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(54) Corte Sup. Nac., L. L., sentencia nú- (56) Hace años, nos ocupamos del tema, lle-
mero 31,752. diario del 20-9-952. Sobre el particu- gando a la conclusión que, refirmamos, la "ley
lar, véase Estado de guerra interno (aún inédito) marcial" es ajena al orbe jurídico argentino.
de Guillermo Becerra Fevi-er, Córdoba, 1956. V. nuestro libro Poderes militares en la Constitu-
(55) V. Anales de Legislación Argentina, to- ción argentina, págs. 131 y sigs. Conf. Moreno,
mo XI-A, J9S1 pág. 6, en nota. Resulta de interés J. M., Obras completas, t. 3, pág. 397; Sánchez
el informe del autor del Anteproyecto, coronel Sa- Viamonte. Ley marcial y estado de situó, pág. 20,
cheri. Montevideo, 1931.
de: los delitos y faltas esencialmente mi- ció oral. Esta parte procedimental cons-
litares, que con las que por afectar la exis- tituye un verdadero código en materia ri-
tencia de la institución, sólo las leyes cas- tual; y es comprensiva, a lo largo de 367
trenses prevén y sancionan; los delitos y artículos (C. J. M., arts. 140 a 507), amén
faltas que afectan directamente el Dere- de normas preliminares, de las que deciden
cho y los intereses del Estado o de los las cuestiones de competencia y conflictos
individuos, cuando son cometidos por mi- de atribuciones, notificaciones y citaciones,
litares o empleados militares en "actos de rebeldía del imputado, procedimiento ordi-
servicio militar o en lugares sujetos exclu- nario en tiempo de paz y de guerra, auto-
sivamente a la autoridad militar" ( 5 7 ); las ridades que ordenan, objeto y duración del
infracciones cometidas por individuos de sumario, denuncia, prevención, comproba-
las fuerzas armadas en desempeño de un ción del hecho durante la instrucción, de-
servicio dispuesto por los superiores mili- claraciones, testigos, examen pericial, prue-
tares, a requerimiento de las autoridades ba documental, detención y prisión pre-
civiles o en auxilio de aquéllas; los delitos ventiva, medidas cautelares sobre bienes,
cometidos por militares retirados, o por sobreseimiento, y el procedimiento en el
civiles, en les casos determinados por el plenario ante los consejos de guerra perma-
Código (C. J. M., art. 108). El artículo 109 nentes y especiales (excepciones, prueba,
señala quiénes están sujetos a la jurisdic- acusación, defensa, vista de la causa, deli-
ción militar; y el artículo 110 alude a la beración y sentencia); y por último, los re-
jurisdicción en tiempo de guerra, que se cursos y las normas de ejecución d.e las
extiende a empleados y operarios cuando sentencias, etcétera.
presten servicios en establecimientos o de- Digna de mención, por ser contraria a una
pendencias militares, a los prisioneros de garantía constitucional (C. N., 18), en la
guerra, vivanderos, postillones, sirvientes, norma del artículo 242 del C. J. M., en
comerciantes y demás personas que acom- cuanto dispone que "es obligación del im-
pañen a las fuerzas armadas, y a los par- putado contestar las preguntas que se
ticulares que en las zonas de operaciones le hicieren", y el silencio es presunción en
cometieren delitos previstos en el Código o su contra (Ib.). Igual vicio constitucional
en los bandos que se dictaren. tiene el artículo 252, que sólo prevé la
En materia de competencia, se inclina asistencia del defensor después de la inda-
por asignarla al tribunal que entienda en gatoria, cuando es harto sabido que la
el delito con pena mayor; y en igualdad misma constituye el primer acto de defen-
de sanción, da primacía al tribunal cas- sa^»).
trense (C. J. M., 113). La competencia eje- La -defensa ante los tribunales militares,
cutiva —sin discriminación alguna, o sea amén de constituir acto de servicio y por
propiamente penal y disciplinaria— que ende, restringido ab intitio, se halla condi-
dispone el artículo 120, C. J. M., que la cionada por normas (arts. 365 a 368), que
otorga "en todo tiempo el Presidente de pueden hacerla ilusoria, con lo que la in-
la República y a sus agentes de mando violabilidad proclamada por el articulo 18
militar", es norma harto peligrosa y no es de la Constitución Nacional, y por todos
congruente, como se dijo ya, con la prohi- los documentos que aluden a los Derechos
bición categórica del artículo 95 de la C. Humanos, queda sin resguardo alguno. Has-
Nacional. Esta disposición, en gran me- ta la indagatoria durante la vista de la
dida, asigna al Poder Ejecutivo funciones 'causa (art. 376) queda limitada por el con-
eminentemente judiciales. cepto de disciplina...
El tratado II del C. J. M., prevé las nor- Por último, es particularmente lesiva al
mas de procedimiento para su aplicación artículo 95 de nuestra ley suprema, el ar-
y que comprende: sumario, instrucción y tículo 469 del C. J. M., cuando dispone, que
plenario. Trátase de un procedimiento es- no obstante el cúmplase a la sentencia de
crito y sin las-ventajas de justicia del jui- los tribunales militares, puede —salvo los
casos de indulto o conmutación de pena,
(57) V. art. 878, que esclarece lo que debe eti- aumentar la sanción disciplinaria impues-
tenderse por "acto de servicio", o sea el que tiene ta en la sentencia, cambiar la calificación
relación con las funciones específicas que a cada hecha por el tribunal o devolver la sen-
militar corresponden. (V. sent. juez Instrucción
de Córdoba, doctor Raúl Centeno Castellano, in re tencia para que sea nuevamente fallada
"Giménez Juan Raúl, lesiones", en Comercio y cuando estime que la misma es injusta...
Justicia, Córdoba, 15 agosto 1955. Cfr. Corte Sup.
Nac., Fallos, t. 200, pág. 238; t. 212, pág. 266, y (58) Cód. de proced.' penales de Córdoba. Cfr.
t. 211, pág. 317. V. jurisprudencia, en materia Vélez Mariconde, Estudios de Derecho procasal •pe-
castrense, que inserta el Boletín Jurídico Militar, nal, t. 2, págs.,92 y sigs., Córdoba, 1956. V. nues-
que publica la Auditoria General de las Fuerzas tra nota "Asistencia Jurídica en Tía toúagatoría",
Armadas, núms. 1-7, años 1953-56.) en La Ley, t. 30; pág. 50.
(Incs. 3?, 4<? y 5°). Estas facultades confi- hurto y los demás previstos por violación
guran el conocimiento de causas judiciales, de la ley penal común o de leyes especiales,
cuya interdicción es manifiesta en virtud art. 870, C. J. M.).
<le preceptos abecedarios en materia jurí- c) Ley de organización de la Nación
dica. • para tiempo de guerra. Es de importancia,
El tratado III del C. J. M., que trata de por los efectos de carácter jurídico que
la penalidad o penología, es un verdadero produce su aplicación en tiempo de paz
código penal especial, tiene una extensión —evento previsto en la misma y de allí la
de 381 artículos (del 508 al 888, C. J. M.), necesidad de su estudio desde el plano del
y abarca: Infracciones y penas en gene- Derecho-j-, la ley nacional número 13.234,
ral (lib. I), e infracciones militares en sancionada el 19 de septiembre de 1948
particular (libr. II). En el primero se se- (v. Anales de Legislación Argentina, VIII-
ñalan las normas generales sobre compli- 1948, pág. 72). En más de un aspecto, ella
cidad, atenuantes y agravantes, conspira- resulta violatoria de normas primarias de
ción y proposición, clasificación, duración y nuestro orden constitucional y su aplica-
efectos de las penas y de las sanciones dis- ción, en muchos casos, puede obedecer a
ciplinarias, su aplicación, y los modos de objetivos distintos de los que autorizarían
extinción de la acción penal y disciplinaria su vigencia en casos extremos. Basta poner
y de las penas y sanciones -disciplinarias de resalte que sus normas pueden aplicarse
(arts. 508 a 620, C. J. M.), El segundo es en tiempo dé paz, para concluir y justificar
comprensivo de los delitos contra la lealtad la alarma de quienes siempre son devotos
a la nación (traición, instigación a come- de los grandes principios que informan
ter actos hostiles, espionaje y revelación la dignidad civil y el espíritu republicano
de secretos, los que afectan a las relacio- que perfilan la tradición histórica del país
nes internacionales); delitos contra los po- argentino. .-..-•
deres públicos y el orden constitucional Dispone el artículo 1<? |de la ley 13.234,
(rebelión, y contra el régimen constitucio- que compete al Presidente de la República,
nal) ; delitos contra la disciplina (vías de en su carácter de jefe supremo de la Na-
hecho contra el superior, irrespetuosidad, ción y comandante en jefe de todas las
insubordinación, insultos a centinelas o fuerzas armadas, solidariamente con los mi-
fuerza armada, desobediencia, motín, su- nistros secretarios de Estado, todo cuanta
blevación, actividades políticas o subersi- concierne a la preparación, organización y
vas); infracciones en el desempeño de car- dirección de la defensa nacional, cuyas
gos (abuso de. autoridad, usurpación de previsiones deben adoptarse desde tiempo
mando); infracciones contra el servicio de paz (art. 29); incumbiendo al Consejo
(abandono de servicio, abandono de destino, de defensa nacional impartir la orienta-
deserción); infracciones de los deberes del ción necesaria a todos los organismos del
centinela, violación de consigna, negligen- Estado para preparar: a) La movilización
cia, infracciones en el mando, en comisio- de todas las fuerzas armadas de la nación;
nes o en el servicio; delitos contra el honor b) La movilización del potencial necesario-
militar; infidelidad en el servicio; y, por para organizar la defensa civil, la seguri-.
último, infracciones especiales de la ma- dad interior, el funcionamiento normal de
rina y de la aeronáutica. A ello deben agre- la administración y de los servicios públi-
garse previsiones sobre delitos —fuera de cos y asegurar un ritmo de trabajo inten-
las infracciones cometidas por personal ci- sivo en todos los órdenes de la producción,
vil—, contra la propiedad (exacciones ile- el comercio y la industria; c) La moviliza-
gales, disposición indebida de objetos y ción y utilización para tiempo de guerra
prendas militares, daño, incendio y otros de todos los recursos morales y materiales
estragos); delitos en el desempeño de car- del país; y d) la creación de los organis-
gos (prevaricato, denegación y retardo de mos necesarios para planificar, coordinar
justicia, cohecho); omisiones, defraudacio- y dirigir el aprovechamiento del potencial
nes y malversaciones en la administración bélico de la República (art. 39).
militar; falsedades en la administración o La ley atribuye a los ministerios milita-
«n el servicio; falsificación, ocultación, sus- res una supremacía, desde tiempos de paz,
tracción o destrucción de documentos, usur- sobre todos los demás organismos del Ea-
pación de condecoraciones, uniforme o in- tado en la preparación y coordinación pa-
signias, evasión de presos y prisioneros,- et- "ra la defensa de la República (arts. 49 a
cétera. Se prevé, igualmente, la comisión 10). La conducción de la guerra, en su as-
de delitos comunes también cometidos a pecto jurídicopolítico, compete directa-
la jurisdicción militar, normas también que mente al Presidente de la República; y se
requieren urgente revisión para adecuarlas prevén, en casos bélicos, la división del
a los principios constitucionales (robo y país en zonas de operaciones terrestres,
marítimas y aéreas y en una zona del in- cución emergencias graves que se señala
terior (Ib., 14). En esta última, en princi- como causal de movilización— para ener-
pio, mantienen su jurisdicción las autori- var movimientos sindicales o anular ma-
dades civiles, por razones de disciplina y nifestaciones de voluntad democrática. Se
orden, puede ser declarada zona de guerra subvierte, así, la finalidad extrema que
y sometida, por decreto del Poder Ejecuti- justifica normas de ese jaez, que sólo tie-
vo, a la jurisdicción castrense. El artículo nen explicación para los momentos dra-
22 de la ley declara obligatorio en la na- máticos en que peligra la vida histórica de
ción, la organización de la defensa pasiva la República. El espíritu civil 'que impreg-
contra ataques aéreos, siendo carga públi- na nuestras instituciones y que hace a la
ca irrenunciable para todos los habitantes dignidad del hombre libre, no se resigna
los deberes y prestaciones que aquélla a la posibilidad que, por cualquier causa
comporte. ,Y ella es también obligación de o circunstancia, se le someta a la jurisdic-
las autoridades nacionales, provinciales y ción castrense. Facilidades de esa laya,
municipales (arts. 23/26 de la ley). El ser- bien pueden resultar, a la postre, preferi-
vicio civil de defensa nacional (ley número dos caminos de servidumbre ( 5!) ).
12.913), es definido como el conjunto de JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notas.
obligaciones que impone el Estado a las
personas no movilizadas para contribuir y BIBLIOGRAFÍA. — A la Indicada en el texto y no-
sostener el esfuerzo que la guerra demanda tas, debe agregarse: Baudon, El estado de, sitio,
Bs. Aires, 1939. — Cáceres. J., Poderes militares íe
a la nación, asegurando la capacidad gue- la Constitución. Bs. Aires. 1905. — Dobranioh,
rrera de las.fuerzas armadas, el funciona- Justicia militar argentina, Bs Aires, 1913: —Fair-
miento de los servicios públicos, la produc- man, "La ley marcial y el estado de sitio de emer-
ción intensiva de-los materiales de guerra gencia", en Harvard Lav: Review, junio 1942, vo-
lumen 55. — Frías. El ejercito. Bs. Aires, 1909. —
y el abastecimiento para los frentes de Linares Quintana, Tratado de la ciencia del Dere-
batalla e interior. La movilización del ser- cho constitucional, 6 tomos, Ed. Alfa, 1953-56.—
vicio civil sólo puede ser decretada por el Rébora, Ensayos de una doctrina sobre garantías
Poder Ejecutivo —¿y por qué no por el Con- constitucionales. — Palacios, Justicia militar ar-
gentina, Bs. Aires, 1914. — Von der Goltz, La na-
greso?— cuando sea necesaria a los fines tion armée, París, 1891.
de la defensa nacional y en los casos de
catástrofes y emergencias graves que afec- DERECHO MINERO.* SUMARIO: I. Intro-
ten partes importantes del territorio na- ducción. II. Concepto. III. Reseña histórica
cional o de sus poblaciones. de la evolución del Derecho minero: Grecia;
Una disposición importante, porque afec- Roma; España; Derecho minero colonial; El
Derecho minero después de la Independen-
ta a la propiedad privada, es la que prevista cia; Inglaterra; Estados Unidos de Norte-
en los artículos 30 y 31 de la ley, alude américa; Francia; Italia; Alemania; Rusia.
a los casos de requisiciones que sean in- IV. Fuentes. V. Relaciones con otras disci-
dispensables para proveer a las necesidades plinas. VI. Contenido.
de la defensa nacional, y se señala el de- I. Introducción, Los minerales, como
recho que da toda requisición para su in- componentes de uno de los tres reinos en
demnización o retribución, equivalente al que se divide la Naturaleza, han ofrecido y
justo valor de los bienes cuya estimación ofrecen al hombre uno de los elementos ma-
administrativa es recurrible a la justicia teriales más importantes para la satisfac-
federal (Ib., art. 32 in }ine). La norma si- ción de sus necesidades primordiales, pu-
guiente prevé las requisiciones de servicios diendo afirmarse que en la historia de la
personales y señala la forma de su retri- humanidad aparecen indisolublemente uni-
bución, si correspondiere. dos a su progreso.
Decretada la movilización por las causa- Este reino inanimado y poderoso, que se
les previstas, dice el artículo 36 de la ley, encuentra ora en las profundidades de la
que el personal convocado para el servicio tierra, ora esparcido en la superficie del
civil de defensa, queda sometido a las dis- suelo, ora entre las grietas de las rocas,
posiciones del Código de Justicia militar, necesita ser descubierto, arrancado y bene-
aunque el Poder Ejecutivo podrá disponer ficiado para que sea útil al hombre.
un régimen disciplinario y penal especial Las operaciones tendientes a conseguir la
para tiempo de guerra, y aún dispensar, localización de los minerales, su des?ubri-
a los movilizados en el servicio civil, de miento, explotación y beneficio, integran la
ser juzgados por los tribunales castrenses industria minera, cuya importancia, espe-
(art 37).
Si bien esta ley tiene su razón jurídico- (59) feayek, The road to serfáom, Chicago,
politica para instantes dp guerra, sin em- 1945. .
bargo --y liay precedentes en el país—,
ella no puede ser invocada —pese a la lo- Por el Dr. JULIO A. QUEVEDO MENDOZA.
cialmente en los tiempos modernos, no pue- dad de las naciones, en suma, las propias
de soslayarse, dado que es esa industria la condiciones existenciales de la humanidad
que ha entregado a ¡a humanidad los más y su progreso dependen cada vez más y
preciosos instrumentos para el trabajo pa- fundamentalmente de la utilización de de-
cífico en las ciudades y en el campo en terminados minerales". En el mismo sentido
tiempos de paz y para las necesidades de se expresan Theodoro Jesse Hoover cuando
la defensa en tiempos de guerra. "Están dice que nuestra civilización actual se basa
de acuerdo los economistas —escribe Joa- en una demanda creciente de yacimientos
quín V. Gonzálex— en considerar la mine- minerales y una utilización cada vez mayor
ría como la industria extractiva por ex- de los mismos. La estrutura de esta civili-
celencia, la que suministra al hombre las zación es como la de un rascacielos de
materias más necesarias y más directa- acero; su paso es el de una máquina cons-
mente útiles para la vida individual y co- truida con metales y alimentada con con--
lectiva; y por lo tanto su importancia no bustibles minerales. Cada pensamiento o
puede ponerse en duda, ya se la considere acto de nuestra vida diaria cambiarían si
bajo su aspecto económico, ya del punto alguien, en una época anterior no hubiera
de vista de la apropiación y explotación de extraído algo dei suelo en un punto del
los yacimientos donde se encuentran los globo. La minería es una de las industrias
minerales útiles, o sea, la legislación mine- básicas sobre la cual descansa nuestra
ra". Agrega que "de las minas se obtienen vida moderna".
los elementos primos de todas las industrias Más allá de todo lo imaginado y previsto,
fabriles y auxiliares de otras extractivas y asistimos hoy a la utilización del uranio y
por cuya virtud se mueve la humanidad de otros minerales fácilmente fisionables
hacia su perfeccionamiento económico y como fuente prodigiosa de energía. Al lado
artístico y porque ellas suministran direc- del uso que ya se ha hecho durante la úl-
tamente los materiales de la moneda, de tima conflagración mundial y en campos
las construcciones y de los objetos más in- . experimentales de las armas termonuclea-
dispensables a los usos de la vida. Así, las res, ha nacido la perspectiva tan inusitada-
minas.son la fuente de muchas y funda- mente feliz para la humanidad de la utili-
mentales relaciones de la cultura universal zación del átomo benéfico, como se le ha
y de las artes, porque les proporcionan los llamado al aprovechamiento pacífico de la
metales, las piedras de construcción y de energía atómica. Y si tal fuese el camino
ornamento y demás substancias de que se que se ha de buscar a esta energía, el hom-
labran o fabrican los objetos más bellos bre contará pronto con el más maravilloso
y útiles para satisfacer los fines materiales de los combustibles. Basta con señalar que
y estéticos; de las ciencias, porque le su- según cálculos realizados por especialistas
ministra los matriales que sirven para la de la materia, un kilo de combustible de
elaboración de las substancias, de las fuer- uranio podrá substituir a dos millones
zas, de los agentes de sus investigaciones y ochocientas mil toneladas de carbón. Véase
experimentos, y le ofrece los poderosos ma- cómo la utilización de estos nuevos mine-
teriales para la mecánica, que tanta in- rales denominados radioactivos, ha venido
fluencia tiene ya en la civilización; de la a dar al mundo no sólo la sensación de su
seguridad y riqueza de las naciones, porque futura destrucción y aniquilamiento, sino
no solamente las provee de las materias con también de su salvación y creciente pros-
que se han de fabricar las armas, proyecti- peridad...
les, buques y explosivos para la defensa de La utilización industrial de los minera-
su honra e integridad, sino también del les supone una serie de actividades pre-
precioso instrumento de los valores y de vias que son propias de la industria ex-
los cambios que se llama moneda, con que tractiva.
se mueve el mundo y la fuerza motriz que Contrariamente a lo que ocurre con la
perfora las montañas, atraviesa los desier- tierra que es visible para todos, los mine-
tos y los mares y cada día acerca más la rales, por lo general, se encuentran debajo
solidaridad humana, sancionada por la re- de la superficie del suelo y, a veces, a
ligión, la filosofía y la jurisprudencia". grandes profundidades, de suerte que casi
Atilio Vivacqua también expresa que "el siempre es menester de una tarea previa
mundo moderno nos da la impresión de de investigación que tenga por objeto la
un inmenso e insaciable monstruo metálico localización de los mismos y su descubri-
en permanente metamorfosis, alimentado miento. Esa actividad, que puede consistir,
a carbón y embriagado de petróleo". "La como ya lo hemos dicho en otro lugar, en
vida, la salud, el confort, las ciencias, las simples exámenes de visú de los terrenos
artes, "la agricultura, la industria, el trans- acompañados dé trabajos de reconocimien-
porte, la seguridad, la riqueza y la prosperé to (caso de los yacimientos superficiales),
en estudios geológicos de las zonas supues- plotación es punto de suma importancia y
tamente mineralizadas, en sondeos, perfo- puede determinar el éxito o el fracaso de
raciones, etcétera, constituye la etapa previa la empresa. La naturaleza, potencia, in-
de investigación, exploración o cateo. Esta clinación, y accidentes del criadero, la du-
tarea previa generalmente debe ir acompa- reza de la roca en que está encajonado, la
ñada de una actividad de observación más presencia de mayor o menor cantidad de
minuciosa cuando se ha comprobado la agua o gases, el precio de la mano de obra
existencia de mineral, lo que se hace 'por y de los materiales, unidos a otras circuns-
medio de las calicatas. Modernamente la tancias, son factores que al incidir en la
.geología económica presta un ponderable técnica y economía de la explotación, de-
.auxilio a esta tarea de reconocimiento. terminan la elección de uno u otro de los
El descubrimiento de un yacimiento mi- métodos de laboreo".
neral determina la iniciación de una nueva Lógicamente, la división primaria de ya-
etapa que es la propiamente extractiva o cimientos superficiales y subterráneos de-
de explotación y que abarca una serie de termina una diferente aplicación técnica en
actividades técnicas que varían en relación materia de explotación.
