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Ricos dulces de México

Por:Maria Jose Castañeda20 Jul 16


Fuente: https://masdemx.com/2016/07/delicioso-catalogo-de-dulces-tradicionales-mexicanos/
Con el paso del tiempo, y años de la colonia española, comenzaron a surgir varios
dulces tradicionales mexicanos –y que hasta la fecha siguen intactos.

Extensa es la gastronomía mexicana entre sus sabores, variedades de ingredientes e inclusive


excentricidades. Se trata del resultado de la convivencia entre indígenas, españoles, mestizos y criollos a lo
largo de la historia del país; principalmente de la mezcla de productos autóctonos y foráneos que se han
acoplado al clima de las diferentes regiones del país. Como si el tiempo hubiera permitido que la cultura y la
dieta tan peculiar de la mexicanidad tuvieran un efecto hipnotizante a través de las sensaciones; en especial de
los platillos como los dulces mexicanos.
De acuerdo con Susana Ambrocio López, estudiante de gastronomía, los primeros dulces del territorio eran
“creados con pulpa de fruta, cereales y miel, que servían a los viajantes y mercaderes para soportar los largos
trayectos y proveerse de energía rápidamente.” Por ejemplo, el tzoalli o saule –actualmente el dulce de
alegría–, el cual solía cocerse en miel de maguey, espesa, dulce y oscura, y después con piloncillo, caña de
la planta de maíz o miel de hormiga mielera o de la abeja pipiola.
Con el paso del tiempo, y años de la colonia española, comenzaron a surgir varios dulces tradicionales
mexicanos –y que hasta la fecha siguen intactos– con base en frutas; como el ate de guayaba, tejocote y más.
La mayoría de estos dulces se elaboraron con frutas oriundas del país, provocando la mezcla de costumbres
culinarias europeas e indígenas en zonas comoPuebla, Michoacán y Querétaro. Quizá por esta razón no nos
sorprende que estos estados contienen una tradición dulcera latente como parte de su herencia colonial.
A continuación te presentamos un catálogo de los dulces tradicionales más famosos en el país:
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– Obleas de pepitas. Oriundas de Colima y Zacatecas, se preparan con harina de trigo, azúcar y pepitas.

– Cacahuates garapiñados. Nacieron en Morelos y se hacen quitándoles la cáscara y cubriéndolos con


caramelo; hay ocasiones en que se les agrega ajonjolí para darles un toque especial.
– Cocada. A veces con un toque de sabor naranja, este dulce es un coco rayado honrado para darle una
textura crujiente. Hay ocasiones en que se les da el nombre de “veladora”, y nació en los estados costeros del
país.

– Dulce de mostachón. Se dice que fue creado por un ganadero del norte apodado “Mostachón” con el fin de
conquistar a la mujer que amaba. Lo emblemático del dulce es su sabor entre dulce de leche y nuez.
– Macarrones de leche. Es un dulce que nació en Puebla, el cual está compuesto de leche, huevo, azúcar y
cajeta.

– Alegrías. Es el amaranto en cuadritos pegados con miel o piloncillo. Este dulce prehispánico era usado
como elemento ceremonial de mayor relevancia.
– Palanquetas de cacahuate. Este dulce se mezcla con piloncillo para darle consistencia y forma. Se dice que
Pancho Villa siempre viajaba con palanquetas para el camino.

– Ate. Nace en el estado de Michoacán, realizándose con una gran variedad de frutas y formas. Su origen se
les atribuye a los frailes franciscanos desde tiempos de la Colonia.
– Glorias. Elaboradas con base de leche quemada, este dulce surge en la ciudad de Linares –Nuevo León–. Se
desconoce, sin embargo, de dónde surgió su nombre; aunque se intuye que los primeros que llegaron a probar
este dulce, “se sentían en la gloria”.

– Alfajor de coco
– Dulces cristalizados. Se trata de una serie de frutas sumergidas en azúcar o piloncillo hirviendo hasta que
queden como “joyas”. Entre las frutas más usadas para este fin está la piña, nopal, chile manzano, chayote,
manzana, kiwi, entre otras.

– Limón relleno de coco. Este dulce se prepara con un coco rayado cocido a fuego lento con leche y azúcar,
y las cáscaras de limón hervidas con azúcar hasta formar un dulce cristalizado. Una vez preparados los
ingredientes, se introducen pequeñas dosis de coco en las cáscaras de limón.
– Camote. El camote poblano surge de un convento de monjas dedicadas a la enseñanza infantil. Se dice que
un día, uno de estos niños hizo la broma a una de las monjas en la cocina. Para hacerlo, cogió un camote y lo
colocó en la olla al fuego, lo revolvió con azúcar y lo batió para que se formara una masa difícil de quitar a la
hora de lavar. Al poco rato, llegó la monja, probó la mezcla y decidió envolverlo para comenzar a venderlos.

– Jamoncillo. Surge en el estado de Nuevo León, Coahuila, Durango, Chihuahua, Sinaloa, Jalisco y Estado
de México. Está hecho con leche y azúcar; incluso, en ocasiones, puede tener nuez picada o semillas de
calabaza.
– Dulce de tamarindo o tarugos. El tamarindo fue traído por los españoles, cultivándose rápidamente por
zonas tropicales de México; especialmente en Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas e inclusive Yucatán.

– Palomitas acarameladas.
– Borrachitos. Son dulces de harina espolvoreados de azúcar, con un relleno cremoso y un toque de licor. Sus
sabores varían entre fresa, piña y limón.
– Muéganos. Los muéganos, oriundos de Huamantla y Tlaxcala, se hacen con una masa de harina de trigo
frita cubierta con un caramelo hecho con base en piloncillo y azúcar.

– Cajeta de Celaya. Tiene su origen en Guanajuato, creado con leche de cabra y algunos endulzantes como
vainilla y vino.
– Pan dulce mexicano. Este tipo de dulces mexicano fue influenciada por los panecillos crujientes, baguettes
y bollería de los franceses y españoles. De ahí, los pueblos indígenas comenzaron a crear diferentes tipos de
dulces de pan, hasta crear una vasta diversidad a lo largo del país. Estos son algunos ejemplos:

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