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EL DEVOCIONAL PERSONAL COMO ESTILO DE VIDA

“Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte” (Isaías
26:9A)

Es un tiempo personal con Dios cada día, donde lo buscamos muy temprano en la mañana, para que Él nos hable a través
de su Palabra y nosotros hablarle por medio de la oración. Es, sin lugar a dudas, la actividad más importante que debe
llevar a cabo un cristiano que se siente amado por su Padre, y que realmente desee permanecer en un aviva miento
espiritual constante.

Este hábito espiritual era algo básico en la vida de Jesús, quien nos da ejemplo a imitar, cuando aún siendo el Hijo de
Dios, apartaba extensos períodos para comunicarse a solas con su Padre, por lo que nosotros tenemos mayor motivo
para también hacerlo.

(Mr 1:35; 6:46-47).

La meditación reposada y el estudio de las Escrituras nos dan conocimiento, confianza y esperanza. Todo hombre de Dios
necesita conocer a su Señor y su Rey, para tener intimidad con Él (2 Ti 3:15; Jn 5:39; Sal 46:10).

La nueva forma de vida que hemos escogido empieza a diario en la intimidad con Papá Dios donde nos presentamos tal
como somos y buscando su rostro, podemos tomar fuerzas de El, para que una vez que iniciamos el día en comunión con
Dios su bendición continúe durante todo el tiempo.

Es conveniente hacer de nuestra vida privada de oración, algo dinámico y caracterizada por un devocional consistente
(Sal. 55:16-19; Is. 26:9,16,20).

El no tener como modo de vida la búsqueda permanente de nuestro Padre es catastrófico para nosotros, que como Hijos
de Dios, tomamos la decisión de dejarlo actuar en nosotros, por mas que lo hagamos con toda nuestra fortaleza y
juventud llegará la fatiga, la flaqueza y la caída es eminente. Isaías 40: 30

El hacerlo parte de mi vida sentiremos todo su poder para remontar vuelos extraordinarios descubriendo las maravillas
que El tiene, serán fuerzas que antes no las habíamos experimentados que impiden que llegue el cansancio y la fatiga.
Isaías 40: 31

BENEFICIOS DEL DEVOCIONAL

*Quita el cansancio: Cuando llega el cansancio, la desidia, el desánimo y el conformismo, el buscar a Dios cara a cara, en
esa intimidad personal diaria, produce en nosotros esa revitalización permanente de las fuerzas, se recupera el ánimo y
las perspectivas se aclaran sabiendo que hay un propósito diferente para vivir. (Is 40:29-31; Mt 11:28)

*Da quietud interior (Is 30:15; 1 P 5:7) *Produce paz (Fil 4:7) *Quita el desánimo y la pereza (Is 35:3-4) *Desarrolla un
corazón perdonador (Mr 11:25) *Evita la mentira (Sal 15:2; 19:14) *Produce vida santa (Lv 20:26) *Produce obediencia.
Detrás de un corazón dispuesto a obedecer, está la bendición del Señor (1 S 15:22b) *Lleva a vivir una comunión con
Dios, para disfrutar de sus promesas (Sal 25:14) *Nos permite volar como las águilas: El hacerlo parte de mi vida
sentiremos todo su poder para remontar vuelos extraordinarios descubriendo las maravillas que El tiene, serán fuerzas
que antes no las habíamos experimentados que impiden que llegue el cansancio y la fatiga. Isaías 40: 31

¿CÓMO REALIZAR EL DEVOCIONAL PERSONAL?

El devocional debe tener los siguientes pasos o momentos, siguiendo el acróstico CASA.

C = Confesión

1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad.”
A= Alabanza

Salmo 33: 1 “Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza.”

S = Súplica – peticiones

1 Reyes 8: 45 “tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás justicia.”

A = Acción de Gracias

Filipenses 4: 6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias."

