta de entrada, un
gala de su presencia en las madres anfasinas sentido de pertenencia se empezaba a tejer.
conviviendo con ellas a diario, cual si fuese A lo largo de la investigación, movidas por
una procesión interiorizada (Ramos, s.f.). En un deseo súbito de compartir, nos contaban
síntesis, las personas perciben vaivenes de la los dolores que experimentaban, sobre su
memoria, la cual está en constante dinamis- intensidad, su naturaleza y cómo los habían
mo, elaborándose y reelaborándose. Son me- adquirido. Fueron muchas las veces que la
morias de duelo pospuesto y dolor, con distin- impotencia se apoderaba de nosotros por no
tas formas, variados matices y, en la mayoría poder resarcir dichos dolores. Al menos con-
de los casos, se distingue una miscelánea de tribuíamos con escucharlas –decíamos para
la cual la actora social selecciona su mejor nosotros mismos– esperanzados en darles
representación, y reprime y privilegia recuer- un consuelo aunque fuera efímero.
dos y silencios de acuerdo con el contexto. El
proceso de envejecimiento se enquista en la Dolor, coraje e incertidumbre son algunos de
producción de la memoria: los estados emocionales que rondan dentro de
las actoras sociales debido a la búsqueda del
Nosotras, desde que el sasachakuy tiempu desaparecido por los caminos de la memoria.
(tiempos difíciles) nos quitó a nuestros En este apartado nos interesa auscultar la sen-
familiares, andamos mal. Desde ahí la sación del dolor. En pocas palabras, se resume
guerra se metió en nosotras. Chaymanta en responder: ¿qué se siente, y significa, pade-
nanaypi tukurun, (después se convirtió en
cer el dolor en las madres anfasinas dentro de
dolor). Cada vez que nos dicen que aún no
una sociedad de posconflicto?
lo han encontrado o no lo han identificado,
el dolor se despierta, sentimos porque es Una preocupación minimizada por la organiza-
más fuerte. Pior pues, ahora que somos ción empezaba a acrecentarse. En un diagnós-
ya viejitas. (Sergia, vicepresidente de tico realizado por la organización, encontraron
ANFASEP) que el 100% de las socias sufría de una o más

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 27


José Ramos López

enfermedades avanzadas y que un 40% pade- tradicional13. Esto no quiere decir que la me-
cía de enfermedades crónicas o terminales. Y dicina tradicional no cure enfermedades, sino
más de la mitad se encuentra en la senectud que aborda la enfermedad como lo secundario
que ubica a las actoras sociales atravesadas y trabaja la dimensión relacional (cosmos-per-
por dos padecimientos: uno, por el proceso sona-mal) insertada en la cosmovisión andina
de interiorización del conflicto armado interno (mundo relacional, animista) densamente ri-
como dolor y, dos, por el proceso degenerati- tual (eficacia simbólica), a través de atenciones
vo en el ámbito físico-funcional, económico y personalizadas y horizontales. Por otro lado,
sociocultural que produce un dolor particular11. la medicina occidental es más tecnificada, me-
Siendo así, advertimos que el dolor se aborda nos ritual, con una atención vertical en códi-
en este trabajo “como la expresión del sufri- gos diferentes. Son los puntos de quiebre que
miento y un performance cultural tanto mental encuentran las actoras sociales al recurrir a la
como corporal” (Barragán, 2009, p.265). medicina oficial (Pariona, 2004). Las dos orillas
son las formas locales de curación del trauma
Estas orillas son bañadas por los oleajes pro-
más recurrentes.
vocados por el mal y la enfermedad12. Sin
deseos de idealizar la cultura andina, se pre- El “nanari” o dolor es la sensación de males-
sentan regularidades en la conceptualiza- tar circunscrita a la corporeidad, como algo
ción y requerimientos que son determinantes que perturba, afecta y exige una reacción.
para acudir a la posta médica o a los hampiq Podemos distinguir elementos condicionan-
(el que cura). Las enfermedades se tratan en tes trenzados con elementos determinantes.
la medicina oficial y los males en la medicina Los condicionantes son las vías por las cua-
les se da sentido al padecimiento, como las
características ambientales, económicas y las
11 Muchas de las socias de ANFASEP muestran su discon-
formidad respecto a la atención en las postas médicas circunstancias políticas. Y los determinantes,
y hospitales estatales porque sufren maltratos por el considerados entre ellos los sentimientos o
personal médico, que desconoce el derecho al acceso
prioritario de los y las afectadas por el conflicto arma- emociones, la pérdida, el abandono, la sole-
do interno, con su certificado de acreditación. Por ello, dad, la tristeza, los llakis, los nakaris y el due-
la organización insiste en que haya un lugar privile-
giado para que se puedan atender en salud integral y lo. El nanari es a su vez una entidad viviente
la creación de una casa-hogar que funcione como un
que irrumpe en la cotidianidad, transforma al
asilo de ancianos para los afectados por la violencia
política. sujeto, lo debilita hasta dar con el cometido
12 “El mal no se ubica dentro de la persona, más bien, (postrarlo en la cama), que debe ser resuelto
agarra a la persona y entra en ella, es de carácter ex-
terno” (Theidon, 2004, p.59). A ambas categorías in-
corporadas en el mundo andino se les dota de carácter 13 Agradecemos a Mariano Aronés por compartirnos sus
animado con cualidades similares a las personas. Véa- conocimientos y reflexiones sobre la distinción entre la
se el trabajo de Delgado (1991). enfermedad y el mal en la cultura andina de Ayacucho.

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Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

por la cura por medio de lo simbólico (efica- haces nada, se lleva tus pensamientos y te
cia simbólica). Además, el nanari vivido radica vuelves loca. (Felícitas Delgadillo, Socia de
dentro de un contexto de elaboración histórica, ANFASEP)
sociocultural y vastamente subjetiva. Cabe re-
Así encontramos que el dolor lastima, jala,
saltar que la construcción médica no es jamás
molesta, punza, rasguña. Es prueba del an-
inmune a las representaciones y percepciones
coraje de las memorias. No obstante, en su
(Laplantine, 1965).
testimonio concibe el dolor como una entidad
La etiología del dolor es la significación que con existencia propia, como un ser que se in-
las madres anfasinas atribuyen al periodo troduce y convive al interior del cuerpo. Si se
del conflicto armado interno como la partera experimentan estados de ánimos depresivos y
de sus males, penas y sufrimientos, mientras traumáticos, el cuerpo se convierte en un cam-
que hacen uso de metáforas para expresar la po magnético que atrae el dolor.
sensación de dolor. Por citar el caso de mamá
Cuando el dolor viene, acaso avisa. Nada.
Felícitas, quien siente el dolor punzante y que-
Como el tumbo trepa a los árboles, igualito
mante en su cuerpo, parecido a balas que lo
hace. Le gusta estar en la cabeza, pero a
atraviesan su cuerpo, dejándole la sensación
veces se queda por ahí. Peor es si estás con
intensa de ardor. Hay un juego de la memoria
llakis (preocupación), es como si le estarías
conjugada con el dolor que atrapa el estreme-
llamando. (Adelina García, Presidenta de
cimiento, experimentado por Margarita, de la
ANFASEP)
balacera producida por los militares en Llusita
el 14 de abril de 1983. Dicho evento se re-
crea en la sensación y la intensidad del dolor.
Violencia continua con dolores
crecientes
Mostramos parte de la entrevista que sintetiza
y brinda un panorama general: Entonces, el dolor crónico como un padecimien-
to acotado con el concepto salud-enfermedad
Mis pies tiemblan, mi cadera se quiere ir, (mal)- atención14 nos permite vislumbrar la vio-
mi estómago me arde. Por mi pecho siento lencia objetiva y subjetiva con la que se topan a
agujas punzándome, a veces se siente
como un cuchillo. Ñakariyku (sufrimos), 14 “La antropología médica es una rama de la antropolo-
gía social cuyos orígenes específicos están en deter-
joven. Eso soportamos, pero cuando llega minada producción antropológica europea (Durkheim,
a la cabeza se siente más fuerte y no Rivers) y americana (Redfield, Gamio) de las décadas
del 20 y 30. Se organiza como especialidad entre fi-
se puede soportar. Primero la saliva es nes de 1950 y principios de los sesenta, siendo su
amarga, luego la boca se seca, los ojos objeto de investigación más inclusivo los sistemas de
salud-enfermedad-atención que operan en cualquier
se te nublan, la cabeza te quema. Si no tipo de sociedad” (Menéndez, 1990, p.26).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 29


José Ramos López

diario las madres. Utilizando la lógica de Slavoj Nancy Scheper-Hughes (1997) retoma una pers-
Žižek (2009), es objetiva cuando son aspectos pectiva fenomenológica que resalta cómo “las
visibles, provenientes de grupos de poder como experiencias de dolor están mediadas por con-
el Estado que las desarraiga de sus derechos y diciones macro-estructurales” (p.213). Es decir,
les concede un lugar subalterno; es subjetiva que la lógica del dolor no solo compete al ámbi-
cuando son aspectos desapercibidos en la coti- to individual y al agente que lo produce sino que
dianidad, catalogados como no violentos y que existen razones y condiciones fundantes como
se sustentan en razones culturales, racistas, ét- lo económico, lo político, lo sociocultural y lo éti-
nicas, discriminatorias e ideológicas (p.20). co impuestas por el Estado para salvaguardar el
bienestar privilegiado. Una violencia estructural
No encontrar verdad, justicia y reparación inte-
direccionada a poblaciones “en olvido” campea
gral es una forma notoria de ejercer violencia
a rienda suelta por sus instituciones, otorgando
contra los afectados. Ser indiferentes con sus
un trato diferenciado, injusto y estigmatizador. Al
demandas y memorias es perpetuar la condi-
respecto, Mamá Sergia menciona: “Cuando vas a
ción de víctima en la intersubjetividad. Judith
atenderte, te miran mal. Al averiguar mi caso en
Butler, en “Marcos de guerra” (2010), reflexiona
la fiscalía de Ñawinpuquio y ven que mi esposo
sobre los modos culturales, impuestos por el
fue asesinado por los terroristas ya no quieren.
Estado, que regulan las disposiciones afectivas
Solo atienden cuando es asesinado por los mi-
y éticas a través de un encuadre de la violencia
litares. Así son esos lugares, ni da ganas de en-
selectiva y diferencial, que permite que “guar-
trar” (Huamanga, octubre del 2015).
demos luto por unas vidas y reaccionemos con
frialdad ante la pérdida de otras” (p.61). En el Estar enfermo o mal en la cultura andina es la
conflicto armado interno las formas de racis- asunción del dolor que implica ingresar a un
mo instituido produjeron traducciones sim- estado liminal, en términos de Van Gennep
bólicas mediante las cuales hay poblaciones (1969), formar una identidad marcada por el
que merecen ser lloradas y otras cuya pérdida malestar, donde algunos deberes son poster-
no se reconoce como tal y que se mantienen gados. Varios estudios apuntan a que en el
como no merecedoras del dolor. Dicha distin- proceso del padecimiento de la enfermedad
ción forma una manera de constituir al sujeto, ocurre la desprovisión de referentes identita-
de fijar el estatus de acuerdo con su ubicación rios y su potencia social, que pueden ser recu-
y que pauta el tratamiento diferenciado. Es una perados siempre y cuando el enfermo se cure.
forma de la perpetuación de la violencia que La realidad es otra en el caso ayacuchano. Las
opera de manera soterrada en las prácticas ac- madres de ANFASEP desarrollaron una identi-
titudinales que subordinan y desprecian a una dad de víctimas, de afectadas por la violencia.
afectada-campesina-analfabeta. Cuando están mal de salud, no se produce el

30 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39


Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

proceso de suspensión de obligaciones sino En Llusita se nos había encomendado


que perpetúan su condición y su lugar en el realizar entrevistas sobre sus necesidades
mundo. Cada trato discriminatorio, cada gesto básicas para la implementación de
de repugnancia que sufren les recuerda que la tambos15. Convencidos de la tarea,
violencia se performó en dolor. No es cualquier comenzamos a tocar puertas en los
dolor efímero que se resana y se olvida. No. Es albores de la mañana porque después
un dolor que se recuerda, que ancla en even- las personas se movilizarían a los
tos anteriores, que se acumula, crece, madura campos y las entrevistas significarían
y está en constante renovación. Es un dolor re- un esfuerzo mucho mayor. Ya bien
novado que ausculta las cicatrices y las abre. entrada la mañana, las esperanzas de
encontrar a más personas se desvanecían.
Marcas mnémicas en la Inesperadamente, salió una persona de
corporeidad tercera edad. Ya instalados adentro me
Planteamos que existen entrecruces de me- convidó su desayuno. Orgullosamente
morias de acuerdo con la temporalidad, el nos relataba su desempeño en las rondas
contexto que propicia la emergencia, los usos campesinas, se destapó la camisa y había
y desusos de las actoras sociales. Empero, in- una cicatriz prominente. “Yo he combatido
sistimos en que dichas memorias están carga- contra los terrucos, prueba de mi valentía
das por afectos, emociones, significados que es esta cicatriz. En ese tiempo todos los
alteran el estado emocional, con mucha mayor varones se han escapado piro yo soy bien
intensidad si las personas que hacen memoria macho y encabecé la resistencia”. Por otro
padecen de alguna enfermedad. Dicho proceso lado, su esposa, sentada en un rincón, nos
evidencia el nexo inquebrantable entre la me- relató cómo sufrió en esos años cuando
moria y la dimensión emocional. En tal sentido, su esposo se iba de patrulla. ¿Acaso la
realizamos un análisis del proceso de cicatri- vida valía? Ni la vida de los niños valía,
zación de las heridas que comprende delimitar cada día aparecían muertos. Así también
la interiorización de la violencia en los cuerpos, encontramos su cuerpito de mi hermano.
haciendo una lectura antropológica de las heri- Todo desnudito estaba. Los militares
das y su respectiva cicatrización. habían hecho eso y mi esposo luchaba a su
favor piro no intindían. Igual terruca eres,
Antes de adentrarnos en las prácticas, discur- me dijo y me insultaron, me violentaron.
sos y representaciones relacionadas con las
marcas que se inscriben en los cuerpos, trae- 15 El Programa Nacional de Tambos es una red de plata-
mos a colación una experiencia vivida en el tra- formas de servicios con equipamiento moderno para el
acceso de los ciudadanos de centros poblados rurales
bajo de campo: a los diversos servicios que ofrece el Estado.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 31


José Ramos López

Como al ganado marcan así me marcaron se destaca la experiencia de la introyección del


con sangre. Ya cuando vino mi esposo, miedo en sus cuerpos16. Las marcas atesoran
recién me creyeron. Así hemos sufrido acá. el ciclo de duelo de las vidas perdidas, la ex-
Ahora tengo dolores por haber vivido así. periencia de sufrir humillaciones, de condensar
(Cuaderno de campo, Llusita, noviembre la suma de pesares que se materializan en el
del 2015) cuerpo. Son expresados como heridas profun-
das que, a duras penas, alcanzan una cicatriza-
Nos parece muy sugerente el manejo diferen-
ción superficial. Resulta difícil llegar a una cica-
ciado de aquellas marcas según el género. La
trización completa porque no solo el cuerpo de
significación asignada a las inscripciones cor-
la mujer es depositario de estigmas y prejui-
porales dista de un sentido homogeneizador y
cios de inferioridad, sino también se ignora sus
existe una proximidad con la manera de asumir
demandas de reparación integral, razón por la
las formas ideales de ser un varón y una mujer
cual el dolor se incrementa exponencialmente,
de acuerdo con la cultura a la que se pertenece.
lo que desencadena dos procesos: primero, se
La marca dejada por el paso de una bala se paraliza la cicatrización, y segundo, se agrava
convierte en un andamiaje simbólico que re- la herida y se produce una prolongación del
fuerza aquellas valoraciones correspondientes proceso restitutivo.
a los varones, tales como el coraje, la virilidad,
Cabe aclarar que en tiempos de violencia la
la valentía y la fuerza que elevan el estatus de
significación de los cuerpos dista mucho de
varón a un plano simbólico exagerado de he-
las construcciones anteriores al episodio. Tal
roicidad. Son cicatrices que hablan por sí solas,
como lo manifiesta Butler (2011), “su propia
que evidencian la escena, que se performan en
vida, sus propios cuerpos se construyen como
galones militares y que refuerzan la idea de un
instrumentos de guerra o puros recipientes del
cuerpo fornido, capaz de proteger a los demás.
ataque, (…) se los ha transformado en mate-
Constructos institucionalizados reglamen-
ria inerte, en instrumentalidades destructivas
tan las emociones permitidas a los varones y
o en merecedoras de la destrucción, para-
sancionan a quienes los infringen negándoles
dójicamente, en nombre de la vida” (p.41). El
el estatus de varón; por ello, deben suprimir
algunos sentimientos catalogados como fe-
16 Insistimos en la agudeza de nuestra mirada al realizar
meninos para no sentir el peso de la mirada el análisis de las representaciones discursivas porque
pública comunal. muchas veces tendemos a calificarlas como una na-
rrativa de victimización. Proceder de dicha forma es
re-victimizarlas en nuestra escritura. Estamos segu-
En cambio, las mujeres son quienes cargan y ros de que la divergencia en las narraciones elabora-
expresan abiertamente sus emociones desde das por una mujer y un varón dan cabida para pensar
en la diversidad de masculinidades y femineidades
el ámbito maternal. Inmersas en su narrativa, hegemónicas.

32 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39


Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

cuerpo de las regiones más golpeadas por el enfermedad, el mal, la memoria, el dolor, la
sasachakuy-tiempo fue el de aquellas a las que violencia, entre otros. Kimberly Theidon (2004)
se desproveyó de su humanidad, de su vida y hace una aclaración pertinente al mencionar
de su personalidad. Solo recordemos la locali- que “las memorias no solamente se sedimen-
zación del conflicto en lugares donde reinaban tan en los edificios, en el paisaje o en otros sím-
las brechas étnicas, económicas, educativas, bolos diseñados para propiciar el recuerdo. Las
geográficas y el rostro de la víctima17. memorias también se sedimentan en nuestros
cuerpos, convirtiéndolos en sitios históricos”
Corporeidad constituyente de (p.76). De esta forma, nuestros cuerpos son
memoria y experiencia históricos porque son un registro de nuestra
experiencia vivida, acumulada en el proceso de
La noción de cuerpo ha estado presente, de
desarrollo humano. Deductivamente podemos
manera soterrada, en nuestra línea argumen-
aseverar que nuestros cuerpos son lugares de
tativa. Obrar de dicha forma nos posibilita un
memoria. Por ende, hay un nexo inquebranta-
mejor abordaje de la memoria, el dolor y el
ble entre la memoria y el cuerpo, ya que am-
proceso de cicatrización, porque el cuerpo es
bos se constituyen y se refuerzan.
el campo social por excelencia donde se ins-
criben las experiencias y las emociones. Es Por lo tanto, si nuestro cuerpo es histórico,
productor de sentido, de significaciones, pero constituyente de memoria, tiene que ser expe-
también está sujeto a interpretaciones, a re- riencial ya que la experiencia es la piedra an-
glas establecidas que son modeladas por rela- gular que sustenta y asigna sentido a las otras
ciones de poder. Es el elemento constituyente dimensiones. La noción de experiencia desa-
de la identidad que nos distingue del resto. rrollada por Victor Turner (1986) es muy su-
gerente porque denota “ensayo, prueba, expe-
Y, en especial, porque el cuerpo posee el carác- rimento”, que se asume como un aprendizaje
ter de ser depositario de algo y a través de dicha cognitivo direccionado al “drama” y la “crisis”.
propiedad tiende a impregnarlo de un sentido Experiencia es vivenciar, pensar hacia atrás
de pertenencia debido a la experimentación pero también querer o desear hacia delante; es
directa de ese algo externo, pudiendo ser la “establecer modelos para la experiencia futura
en la que se espera evitar o eliminar los errores
17 “...la exclusión social y pobreza en el Perú tienen un
rostro rural y campesino. Fue precisamente en esas o peligros de la experiencia pasada” (Turner &
zonas y entre esa población donde se produjo la ma- Bruner, 1986, p.39). Ese significado que une al
yor cantidad de víctimas. La proporción de muertes y
desaparecidos reportados a la CVR en zonas rurales es pasado con el presente es muy recurrente en
casi tres veces mayor que la proporción de personas
las representaciones de las actoras anfasinas
que vivían en esas zonas según el censo de 1993” (CVR
(2004), pp. 22-23). porque su experiencia es una (re)vivencia de lo

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 33


José Ramos López

vivido. Es decir, existen ciertas continuidades historias, memorias y marcas. En ese sentido,
como los episodios traumáticos asentados en Judith Butler (2009) pone mayor énfasis en el
el padecimiento del dolor. carácter lingüístico del cuerpo como productor
de lenguaje, pero que está determinado por el
Entre heridas y cicatrices, la carácter material. De ahí que tanto la cicatriz
huella sigue como la herida instaladas en el cuerpo sean los
Cuando el Perú ingresaba a la condición social referentes próximos del lenguaje. Si la posibi-
de posconflicto, uno de los debates giraba en lidad de testimoniar hechos de horror es grafi-
torno al diseño de un estudio que ayudara a car lo indecible, lo no representable, entonces
comprender las dinámicas de la violencia, los en el cuerpo hay rastros de la violencia, heri-
distintos actores, las causas, consecuencias y das, cicatrices y marcas. Hay una materialidad
las recomendaciones para que no se repita. Un que puede hablar por sí sola, ya que el sujeto
grupo conservador sostenía que las heridas ya para Butler es, ante todo, cuerpo, es experien-
estaban cicatrizadas y era ilógico insistir en un cia corporal “que no puede contarse pero que
estudio que solo iba a causar estados depre- constituye la condición corporal del dar cuenta
sivos al reabrir las heridas. Hoy, dieciséis años de uno mismo en forma narrativa” (p.59).
después de haberse realizado el debate, hay
Aquello que el cuerpo adquiere, refiriéndonos
posturas discursivas que siguen insistiendo en
a las marcas, produce una (re)elaboración de
la banalidad de los trabajos de memoria como
sentidos. En otras palabras, cuando un cuerpo
aquel remanente que perpetúa la victimiza-
experimenta una inscripción de algo externo
ción18. Esta situación amerita fijar la mirada en
en un sitio perteneciente a él, lo que antes era
las categorías somáticas de herida y cicatriz
un mero “espacio” de carne se transforma en
partiendo de las acepciones del sentido común
un “lugar” con protuberancias, sujeto a inter-
para luego desmitificar las formas estáticas y
pretaciones particulares, densamente (re)car-
cerradas de comprensión dominantes.
gado de sentimientos, recuerdos, valoraciones
A lo largo de nuestras vidas detentamos cica- y reacciones actitudinales para las propias
trices producto de lesiones corporales, acom- personas. Las marcas corporales sobresalen
pañadas siempre de lo emotivo. Para cada si hay un pasado violento. Tal es el caso de la
cicatriz hay toda una parafernalia explicativa violencia política que dejó heridas por doquier,
contextual que centra su atención en los por- tan profundas que las personas desarrollaron
menores. Dichas cicatrices son investidas por la capacidad de realizar una cicatrización su-
valoraciones emocionales, son productoras de perficial para poder seguir viviendo, (re)estruc-
turar sus vidas y sacar adelante a sus hijos. En
18 Véase Ilizarbe, 2015. palabras de Veena Das (2004), “esta es una vía

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Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

hacia la curación - las mujeres llaman a esta vivencia de la violencia política. En tanto, según
recuperación, simplemente el poder de sopor- Freud (1980), la huella mnémica es un recuer-
tar” (p.328, traducción mía). No obstante, la do alojado en un registro interior del sujeto y
sociedad peruana asume la cicatriz como un lo que evoca es lo registrado en la interioridad
estado de plena curación, como un producto fi- del sujeto.
nal, ahistórico, y no como un proceso histórico
Durante todas las reuniones compartidas con
y emotivo que modifica la identidad del sujeto.
los miembros de la junta directiva de ANFASEP
Además “no es sólo un hecho aislado, ni una
y en las asambleas generales, el manejo
maleza desafortunada de la naturaleza. Sino
discursivo de la categoría “cicatriz” estaba
es una forma de comunicación –el idioma de
ausente.
los órganos– a través del cual la naturaleza,
la sociedad y la cultura hablan simultánea- Acaso inventamos, nuestros cuerpos
mente”. (Scheper-Hughes & Lock, 1987, p.31). hablan, mi rostro te dice que estoy triste,
Nuestra apuesta es imaginar las cicatrices mis arrugas, mi cabello blanco te dice por lo
como lugares referenciales en los que se acu- que he sufrido, mis marcas hablan solitas. Y
mula la memoria, sea cual sea su naturaleza. yo no entiendo ¡Qué pruebas más quieren!
(Mama María, socia de ANFASEP).
En los cuerpos que sufren se inscriben marcas
de distinto tipo, producto de condiciones socia- El cuerpo se convierte en testimonio de me-
les, económicas, políticas y morales. Son im- diación política hacia el otro para despertar su
borrables, tienen la capacidad de desbordar de humanidad cegada.
su lugar de residencia para imponerse en todo
el cuerpo, en la persona y en la sociedad; ejem- A manera de conclusión
plo de ello son las formas de autovaloración y
La interiorización del dolor de la violencia (“la
autodiscriminación de las víctimas. Es precisa-
guerra se metió dentro de mí”) construye sa-
mente porque, utilizando la categoría de Olga
beres, sentidos y significaciones. Detrás de
Gonzales (2015), la marca se convierte en un
cada dolor hay historias ocultas y visibles, de
“actim memoria” con la capacidad de fijación y
pérdidas, abandonos, fracasos, frustración,
de traer un recuerdo anterior al presente ca-
sufrimiento y relaciones fallidas, en tanto que
racterizado como un recuerdo secreto. En úl-
el cuerpo es expresión de la enfermedad, la
tima instancia, las marcas corporales pasan a
memoria y el dolor.
ser “huellas mnémicas” que se manifiestan en
una temporalidad próxima que vendría a ser la Sin pretender esencializar la cultura local
vida cotidiana, pero que proviene de una tem- ayacuchana, la prevalencia de lógicas an-
poralidad lejana, que está constituida por la dinas posibilita nuevas dinámicas para la

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 35


José Ramos López

memoria, la enfermedad y el dolor. En la corporales son una vía directa para conocer los
Asociación Nacional de Familiares Detenidos, presupuestos de anclaje en la huella mnémica
Secuestrados y Desaparecidos del Perú exis- como cuestiones que se inscriben en el cuerpo
ten manejos de memoria de acuerdo con el como un palimpsesto. A su vez, operan como
contexto y la predisposición de las actoras so- activadores de memoria y emociones. Son “ta-
ciales, pero con predominio de una matriz que tuajes impuestos por la guerra” en palabras
agudiza el estado emocional. La irrupción de de Lurgio Gavilan (2013). En tal sentido, si “…
las memorias no se produce de manera lineal, hacer memoria es, en gran medida, imaginar
reglamentada y unilineal, sino que emer- pero también acomodar el propio cuerpo y la
gen según la experiencia de cada actora so- historia” (Chababo, 2014, p.16) quedan cues-
cial, lo que posibilita el entrecruce de dichas tiones inconclusas que repensar como las for-
memorias. mas locales de curación, el proceso de enveje-
cimiento y las memorias como una agenda de
La construcción cultural del dolor en una so-
la sociedad. Se hace necesario explorar temas
ciedad de posconflicto tiene peculiaridades ta-
como la salud mental en las comunidades an-
les como la recreación de sensaciones vividas
dinas, no solo centrándose en el ámbito médi-
durante el período de violencia (como el ardor
co y privilegiando modelos externos, sino in-
y la frialdad) que se (re)producen con la pre-
corporando formas locales de curación con un
sencia de heridas y enfermedades. Las marcas
sentido dialógico constante.

36 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39


Entre heridas y huellas el dolor crece: memoria en procesos de dolor y enfermedad en Ayacucho

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José Ramos López - runayraq@hotmail.com


Antropólogo, activista de Derechos Humanos, pertenece al
Círculo de Estudios José María Arguedas - CEJMA UNSCH. Es
miembro del Grupo Interdisciplinario de Memoria y Democra-
cia - PUCP. Fue ganador del Concurso Nacional de Ensayos “Es-
quirlas del odio”, convocado en el año 2016 por el Lugar de la
Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social. Actualmente viene
acompañando a la población desplazada de Ayacucho desde
el Centro Loyola Ayacucho.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 19-39 39


ISSN: 2523-112X

Curandero, qanras y condenados en el


tiempo de la violencia: la representación de
una desaparición en Ayacucho
Curandero (Medicine man), qanras (dirty men) and condenados (dead
men) in the time of the war: the representation of the disappearance of
people in Ayacucho

Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

RESUMEN
El artículo estudia la representación familiar sobre la desaparición de Francisco Buendía, un
poblador de la localidad de Muya en la zona rural de la provincia de La Mar, en Ayacucho,
que fue secuestrado por los senderistas en 1984. Analiza dicha representación en relación con
las concepciones y categorías del pensamiento andino y propone que para los familiares la
desaparición confirma el caos existente en el espacio social de la comunidad, pues es resultado de
la presencia de personas anómalas que concentran los atributos negativos de los seres maléficos
de la cosmovisión andina.

Palabras clave: Desaparición de personas / Violencia política / Cosmovisión andina / Sendero


Luminoso / Ayacucho

ABSTRACT
This paper explores the representation of the disappearance of Francisco Buendía, a man from the village
of Muya, in the rural area of the province of La Mar, Ayacucho, who was kidnapped by Sendero Luminoso
(The Shining Path) in 1984. The analysis resorts to Andean categories to demonstrate that, for his
relatives, Buendía’s disappearance represents a confirmation of chaos in the communal social space, since
it is the result of the presence of anomalous individuals concentrating negative attributes of evil beings
present in the Andean cosmovision.

Keywords: Dissappearance of people / Political violence / Andean worldview / The Shining Path /
Ayacucho

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 41-55 41


Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

Introducción El presente escrito estudia la representación


Se estima que la violencia política que asoló de los parientes de un poblador ayacuchano
al país en la década de 1980 dejó un saldo de que fue desaparecido durante la violencia
más de 15.000 desaparecidos;1 personas que política, a partir del enfoque de Harris y en
relación con las concepciones y categorías
en el día o en la noche, en la calle o en sus ca-
del pensamiento andino. Dicho poblador es
sas, en la ciudad o en el campo fueron secues-
Francisco Buendía, un habitante del pobla-
tradas por Sendero Luminoso o detenidas por
do de Muya, en la provincia de La Mar, que
las fuerzas del orden y nunca más se supo de
en octubre de 1984 fue sacado de su hogar
ellas, siendo la ausencia de información sobre
con engaños por cuatro jóvenes e introducido
el paradero final de la víctima la característica
en una camioneta que se lo llevó con rumbo
central del hecho.
desconocido, no sin antes recoger a Alcides
El Informe Final de la Comisión de la Verdad y Carrión, un próspero comerciante que tam-
Reconciliación y la Justicia Transicional han ela- bién fue desaparecido. A duras penas pudo
borado una definición de desaparición que con- cubrir su cuerpo con un poncho antes de en-
cuerda con lo que hemos anotado en el párrafo contrarse con sus captores. En los siguientes
anterior. Ambos demandan, además, la bús- días, sus familiares notificaron al personal de
queda de los restos de los desaparecidos para la Guardia Civil el hecho e iniciaron la fatigosa
sancionar a los responsables y reparar a los fa- búsqueda del patriarca, sin lograr su come-
miliares (Barrantes y Peña, 2012). No obstante, tido. Transcurridos algunos meses dejaron
hay que tomar en cuenta el enfoque émic de de buscar, porque fueron advertidos por sus
Marvin Harris y preguntarse por el punto de vis- vecinos que si seguían indagando estarían en
ta, definiciones y expectativas de los familiares riesgo. Además, recrudeció la violencia y con
y de las poblaciones campesinas, que fueron las temor observaron que sus vecinos, amigos y
principales víctimas del conflicto2. Es decir, ¿cuá- paisanos se convertían en muertos y desapa-
les son las representaciones e imágenes que los recidos. Y aunque decidieron silenciar el caso
familiares elaboran sobre los desaparecidos? y convivir con la pena, en privado elaboraron
su propia interpretación de la desaparición.
1 Cálculo elaborado por el Comité Internacional de la
Cruz Roja, publicado en La República del 21 de octubre Esta desaparición ocurrió cuando Sendero
de 2011. Recuperado de http://larepublica.pe/politi- Luminoso intensificó sus acciones en el campo
ca/584251-hay-16-mil-desaparecidos-por-terroris-
mo-en-el-peru ayacuchano con la intención de instalar “bases
2 Según Harris, el enfoque émic se basa en la visión de la de apoyo” para enfrentar a las fuerzas del or-
cultura que tienen los mismos miembros de ella, mien-
den y destruir al Estado. Para lograr ello, los
tras que el enfoque étic es exterior a los pobladores,
objetivo y universal (Marzal, 1997: 531). subversivos se aprovecharon de las disputas

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Curandero, qanras y condenados en el tiempo de la violencia: la representación de una desaparición en Ayacucho

comunales y familiares de la zona rural. Los fa- Según el pensamiento andino, el espacio y so-
miliares sostienen que los senderistas secues- ciedad se dividen en dos mitades que aluden a
traron y desaparecieron a Francisco Buendía las partes de arriba y abajo o izquierda y dere-
porque su sobrina, Serafina Qoras y el esposo cha: Hanan y Urin respectivamente. Esta duali-
de ella, Saturnino Arce, lo acusaron ante los dad se relaciona con otra estructura que divide
subversivos por los conflictos que tenían en el espacio y la sociedad en cuatro y cinco zo-
torno a los linderos de las tierras que los tres nas: dos verticales (Hanan Pacha / Uku Pacha),
poseían en la localidad de Muya, a unos cuan- dos horizontales (Lima / La Selva) y una central
tos kilómetros de San Miguel, la capital de la (Kay Pacha) que funciona como nexo. En este
provincia de La Mar (Cóndor y Pereyra, 2015). esquema, tanto Lima como la selva aparecen
Con la frase “Arce y Qorasuywaraku terrukuku- como zonas externas al Kay Pacha, habitadas
nata”, una de las nietas de Francisco Buendía por extranjeros, Chunchos y animales como el
revela la proximidad que existía entre los sen- puma y la taruca (Ansión, 1987; García, 1988;
deristas y los sobrinos de su abuelo.3 Silva Santisteban, 1981).

Asimismo, el pensamiento andino admite la


Representaciones e imaginarios existencia de dioses y seres maléficos que me-
andinos
dian en la vida cotidiana de los campesinos. El
Ya que los relatos a analizar se relacionan con Wamani y la Pacha Mama, son las principales
las representaciones e imaginarios del pobla- divinidades que participan de las relaciones de
dor andino, primero hay que mencionar las reciprocidad, intervienen en el Kay Pacha, aun-
características de la cosmovisión andina para que pueden estar también en el Hanan Pacha o
después intentar una interpretación de los UkuPacha dependiendo de la situación.4 Otros
símbolos que aquellos contienen. dioses como el Amaru y seres maléficos como
el Nakaq, la Uma o el Qarqacha habitan los es-
pacios de Lima, la Selva y el Uku Pacha porque
3 Entrevista con Irma Flores Buendía, nieta de Francis-
co Buendía, realizada en San Miguel, el 7 de agosto
de 2013. Uywaraku terrukukunata quiere decir “cria-
ban a los terrucos”. Cabe precisar que a pedido de los 4 El Apu o Wamani es el espíritu de los cerros, que ga-
familiares y por respeto a quienes nos confiaron sus rantiza la fertilidad de la tierra, la abundancia de aguas
recuerdos sobre una época tan trágica de la histo- para la siembra, la multiplicación del ganado, la pro-
ria contemporánea del país, hemos consignado a los tección de los viajeros y la salud para los enfermos;
testimoniantes bajo seudónimos, reconocibles por la la Pacha Mama es un espíritu ubicuo que fecunda
tipografía diferente al texto que los rodea. Lo mismo personas, plantas y animales. Ambas divinidades son
se ha hecho para la toponimia de algunos lugares que benefactoras, pero también pueden castigar con se-
aparecen en el texto. Así, por ejemplo María Buendía o quía, granizo, metamorfosis zoomórfica o muerte de
Muya deben entenderse como seudónimos. En los ca- los animales si se actúa con avaricia o no se les ofrece
sos en que los nombres o palabras no muestren dicha el pago y los ritos que exigen (Silva Santisteban, 1981;
tipografía diferente, estas son reales. García 1998, pp.51-62).

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Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

HANAN PACHA
Wamani
Curandero / Llamichu

LIMA YUNKA
Nakaq Amaru
KAY PACHA
Espiritistas Puma / Taruka
Runas
Chunchos

UKU PACHA
Uma / Condenado / Qarqacha
Brujos (con sapo y calavera)

Figura 1: La estructura del espacio y la sociedad andinos. (Ansión, 1987, pp. 193-199)

son extranjeros, no cumplen con la reciproci- En relación con dioses y seres maléficos se
dad y atropellan el orden moral de la sociedad. desenvuelven el curanderismo y la brujería,
Los campesinos se desenvuelven en el Kay que curan las enfermedades y agreden al próji-
Pacha y animales como la vicuña, la taruca, el mo respectivamente (Silva Santisteban, 1981,
cerdo y el sapo pueden ubicarse en cualquiera pp.84-96). Según Juan Ansión (1987), existen
de los espacios, dependiendo del servicio que curanderos Llamichus que curan en las altu-
brindan a dioses y seres maléficos (Figura 1). ras y curanderos que trabajan con el Wamani
(Ansión, 1987) en los valles. Asimismo, existen brujos que

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Curandero, qanras y condenados en el tiempo de la violencia: la representación de una desaparición en Ayacucho

trabajan con calaveras y sapos. Mientras que Henrique Urbano señala que la Trinidad cris-
aquellos se ubican en el Hanan Pacha, estos tiana (Dios Padre, Dios Hijo o Jesucristo y Dios
dos últimos se localizan en el Uku Pacha. Los Espíritu Santo) ocupa un lugar excepcional en
espiritistas o falsos curanderos de las ciudades la cosmovisión andina. La historia del mundo
y los chunchos de la selva que recurren a las está dividida en tres edades, estando cada una
drogas ocupan los espacios de Lima y la Selva, de ellas encabezada por una de las personas
respectivamente (pp.197-198). de la trinidad. La del Dios Padre corresponde
a los tiempos antiguos, en los que vivían los
El pensamiento andino incluye a la divinidad
gentiles; la edad del Dios Hijo es la contem-
católica que es colocada del lado de los dio-
poránea. “El futuro pertenece al Dios Espíritu
ses tutelares y en contradicción con los seres
y los habitantes de ese tiempo tienen la ca-
maléficos. Aunque Dios es considerado crea-
racterística de ser alados (warp’ayoq) como es
dor del mundo y sancionador de los hombres
la figura popular cristiana del Espíritu Santo”
después de la muerte, es ante todo un Dios
(1993: 300).
para el aquí y el ahora; es decir, un Dios pro-
vidente y cercano que premia y castiga en la El testimonio de María Buendía
vida presente, cuya cercanía se experimenta
María Buendía es hija de Francisco Buendía.
principalmente en los sueños considerados
Al momento de la entrevista nos ofreció, con
como revelaciones y en las situaciones límites
bastante congoja, el siguiente relato sobre
de la vida, de las que se hace una interpreta-
el secuestro de su padre y la búsqueda que
ción religiosa.5
emprendió conjuntamente con su esposo, su
Por debajo de Dios se ubican los intermedia- menor hija y los parientes de otra persona que
rios o santos, entre los que se encuentran también desapareció el mismo día que su pro-
Jesucristo y la Virgen María, por estar repre- genitor. Citamos casi todo el relato para subra-
sentados en imágenes. Ellos reciben ofrendas yar los emotivos detalles que contiene.
y hacen favores y milagros; en algunas comu-
Nosotros llegamos a escuchar lo del
nidades además tienen tierras, ganado y una
terrorismo y mi papá decía: “¿Qué es eso de
organización para el culto.
terrorismo?, dicen matan a la gente; pero
cómo es eso. Entre gente y entre pobres
5 Dios aparece a menudo como una deidad separada del cómo nos vamos a matar. Ellos serán de
Wamani. En Puquio, un campesino señaló que “Nuestro otro país”. De acá mismo dicen [que] se han
(Dios católico) creó la nube, la lluvia; nosotros la reci-
bimos como una bendición suya. Y de nuestros padres, juntado con otros que venían de otros sitios
los Wamanis, recibimos el agua, porque así Dios lo ha y eran varios y yo decía ahora qué vamos
convenido y mandado. Sin embargo, la lluvia y el rayo
son obra del Amaru” (citado en García, 1998, p.55). hacer; de repente también nos hacen algo

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 41-55 45


Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

le dije a mi papá, y él me dijo: “Yo los voy carruqa pasakunmi!” (¡Se lo han llevado, se
a matar, antes que me maten los mato. lo han llevado; ese carro se ha llevado al
¿Por qué me matarían sin motivo alguno?”. abuelito!) En el huayco había un carro rojo,
Así diciendo él hablaba todo machito y una camioneta y ahí lo han metido. Entre
hasta fabricó su arma: en la punta del cuatro doblándolo lo han metido a la caseta
palo amarró un cuchillito como púa, como y en el forcejeo llamaba, pedía auxilio y
clavo y eso lo tenía en la puerta nomás; decía: “Victoria, me están llevando”. Cuando
pero el momento en que se lo llevan ni gritaba le taparon la boca y así lo metieron
siquiera se acordó. No se puso sus zapatos por la fuerza a la caseta. Justo un hombre
ni su sombrero; solo tomó su ponchito y estaba ahí; ese nos avisó. Era Albino, un
salió, porque en ese momento estaba ya evangelista. Él pasaba ese rato y le encargó:
descansando en su cama junto a mi mamá “¡Willaykamullaway chay señurayta imasta
chacchando su coquita. kay apawanku!” (Cuenten a mi señora por
qué me están llevando). Y ese hombre no
Irma y Ana eran chiquillas. Tocaron la
nos avisó; en el momento se quedó calladito.
puerta de la cocina y Ana salió para ver del
Arriba ese Sulpicio Enrique ha visto todo y en
balcón y cuando vio estaban parados dos
ese momento no nos contó.
hombres encapuchados más o menos a las
5 de la tarde y le dijo a mi mamá: “Mamaya Dicen que los senderistas se alojaban en
manchapa runakuna kachkanku armayuq” la casa de Serafina y Saturnino, quienes
(Mamita, son hombres que dan miedo y cocinaban, hacían comida en cantidad […]
están armados). No podía hablar la chica y Dicen que estuvieron varios, hasta el amigo
se asustaron; mi padre también se asustó mismo de mi papá: un curandero que vivía
y comentó “¡quién puede ser, quién puede por Ihuín. Creo que era soltero, sin familia,
ser!”. Y ni siquiera de su arma se recordó tenía un libro de medicina y venía a la casa.
y cuando se levantó con prisa, subió un Como mi mamá era enfermiza del corazón,
hombre sin arma y le dijo: “Don Francisco, nos explicaba siempre. Mi papá le hacía
tu hijo de la Selva nos ha mandado con
comer a ese curandero y se habían hecho
coca […] ¡Rapidito, rapidito sal; así no más
muy amigos. Él sabe bien cómo y dónde
baja. En el huayquito está el carro y tienes
han matado a mi papá.
que traer tu encargo!” Salió solito y se fue
y aparecieron tres o cuatro y se perdieron Ese mismo rato, Irma y Ana llegaron a
en el huayquito. Las chicas siguieron a su San Miguel y me contaron del hecho y me
abuelo y volvieron para decirle a su abuela: dijeron “¿Qué vamos a hacer?”, llorando.
“¡Pasachinmi, pasachinmi abuelituyta, chay Ya era de noche y fuimos a la Comisaría y

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Curandero, qanras y condenados en el tiempo de la violencia: la representación de una desaparición en Ayacucho

les contamos que se lo habían llevado con Un viejo salió cuando estábamos tocando
dirección a Tambo y ellos [los Guardias la puerta […] El viejo […] estaba descalzo,
Civiles] se comunicaron con los de Tambo con tierra en los pies porque estaba
para que esperaran al carro, pero nunca arando en su huerta. Le dijimos que se ha
llegó. Nos dijeron: “Mañana seguramente perdido mi papá y la otra dijo: mi esposo,
por ahí lo van a soltar y si no regresa tienen y nos dijo ya pues […] y nos hizo pasar a
que buscar”. una casa grande y en una mesita sacó sus
naipes y como Marta había llevado coca,
Al día siguiente nos encontramos con la plata y cigarro [le dio todo eso]. Yo solo le
mujer de Alcides Carrión: Marta Vila, quien di plata, creo que cinco soles le di. Viendo
no era la esposa de Carrión. Su verdadera sus naipes le dijo a Marta: “Tu esposo está
esposa era Gregoria y dejándola a ella se lejos, se ha ido a otro pueblo. Pobrecito,
comprometió con Marta. Planeamos la está andando, está llorando, tiene pena.
búsqueda para el día martes, con el hijo Te quería señora; está diciendo mi esposa
de Carrión, que era joven. Yo busqué a un y está llorando” […] Para mí tendió sus
cargador para que nos ayude. naipes y me dijo: “Tu papá está por aquí
cerca; le habían colgado de un árbol y
De la casa salimos yo, Abraham y Candy.
ya lo han matado; está muerto. Trata de
Mi madre nos acompañó hasta Muya.
buscarlo”.
Llegamos al Colegio Alfonso Ugarte y nos
repartimos en dos grupos: un grupo de Retornamos por un caminito viendo los
hombres (Abraham, el hijo de Carrión y el árboles. Marta tenía un perro chapito
hombre que contraté para que nos ayudase que iba adelante. Entonces, una señora
en la búsqueda) y otro grupo de mujeres apareció hilando con sus chanchitos
(yo, Candy y Marta). Pasamos caminando y faltando buena distancia, hilando
por la carretera, viendo los barrancos, nos dijo cantando: “¿Maitan rinkichik?
por Kiru Nanay, por abajo y llegamos a Kay uraychallapi wasipi quntacha
la otra carretera. Vimos casas y chacras kachkan terrucu kakuchkan, ¡wawaykita
abandonadas, siempre pensando que kitarusunki!” (Adónde van? La casa de
por acá le habrán echado llave. Tocamos, acá abajito está llena de terrucos. ¡Te
llamábamos pero nadie salía […] Marta era van a quitar a tu bebe!). Me asusté; me
muy tacaña; ella tenía gaseosas y cuando hubieran quitado a Faustina. “¿Ipapaqmi
estábamos en pleno sol, no era capaz de chay wawaykita apamunki? Kayna
invitarnos ni un sorbo, andábamos con la warmakunata quitamuchkan. ¿Maitama
boca seca. rinkichik? Kay wasipi quntacha kakuchkan,

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 41-55 47


Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

kunallami punkunta pasaschkani, mana Curandero, qanras y


nuqa sayaspay willaychikichmanchu, condenados en la desaparición
pasakuychik defrentipas, no sé imamansi de Francisco Buendía
qankuna rinchkankichik, yaykuchkankichi, El extenso testimonio contiene imaginarios y
kunan kaimanta yaykumunkichik símbolos que están en estrecha relación, ya
alcaysamunkichik, quiera no quiera que el imaginario coloca el símbolo y permite
chaininta pasankichik (¿Para qué has evocar el significado del símbolo, mientras que
traido a tu hija? Te la van a quitar como el símbolo permite la expresión y existencia
a estos chicos. ¿Dónde van? En estos del imaginario (Vergara 2007, 131). Por ello,
momentos estoy pasando por la puerta se requiere de un método que ayude a esta-
de la casa que está llena. Yo no les puedo blecer en el relato relaciones diacrónicas y
decir cosas parándome, si quieren váyanse sincrónicas, a fin de lograr la interpretación de
de frente, no sé a qué están yendo, están su armadura profunda, tal como propone Levi
entrando, a partir de ahora ingresarán por Strauss para el análisis de los mitos.7 Dichas
este lugar, quieran o no quieran pasarán relaciones sintagmáticas pueden observarse
por ese camino). Y el perrito que estaba en la siguiente tabla.
yendo regresó al ver. Entonces estaban en
su puerta todos esos qanras; con el calor
de la tarde se soleaban y al ver al perrito
que llegó se metieron a la casa. Entonces
nosotras asustadas tuvimos que seguir […]
para dar alcance al otro grupo y tuvimos
que pasar por la puertita pidiendo a Dios:
ampáranos Señor. Cuando pasamos no
7 El método de Lévi-Strauss consiste en desarticular uno
había nadie, pero se oyeron murmullos. Y por uno los mitos, para develar su “armadura” oculta
cuando llegamos al río, pasamos el río los y establecer relaciones con las “armaduras” subya-
centes en otros mitos. Así, considera que cada mito
tres con zapato y de más arriba volteamos está formado por unidades constitutivas mínimas o
a ver y dos o tres nos miraban de esa casa. mitemas, que combinan elementos que normalmen-
te intervienen en la estructura de la lengua (como los
Caminamos duro y llegamos a Paccha, que fonemas, morfemas y semantemas) y establecen re-
fue el lugar donde nos encontramos con el laciones entre sí. Para el análisis del relato, el citado
autor sugiere inscribir cada mitema en una ficha que
otro grupo para retornar.6 tenga un número correspondiente a su lugar en el re-
lato (la asignación de un predicado a un sujeto) y que
posea la naturaleza de una relación. De este modo,
se establecerán “haces de relaciones” y se formarán
combinaciones en las que los mitemas adquirirán una
6 Entrevista con María Buendía, realizada en la ciudad de función significante y serán leídos de izquierda a dere-
Ayacucho el 18 de julio de 2013. cha y de arriba hacia abajo (Lévi-Strauss, 1970).

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Curandero, qanras y condenados en el tiempo de la violencia: la representación de una desaparición en Ayacucho

Tabla 1. Mitemas de R4

Personas Partes del cuerpo Objetos Lugares

Cabeza desnuda y Banquete de


Kuchi- capa Selva (coca)
pies descalzos alimentos

Hombres Cara cubierta Cuchillo Barranco y huayco


encapuchados

Hombres mudos Piedras Río


Curandero solteros Árbol Carretera
Amante Perro que ladra Casas sin dueños
Viejo adivino
Hombre tacaño
Qanras (sucios)

El relato alude a dos espacios perfectamente y autónomos, tienen la misma significación


delimitados: el espacio social de la comunidad asociada a los valores de la sociedad y son ins-
y el espacio liminal, que en el esquema cuatri- trumentales. A través de ellos, la testimoniante
partito anterior está asociado a la Yunka y al grafica no solo el caos del espacio social de la
UkuPacha, donde moran los gentiles, chunchos comunidad ocasionado por la violencia política,
y brujos que trabajan con calavera y sapo. Los sino a seres maléficos que intervienen en di-
hitos que separan ambos espacios son el río y cho espacio y crean caos y conflicto.8 Por ejem-
la carretera. Cuando María Buendía indica que plo, los senderistas y policías son considerados
para escapar del peligro cruzó un río en el que como “extranjeros” que alteran el orden social
había cadáveres, señala simbólicamente que de la comunidad. De igual modo, los tacaños son
salió del espacio liminal para retornar al espa- supuestos como personajes anómalos porque
cio social de la comunidad.
8 Refiere Olga González que en Sarhua los campesinos
No obstante, en este espacio aparecen personas consideraron que con la violencia ocurrió inversión del
con defectos (extranjeros, hombres encapucha- espacio social y confusión: la comunidad, que repre-
sentaba la ley y el orden, fue identificada con la puna
dos, jóvenes sin experiencia, tacaños, etc.) que o sallqa, el espacio de lo salvaje e incivilizado. Para no-
rodean a la víctima. Estos devienen en símbolos minar dicha confusión, los sarhuinos usaron el término
Chaqwa, que describe algo que es confuso, desorgani-
dominantes, porque asoman como recurrentes zado y sin roles (2006, p.80).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 41-55 49


Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

son ambiciosos, acumulan riqueza y no partici- 1986, pp.221-222 y 826-827). Por lo tanto,
pan de las relaciones de reciprocidad y redistri- María Buendía, al señalar que su padre fue sa-
bución con sus compueblanos. cado de su hogar “con la cabeza descubierta y
con los pies descalzos”, quiere decir que no solo
Precisamente Alcides Carrión, un comerciante
raptaron su alma, sino también secuestraron a
que también fue secuestrado junto con Francisco
la autoridad de la familia y que la responsabili-
Buendía, forma parte de este grupo de persona-
dad del hecho recae en otros.
jes anómalos. En el relato es representado como
un tacaño o persona que no establece relaciones Es curioso que en el relato el curandero aparez-
de reciprocidad. Por ello, después de la desapari- ca como un ser anómalo que genera un daño
ción, aparece como un condenado que “está an- irreversible y un desequilibrio social, puesto
dando, está llorando, tiene pena”; un personaje que estos aparecen siempre en la cosmovisión
rechazado por Dios que habita las cuevas, asoma andina como los personajes que restablecen
en los cerros o en las alturas y hasta retorna para la salud deteriorada y la armonía social, como
hacer daño a sus compueblanos. se mencionó anteriormente. No obstante, en
un contexto de caos, el curandero hace daño
María Buendía presenta a su padre en oposi-
y no establece relaciones parentales. En vez
ción a estos personajes anómalos. Según ella,
de curar, trastorna el orden social y se asemeja
al momento del secuestro estaba con la cabeza
al brujo, aunque actúa en los espacios sociales
descubierta y los pies descalzos. La desnudez
del Kay Pacha-Hanan Pacha, que precisamente
alude al rapto del alma, puesto que en la cos-
se encuentran alterados por el conflicto.
movisión andina el alma y los pies aparecen
como partes del cuerpo que encierran el alma. Los otros seres anómalos que ocasionan la des-
Los curanderos dicen que el alma huye de la ca- aparición de Francisco Buendía son su sobrina
beza a raíz de una caída o susto repentino. Los Serafina Qoras y su esposo Saturnino Arce, este
campesinos, al creer que el alma se halla en la último llamado Kuchicapa. El apodo no solo alu-
cabeza, optan por llevar el cráneo del fallecido de a un oficio despreciado con el que se insulta
al hogar y colocarlo en un altar, donde le ponen a los hombres; sino también al cerdo, un animal
velas y flores, con la intención de que cuide la ligado a la tierra y a los gentiles. El sustantivo
casa (Rozas y Calderón, 2001, p.252). En el dic- kuchi se asocia con el verbo kuchuy (cortar) y con
cionario de símbolos se menciona que la cabeza el sustantivo kuchillu que se utiliza en quechua
alude al espíritu, pero también a la autoridad, como préstamo del español cuchillo. Según
mientras que el pie simboliza la fuerza del alma Ansión, todo objeto de fierro sirve para defen-
y el calzado apunta al hombre que es respon- derse de los seres ligados al Uku Pacha (1987,
sable de sus actos (Chevalier y Gheerbrandt, p.202). Por lo tanto Kuchicapa en el contexto del

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Curandero, qanras y condenados en el tiempo de la violencia: la representación de una desaparición en Ayacucho

relato sirve para designar a un hombre vincula- familiares o conocidos; también en otras par-
do a la tierra, que ambiciona la tierra o que se tes de Ayacucho los pobladores urbanos y
contacta con los seres del mundo liminal (cu- rurales acudieron a las categorías del pensa-
randero convertido en brujo) que ahora ocupan miento andino para comprender y explicar el
el espacio del mundo social. Precisamente, la caos desatado por el conflicto armado interno.
testimoniante subraya que el agredido preparó
Por ejemplo, en la comunidad de Sarhua,
un cuchillo como arma de defensa antes de su
Narciso Huicho, el personaje anómalo que
secuestro para defenderse de este ser maléfico
quiso apropiarse de las tierras comunales de
ligado al espacio liminal.
Ccochapampa, fue representado por los po-
Los seres maléficos y las personas anóma- bladores como un brujo que heredó el oficio de
las, además, propician un banquete que en el su padre para apropiarse de tierras ajenas, o
relato también aparece como un símbolo do- un qarqacha. Luego de acusar a los comuneros
minante.9 El banquete, por un lado, alude a la de “terroristas” ante los sinchis de la Guardia
ambición; por ejemplo, robar la fruta del des- Civil, fue repudiado por la comunidad, secues-
aparecido. Por otro lado indica la abundancia trado y ajusticiado por cuatro comuneros a
de recursos y el incumplimiento de la recipro- inicios de 1982. Su cuerpo fue escondido. Los
cidad. Ocurre con la pareja de Alcides Carrión, presuntos asesinos juraron guardar el secreto
quien lleva comida a la búsqueda, pero no la y la comunidad asumió la responsabilidad co-
comparte con los demás. La combinación de lectiva de su desaparición. Sin embargo, con el
ambición y abundancia de recursos genera la correr del tiempo, el secreto de su muerte se
desaparición de Buendía y remite al conflicto convirtió en un secreto a voces y el personaje
por tierras que estalló en el lugar poco antes empezó a aparecer primero en los sueños de
del desarrollo de la violencia política. los campesinos como un brujo, y luego, entre
los rumores de la gente, como el condenado de
Mitos, imaginario y simbolismo Ranranizio que retornaba para hacer daño a la
en medio de la violencia población.
No solo el testimonio de María Buendía con- Poco tiempo después ocurrió lo mismo con
tiene seres sobrenaturales y personajes anó- Justiniano Rojas, el comisario de Sendero
malos que “actúan” en la desaparición de sus Luminoso en el pueblo, quien en cabildo pú-
blico fue ratificado como el líder local de los
9 Según Víctor Turner, el símbolo dominante es un ele-
mento recurrente y autónomo (“eterno”), que tiene la subversivos. Cuando estos asesinaron a dos
misma significación (representa los valores que tiene autoridades locales, Justiniano fue conside-
una sociedad), y a la vez es instrumental porque sirve
para el logro de los fines del ritual (2007, pp.21-40). rado como un qarqacha que causaba el caos

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 41-55 51


Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

en la comunidad y se transformaba en perro o un cuchillo para matarlos y extraerles la grasa,


cerdo. Luego, fue capturado por algunos sar- habían retornado para conseguir grasa humana
huinos, torturado y ejecutado en público. Sus a fin de que el gobierno pagase la deuda exter-
captores afirmaron que para atormentarlo lo na. La reactualización del mito generó una si-
introdujeron en un saco, donde se transformó tuación de psicosis colectiva. Los pobladores de
en una llama. Después de su muerte, retornó los barrios periféricos de la ciudad de Ayacucho
para asustar a la población, guarecido por las empezaron a organizarse para defenderse de
sombras de la noche y convertido en el conde- la agresión de los degolladores y la noche del
nado de Aywiri. 11 de setiembre de 1987 dieron muerte a pe-
dradas y a machetazos al joven Luis Huaringa
Al respecto, señala Olga González que am- Calderón, de 23 años, al confundirlo con un
bos personajes anómalos fueron estereoti- Pistaco (Degregori, 1989, p.110).
pados como malignos y desaparecidos por la
comunidad y que los mitos andinos sirvieron Abilio Vergara y Freddy Ferrúa hallaron di-
para explicar las conductas anómalas y sus ferencias al comparar el mito de 1987 y sus
respectivas sanciones, en medio de la violen- versiones anteriores: si antes los Pistacos eran
cia política. Agrega: “Las culpas de Narciso y protegidos por la Iglesia, a fines de los ochen-
Justiniano fueron de diferente tipo, pero para ta eran vinculados con el Estado; si antes
los sarhuinos no fue raro etiquetarlos como aparecían solo de noche y en sitios aislados,
qarqachas. Este era un término que resaltaba en plena época de violencia operaban de día,
su animalidad, su condición salvaje e irracional, con armas sofisticadas y en los lugares soli-
su ruptura con los roles sociales y su completo tarios de la ciudad. “Hablamos entonces, de
descuido de la reciprocidad. En su animalidad, una redefinición de la actuación de los nakaq,
ellos han perdido su humanidad. Sin embargo, en cuanto a que han cambiado de espacios
como qarqachas, con sus dos caras, una hu- operativos, lo que quizá tenga que ver con la
mana y otra animal, fueron definidos como en- masificación de la violencia, los allanamientos
gañadores y despreciables y un permanente y y las muertes que hacia 1983 no distinguían ni
potencial daño para la comunidad” (González, centro ni periferia y tampoco clases sociales,
2006, p.270, la traducción es nuestra). siendo afectado todo el cuerpo social ayacu-
chano” (Vergara y Ferrúa, 1989, p.127). Agrega
Posteriormente, en 1987, empezó a circular en- Degregori que esta versión refleja el fuerte
tre la población urbana de Ayacucho y Huanta temor que sentían los campesinos por estar
el rumor de que los Nakaq o Pistacos, aquellos en medio del conflicto armado. Con bastante
seres maléficos de los mitos andinos que ata- claridad retrata algunas de las prohibiciones
caban a los viajeros en los caminos alejados con instauradas por el estado de excepción que

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Curandero, qanras y condenados en el tiempo de la violencia: la representación de una desaparición en Ayacucho

imperaba en Ayacucho (caminar en la noche) Luego de la desaparición, sus familiares lo


y el profundo recelo que los habitantes de la buscaron sin dar con su paradero. Y aunque
zona rural sentían hacia los foráneos o hacia el dejaron de indagar por el miedo generado por
Estado que decía protegerlos y a la vez respal- la violencia política, en privado elaboraron una
daba al degollador (Degregori, 1989, pp.110- representación de la desaparición que contie-
111). Por su parte, Abilio Vergara refiere que ne símbolos dominantes y se vincula con el
el mito, que circuló en medio de la violencia pensamiento andino. Según dicha represen-
política, expresa las relaciones antagónicas y tación, Francisco Buendía no es un desapare-
el miedo de los pobladores frente a Sendero cido, sino una persona que se ha perdido; es
Luminoso y el Estado. Mientras los senderistas decir, que ha sido temporalmente secuestrado
exacerbaban el horizonte incompatible para para una sanción. Su secuestro ha aproxima-
con la sociedad y el Estado, el pistaco detenía do el caos de la violencia, que es el resultado
el tiempo operado por el terror a fin de anular de conductas discordantes como la ambición,
el porvenir sin sentido, concediéndole a la vida la envidia y la avaricia, y de la intervención de
de los pobres el valor de una materia prima. Al seres maléficos, como curanderos transforma-
mismo tiempo, restringía al extremo los hori- dos en brujos y condenados que ocasionan da-
zontes cotidianos, al controlar y someter por el ños y perjuicios. Precisamente, los sobrinos del
miedo las rutas conocidas, habituales e indis- patriarca, quienes fueron sindicados por sus
pensables, y hasta el espacio público. El mito familiares como los responsables de la desa-
acentuó el miedo y generó la parálisis de los parición, aparecen en la representación como
actores sociales, anulando la posibilidad ciuda- codiciosos y cercanos a los seres maléficos que
dana de prever, de proyectar, de argumentar y rondan en el espacio social de la comunidad.
de resistir (Vergara, 2013, pp.300-302).
Siguiendo a Trouillot (1995), podemos concluir
afirmando que los familiares convierten el se-
A modo de conclusión cuestro en un no-evento ocasionado por sobri-
En una situación de violencia extrema, al que- nos cercanos elevados a la condición de seres
dar suspendidos los códigos morales y cuando maléficos. De este modo, elaboran un relato
los pobladores de Muya recurren a Sendero que subraya esta dimensión mítica y sobrenatu-
Luminoso para solucionar y vengar los con- ral de la desaparición e insinúan aquellas dispu-
flictos privados, los subversivos secuestraron tas que en el fondo ocasionaron el hecho. Esta
y desaparecieron a Francisco Buendía por ini- es la forma como construyen una interpretación
ciativa de sus sobrinos, adoptando una medi- de la trágica historia de la violencia política des-
da radical que ocasionó la alteración del orden de su punto de vista y que debe ser tomada en
social y parental. cuenta para efectos de la justicia transicional.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 41-55 53


Nory Cóndor Alarcón / Nelson Pereyra Chávez

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Curandero, qanras y condenados en el tiempo de la violencia: la representación de una desaparición en Ayacucho

Nory Cóndor Alarcón - canory2@hotmail.com


Magíster en Antropología, egresada de la Universidad Nacional
de San Cristóbal de Huamanga. Especialista en temas de dere-
chos humanos. Actualmente labora en el Equipo Forense del
Ministerio Público de Ayacucho y viene realizando una inves-
tigación sobre memoria y silencios de los desaparecidos de la
violencia política en la provincia de La Mar (Ayacucho).

Nelson E. Pereyra Chávez - nelsonernesto@hotmail.com


Es docente de la Universidad Nacional San Cristóbal de Hua-
manga. Es historiador egresado de la Universidad Nacional de
San Cristóbal de Huamanga. Tiene estudios de posgrado en la
Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Pa-
blo de Olavide en Sevilla. Viene culminando una investigación
sobre la participación de los campesinos de Ayacucho en la
formación del Estado republicano en el siglo XIX. Es también
miembro correspondiente de la Academia Nacional de la His-
toria del Perú, de la Asociación Peruana de Historia Económi-
ca y de la Asociación de Historiadores de Ayacucho. Es coau-
tor del libro Historia y cultura de Ayacucho (Lima: IEP-Unicef,
2008) junto con Antonio Zapata y Rolando Rojas.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 41-55 55


ISSN: 2523-112X

Crímenes de odio durante el conflicto


armado interno en el Perú (1980-2000)
Hate crimes during the internal armed conflict in Peru (1980-2000)

José Julio Montalvo Cifuentes

RESUMEN
Este artículo explora los mecanismos que naturalizan los crímenes de odio, desde las pistas que
de manera casual se encuentran en el Informe Final de la CVR. Esto permite revisar la actuación
de los grupos subversivos frente a la población LGTB, poniendo en agenda la necesidad de un
debate abierto y sin prejuicios sobre los crímenes de odio. Para construir nuestra argumentación,
primero nos aproximaremos al concepto de crímenes de odio, para luego revisar cuatro hechos
emblemáticos registrados por el Informe de la CVR, lo que permitirá que finalmente reflexionemos
sobre los mecanismos de discriminación y prejuico que operan en nuestra sociedad y que hasta
el día de hoy siguen cobrando víctimas.

Palabras clave: Crímenes de odio / Conflicto armado / Homofobia / Violencia / Perú

ABSTRACT
This article explores the mechanisms naturalizing hate crimes, from the clues found in the Final Report of
the Truth and Reconciliation Commission (TRC). The behavior of subversive groups is reviewed vis-à-vis
the LGTB population, putting on the agenda the need for an open and unbiased debate on hate crimes.
We approach first the concept of hate crime and then review four emblematic events recorded by the CVR
Report. This allows us to reflect on the mechanisms of discrimination and prejudice operating in our
society, which continue to claim victims.