a la naturaleza de los minerales de cuya Respecto de los primeros expresa Cata-
extracción se trate. lano que "puede .emplearse el sistema de
Los métodos y sistemas que se emplean explotación a cielo abierto, o al aire libre o
en la explotación de las minas no pueden glory hole. Este método de explotación des-
ser, lógicamente, los mismos para todos los de la superficie se utiliza cuando las subs-
yacimientos. Según las enseñanzas de Geor- tancias profundizan poco la corteza terres-
ge J. Young, éstos, por su origen pueden tre o son de poca consistencia los estratos
dividirse así: 1<? Depósitos debidos al in- superiores, lo que haría peligrosa la ex-
temperismo y a la erosión que comprende plotación subterránea. Los instrumentos
los depósitos in-situ o en la proximidad in- usados por los mismos en estos casos son
mediata del origen; y los erosionados y el pico, la pala, los barrenos mecánicos,
transportados a cierta distancia; 2? Yaci- los explosivos, las excavadoras y dragas,
mientos concentrados en el seno de las como en el caso de las arenas metalífe-
aguas superficiales que comprenden los ya- ras y placeres. La explotación a cielo abier-
cimientos por precipitación, por evapora- to, que es muy económica, pues ahorra
ción y por sedimentación; 3<? Yacimientos el .enmaderamiento de las galerías, tiene,
concentrados por circulación de las aguas sin embargo, el inconveniente de estar su-
subterráneas que comprende los depósitos jeta a las variaciones climatéricas y atmos-
derivados de las masas de rocas y los de- féricas que suspenden e interrumpen los
rivados de depósitos primarios; 4<? Depó- trabajos".
sitos formados por aguas calientes ascen- En cuanto a los segundos, generalmen-
dentes, asociadas a intrusiones ígneas; 5<? te el laboreo de las minas comprende dife-
Depósitos debidos al metamorfismo; 69 De- rentes operaciones, que pueden agruparse
pósitos formados en las magmas. así:
Del punto de vista de la forma en que a) Labores previas o preliminares que
los yacimientoe se presentan en la natura- abarcan aquellos trabajos destinados a las
leza, ellos pueden ser superficiales si se ha- excavaciones que han de conducir tanto a
llan esparcidos sobre la corteza terrestre los depósitos o yacimientos minerales, como
o subterráneos, constituyendo masas ma- a la comprobación acerca de la naturaleza
yores o menores, que reciben distintos nom- de las rocas y de los elementos a utilizarse
bres, según sea la forma, volumen y dispo- para encarar la explotación propiamente
sición en que se presentan. Así, pueden to- dicha. Esta etapa previa, que es de suma
mar el nombre de masas, lentes, -bolsadas, importancia, comprende los más variados
nidos, nodulos, filones, etcétera. Oportuna- trabajos que pueden abarcar desde los sim-
mente daremos en particular, el concepto ples piques, galerías y pozos, hasta la cons-
que corresponde a cada uno de estos yaci- trucción de perforaciones mediante el em-
mientos. (V. MINA.) pleo de los medios técnicos adecuados", con
Se comprenderá, de consiguiente, que los la ayuda de profundos estudios geológicos
métodos y sistemas de explotación no pue- y de costosas inversiones. Es ilustrativo a
den ser los mismos para aquellos distintos este efecto el costo del primer barril de
tipos de yacimientos. petróleo que exportó la Standard Oil de los
Cabe adelantar que la explotación abar- yacimientos de Venezuela, y que alcanzó a
ca un conjunto de operaciones diversas se- la respetable suma de ¡54.000.000 de dóla-
gún se trate de yacimientos superficiales o res!.
subterráneos. "Como dice Edmundo Ca'tala- b) Laboreo propiamente dicho. Esta eta-
_no, "la elección de un buen sistema de ex- pa comprende aquellos trabajos destinados
a extraer el mineral y colocarlo en la boca la mina mediante el uso de ventiladores
de la mina para su aprovechamiento. Como o de mecanismos especiales.
lo señala Catalano, hay gran variedad de 29 Las segundas derivan de la necesidad
métodos para arrancar el mineral, pero los de eliminar del interior de las minas las
más comunes son los siguientes: 19 Método aguas, que pueden provenir ya sea .de las
de explotación por relleno. Consiste este precipitaciones pluviales que penetran al
método en arrancar la parte útil del criade- interior de la mina por las bocas y galerías
ro y rellenar el hueco que deja con los de ésta o por filtración, o ya de las sub-
mismos desperdicios de la roca extraída o terráneas que a menudo son alumbradas
con cualquier argamasa. El relleno tiene por las labores mineras. La eliminación de
por finalidad mantener la solidez de las las aguas se consigue por el uso de las obras
labores y evitar el hundimiento; 29 Método de desagüe, que pueden consistir en la ins-
de explotación por pilares. Se extrae el talación de bombas o de socavones de des-
mineral dejándose colmenas, macizos o pi- agües. Estos se utilizan para una sola mina
lares del mismo material útil o de manipos- o para varias o para un grupo minero. (V.
tería para el sostenimiento de las galerías. SOCAVONES.)
Cuando Jos pilares o los macizos que se 39 Las terceras tienen como finalidad
abandonan son de mineral pueden aprove- facilitar el laboreo de las minas, utilizán-
charse en un segundo período, sustituyén- dose una iluminación adecuada. Aquí el pro-
dolos por obras de manipostería o bien blema más importante radica en escoger
arrancándolos, dejando los techos sin sos- aquellos medios de iluminación que alejen
tén. El método por pilares se convierte así la posibilidad de cualquier accidente que
en un sistema de explotación por hundi- puede producirse a raíz de la combustión
miento; 3? Método de explotación por hun- de gases. El uso de instalaciones eléctricas
dimiento.. Consiste este método en arrancar fijas y de lámparas individuales de segu-
todo el mineral útil, dejando que se produz- ridad, son los medios de iluminación más
ca el hundimiento una vez extraído el mi- frecuentes y más seguros.
neral. En este método debe atenderse en 49 Las cuartas son tan importantes co-
sumo grado a la seguridad de los obreros; mo las anteriores desde que las actividades
4? Métodos especiales de explotación. Com- destinadas al transporte constituyen el
prende este grupo todos aquellos métodos complemento necesario e indispensable de
de laboreo de características especiales que las tareas propiamente extractivas. Ellas
se aplican a determinados tipos de .yaci- no sólo comprenden el acarreo del- mineral
miento como las turberas, salinas, petróleo desde el lugar de la explotación al exterior
y aluviones. mediante ascensores, motocargas, vagone-
Cualquiera que sea el método de explo- tas, cintas circulatorias, alambres carriles,
tación que se siga debe responder, como lo etcétera, sino también el traslado del mi-
afirma el mismo autor, a tres condiciones neral a las plantas de beneficio de consu-
esenciales: seguridad del personal, econo- mo, . tales como los oleoductos, gasoductos,
mía de las labores y máximo aprovecha- ferrocarriles, vehículos de tracción, etcétera.
miento del criadero. 59 Por último, las quintas, no menos im-
c) Actividades auxiliares. Son aquellas portantes que las anteriores, tienden a evi-
obras complementarias que tienden primor- tar o disminuir al menor grado posible, los
dialmente a realizar la explotación con co- accidentes en las minas, como los hundi-
modidad y seguridad. Entre las principales mientos, inundaciones, incendios, explosio-
actividades auxiliares figuran las de ven- nes, etcétera.
tilación, desagüe, alumbrado, transporte y d) Plantas de beneficio. Según se ha
prevención de accidentes: 19 Las primeras visto ya, la extracción de los minerales no
tapónense como consecuencia del enrare- agota la actividad minera. Esta abarca,
cimiento del aire que a menudo se produce además, aquellas tareas destinadas a po-
en el interior de las minas o del despren- nerlos en condiciones aptas para su indus-
dimiento de gases que suele producirse or- trialización y comercialización, ya que es
dinariamente y cuya eliminación es abso- ciertamente raro que el mineral sea extraí-
lutamente necesaria para prevenir acciden- do en un estado de pureza tal que permita
tes. La ventilación de las minas puede con- su consumo inmediato. Generalmente las
seguirse mediante estos dos medios: por substancias minerales se extraen mezcladas
ventilación natural, que consiste en el apro- o adheridas a una mayor o menor cantidad
vechamiento de las corrientes de aire del de material estéril o ganga que es menester
exterior y que se hacen circular por el in- eliminar, para lo cual se utilizan diversos
terior de la mina por cañerías, galerías, procedimientos manuales, mecánicos, quí-
etcétera; por ventilación artificial, que con- micos, etcétera.
siste en la inyección de aire al interior de Pues bien: las instalaciones destinadas a
esas tareas se conocen con el nombre de y arreglo los actos humanos a esas condi-
plantas de beneficio. (V. PLANTAS DE BENE- ciones".
FICIO.) "En la etiología de la evolución del De-
e) Eventualmente suelen necesitarse recho de las minas —expresa Vivacqua—
otras actividades que, sin ser propiamente encontramos los más variados factores. El
extractivas, son complementarias de éstas, es un arbor juris que, en general, repunta
como la constitución de cooperativas mi- en el terreno de la realidad, mas también
neras, funcionamiento de instituciones de a veces, ha sido una planta artificial. Fue-
crédito, funcionamiento de escuelas regio- ron las substancias metálicas, como obser-
nales de minería, etcétera. va J. V. González, que dieron origen a esta
El cúmulo de actividades a que nos he- disciplina jurídica, cuyas manifestaciones
mos referido no se emprenden ni se reali- aparecen tan vivas en la era romana y,
zan caprichosamente, sino que, en general, anteriormente en la reglamentación, prin-
deben ajustarse a normas de Derecho que cipalmente de los metales preciosos..."
el Estado sanciona teniendo en cuenta, Agrega que "el desenvolvimiento del De-
como dice Bourgeois, estos dos principios recho de las minas se opera, por otro lado,
fundamentales: que las minas representan en correspondencia con los progresos de la
un bien distinto del terreno o suelo en que geología y los progresos científicos e indus-
se encuentran; y que existe un interés de triales en el ámbito de la minería o en el
orden público en que se exploten regular- dominio general de la civilización. La gue-
mente. Ya veremos que ni aun aquellos re- rra universal, con su serie infinita de fe-
gímenes excepcionales como el de la acce- nómenos económicos, sociales y políticos
sión, son extraños a estos dos principios, por ella provocados, producen transforma-
que en el Derecho minero moderno, consti- ciones radicales en esa rama jurídica. Mas
tuyen los pilares en que descansan las cons- en su proceso evolutivo no siempre el ele-
trucciones jurídicas.- mento económico es causa causarum. Apa-
Es a virtud de esos dos principios que el recen al lado de este elemento otros nume-
Estado se atribuye el dominio originario de rosos agentes: factores espirituales desinte-
las minas y, de consiguiente, el derecho ex- resadamente proveídos por los científicos
clusivo de conferir a los particulares la fa- con sus descubrimientos e invenciones, ha-
cultad de buscarlas y explotarlas, some- ciendo surgir nuevas aplicaciones de de-
tiendo a la propiedad así constituida no sólo terminados minerales; el sentimiento esté"-
a determinadas condiciones para que pueda tico, doctrinas e ideas sin base en la reali-
ser conservada, sino a la permanente fis- dad, concebidas como simpes construcciones
calización y contralor de las explotaciones; abstractas. Y las supersticiones tan propias
cuidando que éstas se realicen en armonía de los mineros, los preconceptos religiosos y
a la importancia de los bienes cuya tutela una serie de factores psicológicos ocupan,
ejerce. en ese conjunto de causas, una parte pon-
Las normas de Derecho se dictan, por otra derable. El rey VinbeKan-Se, de la Indo-
parte, de acuerdo a los usos y costumbres, china, mandó, en 1829, cerrar las labores de
a las leyes naturales, a los principios cien- una provincia entera porque, de acuerdo
tíficos y a muchos otros factores de la más con la creencia tradicional, sería destruir
alta importancia. "Las vinculaciones del los filones de la tierra que generan la raza
Derecho de minas con la naturaleza física real. La génesis de la ley de minas no es
son de tal género —escribe Joaquín V. Gon- tampoco extraña a la fascinación de los
zález— que superan a la voluntad del le- tesoros del subsuelo, creada o aumentada
gislador; se anteponen a ella y determinan por la maravilla de las leyendas... La ilu-
su acción. Una mitad de su modalidad está sión de El Dorado, todavía irrevelado, con-
dispuesta por la ciencia, la otra por la ley. tribuyó para la anticipación del régimen
El hombre no puede hacer que los minera- legal de la extracción aurífera en la colo-
les se encuentren distribuidos sobre la tie- nia y más tarde, el descubrimiento inespe-
rra al alcance de su mano y en cantidades rado del diamante, que aparece como fuen-
regulares, cuando las fuerzas que origina- te de inmensas y fáciles rentas para el
ron su formación los distribuyeron des- erario público, perturbando la mentalidad
igualmente y a grandes profundidades, ya del gobierno, determinó la rígida y violenta
sobre la tierra o sobre las aguas de los ríos; reglamentación de la garimpagen, final-
y esta fatal disposición tiene sobre él carác- mente transformada en industria del Es-
ter de la ley minera una influencia que tado. Los yerros del optimismo, tan comu-
ninguna voluntad constitucional podrá des- nes en la historia fascinante de la minería,
truir. La ley fundamental acepta y se con- ese factor sentimental como lo clasifica el
forma con las conclusiones de la ciencia y profesor A. V. Pigou, de la Universidad de
la irreparabilidad de los hechos; sanciona Cambridge, conduce a veces al legislador
a crear estatutos inconsistentes o también cio, ni las "calidades del dominio" ni las
nocivos ante la espectativa de riquezas des- "condiciones" en que es permitida la ex-
conocidas o inciertas o en la engañosa im- ploración y explotación de las minas, cons-
presión de facilidades y lucros de la in- tituyen los únicos elementos o, por lo me-
dustria mineral". nos, los elementos preponderantes de una
II. Concepto. El Derecho minero, deno- definición del Derecho 'minero, la cual ne-
minado también Derecho de minería o De- cesariamente debe integrarse con todos'
recho de las minas es, como lo dice Vivac- aquellos principios fundamentales que son
qua, nuevo en cuanto a sistematización ju- los reguladores de esta disciplina.
rídica, pero antiguo en el campo de la íe- Ezequiel Monsalvo Casado expone un con-
nomenología del Derecho. cepto sintético y otro analítico de la cien-
No podemos dejar de señalar las dificul- cia jurídico-minera, diciendo en cuanto al
tades que se plantean para dar un concepto primero "que es el conjunto de .principios
preciso de esta materia. Ellas derivan es- y preceptos jurídicos relativos a la mine-
pecialmente de la notable y creciente evo- ría" y, respecto del segundo, que "por cien-
lución que ha sufrido en el decurso del cia jurídico-minera debe entenderse el es-
tiempo; de la naturaleza de las cosas sobre tudio de los principios y areceptos relativos
que versa; de la multiplicidad y variedad a la materia minera, el de la formación
de las relaciones que engendra la búsqueda histórica de éstos y el de las relaciones de
y el laboreo de las minasi de las afinidades la materia minera en su aspecto jurídico
que ofrece con otras disciplinas, etcétera. con otras disciplinas jurídicas". Estas de-
Además, la actividad minera se proyecta finiciones adolecen del defecto de contener
en dos órdenes de relaciones: uno que se generalidades que no precisan el verdadero
vincula directamente con el interés social objeto de la materia y de involucrar en las
y, e!, otro, que toca exclusivamente al in- mismas elementos mudables c;ue son impro-
terés privado de los concesionarios. De aquí pios de una definición.
que la determinación del límite de esta Para Armando Uribe Herrera, "el Dere-
disciplina no resulte tarea del todo fácil. cho de minería es la rama del Derecho
Los autores que se han ocupado de esta privado que rige y reglamenta el nacimien-
materia han dado definiciones cuya repro- to, la conservación y la caducidad del do-
ducción no podemos omitir, porque ellas minio minero y las relaciones de ios par-
han de servirnos de guía para intentar la ticulares entre sí en todo lo que se refiere
nuestra. a la industria minera". Cabe hacer a esta
"Podemos definir el Derecho de minería definición los mismos reparos que opusiiuos
—dice Julio Ruiz Eourgeois— como el con- a la primera.
junto de normas jurídicas relativas a la Giuseppe Abbate expresa que "podemos
industria minera que establecen la forma definir el Derecho minero como aquella
de constitución, conservación y caracterís- parte del ordenamiento jurídico público
ticas de las concesiones de exploración y que regula el ejercicio de la actividad de
explotación mineras y armonizan a dichas búsqueda y laboreo de las substancias mi-
características las instituciones del Dere- nerales, bajo cualquier forma o condición
cho común relacionados con la minería". física, de las aguas termales y minerales
Esta definición, en cuanto prescinde de ele- y de las energías del sub-suelo, en orden al
mentos ponderables que no pueden dejar fin del mayor bienestar económico de la
de integrar un concepto preciso de la ma- Nación; y de las relaciones jurídicas que
teria, debe considerarse incompleta. El De- derivan". El citado aytor explica que el
recho minero no sólo regula, como se verá primer elemento en consideración es que el
oportunamente, la constitución, conserva- Derecho minero es parte del Derecho pú-
ción y características de las concesiones de blico y, en particular, del Derecho admi-
.exploración y explotación, sino que abarca, nistrativo. El segundo elemento que con-
además, todo lo relativo al dominio origi- curre a definir ei Derecho minero —agre.-
nario de las minas, lo que atañe a la for- ga— considera el objetivo de su estudio, es
ma y condiciones en que la propiedad mi- decir, las cosas que entran en la disciplina
nera se pierde; lo que se vincula a la acti- del ordenamiento minero. El último ele-
vidad de beneficio de los minerales ex- mento de la definición que ha de ponerse
traídos, etcétera. de relieve —concluye— es el último fin del
Estimamos también incompleta, por lo ge- ordenamiento minero, es decir, el mayor
nérica, la siguiente definición de Edmundo bienestar de la Nación. Se trata, como se
Catalano: "El Derecho minero estudia las ve, de una definición bastante completa.
calidades del dominio de las minas y las Para nosotros, el Derecho minero es
condiciones bajo las cuales es permitida su aquella parte del ordenamiento jurídico pú-
exploración y explotación". A nuestro jui- blico y privado que regula lo concerniente
al dominio originario de las substancias mi- naturaleza de las cosas; otras del carácter
nerales, las actividades relativas a la social y político, tiene naturalmente que
adquisición, constitución, funcionamiento, corresponder una legislación específica, de
conservación y pérdida de la propiedad de acentuado carácter publicístico".
las minas y aquellas actividades auxiliares Monsalve-Casado también ubica al Dere-
de la industria minera, como así también cho minero entre el Derecho público y el
las relaciones que de estas actividades de- privado. Dice, .en efecto, que el Derecho
rivan. minero tiende a regular con carácter obli-
Al proponer esta deíinición, estimamos gatorio todas las relaciones que puedan sur-
que hemos dado, mediante la utilización gir entre el Estado y los particulares y
de un método puramente descriptivo, el entre éstos con ocasión de la materia mi-
contenido substancial de la materia, aun- nera. De esta definición y de las ideas ex-
que para ello se haya prescindido de ele- puestas previamente se deriva la naturaleza
mentos accesorios o eventuales, pero que mixta del Derecho minero; ella es a la vez
su omisión no influye mayormente en la de Derecho público y de Derecho privado.
delimitación del objeto que le es propio. Nos parece evidente que si se toma en
Decimos que el Derecho minero ejs "aque- cuenta la función social que llena la explo-
lla parte del ordenamiento jurídico públi- tación minera; la intervención cada vez
co y privado" porque entendemos que par- más creciente del Estado no sólo en la
ticipa de la naturaleza de uno y otro De- adjudicación del permiso de exploración y
recho, con creciente predominio del pri- de la concesión, sino también en la fisca-
mero sobre el segundo. Sobre el particular lización y contralor de la explotación; el
enseña Abbate que "en base a la conside- carácter revocable de la propiedad minera
rada distinción y partiendo de la posición y su reversibilidad al Estado cuando no se
de los sujetos y de su carácter; de la na- cumplen las condiciones bajo las cuales se
turaleza de los institutos de los cuales se impone su conservación, y tantas otras ca-
ocupa el Derecho minero; del objeto de las racterísticas, resulta forzoso concluir que
relaciones y de la naturaleza de los bienes el Derecho minero se estructura y desen-
de los cuales regula la utilización, de la vuelve prevalentemente en el campo del
naturaleza de la sanción que viene apli- Derecho público.
cada al concesionario que no trabaja la Entre nosotros, las minas fueron consi-
mina, la cual no consiste, como en el De- deradas en el Código civil como bienes del
recho privado, en la obligación de resarci- dominio privado del Estado (art. 2342). Al
miento, sino en una pena, y por tantas otras sancionarse el Código de minería se siguió
consideraciones, debe admitirse que el De- la misma tradición legislativa, ya que el
recho minero entra en la esfera del Dere- artículo 7<? dispone que "las minas son bie-
cho público aun cuando, como luego se verá, nes privados de la Nación o de las Provin-
tenga relaciones notables con el Derecho cias, según el territorio en que se encuen-
privado". En el mismo sentido expresa Vi- tren". Tal principio, que aparece enlazado
vacqua que "en casi la totalidad de las con aquellos -que disponen que la facultad
naciones civilizadas, las minas forman par- de buscar minas, de aprovecharlas y dispo-
te del dominio público... La constitución ner de ellas como dueños corresponde a
y funcionamiento de la propiedad minera, los particulares y que el Estado no puede
de alta primacía jurídica y económica de explotar ni disponer de las minas (arts. 8?
la mina sobre el terreno donde se halla y 99), es exponente del espíritu individua-
situada y la serie de relaciones especiales lista que privó en la legislación minera del
que esa propiedad engendra, no pueden siglo pasado.
encontrarse en el Derecho civil... Más allá Con la Constitución del año 1949 y le-
de su fisonomía y estructura particulares, gislación subsiguiente, nuestro país tomó
la propiedad mineral limitada como"1 está el camino de las grandes reformas en esta
a bienes de intereses públicos y nacionales materia y cuya iniciadora lo fue, incuestio-
no tiene la extensión y los atributos del nablemente, la Constitución mejicana del
dominio de lo ordinario que, a pesar de su año 1919. El artículo 40 de aquella Consti-
alta evolución, aún conserva importantes tución sentó el principio de la dominiali-
reminiscencias del Derecho quiritario. Con- dad pública de las substancias minerales
forme señalábamos, su evolución se precisa al consagrar que ellas "son propiedad im-
con ritmos y directivas propias dentro de prescriptible e inalienable de la Nación".
fuertes y progresivas tendencias de sociali- Esta norma que aparece como la base de
zación y estatización, sin paralelismo con un nuevo ordenamiento jurídico, sitúa al
la evolución de la propiedad inmobiliaria Derecho minero argentino en la esfera del
común. A todas estas particularidades y Derecho público. (V. DOMINIO DE LAS MINAS.)
