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La Obsolescencia

Programada

Por: Sofía Arana y


Valeria Chamorro
Abstract

The essay proposes a criticism towards the system of


obsoleteness programmed in the one through that we are
living, how the companies have taken advantage of this
developing products with a few months of functioning so
that these remain obsolete and the consumers should buy
the new one. It goes over to the conclusion that this problem
is one of the main factors for which a consumer society has
developed
Índice

Definición de la obsolescencia programada……………………1

Historia de la obsolescencia programada……………………..3

Tipos de obsolescencia programada……………………………..6

Beneficios de la obsolescencia programada……………………7

Consecuencias de la obsolescencia programada……………..9

Medidas contra la obsolescencia programada..........………11

El consumismo como parte de la obsolescencia…………….14

Manipulación comercial

Impacto ambiental

Conclusiones

Bibliografia
La obsolescencia programada

La obsolescencia programada o planificada es el término


que se le da a la determinación de la vida útil de un
producto, lo que significa que desde su fabricación se
establece el periodo en el que éste dejará de funcionar.

Entendemos que algo se ha vuelto obsoleto cuando ha


perdido la capacidad de desarrollar la función para la que
fue diseñada, es decir que se ha vuelto inútil o inadecuado
a circunstancias actuales.

La obsolescencia se ve motivada no exactamente por un mal


funcionamiento del mismo artículo, sino por un
insuficiente desempeño de sus funciones en comparación
con las nuevas máquinas, equipos y tecnologías
introducidas en el mercado.

Hasta mediados del siglo XX, las cosas se hacían para


durar: las navajas de afeitar, las botellas de gaseosa, la ropa
de cama bordada; eran para toda la vida. Con sus inventos,
William Painter quién creó la chapa, y King Gillete, creador
de la máquina de afeitar desechable, reorientaron la
mentalidad empresarial y abrieron paso a la economía del
usar y tirar: casi todo comenzó a diseñarse con fecha de
caducidad. Mientras, se disminuían las redes de reparación.
Entonces la gente al ver que resultaba más económico
adquirir nuevos productos que repararlos, fue
envolviéndose en el consumismo.
Un claro ejemplo en el que se aplica la obsolescencia
programada es en la constante renovación de los celulares,
además de esto también podríamos culpar a los continuos
avances de la tecnología o al deseo insaciable de los
consumidores de disfrutar de esta. Es aquí donde nace el
pensamiento de que un producto se vuelve obsoleto apenas
sale al mercado, ya que una vez que se empieza a vender un
producto nuevo, se inicia el bosquejo del que será el
reemplazante del reciente artículo estrenado. Pero más allá
de todos los avances en la tecnología, las empresas tienen la
necesidad de sacar a la venta lo que podría decirse; mejores
productos, pero mejores productos podrían ser
simplemente un engaño al consumidor ya que hay cambios
que no son netamente necesarios y son agregados solo para
que las personas se vean en la necesidad de adquirirlos. En
este punto también podríamos tener en cuenta la
manipulación comercial consumista, que es lo que logran
engañosas propagandas que hacen creer al consumidor que
necesita en su vida cosas absolutamente innecesarias
Otro ejemplo de obsolescencia programada se ve en las
impresoras que a pesar de no estar en constante cambio, las
personas las suelen renovar con frecuencia ya que tienen un
chip incorporado el cual es el determinante del día exacto
en el que dejará de funcionar, pero mucho antes de que esto
suceda, las impresoras tienden a tener problemas y al ser
los repuestos muy caros y/o difíciles de encontrar se opta
por comprar una nueva a repararla.
Historia de la obsolescencia programada
Este concepto tiene su origen en la revolución industrial y
la producción en serie. Al principio las industrias
generaban mercancía de forma masiva a precios asequibles
y accesibles para los consumidores.
Fue desarrollada por primera vez en la década de 1920
cuando un grupo de empresarios se dio cuenta de que
cuanto más duraban sus productos, menos dinero ganaban
ellos.
Cuando Thomas Edison inventó la bombilla, la filosofía de
los fabricantes era crear productos con una larga vida útil.
No tardó en llegar el temor de éstos que se planteaban qué
pasaría si en algún momento la necesidad de los
consumidores dejara de existir y no compraran sus
artículos.
Los fabricantes decidieron agruparse y formar cárteles para
acortar la vida de los productos y aumentar las ventas. En
ese momento ingenieros y diseñadores recibieron un nuevo
cometido: hacer productos frágiles, confeccionados para
tener un ciclo de vida muy por debajo de sus posibilidades.