Keywords: Hate crimes / Armed conflict / Homophobia / Violence / Peru

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67 57


José Julio Montalvo Cifuentes

Introducción homofobia en México es mucho más reciente


Actualmente en la agenda pública se está (…) y sirve para calificar no sólo a los crímenes
discutiendo sobre la pertinencia del recono- de odio contra homosexuales, sino toda varie-
cimiento de la existencia de crímenes de odio dad de comportamientos y actitudes discrimi-
contra las personas lesbianas, gays, trans y natorias.”(Bonfil, 2001, p.259)
bisexuales (LGTB), lo que hace necesario reto- Por otro lado, tenemos los casos en los que un
mar un tema poco conocido, pero importante suceso logra tal repercusión nacional que mo-
en nuestra historia, referido a los crímenes de viliza al conjunto de la sociedad. Un caso típico
odio durante el conflicto armado interno en el al respecto es el de Matthew Shepard, un joven
Perú. norteamericano asesinado brutalmente en
1998 (Kaufman, 2002), cuyo impacto en la opi-
Lo que entendemos por crímenes nión pública fue tan fuerte que se convirtió en
de odio y homofobia un hecho emblemático que planteó la necesi-
Un concepto que se ha venido trabajando des- dad de que se incluyera la homofobia como un
de las y los activistas de derechos humanos es agravante en los casos de violencia o asesina-
el del “crimen de odio por homofobia”, el cual tos. Para el caso mencionado, luego de meses
se refiere a actos de violencia cuyo móvil es el de debate se llegó a la conclusión de que los
rechazo y odio hacia las personas homosexua- móviles del acto criminal fueron el rechazo y el
les. Como dijimos, este término se refiere a temor a la orientación sexual de la víctima. Un
una situación de violencia particular pero su caso similar es el asesinato de Daniel Zamudio
uso básicamente tiene un objetivo político. En en Chile (Solís, 2013). En ambos casos se pudo
este sentido, su inclusión generalmente está probar que los violentos crímenes estaban
relacionada con la presencia política de los asociados a un conjunto de valores asociados
movimientos de la diversidad sexual o la ocu- al machismo y al patriarcado: “La homofobia
rrencia de algún suceso que particularmente es el odio irracional a los disidentes sexuales, a
sensibilice a la opinión pública. los que se alejan del orden sexual impuesto, a
quienes eligen ser, o se descubren, diferentes,
México es un ejemplo de un movimiento de
a los que manchan con su apariencia o conduc-
activistas que pone en agenda el tema de
ta los emblemas del machismo” (Bonfil, 2001,
los crímenes de odio. En este caso, pese a la
p. 256).
existencia de una cultura machista, el trabajo
de los activistas permite la inclusión del tér- En este sentido, los crímenes de odio en mu-
mino como una forma de visibilizar la violen- chos casos corresponden a tendencias com-
cia homofóbica: “La apropiación del término pulsivas dentro de la sociedad, las cuales

58 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67


Crímenes de odio durante el conflicto armado interno en el Perú (1980-2000)

aspiran a restaurar la “normalidad” rota por la comprueba que es siempre igual a sí mismo
disidencia sexual. En este tipo de pensamiento y diferente a los otros. (...) A diferencia de
encontramos frecuentes relaciones dicotómi- otros tipos de identidades sociales (étnicas,
cas entre lo que se concibe como “correcto” de clase, profesional, etc.) que se fundan
o “incorrecto” (Strand Nielsen, 1997, p.110); en posiciones que pueden variar en la vida
por lo tanto, estaríamos hablando de la exis- del sujeto, la experiencia de nacer dentro de
tencia de una fuerza compulsiva y normativa una categoría sexual es un hecho fundante
afincada en el sentido común, producto de la de la subjetividad humana que se inscribe
cual se concibe a la heterosexualidad como en el cuerpo y lo constituye en femenino,
una orientación obligatoria. Lo anterior, como masculino o desviante. (pp. 17-18)
apunta Butler (2002), se manifiesta en el re-
Según lo anterior, podemos afirmar que el
pudio y exclusión a lo que está fuera de la
concepto de crímenes de odio por orientación
heterosexualidad:
sexual e identidad de género fue construido
Esta formulación implica que hay un desde el activismo LGTB y los movimientos por
vínculo entre la homosexualidad y los derechos humanos. Sin embargo, no es un
abyección, en realidad, que hay una posible concepto artificial sino que se basa en situacio-
identificación con una homosexualidad nes realmente existentes y que cotidianamente
abyecta en el corazón mismo de la se expresan mediante bromas, insultos, abusos
identificación heterosexual. Esta economía de autoridad, castigos, agresiones e incluso la
de repudio sugiere que heterosexualidad muerte de personas a causa de su orientación
y homosexualidad son mutuamente sexual e identidad de género. La primera alude
excluyentes, que sólo se pueden hacer a la preferencia sexual y la segunda, a las diver-
coincidir permitiendo que sean uno sas maneras como las personas se identifican
culturalmente viable y el otro un asunto en relación con los modelos ideales de masculi-
pasajero e imaginario. (p.168) nidad y feminidad, los cuales son mandatos cul-
turales y normativos derivados del sistema de
Pero una pregunta central es por qué esta relaciones entre sexo y género. La identidad de
compulsión está relacionada con la sexualidad. género es, entonces, una construcción cultural
La respuesta, según Fuller (1997), estaría en y social, pero, como afirma Fuller (1997), no es
el hecho de que nacer dentro de una categoría adquirida por libre elección del sujeto:
sexual es un aspecto fundacional en la cons-
A pesar de ser un producto cultural, la
trucción de la identidad:
identidad de género no está abierta a la
Identidad es el conjunto de elección de cada sujeto; por el contrario, las
representaciones del Yo por el cual el sujeto personas se ven forzadas a entrar dentro

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67 59


José Julio Montalvo Cifuentes

del esquema normativo del sistema de la orientación sexual e identidad de género,


sexo y género de su cultura (...) El género pueden estar muy arraigados en un sector de
sería una parodia debido a que no existe la población, pero los mismos afloraron de ma-
el original al que tales identidades imitan. nera más agresiva en un contexto de tensión y
De hecho, el núcleo de la parodia sería la fe conflicto extremo, como fue el proceso de vio-
en la existencia de un original. La identidad lencia política que vivimos entre 1980 y 2000.
original sobre la que se conforma el género Esto no es exclusivo de Perú ya que existen
es una imitación sin origen: un simulacro. otros países como Colombia en donde la vio-
(p.19) lencia contra las minorías sexuales se intensi-
fica en las zonas donde existe presencia de los
En las últimas décadas diversos autores coin- paramilitares, grupos guerrilleros y bandas de
ciden en que estamos viviendo un proceso de narcotráfico (ICCHLAR, 1996).
redefinición de las identidades de género; sur-
gen nuevos discursos sobre las identidades di- Crímenes de odio documentados
versas (Butler, 2002; Martin, 2002; Mogrovejo, por la comisión de la verdad y
2002) como las identidades trans (transexua- reconciliación
les, transgéneros y travestis), las cuales se Hay que partir de una premisa y es que si bien
plantean al margen del esquema normativo el Informe Final de la Comisión de la Verdad
del sistema sexo-género, lo cual también se y Reconciliación (2003) nos da pistas sobre
traduce en un discurso político sobre los crí- algunos crímenes de odio hacia la población
menes, cuyo móvil no sería exclusivamente la LGTB, una limitación del Informe es que nunca
disidencia en la orientación sexual (atracción se propuso como objetivo investigar los mis-
hacia personas del mismo sexo), sino el recha- mos, por lo que los datos encontrados fueron
zo a la indefinición frente a las identidades de fruto de testimonios espontáneos y resultan
género impuestas por las normas hegemóni- insuficientes para estimar los asesinatos, tra-
cas. En este sentido, el perpetrador buscaría tos crueles, torturas y desplazamientos forza-
sus víctimas entre travestis, transgéneros y dos cuyo móvil fue el rechazo a la orientación
transexuales, motivado por el temor, rechazo sexual e identidad de género.
o pánico frente al cuestionamiento de lo que
considera la barrera entre lo masculino y fe- Pese a las limitaciones, la Comisión de la
menino (Fuller, 1997). Verdad y Reconciliación, en adelante CVR, lo-
gró documentar cuatro casos emblemáticos
Un último aspecto, que es importante anotar, que nos permiten identificar un patrón de ac-
es que los sentimientos de rechazo hacia la tuación por parte de los grupos subversivos.
transgresión de lo normativo en relación con Además, nos muestra episodios en los cuales

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Crímenes de odio durante el conflicto armado interno en el Perú (1980-2000)

se practicaron ciertas políticas calificadas de identifica como homosexual a aquel que asu-
“limpieza” o “profilaxis social” en razón de la me un rol pasivo, por lo que aquel que asume
orientación sexual de las personas, aspecto un rol activo no pierde su masculinidad (Arias
que anteriormente no estaba integrado a la & Aramburú, 1999, pp. 56-57). Sin embargo,
historia del conflicto armado interno. Este úl- paradójicamente, con esta aparente permisi-
timo aspecto es realmente revelador ya que vidad convive el rechazo social hacia la ambi-
los referidos hechos no estaban presentes güedad, ya que se le concibe como fuente del
ni en la historia “oficial” proveniente desde el desorden, el caos y la perversión (Del Castillo,
Estado ni en las versiones provenientes de los 2001, p.259). Es por ello que no es raro que la
grupos subversivos ni en los discursos de las población se mostrara de acuerdo o indiferen-
organizaciones que defendieron los derechos te frente a las ejecuciones, dado que los gru-
humanos en dicha época. pos subversivos, para dotarse de legitimidad,
pretendieron asumir un rol ordenador en las
En este sentido, el Informe de la CVR es el pri- zonas en la que operaban frente a la presencia
mer documento oficial que documenta estos de personas que identificaron como elemen-
hechos, lo cual revela un alto grado de indife- tos de perversión y ruptura del orden moral
rencia desde la sociedad y la poca capacidad (Montalvo, 2005).
de agencia de los movimientos de la diversi-
dad sexual durante fines de los años ochenta Crímenes de odio cometidos por
y toda la década del noventa. Adicionalmente, sendero luminoso
debemos apuntar que el informe de la CVR Por los datos revelados en el Informe de la
es, además, específico en relación con cua- CVR, podemos inferir que el grupo maoís-
tro casos de asesinato, no así para los casos ta Sendero Luminoso tuvo una estrategia de
de torturas, tratos crueles y desplazamientos agresión hacia las personas que calificaba de
forzados. indeseables por mandatos morales, en espe-
cial homosexuales, personas trans, personas
A pesar de lo antes mencionado, el Informe
infieles, polígamos y mujeres que ejercían el
de la CVR nos da ciertas pistas sobre las cua-
comercio sexual. Es interesante que no encon-
les podemos ensayar algunas hipótesis de
tremos alusiones directas hacia las mujeres
trabajo: en principio, los cuatro casos men-
lesbianas debido a su invisibilidad durante di-
cionados se refieren a hechos sucedidos en
chos años (Mogrovejo, 2001).
la selva peruana, donde algunos estudios
cualitativos han encontrado que entre los va- El que Sendero apelara a una perspectiva
rones son más frecuentes las prácticas homo- moral no es extraño, dado que reivindicaba
sexuales, pero que, sin embargo, solamente se una suerte de versión fundamentalista del

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67 61


José Julio Montalvo Cifuentes

marxismo leninismo maoísmo, obsesionado percepción generalizada en la población. Ello


por la pureza. Dicha estrategia pudo ser perci- explica las reacciones de indiferencia e incluso
bida más claramente en la zonas de selva don- aprobación de la población civil frente a los ac-
de este grupo tenía presencia política. Lo ante- tos crueles hacia las personas LGTB y la repre-
rior no es extraño ya que diferentes estudios sión hacia las sexualidades no heterosexuales.
sobre Sendero Luminoso remarcan el sentido
Pese a no ser un listado exhaustivo, lo impor-
dicotómico de su pensamiento:
tante de los casos que documentó la CVR es
Si bien el maoísmo se caracterizó por su que grafican cómo la dominación que ejer-
preocupación con la pureza ideológica, cía Sendero Luminoso aspiraba a ser total e
Guzmán llevó dicho discurso a sus incluso buscaba controlar los cuerpos y las
extremos. Para él, el partido constituía emociones; en este sentido, los denominados
un cuerpo que debería mantenerse puro Comités Populares Abiertos instaurados por
y limpio del «cáncer» y la «inmundicia» Sendero impartían un severo control en las co-
del revisionismo o de cualquier otra munidades, para lo cual se impuso un conjunto
influencia que cuestionara la inevitabilidad de reglas denominadas morales por las que
de la lucha armada. Sus metáforas de se regulaba los matrimonios y se sancionaba
enfermedad y purificación transmitían una el adulterio, la prostitución y la homosexua-
concepción del mundo cuya simplicidad lidad. Un ejemplo de ello son los testimonios
resultó extremadamente atractiva para los recogidos por la CVR en la historia regional de
seguidores –predominantemente jóvenes Padre Abad y Coronel Portillo, en los relatos
y provincianos– de la lucha armada de
de las comunidades shipibo conibo del distrito
Sendero Luminoso. En tanto concepción
de Masisea de la provincia de Coronel Portillo-
Ucayali (Comisión de la Verdad y Reconciliación,
del mundo que dividía tajantemente toda la
2003, p.357).
existencia entre el bien y el mal absolutos.
(Poole y Reñique, 2002, sección Violencia
El caso de Aucayacu
como historia, párr. 6)
Según el Censo por la Paz (PAR, 2005), la pro-
Al extremismo ideológico habría que sumarle vincia de Leoncio Prado en Huánuco fue una de
los mandatos culturales como la monogamia, las provincias con mayor índice de afectación
la heteronormatividad, el sexo reproductivo, durante la violencia política. En dicha zona se
que califican de “incorrecto”, “anormal” o “in- ubica la localidad de Aucayacu. En esta zona se
deseable” a todo aquello que está fuera de registraron acciones subversivas desde el ini-
la norma. Estos mandatos por ser hegemó- cio de la década del ochenta, las cuales fueron
nicos encuentran fácilmente sintonía con una en progresivo aumento.

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Crímenes de odio durante el conflicto armado interno en el Perú (1980-2000)

El 6 de agosto de 1986, Sendero Luminoso im- segunda mitad de la década de los ochenta se
plementa una acción que denomina de “limpie- incrementa la presencia política y militar de
za social”, la cual buscaba ganarse el apoyo de Sendero Luminoso, organización subversiva
la población mediante la eliminación de perso- que ensaya una estrategia de amenazas ha-
nas que consideraban como “indeseables”. Es cia las poblaciones que consideraba indesea-
así que secuestran y posteriormente ejecutan bles. El 12 de septiembre de 1988, Sendero
a diez personas, entre homosexuales y muje- Luminoso pasa de las amenazas a los hechos:
res que ejercían la prostitución (Comisión de la
En el sector La Hoyada en la ciudad,
Verdad y Reconciliación, 2003, p.337).
apareció un grupo de subversivos
Un aspecto importante a tener en cuenta es que conduciendo a ocho prisioneros hombres
estos hechos fueron parte de la política de pro- y mujeres, entre drogadictos, prostitutas
filaxis moral impuesta por el Comité Regional y homosexuales. Luego de ser puestos en
Huallaga de Sendero Luminoso como medio de fila, tres subversivos, ante el asombro de
afianzar su legitimidad social, dado que las víc- los testigos, los ametrallaron; un sector
timas eran personas que previamente estaban de los pobladores aceptó como oportunos
estigmatizadas por sus entornos, tales como estos ajusticiamientos; más aún, algunos
las mujeres que vendían sus cuerpos y las per- núcleos poblaciones llegaron a demandar la
sonas de sexualidades no hegemónicas. presencia de los subversivos para realizar
campañas de limpieza. (Comisión de la
Pero la violencia no solamente fue contra las
Verdad y Reconciliación, 2003, p.126)
víctimas sino que también afectó a sus entor-
nos, pues este tipo de accionar generó el terror Es así que Sendero Luminoso reúne a un gru-
entre la población gay y travesti, muchos de los po de periodistas locales y los traslada al no-
cuales optaron por salir de la zona y trasladarse roeste de Pucallpa, al sector conocido como La
a otros lugares del Perú. Desafortunadamente Hoyada. Allí aparece una columna de senderis-
no existe un estimado del número de personas tas con ocho civiles capturados, a los cuales se
que fueron víctimas del desplazamiento forza- les acusa de ser homosexuales y trabajadoras
do. Tampoco se cuenta con uno sobre torturas sexuales, y frente a los periodistas reunidos
o tratos degradantes derivados del rechazo se ejecuta a dichas personas; acto seguido su
hacia las personas LGTB. cuerpos son depositados en una fosa común.
El hecho fue difundido por la prensa local; sin
El caso de Pucallpa embargo, los testimonios de la época coinci-
En las provincias del departamento de Ucayali den en que nunca fueron reclamados por sus
y su capital, la ciudad de Pucallpa, durante la familiares y nadie solicitó que se investigara

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67 63


José Julio Montalvo Cifuentes

las circunstancias de la masacre perpetrada. trascenderán, y su versión sobre el crimen co-


Al parecer en ese momento nadie mostró in- metido por el MRTA contra ocho personas ho-
terés por las víctimas debido al fuerte estig- mosexuales en Tarapoto será el único hecho
ma contra la homosexualidad y la prostitución conocido y difundido de violencia contra mino-
(Comisión de la Verdad y Reconciliación, 2003). rías sexuales durante el conflicto armado in-
terno. Posteriormente, en el informe elaborado
Crímenes de odio en el accionar por ICCHRLA (Comité Inter Eclesial de Derechos
del MRTA Humanos en América Latina - ICCHRLA, 1996,
El Movimiento Revolucionario Túpac Amaru p.17) se menciona la existencia de crímenes
(MRTA) inició sus acciones armadas en 1984 homofóbicos en la selva peruana, señalando
en diferentes regiones del Perú, pero sin lugar como perpetrador al MRTA. Paralelamente,
a dudas el escenario principal de su accionar también en dicho documento se informó sobre
fue la región nororiental y, específicamente, una amenaza de bomba contra el Movimiento
el departamento de San Martín, donde llegó a Homosexual de Lima (MHOL) en septiembre
tener una importante presencia política y mili- de 1992 (Comité Inter Eclesial de Derechos
tar. La ciudad de Tarapoto, sin ser la capital del Humanos en América Latina - ICCHRLA, 1996,
departamento, es la ciudad más importante de p.17). En el mismo sentido, la CVR afirma que en
la zona. Los hechos que analizaremos a conti- el departamento de Ucayali, el MRTA organizaba
nuación se produjeron en dicha ciudad y en el las denominadas “cruzadas contra el vicio” en
año 1989, en el que se experimentaba el apo-
las que se castigaba a los homosexuales, pros-
geo de la presencia del MRTA en dicha zona.
titutas y maridos infieles (Comisión de la Verdad
El accionar de la organización subversiva fren- y Reconciliación, 2003, p.350).
te a las minorías sexuales está registrado no
El MRTA a diferencia de Sendero Luminoso, no
solamente en el Informe de la CVR, sino que la
era maoísta y representaba una postura mar-
propia organización subversiva revindicó sus
xista más heterodoxa; sin embargo, mostró
actos mediante el periódico Cambio, el cual ha-
el mismo ensañamiento y crueldad contra las
cia finales de la década de los ochenta servía
poblaciones LGTB, accionar que sustentaba en
como medio de expresión, tanto del MRTA como
la denominada “profilaxis social” al igual que el
de otros sectores políticos que se encontraban
discurso senderista.
afines a dicha organización. Es por ello que este
medio de prensa brindaba una cobertura espe-
cial a los sucesos que se originaban en la en- Tarapoto, 1989
tonces convulsionada región nororiental. Serán En febrero de 1989, aparece el cadáver de
las coberturas de Cambio las que finalmente un joven homosexual en Tarapoto y según el

64 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67


Crímenes de odio durante el conflicto armado interno en el Perú (1980-2000)

testimonio N° 453371 (Comisión de la Verdad Reflexiones finales


y Reconciliación, 2003), a la persona asesinada El Informe Final de la CVR proporciona datos
se le colocó un cartel firmado por el MRTA que limitados sobre los crímenes de odio en el
decía: “Así mueren los maricones”. Esta ver- contexto del conflicto armado interno. Una pri-
sión es corroborada por los titulares de febrero mera reflexión importante es que los mismos
del periódico Cambio, vocero oficioso del gru- abren las posibilidades para indagar más so-
po subversivo, el cual anunciaba que el MRTA bre el tema, de manera que se logre una mejor
estaba limpiando a Tarapoto de personas de aproximación a las dimensiones cuantitativas
mal vivir, homosexuales, rateros, prostitutas y de este tipo de crimen, que nos permita iden-
drogadictos. tificar un patrón en los asesinatos y estimar la
Cuatro meses después, durante la noche del magnitud de los mismos.
31 de mayo de 1989, un comando del MRTA También es importante anotar la ausencia
ingresó al bar “Las Gardenias” en el asenta- de datos sobre torturas, castigos y maltratos
miento humano 9 de abril en la periferia de perpetrados por los grupos subversivos y las
Tarapoto. Allí capturaron a ocho personas, que Fuerzas Armadas debido a la discriminación
según el testimonio N° 749003, respondían a
por la orientación sexual e identidad de género.
los nombres de César Marcelino Carvajal, Max
Pérez Velásquez, Luís Mogollón, Alberto Chong Otro aspecto en el que hay ausencia de inves-
Rojas, Rafael González, Carlos Piedra, Raúl tigación es el tema del desplazamiento forza-
Chumbe Rodríguez y Jhony Achuy (Comisión do, ya que en muchos casos personas LGTB se
de la Verdad y Reconciliación, 2003). vieron obligadas a dejar sus lugares de origen.
Sobre esto, para tener una aproximación a lo
Las personas capturadas fueron conducidas al
sucedido, se deberían realizar estudios a pro-
Jirón Manco Inca de dicho asentamiento huma-
fundidad con las y los sobrevivientes.
no, lugar donde fueron ejecutados (Montalvo,
2005, p.76). Este hecho fue conocido por la En este sentido encontramos un conjunto de
cobertura que le brindó “Cambio” y por las de- temas ligados a crímenes de odio, sobre los
nuncias que presentaron las organizaciones cuales el Informe de la CVR y trabajos poste-
homosexuales en el sentido de que el móvil del riores no profundizaron de manera suficiente.
crimen fue la orientación homosexual de las La recuperación de la memoria histórica sobre
víctimas. Durante muchos años este hecho fue aquellos toma vigencia en el actual contexto
mencionado por diversos informes de derechos de debate sobre los derechos de las personas
humanos en relación con el accionar de los gru- LGTB y la necesidad de protección frente a los
pos subversivos contra las minorías sexuales. crímenes de odio.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67 65


José Julio Montalvo Cifuentes

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66 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67


Crímenes de odio durante el conflicto armado interno en el Perú (1980-2000)

José Julio Montalvo Cifuentes - josemontalvoc@pucp.pe


Licenciado en Sociología por la Pontificia Universidad Católi-
ca del Perú con estudios de post grado en Política Social con
mención en Género, Población y Desarrollo por la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Es activista del Colec-
tivo Raíz Disidencia Sexual. Entre 2014 y 2016 se desempeñó
como Director de Asistencia Integral y Monitoreo y Director de
Investigación y Desarrollo en la Secretaría Nacional de la Ju-
ventud del Ministerio de Educación. Ha sido investigador en la
Comisión de la Verdad y Reconciliación y ha desempeñado la
docencia en los cursos de Análisis Político en la EAP de Ciencia
Política de la UNMSM, Sociología de Género y Sociología de las
Organizaciones en la EAP de Sociología de la UNMSM. Forma
parte del Colectivo Raíz Disidencia Sexual.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 57-67 67


ISSN: 2523-112X

Investigación antropológica forense


y memoria en la búsqueda de personas
desaparecidas en contextos de violaciones
de derechos humanos en el Perú
Forensic anthropological research and memory in the search for missing
persons in contexts of human rights violations in Peru

Carmen Rosa Cardoza

RESUMEN
La investigación antropológica forense es fundamental en la búsqueda de personas desaparecidas.
Los avances científicos de las últimas décadas son significativos gracias al desarrollo de métodos y
técnicas para ser aplicados en la identificación de personas desaparecidas. Este complejo proceso
incluye estándares internacionales relacionados con la intervención en sí misma, establece la
probable causa y modo de muerte y permite identificar el patrón de la desaparición. Como parte
del proceso integral de la búsqueda de personas desaparecidas, se incorpora la historia de cada
una de las víctimas, los hechos alrededor de la desaparición y el contexto. Estos datos permiten
articular una estrategia de intervención y recuperar la memoria histórica.

Palabras clave: Investigación / Memoria / Personas desparecidas / Antropología forense / Patrón

ABSTRACT
Forensic anthropological investigation is fundamental in the search for missing persons. Scientific
advances in the last decades are important for the development of methods and techniques to be applied
in the identification of missing persons. This complex process includes international standards related to
the intervention itself, establishes the probable cause and mode of death and allows the identification of
patterns of disappearance. As part of the comprehensive process of finding missing persons, the history of
each of the victims, the facts surrounding the disappearance and the context are incoporated. These data
allow the articulation of an intervention strategy and the recovery of the historical memory.

Keywords: Investigation / Memory / Missing person / Forensic anthropology

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 69


Carmen Rosa Cardoza

Antecedentes lo que llevó a innumerables antropólogos físi-


Aquellos que los estudian, cos a desarrollar técnicas y métodos relaciona-
han aprendido que los huesos dos con el quehacer forense para ser aplicados
son buenos testigos; en los casos en los que no solo intervenían las
a pesar de que hablan bajo, características biológicas, sociales, probable
nunca mienten y nunca olvidan.
causa y modo de muerte, sino también la iden-
Clyde Snow (1928-2014)
tificación. Toda esta información se sistema-
tiza en un Informe pericial a ser presentado
La antropología forense es una disciplina cien- ante una Corte en caso de ser requerido.
tífica que es fundamental para la búsqueda
Los avances científicos para la identificación de
de personas desaparecidas. En la década de
personas desaparecidas se basan en están-
los 70 se integra a la Academia Americana
dares internacionales relacionados con la in-
de Ciencias Forenses (American Academy of
vestigación antropológica forense –IAF en los
Forensic Sciences - AAFS) como resultado
parámetros biológicos y sociales–, basados en
de las numerosas intervenciones relaciona-
rangos que se establecen según la población.
das con la búsqueda, identificación y memo-
Un análisis antropológico forense establece la
ria de los soldados y víctimas de la Primera y
probable causa y modo de muerte; asimismo
Segunda Guerra Mundial.
recupera la memoria individual de la persona
Otro antecedente importante es la Guerra de desaparecida, contexto y “modus operandi” de
Corea: la iniciativa de los Estados Unidos no fue los hechos.
por el lado estricto de la memoria, sino por la
Toda esta información forma parte del pro-
necesidad de certificar si los soldados que no
ceso de la recuperación de memoria histórica
regresaron estaban muertos. La condición de
y de búsqueda por parte de los familiares de
desaparecido es muy difícil de establecer, ya
sus seres queridos luego de las guerras. Los
que no se sabe dónde están, si están vivos o
sitios de memoria, museos o simplemente
muertos. Para la administración era un proble-
memoriales donde figuran los nombres de las
ma de índole económico establecer qué pen-
víctimas, entre otras expresiones, sirven para
sión correspondía entregar a las familias de los
recordar y dignificar a las personas que fueron
desaparecidos. Estas circunstancias trágicas
víctimas de violaciones a los derechos huma-
para la humanidad dieron paso al desarrollo
nos y se constituyen en una reparación simbó-
de la antropología forense, debido a que para
lica para los familiares de las víctimas.
estos casos ligados se necesitaba no solo a los
antropólogos físicos –disciplina ligada a los es- La recuperación de la memoria histórica tuvo
tudios bioarqueológicos– sino a los forenses, un gran impulso durante los años 90 por

70 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

acción de los familiares de las víctimas de la Prada, al ex Comandante General del Ejército,
Guerra Civil Española. En el contexto regional, Germán Ruiz Figueroa, y al ex Jefe del Servicio
América Latina durante las décadas de los 60 y de Inteligencia del Ejército, Coronel (r) Martín
70 estaba en plena “guerra fría”, con innume- Martínez Garay, ante una Corte de Roma.
rables golpes de estado que suspendieron las
Otro ejemplo concreto es el caso de los “depor-
garantías y el estado de derecho. A mediados
tados” en 1978, práctica usual durante la dic-
de los 70 surge la Operación Cóndor1, llamada
tadura militar de los Generales en retiro Juan
así por el General Manuel Contreras, Jefe de la
Velasco Alvarado (1968-1975) y Francisco
DINA de Chile durante la dictadura de Augusto
Morales Bermúdez (1975-1980). En el caso de
Pinochet. El Pacto, que constituye dicha opera-
los dirigentes de izquierda (1978), fueron se-
ción, lo firman en 1975 los jefes de Inteligencia
cuestrados en una época en la que no estaba
de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y
tipificada la desaparición forzada; sin embar-
Uruguay, países que estaban bajo regímenes
go, el modus operandi estaba comprendido
militares.
dentro de este concepto. Entre ellos, se en-
El Perú, que se encontraba bajo la dictadura mi- contraba Ricardo Napurí, quien presentó una
litar del Gral. (r) Francisco Morales Bermúdez, querella ante una Corte de Buenos Aires con-
no figura en el pacto de manera oficial; sin tra el Presidente Francisco Morales Bermúdez,
embargo, hay casos que nos demuestran lo con resolución a su favor. Actualmente, están
contrario. Algunos de ellos fueron llevados en curso algunos de los casos de esa época en
ante Cortes Internacionales. Hay varios ejem- una Corte de Lima.
plos de la vinculación, a nivel de coordinación,
En ese contexto convulsionado para América
principalmente con Argentina; precisamente,
del Sur, hay un suceso que marca un hito para
el caso de los ciudadanos argentinos de origen
el desarrollo de la antropología forense en
italiano: Noemí Gianetti de Molfino, María Inés
la región y por supuesto para el mundo: la
Raverta y Julio Cesar Ramírez, cuyo circuito de
aplicación de la antropología para casos de
detención y paso por el Perú está descrito en el
graves violaciones a los derechos humanos.
libro del periodista Ricardo Uceda (2004). Este
Presentamos un resumen de esa historia, to-
caso llevó al ex presidente Francisco Morales
mado de la página web del Equipo Argentino
Bermúdez, a su ministro General (r) Pedro Richter
de Antropología Forense - EAAF (s/f):
1 Operación Cóndor, estrategia para detener e intercam- A principios de 1984, la CONADEP y
biar prisioneros cruzando fronteras, rcon un patrón
consistente de desaparición forzada, tortura y ejecu- las Abuelas de Plaza de Mayo, una
ción extrajudicial. Para mayor información es reco-
organización no gubernamental de
mendable leer a Carlos Osorio. http://nsarchive.gwu.
edu/NSAEBB/NSAEBB514/ derechos humanos dedicada a la búsqueda

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 71


Carmen Rosa Cardoza

de los niños desaparecidos junto con sus de la Antropología Forense aplicada a los
padres, solicitaron la asistencia del Sr. Eric Derechos Humanos”, fue el creador y el gran
Stover, entonces director del Programa impulsor de los equipos de antropología foren-
de Ciencia y Derechos Humanos de se en América Latina para que pudieran traba-
la Asociación Americana para el Avance jar en sus propios países.
de la Ciencia (AAAS, Washington, DC).
Stover organizó el viaje de una delegación
Como está mencionado líneas arriba, el primer
de expertos forenses norteamericanos
equipo que formó fue el Equipo Argentino de
a Argentina, donde encontraron varios
Antropología Forense - EAAF en 1984; luego en
cientos de esqueletos exhumados
Chile, en 1989, formó el Grupo de Antropología
sin identificar almacenados en bolsas
Forense - GAF, que se disolvió en 1994; en
plásticas en los depósitos polvorientos de
Guatemala formó la Fundación de Antropología
varios institutos médico-legales. Muchas
Forense de Guatemala, FAFG (1991); y en Perú,
bolsas contenían los huesos de más
apoyó la formalización del Equipo Peruano
de un individuo. La delegación hizo un
de Antropología Forense - EPAF, en el año
llamado urgente solicitando la interrupción
2001. Previamente, contribuyó a organizar el
inmediata de estas exhumaciones
Grupo Técnico de la Coordinadora Nacional de
acientíficas.
Derechos Humanos, CNDDHH, desde 1997.

Entre los miembros de la delegación de la En febrero del 2001, la Fiscal Flor de María
AAAS estaba el Dr. Clyde Snow, uno de los Alba, encargada del Caso de la Embajada de
expertos más reconocidos mundialmente Japón, solicitó a los antropólogos forenses
en antropología forense… Él convocó a Clyde Snow y José Pablo Baraybar (del Tribunal
arqueólogos, antropólogos y médicos para Penal Internacional que juzgó los crímenes de
comenzar las exhumaciones y análisis guerra en la ex Yugoslavia - TPIY, desde 1996
de restos esqueletarios utilizando las hasta 2002), como peritos oficiales para el
técnicas de la arqueología tradicional y caso. El Caso de la Embajada de Japón sirvió
la antropología forense. Snow volvió a la para aplicar por primera vez en el Perú los es-
Argentina en varias oportunidades durante tándares internacionales de la Investigación
los siguientes cinco años, entrenando a los Antropológica Forense - IAF.
actuales miembros del EAAF y ayudando
A partir de esa experiencia, el EPAF trabajó
a la formación del Equipo Argentino de
para difundir los estándares internacionales y
Antropología Forense (EAAF).
los procedimientos de la IAF mediante talle-
El Dr. Clyde Snow, norteamericano de recono- res de capacitación para fiscales, jueces, co-
cida trayectoria, considerado como el “Padre misionados de la Defensoría del Pueblo - DP,

72 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

abogados de derechos humanos, estudiantes necesita aplicar las disciplinas de las ciencias
de arqueología y antropología, así como me- forenses en los casos de intervención. En el
diante la divulgación de manuales, artículos y contexto de violaciones a los DD.HH., la IAF
libros. interviene años después y, en la mayoría de
veces, décadas después de los sucesos. En un
En el Perú, a diferencia de las experiencias
marco generalmente de investigación post-
de Argentina y Guatemala, la búsqueda de
conflicto de los sucesos de violencia, debido
personas desaparecidas es justicialista; es
al tiempo transcurrido, el trabajo del antropó-
decir, está supeditada a los tiempos de la
logo forense se restringe al análisis de restos
investigación fiscal, que puede durar varios
óseos.
años, y es de carácter estatal, razón por la
cual es muy difícil que un equipo forense La IAF colabora con pruebas indubitables de
de la sociedad civil pueda trabajar casos de las violaciones a los DD.HH. porque permite re-
manera constante. Sin embargo, hay casos construir los perfiles demográficos de las vícti-
simbólicos que requirieron de la experiencia mas y establece los patrones de lesiones que
del EPAF, tanto como peritos oficiales como describen esas violaciones. Es importante se-
de parte: Chuschi (CVR), Cabitos, Bernabé ñalar que, en el Perú, a diferencia de otros paí-
Baldeón (CIDH), Saúl Cantoral y Consuelo ses, la arqueología es un programa separado
García, Cantuta (CIDH), Accomarca, Putis, en- de la antropología; sin embargo, la antropolo-
tre otros. gía física es parte de los cursos del currículum
de arqueología.
En la actualidad, gracias a la reciente promul-
gación de la Ley de Búsqueda de Personas Los fundadores del EPAF son arqueólogos
Desaparecidas durante el periodo de violencia formados en el campo forense en el Tribunal
1980-2000, Ley N°30470, se espera que las Penal Internacional que juzga los crímenes de
condiciones cambien y puedan trabajar de ma- guerra en la ex Yugoslavia. La mayoría de los
nera conjunta los equipos forenses de la socie- antropólogos forenses en Perú se han formado
dad civil y del Estado, en beneficio del enfoque en arqueología. Si bien no hay una formación
humanitario de la ley que prioriza dar respues- académica en antropología forense, aparte de
tas a las familias. los talleres teórico-prácticos que ha brinda-
do el EPAF, ha habido esfuerzos académicos
Investigación Antropológica como un Diplomado en la Universidad Nacional
Forense - IAF Mayor de San Marcos - UNMSM y una Maestría
La investigación antropológica forense - IAF en Antropología Forense y Bioarqueología en la
debe tener un enfoque holístico porque Pontificia Universidad Católica del Perú - PUCP,

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 73


Carmen Rosa Cardoza

pero que no han sido continuos y se han dado


una sola vez.

Actualmente hay un gran interés de estudian-


tes de arqueología y antropología en tomar
cursos de antropología forense y por ello hay
cursos de introducción a la antropología foren-
se, como sucede en la UNMSM. La formación
en antropología forense no está integrada en
Figura 1.- Entrevista antemortem en el Caso el currículum; en algunos casos es un curso de
Bernabé Baldeón - CIDH. Foto: Alain Wittmann. un semestre y no tiene todavía la fuerza nece-
saria como para ser una formación académica
integral. Los estudiantes de arqueología y an-
tropología en el Perú tienen que recurrir para
su formación en antropología forense a univer-
sidades del extranjero para obtener maestrías
y doctorados en la especialidad.

La metodología de intervención de la IAF está


basada en tres etapas, las mismas que son “in-
dependientes y complementarias” (EPAF 2009:
Figura 2.- Entrevista antemortem en el Caso 44-49):
Putis - CIDH. Foto: Alain Wittmann.

1) investigación preliminar. Consiste en la re-


copilación de todos los datos relacionados con
los hechos, víctimas, sobrevivientes, testigos,
perpetrados, posible lugar de inhumación, en-
tre otros. Se debe analizar las fuentes orales,
escritas, gráficas, entre otras.

Se debe tomar contacto con testigos y familia-


res que reportan el hecho. Una de las fuentes
más valiosas son las que llamamos de “prime-
ra mano”; es decir, los perpetrados, así como
los sobrevivientes y testigos de los hechos,
Figura 3.- Entrevista antemortem en el Caso
Chuschi - CVR. Foto: Alain Wittmann. que pueden brindar información más precisa

74 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

de la circunstancia de la desaparición y el lugar es el de un lugar de detención, sitio de ejecu-


donde fueron inhumadas las víctimas. ción y/o de enterramiento de las víctimas. La
arqueología se puede definir como “una disci-
Para la verificación de la presunta fosa o sitio de
plina que se ocupa de estudiar las actividades
entierro2 se requiere de la participación de ar-
de los seres humanos a partir del examen de
queólogos, para que realicen la inspección del
los restos materiales o físicos de tales activi-
área y determinen si efectivamente se trata de
dades” (Lumbreras 1974, p.15). Los principios
una fosa; si es positiva, se procede a delimitarla
básicos de la arqueología como ciencia social
para su protección. En esta etapa se debe re-
son: asociación, recurrencia y superposición.
cuperar los datos antemortem, para lo cual se
(Lumbreras 1982, p.3)
debe tomar contacto con los familiares y ami-
gos más cercanos para entrevistarlos utilizando En el proceso de exhumación, se encuentran
la ficha antemortem - FAM3. (Figuras 1,2,3). diversos objetos: pueden ser efectos persona-
les relacionados con las víctimas, casquillos,
Esta etapa es una de las más sensibles del
proyectiles, entre otros. Todos los objetos re-
proceso, porque se necesita establecer una
cuperados son considerados “artefactos”: todo
relación de confianza con los familiares, para
aquel objeto que se encuentre relacionado con
que se sientan en una buena disposición para
la fosa y los restos, como pueden ser armas,
traer a su memoria los recuerdos de cómo era
balas, ropa, documentos, entre otros (Figuras
en vida su ser querido. Esto genera un desgas-
4, 5, 6).
te emocional en la persona entrevistada, por
lo que es recomendable contar con acompaña- La aplicación de la arqueología en la investiga-
miento psicosocial durante todo el proceso de ción forense nos permite conocer los eventos
la IAF. alrededor de la muerte, ayuda a la identifica-
ción de patrones de ejecución y a identificar el
2) Recuperación de indicios y evidencia.
modus operandi de los presuntos responsa-
Consiste en recuperar la “escena del crimen”,
bles. Es indispensable contar con arqueólogos
para lo cual se recurre a los métodos y técnicas
experimentados para esta etapa de la IAF.
de la arqueología, determinando si el contexto
A partir de esta etapa se establece la “cadena
2 ‘Sitio de entierro’ es el término que usa la Comisión de de custodia”. Consiste en el registro donde es-
la Verdad y Reconciliación. tán anotados todos los pasos: tipo de eviden-
3 Ficha antemortem (FAM), instrumento metodológi- cia, responsable que entrega la evidencia, res-
co que contiene preguntas sobre el perfil biológico y
social de la víctima, así como circunstancias y hechos ponsable que recibe la evidencia, hora, fecha;
relacionados, testigos, perpetradores, entre otras. La es decir, toda la información necesaria para
FAM del EPAF fue una adaptación a la población perua-
na de la FAM elaborada por el EAAF. conocer la ubicación de la evidencia. Todas

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 75


Carmen Rosa Cardoza

Figura 4.- Exhumación Caso Putis. Foto: Alain Wittmann Figura 5.- Exhumación Caso Putis. Foto: Alain Wittmann

considerados como un efecto personal y si


la víctima es identificada, esta evidencia for-
ma parte de los efectos personales; lo que es
dramático en la medida que ese casquillo pue-
de ser del proyectil que mató a la víctima, lo
que psicológicamente es difícil para la familia.
También es dramático para la justicia: en caso
la familia decida judicializar su caso, no contará
con la evidencia física para sustentarlo.
Figura 6.- Exhumación Caso Putis. Foto: Alain Wittmann
3) Análisis post-
las evidencias recuperadas se registran, son mortem e iden-
embaladas, selladas y firmadas por las auto- tificación. Busca
ridades y peritos responsables. Se trasladan establecer los pará-
a la morgue o laboratorio para ser analizadas metros –biológicos
y solo se abren los embalajes y el lacrado en y sociales– de las
presencia del Fiscal o Juez. víctimas, basados
Figura 7.- Marca del
en rangos según la casquillo de bala.
En Perú hay una práctica controversial en re- población. El análi- Foto: Alain Wittmann

lación con las evidencias –no se tiene la refe- sis puede llevarse a
rencia estadística de este procedimiento– de cabo en el lugar que determine las necesida-
los diversos proyectiles y casquillos (Figura des logísticas del caso: puede ser en una mor-
7). Estos no quedan como evidencia en cus- gue o un espacio adecuadamente acondiciona-
todia para la investigación fiscal, sino que son do para este fin (Figuras 8, 9,10).

76 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

“El examen de los restos óseos permite esti-


mar la edad, sexo, estatura, patrones raciales,
rasgos individuales, patologías como dolen-
cias, malformaciones o enfermedades, acci-
dentes, lesiones anteriores, cercanas y poste-
riores a la muerte que hayan dejado huella en
el sistema óseo” (EPAF, 2009, p.47).

En esta etapa, la información perimortem es


fundamental para establecer la probable cau- Figura 9.- Morgue Caso Bernabe Baldeon – Municipalidad de
sa de muerte, para lo cual se necesita conocer Accomarca. Foto: Alain Wittmann

los elementos lesionales, capaces de ser co-


rrelacionados con estudios clínicos de super-
vivencia (fotos 11, 12, 13). Esta información es

Figura 10.- Morgue Caso Putis - habitación abandonada.


Foto: Alain Wittmann

fundamental si el caso se judicializa, y porque


es el derecho a la verdad de los familiares sa-
ber qué le pasó a su ser querido.

La identificación se puede determinar a través de:


a) Métodos tradicionales de la antropología
forense: Se basan en la comparación de los
datos antemortem y postmortem de la vícti-
ma. Se aplica en casos cerrados, en los que se
ha realizado todo el proceso de la IAF y se tiene
la posibilidad de determinar una identificación
Figura 8.- Morgue Caso Chuschi – Escuela en Piskillacta.
Foto: Alain Wittmann presunta positiva.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 77


Carmen Rosa Cardoza

Figuras 11, 12 y 13.- Lesión PAF. Foto: Alain Wittmann

Se debe hacer todos los esfuerzos para per- estándares internacionales relacionados con
feccionar la investigación preliminar y estan- la intervención en sí misma, así como con los
darizar los datos antemortem, como un ins- parámetros –biológicos y sociales– basados en
trumento fundamental para la identificación rangos según la población.
por medio de los métodos tradicionales de la
b) ADN: Este análisis permite una identificación
antropología forense.
positiva al 99, 9%. Es costoso, no siempre po-
Este método ha sido aceptado en el Perú en sible; sobre todo en países con escasos recur-
algunos casos; por ejemplo (en el contexto del sos, debido a que se tiene que comparar una
trabajo de la CVR), el caso Chuschi, donde el muestra biológica del familiar con una mues-
Fiscal solicitó la primera intervención forense tra ósea de la víctima. Es importante tener en
del EPAF y este realizó una intervención inte- cuenta que los estudios de ADN, para que pue-
gral de IAF y logró la identificación de las vícti- dan dar resultados positivos, necesitan tener
mas, devolviéndoles su nombre, restituyéndo- muestras de referencia que se puedan compa-
los a sus familiares y su derecho de ciudadanos rar basados en la información antemortem de
a ser enterrados dignamente. las víctimas, sin la cual son imposibles.

Los avances científicos en las últimas décadas Los laboratorios de ADN que investigan hue-
son significativos por el desarrollo de métodos sos son muy especializados y requieren de una
y técnicas que son aplicados en la identifica- acreditación internacional. En el Perú hay un
ción de personas desaparecidas, lo que incluye laboratorio de análisis de ADN en hueso, pero

78 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

no hay información pública de su desempeño característicos en estos casos, como son


ni estadísticas de los casos que han logrado las lesiones por arma de fuego (PAF), lesio-
identificar con este método. nes punzo-cortantes y lesiones por golpe
contundente.
En países como Perú, con una reciente Ley
de Búsqueda de Personas Desaparecidas, se La balística lesional en hueso causa muchas
necesita crear un banco genético (Cardoza veces confusión cuando se presenta la pericia
2016) que contenga los perfiles genéticos de ante una Corte. Los fiscales y jueces suelen
los familiares, dado que han transcurrido más confundir el rol del antropólogo forense y del
de tres décadas de los orígenes del periodo de balístico, por lo que es importante señalar que
violencia y los familiares están envejeciendo y el antropólogo forense es el experto en el aná-
muchos han muerto. Este tipo de urgencia debe lisis de la magnitud y consecuencia de la lesión
de ser tomado en cuenta para que se recupere provocada por PAF en el hueso; mientras que
y almacene una base de datos genéticos. el balístico es el experto en armas de fuego,
características de los proyectiles y toda la base
La IAF también permite establecer el patrón de técnico-científica de sus resultados en diferen-
la desaparición. A partir de la reconstrucción tes superficies, entre otras características más
del circuito de detención, que para los casos complejas.
de desaparición forzada es muy compleja –
teniendo en cuenta que para el caso peruano Como reflexión sobre la IAF en el Perú, hay dos
la desaparición forzada, en la mayoría de los casos en los que el EPAF aplicó todo el proceso
casos, fue seguida de tortura y de ejecución de la investigación antropológica forense: en el
extrajudicial– debido a que no es un circuito caso Chuschi, como peritos de la CVR y el Caso
lineal. Putis, como peritos de la Fiscalía Supranacional
de Ayacucho.
Por ejemplo, la víctima es detenida en un punto
A, torturada en un punto B y ejecutada extraju- Toda la información recuperada durante
dicialmente en un punto C, inhumada en un si- la IAF se debe sistematizar en una Base de
tio D o E, o en el lugar donde es ejecutada. Esto Datos Antropológico Forense - BDAF. Cada
etapa de la IAF es un componente en la BDAF,
dificulta considerablemente la investigación.
por lo que permite cruzar información. En
La IAF necesita contar con antropólogos fo- países donde están avanzados los procedi-
renses experimentados en mecánica lesional, mientos de la IAF se utiliza el “análisis de re-
reconstrucción de elementos esqueléticos des para realizar análisis probabilísticos para
fragmentados y balística lesional en hue- la construcción de hipótesis con base en los
so para establecer los patrones lesionales datos”. (Baraybar 2016). La BDAF debe estar

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 79


Carmen Rosa Cardoza

articulada a la Base de Perfiles Genéticos, de fundamental para el avance de las socieda-


tal manera que se pueda cruzar datos que des la recuperación de la memoria histórica y
faciliten la investigación y la identificación de la utilización de los instrumentos de defensa y
las víctimas. protección de los derechos humanos.

La memoria es un todo. Para efectos de este


Memoria artículo se ha dividido en dos componentes,
Los procesos de recuperación de la memoria por ser específicos de la problemática de los
histórica a partir de los hechos de violencia desaparecidos:
de guerra y de graves violaciones al Derecho
Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) a) Se recupera la historia de cada víctima:
y al Derecho Internacional Humanitario (DIH) un caso individual, su historia de vida tal
han mostrado cómo las prácticas de la des- como la recuerdan sus familiares, con énfa-
aparición forzada, las ejecuciones extrajudi- sis en los datos antemortem y contexto de
ciales y sumarias, la tortura, entre otras, han su desaparición. El EPAF impulsó el proyecto
generado en el mundo desastres de carácter ‘Memoria de los Desaparecidos’ (EPAF 2002)
humanitario. con el objetivo de recuperar la información
antemortem de las personas desaparecidas.
La necesidad de luchar contra la impunidad y el El término antemortem significa “antes de la
olvido ha dado origen a las organizaciones de muerte”; es decir, todo aquello que le sucedió
familiares de las personas desaparecidas, que en vida y que pudo afectar la parte biológi-
son los principales actores de esta búsqueda. ca y social del individuo. Para estos fines se
Apoyándolas y acompañando a los familiares debe contactar con los familiares a través de
están las organizaciones de DD.HH. con dife- un instrumento importante como es la Ficha
rentes especialidades. Algunas los represen- Antemortem - FAM. Esto se logra a través de
tan en sus causas legales y otras les brindan la búsqueda de los familiares o persona más
acompañamiento psicosocial. Son estas orga- cercana a la víctima. Se trata de una entrevis-
nizaciones, en su conjunto, las que han logrado ta en la que se recuerda cómo era en vida la
sistematizar parte de la información de estos víctima.
sucesos a través del tiempo.
b) Se recupera la memoria histórica de la
En el Perú no se conoce el universo de perso- etapa en la que están comprendidos los
nas desaparecidas. La cifra pasa los 15 mil y hechos de violencia. El Informe Final de la
tiene, al igual que en muchos países con esta Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR)
problemática, la constante de los familiares (2003) es el más completo, a la fecha, de
que buscan a sus seres queridos. Por eso, es nuestra historia de violencia reciente, porque

80 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

tuvo un enfoque académico riguroso desde La búsqueda de personas desaparecidas en


disciplinas como la historia, antropología, an- el mundo se da bajo dos tipos de enfoques: el
tropología forense, ciencias políticas, entre de justicia y el humanitario; sin embargo, en la
otras. Entre los autores del Informe destaca mayoría de los casos se da dentro de un en-
el aporte del notable antropólogo Carlos Iván foque justicialista, lo que genera la búsqueda
Degregori. de pruebas y no de personas. Precisamente,
la experiencia que dejó el Tribunal Penal
Otras fuentes importantes son aquellas que no Internacional –TPIY de Naciones Unidas
se pudo sistematizar en dicho informe. Debido que juzgó los crímenes de guerra en la ex
al tiempo restringido –dos años– que tuvo la Yugoslavia– en su búsqueda de pruebas para
CVR, no logró acopiar toda la información ne- llevar a juicio a los incriminados, no identificó
cesaria. Uno de los aportes fundamentales a los miles de desaparecidos y dejó sin res-
es la identificación de los actores del conflicto puesta a los familiares de las víctimas en los
armado interno. Muchas personas no fueron Balcanes (Stover & Shigekane, 2002).
contactadas por el difícil acceso a los lugares
de conflicto y otras que por muchas razones no A raíz de esta grave situación, Naciones
quisieron dar su testimonio a la CVR, como el Unidas creó la Oficina de Personas
miedo y la falta de confianza en las instancias Desaparecidas y Ciencias Forense - OMPF,
del Estado. bajo la administración interina de Naciones
Unidad - UNMIK, con la finalidad de identificar
a las víctimas mediante un enfoque huma-
Búsqueda de personas nitario. El trabajo se centró en la evaluación
desaparecidas
de los casos realizados por TPIY, el levanta-
En el contexto de graves violaciones a los miento de información de los casos nuevos,
derechos humanos se han dado procesos de el contacto con los familiares para recuperar
búsqueda de personas desaparecidas, mu- la información antemortem y muestra bioló-
chos de los cuales han sido impulsados por gica y la inspección de las fosas (Baraybar,
Naciones Unidas, tribunales Internacionales, Brasey & Zadel, 2007).
Corte Penal Internacional, entre otros. En los
países postconflicto, que han sufrido violen- La búsqueda de personas desaparecidas tiene
cia interna, guerras fratricidas o externas, se cuatro componentes transversales que deben
crean mecanismos como las Comisiones de la estar articulados para obtener resultados po-
Verdad, órganos que investigan los hechos de sitivos: verdad, justicia, memoria y reparación
violencia, aplicándose programas de justicia (Cardoza & Baraybar 2016). No siempre son
transicional. considerados en su aplicación, lo que trae

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 81


Carmen Rosa Cardoza

como consecuencia las crisis humanitarias que profesional. Para una buena práctica en la IAF,
afectan a los familiares de las víctimas. se necesita antropólogos forenses y arqueólo-
gos forenses muy calificados y con mucha ex-
En el Perú, la desaparición forzada, aplica-
periencia en casos históricos.
da como una práctica constante, se presenta
durante las décadas de los 80 y 90 en los go- La recuperación de la memoria tiene dos
biernos de Fernando Belaúnde, Alan García y componentes: a) memoria de los desapare-
Alberto Fujimori. Este periodo de conflicto in- cidos: cada víctima es un caso individual, su
terno dio origen a la CVR. historia de vida tal como la recuerdan sus
familiares, con énfasis en los datos antemor-
Actualmente, no tenemos una cifra oficial de
tem y contexto de su desaparición; b) memo-
personas desaparecidas en el Perú; se calcu-
ria histórica: es la recuperación de los hechos,
la que deben ser más de 15 mil. La búsqueda
comprendida en el contexto de los hechos de
de personas desaparecidas en nuestro país ha
violencia reciente.
tenido enfoque justicialista, perjudicando a los
familiares, que también son víctimas en este El Informe Final de la CVR comprende 9 to-
proceso. En el 2016, a finales del Gobierno mos, es la sistematización más completa a la
de Ollanta Humala, la promulgación de la fecha de la línea de tiempo de los hechos y la
Ley N°40370, Ley de Búsqueda de Personas memoria histórica de violencia reciente en el
Desaparecidas, con un enfoque humanitario, Perú.
fue consecuencia de largos años de trabajo
persistente de los familiares de los desapareci- La búsqueda de las personas desapareci-
dos, acompañados por organizaciones defen- das, después de interminables ejemplos de
soras de los DD.HH. así como por organizacio- catástrofes humanitarias en países postcon-
nes internacionales y humanitarias. flicto, nos indica que debe ser implementada
con un enfoque humanitario, priorizando dar
respuestas a los famliares de las víctimas
Reflexiones finales
sin perder el derecho a la verdad, justicia y
La IAF contribuye de manera eficaz con las
reparación.
pruebas de graves violaciones a los DIDH. Es
parte del proceso integral de la búsqueda de Una reflexión final –que es una preocupa-
personas desaparecidas, tenga este un en- ción– se refiere al maltrato psicológico a los
foque justicialista o humanitario. Los proce- familiares por la falta de un procedimiento
dimientos son los mismos y deben estar ba- controversial en el Perú: Cuando se identi-
sados en estándares internacionales, tanto fican a las víctimas y son restituidas a sus
científicos como éticos y de buena práctica familias, les entregan, como parte de los

82 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

efectos personales, los casquillos o el pro- investigación fiscal, en caso se judicialice el


yectil, en lugar de consignarlos como eviden- caso a futuro.
cia y establecer la cadena de custodia para la

Glosario
Antemortem: Antes de la muerte. DIH: Derecho Internacional Humanitario.
Perimortem: Alrededor de la muerte. DINA: Dirección de Inteligencia Nacional.
Postmortem: Después de la muerte. EAAF: Equipo Argentino de Antropología
AAFS: American Acacemy of Forensic Sciences. Forense.
AAAS: Asociación Americana para el Avance de EPAF: Equipo Peruano de Antropología
la Ciencia. Forense.
CNDDHH: Coordinadora Nacional de Derechos FAM: Ficha Antemortem.
Humanos. FGAF: Fundación de Guatemala de
CONADEP: Comisión Nacional sobre la Antropología Forense.
Desaparición de Personas. IAF: Investigación Antropológica Forense.
CVR: Comisión de la Verdad y Reconciliación. SIE: Servicio de Inteligencia del Ejército.
DP: Defensoría del Pueblo. TPIY: Tribunal Penal Internacional que juzga
DDHH: Derechos Humanos. los crímenes de guerra en la ex Yugoslavia.
DIDH: Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 83


Carmen Rosa Cardoza

Referencias bibliográficas
Baraybar J. P., Brasey, V. & Zadel, A. Equipo Peruano de Antropología Forense
2007. The need for a centralized and humanitarian - EPAF
- based approach to Missing Persons in Irak: an 2002. Memoria de los Desaparecidos en Los Desapa-
example from Kosovo. The International Journal of recidos de los Balcanes a los Andes. Lima: EPAF-OSI.
Human Rights. September. 1364-2487, 265. 2009. Desaparición forzada en el Perú. El aporte
Baraybar, J. P. en la Investigación Antropológica Forense en
2016. Comunicación personal. la obtención de la evidencia probatoria y la
Cardoza, C. R. construcción de un Paraguas Humanitario. Lima:
2014. La Desaparición Forzada en el Perú. EPAF-CNDDHH.
Recuperado de www.menschenrechte.org o Lumbreras, L. G.
http://www.menschenrechte.org/lang/de/ 1974. La Arqueología como Ciencia Social. Serie de
lateinamerika/a-desaparicion-forzada-en-el-peru. Arqueología 1. Lima: Ediciones Histar.
Cardoza, C. R. & Baraybar, J. P. 1982. La Arqueología Científico Social: 3 Principios,
2016. Urgencia de una Ley de Búsqueda de 3 Criterios, 3 Factores. En Gaceta Arqueológica
Desaparecidos. Boletín Noticias SER. Recuperado Andina, 1 (4-5).
de: http://noticiasser.pe/17/02/2016/informe/ Stover, Eric & Shigekane, Rachel
urgencia-de-una-ley-de-busqueda-de- 2002. The missing in the aftermath of war: When
desaparecidos. do the needs of victims’ families and international
Comisión de la Verdad y Reconciliación crimes tribunal clash? IRRC, 84 (848), 854- 866.
2003. Informe Final de la Comisión de la Verdad y Uceda, R.
Reconciliación. Lima: CVR. 2004. Muerte en el Pentagonito. Los cementerios
Equipo Argentina de Antropología Forense secretos del Ejército Peruano. Bogotá: Editorial
(s/f). La Historia del EAAF. Recuperado de http:// Planeta.
eaaf.typepad.com/founding_sp/.

84 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85


Investigación antropológica forense y memoria en la búsqueda
de personas desaparecidas en contextos de violaciones de derechos humanos en el Perú

Carmen Rosa Cardoza - cardozacr@gmail.com


Consultora en antropología forense, búsqueda de personas desaparecidas
con enfoque humanitario y memoria histórica en etapas de conflictos inter-
nos, tanto nacional como internacional.
Bachiller en Arqueología por Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Máster en Antropología y Genética Forense por Universidad de Granada,
con estudios en prehistoria, y etnología en Universidades de Nanterre (Pa-
ris X) y Sorbone (Paris IV), instrumentos internacionales de derechos hu-
manos y democracia en CIDH- OEA.
Experiencia y competencia para la capacitación en técnicas y métodos
para entrevistas antemortem con familiares de personas desaparecidas
y antropología forense. Así como en organización, comunicación, promo-
ción, difusión y producción de actividades culturales, derechos humanos y
académicas.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 69-85 85


ISSN: 2523-112X

Las medidas de búsqueda de personas


desaparecidas de Perú y Guatemala: retos para la
implementación de la Ley de búsqueda de personas
desaparecidas de Perú1
The search for missing persons in Guatemala and Peru. Challenges for the
implementation of Peru’s Missing Persons Search Law

Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

RESUMEN
La búsqueda de personas desaparecidas en Guatemala y el Perú tiene características distintas
de orientación, liderazgo y admisión de información. En Guatemala está orientada por objetivos
humanitarios, es liderada por organizaciones no estatales y es bastante flexible para la admisión
de información. Por el contrario, en el Perú está orientada por objetivos judiciales, es liderada
por organizaciones estatales y restrictiva en la admisión de información. En este artículo
demostramos que estas tres características están estrechamente interrelacionadas y explican las
posibilidades para realizar la búsqueda en cada contexto. Al finalizar, señalamos la forma en que
el modelo de búsqueda de Guatemala podría ser útil en la implementación de la nueva ley de
búsqueda de personas desaparecidas en el Perú.

Palabras clave: Personas desaparecidas / Perspectiva humanitaria / Justicia transicional / Perú /


Guatemala

ABSTRACT
The search for missing persons in Guatemala and Peru has different characteristics of orientation,
leadership and information admission. In Guatemala it is oriented by humanitarian objectives, it is led
by non-state organizations and it is quite flexible for the admission of information. On the contrary, in
Peru it is oriented by judicial objectives, it is led by state organizations and restrictive in the admission
of information. In this article we demonstrate that these three characteristics are closely interrelated and
explain the possibilities to perform the search in each context. At the end, we point out how the Guatemalan
search model could be useful in implementing the new law on the search for missing persons in Peru.

Keywords: Missing persons / Humanitarian approach / Criminal investigation / Transitional justice


/ Peru / Guatemala

1 Este artículo refleja únicamente el punto de vista de sus autores y no compromete la posición del Comité Internacional
de la Cruz Roja, institución en la que trabajan.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 87


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

Una de las más tristes consecuencias de los te el periodo 1962-1996, el Estado guatemal-
conflictos armados ocurridos en el Perú y en teco se enfrentó a los diversos grupos guerri-
Guatemala es el sufrimiento de los familiares lleros, organizados desde 1982 bajo la Unidad
de las personas desaparecidas2. Ellos viven Revolucionaria Nacional Guatemalteca. La
durante décadas con la incertidumbre de no Comisión para el Esclarecimiento Histórico de
saber qué ocurrió con sus seres queridos y Guatemala (CEH) registró alrededor de 45.000
esperan la oportunidad de darles un entierro personas desaparecidas (CICR, 2010) como
digno. Durante las décadas de 1980 y 1990, consecuencia de este conflicto.
existió en el Perú un conflicto armado no in-
Lejos de haber sido atendida de manera inte-
ternacional que enfrentó al Estado peruano
gral, lamentablemente estas problemáticas se
con el autodenominado Partido Comunista
mantienen vigentes y perennizan el sufrimiento
del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL) y con
de los familiares de las personas desapareci-
el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
das, que continúan buscando respuestas so-
(MRTA). Como resultado de este conflicto, des-
bre la suerte que corrieron sus seres queridos.
aparecieron alrededor de 15.731 personas
Para ellos no hay certezas, no hay respuestas
(MRREE, 2012, p.30), enterradas en alguno de
y muchas veces no hay mecanismos que per-
los 6.462 sitios de entierro conocidos a nivel
mitan obtenerlas. Este artículo busca compa-
nacional (COMISEDH, 2012). Asimismo, duran-
rar las características de las medidas del Perú
y Guatemala destinadas a dar respuestas a los
2 Las personas desaparecidas son “…aquellas de las
cuales sus familiares no tienen noticias o cuya desapa- familiares sobre el destino que tuvieron sus se-
rición ha sido señalada, sobre la base de información res queridos. La forma en que los Estados con-
fidedigna, a causa de un conflicto armado (internacio-
nal o sin carácter internacional) o de violencia interna figuran estas medidas no es siempre la misma y
(disturbios interiores y situaciones en las que se re-
quiera la actuación de una institución y de un interme-
puede estar influenciada por factores diversos.
diario específicamente neutrales e independientes)” La perspectiva comparada permitirá establecer
(CICR, 2003). Este concepto es más amplio que otros,
como el de “desaparición forzada” de la Convención en qué se diferencian las medidas implementa-
Internacional para la Protección de Todas las Perso- das en ambos países, qué consecuencias prácti-
nas Contra las Desapariciones Forzadas, puesto que el
segundo se restringe a las personas que han sido pri- cas trajeron y qué oportunidades presentan.
vadas de su libertad por parte de agentes del Estado
y respecto de las cuales se ha negado a los familiares Los casos de Perú y Guatemala tienen im-
la suerte o el paradero de la persona desaparecida. Es
decir, el concepto del CICR considera todas las situacio- portantes similitudes que hacen relevante
nes que pueden producir la desaparición de una perso- una comparación como la que proponemos 3.
na (caídos en combate cuyos restos humanos no fue-
ron recuperados, personas desplazadas que perdieron
contacto con sus familiares, víctimas de desaparición
forzada, entre otras) mientras que el concepto de la 3 Para un ejemplo de otra comparación entre ambos
Convención de las Naciones Unidas se restringe a la contextos ver: Duggan, Paz y Paz y Guillerot, 2008,
acción intencional por parte de agentes del Estado. pp.192-213.

88 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

En ambos países se produjeron conflictos ar- tanto a uno como a otro Estado; sin embargo,
mados en los que la mayor cantidad de vícti- la respuesta organizada por cada uno ha sido
mas fueron indígenas o personas percibidas distinta.
como tales. Ambos son países en vías de de-
Para atender la necesidad de saber qué fue
sarrollo que han logrado implementar meca-
nismos de justicia transicional. Los más rele- lo que ocurrió con estas personas, el procedi-
vantes, en ambos casos, son las comisiones miento que se viene implementando en am-
de la verdad y los programas estatales de bos contextos es el de investigaciones para
reparación. Asimismo, en ambos países se reconstruir los hechos y dar con el paradero de
produjo una gran cantidad de desapariciones los restos humanos; intervenciones forenses
y la hipótesis sobre el destino de la mayoría para recuperarlos, analizarlos, identificarlos y
de las personas desaparecidas es que han determinar la causa y manera de la muerte;
muerto; sin embargo, en Guatemala se pro- y, por último, acciones de acompañamiento
dujeron también apropiaciones de niños; es psicosocial para informar y orientar a los fa-
decir, se cambió la identidad a muchos niños miliares, darles soporte emocional y asegu-
que hoy podrían ser personas adultas vivas rarse de que las respuestas que reciban sean
con una identidad distinta a la que le dieron reparadoras.
sus padres biológicos. En este artículo, a fin
Para conocer la forma en que se organizan
de que la comparación sea posible, centrare-
las medidas de búsqueda de personas des-
mos nuestra atención solo en las personas
aparecidas de ambos países, analizaremos
desaparecidas que, debido al paso del tiem-
las siguientes dimensiones: (1) mecanismo
po y a las circunstancias de la desaparición,
de búsqueda: la organización general de los
se presume que han muerto.
recursos, involucramiento institucional y la
Tanto en el Perú como en Guatemala las obli- orientación de las investigaciones; (2) inves-
gaciones contraídas a nivel internacional son tigación forense preliminar: en el marco de
similares. Para ambos casos, el derecho in- la cual se reconstruyen los hechos, se cru-
ternacional reconoce objetivos retributivos y za la información y se construyen hipótesis
humanitarios para la búsqueda de personas de búsqueda; (3) investigación forense de
desaparecidas. En ambos casos, los Estados recuperación y análisis de restos humanos:
están obligados a establecer las responsa- la intervención que se realiza a través de
bilidades de los crímenes que produjeron las técnicas de arqueología, antropología, odon-
desapariciones (objetivos retributivos) como a tología, biología y medicina forense, entre
reparar el daño causado a los familiares (ob- otras disciplinas; y (4) el acompañamiento y
jetivos humanitarios). Ambos objetivos obligan apoyo a los familiares, sin lo cual no existen

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 89


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

garantías de que el proceso sea reparador, penal a fin de que puedan compartir la infor-
de que los familiares sean capaces de par- mación que poseen sin por ello judicializar sus
ticipar y estén debidamente informados y testimonios. (2) Se debe permitir una investi-
orientados. gación más flexible e intercambio de informa-
ción y coordinaciones interinstitucionales más
Este artículo se publica un año después de la
fluidas a fin de realizar una investigación más
aprobación en el Perú de la Ley N° 30470, Ley
ágil y creativa.
de búsqueda de personas desaparecidas. En
ese contexto, recientemente se ha aprobado
también la creación de la Dirección General
Mecanismo de búsqueda
de Búsqueda de Personas Desaparecidas a Guatemala no ha tomado provisiones lega-
través de la modificación del Reglamento de les especiales para organizar la búsqueda de
Organización y Funciones del Ministerio de personas desaparecidas. En el Informe de la
Justicia y Derechos Humanos4. Esta Dirección Comisión de Esclarecimiento Histórico se re-
está diseñando aún su estrategia de interven- comendó la creación de una “política de ex-
ción y los diversos documentos de gestión. Así, humaciones”, pero esto nunca ocurrió. El año
este artículo se basa en la situación previa a 2007 se presentó al Congreso de la República
la activación de la mencionada Dirección y de el Proyecto de Ley N° 3590, que permitiría la
la política que está a su cargo. Comparando conformación de la “Comisión Nacional de
el caso peruano y el guatemalteco, espera- Búsqueda de Víctimas de Desaparición Forzada
mos extraer lecciones que sean útiles para su y Otras Formas de Desaparición”, pero, a pesar
funcionamiento. del importante consenso alrededor de este
proyecto, aún no ha sido aprobado.5
Dada la experiencia guatematelca, la tesis que
vamos a defender es que en el Perú la Ley N°
30470 debe ser implementada tomando en 5 Un ejemplo del consenso alrededor de este Proyecto
de Ley se puede encontrar en: Grupo de trabajo con-
cuenta que: (1) La orientación humanitaria no tra la desaparición forzada en Guatemala. Audiencia
limita las posibilidades de la justicia siempre temática: Necesidad de legislar en materia de desa-
parición forzada. Aprobación de la Ley 35-90 que crea
que se preserve la legalidad en la gestión de la Comisión de Búsqueda de Personas, Víctimas de la
las evidencias. (2) Se debe hacer más flexible Desaparición Forzada y otras formas de Desaparición
en Guatemala. 138 periodo de sesiones. Comisión Inte-
la obtención de información, permitir que los ramericana de Derechos Humanos - CIDH: Washington
familiares y los testigos tengan contacto con DC, 2010. Esta audiencia fue impulsada por distintas
instituciones: Centro Internacional para Investigacio-
personas no vinculadas con la investigación nes en Derechos Humanos, Asociación de Familiares
de Detenidos – Desaparecidos de Guatemala - FAMDE-
GUA, Grupo de Apoyo Mutuo de Guatemala, Comisión
de Derechos Humanos de Guatemala y la Fundación de
4 DS N° 013-2017-JUS. Antropología Forense de Guatemala.

90 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

Esta Comisión sería un ente autónomo, de las personas desaparecidas6, la cual incluía una
carácter humanitario, que establezca pro- Comisión Nacional de Personas Desaparecidas
cesos de investigación de carácter no penal y una Oficina de Personas Desaparecidas
destinados a la búsqueda, identificación y que debían implementar un Plan Nacional de
restitución de los restos humanos de las Investigaciones Antropológico Forense (CVR
personas desaparecidas a sus familiares. 2003. Tomo IX). Pero nunca se creó esta polí-
Asimismo, la Comisión se encargaría de brin- tica. En su lugar la vía que quedó para buscar
dar atención íntegra a los familiares durante a las personas desaparecidas fue la regular:
este proceso. investigaciones orientadas a la determinación
de responsabilidades a cargo del Ministerio
La ausencia de una política de búsqueda y la
Público. En el ámbito del acompañamiento psi-
falta de capacidades del Estado para buscar,
cosocial, en un principio las ONG especializadas
analizar e identificar a las personas desapa-
asumieron la responsabilidad, pero con mucho
recidas ha sido solucionada de manera prác-
menos recursos que las ONG guatemaltecas.
tica a través de un convenio de cooperación
entre el Ministerio Público y la Fundación de La ausencia de una política de búsqueda en
Antropología Forense de Guatemala (FAFG), Guatemala y en Perú ha traído consecuencias
en el que se establece el apoyo técnico que comunes: falta de presupuesto, de instan-
esta brindará durante las investigaciones fo- cias de centralización, coordinación y admi-
renses. En el ámbito del acompañamiento nistración de la información, y de estrategias
psicosocial, la atención es brindada por ONG
especializadas.
6 La propuesta en realidad era más general y otros de
sus aspectos fueron: 1) la creación de un Grupo de
En el Perú hasta hace poco más de un año Trabajo Interinstitucional destinado a organizar las
recomendaciones, difundir el Informe Final y elabo-
tampoco había una política de búsqueda. La rar propuestas de política para los diversos temas
Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) identificados como consecuencias del conflicto. Este
grupo nunca se creó. 2) la creación del Consejo Nacio-
propuso en su informe final, publicado en el nal de Reconciliación, destinado a la implementación
2003, diversas medidas para enfrentar las de las recomendaciones de la CVR. En lugar de este
Consejo, se aprobó la Ley del Plan Integral de Repa-
consecuencias del conflicto armado no inter- raciones, que creó la Comisión Multisectorial del Alto
nacional. Una de estas fue la creación de una Nivel –encargada de las acciones destinadas a lograr la
paz, reparación colectiva y reconciliación– y el Consejo
política especial para atender el problema de de Reparaciones - a cargo crear el Registro Único de
Víctimas.
Finalmente, una medida adicional fue la adopción en
2005 la Ley N° 28413, “Ley que regula la ausencia por
desaparición forzada durante el periodo 1980-2000”,
para facilitar a los familiares del ausente por desapari-
ción forzada los instrumentos necesarios para acceder
al reconocimiento de sus derechos.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 91


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

sistemáticas de recuperación de informa- elaboración de una propuesta de política pú-


ción. Pero también resultados disímiles: en blica sobre la materia. El seminario permitió
Guatemala el Estado no se ha involucrado alcanzar el “Consenso sobre la Política Pública
directamente en la realización de las investi- para la Búsqueda de Personas Desaparecidas
gaciones y ha dejado el proceso en manos de en el Perú durante el Conflicto Armado 1980-
organizaciones de la sociedad civil, que actúan 2000”. Sobre dicha base, el Vice Ministerio de
con financiamiento internacional. Esto supone Derechos Humanos y Acceso a la Justicia del
que el enfoque de las investigaciones es en Ministerio de Justicia y Derechos Humanos con-
un primer momento humanitario, puesto que vocó a una Mesa de Trabajo para la elaboración
existen pocas iniciativas de autoridades para de la referida Ley. El proyecto fue presentado
iniciar procesos judiciales. En el Perú, la au- al Congreso de la República por la Defensoría
sencia de un mecanismo nacional ha implicado del Pueblo y fue aprobado y promulgado a me-
que la única institución involucrada en la bús- diados del 2016. De esta manera se abrió un
queda sea el Ministerio Público, con el limitado contexto completamente distinto en el Perú a
presupuesto de su sector. Esto ha supuesto través de un renovado enfoque de búsqueda
que el enfoque de las investigaciones sea bá- con orientaciones tanto normativas como téc-
sicamente retributivo o penal. La búsqueda de nicas. Con la aprobación de esta Ley, el Perú
personas desaparecidas quedó subordinada forma parte de un selecto grupo de países con
a la búsqueda de los responsables, y ha sido mecanismos similares, de un nuevo paradigma
asumida como la recopilación regular de evi- en la búsqueda de personas desaparecidas.
dencias para la investigación de un crimen.