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SUGERENCIAS PARA UN DEVOCIONAL MÁS PRODUCTIVO:

1. Dedique un tiempo definido no menor a 30 minutos, preferiblemente en las mañanas antes de iniciar las actividades
del día.

2. Escoja un lugar quieto y privado para la adoración

3. Tenga una inquietud de expectación por lo que Dios hará y de agradecimiento como si ya lo hubiera hecho. (Isaías 26:
9)

4. Medite en una porción de la Biblia, siga un orden de lectura diario. (Salmo 119: 15-16)

5. Interceda al Señor por otros. Aquí déjese guiar por el Espíritu Santo al orar.

6. Tome notas en su cuaderno devocional: Haga una aplicación a su vida personal.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

El tiempo a solas con Dios diariamente, es el que nos da nuevas fuerzas para continuar ejercitando una vida de "Fe y
Obediencia" y poder remontarnos por encima de las circunstancias, obteniendo y disfrutando la victoria ganada por
Cristo Jesús (Is. 40:28-31).

Para todo gran desafío que tengamos, por más difícil que parezca, no olvidemos que tenemos el mejor de las métodos y
es el devocional personal; la Palabra de Dios en estos pasajes nos motiva a que desde la noche anterior nos preparemos
para ese encuentro de amor con nuestro Señor Jesús, el cual nos permitirá experimentar la fortaleza y valentía que
necesitamos cada día para continuar la marcha sin detenernos.

El éxito de la vida cristiana, consiste en comenzar y concluir cada día "de rodillas", como dice el Rey David: "Cada día te
bendeciré"; el cultivar una vida de oración y de estudio de la Palabra de Dios, nos permitirá abrevarnos de los
manantiales de agua viva (la vida en el Espíritu), para no tener "sed", y recibir su guía cada día a través de su Palabra.
(Salmo 1:1-3).

Al ser escogidos por El, nuestro corazón debe ser derramado como aguas en la presencia de Dios día a día para correr y
caminar sin cansancio ni fatiga disfrutando la abundancia que Dios pone por delante, reflejando su amor al mundo y
participando las buenas nuevas a todo aquél que decide cambiar de vida.

¿QUÉ ES UN DEVOCIONAL DIARIO?

Un tiempo devocional es, básicamente, un tiempo de comunión con Dios, un tiempo especial que apartas para
escuchar a Dios y platicar con Él. Esto se hace a través de la oración y la lectura de Su Palabra; pero tal vez la
característica más importante de un devocional, y lo que lo diferencia de un tiempo de lectura, es que un tiempo
devocional tiene su énfasis en la aplicación práctica de lo que Dios está diciendo, es decir, un devocional me
permite tener instrucciones precisas de lo que Dios está diciendo, no sólo conocimiento intelectual de lo que
Dios dice o es, no sólo adentrarme en Su carácter o en mi naturaleza, sino pasos concretos que me ayudan a
cumplir la voluntad de Dios.

¿CÓMO HACER UN DEVOCIONAL?

1. Determina una hora fija para hacer tu devocional y apégate a ese horario, no intentes hacer tu
devocional en tu tiempo libre porque lo más seguro es que nunca encontrarás ese tiempo. Si agendas,
programas y respetas cada día el tiempo que vas a utilizar para tu devocional, optimizarás cada uno de
tus encuentros con Dios.

2. Elige un libro y haz tu devocional en él desde el principio hasta al final. No es recomendable que
simplemente abras tu Biblia al azar cada día porque corres el riesgo de pasar por alto aspectos
importantes del contexto y “hacerle decir” a la Biblia cosas que en realidad no dice. ¿Cómo leerías una
carta de amor? Empezarías por el comienzo y poco a poco leerías, con calma, hasta el final ¿no es
verdad? ¡La Biblia es una carta de amor que Dios te escribió! Así que toma un libro por el comienzo y
sigue en él hasta el final.