circunstancias, unas derivadas de la propia Como segundo elemento de la definición
decimos que el Derecho minero regula "lo Derecho antiguo. Citando a Krug Base,
concerniente al dominio originario de las dice Joaquín V. González que "las primeras
substancias minerales y las actividades re- minas explotadas fueron las que aparecían
lativas a la adquisición, constitución, fun- en la superficie del suelo, o, estaban situa-
cionamiento, conservación y pérdida de la das a muy poca profundidad; debían ser
propiedad minera". consideradas como accesorio de la super-
Vale decir que aquí consideramos el ob- ficie y, después, a medida que aumentó su
jeto de la disciplina que estudiamos, o sea importancia, convertida en propiedad de
las cosas que son materia del ordenamiento los príncipes. Es lo que, según Deodoro de-
jurídico minero. Como se verá oportuna- Sicilia, ocurrió entre los egipcios, cuyos re-
mente, la legislación moderna ha usado yes se apropiaron desde luego de las mi-
de los términos más genéricos para circuns- nas de oro situadas en los confines de la
cribir dicho objeto, lo que se ha hecho con Arabia y la Etiopía. En general, agrega, du-
la finalidad indudable de atrapar todo lo rante esta larga época, no bien definida
que no pertenezca á la noción de "suelo" para nuestro Derecho, las prácticas legales
o "superficie". (V. DOMINIO DE LAS MINAS. y los principios reguladores de la propiedad
MINA. PROPIEDAD MINERA.) pública y privada de las minas han debido
Las cosas que constituyen el objeto de necesariamente ser los que se derivaban
esta disciplina son las substancias minera- de las formas y de las doctrinas absolutis-
les, ya sean de origen orgánico o inorgáni- tas del gobierno, que concentrando la so-
co, y cualquiera sea su estado físico, forma beranía en la persona singular del prínci-
o condiciones en que se presentan en la pe, absorbió gradualmente la vida nacional
naturaleza. De consiguiente, quedan com- hasta erigir en regla la servidumbre, em-
prendidas las substancias minerales sóli- pleada en obras suntuarias a titulo de ho-
das, líquidas y gaseosas con excepción del menaje a la grandeza o al esplendor de
suelo, qtíe es aquella parte de la corteza los reyes o de los dioses".
terrestre hasta donde alcanza la utilización En realidad,' la minería en esta época
común y normal de la superficie, y siem- "ofrece únicamente un interés histórico, mas
pre que ésta no se encuentre ocupada por no del punto de vista en que debemos tra-
depósitos minerales. tarla, ya que no se tienen noticias acerca
Con respecto a las aguas, cabe consignar de la existencia de normas genéricas o
que caen bajo el campo de esta disciplina particulares que regularan el dominio de las
únicamente las aguas minero-industriales, minas y su aprovechamiento.
es decir, las aguas que contienen en diso- Grecia. Se carece de referencias fidedig-
lución o que lleven en suspensión substan- nas aoerca de si en Grecia existió un régi-
cias minerales, como así también las que men especial para las minas. Empero, pue-
por su destino sirvan directamente a la ex- de inferirse a través de disposiciones ais-
plotación de las minas. Por tanto, quedan ladas y del propio régimen político que,
excluidas las aguas con propiedades tera- de hecho, se seguía un sistema regalista,
péuticas y las termales que entran en la es- el cual permitía al Estado retener el domi-
fera del Derecho común. Compartimos en nio de aquellos minerales que preferente-
este aspecto las atinadas observaciones que mente utilizaban en la construcción de sus
ha formulado el doctor Guillermo J. Cano magníficos monumentos, como así tam-
en la revista jurídica La Ley. bién entregar el dominio útil a los particu-
Como elementos ponderables de la defi- lares bajo la condición que fuesen trabaja-
nición nos referimos al dominio de las mi- das, so pena de sufrir grav»; sanciones.
nas consideradas en su faz estática y, en En contra de esta posición, que es la que
la faz dinámica a todas aquellas activida- sostienen la mayoría de los autores, expre-
dades que abarca la industria minera. En sa Molina R. que en la legislación griega,
seguida, cuando estudiemos el punto vin- como en la romana, predominó el principio
culado al contenido, veremos que el Dere- de la accesión, ya que las minas se con-
cho minero regula las más variadas activi- sideraban parte integrante del suelo, de
dades y relaciones, todas las cuales se re- modo que la legislación sobre propiedad
ducen en definitiva a las que se han men- territorial era aplicada a la propiedad mi-
cionado en la definición. nera, desde que ésta no formaba una en-
III. Reseña histórica de la evolución del tidad separada.
Derecho minero. En esta breve reseña his^- El hecho que no se conozcan disposiciones
tórica que haremos de la evolución del De- expresas sobre la atribución del dominio
recho minero, nos detendremos únicamente de las minas, da pie a la suposición que
en la consideración de aquellas legislacio- era el accesionismo el sistema que regía
nes que ofrezcan mayor interés, prescin- en Grecia. Mas si se repara que el Estado
diendo por ahora de las demás. percibía el 1/24 del producto extraído de
la mina; que toda la producción de mine- ya minerales de otras especies, se denomi-
rales era especialmente registrada por or- naba metalla. Aquella 'designaba la gene-
ganismos estatales, que existía una verda- ralidad y ésta las especies. Esto resulta de
dera burocracia para controlar la produc- los textos y de las referencias históricas".
ción minera y verificar el cumplimiento de En general, todas las normas que se dic-
los contratos que el Estado celebraba con taron, fueron para regular el dominio y la
los particulares; y que regía un sistema de explotación de las minas de mármol, que
sanciones de bastante rigor, debe concluirse era la substancia mineral de mayor aplica-
que el sistema imperante en Grecia se acer- ción y por la cual los romanos sentían
caba más al regalismo que al accesionismo. verdadera predilección. Tal legislación fue
Roma. En el Derecho romano de la pri- abarcando posteriormente las demás subs-
mera época, las minas se encontraban so- tancias minerales, sin que se dictaran nor-
metidas al mismo régimen jurídico que la mas especiales relativas a éstas. "Las dis-
propiedad superficial, de suerte que el due- posiciones legislativas —dice al respecto
ño de ésta tenía el dominio, usque ad infe- González— no recayeron sobre las minas
ras, de todo lo que se hallaba comprendido metálicas, sino sobre materias terrosas o
en el perímetro de su heredad. Tanto po- pétreas, como las canteras, y sobre las sa-
dían tener ese dominio los particulares co- linas y otras substancias de fácil explota-
mo el Estado, pero en este caso debía tra- ción. Cuando las minas metálicas fueron
tarse de tierras de dominio privado. incorporadas al dominio romano, ya no se
Posteriormente, cuando se ensancha el preocuparon de darles el sitio correspon-
ámbito territorial del Imperio, después de diente a sus cualidades, utilidad y condi-
las grandes conquistas y cuando las nece- ciones de laboreo, sino que hicieron sin
sidades de la guerra demandaron la inten- análisis, extensiva a ellas la legislación an-
sificación de las explotaciones mineras, se terior".
agudizó el interés por las riquezas del sub- Como principios o caracteres generales
suelo, lo que, a su vez determinó cierta re- de la legislación romana extrae González
percusión en la legislación, la cual trasunta los siguientes: 1<? Prevaleció durante las
el propósito de estimar la riqueza minera tres épocas el derecho del dueño del suelo
como fuente de recursos y de prosperidad y la mina se consideró como una accesión
colectiva. En los códigos de Justiniano y de la superficie. Aquel derecho del propie-
de Teodosio se consagraron normas que tario era usque ad inferas, es decir, hasta la
tendían a lograr esa finalidad. Sin embar- mayor profundidad, dentro de los límites
go, como lo señala con acierto González, materiales del dominio y, éste, como el de
tales normas se referían a las minas de la tierra privilegiada, era -pleno y absoluto.
propiedad del emperador. Enseña, en efec- 2<? El Estado no ejerció derechos de propie-
to, este autor, que "como el Derecho en tario sino sobre las minas situadas en tie-
general, el de las minas se divide también rras de su dominio privado o del dominio
en público y privado, en administrativo y público. 3<? El impuesto en especie (vectigal)
civil; y no pocas veces es difícil establecer y el pecuniario (stipendium) no subsistie-
con claridad la línea divisoria entre los dos ron en ejercicio de un dominio absoluto o
conceptos por la oscuridad que en muchos pleno de Derecho privado, sino en el do-
textos se advierte respecto de las facultades minio eminente del Estado. 4<? Las dispo-
que los emperadores se atribuyeron sobre siciones permisivas, restrictivas y prohibi-
determinadas clases de minas, hasta el tivas de los diversos códigos romanos en
punto que hay escuelas que sostienen que materia de propiedad, exploración y explo-
un verdadero regalismo fue ejercido por tación de minas, se refieren principalmen-
éstos durante la tercera época. Esta opinión te o a la especie de las canteras de mármol
se creyó triunfante hasta el descubrimien- o a determinadas provincias o a regiones
to, ocurrido en 1876, cerca de Aljustrel (Por- y con fines transitorios y limitados.
tugal) , de una tabla que contiene la lex España. Hasta el siglo xn España se ri-
metalli Vipascensis, la cual aclaró la cues- gió en lo concerniente a esta disciplina por
tión, pues trata solamente de la explota- el Derecho romano, después que Vespasia-
ción de las minas de propiedad del empe- no y Caracalla, respectivamente, extendie-
rador, bajo la vigilancia de un procurator ron a su territorio el imperio del derecho
metallorum. de gentes y la ciudadanía romana.
"Los romanos designaban las minas —es- De consiguiente, la legislación y los prin-
cribe el mismo autor— así en sus sentidos cipios a los cuales nos hemos referido an-
más amplios como en los más especiales, teriormente, tuvieron plena aplicación en
con la palabra metallum; y cuando debían aquel territorio. Más tarde, al ocurrir la
designarse las substancias mismas conoci- ocupación de España por los árabes," éstos
das, ya fuesen metales propiamente dichos, sometieron al dominio del soberano las
minas que se ubicaban en lugares públicos, salvo caso de daño grave, las invasiones a
no así las que se encontraban en terrenos su propiedad. Además, el dueño del suelo
del dominio privado, que pertenecían a sus tiene derecho a los descubrimientos que en
dueños, quienes quedaban obligados única- él se hicieren, salvo los casos de previo con-
mente a pagar un tanto por ciento del sentimiento o convención.
producto que se obtenía con la explota- Los principios consagrados en las Parti-
ción. das son definidos y precisados con mayor
Es recién que en el año 1228, que se dicta exactitud en el Ordenamiento de Alcalá,
en España el primer ordenamiento que con- dictado en el año 1348, por Alfonso XI, e
tiene disposiciones especificas de Derecho incorporado después a la Novísima Reco-
minero. Se trata del Fuero Viejo de Castilla, pilación. En él se declaran pertenecientes
el cual disponía que todas las minas de oro, al Señorío Real las minas de plata, oro,
plata, plomo "et otra cualquiera guisa que plomo y de cualquier otro metal, con la
minera sea en el señorío HP! rpv no podían prohibición de establecer en ellas labores
ser labradas sin el mandato de éste. mineras sin la respectiva licencia real,
De esa disposición se ha inferido, con ra- pisnonía asimismo que las fuentes y pozos
zón, que dicho ordenamiento seguía el prin- salados pertenecían al rey y que por todo
cipio del accesionismo, ya que si el mismo ello debía pagars'e regalía. Al mismo tiempo
se refería a las minas que se encontraban se estableció la prohibición de explotar las
en el señorío del rey, es lógico suponer que minas sin la aludida autorización del rey,
las restantes pertenecían a los dueños del salvo que él mismo o sus antecesores las
suelo. hubiesen dado en privilegio o que las hu-
Corresponde al rey Alfonso X. apodado biesen ganado por prescripción.
el Sabio, el mérito incuestionable de haber Pocos años después, en 1387, el rey Juan I
incorporado a la legislación las primeras dictó el Ordenamiento denominado de Prl-
normas de sentido orgánico reguladoras de biesca, mediante el cual se reservó todas
la riqueza minera. Y si bien es notoria la las minas metálicas, pero reconociendo a
influencia que ejerció en su espíritu el los vecinos del reino el derecho de buscar y
¡Derecho romano, en esta materia se apartó, catear en sus tierras y heredades ajenas,
en cierto modo, de la orientación privatís- las minas de oro, plata, azogue, estaño, pie-
tica que predominó tanto durante la Repú- dras y otros metales, siempre que no se
blica como durante el Imperio, echando las causare perjuicio a los dueños de esas tie-
bases de un ordenamiento publicístico ba- rras y que contaren con el permiso de éstos.
sado en el principio de utilidad pública, Cómo lo señala Molina R., "esta facultad de
principio que en el Derecho minero moder- buscar y catear minas en tierras ajenas,
no, gobierna en todas las naciones del tendía al fomento de la industria y parece
mundo. que para entonces ya el rey no reconocía
Es en las Siete Partidas donde aparecen, a los particulares dominio sobre las minas,
en efecto, normas expresas que regulan sino a los que las hubieran ya descubierto".
no sólo el dominio de las minas, sino tam- Tal como lo expresa el mismo autor, la
bién las instituciones del cateo, del canon, mencionada era la legislación vigente en
etcétera. Gregorio López, célebre glosador España al tiempo de producirse el descu-
de las Partidas, y citado por todos los au- brimiento de América, acontecimiento que'
tores que se han ocupado de esta época, generó la más profunda transformación,
expresa que las Partidas establecían el si- tanto en el orden legislativo como en el
guiente régimen: El dominio depende de la de la cultura en general.
situación de las minas: son del rey si se Ello explica que Felipe II, llamado con
hallan en sus tierras, y de los particulares justicia"padre de la minería", buscase de
si se hallan en tierras del dominio privado. regular con la debida amplitud y prolijidad
Las rentas del dominio del rey son de un la actividad minera, que se presentaba como
décimo cuando son ajenas y de dos décimos la más promisoria de las industrias para
cuando pertenecen al patrimonio real y se España y que, aunque parezca paradojal,
entregaron en explotación. La facultad de fue causa de su decadencia.
dar permiso para, buscar metales pertenece, En 1559 dictó en Valladolid las llamadas
por una razón de utilidad pública, al rey. Ordenanzas Antiguas, que estuvieron desti-
Dice. Joaquín V. González respecto del nadas fundamentalmente a rescatar las
derecho de exploración que consagra las minas que habían caído en manos de la
Partidas, que entra en pleno dominio re- nobleza y que ésta no sólo- mantenía impro-
galista, pues la utilidad pública impone la ductivas, sino que impedía toda concu-
obligación de descubrir minas para entre- rrencia de los particulares y del Estado
garlas a la industria y el dueño del suelo mismo. Esa situación, que repercutía no-
debe soportar en obsequio de la sociedad, toriamente en el erario público, fue causa
para que Felipe II revocara todas las mer- Se disponía que en caso de internación,
cedes anteriores y confiriera a los subditos el minero tenía derecho al metal extraído,
el derecho de catar y cavar, las minas de pero siempre que fuese siguiendo la veta de
oro y de plata, ya fuese en terrenos del do- su mina, ya que en caso contrario se pre-
minio público o ya en los del dominio pri- sumía que su propósito era apoderarse de
vado, el cual, desde entonces queda some- la mina de otro;
tido a una fuerte restricción en beneficio Establecía que para denunciar una mina
de la industria minera. Se dispuso, además, por otro, se necesitaba un poder, a menos
que los derechos de cateo y de explotación que fuese un criado asalariado quien la pe-
debían ser ejercidos dentro del perímetro día;
acordado en la merced respectiva y que los Acordaba que la propiedad de las minas
trabajos mineros eran obligatorios, so pena se conservaba con el pueble, considerándo-
de que fuese declarado extinguido el de- se poblada una mina cuando se disponía
recho. por lo menos de cuatro operarios por mina
En 1580, el mismo monarca dictó en San durante cuatro meses continuos, bajo pena
Lorenzo las Ordenanzas del Nuevo Cuader- de pérdida de derechos;
no que constituye el primer monumento Se reglaba todo lo vinculado a las socie-
legislativo de Derecho minero, y que por , dades mineras, a las obligaciones de los
alcanzar tan elevada jerarquía, sirvió de socios y a los beneficios que debían perci-
fuente a toda la legislación posterior- dic- bir los mismos;
tada en Europa y en los países hispano- Se disponía .que los mineros podían apro-
americanos e, inclusive, al Código de mine- vechar los bosques sin obligación de indem-
ría argentino. nizar si los mismos se encontraban en lu-
Dice al respecto González que "el primer gares públicos o baldíos, no así si se halla-
cuerpo de doctrina que aparece con toda ban en terrenos privados, en cuyo caso
la importancia de un código especial, es la procedía pagar lo que fuere justo;
ordenanza de agosto de 1584, llamada del Se prohibía buscar, sacar o beneficiar
Nuevo Cuaderno, y que forma la ley 4£, tí- metales en terrenos, lavaderos o escoriales
tulo 18, libro 9 de la Novísima Recopilación. ajenos, pero si éstos eran de dueños des-
Comprende casi todas las bases actuales de conocidos podían ser aprovechados por
la jurisprudencia minera y sobre sus fun- aquellas personas que tuvieran minas;
damentos se na desarrollado la legislación Se establecía que la Justicia de Minas
hispano-americana. Nuestro Código la ha debía ser administrada breve y sumaria-
tenido en cuenta en muchas de sus dispo- mente, sin que los pleitos pudiesen impedir
siciones y ha informado las leyes de todos o dieren lugar a embargo de las labores
los países de origen español". mineras.
Es interesante destacar algunos de los "Aquellas Ordenanzas —dice Mario de
puntos que contiene este cuerpo legislativo. Basterra, citado por González—, inspiradas
Se comienza estableciendo la igualdad ju- en el principio regalista, único posible en
rídica entre nacionales y extranjeros para el antiguo régimen, vienen a poner cote
descubrir y beneficiar las minas, de las a un sistema de concesiones caprichosas en
cuales podían disponer como de cosas pro- alto grado y desarraigando el favoritismo y
pias, aunque tenían la obligación de oblar la intriga que se habían entronizado en
los derechos impuestos por la corona; esta importante materia, establece... subs-
Los descubridores de minas de oro, plata tituyendo así el arbitrario sistema de com-
y azogue podían hacer suyas todas las subs- placencias y liberalidades con el de un ver-
tancias minerales que se encontraran con dadero derecho".
éstos metales; Posteriormente se dictaron muchas otras
Los trabajos mineros de exploración no leyes que pasaron a integrar el Derechc
podían ser impedidos, aunque el explorador minero clásico, del cual fue elevado expo-
quedaba obligado a pagar los daños oca- nente el ordenamiento dictado por Felipe II
sionados con las excavaciones, previa va- En el Preámbulo de la ley de 19 de julic
luación de los mismos por parte de peritos de 1944, se expresa con claridad que ese
designados por la justicia de minas; derecho descansaba sobre los siguientes
Las minas de oro, plata u otros metales principios: "el de regalía, que atribuía la
debían ser registradas en la justicia mine- propiedad de las minas a la Corona, re-
ra, ante la cual era obligación presentar presentante entonces del Estado y de la
muestras del metal descubierto; Nación; el de cesión de su aprovechamien-
Se consideraba descubridor al que prime- to a particulares, con duración de las con-
ro hacía el registro, hecho que le confería cesiones por tiempo indefinido mientras se
la facultad de tomar todas las pertenencias cumplieran los preceptos esenciales; el de
que quisiera estacar; participación del Estado, como verdadero
propietario de las minas, en sus beneficios", la propiedad de los riquísimos filones que
regulados en formas de canon sobre la escondían las Indias, según la presunción
producción; la obligación de efectuar tra- general de entonces. "Colón, por ejemplo,
bajos de reconocimiento, según preceptos recibe —dice el autor citado— las consig-
determinados y de explotar las minas se- nas pertinentes para explotar estos filones
gún determinadas condiciones jr, finalmen- a expensas de la Corona y sin que los par-
te, jurisdicción especial para los asuntos ticulares tuvieran en ello intervención. Y
mineros y metalúrgicos". en 1501, por real cédula de 2 de diciembre,
La reforma más importante que en Es- se dispone que nadie pudiera descubrir ni
paña sufre la legislación minera se hace negociar metales sin la licencia de la Co-
en 1868 (29 de diciembre), mediante el rona".
llamado decreto ley de Bases, cuyo ordena- Esa época, denominada por aquel autor
miento introduce como reforma substan- del período restrictivo, bien pronto es re-
cial la substitución de la exploración y ex- emplazada por el período que llama de coo-
plotación obligatorias por el pago de un peración, que se inicia en 1504, y durante el
canon, y la limitación acentuada de la in- cual se busca ganar la iniciativa privada
tervención estatal en la explotación de las para incrementar la búsqueda y explotación
minas. de las minas, lo que había fracasado hasta
Siguiendo España el ejemplo de otras entonces. Por las capitulaciones dadas a Ni-
naciones, en 1938 (7 de juilo), dicta su ley cuesa y Ojeda, se decía: "Las podéis gozar
minera que es modelo de técnica y consa- por término de diez años de esta manera:
gratoria de los principios más avanzados el primer año pagando para Nos el diezmo,
en esta materia. Dicha ley fue reformada el segundo año pagando la novena parte,
por la ley ya mencionada de 1944, que es y en el tercer año pagando la octava par-
Ja vigente. te, y en el quinto año pagando la sexta
En dichos ordenamientos se sienta el parte... y en los otros cinco venideros pa-
principio que todas las substancias mine- gando el quinto, según la forma y manera
rales existentes en la Nación pertenecen a que agora se paga en la Isla Española".