Hace poco más de un año, en el Perú surgió la Investigación forense


iniciativa de una política de búsqueda de per- preliminar

sonas desaparecidas, que permite cambiar el En el Perú y Guatemala, todo el proceso se rea-
orden de prioridades: adelantar la búsqueda liza formalmente en el contexto de una inves-
de los desaparecidos y dar respuestas a las tigación penal. Una vez que los fiscales toman
familias, sin que ello suponga obstruir o alen- conocimiento de la existencia de un cemen-
tar el acceso a la justicia penal. Como en el terio clandestino o de un sitio de entierro, el
caso de Guatemala, esta iniciativa provino de fiscal a cargo designa un peritaje para el caso.
la sociedad civil. Un espacio de coordinación Estas denuncias abren una indagación con
técnica, la Mesa de Trabajo sobre Búsqueda dos finalidades: determinar la responsabilidad
de Personas Desaparecidas organizó junto a la penal de quien forzó o de quienes forzaron la
Comisión de Justicia y Derechos Humanos del desaparición, y recuperar e identificar los res-
Congreso de la República un seminario para la tos humanos de las personas desaparecidas.

92 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

La diferencia es que, mientras que en el Perú actúan en el plano nacional mientras que otras
la investigación con fines judiciales es la que en el plano local. En algunos casos son grandes
va por delante y está a cargo de funcionarios organizaciones que aglutinan a una gran can-
del Ministerio Público (fiscales y forenses), en tidad de víctimas, como la Comisión Nacional
Guatemala la orientación inicial es la identifica- de Viudas de Guatemala - COMAVIGUA, que da
ción de los desaparecidos y quien está a cargo acompañamiento legal y psicosocial, organiza
es la sociedad civil (comités de víctimas / ONG talleres de información pre y post exhumación
forenses). En Guatemala, la vía judicial es un para las comunidades involucradas en la bús-
segundo momento de la investigación huma- queda y cuenta con un área de exhumaciones
nitaria, pudiendo o no suceder después de mu- y otra de justicia. En otros casos se trata de
chos años. pequeños y débiles comités de víctimas con
jurisdicción local, que no tienen relación orgá-
Otra diferencia importante es que en
nica entre sí ni se organizan en una instancia
Guatemala las denuncias suelen ser impues-
superior, sino que se aglutinan como fragmen-
tas por una ONG, mientras que en el Perú por
tos separados con base en agendas específi-
las mismas víctimas. Según la Misión de las
cas. Muchos de estos comités surgieron en la
Naciones Unidas para Guatemala - MINUGUA,
década de 1980, tienen liderazgos históricos
la mayoría de casos de exhumaciones en ce-
arraigados en las comunidades locales y cuen-
menterios clandestinos presentados duran-
tan con procedimientos formales y una estruc-
te su misión fueron iniciados a través de una
tura: asamblea, junta directiva, estatutos, etc.
denuncia realizada con la asesoría de alguna
Estas organizaciones tienen a la mayoría de su
“organización no gubernamental de derechos
personal en el campo y muchas veces cuentan
humanos”7. En el Perú, por el contrario, el uni-
con apoyo de profesionales para el recojo de
verso de casos que cuentan con el patrocinio
información y la organización de los casos. Su
de una ONG es menor.
principal fuente de financiamiento es la coope-
En Guatemala existe una gran cantidad de co- ración internacional.8
mités locales de víctimas que representan a
Más allá de la desarticulación de este agre-
los familiares ante las autoridades. Estas or-
gado de organizaciones y comités de vícti-
ganizaciones son de distinto tamaño y algunas
mas, lo que estas permiten es la existencia
de una base amplia de recojo de información
7 MINUGUA fue establecida por el Consejo de Seguridad con mucha capacidad de construir confianza y
de las Naciones Unidas a través de la resolución 1094
del año 1997. Su mandato fue verificar el acuerdo de-
finitivo de cese al fuego entre el gobierno de Guatema-
la y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, 8 Entrevista a especialista de una ONG de acompaña-
firmado en Oslo el 4 de diciembre de 1996. miento psicosocial (2.10.2015).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 93


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

relacionarse directamente con los familiares el comité local puede entregar al Ministerio
de las personas desaparecidas, puesto que Público solo aquella información que es ne-
están conformados por personas de la misma cesaria para comenzar con las investigaciones
localidad y del mismo origen étnico. En efec- con objetivos humanitarios. Según las perso-
to, el arraigo local de estas organizaciones les nas entrevistadas para esta investigación, los
da a las víctimas la confianza suficiente como comités de víctimas suelen preguntar al fa-
para dejarse representar por ellas, al punto miliar si está o no interesado en atender una
de que, como ha sido señalado arriba, suele citación del Ministerio Púbico. Así, a las ONG
ser a través de estas organizaciones que los forenses a veces les llega información acom-
familiares presentan las denuncias. Son los pañada de frases como “un señor nos contó”9,
comités de víctimas los que reciben a los fami- como única referencia.
liares y arman los casos, los que presentan la
denuncia ante el Ministerio Público y convocan Esta posibilidad de organizar el caso y dar a al-
a otras organizaciones de la sociedad civil para gunos testigos la oportunidad de elegir si judi-
el acompañamiento, cuando no pueden hacer- cializarán su testimonio, es factible gracias a la
lo directamente. autonomía que los comités de víctimas tienen
frente al Estado, pues reciben su financiamien-
Sobre la base de la información entregada por to de la cooperación internacional. Además,
los comités de víctimas, las ONG forenses re- permite una instancia de negociación infor-
construyen los hechos para reducir el universo mal entre los testigos de las localidades y la
de víctimas posibles vinculadas al sitio de en- organización de víctimas sobre la información
tierro, preparan logísticamente la exhumación que van a entregar. Sin tener que pasar por un
y recogen la información antemortem, es de- mecanismo formal con las autoridades y judi-
cir, la descripción de las características físicas cializar sus testimonios, los testigos pueden
que tenían las personas desaparecidas hasta negociar abiertamente con estas organizacio-
la última vez que fueron vistas con vida. Así, nes civiles de manera mucho más eficaz. Esta
prácticamente toda la investigación preliminar ventaja, sin embargo, no siempre es suficiente
que realiza el fiscal se reduce a la investigación para conseguir información, sobre todo cuando
que realizan las ONG, es decir, los comités de se trata de personas que han estado involucra-
víctimas y las ONG forenses. das en la perpetración de los crímenes y que
no viven en las localidades. Ese es uno de los
Los comités de víctimas permiten que los ob-
motivos de insistencia de las organizaciones
jetivos de los familiares frente a las investiga-
ciones forenses sean respetados. Si el familiar
9 Entrevista a especialista de una ONG forense
no quiere involucrarse en una acción penal, (18.9.2015).

94 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

de la sociedad civil para que se apruebe la Ley y testigos”11; 3) una ficha antemortem u otra
de búsqueda, que permitiría implementar es- alegación presentada a instituciones como la
trategias de recojo de información con fines Comisión de la Verdad y Reconciliación o el
humanitarios. Registro Único de Víctimas; y una denuncia
formal (Montoya, 2010). Las dos primeras vías
En el Perú no existe esa posibilidad, al menos
son útiles solo en muy pocos casos, pues si-
hasta ahora que aún no ha comenzado a fun-
guen siendo mecanismos intraprocesales de
cionar la Dirección General de Búsqueda de
carácter judicial, muy difíciles de aplicar en zo-
Personas Desaparecidas. Actualmente la úni-
nas lejanas a las que el Estado tiene poco acce-
ca forma de recabar información es a través
so y, menos aún, capacidad de instalar meca-
de las investigaciones dirigidas por los fisca-
nismos de protección. Las fichas antemortem
les. No existe aún un mecanismo paralelo que
o los registros de la Comisión de la Verdad o
permita recabar información de manera válida.
del Consejo de Reparaciones si bien podrían
Las organizaciones de víctimas no tienen la
ser tomados como una noticia criminal, no
posibilidad de hacerlo o no han construido esa
suelen activar una investigación fiscal. En casi
clase de recursos y experiencia. Por lo tanto, y
todos los casos, esta se inicia a través de una
esta es una diferencia crucial respecto del caso
denuncia formal, que suele ser hecha por los
guatemalteco, en el Perú si un familiar o testi-
familiares en las oficinas que tienen los fisca-
go de una desaparición desea brindar informa-
les del Subsistema Especializado en Derechos
ción sobre un caso, no tiene más opción que
Humanos en ciudades como Huamanga, Lima,
participar en un proceso judicial penal y judicia-
Huancavelica o Huancayo, entre otras.
lizar su testimonio. La recientemente aproba-
da Ley N° 30470 representa una oportunidad Las investigaciones que se conducen a partir
para encontrar caminos alternativos. de ahí incluyen objetivos humanitarios, pero
tienen como objetivo primordial, hasta el mo-
El Ministerio Público de Perú puede tomar co-
mento, la determinación de las responsabili-
nocimiento de un hecho punible por una de
dades penales de los presuntos autores de las
las siguientes cuatro vías: 1) el mecanismo
desapariciones. El liderazgo recae exclusiva-
de “colaboración eficaz”10; 2) el “sistema de
mente en los fiscales, quienes programan las
protección a víctimas, familiares de víctimas
diligencias y designan tanto a los peritos que

10 El mecanismo de “colaboración eficaz” permite que 11 Se trata de un mecanismo que intenta ofrecer segu-
personas involucradas en la realización de crímenes ridad a las víctimas, familiares de víctimas y testigos,
entreguen información a cambio de reducciones de aunque sin mucho éxito, de acuerdo a información de
pena o penas alternativas. Para mayor detalle, ver Ley la propia Defensoría del Pueblo del Perú. Ver Defenso-
N° 27378 de la República del Perú. ría del Pueblo (2008).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 95


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

realizarán las investigaciones forenses preli- recogidos, y si sus datos de contacto serán o
minares (reconstrucción de los hechos, infor- no compartidos con un fiscal. Aquí se puede
mación antemortem, la prospección del sitio ver claramente la predominancia de los fines
de entierro y la definición de hipótesis de bús- humanitarios sobre los penales. Y esta es tam-
queda) como a los que realizarán las interven- bién la prioridad de las víctimas, según varios
ciones forenses. Estos peritos son casi siempre estudios al respecto.12
funcionarios del Equipo Forense Especializado
Por último, respecto a la gestión y el cruce de
(EFE) del Instituto de Medicina Legal (IML).
información, ni en Guatemala ni en el Perú hay
En Guatemala, el hecho de que sean organi- hasta ahora una instancia que permita centra-
zaciones civiles y locales las que realizan la lizar toda la información existente, aunque eso
reconstrucción de los hechos y las que tienen debería cambiar pronto en el Perú con la nueva
contacto con los familiares, permite recoger Dirección General de Búsqueda de Personas
información que no sería posible recuperar Desaparecidas. Lo que prima hoy es la dis-
si es que esta labor estuviera a cargo de fun- persión de información. En Guatemala, cada
cionarios del Estado, como ocurre en el Perú. ONG forense tiene su propia base de datos y
En ambos contextos la situación de los fami- sistema de registro. Recientemente, el Comité
liares no es sencilla; muchas veces desconfían Internacional de la Cruz Roja está impulsando
del sistema de justicia y, otras, conviven con una iniciativa para consolidar la información
los victimarios al interior de sus comunida- existente en las distintas organizaciones de la
des. Eso puede disuadirlos de involucrarse en sociedad civil (forense y de acompañamiento),
las investigaciones penales. En ambos países así como de 13 organizaciones de víctimas, en
muchos hombres en edad productiva termi- una base de datos centralizada; pero se trata
naron involucrándose en el grupo que se alzó aún de un proyecto. En el Perú, a pesar de que
en armas contra el Estado o en las Patrullas el Ministerio Público era la única institución a
de Autodefensa, y hubo muchos casos en que cargo de las investigaciones forenses, no ha
las muertes se produjeron entre miembros de sido capaz de centralizar toda la información
una misma comunidad. A esto es a lo que, en existente. El reto no es menor, puesto que pro-
el caso peruano, Kimberly Theidon (2004) ha viene de muchas fuentes distintas. Debido a
llamado un conflicto “entre prójimos”. Así, el ello, no se conoce aún el número de personas
hecho de que en Guatemala las investigacio- desaparecidas. Distintas cifras han aparecido
nes sean realizadas por los comités de vícti- con los años y causan mucha confusión sobre
mas permite a los familiares decidir si se invo-
lucran o no en una investigación judicial, si su 12 Sobre la prioridad que dan los familiares en Guatema-
la a los objetivos humanitarios ver: Navarro y Pérez,
nombre aparecerá o no entre los testimonios 2007a; Navarro y Pérez, 2007b; ECAP y GAC, 2008.

96 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

la magnitud del problema de desaparición de países eso es difícil debido a que la información
personas en el Perú.13 no está centralizada.

Uno de los mayores problemas, común a


Guatemala y el Perú, relativo a la dispersión de
Investigación forense de
recuperación y análisis de los
la información, es la imposibilidad de realizar
restos humanos
cruces de distintas fuentes con el fin de cons-
Cuando comenzó la búsqueda de personas
truir hipótesis de búsqueda. Acceder a la infor-
desaparecidas de Guatemala, el Estado no
mación y tener las habilidades y recursos para
contaba con una institución técnica capaz de
cruzarla e interpretarla es vital para la bús-
hacerse cargo del problema. Fue gracias a
queda de personas desaparecidas. En ambos
la formación de un grupo de profesionales
en la que participó el antropólogo forense
13 El recientemente publicado Plan Nacional de Búsqueda norteamericano Clyde Snow, que se constituyó
de Personas Desaparecidas lo explica claramente: “…la
CVR reportó 8.558 casos de personas desaparecidas. un equipo técnico llamado Equipo de
Posteriormente, la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos y el EPAF reportaron a su vez nuevas cifras
Antropología Forense de Guatemala (EAFG).
de personas desaparecidas: 12.027 y 13.271 respec- Al poco tiempo, la mayoría de sus integrantes
tivamente (...) El EFE, realizó en el 2008 el cruce de la
información existente en diferentes listados llegando
formaron la Fundación de Antropología Forense
a la cifra de 13.256 personas desaparecidas”. Luego, de Guatemala (FAFG),14 organismo que realiza
en abril de 2012 el Estado peruano presentó a la OEA
un informe haciendo referencia a un listado de 15.371 la mayoría de las investigaciones, puesto
personas desaparecidas, pero aclarando que dicho lis- que cuentan con un convenio de cooperación
tado no había sido aún depurado.
El problema se complica debido a que mucha nueva in- interinstitucional con el Ministerio Público.
formación ha sido producida en los últimos años: Has-
ta octubre de 2016, el Consejo de Reparaciones había Solo luego de 15 años de iniciado el
inscrito en el Registro Único de Víctimas 8.994 nom-
bres de personas desaparecidas; por su parte, la ONG proceso, el 2007 el gobierno de Guatemala
EPAF ha recogido más de 5.500 fichas antemortem. Ni creó el Instituto Nacional de Ciencias
la base de datos del Consejo de Reparaciones ni las
fichas antemortem del EPAF han sido cruzadas con la Forenses (INACIF), pero no tiene a su cargo
última información del Ministerio Público. Seguramen-
te la mayor parte de estos universos se intersectará,
los casos de personas desaparecidas del
pero una parte significativa no. conflicto armado interno. Asimismo, el
En lo relativo a sitios de entierro, el 2003 la CVR dio a
conocer 4.644 a nivel nacional, entre presuntos (veri- presupuesto de la FAFG no proviene del
ficados por un experto en arqueología forense) y re- sector público, sino básicamente de la
feridos (sin verificar); pero desde el 2012 se conoce
la existencia de 6.462 sitios a nivel nacional, luego cooperación internacional. Según Freddy
de la prospección sistemática de sitios de entierro en
Ayacucho realizada por la ONG COMISEH. Como señala
Reátegui et al. (2012): “…en diez años, el número co- 14 El resto de miembros formó el Área de Exhumaciones
nocido de personas desaparecidas casi se ha duplica- de la Oficina de DDHH del Arzobispado de Guatema-
do; mientras que el de sitios de entierro clandestino ha la (ODAHG) y el Centro de Análisis Forense y Ciencias
crecido en 50%”. (…)”. Aplicadas (CAFCA).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 97


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

Peccerelli, director ejecutivo de la FAFG: De otro lado, en los últimos dos años había
“Nosotros existimos porque el gobierno no logrado 130 identificaciones de víctimas de
ha hecho su trabajo (…) No hay una política desaparición forzada, pero solo se han con-
de estado sobre el tema, no ha existido formado diez casos emblemáticos ante los
hasta hoy. Nunca les ha interesado”.15 tribunales de justicia.18 El poco impacto de las
investigaciones humanitarias en casos judicia-
Como en el caso de la investigación forense
les tiene muchos motivos, uno de los cuales es
preliminar, en Guatemala la labor de los fis-
la resistencia de las autoridades judiciales de
cales es secundaria, al menos en esta etapa
involucrarse en procesos altamente políticos.
del trabajo. Ellos son los protagonistas luego,
Así, la investigación forense ha adquirido una
cuando se trata de encontrar a los responsa-
perspectiva claramente humanitaria, al punto
bles. Mientras tanto, su rol queda prácticamen-
de que la misma FAFG define en ese sentido
te reducido a dar legalidad a las actuaciones
sus objetivos:
forenses a cargo de las ONG, quienes dirigen,
planifican y ejecutan las investigaciones. A pe- El objetivo de las investigaciones
sar del poco involucramiento del Estado, esta antropológico forenses que lleva a cabo
estrategia ha dado buenos resultados, pues la FAFG, es ayudar a las comunidades y
otorga mucha flexibilidad a los investigadores. a los familiares de la víctimas para que
Hasta mediados de 2016, la FAFG había reali- recuperen los restos de sus familiares
zado más de 1.500 exhumaciones, recuperado para darles un entierro legal y según sus
más de 6.900 osamentas de víctimas y restitui- costumbres; al mismo tiempo, disminuir el
do 4.852 a sus familiares, de las cuales 2.734 número de cementerios clandestinos donde
fueron identificadas16. Asimismo, ha creado un yacen las víctimas del conflicto armado
Banco Genético que consta de 10.000 mues- interno19.
tras de referencia de familiares y 2.000 mues-
tras de restos humanos aún no identificados17. No existe en Guatemala una normativa es-
pecial para la organización de las investiga-
ciones forenses. El Ministerio Público actúa
en el marco de los artículos 303 y 307 del
15 Guatemala: descanso en la mirada. Recuperado de Código Procesal Penal guatemalteco, que
http://despuesdelapaz.periodismohumano.
com/2013/03/31/guatemala-descanso-en-la-
mirada/ Último acceso: 16 de mayo de 2015.
16 Los restos humanos no identificados son restituidos 18 http://www.fafg.org/es/acceso-a-la-justicia/. Último
junto a los que sí fueron identificados, y se entierran acceso: 16 de mayo de 2015.
juntos en la localidad de donde provenían las víctimas.
19 http://alafforense.org/fundacion-de-antropologia-fo-
17 http://www.fafg.org/es/empoderamiento-dignifica- rense-de-guatemala-fafg/. Último acceso: 16 de mayo
cion/. Último acceso: 16 de mayo de 2015. de 2015.

98 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

se refieren de manera general a los proce- Guatemala. La primera norma relacionada


dimientos de levantamiento de cadáveres, con la búsqueda es una directiva firmada por
pero no consideran la situación específica de el Fiscal de la Nación, emitida debido a la ne-
exhumaciones masivas de restos humanos cesidad de asumir investigaciones forenses
reducidos a esqueletos. Tampoco existe una de gran envergadura y regular la investigación
norma que defina claramente el problema fiscal frente al hallazgo de sitios de entierro.
de la ausencia de peritos colegiados para la El objetivo de la Directiva era, casi exclusiva-
realización de estas investigaciones, puesto mente, acopiar, reunir y analizar pruebas para
que la antropología forense no es una dis- construir un proceso penal contra presun-
ciplina que se dicte en las universidades de tos perpetradores. No contempló, entonces,
Guatemala y no existe un colegio profesional la consecución de propósitos humanitarios
que pueda certificarla, como se requiere en referidos a los familiares de las presuntas
la normativa procesal. víctimas20.

Ante la falta de una normativa interna que se Dos años después, y paralelamente a la emi-
defina como una fuente de derechos y orga- sión de las recomendaciones de la CVR, el
nice una política de Estado consistente, el Ministerio Público creó dos entidades especia-
Ministerio Público y las instituciones forenses les para abordar el problema: el Subsistema
del país (FAFG, CAFCA, y la Oficina de Derechos Fiscal Especializado en Derechos Humanos,
Humanos del Arzobispado de Guatemala - cuyos fiscales dirigen todos los procesos de
ODHAG) trabajaron en un consenso que fue búsqueda, y el EFE del IML21, que es un cuerpo
aprobado en el año 2003: el “Manual de pro- especializado cuya competencia exclusiva es
cedimientos para investigaciones antropoló- atender las solicitudes de investigación foren-
gico-forenses en Guatemala”. Esta no es una se de las fiscalías que forman parte del subsis-
norma dirigida a organizar una política de tema mencionado.
Estado, sino a regular las prácticas científicas
de los actores involucrados en la investigación Varios años después, en el 2009, la Resolución
forense. No define políticas, sino procedimien- de la Fiscalía de la Nación N°1604-2009-
tos adecuados a los estándares internacio- MP-FN reguló el trabajo de investigación del
nales de las ciencias forenses y de la acción
20 Directiva N° 011-2001–MP-FN, emitida con ocasión
humanitaria con familiares de personas desa- de las investigaciones forenses sobre restos humanos
encontrados en las fosas comunes ubicadas en Pam-
parecidas (Curuchich, 2007). pas - Tayacaja y Churcampa en el Departamento de
Huancavelica.
En el Perú, la búsqueda se apoya sobre todo
21 El EFE se creó a través de la Resolución de la Fiscalía
en las autoridades fiscales, a diferencia de de la Nación N° 1262-2003 MP-FN.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 99


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

Ministerio Público frente al hallazgo de si- búsqueda de personas desaparecidas, esto no


tios con restos humanos y su relación con ha sido posible22.
graves violaciones a los derechos humanos.
Son los fiscales quienes dirigen toda la in-
Determinó que basta con el conocimien-
vestigación y quienes preservan la cadena de
to de un presunto sitio con restos humanos
custodia. Una persona designada por el fiscal
para que el fiscal de la jurisdicción donde se
a cargo del caso, sino es él mismo, asiste a
encuentra el sitio inicie inmediatamente la
las exhumaciones y ordena la realización de
investigación del caso; que el fiscal debe so-
cada pericia. Los fiscales también definen la
licitar el concurso del EFE para la evaluación
programación de las diligencias y su duración.
técnica del sitio; y que solo a pedido del fis-
De esta forma, se han logrado avances signi-
cal se podrán adherir a este equipo miembros
ficativos aunque aún insuficientes frente a la
de otras instituciones de apoyo, si el caso lo
magnitud y complejidad que supone la desa-
amerita (artículo 7). Por otro lado, la Directiva
parición de personas en el Perú. Entre el 2002
permitió la intervención de peritos de parte,
y el 2015 el Ministerio Público ha recuperado
siempre que el fiscal a cargo del caso acep-
3.422 restos humanos, de los que han identi-
te su participación, previa acreditación de su
ficado 1.974. El problema, sin embargo, radi-
experiencia científica en el tema (primera dis-
ca en que muchos de estos restos humanos
posición complementaria) (Montoya, 2010).
corresponden a casos simples desde el pun-
Esta directiva consagró el liderazgo fiscal, y
to de vista técnico, básicamente a personas
estableció limitados márgenes de actuación
que fueron asesinadas y cuyos restos fueron
para las organizaciones forenses distintas al
enterrados informalmente por los mismos
IML.
familiares. Son legalmente personas desapa-
Así, quedó establecido que es el fiscal el que recidas en tanto su identidad no ha sido de-
está a cargo de dirigir las investigaciones y de terminada científica y legalmente (es decir, no
designar a los peritos que se harán cargo de los cuentan con una partida de defunción), pero
análisis, que en la casi totalidad de casos son no son necesariamente desaparecidos para
los miembros del EFE. Pese a algunas excep- los familiares. Este tipo de casos son fáciles
ciones importantes, como el caso Putis en el de resolver y entre los forenses peruanos se
que el fiscal designó como forenses al Equipo les conoce como “ratificaciones de identidad”.
Peruano de Antropología Forense (EPAF), la
sociedad civil prácticamente ha participado 22 El EPAF ha sido perito también en algunos casos bajo
la dirección del Poder Judicial. Sin embargo, de acuer-
solo como peritos de parte de los familia- do con las nuevas normas procesales hoy todas las in-
res. A pesar de muchos intentos por vincular vestigaciones son conducidas por el Ministerio Público.
Quedan muy pocos casos aún siendo investigados en
los recursos forenses de la sociedad civil a la el Poder Judicial

100 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

No se sabe con precisión cuál es la proporción de búsqueda de personas desaparecidas en


de “ratificaciones” frente a casos más com- el Perú.
plejos como los que resultaron de una masa-
En suma, la mayor cantidad de restos recupe-
cre (muchos restos humanos mezclados en
rados a pesar de ser casos más complejos y la
una fosa, como el caso Putis) o de la acción
existencia de un banco de datos genético con
deliberada de esconder o destruir los restos
una considerable cantidad de muestras, hacen
(como el caso Cabitos). La única estimación
del guatemalteco un modelo significativamen-
fue hecha por COMISEDH (2012a) sobre la
te más exitoso que el peruano.
base de una muestra de 642 personas iden-
tificadas a las que tuvieron acceso hasta el
2011, con el resultado de que el 92% corres- Acompañamiento y apoyo a los
familiares
pondió a ratificaciones de identidad.
Para el acompañamiento y orientación a los
Tampoco ha sido establecida una base de da- familiares durante la búsqueda en Guatemala,
tos centralizada de información ni de datos nuevamente son las organizaciones civiles las
genéticos. El Laboratorio de Biología Molecular que ofrecen el servicio. Cuando no pueden
del IML ha realizado algunos análisis, así como ofrecerlo directamente, los comités de vícti-
algunos laboratorios internacionales a tra- mas se suelen poner en contacto con una ins-
vés de la ONG EPAF cuando ha sido nombra- titución de la sociedad civil especializada. La
da como perito oficial o como perito de parte. mayoría de veces esta convocatoria se realiza
Pero esa información no ha sido centralizada en el marco de una exhumación que ha sido
en ningún lugar ni existe la normativa ade- programada.
cuada para gestionar bases de datos de esas
características en función a los estándares in- Desde el año 2004, las organizaciones de
ternacionales en el tema. la sociedad civil que prestan este servi-
cio son: Equipo de Estudios Comunitarios
Por último, tal como ocurrió en Guatemala, y Acción Psicosocial - ECAP, el Grupo de
en el Perú las instituciones forenses, con el Apoyo Mutuo - GAM, la ONG Pro Niño y Niña
apoyo del Comité Internacional de la Cruz Centroamericanos - PRONICE, el Centro Maya
Roja, propiciaron el diseño y aprobación de la Saq’be, Utz Kaslemal, entre otras. Todas ellas
Guía Práctica para la Recuperación y Análisis han trabajado con presupuesto de la coope-
de Restos Humanos (Resolución de la Fiscalía ración internacional hasta el año 2006, en
de la Nación N° 5244-2016-MP-FN). Dicha que comenzaron a trabajar en el marco del
Guía, recientemente aprobada, busca estan- Plan Nacional de Resarcimiento (PNR) para
darizar el proceso de investigación forense desarrollar acciones de trabajo psicosocial en

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 101


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

exhumaciones, como parte de sus medidas Acordada la fecha de entrega, las osamentas
de reparación y rehabilitación social (Navarro, son entregadas a los familiares en el día en que
Susana; et.al., 2007)23. desean sepultarlas. Los ataúdes y los nichos
son proporcionados por el PNR y es la misma
El trabajo de las organizaciones de la sociedad comunidad la que se encarga de organizar los
civil suele vincular a un psicólogo con un pro- rituales mortuorios.
motor local. Este último es una persona con
reconocimiento y prestigio dentro de la comu- En el Perú existen organizaciones no guber-
nidad, que recibe entrenamiento, un salario y namentales que en algún momento han ofre-
es considerado parte del personal de las ONG. cido acompañamiento a los familiares, como
Así, se asegura tanto la calidad técnica de la la Red para la Infancia y la Familia (REDINFA),
atención como la empatía y cercanía cultural Paz y Esperanza, Wiñastin, el Centro de
con las familias. Atención Psicosocial (CAPS) y el Grupo de
Acompañamiento Psicosocial de Ayacucho
La mayor parte del proceso se realiza en las (GAPSA). Con la paulatina disminución del fi-
localidades donde viven los familiares. Así, las nanciamiento de la cooperación internacional
necesidades de apoyo material a los familiares a las ONG, la capacidad de estas para interve-
durante todo el proceso se reducen básica- nir se ha visto drásticamente comprometida,
mente a los gastos de la restitución de restos debido a lo cual la mayoría de organizaciones
y de entierro. Los familiares tramitan ante el nombradas han tenido que cerrar o, en el me-
Ministerio Público y el Juez de la localidad don- jor de los casos, disminuir considerablemen-
de viven la orden para sepultar a los difuntos. te sus actividades. Esto representa un riesgo
debido a que se pueden perder capacidades y
23 Existe un programa nacional de salud mental con el experiencia acumuladas durante años.
Ministerio de Salud, pero es muy pequeño y con poco
personal. El personal tiene formación clínica y proble-
mas de rotación y actúa solo en casos con sentencia El apoyo de la cooperación internacional a las
de la Corte Interamericana de DDHH. El Programa organizaciones de la sociedad civil peruana es
Nacional de Resarcimiento tiene también un equipo
de trabajo de ocho psicólogos, pero que conoce muy muy limitado en este tema, motivo por el cual
pocos casos. Realiza sobre todo talleres previos al re-
sarcimiento económico y talleres antes y después de
estas han apostado por fortalecer la capacidad
las pocas exhumaciones realizadas directamente por de respuesta estatal. La Mesa de Trabajo sobre
el Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatema-
la. Entre ambas instituciones no existe coordinación. El Búsqueda de Personas Desaparecidas, colecti-
Ministerio Público tiene una oficina de atención de víc- vo técnico conformado por algunas de las ONG
timas que cuenta con algunos psicólogos formados en
atención de crisis, pero básicamente trabajan con las mencionadas, otras ligadas al ámbito forense,
víctimas que necesitan ser preparadas para un proce- así como algunas instituciones públicas y el
so penal, no para la realización de las investigaciones
forenses. Comité Internacional de la Cruz Roja, vienen

102 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

promoviendo un mayor involucramiento del salud de los centros de salud de primer nivel
Estado en el acompañamiento a los familiares. de atención, pero aún es necesario fortalecer
Gracias a este impulso, el 2012 se desarrolló cada uno de los cuatro aspectos señalados en
una norma para organizar el acompañamien- el párrafo anterior.
to y el apoyo a los familiares: el Documento
Por último, debido a que las investigaciones
Técnico “Lineamientos para el acompañamien-
forenses suelen ser dirigidas por los fiscales
to psicosocial a familiares de personas desa-
desde los centros urbanos y la mayoría de res-
parecidas” (MINSA, 2012), que ofrece al per-
tituciones se han realizado también en las ciu-
sonal de salud herramientas metodológicas
dades, los familiares deben asumir gastos de
para el acompañamiento individual, familiar,
transporte para poder participar del proceso.
comunitario o social a los familiares de perso-
Así, las necesidades de apoyo material son ma-
nas desaparecidas.
yores en comparación con Guatemala: además
Si bien dicho documento no organiza una de los gastos de los rituales funerarios que son
política de intervención, contempla como asumidos parcialmente por el Plan Integral de
ejes necesarios de fortalecimiento para la Reparaciones y de construcción de nichos, que
consecución de su finalidad los siguientes a veces son cubiertos por los gobiernos locales
aspectos: (i) capacitación al personal de los o por los mismos familiares, y se tiene que fi-
primeros niveles de atención, no solamente nanciar los pasajes de los familiares (costo que
en los ámbitos de salud física y mental, sino es asumido por el Comité Internacional de la
también en componentes de planificación y Cruz Roja) y el traslado de los ataúdes.
salud pública; (ii) recuperación integral desde
la intervención comunitaria; (iii) recuperación
integral desde la intervención clínica; y (iv)
acceso a la salud y acciones de promoción y
prevención.

Estos cuatro aspectos resultan muy difíci-


les de implementar para el Estado, a pesar
de los esfuerzos realizados desde el Plan
Integral de Reparaciones y de la Dirección
General de Salud Mental y Cultura de Paz
del Ministerio de Salud. Con la aprobación de
los Lineamientos ha aumentado significati-
vamente el involucramiento del personal de

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 103


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

Tabla 1. Comparación entre los mecanismos de búsqueda de Perú y Guatemala.

PERÚ GUATEMALA

Proyecto de Ley aprobado el


26/05/2016 Proyecto de Ley no aprobado.
Mecanismo de
búsqueda Investigaciones a cargo del Convenio entre el Ministerio Público y la
Subsistema Fiscal Especializado en FAFG.
DDHH y del EFE del IML
Posibilidad de testimonio no judicial,
Investigación a través de proceso papel de organización de víctimas como
Investigación penal: Ministerio Público. puente con el Ministerio Público.
forense preliminar
Presupuesto estatal. El presupuesto viene de la cooperación
internacional.
Procedimiento judicial con Procedimiento judicial con orientación
orientación retributiva. humanitaria.

Fiscalía + EFE son los protagonistas. Peritaje a cargo de la sociedad civil y


Investigación validación legal del fiscal.
No existe un banco de datos
forense de
genético. Banco de datos genético de la FAFG.
recuperación y
análisis Presupuesto estatal, del Ministerio Presupuesto de la cooperación
Público. internacional y del PNR.

Guía Práctica para la Recuperación Manual de procedimientos para


y Análisis de Restos Humanos. investigaciones antropológico-forenses.
Brindado por la sociedad civil y
el sector salud. En el caso de la
sociedad civil el presupuesto se
reduce cada año. En lo que respecta
Brindado por la sociedad civil.
al sector salud, existe normativa de
Presupuesto proviene de cooperación
Acompañamiento intervención del Ministerio de Salud.
internacional y del PNR.
y apoyo a los Las necesidades de apoyo material
familiares Las necesidades de apoyo material se
son pasajes para realizar las
reducen a gastos de restitución y entierro
gestiones en los centros urbanos,
y son asumidos por el PNR.
gastos de restitución y entierro, y
son asumidas parcialmente por el
Plan Integral de Reparaciones, el
CICR y los gobiernos locales.

104 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

Lecciones para la La orientación de la búsqueda (sea retributi-


implementación de la Ley va o humanitaria) está estrechamente ligada
N°30470 a la naturaleza de las instituciones a cargo de
las investigaciones. En el Perú la búsqueda ha
Si bien en ambos contextos las investigacio-
sido asumida por una institución del Estado:
nes forenses se han realizado en el marco de
el Ministerio Público, y de ahí la orientación
una investigación fiscal, la orientación que han
retributiva, mientras que en Guatemala el in-
dado a la búsqueda de personas desapareci-
volucramiento del Estado en las investigacio-
das ha sido distinta. En Guatemala ha estado
nes ha sido muy débil, de ahí la orientación
orientada por objetivos humanitarios, mien-
humanitaria. En el Perú, la participación de la
tras que en Perú por objetivos retributivos. En
sociedad civil como peritos oficiales es muy es-
Guatemala la búsqueda está dirigida a la iden-
porádica; en la mayoría de los casos solo han
tificación de los restos humanos; si bien los
podido ofrecer servicios de peritaje de parte
fiscales participan dando legalidad al proceso,
para los familiares. Incluso en esos casos, to-
son muy pocos los casos que se han formali-
dos los momentos de la investigación están
zado en una denuncia. En el Perú las investi-
controlados por el fiscal, lo que supone que los
gaciones están dirigidas a la determinación de
criterios de admisibilidad de pruebas, incluidos
responsabilidades penales, tienen una orien-
los testimonios o cualquier información de re-
tación retributiva. Como parte del recojo de
ferencia, son bastante rigurosos. Hay informa-
evidencias, se recupera e identifica los restos
ción que permitiría encontrar desaparecidos
de todas las personas desaparecidas vincula-
que no puede ser considerada por no reunir
das al caso que está conociendo el fiscal.
los requisitos de la prueba fiscal en un modelo
Guatemala es un excelente ejemplo de cómo altamente garantista e inquisitivo. En ese mis-
la priorización de objetivos humanitarios no mo sentido, existen limitaciones para admitir
implica limitar las posibilidades de la justicia, información proveniente de otras instituciones
pues los obstáculos a los procesos judiciales y construir con ella hipótesis de búsqueda. Se
no han tenido nada que ver con el hecho de prioriza entonces la búsqueda de responsabi-
que los restos humanos hayan sido buscados e lidades en lugar del derecho a saber de los fa-
identificados con anterioridad. Todo lo contra- miliares. En Guatemala las investigaciones fo-
rio, gracias a que durante las investigaciones renses han sido asumidas por la sociedad civil,
“humanitarias” las evidencias fueron recupera- que participa como peritos oficiales en todos
das bajo la validación de un fiscal, han sido ad- los casos. Los fiscales participan pero solo le-
mitidas durante los pocos procesos judiciales galizando las diligencias forenses; realizan una
emprendidos. acción básicamente administrativa y adquieren

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 105


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

recién protagonismo posteriormente, cuando tener que esperar una resolución fiscal para
se trata de encontrar a los responsables. Así, realizar indagaciones y para superar el enfo-
en Guatemala se ha configurado un mecanis- que “caso por caso” y adoptar una perspectiva
mo de cooperación entre el Ministerio Público, sistémica. En el Perú, la subordinación del EFE
algunas organizaciones forenses de la socie- a las fiscalías del subsistema especializado en
dad civil, principalmente la FAFG, y una gran DDHH del Ministerio Público, define una estra-
cantidad de organizaciones de víctimas, las tegia de investigación mucho más burocrática
que se encargan del recojo de la información y garantista. A pesar del reciente paso del sis-
preliminar y ayudan a los familiares y testigos tema penal inquisitivo al acusatorio, la investi-
para su involucramiento en el proceso. gación está limitada en una forma que no su-
cede en Guatemala. La relativa mayor solidez
La naturaleza de los actores y la orientación de de las instituciones peruanas, con un Estado
la búsqueda en cada contexto influye también más fuerte y con mayor rango de acción, ter-
en los márgenes de acción con que trabajan. mina conteniendo la voluntad y la creatividad
Más amplitud y flexibilidad bajo la orientación de los funcionarios, desarrollándose un proce-
humanitaria y menos bajo la orientación re- so de búsqueda más rígido y burocrático, muy
tributiva o penal. Esta amplitud y flexibilidad preocupado por la preservación de evidencias
permite a su vez una mayor o menor adecua- que tienen potencial de ser utilizadas en un
ción a la complejidad de los casos que se están proceso judicial.
investigando. En Guatemala los fiscales no son
los protagonistas en la etapa “humanitaria” de La aprobación de la Ley de búsqueda de
la investigación sino posteriormente, una vez personas desaparecidas en Perú reorienta
identificados los restos, cuando se trata de en- las investigaciones hacia un modelo como el
contrar a los responsables. Su rol es de garan- guatemalteco. Por su orientación humanitaria,
tes de la recuperación de las evidencias foren- su mayor amplitud, flexibilidad y capacidad
ses y de preservación de la cadena de custodia. de maniobra, este modelo ofrece mayores
márgenes de acción. Sin embargo, la búsqueda
La poca participación de los fiscales en la bús-
en Perú seguirá liderada por el Estado, aunque
queda de los desaparecidos de Guatemala per-
ya no por el Ministerio Público. Lo que se espera
mite más movimiento, flexibilidad y amplitud
es que el cambio de liderazgo del Ministerio de
de acción en distintos aspectos: mayor flexibi-
Público al Ministerio de Justicia permita replicar
lidad para la admisión de información de testi-
la flexibilidad de las ONG guatemaltecas y la
gos que no quieren judicializar su testimonio,
orientación humanitaria de su trabajo.
mayor amplitud para la utilización de distintas
fuentes no necesariamente útiles como prue- Orientar la búsqueda desde un punto de
ba judicial; mayor capacidad de movimiento sin vista humanitario no significa solo ofrecer

106 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

respuestas a los familiares. La implementación proactivamente a las familias, informarlas y


de la Ley N° 30470 supone una serie de condi- orientarlas sobre el desarrollo de su caso y
ciones para asegurar esta orientación: ampliar hacerlas partícipes de la toma de decisiones,
y flexibilizar los márgenes de acción durante entre otras cosas. Pero, sobre todo, significa
las investigaciones, priorizando el derecho a ofrecer respuestas empáticas, sensibles a las
saber sin por ello alentar o limitar el derecho diferencias culturales; conscientes del dolor de
a la justicia; superar el enfoque de investiga- los destinatarios, de que no necesariamente
ción caso por caso y adoptar una perspectiva serán respuestas positivas, puesto que mu-
sistémica; evitar volver a preguntar lo que ya chas personas desaparecidas no serán ubica-
se preguntó (consultar distintas fuentes, ar- das ni identificadas. Significa, en última instan-
chivos en donde están registrados los testi- cia, dar respuestas orientadas a esclarecer los
monios que fueron dados hace años); superar hechos y aliviar el sufrimiento, motivadas por
las limitaciones burocráticas para compartir, una voluntad reparadora.
centralizar y cruzar la información; acercarse

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+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 107


Rafael Barrantes Segura / Mariana Chacón Lozano

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108 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109


Las medidas de búsqueda de personas desaparecidas de Perú y Guatemala:
retos para la implementación de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas de Perú

Mariana Chacón Lozano - mariana.chacon.lozano@gmail.com


Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) con
maestría en Derechos Humanos por la misma universidad. Ha sido
Asistente de coordinación del área académica del Instituto de De-
mocracia y Derechos Humanos y de la Maestría en Derechos Hu-
manos de la PUCP. Se especializó en el estudio y la aplicación del
derecho internacional humanitario. Ha sido la asesora jurídica de
la Delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para
Bolivia, Ecuador y Perú, así como de la Delegación del CICR en Irak.
Actualmente, se desempeña como la adjunta de la coordinación
del departamento de protección encargada del Programa de Per-
sonas Desaparecidas de la delegación del CICR en Ucrania.

Rafael Barrantes Segura - rbarrantes@icrc.org


Antropólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
con maestría en Derechos Humanos por la Pontificia Universidad
Católica del Perú (PUCP). Ha sido investigador del Instituto de
Democracia y Derechos Humanos de la PUCP, donde participó en
investigaciones relacionadas a la justicia transicional, memoria y
el Perú postconflicto. Ha sido el adjunto de la coordinación del de-
partamento de protección encargado de los programas personas
desaparecidas de las delegaciones del Comité Internacional de la
Cruz Roja (CICR) en los Balcanes occidentales. Hace 9 años es el
responsable del Programa personas desaparecidas y sus familia-
res de la Delegación Regional del CICR para Perú, Bolivia y Ecuador.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 87-109 109


ISSN: 2523-112X

Construyendo memorias para entender el


presente. Currículum escolar , memoria
y educación en derechos humanos: el
caso del Taller Documental del Liceo de
Aplicación en Chile
Constructing memories to understand the present. School curriculum,
memory and education on human rights: the case of the Documentary
Workshop of Liceo de Aplicación in Chile

Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

RESUMEN
En el presente artículo abordaremos una propuesta de educación en Derechos Humanos a partir
de ejercicios de problematización de la memoria histórica, tomando el caso del Taller Documental
del Liceo de Aplicación y su trabajo con estudiantes secundarios en Chile. A través del análisis
de testimonios de participantes y documentos emanados del taller pretendemos estimular la
reflexión pedagógica sobre el trabajo de los DD.HH. en el aula y un necesario cuestionamiento
a la forma en la que el currículum escolar pone en discusión temáticas que aún siguen siendo
complejas de tratar para la sociedad chilena.

Palabras clave: Educación / Derechos Humanos / Chile / Currículum escolar / Memoria histórica

ABSTRACT
This study examines a proposal for a Human Rights education program based on discussion exercises of
historical memory, using as case study a workshop with secondary school students at Liceo de Aplicación
(Chile). By analyzing participants’ interview responses and other workshop documents, we seek to
promote awareness of the pedagogical value of incorporating Human Rights discussions into the school
curriculum, and argue that current school practices do not appropriately touch upon issues that continue
to be complex and difficult for Chilean society.

Keywords: Education / Human Rights / Chile / School curriculum / Historic memory

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 111


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

Introducción: educar con determinados relatos por sobre otros, lo


sobre DD.HH. en el Chile que termina por unificarlos en torno a las lla-
postdictatorial madas memorias colectivas (p.12). Los pasa-
Distintas disciplinas provenientes de las cien- dos traumáticos son elementos que generan
cias sociales y las humanidades han abordado tensiones dentro de las memorias colectivas
la problemática del pasado, profundizando en de una sociedad. Esto se debe a que
su vínculo con el presente y el futuro. Desde Algunas preguntas inevitables vuelven
las disciplinas de la historia, antropología, lite- sobre esa herida: ¿cómo pudo ocurrir, cómo
ratura y sociología se ha comprendido que es sucedió lo que nunca debió haber sucedido?
la sociedad en su conjunto la llamada a dotar Esas preguntas no dejan de afectar y poner
de significado al tiempo, considerando una a prueba las representaciones y valores
conexión explícita entre el significado que le que construyen un lazo simbólico para
damos al pasado con vistas al presente y al fu- un grupo, una comunidad o una nación
turo, como también de manera inversa, desde (Vezzetti, 2002, p.3).
el presente y el futuro mirando hacia el pasado
En línea con lo anterior, es que podemos indicar
(Lechner & Güell 2006, Stern, 2000, p.11). En
que durante las postdictaduras latinoamerica-
este contexto la memoria adquiere protago- nas –entendidas como un pasado traumático–
nismo, ya que es a partir de ella que los sujetos la diversidad de memorias sobre las vivencias
son capaces de construir relatos individuales se configuran como un “campo de batalla en
y colectivos. Para apoyar esta idea, Lechner el que se lucha por el sentido del presente”
y Güell (2006) sostienen que la memoria “es (Lechner y Güell, 2006, p.19). Específicamente
la herramienta con la cual la sociedad se re- en el caso chileno, durante la dictadura cívi-
presenta los materiales, a veces fructíferos a co-militar de Augusto Pinochet, entre 1973 a
veces estériles, que el pasado le aporta para 1990, se llevaron a cabo sistemáticas violacio-
construir su futuro” (p.20). Siguiendo la misma nes a los Derechos Humanos y se vivieron una
línea, Steve Stern (2000) identifica dos formas serie de transformaciones estructurales del
iniciales de acceder a significaciones del pa- sistema económico, político y social que han
sado: la memoria suelta y la memoria emble- impactado en la sociedad hasta el día de hoy
mática. La primera se refiere a los recuerdos (Gárate, 2012). Para Garretón (1984) las dicta-
que cada individuo puede ir conectando desde duras en el cono sur tuvieron ciertas similitu-
su propia subjetividad, mientras que la segun- des; aún así, Chile parece presentar el caso más
da se relaciona a los metarrelatos en torno al tardío del término de la dictadura, con mayores
pasado. Cuando ambos tipos de memoria se dificultades en la transición a la democracia y
mezclan surgen identificaciones de los sujetos puntualmente en su recuperación democrática.

112 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129


Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

En un escenario como este la pensadora argen- reflexión con sentido respecto de la legitimi-
tina Beatriz Sarlo (2005) señala que “el campo dad de los Derechos Humanos. Para analizar
de la memoria es un campo de conflictos que este caso se levantó información a través del
tienen lugar entre quienes mantienen el re- análisis de documentos emanados por el taller
cuerdo de los crímenes de estado y quienes y los testimonios de tres jóvenes que formaron
proponen pasar a otra etapa, cerrando el caso parte del taller, además de los relatos de Julio
más monstruoso de nuestra historia” (p.24). Candia, docente impulsor de la iniciativa1.
Siguiendo esta idea, Jelin (2002) considera que
El objetivo final del artículo es estimular la
en sociedades que retornaron a la democracia
reflexión pedagógica sobre el trabajo de los
luego de una dictadura violenta, surgen inter-
Derechos Humanos en el aula y cuestionar la
pretaciones alternativas de ese pasado y de su
forma en la que el currículum escolar incorpo-
memoria, las cuales comienzan a ocupar un
ra temáticas que aún siguen siendo complejas
lugar central en los debates culturales y políti-
de tratar para la sociedad chilena. El artículo se
cos: Constituyen un tema público ineludible en
estructura en cuatro apartados: se inicia con
la difícil tarea de forjar sociedades democrá-
una reflexión con respecto al currículum esco-
ticas. Esas memorias y esas interpretaciones
lar y los traumas de la dictadura, se continúa
son también elementos clave en los procesos
con un análisis del Taller Documental del Liceo
de (re)construcción de identidades individuales
de Aplicación y la posibilidad de aprender del
y colectivas en sociedad que emergen de pe-
trauma, luego se trata la temática de los ejerci-
riodos de violencia traumática (p.5).
cios de memoria para hablar de DD.HH. y final-
Considerando que la memoria permanece en mente, se exponen las consideraciones finales
constante construcción debido a la presencia respecto al impacto del taller, sopesando sus
de estas diferentes interpretaciones, se vuel- posibilidades y limitaciones.
ve relevante el trabajo pedagógico en conjun-
to con las nuevas generaciones para abordar 1 Los testimonios corresponden a Vicente Lara de 13
el pasado con miras al presente y futuro. El años de edad, estudiante del Liceo de Aplicación y
actual miembro del Taller Documental; Eduardo Hen-
trabajo desarrollado por el Taller Documental ríquez de 19 años de edad,ex alumno del Liceo de
del Liceo de Aplicación, en Santiago de Chile, Aplicación, ex miembro del Taller y actual estudiante
universitario de Pedagogía en Historia en la Universi-
adquiere relevancia por cuanto ha sido capaz dad Metropolitana de Ciencias de la Educación; Camilo
de problematizar la memoria histórica de es- Brenett de 20 años de edad, ex alumno del Liceo de
Aplicación, ex miembro del Taller y actual estudian-
tudiantes secundarios, haciendo énfasis en las te universitario de Derecho en la Universidad Alberto
Hurtado. Finalmente, el testimonio de Julio Candia, ex
vejaciones sufridas por miembros de la comu- alumno del Liceo de Aplicación en la década de 1980,
nidad liceana durante el periodo de la dictadu- Documentalista y funcionario del mismo estableci-
miento, a cargo del Taller Documental del Liceo de
ra cívico-militar, logrando a través de ello una Aplicación.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 113


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

Currículum escolar y los Magendzo y Toledo, 2013). Entre las princi-


traumas de la dictadura pales dificultades identificadas por Magendzo
El periodo de retorno a la democracia en las (2006) se encuentran el enfrentamiento al dis-
sociedades latinoamericanas implicó la bús- curso oficial de manera acrítica por parte de la
queda de la recomposición del tejido social educación formal, el énfasis en una educación
quebrado. En un contexto de estas caracte- instrumental al servicio de la competitividad y
rísticas la educación en Derechos Humanos no de la formación ciudadana, la poca cantidad
y las discusiones en torno a la producción de docentes comprometidos con la educación
de memorias se volvieron fundamentales de los Derechos Humanos, las carencias es-
(Magendzo, 2006, p.14). tructurales que refieren a insuficiencias teóri-
cas y prácticas de los docentes con respecto a
En este contexto, el trabajo docente adquiere la temática y la preocupación por el rendimien-
la responsabilidad de aportar en la construc- to académico por sobre la formación de suje-
ción de la memoria colectiva, tarea que implica tos de derecho (pp.18-19).
un proceso de selección entre la amplia gama
de relatos colectivos circulando dentro de la Es posible afirmar que el relato que ha pri-
sociedad, los que a su vez varían desde una mado en las aulas chilenas es el vinculado a
memoria crítica hasta el relato oficial consen- representaciones consensuadas y de forzosa
suado durante la transición a la democracia. “reconciliación”, el cual evita la reflexión so-
La investigación de Aceituno (2011), basada bre sucesos socialmente traumáticos. En este
en las percepciones de profesores de historia sentido, es interesante relevar la reflexión de
con respecto al trabajo de la memoria con el Fernando Camacho (2004), quien identifica
pasado dictatorial y transicional, valida la me- la necesidad de una verdad “consensuada”,
táfora propuesta por Steve Stern (2009), que la cual conformaría el discurso oficial. Esta,
equipara la memoria de Chile a un baúl o una se impone por sobre una verdad integral difi-
gigante caja de memoria construida de ma- cultando la crítica y la problematización de la
nera colectiva, que contiene muchos álbumes memoria colectiva: “Una verdad integral podía
de fotos, portadores de versiones diferentes y alterar la vida política de Chile o incluso ame-
enfrentadas entre sí (p.158). En Chile la incor- nazar la estabilidad de su recién instaurada de-
poración de la temática del periodo del golpe mocracia. Entonces, la mejor opción fue lograr
de Estado, dictadura militar y violación a los una verdad consensuada, en cuya búsqueda
Derechos Humanos en el currículum escolar participaran las distintas partes involucradas
fue motivo de controversias y ha generado un cediendo de alguna manera, sacrificando una
constante debate político, historiográfico y so- parcela de su visión de la realidad y de sus
cial (Magendzo, 2006; Gazmuri y Toledo, 2009; planteamientos” (p.1057).

114 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129


Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

La postdictadura se caracterizó por la instala- a la transición democrática y por tanto, a la


ción de tres conceptos claves: transición, re- violación a los Derechos Humanos y necesidad
formas “en la medida de lo posible” (justicia, de reparación y memoria, se integran dentro
ejército, derechos sociales básicos) y consen- de los “objetivos transversales” del currícu-
so.2 Los tres conceptos van de la mano y sin lum educativo. Como lo señala David Aceituno
uno no se puede explicar el otro en la comple-
(2011):
ja labor de construir un relato respecto de lo
que había sucedido. Al examinar con detención cómo se
presenta la transición en el currículum
En el caso chileno, dentro del proceso de ela- escolar chileno, llama la atención que hay
boración curricular se definen diversos objeti- una inexistencia de un objetivo y de un
vos de aprendizaje para cada año, los que a su contenido de conocimiento explícito que
vez son divididos en habilidades, conocimien- aborde el tema. Más bien se deja implícito
tos, actitudes y aprendizajes transversales. en el “Contenido Mínimo Obligatorio”
Los primeros tres tienen que ver con cuestio- genérico denominado “Cambios políticos,
nes concretas; es decir, la concreción de cier- sociales, económicos y culturales de
tas acciones que se pretenden lograr en los Chile desde los años 70 a la actualidad,
estudiantes y son explicitadas en cada materia (p.159).

(ramo) con cuestiones específicas. En cambio, El problema de establecer estas ideas como
los aprendizajes transversales son cuestiones objetivos transversales es que permiten la di-
que deben ser integradas en todos los ramos, fuminación de la responsabilidad de enseñar-
porque son consideradas de carácter general. los concretamente. En el caso de los Derechos
Desafortunadamente, los temas relacionados Humanos, se supone que se deberían integrar
reflexiones sobre el tema en todos los ramos
(siguiendo con la transversalidad propues-
2 El 12 de marzo de 1990 en medio de un evento masivo ta desde el Ministerio de Educación), pero en
en el Estadio Nacional, el entonces presidente Patricio
Aylwin –primer presidente de la transición– ante más realidad terminan siendo invisibilizados por la
de 80 mil personas aseguró que, respecto de las vio- presión que los docentes tienen para respon-
laciones de Derechos Humanos, se haría “justicia en
la medida de lo posible”. Esto se cristalizó en 1991 der a un currículum estandarizado en donde
cuando el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y es necesario cumplir con conocimientos espe-
Reconciliación (conocido como Informe Rettig) intentó
dar por cerrada la situación de justicia, reconociendo cíficos para que los estudiantes puedan ren-
los hechos, pero evitando procesar a los altos mandos
del ejército, incluyendo a Pinochet. Esta frase ha sido
dir pruebas como el SIMCE, la PSU o la prueba
usada históricamente para definir la forma en la que
continúan presentes los vestigios de la dictadura en el
país.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 115


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

PISA3, que efectivamente no miden los apren- y habilidades para participar de un modelo de
dizajes transversales, sino cuestiones espe- democracia donde su presencia es necesaria
cíficas que deben saber los estudiantes. Los (p.150). En el análisis de Aceituno se seña-
aprendizajes transversales se prestan para la la que al preguntársele a docentes chilenos
arbitrariedad del docente, puesto que otorgan sobre la dictadura, no hay menciones a los
la posibilidad de llevarse a cabo de manera Derechos Humanos: “aquellos que conocen
incompleta si no se asume la responsabilidad un poco más del proceso responden des-
de integrarlos como objetivos de aprendizaje de la construcción disciplinar de ella (temas
concretos, entendiendo que producir una re- eje): Golpe de Estado - Constitución - Crisis
flexión histórica en los estudiantes es tras- Económica - Sistema Económico Neoliberal
cendental para su formación ciudadana y la - Plebiscito 1988 - Primer Gobierno demo-
autocomprensión de ellos mismos como su- crático” (p.157); “los profesores chilenos en-
jetos de derecho. Al respecto, Aceituno (2011) trevistados asocian la historia reciente con la
señala que “la bibliografía especializada no política o lo periodístico, lo que provoca que
solo releva la importancia de la historia para se pierda la complejidad del proceso histórico”
una mejor comprensión del presente, sino (pp.162-163).
también la trascendencia que ella posee en la
formación de los ciudadanos que la sociedad En términos de currículum escolar, el “Marco
requiere y en la promoción de una ciudadanía Curricular” del Ministerio de Educación (Mineduc)
activa, aquella que no se remita solo a la po- establece la enseñanza de lo sucedido en dic-
sesión formal de derechos, sino que potencie tadura (que podría ser una buena oportunidad
la formación de un ciudadano con capacidades para reflexionar sobre Derechos Humanos) en
segundo año de enseñanza media. Hablar del
3 Las pruebas SIMCE (Sistema Nacional de Medición de tema es considerado por los mismos manuales
la Calidad de la Educación) y PSU (Prueba de Selección del Ministerio como una actividad que no tiene
Universitaria) son maneras estandarizadas de medir
el aprendizaje alcanzado por los estudiantes chilenos. carácter obligatorio y en donde cada institución
Entre las principales críticas a este tipo de mediciones
se encuentran: “a) omiten la diversidad cultural y las
educativa puede tomar la decisión de tocar el
capacidades de los estudiantes, discriminando a los tema o simplemente omitirlo del currículum. En
más pobres y menos integrados a la “modernidad”; b)
sancionan y estigmatizan a la educación pública, que los mismos textos escolares se suele asignar a
es la que recibe en su mayoría a los alumnos y alum- esta unidad una pequeña parte al final de ellos,
nas con mayor atraso educativo, familias con bajos
niveles escolares y socioeconómicos, y baja inversión lo que significa un gesto muy potente para el
por parte del Estado; c) se aplican de modo homogé- docente, que debe cumplir con una cantidad im-
neo, negando las necesidades educativas de los alum-
nos/as; y d) promueven la competencia por alcanzar portante de contenidos en los que, en orden de
los premios de excelencia académica, en vez de ins-
prioridades, hablar de este tema se encontraría
tancias de intercambio y colaboración intra e interes-
cuelas” (Docencia, 2009, p.5). en último lugar.

116 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129


Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

Según los resultados de un estudio de caso apremiante con respecto a los sucesos
realizado por Magendzo y Toledo (2013), exis- límite que incumben todavía a personas
tiría una tensión a nivel profesor-alumno en la del presente. Por ejemplo, se podría criticar
enseñanza de esta temática, “tensión entre la con fundamentos históricos, estéticos y
intención del profesor de no manifestar su opi- normativos una obra de arte que tratara del
nión y la necesidad de los estudiantes de cono- Tercer Reich excluyendo o marginalizando
cerla y el deseo de los estudiantes de explicitar el genocidio nazi (p.39).
sus memorias”(p.158). Al mismo tiempo, se
De esta forma podemos comprender lo que
produciría una tensión con respecto a la histo-
ocurre con el currículum escolar y la dictadu-
ria familiar y la historia colectiva, encarnada en
ra chilena. Se trabaja lo ocurrido en esa épo-
“el conflicto de memorias y el trabajo de la me-
ca en función de entender la instalación de
moria familiar que posibilita la clase” (p.147) y
las reformas modernizadoras del Estado (o
finalmente, lo más relevante para el presente imposición neoliberal), rozando temáticas de
artículo, es que se evidencia una necesidad de violaciones a los Derechos Humanos, pero no
incluir la memoria colectiva en el aula de cla-
ses, de generar ”estrategias pedagógicas que
incluyan la memoria colectiva y las emociones
en la enseñanza de la historia” (p.147).