Pronto pensaron la fórmula para asegurar las ventas y


promover el consumo incesante de sus productos, “acortar
la vida útil de éstos” de manera programada. Es en 1924
dónde se constituye el primer cártel mundial para el control
de la fabricación y ventas de las bombillas eléctricas,
denominado como “El cártel Phoebus”. El cual establecía
que el máximo de duración de una bombilla eléctrica debía
ser de 1000 horas, cuando ya era sabido que las bombillas
en aquella época sobrepasaban las 1500 horas, estos llevó a
los fabricantes a reducir la duración de sus bombillas ya que
encargados del cártel iban continuamente a testear sus
productos para verificar que cumplían con las reglas
establecidas, de lo contrario se les imponía una muy alta
penalización.
El cártel Phoebus fue firmado el 23 de diciembre de 1924,
en Ginebra. Fue firmado por los grandes fabricantes del
momento, Osram, Philips y General Electric. Y estuvo
vigente hasta 1939.

A principios de 1920, la compañía Ford sacó a la venta su


modelo Ford T, modelo que se fabricó en masas y se hizo
extremadamente famoso por su simpleza y por ser
funcional, a tal punto que la mitad de la población tenía un
Ford T. En 1927 General Motors lanzó al mercado un nuevo
modelo cuyas únicas diferencias con el Ford T eran el
tamaño, forma, y que eran ligeramente más económicos; la
población comenzó a considerar el modelo Ford T como un
modelo soso y anticuado causando una gran caída en las
ventas y el disparo de las ventas de General Motors. General
Motors también impuso el modelo anual, lo que quiere
decir que cada año lanzaban al mercado un nuevo modelo
cuyas diferencias con el anterior eran meramente
superficiales; Ford adoptó también esta medida al darse
cuenta de que la población compraba los modelos sólo por
lucir más atractivos.

Una de las fechas más relevantes que llevó a lo que


conocemos hoy por obsolescencia fue la crisis de Wall
Street en 1929. Fue la más devastadora caída del mercado
de valores en la historia de la bolsa en Estados Unidos,
tomando en consideración el alcance global y la larga
duración de sus secuelas y que dio lugar a la crisis de 1929
también conocida como: La Gran Depresión Tras el Crac
que padeció Estados Unidos en el 29 se pensó en hacer la
obsolescencia programada obligatoria como una de las
medidas para reactivar la economía. Los productos debían
tener una fecha de caducidad determinada.

El término “obsolescencia programada” aparece por


primera vez en el “Plan para la prosperidad” de Bernard
London que se creó en 1932 como una alternativa para
solucionar La Gran Depresión; el plan sostenía que cada
producto debía tener una fecha de caducidad y una vez
muerto el producto el propietario debería entregarlo a una
agencia del gobierno que se encargaría de su destrucción,
quien conservara un artículo caducado sería acreedor de
una multa; London creía que esto reactivaría la economía
ya que al crear los productos con un final determinado la
población se vería en la necesidad de adquirir nuevos
generando que las empresas continúen la producción y los
empleados conserven sus puestos de trabajo.
El mayor opositor de London era Franklin D. Roosevelt,
quien propuso una alternativa diferente; la cual consistía en
generar puestos de trabajo a través de un programa de
obras sociales como por ejemplo la construcción de una
carretera; es decir, la población colaboraría en la
elaboración de algo que ellos usarían y el Estado les pagaría
por ello; a esto se le llamó “New Deal”. Roosevelt asumió la
presidencia de los Estados Unidos en 1933.El “Plan para la
prosperidad” nunca se puso en práctica. La Gran Depresión
culminaría en 1939 con el “New Deal”.
En 1950, culminada la Segunda Guerra Mundial resurgió el
concepto de obsolescencia programada; sin embargo ya no
se trataba de obligar al consumidor, sino de seducirlo.
Tipos de obsolescencia programada

Encontramos dos principales tipos de obsolescencia


programada que son:

 La obsolescencia por moda: Es en la cual el


consumidor adquiere nuevos productos solo por la
necesidad de saciar la necesidad de comprar; se
compran productos con ligeras variaciones
básicamente superficiales, este es un método que
realizan las empresas anualmente para que las
ventas no caigan ya que siempre habrá una porción
de la población que renovará sus artículos por este
motivo; especialmente: generaciones actuales.