ésta, quien puede explotarlas directamente "Estas concesiones —acota el citado autor—
o ceder a otros su aprovechamiento. Las son una consecuencia de la real cédula de
concesiones se otorgan por tiempo ilimita- 1504, por la que todos podían ya buscar
do, pero sujetas a la obligación que el con- minas y explotarlas con la condición de
cesionario cumpla con las condiciones ge- pagar el quinto real. La real cédula de
nerales de la misma y las especiales im- 1511 modificó un tanto la política iniciada
puestas en el título de la concesión. Se en 1504, que se traduce en las Capitulacio-
restablecen los principios que imponen la nes de Tierra Firme, en el sentido de entre-
obligación de investigar las minas a man- gar tan sólo por dos años la mina a su des-
tenerlas en actividad, salvo excepciones ra- cubridor a cambio del quinto". En 1511, La
zonables y justas. Se dispone la interven- Casa de Contratación estableció que las
ción permanente del Estado en la vigilan- minas ricas pagarían un quinto y las po-
cia de las explotaciones. Se determina que bres un décimo.
los impuestos mineros quedan limitados al El tercer período que el autor que ve-
canon de superficie como exponente del nimos siguiendo denomina del acotamiento,
dominio de la Nación y al canon de pro- se inicia cuando la colonización había al-
ducción que representa la participación del canzando las ricas vetas mejicanas y pe-
Estado en el producto de las explotaciones. ruanas. El acotamiento consistía en aco-
Derecho minero colonial. Desde el co- tar para el rey la mejor veta del mineral
comienzo de la conquista, la Corona de Es- descubierto, cuyo producto engrosaba las
paña entregó a los conquistadores el ins- arcas reales, quedando lo demás en poder
trumento legal que delimitaba el dominio del minero.
sobre las minas, los derechos que retenía La legislación que España dictó para sus
y las condiciones bajo las cuales entregaba colonias fue proficua y de elevado rango
su explotación. A este efecto se aplicaron, doctrinal y científico. De entre ella, mere-
ya fuesen las leyes metropolitanas, ya las ce cita especial la Recopilación de Indias.
disposiciones especiales que se consignaban En lo que atañe a la materia que nos
en las capitulaciones o ya las instrucciones ocupa, en dicha Recopilación se disponía:
que se daban .a los adelantados, virreyes o a) La igualdad de todas las personas,
gobernadores. •-.-•• tanto respecto de los descubrimientos co-
Demetrio Ramos Pérez y, como él, muchos mo en el laboreo de las minas. La ley I,
otros historiadores, recuerda que desde el título XIX, libro IV, mandaba que todas
comienzo de la conquista los reyes de Es- las personas de cualquier estado, condición,
paña procuraron reservar para la Corona preeminencia o dignidad, españoles o in-
dios, pueden sacar oro, plata, azogue y otros con trabajo que tanta importancia ha ad-
metales en todas las minas que hallaren. quirido hoy en la doctrina y que aún se
Quedaban excluidos únicamente los minis- discute con apasionamiento, y si bien ese
tros, gobernadores, alcaldes, escribanos de sistema contribuyó a no cortar por un mo-
minas y todas aquellas personas sobre quie- mento la corriente de exportación de me-
nes pesara una prohibición especial. tales preciosos a la Península, aplicado hoy
La ley XIV del mismo libro y título in- a las nuevas ideas y en provecho de la so-
siste en que los indios tienen el mismo de- ciedad, no podemos negar sus grandes
recho para descubrir, poseer y ocupar mi- ventajas del punto de vista de la produc-
nas de oro, plata y otros metales y de la- ción. ¡Lástima que el gran maestro no
brarlos como lo hacen los españoles. mantuviera después esas ideas! (V. PRO-
b) La idoneidad de los funcionarios en PIEDAD MINERA.)
el ramo de minas, la prohibición de con- e) La protección del indio en el trabajo
tratar con los mineros por sí y por inter- de las minas. Las leyes I, III, V, VI, VII,
pósita persona y la obligación de llevar VIII, IX, XI y XII del título XV, libro IV,
registros y de fomentar la explotación. La declaraban que los indios podían ser man-
ley I, título XXI, libro IV, ordenaba a los dados a trabajar en las minas, pero cui-
virreyes y presidentes que la designación dando su salud, su sustento y el pago de
de alcaldes mayores y escribanos de minas sus jornales; que éstos debían ser propor-
recayera en personas capaces y prácticas cionados al trabajo de los indios según
y a quienes debía prohibirse que trataran el justo valor de las cosas; que si los
o contrataran con los mineros, como así mineros no pagaban los jornales a los in-
también que compraran oro, plata u otros dios no se les repartiría más personal de j
metales. mitas para sus trabajos; que a los arren-
En cuanto a los escribanos de Minas y dataríbs de minas se les podía dar indios
Registros, la ley I, título V, dispuso que de- como a los dueños, pero bajo la sanción
bían llevar razón de las personas a quie- de que si vendían el trabajo de ellos o no
nes se daba licencia para coger oro, plata los usaban para el destino que se les había
y otros metales y del movimiento que estos asignado, incurrirían en la pérdida de to-
minerales tuvieren. dos sus bienes y destierro de las Indias; que
Respecto del fomento de las explotacio- concluidos el tiempo para el cual fueron
nes, la ley I, título XI, mandaba a los vi- adquiridos sus servicios, no podían rete-
rreyes, presidentes y gobernadores que pu- nerlos, sino que debían volver libres y sin
sieran la mayor diligencia para que se bus- impedimentos al vecindario de donde fue-
caran, descubrieran y labraran otras minas ran sacados; que no podían darse indios
nuevas. de mita a los que tuvieran minas pobres
c) La obligación de los descubridores de y de poca utilidad, ni a los que quisieran
oro de prestar juramento que harían la venderlos a los dueños de minas o ingenios
manifestación y declaración ante la fundi- de moler metales; que a los indios de mi-
ción y, respecto de las demás minas y os- tas o voluntarios debía pagárseles compe-
trales de perlas, que obtendrían licencia. tentes jornales, pagos que debían hacerse
En este sentido, la ley II, título XIX, libro los sábados para que holgaran los domin-
IV, mandaba que los mineros que cogieran gos; que las minas no se trabajaran con
oro en minas, ríos, quebradas y en cual- indios en las partes peligrosas a la salud
quier otra parte, debían comparecer ante y a la vida de éstos, a menos que fuera
el gobernador y oficiales reales y jurar que voluntariamente y que se les abonara un
lo vendrían a manifestar y declarar perso- jornal crecido; que estaba prohibido em-
nalmente a la fundición; y en cuánto al plear indios en el desagüe de las minas,
descubrimiento de las demás minas y ostra- aunque fuese voluntariamente, dado el pe-
les de perlas que debían tener licencia del ligro que había, por lo que debían em-
gobernador, quien debía acordar lo conve- plearse negros u otra clase de gentes.
niente con los oficiales reales al buen cobro La leyenda negra de que nos hablan Es-
de la Real Hacienda. cuderías y Carbias encuentra en estas le-
d) La obligación de tener pobladas las yes la ratificación de que sólo fue una
minas. La ley VI, título XIX, libro IV, cruda e interesante leyenda la imputasión
mandaba que cuando hubiesen transcurri- que se hizo a España que había aplastado
do cuatro meses sin labrar las minas, cual- la personalidad humana del indio. Por el
quiera podía denunciarlas como despobla- contrario, de esas leyes resulta que lo pro-
das, pudiendo ser adjudicadas al denun- tegió a tal punto que creó en su favor un
ciante. verdadero catálogo de derechos que otras
"Transportábase a América —dice Gon- naciones civilizadas aún hoy no se animan
zález— el principio del amparo o pueble a dictar para sus colonias. El hecho que
algunos conquistadores no observaran ni Ruiz Bourgeois ha extractado con preci-
acataran esas leyes, no desirtúa en modo sión el contenido de ese cuerpo, que abar-
alguno lo que dejamos expresado. ca 314 artículos, divididos en XIX títulos.
f) La prohibición absoluta de vender, Dice, en efecto: "a) Los títulos I al IV se
tomar, prestar, empeñar o de contratar en refieren a la administración y jurisdicción
cualquier forma en oro que no estuviere de minería, a cargo ambos de tribunales
fundido, ensayado y quintado. Tal era lo especiales, constituidos a base de elección;
que prescribían las leyes I y II del título b) Los títulos V al VIII se ocupan del do-
XIV del libro IV. minio de las minas y su adjudicación a los
g) La obligación de pagar regalías e particulares, partiendo de la base que las
impuestos a la Corona. Las leyes I, U, III, minas son de propiedad de la Corona, quien
VI y XIX, 46, 47 y 51 del título XII del las concede a sus vasallos sin separarlas
libro VIII se refieren a estas obligaciones, de su real patrimonio; c) el título IX está
que al decir de González, "importaban ab- dedicado a disposiciones reglamentarias so-
sorber casi todo el producto en favor de bre el trabajo de las minas, fortificación,
la Corona". El Derecho del Fisco se ex- desagüe, ventilación y limpieza de las la-
tendía hasta los más ínfimos detalles, de bores; d) El título X trata de la obligación
la industria y las más insignificantes la- de hacerlo por medio de socavón o contra-
bores y la ley 1* de este título., mandaba mina, el desagüe de las minas, siempre que
que todos los vecinos y moradores de nues- a juicio del facultativo del distrito, sea
tras Indias que sacasen en cualquier pro- posible y útil; e) El título XI se preocupa
vincia oro, plata, plomo, estaño, azogue, de las sociedades o compañías mineras;
hierro u otro cualquier metal, pague la f) El título XII se refiere al trabajo de los
quinta parte del producto bruto, lo cual co- operarios de las minas y haciendas de be-
rresponde al diezmo que imponían las leyes neficio; g) El titulo XIII trata de lo in-
romanas a las minas de igual clase, porque dispensable para el servicio de las aguas
"nuestra voluntad —dice la ley— es ha- destinadas a la bebida y a la fuerza mo-
cerles merced de las otras cuatro partes triz para las minas y establecimientos de
para que cada uno pueda disponer de ellas beneficio; h) El título XIV se refiere a la
como cosa suya propia..." Las demás le- compraventa de minerales y al sistema de
yes del título contienen las especificaciones maquilla; i) El título XV se concreta al
de todas las maneras de adquirir y extraer avío, contrato especial minero; j) El título
minerales, que caían bajo el imperio de la XVI trata del fondo y banco de minería;
absorbente contribución, de manera que k) El título XVII establece normas relati-
los agentes de la Corona eran para el in- vas a los peritos en minas y beneficio; 1)
feliz minero de América, especie de gigan- El título. XVIII se relaciona con la ense-
tes fabulosos con miles de ojos para vi- ñanza minera; y m) El título XIX rige los
gilar en todos los sitios al mismo tiem- privilegios de los mineros".
po, los descubrimientos de nuevas vetas, El Derecho minero después de la Inde-
los alcances, beneficios, etcétera, para apli- pendencia. Después de la Independencia,
car la terrible ley del quinto real y para en todas las naciones hispanoamericanas
que las contribuciones en metales o mine- siguió rigiendo la legislación española has-
rales en general, se redujesen a barra y se ta que comenzó la obra de codificación na-
remitiesen a España". cional casi en las postrimerías del siglo
Tanta fue la decadencia a que condujo pasado. Así, en 1874, se sanciona en Chile
la legislación de las Indias al ramo de la el Código de minería, que es reformado
minería —agrega el mismo autor—, que parcialmente en 1888; en 1877 Perú dicta
a fines del siglo xvm, los gremios mineros una ley provisoria de minería, completada
de México y Perú hicieron presente, por por las leyes de 1888, 1890 y 1895; en 1876
Intermedio de sus virreyes, al Supremo Nicaragua se da su Código de minería; en
Consejo de Indias, la necesidad de la pro- 1880, Bolivia adopta la ley de Bases de
tección de leyes liberales y generosas, de 1868, y en 1882 se dicta el reglamento de
corregir los abusos entre los mineros y la ley de minería, que es parcialmente mo-
operarios, y de dar, en fin, a la minería dificado en 1894; en el mismo año, es decir,
la importancia que en la legislación y en en 1880, Honduras sanciona el Código de
la práctica debía tener. minería, cuya primera reforma se realiza
Consecuencia de ese movimiento de opi- en 1885; en 1884, México, Guatemala y
nión fue que en 1783 se dictaran las Or- Uruguay también dictan el Código de mi-
denanzas de Minería de Nueva España, uno nería; en 1886, Ecuador sanciona el Código
de los Códigos más completos y que fue de minería, que es reformado en 1892; en
aplicado en toda América, inclusive en el 1867, Antioquía, del Estado de Colombia,
virreynato del Río de la Plata. dicta su ley minera que es declarada en
1887, como Código de minería de la nación; el Common Law, basándose en la razón,
por último, en 1891, Venezuela sanciona su atribuye las mejores cosas, como el oro y
Código de minería. la plata, a las más excelentes personas, y
Casi todos los Códigos sancionados en ésta —concluye él— es de acuerdo a la ley
las fechas mencionadas precedentemente el rey; la segunda asentaba en las nece-
han sido substituidos en el decurso de este sidades de la defensa nacional que depen-
siglo por leyes mineras que se han puesto de de los recursos financieros y el tesoro
a tono con la alta evolución que ha al- —añadía el procurador— es el.nervio de la
canzado el Derecho minero. En efecto, ac- guerra; y la tercera fundábase en las exi-
tualmente rigen los siguientes cuerpos le- gencias del comercio para cuyo intercam-
gales: en Chile, el Código de 1932; en Perú, bio es indispensable la moneda".
el de 1950 y reglamentos dictados en el año Dentro de los moldes del Common Law, el
siguiente; en Eolivia, el de 1925; en Hon- régimen minero inglés no tuvo otras alter-
duras, el de 1937 y el decreto sobre petró- nativas hasta que las necesidades de la
leo de 1954; en México, el de 1930; en defensa nacional impusieron una interven-
Guatemala, el de 1953; en Uruguay, el de ción más directa del Estado, tanto en re-
1943; en Ecuador, el de 1937; en Venezuela, lación con el contralor de la explotación,
el de 1944. como respecto al manejo de la producción
En esta brevísima referencia a la legis- minera en el orden interno e internacional,
lación de los países hispanoamericanos, he- La primera intervención estatal en las
mos prescindido del examen de las Cons- minas se concreta para regular las rela-
tituciones, porque él será realizado en otro ciones entre patronos y obreros, siguiéndo-
lugar. (V. DOMINIO DE LAS MINAS.) le las leyes que se refieren a policía mine-
En lo que se refiere a nuestro país, el ra destinadas a prevenir accidentes y ga-
estudio de la legislación ya se ha efectuado rantizar la seguridad de las personas. (Le-
en otra parte. (V. CÓDIGO DE MINERÍA.) Ca- yes de 1840 y 1870.)
be agregar únicamente a lo que allí se ha Es en este siglo y después de estallar la
dicho, que en el campo de la legislación se primera gran conflagración mundial, que
registra un nuevo intento de reforma al se hace más sensible la intervención del
Código de minería vigente con el Proyectó Estado, hasta llegar a imponer, respecto de
presentado en 1955, por Carlos Alberto algunas substancias, un verdadero regalis-
Almuni, el cual, como los anteriores, no mo. Así, en 1915, se dicta la limitation act
alcanzó a ser discutido. mediante la cual se regula el precio del
Inglaterra. El sistema minero ha segui- carbón en el orden interno; en 1916 se
do en Inglaterra el complicado régimen de dispone el control de las hulleras del país
la propiedad raíz, del cual se ha apartado de Gales; en 1917 se establece la superin-
recién y en pequeña medida, a mediados tendencia de todas las minas del país, por
del siglo pasado y durante el presente. Se medio del Shipping Controller; en 1920
trata de un sistema propio de Inglaterra y aparece el Coo.l Mines Emergency Act (de- i
sin vinculación con el accesionismo romano. rogado en 1921), por el cual se dispone li-
Expresa al respecto Vivacqua que "la pro- mitar la exportación de carbón y fijar e!
piedad de las minas aparece como un jus- precio interno de este mineral; en 1926 se
soli in-profundum, mas subdivídese en pla- sanciona el Mining Industry Act, que dis-
nos horizontales independientes, y cada pone la unión y fusión de las empresas car-
mineral puede ser objeto en este sistema boníferas, concediendo al Ministerio de Co-
de un dominio especial. La accesión de los mercio poderes necesarios de compulsión
yacimientos al terreno tiene, pues, su ca- para los remisos en acatar ese régimen
racterística propia, sin similitud o cualquier Por el mismo ordenamiento se facultó
vínculo genealógico con el accesionismo ro- la administración a otorgar el derecho de
mano". investigación y extracción de carbón cuan-
Escapa a las características mencionadas do así lo exigiere el interés nacional. Tal
las substancias de oro y plata que fueron ordenamiento — señala Vivacqua —- "im-
declaradas del dominio de la Corona en el portaba limitar el amplio y tradicional de-
célebre proceso promovido en 1568 por la recho del propietario del suelo". En 1933,
reina Elizabeth contra el conde de Nor- el Worthing Facilities Act estableció la ex-
thumberland. Dice al respecto Vivacqua propiación de las minas en bien de la ex-
que en este proceso fue reconocido el do- plotación, previa indemnización; en 1934
minio maj estático sobre aquellas minas, y se extendieron a otros minerales la Mining
desde esa época quedó definitivamente con- Industry Act, en lo relativo a la exploración
sagrado ese dominio. Tres razones invocó y explotación; en el mismo año se sanciona
en el curioso pleito el procurador de la Co- el Petroleum Production Act, que atribuye.
rona. La primera partía del principio que al Estado los yacimientos de petróleo. C¡-1
tando a J. Domines, expresa Vivacqua que al cabo de pocos días el hallazgo maravi-
esta ley tiene por objeto dar al Estado la lloso que venía a influir no sólo en el des-
tino de una nación, sino en el de la huma^-
propiedad de los yacimientos petrolíferos si-
tuados en la Gran Bretaña. Prevé la auto- nidad".
rización de investigación y de explotación, Con ese hecho se inicia prácticamente el
que es concedida por el Ministerio de Co- Derecho minero norteamericano. Hasta en-
mercio y publicada en la Gaceta de Lon- tonces el Estado no se había preocupado de
dres y en lo concerniente a Escocia, en la legislar sobre las minas y, posteriormente,
Gaceta de Edimburgo. Esta'ley deroga el cuando lo hizo, lo fue para convalidar el
ordenamiento jurídico que el rusch califor-
principio tradicional del Derecho inglés, se-
gún el cual los yacimientos mineros, excep- niano había impuesto con un sentido emi-
to los de oro y plata, pertenecen de pleno nentemente práctico.
derecho al propietario de la superficie. El Al producirse el hallazgo maravilloso del
interés moderno por el prodigioso combus- oro californiano se pisaba tierra mejicana,
tible —añade— toca en sus cimientos el mas pronto ella pasó a constituir parte
Interés general británico con ese fuerte integrante del territorio norteamericano, y
golpe sufrido en el derecho de propie- a virtud de lo dispuesto en el tratado de
dad..." Guadalupe-Hidalgo, de 1850. Y a pesar de
Estados Unidos de Norteamérica. Como que Estados Unidos no había dispuesto aún
ocurrió con la América latina, que fue he- la forma en que sería ocupada la tierra
redera del Derecho minero metropolitano, anexada, la vorágine humana que fue lle-
Estados Unidos heredó también la tradición gando a los lugares de los yacimientos (de
jurídica de Inglaterra, de la cual fue in- 1849 a 1850, la población aumentó de 26.000
dependizándose a medida que su propia a 246.000 almas, según referencias de Juiz
evolución impuso nuevos rumbos en la ad- Field, citado por Vivacqua), se organizó
ministración de la riqueza minera. políticamente, creó organismos administra-
"Las minas no se hallaban sometidas tivos, judiciales y de policía, y se dio sus
—escribe Vivacqua— a un régimen jurídi- propios .estatutos legales.
co especial. Los Estados particulares pa- Vivacqua expresa al respecto que "el
saron después de la independencia a in- pueblo, reunido en soberanas asambleas
vocar, en virtud" de sus respectivas sobe- de los freemen of the camps, aprobaba di-
ranías, las jura-regalías sobre los yaci- rectamente la ley en la presunción de que
the right to legislóte was inherent in the
mientos de oro y plata, atribuidos de acuer-
do con el Common baw al rey". people they selves. Afirmaban bajo el prin-
También fue bajo la invocación del Com- cipio de que el dominio público pertenecía
mon Law que se consagró el dominio ab- al propio pueblo, de que el mineral en él
contenido estaba sujeto a la libre adqui-
soluto, usgue ad inferas, del propietario del
suelo que nunca aceptó limitaciones a su' sición como premio por el descubrimiento
dominio por lo menos en aquella época y ocupación, y esto desafiaba en realidad
inicial. Ya se verá cómo después las ne- las tradiciones y leyes de otros países y el
derecho de Estados Unidos, en relación al
cesidades colectivas determinaron, luego de
algunas vicisitudes, la vigencia de otrossubsuelo de sus tierras".
principios que no sólo se apartaron en for- En lo que concierne estrictamente al De-
ma novedosa del accesionismo, sino que se recho minero, en los miners meeting se
orientaron a consultar los intereses gene- sentaron estos principios: 1<? que el domi-
rales de la nación. nio público pertenecía al propio pueblo, de
Vivacqua, admirable expositor de la evo-modo que los yacimientos minerales con-
lución del Derecho minero norteamericano, tenidos en ese dominio eran de libre adqui-
dice que "cuando en junio de 1848, el car-sición; 2? que el descubrimiento seguido
pintero James W. Marschall, al servicio dede la ocupación' constituía el fundamento
Joao Augusto Sutter, el emigrante aven- de la propiedad minera; 3"? que el laboreo
turero transformado a golpes de audacia personal era obligatorio como condición pa-
y suerte en opulento señor de Nueva Hel- ra conservar la propiedad minera; 49 que
vecia, en San Francisco, encontró acciden-el lote minero debía tener determinada ex-
talmente oró en los aluviones de Coloma, tensión como medio para garantizar la li-
en ese instante sonaban momentos decisi- bertad de explotación e impedir el mono-
vos de la humanidad, fijados en páginas ad-
polio; 5<? que todos, es decir, tanto los ha-
bitantes ya arraigados como los recién lle-
mirables por Stef an Zweig. En pura pérdida
; el patrón y el operario tentaron conservar gados, se encontraban en un mismo pie
como secreto inviolable el prodigioso des-de igualdad para adquirir y trabajar las
cubrimiento que el acaso proporcionara. La minas; 6? que las cuestiones que se susci-
indiscreción femenina revelaba al mundo taran entre los mineros con motivo de la
explotación, debían ser resueltas por la
magistratura de minas creada por los pro-
pios mineros; 7? que era permitida la cons-
titución de compañías para la realización
de obras de interés general para la minería,
tales como la construcción de desvíos de
los cursos de agua, caminos, etcétera.
Los mismos principios fueron aplicados
más tarde en Utah y en Alaska, cuando
sobrevinieron en esas regiones los grandes
descubrimitntos de plata y de oro respecti-
vamente. Y como sucedió con los estatutos
dictados en las miners meetin de Califor-
nia, los de Alaska y Utah también fueron
convalidados más tarde por el Estado, con-
virtiéndose en estatutos legales' generales.
Diferente fue, en cambio, el régimen ju-
rídico que se aplicó a los yacimientos de
petróleo, hierro y carbón, lo que se explica
porque, como describe Vivacqua, "en tanto
a la explotación de éste (el ovo), por su
propia naturaleza impone un régimen de-
mocrático, la explotación del petróleo y del
hierro es inseparable de las labores carbo-
níferas, determinado desde luego, ya por
las propias exigencias naturales de la mi-
nería de esas substancias, ya por las pro-
pias de la técnica, tendencias para la mo-
nopolización. La Standard Gil, la Associa-
tion AQO de los Estados Unidos, los trust de
las vías férreas y otros gigantes del capi-
talismo nacen y se desenvuelven en con-
traste con la singular partners hip de los
garimpeiros de California. Bockefeller, Car-
negie y Morgan son frutos de esus libres
mineros. La formación y evolución de los
trust tienen, como ya vimos en los Estados
Unidos, sus más interesantes aspectos eco-
nómicos, políticos y jurídicos".
El petróleo y el gas natural fueron obje-
to de un régimen especiaíísimo que de-
rivó de la naturaleza de esas substancias,
las cuales carecen de adherencia al suelo.
De allí surgió la teoría que aquellos yaci-
mientos son del dueño del suelo de donde
emanan, y si ellos escapaban a través de
la propiedad de un tercero, debían perte-
necer a quien los extrae o capta. Se des-
conoció de esta manera al dueño del sue-
lo, derecho a esos yacimientos, no obstante
que para el Derecho civil su dominio se ex-
tendía indefinidamente en profundidad.