A modo de síntesis, podemos recurrir al rela-


to desarrollado por LaCapra (2005) al referir-
se al nazismo –haciendo un paralelo teórico
con lo ocurrido en la dictadura cívico-militar
de Augusto Pinochet– y a la idea de “verdad”
de los relatos (“estructuras narrativas”) que se
generan de un determinado hecho considera-
do traumático, con el fin de favorecer el desa-
rrollo de un proceso histórico determinado. A
través del caso del nazismo señala que:

Tanto en el nivel de los sucesos como en


el de las estructuras, las reivindicaciones
provenientes de la historiografía pueden
utilizarse en el debate y la crítica de
arte (incluida la ficción) de un modo Figura 1. Afiche Taller de Cine Documental.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 117


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

posicionándolas como una cuestión central ni fui parte del movimiento estudiantil,
menos intentando vincularla con cuestiones entonces de alguna forma me vi reflejado
del presente, como sí se hace cuando se anali- en esta lucha que ellos estaban dando.
za económicamente el periodo. (Testimonio de Julio Candia, 2017)

El taller se caracteriza por ser una iniciativa


El Taller Documental del Liceo surgida por y para los estudiantes, quienes
de Aplicación y la posibilidad de
poco a poco se fueron involucrando en el tra-
aprender del trauma
bajo documental en compañía de quien tomó
El Taller Documental comienza a gestarse en la posición de docente:
el año 2011 en el contexto de una de las más
radicales movilizaciones estudiantiles del Chile La idea expuesta a ellos de colaborar en
postdictatorial. Las marchas y protestas que este documental que hablaba de la historia
demandaban democratización a nivel institu- del Liceo y también habla de la historia del
cional, desmunicipalización, fin al lucro y edu- movimiento estudiantil y de la educación
cación de calidad desembocaron en la toma pública les causó éxtasis. (Testimonio de
(ocupación) de múltiples establecimientos Julio Candia, 2017)
educacionales en el país, entre ellos el Liceo
Una vez acabada la toma del Liceo, el taller se
de Aplicación. Es en este espacio de lucha –en
formaliza bajo el nombre de “Taller de reali-
el que los estudiantes se encuentran fuera de
zación audiovisual” manteniendo la esencia
las cuatro paredes del aula– que un grupo de
de rescatar la memoria y el patrimonio histó-
estudiantes decide acercarse al trabajo desa-
rico-cultural a través del género documental,
rrollado por el documentalista Julio Candia.
puesto que –según su docente– era “para lo
Es una inquietud que surge desde los que había cabida en ese momento… así que yo
estudiantes, que ya me conocían porque me colgué de ese concepto y seguimos man-
yo el año 2008 empecé a filmar en el Liceo teniendo el nombre, pero en el fondo era la
para el documental Patios del Olvido, así justificación para trabajar nosotros en el resca-
que había pasado a ser parte del paisaje te de la memoria histórica y el patrimonio del
natural de esta comunidad educativa. establecimiento” (Testimonio de Julio Candia,
Cuando están en toma, desaparecen los 2017). Posteriormente el nombre se trans-
profesores, desaparecen las autoridades, formaría en lo que es hoy: “Taller Documental
pero había un tipo que siempre estaba con del Liceo de Aplicación” y, al contrario de los
una cámara y dispuesto a colaborar en lo métodos de aprendizaje tradicionales, en el ta-
que le pidieran. Yo también fui estudiante ller cada uno de los miembros es considerado
del Liceo, también estuve en toma, también como un sujeto productor de conocimientos:

118 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129


Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

Esto funciona al revés, porque ellos las dictaduras latinoamericanas. Las autoras
son muy capaces y muy creativos. El concluyeron que “cada investigador/a expre-
problema es que el sistema educativo no sa una identidad particular, manifestada en
cree en ellos, así que acá se encuentran percepciones y determinaciones subjetivas,
con una posición de horizontalidad, en en objetivos de trabajo, en los modos en
donde no hay profesor y alumno, hay que cada uno llegó a este campo comparti-
un compañero que da ciertas directrices do con el deseo y la consignas de investigar
y que viene como del pasado a contar memorias del pasado represivo” (p.195). Es
esta historia y ellos van a valerse de eso así como el trabajo realizado por el Taller va
para rescatar ese pasado. Se sienten mutando con el paso de los años, incorpo-
tratados como un igual, no se sienten rando nuevas actividades y focos de análisis,
bajo la tutela de un superior jerárquico. siempre volviendo sobre vivencias traumáti-
Acá no se imponen lecturas ni escritura ni cas para la comunidad:
un esfuerzo adicional que el alumno no
Desde el pasar una serie de películas
quiera desarrollar, el alumno va aportando
para nuestro estudio tanto de cine como
en la medida de su compromiso, de su
de memoria histórica, la preparación
tiempo y sus posibilidades. Eso hace que
teórica que se nos impartió en temas más
se comprometan más. (Testimonio de Julio
ligados a la historiografía y recuperación
Candia, 2017)
de la memoria, el rescate patrimonial
El taller funciona con una metodología y con de nuestros edificios (adjudicándonos la
etapas definidas. Primeramente, hay una responsabilidad de preparar y hacernos
enseñanza del lenguaje audiovisual y cine- cargo del Liceo en el día del patrimonio
matográfico, luego hay un acercamiento al nacional por 3 años consecutivos), hasta
trabajo investigativo realizado por parte de el desarrollo de la “Semana de la Juventud
las generaciones que ya pasaron por el ta- Combatiente” en donde llevamos a cabo
ller, posteriormente se ofrece un periodo de un cronograma completo con diversas
investigación que complementa el trabajo actividades culturales y reflexivas en torno
ya avanzado con los intereses, capacidades a la muerte de Mauricio Maigret y los
y subjetividades de los nuevos miembros hermanos Vergara Toledo, aplicacionistas
que se incorporan año a año al taller. Lo an- asesinados en dictadura y que en honor
terior se condice con el análisis de Jelin y a su recuerdo todos los 29 de marzo se
Kaufman (2006), cuando se refieren al tra- conmemora el día del Joven Combatiente.
bajo investigativo que desarrollaron con un (Testimonio de estudiante Camilo Brenett,
grupo de jóvenes sobre hechos sucedidos en 2017)

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 119


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

Se destaca dentro de las actividades mencio-


nadas la instancia pedagógica de participar del
Día del Patrimonio, en la cual los estudiantes
involucrados deben ser capaces de desenvol-
verse y exponer los logros alcanzados en base
al trabajo de investigación histórica frente a un
público diverso que asiste al espacio del Liceo
a aprender:

El taller se encarga de hacer una charla


abierta al público y van por lo menos unas
2 mil personas, así que los estudiantes
se iban turnando para no estar todo el
día los mismos repitiendo las cosas (…)
Venían profesores de universidad, de
otros colegios, gente académica que
quedaban maravillados, porque esto no se
ve en las salas de clases. Después no solo
tenían que ser capaces de pararse frente
a una audiencia desconocida y exponer
un discurso histórico, sino que también Figura 2. Desarrollo de uno de los murales
tenían que hablar delante de una cámara de rescate de la memoria.

o estar detrás de ella, manejar el lenguaje


audiovisual pero también la expresión oral. subjetividad se vuelven propensas a las modi-
(Testimonio de Julio Candia, 2017) ficaciones que se articulan desde el presente”
(Gajardo 2017).
En este tipo de actividades, el espacio físico
del Liceo de Aplicación es el escenario para El taller también retomó la tradición abando-
exponer la historia de la comunidad a perso- nada en los años 90 de publicar un anuario de
nas externas, en pos de la construcción de los estudiantes de octavo año básico y cuar-
una memoria colectiva: “creemos necesario to año de educación media. Al mismo tiempo,
reconocer que tanto el pasado como el espa- se ha encargado de publicar tres ediciones de
cio forman parte de construcciones sociales un “Calendario Histórico” compuesto por foto-
complejas que les otorgan significaciones que grafías que exponen historias y sucesos rele-
no son inamovibles, sino que en el marco de la vantes para la comunidad liceana. Finalmente,

120 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129


Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

destacan la sesión de fotomuralismo y una Al igual que otras áreas, el enfoque de este
exposición fotográfica con impresiones de ta- documental es trabajar con la nostalgia,
maño regular-grande, que fueron donadas por con lo que fue, y lo olvidado(...) En Alemania
los estudiantes a su establecimiento, después a los cabros [estudiantes] les hablan del
de lograr concretarlas solo en base a la auto- periodo nazi y los hacen identificarse con
gestión. Estas instancias han demostrado a la el proceso y la época de terror que vivió
comunidad liceana que el trabajo de memoria su país. Aquí en Chile se mira con pudor y
desarrollado tiene un carácter serio, lo que ha resquemor el tema de la memoria, sobre
facilitado la formalización del mismo: todo si es reciente, por ejemplo, la época de
la dictadura. (Testimonio de ex estudiante
La institucionalidad educativa ha ido poco Eduardo Henríquez, 2017)
a poco tomándole el peso a este trabajo. El
2016 recién se formaliza el taller y empieza
Propiciar ejercicios de memoria
a funcionar a través del Programa de para hablar de DD. HH.
Mejoramiento Escolar. Se me da una sala,
La reflexión central del presente artículo apun-
por fin, y un pequeño honorario simbólico.
ta a vislumbrar cómo se articula entonces un
(Testimonio de Julio Candia, 2017)
“trabajo de la memoria”, al más puro estilo de
A través de esta metodología de aprendizaje los lo expuesto por Elisabeth Jelin (2002); es decir,
estudiantes tienen un contacto directo con el cómo se abre en los estudiantes la posibilidad
pasado de la institución y especialmente con el de comprender la memoria como un campo
periodo de dictadura militar, periodo traumático, en permanente redefinición y construcción:
en el cual sujetos como ellos, que circularon por “Abordar la memoria involucra referirse a re-
los mismos espacios, fueron víctimas de la vio- cuerdos y olvidos, narrativas y actos, silencios
lencia del Estado. En el relato de los estudiantes
se pudo identificar el valor que estos le otorgan
a aprender y construir una memoria crítica por
medio del enfoque documental. Como señala
Eduardo Henríquez sobre su paso por el taller
en la etapa secundaria, aquello que ha sido ol-
vidado puede ser rescatado y reutilizado para
la reflexión entre las nuevas generaciones, es-
pecialmente en países que han atravesado por
sucesos colectivos traumáticos, como el caso Figura 3. Estudiantes del taller manejando una cámara.
de la Alemania Nazi: Matías Cárdenas y Camilo Brenett.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 121


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

y gestos. Hay en juego saberes, pero también estamos hablando de un problema que ocu-
hay emociones. Hay también huecos y fractu- rre en todo el país y es la falta de memoria, la
ras” (p.17). falta de identidad, porque la única identidad
que existe es comprar y vender” (Testimonio
El trabajo de memoria en el Liceo de
de Julio Candia, 2017). Ejemplifica lo anterior
Aplicación se caracteriza por situarse en me-
a través de la historia de una piedra memorial
dio de un contexto de ocultamiento temeroso
que existe en el Liceo, en la que se encontra-
del pasado reciente, lo que, en la perspectiva
ban inscritos los nombres de los miembros de
del documentalista y docente Julio Candia, se
la institución que habían sido asesinados en
traduce en una propuesta de olvido como una
el contexto del despliegue del terrorismo de
política institucional de la postdictadura, que
Estado dictatorial:
se refleja directamente en los colegios y li-
ceos del país.“Al hablar del Liceo de Aplicación [La piedra] la tiran en un lugar, volteada
hacia abajo, con los nombres escondidos,
y nosotros damos cuenta de eso en
imágenes después, lo que resulta muy
impactante porque aparece un inspector
del establecimiento diciendo que no hay
nada escondido, que en realidad está
guardada, pero vemos las condiciones
de la piedra y era muy diferente a lo que
ellos decían. Había un ocultamiento, una
necesidad institucional de silenciar la
situación. Esto es institucional, porque
estamos hablando de una escuela pública,
por eso no es casual. (Testimonio de Julio
Candia, 2017)

Para quienes forman parte del Taller


Documental del Liceo de Aplicación, la sen-
sación de ocultamiento de la historia, pero al
mismo tiempo de la presencia de un pasado
que se niega a ser olvidado, son el principal
incentivo para investigar y esclarecer lo ocu-
Figura 4. Piedra conmemorativa a estudiantes caídos. rrido, con el fin de generar una reconstrucción

122 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129


Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

identitaria a partir de eso. Camilo Brenett (20 comprender como algo ajeno a ellos. A través
años), ex alumno del Liceo de Aplicación seña- de la investigación, los mismos estudiantes
la que: descubren que la historia nunca será un tema
cerrado y que desde ella se pueden generar
El trabajo realizado con los hermanos del
discursos que sean útiles para el presente. Los
taller, cobra un tremendo significado, con
mismos participantes del taller dan cuenta del
fuertes cargas emotivas, al enseñarme a
vínculo explícito entre trabajo con las memo-
reconocer en mí y los espacios compartidos
rias y la enseñanza en Derechos Humanos:
con la comunidad aplicacionista una historia
común, de la cual sin lugar a dudas me Hablar de Memoria es hablar de
siento parte. Una historia que quizás a Derechos Humanos y eso nosotros
nivel institucional intenta ser ocultada o, lo estábamos haciendo día a día con
por lo menos, convenientemente omitida, nuestros compañeros de curso, amigos y
pero que ahí está. (Testimonio de Camilo compañeros del taller. Es importante que
Brenett, 2017) existan instancias en Chile como éstas
para lograr una mayor identificación con
Frente a estas declaraciones y la observación
el entorno en que vivimos, no para crear
desarrollada en el contexto de esta investiga-
ción, podemos proponer que en el proceso in- nacionalismos, sino para reconocernos con

vestigativo que desarrollan los estudiantes del lo que vivimos como pueblo y claramente lo
Taller Documental del Liceo de Aplicación, ocu- que estamos viviendo hoy. (Testimonio de
rre lo que LaCapra (2005) denomina “desaso- Eduardo Henríquez, 2017)
siego empático” (p.63). LaCapra (2005) sos-
El trabajo con las memorias se concreta cuando
tiene que el desasosiego empático ocurre en
las reflexiones respecto de las violaciones de
el proceso de acoger vivencias traumáticas de
los Derechos Humanos impulsan la conforma-
otros, poniendo en entredicho o contrastan-
ción de una identidad común; es decir, la toma
do las explicaciones de hechos límite que nos
de consciencia de que existe un pasado vincula-
ponen en un estado de incomodidad y exalta-
do al presente. Siguiendo lo planteado por Jelin
ción, frente a aquellas con las que intenntamos
(2002), el núcleo de cualquier identidad indivi-
tranquilizarnos.
dual o grupal se encuentra siempre vinculado a
Así, generando las condiciones para que estu- un sentido de permanencia y pertenencia a lo
diantes secundarios investiguen sobre casos largo del tiempo y del espacio. Los testimonios
de violaciones de DD.HH. ocurridas en dictadu- de los estudiantes se encuentran en concordan-
ra, abre una puerta a reflexionar sobre el va- cia con esta idea de permanencia, pero miran
lor de la historia y hacia un giro que la deje de las reflexiones sobre DD.HH. como una cuestión

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 123


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

que surge espontáneamente cuando van traba- no se había hecho nunca. (Testimonio de
jando los temas de memoria, como lo señala el Julio Candia, 2017)
coordinador del taller:
Lo recién señalado se condice con la concep-
Eso surge también desde los alumnos, ción sobre el campo de la memoria de Sarlo
porque cuando se empieza a hacer revisión (2005), quien afirma que las discusiones acer-
del material histórico que se tiene surgen ca de los impactos del terrorismo de Estado
las reiteradas violaciones a los Derechos en nuestras sociedades deben permanecer
Humanos que se han cometido contra la abiertas para ser enseñadas, discutidas y pro-
comunidad de este Liceo, entonces los blematizadas principalmente en las escuelas.
estudiantes lo empiezan a mirar como uno De esa forma, la memoria se convierte en “Es
de los elementos que le da identidad a su un campo de conflictos también para quienes
comunidad a lo largo del tiempo, porque sostenemos que el “nunca más” no es un cie-
realmente marcó mucho, en los años 80 rre que deja atrás el pasado sino una decisión
y hasta hoy mismo. (Testimonio de Julio de evitar las repeticiones, recordándolo” (Sarlo,
Candia, 2017) 2005, p.24).

La reflexión que surge en este contexto no es


desde el pasado hacia el pasado, sino desde el Consideraciones finales:
el impacto del taller, sus
pasado hacia el presente, puesto que cuando
posibilidades y limitaciones
los estudiantes comprenden que la memoria
se encuentra en permanente construcción se El Taller Documental del Liceo de Aplicación
abre la posibilidad de visibilizar y no naturalizar puede ser concebido como una propuesta de
las violaciones a los DD.HH. que ocurren hoy educación en DD.HH. en un sentido amplio. A
en los espacios escolares, principalmente en través del trabajo con la memoria histórica ha
el contexto de las movilizaciones estudiantiles. sido capaz de estimular la identidad y el involu-
cramiento de los estudiantes con la comunidad
Cuando los estudiantes se encuentran con liceana, generando relatos que se hacen car-
este material, como archivos de prensa go del pasado y presente del establecimiento,
o entrevistas a familiares directos de proyectando un futuro común. Además, se
personas que sufrieron vulneraciones a sus hace efectivo el entrecruzamiento de la me-
Derechos Humanos, empiezan a reaccionar moria suelta y la memoria emblemática, dando
y reflexionar respecto de la memoria del paso a una memoria colectiva (Stern, 2000),
país y se dan cuenta que no se trata de ya no solo de estudiantes sino de sujetos de
un proceso de recuperar o reconstruir la derecho. Aquí lo interesante es que el impac-
memoria, sino que de construirla, porque to identitario del taller no solo abarca a los

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Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

estudiantes talleristas, sino que es capaz de llevan a cabo las cosas, quienes proponen que
expandirse hacia la comunidad del Liceo con el aprendizaje puede surgir de dinámicas me-
base en el desarrollo de diversas actividades nos autoritarias en las que el conocimiento del
que no son pensadas para permanecer ceñidas alumno es igual de valioso que el conocimien-
al espacio del aula, sino que más bien son ex- to que posee el docente. Entonces, el Taller
puestas constantemente a la comunidad edu- se caracteriza por posicionarse en un sentido
cativa e incluso al entorno externo. contrario a la educación tradicional y sus prio-
ridades de enseñanza, en donde la memoria
El taller analizado es una es una demostración
histórica “es ahora rechazada en provecho de
de que se pueden integrar metodologías de
la observación y la experiencia, de la inteligen-
aprendizaje horizontales en el contexto esco-
cia y de la razón” (Todorov, 2000, p.22), abrien-
lar, lo cual se constituye como un desafío para
do paso a una orientación que prioriza las de-
la educación del Siglo XXI. En instancias como
nominadas ciencias duras en desmedro de las
estas, el estudiante deja de ser concebido
humanidades, las artes o las ciencias sociales.
como un simple receptáculo de información:
El posicionamiento central de las disciplinas de
Lo que ellos [los estudiantes] plantearon la memoria en el Taller Documental, ha gene-
en 2011, cuando esto empieza, es que rado un ambiente propicio para el aprendizaje
por favor les cambiemos esta dinámica de habilidades distintas a las entregadas en la
vertical que existía en la educación por sala de clases tradicional. Los testimonios ana-
algo un poco más horizontal y participativo. lizados indican que los jóvenes que participan
No se trataba de cambiar el aula por una del Taller han logrado adquirir habilidades de
asamblea, sino más bien de reconocer liderazgo, habilidades comunicativas y con-
la voluntad del estudiante también, una fianza en sí mismos.
cuestión que está omitida. En el fondo,
Influyó en mi manera de relacionarme
si vamos a pasar tantas horas juntos,
colectivamente, y marcó demasiado eso.
estamos produciendo conocimiento juntos,
Influyó en todos nosotros, que los trabajos
entonces no tengo para qué ponerme en un
colectivos no son meros trabajos grupales.
plano superior si ya por el hecho de estar
No. Es más que eso. Conocí a mucha gente
parado adelante se entiende que eres el
en este taller, muchas vivencias y mucha
más viejo, que ya estudió, que tiene cierta
experiencia, y por eso le doy gracias a
expertise. Ellos entienden eso. (Testimonio
Julio por haberme invitado a este proyecto
de Julio Candia, 2017)
(Testimonio de Eduardo Henríquez). Acá
Son los mismos liceanos, en una aspiración por se da un proceso contrario que hace que
cambiar y cuestionarse la manera en que se los estudiantes empiecen a tener una

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 125


Isaac Gajardo Miranda / Macarena Alegría García

conciencia sobre la sociedad en la que que hasta el momento no ha estado presente.


están viviendo, pero el trabajo mismo Asimismo, debemos señalar como otra limita-
del taller yo creo que apoya en darles la ción que el Liceo de Aplicación representa una
confianza en sí mismos. (Testimonio de realidad particular en la educación chilena, ya
Julio Candia, 2017) que forma parte de los denominados “liceos
emblemáticos”, que se caracterizan por te-
Dentro de las limitaciones que podríamos
ner resultados más altos que el promedio de
mencionar al momento de proponer esta ini-
establecimientos públicos y una historia insti-
ciativa como un ejemplo para tratar temáticas
tucional que los convierte en referentes de la
relacionadas con Derechos Humanos a par-
educación pública en el país.
tir de ejercicios de memoria histórica, está la
necesidad de modificaciones sustanciales en Más allá de las limitaciones, el Taller
el currículum escolar: la introducción de estos Documental del Liceo de Aplicación es una al-
contenidos, pero también de nuevas metodo- ternativa interesante para el abordaje de la te-
logías que eviten que los estudiantes puedan mática de los Derechos Humanos en la medida
tomar una posición pasiva y, asimismo, se in- que considera explícitamente la participación
centive el desarrollo de actividades de inves- de las nuevas generaciones de jóvenes en la
tigación básicas que los hagan partícipes de la tarea de permanente construcción de la me-
construcción del conocimiento, dentro y fuera moria histórica para el logro del desafío impe-
del aula. No obstante, para entender el currí- rativo de la recomposición del tejido social y la
culum como una política pública, hace falta lucha permanente por la necesaria democrati-
la voluntad política y de la sociedad chilena, zación de la sociedad.

126 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129


Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

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Construyendo memorias para entender el presente. Currículum escolar,
memoria y educación en derechos humanos: el caso del Taller Documental del Liceo de Aplicación en Chile

Isaac Gajardo Miranda - isaac.0660@gmail.com


Forma parte del Programa de Investigación, Archivo y Documen-
tación de la Comisión Chilena Pro-Derechos Juveniles (PIAD-Co-
deju). Bachiller en Humanidades, Licenciado en Historia y Ma-
gíster en Literatura Latinoamericana por la Universidad Alberto
Hurtado. Actualmente estudiante de Licenciatura en Educación
y Pedagogía en la Universidad Academia de Humanismo Cristia-
no. Sus intereses de investigación se orientan hacia la historia
de la educación y los estudios culturales sobre la construcción
de memorias en tiempos de postdictadura, en términos de prác-
ticas organizacionales, socioafectivas y acciones de niños, ado-
lescentes y jóvenes. Actualmente se desempeña como Coordi-
nador Ejecutivo de la Comisión Chilena Pro-Derechos Juveniles
(Codeju), histórica ONG de Derechos Humanos, y en el espacio
académico es Editor en Coyuntura, revista académica del Depar-
tamento de Historia de la Universidad Alberto Hurtado.

Macarena Alegría García - macalegria@gmail.com


Forma parte del Programa de Investigación, Archivo y Documen-
tación de la Comisión Chilena Pro-Derechos Juveniles (PIAD-Co-
deju). Socióloga por la Universidad Alberto Hurtado. Actualmen-
te estudiante del Magister en Sociología de la misma institución.
Sus intereses de investigación se orientan a la sociología de la
educación, sociología histórica y sociología latinoamericana. Ac-
tualmente se desempeña como miembro del equipo ejecutivo
en el área de Redes y Extensión, en la Comisión Chilena Pro-De-
rechos Juveniles (Codeju), histórica ONG de Derechos Humanos.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 111-129 129


ISSN: 2523-112X

Del olvido a la memoria,


de la memoria a la justicia:
el caso de El Salvador
From forgetfulness to memory, from memory to justice:
the case of El Salvador

Leonor Arteaga Rubio

RESUMEN
El artículo propone que, desde la invalidación de la ley de amnistía de El Salvador, por una
decisión constitucional en julio de 2016, el país se encuentra ante una nueva oportunidad
histórica, política y jurídica para abordar la impunidad en la que han permanecido los más
graves crímenes ocurridos durante el conflicto armado que tuvo lugar entre 1980 y 1992. Mejoras
en la rendición de cuentas por el pasado, beneficiarían la lucha contra la impunidad del presente.
Los juicios de casos emblemáticos, si se hacen bien, podrían cambiar las narrativas oficiales de
negación y olvido, y dar reconocimiento a las víctimas.

Palabras clave: Conflicto armado en El Salvador / Impunidad / Víctimas / Justicia / Memoria


colectiva

ABSTRACT
The article proposes that, since the amnesty law of El Salvador was invalidated by a constitutional decision
in July 2016, the country faces a new historical, political and legal opportunity to address the impunity of
serious crimes committed during the armed conflict that took place between 1980 and 1992. Improvements
in accountability for past atrocities would benefit the fight against impunity of the present. Emblematic
trials, if done well, could change the official narratives of negation and forgetfulness, and provide proper
recognition to victims.

Keywords: El Salvador’s armed conflict / Impunity / Victims / Justice / Collective memory

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143 131


Leonor Arteaga Rubio

Las sociedades que se recuperan de masivas vio- impulso, dando paso a un postconflicto en el
laciones de derechos humanos y periodos de vio- que dominó la voluntad de enterrar la memoria
lencia política han intentado la reconciliación de histórica. La mayor parte de la sociedad abrazó
diversas maneras; sin embargo, con más frecuen- la idea del borrón y cuenta nueva, por miedo o
cia de lo deseado, los procesos transicionales no por indiferencia; en contraste con los procesos
están a la altura de este objetivo debido a la falta en buena parte de América Latina, donde se
de un enfoque integral y de esfuerzos sostenidos alcanzaron consensos en torno a la necesidad
para garantizar la verdad, la justicia, la reparación de aprender de un mal pasado –como las gue-
y la no repetición. Este es el caso de El Salvador. rras– como base para un mejor futuro.

Veinticinco años atrás, en 1992, el gobierno y Las víctimas sobrevivientes, por su parte, conti-
la guerrilla del FMLN1 ponían fin a un conflicto nuaron con sus memorias vivas en privado, sin
armado de doce años que dejó más de 75.000 reconocimiento público de su dolor, con lo que
víctimas, a través de unos Acuerdos de Paz aus- se acrecentaron sus daños. La alianza de silencio
piciados por Naciones Unidas. En su momento, fue sellada por una ley de amnistía3 amplia y ab-
este proceso fue considerado un modelo exitoso soluta4, que contravino todos los estándares in-
de salida negociada,2 por incluir no solo un cese ternacionales sobre la materia, y que se mantuvo
al fuego, sino un pacto que prometía atender las vigente por veintitrés años, hasta que, en julio de
causas de origen, transformando los sistemas 2016, la Corte Suprema de Justicia le puso un alto
político, económico y judicial. Hoy sabemos que definitivo.5 Esta decisión judicial causó revuelo en
careció de algunos elementos esenciales como varios sectores, abriendo un capítulo inédito para
la centralidad de las víctimas y la inclusión de la justicia, pese a que el poder político no respal-
amplios sectores de la sociedad que apuntala- da el juzgamiento de delitos del pasado.
ran la implementación de los acuerdos.
La ley de amnistía se aprobó inmediatamen-
Mientras las armas quedaban lejos, las as- te después de que la Comisión de la Verdad
piraciones de cambios estructurales perdían

3 Ley de Amnistía General para la Consolidación de la


1 El Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional
Paz, Decreto Legislativo Nº 486, publicado el 22 de
(FMLN) se creó en 1980 y reunió a los cinco grupos
marzo de 1993.
políticos armados de oposición: las Fuerzas Populares
de Liberación, el Ejército Revolucionario del Pueblo, las 4 La ley establecía una amnistía “amplia, absoluta e in-
Fuerzas Armadas de Liberación, las Fuerzas Armadas condicional a favor de todas las personas que en cual-
de Resistencia Nacional y el Partido Revolucionario de quier forma hubieran participado en la comisión de de-
los Trabajadores de Centroamérica. Tras los acuerdos litos políticos, comunes conexos con éstos y en delitos
de paz, el FMLN se convirtió en un partido político. comunes cometidos antes del 1° de enero de 1992,
por un número de personas que no baje de veinte”.
2 Ver Ricardo Ribera, “El Salvador: La negociación del
acuerdo de paz ¿Un modelo para el mundo?”, Realidad 5 Sentencia de Inconstitucionalidad 44-2012/145-2013,
37 (enero-febrero de 1994, pp.89-134). de fecha 13 de julio de 2016.

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Del olvido a la memoria, de la memoria a la justicia: el caso de El Salvador

de ese país emitiera su informe en marzo de que habían perpetrado, ordenado o encubierto
1993, en franco rechazo a sus hallazgos y re- las atrocidades. Recomendó destituir a todos
comendaciones. La Comisión llegó a la conclu- los miembros de las fuerzas armadas o funcio-
sión de que la mayoría de las masacres, des- narios civiles identificados y propuso una serie
apariciones forzadas y torturas, en el periodo de cambios al poder judicial y a las institucio-
de 1980 a 1992, habían sido cometidas por nes de seguridad. La mayoría de las recomen-
miembros de las fuerzas armadas o por es- daciones nunca se implementaron.7
cuadrones de la muerte vinculados a ellas y,
en menor medida, por los grupos de guerrilla.6 El camino para derribar la ley
Este contexto era alentado por un sistema de de amnistía
justicia cómplice que era parte de un patrón de Intentos iniciales por obtener una declarato-
impunidad institucionalizada. ria de inconstitucionalidad contra la Ley de
El informe destacó casos ilustrativos de los Amnistía de 1993 no fructificaron.8 Este cierre
patrones de violencia que sumieron a El de espacios en la justicia nacional motivó a las
Salvador en un período denominado de “lo- organizaciones de derechos humanos a bus-
cura” (Naciones Unidas, 1993, p.1). El informe car la protección internacional, especialmente
indicó que “es imposible sostener que este ante el sistema interamericano de derechos
patrón de conducta sea atribuible solo a los humanos.
mandos locales, y que haya sido desconocido Para finales de la década de los noventa,
de los mandos superiores… [L]as masacres de este esfuerzo dio frutos ante la publicación
población campesina fueron denunciadas rei- de los informes de fondo de la Comisión
teradamente” (p.131). Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),
En la generalidad de esos casos, la Comisión de en los casos de las ejecuciones del sacerdo-
la Verdad nombró a personas que consideraba te Ignacio Ellacuría y otras personas (1999) y

6 La Comisión de la Verdad registró más de 22.000 de-


nuncias de graves hechos de violencia ocurridos en El
Salvador. Más de un 60% del total corresponden a eje-
cuciones extrajudiciales; más del 25% a desapariciones
7 Para obtener más información sobre cumplimiento de
forzadas; y más del 20% incluyen denuncias de tortura.
los acuerdos de paz, ver Roberto Oswaldo López, Ca-
Los testimoniantes atribuyeron casi 85% de los casos a
rolina Quinteros y Carlos Guillermo Ramos (2015),
los agentes del Estado, a grupos paramilitares aliados
de estos y a los escuadrones de la muerte. Los efec- 8 En una sentencia del 20 de mayo de 1993, la Sala de lo
tivos de la Fuerza Armada fueron acusados en casi el Constitucional de la Corte Suprema de Justicia se de-
60% de las denuncias; los miembros de los cuerpos de claró incompetente para evaluar la constitucionalidad
seguridad aproximadamente en el 25%. Las denuncias de la ley de amnistía, y argumentó que la disposición
registradas responsabilizaron aproximadamente en el sobre amnistía constituía un “acto eminentemente
5% de los casos al FMLN (Naciones Unidas, 1993). político”.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143 133


Leonor Arteaga Rubio

de Monseñor Oscar Arnulfo Romero (2000),9 que la amnistía de 1993 no era aplicable a
entre otros. La CIDH declaró en sus informes las violaciones de los derechos humanos, así
la incompatibilidad entre la Ley de Amnistía como tampoco a crímenes ocurridos durante
de 1993 y la Convención Americana sobre el período presidencial en la que fue dictada.11
Derechos Humanos; recomendó al Estado de Si bien esta sentencia no declaró la inconsti-
El Salvador dejar sin efecto dicha ley, inves- tucionalidad de la Ley de Amnistía, sí dejó el
tigar plena y eficazmente estos crímenes y camino libre para que esta no tuviera validez
reparar a las víctimas.10 en casos de derechos fundamentales. Desde
ese momento, la amnistía podía ser discutida
Tras los informes de la CIDH, en el ámbito in-
en los tribunales y los jueces tenían la potestad
terno, la Sala de lo Constitucional agilizó el
de inaplicarla, cosa que nunca ocurrió. El dis-
trámite de una demanda de inconstitucionali-
curso oficial que reclamaba no tocar el pasado
dad contra la Ley de Amnistía, presentada en
para no poner en peligro la paz, había calado
el año 1998 por organizaciones de derechos
en los operadores de justicia, acostumbrados a
humanos. Así, en septiembre de 2000, dicha
depender de las conveniencias políticas.
Sala dictó una sentencia en la cual consideró
Más tarde, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en la sentencia del caso El Mozote,12
9 Informe N° 136/99, Ignacio Ellacuría S.J. y otros, del 22 al analizar la aplicación de la Ley de Amnistía
de diciembre de 1999; e Informe N°37/00, Monseñor
Oscar Romero, del 13 de abril de 2000. También des- en relación con la investigación penal de las
tacó el Informe N° 1/99, Lucio Parada Cea y otros, del
masacres, tuvo por inválidos sus efectos y or-
27 de enero de 1999.
denó al Estado tomar las medidas necesarias
10 En el mismo sentido se pronunciaron los órganos de pro-
tección de derechos humanos de las Naciones Unidas tales para que la amnistía no siga siendo un impedi-
como el Comité de Derechos Humanos, el Grupo de Trabajo
sobre las Desapariciones Forzadas e Involuntarias y el Co-
mento para la persecución penal. No obstante
mité contra la Tortura. Ver ONU, Comité de Derechos Huma- estos avances jurisprudenciales, internos e in-
nos, Observaciones Finales, El Salvador, Doc. CCPR/C/79/
Add.34, 18 de abril de 1994, Comité de Derechos Huma- ternacionales, la impunidad continuó prevale-
nos, Observaciones Finales, El Salvador, Doc. CCPR/CO/78/ ciendo en El Salvador. Diversas denuncias pre-
SLV, 22 de agosto de 2003 y Comité de Derechos Humanos,
Observaciones Finales, El Salvador, Doc. CCPR/C/SLV/CO/6, sentadas por las víctimas y sus representantes
18 de noviembre de 2010; Informe del Grupo de Trabajo fueron ignoradas o rechazadas por el sistema
sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias, Misión a
El Salvador, U.N. Doc. A/ HRC/7/2/Add.2, 26 de octubre de
2007, y Observaciones Finales del Comité contra la Tortura
respecto a El Salvador, U.N. Doc. CAT/C/SLV/CO/2, 9 de di-
ciembre de 2009.
11 Sentencia Sala de lo Constitucional, caso 24-97/21-98
Sobre los principales criterios de la jurisprudencia latinoa-
acumulados, de fecha 26 de septiembre de 2000.
mericana que rechaza la aplicación de las leyes de amnistía
para el juzgamiento de crímenes internacionales, que a su 12 Corte IDH. Caso Masacres de El Mozote y lugares aledaños
vez retoma los estándares del Sistema Interamericano de Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
Derechos Humanos, ver Medellín, Ximena, 2009, p. 273. de 25 de octubre de 2012. Serie C No. 264.

134 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143


Del olvido a la memoria, de la memoria a la justicia: el caso de El Salvador

de justicia.13 La falta de justicia se materializó no La sentencia de


solo a través de la invocación de la ley de amnistía, inconstitucionalidad de 2016
sino también a través de otras prácticas de impu- Tras varias demandas y años de espera, la Sala
nidad, como la aplicación de la prescripción;14 el ar- de lo Constitucional de la Corte Suprema de
chivo injustificado o la simple inactividad procesal; Justicia de El Salvador resolvió el 13 de julio de
pasando por la práctica de investigaciones poco 2016 que la Ley de Amnistía de 1993 era in-
serias, condenadas de antemano al fracaso.15 constitucional porque violaba las obligaciones
internacionales del país de investigar y juzgar y,
13 Tras el restablecimiento de la paz e incluso durante la por tanto, no debía aplicarse más a los delitos
guerra, las víctimas, representadas por organizaciones de
derechos humanos, denunciaron penalmente casos de de lesa humanidad y de crímenes de guerra, co-
desapariciones forzadas, homicidio y tortura. Luego de la metidos por cualquiera de los bandos en con-
reforma judicial iniciada para establecer un sistema acusa-
torio, las demandas se plantearon ante la Fiscalía General flicto16. En buena medida, la importante evolu-
de la República, para que esta investigara los hechos e ini-
ciara las acciones penales correspondientes. Según consta
ción del derecho nacional e internacional de los
en información reunida por organizaciones salvadoreñas y últimos años, aunada a las innumerables críti-
la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos,
a pesar de la persistencia y la colaboración de las víctimas, cas a esta legislación, prácticamente obligaban
estos casos permanecieron abiertos durante años sin pasar a los jueces supremos a adoptar esa posición.
de la etapa preliminar y sin que hubiera ningún tipo de ac-
tividad procesal; y en algunas instancias fueron archivados
sin que se concluyera la investigación de los responsables. Frente al argumento de que los procesos de paz
Con respecto a la ineficacia en la investigación y el castigo requieren normas penales distintas a las de otros
de delitos ocurridos en el marco del conflicto armado, ver,
p. ej., “La impunidad en El Salvador: Tragedia del pasado y procesos transicionales,17 la Sala explicó que, si
del presente”, informe presentado a la CIDH durante el 131º. bien era posible que existiera un cierto “margen
período de sesiones, 12 de marzo de 2008, por la Comisión
de Trabajo en Derechos Humanos Pro Memoria Histórica de de apreciación” en la ejecución de las sanciones
El Salvador y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacio-
nal (CEJIL). Ver también Corte I.D.H., Caso Contreras y otros.
aplicadas a los autores en un juicio, eso no sig-
vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia del 31 de nificaba desconocer obligaciones en materia de
agosto de 2011, Serie C, Nº. 232, párrafo 145 y sig.
derechos humanos. La sentencia también pros-
14 Ver resolución de la Procuraduría para la Defensa de los
Derechos Humanos (PDDH) de El Salvador, de fecha 30 de
cribe la futura aprobación de cualquier otra ley
octubre de 2020, “Caso Jesuitas”, Informe sobre la impuni- de similares efectos, prohíbe la aplicación de la
dad respecto de las ejecuciones arbitrarias de Ignacio Ella-
curía, S. J.; Ignacio Martín Baró, S.J.; Joaquín López y López, figura de la prescripción, restablece la obligación
S.J.; Amando López, S.J.; Segundo Montes, S.J.; Juan Ramón de acceso a la justicia de las víctimas y da pautas
Moreno, S.J.; Elba Julia Ramos y Celina Mariceth Ramos.
para que se legisle en materia de reparaciones.
15 Durante audiencia temática ante la CIDH, realizada el 19 de
marzo de 2015, la Fundación para el Debido Proceso (DPLF)
y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos
16 Ver Roht-Arriaza, Naomí, 2016.
(PDDH) de El Salvador, presentaron informe sobre la situa-
ción de impunidad respecto de violaciones graves de los 17 Ver, por ejemplo, voto razonado de Juez Diego García Sa-
derechos humanos ocurridas durante conflicto armado en El yán, en Corte IDH. Caso Masacres de El Mozote y lugares
Salvador, en la cual describieron los diferentes patrones de aledaños Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas.
impunidad con relación a este tipo de casos. Sentencia de 25 de octubre de 2012. Serie C No. 264.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143 135


Leonor Arteaga Rubio

Lo dictaminado por el máximo tribunal nacional están dejando de considerar que la impunidad es
fue bien recibido por las víctimas porque es cohe- infranqueable. La comunidad internacional y las or-
rente con sus reivindicaciones, pero muchos fun- ganizaciones de derechos humanos se preguntan
cionarios públicos, líderes políticos, ex-miembros si ha llegado la hora de los juicios en El Salvador.
y miembros actuales de las fuerzas militares,
expresaron su desacuerdo y el temor de que se La justicia que viene
iniciara “una cacería de brujas”.18 Un año y medio Paulatinamente, los tribunales del país han co-
después, es obvio que esto no ha ocurrido ni ocu- menzado a inaplicar la ley de amnistía, reabrien-
rrirá. En este periodo, apenas se han reabierto do las causas más simbólicas que permanecie-
tres casos, como indicaremos más adelante. ron clausuradas por más de veinte años. Hasta
Más allá de sus efectos jurídicos y del descontento ahora los casos abiertos corresponden a las ma-
de algunos sectores, la sentencia que expulsa la sacres de El Mozote, masacre de El Calabozo,19 y
ley de amnistía ha sido un parteaguas. Desde su
publicación, se ha asumido que existe una especie
de permiso social para hablar de la rendición de 19 Más de 200 personas civiles, entre ellas niños, niñas, ado-
lescentes y adultas mayores, fueron víctimas de ejecuciones
cuentas por el pasado sin ser calificado de querer extrajudiciales, durante un operativo militar y de la Fuerza
atacar a ningún bando. Se han abierto diversos Armada de El Salvador. El crimen fue perpetrado el 22 de
agosto de 1982, por tropas del Batallón de Infantería Atlacatl
espacios para el debate de las narrativas oficiales, y de otras unidades militares que intervinieron, en el cantón
las experiencias de las víctimas, incluso de los vic- Amatitanes, del municipio de San Esteban Catarina, departa-
mento de San Vicente. En 1992 se inició proceso penal por
timarios, y el pensamiento crítico y creativo sobre denuncia de sobrevivientes de la Masacre, ante el Juzgado
qué hacer hoy con esa realidad. De repente, tanto de Primera Instancia de San Sebastián, ordenándose diver-
sas diligencias de instrucción, las cuales no tuvieron con-
las víctimas como los responsables de los abusos tinuidad tras la aprobación de la Ley de Amnistía de 1993,
aunque ésta no fue formalmente aplicada al caso concreto.
El 27 de septiembre de 2006, las víctimas, acompañadas
18 Ver, por ejemplo, “¿Por qué es inconstitucional la Ley por el Centro para la Promoción de los Derechos Humanos
de Amnistía en El Salvador?”, Telesur, 14 de julio de “Madeleine Lagadec” y de un abogado representante, inter-
2016. Disponible en http://www.telesurtv.net/news/ pusieron una acusación particular, contra 6 altos oficiales de
Por-que-es-inconstitucional-la-ley-de-Amnistia-en-El- la Fuerza Armada de la época, vinculándolos con la perpetra-
Salvador-20160714-0032.html; “El Salvador: Declaran ción de 5 delitos graves durante la masacre. En esa ocasión,
inconstitucional Ley de Amnistía”, Prensa Libre, 14 de la Jueza de la causa ordenó que el caso continuara en estado
julio de 2016. Disponible en http://www.prensalibre. de “archivo”, argumentando la vigencia de la amnistía y por
com/internacional/el-salvador-declaran-inconstitucio- considerar transcurrido el plazo de la prescripción.
nal-la-ley-de-amnistia; “La Justicia de el Salvador Declara Sin embargo, con fecha 11 de noviembre de 2016, la Sala
Inconstitucional la Ley de Amnistía”, el Mundo, 14 de julio de lo Constitucional dictó la sentencia de Amparo 558-2010,
de 2016. Disponible en http://www.elmundo.es/interna- mediante la cual declaró que la denegatoria de investigación
cional/2016/07/14/57875488e5fdeafe6f8b4695.html; de la masacre generaba violación a derechos constituciona-
Malkin, Elisabeth y Palumbo, Gene, “La Corte Suprema de les de las víctimas sobrevivientes. En aplicación de esta sen-
El Salvador Declara Inconstitucional la Ley de Amnistía”, tencia, el caso fue “desarchivado” con fecha 12 de diciembre
15 de julio de 2016. Disponible en https://www.nytimes. de 2016. El Tribunal ha requerido información sobre los car-
com/es/2016/07/15/la-corte-suprema-de-el-salva- gos militares que ostentaron en la época los acusados, pero
dor-declara-inconstitucional-la-ley-de-amnistia/. aún no los declara como imputados.

136 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143


Del olvido a la memoria, de la memoria a la justicia: el caso de El Salvador

de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.20 Estos jui- ha invocado repetidamente esta norma para
cios se tramitan bajo el sistema procesal penal evitar iniciar causas. Estos y otros anteceden-
de la época, donde el juez tenía facultades de tes generan dudas si dará un giro significativo
investigación y sanción (proceso inquisitivo), lo a sus acciones.
que genera dudas sobre las garantías al debido
En diciembre de 2016, la Fiscalía creó un grupo
proceso de víctimas y acusados, y el papel de
especial de fiscales para investigar los casos
la Fiscalía, pero otorga más facultades de ac-
del conflicto armado, siguiendo la sentencia
tuación a los acusadores particulares, quienes
de la Sala.22 Este avance en la construcción de
representan a las víctimas. Este último punto
institucionalidad especializada se ha visto en-
ha sido valorado por las organizaciones de de-
sombrecido por las declaraciones públicas del
rechos humanos como una ventaja, ante la in-
propio Fiscal General indicando que no cuenta
actividad –cuando no entorpecimiento– que ha
con el presupuesto para echar a andar el grupo.
caracterizado la actuación de los fiscales a lo
Hasta ahora se desconoce su funcionamiento
largo de los años en relación con los más gra-
y estrategias de persecución. Lo que salta a la
ves crímenes de la guerra.
vista es que no se ha presentado ningún nuevo
La Fiscalía defendió la ley de amnistía ante la caso ante los tribunales ni se está avanzando
Sala en el proceso de inconstitucionalidad21 y en investigación alguna respecto de las causas
ya judicializadas.

20 Monseñor Oscar Arnulfo Romero, líder espiritual de re- Las organizaciones de derechos humanos y
nombre internacional, fue asesinado el 24 de marzo las víctimas se están movilizando, poco a poco,
de 1980, en la ciudad de San Salvador, por miembros
de un escuadrón de la muerte que actuaba bajo la tole- para continuar con las querellas, en este es-
rancia y el apoyo del Estado. La Comisión de la Verdad,
identificó a los integrantes del escuadrón de la muerte
cenario diferente para el cual no estaban del
que perpetró el asesinato. todo preparadas.
El caso fue formalmente archivado por el Juzgado
Cuarto de lo Penal en el año de 1993, por aplicación
de la Ley de Amnistía. Luego de que esta Ley se decla-
No se sabe con certeza si en algunos de es-
rara inconstitucional, con fecha 12 de mayo de 2017, tos procesos judiciales se están realizando
el actual Juez Cuarto de Instrucción (antes Cuarto de
lo Penal), revocó el sobreseimiento provisional a favor
del único imputado con vida que fue procesado, rea-
22 Ver La Prensa Gráfica: “Fiscalía crea grupo que in-
briendo el caso.
vestiga los crímenes de la guerra” , 16 de enero de
21 Ver carta abierta de varias organizaciones de derechos 2017, disponible en http://www.laprensagrafica.
humanos al Fiscal General de El Salvador: “Preocupa- com/2017/01/16/fgr-crea-grupo-que-investiga-los-
ción ante la posición de la Fiscalía General respecto crimenes-de-guerra, y también ver comunicado de
del deber de investigar crímenes de derecho inter- prensa de la Comisión Interamericana de Derechos
nacional y graves violaciones a derechos humanos”, Humanos “CIDH urge a El Salvador a continuar comba-
disponible en http://www.dplf.org/sites/default/fi- tiendo la impunidad para los graves crímenes del pa-
les/20162009203020es20incidencia20carta20pbca- sado”, 9 de febrero de 2017, disponible en http://www.
20deber20de20inv20final20publica.pdf oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2017/012.asp

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143 137


Leonor Arteaga Rubio

investigaciones más exhaustivas contra todos humanos y cuentan con elementos para ser
los autores, o si pronto serán llevados a juicio calificados como crímenes internacionales.
oral y público. El Salvador es tierra inexplorada
Entonces, ¿finalmente se vislumbra en el hori-
cuando se trata de juicios nacionales por crí-
zonte salvadoreño la posibilidad de justicia? No
menes internacionales (de lesa humanidad y
tenemos la respuesta; lo que sí sabemos es que
de guerra). Por ahora, todo indica que los jue-
se han dado los primeros pasos, fundamental-
ces se valen de la iniciativa de los representan-
mente gracias a la tenacidad de los sobrevivien-
tes de las víctimas para el recojo de evidencias
tes y la valentía de algunos jueces. Sin embargo,
o el desarrollo de argumentos, más que de
la tarea es grande y cargada de desafíos.
sus propias facultades. Como indicábamos, la
Fiscalía no parece muy interesada en asumir En primer lugar, hay que ver la cuestión de la vo-
un rol más protagónico. luntad política (o la falta de ella) de cumplir con
la sentencia sobre la amnistía. Igualmente im-
El caso que muestra, hoy por hoy, mayor pro-
portante es la falta de pleno cumplimiento –que
greso es el de la masacre El Mozote,23 en el cual,
también podría reflejar una falta de compren-
según cifras oficiales,24 978 personas fueron
sión– de las normas internacionales de dere-
asesinadas por miembros de las fuerzas arma-
chos humanos y las obligaciones que se derivan
das  durante un operativo militar realizado en
de las mismas, así como de los cuidados a tener
diciembre de 1981, en la que es considerada la
en cuenta al tratar con víctimas de atrocidades.
más grande matanza contra civiles en América
Latina en décadas recientes.  Hasta ahora, die- En medio de estas debilidades, la búsqueda de
ciocho ex miembros de la fuerza armada han justicia constituye, además de un imperativo
sido acusados por nueve delitos, entre ellos, de derecho, una necesidad desde lo psicosocial
homicidios graves y violación sexual, según para que las víctimas encuentren explicaciones y
la legislación penal de la época. En diciembre sentido a sus experiencias. Estos años marcados
de 2012, la Corte Interamericana de Derechos por la arbitrariedad y el olvido les han sumado
Humanos sostuvo que los hechos de esta ma- agravios. De ese modo, los juicios en marcha son
sacre configuran graves violaciones a derechos política, jurídica e históricamente relevantes. Su
desenlace podría ser un vector de avance para el
23 Para más información sobre el proceso penal en el sistema judicial, la memoria colectiva, y la digni-
caso, ver “Buscando justicia en El Salvador: avances
en el caso El Mozote”, 11 de mayo de 2017, disponi- ficación individual y comunitaria de las víctimas.
ble en http://www.dplf.org/es/news/buscando-justi-
cia-en-el-salvador-avances-en-el-caso-el-mozote
Algunas encrucijadas jurídicas –superables–
24 Ver El Faro “El Estado hace oficial el número de vícti-
vinculadas con la posibilidad de justicia por abu-
mas en El Mozote: 978 ejecutados, 553 niños”, 4 de
diciembre de 2017. sos del pasado se han planteado y continuarán

138 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143


Del olvido a la memoria, de la memoria a la justicia: el caso de El Salvador

surgiendo en el transcurso de estos primeros Inteligencia del Ejército), desarrolló amplia-


intentos de juzgamiento en El Salvador. Estas mente el tema de la autoría mediata. El Salva-
son, entre otras, la participación efectiva de las dor debe tomar estos ejemplos para construir
víctimas en todas las etapas; la doble califica- su propia ruta hacia la justicia.
ción de los delitos usando tipos penales nacio-
nales e internacionales sin afectar el principio El movimiento de derechos
de legalidad, y la aplicación de la ley procesal humanos y la recuperación de la
de la época versus la ley procesal penal vigente. memoria

Cuestiones similares han sido enfrentadas y Las organizaciones de derechos humanos y


superadas en países como Argentina, Chile, las organizaciones de víctimas han estado pre-
Colombia, Guatemala y Perú, con coraje y ca- sentes desde el fin del conflicto armado como
pacidades técnicas especializadas. Así, el Tri- reservorios de la memoria y la resistencia. “El
bunal Supremo de Argentina resolvió que, hecho de que a día de hoy sigan empeñándose
aunque caracterizadas como delitos comu- en la memoria de los hechos y en la exigencia
nes, las conductas cometidas constituían, a su de una política de reparación desde el presente
vez, delitos de lesa humanidad, lo que las ha- que dé validez y soporte a su memoria colectiva
cia imprescriptibles e inamnistiables. La Cor- constituye un acto de afirmación y resistencia”,
te Suprema de Chile consagró el carácter de sostiene la psicóloga social y experta en vícti-
delito permanente de las desapariciones for- mas, Sol Yáñez (2016). Estos hombres y mu-
zadas, utilizando como base, entre otras, la jeres mantuvieron espacios permanentes con-
Convención internacional sobre la protección juntos de trabajo por muchos años, entre ellos
de todas las personas contras las desapari- el “Comité Pro Construcción del Monumento a
ciones forzadas, cuando todavía no era vin- las víctimas civiles del conflicto armado”, erigido
culante para Chile. La Corte Constitucional co- en la ciudad de San Salvador y reconocido na-
lombiana ha aportado varias sentencias so- cional e internacionalmente como un bien cul-
bre la interrelación entre el derecho nacional tural protegido. También han mantenido activo
y el derecho interamericano. Una corte penal el “Comité de Trabajo en Memoria Histórica de
en Guatemala juzgó por primera vez como crí- El Salvador”, que promueve, sobre todo, acti-
menes de lesa humanidad hechos de violencia vidades simbólicas y procesos de recuperación
y esclavitud sexual ocurridos en la guerra in- de la memoria así como posicionamientos po-
terna del país en el caso Sepur Zarco. Y la Cor- líticos en rechazo del estado de impunidad. En
te Suprema de Justicia del Perú, en la senten- el pasado trienio, con respaldo de la institución
cia contra Alberto Fujimori, en el caso Barrios Ombudsman (Procuraduría para la Defensa de
Altos, La Cantuta y sótanos del SIE (Servicio de los Derechos Humanos), estas organizaciones

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143 139


Leonor Arteaga Rubio

históricas activaron una Asamblea Nacional de Desaparecidas26 y para gestionar una Ley de
Víctimas, que definió una agenda reivindicativa Reparación Integral a la Asamblea Legislativa del
frente a los diferentes poderes e instituciones país27. En cuanto a la justicia penal, las organiza-
del Estado.
26 A partir de una propuesta presentada por grupos de dere-
Al tiempo que se valoran estas contribuciones chos humanos y víctimas, y luego de un proceso de dialogo
con el gobierno, en agosto de 2017, se aprobó el Decreto
que hicieron perdurar las luchas, podemos afir- Ejecutivo #33 mediante el cual se creó una Comisión Nacio-
mar que, en lo últimos años, dichas organiza- nal para buscar a las personas que desaparecieron durante
la guerra en El Salvador. Esta Comisión, que debe arrancar
ciones fueron perdiendo espacios de incidencia operaciones en 2018, se espera dé respuesta a los familia-
en las políticas públicas, con escasas capacida- res de 10,000 desaparecidos, sobre la suerte que corrieron
sus seres queridos. Ver Revista Factum “Los hijos de los des-
des para insertarse en agendas más actuales aparecidos de la guerra piden investigar casos”, 30 de enero
de 2017, http://revistafactum.com/los-hijos-de-los-des-
y trabajar articuladamente con visión de largo
aparecidos-en-la-guerra-piden-investigar-casos/. Tam-
plazo. Ahora las cosas están cambiando. bién ver “Finalmente, una Comisión de Búsqueda de per-
sonas desaparecidas para El Salvador”, 25 de septiembre
de 2017, Fundación para el Debido Proceso, http://www.
Otro de los efectos de la sentencia sobre la am- dplf.org/es/news/finalmente-una-comision-de-busque-
nistía ha sido la cohesión y renovación del mo- da-de-personas-desaparecidas-para-el-salvador
vimiento de derechos humanos. Estas nuevas 27 En agosto del 2017, un grupo amplio de víctimas, iglesias,
academia y organizaciones de derechos humanos presen-
energías han desembocado en la construcción taron ante la Asamblea Legislativa una propuesta de Ley de
de una agenda de trabajo remozada para las or- Reparación Integral, que se construyó mediante un proceso
participativo. Esta propuesta de legislación responde a una de
ganizaciones, con acciones que buscan superar las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, y a la sen-
las diferentes manifestaciones de la impunidad, tencia sobre la amnistía, en la cual la Sala de lo Constitucional de
la Corte Suprema de Justicia, ordena a la Asamblea Legislativa
así como avanzar en procesos de verdad y repa- “considerar las medidas de reparación integral a las víctimas
ración25. Destacan las iniciativas para crear una que fueren necesarias para garantizar su satisfacción, compen-
sación y reivindicación”. El proyecto propone la creación de un
Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Fondo de Reparación, un registro de víctimas y distintas medi-
das de reparación simbólicas y materiales, a fin de garantizar
la restitución, compensación, rehabilitación, satisfacción y la no
repetición. Si bien, en año 2012 se creó un programa de repara-
25 El 16 de enero de 2017, durante el acto oficial de conmemo- ciones a través del Decreto Ejecutivo 204, el mismo ha presen-
ración del 25 aniversario de los Acuerdos de Paz, un colectivo tado serias dificultades en su implementación y sus resultados
amplio de organizaciones de derechos humanos y grupos de son mínimos, generando frustración y descontento, que se acu-
victimas presentaron al Presidente de la República, un plie- mula a los daños por las violaciones a derechos humanos sufri-
go de 25 peticiones, relacionadas con las deudas de la paz das. Adicionalmente, un programa de reparaciones debe tener
en materia de memoria, verdad y justicia. Ver https://www. rango de ley para gozar de más estabilidad en el tiempo y re-
diariocolatino.com/propondran-ley-reconciliacion-repara- cursos dentro del presupuesto de la nación. Ver Transparencia
cion-victimas-del-conflicto/. También ver comunicado y con- Activa “Presentan proyecto de Ley de Reparación Integral para
ferencia de prensa a un año de la sentencia sobre la amnistía víctimas de la guerra”, 30 de agosto de 2017, http://www.trans-
“Organizaciones vigilantes al cumplimiento de la inconstitu- parenciaactiva.gob.sv/presentan-proyecto-de-ley-de-repara-
cionalidad de la ley de amnistía”. FESPAD, 24 de julio de 2017, cion-integral-para-victimas-de-la-guerra. Ver también Contra-
http://fespad.org.sv/organizaciones-vigilantes-al-cumpli- punto “Presentan ley para reparación de víctimas del conflicto
miento-de-la-inconstitucionalidad-de-la-ley-de-amnistia/ armado”, 1 de septiembre de 2017, http://contrapunto.com.sv/
https://www.diariocolatino.com/comite-pro-memoria-his- politica/sociedadcivil/presentan-ley-para-reparacion-de-victi-
torica-demanda-investigacion-crimenes-lesa-humanidad/ mas-del-conflicto-armado/4591.

140 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143


Del olvido a la memoria, de la memoria a la justicia: el caso de El Salvador

ciones han creado un espacio de articulación y en Palabras finales


el mismo han acordado priorizar algunos casos Un cuarto de siglo después de la firma de
emblemáticos del conflicto armado28 el litigio los Acuerdos de Paz, el precio pagado por El
estratégico, tanto para combatir la inactividad Salvador al intentar esconder bajo la mesa los
procesal de fiscales y jueces, así como la ausen- horrores de la guerra civil ha sido elevado: es-
cia de procedimientos sancionatorios contra los pirales de violencia criminal imparables, una
funcionarios que obstruyen la justicia, que apun- sociedad que entiende la represión como el
te al castigo penal, pero que sobretodo ayude a único camino a seguir, un Estado que respon-
colocar a víctimas y victimarios en el lugar que les de con más violencia y una clase política em-
corresponde en el imaginario social. pecinada en mantener su status quo a toda
El fallo constitucional ha generado una agen- costa.29
da de trabajo para las organizaciones con El país no debería perder la oportunidad de en-
acciones que buscan superar las diferentes frentar la impunidad que ha brindado la invali-
manifestaciones de la impunidad, desde la in- dación de la Ley de Amnistía: la apuesta es la
actividad procesal hasta la ausencia de proce- justicia penal, ojalá como política pública, una
dimientos sancionatorios contra los funciona- justicia incluyente para las víctimas y aleccio-
rios que obstruyen la justicia. nadora contra los máximos responsables.
Desde este movimiento también se están bus- A ambos bandos les preocupa que la reapertu-
cando alianzas para comunicar y difundir los ra de los casos alcance a las élites económicas
procesos judiciales, para lograr incidir políti- y políticas, lo cual acarrearía consecuencias im-
camente y para el acompañamiento psicoso- predecibles. Son muchas las voces dominantes
cial, en orden de dar a los esfuerzos de litigio que han instado a las autoridades a enfocarse
estratégico la integralidad que su naturaleza de manera prioritaria en los problemas actua-
demanda. les de las luchas entre pandillas, la extorsión
generalizada y la gran corrupción por sobre los
casos derivados del conflicto armado, que ya
28 Uno de estos casos es el de la masacre de El Mozote, duran más de treinta años. Sin embargo, los
antes referido. Ver Contrapunto “Organizaciones socia-
les solicitaran reabrir caso El Mozote”, 17 de agosto de mecanismos de horror que utilizan las orga-
2016, http://www.contrapunto.com.sv/sociedad/ddhh/ nizaciones criminales actuales, la insuficiente
organizaciones-solicitaran-reabrir-caso-de-el-mo-
zote/1458. Ver también, comunicado conjunto “18
miembros de las Fuerzas Armadas son llamados a
comparecer por las masacres de El Mozote”, Centro 29 Para mayor información sobre la situación actual en
Internacional para la Justicia y el Estado de Derecho, El Salvador en relación con la seguridad pública ver,
https://www.cejil.org/es/18-miembros-fuerzas-arma- “Mano Dura, The Politics of Gang Control in El Salvador,
das-son-llamados-comparecer-masacres-mozote Wolf, Sonya, enero de 2017.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143 141


Leonor Arteaga Rubio

investigación de las estructuras responsables y soluciones. En esa moldura parecía no existir


la falta de atención a las víctimas son, en parte, un espacio para quien no fuera actor partida-
una herencia de los asuntos pendientes desde rio; las víctimas se quedaron sin un sitio en el
el conflicto armado. La impunidad por los deli- discurso público, en la memoria colectiva que
tos del pasado favorece la impunidad de ahora. ahora empieza a recuperarse.
Si se aborda la primera, será más sencillo ata-
Antes de poder pasar la página del conflicto
car la segunda. Por lo menos esa es la esperan-
armado y su legado, se debe mirar hacia atrás
za que alienta a seguir.
para tomar conciencia y lecciones. El pasado
A lo largo de estos 25 años, cualquier intento tiene que volver a su puesto, un puesto de re-
de hablar de la violencia política y sus impactos conocimiento y no de negación. Un lugar donde
se ha sido visto como una maniobra para legi- se honre a los muertos, se busque a quienes
timar o, en su caso, desacreditar a alguno de desaparecieron y se valore el esfuerzo de quie-
los dos grupos políticos dominantes, la izquier- nes los buscan. Donde se tache a los perpetra-
da o la derecha. Así se bloqueaba el siquie- dores y se anime la no repetición. El Salvador
ra plantear los problemas, y más aun, buscar aún está a tiempo.

Referencias bibliográficas

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142 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143


Del olvido a la memoria, de la memoria a la justicia: el caso de El Salvador

Naciones Unidas. Comité de Derechos Roht-Arriaza, N.


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de: http://www.uca.edu.sv/revistarealidad/
archivo/4e2da01f8b2eeelsalvadorlanegociacion.

Leonor Arteaga Rubio - larteaga@dplf.org


Leonor Arteaga es la Oficial Sénior del Programa de impunidad y graves
violaciones de derechos humanos de la Fundación para el Debido Pro-
ceso (DPLF, por sus siglas en inglés), donde lidera iniciativas de cabildeo,
asistencia técnica, monitoreo y análisis de situaciones relaciona-das con
violaciones graves de derechos humanos en la región. Es abogada sal-
vadoreña con veinte años de experiencia en el campo de los derechos
humanos, tanto desde la sociedad civil como servidora pública. Antes
de formar parte de DPLF, se desempeñó como Procuradora Adjunta de
la Niñez y Juventud en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos
Humanos y previamente, en la Asociación Pro-Búsqueda de Niñas y Ni-
ños Desaparecidos, organización dedicada a la búsqueda de verdad y
justicia para las víctimas del conflicto armado interno de El Salvador, en
la cual acompañó a víctimas y familiares y litigó casos de desapariciones
forzadas en el sistema nacional e interamericano.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 131-143 143


MUESTRAS TEMPORALES

146
ISSN: 2523-112X

Memorias del bosque humano:


Historias abismales de violencia colonial
durante la época del caucho
Memories of the Human Forest.
Abyssal Histories of Colonial Violence During the Rubber Boom
Wilton Martínez Carlevarino
RESUMEN
La época del caucho en la Amazonía representa uno de los grandes retornos a la escena primordial
peruana en el siglo XX y, quizá por ello, es tan olvidado. Este artículo revisita las atrocidades
cometidas por los caucheros en la región del Putumayo a través de una selección de testimonios
orales, escritos, fílmicos y museográficos. Se analizan las estrategias usadas por los caucheros y
el Estado para invisibilizar la memoria indígena y normalizar la violencia colonial en la historia
oficial. También se discuten las contramemorias y rupturas de la posgeneración indígena, sus
estrategias de resistencia cultural y propuestas de reconstrucción mitopoética e histórica. A la
luz del análisis y de la experiencia del autor en la producción del documental etnohistórico
Historias del caucho en la Amazonía peruana y la curaduría de la muestra Memorias del caucho/
Revelaciones del bosque humano, se reflexiona acerca de la necesidad de historizar las memorias
indígenas mediante estrategias pedagógicas, conmemorativas y de justicia, vías indispensables
para sanar el recuerdo y responder al llamado del futuro.

Palabras clave: Memoria(s) / Posmemoria / Caucho / Pueblos indígenas / Derechos Humanos /


Pedagogía de la memoria / Antropología visual / Poscolonialismo / Amazonía / Perú

ABSTRACT
The Amazonian rubber boom period represents one of the great returns to the Peruvian primordial scene in
the twentieth century. This article revisits the atrocities committed by the rubber barons in the Putumayo
region through a selection of oral, written, filmic, and museographic testimonies. It examines the strategies
used by the caucheros and the Peruvian State to silence indigenous memory and normalize postcolonial
violence. It also analyzes the postgeneration’s counter-memories and ruptures, their cultural resistance
strategies,and their historical and mythopoetic reconstruction projects. In light of this analysis and the
author’s experience producing the ethnohistorical documentary Historias del caucho en la Amazonía
peruana and curating the exhibit Memorias del caucho/Revelaciones del bosque humano, the
article reflects on the need to historicize indigenous memories through pedagogical, commemorative and
justice strategies, vital ways to heal the past and to respond to the call of the future.

Keywords: Memory(ies) / Rubber boom / Indigenous peoples / Human Rights / Pedagogy of memory
/ Visual anthropology / Poscolonialism / Amazon / Peru.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 147


Wilton Martínez Carlevarino

Memorias abismales de dos lo más probable es que volvamos a repetir la


catástrofes poscoloniales misma historia.

Pocos países como el Perú tienen una Lo mismo ocurre a nivel colectivo cuando,
escena primordial tan precisa y a la vez tan como nación o país, vivimos episodios ab-
confusa. Desnuda y velada al mismo tiempo.
yectos, guerras internas, genocidios u otras
Minuciosamente descrita por cronistas y,
tal vez por eso mismo, envuelta en mitos y
experiencias catastróficas que causan gran
malentendidos que se acumulan a través de sufrimiento colectivo. La negación de ellas se
generaciones. convierte en la tarea de partidos políticos, go-
Carlos Iván Degregori (1991, p.10) biernos, instituciones o grupos de interés he-
gemónicos, de tal manera que el sufrimiento
Y, sin embargo, no tenemos nada mejor que la
no solo es negado, sino que además se puede
memoria para garantizar que algo ocurrió antes
de que nos formásemos el recuerdo de ello.
llegar a normalizar y legitimar, reproduciéndo-
Paul Ricoeur (2004, p. 23) se cotidianamente con diferentes grados de
intensidad. En el Perú, este patrón de negación
La memoria otorga memorabilidad a las y repetición se remonta a la escena primor-
imágenes al agregarles un sentido de dial1 de la Conquista. Según Hernández (2000)
temporalidad que las hace más “reales”. Pero
la experiencia traumática de violencia física y
la realidad histórica es solo una cubierta de la
epistémica produjo una profunda división en
profundidad del alma.
James Hillman (1983, p. 41) la sociedad y la consiguiente dificultad para
representar lo acaecido: “El hecho traumático
no pudo ser registrado como un acontecimien-
Recordar episodios catastróficos de nuestro to histórico: reprimido, quedaba como núcleo
pasado es siempre difícil y doloroso. Preferimos conflictivo; de ahí la posibilidad de su reactiva-
olvidar, suprimir o negar esas experiencias por- ción” (p.48). Este fue el trauma fundante y la
que cuestionan nuestra propia capacidad para fundación traumática del orden colonial que
haber cometido actos destructivos o porque el normalizó un “mundo maniqueo”, escindido
daño causado simplemente nos resulta intole- (Fanon, 1994), y un sistema violento de explo-
rable. Vivimos un proceso de disociación donde tación y opresión racista, justificado como una
las partes más sanas de nuestra psiquis niegan gran tarea “civilizatoria”.
el recuerdo doloroso y las más destructivas se
refugian en los rincones del inconsciente has- 1 En teoría poscolonial, la experiencia traumática y pul-
siones asociadas a la violación cultural se condensan en
ta que algún descuido les permita emerger la construcción del sujeto poscolonial como presencia y
ausencia, escindido entre el deseo de retorno al origen
nuevamente. Si no enfrentamos la experiencia
puro y el rechazo de su propia imagen fetichizada como
traumática y la procesamos adecuadamente, el otro del colonizador (Bhabha, 1994).

148 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

El legado subsiste hasta hoy en forma de paradigmas sociopolíticos de progreso, regu-


prácticas y mentalidades que conforman un lación y emancipación social, pero esto solo
sistema de colonialismo interno. Como seña- es posible en la medida en que los territorios
la Boaventura Santos (2010b), “el colonialis- coloniales y su lógica de apropiación y violen-
mo interno no es solo ni principalmente una cia son invisibilizados, negados y excluidos.
política de Estado, como sucedía durante el Aunque invisibilizado, el orden colonial interno
colonialismo de ocupación extranjera; es una
y su legado histórico siguen configurando gran
gramática social muy vasta que atraviesa la
parte de nuestra identidad colectiva y el deve-
sociabilidad, el espacio público y el espacio pri-
nir de la vida social. Cotidianamente, seguimos
vado, la cultura, las mentalidades y las subjeti-
viviendo experiencias de violencia colonial y
vidades (pp.14-15). Más aún, nuestro sistema
social contemporáneo está estructurado sobre conflictividad social de impacto leve o mode-
la base de una oportuna convivencia de socie- rado, dependiendo de dónde y cómo estemos
dades metropolitanas y territorios coloniales. situados en la sociedad.2
Esta convivencia se sostiene por lo que Santos
Pero el impulso destructivo reprimido emer-
(2010a) denomina el “pensamiento abismal”
ge periódicamente con su fuerza original y
de la modernidad occidental: un sistema de
volvemos a vivir experiencias traumáticas
distinciones visibles e invisibles de identidad y
alteridad, hegemonía y subalternidad: de alto impacto que reactualizan la escena
primordial fundante. En el Perú del siglo XX
Las distinciones invisibles son establecidas hemos tenido al menos dos episodios em-
a través de líneas radicales que dividen la blemáticos de violencia poscolonial, siendo
realidad social en dos universos, el universo
el más reciente el conflicto armado3 en-
de “este lado de la línea” y el universo del
tre los grupos Sendero Luminoso y MRTA
“otro lado de la línea”. La división es tal que
y las Fuerzas Armadas durante los años
que “el otro lado de la línea” desaparece
como realidad, se convierte en no existente, 2 En su informe de 2012, la Defensoría del Pueblo re-
y de hecho es producido como no- portó un total de 229 conflictos sociales en el país, en
su mayor parte relacionados a problemas socioam-
existente. No-existente significa no existir bientales (41.7%) y de gobernabilidad (28%). Los más
en ninguna forma relevante o comprensible violentos y duraderos de estos conflictos son aquellos
donde las causas inmediatas se articulan con causas
de ser. (pp. 11-12) estructurales (p.38).
3 El término usado para denominar el evento sigue sien-
De acuerdo a estas líneas abismales, la cul- do tema de agudos debates. Algunos de los posibles
tura moderna se construye y se visibiliza a sí nombres incluyen “conflicto armado interno”, “época
del terrorismo”, “guerra interna”, “conflicto interno”,
misma en base a epistemes universalistas y “guerra civil”, “guerra popular”, “guerrilla”, entre otros.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 149


Wilton Martínez Carlevarino

1980-2000.4 El otro episodio ocurrió durante silenciada en un rigidísimo léxico ‘clasista’. A


el llamado “boom del caucho” de fines del siglo pesar de que ‘el Partido’ hizo pasar a la clan-
XIX y comienzos del XX, cuyo balance estima- destinidad a las categorías raciales, el racismo
do podría superar los 30.000 muertos, aparte totalitario fue un componente importante de la
de otros miles de desplazados, torturados y actividad de Sendero Luminoso” (De la Cadena,
desaparecidos5. La casi totalidad de las vícti- 1999, p. 72).
mas incluyó a pueblos originarios amazónicos
El proceso de reconstrucción y reconocimien-
que fueron sujeto de las terribles atrocidades
to de los hechos ocurridos difiere sustancial-
cometidas por los caucheros, incluyendo un ré-
mente para cada conflicto, aunque también
gimen de esclavización, formas de explotación
se pueden trazar paralelos. Tras el conflicto
extrema, castigos, torturas y asesinatos ma-
armado de fines de siglo se pudo reconstruir
sivos indiscriminados. Ciertamente, cada caso
gran parte de la historia y la memoria colectiva
es único pero lo que los une es el rol central
gracias a la labor desarrollada por la Comisión
que tuvo el orden colonial interno, su lógica de
de la Verdad y Reconciliación (CVR), la cual
apropiación y violencia étnico-racial, tanto en su
incluyó la investigación y recolección de testi-
origen como en su desarrollo y resolución. Por
monios de 1985 personas, veintiún audiencias
ejemplo, durante el conflicto armado de fin de
con víctimas de la violencia y la elaboración de
siglo, la línea abismal no solo fue trazada por el
su Informe Final (2003). También se logró re-
gobierno y las Fuerzas Armadas, sino también
conocer, recuperar y preservar la memoria de
por Sendero Luminoso: “La autoridad que se
lo ocurrido mediante muestras e instalaciones
autoasignaban los jerarcas derivaba –perver-
conmemorativas (Yuyanapaq: para recordar, El
samente– de la combinación de sentimientos
ojo que llora), el establecimiento de museos
de superioridad racial e intelectual, la primera
regionales (Casa de la Memoria Yuyana Wasi,
Museo de la Memoria de Ayacucho) y del Lugar
4 En su Informe Final (2003), la Comisión de la Verdad y de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social
Reconciliación estimó el total de muertos y desapare-
cidos en 69.280 personas, mientras que la cifra oficial (LUM) de Lima. Asimismo, se consiguió que el
del Registro Único de Víctimas (RUV), calculada hasta Estado cumpliera en el año 2016 con el abo-
2015, es de 31.972 muertos, heridos y desaparecidos,
sin incluir cifras de los grupos terroristas. no de reparaciones monetarias a víctimas de
5 Nunca se sabrá el número exacto y los estimados son la violencia.6 Aunque todo el proceso ha sido
aún son más difíciles de calcular por la distancia tem-
poral y la falta de registros. Tan solo en la región norte
del Putumayo, el juez Rómulo Paredes (2009) y John
Brown (Molano-Campuzano, 1972), capataz de Arana, 6 El 14 de diciembre de 2016, el diario oficial El Peruano
estimaron el número de muertos en 40.000, mientras publicó una resolución mediante la cual se dispone que
que Gasché, Pineda, Casement y otros calculan que el Ministerio de Justicia desembolse el monto de S/.1
fueron alrededor de 30,000. Los pobladores indígenas 815 923,44 (US$534.095) a 232 víctimas de la violen-
estiman que fueron mucho más. cia, incluyendo a civiles, militares y policías.