3. Elige un lugar fijo en tu casa; un lugar donde no seas interrumpido por nada ni nadie y has de ese
lugar tu espacio especial donde siempre te encontrarás con Dios. Eso te ayudará a no distraerte y perder
el tiempo buscando dónde acomodarte para hacer tu devocional.

4. Ten listas todas las cosas que vas a necesitar: Una Biblia, un cuaderno, un lápiz, sacapuntas, etc.
Guárdalas en el lugar donde siempre hagas tu devocional. El tener todo listo evitará tener que levantarte
a buscar algo que hubieras olvidado, y así podrás seguir concentrado en lo que Dios te va diciendo, sin
distracciones.
El diccionario usa varias formas para describir la palabra devoción. Entre ellas “amor, fervor religioso,
práctica piadosa, inclinación, afición especial y costumbre buena y devota”. Ahora bien, tomando como
base que las Escrituras nos animan a esforzarnos por la piedad (1 Timoteo 4:7), además nos exhortan a
apartarnos para la oración (Mateo 6:6), a orar constantemente (1 Tesalonicenses 5:17) a leer y a meditar
en las Escrituras (Salmos 1:2), concluimos que devocional es la disciplina piadosa que forma parte de la
vida, sostenimiento y crecimiento espiritual del creyente. Este ejercicio comprende la oración, la lectura
y la meditación de la palabra que los cristianos debemos practicar con regularidad.

Los grandes hombres de la biblia como Abraham, Moises, David, Daniel, Pedro y Pablo -por citar
algunos- fueron distinguidos por una consistente y sólida vida de oración marcada de una profunda
devoción por Dios. El carácter santo y piadoso de estos hombres fue en gran medida producto de una
íntima comunión con el Señor.

Martín Lutero, el gran reformador del siglo XVI, empleaba 2 a 3 horas diarias a sus devociones
personales. Samuel Rutherford, el pastor presbiteriano del siglo XVII se levantaba a las tres de la
mañana para encontrarse con Dios en oración. David Brainerd, el conocido y joven misionero americano
del siglo XVIII llamaba a sus devociones diarias sus “deberes privados”. El teólogo y predicador
escocés del siglo XIX Robert Murray M’Cheyne decía “yo necesito emplear las mejores horas en
comunión con Dios. Es mi más noble y fructífero empleo y no debe ser arrojado en un rincón”.

Por eso, los creyentes debemos ser diligentes, cuidadosos y esforzados en obedecer este mandato bíblico.
Asegurarnos que estamos reservando un tiempo durante el día para dedicarnos a la oración, la lectura y
la meditación de las Escrituras. Teniendo en cuenta los grandes beneficios que representa las devociones
personales para nuestra santificación y la piedad, esta disciplina debe ser practicada con celo y fervor.

No hay santidad sin una vida de oración. No hay progreso espiritual sin comunión con Dios. No
crecemos en la semejanza de Cristo sin una vida devocional. En un sentido, ser como Jesús es caminar
como el anduvo (1 Juan 2:6) y al mirar los Evangelios descubrimos que la oración era parte central del
diario vivir de nuestro Señor (Marcos 6:46 & Lucas 22:41).

Que Dios nos conceda una profunda consciencia de la necesidad, de la importancia y del valor de la
oración, la meditación y la lectura de la palabra. Que Dios despierte los corazones mientras buscamos
más de Él. Que podamos decir junto al salmista: “¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los
ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová…. Porque mejor es un día en
tus atrios que mil fuera de ellos… “(Salmos 84:1,10).

Comenzar el devocional

Imagen titulada Pray

Ora. Una vez que hayas elegido un libro (pongamos como ejemplo que elegimos el evangelio de
Marcos) lo primero que debes hacer es orar para pedirle a Dios que te ayude a escucharle y que puedas
ver cuál es Su Voluntad. Haz una oración corta, que te ayude a recordar delante de quién te estás
presentando y que alinee tu corazón con el de Dios. Recuerda que este no es tu tiempo de oración e
intercesión por otras personas, sino que es el momento en que, como un soldado, te estás presentando
delante de tu capitán a recibir órdenes e instrucciones, no a pedir favores. Tu meta debe ser la de entrar
en conexión directa con tu Creador.

