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Ideación suicida e ira generalizada

Presentado por:

Daniela Ballen Garcia ID 642850

Daniel Andrés Duarte ID 562118

Corporación Universitaria Minuto de D

Julio de 2019, Bogotá D.C.

Caso ira generalizada


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Introducción

En el siguiente escrito se hace una comparación entre los trastornos mentales de

Ira Generalizada e ideación suicida, encontraremos a que nos referimos cuando hablamos de

cada trastorno, algunos de sus orígenes, intervenciones y diferencias, hallando así, las similitudes

de los casos expuestos en clase.

Con estos conceptos lograremos identificar un trastorno del otro y esto nos

ayudara a la hora de dar nuestro diagnóstico, con algún paciente que puede llegar a presentar

alguno de los dos trastornos.

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Ideación Suicida
E
Ira Generalizada

Ideación Suicida

Se define como la aparición de pensamientos cuyo contenido está relacionado

con terminar con la propia existencia. Las personas suicidas mantienen un punto de vista pésimo

sobre sí mismas, el entorno que les rodea y su futuro. Este estilo cognitivo, está asociado a un

proceso emocional y comportamental disfuncional, que disminuye en la búsqueda de diferentes

alternativas para solucionar las situaciones y les lleva a un estado de desesperanza y

culpabilidad, aumentando las probabilidades de realizar un suicidio.

Se calcula que aproximadamente un 90% de las personas que han puesto fin a su

vida suicidándose tenían un trastorno mental, o presentan un diagnóstico psiquiátrico y un 60%

de ellas estaba deprimida al momento de suicidarse. De hecho, todos los trastornos del estado de

ánimo han sido claramente relacionados con el comportamiento suicida. La depresión y sus

síntomas (p. ej., tristeza, aletargamiento, ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño y la

comida) deben alertar a los consejeros sobre el posible riesgo de suicidio. Las personas con

trastornos mentales constituyen una población con alto grado de afectaciones entre ellas el

suicidio.

Generalmente para la aparición de pensamientos suicidas, se padece de una

sintomatología o trastorno psicológico o se transcurren momentos estresantes generadores de

emociones de frustración, la falta de apoyo social, sentimientos de indefensión deseos de escapar

de las situaciones o acabar con el sufrimiento.


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El sujeto anticipa el suicidio como una operante capaz de evitar el sufrimiento. La

estimulación consecuente encubierta tiene función aliviadora, es un alivio de la aversión; el

sujeto emite operantes, pone en marcha el plan establecido y busca el lugar, el momento, el

instrumento, etc. y se dispone a ejecutarlo.

El suicidio es considerado como uno de los actos que más deja muertes en el

mundo y está ubicado entre las 3 primeras causas de muerte en personas de 15 a 44 años. (OMS,

2013). Hay que recordar que en todas las situaciones suicidas y por imprevistos, se puede

producir el suicidio accidental, aquellos casos que el sujeto calcula mal y muere sin desearlo, o

por el contrario busca llamar la atención de personas cercanas y terminan consumando el hecho

sin desear hacerlo.

Muchas ocasiones donde el sujeto desiste del intento de suicidarse es que en la

estimulación antecedente se han introducido otras variables relevantes que afectan a la

funcionalidad de la secuencia, en ocasiones esa variable es el Psicólogo, el suicida desiste porque

empieza a ver soluciones al problema mediante nuevos estímulos internos cognitivos producidos

por la intervención psicológica.

IRA GENERALIZADA

La ira es una emoción que nos acompaña a lo largo de nuestra vida. No en

vano, la ira siempre está presente en situaciones de conflicto, ya sean con otros o con nosotros

mismos y puede oscilar desde una leve irritación hasta el más profundo de los odios.

La ira es una emoción básica y cuando esta emoción aparece se dan tres

respuestas en nuestra conducta:


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La primera es una respuesta corporal, en la que nuestro cuerpo se activa para la

defensa o ataque, cuando entramos en estado de excitación donde nuestros músculos se tensan el

ritmo cardiaco aumenta, estamos predispuesta a actuar con conductas agresivas.