 Obsolescencia de componentes eléctricos: Este caso


de obsolescencia se da cuando un producto eléctrico
se estropea ya que es más costoso repararlo que
adquirir uno nuevo, por lo que por lo habitual se
suele desechar el producto averiado, esto también
genera un nefasto daño a nuestros recursos
naturales.
Beneficios de la Obsolescencia Programada

 Permite asegurar un volumen de fabricación


constante que contribuye a que las empresas
mantengan un nivel de empleo más o menos estable
ya que estas al vender sus productos a los
consumidores, que cada cierto tiempo se ven en la
necesidad de comprar, mantienen una economía
estable y evita el quiebre o la reducción de los
empleados de las empresas. Estos empleados son un
factor importante en la economía del país ya que al ser
parte de la PEA (población económicamente activa)
tienen la posibilidad de mejorar la calidad de vida de
sus familiares, por lo tanto: incrementa el desarrollo
del país. Por orden, la obsolescencia programada
supuso un mejor nivel de vida para todos los
trabajadores, pues aseguró un puesto de trabajo
estable que permite a los empleados hacer planes a
largo plazo contando con la estabilidad de un contrato
también a largo plazo. Además, los empresarios se
dieron cuenta de que cuantos más empleados podían
comprar bienes de consumo, más productos vendían,
con lo que llegaron los derechos sociales de los
trabajadores y la ya famosa clase media (en la que
realmente se basa el capitalismo y el modelo
económico actual).

 Obliga a las empresas a invertir en investigación y


desarrollo para aportar algo nuevo que asegure la
renovación de los productos ya existentes. Es decir; la
obsolescencia programada no solo se basa en la
manipulación del consumidor, sino que también
promueven los avances tecnológicos. Por otro lado, la
necesidad de aportar algo nuevo cada poco tiempo,
hizo que la tecnología haya avanzado en 100 años más
que lo que ha avanzado en los últimos 2000 años.
Hemos viajado a la Luna y tenemos un montón de
objetos que no son más que la evolución tecnológica
del modelo anterior.

 Aumenta la competencia entre marcas para ofrecer


soluciones diferentes a la misma necesidad a fin de
atraer a nuevos clientes. Los consumidores tienen más
opciones para decidir entre lo que le resulta más
económico y benefactor a su situación. La mayoría de
los avances del siglo XX y XXI tienen su origen en un
bien de consumo súper evolucionado, mejorado y
optimizado. Si a todo eso, sumamos la lucha entre
compañías por conseguir el mejor producto, el más
barato, el más rentable, obtenemos una gran variedad
de productos a diferentes precios que se adaptan a casi
cualquier necesidad y bolsillo (de la clase media).

Seguramente, sin la motivación de vender más y ganar


más, las empresas nunca hubieran invertido tanto en
mejorar sus productos, las líneas de montaje no irían
a pleno rendimiento y la industria no daría empleo a
tanta gente, no habría clase media y seguiríamos
dependiendo de las guerras para conseguir nuevos
avances tecnológicos.
Consecuencias de la Obsolescencia
Programada
 El principal problema radica en los recursos
naturales empleados en la fabricación de estos
productos, y diseñados a propósito con una corta
duración. Este sistema incrementa en gran
medida la presión sobre los escasos recursos
naturales de nuestro planeta, y con la
problemática asociada que presentan muchos de
ellos. Por ejemplo, el aluminio, presente en
muebles, vehículos, envases, muy abundante en
el planeta, pero con serios problemas
ambientales asociados a su extracción y
procesado. Se necesitan tóxicos productos
químicos para su extracción y en muchas
ocasiones acaban en el entorno, además de emitir
una elevada cantidad de gases de efecto
invernadero. Los mayores impactos de la
extracción de recursos naturales se producen en
países empobrecidos, empeorando así sus
estándares de vida, contaminando valiosas zonas
ambientales, provocando acaparamiento de
tierras y afectando a la salud de muchas
comunidades. También están los llamados
“basureros electrónicos” que son lugares donde
los grandes países envían los productos que se
han vuelto obsoletos. Los más grandes se
encuentran en Güiyu (China) y en Ghana.