Lee y marca. Enseguida comienza a leer el capítulo que te corresponda (en este caso el capítulo uno
del evangelio de Marcos) varias veces, pero vas a leerlo con un lápiz en la mano y marcando todo lo que
te llame la atención, es decir, puede ser alguna frase que te suene extraña o interesante, alguna palabra
que se repita muchas veces, alguna actitud de un personaje determinado, alguna relación que haya de
causa-efecto (si haces esto… sucederá aquello…), algunos contrastes que puedas identificar, etc.

Medita. En este momento te darás cuenta de que hay algunas cosas que ya has marcado en tu Biblia,
concéntrate en esas porciones (pregúntale a Dios qué es lo que Él quiere decirte) y elige la que más te
llame la atención. Toma un tiempo para meditar en esa porción.

Hoy en día entendemos la meditación como tratar de poner la mente en blanco, pero en la Biblia
meditar es todo lo contrario, es llenar tu mente de los pensamientos de La Palabra.

Repasa varias veces ese pasaje que llamó tu atención y pregúntate: ¿hay algo aquí que tengo que
imitar?, ¿hay algo en este pasaje que tengo que evitar?, ¿me identifico con alguna actitud que aquí se
menciona?, etc. Tal vez puedes convertir ese pasaje en una oración, por ejemplo el Salmo 1 podría ser
así: “Señor, te ruego que apartes mi oído de consejos de malos y guárdame para que no ande en camino
de pecadores. No permitas que me siente con los escarnecedores, sino que tenga hambre y sed de tu
Palabra, que esta sea mi delicia. Quiero ser como un árbol que está firme porque… etc.” Toma tu
tiempo, no trates de acelerar las cosas y llena este tiempo de meditación y oración, recuerda Dios quiere
hablarte.

Imagen titulada 2004 02 29_Ball_point_pen_writing

Escríbelo en papel. Ahora, vas a tomar esa porción y con ella vas a llenar la hoja que tienes para
anotar. Por ejemplo, si tomas desde el v.16, tu hoja estará basada en 2 Timoteo 3:16-17 que dice: “Toda
la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”. Este
pasaje es perfecto para poner en claro algunos puntos importantes.

Lo que 2 Tim 3:16-17 dice es que cualquier porción de la Biblia (“Toda la escritura”) contiene el
aliento de Dios (es “inspirada”. En el idioma original, esta palabra no tiene la connotación que hoy
entendemos cuando decimos que tal o cual cosa nos ha “inspirado”, sino que hace referencia a que viene
de la respiración o el aliento) y que además tiene aplicaciones prácticas y no solo “intelectuales” (es
“útil”) para cuatro cosas: Enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia. Profundiza en estas cuatro
cosas y para aplicarlas en tu devocional.

Enseñar. La Palabra de Dios te puede enseñar, o sea, marcar un camino por el cual tú puedes
caminar con la confianza de que no tendrás problemas. Si comparas esto con una carretera dirías que la
Palabra de Dios puede mostrarte (“enseñarte”) los carriles y si tú sigues en el carril que te muestra,
sabrás que no tendrás inconvenientes y llegarás a destino sin accidentes. En tu devocional, en esta
sección anotarás los principios que la Palabra de Dios te está marcando, aquellas cosas que Dios espera
de un verdadero creyente, los mandatos que encuentras en tu lectura, etc.