150 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

sumamente complejo, tortuoso y preñado de El paralelo trazado entre ambos cataclismos


conflictos y controversias ideológicas y políti- poscoloniales es oportuno pues ayuda a poner
cas –agudizados por el hecho de que el Estado en perspectiva la matriz de violencia colonial
fue uno de los protagonistas de la violencia–, que las une, además de resaltar sus diferen-
se ha logrado construir una historia oficial del cias en los procesos de reconstrucción histó-
conflicto armado de 1980-2000. rica y adopción de medidas socio-jurídicas de
reparación. Aunque las memorias son “pro-
En el caso de las atrocidades cometidas du-
yectos sociales en construcción” (Stern, 2012,
rante el auge gomero, no existe una “historia
p.99) y los acuerdos y pactos sociales pueden
oficial” de los hechos, aparte de referencias
ser reinterpretados y hasta ignorados en nue-
a los beneficios económicos que trajo al país
vas coyunturas políticas, su anclaje en estruc-
la exportación del caucho. Más bien lo que ha
turas simbólicas y materiales hace más difícil
habido de parte del Estado, hasta muy recien-
borrarlas por completo de la memoria colecti-
temente, es una estrategia de silenciamiento y
va. Pese a que ningún caso de violencia masiva
olvido consciente de los crímenes cometidos.
se puede terminar de “resolver” por completo,
El proceso de reconstrucción histórica ha esta-
las implicaciones de lo contrario son evidentes
do en manos de investigadores independien-
en el caso de las atrocidades ocurridas durante
tes (e.g. Bonilla, 1974, 1993; Chaumcil, 2009:
el auge gomero.
Chirif, 2004, 2005; Gasché, 1982, 1983; Lagos,
2005; Pennano, 1988; Santos y Barclay, 2002: Qué importante hubiera sido que todos
Taussig, 2002). En las últimas décadas, esta la- los peruanos conocieran las memorias
bor ha ido creciendo incluso más con la presen- del caucho. Si este fuera el caso, es muy
cia de migrantes indígenas de tercera y cuarta probable que la insurrección senderista
generación en Lima y otras ciudades, quienes hubiera tenido un desarrollo menos
no solamente tienen testimonios orales que sangriento. Pero en el Perú es difícil
transmitir, sino además un creciente corpus aprender, de manera que, en la represión
de obras pictóricas que narran visualmente del terrorismo de la década de 1980
sus memorias (e.g., Belaunde, 2008; Cornejo e volvieron a actuar los estereotipos racistas
Yllia, 2009; Cortés, 2015; Yllia, 2009). El tra- en torno a la insignificancia de las vidas
bajo de producción documental y museográfi- indígenas (Portocarrero, 2017, 11-21).
ca que analizamos en este artículo se inserta
dentro de este nuevo esfuerzo colectivo, –que Es desde el marco conceptual de la memoria
también ha sido acogido por el Estado–, por que abordaré la historia del caucho. Mi inte-
recuperar un pasado que se resiste a seguir rés está guiado por cuatro enfoques teóricos
siendo ignorado. que serán desarrollados en las siguientes

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 151


Wilton Martínez Carlevarino

secciones: en primer lugar, la memoria tiene Al igual que las identidades, las memorias son
una dimensión constitutiva y plural que expresa procesos inacabados y en construcción que se
y refleja, de manera más persuasiva e invoca- constituyen en la intersección de una “tempo-
dora que la historia, nuestras identidades indi- ralidad compleja”, en la que conviven la expe-
viduales y colectivas, quiénes somos, de dónde riencia del pasado, el presente y el futuro (Jelin,
venimos y adónde vamos (Halbwachs, 2004). 2002). Los recuerdos siempre son actualiza-
El lenguaje testimonial evoca experiencias dos en el presente, el cual está constantemen-
subjetivas e invita a un nivel de comunicación te siendo reconfigurado y reinterpretado de
intersubjetiva con el oyente/observador/lector acuerdo a nuevas experiencias y al horizonte
que puede despertar identificación y empatía, de expectativas del futuro. Esto significa que
así como diferencias y conflictos de identida- los acontecimientos de inicios del siglo XX
des, memorias y contra-memorias: “Es impo- “sucedieron definitivamente, pero las expe-
sible encontrar una memoria, una visión y una riencias basadas en ellos pueden modificarse
interpretación únicas del pasado, compartidas con el paso del tiempo. Las experiencias se
por toda una sociedad [...] siempre habrá otras superponen, se impregnan unas de otras. Aún
historias, otras memorias e interpretaciones más, nuevas esperanzas o desengaños, nue-
alternativas, en la resistencia, en el mundo pri- vas expectativas, abren brechas y repercuten
vado, en las ‘catacumbas’” (Jelin, 2002, p.21). en ellas” (Koselleck, 1993, p.341). Asimismo,
Sin embargo, el diálogo de memorias también las memorias también están impregnadas de
puede producir un mayor entendimiento intra una espacialidad compleja, configurada por
e intercultural, involucrando un conocimiento los diversos contextos en los que discurren
mutuo orientado a lo que Santos (2014) lla- y se construyen. No es lo mismo recordar las
ma la “ecología de saberes”, la cual “enfrenta atrocidades del caucho en Iquitos a mediados
la lógica del monocultivo del saber científico y de 1950, cuando era casi imposible siquiera
del rigor identificando otros conocimientos y mencionarlas, que hacerlo hoy en una conme-
otros criterios de rigor y validez que operan de moración oficial en el Lugar de la Memoria en
forma creíble en las prácticas sociales” (p.188). Lima, cuando existe un apremio por recupe-
Desde esta perspectiva, la invocación de las rar memorias olvidadas de la Amazonía. Esta
memorias indígenas, trágicamente silenciadas complejidad espacio-temporal les otorga di-
por la historia oficial, responde a su necesidad versos grados de visibilidad y fuerza que pue-
histórica de ser escuchadas y reconocidas, de den transformarlas de memorias “débiles” en
formar parte del diálogo de saberes del país y memorias “fuertes” (Traverso, 2006) y así am-
desde allí contribuir a un mejor entendimiento pliar su horizonte de posibilidades presentes y
y aprendizaje intercultural. futuras.

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

Aunque la memoria ha estado tradicionalmen- 2001, p.84). Así, el desafío consiste no solo en
te asociada al testimonio oral, luego trans- evitar los posibles abusos de las memorias del
ferido al texto escrito, su articulación como caucho, sino en reapropiar los medios dispo-
recuerdo o rememoración está íntimamen- nibles (visuales, orales, pictóricos, textuales,
te ligada a la imagen y al registro visual, así virtuales, museográficos) como partes de una
como también a otros registros sensoriales: estrategia transmedial orientada hacia una
“El espacio ocupado por las imágenes es uno “pedagogía de la memoria” y a la formación
de los lugares privilegiados por la memoria” de una “ciudadanía memorial” (Osorio y Rubio,
(Paredes, 2014, p.55). La nobleza de la ima- 2006).
gen memorial, sin embargo, ha venido siendo
Si el lenguaje testimonial es el punto de inicio
desvirtuada y reemplazada por la materialidad
hacia el reconocimiento y recuperación de la
visual de la memoria, la cual ha cobrado una
memoria, este proceso debe llevarla even-
fuerza inusitada debido a la centralidad de sus
tualmente a la esfera pública y, por ende, a su
dos componentes: la primacía de la cultura vi-
historización. Esto no significa que la memo-
sual en la sociedad de consumo y la emergen-
ria popular sucumba a su relación de “bilin-
cia de la memoria como preocupación cultural
güismo jerárquico” con la escritura y el idioma
a nivel global7. Como señalan Huyssen (2001)
oficial de la historia (Bloch, 2010). Si bien la
y otros (e.g., Jameson, 1983; Tyler, 1986; Feld
memoria pretende singularizar la historia en
y Stites Mor, 2009), si la cultura modernista es-
busca de autenticidad y fidelidad, la historia,
tuvo impulsada por la categoría de futuro, la
en pos de veracidad y de relatos más genera-
cultura posmoderna ha colocado el pasado y
les, corre el riesgo de convertirse en la orgu-
la memoria como preocupación central de las
llosa memoria oficial que obstaculiza el tes-
sociedades occidentales, lo cual hace incluso
timonio y silencia “otras” memorias (Joudart,
más patente el riesgo de “banalizar” o “sacrali-
2007). El desafío es entonces que historia y
zar” la memoria (Todorov, 2000). No obstante,
memoria se encuentren en el punto donde
“el tema no es si olvidar o recordar sino más
“se reconcilian los dos sentidos más impor-
bien cómo recordar y cómo manejar las repre-
tantes del término ‘historia’: no es posible
sentaciones del pasado recordado” (Huyssen,
‘hacer Historia’ sin ‘hacer historia’” (Ricoeur,
1999, p.52). Esta relación de interdependen-
7 Candau describe este fenómeno como “una compul- cia y complementariedad refuerza el proyecto
sión de la memoria, un ‘mnemotropismo’, que [...] se
expresa de diversas maneras: frenesí por el patrimo- de historizar la memoria pues este requiere
nio, conmemoraciones, entusiasmo por las genealo-
gías, retrospección generalizada, búsquedas múltiples
de una historiografía crítica y autorreflexi-
de los orígenes o de las ‘raíces’, éxitos editoriales de va que contribuya a restaurar y legitimar la
las biografías y de los relatos de vida, reminiscencia o
invención de muchas tradiciones” (2006, p. 6). verdad de los hechos relatados. Finalmente,

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 153


Wilton Martínez Carlevarino

la restauración de memorias traumáticas se disputa con el Perú. Fue allí donde se extrajo
relaciona a otra estrategia fundamental para la mayor cantidad de gomas y donde operó la
su historización: el diseño y formulación de Peruvian Amazon Company8 (PAC), empresa
políticas públicas orientadas a la justicia, la de Julio César Arana, un comerciante de som-
reparación y la conmemoración de la memo- breros de Rioja que en poco tiempo llegó a ser
ria. En el caso de las memorias del caucho, el más poderoso de los “barones del caucho”
suprimidas y silenciadas durante más de un y el hombre más rico del Perú. En ambas zo-
siglo por la historia oficial, esta es una tarea nas se emplearon las mismas tácticas de re-
impostergable para el Estado, la sociedad clutamiento de mano de obra que iban desde
civil y todo “emprendedor de la memoria” la persuasión forzada, el sistema de “habili-
(González y Pagès, 2014) comprometido con tación” o endeudamiento y las “correrías” o
restaurar la verdad y la justicia como únicas ataques a comunidades. En ambos casos, el
formas de sanar la memoria y liberar el futuro régimen de trabajo derivó en la esclavización
no solo de las víctimas directas, si no también y venta de indígenas, imposición de cuotas y
de todo el país. un sistema disciplinario que incluyó castigos,
torturas y asesinatos indiscriminados que re-
Memorias letradas y espacios de sultaron en la muerte de miles de indígenas.
muerte Aquí nos enfocaremos en el caso de la zona
El llamado “boom del caucho” de fines del norte, pues fue allí donde se produjeron los
siglo XIX y comienzos del XX fue generado mayores impactos económicos, demográficos
por la demanda internacional de gomas sil- y humanitarios que dejaron un saldo de alre-
vestres (caucho, jebe, shiringa) y atrajo a la dedor de 30.000 víctimas, y que, por tanto,
región amazónica a miles de “caucheros” que se puede considerar como la memoria más
se dedicaron a la extracción utilizando mano emblemática de la época del caucho. Como
de obra indígena. En la zona sur, las áreas de sostiene Gray (2005), el caso del Putumayo
extracción comprendieron las cuencas del es además el más documentado de todos los
alto Ucayali y de los ríos Urubamba y Madre casos de violaciones de los derechos huma-
de Dios, donde destacaron las actividades de nos a indígenas.
Carlos Fermín Fitzcarrald y la empresa The
8 En 1908 Arana funda en Londres la Peruvian Amazon
Tambopata Rubber Sindicate Limited. En la Rubber Company Ltd. (luego llamada Peruvian Amazon
zona norte, el área principal de extracción Company) con accionistas británicos y un capital de un
millón de libras esterlinas. Esta fue una estrategia que
fue la comprendida entre los ríos Putumayo le sirvió a Arana para proteger sus intereses econó-
micos ya que, estando el territorio donde operaba en
y Caquetá, territorio que hoy le pertenece a
disputa territorial con Colombia, sus intereses estaban
Colombia pero que en ese entonces estaba en respaldados por el mercado de valores británico.

154 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

A continuación, algunas de las primeras me- cuando le dispararon después (Notas de la


morias de los “espacios de muerte” (Taussig, Declaración No. 18 de Westerman Leavine
2002), en los que devinieron las estaciones recogida en 1910, en Casement, 2011,
caucheras del Putumayo, escenario aterrador p.197).
de crueldad y violencia colonial extrema, imá-
El indio en cuestión se había escapado
genes delirantes y experiencias traumáticas
del trabajo del caucho pero había sido
de una escena priordial fundante y fundacio-
capturado y traído prisionero [...]. Fonseca
nal de la Amazonía poscolonial. Los relatos
se acercó al cepo con un palo con una
de testigos presenciales que incluimos usan
porra en un extremo mucho más grande
modalidades y géneros discursivos como car-
que el mango del palo. Puso una de
tas, reportajes periodísticos, crónicas de viaje,
reportes de entrevistas e informes oficiales. sus piernas contra la pierna suelta del
indio y la estiró, apartándola de la pierna
Fue a sangre fría y sus cuerpos fueron atrapada. Entonces apartó el “fono” del
devorados por los perros. Vio cómo hombre, el tapa-rabo hecho de corteza
sucedía y cómo los perros se comían los batida, dejándolo desnudo y lo golpeó
cadáveres. Sobre los prisioneros muertos muchas veces con la porra sobre sus
de hambre en el cepo dice que era algo partes expuestas. Las aplastó totalmente
común. Más de una vez había visto cómo y el hombre murió al poco tiempo (Notas
sus cuerpos hediondos permanecían en de la Declaración No. 13 de James Chase
el cepo lado a lado con los prisioneros. recogida en 1910, en Casement, 2012,
Sobre la declaración de Caporo sobre el pp.162-163).
jefe indio que fue quemado en vida delante
de su esposa y sus dos hijos, Leavine dice Westerman Leavine, joven barbadense de 20
que se acuerda y que estaba presente años, fue testigo y además forzado a parti-
cuando le cortaron la cabeza a la esposa cipar de los horrores que relata. Al momento
y cuando los niños fueron desmembrados de ser entrevistado por Roger Casement en
y sus cuerpos lanzados al fuego. También 1910, ya tenía seis años trabajando como
se acuerda del caso contado por Caporo capataz en la estación cauchera de Matanzas
sobre una mujer india a quien Normand bajo las órdenes de Armando Normand, el
cortó en pedazos porque se había negado a más sanguinario de los empleados de Arana,
vivir con uno de sus empleados como él le quien además intentó chantajearlo para que
había ordenado. Fue testigo ocular cuando no presente su testimonio (Casement, 2011,
quemaron a la mujer envuelta en una p.93). Al igual que Leavine, James Chase y
bandera peruana empapada en kerosene y otros veintiocho entrevistados por Casement

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 155


Wilton Martínez Carlevarino

fueron reclutados en Barbados como capata- La Prensa de Lima ese mismo año. Pero el
ces de la “Casa Arana” cinco o seis años antes terror también tocó su puerta, fue acosado y
de dar sus testimonios; muchos de ellos tam- recibió amenazas de muerte que lo llevaron
bién fueron forzados a cometer atrocidades, a huir de Iquitos. Sus denuncias “movieron al
hicieron sus declaraciones bajo intenso escru- gobierno peruano a llevar a cabo una investi-
tinio y presión de los caucheros, y finalmente gación, aunque más no fuera para salvar las
lograron huir del infierno que les tocó vivir apariencias. Julio César Arana, desde Londres,
bajo la protección de Casement. Sus testimo- había movido magistralmente los hilos en es-
nios hacen eco de las denuncias que presen- feras peruanas, y lo seguiría haciendo en años
tó el periodista Benjamín Saldaña Rocca tres posteriores: no había sector político, periodís-
años antes. tico o gubernamental adonde no llegara su
mano dadivosa” (Lagos, 2005, p. 146). Si las
Miguel Flores, otra de las hienas del
pesquisas legales lograron alguna resonancia
Putumayo, cometió tantos asesinatos
en el país, fue gracias al coraje de autoridades
en hombres, mujeres, ancianos y niños
que Víctor Macedo, temeroso de que se
como los jueces Carlos A. Valcárcel y Rómulo
despoblara aquella sección y de que llegara
Paredes.
a Iquitos la noticia, ordenó al malvado Cinco hecatombes principales, fuera de
Flores que no matase tanto indio en sus
muchos crímenes aislados, llaman a
orgías, sino únicamente cuando dejaran
primera vista la atención: la de los ocainas
de entregar caucho y entonces reformado
en La Chorrera (20 indios flagelados,
Flores por el mandato superior, solo mató
asesinados y quemados vivos, fs 186 y
en dos meses cuarenta y tantos indios;
fs.189 del expediente sobre el particular);
pero en cambio las flajelaciones [sic] eran
la de los puinesas y renicuesas [sic] en
continuas y las mutilaciones horrorosas.
la otra banda de La Chorrera (30 indios
Se cortaban dedos, brazos, piernas, orejas,
muertos a machete, fs.189 y f.s.195 del
habían castraciones, etc. (Saldaña Rocca, La
mismo expediente); la de los boras (más
Sanción, 7 de octubre de 1907).
de 100 indios asesinados en sus chozas
Saldaña Rocca fue el primero en alzar la voz de al otro lado del Cahuinarí, frente a la
alarma en Iquitos, desde sus diarios La Sanción sección de Santa Catalina); y, por último,
y La Felpa, donde publicó reportes basados en contra 35 indios de las cercanías del Pamá,
testimonios de ex-empleados. Presentó ade- decapitados en una sola noche (Rómulo
más denuncias penales contra el mismo Arana Paredes, Informe al prefecto de Loreto,
en 1907 y sus reportes fueron publicados en 1911, en Paredes, 2009, p. 120).

156 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

En su informe, el juez Paredes da cuenta de las fronteras nacionales. Esto empezó gracias a
“hecatombes” que registró en base a entre- la llegada fortuita en 1907 del ingeniero es-
vistas con empleados e indígenas durante su tadounidense Walter Hardenburg al territorio
visita al Putumayo en 1911, cuando la inten- controlado por la Peruvian Amazon Company
sidad de las atrocidades ya había disminuido9. (PAC), donde presenció algunas atrocidades,
Su testimonio fue archivado y no se conoció en fue retenido por empleados de Arana, ame-
el Perú hasta su reciente publicación en el año nazado de muerte y eventualmente liberado.
2009. Paredes llegó a ordenar el arresto de Ya en Iquitos, Hardenburg se enteró de las
237 personas, incluyendo al mismo Arana y a denuncias hechas por Saldaña y se dedicó a
su cuñado y gerente en Iquitos, Pablo Zumaeta. verificarlas y ampliarlas en base a testimonios
Sin embargo, solo nueve personas de rangos que recogió de numerosos testigos y ex-em-
menores fueron arrestadas y Valcárcel fue ce- pleados de la PAC (Lagos, 2005). Luego viaja
sado por la Corte Suprema de Iquitos, en oc- a Inglaterra y denuncia los crímenes ante la
tubre de 1911 (Gray, 2005, p.23). Así, el tota- Sociedad Antiesclavista, publica una serie de
litarismo abismal triunfó en el país, logrando artículos en la revista británica Truth y, even-
suprimir indefinidamente las denuncias. tualmente, su libro titulado The Putumayo: The
Devil’s Paradise en 1912. Sus memorias, escri-
Lo único que he sacado de mi actuación
tas a manera de crónicas de viaje y denuncias
como juez de Iquitos han sido cuatro juicios
personales, desataron un escándalo interna-
criminales, siendo curioso que estos juicios
cional que llevaron al Parlamento británico a
se me han iniciado después que libré
tomar acción10 y, en 1910, a enviar al cónsul
órdenes de prisión contra los directores
Roger Casement al Putumayo para investigar
peruanos de la “Peruvian Amazon
las denuncias.
Company”, y no por acusación de ningún
particular, sino de la Corte de Iquitos (Carlos ¿Cómo rememorar el horror colonial desde la
Valcárcel, 1915, en Valcárcel, 2004, pp.85, abismal distancia del norte?
88).
Eran unos cincuenta o sesenta de estos
Sin embargo, las cosas cambiaron cuando desafortunados, tan debilitados y llenos
las denuncias de Saldaña trascendieron las de cicatrices que algunos no podían
ni caminar. Era lamentable ver a estos
9 Paredes escribe en su informe: “Las verdaderas heca- pobres indios, desnudos, sus huesos
tombes, las horribles matanzas de indios alcanzan has-
ta 1906, época en que recrudecieron de una manera
espantosa. Desde 1907 se atenuaron un poco, aunque 10 Esto se justificó debido a que la PAC estaba registrada
siempre se asesinaba y flagelaba, continuando el de- en Inglaterra y entre sus empleados figuraban cerca
crecimiento de la criminalidad hasta mi llegada al Pu- de 200 capataces barbadenses que en ese tiempo eran
tumayo, el 26 de marzo de 1911” (1911/2009, p.137). considerados súbditos de la Corona británica.

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Wilton Martínez Carlevarino

sobresaliendo debajo de la piel y todos y su ineludible inconsciente político (Jameson,


llevando la infame “marca de Arana”, 1983), marcado por similares atrocidades co-
subiendo a duras penas una cuesta, metidas contra su propia población indígena.
llevando sobre sus espaldas, dobladas Por su parte, Casement describe analítica-
por el enorme peso, la mercadería mente a los indígenas como “niños crecidos”
para consumo de sus miserables que se sometieron a relaciones de esclavitud
opresores. Ocasionalmente, una de estas sin darse cuenta, criaturas inocentes ante los
desgraciadas víctimas de la “civilización” amos caucheros con “sangre europea en las
peruana caía bajo el peso de su carga venas”11. Ambos testimonios están conscien-
y era pateado por su brutal “jefe” para temente bien intencionados en su denuncia
que se levante y continúe su dura labor política del salvajismo de los civilizados del
(Hardenburg, 1912, pp.79-180 [traducción
norte; ambos se complementan como dis-
propia]).
cursos inscritos en el paradigma modernista
Al principio, el indio, quien más emancipatorio basado en el control racional y
correctamente debería ser llamado “un la regulación social (Santos, 2010a) y, quizás
niño crecido”, estaba feliz de tener un por eso mismo, lograron detener, si no frenar,
hombre blanco asentado en la vecindad
la barbarie: luego de un año de investigacio-
con artículos atractivos que ofrecer; y traer
nes, audiencias y deliberaciones, en 1911 el
caucho para ser intercambiado por estas
Parlamento británico ordenó la liquidación de
tentadoras bagatelas parecía cosa fácil.
Además, el indio es por naturaleza dócil la PAC.
y obediente. Su debilidad de carácter y
Más allá de sus efectos reales, el impacto de
docilidad de temperamento no tienen cómo
los discursos de Hardenburg y Casement se
encarar la habilidad de dominación de las
personas con sangre europea en las venas.
11 En la privacidad de su diario personal, Casement supo
(Roger Casement, carta No. 8 a Sir Edward distinguir claramente entre los diferentes colonizado-
Grey, 31 de enero de 1911, en Casement, res europeos: “Es horroroso pensar en todo el dolor
gratuito que la supuesta civilización española y por-
2011, p.51). tuguesa ha causado a estos pueblos[...] La desapa-
rición inevitable de los indios norteamericanos como
Las dramáticas memorias de Hardenburg nos consecuencia ante una oleada de colonizadores que
invitan a presenciar las vejaciones que descri- avanzaba para poseer territorio, cultivarlo y fundar fa-
milias, grandes ciudades y un pueblo poderoso, difiere
be, a sentir su compasión por las víctimas y de la explotación de los latinos, simples esclavizado-
su profunda indignación ante la barbarie pe- res que no vinieron a labrar el terreno, ni a adueñarse
de él o fundar un gran pueblo civilizado, sino tan solo
ruana –la falsa “civilización”–. Representan a enriquecerse individualmente con el trabajo forzado
de los indios[...] Como suele decirme Tizón, ‘el Perú
una potente denuncia humanitaria enunciada
tiene muchos habitantes, pero pocos ciudadanos’”
desde la modernidad liberal estadounidense (1910/2014, pp. 125-126).

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

puede entender por la fuerza simbólica que la vida salvaje a la civilizada, no pueden
tienen sus narrativas en la memoria colectiva ni deben considerarse capaces, por no
de Occidente. Aunque sus estrategias retóricas tener la más ligera noción de lo que es la
difieren –Hardenburg emplea el sensacionalis- ley y de lo que constituye el derecho, y,
mo melodramático de la cultura popular mien- en consecuencia, de lo que es punible o
tras que Casement se sirve de un modelo re- no, como de lo que sea o no lícito, aparte
alista de representación (Taussig, 2002)–, las de que, sus condiciones de absoluta
memorias del horror colonial que nos ofrecen ignorancia y de anonadamiento ante
se inscriben dentro del discurso de rescate y el blanco y el civilizado, los ponen en
salvación del indígena como imagen reificada situación de que casi ni se dan cuenta
del “buen salvaje” rousseauniano. de su personalidad, pues para ello es
indispensable, previamente, instruirlos,
Frente al discurso de Arana y sus aliados, sin
a efecto de que tengan conciencia de sí
embargo, los testimonios y metáforas de
mismos y puedan valorizar las ventajas de
Hardenburg y Casement se constituyen como
la civilización (Pablo Zumaeta, Memorial.
contra-memorias. El estereotipo del indígena
Folleto No. 1, 1913, en Rey de Castro,
que emplearon los caucheros para justificar la
2005, p.372).
violencia colonial es precisamente el opuesto.
En respuesta a las acusaciones en su contra,
Indios que hasta ahora cinco o seis
el “rey del caucho” y su gerente no solo se
años vivían en lo más apartado de las
declaran libres de toda culpa, sino que ade-
selvas huyendo del blanco o procurando
más expresan su indignación frente a lo que
devorarlo, concurren hoy satisfechos
construyen como una falta de reconocimiento
y confiados a los centros de trabajo,
de su heroica tarea civilizadora: su sacrificada
permanecen allí todo el tiempo necesario y
misión por educar y redimir a los indígenas de
comparten sin odios ni protestas la vida de
su mundo de barbarie y llevarlos del mundo
los seres civilizados. Aquellos infelices, que
del no-ser a una existencia consciente. La ra-
ignoraban las nociones más rudimentarias
zón de este propósito salvador yace en la rei-
de sus deberes y derechos, comienzan ya
ficación colonial del otro como caníbal y por
a tener idea de lo que vale la existencia, y
tanto no humano, a lo cual se agrega la lógica
de lo que significa la patria (Julio C. Arana,
racionalista utilitaria que esencializa al indí-
carta a Andrés A. Aramburú, julio de 1908,
gena como objeto de trabajo, y por ende su-
en Valcárcel, 2004, p.438).
jeto a ser eliminado si no producía suficiente
Esto es obvio: los indios, que se (Taussig, 2002). Arana además hace explícita
encuentran en estado de transición de su concepción legal del mundo indígena como

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Wilton Martínez Carlevarino

más allá de la ley, fuera de “las nociones más oficial del caucho, un proceso de “sinergia
rudimentarias de sus deberes y derechos”: el conflictiva” (Stern, 2012) en la que se ventila-
territorio colonial como el opuesto de la “pa- ron opiniones encontradas en busca de deba-
tria”. Desde este cartografía abismal moderna tes y posibles consensos. A partir de la publi-
(Santos, 2010a), capitalismo y colonialismo cación de El libro azul de Casement en 1912,
conviven y se nutren mutuamente: el cos- la prensa peruana, en particular La Prensa y
mopolitanismo de Biarritz, Londres e Iquitos El Comercio, publicaron en 1911 y 1912 una
y los territorios coloniales del Putumayo, el serie de artículos reproducidos de periódicos
paradigma moderno de regulación y emanci- extranjeros así como notas por periodistas e
pación social y la lógica colonial de apropia- intelectuales peruanos defensores y oposito-
ción y violencia, el mundo de la existencia y la res de Arana. Sin embargo, ambos diarios ter-
no-existencia. minaron asumiendo una visión paternalista
del indígena y una actitud de reconocimiento
En términos simbólicos, el fetichismo del a Arana por su aporte al desarrollo económi-
caníbal se contrapone al buen salvaje de co de la región, su defensa del territorio na-
Hardenburg y Casement, aunque no deja de cional y su labor civilizadora (Cornejo e Yllia,
ser su reverso, su complemento necesario. 2009). Frente a las denuncias provenientes
En ambos casos, la relación con el otro se de Inglaterra y EE.UU., la “sociedad letrada”
justifica como una cruzada salvadora, ya sea criolla respondió con indignación ante la ima-
de la inocente criatura o del feroz salvaje. Por gen del país como una sociedad atrasada y
pertenecer al mundo de la no-existencia y la primitiva.
inconsciencia del mundo natural, sus cuer-
pos, sus voces y su sufrimiento no pueden Dentro de pocos meses tendremos
hablar por sí mismos. El subalterno indígena ocasión de leer en los programas de

es una entidad fantasmal, fetichizada e inde- nuestros más frecuentados cines, títulos

cible que necesariamente tiene que ser tra- de las vistas de esta actualidad europea:

ducida (Spivak, 2003). Consecuentemente, - ¡Caucho y sangre! (diez partes) - ¡Los

el testimonio directo de los indígenas estu- mártires del Putumayo! - ¡Crueldad y


horror! - ¡Los bosques infernales! - El
vo ausente, silenciado desde los inicios de
suplicio de una raza ú otras cosas por
la cultura de terror que implantaron Arana y
el estilo más o menos llamativas y
Zumaeta.
prometedoras de emociones fuertes.
Fue en el marco de este (des)encuentro de Decididamente nos hemos sacado la
epistemes y memorias opuestas, de denuncia suerte con los crímenes cometidos por
y defensa, que se fue articulando la historia un grupo de desalmados peruanos é

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

ingleses que constituían la negociación internacional12, produjo una profunda crisis eco-
The Peruvian Amazon Co. en el Putumayo: nómica y política en la región, caracterizada por
los ingleses resultaron unos santos de la indiferencia y apatía de parte del Estado hacia
retablo y los peruanos unos forajidos de la difícil situación económica de la población y
encargo (Clemente Palma, Variedades, 14 el enfrentamiento de facciones políticas opues-
de setiembre, 1912, p.1108). tas13. La situación se agravó incluso más cuan-
do el gobierno de Leguía suscribió, en 1922, el
El Estado peruano no participó directamente
Tratado Salomón Lozano, mediante el cual el
durante esta fase de debate público, aunque sí
Perú renunció, en favor de Colombia, a sus re-
se manifestó a través de voces ilustres como
clamaciones sobre el territorio comprendido
las de Luis Ulloa, Víctor Andrés Belaunde y
entre el río Caquetá y el Putumayo, además de
otros, quienes convenientemente asumieron
la zona conocida como el “trapecio amazónico”.
una postura de distanciamiento y defensa
Esto significó la pérdida efectiva de las posesio-
frente a las intenciones de Estados Unidos e
nes de Arana en ese territorio y el inicio de en-
Inglaterra y la impresión de “atraso” y “salva-
frentamientos entre Perú y Colombia, los cuales
jismo” que suponían estaban creando del país.
alcanzarían su punto más crítico con la toma de
También se distanciaron de los indígenas que,
Leticia en 1932, impulsada por una liga patrióti-
no obstante haber sido victimizados, seguían
ca apoyada por el mismo Arana y sus defenso-
siendo vistos como un freno y obstáculo para
res (Lagos, 2005). Esto desató la llamada gue-
el desarrollo del país. Aunque criticaron los
rra colombo-peruana que finalmente cesó en
crímenes cometidos por Arana y su empresa,
1934 cuando se firmó el Protocolo de Amistad
no dejaron de reconocer su aporte económi-
y Cooperación entre ambos países.
co y su rol como defensor de la frontera. Esta
fue la manera como el gobierno de Augusto 12 Desde 1876, Gran Bretaña había comenzado a desa-
B. Leguía encubrió su relación de colusión y rrollar plantaciones de hevea brasiliensis (“shiringa”)
en sus colonias del sudeste asiático, a partir de las
complicidad con los caucheros, justificada 70,000 semillas sustraídas del Brasil por el explorador
británico Henry Wickham. En 1914, la producción de
por los ingresos y el crecimiento económico esas plantaciones ya superaba largamente el volumen
que efectivamente produjeron, así como por de gomas que se recolectaban en la Amazonía. Eso lle-
va al cierre no solo de la PAC sino también a la quiebra
la poderosa influencia que seguía ejerciendo de cientos de negocios caucheros en Brasil, Perú, Boli-
Arana en los poderes locales y en Lima. Esta via y Centroamérica.

influencia se mantuvo hasta mucho después 13 Como señalan Santos y Barclay (2002), estas facciones
incluyeron, por un lado, a la Liga Loretana, agrupación
del fin del auge gomero en 1914. regionalista apoyada por sectores de clase media y
alta y defensores de Arana y, por el otro, al grupo co-
El colapso de la economía gomera, causa- nocido como “La Cueva” que agrupaba a funcionarios
públicos, profesionales e intelectuales, incluyendo a
do por la caída de los precios en el mercado los jueces Paredes y Valcárcel.

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Wilton Martínez Carlevarino

Durante ese álgido período de crisis y re- años y décadas, el tema del caucho fue per-
ordenamiento, la población indígena sufrió diendo visibilidad en los medios y la esfera
una nueva “hecatombe”: el exilio forzoso de pública, hasta ser completamente abando-
su tierra natal y los consecuentes impactos nado. El gobierno de Leguía y los que lo su-
sociales, demográficos y culturales propios cedieron optaron por “la memoria como caja
de la formación involuntaria de una diás- cerrada” (Stern, 2012), una estrategia de olvi-
pora. A partir de 1923, luego de la firma del do consciente y un deseo de no volver a mirar
Tratado Salomón Lozano, Miguel Loayza hacia atrás. En otras palabras, la historia ofi-
y otros administradores de la empresa de cial recurrió a las “mentiras institucionaliza-
Arana trasladaron a cerca de 7.000 indígenas das” (Martín-Baró, 1988) para silenciar e in-
huitoto, bora, ocaina y otros desde lo que ya visibilizar la traumática experiencia indígena.
era parte de Colombia hacia la margen dere-
cha del Putumayo y, posteriormente, hacia Recuperando voces:
las cuencas de los ríos Amazonas, Algodón, posmemorias orales
Napo, Yaguas y Ampiyacu, en Loreto (Chirif, Tuvo que pasar más de medio siglo antes que
2014). Ese proceso implicó para los indíge- aparecieran las primeras historiografías sobre
nas la separación de familias, abandono de la época del caucho (e.g., Bonilla, 1974; San
sus tierras de origen, innumerables muertes
Román, 1975; Pennano, 1988). Desde sus
causadas por enfermedades y su estableci-
enfoques marxistas y basados en materiales
miento en nuevos territorios habitados por
de archivo, el mayor aporte de estos trabajos
otros pueblos originarios. Durante la guerra
consiste en identificar las principales variables
con Colombia, los indígenas fueron además
socioeconómicas y demográficas que sostu-
reclutados y utilizados como combatientes y
vieron las modalidades de explotación gome-
sirvientes por las fuerzas colombianas y pe-
ra. También en esos años se comenzaron a
ruanas. Una vez más, el traslado de indígenas
recoger los primeros testimonios orales sobre
fue silenciado e ignorado por las autoridades
la experiencia indígena entre pobladores de
locales y por el Estado peruano.
la diáspora huitoto, bora y ocaina en territorio
A pesar de las denuncias y procesos abier- peruano (Castro de León, 1974; Ochoa, 1983;
tos en su contra, Arana y sus gerentes nunca CAAAP, s/f), los cuales han servido como base
fueron llevados a una corte. Por el contrario, para posteriores recopilaciones de memorias
Arana fue nombrado senador por Loreto en (Chirif, 2014; Pau, 2016; Rojas y Acuña, 2015).
1921 y desde esa posición siguió protegien- En esta sección presentamos una selección de
do sus intereses y ejerciendo influencia desde testimonios orales indígenas para adentrarnos
dentro del gobierno. Durante los siguientes en su trágica experiencia y analizar el proceso

162 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

intergeneracional de rememoración y recons- –con experiencias que ellos ‘recuerdan’


trucción de memorias. solo mediante las historias, imágenes, y
comportamientos entre los que crecieron–.
Antes de abordar los testimonios, se proponen
Pero estas experiencias fueron transmitidas
las siguientes consideraciones que son espe-
a ellos con tanta profundidad y afecto que
cialmente relevantes para el caso del caucho.
parecen ser sus propias memorias. Así, la
Primero, los relatos de memorias traumáti-
conexión de la posmemoria con el pasado
cas de una población subalterna que ha sido
está mediada no solo por el recuerdo,
silenciada por siglos requiere comprender su
sino también por actos de imaginación,
especificidad socio-narrativa y cultural y, por
proyección y creación (Hirsch, 2012, p.5
tanto, es importante comenzar interrogando
[traducción propia]).
quién, qué, cómo y cuándo recuerda y olvida
(Jelin, 2002). La enunciación, registro y pre- Por último, es necesario tener en cuenta que
sentación de tales memorias no es un pro- los testimonios orales son producciones hí-
ceso simple y mecánico de transmisión, sino bridas en las que se funden el relato mítico y
que requiere una adecuada contextualización socio-religioso indígena con la narrativa his-
y cuestionamiento de las condiciones en las tórica y racional de la sociedad mestiza y oc-
que se producen los testimonios, de sus moti- cidental. Aunque fusionadas e ‘hibridizidas’,
vaciones, expectativas, estrategias e impactos ambas narrativas no dejan de estar posicio-
comunicativos. nadas en una relación abismal y de “diglosia
Asimismo, el hecho de que las experiencias cultural” (Lienhard, 1996) y, por tanto, es de
traumáticas sean rememoradas por genera- esperar que se manifiesten en un estado de
ciones posteriores a los que las sufrieron direc- tensión y contradicción mutua. Esto no cues-
tamente, es decir, por sus hijos y sus descen- tiona la legitimidad de los testimonios indíge-
dientes, implica un mayor grado de mediación nas sino que demanda un análisis más com-
y fragmentariedad de las memorias, así como plejo, el entendimiento de una discursividad
una mayor intensidad subjetiva y psicológica en la que los “instrumentos empleados para
causada por el vacío o el carácter lacunar de lo enfrentarse a la realidad y explicar sus pro-
recordado. La noción de posmemoria es parti- cesos no se limitan a los de la hermenéutica
cularmente útil aquí puesto que se refiere jus- occidental” (Pau, 2016, p.160).
tamente a
Los dos testimonios que trataremos relatan
la relación que la “generación posterior” una de las mayores “hecatombes” de los tiem-
establece con el trauma personal, colectivo pos del caucho: la incineración de cientos de
y cultural que sufrieron sus progenitores indígenas en la estación cauchera de Atenas

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 163


Wilton Martínez Carlevarino

como represalia luego un intento frustrado de Cuentan que el encuentro duró como
rebelión. Este evento ha sido tema de nume- unos 15 días de tiroteos igualmente y
rosos relatos indígenas recopilados por inves- viendo los soldados que estaban parejos,
tigadores en el Perú y Colombia (e.g., Yepes trataron de incendiar la casa por medio
y Pineda, 1975; Pineda, 1988; Cornejo e Yllia, de trapos empapados de kerosene y
2009; Rojas y Acuña, 2015), lo cual ha contri- amarrados en las puntas de unas flechas
buido a construirlo como memoria icónica de la y lanzados al techo de la casa, por medio

época del caucho.14 Ambos testimonios provie- de tiros con pura pólvora; los paisanos

nen de narradores huitotos, descendientes de al ver eso subían a apagar el fuego y


allí morían con los tiros, pero siempre
segunda generación de los que vivieron duran-
apagaban hasta que llegó el momento de
te la época del caucho.
no poder apagar, viendo esto se metieron
El primero de ellos fue publicado por Cornejo al subterráneo y el incendio fue muy
e Yllia (2009, pp.187-188) y proviene de “un terrible, porque toneladas de caucho
profesor huitoto” llamado Aurelio Rojas. No que habían puesto en todo el contorno
hay fecha precisa del registro, aunque se interior de la pared del almacén también
menciona que fue “durante la década del 80”. aumentó más el fuego y todo cuanto
El fragmento que sigue a continuación cubre derretía caía al subterráneo, momento
la parte final del testimonio, el cual es ante- que aprovecharon para meterles más
cedido por una descripción de las atrocidades petróleo en los huecos y fuego continuó
cometidas por los caucheros y la intención de ya en los subterráneos. Aquí murieron

los líderes rebeldes de “poner fin a su triste cientos de niños inocentes, juntamente
bajo el abrazo de sus indefensas madres.
crueldad”. El narrador estima que el even-
Un día duró toda esta tragedia de nuestros
to ocurrió en 1917 y también menciona que
antepasados que se habían sublevado
antes de la escena final ya “habían muerto
por sus tratos inhumanos. Al día siguiente
buena cantidad de esos homicidas, pero mu-
entraron por las cañerías que ya se habían
chos huitotos murui salieron a favor de esos
mencionado antes, que eran lugares de
abusivos”.
escape. Algunos han sido muertos allí
14 El antropólogo colombiano Roberto Pineda se refiere dentro, pero su finalidad era de hallar a
al “Combate de Atenas, o la Rebelión de Yarocamena” Guray y Sogaima, sacarlos vivos afuera.
como “uno de los movimientos de resistencia más
notables de la región de la Amazonia” (1988, p. 164). Los amarraron cada uno en su propio
Yarocamena es el nombre más citado en testimonios poste y allí tardaron, allí pasaron la noche
recogidos en Colombia para referirse al líder rebelde
indígena. hasta el amanecer. Ya en el segundo día

164 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

los torturaron de muchas maneras, les sabían el habla castellano los paisanos,
cortaban las orejas, les sacaban uno de no hubo persona quien relate todo lo que
los ojos, los cortaban los labios, parte se les ha cometido, entonces quedó como
de su nariz, paleados sin compasión los si nada hubiese pasado (Aurelio Rojas,
hacían tomar la sangre uno de otro, y en CAAAP, s/f citado en Cornejo et al., 2009,
una de esas tomas dijo Gurai a Sogaima, p.188).
“en momentos que hemos vivido en la
El segundo testimonio sobre el mismo evento
alegría, sin que lleguen estos homicidas,
fue editado y compilado por Chirif en un volu-
tomábamos nuestra bebida o cahuana
men titulado La historia jamás contada sobre la
del aguaje bien rojo que se parecía a la
época del caucho (Rojas y Acuña, 2015, pp.19-
sangre humana y hoy estamos tomando
41). Es narrado por “un huitoto murui”, Ramiro
el legítimo, nuestra sangre que nos
Rojas Paredes, y fue recogido y transcrito por
derraman, pero mucho muestra sangre
su nieto, Alex Acuña. Al igual que en el primer
inocente quedará en sus mentes grabadas
caso, no se señala fecha de registro y el frag-
melancólicamente como un agüero”.
mento citado debajo cubre la parte final del
Con cada tortura les preguntaban por
relato, luego de una detallada descripción del
qué han hecho esa rebeldía contra los
contexto de abusos, la decisión de los líderes
blancos. Entonces cerca del mediodía de
de rebelarse, la construcción de una maloca
ese segundo día los han metido tiro de
como refugio y una serie de enfrentamientos
fusil en la cabeza y así murieron estos
previos que llevaron a la escena final.
personajes del Huitoto Murui que hicieron
como héroes de nuestra historia, cuyos El jefe Guirererdima empezó a llorar por
ejemplos y valentía son desconocidos en su pueblo. Mientras tanto, empezaban a
esta civilización porque no hubo personas derrumbarse los palos de la maloca, caían
que pasaran al papel y conozcan cómo ardiendo en llamas sobre toda la gente
han sido tratados nuestros abuelos, que se quemaba al mismo tiempo. Todos
sin embargo de todos estos actos que se estaban quemando. El dolor por la
nos cometió el blanco, muchos jóvenes candela los hacia gritar. Muchos cientos
y señoritas se hacen o se creen de ser ya estaban calcinados. Peor fue cuando
blancos y de imitar todas sus cochinadas el fuego llegó a toparse con el enjebe de
y vergüenzas. Un año después, las la siringa. Ahí fue que más aumentó la
autoridades de acá, mandaron investigar potencia del ardor. La shiringa empezó
y juntar todos los esqueletos paisanos, a quemarse como kerosene. El infernal
muertos por diversión, pero como no fuego arrasó con los cientos de indígenas

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 165


Wilton Martínez Carlevarino

en esa época del caucho. Todos murieron. los hechos perpetrados, sobre los cuales
Cuando se derrumbaba toda la estructura los empleados y los indios testigos y los
de la maloca comida por las llamas, ante que participaron en este genocidio no
los ojos del propio don Elías Martinengui dieron manifestaciones reales por temor
apareció un ser entre el fuego que no a ser juzgados. Es allí cuando este patrón
moría todavía y caminaba de un lugar a de Atenas huye de la justicia en un vapor
otro, mientras en su idioma maldecía a llamado El Liberal de la Peruvian Amazon
todos los civiles del caucho. Era el jefe Company, llevando consigo a solo cuatro
Gurai que aún no moría. El patrón de de sus mujeres favoritas que eran las indias
Atenas apuntó con una carabina y le dio Virginia, Taga, Saturia y Josefina (Ramiro
disparos hasta finalmente tumbarlo. Pero Rojas Paredes, en Rojas y Acuña, 2015,
de pronto no fue así. Nuevamente se paró pp.40-41).
Gurai y seguía hablando en idioma, muy
Como todo relato oral, los testimonios
fuerte, maldiciéndoles. Por segunda vez
muestran variaciones en cuanto a fechas
le dispararon y allí cayó ya esta vez no se
(1917/1910), especificidad de los espacios
levantó [...] Pero de repente uno de los
(almacén/maloca), secuencia de eventos y
muchachos de confianza del patrón se
nombres de personajes, pero los elementos
dio cuenta de que aún Gurai seguía con
centrales del relato y su dimensión violenta
vida. Entonces lo que hicieron con él fue
y catastrófica son constantes. El tratamiento
ponerlo sobre un tronco que estaba cerca
que ha recibido esta narrativa por investiga-
del incendio. Allí le cortaron a cabeza con
dores ha sido en su mayoría como represen-
un machete. Así en verdad le dieron muerte
tación evidenciaria, buscando demostrar su
a Gurai, el valiente jefe de los lllobiei quien
veracidad o validez histórica así como anali-
fue el único que tuvo la valentía de pelear
zar su estructura narrativa en términos de sus
por la justicia y la libertad de su pueblo
elementos simbólicos y prácticas culturales15.
en esa época. Al día siguiente sucedió
algo extraño. El hombre que mató a Gurai 15 Por ejemplo, Pineda señala que su intención es “contri-
amaneció muerto. Es así como termina esta buir, modestamente, a esta discusión sobre el estatuto
de las tradiciones históricas. La historia de la rebelión
historia de nuestros hermanos indígenas de Yarocamena –tal y como se narra en el Putumayo–
constituye una verdadera narración, con convenciones
de esa época cauchera. Habían pasado relativamente similares a la idea de la historia moder-
los años y el patrón don Elías Martinengui na; los actores son hombres; las acciones tienen una
lógica y una trama similar; predomina un raciocinio
estaba en el pueblo de Atenas, el año 1910. relativamente pragmático, mezclado con anotaciones
Investigadores de la fiscalía y la justicia del míticas o mágico-religiosas como era frecuente en la
historiografía griega, o en la cronística del siglo XVI”
Estado llegaron al lugar para investigar (1988, p. 164).

166 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

Asimismo, se ha buscado presentar los testi- a su nieto, Alex Acuña” (Rojas y Acuña, 2015,
monios como denuncias ante las atrocidades p. 9). Afortunadamente, en este caso el volu-
cometidas y así visibilizar y fortalecer una men incluye un segundo relato autobiográfico
memoria que todavía continúa siendo “dé- que permite conocer algo de la interioridad de
bil”, ignorada y subterránea para la sociedad Ramiro Rojas como narrador. No obstante, la
nacional y la historia oficial (Traverso, 2006), ausencia de contexto externo en ambos tes-
lo cual es aún más el caso en el Perú que timonios no permite elucidar con certeza su
en Colombia. Sin embargo, no se ha puesto posicionamiento al interior de sus propias co-
atención a la “Batalla de Atenas” como caso munidades. De igual manera, en ninguno de
icónico de la posmemoria indígena, como me- los casos hay referencia sobre cómo ni cuán-
moria intergeneracional de una experiencia do se transmitió o registró el testimonio y, por
traumática en sí misma, lo cual demanda co- lo tanto, no se puede reproducir el contexto
nocer a quien relata, su experiencia subjetiva específico de rememoración. Es evidente que
en relación a qué y cómo recuerda, así como ambos relatos han sido transcritos y editados
entender las múltiples mediaciones que han y por ende su oralidad está mediada por la es-
intervenido en su relato y también sus formas critura y por una intencionalidad co-autorial
de interpretar el trauma pasado y sus impli- secundaria.
caciones para el presente y el futuro.
La experiencia subjetiva de los narradores, su
En ninguna de las publicaciones citadas en- agencia, intencionalidad y grado de concien-
contramos información extradiegética sobre cia autorreflexiva tampoco son tratados por
los narradores ni del contexto de la narración. los investigadores. Sin embargo, en el primer
En el primer caso, se dice que el narrador es caso encontramos, en palabras de Aurelio
“un profesor huitoto” y que el testimonio se Rojas, un deseo de transmitir la memoria a
recogió como parte de una “investigación so- “esta civilización” supuestamente letrada, no
bre historia oral a partir de los testimonios de indígena, y compensar por lo que no pudie-
huitotos trasladados desde el Putumayo a la ron hacer sus ancestros por desconocer la
cuenca del Ampiyacu y los sucesos de la época escritura y la lengua del “blanco”. Aunque es
del caucho” (Cornejo et al., 2009, p. 187). En difícil de derivar, este pasaje también sugie-
el segundo relato, Chirif presenta al narrador re un interlocutor no indígena. En el segundo
como un “huitoto murui que no vivió directa- caso sabemos que el interlocutor de Ramiro
mente esa época terrible, pero que recuer- Rojas Paredes es su nieto, lo cual contribuye a
da las narraciones de su padre”, y que “quiso hacer más explícita su experiencia subjetiva,
que su memoria de esta etapa de barbarie así como su intención autorial y destinatario
perdure y por eso transmitió sus recuerdos final.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 167


Wilton Martínez Carlevarino

En esta oportunidad voy a contar esta En ambos relatos encontramos pasajes de


historia inédita a través de mi nieto único, gran intensidad gráfica y emocional transmitida
quien la va a traducir al castellano y al mitopoéticamente a través de los “héroes de
quien con mucha confianza le voy a heredar nuestra historia”. Así, Aurelio Rojas invoca a los
esta historia para publicarla algún día y líderes rebeldes, Gurai y Sogaima, cuando, ya
dar a conocer al país y el mundo lo que mutilados y flagelados mortalmente, son forza-
fue el más horrendo dolor que en mis dos a beber su propia sangre y, en vez de ren-
entrañas llevo. Hasta que yo muera solo dirse, siguen resistiendo hasta lanzar un gran
dejaré de pensar lo que en vida presencié
conjuro indígena: “sangre inocente quedará en
y el sufrimiento de mi familia que solo sus
sus mentes grabadas melancólicamente como
huesos están enterrados en algún lugar de
un agüero”. De igual manera, Ramiro Rojas
los barrancos de La Chorrera o quizás por
Paredes relata que Gurai, el líder rebelde, logra
El Encanto, lugar por donde trasladaron a
trascender el infierno y la muerte: “apareció un
mi generación para trabajar el jebe (Rojas y
ser entre el fuego que no moría todavía y cami-
Acuña, 2015, p.19).
naba de un lugar a otro, mientras en su idioma
El análisis e interpretación de los relatos de maldecía a todos los civiles del caucho”. Luego
los editores es bastante escueto. En el primer de revivir dos veces, finalmente lo asesinan. Su
caso, Cornejo e Yllia solo mencionan “tres ele- maldición, sin embargo, lo trascendió: “Al día
mentos importantes: el poder del papel y la siguiente sucedió algo extraño. El hombre que
escritura entre los indígenas amazónicos; la mató a Gurai amaneció muerto”16.
fisura interna del grupo [el rol de los ‘mucha-
chos de confianza’]; finalmente, el lastre de la 16 El espectro de la maldición también resuena en la de-
tallada biografía de Arana que escribió Ovidio Lagos:
impunidad, todo quedó como si nada hubiese “La muerte de Julio César Arana no concluyó con la his-
ocurrido” (Cornejo et al., 2009, p.188). En el toria de su familia, ni con la tragedia y el oprobio que la
persiguieron como una maldición en décadas posterio-
segundo caso, Chirif se limita a decir: “Además res” (2005, p.385). Como evidencia de dicha tragedia a
nivel familiar, Lagos menciona la muerte prematura de
de su valor histórico, [las narraciones] tienen
su hijo mayor a causa de una enfermedad, el suicidio
un valor testimonial que ayuda a la mejor com- de su hijo Luis Arana siendo alcalde de Iquitos en 1968,
la soltería de dos de sus hijas y el matrimonio sin hi-
prensión de lo que fue esa época para los pue- jos de la tercera que lo privaron de descendencia, y el
blos indígenas” (Rojas y Acuña, 2015, p.9). No oprobio y abandono en el que murió su único nieto, hijo
de Luis, luego de una vida castigada por la poliomieli-
queda claro qué se quiere decir con “valor tes- tis. A esto se sumó la ruina en la que llegó a su muerte
timonial” y tampoco se puede asumir automá- Arana. “Esa había sido la última y definitiva venganza
del Amazonas. No habían bastado la casucha de Mag-
ticamente que el mero registro espontáneo le dalena del Mar, la pobreza y el olvido. El patriota, el
defensor de la soberanía peruana, ni siquiera había
otorga al testimonio la literalidad y represen-
sido enterrado en Iquitos, sino indignamente, en otra
tatividad para hacer generalizaciones. ciudad, en un osario miserable” (Ibid., p. 390).

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

¿Logró sobrevivir el mito en la realidad histó- armado de 1980-200017. Tampoco sorpren-


rica? Ambos narradores cierran sus relatos, de que la historia del caucho no haya recibido
no con la trascendencia épica de sus héroes, atención alguna de realizadores y productores,
sino con el trágico episodio de impunidad e in- por ser aún una memoria lacunar en el imagi-
justicia que siguió a la fuga de los caucheros. nario nacional, lejana en el tiempo y en la me-
Igualmente desgarradora es la impotencia moria. En cine de no-ficción no se ha producido
causada por el silenciamiento de sus voces, el nada hasta la fecha y solo existe un film de fic-
cual se debió tanto a la complicidad del Estado ción sobre el tema, El Socio de Dios de Federico
como a su propia condición de subalternidad, García (1987). Esta cinta refleja las contradic-
al “temor a ser juzgados” y porque “no sabían ciones que existen en la interpretación histó-
el habla castellano”, el lenguaje del poder. Este rica de los hechos, mostrando serias distorsio-
enmudecimiento sugiere además un profun- nes y sesgos políticos, además de una imagen
do sentimiento de culpa y vergüenza no solo
estereotipada y superficial de los pueblos in-
por su propia incapacidad para poder hablar
dígenas18. Esta mirada deformada se suma a
y denunciar sino, y sobre todo, por su identi-
ficación con el blanco, encarnada tanto en los 17 Este impulso se ha traducido en una creciente produc-
“muchachos de confianza” que los traicionaron ción cinematográfica durante los últimas tres déca-
das. El conflicto armado de 1980-2000 ha sido sujeto
en el pasado así como en los “muchos jóvenes de al menos una docena de filmes de ficción y varios
documentales.
y señoritas [que] se hacen o se creen de ser
18 Como plantea Stefano Pau, la narrativa del film, “se
blancos y de imitar todas sus cochinadas y ver-
aleja de la efectiva realidad de los acontecimientos,
güenzas” en el presente del testimonio. La he- con la inserción en el escenario, por ejemplo, de ac-
tores que nada tuvieron que ver con ella, como Fitzca-
rida traumática quedó abierta, aunque invisible rrald, que en el momento de mayor apogeo de Arana
para “el país y el mundo”. y de la publicación de las denuncias, ya había muer-
to por lo menos hacía una decena de años” (2016, p.
126). Asimismo, la figura de Berecayé, el único per-
Entretejiendo historias: sonaje huitoto con cierta presencia protagónica, “es
presentada esencialmente por medio de su relación
posmemorias fílmicas con el mundo sobrenatural, que además es mostrado
con superficialidad y sin entregar al lector los medios
El impulso global por la recuperación de me- necesarios para una comprensión eficaz del imagina-
rio amazónico. De esta manera, y tal vez inconscien-
morias históricas también ha calado en la pro- temente, la novela parece conformarse con las ten-
ducción cinematográfica peruana, impactando dencias del mercado literario internacional, en el que
predomina el gusto por lo exótico, casi para subrayar
tanto en el volumen de producciones como en la vigencia de la difusión de una imagen distorsiona-
su enfoque temático. No sorprende que casi la da (o por lo menos, parcial) del mundo indígena [...] El
objetivo de Federico García parece ser más bien otro:
totalidad de ellas hayan tomado como tema enseñar, o insinuar la duda de que el escándalo del
Putumayo fuera en realidad parte de una conspiración
principal el más reciente de los dos grandes
internacional que apuntaba al hundimiento de la pro-
eventos traumáticos del siglo XX: el conflicto ducción gomera peruana” (2016, p. 130).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 169


Wilton Martínez Carlevarino

la que presenta Werner Herzog en Fitzcarrald nacional. En esta sección nos ocuparemos del
(1982) para construir y perpetuar una memo- documental como medio de (re)presentación y
ria cinematográfica igualmente espuria sobre seguiremos nuestro recorrido por la construc-
la época del caucho. Desde entonces, no se ha ción de las posmemorias del caucho, dejando
producido nada sobre el tema y este prolonga- el análisis del kit pedagógico y su propuesta de
do vacío ayuda a entender en parte el éxito de incidencia educativa para más adelante (véase
El Abrazo de la Serpiente, la reciente produc- sección final debajo).
ción del colombiano Ciro Guerra (2016) que,
Como sugiere el título, el documental se centra
desde una perspectiva protagónica indígena,
en testimonios y relatos de los protagonistas
se distancia del tropo indigenista clásico para
indígenas, cuatro jóvenes descendientes de
ofrecer una compleja narrativa mitopoética so-
cuarta generación de los que vivieron durante
bre la relación con el “blanco” que toca tangen-
la época del caucho: Rember Yahuarcani, artis-
cialmente el impacto del auge gomero.
ta visual y escritor del pueblo huitoto aymenu;
Lo que sí puede sorprender es el hecho de Brus Rubio, artista visual huitoto-bora; Rubén
que el proyecto del documental etnohistórico Medina, líder y activista huitoto murui, y Pablo
Historias del caucho en la Amazonía peruana Taricuarima, artista y gestor cultural kukama.
naciera a partir de una iniciativa del Estado, en Desde un enfoque directo, experiencial y re-
particular de la Dirección General de Educación alista, la producción se inició con una sólida
Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y base de conocimiento pero sin un guión pre-
de Servicios Educativos en el Ámbito Rural establecido, construyéndose a partir del pro-
(DIGEIBIRA) del Ministerio de Educación. Con ceso mismo de producción, buscando capturar
el objetivo de producir materiales pedagógi- discursos y acciones de manera espontánea y
cos sobre el tema para educación secundaria, evitando la recreación y escenificación de las
a fines del año 2015 la DIGEIBIRA encarga al experiencias. Asimismo, se buscó minimizar en
Centro de Antropología Visual del Perú (CAVP) lo posible la influencia y mediación autorial con
la producción y dirección del documental. El un equipo de producción compuesto por dos
esfuerzo se completó en seis meses y resultó personas (director/camarógrafo y sonidista).
en un kit pedagógico multimedia que incluye el Fue a partir del material grabado que se arti-
documental, una guía pedagógica para docen- culó el tratamiento fílmico como un montaje y
tes y una infografía impresa. El material ha sido “entretejido narrativo” que incluye: (1) múlti-
validado con una muestra de colegios públicos ples temporalidades (pasado, presente y futu-
y privados y actualmente se encuentra en la ro del caucho) que nos aproximan a la “tempo-
fase de programación para su distribución a ralidad compleja” de la memoria; (2) diversas
colegios secundarios y universidades a nivel perspectivas generacionales (hijos, padres y

170 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

abuelos) que reproducen el carácter mediado y confianza mutua. Así, los encuentros con
e intergeneracional de la posmemoria; (3) di- los cuatro protagonistas evolucionaron desde
ferentes culturas (cuatro pueblos indígenas, diálogos simples, pasando por registros ora-
protagonistas mestizos y criollos) que eviden- les hasta llegar al registro audiovisual. El re-
cian el carácter híbrido e intercultural de sus gistro de testimonios se condujo de manera
identidades; (4) perspectivas de investigado- no formalizada a partir de preguntas abiertas
res/historiadores19 y actores sociales (jóvenes orientadas a la narración de experiencias y se
protagonistas, familiares y pobladores) que realizó entre febrero y junio de 2016 en Lima,
revelan la complementariedad y las tensio- Iquitos y en las comunidades de origen de los
nes entre historia y memoria; y (5) diferentes protagonistas en Loreto (Pebas, Pucaurquillo,
disciplinas (historia, antropología, psicología, San Antonio del Estrecho y Santo Tomás).
arte, educación) que enfatizan la necesidad de
A continuación presentamos una selección
un enfoque transdisciplinario para una mejor
de testimonios recogidos durante el proce-
comprensión de la memoria. De esta manera
so de producción de Historias del caucho en
se buscó maximizar la naturaleza multisenso-
la Amazonía peruana (Martínez, 2016); una
rial y heteroglósica del medio audiovisual que
parte de ellos son extractos editados del do-
permite representar múltiples perspectivas,
cumental aunque también se incluye material
espacios y temporalidades simultáneamente,
inédito. Los testimonios están agrupados se-
facilitando así la evocación y corporeización de
cuencialmente siguiendo de cerca la narrativa
las memorias durante el proceso de recepción.
del documental. No obstante, se han seleccio-
En comparación con el diálogo interpersonal nado los temas más apropiados para analizar y
directo o mediado por una grabadora de audio, comprender las formas en que la nueva gene-
el registro audiovisual de testimonios invita ración indígena construye la posmemoria del
una mayor intensidad subjetiva de todos los caucho, incluyendo la construcción de iden-
involucrados. Además de intensificar la rela- tidades, aprendizajes acerca de la época del
ción intersubjetiva, la cámara tiene un efecto caucho, la experiencia del exilio, y el impacto
“catártico” (Rouch, 1975) que puede generar histórico-cultural.
un mayor grado de “performatividad” (expre-
Yo recién, cuando tenía como 9 años,
sividad verbal y no verbal) del narrador y por
recién me entero que mi abuela era
tanto demanda un suficiente nivel de apertura
huitota. Yo no sabía que mi abuela era
indígena ni nada de esas cosas. Entonces
19 En esta categoría se incluyen testimonios de la antro-
los padres de mi mamá eran gente
póloga e historiadora Frederica Barclay, los antropó-
logos Alberto Chirif y Jürg Gasché, y el escritor Róger totalmente más mestiza, entonces yo
Rumrrill.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 171


Wilton Martínez Carlevarino

siempre había tenido más relación con nos hemos blanqueado porque ya no
ellos y ellos hablaban solo castellano, y nos vestimos como antes, y tenemos
me doy cuenta a raíz de una tarea en la costumbres que prácticamente hemos
escuela que alguien tiene que narrar un adoptado como nuestras. Es como que
cuento. Y yo voy y le pregunto a mi mamá tocamos una herida también. Mi abuelita,
y mi mamá me dice “pregúntale a tu papá, mi abuelo que ya murió, mis tíos, algunos
y tu abuela sabe un montón de historias”. reflexionaron y otros huyeron y otros
Después a los 9, 10, 11 ya tenía más se enfrentaron. Mi abuelita es una de
relación con Martha, la mamá de mi papá, ellas. Los arrimaban y los discriminaban
y ya me sabía historias, había escuchado por hablar en idioma, “van a pensar que
un montón. Ahí comenzó todo, ¿no? Y somos indios”. (Pablo Taricuarima en
después, la cuestión indígena, cuando Martínez, 2016)
yo llegué a la secundaria, de hecho, por
Estos testimonios reflejan la complejidad de
ejemplo comíamos mucho casabe, la
la construcción de identidades indígenas en la
cahuana [...] De hecho algunas veces
Amazonía, y en particular cuando estas iden-
recibí burlas en el colegio, cosas que eran
tidades se inscriben en una memoria colectiva
inevitables pero eran cosas que nunca les
marcada por la experiencia traumática del ge-
he dado importancia. (Rember Yahuarcani
nocidio cauchero, el exilio, el silenciamiento y
en Martínez, 2016)
la discriminación. El hecho de que esta gene-
Yo crecí sin la cosmovisión kukama, ración de jóvenes “descubra” su propia identi-
porque mi abuelo era una persona que dad indígena durante la adolescencia sugiere
ha sido raptada del Pueblo Kukama. Las además un grado de ruptura o quiebre ge-
fuerzas armadas fueron, hicieron batida, neracional, puesto que no la aprendieron de
y los llevaron a palos y él aprendió a sus padres tanto como de sus abuelos o de
hablar el castellano a palos. Y así, cuando otros fuera de su entorno familiar o comuni-
regresó al pueblo, no lo aceptaron, “no, tario. Como una gran mayoría de su (cuarta)
tú vistes diferente, hablas diferente, y generación, los cuatro jóvenes protagonistas
no puedes estar acá”. Y mi abuelo ya crecieron sin aprender su lengua ancestral,
se fue a la ciudad y ahí fue captado por en entornos donde los indígenas (la segunda
esos misioneros. Mi abuelo se adoctrinó y generación de sus abuelos) estaban invisibi-
empezó a predicar, viajaba de río en río. Mi lizados y marginados por la cultura mestiza,
origen es forzado. Desde que lo botaron la cultura dominante entre la (tercera) gene-
a mi abuelo, se rompe mi linaje del clan ración de sus padres –precisamente aque-
Taricuarima. Nos hemos amestizado, llos “jóvenes y señoritas” a los que se refiere

172 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

Aurelio Rojas en su relato, quienes “se hacen Estado tiene que proteger a los ciudadanos.
o se creen de ser blancos y de imitar todas Yo solo he pintado una imagen del caucho,
sus cochinadas y vergüenzas”–. Quizá sea por no he pintado más, no quiero pintar esa
esto que los jóvenes protagonistas se refie- época, al menos en estos momentos no.
ran a su identificación o compromiso con la La única cosa que me causa a mí el tema
“cuestión” o el “tema” indígena, como una del caucho es una cuestión de tristeza, de
construcción cultural. Como cuenta Rubén, dolor, y me trae a la mente el rostro de mi
“para poder llegar a comprometerme al tema abuela contándome del caucho con los
cultural, al tema indígena me tuvo que ins- ojos con lágrimas. (Rember Yahuarcani en
pirar muchas cosas. Una de ellas fue partici- Martínez, 2016)
par de esta escuela de liderazgo organizado
Bueno, yo estando dentro de la maloca,
por AIDESEP y, posteriormente, conocer a
con los sabios conversando y con don
una amiga que es actriz en Hollywood ahora,
Jorge Gasché ahí, anteriormente ya sabía
Q’orianka Kilcher, que llegó por primera vez a
de la investigación del caucho pero no
denunciar los impactos del derrame petrolero
me interesaba. Pero cuando estaba en
en el Río Corrientes” (Martínez, 2016). En este
la investigación dentro de la maloca,
contexto de convergencias mediáticas globa-
escuchaba las canciones [...] Entonces yo
les y discontinuidades generacionales locales,
dije, cantando así una canción, vino a mi
no es de sorprender que los jóvenes también
cabeza recién, “¿qué hubiera pasado si los
aprendieran sobre el caucho de sus abuelos o
caucheros no hubieran agredido a nuestra
de terceros.
cultura?” Esa era mi gran interrogante.
Mi relación con el caucho y la historia del “¿Qué hubiera pasado?” Porque no somos,
caucho no fue con mi papá, sino de frente como decían, “esa gente son animales,
a mi abuela. Entonces, para un chico de porque están desnudos”. Pero cómo
12 años eran cosas increíbles. No tenía nosotros nos alegrábamos con las danzas
una reacción de tristeza ni de angustia, típicas, cómo sabíamos curar, cómo
simplemente estaba escuchando una preparábamos nuestra cahuana, nuestra
historia. Ya muchos años después con bebida. ¿Cómo sabíamos sembrar la yuca?
fotografías, con otros textos y otros ¿Cómo eran capaces de decir que somos
informes, ya, y enterándome de otros animales?. [...] Ese era el punto de partida
genocidios en el mundo, también te das para pintar algunos temas del caucho. Era
cuenta que es una cosa realmente increíble un tema muy pendiente para pintar ya que
que haya pasado en un gobierno pues, años se venía hablando de esta tragedia.
democrático, donde se supone que el (Brus Rubio en Martínez, 2016)

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 173


Wilton Martínez Carlevarino

El dolor que describe Rember es un rasgo cen- sus predecesores y en ellos mismos, así como
tral de la posmemoria: el intento de recons- por su propio sentido de “responsabilidad, por
truir la experiencia traumática de su abuela, su deseo de reparar y por la conciencia de que
aunque vicario e hipermediado por otros refe- su propia existencia puede ser una forma de
rentes de genocidios en el mundo, genera una compensar por la innombrable pérdida” (p.111
intensidad subjetiva causada tanto por la ex- [traducción propia]). Paradójicamente, el tema
periencia misma como por el carácter lacunar del caucho les ha dado mayor visibilidad a los
y fragmentario de los recuerdos (Hirsh, 2008). artistas amazónicos, quienes se han posicio-
Intentar sentir el dolor de su abuela le causa nado efectivamente como representantes o
dolor no solo por empatía sino también por la embajadores de sus culturas para, desde allí,
imposibilidad de sentir lo que sintió su abue- articular un discurso pictórico de contra-me-
la y sus antepasados. Esto pareciera explicar moria asociado a políticas de derechos cultu-
por qué dice no sentirse preparado para pintar rales, ambientales y territoriales.
sobre los horrores de la época del caucho: por-
Rubén, por otro lado, tuvo que acudir a la me-
que son irrepresentables. Por su parte, Brus
diación de sus tías y a fuentes textuales para
aprendió sobre el caucho en el mundo mascu-
cubrir el vacío lingüístico producido por su des-
lino de la maloca, con los sabios y curacas, y
conocimiento de la lengua de su abuelo:
con el antropólogo Jürg Gasché, cuya mirada
analítica influyó tanto en la construcción de su Lo que han contado mis tías que han
posmemoria así como en su decisión de pintar podido escuchar directamente de mi
sobre los espacios de muerte que vivieron sus abuelo porque yo no he podido escuchar la
ancestros. Su decisión de pintar responde jus- historia directamente de mi abuelo, porque
tamente a la necesidad de llenar el gran vacío él hablaba solo el murui y cuando él aún
producido por la fragmentariedad de la pos- vivía yo tenía 10, 11 años y cuando él me
memoria, el vacío entre la memoria original y lo llamaba a la casa para yo escucharlo, lo
que se recuerda de ella (Young, 2000), que se escuchaba un rato en la tarde, me sentaba
asocia metonímicamente con el vacío produ- y me aburría y lo dejaba a mi abuelo
cido por el silenciamiento, el vacío del quiebre hablando solo porque prefería ir a jugar
y ruptura generacional, y con el vacío repre- fulbito. Entonces lo que mi mamá y mis
sentacional asumido como una deuda histó- tías cuentan es de que mi abuelo creció
rica. Como propone Hirsch (2008), el arte, la con los patrones, entonces él, custodiando
memoria y el testimonio de la postgeneración a su misma gente, a su misma familia, y
están moldeados por un intento de represen- después de ver tanta tortura y matanza que
tar los efectos traumáticos de la experiencia en ya se sabe en toda la literatura de la época