 La obsolescencia programada puede ser


considerada un engaño al consumidor ya que al
ponerle un tiempo de vida a un producto obligan
al consumidor a adquirir otro y a gastar su dinero
en uno nuevo que tendrá el mismo destino que el
anterior.
 El consumismo es una notable consecuencia de
la obsolescencia programada por moda; ya que al
lanzar nuevos productos al mercado con cambios
superficiales, acostumbra a la población a
comprar sin una real necesidad de hacerlo.

En conclusión:

Desde el punto de vista ambiental

Utilización de una gran cantidad de recursos naturales al


tener que estar constantemente produciendo artículos. En
este caso hay que considerar que algunos de los recursos
naturales que se utilizar para la fabricación de algunos
productos son muy escasos, un ejemplo es el coltán.
Acumulación de residuos. Todos los aparatos que ya no se
van a utilizar se desechan y una mala gestión puede hacer
que terminen en vertederos ilegales. Al tener elementos que
pueden contaminar el suelo o el agua es importante que se
gestionen correctamente y que se alargue la vida útil de los
aparatos electrónicos para así disminuir el número de
residuos que se generan.

Desde el punto de vista social

Fomenta el consumo. Si ya de por sí nos animan a consumir


constantemente el hecho de que algunos productos tengan
fecha de caducidad fomenta aún más dicho consumo.
Conflictos geopolíticos. Algunos de los materiales que se
utilizan en la fabricación de ciertos aparatos electrónicos
son tan escasos y valiosos que se están dando serios
conflictos geopolíticos por su explotación, es el caso del
coltán.
Países subdesarrollados terminan siendo los vertederos de
los países desarrollados. Un ejemplo es el país africano
Ghana que reciben constantemente contenedores llenos de
residuos electrónicos que los países desarrollados envían
como productos de segunda mano cuando la gran mayoría
no funciona. Se puede ver como una oportunidad para los
habitantes de Ghana al poder repararlos y venderlos pero lo
cierto es que la gran mayoría no sirven para nada y
terminan ocupando un espacio que pertenece a sus
habitantes.
Medidas contra la Obsolescencia Programada

Acabar con la obsolescencia programada depende de la


evolución de cada producto, de su incorporación a la vida
de las personas, que determina el propio interés de las
empresas y el beneficio que pueden obtener.
Francia ha sido el primer país en tomar medidas contra la
obsolescencia programada, pero no el único en darse
cuenta de la importancia de alargar la vida útil de los
dispositivos electrónicos. En Alemania, el partido de Los
Verdes presentó hace poco un estudio y propuso algunas
soluciones, mientras en Bélgica se adoptaba una resolución
al respecto en el Senado.

1. Conocer: ¿qué es la obsolescencia programada?


El primer paso para luchar contra la obsolescencia
programada es saber qué es. En este caso, disponer de una
visión general sobre su significado, origen, evolución y
consecuencias resulta bastante sencillo gracias al acertado
documental Comprar, Tirar, Comprar.
2. Actuar: un buscador y un sello contra la
obsolescencia
La ONG Amigos de la Tierra ha acuñado el concepto
“alargasciencia” y le ha dado vida con un “directorio en el
que recogemos establecimientos que reparan y recuperan
objetos, compran y venden de segunda mano, alquilan o
hacen trueques”, según describe su responsable de
Recursos Naturales y Residuos. El mapa en el que se
muestran los comercios es colaborativo, se nutre de
sugerencias de usuarios, y estas aportaciones llegan día a
día, lo que da idea de la salud de la iniciativa.
Por su lado, la fundación Feniss (Fundación Energía para la
Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada) ha
creado el sello ISSOP para empresas y organizaciones. Se
trata de una certificación gratuita que distingue a aquellas
entidades que “priorizan la compra de productos y la
contratación de servicios respetuosos con el medio
ambiente, fabricados sin obsolescencia programada, y si es
fabricante de algún producto, lo hacen sin obsolescencia
programada, utilizando preferiblemente producto local y el
comercio justo”, como reza el primer punto de su decálogo.
La forma más obvia de actuar contra este fenómeno es
adquirir productos “sin fecha de caducidad” y esta
certificación hace más fácil la búsqueda.