Aquel principio, denominado law of cap-
ture, es prácticamente la aplicación a la
la caza del gato salvaje.
materia minera de aquel otro llamado de
"La caza del gato salvaje —escribe Vi-
vacqua—, transformada en la más gigan-
tesca batalla del capitalismo, pasó a ser
regulada por esa construcción jurispruden-
cial simple y práctica".
"Estados Unidos —dice este autor—, cu-
y la Unión, facultando al Presidente a to- ma teórico y legislativo hasta la aparición
mar medidas en caso que las limitaciones de las altas concepciones".
de las salidas de petróleo y sas derivados La ley de 1810 se estructuró sobre la base
afecte ¡as necesidades del consumo. La del principio que sentó el propio Napoleón,
conservación cié las fuentes de petróleo que la mina constituye una propiedad nue-
continuó sirviendo de lema para la cam- va y distinta del suelo, y que nace coa
paña en pro de la ampliación de la inter- el descubrimiento. Este principio, que no
vención ieüc-jai, scbre todo ciado el motivo era nuevo, ya que de hecho había sido
fundameiHai invocado por la National Re- seguido y observado por las colonias es-
sources Ccmiíee de que ningún Estado se pañolas, se convirtió en la espina dorsal
encuentra en condiciones ce proteger ade- del sistema de aquella ley. Según ésta, las
cuadamer.í,,- esas riquezas". Agrega el ilus- substancias minerales se dividen en minas,
tre profesor brasileño que "el concepto de mineras y canteras, hallándose sometidas
conservación se extiende hoy y de acuerdo las primeras al régimen de la concesión
con la definición del Departamento del legal, para cuya adquisición el francés o
Interior, ai aprovechamiento y el uso ra- naturalizado francés debía justificar su
cional de !o-s recurá¿3 r atúrales de la na- capacidad para emprender y proseguir los
ción p-ira prevenirlos de la depredación y, trabajos, pagar las contribuciones (que po-
al irás,'*.u ílempo producir la riqueza. Este dían ser debidas al Estado o al propietario
concepto es el de la prudente utilización y del suelo), y satisfacer las indemnizaciones.
del dí'S«ivobiniicnu> de todos los recursos Dicha ley convirtió a la mina en una pro-
en interés cíe la saiisfacción del máximo piedad perpetua, disponible, transmisible e
de las necesidades sociales, de suerte que inviolable, vale decir, rodeada de los mis-
abarca el no uso o el uso deficiente". mos .atributos que la propiedad com'ún, de
Francia. El Derecho minero en Francia la cual se diferenciaba únicamente en que
ha slüo dividido en cinco períodos, de los la minera quedaba siempre sometida a la
cuales '.ios interesa únicamente el último, inspección y vigilancia del Estado.
que abarca la época comprendida desde la Las mineras también estaban sometidas,
Revolución hasta nuostros días. en el régimen de la mencionada ley, al
En 1791 fue sancionada la ley minera, dominio del Estado, pero su explotación se
que se estructuró scbre ia base del princi- acordaba preferentemente al dueño del
pio que uat a sustentado Mirabeau en el suelo donde se encontraban. Sólo a falta
seno de la Asamblea Nacional, que las mi- de titular de la superficie, se acordaba pre-
nas estaban a disposición de la nación. ferencia al descubridor. En cuanto á las
En concordancia con este principio, de- canteras, se acordaba un derecho exclusivo
claró, a¿emá?, que la concesión minera se al propietario del suelo, salvo que fuese
entregaba per tiempo limitado (cincuenta indispensable su expropiación cuando éste
años como máximo). no las explotaba.
La l"y de 1791 fue sustituida por la ley La ley de 1810 fue reformada por las le-
del 21 de abril de 1810, llamada también yes del 27 de abril de 1838, 27 de julio de
Código minero napoleónico. "El gran mo- 1880, 23 de julio de 1907, 16 de diciembre
mento moderno del Derecho minero, como de 1922, 26 de enero de 1928, 12 de abril
sistematización de principios doctrinarios de 1928, 1 de diciembre de 1929, 4 de fe-
—escribe Vivacqua—, fue la ley francesa brero de 1943 y 22 de mayo de 1944, y
de 1810 —el Código minero napoleónico—, por los decretos leyes del 24 de mayo de
que se convierta en padre universal, ha- 1938, 17 de junio de 1938, 4 de febrero de
biendo sido adoptado en bloque por algunas 1943, 22 de mayo de 1944 y 20 de mayo de
naciones europeas. Él dualismo jurídico de 1955.
la propiedad del suelo y del subsuelo mi- Al desarrollar las distintas voces del De-
neral se define en el sistema de la ley Derecho minero, haremos una referencia a
con sus contornos precisos, que había tra- esas reformas. Ahora nos limitaremos a
zado la teoría jurídica. La concesión asu- señalar aquellas que sean realmente subs-
me su plenitud conceptual. Las demás no- tanciales, introducidas especialmente por
ciones y principios en que se fundaron la el decreto de 1955. Entre éstas podemos
técnica y la ciencia del Derecho minero, anotar las siguientes: que es facultad del
pasaron a ser bebidas en esa gran obra Estado acordar preferencia entre varias so-
del genio creador de Francia, de no menor licitudes, para dar la concesión, ya se trate
importancia en lo's destinos de la evolución de propietarios de la superficie, descubri-
Jurídica que su Código civil. La noción dores u otros; que para los hidrocarburos
social que, de acuerdo con la ley de 1810, líquidos y gaseosos puede ser instituido un
sirve de base a la construcción del domi- permiso exclusivo de búsqueda por el tér-
nio de las minas, se convierte en paradig- mino de cinco años como máximo, ya sea
por prospección geofísica o ya por perfo- ración, lavaje y concentración de combus-
ración, con exclusión de toda otra persona tibles y minerales; instalaciones destina-
inclusive del propietario del suelo, pudiendo das a stok y a depósitos de productos y
disponer libremente de los hidrocarburos desperdicios que resulten de aquellas acti-
líquidos o gaseosos extraídos en ocasión de vidades; los canales, rutas, vías férreas, ca-
estas búsquedas; que para obtener este per- nalizaciones, transportadores o telesféricos
miso debe poseer la capacidad técnica y destinados al transporte de productos y
financiera necesaria y satisfacer las con- desperdicios de la mina; que el concesio-
diciones relativas a la presentación de un nario queda obligado, según los casos, a
programa general de trabajo, como así indemnizar al superficiario o a adquirir el
también a consagrarse en la búsqueda con suelo ajustando el precio conforme a re-
un esfuerzo financiero mínimo; que cuan- glas que se especifican en detalle; que por
do el permisionario de este tipo de permiso decreto dado en Consejo de Estado pueden
no cumple con sus obligaciones o no man- declararse de utilidad pública las instalacio-
tiene dentro del perímetro del permiso una nes indispensables, a la explotación de la
actividad concordante con el esfuerzo fi- mina cuando ellas deben ser ejecutadas en
nanciero mínimo suscrito o deja de presen- su totalidad o en parte en el exterior del
tar las garantías técnicas o financieras perímetro de la concesión; que los inge-
que requiere una buena explotación puede nieros de minas observarán la forma en
decretarse la anulación del permiso; que el que se encara la explotación, sea para di-
permiso exclusivo de búsqueda de hidro- rigir las explotaciones en sus inconvenien-
carburos líquidos o gaseosos es intransmi- tes o para su mejoramiento, sea para ad-
sible en su totalidad o en parte, por acto vertir a la administración de los vicios,
entre vivos a menos que medie autorización abusos o peligros que pudieran encontrarse;
del Estado; que para las substancias con- que en ocasión del ejercicio de la vigilan-
cesibles que no sean los combustibles y cia tamo sobre la búsqueda, como sobre las
minerales sólidos, las sales de potasio y los explotaciones, los ingenieros de minas po-
hidrocarburos líquidos o gaseosos puede ser drán ser asistidos por representantes del
instituido un permiso exclusivo confiriendo comisariato de energía atómica selecciona-
a su titular el derecho de efectuar en su do de entre los más capaces, quienes podrán
perímetro todo trabajo de búsqueda de una proceder a realizar investigaciones concer-
o muchas de estas substancias, con la ex- nientes a las substancias útiles a la energía
clusión de toda otra persona, inclusive los atómica, quedando sometidos a la obliga-
propietarios del terreno, pudiendo disponer ción del secreto; que todo concesionario de-
libremente de los productos extraídos en be poner a disposición del comisariato de
ocasión de estas búsquedas; que nadie pue- energía atómica a su pedido y mediante
de obtener un permiso exclusivo si no posee justa remuneración, las substancias útiles
las capacidades técnicas y financieras exi- a la energía atómica a las cuales se re-
gidas para los hidrocarburos líquidos o ga- fiere su concesión o que son, en un mismo
seosos; que el permisionario de un permiso yacimiento, conexas a aquellas de que se
de búsqueda de hidrocarburos líquidos o trata la concesión, cuya obligación deja de
gaseosos, tiene derecho al otorgamiento pasar si la separación de las substancias
de concesiones sobre los yacimientos explo- útiles a la energía atómica entraña la des-
tables descubiertos dentro de ese permi- trucción de los productos principales en
so y durante su vigencia; que la concesión vista a los cuales el yacimiento es explota-
entregada en las condiciones mencionadas do; que por decreto del Consejo de Estado
anteriormente, lleva consigo la anulación deben definirse las substancias útiles a la
del permiso exclusivo respecto del territorio energía atómica; que si la explotación es
concedido, pero le deja subsistente en el restringida o suspendida de manera tal
exterior; que la extensión de las concesiones que llegue a inquietar la seguridad pública
se determina por el acto de la concesión y o las necesidades de los consumidores, a la
limitada por la superficie engendrada por economía general de la región o del país,
las verticales indefinidamente prolongadas los prefectos tienen la obligación de cuidar,
en profundidad y apoyándose sobre un pe- proveer o vigilar si los trabajos de búsqueda
rímetro definido en la superficie; que el o explotación de una mina son de tal na-
concesionario puede ser autorizado por or- turaleza que comprometan la seguridad
denanza prefectoral a ocupar dentro del pública, la conservación de la mina o de
perímetro de su o sus concesiones, los te- otra mina, la seguridad e higiene de los
rrenos necesarios a la explotación de la obreros mineros, la conservación de las vías
mina y las'instalaciones útiles a ésta, ta- de comunicación, de las aguas minerales,
les como galerías o pozos destinados a la la solidez de habitaciones, el uso de fuen
ventilación y desagüe, talleres de prepa- tes que alimenten poblaciones, villas, OT
dades o conglomerados de casas y estable- pensión de los trabajos, de cuidar de los
cimientos públicos. Cabe agregar que el ac- mismos; que toda transacción respecto de
tual régimen minero írancés se asienta en la concesión debe ser autorizada por el Es-
la precariedad de la concesión, ya que éstas tado.
se otorgan por tiempo limitado. Alemania. La historia del Derecho mine-
Italia. Hasta el año 1927, en que se pro- ro alemán —dice Joaquín V. González— no
dujo la unificación de la legislación minera, es sino el desarrollo natural y lógico de la
se encontraron vigentes numerosas leyes doctrina regalista, que empieza en el siglo
de las cu'ales corresponde citar la ley de- xii, sigue el desenvolvimiento del Derecho
nominada leopoldina, que, al decjr de Vi- político, se codifica varias veces en 1208,
vacqua, "fue el primero y más importante 1249, 1255, 1275 y 1300 en la llamada Or-
estatuto de Derecho minero moderno como denanza de Kuttemberg, que se cree ejerció
fijación legal del individualismo jurídico influencia directa en el antiguo Derecho
del siglo xvni, en su forma de libertad eco- minero español, pues coincide su introduc-
nómica". Esta ley la dictó el duque Leopol- ción en España con los primeros códigos
do en Toscana, el 13 de mayo de 1788. Re- regalistas de esta nación".
firiéndose a este estatuto, dice el autor Dada la organización política de Alema-
citado que "el príncipe, tomando conoci- nia, también ofrecía como Italia, un pa-
miento del trabajo de la comisión encar- norama de dispersión legislativa, aunque
gada de elaborar un proyecto de decreto menos variado que ésta, pues, tenían vi-
regio sobre niinas, fue más allá de las su- gencia la ley de Prusia de 1865, la de Sa-
gestiones propuestas que conservaban la re- jonia y la de otros Estados que han seguido
galía sobre los metales preciosos, hasta en- apegados al antiguo Derecho de las orde-
tonces considerada un derecho inalienable nanzas citadas. Como lo puntualiza el mis-
de la soberanía. Abolió, bajo la influencia mo autor, aunque el Derecho minero alemán
de las ideas liberales de tanta resonancia no se hu uniformado, es indudable que
en su alto espíritu, todos los vínculos feuda- tiende a unificarse sobre el tipo de la ley
les relacionados con el sub-suelo y las-se- prusiana, formando así por sucesivas adop-
veras restricciones de allí derivadas, anti- ciones y su codificación definida el Código
cipando por una revolución incruenta, la de minas del Imperio (Allgemeines deuts-
transformación del Derecho de propiedad, ches Bergrecht).
realizada en seguida tan sangrientamente Esta ley consagra como principios fun-
en Francia. La ley leopoldina, como la de- damentales los siguientes: que la mina
nominan los juristas italianos, restaura, constituye una propiedad inmueble, distinta
según algunos tratadistas (Poggi, Mazurchi de la del suelo; que el-» derecho de inves-
y Mantelini) el principio fundiario, como tigación corresponde a todos y en cualquier
solemne reivindicación del Derecho del su- terreno, salvo que se realice en terrenos
perficiario sobre las minas, usurpado según murados u ocupados por edificios; que en
el sentimiento de la mayoría, por el señor atención a la importancia económica del
feudal y finalmente encabezado por el Es- oro, mercurio, plata, hierro, plomo, cobre,
tado". cinc, estaño, níquel, arsénico, manganeso,
Por real decreto número 1443, de fecha antimonio, -azufre, carbón, aluminio y vi-
29 de julio de 1927, se unificó la legislación triol, no se encuentran a disposición del
minera bajo los siguientes principios: que propietario del suelo, pero sí los restantes;
el Estado es dueño de las minas y, como que respecto de aquellos minerales rige la
tal, sólo él puede conferir permisos para intervención del Estado por medio del in-
investigar y concesiones de explotación; terventor (Finderrecht), la libertad de ex-
que para adquirir una concesión de inves- plotación (Bergbaujreiheit) y libertad en
tigación o de explotación es siempre ne- la dirección de la empresa (Selbstvewal-
cesario acreditar la correspondiente idonei- tung); que la propiedad minera forma una
dad técnica y económica para conducir la nueva con iguales atributos que la propie-
empresa, comprobada por el Ministerio del dad común sólo revocable cuando se en-
ramo; que las minas son bienes de utilidad cuentre amenazada la seguridad pública o
pública; que es obligación del concesiona- las necesidades de los consumidores.
rio mantener las minas en explotación, El moderno Derecho minero alemán se
salvo que por razones justificadas, el Mi- orienta a la nacionalización y en cierto
nisterio de Economía Nacional consienta en modo a la socialización. Expresa al respec-
la suspensión de los trabajos o en la gra- to Vivacqua que "la Constitución de Weimar
dual explotación del yacimiento; que la (11 de agosto de 1919) fue en esta materia
explotación debe realizarse con los medios obra de nacionalización y, en ciertos lími-
técnicos y económicos adecuados a la im- tes, de socialización. El establecimiento de
portancia del yacimiento y, durante la sus- sindicatos obligatorios para la explotación
del carbón (ley del 23 de marzo de 1919), esta división general: yacimientos conocí- 1
de hierro (ley del 1 de abril de 1920) con dos y yacimientos desconocidos". Y citando
la participación de los operarios en la di- a Francisco Burkinski, agrega: "Los prime-
rección, indica las nuevas directivas. La ley ros se hallan estatizados en virtud de la
del 28 de febrero de 1935, ordenando trans- socialización de la propiedad privada, ocu-
ferir la organización minera (Bergwesen) rrida después de la revolución de 1917, y
al Imperio, somete' la jurisdicción y econo- ora son explotados por el Estado, ora son
mía de las minas al Ministerio de Economía arrendados a particulares. En cuanto a los
del Imperio". segundos, hay plena libertad de minerali-
Alemania ha seguido también la corrien- zación, a fin de que haya estímulo por parte
te cada vez más acentuada que se nota en del individuo en la explotación de las mi-
la legislación moderna, de propender a la nas. El socialismo allí se armoniza con el
protección de la riqueza minera y.del per- liberalismo".
sonal ocupado* en las minas. Así se han En consecuencia de la vigencia de aque-
dictado disposiciones especiales acerca de lla constitución, el 7 de julio de 1923, el
la creación y funcionamiento de escuelas de Consejo Ejecutivo Central Panruso sancio-
minería en distintas partes del territorio nó para todas las repúblicas federadas la
alemán, que tienen por objeto crear espe- Ordenanza sobre el subsuelo y su explota-
ciales aptitudes en el personal técnico y ción, la cual dispone que la explotación de
administrativo encargado de ellas. La ley las substancias minerales puede hacerla
sobre el certificado de previsión social de directamente el Estado o darla en concesión
los mineros del Rhin Norte y Westfalia o arriendo a una persona jurídica o natu-
(1948) contiene prescripciones ori'entadas ral, quienes quedan obligados a mantener
a proteger al minero que ha estado ocupa- las minas en actividad, a fin de cumplir
do durante largo tiempo en trabajos sub- con el programa de producción. Al cum-
terráneos, a cuyo efecto hace una minu- plimiento de esta disposición tienden los
ciosa clasificación de los mineros sujetos artículos 23 y 24, ya que los mismos esta-
al seguro social y la obligación de ser ocu- blecen la facultad del Consejo Supremo de
pados en cargos vacantes del Estado o de la Economía Popular tanto para obligar al
instituciones privadas aquellas personas usufructuario a poner en movimiento la
provistas del certificado de previsión social. mina, como para reiniciar los trabajos en
Las ordenanzas del 14 de julio de 1948, so- caso de suspensión, bajo pena de privarle
bre explotación de lignita, las del año si- del derecho a la explotación de la mina
guiente sobre mejoramiento de la situa- y a las instalaciones existentes en ella.
ción de los mineros, personal técnico y ad-
ministrativo, como también de la producti- IV. Fuentes. El Derecho minero, como dis-
vidad minera en la República Alemana; la ciplina en fecundo devenir, que va atesoran-
ley del 14 de marzo de 1951, de protección do no sólo" el progreso que se opera en el
de los yacimientos contra la edificación, campo de las ciencias, sino también las ideas
etcétera, completan una legislación avan- que se desarrollan en las esferas políticas,
zada en materia de minería. económicas, artísticas, etcétera, reconoce
Rusia. En el año 1834 fue consolidado el las más diversas fuentes. "La elaboración
Derecho minero ruso con el Código deno- del Derecho de las minas —expresa Vivac-
minado Swad Sakanof, el cual es refor- qua— no se realiza apenas en las retortas
mado en 1842 y 1857. Dicho Código se funda legislativas del Estado. Es también obra
en el principio de la accesión, aunque, co- lenta de la costumbre o de ésta combinada
mo expresa Aguillon. las minas quedan con la jurisprudencia y, a veces, es flore-
sometidas a las restricciones de policía, y cimiento espontáneo y súbito de la socie-
las relativas al comercio de oro, plata y dad. La ley minera no siempre aflora como
platino, que debían ser vendidos compul- planta cultivada en las bibliotecas y en los
sivamentg al gobierno. En cuanto al petró- parlamentos. Erota en los garimpos y en
leo, el Código de 1893 lo incorpora al pa- las grupiaras. Los mincrs meeting de li
trimonio, del Estado. California y de Alaska votaron y promulga-
La reforma más esencial que ha sufrido ron el régimen legal de ias minas que la
el Derecho minero ruso fue introducida gran República Norteamericana adoptó co-
después de la revplución de 1917. En efecto, mo estatuto legislativo. Esa planta nace
la constitución soviética dispone en su ar- también en los gabinetes de los magnates
tículo 6? que "la tierra y sus riquezas son de la industria, como los ordenamientos
propiedades del Estado, esto es, bien de to- jurídicos elaborados en el seno de los truty
do el pueblo". Lauro Lacerda Rocha dice finalmente respetados por los Estados, como
que "el sistema fundamental de la U. R. la legislación emanada de algunas com-
S. S., de características mixtas, se basa en pañías sudafricanas, investidas de legis-
lación estatal. Estas y otras fases particu- legislativas que nos legó España, y a los
lares de la formación y evolución del De- Códigos que se dictaron después de la Inde-
recho de las minas, comúnmente poco pre- pendencia. El Código de minería argentino,
sentidas u observadas, lanzan mucha luz por ejemplo, fue estructurado, en muchos
en el cuadro histórico y filosófico de la casos, en base a los usos y costumbres que
génesis y transformación del Derecho en imperaban en la época, de los cuales tomó
general". no sólo importantes reglas, sino también el
La fuente inmediata y principal de pro- rico y particular lenguaje consagrado a
ducción y conocimiento del Derecho mine- través del tiempo. Actualmente, la incor-
ro lo constituye, sin duda alguna, la legis- poración de los principios prácticos y
lación. Ella no se limita a las leyes vigen- científicos que proporciona la ciencia en
tes, pues comprende también las leyes su incesante progreso, se van traduciendo,
antiguas en cuanto han regulado las cues- a virtud de su repetición en la explotación
tiones atinentes al Derecho minero desde minera, en un verdadero Derecho consue-
la antigüedad hasta nuestros dias e, in- tudinario.
clusive, hacia el futuro, si las mismas con- La doctrina tiene descollante función
tienen previsiones que no corresponden to- como fuente del Derecho minero, pues es
davía a una realidad geológica determinada. a las construcciones teóricas de los autores
Cabe advertir sobre este último aspecto que se debe la sistematización científica al-
que muchas veces la legislación minera canzada por esta disciplina y que, como ya
ofrece la característica de tener, lo que lo dijimos, ha sido lograda en época re-
llama Vivacqua, un sello aprioristico, es ciente. Las obras de Francisco Xavier
decir, que antecede a la revelación del he- Gamboa, A. Eatbié, Edouard Dalloz, Louis
cho geológico. "El régimen brasilero sobre Aguillon, José Bernardo Lira y tantas otras
petróleo fue instituido como organización de antes del comienzo de este siglo y mo-
legal definitiva —dice este autor— antes dernamente las de Giuseppe Abbate, Atilio
de la positividad de esa riqueza. Los ele- Vivacqua, Juan C. Molina R., Eustorgio
mentos o circunstancias del descubrimien- Sarria, Julio Ruiz Bourgeois, Alcides Pinhei-
to, para lo cual tanto ha contribuido el ro, etcétera, han contribuido a cumplir con
acaso —ese gran inventor de minas—, aquella finalidad creadora. Entre nosotros
influyen aquí extensamente en la forma- las obras geniales de Enrique Rodríguez y
ción de la ley". Joaquín V. González no sóio han enrique-
También comprende esta fuente las leyes cido la bibliografía del Derecho minero,
dictadas por los Estados particulares en sino que han contribuido a darle su ca-
los países de constitución federal, los de- rácter científico propio. A esas obras primi-
cretos y reglamentos, como así también las genias corresponde agregar la de Guiller-
instrucciones impartidas por los organismos mo J. Cano, Edmundo Catalano y Eduardo
estatales investidos de la potestad de ad- Padilla, y las monografías de Mariano Ra-
ministrar la riqueza minera. Abarca asi- mírez (h.), Adolfo Silenzi de Stagní, Ma-
mismo aquellas leyes que son extrañas al riano Drago, etcétera.
ordenamiento jurídico minero, pero que su- La jurisprudencia, por último, como
pletoriamente concurren a integrarlo. Así, fuente del Derecho minero, ha logrado un
nuestro Código de minería dispone expre- rango prominente, en especial, aquella que
samente que "las minas se rigen por los aparece constituida por las decisiones de
mismos principios que la propiedad común, las autoridades mineras a cuyo cargo se
salvo las disposiciones especiales de este halla la aplicación de los códigos, leyes y
Código". De aquí surge que todos aquellos reglamentos mineros. La jurisprudencia de
mandatos dirigidos a regir el dominio pri- los órganos jurisdiccionales carece, en cam-
vado, tienen especial virtualidad en el cam- bio, de la misma importancia, dado que el
po del Defecho minero cuando éste no es- ámbito de actuación de los mismos se en-
tablece otros principios o normas. cuentra limitado, en general, a las cuestio-
Integran también las fuentes del Derecho nes que se suscitan entre particulares con
minero, aunque en forma mediata, la cos- motivo del ejercicio del derecho que deriva
tumbre, la doctrina y la jurisprudencia. del permiso de la concesión. Sostiene al
La costumbre juega en el Derecho mine- respecto Vivacqua que el Derecho minero
ro inglés y norteamericano un papel subs- "emana también de la jurisprudencia, es-
tancial, y si bien no lo tiene en el mismo pecialmente de la administrativa, dada la
grado, en otros países, llena siempre una creciente intervención del Estado en la mi-
íunción sumamente importante como fuen- nería... Las sentencias de nuestros Tribu-
te del Derecho minero. Durante la época nales son antes interpretativas que cons-
colonial fue el Derecho consuetudinario que tructivas. Por otro lado, la preponderancia
sirvió de base a las monumentales obras de la jurisdicción administrativa en nía-
teria de minería, circunscribe la acción de las líneas generalísimas entre las cual<
la justicia ordinaria". se desarrollan sus nociones".