Redarguye. Redargüir es “utilizar un argumento en contra”, sinónimo de “rebatir”, pero en el


lenguaje original esta palabra también quería decir algo así como “reprochar”. Básicamente lo que Pablo
quería decir cuando le escribió esto a Timoteo es que La Palabra de Dios es útil no solo para enseñarte,
sino también para decirte en qué estás fallando o qué estás haciendo mal. La Biblia no solo te muestra
cómo debes caminar, sino que también claramente te expone cuando tu camino no es el correcto. Si
regresas al ejemplo de la carretera, es como un oficial de tránsito que te dice “estás invadiendo un carril
que no te corresponde, eso está mal, si sigues así tendrás un accidente”. En tu devocional, en esta sección
anotarás claramente de qué manera estás fallando en vivir de acuerdo a lo que acabas de aprender, (lo
que te “enseñó” en el punto uno de esta sección), o sea, aquí pondrás cómo y cuánto me has salido del
carril que Dios trazó para tu seguridad.

Corregir. Esta palabra quiere decir “restaurar a un estado recto o correcto” (diccionario VINE).
La Palabra de Dios no solo te indica si te has desviado, además te ayuda a retomar el camino correcto
nuevamente. En el ejemplo de la carretera, te muestra dónde están las líneas pintadas y te ayuda a
regresar al carril y continuar el camino. En tu devocional, en esta sección anotarás qué necesitas hacer
para poner en práctica la voluntad de Dios, para aplicar lo que te enseñó en esta sección.

Instruir en Justicia. La Palabra de Dios no solo te enseña cómo quiere Dios que tú camines. No
solo te dice si te estás desviando de Su Camino y no solo te dice qué debes hacer para restaurar tu
caminar, además de todo eso, te da instrucciones claras y precisas para poder mantenerte en justicia, o
sea, en el camino de Dios. Volviendo al ejemplo de la carretera, te da instrucciones paso a paso para no
desviarte del camino: enciende los faros, no vayas tan deprisa, no mires el paisaje sino la carretera, ponte
lentes oscuros para evitar la resolana, etc. En tu devocional, en esta sección anotarás pasos concretos que
debes seguir para poder cumplir lo que aprendiste, lo que no estabas haciendo y cuál es tu meta. Deben
ser pasos claros, prácticos y verificables. Evita poner pasos medio etéreos o muy “espirituales” como
“tengo que amar más”, “necesito madrugar”, “tengo que perdonar”, “necesito orar”, “voy a leer la Biblia
más seguido”, etc. En vez de eso necesitas escribir una estrategia que puedas evaluar claramente, cosas
como: “voy a levantarme a las 6:00 am”, “Todos los días de 14:00-14:30 voy a orar por mi esposa”,
“este domingo voy a dar una ofrenda de tanto a tal familia porque sé que lo necesita”, etc. De esa manera
vas a poder evaluar si es que estás cumpliendo o no.

Termina con oración. Termina tu tiempo devocional con una oración, pero ten en cuenta lo que Dios
te acaba de decir. Es decir, ¿alguna vez has estado contándole a alguien algún asunto importante y
cuando terminas de hablar la otra persona simplemente te cambia de tema o te interrumpe para
preguntarte algo que no tiene nada que ver con lo que platicas?, es que, en realidad, esa persona no
estuvo escuchando lo que tú le decías, sino que se quedó enganchada en algún pensamiento suyo. A
veces, sucede lo mismo con Dios. Él te habla en tu devocional sobre obediencia (por poner un ejemplo)
y en tu oración final le pides que me dé un aumento de sueldo… o sea no escuchaste realmente lo que Él
te estaba diciendo porque tu oración final no tiene nada que ver con lo que Él te ha estado hablando unos
minutos antes. Asegúrate de orar lo que Dios te acaba de decir en Su Palabra y entonces sabrás que tu
oración será contestada (Juan 15:7).

Memoriza. Algunas veces, en tu tiempo devocional encontrarás algún versículo que vas a querer
memorizar, si ese es el caso, escríbelo en un pedazo de papel aparte y llévalo contigo todo el día por
donde vayas. Seguramente tendrás algún momento en especial en que necesites leer y reconfortarte con
ese versículo.

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