Un teléfono móvil, el Fairphone, es seguramente una de las


caras más visibles de este movimiento antiobsolescente. El
dispositivo se ha diseñado y producido modularmente, es
decir, se puede reparar y actualizar de manera sencilla
sustituyendo solo las piezas necesarias que, además, se
consiguen individualmente en la página del fabricante.
Además, en todos los pasos de su elaboración se siguen
criterios de comercio justo, como hace la marca, incluido el
de obtención de materias primas como el tungsteno,
material que provoca conflictos armados en África.

3. Soluciones creativas

Varias organizaciones han desarrollado proyectos para


proponer soluciones innovadoras y tratar de transformar
esta realidad.
La Fundación Deixalles, implantada en Baleares, es una de
ellas. En su actividad se refleja un doble sentido social y
medioambiental. “Recogemos aparatos electrónicos que
funcionen o que necesiten una reparación, en cuyo caso la
realizan personas en proceso de reinserción laboral. A
continuación ponemos en el mercado objetos de necesidad
básica a un precio modesto”, explica Xesca Martí, la
directora general de la entidad. En cuanto al cuidado del
medio ambiente, se incluye tanto la reutilización como la
correcta gestión de residuos. Esta organización trabaja con
banca ética “por convicción”. “Cualquier acción tiene sus
consecuencias, y tenemos que ser responsables en todas
nuestras decisiones”, resalta Martí, que finaliza: “Es posible
hacer otra economía, pero para eso es necesaria una banca
diferente”.
El reciclaje también se cruza con la utilidad social en el
proyecto de SocialREC. Juan Máñez, su impulsor, buscó la
manera de extraer valor de los aparatos eléctricos que se
dejan de usar para reintegrarlo en la sociedad y en el
planeta.
El consumismo como parte de la obsolescencia
programada

En la revolución industrial germina la sociedad de


consumo, que se caracteriza por la producción masiva de
bienes. Con la sociedad de consumo se modifica la idea de
consumir por necesidad a consumir por deseo. Estos deseos
van siendo creados principalmente por la publicidad y el
marketing y nunca llegan a ser satisfechos. De modo que se
produce así un consumo ostentoso continuo.

Uno de los mecanismos para sostener la sociedad de


consumo y con ella la producción en masa es la
obsolescencia programada. De esta manera se promueve el
consumo, que resulta clave para la sociedad del
crecimiento.

Sin embargo, este modelo de producción en masa tiene


como una de las principales consecuencias la ingente
cantidad de residuos que se generan, afectando por tanto al
medio ambiente. Lo que ha llevado a crear posiciones
contrarias a este modelo imperante y pretendiendo
instaurar el denominado decrecimiento.
El decrecimiento se trata de una corriente de pensamiento
que busca una modelo sostenible de producción. Alude a las
consecuencias negativas que supone el consumo ostentoso
y rechaza el crecimiento económico que supone el
liberalismo.
De este modo, el principal objetivo del decrecimiento sería
reducir la huella ecológica y el exceso de consumo y el
despilfarro para conseguir una protección del medio
ambiente. Los teóricos del decrecimiento defienden que los
recursos naturales no son limitados y si se continúa con este
modelo de producción algún día se agotarán.

Michael Brauntgart, es autor de un nuevo concepto


denominado “de la cuna a la cuna”. Este concepto propone
un modelo de industria que imite el ciclo de la naturaleza.
De este modo, al igual que la naturaleza produce nutrientes
y no residuos, Brauntgart cree que la industria podría
imitar este ciclo reutilizando los productos que tengan una
vida corta y reconvirtiéndolos en algo nuevo. De esta
manera se reduciría en gran medida el problema que
suponen los residuos para el medio ambiente.
Manipulación comercial de los medios

Manipular, engañar sutilmente, manejar, dominar, dirigir


la conducta de las personas, de las masas, para un fin: el
abuso de poder. Para ello es fundamental reducir a las
sociedades estructuradas, cohesionadas y solidarias (se
pueden destruir, no manipular) en un objeto, en masa, un
grupo de individuos desestructurados, fácilmente
manipulables al carecer de vínculos sólidos entre ellos.
Masa es un concepto cualitativo, no cuantitativo; no
importa el número, una familia, una comunidad de vecinos,
un pueblo o un país pueden ser masa.