174 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

del caucho, entonces mi abuelo decide huir Un primer impacto de la llegada es pues el en-
con su clan, con su grupo, con su gente. frentamiento con poblaciones indígenas loca-
(Rubén Medina en Martínez, 2016) les, el consecuente reordenamiento sociopolí-
tico impuesto por el grupo victorioso y la nueva
El relato de Rubén revela la complejidad de la
generación indígena que resultó de la conquis-
experiencia traumática del caucho y su estre-
ta. Aunque menos expuesta a su propia suerte
cha relación a otros dos recuerdos igualmente
y sometida a la “tutela” de los caucheros, simi-
penosos: por un lado, el hecho de que su abue-
lar suerte corrió la población indígena que fue
lo, como muchos de los abuelos y bisabuelos
forzosamente trasladada por los ex-gerentes
de la diáspora huitoto, bora y ocaina en el Perú,
de Arana:
fue criado y utilizado por los caucheros como
capataz y “muchacho de confianza”; por otro Cuando el caucho ya iba decayendo,
lado, la experiencia de exilio resultante de la entonces en ese momento don Carlos
huida y el traslado forzoso que ocurrió lue- Loayza ha sido el que ha trasladado a
go de la firma del Tratado Salomón Lozano y los jóvenes de La Chorrera, entonces han
durante la guerra colombo-peruana. Rubén empezado a llamar a puros jóvenes en la
continúa relatando la travesía de huida de su lancha que se llamaba “Águila”, esa lancha
abuelo y su clan, quienes, luego de haber sido es la que ha empezado a acarrear a puros
tomados como cautivos y “carne de cañón”, jóvenes y señoritas, y las personas viejas,
primero por el Ejército colombiano y luego por ellos todos se quedaban en La Chorrera.
el peruano, finalmente llegan a la ribera perua- Según decían “primero van a venir los
na del río Putumayo: jóvenes al Putumayo por el Algodón para
hacer chacras. Una vez que ya están
Cuando llegan al Putumayo, ese territorio
hechas las chacras iban a volver a recoger
estaba habitado por el pueblo maijuna,
a los ancianos”. Pero eso era una mentira,
el pueblo de mi abuelita. Entonces en un
nunca ya habían vuelto. Entonces cuando
primer intento de lucha de pelea, en ese
ya sucedía todas estas cosas pues era
tiempo me cuentan el pueblo que vencía
una llorería pues en La Chorrera porque
al otro se agarraba a las mujeres y los
otros venían sin despedir a sus madres a
hombres podían hacer de mujer a las
sus padres, otros estaban en la chacra, y
chicas, a las señoritas. Y es esa la historia
los jóvenes eran trasladados. (Santiago
de cómo mi abuelo queda con una maijuna,
Yahuarcani en Martínez, 2016)
con mi abuelita. Entonces de ahí es la que
viene todo el resto de nuestra familia. “Nosotros no somos de acá” dice la gente en
(Rubén Medina en Martínez, 2016) su mayoría, “no somos de acá, a nosotros

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 175


Wilton Martínez Carlevarino

De arriba hacia abajo:


Brus Rubio pintando en su
estudio en Lima.
Escuchando relatos de su abuela
Marcela Roque en Pucaurquillo.
Con sus padres en la casa
familiar en Pucaurquillo.
Danzando en la maloca bora de
Víctor Churay, Pucaurquillo.
Historias del caucho en la
Amazonía peruana, 2016.

nos han traído los patrones en el tiempo del


caucho”. Entonces esa fue la primera que
había escuchado, pero no le daba mucha
impresión, pero contaban que nosotros,
nuestros abuelos vinieron acá pero no
sabían hablar español, por eso nos han
clasificado los huitotos acá y los bora acá.
Entonces, nosotros veníamos huyendo
también de la guerra entre Perú y Colombia
y como también salvando los patrones su
producción con la gente que producía la
goma [...] Entonces, ellos vinieron como
una odisea en el camino de la herradura del
Putumayo hacia el Ampiyacu. Muchos venían
muriendo, sus ollas, su manguaré iban
dejando en el camino. Iban dejando a las
personas ancianas y esas personas ancianas
no eran simplemente ancianas, eran sabios.
Entonces donde que uno va enterrándose,
son espacios sagrados. [...] Entonces toda
esa riqueza se iba enterrando, enterrando.
(Brus Rubio en Martínez, 2016)

Tanto los que fueron trasladados por río como


por tierra sufrieron la penosa separación for-
zosa de sus familiares, el exilio permanente de

176 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

De arriba hacia abajo:


Rember Yahuarcani con su abuela
Martha López y su familia en Pebas
(foto de Mónica Newton, 2011).
Pintando un mural en la Casa de la
Literatura de Lima.
Llegando a Pebas al amanecer.
Moliendo semillas de huito para
hacer tintes naturales en Pebas.
Historias del caucho en la Amazonía
peruana, 2016.

su espacio comunitario y su cultura material


originaria. Como dice Brus, esto se tradujo en
la pérdida de conocimientos ancestrales, en la
ruptura de la memoria colectiva como fuente
de identidad de su pueblo. Así, la diáspora indí-
gena se fundó sobre la base no solo del espa-
cio de muerte que vivieron durante el tiempo
del caucho, sino además sobre el vacío que re-
sultó de la muerte física (de los que murieron
durante la “odisea” y las epidemias posterio-
res) y la muerte simbólica de toda la “riqueza”
de su memoria colectiva.
Aunque la memoria del lugar de origen siga
siendo rememorada, el retorno físico es un
acto difícil sino imposible, como relata el padre
de Rember, Santiago Yahuarcani:
Cuando mi abuelo tenía algo de 60, 65
años [...] ha hecho un viaje por tierra, de
quizás unos 15-20 días para poder llegar
a La Chorrera. Entonces cuando él ha
llegado allá donde que era su tierra, le han
preguntado de donde él venía, él ha dicho
que él ha venido del Amazonas, que él es
peruano. Dice que ahí le querían matar.
Entonces él ha dicho que no lo pueden

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 177


Wilton Martínez Carlevarino

matar, no lo pueden mezquinar porque él es caucho, eso es lo que nos dejó a la deriva,
de La Chorrera, “esto es mi tierra y ustedes generalmente hablando. Ese trauma que
no me pueden mezquinar aquí. Y yo no he nos dejó son este desorden que la población
muerto [matado] a sus abuelos, yo he ido indígena no sabemos definirnos con claridad
de aquí, los que han muerto [matado] son hacia dónde apuntamos. Entonces, son
otros peruanos”. Entonces, cuando él ha cosas que nos han marcado esas acciones
dicho ahí que esa es su tierra, entonces ahí del caucho. Bueno, es un espacio vacío,
se han apaciguado porque lo iban a matar. culturalmente, para nosotros. Y digo que
(Santiago Yahuarcani en Martínez, 2016) es un espacio vacío porque para crear
una nueva sociedad destruyeron nuestra
La percepción de los indígenas que quedaron
propia forma de pensar, ¿no? Entonces, este
en La Chorrera hacia los que fueron al Perú
desorden de pensamiento en general, y
ha sido ambigua y contradictoria. En su artí-
también el Perú que sufrió, y cómo nosotros
culo sobre la rebelión de Yarocamena, Pineda
los huitotos, los bora, ocaina somos de ese
(1988) cita una serie de relatos que se refieren
desorden, de esa agresión psicológica y
al enemigo como los “peruanos”, incluyendo
también de esa mutilación intelectual que
a Arana y los caucheros “blancos”, al Ejército
hicieron a nuestros sabios. [...] Entonces
peruano y a los indígenas que ayudaron a
ya, una sociedad totalmente desordenada,
derrotar la rebelión20. Por extensión, los que
crea muchas divisiones y caos y no se sabe
fueron trasladados por los caucheros también
cómo organizar al pueblo porque el pueblo
son comúnmente percibidos como enemigos o
necesita un líder o un sabio para organizar
traidores. Este imaginario negativo se suma así
las fiestas, las tradiciones, las costumbres,
a las otras rupturas y pérdidas sobre las que
las señoritas, los jóvenes. (Brus Rubio en
se fundó la diáspora como un “espacio vacío”.
Martínez, 2016)
Nos sentimos huérfanos, porque no
Pienso que hay una idea muy romántica del
hay nadie, por ejemplo, yo dónde voy a
indígena, o eso es lo que se ha tratado de
conversar, ¿no? Me siento como que vacío,
vender, que de hecho tiene mucho de cierto,
desordenado, o sea, esas consecuencias del
pero no es del todo cierto, ¿no? Creo que en
desorden que nos dejó la explotación del
el momento en que este grupo de personas,
20 En un testimonio citado por Pineda, Mariano Muinane de culturas diferentes los pusieron en un
relata que “Yarocamena pensaba que solamente con la mismo lugar, lo cuentan también los boras,
brujería acabaría con los peruanos, pero en medio de
éstos había también indígenas y ‘brujos’ que atajaban sucedieron muchos conflictos, conflictos
la brujería del rayo. Si hubiera habido solamente blan-
fuertes. En las primeras fiestas que se
cos, Yarocamena habría podido ganarles; lo mismo si
hubieran sido puramente indígenas” (1998, p. 181). dieron en Pucaurquillo, había bora, huitotos,

178 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

bailando en la maloca y todo y después como por los demonios engendrados a partir
recordaron los conflictos de los antepasados de la experiencia traumática misma.
y se agarraron a golpes. Entonces los años
han pasado, no se puede seguir dando
La visión autoreflexiva y crítica de Rember
golpes y entonces se buscan nuevas formas
también sugiere un honesto llamado a evi-
de conflictos. Además, el indígena es un ser
tar la autovictimización, uno de los principa-
humano, tiene los mismos demonios que
les abusos de la memoria entre poblaciones
tienen los otros hombres de otras culturas.
que han sufrido violencias coloniales o tota-
Mi abuela decía, “en el mundo, indígena o
litarias22. Asimismo, es un llamado a decons-
no indígena, solo hay dos tipos de personas,
truir el común estereotipo fetichista del buen
buenas y malas, punto”. (Rember Yahuarcani
salvaje o de la víctima histórica que muchos
en Martínez, 2016)
aliados y simpatizantes, aunque bien inten-
cionados, proyectamos a menudo en los pue-
El desgarrador testimonio de Brus condensa blos indígenas, sobre todo en respuesta a la
gráficamente la época del caucho y la expe- imagen opuesta, racista, que esgrimieron los
riencia postraumática de la diáspora indígena. caucheros y que aún sigue vigente. Esto es
La intensidad subjetiva de su relato emana de parte de la fórmula maniquea heredada des-
la herida que dejó la “mutilación” del pensa- de la colonia y perpetuada en los opuestos
miento fundacional indígena, de la destrucción abismales de la modernidad. Y esta polari-
de la memoria cultural encarnada en la figura dad también impregna las políticas culturales
del curaca o sabio, sin el cual solo queda la contemporáneas, como sugiere Foster (2001)
condición de jaïenikï21 u “orfandad”, el vacío y en relación al “callejón sin salida” que enfren-
el caos. La confrontación con ese caos lleva a tan los artistas que trabajan con alteridades:
la imagen anti-romántica que ofrece Rember “En gran medida, la izquierda se sobreiden-
del indígena, habitado por demonios incuba- tifica con el otro como víctima, lo cual la en-
dos desde antiguas rivalidades interétnicas cierra en una jerarquía de sufrimiento por la
y que los caucheros supieron manipular para cual los desheredados pueden hacer pocas
dominarlos –por ejemplo, mediante el sistema cosas mal. En mucho mayor medida, la de-
de “muchachos de confianza” que agudizó los
enfrentamientos entre linajes y curacas–, así 22 Todorov plantea una dura crítica a la autovictimización
como uno de los más frecuentes abusos de la memo-
ria, incluso en casos que pueden haber sido ya reco-
nocidos y reparados: “Es más ventajoso seguir en el
21 En su descripción de la organización social huitoto, papel de víctima que recibir una reparación por el daño
Gasché (1982, p. 12) explica que la palabra jaïenikï, sufrido (suponiendo que el daño sea real): en lugar de
que significa “huérfano” y “hombre ordinario”, era usa- una satisfacción puntual, conservamos un privilegio
da para referirse a hombres cuyos familiares perecie- permanente, asegurándonos la atención y, por lo tan-
ron en guerras rituales u otros. to, el reconocimiento de los demás” (2000, p.54).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 179


Wilton Martínez Carlevarino

recha se desidentifica del otro, al cual culpa [...] Sumado a la coca, al tabaco y a todo lo
como víctima, y explota esta desidentificación que nosotros sabemos, creo que la pintura
para construir la solidaridad política mediante vendría ser en estos tiempos como una
el miedo y la aversión fantasmales” (p.207). actividad mágica que nosotros podemos
Frente a la “sobreidentificación reductora” y utilizar para resguardar y para fortalecer
la “desidentificación criminal”, Foster sugie- esa parte importantísima que los abuelos
re una identificación con “distancia crítica” y han venido defendiendo desde hace
autorreflexiva. Es este tipo de alianza respe- muchísimo tiempo [...] De alguna forma
tuosa, basada en una humanidad compartida, nos hemos visto de la noche a la mañana
en diálogos de saberes y aprendizajes inter- frente a este público y hemos tenido que

culturales, el que demandan Rember, Brus y asumir esa voz de los abuelos. Tanto,

otros voceros de su posgeneración, alianzas qué se yo, Pablo, Brus y otros personajes
más jóvenes. Yo espero que tengamos la
que puedan fortalecer su capacidad de res-
responsabilidad y la honestidad de decir
puesta autónoma y de resistencia cultural de
realmente lo que los abuelos nos han
cara al futuro.
querido decir, para que ellos se sientan
orgullosos de nosotros, de las nuevas
Resistencia cultural y proyectos
generaciones. (Rember Yahuarcani en
de la posmemoria
Martínez, 2016)
¿Qué viene luego del vacío? Esto es lo que se
pregunta Rubén cuando dice que “es momento Tengo un poco de miedo porque a
de pensar y decir, ‘¿nos quedamos con los bra- veces se siente tanto, es como que tu
zos cruzados, nos quedamos llorando, o qué imaginación te transporta al pueblo
hay que hacer?’” (Martínez, 2016). El recorrido mismo, ¿no? es como que estás en la mira
del documental también desemboca en el mis- de tu misma potencialidad ante otros.
mo espacio de introspección: ¿Cómo nos en- [...] El arte siempre va a ser una forma de
cuentra el presente del futuro? ¿Cómo, desde compartir. Entonces, gracias a que dan
dónde y para quién representar y reconstruir la nombre en galerías, que dan espacio en

memoria cultural? otros medios de comunicaciones, va dando


reconocimiento y al mismo tiempo ese
Creo que en estos momentos la pintura reconocimiento es parte de una aceptación
es una herramienta que los indígenas nos del público frente a lo imaginario del
hemos apoderado, o hemos construido y pueblo. Entonces eso hace grande también
es una herramienta que nos ha ayudado al pueblo porque nosotros somos parte y
a nosotros a fortalecer nuestra identidad. forjadores no solamente de la Amazonía

180 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

sino también del Perú, porque al final al mismo pueblo” y ante los complejos de-
somos parte del Perú y estamos haciendo safíos del futuro: por un lado, contribuir a la
la grandeza de una nación también un “grandeza” de una nación que los silenció y,
poquito, como se dice, en forma general, por el otro, universalizar el arte del pueblo
su granito de arena, positivamente. amazónico, aunque sin la guía y la tutela del
Entonces, bueno, vamos avanzando y curaca y el sabio asesinados.
creo que hay que dar la vuelta al mundo,
hay que hacer universal el arte del pueblo
Desde la misma condición de jaïenikï, Rubén y
amazónico, ¿no? (Brus Rubio en Martínez, Pablo se han propuesto otras formas de en-
2016) frentar la responsabilidad de la posmemoria y
“asumir la voz de los abuelos”: el retorno a sus
La opción de ambos artistas ha sido migrar comunidades, la tarea de revitalización cultu-
a Lima, desde donde han comenzado a res- ral, así como la reconstrucción del espacio y la
quebrajar el silencio histórico y darle a su autoridad del curaca.
visión estética y su misión cultural una reso-
nancia nacional e internacional. Apropiando Estoy regresando después de buen
la pintura como herramienta de fortaleci- tiempo, después de salir, migrar a la
miento identitario y familiar, Rember y Brus ciudad y estudiar, terminar mi secundaria,
se han posicionado efectivamente como estudiar la universidad. Entonces tengo
mensajeros o transmisores de sus culturas que sacrificar quizás ciertos beneficios que
huitoto y bora, de sus cosmovisiones y sus me daba la ciudad, pero encuentro otro
reclamos históricos. Rember resalta un pa- espacio acá en mi pueblo porque voy a
pel central de la posgeneración: el de pre- construir la maloca, voy a tener mi casa,
servar y “resguardar” la memoria de sus voy a tener mis sembríos. Voy a poder
abuelos, esa “parte importantísima” que cultivar, producir la tierra que, para mí, eso
implica tanto su acervo cultural como la ex- es calidad de vida, ¿no? Y tengo dos hijos
periencia traumática, las mutilaciones del que van a poder continuar el trabajo que,
exilio y las rupturas generacionales, y que hasta donde yo lo voy a dejar. Pienso que
solo se pueden invocar mediante la pintura tengo que educarlos muy bien, instruirlos
como “actividad mágica” y mímesis del acto en el tema cultural para que sean grandes
ritual y sus elementos sagrados, la coca y el líderes y que sigan poniendo el hombro
tabaco. La magnitud de esa responsabilidad para el desarrollo de nuestros pueblos, así
asumida ayuda a entender la intensidad sub- que he regresado a mi pueblo para trabajar
jetiva y el temor que siente Brus de cara a su comprometidamente con mi gente. (Rubén
imaginación retrospectiva que “te transporta Medina en Martínez, 2016)

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 181


Wilton Martínez Carlevarino

La kukamera es un gran proyecto, ha sido celebración de bailes y sesiones de mambeo23


difícil construirlo físicamente, es todavía (Gasché, 1982; Chirif, 2009). En algunos casos
difícil mantenerlo, pero sin el apoyo de se ha logrado esto, aunque en forma parcial:
mi familia esto no sería, o sea yo solo algunas malocas continúan en operación, otras
no podría. El primer paso era esto, la han sido abandonadas o destruidas y otras se
kukamera, ahora el siguiente paso es han diversificado, funcionando también como
continuar el proyecto con los niños y, más espacios de representaciones de música y
adelante es que la kukamera no solo sirva danzas para turistas.
para el proyecto con los niños sino que
Los proyectos de la cuarta generación tienen
sirva para otros proyectos, para referencias
otras características y enfrentan otro tipo de
para que se hagan más kukameras en
desafíos, comenzando por el hecho de que su
diferentes pueblos. El festival Yrapakatun
posmemoria del caucho es más lejana, me-
quiere mantener, quiere preservar el
diada y fragmentaria que la de la generación
idioma, quiere preservar la cultura kukama,
el festival quiere promover que los niños
anterior. Los jóvenes líderes tienen formación
crezcan orgullosos de ser kukama. (Pablo
universitaria y están migrando de retorno a sus
Taricuarima en Martínez, 2016) comunidades luego de haber vivido varios años
en Iquitos y en Lima. Así, mientras estudiaba
Estos proyectos implican dos objetivos dife- negocios internacionales y turismo en Iquitos,
rentes aunque estrechamente relacionados: Rubén formó la asociación Curuinsi en 2009
reconstruir el espacio y el liderazgo tradicional y, con el apoyo de la Red Ambiental Loretana,
como una forma de conmemorar la memoria construyó una maloca en las afueras de Iquitos.
de la época del caucho y como un proyecto cul- Uno de sus principales propósitos fue “trabajar
tural con un alcance reivindicativo más amplio. con jóvenes que ahorita se encuentran estu-
En cualquiera de los casos, estamos viendo diando en la universidad a través de Beca 18 y
una transición del campo de la historia oral o que, de acá a unos tres o cuatro años, vamos
“memoria comunicativa” (Assmann, 2008) al a tener entre 17 profesionales indígenas en la
campo de la acción sociopolítica. Este proyec- especialidad de educación bilingüe intercul-
to de la posgeneración no es completamente
tural” (Rubén Medina en Martínez, 2016). Sin
nuevo. Durante la década de 1970, líderes jó-
venes de la tercera generación lo hicieron en 23 Actividad ritual que realizan los hombres durante
Pucaurquillo, Brillo Nuevo, Nueva Esperanza eventos ceremoniales o sesiones de reflexión gru-
pal con el fin de dialogar, transmitir relatos, preparar
y otras comunidades de la diáspora indígena, los trabajos o realizar curaciones. En las sesiones de
mambe o mambeo se consumen hojas de coca y de
buscando restaurar algunas de sus funcio-
cetico o yarumo turradas junto con el ampiri o pasta
nes tradicionales como ceremonias rituales, de tabaco.

182 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

De arriba hacia abajo:


Rubén Medina y su familia descansan
durante faena de trabajo en El Estrecho.
Moliendo coca para ceremonia de
mambe.
Escuchando relatos del caucho de los
abuelos.
Enoca y Funora, hijos de Rubén y
Jhuliana, frente a la nueva maloca.
Historias del caucho en la Amazonía
peruana, 2016.

embargo, en 2015 la maloca entró en desuso


y, por falta de mantenimiento y recursos, fue
abandonada y eventualmente se destruyó. Su
nuevo proyecto de maloca en San Antonio del
Estrecho se orienta no solo a la recuperación
de prácticas y saberes tradicionales, sino tam-
bién a la educación cultural de niños y jóvenes.
Pablo ha pasado por un proceso similar. En
2002 formó la asociación Yrapakatun y, des-
de 2010, mientras completaba sus estudios
de arte en la Escuela Nacional de Bellas Artes
de Lima, ha estado celebrando anualmente el
festival Yrapakatun en Santo Tomás.

En el año 2014 se construyó la kukamera en


Santo Tomás, gracias al apoyo financiero del
gobierno regional de Loreto, la gestión de
Pablo y su familia, y el trabajo familiar y veci-
nal. Aunque sin la vinculación tan directa con
la experiencia del caucho, como en el caso de
Rubén, el proyecto de la kukamera también se
orienta a la reconstrucción cultural y el traba-
jo educativo con niños, así como al comercio
de artesanía y la promoción turística. En par-
te motivado por la experiencia de recepción
del documental, así como por la necesidad de

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 183


Wilton Martínez Carlevarino

De arriba hacia abajo:


Pablo Taricuarima con su esposa e hijo en
Lima.
Pintando en la Escuela Nacional de Bellas
Artes, Lima.
Navegando con su familia hacia la
kukamera en Santo Tomás.
Con su padre y abuelos dando clase de
lengua kukama para niños en la kukamera.
Historias del caucho en la Amazonía peruana,
2016.

recuperar la kukamera que ya se estaba dete-


riorando por falta de mantenimiento, en julio
de 2017 Pablo retornó con su familia a Santo
Tomás a vivir allí.

Los proyectos de Rubén y Pablo se orientan


más al trabajo intergeneracional que al in-
trageneracional: buscan recuperar memorias
y prácticas tradicionales con el fin de educar
a niños y jóvenes y reforzar su identidad cul-
tural indígena de cara al futuro. Asimismo, se
insertan en una cultura mediática global más
favorable que les ofrece mayor independencia
y un acceso más amplio a fuentes de apoyo y
recursos24. Sin embargo, los jóvenes compar-
ten con la generación anterior la necesidad
de contar con apoyo político y alianzas insti-
tucionales. Incluso la existencia y continuidad
de los nuevos proyectos dependen del reco-

24 Como relata Rubén, “creamos una página en el Face-


book y empezamos a convocar y a publicar lo que ha-
cíamos, las actividades y publicamos que íbamos a dar
cursos de murui gratuito a las personas que deseaban.
Y han venido muchas personas, inclusive profesores
que necesitaban aprender el idioma, vinieron los jóve-
nes y posteriormente a eso ya sale el tema de Beca
18 en el Estado para formar estudiantes en educación
bilingüe intercultural y entonces ahí tuvimos la idea de
traer a los jóvenes” (Rubén Medina en Martínez, 2016).

184 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

nocimiento que le otorguen sus comunidades, ahora, jóvenes que no hablan, niños que
lo cual requiere que sus líderes se legitimen no entienden, entonces eso nos tiene que
como autoridades político-religiosas –un tipo preocupar y por eso estoy haciendo esto”.
de liderazgo tradicionalmente basado en el Entonces, ha habido como que un largo
manejo de saberes ancestrales, en habilidades proceso, por decir, que me llamaban la
de oratoria, persuasión y poderes de sanación, atención fuertemente mientras íbamos
así como en una red de lazos de parentesco construyendo la maloca. [...] Pero
que le brinden poder de influencia y prestigio logramos construir, o sea, el sueño se hizo
social–. Como sostiene Gasché, en una cultura realidad y, desde entonces, el abuelo que
donde este tipo de autoridad era tradicional- nos ayudó a construir me iba preparando,
mente heredado de padres a hijos, es proble- me decía “hijo tú tienes que tener tus
mático que los jóvenes asuman la autoridad defensas, tú tienes que saber de nuestra
de los antiguos curacas asesinados, aun si lo cultura, la historia, el origen, cómo se
hacen como un acto de afirmación cultural, ya funda la maloca, por qué está la maloca,
que esto “significa simultáneamente la nega- los consejos, el lletade, que es en murui,
ción de las normas antiguas y la afirmación de que yo puedo decir, como que los deberes
la tradición” (1982, p.27). Este es el dilema de y los derechos de la sociedad murui.
la memoria violentada que se niega a morir, a (Rubén Medina en Martínez, 2016)
ser desplazada por la posgeneración huérfana,
Rubén logró responder a las demandas de la
o quizá incluso a ser reinterpretada por la pos-
memoria colectiva durante esa primera etapa
memoria. Este conflicto con el pasado lejano lo
en Iquitos, pero su proceso de reaprendizaje
vivió Rubén, cuando estuvo construyendo su
continúa con su nuevo proyecto. Hacia el final
primera maloca en Iquitos:
del documental, lo vemos junto a su familia
Entonces, en mi sueño, cuando ya limpiando el terreno donde se construiría la
empezaba a consumir mambe, [...] como nueva maloca. Unos meses después, cuando
que las energías de nuestros ancestros Rubén viajó a Lima para el estreno del docu-
decían, “¿por qué tú te atreves a hacer mental, en diciembre de 2016, la maloca ya
ésto? ¿quién eres tú?” o sea, llamándome estaba casi terminada, gracias a su esfuer-
como que ellos tenían el miedo de que yo zo personal, familiar y el apoyo de terceros.
le esté haciendo, burlándome, jugando, Desde entonces, Rubén ha recibido nuevos
¿no? Entonces yo a través de mi sueño mensajes de advertencia a través de sueños
les explicaba, “abuelo, quiero hacer esto y otros medios que lo han llevado a poster-
porque estoy tan preocupado por la gar su fecha inicial de inauguración y profun-
situación cultural que estamos pasando dizar su proceso de aprendizaje con un tutor

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 185


Wilton Martínez Carlevarino

descendiente de curaca.25 Su plan de inau- cantos, danzas, rituales y celebraciones ritua-


guración incluye invitar a curacas y jefes de les, malocas, etcétera). Hemos visto cómo las
malocas de La Chorrera y otras comunidades interrupciones traumáticas, las rupturas gene-
matrices del pueblo huitoto en Colombia y, por racionales, el exilio y la diáspora han llevado
ende, implica una gran responsabilidad ya que a que dichos símbolos pierdan mucho de su
será la primera vez que un líder de la diáspora conexión corpórea con la comunidad, y es por
invitará a curacas de la matriz a inaugurar una eso que la posgeneración se ha empeñado en
maloca: un reencuentro de generaciones y fac- desarrollar proyectos individuales y familiares
ciones, una cumbre de memorias. que buscan precisamente llenar los “espa-
cios vacíos” de su patrimonio cultural. Como
Los proyectos de los cuatro jóvenes nos llevan
plantea Hirsh (2008), el trabajo posmemorial
desde los caminos de la “memoria comunicati-
“busca reactivar y recorporeizar las estructuras
va” del caucho –el campo de la historia oral, el
más distantes de la memoria social/nacional y
testimonio biográfico y la interacción intersub-
archivística/cultural, revistiéndolas con formas
jetiva e intergeneracional– a lo que Assmann
individuales y familiares de mediación y ex-
(2008) denomina la “memoria cultural”: el
presión estética” (p.111, cursivas en el original
patrimonio o memoria institucionalizada que
[traducción propia]). Desde esa nueva corpo-
“es exteriorizada, objetivada y almacenada
reidad, los proyectos apuntan a recuperar el
en formas simbólicas, las cuales, a diferencia
espacio comunitario local, así como difundir su
de los sonidos de las palabras o la gestuali-
patrimonio pictórico desde Lima hacia el país y
dad, son estables y trascienden lo situacional:
el resto del mundo.
pueden ser transferidas de una situación a
otra y transmitidas a través de generaciones”
La memoria desde espacios
(pp.110-111 [traducción propia]). Si la memo-
conmemorativos
ria comunicativa es verbal e intergeneracional
y se transmite a lo largo de tres o cuatro ge- A partir del interés generado por el documen-
neraciones sucesivas en lapsos de hasta 100 tal, las memorias del caucho y los proyectos
años, la memoria cultural es transgeneracio- de los jóvenes ganaron un nuevo espacio de
nal y se transmite mediante símbolos, tanto reconocimiento. En marzo de 2017 se inau-
en sociedades letradas (libros, obras de arte, guró la muestra temporal titulada Memorias
ritual y performances conmemorativas, monu- del caucho/Revelaciones del bosque humano
mentos, etcétera) así como en sociedades ora- en el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la
les como las amazónicas (relatos, máscaras, Inclusión Social (LUM) en Lima. La idea de la
muestra nació luego que el entonces director
25 Comunicación personal, junio de 2017. del LUM vio el documental y participó como

186 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

comentarista el mismo día de su estreno en el Las estrategias museológicas inspiradas por


Ministerio de Cultura de Perú, en diciembre de una pedagogía de la memoria proponen “una
2016. Nuevamente, es significativo que la ini- pedagogía del reconocimiento del otro en mí,
ciativa surgiera desde un espacio del Estado,26 de la expresión, de la deliberación necesaria,
pero incluso más relevante es que la muestra de la creatividad y del diálogo” (Osorio y Rubio,
del caucho compartiera el mismo espacio con 2006, p.33). De allí que representar el dolor
la muestra permanente del conflicto armado de los genocidios y las rupturas de violencias
de 1980-2000. Así, entre el 29 de marzo y el epistémicas requiere de espacios críticos y at-
30 de julio de 2017, el público tuvo la oportuni- mósferas afectivas que involucren a visitantes
dad de visitar y reflexionar sobre las dos gran- y sujetos en diálogos de experiencias desde la
des barbaries poscoloniales que ocurrieron en complejidad de sus relaciones de poder, sus
el país durante el siglo XX. posicionamientos interculturales y tempora-
les. La curaduría se propone como una relación
El diseño de la muestra estuvo basado en los
de colaboración y cocreación, y el museo pasa
contenidos y la propuesta narrativa del do-
de ser propietario/expositor de objetos a ser
cumental y, por tanto, el primer desafío fue
anfitrión de subjetividades, de erigirse como
traducir el lenguaje fílmico, su corporeidad
templo de sabiduría ilustrada a ser foro y labo-
performativa y temporalidad afectiva, a la
ratorio de experiencias y conocimientos com-
textualidad didáctica y espacialidad objetual
partidos (Shelton, 2013).
del lenguaje museográfico. Este desafío de
transmediación se inscribe en el contexto de Desde esta mirada crítica, la muestra se plan-
debates críticos que han cuestionado el rol teó como una propuesta multisensorial y
convencional de museos y galerías históricas transmedial que buscaba no solo exponer e
como espacios de poder y textualidades des- invitar al análisis y reflexión, sino también pro-
corporeizadas que tienden a objetivizar/alte- ducir experiencias sensoriales, afectivas y evo-
rizar a los sujetos y comunidades represen- cativas a través de múltiples medios, formatos
tadas para propósitos de erudición didáctica, y texturas (pintura sobre llanchama y lienzo,
catarsis contemplativa u otros (Bennet, 1995; fotografía de archivo, video, audio, animación
Caballero, 2014; Hooper-Greenhill, 2013; 2D, projection mapping, infografías e instala-
Waterton y Watson, 2013; Tolia-Kelly, 2016). ciones 3D). La curaduría fue realizada en con-
sulta con los artistas indígenas participantes
26 Como precedente, en el 2014 se exhibió la muestra fo- (Brus Rubio, Rember y Santiago Yahuarcani).
tográfica “Imaginario e imágenes de la época del cau-
cho” en el Ministerio de Cultura, que fue auspiciada por Además, Rember y Santiago pintaron obras
el Viceministerio de Interculturalidad y otras institucio- exclusivamente para la exhibición, enrique-
nes de la sociedad civil. La curaduría estuvo a cargo de
María Eugenia Yllia y Manuel Cornejo Chaparro. ciendo así su contenido y propuesta narrativa.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 187


Wilton Martínez Carlevarino

El título de la muestra, Memorias del caucho/ situó dentro del terreno de la lírica y su senti-
Revelaciones del bosque humano, invoca la do evocativo de integridad, armonía y plenitud
necesidad de atender la memoria indígena originaria, previa a la gran caída. El escenario
como una experiencia “reveladora” frente a 2 (negro) nos remite a la violenta invasión de
su invisibilización. Se resaltó así su propósito los caucheros y el súbito descenso al abismo
pedagógico orientado al aprendizaje histórico, de la tragedia, y el escenario 3 (rojo) se ubicó
cívico-ciudadano, ético-político e intercultural en el mundo desolado, fantasmal de la come-
de públicos socialmente situados. dia, donde solo la esperanza permite tolerar el
sufrimiento. El escenario 4 (rojo), con su llama-
La muestra también buscó invocar y descen-
do a la justicia, la heroica rebelión indígena y
trar experiencias de exterioridad e interioridad,
la fundación de un nuevo mundo, encarnó el
partiendo de la premisa de que los caucheros
terreno de la épica y, finalmente, el escenario 5
construyeron la Amazonía desde un plano ex-
(blanco) invocó la construcción utópica de una
clusivamente exterior, como fuente inagotable
nueva lírica indígena.
de recursos materiales y, al mismo tiempo, se
encargaron de oscurecer y ocultar la interio- La muestra también comprendió una serie de
ridad del bosque –sus pobladores y culturas– actividades diseñadas para promover el en-
construyéndola como “salvaje” y peligrosa y, cuentro y diálogo entre el público y los exposi-
por tanto, sujeta a formas extremas de con- tores indígenas: visitas guiadas por los artistas
trol, disciplina y explotación. Se intervino la ex- y el curador, talleres de arte indígena para ni-
terioridad del LUM con una instalación artística ños y jóvenes dictados por Rember Yahuarcani,
evocativa de una maloca huitoto-bora en una Pablo Taricuarima y Frank Soria, presentacio-
de las plataformas externas del edificio. La in- nes del documental con paneles de comenta-
terioridad de la muestra incluyó seis espacios ristas invitados incluyendo a los jóvenes pro-
con colores propios en los que se presentaron tagonistas, coloquios temáticos sobre la época
los principales escenarios del auge gomero del caucho y arte amazónico y un ciclo de cine
como una secuencia de episodios históricos y sobre el caucho27. En cada una de las cuatro
temáticos (véase figura 1). presentaciones del documental estuvo pre-
sente uno de los artistas, representantes del
La afectividad de los escenarios se planteó en Ministerio de Educación, intelectuales y acti-
relación a los cuatro géneros literarios clásicos
considerados como terrenos psíquicos (Cowan, 27 Debido a limitaciones de recursos, logística y de perso-
nal, no se pudieron llevar a cabo los coloquios temáti-
1984) que se suceden consecutivamente a cos y las visitas guiadas. El LUM condujo una serie de
manera de una tropología de la experiencia y visitas guiadas por practicantes con grupos de 15 a 20
visitantes durante los días de fiestas patrias (27 a 30
el aprendizaje. Así, el escenario 1 (verde) se de julio).

188 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

Figura 1. Planta de las salas de muestras temporales, LUM.

vistas por los derechos indígenas28. Asimismo, Durante los cuatro meses de exhibición, la
en una de estas presentaciones se realizó muestra recibió a cerca de diez mil personas,
una ceremonia de sanación con canto ritual y incluyendo a grupos de estudiantes secunda-
manguaré por los sabios huitoto y bora Virgilio rios y universitarios, familias y público en ge-
López y Gerardo del Águila, fortaleciendo así la neral. Tal como ocurrió con el documental, el
dimensión ritual y afectiva de la muestra. público respondió con sorpresa, incredulidad
e indignación ante las atrocidades29. La gran
mayoría dijo desconocer completamente la
28 Los paneles de comentaristas incluyeron a los artis- época del caucho y les costaba creer que un
tas Rember, Brus y Pablo; la directora de la DIGEIBIRA,
Elena Burga; investigadores participantes en el docu-
mental, Frederica Barclay y Alberto Chirif; investigado- 29 Se entrevistó de manera informal y esporádica a doce
res invitados, Gonzalo Portocarrero y Nelson Manrique personas que visitaron la muestra. El LUM también re-
(PUCP); el abogado Juan Carlos Ruiz (Instituto de De- cogió impresiones de visitantes mediante dinámicas e
fensa Legal); y Liliana Galván y Wilton Martínez (CAVP). intercambios individuales y grupales.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 189


Wilton Martínez Carlevarino

De arriba hacia abajo:


Sala 1: “Antes del caucho”.
Perspectiva desde la sala 2, “El
gran auge gomero”.
Pinturas de Santiago Yahuarcani
y Brus Rubio en la sala 3,
“Exploración, horror y masacre”.
Visitantes en la sala 5,
“Recuperación y visión futura”.
Memorias del caucho/Revelaciones
del bosque humano, 2016.

evento de esta magnitud hubiera ocurrido y


que no se conociera: “¡Cómo es posible que no
sepamos de esta horrenda historia!”; “Es como
una pesadilla de la que uno se despierta cuan-
do termina de mirar todo”. Muchos expresaron
indignación y vergüenza ante la complicidad
del Estado y el silenciamiento por la historia
oficial: “Tan solo saber que los gobiernos los
han olvidado y maltratado así, me hace sentir
cómplice y hasta avergonzada de ser perua-
na”. La muestra también despertó interés en
los visitantes por conocer más sobre la histo-
ria, sobre la Amazonía y los pueblos indígenas
afectados; algunos sugirieron que se incluya
más información escrita en las salas y otros
propusieron organizar presentaciones infor-
mativas en el LUM.

La atmósfera afectiva de las salas fue muy


bien recibida en general, induciendo una varie-
dad de sensaciones y sentimientos: “Es difícil
decir lo que te hace sentir, es como que entras
en un túnel que te hace ver y sentir cosas fuer-
tes, como entrar casi en un sueño que te lleva
a otro mundo”. La banda sonora ambiental con
sonidos de aves, lluvia y cantos contribuyó a la

190 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

De arriba hacia abajo:


Rember Yahuarcani describe su pintura “¿De
dónde venimos?” durante taller de pintura
con niños.
Ceremonia de sanación en el auditorio LUM.
Instalación de maloca en terraza exterior del
LUM.
Pablo Taricuarima dirige taller de
mashakaras con jóvenes en maloca del LUM.
Memorias del caucho/Revelaciones del bosque
humano, 2016.

sensación de estar en ese “otro mundo” de la


selva: “Me gustó escuchar los pájaros y la llu-
via, era como cuando era chico y estaba en el
monte pescando”; “Era casi como estar en una
película que estás viviendo tú mismo”. Algunos
se sintieron incómodos por la penumbra de al-
gunas salas y sugirieron que se ilumine más.
No obstante, la sensación de estar en un túnel,
acentuada por el alineamiento de las salas en
forma de corredor, llevó al público a recorrerlo,
atraído por la proyección al final del “túnel” de
una animación 2D de la pintura Monilla Amena:
el árbol de los niños de Brus Rubio. Los entre-
vistados más jóvenes dijeron sentirse atraídos
por la combinación de medios digitales con la
fotografía y la pintura: “Me ha gustado cómo lo
han hecho, te da una sensación más completa
y lo hace más contemporáneo”.

Entre las sugerencias que se recogieron, hay


tres que resaltan por su frecuencia y porque se
relacionan al propósito de incidencia pedagó-
gica de la muestra. Varios entrevistados dije-
ron que la muestra debería tener más público
y que se le debería promover y publicitar más:
“Es bien difícil que la gente se entere de esta

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 191


Wilton Martínez Carlevarino

muestra tan importante, yo he venido porque del acceso a la justicia y promoción de la inclu-
siempre vengo al LUM pero así nomás nadie sión y la tolerancia” (LUM, 2017). En este mar-
se entera”; “No esperé encontrarme con algo co, la muestra cobró una resonancia oficial con
así tan impactante y creo que se debería dar a importantes implicaciones, tal como expresó
conocer más en los colegios, en las universida- el viceministro de Interculturalidad en su dis-
des”. Asimismo, varios sugirieron que la mues- curso de inauguración:
tra debería tener mayor duración o estar en
Los sucesos del caucho son presentes para
exhibición permanente: “Esta muestra se acaba
ya en unas semanas y cuánta gente no ha veni- los pueblos indígenas de nuestra Amazonía,

do a verla, debería estar más tiempo”; “Aunque han marcado de manera definitiva su

esto ha pasado hace tiempo, lo mismo sigue identidad colectiva, y también deberían

dándose ahora en la Amazonía, por eso debe- estar presentes en nosotros, y esa es la
ría estar siempre abierta al público para que no importancia de la muestra. Para aquellos
se olvide”; “Así como la exhibición de la época que no lo conocíamos, enterarnos, y para
del terrorismo, esta también debería estar más aquellos que algo habíamos escuchado,
tiempo”. Sobre el rol del Estado, algunos opina- reforzar esta presencia indígena en
ron que les parecía importante que el Ministerio nuestras vidas, esta presencia indígena
de Cultura esté auspiciando la muestra y cum- en nuestra historia, esta presencia
pliendo una función educativa: “El Estado no indígena en la obligación del Estado a
hizo nada antes para proteger a sus ciudadanos visibilizarlos en función de un buen servicio
y ahora tiene un deber de educar a la gente”; “Si al ciudadano (Alfredo Luna, viceministro de
el Estado no hace algo para mejorar las cosas, Interculturalidad, 29 de marzo, 2017).
nadie lo va a hacer, es una responsabilidad muy
Las elocuentes palabras del viceministro fue-
grande que tiene que cumplir”.
ron muy bien recibidas por el público, sobre
Como indican estos comentarios, la muestra todo su invocación a incorporar la alteridad in-
creó un espacio único para el reconocimiento dígena en el “nosotros” como país, a “reforzar”
y reflexión de la experiencia indígena y la bar- su presencia en la historia oficial y visibilizarlos
barie del caucho. Esto es aún más significativo como ciudadanos con derechos. Con este lla-
dado el contexto institucional del LUM como mado se inauguró la muestra, convirtiéndose
“un espacio de conmemoración, pedagógico además en fuente de inspiración y motivación
y cultural” del Estado, cuya misión se define para las actividades realizadas durante los
“promoviendo la memoria; impulsando el diá- cuatro meses siguientes. Si se ven los resul-
logo permanente en materia de democracia y tados logrados en términos de llegada a una
derechos humanos; enfatizando la relevancia cantidad de público nunca antes alcanzada, de

192 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209


Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

visibilización y reconocimiento de la experien- existencial de memorias habitadas por recuer-


cia indígena, de memorialización de su capaci- dos de terror, exilio y muerte que han sido si-
dad de resistencia y visión de futuro, entonces lenciadas impunemente por más de un siglo.
se puede afirmar que la muestra cumplió en
Quizás la principal forma de responder a este
gran medida su propósito de sensibilización e
clamor es historizando la memoria,31 es decir,
incidencia pedagógica.30
llevándola al ámbito del presente y de lo públi-
co con el fin de “validar las voces silenciadas,
¿Qué hacer con la memoria? El subvertir el discurso totalizante y abrir espa-
imperativo del futuro
cios deliberativos inclusivos” (Osorio y Rubio,
La interrogante de qué hacer con la memoria 2006, p.28). Esta respuesta puede llevar en
nos lleva a preguntarnos: ¿cuál es el deseo una multiplicidad de acciones, estrategias o
de la memoria? ¿cuáles son sus aspiraciones programas políticos, judiciales, psicológicos,
y necesidades como “memoria viva temporali- culturales, terapéuticos, artísticos, educati-
zada” en un espacio y contexto histórico espe- vos, religiosos y otros. Todas estas acciones
cífico? y, en particular, ¿qué anhelan las memo- son importantes y válidas, aunque ninguna de
rias del caucho y qué trabajos demandan en el ellas es suficiente por sí misma; se requiere de
presente del futuro? Un primer indicio que nos un esfuerzo colectivo, convergente, transme-
ofrecen los testimonios es su anhelo de ser dial de incidencia en la esfera pública (Amador,
escuchados y atendidos, de ser reconocidos 2013; Minow, 1998). Acá nos vamos a referir
y transmitidos. Esto lo hemos visto desde las a tres estrategias que han sido reconocidas y
denuncias de Saldaña y los jueces Valcárcel y adoptadas en muchos países para responder
Paredes a la urgencia de Aurelio y Ramiro Rojas a experiencias traumáticas durante el siglo XX,
de llegar con sus relatos “al país y al mundo”, desde Argentina, Chile, Francia, Israel y África
la necesidad de Rember de “decir realmente lo del Sur hasta los países de Europa del Este.
que los abuelos nos han querido decir”, la bús- En primer lugar está la promoción y difusión
queda de Brus de “hacer universal el arte del de una historiografía autorreflexiva, crítica y
pueblo amazónico” y la aspiración de Rubén de
construir la maloca para “decirle al mundo que
el pueblo murui aún existe”. Este es un clamor 31 Esta propuesta, formulada por Jelin (2002) y Aróstegui
(2004), entre otros, se sustenta en la idea de abordar
el espacio público como arena de debate, reconoci-
miento y restauración de memorias suprimidas. Se
30 Al terminar su período de exhibición en el local del LUM plantea la tarea de historización no como el “acto de
en Lima, la muestra se trasladó a Iquitos como parte un ‘historiador historicista’ como le llamaría Walter
de un programa de “muestras itinerantes” auspiciadas Benjamin, sino como un agenciamiento que pone en
por el LUM que recorrerán otras ciudades del país. La juego multiplicidades (no autores únicos de la historia)
muestra de Iquitos fue inaugurada el 5 de agosto de y deseos (no como falta o carencia sino como produc-
2017 por el ministro de Cultura, Salvador del Solar. tividad)” (Silva Echeto, 2006, p. 8).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 193


Wilton Martínez Carlevarino

sensible a la verdad de los hechos ocurridos comunicacional” (Osorio y Rubio, 2006) que
(Rousso, 2007). En el caso del caucho, como silencia el recuerdo y destruye la memoria,
hemos visto, existe una abundante produc- anulando su vitalidad y su deseo del por-venir
ción de estudios históricos sobre la región del como utopía.
Putumayo, la cual contrasta con las escasas
La pedagogía de la memoria es el recurso
investigaciones conducidas en la región sur y
radical contra el olvido. Ella se configura en
central de la Amazonía. La segunda estrategia
torno a la pregunta de qué nos está permitido
se refiere a una pedagogía de la memoria, es
decir, al diseño e implementación de “una edu- olvidar. Esta es una pregunta sustantiva

cación centrada en el rescate de la memoria para desarrollar una “ciudadanía memorial”

y en la construcción de un recuerdo histórico que actúe como garante de la defensa y

común, en función de objetivos y compromi- promoción de los derechos humanos y de


sos con una práctica social enmarcada en la la propia democracia, en cuanto espacio
promesa del ‘Nunca Más’” (Veneros y Toledo, público. Una democracia desarrollada
2009, p. 203). Finalmente, está el desafío de en sus capacidades de deliberación y de
diseñar y ejecutar políticas públicas orientadas conversación en torno a dilemas morales, con
a la justicia así como a la conmemoración me- liderazgos inclusivos y capital cívico suficiente,
diante espacios físicos, monumentos y otras tiene más posibilidades de no “fetichizar” el
formas de “memorias territorializadas” (Jelin y presente y abrir su historia a una dialéctica de
Langland, 2003). la conmemoración crítica (Osorio et al., 2006,
p.27).
La pedagogía de la memoria como estrategia
nos lleva a preguntarnos qué recordamos y La labor pedagógica al interior del sistema
cuánto ha sido olvidado o suprimido, con qué educativo es la que actualmente ofrece ma-
acervo de memorias contamos y, sobre todo, yores oportunidades para cultivar una “ciuda-
cómo se puede articular este patrimonio me- danía memorial” en las futuras generaciones.
morial con un esfuerzo pedagógico orientado Esto se debe en parte a la emergencia de nue-
al desarrollo de lo que Osorio y Rubio (2006) vas tendencias en el aprendizaje escolariza-
llaman una “ciudadanía memorial”. Insertar la do y la didáctica de la historia y las ciencias
memoria como rasgo central de la ciudada- sociales, las cuales proponen como temas
nía implica desarrollar capacidades críticas de centrales justamente “la memoria, las identi-
aquellas estrategias totalizadoras que legiti- dades, la formación de la ciudadanía, la con-
man el olvido, tanto la supresión de memorias ciencia histórica, la historia reciente, el patri-
por una historia oficial que niega su responsa- monio y la narrativa, entre otros” (González y
bilidad ético-política, así como el “presentismo Pagès, 2014, p.302). Frente a este promisorio

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

horizonte educativo, la pregunta es entonces multimedia, propósito comunicativo, objetivos


cómo trabajar con las memorias del caucho pedagógicos y desarrollo de competencias cu-
en los salones de clase, qué tipo de conteni- rriculares. Con respecto al proceso de recepción,
dos y materiales se necesitan desarrollar y de los resultados más relevantes muestran: (1) un
qué maneras reconstruyen estas memorias significativo grado de involucramiento cognitivo
los estudiantes y docentes en diferentes co- y emocional de los estudiantes y respuestas de
munidades educativas. La experiencia recogi- asombro crítico ante los crímenes cometidos,
da hasta la fecha ofrece algunas pistas sobre y (2) un marcado contraste entre las maneras
cómo se dan estos procesos. en que los estudiantes de colegios públicos y
privados construyen las memorias del caucho
Como se ha mencionado, el documental etno-
a partir del documental. Así, los estudiantes de
histórico es el componente central de un kit pe-
colegios públicos manifestaron altos niveles de
dagógico multimedia que también incluye una
identificación asociativa, admiración hacia los
guía pedagógica para docentes y otros materia-
personajes y solidaridad con la experiencia in-
les impresos. Asimismo, la metodología y obje-
dígena, así como un rango de “lecturas prefe-
tivos del kit se han diseñado teniendo en cuenta
ridas”34 (Hall, 1980; Morley, 1992) enfocadas
el desarrollo de aprendizajes de acuerdo al per-
casi exclusivamente en temas de derechos,
fil de Educación Básica del Currículo Nacional.32
ciudadanía e interculturalidad y en procesos de
El material ha sido validado con una muestra de
discriminación y racismo, tal como ilustran los
colegios públicos y privados,33 mostrando resul-
siguientes comentarios:
tados muy favorables en cuanto a su formato
El video que hemos visto me pareció

32 La guía pedagógica especifica el abordaje del tema


algo indignante porque ya luego de cien
a partir del tratamiento articulado de los enfoques años de la explotación del caucho aún se
transversales de derechos e interculturalidad del
Currículo Nacional, el cual incorpora el desarrollo de sigue discriminando y marginando a esa
competencias en el estudiante tales como “construye población indígena, lo cual hace que se
su identidad”, “construye interpretaciones históricas”,
“aprecia de manera crítica manifestaciones artísti- alejen de sus raíces (Estudiante de tercero
co-culturales” y “crea proyectos desde los lenguajes de secundaria de un colegio público).
artísticos” (MINEDU, 2016).
33 La muestra comprendió dos colegios públicos y dos
privados; el material se aplicó en cuatro cursos (Cien- 34 La noción de lecturas preferidas se refiere, por un
cias Sociales, Historia del Perú, Geografía y Economía lado, al tipo de significación codificada en el texto (ya
y Formación Cívica Ciudadana) en ocho secciones de sea escrito, fílmico, fotográfico u otro) que condiciona,
segundo a quinto grado de secundaria, cubriendo un hasta cierto punto, la respuesta del espectador (Hall,
total de 235 estudiantes. La información fue recolec- 1980) y, por el otro, a la predisposición o posiciona-
tada a través de cuestionarios y entrevistas abiertas miento subjetivo del receptor que lo lleva a filtrar sig-
con siete docentes, respuestas escritas de estudian- nificados y, por tanto, a sesgar sus formas de interpre-
tes, registros en audio y video de sesiones de debate, tar el texto de acuerdo a sus preferencias conscientes
y proyectos realizados por estudiantes. o inconscientes (Morley, 1992).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 147-209 195


Wilton Martínez Carlevarino

Me hizo sentir mucha indignación pero (Estudiante de cuarto de secundaria de un


también cómo, a pesar del resentimiento y colegio privado).
la tristeza que sufrieron por la explotación
del caucho, incluso también a sus
Resalta en estos estudiantes la “impotencia”
hermanos, familias, ellos tienen un alma
que provoca el deseo de “hacer algo” por el
de superación porque quieren estudiar otro; en colegios públicos es la “indignación”
en universidades, son pintores y tienen la que desata un ánimo reivindicativo. Estos
muchos sueños por alcanzar (Estudiante contrastes reflejan efectivamente la comple-
de tercero de secundaria de un colegio ja realidad educativa y étnico-racial del país
público). y son útiles para entender cómo las diversas
poblaciones, escolares y no escolares, cons-
En contraste, los estudiantes de colegios pri- truyen la historia y la memoria colectiva del
vados respondieron de manera más analítica, país, así como sus propias identidades. No
construyendo un mayor rango de interpreta- obstante las diferencias, el factor común a
ciones posibles (históricas, filosóficas, artísti- todos los espectadores es su deseo de actuar
cas, derechos y ciudadanía) acompañadas de para corregir y evitar las injusticias. Esto indi-
expresiones de compasión, pena y de solidari- ca que la incorporación de testimonios en la
dad autocrítica. enseñanza permite “a los jóvenes ser prota-
Nos damos cuenta que el humano es gonistas en la reconstrucción del pasado y en
egoísta y siempre lo ha sido, y nosotros la construcción de los conocimientos históri-
decimos “esas actitudes son inhumanas”, cos y relacionar significativamente pasado,
pero el humano lo va repitiendo todo el presente y futuro” (González et al., 2014, p.
tiempo y ya se vuelve parte de nuestra 305). Estos primeros resultados brindan pau-
forma de ser (Estudiante de cuarto de tas importantes para el diseño de estrategias
secundaria de un colegio privado). y proyectos pedagógicos orientados a histori-
zar las memorias del caucho, a desarrollar la
Cuando ves que todo un pueblo recuerda ecología de saberes necesaria para el apren-
lo que le hicieron, te da impotencia. Saber dizaje intercultural y el cultivo de una ciuda-
que se está cometiendo una injusticia danía memorial.
y pides ayuda pero no eres escuchado.
Son los pueblos en la selva que pasan De otro lado, los sentimientos de impotencia e
diariamente situaciones como en la época indignación de los estudiantes nos dicen algo
del caucho...es algo que muchos peruanos más sobre el deseo de la memoria. Más allá
ignoran cuando no debería ser así, todos de su anhelo de ser escuchados y atendidos,
somos parte de esto y debemos hacer algo los testimonios indígenas también expresan

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

una profunda protesta por la impunidad de los y movilizador. En la base de este plantea-
crímenes y, sobre todo, un reclamo de justicia miento de justicia está el reconocimiento de
ante su condición de jaïenikï y la afrenta a su la alteridad, ya que la justicia “por excelencia
sentido de dignidad cultural y humana. ¿De y por constitución se dirige hacia el otro [...]
qué otra manera se puede responder a la “mu- El deber de la memoria es el deber de hacer
tilación intelectual” y la inhumana crueldad de justicia, mediante el recuerdo, a otro distinto
los espacios de muerte? Este deseo reivindica- de sí” (p.120). Es quizá por esta exigencia de
tivo se relaciona a su vez con el tercer desa- incorporar la alteridad que es tan difícil hacer
fío que plantea la historización de la memoria: justicia real en países poscoloniales como el
el diseño y formulación de políticas públicas Perú: el pensamiento abismal que lo sustenta
orientadas a la justicia y la conmemoración se basa justamente en la negación de la exis-
de la memoria. Aquí nos encontramos con un tencia de sujetos y territorios coloniales.
gran vacío que no ha sido confrontado aún por
la historia oficial: el espacio lacunar creado por Si los gobiernos han ignorado la época del cau-
más de un siglo de supresión y olvido cons- cho siquiera como hecho histórico, tampoco
ciente de la historia del caucho y la memoria las organizaciones indígenas han exigido su
indígena. reconocimiento como acontecimiento catas-
trófico, genocidio o crimen de lesa humanidad.
Este vacío es incluso más crítico en relación Las atrocidades de la época del caucho apare-
al componente de justicia. Es importante te- cen en el contexto de las demandas de dere-
ner en cuenta que el propósito de justicia en chos territoriales y de autogobierno indígena
este caso está dirigido sobre todo al recono-
del AIDESEP y otras organizaciones regionales,
cimiento de la memoria viva y a responder a
pero nunca han estado planteadas como causa
su deseo y, por tanto, no implica exclusiva ni
para el reclamo por reivindicaciones específi-
necesariamente procesos de justicia judicial.
cas. Esto se puede entender en parte porque,
Como propone Ricoeur (2004), “es la justicia la
desde su fundación, las organizaciones indíge-
que, al extraer de los recuerdos traumatizan-
nas han estado enfocadas en defenderse pre-
tes su valor ejemplar, transforma la memoria
cisamente del legado histórico de la época del
en proyecto; y es este mismo proyecto de jus-
caucho: de las continuas incursiones y políticas
ticia el que da al deber de memoria la forma
extractivistas, de legislación que vulnera sus
del futuro y el imperativo” (p.119). Así, trans-
derechos territoriales, ambientales, económi-
formar a la memoria del caucho en “proyecto”
cos y ciudadanos.
y contribuir a hacerle justicia requiere sobre
todo reconocerla como “memoria ejemplar” en La historia de la Amazonía está poblada
la esfera pública, como recuerdo aleccionador de misioneros, exploradores, extractores,

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Wilton Martínez Carlevarino

caucheros, petroleros y toda suerte de profundas catástrofes sociales y situaciones


vagabundos al paso; sin embargo, ella tiene de sufrimiento colectivo” (Jelin, 2002, pp. 10-
mucho más que aportar a la gran nación 11). La conmemoración es, pues, otra forma
peruana: la riqueza de sus cosmovisiones de hacer justicia a las memorias del caucho, a
y su aporte filosófico ontológico, el su deseo de ser reconocidas y atendidas por
cosmocentrismo. Pero la soberbia nación el país. Sin embargo, la muestra del caucho
peruana, hegemónica y aplastante, fue, desde su inicio, una conmemoración pa-
no toma en cuenta este legado, no sajera. La posibilidad de contar con un me-
reconoce la alteridad, ni propone políticas morial permanente ni siquiera ha sido con-
interculturales dirigidas a los pueblos cebida aún. Esta confrontación con la mirada
indígenas. Las veces que los gobiernos amnésica nos lleva a revisitar otro pasaje del
han mostrado interés han sido más con discurso del viceministro durante la inaugura-
la mirada del saqueo de sus recursos, ción de la muestra:
que lejos de servir como instrumento de
desarrollo, han sido la maldición de los Es importante recordar que fueron treinta

pueblos que habitan en ella (AIDESEP, Voz años de masacre, treinta años de ignominia

Indígena, 2015, p.5). y el Estado peruano no hizo nada para


protegerlos. Por eso yo vengo acá a
En cuanto al componente conmemorativo pedirles perdón a los pueblos indígenas
del desafío, la muestra temporal del LUM re- a nombre del Estado peruano. Es hora de
presenta tal vez el más importante esfuerzo decir “nunca más”. Ni la violencia cauchera,
estatal en esta dirección. Su significado y los ni la violencia política, ni la violencia
logros alcanzados, como hemos visto, son ciudadana (Alfredo Luna, viceministro de
notables, y, no obstante, queda pendiente la
Interculturalidad, 29 de marzo, 2017).
inquietud expresada por algunos visitantes
ante el cierre inminente de la muestra: ¿Llegó Cuatro meses después, estas palabras siguen
su mensaje a toda la población que debería siendo fuente de inspiración: el reconocimien-
alcanzar? ¿Son cuatro meses suficientes para to de la responsabilidad estatal en la masacre,
honrar la memoria de los miles de indígenas el consecuente pedido de perdón a nombre del
desaparecidos? Estas preguntas cobran ma- Estado peruano y la promesa del “nunca más”.
yor relevancia si consideramos que “la con- Lo que más resalta aquí, y lo que más sorpren-
memoración y el recuerdo se tornan cruciales dió favorablemente al público durante la cere-
cuando se vinculan a acontecimientos trau- monia, es el pedido de perdón a los pueblos
máticos de carácter político y a situaciones de indígenas. ¿Cuál es el sentido del perdón en el
represión y aniquilación, o cuando se trata de proyecto de justicia de la memoria?

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

El perdón debe ante todo haber encontrado puede reducir a un mero pronunciamiento per-
lo imperdonable, es decir, la deuda infinita, sonal o político dirigido a limpiar la mala con-
el mal irreparable. Dicho esto, aunque no ciencia, apaciguar la indignación y normalizar
es debido, no carece de finalidad. Y esta el agravio, o en una transacción interesada en
finalidad tiene relación con la memoria. Su conseguir algún tipo de ventaja. “Un perdón ‘fi-
“proyecto” no es el de borrar la memoria; nalizado’ no es un perdón, es solamente una
no es el del olvido; por el contrario, su estrategia política o una economía sicotera-
proyecto, que es cancelar la deuda, es peútica [...] Toda suerte de ‘políticas’ incon-
incompatible con el de cancelar el olvido. fesables, toda suerte de ardides estratégicos
El perdón es una forma de curación de pueden esconderse abusivamente detrás de
la memoria, la terminación de su duelo; una ‘retórica’ o de una ‘comedia’ del perdón
liberado el peso de la deuda, la memoria con el fin de quemar la etapa del derecho”
es liberada para los grandes proyectos. El (Derrida, 2007, pp.37-38).
perdón da un futuro a la memoria (Ricoeur,
Es importante notar que el viceministro no
1995, p.195).
fue el primer funcionario del Estado en pro-
Para que el perdón logre su propósito de pagar nunciarse por el perdón. El 12 de octubre
la deuda y curar la memoria, no obstante, se de 2012, los entonces ministro de Cultura y
requiere cumplir algunas condiciones previas presidente del Congreso Nacional hicieron lo
que incluyen, ante todo, recuperar el respe- mismo, por escrito, ante una audiencia com-
to y la confianza de los agraviados mediante puesta de indígenas y una gran cantidad de
una muestra auténtica de arrepentimiento. Se funcionarios de organismos nacionales e in-
requiere además que los afectados acepten ternacionales que se reunió para conmemo-
el perdón y que se llegue a un entendimien- rar los vejámenes de la época del caucho y el
to sobre las posibles formas de sanar el mal “Día de la Diversidad y la Interculturalidad de
hecho. “Al pedir perdón estamos expresando, los Pueblos” (Chirif y Cornejo, 2012). El even-
en últimas, no sólo la necesidad de pensar to, denominado “El grito de los hijos de la
que actuamos de forma justificada, estamos coca, del tabaco y la yuca dulce”, tuvo lugar en
expresando, en segundo lugar, el interés por La Chorrera, Colombia, en el mismo local don-
continuar una relación, y que para lograrlo, en de funcionó el principal centro de operaciones
tercer lugar, estamos preparados a implicarnos de Julio César Arana. También allí se leyó un
en prácticas de reparación” (de Greiff, 2007, p. pronunciamiento escrito de pedido de perdón
48). Estas son condiciones indispensables para enviado por el presidente de Colombia, Juan
que el perdón pueda curar y “darle un futuro Manuel Santos. A continuación citamos frag-
a la memoria”. De otra manera, el perdón se mentos de los mensajes:

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Wilton Martínez Carlevarino

Hoy, en nombre del Estado colombiano, causa del agravio es la falta de acción o la ac-
a las comunidades de los pueblos Uitoto, ción equivocada: el no hacer nada, no evitar
Bora, Okaina, Muinane, Andoque, Nonuya, o no socorrer. Pero el entendimiento precede
Miraña, Yukuna y Matapí, a todos pido a la acción y, en este caso, el entendimiento
PERDÓN por sus muertos, por sus se refiere a la ipseidad (Ricoeur, 1996), a la
huérfanos, por sus víctimas en nombre incorporación de la alteridad como constitu-
de una empresa, de un gobierno, de un tiva del sí mismo colectivo. Ya en el año 2012,
pretendido “progreso” que no entendió la historia oficial colombiana había adoptado
la importancia de salvaguardar a cada ese entendimiento como política pública con
persona y a cada cultura indígena como respecto al caucho, mientras que en el 2016
parte imprescindible de la sociedad que hoy el Estado peruanorecién hacía llamados a ha-
reconocemos con orgullo como multiétnica cerlo. Más importante aún es el hecho de que
y pluricultural (Juan Manuel Santos, el perdón del presidente colombiano se hicie-
Presidente de Colombia, 2012). ra realidad como justicia reparativa: dos años
después, en octubre de 2014, Santos anunció
Nos toca pedir de corazón, como peruanos
legislación que permitía a los indígenas “ejer-
y peruanas, perdón por todo el sufrimiento
cer el derecho constitucional de auto-gober-
que como sociedad, como país, no fuimos
narse a nivel local [...] El Conpes indígena y la
capaces de evitar (Luis Peirano, ministro de
formulación de los decretos-ley de víctimas y
Cultura, citado en Chirif et al., 2012, p. 5).
restitución de tierras son otras decisiones de
[Manifiesto] mi sentido perdón por las las que nos sentimos especialmente orgullo-
miles de muertes de hermanos y hermanas sos” (Santos, 2014). Las medidas adoptadas
indígenas del Putumayo que no supimos por el gobierno colombiano tienen un profun-
socorrer en su momento (Víctor Isla, do significado en relación a las memorias del
presidente del Congreso, citado en Chirif et caucho puesto que se les otorgó el carácter
al., 2012, p. 5). de “memoria ejemplar” y, a partir de ella, ex-
tender el “pago de la deuda” pendiente no
Es interesante observar que, a nivel del habla
solo a las víctimas directas de las atrocidades
del perdón, el presidente colombiano men-
sino a toda la población indígena colombiana.
ciona que cada uno de los agraviantes (la em-
presa, el gobierno, la ideología del “progreso”) Por último, tan significativo como el perdón y
“no entendió la importancia de salvaguardar” las medidas de reparación es el hecho de que
a las víctimas. Es la falta de entendimiento el local donde se celebró el evento de 2012
la que impidió el actuar de manera justa. En y donde se cometieron algunos de los peo-
el caso de los tres funcionarios peruanos, la res crímenes durante la época del caucho,

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

fue declarado en 2008 como “Bien de Interés de la modernidad” (Sena, 2016, p.116). Es por
Cultural de Carácter Nacional” por el Ministerio esto que no basta solo con responsabilizar a
de Cultura de Colombia y hoy en día alberga a gobiernos débiles y organizaciones indígenas
centros educativos indígenas bajo el nombre desbordadas. También hay en amplios secto-
de la “Casa del Conocimiento” que opera bajo res de la ciudadanía un grado de indiferencia,
un convenio entre la Asociación Zonal Indígena resistencia y/o vergüenza de reconocer el pa-
de Cabildos y Autoridades Tradicionales sado doloroso y asumir el deber de la memo-
de La Chorrera (AZICATCH) y la Universidad ria. Como dijo un espectador en una presen-
Pedagógica de Colombia. Es decir, que incluso tación del documental en Iquitos hace apenas
antes que el presidente colombiano enuncia- tres meses: “Esto no es novedad. Dejemos que
ra su pedido de perdón, ya su gobierno había nos resbale, esto ya pasó, al igual que pasó
monumentalizado el espacio como una “marca desde que llegaron los españoles a América,
territorial” de la memoria. Aunque este acto de México, Perú, etcétera. Debemos pasar por
resignificación se dio luego de un largo proce-
alto todo eso, debemos agradecer lo lindo que
so de movilización social, indígena y no indí-
dejaron en nuestra ciudad. Ya dejen de drama-
gena, lo relevante es que el gobierno respon-
tizar todo”.
dió a las demandas y dio el importante paso
conmemorativo. Pero también hay muchos que se sienten lla-
mados y comprometidos con el desafío de la
¿A qué se debe que el Perú se encuentre reza-
memoria. En las presentaciones públicas del
gado frente a Colombia y otros países en cuan-
documental35, la gran mayoría de los especta-
to a la historización de las memorias del cau-
dores se muestran sorprendidos, conmovidos
cho? ¿Cuándo podremos como país responder
e indignados tanto por las atrocidades mismas
al llamado de nuestra memoria y su deseo de
como por su silenciamiento. Durante los con-
un futuro sin ausentes, a la esperanza de ser y
versatorios luego de la proyección, muchos
vivir de otra manera? No hay respuestas sim-
ples a estas preguntas puesto que implican dar se preguntan “¿Qué podemos hacer? ¿Cómo
pasos importantes hacia la decolonización de podemos ayudar para que esto se conozca
prácticas y mentalidades; implica sacudirnos más, para que no se vuelva a repetir?” En una
del pensamiento abismal que produce memo-
35 Hasta la fecha se han conducido más de veinte pre-
rias abismales –aquellas que silencian, borran sentaciones en diversos foros y contextos no escola-
o justifican la violencia colonial–, y construir rizados, lo cual ha permitido recoger un amplio rango
de reacciones y respuestas de diferentes públicos y así
“memorias posabismales”, aquellas “cuya mi- entender el horizonte de recepción del documental.
En términos generales, las respuestas calzan con el
rada hacia el pasado colonial inscribe la violen-
mismo patrón de similitudes y diferencias encontradas
cia colonial en el centro de la narrativa histórica entre estudiantes.