La segunda respuesta es cognitiva, es la manera como interpretamos las

situaciones, esta respuesta se llevara a cabo según lo que pensemos de la situación, si

consideramos que es una injusticia, o falta de respeto o un obstáculo sentimos ira.

La tercer respuesta es la gestión conductual en estas situaciones, está sujeta a

cómo vamos a sobrellevar aquello que se está interponiendo en nuestro camino, si la conducta

está orientada a la agresividad o a la resolución de conflictos.

Origen de los trastornos

Entre las causas directas de los trastornos mentales se encuentran los problemas

psicosociales y la descomposición del núcleo familiar, y entre las indirectas el deterioro de la

situación social y económica de la población, así como el bajo nivel de calidad de vida. Todos

estos fenómenos, como se puede observar, constituyen un círculo vicioso en el que se mantienen

y aumentan las afectaciones y consecuencias entre estas dos patologías.

En el caso de la ideación suicida ella nos muestra un alto grado de depresión,

tristeza y desolación, síntomas que la mujer de 35 años, presentaba desde los 12 años, sin ser

atendidos,
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En lo que podemos observar falta de atención no solo médica sino por parte de la

familia, pues ha sido un proceso progresivo en esta mujer, su depresión y falta de afecto la llevan

a intentar suicidarse tres veces, sin recibir cuidados y seguimiento pertinente.

La historia de esta paciente también ilustra los efectos de un cuadro depresivo de

larga evolución que ha cursado sin tratamiento adecuado.

• La distimia es un trastorno común, con una prevalencia que se encuentra entre un 3% y


un 6% en la comunidad. Presenta una alta comorbilidad, la depresión mayor, los
trastornos por ansiedad y por abuso de sustancias son los diagnósticos asociados más
frecuentes.

• La distimia, aunque se trata en un cuadro de síntomas depresivos de menor intensidad


que el de un episodio depresivo mayor, no debe ser tomado como una ‘depresión menor’
o menos importante. Por el contrario, diversos estudios muestran una altísima morbilidad
en estos pacientes, por lo cual se debe detectar y tratar oportunamente.

El tratamiento recomendado se basa en antidepresivos y psicoterapia. La paciente

del caso clínico también ilustra la pobre detección de los cuadros depresivos, ya que a pesar de

su curso crónico no había recibido un solo tratamiento que cumpliera con los criterios mínimos

adecuados, en términos de dosis y duración de un psicofármaco indicado.

En la mayoría de casos como se demuestra en el caso expuesto sobre la Ira

generalizada, la joven tenía emociones encontradas al no poder comentarles a sus padres su

condición sexual, teniendo en cuenta que creció bajo las normas cristianas donde no es permitido

ese tipo de conductas, donde la moral y la apariencia es primero, esto fue el motivo para que por

medio de factores fisiológicos y psicológicos callera en un trastorno de ansiedad no especificado

el cual tuvo que afrontar con apoyo profesional.


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Intervención en Trastornó

Es importante establecer la distinción entre la intervención en “estrategias de

choque” ante la respuesta de ira, emocional y la disrupción en la respuesta de ira, y la

intervención en “estrategias de consolidación” que llevarían al desarrollo de habilidades de

afrontamiento pasivas (como la relajación o la respiración abdominal), reestructuración cognitiva

de los sesgos, entrenamiento en solución de problemas y entrenamiento en habilidades sociales.

Intervenir utilizando diferentes métodos que puedan actuar en relación con las emociones y la

inteligencia emocional.

Diferencias entre los trastornos

 Trastorno de la Ira

Se caracteriza por un comportamiento de violencia descontrolada, que se incluye

dentro de los trastornos del control de impulsos, y que consiste en que la persona que lo sufre

estalla ante cualquier frustración por mínima que sea, sin necesidad de que haya un estado de

ánimo alterado previo, pudiendo ser el detonante de su conducta cualquier contrariedad que le

surja: una palabra inadecuada, un tono burlón, un objeto en medio de su camino, una música un

poco alta, situaciones que al resto de las personas sólo les causarían leves molestias.