Una sociedad egoísta, sin ideales ni principios sólidos,


capada de su capacidad de pensar, es más manipulable. La
manipulación se presenta en cualquier relación social o
campo de la actividad humana, donde la parte dominante
se impone a otras en virtud de que estas carecen de control,
conciencia y conocimiento sobre las condiciones de la
situación en que se encuentran. Galbraith, economista
norteamericano, dijo: “para manipular eficazmente a la
gente es necesario hacer creer a
todos que nadie les manipula”.
La manipulación comercial a
través de los medios es un factor
importante para comprender el
gran impacto de la obsolescencia
programada. La publicidad es un
foco fundamental dentro del
consumismo y se hace presente en
la vida diaria de la sociedad desde
hace bastantes años. No siempre
es un problema pero en la
actualidad el consumo llega a
puntos exagerados y es en gran
parte por la forma en la que la publicidad llega al
consumidor, por lo tanto, se transforma en un modo de
manipulación.
La publicidad la encontramos en todos los medios de
comunicación, redes sociales, televisión, carteles, etc.
Y cada uno de estos medios tiene una potente llegada a las
mentes de los consumidores; el problema viene cuando la
publicidad intenta darle un nuevo valor a las necesidades,
entregando deseos inexistentes al público y muchas veces
con la publicidad subliminal, donde el deseo se instala
inconscientemente. El deseo es adquirir nuevos productos
donde los bienes se renuevan por otros más avanzados o
que estén de moda y la gente construye un deseo imaginario
debido a los modelos utilizados en las pautas publicitarias.
“La propaganda seduce, glorifica los productos, ensalza las
oportunidades.” (Moulian, 1999, pág. 21). Según Moulian,
así es como la manipulación se presenta; nunca es clara ni
nos muestra la realidad tal como es ya que el objetivo es
generar ventas y no por cubrir realmente las necesidades, si
se dedicaran a eso, no habría imposibilidades de consumo.

La satisfacción de todo este consumo dura un tiempo


determinado, hasta que aparece un modelo nuevo, con
distintas características que cambian con el tiempo y
supuestamente se adaptan al mundo actual; así es como las
cosas van evolucionando, quedando obsoletas y creemos
necesitar el modelo más reciente con más características
donde se pierde el sentido del verdadero uso del original.
Impacto ambiental