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Wilton Martínez Carlevarino

de estas presentaciones, una estudiante de histórico que plantea el trabajo de la memoria


secundaria propuso la siguiente respuesta: nos compete a todos y todas, como nación y
“Esforzarnos más como peruanos que somos, como Estado, a indígenas y no indígenas. La
sentirnos orgullosos y tener respeto hacia esto construcción de una ciudadanía memorial es
que pasó hace mucho tiempo, amarlo, querer- fundamental sobre todo en países poscolonia-
lo y sobre todo, vivirlo”. Con estas sencillas pa- les, tan habitados por escenas primordiales y
labras, esta joven nos enseña una gran lección: memorias abismales que buscan perpetuarse,
más allá del anhelo de ser escuchada, atendida y la tarea demanda legiones de “emprendedo-
o reparada, el deseo más profundo de la me- res de la memoria”, no solo aquellos que lo son
moria es de empatía, el anhelo de ser respeta- por vocación, sino también a los que pueden
da y acogida afectivamente. llegar a serlo ante una experiencia significativa
de aprendizaje, como nuestra querida estu-
Con este sentimiento completamos nuestro re-
diante nos enseña.
corrido por las memorias del caucho. El desafío

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

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Wilton Martínez Carlevarino

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Memorias del bosque humano: Historias abismales de violencia colonial durante la época del caucho

Wilton Martínez Carlevarino - wmartinez@cavperu.org


Antropólogo visual, productor y realizador con más de 25 años
de experiencia en investigación y producción de cine etnográfico
con universidades y organizaciones nacionales e internacionales.
Es presidente fundador del Centro de Antropología Visual del
Perú (CAVP). Ha dictado cátedra en universidades dentro y fuera
del país y actualmente es docente en la University of Maryland,
EEUU. Ha publicado sobre temas de comunicación intercultural
y antropología visual, y su website profesional, ethnovisions.net,
es ampliamente reconocido y utilizado en universidades de todo
el mundo. Ph.D. en Antropología Social y M.A. en Antropología Vi-
sual por la University of Southern California. M.A. en Psicología
Arquetipal por Pacifica Graduate Institute.

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ARTE Y MEMORIA

212
ISSN: 2523-112X

Desencuentros durante tiempos violentos:


el Rock subterráneo y la ultra izquierda
sanmarquina en los 80
Wrangling during Violent Times: Punks and the Radical Left at San
Marcos University in the 80’s

Fabiola Bazo

RESUMEN
Este ensayo muestra cómo la radicalización política de los ochenta y sus expresiones de violencia
(que alcanzan su máxima expresión con el surgimiento de Sendero Luminoso) se manifestaron en
las identidades juveniles de ese periodo. Examina la interacción entre estudiantes sanmarquinos
de ultraizquierda y los rockeros subterráneos, ‘subtes’. Testimonios directos y la revisión de
publicaciones de ese periodo revelan cómo los prejuicios que primaban en la sociedad limeña de
entonces se reprodujeron en las interacciones de estos grupos juveniles, así como los límites de
los discursos contestatarios y de denuncia social de esa década, y la afirmación de identidades
antagónicas basadas en la otredad en ambos grupos.

Palabras clave: Rock subterráneo / Universidad Nacional Mayor de San Marcos / Movimiento
estudiantil / Contracultura juvenil / Radicalización política

ABSTRACT
This essay shows how political radicalization and its expressions of violence during the 80s in Peru
(which reaches its maximum expression with the emergence of Sendero Luminoso in 1980) permeated
youth identities. It examines the interaction between ultra-left university students and the punk rock
scene in Lima. Direct testimonies and the review of publications of that period reveal how the prejudices
that prevailed in Lima’s society at that time were reproduced in the interactions between these groups.
It also shows the limits of protest and denunciation discourses, as well as the affirmation of antagonistic
identities based on otherness in both groups.

Keywords: Peruvian punk / San Marcos National University / Youth conterculture / Student
movement / Political radicalization

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 213


Fabiola Bazo

Introducción emergencia, que fueron una constante durante


La década de los ochenta en el Perú se caracteri- el gobierno de Belaúnde, no tardaron en apare-
zó por su aguda polarización social, crisis econó- cer durante su gobierno. Concurrentemente, el
mica, radicalización y violencia política. La radi- Perú soportaba una rampante recesión econó-
calización política fue un fenómeno que se inició mica sin precedentes que generó altos niveles
en los setenta, e implicó la erosión de los patro- de desempleo e hiperinflación y afectó directa-
nes tradicionales de comportamiento verticales mente a los jóvenes, quienes, a pesar de tener
y jerárquicos entre clases sociales, agudizando mayores niveles educativos que generaciones
antagonismos de clase, étnicos y raciales enun- anteriores, no contaban con las mismas opor-
ciados en desconfianza, comportamientos agre- tunidades de movilidad social. Fue una gene-
sivos e incluso violencia entre las clases sociales ración “marcada por la exclusión social y la au-
(Stein y Monge, 1988, p.13). La violencia política sencia de canales orgánicos de participación”
alcanzó su máxima expresión con la emergencia (Venturo, 2001, p.116).
del movimiento maoísta Sendero Luminoso en Julio Cotler (1986), en su informe sobre la radi-
1980. Al mismo tiempo que el país retornaba en calización de la juventud popular alemana para
1980 a la democracia después de doce años de un número especial de la revista de la Comisión
dictadura militar, Sendero Luminoso declaraba
Económica para América Latina y el Caribe
la guerra al Estado Peruano e iniciaba un conflic-
(CEPAL), indicó no solo que la emergencia de
to armado interno en la sierra sur que se expan-
Sendero Luminoso en 1980 fue “la muestra
dió hacia Lima y, posteriormente, a otras zonas
más evidente de la existencia de un panora-
como el Alto Huallaga. Desde ese momento, la
ma de radicalización y violencia en la sociedad
violencia política se constituyó como “uno de los
peruana” (p.110), sino también recalcó que la
problemas más importantes en la sociedad pe-
radicalización de los jóvenes de los ochenta
ruana contemporánea” (Manrique, 2002, p.144).
“parecería proclive a Sendero Luminoso” ya
Debido a la violencia política, en menos de tres que esta juventud popular no expresaba su ra-
años el gobierno elegido democráticamente del dicalización a través de canales institucionales
presidente Fernando Belaúnde (1980-1985) como los partidos políticos, como lo hicieron
autorizaba la paulatina militarización del país los jóvenes de las décadas de los sesenta y
y la suspensión de derechos y garantías ciu- setenta. Más bien, negaba toda validez al régi-
dadanas. Su sucesor, Alan García (1985-1990), men político e institucional porque este carecía
prometió una estrategia antisubversiva dis- de la capacidad de construir canales partici-
tinta que no delegaría el control a las Fuerzas pativos para una juventud que enfrentaba un
Armadas. Sin embargo, los casos de violaciones panorama de oportunidades económicas y de
de derechos humanos en zonas en estado de movilidad social limitadas (p.119).

214 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231


Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

Este ensayo examina un desencuentro entre de clase, étnicos y raciales de la sociedad lime-
jóvenes de la generación de los ochenta que ña de entonces. Sobre la base de testimonios
manifestaron su radicalización de distinta ma- y la revisión de publicaciones de ese periodo,
nera. Por un lado, estudiantes sanmarquinos muestro cómo los prejuicios imperantes se re-
con patrones ideológicos y formas organiza- produjeron en las interacciones de los grupos
tivas similares a la juventud popular de los juveniles mencionados, prejuicios que incluso
sesenta y setenta (con ideas políticas de ul- persisten hasta la actualidad y muestran los
traizquierda que enfatizaban la interpretación límites de los discursos contestatarios y de
literal de textos ideológicos fundacionales denuncia social de los años ochenta.
asociados al marxismo y al maoísmo), prove-
nientes de sectores populares y de familias El rock subterráneo
migrantes de primera generación. Por el otro,
El punk rock, su “actitud” y el “hazlo-tú-mis-
los jóvenes que participaban en la escena del
mo” detonarían en Lima en 1985 –casi diez
rock subterráneo, en su mayoría provenientes
años después que en Londres, y el mismo
de familias urbanas, sin un proyecto ideoló-
año que Alan García fue elegido presidente
gico u organizativo, y que desde una posición
por primera vez– con cinco grupos funda-
individualista rechazaban también el régimen
cionales: Leusemia (1983), Narcosis (1984),
político e institucional a través de su música.
Autopsia (1985), Guerrilla Urbana (1985) y
Ambos grupos se enfrascaron en una discu-
Zcuela Cerrada (1985). Los subtes escribían,
sión sobre la autenticidad de sus posiciones,
producían, distribuían y difundían su produc-
dejando de lado coincidencias como la protes-
ción musical siguiendo el ethos del “hazlo-tú-
ta contra las recientes masacres de civiles en
mismo”, fuera del circuito oficial de música
Ayacucho.
comercial (disqueras, radios), al cual despre-
Para entender este desencuentro es necesario ciaban por ser parte del “sistema” e indiferen-
examinar el posible desfase entre los discur- te a tendencias musicales alternativas. Ellos
sos, vivencias e interpretaciones de los discur- se vieron a sí mismos como una ruptura con
sos por parte de estos jóvenes, lo que Nelson el rock nacional y buscaron establecer un cla-
Manrique (2002) denomina procesos objetivos ro deslinde con el circuito del rock comercial
y subjetivos. Este desfase explicaría por qué, a limeño constituido por grupos que grababan
pesar de que ambos grupos proclamaban un con las disqueras locales, y se dedicaban a
discurso igualitario y se mostraban críticos de hacer “covers” de temas en inglés o pop rock
los estamentos que dividían la sociedad perua- que sonaba en las radios. La marginalidad
na y del conflicto armado interno, no pudieron fue una característica de esta contracultura
comunicarse y reprodujeron los antagonismos juvenil.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 215


Fabiola Bazo

Para entender la evolución del rock subte- querían que los dejaran solos para poder
rráneo es necesario entender el contexto so- decidir por ellos mismos. Su mensaje de pro-
ciopolítico en el que surgió. No se trató solo testa fue distinto al de los grupos de la nue-
de una escena musical con estética y ética va trova, quienes fueron muy populares por
punk. Su producción artística y las dinámicas esos años. El siguiente extracto de un mani-
internas de la escena subte reprodujeron lo fiesto producido por el fanzine Alternativa en
que sucedía en la sociedad limeña de en- 1985 resume en buena cuenta el discurso de
tonces. A diferencia de los temas del circui- este sector subterráneo, que fue dominante
to de rock comercial de entonces, sus letras al comienzo:
cuestionaban la autoridad, la injusticia y las
Si parecemos violentos y agresivos es,
convenciones sociales que imponía «el sis-
únicamente, por lo rotunda de nuestra
tema». Los subtes expresaban con crudeza
negativa a participar de la hipocresía, del
y muchas veces con un lenguaje soez lo que
egoísmo, de la mediocridad y de la violencia
pensaban y sentían. En realidad, eran gritos
generalizada en esta sociedad. Violencia
de impotencia y de alienación personal, muy
que, por lo demás, nosotros no inventamos
individualista.
sino que vivimos todos los días por la
¿Qué atrajo a estos jóvenes, mayoritariamente ineptitud de quienes, supuestamente, están
varones a participar en esta contracultura llamados a controlarla1.
limeña en los años ochenta? El compartir la
El discurso antipolítico subte es capturado
misma alienación, el mismo estado de ánimo
en este comentario de Daniel F (fundador del
sin futuro hacia la política, las instituciones
grupo Leusemia) en una entrevista para el
democráticas en un entorno de radicalización
diario La República, en febrero de 1985 (dos
política y antagonismo de clases.
meses antes de las elecciones generales en
Los subtes fueron parte de una generación las que fuera elegido Alan García):
que a pesar de contar con mayores niveles
Leusemia y el circo de la demagogia política
educativos que generaciones anteriores,
nacional no tienen ningún punto en común.
no contó con las mismas oportunidades de
Somos parte de una juventud que no cree
movilidad social. Este escenario se tradujo
ya en nada y se resiste a ser devorada
dentro de la escena de rock subterráneo en
por los convencionalismos hipócritas que
un estado de ánimo carente, inicialmente, de
nos pretenden anular. Creo que cada uno
una agenda política o de acción. La respuesta
de los subtes a esta exclusión fue asumir el
1 “¡¡¿¿A qué han venido??!!” Panfleto distribuido por el
exaltado individualismo antisocial del punk: fanzine Alternativa en el Campo de Marte en 1985.

216 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231


Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

tiene la posibilidad de decidir y actuar sin


condicionamientos en base a lo que tiene
en la cabeza2.

Subtes en la Universidad Mayor


de San Marcos
En 1985, las bandas fundacionales de la esce-
na de rock subterráneo tocaban donde podían;
participaban en conciertos organizados por la
revista Ave Rok en Miraflores; por los estudian-
tes de arquitectura de la Universidad Ricardo
Palma, más conocidos como Los Bestias,
y en festivales o en universidades como la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(UNMSM). Si invitaban a un grupo (por lo gene-
ral a Leusemia), este se presentaba acompa-
ñado por otros.

Los subtes se presentaron en más de una


oportunidad en la UNMSM en los años ochenta.
Figura 1. Carátula del tercer número del fanzine
Sin embargo, durante sus primeros conciertos Alternativa, julio de 1985.
no fueron uniformemente bien recibidos por
los estudiantes de esa casa de estudios. atmósferas del rock”. El público no se mostró
El primer concierto subte en esa universidad muy entusiasmado o interesado. Los grupos
tuvo lugar en el patio de Química en mayo de no recibieron “ni aplausos ni silbidos ni gente
1985. De acuerdo con la cobertura del fanzi- retirándose. Solo sorpresa, perplejidad y quizá
ne Alternativa Nº 3, de julio de ese mismo año, también una terca incredulidad”.3
este fue “el primer concierto realizado de ma- El segundo concierto de rock subterráneo, ti-
nera autogestionaria por los propios grupos” tulado “Denuncia x la vida”, fue organizado
y contó con una audiencia “concurrida y curio- por el estudiante de Geología, Iván Santos,
sa”, pero no muy interesada en las “percutidas “Zurriburri” –quien era un activo subte, y

2 “La voz es el rock maldito: Crónica de los nuevos roc-


kanroleros limeños”, por Oscar Malca, La República, 8 3 “El concierto de San Marcos”, por Pedro Solano en Al-
de febrero de 1985. ternativa Nº3, julio de 1985.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 217


Fabiola Bazo

Afiche del concierto “Denuncia x la vida”, 21 de setiembre de 1985, diseñado por Iván Santos.

fundador del grupo Flema Rock–, junto con fueron invitados a un concierto, organizado
Alfredo Márquez (estudiante de arquitectura por la Escuela de Comunicación Social de la
e integrante de Los Bestias de la Universidad Facultad de Letras para el ciclo “La Música y La
Ricardo Palma). Este concierto, programado Cultura Popular”. El concierto terminó intem-
para el 21 de setiembre de 1985, fue cancela- pestivamente debido a un sospechoso apagón
do a último minuto por un grupo de estudian- que, de acuerdo con algunos subtes, fue “pro-
tes de ultraizquierda que se oponía a la difu- vocado por las mismas hordas de mierda de la
sión del rock en el campus. Las bandas fueron primera vez”.4
expulsadas del recinto universitario por el ¿Qué podría explicar la hostilidad de los
Frente Estudiantil Revolucionario San Marcos estudiantes sanmarquinos hacia el rock
(FER-Antifascista) y el partido Patria Roja, es- subterráneo?
coltados por un grupo de sikuris metropolita-
nos. Un mes después, los grupos subterráneos 4 Fanzine Sociedad de Mierda, enero de 1986, p.4.

218 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231


Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

Ser sanmarquino en los ochenta organizaciones universitarias en los setenta.


La radicalización estudiantil de San Marcos Mantuvieron una oposición tajante al gobierno
es un fenómeno que se inició a mediados de reformista de las fuerzas armadas al cual califi-
los setenta. La vida universitaria estaba con- caron de “fascista y corporativo”. Eran “los más
trolada por las federaciones de estudiantes y puros, que combatían sin concesiones a los mi-
el “tercio estudiantil”, que tenía un gran peso litares y a las autoridades universitarias, a la vez
en la elección de autoridades. El poeta Roger que no se contaminaban para nada con ellos,
Santiváñez recuerda que cuando empezó a es- al negarse a participar en cualquier instancia”
tudiar en San Marcos en 1975 encontró: (Lynch, 1990, p.77). Su cultura política, como la
de los otros grupos sanmarquinos radicalizados,
… una Ciudad Universitaria destruida. La se fundamentaba en la descalificación del oposi-
puerta del Pabellón de Letras, que era tor y en el aprendizaje memorístico de textos y
toda de vidrios grandes estaba totalmente manuales de ultraizquierda (CVR, 2003, p.636).
deshecha: ni un solo vidrio existía allí; Estuvo conformada mayoritariamente por estu-
luego me enteraría que habían sido rotos diantes de origen provinciano. Este grupo estu-
a pedradas por las manifestaciones diantil centró sus demandas estudiantiles “en la
estudiantiles. Otra cosa que me impresionó lucha pragmática por ingresos fáciles, traslados
fue que no había ni un solo espacio de internos, horarios especiales y graduación sin
ninguna pared en toda la Universidad que tesis” (Sandoval, 2002, p.26). El FER Antifascista
no estuviera pintarrajeado con lemas de perdió el control de la Federación Universitaria de
propaganda política de toda la variada San Marcos (FUSM) en 1979 frente a una coali-
gama de organizaciones comunistas ción de estudiantes de izquierda moderada.
estudiantiles. Igualmente las paredes lucían
abultadas por la infinidad de papeles y Los subtes y la ultraizquierda
afiches –de estas mismas organizaciones– sanmarquina
pegados unos sobre otros.5
De acuerdo con Pablo Sandoval (2002), la con-
Uno de estos grupos radicales más importantes tinua reducción del presupuesto público, la
y numeroso fue la Federación de Estudiantes infraestructura y la calidad de la educación en
Revolucionarios (FER) Antifascista de ideología San Marcos, como en otras universidades pú-
maoísta, alineada con el ala radical de la revo- blicas, desde la década de los setenta propició
lución cultural china. Se formó en la Facultad un acelerado proceso de deterioro que se ex-
de Letras en 1969 y adquirió hegemonía en las tendió a la década de los ochenta. La nueva ley
universitaria implementada por el gobierno de
5 Entrevista con Roger Santiváñez, 3 de junio de 2017. Fernando Belaunde en 1983 empobreció aún

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Fabiola Bazo

más los presupuestos y el nivel académico de paredes cubiertas de pintas de grupos de ex-
estas universidades (p.25). trema izquierda y extrema derecha, así como
la suspensión de toda actividad extracurricular
Cuando en 1984 Antonio Cornejo Polar asu-
mientras duraran estas actividades y una au-
mió el rectorado de San Marcos, encontró un
ditoría de las instalaciones de la universidad8.
campus en crisis académica y presupuestal.
Estas medidas fueron anunciadas una sema-
Durante los casi dos años que duró su gestión,
na antes del segundo concierto organizado
Cornejo Polar enfrentó indisciplina por parte
por los subterráneos en la Universidad de San
de los docentes que se negaban a ser evalua-
Marcos, “Denuncia x la vida”.
dos, huelgas de trabajadores que proveían los
servicios básicos de la universidad y un belige- Sin embargo, los organizadores de “Denuncia
rante FER Antifascista que tomó una decena x la vida” ya habían empezado las gestiones
de locales universitarios (SENAJU, 2012). Las para llevar a cabo el evento y no tenían inten-
huelgas de los trabajadores implicaban pro- ciones de dar marcha atrás. Incluso, faltando
blemas de sanidad, producto de la acumula- un día para la realización del concierto, Iván y
ción de basura, baños inmundos y comedores Alfredo “hicieron la guardia todo el día” en la
deseaseados, y de seguridad, ya que no había oficina del rector para obtener permiso para
servicio de guardianía y el campus no conta- el concierto, pero el rector “se fue por la otra
ba con un muro perimétrico. De acuerdo con el puerta de su oficina” al final del día y no consi-
entonces rector, el campus “era tierra de na- guieron el preciado permiso.9 La desatención
die”.6 El caos en la ciudad universitaria fue tal, al pedido de Iván podría explicarse en razón
que durante el verano de 1985 desaparecieron de las presiones que enfrentaba la oficina del
sanitarios, luces fluorescentes, cerraduras de rector Cornejo en ese momento. Corriendo
puertas y “hasta el pasamanos de una escale- el riesgo de ser expulsado de la universidad,
ra”7. En setiembre de 1985 el rector emitió un Iván decidió, junto con Alfredo, realizar el con-
comunicado denunciando las condiciones ex- cierto en un pequeño parque situado entre la
tremas de deterioro en las que se encontraba Facultad de Economía y la Facultad de Letras
la UNMSM y anunció la implementación de una y Ciencias Humanas (más conocido como “el
serie de medidas de emergencia que incluían bosque de Letras”) donde los estudiantes
el inmediato retiro de basura y pintado de las acostumbraban realizar actividades extracu-
rriculares, sin la aprobación del rector y solo
6 “San Marcos: Fin de línea, entrevista con Antonio
con “el documento de apoyo” de la Federación
Cornejo Polar”, revista Caretas Nº 914, 21 de julio de
1986.
8 Entrevista con Iván Santos, 26 de mayo de 2017.
7 “Escapar del caos”, revista Caretas Nº 870, 30 de se-
tiembre de 1985. 9 Entrevista con Iván Santos, 28 de abril de 2015.

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Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

Universitaria de San Marcos (FUSM). Para no si persisten van a haber problemas. Están
causar alarma, la veintena de grupos progra- advertidos”12.
mados para tocar fueron alertados de que el
Como otros grupos de izquierda en los ochen-
concierto no tenía la autorización del rector
ta, el FER Antifascista consideraba al rock como
de la universidad.
una expresión foránea de la cultura de masas
Una hora antes de empezar el evento, ya con y opuesta a la cultura popular (asociada con lo
las luces instaladas y mientras se terminaba de andino, nacional, hecha por el pueblo), un pro-
armar el tabladillo, la escenografía y la batería, ducto del imperialismo que “supuestamente
se escuchó por el perífono: “En estos momen- corroe y manipula nuestras mentes” por su in-
tos, San Marcos está siendo invadida por las autenticidad, y “trae como efecto una concien-
fuerzas opresoras del imperialismo, con gente cia social soporífera, un consumidor pasivo e
que difunde música alienada”.10 impotente” (Ruiz de Zevallos, 1986, p.11).

Quienes se manifestaban eran representan- Los estudiantes del FER Antifascista, conoci-
tes del FER-Antifascista y el partido Patria dos como “fachos”, se oponían a la realización
Roja. Procedieron a entrar al bosque de Letras de un concierto de rock en su casa de estudios
acompañados de un grupo de sikuris metropo- y además a que la escenografía del concierto
litanos11 y empezaron a desmantelar el tabla- incluyera la cruz gamada (tachada por cierto)
dillo instalado para el concierto: y la letra A encerrada en un círculo (represen-
tando “anarquía”), símbolos de la iconografía
Eran las dos de la tarde e íbamos a
punk. En retrospectiva, Julio Carmona, uno de
empezar cuando se apareció la mancha de
los líderes estudiantiles que protestó enérgica-
sikuris, unas veinte personas más o menos,
mente contra el concierto, argumentó que “nos
diciéndonos: “Ustedes no tienen permiso, la
pareció no sólo una provocación sino un insulto
suya es una música alienada, imperialista,
a la democracia misma” el exhibir tal iconogra-
fía y que al final de cuentas, la oposición no fue
10 “Flema y su historia en los conciertos subtes y post- propiamente contra la música, “sino contra esa
subtes”, entrevista exclusiva con el director de Flema, manifestación icónica, injustificada”.13
Iván “Zurriburri”, fanzine Punto de Placer Nº 1, 1986.
11 Los sikuris metropolitanos estuvieron conformados El ambiente se hacía cada vez más tenso de-
por jóvenes que tocaban zampoñas en las universi-
dades limeñas en los ochenta. Sus primeros integran- bido al intercambio entre los estudiantes que
tes aprendieron el arte del sikuri con el Conjunto de
Zampoñas de San Marcos (CZSM) (Sánchez Huaringa,
2014). Estos jóvenes no necesariamente provenían o
12 Testimonio de Ricardo Paredes en Torres, 2012, p.191.
tenían ascendencia puneña o eran migrantes. Su mo-
tivación fue el rescate cultural y difusión de la cultura 13 http://cainsubte.blogspot.ca/2008/05/primer-concierto-
andina y en especial altiplánica. subterrneo-en-la.html

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 221


Fabiola Bazo

apoyaban el evento y los que se oponían. El concierto hasta que la policía llegó y ordenó
enfrentamiento verbal transcurría mientras terminarlo.17
un grupo de estudiantes intentaba destruir
el escenario. Iván Santos, organizador del La otredad subterránea
evento, temiendo que el tabladillo y los equi- En el aula de Letras se quedaron Alfredo
pos fueran dañados, comenzó a desarmar el Márquez y dos integrantes del grupo fusión
estrado ayudado por los músicos presentes Seres Van, Alfredo Távara18 y Carlos Ochoa,
y emprender la retirada ya que era evidente a debatir con los representantes estudianti-
que el concierto no se realizaría debido a la les y defender a los músicos desalojados y su
hostilidad de los estudiantes.14 música identificada por sus opositores como
La acalorada discusión se disipó por unos “imperialista”.
minutos cuando se escuchó un sonido que Julio Carmona defendió la postura “revolucio-
asemejaba “una detonación” que algunos in- naria y andina de los estudiantes”, y argumen-
terpretaron como un intento de “amedrenta- tó que “una manifestación cultural [que] no
miento”.15 La discusión se trasladó a un aula tenga una ligazón con la política y la lucha de
de clase de la Facultad de Letras, al mismo clases” no tenía lugar en San Marcos y criticó
tiempo que los grupos que iban a tocar se “la actitud agresiva” de los músicos. Indicó que
retiraban cargando al hombro instrumentos “poniendo otra letra” a la música que viene del
musicales y equipos alquilados a la Unidad “imperialismo” no la convierte en “una música
Vecinal Nº 3 de Mirones, donde vivían los her- distinta”. Se preguntó: “Y si esa letra es revo-
manos Valdivia, integrantes de Leusemia.16 lucionaria, ¿por qué utilizan esa música?”19 En
En ese complejo habitacional se instalaron
en la azotea del bloque donde se ubicaba el 17 “Flema y su historia en los conciertos subtes y post-
departamento de la familia Valdivia, jalaron subtes”, entrevista exclusiva con el director de Flema,
Iván Zurriburri, fanzine Punto de Placer Nº 1, 1986.
cables de electricidad y empezaron a tocar.
18 Alfredo Távara fue participe de Los Bestias e integró el
Los vecinos se quejaron de la bulla en el edi- grupo de rock-fusión Seres Van. Con Alfredo Márquez
ficio, así que los músicos se aglutinaron en la organizaba reuniones en su casa donde se conversaba
sobre como desarrollar la escena subte y sobre asun-
sala del departamento de los Valdivia, ubi- tos coyunturales. Távara perdió la vida en un enfren-
tamiento con efectivos de la Sub-Unidad de Acciones
cado en el segundo piso, e improvisaron un
Tácticas de la Policía Nacional (SUAT), cerca de la comi-
saría Sol de Oro en el distrito de San Martín de Porres
en julio de 1989. Su cuerpo fue hallado cerca del lugar
14 Entrevista con Iván Santos, 29 de abril de 2015.
de los hechos (CVR, 2003, p.33).
15 Entrevista con Iván Santos, 29 de abril de 2015.
19 Extractos del discurso de Julio Carmona, representan-
16 Testimonio de Kimba Vilis en el Conversatorio el Lega- te de los estudiantes que desalojaron a los músicos
do del Rock Subterráneo, Feria Internacional del Libro en “¡Matar el Rock!”, revista Chasqui del programa de
23 de julio de 2014. Comunicación Social de la UNMSM, p.8.

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Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

su opinión, denunciar el conflicto interno o los


problemas de la sociedad peruana solo podía
ser válido si se realizaba desde una perspecti-
va de clase (entiéndase marxismo) y con mú-
sica andina. Esta posición asume al marxismo
como “un fenómeno andino”, a diferencia del
rock como manifestación cultural foránea, y
provendría de la adaptación del pensamiento
socialista a la sociedad peruana de José Carlos
Mariátegui, quien redefinió “al indio como suje-
to revolucionario del mundo, repensando a los
incas como protocomunistas” (Greene, 2016,
p.29).

La intolerancia de Carmona no estaba diri-


gida solo a la música. Sin percatarse de las
vestimentas y la apariencia física de los sub-
tes (quienes preferían el pelo corto, jeans
raídos, botas militares y casacas de cuero
negras), expresó que: “mientras nuestro pue-
blo se desangra, mientras nuestro pueblo de Afiche del concierto “Denuncia x la vida”, 21 de
setiembre de 1985, diseñado por Alfredo Márquez.
Ayacucho está siendo masacrado por esbirros
de la reacción, también sirvientes del impe-
rialismo: ¿cuatro muchachos melenudos van Pucayacu y Accomarca.21 El artista plástico
a venir a hacernos creer que vivimos en un Carlos Troncoso recuerda que en un momen-
paraíso?20 Esta crítica no tomaba en cuenta to de la acalorada discusión le recordó a un
que uno de los dos afiches de “Denuncia x par de estudiantes con quienes discutía que
la vida”, diseñado por Alfredo Márquez, in-
cluía un manifiesto de protesta contras las
21 El 4 de agosto de 1985, siete civiles fueron detenidos
masacres de civiles ocurridas el mes ante- por efectivos del ejército, asesinados y enterrados en
rior en las comunidades ayacuchanas de dos fosas en Pucayacu, Huanta. El 14 de agosto de ese
mismo año, una patrulla del ejército ejecutó a más de
60 personas, entre ellos mujeres, ancianos y niños, en
Accomarca, Ayacucho (DESCO, 1989, p.124). Esta fue
20 Extractos del discurso de Julio Carmona, representan- la peor masacre colectiva durante el conflicto interno.
te de los estudiantes que desalojaron a los músicos Después de 31 años la Sala Penal Nacional sentenció a
en “¡Matar el Rock!”, revista Chasqui del programa de toda la línea de mando militar implicada en esta masa-
Comunicación Social de la UNMSM, p.8. cre colectiva (La Mula, 2016).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 223


Fabiola Bazo

Artículo en El Diario sobre el concierto “Denuncia x la vida”, 24 de setiembre de 1985, p.21.

su vestimenta no era auténticamente andina: se dejaron “llevar por la forma y no el conteni-


jeans, polos estampados y zapatillas. Esta do”, que “nadie iba a cantar en inglés” y que su
interpelación no recibió respuesta. Como en intención era “expresar la cultura de gente que
el caso de los estudiantes de ultra izquierda está marginada”.22 La discusión no llegó a nin-
maoísta y dogmática de los setenta, mostra- gún entendimiento. El purismo identificado por
ron una “aguda contradicción entre su discur- Lynch (1990) en los representantes del FER
so y su práctica efectiva” (Lynch, 1990, p.99). Antifascista de los setenta, también se eviden-
ció en los ochenta, y no estaban dispuestos a
Alfredo Márquez, en representación de los mú- hacer concesiones ni permitir que el campus se
sicos desalojados, expresó que, contrariamen-
te a lo que objetaban los estudiantes radicali- 22 Extractos del discurso de Alfredo Márquez, represen-
tante de los organizadores del concierto en “¡Matar el
zados, los subtes “traían un planteamiento de
Rock!”, revista Chasqui del programa de Comunicación
ruptura con el imperialismo” y los opositores Social de la UNMSM, p. 8.

224 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231


Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

contaminara con música imperialista e icono-


grafía punk.

La cancelación del concierto fue posterior-


mente secundada con una serie de publica-
ciones criticando y defendiendo el rock subte-
rráneo escritas por intelectuales de izquierda
en medios como los suplementos El Caballo
Rojo de El Diario de Marka e Hipocampo del
diario La Crónica, y la revista Zorro de Abajo,
que pusieron nuevamente sobre la mesa el
rechazo al rock como una manifestación esté-
tica “alienada”, un símbolo del imperialismo,
una forma de expresión de poco valor esté-
tico23. Críticos como Augusto Ruiz Zevallos
(1985) insistían en que se podía “ser oposi-
tor al sistema sin llegar a la estridencia, la
autoinjuria, el espíritu ácrata-nihilista que en
cualquier época y lugar son signos de debi-
Portada del fanzine Kólera, setiembre de 1985.
lidad ideológica ante un poderoso enemigo”.
Calificaba el estilo musical y corporal de los
subtes, así como algunas de sus actitudes, hículo de expresión de su denuncia contra una
como de “otras latitudes” que denotaban “un sociedad conservadora.
no muy ligero atisbo de verdadera alienación”
(p.15). Lo insólito de este concierto fue que Fue precisamente durante este desbaratado
la escena subterránea, que se caracterizó por concierto que se distribuyó el primer número
su permanente denuncia de lo inauténtico del del fanzine24 Kólera, que contenía el manifiesto
circuito musical comercial, era acusada por
sectores de la izquierda radical precisamente
24 Los fanzines (FAN + magaZINE = fanzine) fueron los
de inautenticidad por elegir el rock como ve- principales vehículos informativos de la escena sub-
terránea. Se distribuían y vendían en conciertos y en
el centro de Lima. Fieles al “hazlo tú mismo”, los edi-
23 Augusto Ortiz de Zevallos (1985 y 1986), Sigfrido Le- tores de fanzines demostraron que no era necesario
tal (seudónimo de Oscar Malca) (1985 y 1986), Enrique ser periodista para escribir un artículo o una nota en
Larrea (1986) y Pedro Cornejo (1986). Todos estos artí- estas publicaciones. Los fanzines de limitado tiraje y
culos se pueden encontrar en versión digital en el blog distribución, se confeccionaban con pocos recursos y
Caín Subte: http://cainsubte.blogspot.ca/2016/12/ eran producidos en mimeografías o fotocopiados de
marxismo-y-rock-subterraneo-el-debate_4.html/ un machote.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 225


Fabiola Bazo

“¿Punk en Lima?” editado por uno de los inte- superar la realidad de la sociedad limeña de los
grantes del grupo Sociedad de Mierda (S de ochenta y la escena se convirtió en un espacio
M). Este fanzine criticaba no solo al “sistema” de disputas que gravitaron sobre viejos prejui-
sino a la escena subterránea, e introdujo una cios basados en las apariencias, del “sistema”
perspectiva colectiva de lucha de clases que (Bazo, 2017).
posteriormente contribuyó a la implosión de la
escena de rock subterráneo. La banda S de M La “otredad” como base de la
estaba conformada por jóvenes que provenían mística subterránea
de familias migrantes de primera generación, El haber sido expulsados de un evento por es-
residentes en barrios populares y que fueron tudiantes de ultraizquierda y, posteriormente,
educados en escuelas públicas. de una vivienda por la policía, forma parte de
El manifiesto, con un tono lleno de actitud, la memoria colectiva subte y la definición de
agresivo, rabioso y sectario, muy acorde con el su identidad, ya que consolidó la hermandad
espíritu punk y subterráneo, reflejaba también subterránea e implicó el comienzo de “la mo-
la polarización y división de clases sociales de vida fuerte”.25 Fue la génesis de “una mística”26
ese momento y demandaba el liderazgo de la basada en la construcción de un “otro”.
escena de rock subterráneo para los jóvenes Cerca de 30 años después, subtes presen-
de las clases populares, porque “el verdadero tes en este frustrado concierto lo recuerdan
punk es de los marginados, de los explotados; como una ocasión en la cual “se enfrentaron
no de los explotadores”. En consecuencia, los con Sendero y con la policía”, que fue “un claro
subtes que vivían en barrios residenciales, edu- punto de quiebre”, que los “vieron con miedo,
cados en colegios privados, no podían ser “au- preguntándose quiénes son esos [los subtes]
ténticos” punks, porque no eran consecuentes que hablan cosas así”.27 Otros describieron la
con sus condiciones materiales de existencia. presencia subte en términos militares como
Ellos carecían de legitimidad y autenticidad y, “una incursión estética distinta”28 (vestidos de
por lo tanto, no podían escribir sobre la repre- negro, con sus casacas de cuero y chancabu-
sión policial o el hambre, ya que no los habían ques), y la música altiplánica que interpretaban
experimentado: para ser “punk” era necesario
provenir de la clase trabajadora, de los secto- 25 “Flema y su historia en los conciertos subtes y post-
subtes”, entrevista exclusiva con el director de Flema
res populares y no de estratos medios y altos Iván “Zurriburri”, fanzine Punto de Placer Nº 1, 1986.
porque el sello de clase era indeleble. En otras 26 Testimonios de Alfredo Márquez y Dalmacia Ruiz Ro-
palabras, en una sociedad estamental no era sas (Torres, 2012, p.194).
posible la movilidad social. Posteriormente, los 27 Testimonio de Julio Montero (Torres, 2012, p.194).
ideales libertarios subterráneos no pudieron 28 Testimonio de Alfredo Márquez (Torres, 2012, p.191).

226 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231


Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

los sikuris metropolitanos como “música de en universidades. La infiltración senderista de


guerra”.29 Esto a pesar de que tradicionalmen- colectivos de folklore andino contribuyó a la
te los sikuris metropolitanos imitaban a los propagación de prejuicios contra este tipo de
conjuntos festivos de Puno, no a los grupos manifestaciones culturales, especialmente si
con ritmos marciales ya que esos ritmos alti- estaban alineados ideológicamente con la iz-
plánicos son más complejos.30 quierda marxista en los ochenta (p. 266).

La mística subterránea combina entonces Inicialmente Sendero Luminoso, como otros


sucesos verídicos con prejuicios acerca de la sectores de izquierda, rechazó la escena de
izquierda radical estudiantil sanmarquina y rock subterráneo por considerar el rock “alie-
perpetúa un prejuicio generalizado que con- nado” y pro-imperialista. Sin embargo, con la
tribuyó a reforzar las divisiones de clase y ra- masificación de la escena, se definirían nuevas
ciales existentes en los ochenta. Julio Mendívil agendas de activismo que consideraban el rock
(2016) recuerda que durante aquella década subterráneo no solo como un canal de expre-
“El interés en la música tradicional desperta- sión contestataria e individualista, sino de acti-
ba las sospechas de los militares, quienes, a vismo social y de la radicalización tan presente
menudo sin razón, la asociaban con la izquier- en ese momento. Con la explosión de bandas,
da alzada en armas” (p.187). De acuerdo con la temática de las canciones también se expan-
Carlos Sánchez Huaringa (2016), los colectivos dió. La violencia política, la recesión económica
de sikuris estuvieron conformados mayorita- y la polarización social/de clase impregnaron
riamente por estudiantes de bajos recursos profundamente la producción musical. Es en
económicos de origen migrante. Eran percibi- este momento que Sendero Luminoso inten-
dos por otros grupos de folklore como “los más tó ganar adeptos dentro de la escena del rock
desarraigados, los más andinistas, los más an- subterráneo, de llevar a sus filas a aquellos
dinos” y su objetivo era realizar “trabajo cultu- que demostraran tener un espíritu “radical”, y
ral” y no simplemente participar “del arte por lo hicieron a través del Movimiento de Artistas
el arte”. Ideológicamente sus enemigos eran: Populares (MAP), un componente de Socorro
“el imperialismo, el sistema capitalista, la ciu- Popular creado en 1988 (Bazo 2017).
dad, lo urbano y occidental” (p. 25). Es por este
El integrante de un grupo de rock subterráneo
perfil social, étnico e ideológico que Sendero
que purga condena en prisión y fue entrevista-
Luminoso penetró organizaciones folklóricas
do por Dynnik Asencios testimonió que se unió
a Sendero Luminoso a finales de los ochenta
29 Testimonio de Alfredo Márquez (Torres, 2012, p.191).
para “encaminar su anarquismo y su posición
30 Entrevista con Carlos Sánchez Huaringa, 12 de abril de
2017. de destrucción total del Estado” después de

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 227


Fabiola Bazo

haber leído libros sobre anarquismo y mar- modo, eludir problemas con las autoridades
xismo cuando era subte (Asencios, 2016, (Burt, 2006, p.52).
p.98). Otro testimonio, esta vez recopilado por
Es importante destacar que la presencia de
Shane Greene (2017) confirma la insatisfacción
Sendero en la UNMSM se manifestó confor-
de otro joven por las dinámicas dentro de la
me el conflicto interno se fue agudizando
escena:
(Asencios, 2016, p.69), pero no era tan fuer-
Algunos de los que se decían “anarquistas” te en el momento que se organizó este con-
eran solo “individualistas” y desde el cierto, a pesar de que las primeras cédulas de
individualismo es muy fácil volverse Sendero Luminoso se habían instalado en el
conservador. Su anarquismo era una campus de San Marcos a finales de los seten-
afirmación de su individualismo y defensa ta y participaban en eventos culturales y en la
de sus propios intereses personales ... organización de protestas estudiantiles (tan-
fue volverse subte lo que lo empujó a la to Sendero Luminoso y el MRTA distribuían
militancia desde un comienzo. Ser subte volantes y publicaban sus actividades en los
sirvió efectivamente para sembrar la pizarrones, tal como lo hacían otros grupos
semilla necesaria para crear un espacio de radicales de izquierda y derecha). En opinión
militancia política (pp. 254-255). del entonces rector, Antonio Cornejo, la per-
cepción de que la ciudad universitaria fue “uno
De acuerdo con el Informe Final de la Comisión de los santuarios de Sendero” era equivocada
de la Verdad y Reconciliación (CVR) (2013), la porque no distinguía entre los grupos subver-
reputación de San Marcos se deterioró enor- sivos y aquellos que siendo de ultraizquierda
memente a mediados de los años ochenta, ya no eran parte de la lucha armada. Para el rec-
que sus aulas se consideraron como “lugares tor, estos últimos no fueron grupos subver-
de adoctrinamiento de terroristas” y fueron sivos porque estaban también en oposición
intervenidas cada vez más frecuentemente a Sendero, “aunque dentro de la universidad
desde 1987, ya que “ante la opinión pública crearon problemas”.31 Los grupos a los que se
el ser sanmarquino se convirtió en sinónimo refería el rector Cornejo congregaban a estu-
de terrorista” (p.641). Los prejuicios de clase, diantes del Frente Estudiantil Revolucionario
étnicos y raciales fueron tan fuertes que es- (FER) Antifascista.
tudiantes de universidades particulares evi-
Incluso cuando su presencia en San Marcos fue
taban asociarse con los estudiantes más po-
significativa, Sendero Luminoso no pudo tomar
bres, mestizos de casas de estudio públicas,
por temor de que tuvieran alguna conexión
31 “San Marcos: Fin de línea, entrevista con Antonio Cor-
con Sendero Luminoso o el MRTA y, de ese nejo Polar”, revista Caretas Nº 914, 21 de julio de 1986.

228 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231


Desencuentros durante tiempos violentos: el rock subterráneo y la ultra izquierda sanmarquina en los 80

control de los comités estudiantiles del come- subterráneos y la izquierda radical sanmar-
dor, la residencia, el transporte y los grupos cul- quina, así como la cobertura mediática de este
turales, como sí logró hacerlo en la Universidad evento.
Nacional de Educación (La Cantuta). Sendero
Luminoso encontró la resistencia organizada Aunque se trataba de dos grupos con ciertas
de los estudiantes, quienes en 1989 formaron coincidencias de pensamiento no hubo espacio
la Coordinadora de Defensa de San Marcos, para el entendimiento y el diálogo. Más bien las
“integrada por militantes de agrupaciones de interacciones exacerbaron prejuicios existen-
izquierda y comunidades cristianas de base, tes y contribuyeron a la afirmación de una iden-
juntando diversas iniciativas contra la violencia tidad antagónica, de adversarios. Los discursos
del PCP-SL” (Reátegui, 2009, p.90). aparentemente igualitarios de ambos grupos
de jóvenes revelaron el desfase entre los pro-
Conclusiones cesos subjetivos (“aquellos que operan en el
Este ensayo examinó la interacción de dos interior de la subjetividad de las personas”) y
grupos juveniles radicalizados en los ochenta los procesos sociales objetivos, un desfase que
y cómo se manifestó el antagonismo en estas nutrió la violencia política (Manrique, 2002) y
interacciones y la definición de su identidad. que contribuyó al desencuentro entre subtes y
La Otredad definió la interacción entre los estudiantes sanmarquinos.

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 229


Fabiola Bazo

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sociales y de cultura juvenil en lima (1980-2000).
Tesis para optar el grado académico de magíster en
Antropología. Lima: Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales, Unidad
de Posgrado.

Fabiola Bazo - fbazo@sfu.ca


Profesora Adjunta en Estudios Latinoamericanos en la Univer-
sidad Simon Fraser en Vancouver, Canadá. También es editora
del webzine subterock.com donde ha publicado avances de su
investigación sobre el rock subterráneo. Sus áreas de interés
incluyen música y política, industrias extractivas, política pe-
ruana y análisis de género. Fue investigadora afiliada al Con-
sejo de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos en el Centro de
Estudios Internacionales de la Universidad de Yale (2005) don-
de lanzó el blog Peru Elections 2006 con Maxwell A. Cameron
y asesoró al Ministerio de Relaciones Exteriores canadiense
durante el periodo de transición democrática en Perú (2000).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 213-231 231


ISSN: 2523-112X

¿Qué nos hacen y qué hacemos con las


imágenes de violencia?
What do they do to us and what do we do with images of violence?

Rainer Huhle

RESUMEN
El uso de imágenes que representan escenas de violencia es un reto para la documentación de
violaciones a los derechos humanos, como también para la educación en los mismos y en general
para su promoción pública y la preservación de la memoria histórica relacionada con ellos. Este
ensayo analiza el uso de fotografías para estos fines en diferentes momentos y contextos históricos,
con un foco especial sobre la colección Yuyanapaq de la Comisión de Verdad en el Perú así como
durante y después del nazismo en Alemania. Se distinguen diferentes intenciones en la toma y uso
de estas fotografías y se arguye que estas intenciones no se pueden controlar porque, como ya habían
señalado los tempranos teóricos de la fotografía, la recepción de una fotografía, aún más que otras
imágenes, se define en una relación triangular entre productor, medio de difusión y consumidor.
Con base en algunos ejemplos peruanos, se discute la relación entre las intenciones documentales de
una imagen y las interpretaciones individuales que sugiere. Si bien se suele conceder a la fotografía
ante todo un valor documental y una mayor veracidad mientras que a las artes plásticas se atribuye
una mayor expresividad individual, esta oposición no es sostenible de manera rígida.

Palabras clave: Recepción de la fotografía / Fotografía documental / Imágenes de violencia /


Violaciones a los Derechos Humanos

ABSTRACT
The use of images depicting scenes of violence is a challenge for the documentation of human rights
violations, as well as for human rights education, and in general for the public promotion of these rights
and the preservation of historical memory related to them. This essay analyzes the use of photographs
for these purposes in different moments and historical contexts, with a special focus on the Yuyanapaq
collection of the Commission of Truth in Peru as well as on another collections during and after Nazism
in Germany. Different intentions are distinguished in the shot and use of these photographs, and it is
argued that these intentions can’t be controlled because, as early theorists of photography had pointed
out, the reception of a photograph, even more than other images, is defined in a triangular relationship
between producer, media and consumer. Based on some Peruvian examples, is discussedthe relationship
between the documentary intentions of an image and the individual interpretations it suggests. Although
photography is usually granted to have a documentary value and greater veracity, while the plastic arts
are attributed with a greater individual expressiveness, this opposition is not rigidly sustainable.

Keywords: Reception of a photograph / Documentary photography / Images of violence / Human


Rights violations

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 233


Rainer Huhle

Introducción experimentaban. Vi caras angustiadas, otras


En 1987, en la plaza de Huamanga, el capítulo impasibles, y me llamó la atención un menor
local de la Asociación Nacional de Periodistas tan pequeño que tuvo que alzar la cabeza para
del Perú había expuesto, bajo los arcos que fijarse en la imagen de un camión lleno de ca-
rodean la hermosa plaza, una serie de fotogra- dáveres. La letra por debajo de la fotografía
fías en blanco y negro que hacían memoria de rezaba: “Nunca más al horror.” Desde entonces
eventos de violencia ocurridos en Ayacucho. me he preguntado: ¿cuál habrá sido el efecto
Había, por supuesto, imágenes de la matan- de esa imagen de horror en el chiquillo en la
za de los periodistas en Uchuraccay y varias plaza de Huamanga? [Figura 1].
otras fotografías de cruel violencia. Miraba las A partir de abril de 1945, las tropas estadou-
fotografías, pero ante todo observé a los es- nidenses y británicas llegaron a los campos de
pectadores. Vi miradas de hombres, mujeres y concentración nazis y liberaron a los presos
jóvenes que se clavaban en estas fotografías que habían sobrevivido en terribles condicio-
y mientras que ellos no lograban despren- nes. El aspecto de esas masas de personas de-
der los ojos de las fotos, yo me preguntaba macradas, enfermas y muchas de ellas a punto
qué pensamientos tenían y qué emociones de morir a pesar de los esfuerzos de sus libe-
radores dispuestos a prestarles ayuda, era tan
chocante para los soldados aliados que no po-
cas veces su repugnancia se convirtió en rabia.
¿Cómo era posible esa barbarie inconcebible
y tan cerca de pueblos donde la gente seguía
viviendo, aparentemente sin tomar conciencia
de las atrocidades allí cometidas? En Bergen-
Belsen, Dachau, Neuengamme, Buchenwald
y muchos otros campos liberados, los oficia-
les aliados convocaron a las autoridades o la
población entera a ir y a ver, ver con sus ojos
abiertos los cadáveres amasados. En las foto-
grafías que se tomaron de estas confrontacio-
nes obligadas con los crímenes cometidos en
nombre del pueblo alemán, se nota el horror, la
angustia y el deseo de apartar la mirada. Pero
tuvieron que pasar en filas, obligados a mirar
Figura 1.Exposición fotográfica, Huamanga 1987.
Foto: Rainer Huhle. bajo la vigilancia de los soldados [Figura 2].

234 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

Figura 2. Mayo 1945: Habitantes del pueblo Nammering (Baviera) son obligados a observar los
cuerpos de prisioneros muertos en una de las “caravanas de la muerte” de los últimos meses del
régimen nazi. Foto: Deutsches Historisches Museum.

Más tarde, el gobierno militar estadounidense La idea era sustituir esa supuesta mirada
hizo de estos actos más o menos espontáneos tranquila por una forzada mirada directa qui-
una “pedagogía de reeducación” bajo el lema: tándole a los espectadores la tranquilidad. En
“¡Estas infamias: Culpa de ustedes!”. En un afi- esa misma línea, se organizaron en muchas
che ampliamente distribuido con ese título se ciudades visitas obligatorias a proyecciones
mostraron varias de las fotos tomadas en los de la película documental “Todesmühlen”1
campos de concentración. Otra oración en el
afiche decía: “Lo habéis mirado tranquilamente
1 Accesible en https://www.youtube.com/watch?v=Ox-
y tolerado en silencio” [Figura 3]. JZBrtFD6Y (26.2.17)

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 235


Rainer Huhle

Figura 3. Afiche (60,8 x 85,5 cm) de las autoridades militares estadounidenses ampliamente difundido en
la zona de ocupación americana en 1945. Foto: Office of Military Government, US (OMGUS).

(Molinos de la muerte), que contiene una se- de Falkenau. Su comandante, al descubrir en


lección de chocantes secuencias filmadas por las afueras del pueblo un galpón lleno de ca-
las tropas liberadoras al llegar a los campos de dáveres amontonados, obligó a las autorida-
concentración (Delage, 2006, con fotografías des a lavar los cuerpos, vestirlos con prendas
de algunas de esas proyecciones). Era como nobles de sus casas, deponerlos en sábanas,
transferir el impacto sufrido al descubrir esas también de su propiedad, y finalmente exca-
atrocidades a los (supuestos) culpables. var fosas y darles sepultura digna en presencia
de todos los pobladores. Pidió a Fuller filmar
En abril de 1945, también el futuro director todo con la pequeña cámara que este llevaba
de cine Samuel Fuller llegó como modesto en su mochila de batalla. Fuller no quiso mirar
soldado americano con su tropa al pueblito esta filmación durante décadas (Fuller, 2002).

236 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

Solo en 1988, el documentalista francés Emil jugando con la raíz etimológica que comparten
Weiss logró incluir esas imágenes únicas en su las palabras “estética” y “anestesia”, habla del
película “Tell Me, Sam”. Pero el recuerdo de esa fenómeno de la “anestetificación de la percep-
confrontación forzada, física y visual, de toda ción”, producto de la sobresaturación por el
una población con los crímenes nazis tendría consumo involuntario de imágenes de violen-
eco en una película de ficción que Fuller rodó cia (Paul, 2004, p.469).
en 1959, situada en la Alemania de 1946. Un
joven, cautivado todavía por la ideología nazi, Cuando Fuller llevó a Hollywood esa parábo-
es llevado por su hermana mayor al sitio del la de los esfuerzos de “re-educación” a través
Tribunal de Nuremberg, cuando allí se mostra- de la confrontación con imágenes de horror,
ba la película documental “Nazi Concentration en realidad ya se había probado que el efecto
Camp”. Al ver los cuerpos mutilados de las de esa estrategia era más que dudoso (Weckel
víctimas de los campos, el joven evita mirar la 2012). En el Tribunal de Nuremberg mismo, los
pantalla, pero su hermana lo obliga a fijarse en fiscales habían obligado a los acusados a mirar
las imágenes [figura 4]. un documental de una hora: “Nazi concentra-
tion camps”, con largas secuencias de imáge-
nes de horror, para estudiar minuciosamente
sus reacciones. Estas eran, como describe con
detalle el psicólogo forense del Tribunal, muy
fuertes y diversas (Gilbert, 1962, p.50; Delage,
2006).

Si a través de los protocolos de las conversa-


ciones que Gustave Gilbert mantuvo con los
acusados nazis después de la proyección tene-
Figura 4. Fotograma de la película Verboten
(Prohibido) de Sam Fuller (1959). mos por lo menos una vaga idea de sus reac-
ciones, distinto es el caso del niño de la plaza
Con esta escena, Fuller demuestra su firme de Ayacucho. ¿Qué habrá pensado al ver esas
creencia en el poder repulsivo de las imáge- imágenes? ¿Las había visto ya en la prensa
nes de horror. Hoy entre jóvenes europeos amarilla que en esos años no tenía límite en
se coleccionan e intercambian las fotografías exponerlas en primera plana? ¿Fue la primera
más espantosas –obligatorias por ley en cada vez que vio tantas muertes violentas? ¿Se cru-
producto de tabaco– que muestran los efec- zaron con acontecimientos que le habían con-
tos que fumar puede producir en el cuerpo de tado sus familiares o compañeros de colegio?
los fumadores. El historiador Gerhard Paul, Y cuando vio a los uniformados en camuflaje

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 237


Rainer Huhle

triunfantes al lado de los muertos, como otras no supimos practicar en la época en que estas
de esas imágenes lo mostraron, ¿se identifi- imágenes eran actualidad viva” (p.19).
có con ellos o con los muertos? Al mirar esas
¿Por qué Salomón Lerner puede atribuirles a
imágenes de horror, ¿nos causan fascinación
unas fotografías ese poder transformativo?
morbosa de complicidad con los hechos de
Para él, las fotografías de Yuyanapaq son en
extremo dominio, o empatía con las víctimas,
sí mismas producto de una transformación, en
fotografiadas en un estado de avasallamiento
la cual “el periodismo fotográfico se reinventa
extremo?
a sí mismo para convertirse, además de regis-
En el prefacio a la edición del libro que acom- tro, en comentario de los hechos que captura
pañaba la exposición gráfica Yuyanapaq. Para y preserva para el futuro” (p.19). La fotogra-
recordar (CVR, 2003), la cual en los primeros fía emblemática de Vera Lentz en la tapa del
proyectos iba a formar parte del Lugar de la libro, esas manos campesinas mostrando la
Memoria, Salomón Lerner afirmó que las foto- pequeña foto de un ser querido desaparecido,
grafías periodísticas de la violencia del conflicto demuestra potentemente lo que Lerner dice.
armado interno reunidas en la exposición cons- Y un volumen con fotografías de reporteros
tituirían “no solamente una fuente invalorable del semanario Caretas, publicado casi al mis-
de información (...) [sino] también uno de los mo tiempo que Yuyanapaq, confirma lo dicho
caminos por los que podemos contar hoy con por Lerner (Caretas, 2003). Pese a que en este
una verdad más integral, más plena, más col- libro aparecen a veces los mismos fotógra-
mada de dolor y esperanza” (p.18). Contrasta, fos y las mismas fotografías, la composición
según Lerner, la selección de fotografías para y presentación del libro producen una impre-
Yuyanapaq con otras tantas que demuestran la sión muy diferente, permeada de agresividad y
“tentación de lucrar con las imágenes de la vio- sensacionalismo.
lencia –la exposición de seres destrozados, sin
No obstante, detrás de esta visión humanis-
otro propósito que el de la exhibición del horror
ta de Yuyanapaq y la CVR queda un problema
por interés comercial, por un sentido de la com-
que ha acompañado la historia de la fotografía
petencia divorciado de todo escrúpulo–” (p.19).
desde sus inicios: que entre las funciones de
Las fotos de Yuyanapaq, en cambio, serían un
la fotografía como registro y como comentario
complemento visual a la verdad de las palabras
existe una tensión inherente. El debate acerca
contenidas en el informe de la CVR, llegando así
de la verdad de una fotografía es tan antiguo
a “una verdad más integral, más plena, más col-
como la fotografía misma.
mada de dolor y esperanza” (p.18). “Si sabemos
mirar, –agrega el presidente de la CVR– harán A diferencia de las otras artes visuales, la
crecer en nosotros algo de esa compasión que fotografía, creada no con la mano de un

238 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

artista-sujeto sino mediante un proceso mecá- necesariamente, de una intervención de los co-
nico-químico objetivo, entró al mundo con un mandantes y camarógrafos de las tropas libe-
aura de mayor verdad representativa. Como si radoras. Los debates sobre la “autenticidad” de
la mirada a través del objetivo de una cámara estas fotos que persisten hasta el día de hoy
hiciera esa mirada misma más objetiva. Lo me- son ejemplares para la cuestión sobre qué hace
cánico del procesamiento de la fotografía creó auténtica a una fotografía. Si el Ejército Rojo
la creencia en el “así fue” (“Ça a été” - Barthes al llegar a Auschwitz no tenía un camarógrafo
1980, p.78). Desde el inicio, por otro lado, que- disponible, o tenía otras prioridades, pero invi-
dó también claro que esta objetividad del pro- tó días después a los sobrevivientes a marchar
ceso estaba sujeta a múltiples posibilidades de para la cámara por el mismo camino por el que
manipulación, y de hecho los primeros fotógra- habían dejado el campo de concentración, ¿es
fos manipulaban ampliamente sus imágenes una falsificación? ¿O es simplemente una filma-
por distintas razones. Pero a pesar de que esas ción auténtica de otro momento, si este otro
posibilidades se han multiplicado en la época momento está comunicado? Las fotografías no
de la fotografía (y filmación) digital, todavía se hablan. Fijan un fragmento del tiempo y del es-
adjudica un valor probatorio del “así fue” ma- pacio que requiere interpretación, primero del
yor al registro fotográfico que a un dibujo. La fotógrafo y después del espectador.
veracidad que se atribuye a una fotografía de-
pende en buena parte de las posibilidades de Claude Lanzmann, en su película de nueve
verificar las circunstancias de su origen (autor, horas “Shoah”, no usó ni una sola fotografía
lugar, hora y fecha, etc.) y de la exclusión de “documental”. La razón evidente era que de
manipulaciones posteriores. Cuando la fiscalía los cuatro campos de exterminio que presen-
introdujo en el Tribunal de Nuremberg filmacio- ta en la película –Belzec, Sobibor, Chelmno y
nes y fotografías como evidencias, tuvo mucho Treblinka– no existe ni una sola fotografía que
cuidado de acompañarlas con documentación muestre el asesinato de los más de dos millo-
exacta. Presentó testimonios jurados de las nes de judíos en estos lugares. Pero no solo
personas que habían tomado las grabaciones, fue esto. Lanzmann (1994) afirmaba, incluso,
sobre el origen y sobre lo que se representa- que si tuviera en su mano una filmación de la
ba en las fotos. Esto era especialmente impor- muerte en las cámaras de gas, la destruiría y
tante, porque varias de esas fotografías y pe- en sus memorias (2009) deploraba que “al pa-
lículas, que hoy son mundialmente conocidas recer la imagen fotográfica se hizo el ídolo de
como emblemas del horror nazi, fueron toma- los nuevos tiempos, en todas partes se necesi-
das días después de la llegada de las tropas a tan imágenes, la imagen es la única medida, la
los campos, y por lo tanto ya fueron producto, única atestación de la verdad” (p.486).

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 239


Rainer Huhle

Figura 5. “Selección” de prisioneros judíos llegados de Hungría en el campo de exterminio nazi de


Auschwitz/Birkenau, Mayo 1944. Foto: fotógrafo anónimo, probablemente de la SS.