A qué se debe el trastorno de la Ira: Se excluyen las causas del trastorno de la Ira,

pero algunos autores insinúan que existe cierta propensión en explícitas familias, en las que

alguno de los padres del paciente muestra a su vez este tipo de comportamiento.

Igualmente, se han observado en algunas pruebas que las alteraciones bioquímicas

en el cerebro de los afectados, con una disminución de los niveles de serotonina e insulina,
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mostrando menor actividad las áreas prefrontales asociadas con el control de impulsos, y mayor

actividad en la amígdala, relacionado con la vivencia emocional.

Esta respuesta emocional es compleja porque, aun teniendo una función

claramente adaptativa, en la actualidad su abundancia de frecuencia lleva importantes problemas

de salud física (cardiovascular, dolor,) y mental (alto displacer y síntoma habitual de los

episodios afectivos).

 Trastorno por ideas delirantes

Se determina por delirios (dogmas falsas), que persisten al menos durante 1 mes

sin otro síntoma de esquizofrenia. El trastorno por ideas delirantes se distingue de la

esquizofrenia por la presencia de ideas delirantes sin otros síntomas de esquizofrenia. Los

delirios pueden ser Extravagantes o bizarras.

Al contrario de lo que sucede con la esquizofrenia, el trastorno por ideas

delirantes es relativamente infrecuente, comienza a mediados o finales de la edad adulta. La

funcionalidad psicosocial no suele estar tan deteriorada como en la esquizofrenia y los problemas

surgen directamente de la creencia delirante.

El trastorno por ideas delirantes puede surgir sobre un trastorno previo de

personalidad paranoide. En estas personas, la desconfianza permanente y la sospecha hacia los

demás y sus motivos comienzan en la edad adulta temprana y se prolongan durante toda la vida

se ve notablemente afectado, no suele conducir a un deterioro grave o cambios en la

personalidad, pero las preocupaciones que genera la idea delirante progresan gradualmente; la

mayoría de los pacientes pueden seguir trabajando.


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CONCLUSIONES

Debido a la naturaleza crónica de los trastornos como la ira e ideación suicida, con depresión
persistente, es importante conocer como una combinación de sesiones de terapia comunicativa
(psicoterapia) y si es necesario a tiempo tomar los medicamentos, nos puede ayudar a un eficaz
tratamiento. Se puede observar que en ambos casos clínicos, se denota que la ira a través de las
emociones, puede llevar a consumar una ideación suicida, ya que en cierta manera van ligada a
las emocones de tristeza, llanto, rabia, fobia, ahogo, muestran la estabilidad de un conjunto de
síntomas fisiológicos como son “sentirse caliente”, sentir euforia, la tensión muscular o el
incremento de la presión arterial puede aumentar y generar respuestas que conduzcan al suicidio
o a la ideación, pero solo el hecho de pensar en quitarse la vida causa un trastornó el cual
requiere de urgente cuidado y prevención del mismo para evitar conductas lamentables.
Tratamos de mostrar como analizar la relación que tienen los factores comportamentales y
conductas del ser humano, tambien cómo controlar e intervenir con posibles tratamientos.

BIBLIOGRAFIA

 Martín Pérez, Vicente, CONDUCTA SUICIDA. PROTOCOLO DE INTERVENCIÓN.


International Journal of Developmental and Educational Psychology [en linea] 2016, 2
[Fecha de consulta: 5 de julio de 2019]
Disponible<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349851777025> ISSN 0214-9877

 Tejón López, O. y Gutiérrez Díaz, G. (2015) INTERVENCIÓN COGNITIVO


CONDUCTUAL EN UN CASO DE CONFUSIÓN EMOCIONAL Y BAJO CONTROL
DE LA IRA. Revista de cacos clínicos en Salud mental (Madrid-España) Recuperado de:
http://www.ojs.casosclinicosensaludmental.es/ojs/index.php/RCCSM/article/view/20
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