Entre nosotros es notable la acción de Como se verá oportunamente, los orden?
la jurisprudencia de la Dirección Nacional mientos jurídicos mineros de la mayori
de Minas, cuyas reglas más fundamentales de las naciones americanas y de algum
han sido compiladas en Instrucciones de europeas encuentran su base prístina e
gran utilidad. La misma función han te- las constituciones. (V. DOMINIO DE LAS M:
nido las decisiones de la antigua Dirección ÑAS.)
de Minas, Geología e Hidrología de Men- Con el Derecho administrativo tiene taír
doza y de otras reparticiones similares de bien estrecha relación el Derecho miner
las demás provincias. "Debemos recordar, expresa Exequiel Mor
V. Relaciones con otras disciplinas. Tra- salve Casado, y de manera especial que i
taremos de precisar ahora, escuetamente, Derecho minero formaba un capítulo d
la posición del Derecho minero frente a administrativo en los regímenes legales
aquellas ramas del Derecho con las cuales cientificos y que, al alcanzar un desarroi:
tenga una relación más íntima y con otras que le permitió vivir vida independient
disciplinas que se presentan como ciencias siguió participando de la misma naturales
auxiliares suyas. de su fuente. Esto que recordamos reh
Digamos antes, a fin de evitar equívocos, tivo a la naturaleza del Derecho miner
que para nosotros el Derecho minero ha nos habla bien claramente de las relacií
logrado alcanzar completa autonomía ya nes íntimas y variadas entre la ciencia ji
se lo considere en el campo de la legis- rídica minera y el Derecho administrativo
lación, o ya en el didáctico y científico, pues Aun cuando genéticamente el Derech
umversalmente esta disciplina no sólo ha minero sea una derivación del administra
sido ordenada en cuerpos orgánicos y sis- tivo, actualmente —repetimos— se deseí
temáticos, sino que es objeto de especialí- vuelven en esferas totalmente indeper
sima enseñanza como materia de especu- dientes. Queda dicho de este modo que r
lación propia y singular. compartimos la posición de algunos auton
Si bien el Derecho minero aparece en que sostienen que el Derecho minero i
muchos casos integrado por principios o parte del administrativo bajo la afirmacic
normas que derivan de las otras ramas del de que la tarea del primero, considerac
Derecho, ello no significa que guarde al- en relación al segundo, consiste en esp<
guna relación de dependencia respecto de cificar y desarrollar ciertos institutos c
éstas. Es que el Derecho de las minas este último, según las exigencias de 1
—como escribe Abbate—, por su naturale- economía minera, con análoga situación
za científica, presenta esta posibilidad (la aquella en la que se halla el Derecho agrs
de la sistematización orgánica, completa rio respecto al civil. Así —se sostiene—, e
y autónoma) no menos que por la impor- la esfera de las relaciones de Derecho pí
tancia de la materia. Vivacqua expresa en blico atinentes a la actividad minera,
el mismo sentido que la conveniencia prác- Derecho administrativo es el Derecho oí
tica de independizar el Derecho minero se dinario y general de la materia, y el D<
impone por la propia naturaleza e impor- recho minero el especial. Tal es la posició
tancia de éste, además se justifica por la de Abbate.
utilidad de definir y sistematizar sus prin- Desde luego que tanto en el campo a(
cipios y reglas como el objetivo de facilitar ministrativo como en el minero, el Estac
su conocimiento, aplicación y perfecciona- desarrolla una actividad similar en cuanl
miento. ella tiende al bienestar colectivo, mas re
Sería ocioso demostrar que es con el De- sulta evidente que la equivalencia en la ac
recho constitucional con el cual el Derecho tuación de uno de los sujetos y la form
minero se halla en más íntima y directa como se concretiza esa actuación, no <
relación. "El Derecho constitucional —dice bastante para concluir en la existencia c
Abbate— es el primero por importancia, ya una relación de dependencia entre ests
que más que rama puede decirse que cons- dos ramas del Derecho.
tituye el tronco del cual todas las ramas Entre nosotros, enseña Rafael Bielsa q\¡
se desarrollan y toman vida, base sobre la "el Derecho de minería tambián está vin
que todas las ramas se fundan... Dado su culado al Derecho administrativo en cuan
contenido (el del Derecho constitucional) es to la propiedad privada de las minas d
axiomático que el Derecho minero no se las dos primeras categorías^ en nuestro re
identifique con el constitucional, pero es gimen legal es siempre adquisición deri
evidente que el Derecho minero, como el vada, ya que la propiedad originaria es d<
administrativo, es una derivación del De- Estado. Y tanto los modos de adquisició
recho constitucional, donde se encuentran como de conservación de ella están some
tidos a un régimen esencialmente admi- relaciones que tiene este Derecho con el
nistrativo, según veremos al ocuparnos de comercial, dado que éste le suministra aque-
la adquisición y de la explotación de las llos principios generales vinculados con de-
minas". No puede caber duda que la actua- terminados institutos. Expresa Vivacqua
ción de un mismo sujeto (el Estado), la que "esa legislación singular (se refiere
similitud de ciertos institutos (permiso y a la minera) penetra también en el campo
concesión), la naturaleza de las cosas sobre .del Derecho comercial, instituyendo re-
que versa uno y otro Derecho (cosas del glas sobre la venta de la producción mine-
dominio público) y tantas otras caracterís- ra. Además de otros casos —agrega—, son
ticas, colocan al Derecho minero y al ad- ejemplo de esta invasión creciente del De-
ministrativo en permanente e íntimo con- recho minero: las leyes alemanas sobre ex-
tacto. tracción de petróleo (ley del 23 de mayo
También se relaciona el Derecho mine- de 1919), para la venta de productos vigi-
ro con el Derecho penal, con el procesal, lada por el gobierno y controlada por or-
civil y penal, con el íinanciero, con el in- ganismos autónomos (Selbsstver Waltungs
dustrial, con el internacional y con el Korper), constituidos por operarios mine-
obrero. Sólo nos ocuparemos, y por cierto ros, patrones y consumidores; la ley bra-
brevemente, de las relaciones con estas sileña número 20.600, de diciembre de 1933,
tres últimas ramas del Derecho. tornando obligatoria la venta de oro ex-
Podernos afirmar que las relaciones del traído en el país al Banco del Brasil, y el
Derecho minero con el civil son amplísimas. régimen legal de extracción de oro de alu-
Como lo señala Joaquín V. González, "hay vión y de piedras preciosas y semiprecio-
una vasta esfera en la vida del Derecho, sas —decreto 24.193 de 13 de mayo de 1934
en la cual ambas especies de bienes (mina y decreto ley 466, de 4 de junio de 1938—,
y suelo) tienen un funcionamiento análogo determinando que esos productos son ex-
y acaso a veces idéntico, pero es también traídos por falseadores y garimpeiros, sólo
indudable que la mina, por su naturaleza pueden ser vendidos por compradores au-
y su destino especial, se aparta pronto del torizados por el gobierno o por las coope-
concepto común de los bienes para determi- rativas de los propios falseadores o garim-
nar una excepcional, una singular direc- peiros".
ción de la actividad humana en cuanto a Por último, en lo que se refiere a la vin-
su apropiación y goce. Aquí es donde co- culación del Derecho minero con el de!
mienza el imperio del Derecho minero, se- trabajo, ella aparece nítidamente de las
parándose del civil". normas contenidas en los ordenamientos
Lo cierto es que el Derecho minero se jurídicos, donde se regula lo relacionado
nutre de las nociones fundamentales dadas con el trabajo en las minas y la protección
por el Derecho civil. Ya dijimos que nuestro del obrero empleado en éstas. La industria
Código de minería dispone expresamente minera, que ha sido considerada como pe-
que "las minas forman una propiedad dis- ligrosa, impone la sanción de normas pro-
tinta del terreno en que se encuentran, tectoras para el personal ocupado en las
pero se rigen por los mismos principios de labores mineras, las cuales requieren un
la propiedad común, salvo las disposicio- carácter de especialidad que sólo puede ser
nes especiales de este Código" (art. 11). dado por el Derecho minero. Así, lo rela-
Y el artículp 343 establece en el mismo tivo a la capacidad de los obreros para
sentido, que "la sociedad conyugal, lo mis- emprender labores subterráneas, la dura-
mo que los demás actos y contratos de mi- ción de la jornada de trabajo, las condicio-
nas, están sujetos a las leyes comunes en nes técnicas a que debe ajustarse la explo-
cuanto no esté establecido en este Código tación en cuanto a seguridad e higiene,
o contraríe sus disposiciones". Estas nor- etcétera, aparece regulado por el Derecha
mas, que las contienen casi todos los or- minero, pero ajustándose a aquellos prin-
denamientos jurídicos mineros, demuestran cipios fundamentales que sienta el Derecho
que el Derecho de las minas no sólo se del trabajo.
vincula al Derecho civil, sino que se in¿ El Derecho minero se relaciona asimismo
legra con normas y principios propios de con algunas disciplinas científicas, como la
esta disciplina; verbigracia, las nociones de .geología, la mineralogía y la petrografía.
persona, propiedad, posesión, contratos, et- La primera, que tiene por objeto el estu-
cétera, no las suministra el Derecho mi- dio de la tierra, interesa en alto grado al
nero, sino el común, que es al que hay que Derecho minero, puesto que es esa ciencia
recurrir cuando se alude a ellas dentro del la que proporciona los datos necesarios
campo de la especialidad de éste. acerca del conocimiento del suelo y del
Lo expuesto precedentemente tiene tam- subsuelo y de la composición de los mis-
bién validez cuando hay que referirse a las mos. "La importancia de esta ciencia.
—dicen los doctores L. P. Navarro y O. Cen- y las condiciones bajo las cuales se ha
drero—, del punto puramente especulativo, permitido la explotación a los particulares
es grande: nada, en efecto, puede interesar y al propio Estado, cuando actúa como per-
más al hombre que conocer su propia mo- sona de Derecho privado.
rada. En el aspecto utilitario, bastará re- El Derecho minero comprende, pues, el
cordar que las primeras materias de la in- estudio -de todas estas cuestiones, las cuales
dustria minera, los materiales de construc- se presentan vinculadas a muchas otras
ción, las piedras preciosas o de adorno, la secundarias —inclusive de orden técnico y
íabricación de abonos químicos, etcétera, científico—, pero no menos importantes que
se estudian en la Geología". 'aquéllas. En el Derecho minero de nuestro
La mineralogía y la petrografía, que tie- país, el punto que tratamos ofrece un cam-
nen por objeto el estudio de los minerales po de estudio vasto y complejo. (V. DOMINIO
y las rocas, respectivamente, y que son los DE LAS MINAS.)
elementos- de -que se compone la corteza Ese dominio originario que ejerce el Es-
terrestre, son también ciencias auxiliares tado sobre las substancias minerales no su-
del Derecho minero. pone que sea él mismo quien debe explo-
VI. Contenido. A través de lo que lleva- tarlas. Esta actividad excepcionalmente la
mos expuesto habráse visto cuál es el con- realiza el Estado y, cuando la encara, es
tenido substancial de la materia. Ahora nos respecto de aquellas substancias que tienen
proponemos dar una idea más explicativa un verdadero interés nacional, como son los
y precisa del mismo. combustibles y las substancias radioactivas
La atribución del dominio originario de (verbigracia, uranio, torio, actimio, etc.).
las minas; la adquisición y constitución de La moderna institución de las reservas mi-
la propiedad minera; su funcionamiento, neras ha sido el camino que se ha buscado
conservación y pérdida, el beneficio de los para substraer a la iniciativa privada el
minerales extraídos y otras actividades derecho de explotar aquellas substancias,
auxiliares, constituyen las materias princi- cuya búsqueda y explotación se reserva el
palmente reguladas por esta disciplina. Estado, sometiéndolas a un régimen espe-
Eventualmente se hallan reguladas por el cial. Un ejemplo de este sistema lo encon-
Derecho minero otras actividades secun- tramos en los artículos 126 y siguientes del
darias. Código mejicano y, entre nosotros, en la
La .atribución del dominio originario de ley 12.161.
las minas se ha presentado siempre, dentro Fuera de estos casos excepcionales, lo co-
de la evolución del Derecho de las minas, rriente y normal es que el Estado entregue
como la cuestión de la más alta primacía el dominio útil de las minas a los particu-
jurídica y cuya génesis debemos buscarla lares mediante la concesión, que es el mo-
en el momento mismo en que se tuvo idea do típico de constitución de la propiedad
que el suelo y la mina no constituían bie- de las minas. Puede entregar también ese
nes idénticos. Ahí surgió el problema de dominio por medio de contratos de explo-
saber a quién debían pertenecer las subs- tación, cuyo -uso es cada vez más frecuente
tancias minerales: si al propietario del sue- en los tiempos modernos.
lo donde ellas se encuentran o al Estado Para llegar a la concesión, tanto los par-
como representante de los intereses genera- ticulares como los organismos oficiales, re-
les de la sociedad. Fue alrededor de este gularmente deben ajustarse a un verdadero
problema que se plantearon las más en- proceso, en que la búsqueda, exploración o
cendidas discusiones, desarrollándose una cateo es el primer paso, no siempre nece-
doctrina pletórica en fundamentos de todo sario en la adquisición de las minas, y por
orden. La legislación, por su parte, al igual cuyo camino se llega a la ubicación geoló-
que la doctrina de los autores, se inclinó gica del yacimiento mineral y a su descu-
ora por los intereses del propietario de la brimiento. (V. CATEO.)
superficie (sistema de la accesión), ora por El descubrimiento constituía en el De-
los intereses generales representados por recho minero clásico el medio adquisitivo
el Estado (sistema regalista-y dominial), por antonomasia de la propiedad minera.
ora buscando nuevas soluciones orientadas En este sentido se expresa Joaquín V. Gon-
a contemplar los distintos intereses com- zález: "Pero el medio adquisitivo por exce-
prometidos en la industria minera (siste- lencia es el que procede del descubrimiento
mas de la- res nullius, de la ocupación o de y de él debemos ocuparnos en particular,
la libertad industrial, de las íeservas, etc.). desde que él imprime el primer sello del
Y según haya sido el sistema que ha im- Derecho privado sobre la mina". Como tal
perado en una legislación dada, han dife- aparece regulado en nuestro Código de mi-
ridos los caracteres, límites y extensión que nería y en la mayoría de los Códigos y le-
.se le ha asignado al dominio de las minas yes mineras de otros países, especialmente
en aquellos que han tenido su sanción en pone que "la propiedad particular de las
el siglo pasado. Actualmente esta institu- minas se establece por la concesión legal";
ción ha perdido importancia, debido a la y el artículo 244 prescribe que practicada
exigencia impuesta al concesionario de acre- la mensura y demarcación con arreglo a
ditar, además, determinada capacidad eco- lo dispuesto en los artículos precedentes,
nómica y financiera para obtener la con- la autoridad mandará a inscribirla en el
cesión, de modo que el hallazgo de los ya- registro y que de ella se dé copia al inte-
cimientos ya no constituye por sí solo, un resado como título definitivo de propie-
hecho de la trascendencia con que se ha dad. El contenido de estas disposiciones,
presentado hasta hace poco tiempo. (V. cuyo examen haremos en otro lugar, con-
DOMINIO DE LAS MINAS. DESCUBRIMIENTO. PRO- ducen a la particularización de un sistema
PIEDAD MINERA.) que ha sido superado en el Derecho mine-
Al lado del descubrimiento y como me- ro moderno, para el cual la concesión es
dios en cierto modo derivados de éste, el acto en virtud del cual el Estado simple-
nuestro Código de minería regula la dema- mente otorga al particular un conjunto de
sía, la ampliación de pertenencias, las es- derechos y obligaciones respecto de la
tacas o minas nuevas, las mejoras y los mina, considerada ésta como cosa del do-
socavones que constituyen otros tantos me- minio público. Inclusive hay autores, como
dios adquisitivos de la propiedad de las Segismundo Royo Villanova entre otros, que
minas, y cuyo estudio es privativo del Dere- propugnan por una total asimilación de la
cho minero por tratarse de instituciones concesión minera con los contratos de
propias de esta rama del Derecho. De los servicios públicos. En los Proyectos remi-
primeros, segundos y parcialmente de los tidos últimamente por el Poder Ejecutivo
terceros, ya uos hemos ocupado. (V. CATEO.) al Congreso de la Nación, encontramos una
De los restantes nos ocuparemos en la muestra del avance que esta tendencia en-
oportunidad que corresponda. (V. ESTACA cuentra en nuestro país.
MINA. MINA NUEVA. MEJORA DE PERTENENCIA. Volviendo a nuestro régimen legal, corres-
SOCAVONES.) ponde señalar que si la aprobación de las
La constitución de la propiedad minera operaciones de demarcación y mensura de
tiene en el Derecho minero características la mina constituyen el título definitivo de
propias no asimilables a ninguna de las propiedad de ésta, tales operaciones ad-
instituciones regidas por otras ramas del quieren en nuestro Derecho minero inusi-
Derecho. Tratándose lo.s minas de bienes' tada trascendencia.
del dominio público del Estado, el medio En este aspecto, las características geo-
normal para entregarlas al dominio privado lógicas de las minas que suelen encerrar
de los particulares lo es mediante el acto en pequeños espacios cuantiosas riquezas,
denominado de la concesión minera. Aun determinan la existencia de normas orien-
cuando esta denominación corresponde a tadas a fijar la extensión y forma de las
otra institución típica del Derecho admi- pertenencias mineras y el número de éstas
nistrativo, no puede ser asimilada a ella que pueden integrar la concesión. Este y
como se ha pretendido, porque a diferencia otros problemas de orden doctrinario y
de ésta, la concesión de las minas se en- científico, configuran un vasto campo de
cuentra sometida, como dice Rabbi Baldi, estudio en el Derecho minero, (V. PERTE-
a un régimen esencialmente legal,, en el NENCIA MINERA.)
que la autonomía contractual y la discre- Lo mismo cabe decir de las operaciones
cionalidad propias de la administración no de demarcación y mensura que compren-
cuentan para nada, ya que en materia de den no sólo el estudio del conjunto de ope-
minería la autoridad está obligada a otor- raciones técnicas de medición y señala-
gar la concesión a quien se coloca en las miento, sino también importantes cuestio-
condiciones establecidas en la ley. Lo mis- nes procesales vinculadas a la petición de
mo cabe decir de los contratos de explota- la mensura, citación de colindantes, opo-
ción, que siempre aparecen regulados es- siciones, resolución de éstas, redacción del
pecífica y ampliamente por normas lega- acta respectiva, etcétera. (V. MENSURA Y
les. DEMARCACIÓN DE PERTENENCIAS.)