Del más famoso de los campos de concentra- con descripciones hechas por las autoridades
ción, Auschwitz, sí hay fotografías. Varias de nazis. De este álbum provienen casi todas las
ellas, como las de la llegada de miles de judíos fotos que conocemos de Auschwitz. Fue es-
húngaros a la infame “rampa” de selección, tudiado cuidadosamente por Yad Vashem en
pertenecen al imaginario universal del horror Israel y publicado varias veces (Auschwitz,
[Figura 5]. 2002). Si bien no se conoce exactamente la
Estaba tajantemente prohibido tomar fotos finalidad de ese álbum, se sabe que las fotos
en los distintos campos que conformaban el fueron tomadas por fotógrafos oficiales de
complejo de Auschwitz. Sin embargo, una so- los nazis. Documentan el régimen en el cam-
breviviente, Lili Jacob, encontró después de po, incluyendo la selección para las cámaras
la liberación, por pura casualidad, un elegan- de gas, retratan a muchos grupos de presos y
te álbum de 193 fotografías de alta calidad y las miserables condiciones en que vivían, pero

240 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

no muestran la muerte. Por lo tanto, práctica- Estas y las muchas otras fotos que nos llega-
mente toda la documentación fotográfica de ron sobre los crímenes de los nazis (Reifarth,
Auschwitz representa la mirada de los perpe- 1983) nos obligan a reflexionar sobre los au-
tradores y una cierta voluntad (que descono- tores, las intenciones y las perspectivas de una
cemos en detalle) de presentar el campo. Solo fotografía, particularmente cuando se trata de
se conocen cuatro fotos, de pésima calidad, sujetos de violencia política. Los tres casos
que muestran escenas en las cercanías de los referidos a primera vista parecen sencillos:
crematorios de Auschwitz-Birkenau. Fueron se trata de fotos tomadas por perpetradores
tomadas clandestinamente por miembros de o de víctimas. Pero en realidad los tres casos
los “Sonderkommandos” (comandos especia- presentan más preguntas que respuestas.
les), que eran grupos de presos que tenían que Sabemos que las fotos del “Auschwitz Album”
trabajar en los crematorios (Didi-Huberman, fueron tomadas por fotógrafos profesionales
2003). de la administración del campo, y por la cali-
dad y cantidad de las fotos queda claro que
Distinta era la situación en el campo de con-
centración de Mauthausen, donde entre mu- estos las tomaron con permiso oficial. Pero
chos otros estaban confinados miles de presos no sabemos quién las ensambló en un álbum,
españoles. Uno de ellos, Francisco Boix, fue ni con qué fin. ¿Para presentar a los altos je-
empleado por el estudio fotográfico que la SS rarcas el cumplimiento de la terrible tarea? ¿O
mantenía en el campo, principalmente para para preservar un recuerdo personal de algún
registrar a los presos, pero también para do- comandante? La selección de las fotos, las
cumentar ciertos eventos e incluso los deleites perspectivas que presentan, dejan abiertas
privados de los comandantes. Boix logró hacer varias interpretaciones. Las cuatro fotos de los
copias de muchas de sus fotos y, con la ayu- Sonderkommando, en cambio, evidentemen-
da de habitantes del pueblo de Mauthausen, te fueron tomadas de manera clandestina.
sacarlas fuera del campo. Después de la libe- Son borrosas, desenfocadas y tomadas des-
ración del campo pudo todavía tomar fotos de de ángulos inadecuados, pero son las únicas
los sucesos de esos días, de los restos huma- que documentan el exterminio. Según la in-
nos y de la vida de los sobrevivientes (Bermejo, formación disponible, fueron tomadas por un
2002). Sus fotos, y su testimonio como tes- miembro griego de los Sonderkommando con
tigo presencial, fueron claves para que el una pequeña cámara que la resistencia polaca
Tribunal de Nuremberg condenara al dirigente había logrado introducir. Es de presumir que
SS Kaltenbrunner, mientras que el “Auschwitz su fin era documentar el crimen del extermi-
Album” sirvió como importante prueba en el nio, pero tuvo poco efecto inmediato. Hoy, sin
juicio contra los SS en Francfort 1963/65. embargo, por su unicidad, son consideradas

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 241


Rainer Huhle

un testimonio extraordinario del uso de la fo- Brasse y Boix representan a un grupo de fotó-
tografía como documento y memoria. En las grafos del horror forzados por sus represores
fotos de Boix se sobreponen múltiples pers- y que, de distintas maneras, usaban sus habi-
pectivas. Boix trabajaba al servicio de la ad- lidades y aprendizajes técnicos para sobrevivir
ministración del campo de Mauthausen y tuvo en medio del terror generalizado. Podríamos
acceso también a fotos de otros fotógrafos, agregar a este grupo, ya en la actualidad, al
fueran de personal SS o de otros presos que fotógrafo conocido bajo el seudónimo “César”,
trabajaban como él. Es imposible distinguir en un miembro del ejército sirio encargado de do-
ellas diferentes perspectivas; los fotógrafos cumentar en fotografías a todas las víctimas,
tuvieron que trabajar para los fines dictados torturadas y asesinadas, en las prisiones del
por los dueños del campo. Solo a partir del régimen de Assad. Mientras estaba cumplien-
momento de la liberación, Boix se convierte do con sus funciones, tomó la decisión de pa-
en un reportero gráfico que escoge él mismo a sar a la resistencia al régimen, y cuando huyó
sus sujetos y perspectivas y llega a definir sus se llevó más de 50.000 fotografías como prue-
intenciones. bas de los crímenes (HRW, 2015; Le Caisne,
2015). Las fotografías de “César” fueron ex-
Boix no fue el único preso que trabajó para los
puestas, entre otros lugares, en la sede de
verdugos en la prisión. En Auschwitz trabajó el
Naciones Unidas en Nueva York; no obstante,
preso germano-polaco Wilhelm Brasse como
el fotógrafo tiene que mantener el anonimato
fotógrafo. Su tarea era tomarles las fotos a los
y vivir escondido2.
presos. En total fueron unas 50.000 fotos de
personas que casi todas fueron asesinadas. Si bien este tipo de fotos fueron tomadas por
En sus memorias cuenta que por lo menos presos y quienes resistían, necesariamente
trató de tomarles una foto digna –tarea im- presentan en el fondo la perspectiva de los
posible dadas las condiciones– (Crippa, 2015). perpetradores para quienes trabajaban. En
Además, los SS le pidieron fotos privadas y has- las situaciones donde un régimen ejerce un
ta de ciertos lugares de los campos, adornados control que cree absoluto, las fotografías que
con flores. Una de esas fotos circuló después nos llegan muestran en su inmensa mayoría
de la guerra como tarjeta postal (Szypulski, la perspectiva de los perpetradores. Es una de
2015). Cuando poco antes de la liberación de las razones que llevan a Lanzmann y a otros al
Auschwitz recibió la orden de destruir su archi-
vo, logró salvar una parte. Brasse sobrevivió,
2 Una selección de las fotografías de “Caesar“, comple-
pero nunca más trabajó como fotógrafo: las mentadas por fotografías de las mismas personas con
imágenes de las jóvenes asesinadas no que- vida, se pueden consultar en https://www.hrw.org/
news/2015/12/16/syria-stories-behind-photos-ki-
rían salir del objetivo de su cámara. lled-detainees(18/2/2017)

242 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

tajante rechazo de aquellas. Para las burocra-


cias dictatoriales eran y son un método más de
organizar, documentar y supervisar sus apara-
tos represivos. Otro caso significativo fue, por
ejemplo, el campo de exterminio de TuolSleng
–hoy museo de la memoria– en Camboya,
donde fueron torturados y asesinados unos
15.000 hombres, mujeres y niños. En ese lu-
gar tenebroso también se empleaban a algu-
nos fotógrafos permanentes para tomar fotos Figura 6. Dos víctimas de la prisión de Tuol Sleng,
Camboya. Foto : https://commons.wikimedia.org/
de busto, con un número en el pecho, de los wiki/File:S-21_deux_victimes.JPG#file.
presos destinados a tortura y muerte (Caswell,
2014). Las fotos están ahora expuestas en el fundamental: la documentación para el re-
museo3. Son, como apunta Marina Azahua, do- gistro de los propios regímenes. No todos los
cumentación del crimen, pero también,apar- regímenes optaron por ese tipo de documen-
te de ello, son “a la vez el brazo del verdugo” tación; por ejemplo, de las dictaduras latinoa-
(Azahua, 2014, p.84) [Figura 6]. mericanas no se conocen prácticas sistemáti-
cas de documentación gráfica de sus crímenes.
El fotógrafo más conocido, Nhem En (o
Donde se hicieron, estos documentos se han
NhemEin), sin embargo, no era ni preso ni di-
podido usar también en contra de aquellos re-
sidente; había sido preparado para su oficio
gímenes. El ejemplo clásico es la Alemania nazi
por los Khmer Rouges. Después del cambio de
donde ese material fue ampliamente usado en
régimen hizo buenos negocios con sus fotos
juicios. En Camboya, por lo menos sirve aho-
(Maguire, 2005, pp.4, 107; RithyPanh, 2012,
ra para exponer públicamente la crueldad del
p.15) y entró en política, mientras que su su-
régimen de los Khmer rouges, y en Siria algo
perior, el jefe de la prisión, fue confrontado con
parecido, sin duda, ocurrirá.
las fotos de Nhem En como evidencia para con-
vencerlo, en vano, de reconocer sus crímenes Pero la documentación no es el único moti-
(RithyPanh, 2012, pp.26, 55). vo con que los perpetradores toman –u or-
denan tomar– fotografías de sus crímenes.
En los casos referidos, de fotografías tomadas
De la Alemania nazi y sus aliados se conocen
por los perpetradores o sus agentes (obliga-
también fotos donde los perpetradores se de-
dos o voluntarios), estas tenían un propósito
leitan, de manera más o menos privada, en
sus crímenes. Este interés privado pudo en-
3 v. http://www.tuolsleng.com/photographs.php
(18/2/2017) trar en conflicto con la prohibición expresa de

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 243


Rainer Huhle

fotografiar por parte de las autoridades que no mucho mayores, retos que cualquier productor
siempre querían ver documentados sus críme- responsable de fotografías debería tener en
nes (Reifarth, 1983). El apogeo perverso de cuenta. Si desde una perspectiva de derechos
ese tipo de fotografías motivadas por gustos humanos podemos saludar que las fotos pro-
privados lo representan, tal vez, las fotos to- ducidas por los perpetradores, gracias a su fá-
madas en la prisión de Abu Ghraib en Iraq por cil reproducibilidad, pueden volverse en contra
soldados estadounidenses de ambos sexos. de sus autores; el control sobre las imágenes
Muestran a sus prisioneros árabes en situacio- se plantea en términos mucho más complejos
nes no solo de tortura, sino de extrema humi- cuando miramos a la producción fotográfica
llación y abuso de su dignidad humana (Binder, que cuantitativamente es de lejos la mayor: la
2013, p.295). Estas fotos, ya emblemáticas en de los reporteros gráficos.
todo el mundo por su inhumanidad, no sólo
Si los perpetradores tienen objetivos más o
fueron tomadas triunfalmente por los guardias
menos claros para sus tomas fotográficas,
de la prisión, sino también difundidas a través
como la documentación o el goce personal,
de las nuevas tecnologías de comunicación
para el reportero gráfico es más complejo
masiva que, más allá del caso de Abu Ghraib,
justificar su labor. ¿Para quién trabaja? La res-
parecen ser un vehículo global para transgre-
puesta “trabajo para mi agencia”, o “para mi
dir las barreras de vergüenza y discreción es-
sueldo”, no es vergonzosa de por sí, pero en
tablecidas en las sociedades civilizadas. Desde
el caso de fijar con la cámara escenas de gran
las “redes sociales” supuestamente privadas o
violencia no parece justificación suficiente. Así
restringidas para los grupos de amigos de los
que muchas veces se habla de la necesidad de
perpetradores, pasaron así al repertorio icóni-
“dar testimonio”, “revelar la verdad”, o “docu-
co de crueldad deshumanizante a nivel global.
mentar”. En su versión más banal, esta justifi-
Como bien señala Walter Benjamin, las obras cación justifica todo: el deber de la fotografía
de arte son siempre reproducibles. Pero las sería, como lo decía irónicamente ya en 1927
modernas técnicas de reproducción, y espe- el primer teórico de la fotografía, Siegfried
cialmente la fotografía, llevaron a que por su Kracauer, “la reproducción completa del mun-
velocidad “por primera vez podían seguir el do accesible al aparato fotográfico”. “Nunca
paso a la palabra hablada” (Benjamin, 1955, antes una época sabía tanto sobre sí misma,
p.10). Pero cuando Benjamin escribió esto si aceptamos que saber significa: tener una
hace unos ochenta años, pensaba solo en la imagen de las cosas que es similar a ellas en
producción de las imágenes reproducibles. el sentido de una fotografía. […] En verdad, sin
Los efectos de la distribución, a la velocidad de embargo, la ración semanal de imágenes fo-
luz, que hoy vivimos, nos ponen retos todavía tográficas no intenta referirse a las imágenes

244 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

originales de la realidad. Si sirviera como so- violencias políticas. Ambas características se


porte a la memoria, la memoria tendría que encuentran en las fotos de la colección, pero
hacer la selección de las imágenes. Pero el alu- ambas también están condicionadas por los
vión de fotografías barre todos sus contornos. contextos descritos por Kracauer y sus colegas.
Tan formidable es el asalto masivo de imáge-
En la edad de la imagen reproducible, el con-
nes que tiende a borrar la conciencia de los
trol que tiene el autor de una fotografía sobre
rasgos importantes contenidas en ellas. […] En
su difusión es mínimo, pese a los derechos de
las revistas ilustradas el público ve el mundo
autor. “He sido testigo y estas imágenes son
cuya percepción le impiden las revistas. […]
mi testimonio. Los sucesos que he grabado no
Nunca antes una época ha sabido tan poco so-
deben ser olvidados y no deben ser repetidos”,
bre sí misma” (Kracauer, 1963, p.33).
son palabras del famoso fotógrafo de muchas
Las condiciones tecnológicas y sociales desde guerras James Nachtwey, en la página de inicio
las cuales autores como Kracauer y Benjamin de su website. Pero si una fotografía es per-
desarrollaron sus críticas de la fotografía y el cibida como testimonio, como denuncia, como
film parecen casi idílicas en comparación con advertencia o simplemente como ilustración
la industria mediática de hoy. Si ya en los ini- violenta, depende enteramente del contexto
cios de esta industria formularon esas críticas en que es publicada. Como ya en 1931 anotó
contundentes, sus parámetros definen hoy Walter Benjamin en su “Pequeña historia de la
más que nunca el medio en el cual trabajan los fotografía” (1977) en su acercamiento, desde
reporteros gráficos (y los directores de pelícu- sus inicios como arte plástica hacia un medio
las que no son tema de este ensayo). Los fotó- documental, la fotografía requería más y más
grafos que buscan más que el shot rápido de la letra descriptiva (p.391). Para que una foto
impacto fuerte, como aquellos reunidos para documental no solo nos muestre sino que
la selección de los curadores de Yuyanapaq, también nos diga algo, la palabra explicati-
necesariamente se sitúan también en este va parece imprescindible (Yacavone, 2012,
contexto. Las obras para Yuyanapaq fueron p.42). No obstante, la interpretación de una
escogidas, según explica Salomón Lerner en fotografía nunca es propiedad del fotógrafo;
su prefacio al catálogo (2003), por obedecer a ella se construye en la interacción entre el
dos cualidades opuestas, si bien no necesaria- autor, el publicista, curador, etc. y el público, o
mente contradictorias: un registro visual como mejor dicho los públicos, porque “las imáge-
complemento a la documentación de la verdad nes no cambian, pero sí los ojos que las ven”
escrita producida por la CVR, y por otro lado, (Degregori, 2003, p.21). Solo en esta relación
un “comentario moral” sobre el dolor y los dra- multifocal se desarrolla su sentido. En esa
mas subjetivos vividos por las víctimas de las perspectiva, es instructivo comparar las fotos

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 245


Rainer Huhle

Figura 7.Mujer muestra la foto carnet de un famililar desaparecido en Ayacucho, 1984. Foto: Vera Lentz.

de Yuyanapaq con los lugares donde antes (o las fotos. El dramatismo se subraya por el uso
incluso después si fuera el caso) habían sido exclusivo de reproducciones fotográficas en
publicadas, como, por ejemplo, en la revista blanco y negro –incluso cuando los originales
Caretas o los diarios La República y otros. En eran en colores– contrastadas por un diseño
la prensa y también en el libro publicado por gráfico que solo agrega el color rojo esparcido
Caretas (2003), las fotografías pretenden a la por toda la publicación.
vez agregar un valor documental a la veraci-
dad de los textos, como inyectarlos de drama- El libro-catálogo Yuyanapaq, en cambio, toca
tismo. Los dos polos: presentar “la verdad” y otras cuerdas. El título ”Para recordar”, tra-
graficar “el espanto”, aparecen en letras gran- ducción española de Yuyanapaq, no reclama
des en la carátula, con las de “espanto” bas- verdad ni evoca espanto, sino que pone a las
tante más grandes. La pretensión documental víctimas en el centro, apoyado por la foto de la
se afirma mediante una rígida estructura cro- carátula: el par de manos campesinas con la di-
nológica y los detallados comentarios al pie de minuta foto de carné de un hombre [Figura 7].

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¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

La información de que se trata de un hom- p.18) entre estos dos polos, porque en reali-
bre desaparecido, la tenemos que agregar dad no hay fotografía que no tenga elementos
nosotros los lectores, sea por conocimiento de ambos. Tomemos como ejemplo dos foto-
de contexto o buscándola en el interior de la grafías de Yuyanapaq: la de las manos en la
obra. La tonalidad de todo el libro es de colores carátula y la de Alejandro Balaguer de mujeres
discretos, muy distante del chillido del otro li- asháninkas liberadas en 1991.
bro. Si bien se usan también fotos de violencia
llamativa, prevalecen fotografías que presen- La foto de las manos es manifiestamente una
tan el dolor y la dignidad de las víctimas. La foto compuesta por la autora. Casi al estilo de
proveniencia de las fotos no es solamente de Tina Modotti, su composición es de extrema
reporteros gráficos de prensa sino también de austeridad: bastan las manos visiblemente
fotógrafos independientes como Vera Lentz, la marcadas por el trabajo campesino y una foto
autora de la foto de la carátula, o de institucio- de carné para transmitirnos las ansias, el do-
nes de derechos humanos. Sin entrar aquí en lor, la petición y también la esperanza de esa
la posible crítica en detalle de la selección de mujer invisible que busca a su familiar. La ver-
fotos para Yuyanapaq (Portugal, 2015, p.87), dad de esta fotografía, mil veces reproducida
el proyecto refleja en cada página que en su en todos los tamaños, desde postal a afiche,
origen no estaba simplemente el afán del re- no reside en el “así fue” de un momento fugaz
portero de captar el momento dramático de captado por la cámara, sino en el resumen,
un hecho violento sino una labor cuidadosa y que la fotógrafa logra representar simbólica-
a largo plazo de recolectar un tesoro iconográ- mente, de una situación generalizada de desa-
fico para que acompañe el informe de la CVR. pariciones forzadas en esos años en la región
de Ayacucho.
No obstante estas cualidades, el proyecto
Yuyanapaq no resuelve la tensión inherente Salvando las diferencias, la fotografía de Lentz
entre, por un lado, las pretensiones (del fotó- se acerca en este sentido a lo que ha acom-
grafo) y expectativas (del consumidor ilustra- pañado a la historia de la fotografía desde
do) a “la verdad” de una foto, entendida como sus inicios: el “re-enactment” o reconstruc-
la representación objetiva de un hecho real, y ción, re-escenificación de un hecho realmente
por otro lado las intenciones de dar “un comen- ocurrido, pero que no pudo ser fotografiado.
tario moral” (del bienintencionado fotógrafo) y Varias de las fotografías más conocidas de
los deseos de ser excitado por fuertes emo- la historia son reconstrucciones en este sen-
ciones (del consumidor adicto). No me parece tido, por ejemplo, las filmaciones y fotos de
convincente el camino, propuesto por Salomón la liberación del campo de concentración de
Lerner, de buscar un “punto intermedio” (2003, Auschwitz por el Ejército Rojo, la muerte del

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Rainer Huhle

soldado republicano en el Cerro Muriano du- de una composición simbólica, como en la foto
rante la Guerra Civil Española, de Robert Capa de Lentz, o de una re-escenificación, es distin-
(Whelan, 1999), o la bandera estadouniden- ta de la verdad de una instantánea que fija un
se erigida en la isla de Iwo Jima al final de la determinado momento y lugar, pero por ello no
Segunda Guerra Mundial, posiblemente la fo- es menos verdad. Parte de su verdad, eso sí, es
también la conciencia de que, y del por qué, es
tografía más reproducida del mundo (Hariman,
una re-escenificación.
2002). También era una práctica habitual entre
los etnólogos cuando éstos descubrieron la cá- La otra foto que quiero destacar es la del fo-
mara fotográfica como nueva herramienta en tógrafo argentino Alejandro Balaguer, descrita
su disciplina (Edwards 2001, cap.7). La verdad en Yuyanapaq como “Mujeres asháninkas, libe-
radas de un campamento senderista mediante
la operación militar ‘Ene’, esperan alimentos
donados por el gobierno en Cutivireni, Junín,
1991” [Figura 8].

Lo que se lee como una descripción fáctica en


un prospecto de ACNUR (la Agencia de la ONU
para los refugiados) queda en extraño con-
traste con la fotografía correspondiente, que
es una de las más sobresalientes de la expo-
sición, por sus colores y su tamaño y que está
incluida entre los 11 “íconos visuales” que la
CVR destaca de su tesoro de imágenes. Para
mí es también la fotografía más desconcer-
tante de todas. Desconozco las circunstancias
en que fue tomada y cómo llegó a la colec-
ción de la CVR, pero lo que veo en la imagen
no tiene nada que ver con la nota explicativa.
No veo una operación militar o liberación, no
veo a alguien que espere alimentos, donados
o no. Lo que veo es la composición de un cua-
Figura 8. Mujeres asháninkas, liberadas de un campamento
dro meticulosamente arreglado, de un colorido
senderista mediante la operación militar ‘Ene’, esperan exquisito, con una mujer lactante en el centro,
alimentos donados por el gobierno en Cutivireni, Junín, 1991.
Foto: Alejandro Balaguer. rodeada por niñas, cuya expresión no revela

248 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

qué están haciendo o sintiendo. La escena, de un rasgo más que demuestra el cálculo preciso
perfecta armonía estética, está tomada desde con que está compuesta toda la foto.
un punto elevado que permite retratar la figura
Al considerar las fotografías (re-)escenifica-
central de cuerpo entero, a pesar de su posi-
das, la cuestión no es si son “falsas” o “reales”.
ción en medio de las niñas. Todo esto evoca
Tienen, insistimos, su propia verdad y su propia
asociaciones de un cuadro religioso renacen-
moral, la cual puede ser pervertida, como en
tista y no de un hecho real fotografiado en un
las también cuidadosamente arregladas fotos
momento dramático que sugiere el texto que
de los prisioneros desvestidos de su dignidad
lo acompaña. Como en esos cuadros religio-
en Abu Ghraib (Azahua, 2014, p.55). En todo
sos, las expresiones de las caras, particular-
caso, y a diferencia de una foto instantánea to-
mente de la mujer/madonna en el centro, son
mada por un reportero, cuyo valor y mensaje
equívocas, todo está bañado en un aura de
muchas veces se revela solamente después,
melancolía indeterminada. Esto le da a la foto
las fotos escenificadas son hechas para trans-
su fuerza estética –porque a pesar de todo es
mitir un valor, una verdad subjetiva del fotó-
una foto– , su poder de seducción, del cual da
grafo. No es casual que en ello se acerquen
fe el lugar destacado que se le ha concedido en
los códigos estéticos de la pintura y las artes
la exposición de Yuyanapaq.
plásticas en general. De ellas nadie espera la
Si, como todo indica, la foto es una escenifi- reproducción exacta de unos hechos (olvidán-
cación para formular con la cámara un “co- donos de los innumerables líos entre pintores
mentario moral”, usando símbolos icónicos y retratados...) sino una interpretación artística
para transmitir un mensaje, como lo hace, con subjetiva del mundo. Pero si las fronteras entre
medios radicalmente diferentes, Vera Lentz, la fotografías documentales y de “comentarios
pregunta es: ¿cuál es su verdad, su mensaje, morales” no son siempre nítidas, también es el
su comentario moral? ¿Qué emociones des- caso en las artes plásticas. El artista, periodis-
pierta esta foto? ¿Compasión? ¿Indignación? ta y antropólogo Edilberto Jiménez comenzó
¿Solidaridad? Como la interpretación de una a partir del 1996 una serie de viajes a la zona
fotografía de personas siempre depende de de Chungui, en la alejada provincia La Mar del
la triada involucrada –el fotógrafo, los retra- departamento de Ayacucho. Su propósito y
tados y los observadores– no habrá respuesta encargo era documentar las múltiples y gra-
consensuada por todos. Pero me parece que ves violaciones a los pobladores de la región,
la foto infunde ante todo un sentido de distan- de las cuales se había tenido muchos rumores
cia, producido por la posición del fotógrafo a la pero poca información precisa. En su primera
vez cercano y alejado en la altura, y el hecho expedición llevaba toda la parafernalia del do-
de que ninguna persona mira a la cámara es cumentalista: grabadora, cámara fotográfica y

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Rainer Huhle

Figura 9. Miguel Lawner explica sus dibujos, en exposición en el Museo de la


Memoria y los Derechos Humanos, Santiago 2010 (Foto: Rainer Huhle).

de filmación (Jiménez, 2009, p.98). Para la CVR hacia el pasado. El impactante realismo de es-
elaboró un minucioso registro de las víctimas tos dibujos-testimonio, finalmente publicados
y fosas clandestinas, tomando testimonios y complementados en un extraordinario libro
orales de muchos sobrevivientes. Pero, ade- (Jiménez, 2009), es consecuencia no solo de
más de esa labor profesional de recoger datos los dones del artista sino también del méto-
y documentos, en el curso de las entrevistas do de trabajo. Muchos de estos dibujos fueron
dolorosas que mantuvo con los sobrevivientes, hechos en presencia de los testigos, quienes
Edilberto Jiménez, valiéndose de su vena artís- observaron el registro gráfico de sus relatos y,
tica, descubrió una nueva forma de documen- cuando les parecía indicado, lo corrigieron.
tación: los dibujos. Registrando los testimonios
orales de los pobladores, comenzó a dibujar Dibujos de atrocidades hechos por sobrevi-
sus relatos, como si su lápiz fuera una cámara vientes existen desde muchos lugares donde

250 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

lápiz y papel eran herramientas fácilmente ac- en relatos de exprisioneros. Como Jiménez,
cesibles o, en todo caso, más fácilmente que Baldaev procuró que sus dibujos reflejen mi-
una cámara y película. nuciosamente los detalles de los relatos que
recibió, acompañándolos con explicaciones
Mencionemos por lo menos algunos: los di-
precisas (Baldaev, 2010).
bujos del arquitecto Miguel Lawner sobre sus
experiencias en la isla/prisión Dawson en el
extremo sur chileno (Lawner, 2003)[imagen
9]; los numerosos dibujos, acuarelas y otras
obras gráficas producidas en el campo de
concentración de Terezín cerca de Praga (Art
Against Death, 2006; Dutlinger, 2001); los di-
bujos coloreados, elaborados durante diez
años por la prisionera Jefrosinija Kersnowskaja
en el Gulag soviético (Kersnowskaja, 1991); los
óleos creados por el pintor cambodiano Vann
Nath después de su estancia y supervivencia Figura 10. Kolodziej, Marian: The Labirinths.
Foto: Rainer Huhle
en el campo de exterminio de S-21/TuolSleng
(Nath, 1998); y la obra extraordinaria, en sus
dimensiones y cualidad, del sobreviviente pri- La gran originalidad del trabajo de Edilberto
sionero Nº 432 de Auschwitz, Marian Kolodziej, Jiménez queda en el proceso participativo de
preservada en la cripta de una iglesia del su origen y su función particular debido a ello.
Centro Maximilian Kolbe, a pocos kilómetros Este método necesariamente limitó de alguna
de Birkenau (Kolodziej, 2009). manera la libertad creativa del artista, porque
lo que prima en sus dibujos de Chungui es la
Todas estas obras de arte, algunas de suma exactitud fáctica. Esto no les quita, sin em-
calidad, buscan dar testimonio del dolor o la bargo, expresividad y dramatismo, cualidades
injusticia sufrida. La obra que tal vez más se que son muy propias del arte en que se había
parezca a la de Edilberto Jiménez son los cien- formado Jiménez y en el cual sigue trabajan-
tos de dibujos del soviético Danzig Baldaev. do: el arte del retablo ayacuchano. Junto con
Hijo de una víctima de la “Gran depuración”, su padre, Florentino Jiménez, y sus hermanos,
era guardián de prisión y después fue policía Edilberto ha sido uno de los grandes renova-
hasta su muerte. Hizo muchos dibujos de las dores del arte tradicional del “Sanmarkos”, de-
crueldades en los campos del Gulag, algunos sarrollando su iconografía tradicional en unas
de observación propia, la mayoría basados obras de poderosa expresividad y denuncia.

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Rainer Huhle

Para diseñar bien la coreografía de los mu-


chos personajes que pueblan los cajones de
un retablo, los retablistas usan bosquejos, de
manera que existe un puente natural entre
el dibujo y el retablo. Ya antes de sus viajes a
Chuschi, Edilberto Jiménez había creado mu-
chos retablos con temas de la violencia polí-
tica, buscando nuevos formatos y expresiones
que correspondan a los horrores inauditos,
especialmente en los años ochenta. Es muy
ilustrativo observar cómo el trabajo de los di-
bujos documentales de Chuschi parece haber
influenciado su estilo como retablista, expe-
riencia que puede observarse en el libro mo-
nográfico que el IEP dedicó a su obra (Golte,
2012, especialmente pp. 90-97) [Figura 11].

Mientras en los dibujos el estilo está marcado


por la urgencia de reproducir con precisión los
hechos relatados, en los retablos hay mucho
más espacio para la imaginación, la creativi-
Figura 11. “Asesinato de niños en Huertahuaycco”, retablo y
dad y las emociones subjetivas del artista. Si dibujo de Edilberto Jiménez, 2007.
bien en los retablos que recogen los temas
que Jiménez había trabajado también en la ajeno y le añade sus propias emociones y re-
documentación gráfica, aparecen fielmente las flexiones. El resultado de este proceso de
mismas escenas, su impacto en los retablos es transformación es una obra de arte de valores
todavía más fuerte. La plasticidad tridimensio- e interpretaciones propias, que le da forma ar-
nal y los fuertes colores aumentan el impacto, tística a la crudeza de los hechos. Es esta la di-
pero todavía más las libertades que el artista ferencia profunda entre la mera reproducción
se puede tomar en la composición de las esce- fotográfica y las obras de los retablistas, ce-
nas, el dinamismo de los movimientos y la ex- ramistas y otros artistas que han trabajado en
presividad de las emociones. En los retablos se Ayacucho –o en otros lugares a donde tenían
refleja el terror vivido y relatado por los super- que huir– sobre los terribles actos de violencia
vivientes de Chuschi, pero a la vez el profundo política, continuando los patrones estéticos del
sentir del artista que hace suyo el sufrimiento arte popular ayacuchano.

252 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

Un buen ejemplo es el crimen que tal vez ha obviamente no podían documentar la matan-
despertado más atención que cualquier otro za sino meramente la llegada y la labor de
durante las dos décadas de violencia en el las autoridades durante esos primeros días.
Perú: la muerte de los ocho periodistas en Grande fue entonces la expectativa cuando,
Uchuraccay, cuyas circunstancias y motivos casi cuatro meses más tarde, se encontró en
precisos siguen sin esclarecerse en su totali- las afueras del pueblo la cámara del fotógra-
dad, a pesar de sentencias judiciales, una ofi- fo Willy Retto, una de las víctimas, que toda-
cial Comisión Investigadora de los Sucesos de vía contenía las últimas fotografías que Retto
Uchuraccay (Guzmán, 1983), un largo capítulo pudo tomar antes de ser abatido. Sin embargo,
en el Informe de la CVR (CVR, 2003, cap. 2.4) estas fotos, publicadas miles de veces en todo
y una serie de análisis cuidadosos (Del Pino, el mundo –también en Yuyanapaq– no revelan
2003; Falconí, 2010; Tipe, 2015). No puede sor- una historia coherente. Al contrario, han sido
prender que el crimen de los periodistas captó interpretadas de maneras contradictorias y a
de manera excepcional la atención de sus cole- veces arbitrarias, sirviendo para cimentar las
gas de la prensa. Apenas llegaron los primeros diferentes tesis que cursan sobre los motivos
reporteros a la zona, algunos días después de y las circunstancias de las muertes (Del Pino,
la matanza, se tomaron y difundieron las pri- 2003; Arenas, 2012; Poole, 2015). Esta serie
meras fotografías en los medios de Ayacucho de fotos son un caso ejemplar de los límites del
y de Lima. Varias de ellas eran de contenido valor documental de las fotos “auténticas”: sin
brutal y, junto con los titulares gigantescos, conocimiento de las circunstancias lo auténtico
no habla, pero sí emociona sobremanera. No
de presentación chillona. Una de ellas mos-
probando más que su mera existencia, ésta
tró los restos exhumados de los periodistas,
misma, junto con su inexistencia pública du-
desnudos en la tierra, con letreros fijados por
rante varios meses, contribuyó al surgimiento
una piedra en sus pechos. Fue publicada por
de numerosas especulaciones sobre las muer-
Caretas y el Diario Oficial El Peruano, y por ra-
tes tan misteriosas. Por esa aura de misterio,
zones que difícilmente encajan con lo expues-
y no solo porque las víctimas eran periodistas,
to en el prefacio, llegaron también a posiciones
Uchuraccay se convirtió en el hecho más em-
prominentes en Yuyanapaq (en el libro la foto
blemático de la violencia, fuera de proporción
cubre una doble página). Algunas de estas fo-
con el resto de muertes y desapariciones.
tografías se exhibieron también en la plaza de
Huamanga en la ocasión referida al inicio de Cuando las fotografías no hablaban, fueron
este ensayo. Si muchas de estas fotos de los artistas quienes buscaron darle sentido a lo
primeros días de reconocimiento del lugar de incomprensible. Florentino Jiménez, junto con
los hechos destacaron por su sensacionalismo, sus hijos Edilberto y Claudio, hizo un retablo

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 253


Rainer Huhle

grande, de tres pisos y una “corona”, titulado la época: que los campesinos que cometieron
“Mártires de Uchuraccay”. El término “mártir” los asesinatos estaban manipulados por unas
para los periodistas asesinados ya se había es- manos externas. En los siguientes pisos del
tablecido en el discurso público, incluso en un retablo, Ramírez amplía el foco cada vez más.
timbre de Correos del Perú, pero los Jiménez De la microperspectiva de Uchuraccay llega a
le devolvieron su significado religioso: en los presentar, en partes iguales, el “arrasamien-
tres pisos se narra con detalle la subida de los to” de los militares y el “ajusticiamiento” de
periodistas a las alturas, la matanza y el escan- los senderistas, ambos crueles y sangrientos.
daloso entierro. Incluso los ocho periodistas y Finalmente, en el piso inferior, que le da su
su guía local son designados por sus nombres. título “Pobrechalla campesino” al retablo, él
Un zorro en su camino avisa malos augurios también pone todo en un contexto religioso:
según las creencias andinas, mientras toda la mientras el diablo y Dios (con una pancarta con
obra está coronada por tres elementos de la la palabra “paz”) se enfrentan desde ambos la-
pasión de Cristo: el camino hacia el Gólgota, la dos, los siete pecados mortales personificados
muerte en la cruz y el sepelio por las mujeres presiden un pueblo impotente entre las dos
(v. Huhle, 2014). La obra puede ser leída como fuerzas violentas que lo vienen atacando de un
una analogía entre el destino de Jesús y de los lado y otro.
periodistas, o también como la incorporación
Ambas obras, como también los retablos men-
de lo sucedido en Uchuraccay en el marco más
cionados de Edilberto Jiménez y muchas otras
amplio de la vida humana: del sufrimiento a la
que aquí no cabe mencionar (v. Huhle, 2003),
redención. En todo caso, la obra manifiesta una
contienen escenas de cruel violencia. Son im-
clara voluntad de interpretar lo sucedido en los
pactantes, pero de manera distinta a la de mu-
términos de las creencias que comparten los
chas fotografías. Mientras éstas nos avasallan
artistas ayacuchanos, y que son propias de la
por su real o pretendido realismo en el sentido
tradición de los retablos mismos.
del “así fue”, el realismo de las obras de arte es
Los Jiménez no fueron los únicos artistas que del tipo “así lo veo yo y así lo entiendo.” La dife-
buscaban darle sentido a esas muertes tan rencia no reside en el grado de violencia mos-
extrañas. El joven retablista Teodoro Ramírez trada sino el acto humano del artista de darle
también pone Uchuraccay en un contexto in- forma y, muchas veces, también sentido a los
terpretativo más amplio. Su relato, en cuatro hechos; un sentido que podemos aceptar o no,
pisos, recoge más detalles de los reportes de pero que nos da un puente frente a los hechos
prensa de la época, como p.ej. el uso de licor crudos porque sentimos que no estamos solos
durante la matanza. Y visualiza de manera frente al horror reproducido en una imagen,
drástica una de las hipótesis que abundaba en sino en compañía de otro ser humano sensible.

254 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

Por esta calidad apreciamos y necesitamos las de la historieta Rupay (Rossell, 2009), se pre-
obras de los artistas. senta un relato muy reflexivo sobre los suce-
sos, sus causas y explicaciones, valiéndose de
El punto aquí, sin embargo, no es establecer
un estilo gráfico moderado y de interesantes
una oposición esquemática entre fotografía y
incorporaciones de copias de la prensa e inclu-
artes plásticas. Ambas son modalidades de las
so de una tabla de Sarwa. La carátula de Rupay
artes visuales, y ambas pueden ser portadoras
también construye un puente entre historieta
de creaciones artísticas sensibles, pero tam-
y otros medios: exhibe un dibujo con una répli-
bién magnificar la violencia sin transformarla
ca de la fotografía de Vera Lentz que también
en un mensaje humanista. Un craso ejemplo
está en la carátula de Yuyanapaq. Que esta
me parecen los numerosos óleos del colom-
foto se preste a usos tan variados nos puede
biano Fernando Botero que repintan en fuertes
llevar a unas reflexiones finales en este breve
colores las fotografías de las torturas de Abu
ensayo. No cabe duda que la foto es producto
Ghraib, tal vez con la intención de denunciar-
de una imaginación artística que no se queda
las, pero que no hacen más que reproducir de
manera aún más chillona las fotos originales. atrás respecto a las obras de artes plásticas.
“Mostrar sangre, heridas de balas y cadáveres Apunta a ese gran malentendido de que la fo-
amontonados reduce el valor de la víctima,” tografía sea un medio objetivo que representa
dice la artista palestina Samia Halaby (2016, la realidad, mientras que las artes plásticas son
p.154). En su serie de dibujos sobre la masacre expresiones subjetivas que solo representan el
de Kafr Qasem, ella opta por retratar a las víc- sentir de su autor. Se sabe bien que no es así,
timas con nombre propio, la mirada dirigida al pero la demanda insaciable de los medios de
espectador en momentos antes de su muerte. comunicación masiva por fotografías para so-
La dignidad de las víctimas es prioridad absolu- portar sus relatos reproduce permanentemen-
ta para Halaby. En ello se distingue radicalmen- te esa falsa disyuntiva. La foto con las manos
te de muchos dibujos sobre temas de violencia y el carné nos indica que la fotografía también
que con frecuencia caen en el sensacionalismo tiene poderes más allá de lo documental; es
estético, como, pese a su cuidadosa investiga- más, que lo documental puede adquirir dimen-
ción, muestra la historieta gráfica “Barbarie” de siones simbólicas propias de las artes. La foto
Jesús Cossio (2010). En otra historieta anterior, de Lentz es también la foto de una foto, de una
en cambio, del mismo Cossio junto con dos au- sencilla foto de carné. Pero en las manos de la
tores más, se demostró que también ese gé- familiar de una persona desaparecida, la foto
nero históricamente proclive a la estridencia, se transforma: de un documento hecho para
es capaz de expresar mensajes meditados y probar, mediante la similitud facial, la identi-
diferenciados. En el capítulo sobre Uchuraccay dad entre la imagen y una persona presente,

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 255


Rainer Huhle

Figura 12. Mujeres de luto presentando fotografías de sus familiares


desaparecidos, Putumayo colombiano. Foto: Erik Arellano.

se convierte en un símbolo de la ruptura entre grandes, las fotos son llevadas por los familia-
imagen y persona, de la ausencia de esa per- res en sus cuerpos, en el pecho, en la cabeza,
sona y en el reclamo por la re-presencia de en las manos, reclamando: “Con vida los que-
la persona desaparecida. En todos los países remos”. La fotografía de carné, de naturaleza
donde existen numerosos casos de desapari- estéril e invasiva, en las manos y los cuerpos
ciones forzadas, las fotos de carné se han con- en movimiento de los familiares adquiere vida
vertido en el símbolo visual de la búsqueda. De y difunde empatía [Figura 12].
tamaño carné hasta ampliadas en formatos

256 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


¿Qué nos hacen y qué hacemos con las imágenes de violencia?

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+MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260 259


Rainer Huhle

Rainer Huhle - rainer.huhle@menschenrechte.org


Autor independiente. Politólogo y especialista en derechos
humanos y políticas del pasado, así como en política y cultura
de América Latina, vive en Nuremberg, Alemania. Es miembro
de la directiva del Centro de Derechos Humanos de Nurem-
berg (NMRZ) y co-redactor del sitio www.menschenrechte.org
de dicho Centro. De 2008 a 2016 fue vicepresidente del Con-
sejo Directivo (“Kuratorium”) del Instituto Alemán de Derechos
Humanos, Berlín. Desde 2011 es miembro del Comité de la
Convención contra la Desaparición Forzada de Naciones Uni-
das, actualmente su vicepresidente. Trabajó de 1997-1999
como experto en la Oficina del Alto Comisionado de Naciones
Unidos para los Derechos Humanos en Bogotá.
En 2009/10 fue miembro del equipo curatorial de la exposi-
ción permanente sobre el Tribunal de Nuremberg, en la histó-
rica sala del Tribunal, que se inauguró en 2010. Actualmente
enseña el curso sobre Justicia Transicional en el Programa de
Maestría de Derechos Humanos en la Universidad de Erlangen/
Nuremberg.
Es autor de numerosas publicaciones sobre derechos huma-
nos y memoria histórica, así como sobre política, historia y cul-
tura de América Latina. Algunas publicaciones con relación al
ensayo presentado.

260 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 233-260


REFLEXIONES FINALES PARA EL DEBATE

264
ISSN: 2523-112X

Reconciliación, reconocimiento y
redistribución
Reconciliation, recognition and redistribution

José Ignacio López Soria

Como es sabido, el término reconciliación tiene una larga historia; está relacionado tanto con la
tradición religiosa como con la política. En el mundo de las creencias católicas, la reconciliación del
hombre con Dios es condición de la salvación, mientras que en el ámbito político la conciliación de
los intereses individuales y los grupales era la condición de la convivencia pacífica entre los ciuda-
danos de la polis griega, como debía serlo el encuentro entre sociedad civil y Estado modernos,
según la concepción hegeliana. Pero en este artículo, mi objetivo no es dar una clase de filosofía
política, sino ofrecer algunas reflexiones sobre la reconciliación en el Perú.

El tema de la reconciliación se puso en agenda entre nosotros con motivo de la creación de la


Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR). Se sabe que, inicialmente, la CVR iba a ser solo,
como en otros países, comisión de la verdad, pero luego se incluyó la reconciliación, y se hizo
por iniciativa y presión de la parte del sector social que había sido más permisivo con los abusos
cometidos en la lucha contra el terrorismo. Que la reconciliación haya entrado en la agenda pú-
blica en ese contexto y haya sido promovida por ese sector de la sociedad lleva a que esta rica
categoría de la convivencia humana sea entendida en términos de “perdón” y se aplique prefe-
rentemente a aquellos que, habiendo estado de un lado, el de la represión, hayan cometido abu-
sos (“pecados”). La reconciliación es, así, entendida como resultado o consecuencia del perdón

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 265-271 265


José Ignacio López Soria

de otros y, en general, de la sociedad hacia los En la modernidad, el concepto de reconcilia-


que han abusado de la violencia. Si se trata ción está estrechamente ligado al de reco-
de los subversivos, se añade a ello la idea de nocimiento. Se parte de la constatación de
“arrepentimiento” como condición para recibir, que los seres humanos, aunque diferentes,
como en la “confesión”, el perdón de los abu- viven siempre asociados por razones que
sos cometidos. Frecuentemente nos escanda- van desde afinidades electivas hasta las di-
lizamos de que, cumplida su condena, salga ferentes formas de coerción y dominación.
de la cárcel un terrorista sin señal alguna de Cuando el colectivo se constituye electiva-
arrepentimiento. Es decir, hemos envuelto el mente, se conocen las diferencias, y la ges-
asunto de la reconciliación dentro de la ma- tión exitosa de la convivencia se pone o bien
lla de las creencias y ritos cristianos de signo en la articulación de las mismas mantenién-
conservador, con lo cual hemos empobrecido dose como diferentes (en lo que consiste el
el concepto de reconciliación mismo y hemos verdadero reconocimiento), lo que es muy
debilitado el aspecto medular de la CVR, el de raro en sociedades grandes y complejas, o
la verdad, que se centró en dar cuenta de la bien en su paulatina homogeneización hasta
violencia relacionada con el terrorismo de las que las diferencias vayan quedando difumi-
últimas décadas, pero haciendo referencia a nadas, al menos formalmente. En el proceso
los problemas estructurales de justicia e ins- de debilitamiento de las diferencias juega un
titucionalidad que afectan de antiguo a la so- papel no menor la idea de la universalidad
ciedad peruana. Digo esto último porque si se concebida a partir del ámbito de lo sagrado
entiende la reconciliación solo como referida
(todos los hombres son hijos de Dios) o de lo
a los abusos cometidos durante la época del
profano (todas las personas son igualmen-
terrorismo, entonces también la verdad de los
te dignas por pertenecer a la especie hu-
abusos de la violencia se agota en la referen-
mana). Cuando la convivencia, como ocurre
cia a los actos mismos realizados durante esos
muy frecuentemente, se constituye coerci-
años, quedando debilitada la idea –reiterada
tivamente; es decir, cuando es resultado del
por la CVR– de que la verdad de lo ocurrido re-
ejercicio de la violencia de unos hombres so-
mite a condiciones históricas estructurales de
bre otros o de unos pueblos sobre otros (y
la nuestra sociedad.
este es nuestro caso), entonces se conocen
Es preciso, por tanto, recuperar, aunque sea en también las diferencias, pero no se recono-
trazos gruesos, el sentido profundo del con- cen como valores respetables y, por tanto,
cepto (secularizado) de reconciliación desde se articula la convivencia de tal manera que
la perspectiva de nuestra propia experiencia unas personas queden estructural y defini-
histórica. tivamente subordinadas a las otras. Esto es

266 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 265-271


Reconciliación, reconocimiento y redistribución

a lo que los actuales estudios culturales lla- que otros alcancen sus fines a través de las
man “subalternidad”. diversas formas de dominación.

Debe tenerse bien en cuenta, a partir de las En el Perú sabemos bien que la sociedad, con
reflexiones iniciales de Weber y de los estu- características territoriales, poblacionales,
dios contemporáneos de Zygmunt Bauman, políticas y culturales diversas a las actuales,
que lo que hoy llamamos modernidad dura existía antes de las conquistas y colonizacio-
–aquella que irrumpió con los “descubri- nes hispánicas, y se atenía a normativas (en
mientos”, conquistas y colonizaciones y que plural) autóctonas. Con respecto al tema que
se objetivó en la constitución de los imperios aquí nos interesa, lo que estas conquistas y
y luego de los estados-nación– se caracte- colonizaciones aportaron fue precisamente el
rizó, entre otras cosas, por la normalización “desconocimiento” del valor de esas normati-
tanto de las esferas de la cultura (el cono- vas y, en general, de las formas de vida y de
cimiento, la legitimación y la representación organización social y política preexistentes.
simbólica), como de los subsistemas socia- El orden autóctono fue siendo sometido a (o
les e incluso de la construcción de la sub- sustituido por) el orden impuesto por los con-
jetividad y la atribución de identidad. A esa quistadores. Lo importante es que este nuevo
normalización se la llama “racionalización” orden obedecía a una lógica diversa, a una ra-
autorreferencial porque se tiene a sí mis- cionalidad exclusivamente instrumental que
ma como fundamento y, por tanto, no tiene entiende lo autóctono en general solo como
ya necesidad de recurrir a lo sagrado para medio para conseguir los fines propuestos por
atribuirse solidez y legitimidad. El proceso la colonización, fuesen estos materiales (ex-
al que aludimos es enormemente comple- tracción de recursos naturales, explotación,
jo y se extiende a lo largo de varios siglos, enriquecimiento, etc.) o “espirituales” (“civili-
comenzando con los asomos de la era mo- zación”, cristianización, etc.). A este respecto,
derna, avanzado el siglo XV. Puede, sin em- no hay diferencia sustancial entre la perversi-
bargo, afirmarse (especialmente a partir de dad del explotador inclemente y la caridad del
las reflexiones de la Escuela de Frankfurt), predicador bondadoso.
que esa racionalización se tradujo en dos
tipos de racionalidad: la emancipadora, que La eliminación y extirpación de lo preexisten-
atribuye centralidad al ser humano y trata de te o su mantenimiento, atribuyéndosele otra
liberarlo –en su vida individual y social– de función y resignificándolo para que quedase
las trabas premodernas, y la instrumentali- incorporado a la nueva lógica, eran los instru-
zadora, que reifica o cosifica a las personas y mentos preferidos de dominación. Se va cons-
a los pueblos convirtiéndolos en medios para truyendo así un patrón de poder y de saber,

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 265-271 267


José Ignacio López Soria

tendencialmente global, que, según la concep- monarquía colonial a la forma republicana. A


ción de Aníbal Quijano, tiene tres característi- los problemas estructurales ya existentes por
cas principales: a) atribución de centralidad a la imposición de un orden colonial sobre lo au-
Europa en todos los aspectos (epistémicos, tóctono se suma ahora la desadecuación entre
axiológicos, económicos, políticos, culturales el orden republicano, de un lado, y, del otro, la
…), lo que lleva a la desvalorización de la “peri- continuación de la colonialidad en la confor-
feria”; b) articulación de las diversas formas de mación de la sociedad, en el horizonte de sig-
trabajo (desde la salarial hasta la esclavizada) nificación y provisión de sentido y en la cons-
y sus productos en beneficio del capital; y c) trucción de la subjetividad. Nada de esto queda
utilización del concepto de raza como “criterio” sin consecuencias en la política. Esta situación
de codificación de valor de los seres humanos hace que el Estado republicano –en la mayor
(y sus culturas, capacidades y producciones), parte de su actuación– haya desempeñado el
considerando de mayor valor a los blancos y papel de sostenedor de una conformación so-
poniendo a los demás en diversos escalones cial y de un mundo simbólico atravesados de
de subalternidad. colonialidad.

Este patrón “civilizacional”: a) va “dando forma” De las reflexiones anteriores se puede colegir
a una sociedad basada en el desconocimiento que la falta de reconocimiento de lo autócto-
y la desvaloración de lo autóctono (el mundo no (tanto de las personas como de sus capaci-
de “lo político”); b) elabora una cultura, “pro- dades, expresiones culturales y producciones)
visora de sentido”, acorde con esas actitudes ha sido una constante desde los inicios de la
básicas; y c) organiza la gobernanza o “puesta conquista hasta nuestros días. Ello no significa,
en escena” del poder político (el mundo de “la sin embargo, que las poblaciones autóctonas
política) para asegurar la implantación del pa- se hayan fácilmente resignado a la condición
trón de dominación y “vigilar y castigar” cual- de subalternidad que el sistema les atribuía.
quier desviación, resistencia o rebeldía contra Desde el inicio se conocen múltiples manifes-
el nuevo orden. taciones de resistencia, desde las que tienen
que ver con la conformación de la sociedad
No vamos a entrar en un debate al respecto,
y las relaciones sociales hasta las culturales
pero sabemos bien que la independencia y la
y simbólicas, sin dejar de lado las propias del
instauración de la república no significaron un
mundo de la política.
cambio sustantivo en la “dación de la forma” y
“provisión de sentido” a nuestra sociedad, aun- Como consecuencia de esta resistencia y, en
que sí son evidentes los cambios en la “puesta general, de la creatividad de los diversos pue-
en escena” de la vida política al pasarse de la blos que habitan nuestro territorio, el Perú es

268 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 265-271


Reconciliación, reconocimiento y redistribución

un país multidiverso que, sin embargo, arras- Una verdadera reconciliación en nuestra
tra de antiguo la tradición de eliminar la di- sociedad debería comenzar por el reconoci-
versidad, arrinconarla o articularla generando miento de la diversidad (étnica, lingüística,
subalternidad, explotación y dominación. cultural, territorial…), en el sentido de tomar
conocimiento de ella y, muy especialmente,
A estas formas de desconocimiento del valor
de valorarla, de considerarla una ventaja, una
de la diversidad se ha añadido recientemente
oportunidad (en sentido del kairós griego) de
otra, la inclusión, convertida hoy en política de
enriquecimiento mutuo y de gozo. Deberíamos
Estado y saludada por muchos como un signo
cuidar con esmero esa diversidad, procurando
de progreso por su condición de estrategia para
que despliegue todas sus potencialidades en
cerrar brechas, de evidente injusticia, relaciona-
una interrelación digna (y, por tanto, justa), en-
das con educación, salud, salario, servicios pú-
riquecedora y gozosa entre sus componentes.
blicos, etc. No se tiene en cuenta, sin embargo,
En vez de recurrir, a la antigua, a estrategias de
que incluir significa encerrar, concretamente,
marginación, explotación, racialización, etc., o,
encerrar al otro en nuestro propio mundo, obli-
a la moderna, a políticas de inclusión y homo-
gándolo o induciéndolo a desprenderse, en el
geneización, tendríamos que aprender, como
proceso de inclusión, de sus propias pertenen-
diría Alain Touraine, a vivir fructífera y gozo-
cias (lingüísticas, culturales, laborales …) como
samente juntos siendo diferentes. Ello supone
condición necesaria para ser incluido. Además
que estamos dispuestos a despojarnos de los
de este despojo, se le obliga –y esta es la con-
elementos de violencia de nuestras propias
dición suficiente– a apropiarse de otros len-
tradiciones y a gestionar acordadamente los
guajes, horizontes de sentido, competencias,
disensos y los conflictos, que, naturalmente,
capacidades y formas de vida para garantizar el
seguirán presentándose.
éxito de la inclusión. Para ello se parte –aunque
sea de manera no necesariamente consciente Como hemos dicho, la reconciliación que aquí
ni malintencionada– del no reconocimiento del se propone tiene que ver con problemas es-
otro como portador de dignidad y de valores, y, tructurales que nos vienen de antiguo y, pre-
además, del no reconocimiento de uno mismo cisamente por ello, no se agotan en el perdón
como perteneciente al (o al servicio del) sector por abusos recientes de la violencia ni –lo que
social que impuso y mantiene ese patrón de po- es más importante– en el reconocimiento del
der y de saber que produce subalternización y derecho a la diferencia. Se refiere, además y no
exclusión. Una vez más, con las políticas de in- lateralmente, a la producción y distribución de
clusión se trata de curar las patologías (efectos) los bienes sociales y, por tanto, ni es ni pue-
que el orden social imperante produce, deján- de ser ajena a la justicia. Como ha argumen-
dose intactas las causas. tado Nancy Fraser, sin justicia distributiva no

+MEMORIA(S) 2017, N°1, 265-271 269


José Ignacio López Soria

es posible una verdadera reconciliación, pero La gestión de esa relación de manera cuerda
esta incluye además el reconocimiento del y justa es la base para una convivencia digna,
otro como portador de dignidad y de valores. enriquecedora y gozosa –aunque no exenta
Aunque se trate de conceptos diversos, entre de conflictos– de las diversidades que consti-
reconciliación, reconocimiento y redistribución tuyen nuestra sociedad.
hay una estrecha relación de copertenencia.

270 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 265-271


Reconciliación, reconocimiento y redistribución

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Paideia Galiza F/ Morata. 1979. La ética protestante y el espíritu del
capitalismo (5ª ed.). Barcelona: Península.

José Ignacio López Soria - jilopezsoria@gmail.com


Profesor de la Universidad Nacional de Ingeniería y director
del Centro de Historia de la misma Universidad. Licenciado en
Filosofía por la Facultad Complutense de Filosofía (hoy Uni-
versidad de Comillas de Madrid). Doctor en Filosofía y Doctor
en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ph.
D. (Filosofía) por la Academia de Ciencias de Hungría. Docente
universitario desde 1966 en el Perú y varios otros países. Au-
tor de 26 libros de filosofía, historia y educación, y de numero-
sos artículos. Varias de sus contribuciones de los últimos años
están centradas en la interculturalidad.

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RESEÑAS

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Reseñas: Poéticas del duelo. Ensayos sobre arte, memoria y violencia política en el Perú

VICH, VÍCTOR
(2015)
Poéticas del duelo. Ensayos sobre
arte, memoria y violencia política en
el Perú.

Lima: IEP, 314 pp.

Por Iván Ramírez Zapata

Este libro se pregunta por el lugar que ocupan


las producciones artísticas y culturales en la
reflexión sobre el conflicto armado interno. A
lo largo de sus doce capítulos presenta una se-
rie de ideas valiosas que vale la pena ponderar.
Me detendré en los tres aspectos que consi-
dero más relevantes: 1) el argumento central,
2) la intención política del autor, y 3) la idea de
duelo.

La tesis del libro es que son las representa-


ciones simbólicas, vehiculizadas por objetos
artísticos, los agentes que vienen interpelan-
do y cuestionando con mayor insistencia los la expansión de Sendero Luminoso; el debilita-
imaginarios ciudadanos, introduciendo lenta- miento de los lazos sociales producto de la vio-
mente en ellos las principales conclusiones del lencia; y la existencia de un trauma nacional,
Informe Final de la CVR. Leyendo los ensayos manifestado fundamentalmente en los miles
puede colegirse que aquellas conclusiones que de peruanos que permanecen desaparecidos.
específicamente estarían siendo puestas en
el centro del debate público a través del arte En varios pasajes, se nos dice que estas cons-
serían las que versan sobre los crímenes co- tataciones están “prohibidas de revelarse” (p.
metidos por agentes estatales; las violaciones 35), que son “algo fundamentalmente invisibi-
de derechos humanos políticamente respalda- lizado” (p. 236) y que constituyen aquello que
das por los gobiernos de turno; el colapso de “sigue siendo reprimido por el discurso oficial”
la autoridad política; el abandono de varias dé- (p. 291). Es decir, subyace al libro la premisa de
cadas de la educación superior, lo que facilitó que las constataciones de la CVR constituyen

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Iván Ramírez Zapata

una realidad negada por el Estado y varios sec- encuentra presuntamente oculto parece difícil
tores sociales. de sostener. Así, al afirmar que el principal va-
lor de esta producción artística está en develar
Esta presunción coincide con la reacción de
lo silenciado, Vich le da al blanco equivocado,
buena parte de la opinión pública ante la publi-
guiado por un compromiso ético-político que
cación del Informe Final en el año 2003. Este
paso a comentar.
mostró que las violencias terrorista y estatal al-
canzaron magnitudes que hasta ese momento Un aspecto central de las obras que el libro tra-
nadie había imaginado. Se trató, pues, de una ta es su carácter de denuncia. Al mostrar aque-
verdadera sorpresa, razón por la cual muchos llo que la historia oficial oculta, estas buscarían
afirmaron que los abusos y crímenes de esos hacernos “sujetos más conscientes de las deu-
años, así como quienes los sufrieron, habían das que la historia ha dejado con el presente”
sido invisibles para el resto del país. Despierta (p. 292), porque intentan “restaurar la verdad
sospecha que a más de 10 años de entregado de lo sucedido” (p. 293) y hacen “emerger en la
el Informe Final se siga sosteniendo que esta- esfera pública una verdad traumática que hoy
mos ante una historia negada o desconocida. seguimos sin querer afrontar” (pp. 297-298).
Hacer revista de algunos hechos refuerza este Esto es coherente con la intención pedagógi-
escepticismo: recordemos que la misma CVR ca del libro, explicitada en la introducción. Se
fue una iniciativa oficial, que de su trabajo se revela así un punto de partida moral seguro y
desprendió la política estatal de reparaciones definido, el cual postula la necesidad de cono-
que hoy continúa ejecutándose, que la expo- cer los hechos de violencia en función de lograr
sición museográfica Yuyanapaq (contraparte justicia para los deudos del conflicto interno y
visual del Informe Final) está en permanen- darle mayor presencia pública al enfoque de
te exposición en el Ministerio de Cultura, que derechos humanos.
hay un presidente en la cárcel por corrupción
Esta postura atraviesa al grueso de ensa-
y violación a los derechos humanos, y que el
yos –con notables excepciones, como el en-
Ejército ha publicado un libro conteniendo su
sayo que analiza tres películas–. Menciono
versión oficial sobre el conflicto interno.
tres ejemplos. El autor elogia los retablos de
¿En qué consistiría, entonces, el silenciamien- Edilberto Jiménez, principalmente porque
to o negación de esta etapa? Si bien me pare- dan testimonio de diversos crímenes en las
ce correcta la afirmación que postula al arte comunidades ayacuchanas; describe las can-
como una de las vías principales por las cua- tutas de Ricardo Wiesse como un aconteci-
les avanza la discusión sobre el conflicto, que miento político que nombra un crimen que el
su potencial radique en mostrar algo que se fujimorato silenciaba, y subraya que las fotos

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Reseñas: Poéticas del duelo. Ensayos sobre arte, memoria y violencia política en el Perú

de Gladys Alvarado de los restos de El Frontón Luminoso? Si dichas fotos no dicen nada de
revelan al poder oficial intentando silenciar esto, ¿acaso aquello que revela no es sino el
una masacre. No encontramos, sin embargo, aspecto más superficial y genérico de este
observaciones ni cuestionamientos a lo que evento, a saber, una masacre cometida por el
estas obras ofrecen, ni mayor comentario Estado? ¿Y cómo dialogan estas producciones
sobre sus límites. Y aun si un ejercicio crítico entre sí? Dado su interés en el aspecto de de-
como este no fuera de interés para el autor, nuncia, preguntas como estas quedan fuera
puede alguien preguntarse si esto sesga su del radar de Vich.
argumentación.
Finalmente, acercarnos a la idea de duelo que
Aceptemos que lo más rescatable en los reta- el autor propone permite explorar los límites
blos de Jiménez está en informarnos sobre la del libro. Vich entiende el duelo como la ca-
violencia, y en cómo fue experimentada. Pero, pacidad de llorar por la muerte de los otros y
¿no es este el hallazgo más repetido por ac- sostiene que se trata de una condición para
tivistas y organismos de derechos humanos? la constitución de una nación. Asimismo, de-
Si este es el caso, ¿cuál es el aporte particular nomina “poéticas del duelo a aquellas inter-
de estos retablos si, como acostumbra hacer venciones que tienen como finalidad llamar la
el activismo, dicen mostrar lo oculto?, ¿preten- atención sobre los peligros de evadir o reprimir
der una y otra vez denunciar ciertos hechos tales hechos” (p. 263). Las poéticas del duelo,
no puede conducir a fatigar la compasión o además, permitirían encontrar vías alterna-
solidaridad del expectador? Si las cantutas de tivas para contar hechos traumáticos y cons-
Wiesse surgen señalando un crimen que cuen- tituirán una plataforma que demanda seguir
ta con la complicidad del gobierno, ¿qué sen- escarbando aquella verdad que “aún sigue
tido adquieren una vez que los responsables incompleta”, la misma que se manifestaría en
están en prisión y el caso es sancionado por la aquellos cuerpos de personas desaparecidas
justicia? ¿Estamos ante una obra que caduca que permanecen sin buscarse, en las violacio-
una vez que lo silenciado es hecho público? nes de derechos humanos que no están judi-
Si las fotos de Alvarado interesan, sobre todo cializadas, y en quienes demandan “que el Plan
porque muestran la pretensión oficial de bo- Integral de Reparaciones comience a cumplir-
rrar una masacre del recuerdo público, ¿qué se” (p. 295).
hay del hecho aparentemente paradójico, pero
crucial para entender las polémicas en torno Aquí deben notarse dos cosas. Primero, que
a este evento, de que se trató de una acción al tener como principal referente la muerte
dirigida contra una población penal conforma- del prójimo, el duelo es un concepto vincula-
da en gran medida por miembros de Sendero do directamente con las víctimas mortales del

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Iván Ramírez Zapata

conflicto. Segundo, que en la enumeración de el asesinato de autoridades locales, los con-


aquello que constituiría esa verdad incomple- flictos intercomunales e interfamiliares, o la
ta encontramos un énfasis en la victimización transformación de los paisajes rural y urbano?
mortal: los juicios corresponden en su mayoría
Sin duda, tanto el costo humano del conflicto
a desapariciones o asesinatos mientras que
como las responsabilidades por lo sucedido
la desaparición es una forma de victimización
no deben ser olvidados. Pero también es cier-
mortal. Solo la referencia a las reparaciones
to que permanecer en el mismo discurso de
amplía ligeramente este énfasis. Si esto es así,
hace más de una década, caracterizado por la
¿qué es lo que el arte presente en este libro
denuncia y la mostración del dolor, ignora los
tiene que decirnos sobre quienes, para bien
esfuerzos que las personas afectadas y el país
o para mal, sobrevivieron? ¿Cómo entran en
entero hacen para reconstituirse como tales,
estas representaciones las miles de personas
para ser cada vez más ciudadanos, en un caso,
que sufrieron prisión injusta, los cientos de
y para reconstruir su tejido social, por el otro.
miles de desplazados o migrantes forzosos, o
Omitir estas dinámicas aleja al arte, o a los
situaciones distintas de la muerte pero asocia-
discursos sobre el arte, de las preocupaciones
das con ella, como la desintegración familiar?
asociadas al conflicto interno que van abrién-
¿Y cuál es el espacio para un lenguaje artístico
dose conforme pasan los años y que exigen
que, sin dejar de lado las pérdidas humanas,
también respuestas.
no hagan de estas el centro de su producción y
apueste por relacionar dichas pérdidas con fe-
nómenos como el vacío político provocado por

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Memorias del presente. Ensayos
sobre juventud, violencia y el
horizonte democrático.

Lima: Ministerio de Cultura y Lugar


de la Memoria, la Tolerancia y la
Inclusión Social, 245 págs. 2017.
Por Julio Abanto Chani
En los últimos años se viene prestando mayor
atención a los estudios sobre el papel de la ju-
ventud en la sociedad posconflicto. El libro de
Dynnik Asencios La ciudad acorralada. Jóvenes y
Sendero Luminoso en Lima de los 80 y 90, publi-
cado por el Instituto de Estudios Peruanos (ade-
más de los artículos en la Revista Argumentos),y
las investigaciones de la Secretaría Nacional
de la Juventud1 y el Instituto de Democracia y
Derechos Humanos de la PUCP2 forman parte de
ese esfuerzo por analizar un tema que requiere
mayor profundización para valorarlo en su real
dimensión y complejidad.
difusión para mostrar nuevos estudios. Estas
Paralelamente, otra preocupación ha sido la
plataformas son escasas en el Perú, más aun
necesidad de disponer de mayores espacios de
si los trabajos están relacionados con las cien-
cias sociales y humanidades. Por esta razón, el
1 SENAJU. (2012). Lo que no se debe repetir: Las univer- Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión
sidades y la violencia política en el Perú. Enseñanzas
para la juventud peruana. Lima: SENAJU. Nureña, Cé- Social (LUM) promueve el desarrollo de inves-
sar, Ramírez, Iván & Salazar, Diego. (2014). Jóvenes, tigaciones que integren los componentes de
universidad y política. Una aproximación a la cultura
juvenil desde las perspectivas de los estudiantes de la memoria, juventud, educación e identidad.
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima: SE-
NAJU y MINEDU. Ernesto Rodríguez & Julio Corcuera El Primer Concurso Nacional de Ensayos orga-
(Eds.) (2015). Subjetividades diversas. Análisis de la
situación política, social y económica de las juventudes nizado en el año 2016 por el LUM y su Centro
peruanas. Lima: SENAJU. de Documentación e Investigación (CDI) es
2 Jave, I., & Uchuypoma, D. (2016). Jóvenes y partidos una muestra de esa vocación por fomentar
políticos. Dinámicas de la militancia en el APRA y el PPC.
Lima: IDEHPUCP y la Fundación Konrad Adenauer. una cultura de paz e incentivar la producción

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Julio Abanto Chani

académica, siendo significativa la acogida y el subversivas al ser usada como un medio de


número de estudiantes y profesionales que adoctrinamiento a los jóvenes.
participaron. El libro incluye los ensayos selec-
La tercera parte resalta el papel de la juventud
cionados por el jurado por su aporte temático
en el periodo de posconflicto. Aldo Pecho des-
y metodológico en la comprensión y conoci-
taca la gravitante presencia del autoritarismo
miento de la dinámica juvenil en la actualidad,
como práctica política y cómo los jóvenes en
con todo el peso de la herencia, lecciones y ol-
diferentes momentos emergen como agen-
vidos de las convulsionadas décadas de 1980
tes nuevos dentro de un espacio social. Por
y 1990.
su parte, Stefano Corzo expone el valor de la
El libro cuenta con cuatro secciones. La pri- experiencia social que tiene cada generación y
mera presenta a los trabajos ganadores del cómo influye el contexto en el que se encuen-
concurso que incluye a José Ramos mostran- tran. De otro lado, Daniel Guevara explica la
do la experiencia actual de los jóvenes en el desmovilización actual de los jóvenes como
servicio militar voluntario en Ayacucho y el di- parte de los cambios a nivel global y nacional
fícil aprendizaje de la memoria militar. Luego, que afectaron al Perú en la década de los 90.
Susana Frisancho resalta el papel de la educa-
La última sección recoge los ensayos sobre ju-
ción moral que conjuga lo cognitivo y lo afecti-
ventud y memoria dentro del horizonte demo-
vo en la formación de la reflexión ética en te-
crático. María Emilia Artigas plantea acercar a
mas de igualdad y equidad. Luis Fernando Díaz
los jóvenes latinoamericanos al estudio del con-
manifiesta que el miedo desatado por Sendero
flicto armado interno en el Perú a través de la
Luminoso impuso a las víctimas el olvido fren-
literatura testimonial, que ofrece una dinámica
te al dolor, siendo necesario brindarles nuestra
flexible y distinta a la historia o la política. Por su
solidaridad en su búsqueda de justicia.
parte, Iván Ramírez se centra en los contrastes
La segunda sección contiene aportes testimo- de la memoria deber y la influencia de las posi-
niales, como el de Abraham Calderón, quien ciones políticas personales en la valoración de
presenta un conjunto de historias que integran los hechos de los años de violencia. A su turno,
la reflexión y los recuerdos personales, desde Gianfranco Silva analiza la elaboración del guión
el peso de la ideología dogmática en una pa- museográfico de la muestra permanente del
reja de dirigentes senderistas y el papel del LUM como una propuesta de la sociedad civil y
barrio en los años de violencia hasta la presen- el Estado, concluyendo que no fue un proceso
cia del MOVADEF en las aulas universitarias. deliberativo sino solo consultivo. Finalmente,
Asimismo, Harol Gastelú enfatiza lo crucial que Rubén Merino examina el uso ambivalente del
fue la educación para la expansión de las ideas concepto de responsabilidad en los discursos

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Reseñas: Memorias del presente. Ensayos sobre juventud, violencia y el horizonte democrático

de los jóvenes del MOVADEF, en lo referente a prejuicios de la sociedad con la información


la eliminación de la responsabilidad personal y que proporcionan los medios de comunicación
política en las propuestas de amnistía general y (sin contar con la oferta televisiva que no apor-
reconciliación, respectivamente. ta a un mayor discernimiento), hasta desem-
bocar en la apatía y desinterés de gran parte
De esta forma, el libro resalta cómo problemas de los jóvenes.
que se expresaron en 1980 se mantienen hoy,
como el centralismo, la ausencia del Estado, De otro lado, cuesta encontrar una explica-
la exclusión social y la situación de la educa- ción a la actitud de jóvenes que participan
ción básica y universitaria, los cuales son aún activamente en el MOVADEF o los que forma-
problemas irresueltos y desatendidos por los ron parte de la movilización dentro del mau-
sucesivos gobiernos. Asimismo, es evidente la soleo senderista de Comas y la discusión por
necesidad de implementar una política nacio- la no inscripción ante el Jurado Nacional de
nal de juventudes, cuyos lineamientos fueron Elecciones del FUDEPP (Frente de Unidad y
aprobados el año 20053, lo que genera incer- Defensa del Pueblo Peruano), que funciona en
tidumbre por la falta de oportunidades e im- nuestros días como el nuevo rostro político del
pulsa a muchos jóvenes a optar por los cami- MOVADEF, sin considerar el deslinde con su pa-
nos de la delincuencia, mostrando a la vez una sado de violencia ni pedir perdón a las víctimas
gran desconfianza por la política y los partidos por los hechos del pasado. En ese sentido, los
políticos. trabajos destacan el papel de la educación en
la prevención de la violencia. La escuela y la
La juventud tiene un potencial que contribuye universidad son reconocidas por ser espacios
a la transformación social. Sin embargo, en las de propagación de los discursos subversivos,
condiciones mencionadas es inevitable pre- por lo que la pregunta que se desprende es
guntarnos si un joven puede hacer memoria. ¿cuánto pudieron haber hecho para contra-
Recordemos que el periodo de violencia como rrestar el conflicto armado si los profesores
tema no se toca muchas veces en casa ni en las hubieran podido desarrollar la capacidad de
aulas. Al desentrañar el porqué de esta actitud sus estudiantes para diferenciar sus inconsis-
se descubre que el período de violencia sigue tencias ideológicas (que derivaron finalmente
siendo un tema tabú porque implica cómo en acciones terroristas) con el pensamien-
abordar el dolor, el recuerdo de la tragedia y to crítico y el juicio ético? En la actualidad la
asumir las lecciones. Este vacío incrementa los precariedad de la educación no ha cambiado.
Como ejemplo tenemos la aprobación de la
3 Decreto Supremo N° 061-2005-PCM “Lineamientos
Ley Universitaria, una medida insuficiente para
de Política Nacional de Juventudes: una apuesta para
transformar el futuro” resolver el problema de la educación superior.

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Julio Abanto Chani

¿Cómo motivar y dialogar con la juventud? Esta (actitud frente a los hechos de violencia) y éti-
es una pregunta recurrente y tácita en todos ca (apreciar los hechos sobre las emociones y
los ensayos. Los autores concuerdan en utili- sentimientos). En esa dirección el Centro de
zar nuevos recursos pedagógicos que pueden Documentación e Investigación desarrolla su
provenir desde la cultura y las artes, a fin de trabajo con la difusión del uso de sus coleccio-
darle una visión más lúdica, empática, vivencial nes y la descarga gratuita de cientos de archivos
y en una lógica distinta a otras disciplinas; ge- digitales de audio, video, prensa, etc., disponi-
nerando así el interés por el conocimiento para bles en su plataforma virtual. El objetivo es con-
luego difundirlo y masificarlo. Ahora bien, estas vertir esa información en nuevo conocimiento y
propuestas se enmarcan en el diseño de estra- así es planteado en los talleres académicos que
tegias para construir una mayor confianza con programa el CDI junto al área de Pedagogía con
los jóvenes, reivindicar la memoria, condenar la estudiantes y profesores universitarios para fo-
violencia,la búsqueda de justicia para las vícti- mentar el estudio de la época de violencia.
mas y que dialoguen con los resultados de otras No obstante, sería interesante que en el con-
investigaciones con una visión interdisciplinaria. curso nacional convocado para este año las
En ese sentido, el uso de la literatura, el cine, la regiones participasen con más testimonios
música, etc., tienen que enlazarse con una pro- de género y con un mayor público joven, re-
puesta educativa orgánica, que comprometa al cogiendo las experiencias de los docentes
Estado y a la sociedad civil para brindarle soste- universitarios sobre el proceso de interacción
nibilidad y no se conviertan en actividades aisla- con los jóvenes que han pasado por sus aulas
das y desarticuladas. Justamente, la idea es no en estas dos últimas décadas, realizando es-
convertir a la juventud en un sujeto pasivo que tudios sobre las actitudes y transición de los
acumule datos y fechas sino acercarlo desde su jóvenes que militaron en el MOVADEF a futuros
propia experiencia a las lecciones que brinda el dirigentes del FUDEPP o profundizando el uso
aprendizaje de la etapa de violencia que atrave- de recursos pedagógicos para convocar a la ju-
só nuestro país. ventud en la reflexión y discusión del conflicto
armado interno.
De esta manera, el LUM asume un rol impor-
tante como difusor cultural al definir a los jó- Finalmente, pensar en el futuro y tener memo-
venes en su principal público objetivo, siendo rias divergentes no son necesariamente ideas
los estudiantes universitarios y colegiales los excluyentes; pero sí exigen dialogar y conocer
que representan el mayor número de visitas las distintas posiciones, que rechacen la vio-
a sus instalaciones. Como parte del sector pú- lencia en el marco de una cultura de paz para
blico, el LUM puede aprovechar al máximo sus que los hechos ocurridos en las agitadas déca-
dimensiones pedagógica (enseñanza), política das de los 80 y 90 no se repitan en el futuro.

282 +MEMORIA(S) 2017, N°1, 279-282


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Febrero 2018 Lima - Perú

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