Sei sulla pagina 1di 4

EL CAMINO A CASA

Por DAVID SHIBLEY

El mundo de hoy está lleno de gente solitaria. Sociólogos aciertan en


que el fenómeno moderno es el de sentirse totalmente sólo, aunque rodeado
de personas. El quebrantamiento de las estructuras básicas de nuestra
sociedad ha producido una generación de gente que se siente aislada, lejos
de cualquier verdadera familia o verdadero hogar.
Tal vez tú eres uno de los solitarios. Tú sientes que hay algo más en esta
vida de lo que tú has descubierto. Puede que estés con esperanzas de que
pueda existir un conocimiento de que verdaderamente estás en casa – a gusto
contigo mismo, con otros y con tu Creador. Tengo buenas noticias para ti. Sí
hay esperanza y sí hay un camino a casa.

EL CORAZÓN DE DIOS HACIA TI


El gran filósofo Agustín una vez dijo: “Tú nos has hecho para ti, oh
Dios; y nuestros corazones están sin descanso hasta que encuentran su
descanso en Ti”. Nosotros fuimos creados para tener íntima amistad con
Dios. La búsqueda loca de placer o posesiones materiales es, a menudo, una
búsqueda inconsciente de Dios. Satisfacción completa en esta vida sólo
puede venir al establecer una íntima relación con Dios. Como dijo Jesús: “La
vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”
(Lucas 12:15).
Qué maravilloso descubrimiento el saber que Dios desea una íntima
amistad contigo. Aún cuando estábamos en contra de El, aún entonces, El
nos amaba!. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hemos amado a
Dios, sino en que El nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación
por nuestros pecados” (1Juan 4:10). La Biblia también declara, “porque de
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Este Dios de amor es también un Dios de perfecta santidad. Alrededor
del Trono de Dios los ángeles dicen continuamente: “Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de Su gloria” (Isaías 6:3).
Dios es perfecto en todas Sus maneras; lleno de infinita justicia y aún
lleno de infinita misericordia y amor hacia nosotros.
TU MAYOR NECESIDAD
La más grande necesidad que todos poseemos es de recibir el perdón
por nuestros pecados y de reestablecer una relación íntima con Dios. Por el
gran amor que Dios tiene hacia nosotros, El desea perdonar nuestros
pecados. Pero a causa de Su santidad, El no puede mirar el pecado. La Biblia
dice: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio”
(Habacuc 1:13).
Es ahí donde está nuestro problema. Pues la Biblia es clara en que:
“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”
(Romanos 3:23). El pecado es una actitud de rebeldía contra Dios. Esta
actitud ha infestado la entera raza humana. Muchas veces esta actitud se
manifiesta en rebeldía activa contra Dios. Y otras veces esta actitud es
manifiesta pasivamente; un corazón que dice: “Dios: Tú ve por Tu camino y
yo iré por el mío”. Esta rebeldía contra Dios ha sido la raíz de todo dolor en
nuestro mundo – y de todo nuestro sufrimiento personal también. El
resultado de esta rebeldía es evidente. “Porque la paga del pecado es muerte,
más el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”
(Romanos 6:23). “Por tanto, como el pecado entró al mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron” (Romanos 5:12).
El pecado ha creado un abismo entre un Dios santo y toda la
humanidad pecadora. Y este abismo es el centro del sentirnos extraños y
estar lejos de casa. Pues ves, “casa” es en los brazos del Padre Celestial y si
estamos lejos de este lugar de verdadera paz de mente y corazón, algo dentro
de nosotros lo sabe. La Palabra de Dios dice: “He aquí que no se ha acortado
la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero
vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y
vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías
59:1-2).
Este abismo entre Dios y usted continuará por toda la eternidad a
menos que usted deje sus pecados. Esto es lo que la Biblia llama
arrepentimiento. El arrepentimiento es un cambio de pensamiento quiere
decir, que mientras una vez usted confiaba en su propia bondad, ahora usted
confiará solamente en la bondad de Dios hacia usted en Cristo. Puesto que
una vez usted iba por su propio camino, independientemente, indiferente a
Dios ahora usted desea caminar con El, no lejos de El. Esta es la razón por la
cual la Biblia implora: “Así que arrepiéntanse y conviértanse, para que sean
borrados sus pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de
refrigerio” (Hechos 3:19).
¿Se ha arrepentido usted? ó ¿está usted todavía lejos de casa?
JESÚS ES EL CAMINO A CASA
El amor de Dios por usted es demostrado sin duda en el regalo de Su
Hijo, el Señor Jesucristo, por usted. “Más Dios muestra Su amor para con
nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Romanos 5:8). Su sacrificio en la cruz ha cerrado el abismo entre Dios y el
hombre.
Jesucristo es Dios en carne humana. Vivió una vida perfecta,
mostrándonos el verdadero carácter de un Dios amoroso hacia nosotros. Su
muerte proveyó el pago completo por nuestros pecados ante un Dios santo.
Su resurrección nos da poder para hoy poder vivir vidas que le agradan a
Dios. Su pronto retorno nos asegura que todos los que han venido a El en
arrepentimiento y fe, vivirán con El para siempre.
Lo que nunca pudimos conseguir por nuestros propios méritos, Dios
en Su amor proveyó para nosotros. “Porque por gracia sois salvos, por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para
que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
Cuando Jesús fue colgado en esa cruz romana, El tenía un propósito
en mente. Este propósito era de traerte a “casa”- a ser parte de la familia de
Dios. “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo
por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en espíritu” (1Pedro 3:18).
Jesucristo ha abierto el camino para que la relación íntima entre Dios
y usted sea restaurada. Su muerte ha proveído perdón por sus pecados y paz
con Dios. Su vida resucitada provee razón para vivir y poder para sobrepasar
las dificultades de la vida.
Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). El ha establecido un camino, el
único camino, para que sus pecados así sean perdonados y usted tenga vida
eterna. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