El pueblo de Guiyu es la capital mundial de la basura


electrónica, en este lugar se reciclan más aparatos
electrónicos que en cualquier otro, lo que ocasiona enormes
problemas de contaminación y salud. A pesar de los
intentos de las autoridades por acotar el negocio del
reciclaje no regulado, se estima que 1,6 millones de
toneladas de desechos electrónicos acaban en esta localidad
cada año. El reciclaje se ha convertido en un gigantesco
negocio que da empleo a casi 80 000 de los 100 000
residentes y deja muy altos ingresos. Muchos utilizan los
aparatos para sacar repuestos y otros despiezan para la
extracción de materia prima; la más valiosa es el cobre.
Antes, la mayor parte de la basura provenía del extranjero
ya que muchos países no querían reciclar los productos al
ser una actividad contaminante y relativamente cara
gracias a la legislación mundial; por lo que preferían
enviarla a China a pesar de esto estar prohibido mediante
leyes internacionales. Sin embargo, ésta situación ha
cambiado desde la crisis financiera que padeció el
Occidente en el 2008; ahora el 70% de la basura se produce
localmente. En Guiyu la mayoría del trabajo de reciclaje se
lleva a cabo en unos 5.500 pequeños almacenes, patios, y
domicilios. Muchos padres no tienen inconveniente en
dejar que sus hijos adolescentes participen en la
manipulación de componentes peligrosos e incluso hay
padres que realizan esta manipulación con bebés en brazos
sin tomar en cuenta el riesgo al que los someten. No hay
ningún tipo de control en esta zona y la presencia de
periodistas es mal recibida por los residentes. Quienes no
tienen relación con la industria denuncian la gran
degradación medioambiental que provoca. Por los arroyos
que circunvalan la ciudad corre tinta negra burbujeante, y
lo que antes eran huertas ahora son vertederos en los que
se amontona todo tipo de material sin valor.
Según el estudio que la Universidad de Shantou hizo en
2009, Guiyu sufre la mayor concentración de dioxinas
cancerígenas del mundo y una de las tasas más altas de
enfermedades respiratorias. Muy por encima de la media
nacional están también los casos de problemas cutáneos,
migraña, vértigo, gastritis crónica y úlcera duodenal. El
principal enemigo es el plomo, que se cuela en el organismo
por todas las vías posibles y hace que los niños de Guiyu
sufran las consecuencias: capacidad intelectual disminuida
y trastornos en los sistemas nervioso y reproductivo.
Por su parte, diferentes muestras de polvo y tierra
analizadas por Greenpeace aparecen también
contaminadas con arsénico, antimonio, cadmio y una larga
lista de metales que, a través de los alimentos, se introducen
en el organismo de los habitantes de Guiyu.
Uno de los mayores cementerios electrónicos del mundo se
encuentra en Agbogbloshie, un suburbio de Accra, la capital
de Ghana. En el país aterrizan todos los años unos cinco
millones de aparatos electrónicos usados, procedentes
sobre todo de Europa, Estados Unidos y China, informó el
Ministerio de Medio Ambiente de Ghana el año pasado. Los
que están rotos -en torno a un tercio del total- acaban en
Agbogbloshie.

Con el paso del tiempo, el basurero se ha convertido en un


venenoso cementerio electrónico. Y en una importante
fuente de ingresos para los más pobres de entre los pobres,
que rebuscan entre la basura metal revendible como
aluminio, cobre o hierro. Según el Banco Mundial, cerca de
un cuarto de los 35 millones de ghaneses viven por debajo
del umbral de la pobreza, que se sitúa en 1.25 dólares al día.
De ellos, unos 40,000 -muchas familias de regiones
rurales- residen en el surburbio de Agbogbloshie.

Al contrario que otros muchos países, en Ghana no hay


leyes que prohíban la importación de basura electrónica.
Por eso, el país es tan popular como última parada para
aparatos electrónicos usados. La chatarra llega como
donación o declarada como producto usado para su reventa
en el país. Pero desde el Comisionado de la ONU para los
Derechos Humanos critican que muchos comerciantes
declaran los aparatos rotos como usados para evitar los
elevados costes del reciclaje en sus países de origen.

Los ghaneses más pobres seguirán buscando metal entre la


basura. Por cada 100 kilos reciben unos 24 dólares.
Conclusiones

La obsolescencia genera grandes beneficios, el mayor de


ellos es que hace mover la economía mundial, pero su gran
contrapartida es que genera inmensas cantidades de basura
que nadie quiere, por lo que van a parar a vertederos en los
países tercermundistas, destruyendo los recursos
naturales. El razonamiento de las personas que
implementaron este concepto parece irrebatible, y si se
hiciesen cosas que durasen para siempre, llegaría el
momento que todos tendrían los productos, y ya no sería
necesario fabricar otro, la economía mundial se hundiría.

La obsolescencia no es más que un sistema que permite


mantener las fábricas funcionando, los investigadores
trabajando, de tal forma que el sistema se retroalimenta
beneficiando a toda la cadena, ya que los propios
productores son también consumidores y los consumidores
son parte del esquema de la producción. Pero el punto
donde encontramos lo malo de esta teoría de la
obsolescencia programada es en los residuos que se
generan, que parecen no suponer un problema mientras
contaminen otros territorios, pero la mejor solución está
en la naturaleza, la solución es investigar para que los
residuos sean materia prima. De tal manera que todo se
pueda reciclar, y el reciclaje se puede convertir en el
negocio del futuro, por eso deberíamos centralizar las
investigaciones encaminadas a utilizar materiales que sean
100% reutilizables.

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