Como acto constitutivo de la propiedad Una vez otorgada la concesión de la
minera, la concesión se encuentra indiso- mina, dentro de aquellos sistemas que, como
lublemente unida al principio del dominio el nuestro, parten de la base de una total
público del Estado sobre los yacimientos independencia entre la mina y el suelo,
minerales, y como tal es regulada por el aparece como cuestión fundamental la de
Derecho de las minas. las relaciones y conflictos que se suscitan
Dentro de nuestro ordenamiento jurídico, entre la propiedad superficial y la minera,
el artículo 10 del Código de. minería dis- y que surgen desde que comienza la acti-
vidad de exploración o cateo. "El gran pro- blico las minas, éstas son una institución
blema de la ley —dice nuestro codificador económica consagrada al bienestar de la
el doctor Rodríguez— es conciliar tres in- comunidad y el Estado no se desliga de
tereses antagonistas que se presentan fren- sus deberes permanentes de mantener el
te a frente en el campo de la industria mi- orden social y jurídico, que en materia de
nera. El del Estado, que aspira a asegurar minas asume caracteres particularísimos.
una durable y abundante producción; el Así, pues, si como dueño el Estado nada
del minero, que quiere una propiedad per- puede hacer, una vez otorgado el título de-
petua, irrevocable y sin condiciones, y el finitivo, como representante del orden le-
del dueño del terreno, que para cederlo gal, conserva una suma importante de obli-
exige exorbitantes compensaciones". Pues gaciones respecto de los concesionarios, tan-
bien; los medios que han de arbitrarse to para conducir las explotaciones de ma-
para lograr la solución adecuada en ese nera que el fin económico se realice, como
choque de intereses no pueden encontrarse para asegurar que no se pierda o despilfarre
sino en la esfera del Derecho minero, el fuente tan primordial del bien público.
cual ha disciplinado un régimen especial En el Derecho moderno de las minas se
de servidumbres y sistemas particulares de ha visto acentuada la necesidad que la
expropiaciones, responsabilidades e indem- explotación minera se realice con sujeción
nizaciones que difieren de aquellos que re- a normas técnicas adecuadas a la impor-
gula el Derecho común. (V. EXPROPIACIÓN DE tancia económica de la mina, para lo cual
MINAS. SERVIDUMBRES MINERAS.) se tienen en cuenta las siguientes carac-
En otro orden de relaciones, la coexisten- terísticas: que la riqueza minera se agota
cia de dos o más concesiones en lugares con la explotación; que a diferencia de
vecinos pueden determinar también una otras industrias, las substancias minerales
serie de relaciones y conflictos, derivados no se reproducen; que una deficiente ex-
especialmente de la internación de las tracción puede conducir a la inutilización
vetas en concesiones ajenas, hecho que es de la mina y, con ello, a la pérdida irreme-
frecuente; encontrando en esta disciplina diable de la riqueza contenida en la mis-
amplio desenvolvimiento y soluciones ade- ma; y que la industria minera es consi-
cuadas, que se fundan en el principio del derada como peligrosa. De aquí surge la
interés general que es el que priva en los necesidad de que el Estado no se desentien-
ordenamientos relativos a esta materia. (V. da del funcionamiento de la propiedad mi-
INTERNACIÓN EN PERTENENCIAS AJENAS.) Tam- nera, toda vez que debe velar —lo repeti-
bién aquí juegan descollante papel las ins- mos— tanto por el cuidado de la mina
tituciones vinculadas a las servidumbres, como por la seguridad e higiene del ele-
responsabilidades e indemnizaciones. mento humano que interviene en la explo-
El funcionamiento de la propiedad de tación.
las minas constituye un proficuo y especia- En el primer aspecto, el Derecho minero
lisimo campo de especulación en el Derecho moderno ha dado los resortes convenientes
minerp, pues no sólo abarca la actividad de para ajustar la explotación a cánones rígi-
la explotación con el sinnúmero de proble- dos que abarcan desde la obligación puesta
mas técnicos y legales que comprende esta a cargo del concesionario de realizar la
actividad, sino también los derechos y obli- explotación bajo la dirección del corres-
gaciones que durante esta fase tan impor- pondiente personal técnico al deber de su-
tante de la industria minera incumbe al jetarse estrictamente a los planes de ex-
Estado y a los particulares. plctaciór previamente aprobados por los
De la prevalencia del interés general en respectivos organismos técnicos. Tales exi-
la industria minera, deriva una substancial gencias tienden a la racional explotación
limitación al libre arbitrio del concesionario. de la mina, al mejor aprovechamiento de
Si bien la tendencia dominante en la doc- los criaderos, a la protección de la propie-
trina y en la legislación es la de asegurar dad superficial y a la vigilancia respecto
cierta libertad para escoger aquel sistema del tratamiento de los minerales.
de explotación que resqlte más conveniente, En el segundo, procura tutelar lo más
siempre queda a salvo el derecho del Esta- ampliamente posible al obrero minero con-
do, tanto para impedir la depredación del tra los peligros que pueden amenazar su
bien público, que es la mina, como para vida y su salud, ya provengan éstos de la
asegurar que la explotación ofrezca el me- propia explotación o de su ignorancia. A
nor peligro posible para el personal ocupado este efecto, los Reglamentos de Policía mi-
en las labores, a cuyo cuidado y protección nera y metalúrgica contienen las más pro-
propende continuamente. Sxpresa Joaquín lijas previsiones. (V. POLICÍA MINERO-META-
V. González al respecto que "por más que LÚRGICA. DOMINIO DE LAS MINAS. PROPIEDAD
la concesión desprenda del dominio pú- MINERA.)
El ejercicio de los derechos sobre la mina Como veremos en su oportunidad (V. PRO-
determina otro genero de relaciones que PIEDAD MINERA), la conservación de la pro-
se proyectan en el orden privado y que son piedad de las minas, que puede haber-
reguladas ya sea directamente por el De- se entregado por un tiempo ilimitado, co-
recno minero o ya por el Derecno común, mo sucede entre nosotros, o limitado, como
según sea la mayor o menor prevalencia ocurre en otras legislaciones, se encuentra
que uno y otro tengan en el ordenamiento sometida siempre a una condición resolu-
jurídico. toria que toma el nombre de amparo. Las
En general siempre se ha reconocido al legislaciones han seguido cuatro sistemas
concesionario el derecho para disponer de de amparo: a) Sistema del pueble por el
la mina y de sus productos, como si se tra- trabajo obligatorio, que consiste en la
tare ae cualquier bien común. Es bien obligación, a cargo del concesionario, de
ilustrativo dentro de v este sistema el ar- mantener la mina poblada durante deter-
ticulo 349 de nuestro Código de minería, el minado tiempo con cierto número de ope-
cual dispone que "las minas pueden ven- rarios; b) Sistema del canon, que es el que
derse y transmitirse como se venden y sigue nuestro régimen minero, y que con-
transmiten los bienes raices. En consecuen- siste en el pago de un canon periódico o
cia, el descubridor de un criadero puede patente al Estado, en reconocimiento del
vender y transmitir- los derechos que ad- dominio eminente que ejerce; c) Sistema
quiere por el hecho del descubrimiento". de la contribución, que es semejante 'al
En la nota a este artículo expresa el codi- anterior, con el agregado que, además, se
ficador que "sin embargo, la historia de la exige al concesionario el pago de un ca-
legislación minera presenta no pocos ejem- non de producción; d) Sistema ecléctico
plos de dificultades creadas al derecho de que es el más moderno y que consiste en
libre disposición, dificultades fundadas tam- someter a la propiedad minera no sólo al
bién en la conveniencia publica". trabajo obligatorio, salvo situaciones ex-
Precisamente el Derecho minero moder- cepcionales o de fuerza mayor, sino tam-
no se ha fundado en razones de interés bién al pago de un canon y al cumpli-
público para requerir respecto de la trans- miento de condiciones preestablecidas en
ferencia de los derechos mineros, la previa el acto de la concesión. La materia vincu-
conformidad del Estado, con lo cual se lada a la conservación de la propiedad de
persigue, por una parte, salvaguardar la las minas es uno de los capítulos más in-
conveniencia de la explotación y, por otra, teresantes de esta disciplina.
evitar la formación de monopolios. En el Derecho minero moderno, a dife-
En el aspecto que tratamos, el Derecho rencia del clásico en que la propiedad mi-
minero se integra con instituciones disci- nera ha estado casi identificada con la pro-
plinadas por el Derecho común. Así, la hi- piedad común, las minas se consideran una
poteca, el arrendamiento, las sociedades, el propiedad dinámica que se mantiene en
usufructo, la prenda, el condominio y otros función a un interés social. Expresa al res-
institutos, se aplican en la esfera del De- pecto Vivacqua que "concedida la mina, el
recho minero dentro de los lineamientos derecho dominial del concesionario es, en
generales y substanciales con que aparecen general, un derecho resoluble, otorgado a
estructurados por las otras disciplinas jurí- los nacionales y subordinado a la eficiencia
dicas. Claro está que el Derecho de mine- y utilidad del respectivo ejercicio, bajo el
ría, les da aquellas particularidades pro- punto de vista social. Es una propiedad di-
pias que exige la teoría de la especialidad námica que se_mantiene en función al tra-
de éste. bajo eficiente y organizado, en bien del in-
Entre los contratos mineros sólo el avío terés público. En nuestra época no hay más
de las minas se presenta como institución lugar para las antiguas disputas en torno
típicamente minera. (V. PROPIEDAD MINERA.) del título filosófico de la propiedad parti-
La conservación y pérdida de la propie-» cular. El Estado es el que define y deter-
dad de las minas constituyen otros de los mina la extensión, los límites y su conte-
capítulos de ponderada consideración en nido —un contenido variable de acuerdo
el estudio del Derecho minero. con el criterio infinito y mudable del in-
Aún en aquellos sistemas que, como el terés público". Puede afirmarse que ésta es
nuestro, confiere al particular la propiedad la tendencia general y uniforme de la le-
plena sobre la mina, la conservación de gislación en todo el mundo.
este dominio se encuentra sometido a de- Entre nosotros, un exponente de esta
terminadas condiciones cuyo incumplimien- nueva tendencia del Derecho minero la
to conduce irremediablemente a la pérdi- encontramos en el Proyecto de Código de
da del,mismo y a la reversión de ella al minería, remitido por el Poder Ejecutivo
dominio directo del Estado. en el año 1951 al Congreso de la Nación, el
cual, a su vez, ha recogido las bases dadas substancial del Derecho minero y no como
por la doctrina y la legislación modernas. ciencia autónoma. '
El incumplimiento de las condiciones que Desde este punto de vista, el Derecho de
acompañan a la concesión, conducen a la las minas abarca el estudio de los princi-
pérdida de la propiedad minera y a su re- pios y normas que se refieren a la organi-
versión al dominio del Estado, quien puede zación y funcionamiento de la autoridad
adjudicarla nuevamente en propiedad a los minera; los que regulan la intervención
particulares bajo las mismas u otras condi- del Estado en las actividades que compren-
ciones. (V. PROPIEDAD MINERA. DOMINIO DE de la industria extractiva; y los que disci-
LAS MINAS.) plinan los medios y las formas para obte-
Las plantas de beneficio son objetó en ner el permiso de cateo y la concesión o para
los modernos ordenamientos jurídico-mine- dirimir los conflictos que se susciten entre
ros de especial consideración por haberse los mineros entre sí o de éstos con el su-
estimado que también existe un interés de perficiario o con el Estado. (V. JURISDICCIÓN
orden general en velar porque los minera- MINERA. PROCEDIMIENTO MINERO.)
les sean tratados adecuadamente, asegu- BIBLIOGRAFÍA. — Abbate, G., Diritto minerorio
rando que los productos se fabriquen de la italiano, Palermo (Italia), 1948. — Aguülón, L,
mejor calidad posible. Se justifica, por ello, Legislation des minas /rancaise et étrangere, Pa-
que las plantas de beneficio sean asimiladas rís, 1886. — Berío, A., La ri/orma del Diritto mi-
nerario. •— Bielsa, B., Derecho' administrativo. Bs.
a la concesión minera propiamente dicha. Aires, 1947. — Cano, G. J., El Código de minería
(V. PLANTAS DE BENEFICIO.) de la República Argentina. Anotado con sus /«en-
El contenido del Derecho minero se ha tes, Bs. Aires, 1944, y Organización y competencia
visto considerablemente ampliado en nues- de la autoridad m'inera. — Catalano. E., Legisla-
cían minera. Bs. Aires, 1946. — Díaz Salas, J., Có-
tros tiempos, pues ya no se detiene a regu- digo de minería. — Fernández Navarro, L., y Ores-
lar la adquisición, constitución, funciona- tes Cendrero, C., Elementos de geología, Santan-
miento, conservación y pérdida de la pro- der, 1927. A- González, J. V., Legislación de minas,
piedad minera sino que va mucho más allá Ed. Lajouane, Bs. Aires, y La propiedad de las mi-
nas, en Obras completas, t. 4, Bs. Aires. — Gam-
al disciplinar actividades sin las cuales la boa, F. X., Comentarios a las ordenanzas de minas,
industria minera no podría desarrollarse Madrid, 1791. — Hoover, J. T., Economía minera,
integralmente. En este aspecto las cuestio- Panuco (México), 1946. — Lacerda Rocha, L., Das
nes vinculadas al transporte con la exten- minas e jazidas no Direito brasileño, Rio de Ja-
neiro, 1947. — Legget, R. F., Geología para inge-
sión que ya hemos señalado, al régimen fis- nieros, Barcelona. — Molina, R. J. C., Tratado teó-
cal de las minas, a las cooperativas, al ré- rico y práctico del Derecho' minero colombiano,
gimen del crédito minero, a los planes de Bogotá, 1952. — Monsalve Casado, E., Manual it
fomento, a las escuelas de capacitación para ciencias jurídico mineras, Bs, Aires, 1947. — Pt-
nheiro, A., Direito das minas, Río de Janeiro, 1939,
mineros y tantas otras secundarias, encuen- — Pérez Ramos, D., Historia de la colonización es-
tran en el Derecho minero la indispensable pañola en América, Madrid, 1947. — Ruiz Bour-
regulación. Muchas veces por haber pres- geois, J., Derecho de minería chileno, Santiago de
cindido el legislador de la necesaria co- Chile, 1942. — Sarria, E., Código de minas y Leyes
del petróleo, Bogotá, 1950. — Squarzina, 't.. Có-
nexión que existe entre esas actividades y dice minerarío, Milán, 1944. — Várela, R., Garim-
la minera propiamente dicha, ha dictado pagen, Río de Janeiro, 1946. — Vivacqua, A,,
normas que lejos de tutelar los intereses A nova política do sub-solo. O régimen legal aai
comprometidos en la industria extractiva, minas. Rio de Janeiro, 1942. — Uribe Herrera, A,
Manual de Derecho de minería, Santiago de Chi-
han contribuido únicamente a su decaden- le, 1948.
cia. (V. DOMINIO DE LAS MINAS.)
Dentro del conjunto de normas que re- DERECHO MONETARIO.* Muchos siglos
gulan la actividad minera, corresponde dis- han pasado desde la elaboración de la pri-
tinguir el Derecho minero substancial, que mitiva clasificación romana del Derecho
.es al que nos hemos referido preferente- en jus civile y jus gentium. Con el correr
mente y el adjetivo o formal. del tiempo el Derecho se ha ido ramifican-
A diferencia de lo que sucede con otras do de acuerdo con la evolución y transfor-
ramas del Derecho, los intentos que se han maciones sociales operadas, particularmen-
realizado en el campo de la doctrina y de te en la presente centuria, sin que ello
la legislación para caracterizar científica- signifique que ese "todo" que es el Derecho
mente un Derecho procesal minero, no han se haya desintegrado, ya que sus distintaj
pasado de meros ensayos, de suerte que los disciplinas se encuentran unidas por los
principios y normas de orden formal no lazos naturales derivados de la comunidad
han alcanzado aún la sistematización e de origen.
importancia que se requiere para justifi- El Derecho monetario, como rama autó-
car su estudio independiente. Es por ello noma de la ciencia jurídica, aparece re-
que estimamos que al Derecho formal de
las minas debe considerárselo como parte * Por el Dr. ALBEKTO D. SCHOO.
cien en nuestros días y su sistematización abarcar a todas las- instituciones jurídicas.
comienza a desarrollarse luego de conclui- Contemplada desdé el ángulo del Derecho
da la primera guerra mundial. Sin embargo, privado, encontraremos figuras en las que
el enioque de la doctrina de la moneda des- siempre se halla en juego el dinero, como
de el ángulo jurídico —desde el económico en el pago, intereses, compraventa, loca-
constiluye el tema favorito de los econo- ción, valuaciones de daños y perjuicios o
mistas—, ostenta muy legitimes y antiguos de bienes, vías de ejecución procesal, etcé-
títulos. El gran desorden monetario de tera. Mirada desde el ángulo del Derecho
Europa, que perduró hasta muy entrada la público, hallaremos también muchas figu-
Edaü Moderna, planteó una gran cantidad ras en las que igualmente aparece en juego
de problemas jurídicos, de cada vez más la moneda (nacional o extranjera), como
difícil solución a medida que se intentaba en los empréstitos (locales o internaciona-
combatir el mal con medidas coercitivas por les), en los regímenes tributario, bancario
pane de los Estados y soluciones contrac- y de control de cambios, en las leyes pe-
tuales con que los particulares buscaban nales que sancionan su falsificación, etcé-
cohonestarlas. Su atención, centrada en tera. No sería aventurado afirmar que la
canonistas y legistas, comienza en ei siglo palabra "moneda" constituye la expresión
xiu, pero ei florecimiento de los estudios más importante y usual en las relaciones
corresponde a la época del • humanismo, jurídicas. La materia que abarca, sin em^
con Dumoulin, Budel y Scaccia, y el tema bargo, no es única, pues su significado va-
preferentemente abordado fue el de las al- ria dentro de ciertos límites; por ejem-
teraciones monetarias y sus repercusiones plo, podrá incluir o no valores mobiliarios
sobre los contratos. Ei primer trabajo en y depósitos bancarios (en la interpretación
que se acomete la empresa de investigar de disposiciones de última voluntad el juez
la materia de un modo fundado y con los habrá de decidir si el empleo de la expre-
instrumentos de la moderna ciencia jurídi- sión "dinero" los comprende o no). Es in-
ca pertenece a Savigny y se encuentra en teresante anotar que en los Estados Uni-
el primer volumen üe su "Derecho de las dos de Norteamérica, la palabra currency
Obligaciones" U851). se refiere al papel moneda (en los actos
El interés en el tema fue luego declinan- legislativos), pero en el uso corriente de-
do, debido a un hecho digno de mención: signa todos los medios de circulación; el
el orden y la estabilidad en materia mone- vocablo cash. abarca el papel moneda, la
taria, que son fuerzas inhibitorias para el moneda acuñada y los depósitos bancarios,
desarrollo de! Derecho monetario. En todo mientras que specie significa ordinaria-
el período anterior a la Kevolución Fran- mente moneda acuñada, es decir, "metáli-
cesa nada análogo se había encontrado a ca", en contraste con el fcapel moneda.
la excepcional estabilidad que persiste des- De lo dicho puede apreciarse que nos
de la aparición del código Napoleón (1804) movemos dentro de un campo ajeno al de
hasta ei estallido de la guerra del 14. El la teoría económica de la moneda, sin per-
desorden monetario, que fue su consecuen- juicio, desde luego, de que ésta pueda in-
cia, dentro del cual vivimos, renovó el es- tegrar y aún complementar la teoría jurí-
tudio del Derecho monetario y constituyó dica del dinero. Si se piensa, por ejemplo, en
el principal factor del indiscutible adelan- la función económica fundamental de la
to operado en ssta rama del Derecho, con moneda de ser instrumento de cambio, po-
una abundante, aunque poco ordenada li- demos pensar también en la necesidad de
teratura, excepción hecha de los trabajos encauzar su circulación dentro de reglas
del profesor Arthur Nussbaum, cuya obra jurídicas, y de ahí surgirán las normas re-
representa e) modelo hasta ahora no igua- ferentes al pago y el amplio concepto del
lado del Derecho monetario sistematiza- curso legal de la moneda (obligatoriedad
do (O. de aceptación). Pero también aparecerá
El Derecho monetario, pues, ha ido ad- algo más importante si consideramos que
quiriendo autonomía a 'partir de la primera el alcance dentro del cual el acreedor está
postguerra. Ello es explicable. Fuera de las obligado a recibir en pago moneda nacio-
razones anotadas en párrafos anteriores, la- nal de curso legal es del resorte del Derecho
moneda tiene la gran particularidad de privado (su negativa lo constituirá en mora
y hará procedente el pago por consigna-
(1) Das Geld in Theorle und Praxis del Aeut-
ción) , sin perjuicio de que la atribución del
Khen und ausliináischen Rechts, 1925, trad. al curso legal a los signos monetarios consti-
castellano por L. Sancho Seral, Teoría jurídica del tuya un acto de soberanía y, consecuente-
dinero, Madrid, 1329; Money in the Law- National mente, pertenezca a la esfera del Derecho
¡na International, 1950. trad, al castellano por
A. D. Schoo, Derecho monetario, nacional e inter- público. De ahí que en una obligación de
Mcionai, Bs. Aires, 1954. suma, el objeto de la misma se halle sujeto
ato tnitlo a la intervención del legislador, las soluciones racionales para cada caso
que puede desmonetizar los tipos mone- ocurrente. Y a ello se llega mediante la
tarios existentes, substituirlos por otros, sistematización de aquellas en un cuerpo
privarles de curso legal, atribuir curso legal autónomo que comprenda esta rama de las
a la moneda extranjera, imponer el curso ciencias jurídicas y que debe ser objeto
íorzoso (inconvertibilidad) de la moneda de cursos especiales, como ocurre en mu-
nacional, etcétera. Ello demuestra la natu- chas Universidades de Europa y de los Es-
raleza política de las reglamentaciones mo- tados Unidos. (V. MONEDA.)
netarias y, como consecuencia, la tenden-
cia de los codificadores a no sentar reglas DERECHO MUNICIPAL.* El tratamiento
precisas sobre los derechos y las obliga- de la voz "Derecho municipal" obliga a un
ciones emergentes, dejando librada la ma- previo replanteo del concepto de "ciudad",
teria a leyes especiales. en razón de que, precisamente, la evolución
Si la expresión "moneda" aparece por conceptual de esta disciplina jurídica se
doquier (Constituciones políticas, Códigos, halla notoriamente condicionada al factor
leyes, sentencias, contratos, testamentos, "urbanismo".
reglamentaciones administrativas, etc.) y es Más aún, si se atiende a esta premisa
susceptible de tantas variantes y enfoques, metodológica en el tratamiento del vocablo
bien se comprenderá que su estudio no que nos ocupa, se verificará que más que
puede llevarse a cabo dentro de los límites una irreductible antinomia entre las distin-
de una determinada rama del Derecho, si- tas posiciones jurídicas con respecto al "De-
no que debe ser orien.tado en forma ade- recho municipal", lo que existe es un ciclo
cuada y sistemática, independientemente evolutivo, referido al urbanismo, que par-
de la rama especial del Derecho en que tiendo, ab initio y desde el punto de vista
se halle en juego la moneda o las obliga- jurídico, de. las cartas-pueblas y fueros, se
ciones monetarias. Ello explica que su es- va, al presente, perfilando en normas ge-
tudio se realice hoy en día en forma de néricas, con vigencia supra comunal, por
materia autónoma, con las ya anotadas re- suerte de una verdadera inter-relación mu-
servas inherentes a la unidad del Derecho. nicipal que la vida moderna exige.
Y esto por razones de orden práctico tanto Ya el tratadista Alcides Greca, con inci-
como científico (conveniencia y comodidad siva preocupación, ha puesto de manifiesto,
de encontrar agrupado en un cuerpo doc- como elemento ineludible en la conceptua-
trinario y jurisprudencial todo lo relativo ción del tema, el análisis de la diferencia
al régimen jurídico de la moneda; nece- entre lo que representaba la urbe antigua
sidad del examen en forma particular de y la significación cívica de la actual ciu-
los problemas que se plantean en el campo dad.
monetario nacional e internacional). Es "La ciudad antigua miraba hacia el pa-
evidente que la moneda constituye en sí sado, se afirmaba en las tradiciones, se
misma un fenómeno de orden local, pero no arraigaba en el sentimiento religioso, per-
lo es menos que tiene un claro y definido maneciendo en comunión constante con el
alcance internacional. Si dentro del país espíritu de los antepasados que impregnaba
de la moneda varía ésta de hecho (depre- la tierra que rodeaba sus cimientos. La ciu-
ciación) o de derecho (desvalorización), o dad moderna mira hacia el porvenir, y sus
bien si siendo las monedas diversas de un moradores no tienen otro ideal que el ha-
Estado a otro y hay débitos y créditos que cerla grande, vigorosa, confortable.
saldar y se han producido en el ínterin va- "La ciudad antigua tenía una doble mi-
riaciones en el valor de una o de ambas o sión, religiosa y militar. Defendía a sus ha-
si se ha implantado un régimen de control bitantes de las acechanzas de enemigos es-
de cambios, se presentará en el primer pirituales y materiales. La ciudad moderna
supuesto la cuestión de la forma de pago y tiene, también, la suya, cultural y comer-
en los otros también, pero adicionada ahora cial. Defiende a sus ciudadanos de la igno-
coa. problemas de Derecho internacional rancia y de la miseria".
privado y aún de Derecho internacional Vale decir, del primitivo concepto de ciu-
público si se trata de deudas de Estado a dad, como entelequia cívica, se ha pasado
Estado o bien si uno de éstos toma en sus al concepto de núcleo urbano, que, sin per-
manos la defensa de los intereses de sus der la autenticidad de su ser, no puede de-
nacionales. Cualquiera sea la forma en que jar de hallarse integrada en un todo de re-
se produzca el conflicto, vale decir tanto lación urbana.
en el orden local conio internacional, los Ha dicho, con precisa redacción, el refe-
principios del Derecho monetario nos pro- rido tratadista:
porcionarán el conjunto de las normas ju-
rídicas aplicables y, consiguientemente, de * Por el Dr. CÁELOS F. PÉKEZ CRESPO.