SU RESPUESTA
¿Ahora, qué harás con Jesús, este quien te amó lo suficiente para
morir en tu lugar? No puedes ser indiferente a El. El lo hizo muy evidente.
“El que no está conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama” (Mateo 12:30).
Ahora es el momento de arrepentirse de sus pecados y entregar su
vida a Jesucristo. “Porque dice: en tiempo aceptable te he oído; y en día de
salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora
el día de salvación” (2Corintios 6:2).
Usted puede venir a Jesús ahora, donde quiera que esté. Al usted
recibirlo, El lo recibirá a usted. Usted final y eternamente estará en “casa”,
en paz con Dios. El pasado será olvidado. Sus pecados serán perdonados.
Una nueva vida comenzará para usted ahora mismo. “De modo que si alguno
está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son
hechas nuevas” (2Corintios 5:17).
Deje que esta oración exprese el deseo de su corazón a Dios ahora
mismo.
“Señor Jesús, gracias por morir en la cruz por mí. Ahora mismo me
arrepiento de mis pecados y confío en Tu sangre derramada como pago
completo por todos mis pecados. Yo creo que Tú eres el Hijo de Dios; y que
Dios te resucitó de los muertos. Ahora te recibo como mi Salvador personal,
y te entrego toda mi vida, sin reservas, a ti como Señor. Gracias por oír mi
oración, perdonar mis pecados y entrar en mi vida como lo prometiste.
Amén”

Si usted ahora ha recibido a Cristo, una nueva y maravillosa vida le


espera con Dios y Su pueblo. A medida que usted crece en su fe en Cristo,
usted querrá:
(1) ser bautizado en agua (Romanos 6:4)
(2) ser lleno del Espíritu Santo (Efesios 5:18)
(3) hacerse miembro fiel de una iglesia que exalte a Jesús; crea y
predique toda la Biblia (Hechos 2:46-47).

Potrebbero piacerti anche