"El nuevo derecho municipal. La vida detener la fuerza del viento. Magallanes,
moderna, con su técnica, ha provocado una con sus calles anchas y rectas, ha sido edi-
modificación fundamental en las institu- ficada baja el trazado de damero, común
ciones locales. Sería ridícuio pretender la a todas las ciudades de América. Hubiese
aplicación de leyes e instituciones que ri- bastado que cada tres o cuatro cuadras una
gieron en las ciudades del medioevo, o en calle transversal cortara el paso, con su
nuestro período colonial, a las ciudades ac- edificación, para que el viento detuviese sus
tuales, vibrantes, ruidosas, renovadas por ímpetus, haciendo tolerable el clima de
un constante progreso. El viejo Derecho esta ciudad".
municipal, con sus cartas-pueblas y con sus Ya, entonces, no ha de valer, aquella vie-
fueros, sería hoy completamente anacróni- ja definición de Derecho municipal, de don
co. Pese a nuestra predilección por la ma- Joaquín Escriche, en su Diccionario Ra-
teria, debemos reconocer que el principio zonado de Legislación y Jurisprudencia
de la autonomía municipal ha debido ce- (edic. 1896, pág. 552): "Las leyes, pragmá-
der ante exigencias de orden superior. Los ticas, fueros y costumbres con que se go-
progresos de la ciencia, la intensidad de las bierna alguna ciudad o provincia".
comunicaciones, la organización, cada vez Es que, evidentemente, esa interpreta-
más amplia, de nuevos servicios públicos, y ción de técnica y Derecho, ese replanteo
los angustiosos y permanentes problemas urbano de la entidad "ciudad", esa nece-,
del urbanismo, han cambiado las orienta- saria correlación entre vida comunal y nor-
ciones del gobierno local. La ciudad moder- ma jurídica que la traduce, ha de seguir
na actúa dentro del organismo nacional co- un ciclo evolutivo, condicionado, en mayor
mo la célula en el organismo humano. Su o menor grado, a la dinámica del desarrollo
funcionamiento autónomo, individual, está urbano.
subordinado a leyes generales permanentes Veremos así, cómo las distintas tenden-
de un todo orgánico, a las que debe some- cias doctrinarias, no hacen más que refle-
terse a riesgo de desaparecer. jar, a suerte de espejo axiológico, la distinta
Las ciudades de la antigüedad y de la conceptuación del municipio. Ya lo ha ex-
Edad Media llegaron a tener legislación ci- presado, en meritorio trabajo, el doctor Is-
vil y penal propia, variando de una a otra mael A. Sosa:
sus regímenes de justicia, sus sistemas de "Consideramos así, que la caracterización
pesas y medidas y hasta sus divisas mone- jurídico política de la comuna, ha de ser el
tarias. Hoy, todo ello sería contraprodu- punto de partida, el concepto madre que
cente. Por er contrario; ya se aconsejan debe informar el régimen municipal. Fá-
organismos estatales de cooperación y coor- cilmente se advierte, que según sea la po-
dinación intermunicipal para uniformar los sición que adopte el legislador ha de ser el
servicios sanitarios, el alumbrado público y desenvolvimiento de esta institución, si las
privado, la pavimentación de calles y ca- normas que se dictaron se adaptan, en la
minos, la realización de planes reguladores realidad de la vida social al espíritu jurí-
y el ordenamiento del tránsito. dico que las informan.
"Para terminar, debemos expresar que no "El problema es trascendente porque se
siempre la técnica rige al Derecho. Algunas vincula al sistema político-administrativo
veces el Derecho puede y debe imponer sus del Estado, del cual el municipio es parte
directivas a la técnica. Nos explicaremos constitutiva.
mejor con algún ejemplo. En los planes re- "La ciudad, recinto amurallado en sus
guladores de las ciudades —verdaderos esta- orígenes, construida por el hombre para
tutos legales, a los que deben ajustarse las defenderse de la agresión, en el concepto de
autoridades edilicias y los habitantes, a fin Yhering y tal vez para rendir culto a sus
de regular el crecimiento y funcionamien- dioses, adquiere en la época contemporánea
to del núcleo urbano—, suele disponerse un desarrollo extraordinario. Se ha dicho
que el humo de las fábricas salga fuera de que vivimos una edad de ciudades; Posada
la población. Basta, para ello, determinar expresa que la ciudad es condición de civi-
que los industriales ubiquen sus estableci- lización misma. Podríamos agregar que si
mientos en el extremo de la ciudad contra- en nuestra época las ciudades fueran des-
rio al punto cardinal desde donde soplan truidas, desaparecerían con ellas las for-
con mayor frecuencia los vientos. En una mas elevadas de vida.
visita que hiciéramos a la ciudad de Maga- "Sabemos que la jerarquía que adquiere
llanes, la más austral del mundo, mientras la ciudad moderna es consecuencia del fe-
las ráfagas heladas barrían sus calles, obli- nómeno demográfico, denominado urbanis-
gando a los transeúntes a encogerse dentro mo, que se manifiesta especialmente en el
de sus abrigos, se nos ocurrió que una sen- mundo occidental y que se traduce en el
cilla ordenanza municipal habría podido aumento continuo y al parecer desmesurado
dé la población urbana. A ello debemos han clasificado didácticamente el Derecho
agregar el progreso cientííico y el perfec- público municipal como un capítulo del De-
cionamiento de la técnica, como consecuen- recho constitucional.
cia de la incesante lucha del hombre con Reconoce, para la Argentina, y conforme
el medio físico". al enjundioso estudio hecho en la materia
Se tiene, entonces, que aquellos tratadis- por el doctor Carlos Sánchez Viamonte (al
tas que atienden a la infraestructura histó- que seguimos en este punto), un ponderable
rica del municipio moderno, a su carácter antecedente en el proyecto de Constitución
de verdadero cimiento institucional de la que para la provincia de Mendoza formu-
estructura política de un país, han de refe- lara Alberdi. Al referirse, el ilustre tucu-
rir el Derecho municipal al Derecho cons- mano, al régimen de los municipios bajo !a
titucional, del cual constituiría un capítulo denominación de "poder municipal o ad-
o sector de particulares modalidades^ ministrativo", considera a las municipali-
Para aquellos, en cambio, que atienden al dades como prolongación o continuación de
planteo de autarquía de la comuna, a su los antiguos Cabildos, y los define del si-
calidad de nucleamiento político-económi- guiente modo:
co, el Derecho municipal, si bien tiene razón "Son los Cabildos o Municipios unos pe-
de ser, carecería de autonomía orgánica, y queños poderes económicos y administrati-
sería, en realidad, una rama del Derecho vos elegidos directamente por el pueblo pa-
administrativo, vale decir, Derecho admi- ra ejercer la soberanía que delega constitu-
nistrativo comunal, o sea el conjunto de cionalmente en ellos, en orden a dirigir y
preceptos y principios de Derecho adminis- administrar, sin ingerencias del poder po-
trativo general aplicables en la esfera co- lítico o gobierno general de la provincia, los
munal. intereses propios de cada localidad o vecin-
En cambio, quien pondere como factor de dario, en los citados ramos de policía, jus-
predominante referencia la moderna con- ticia, instrucción, beneficencia, caminos,
cepción de urbanismo, ha de hallar neta- población y mejoras materiales e inteli-
mente perfilados los caracteres orgánicos gentes de todo género".
de una real autonomía del Derecho muni- Ya Esteban Echeverría, por su parte, des-
cipal. pués de haberse ocupado del asunto en
Tendencias doctrinarias. Previo a un "Dogma Socialista de Mayo", expresó su
prieto análisis de las distintas tendencias opinión en cartas escritas, una al general
doctrinales, cabe aclarar que es exiguo el Urquiza y otra al general Madariaga, desde
número de estudiosos de la ciencia y del Montevideo, en 1846. En la primera de ellas
Derecho municipal; hay pocos tratadistas, dice: "Queremos, para asegurar el goce de
y tanto en Centro, como en Sudamérica, esas garantías sociales, la organización del
como lo pone de relieve Alcides Greca, "el sistema municipal-en cada distrito, en cada
Derecho municipal aparece estudiado so- villa, en cada departamento de provincia;
meramente, y por lo común, sólo en su as- y S. E. no debe ignorar que el sistema mu-
pecto histórico, como si nada hubiese cam- nicipal es el fundamento necesario de toda
biado en el sistema de vida y relaciones de federación bien consolidada y cimentada".
los pueblos modernos. Los planes de es- En la segunda de las aludidas cartas afir-
tudios de las Facultades de Derecho lo in- ma: "Creemos, además, que la organización
volucran como parte complementaria de del sistema municipal es la única que pue-
otras ramas de las ciencias jurídicas. No se de asegurar de un modo permanente a los
le ha concedido la correspondiente auto- argentinos el goce de la fraternidad, la
nomía. En la República Argentina se lo con- igualdad y la libertad y el progreso pacífico
sidera, salvo en la Universidad del Litoral, del país.
como parte integrante del Derecho público "La Constitución de 1853 fue redactada
provincial, y algunos de sus aspectos más bajo el auspicio de estas ideas en mate-
interesantes, como los servicioa públicos, se ria municipal: autonomía política y autar-
estudian, en forma general, dentro de los quía administrativa al mismo tiempo. De
programas del Derecho administrativo". ahí que se exija a cada provincia, como
a) El Derecho municipal como parte in- garantía de su existencia práctica, el de
tegrante del Derecho constitucional. Esta asegurar en el texto de su Constitución el
tendencia que responde, cpmo ya se ha di- régimen municipal. Además, la Municipali-
cho, a la conceptuación histórico-política dad de la Capital existe, para la referida
del municipio, reconoce al mismo como "el carta magna, como una verdad axiomática.
verdadero cimiento institucional en la es- Así resulta de su artículo 81, al establecer
tructura política de la Nación". En ella se el procedimiento para la elección de pre- ]
enrolan casi todos^ los tratadistas argenti- sidente y vicepresidente de la Nación. Dice I
nos que, siguiendo el ejemplo de Alberdi, que la lista de los electos en cada distrito j
«se remitirán al presidente de la legislatura ministrativo —y aunque no tanto—, el De-
provincial, y en la Capital, al presidente de recho financiero dominan sobre todo.
la Municipalidad, en cuyos registros per- "Es bien distinto suponer un Derecho
manecerán depositadas y selladas». administrativo comunal, de sostener la
"La Constitución no requiere solamente existencia de un Derecho comunal o muni-
municipalidades. Exige régimen municipal; cipal. El Derecho administrativo comunal
basta recordar la famosa cláusula de ga- no es sino el conjunto de preceptos o prirf-
rantía, el artículo 5<? de la Constitución de cipiqs de Derecho administrativo general
1853, en cuanto impone a las provincias, aplicables en la esfera comunal. No se tra-
como condición para el goce y ejercicio de ta, por eso, de normas específicas que cons-
su autonomía, la obligación de asegurar su tituyan un Derecho autónomo con carac-
«régimen municipal». teres propios o diferenciales, sino, repito, de
"El régimen municipal es, pues, una for- principios generales, a lo sumo con moda-
ma de gobierno característica de la ciudad, lidades determinadas por la aplicación es-
comuna o municipio. Su verdadera función pecial a un organismo especialmente admi-
es urbana o edilicia. Su autonomía política nistrativo, más bien autárquico, no siempre
consiste en que nace directamente de la vo- autónomo.
luntad popular. Su autonomía jurídica con- "Pues bien: la importancia siempre cre-
siste en el poder de crearse un orden ju- ciente de los negocios comunales; la ten-
rídico propio, circunscripto y subordinado dencia a la ampliación de los servicios pú-
dentro de la esfera institucional más am- blicos; el sistema de contralor de los admi-
plia de la provincia, y la mayor aún de la nistrados —lo cual se advierte en las refor-
Nación. mas de las leyes orgánicas—, la universa-
"La Municipalidad legisla para la ciudad lización del sufragio municipal, etcétera,
y sus habitantes por medio de .ordenanzas, acrecen, evidentemente, el Derecho admi-
y hasta tiene el poder político necesario nistrativo municipal, en el cual puede ha-
para crear impuestos, lo que es función tí- ber, sin duda, instituciones o preceptos es-
pica de soberanía. peciales, pero no principios ni formas dis-
. "Disfruta, además, de autarquía finan- tintas de las que regulan toda la Adminis-
ciera y administrativa. Organiza sus finan- tración pública, sea nacional, provincial o
zas y se da su presupuesto, que es a la vez local, y, por delegación, comunal.
cálculo de gastos y de recursos. Nombra y "Sigo-creyendo que establecido el sistema
remueve sus empleados, y juzga política y o determinado el grado político del mu-
administrativamente la conducta de sus nicipio o régimen municipal de que se trate,
funcionarios. los principios fundamentales son los gene-
rales del Derecho administrativo o de la
'Todo eso lo hace la municipalidad de la ciencia de la administración, según la ma-
Capital por voluntad implícita de la Cons- teria.
titución Nacional, y en las provincias, por "Una causa de conflictos, y a la vez de
voluntad expresa de las respectivas Cons- sacrificios injustos del interés público local,
tituciones provinciales, reglamentadas, en es la confusión de las ideas de autonomía
todos los casos, por leyes orgánicas". municipal en el sentido constitucional y en
b) El Derecho municipal como parte in- su concepto tradicional. Los partidarios de
tegrante del Derecho administrativo. Ex- la autonomía comunal, en su concepto tra-
positor destacado y con los enaltecidos tí- dicional o histórico —el del sistema espa-
tulos de su condición de maestro del Dere- ñol—, llegan a considerar al municipio algo
cho, el profesor Eielsa, sostiene la tesis que así como baluarte de los derechos públicos
cuestiona la autonomía orgánica del De- de los munícipes, y como un gobierno libre
recho municipal, y afirma qué sólo existe dentro del Estado. Esti; concepción —cuya
un "Derecho administrativo comunal". esencia, .sin duda, es en realidad la propia
Dice Bielsa que lo que ha dado cuerpo del verdadero régimen autónomo, aunque
al Derecho municipal, así llamada, ha sido no, sin embargo, del positivo en nuestro
más' que lo jurídico, el elemento político sistema—, lleva a plantear algunas cues-
del municipio: el sentido de civismo, el tiones en forma tal que se hacen insolubles
concepto de gobierno propio (no sólo de en el Derecho vigente.
propia administración). Afirma que pre- "En lenguaje jurídico y legal el concepto
supuesto un sistema democrático de go- de autonomía es el que aún expresa la idea
bierno municipal, las cuestiones jurídicas de gobierno municipal. En rigor, no es im-
Incumben al Derecho administrativo, y que propia la expresión entendiendo lo autóno-
así es materia de tal Derecho la regulación mo en el sentido político; es decir, el go-
de la actividad jurídica del municipio; más bierno municipal constituido por los mu-
aún, en la esfera comunal el Derecho ad- nicipios y con él la designación popular de
las autoridades locales, tendencia que se susceptibles de estudiarse con arreglo a
acentúa francamente en el régimen muni- conceptos específicos, tanto en su contenido
cipal argentino. como en la forma de enunciarse. Ha podido
"Pero es evidente que el signo por el cual así decir con acierto Rowe que «el proceso
se reconoce la autonomía no es la elección de la civilización griega empieza y termina
de autoridades, pues ésta puede existir en con sus ciudades». Es que, indudablemente,
el régimen de la autarquía —verbigracia, en el núcleo' urbano ha sido el germen de
las universidades, que no son autónomas, todas las organizaciones humanas; el pri-
sino autárquicas—, al paso que es funda- mer agrupamiento de los hombres estuvo
mental el darse su propia constitución, o fundado en necesidades de defensa colecti-
sea, sus propias normas jurídicas constitu- va, pero no tardó en aparecer el apremio
tivas, y esto falta en el régimen municipal de un ordenamiento regular de la convi-
argentino. Las comunas no se dan sus pro- vencia vecinal. «El problema de la ciudad
pias cartas orgánicas. Son, antes bien, se- —dice Posadas— es ante todo el problema
gún la definición de la Suprema Corte, de- del civismo; el crecimiento enorme de la
legaciones de los gobiernos locales (provin- ciudad moderna, el progreso de la técnica,
ciales) y la extensión de sus poderes está la intensificación de las necesidades co-
determinadas en las leyes que regulan la lectivas, la universalidad de esas necesi-
institución y el funcionamiento de las co- dades, que de modo tan manifiesto se ad-
munas, cualquiera sea el tipo de gobierno. vierte en la ciudad... todo esto plantea el
"Las comunas son autárquicas, y ese-ca- problema sociológico de la creación, vigori-
rácter resulta: 1) de su personalidad ju- zación y aplicación eficaz de un espíritu
rídica de Derecho público; 2) del fin de su municipal»".
institución; 3) de la creación directamente Y, más adelante, al referirse a la natura-
legal; 4) del contralor, por atenuado que leza de los problemas municipales, el citado
sea, que ejerce el poder central, es decir, el autor manifiesta que:
gobierno provincial respecto de las comu- "En el terreno de la doctrina universal-
nas en las provincias; y el gobierno nacio- los problemas propios de la administración
nal respecto de la municipalidad en la'Ca- municipal aparecen perfectamente carac-
pital Federal". terizados. Desde luego, el punto de partida
c) El Derecho municipal es rama autó- de esa apreciación tiene que ser la evidente
noma de la disciplina jurídica. Del análisis relación de esos problemas con necesidades
de los problemas propios del municipio y que únicamente nazcan y se desenvuelvan
su necesaria'norma'tivización, tal como ocu- en los centros urbanos. No cuesta conven-
rre con el urbanismo, se deduce, para las' cerse de que las modalidades de la convi-
tendencias que sostienen la autonomía de^ vencia en ellos tienen que ser distintas de
Derecho municipal, que existe una acusada las que se presentan en la vida de la cam-
diferencia del objeto del Derecho munici- paña. La mayor densidad de población es
pal, por la índole de su contenido jurídico, ya una circunstancia llamada a influir po-
de todas las ramas del Derecho público derosamente, desde que ese hecho deter-
institucional. mina exigencias relacionadas con la segu-
Dentro de esta línea doctrinaria, ha po- ridad, la higiene y la moralidad, aspectos
dido decir, con firme fraseología, el doctor- que fuera de las ciudades se presentan en
Clodomiro Zavalia, en su Tratado de Dere- forma menos apremiante. Han ido, por lo
cho municipal, que: tanto, perfeccionándose criterios de gobier-
"interesa dejar establecida la efectiva no y métodos de realización que miran úni-
existencia del Derecho municipal como ra- camente al designio de conseguir los índi-
ma autónoma dentro de la disciplina ju- ces más satisfactorios en el desenvolvi-
rídica. Siendo indudable que las cuestiones miento de la vida urbana".
relativas a la vida comunal están sustan- Por su parte, Korn Villafañe, firme sos-
cialmente previstas en la Constitución, ha- tenedor .de la autonomía orgánica del De-
biéndose desarrollado en el terreno del De- recho municipal, en densa caracterización,
recho administrativo, no sería posible ne- nos tipifica así el Derecho municipal:
gar que en los último tiempos han adquirido "Admitido el distingo entre Derecho pú-
tanta importancia, que llega a ser indis- blico y Derecho privado, corresponde que
pensable un encasillado especial para subdistingamos entre Derecho público con
afrontar debidamente su estudio. Doctrina- acción pública y Derecho público con ac-
riamente se acepta ya la existencia de pro- ción privada.
blemas cuyo planteamiento mira sólo a la "El Derecho municipal es Derecho públi-
necesidad de satisfacer exigencias nacidas co institucional con- acción pública. En
en el núcleo urbano que, grande o pequeño, efecto; su relación con el Estado es de pri-
presenta modalidades propias; vale decir, mer grado; y sus acciones, una vez puestas
en ejercicio, no pueden ser objeto de tran- mente de todas las ramas del D'erecho pú'-
sacción, blico institucional, por la índole del conte-
"En cambio, el Derecho administrativo, nido jurídico.
dentro de cuya órbita algunos tratadistas •"Así, en nuestra opinión, no es lícito
clasifican erróneamente al Derecho muni- identificar al Derecho municipal, ni con el
cipal como un capítulo especializado, es Derecho administrativo, ni con el Derecho
Derecho público institucional con acción constitucional, ni con el Derecho público
privada, que puede ser objeto de transac- provincial, ni con el Derecho impositivo,
ción y que se extingue por desistimiento del ni con el Derecho político; aunque man-
iniciador particular o público. tenga con todas estas asignaturas acentua-
"Poseemos, en consecuencia, un criterio das relaciones de interdependencia cientí-
seguro para trazar la línea divisoria entre fica.
la órbita del Defecho municipal y la órbita "Tampoco es lícito identificar al Dere-
del Derecho administrativo. Ahora bien; cho municipal con la historia institucional,
otros tratadistas clasifican al Derecho mu- a cuya auxilio debe recurrir sistemática-,
nicipal como un capítulo especializado del mente; y menos aún con el Derecho pro-
Derecho constitucional. También esta cla- cesal, del cual depende a los efectos de
sificación, a nuestro juicio, es errónea, a
pesar de que el Derecho constitucional es, individualizar el carácter público de las
como el Derecho municipal, Derecho públi- acciones correlativas y para dilucidar el
co institucional con acción pública. Afir- problema de la competencia en los casos
mamos que el Derecho municipal posee pro- concretos.
blemas propios, los llamados problemas del "El siguiente cuadro sinóptico responde
urbanismo que lo diferencian ontológica- a la-clasificación por nosotros adoptada:
, Derecho constitucional
con acción pública I Derecho impositivo
\ Derecho público provincial
1 Derecho público 'Derecho municipal
Derecho] ^"^ional
í Derecho D. administ. nacional
público, ;
con acción privada administrativo D. adm. provincial
D. adminis. municipal
Derecho político
Derecho público procesal
Historia institucional