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la función judicial militar no es puramen- gresa en el área de la administración del

te administrativa, sino jurisdiccional. país, a cargo del Poder Ejecutivo.


Pese a la imprecisión de los términos y Este carácter de la institución —y en
a lo discutido del concepto, es evidente que razón que dentro del Derecho administra^
servicio público lo constituye íocfa activi- tivo, la discrecionalidad domina con algu-
dad directa o indirecta de la administra- na amplitud pese a la tendencia universal
ción, cuyo objeto es la satisfacción de las hacia lo reglado— no lleva a sostener la
necesidades colectivas por un procedimien- vigencia de facultades libres en su gobier-
to de derecho público ( 3:) ). no. En la evolución histórica del Estado
La idea esencial en el Estado civilizado —anota Sarria (->-)— lo arbitrario desapa-
moderno —expresa Jéze, recordado por rece definitivamente y es reemplazado, en
Risso Domínguez ( 4 0 )— es la de servicio parte por lo discrecional y en parte por lo
público. El Estado moderno no es otra cosa reglado. Claro está que no se trata de en-
que una organización de servicios públicos. cadenar al poder público; lo discrecional
Los hombres tienen en sociedad, designios tendrá siempre vasto campo, pero aún así
comunes que satisfacer; las necesidades la esfera libre de la administración no será
esenciales son la tranquilidad, el orden, la ilimitada.
seguridad y la justicia; para satisfacer a) Normas legales sobre personal mili-
esas necesidades, se crean organizaciones tar. Al respecto son numerosas las fuentes
que constituyen los servicios públicos. legales que se han dictado en Argentina
La institución militar, que tiene su base para el personal militar, hasta la ley or-
en los poderes enunciados en la Constitu- gánica sobre Fuerzas Armadas de la Na-
ción Nacional y responde a las necesidades ción, número 13.996, que el Congreso sancio-
apuntadas con anterioridad, hasta el punto nó el 29 de septiembre de 1950, y el Ejecutivo
de alcanzar la categoría de meludibles en promulgó el 6 de octubre del mismo año
toda organización social, comporta, sin (Anales de Legislación Argentina, X-A-
duda, uno de los servicios públicos de ma- 1950, pág. 202). Las leyes números 14.123,
yor importancia en los instantes excepcio- 14.141 y 14.163 —las dos primeras expresivas
nales en que debe salir del estado poten- de un instante desgraciadlo de nuestras ins-
cial en que se halla durante la vida nor- tituciones castrenses politizadas por ape-
mal del país. Sus funciones específicas de tencias de partido—, modificatorias en mí-
mayor jerarquía recién se hacen presente nima parte de la número 13.996, forman con
en los casos de defensa de la soberanía de esta última la legislación vigente en el país
la nación o de convulsiones internas que relacionada con la organización de sus
hagan peligrar las instituciones y alteren fuerzas militares (Anales de Legislación
la seguridad de la República. Argentina, XII-A-1952, págs. 2, 8 y 32. Cfr.
. Como servicio público destinado a satis- Ley para el personal militar TL. P. M.], ed.
facer las necesidades esenciales de la co- Ministerio de Ejército,,Bs. As., 1953).
munidad por procedimientos de Derecho Resulta digno de significarse, asimismo,
público, en orden a la tranquilidad y se- que con anterioridad a las leyes recordadas
guridad externa e institucional, la fuerza tuvieron vigencia normativa con Idéntico
armada ingresa en la "administración ge- alcance numerosos decretos-leyes dictados
neral del país", que tiene a su cargo el Pre- por el gobierno de facto que sucedió a la
sidente de la República (C. N., 86, inc. !<?), revolución del 4 de junio de 1943, decretos
jefe supremo de la Nación. que fueron ratificados por el Conereso, ar-
Al respecto —enseña un autor (41)—-, no gentino, mediante leyes núm. 12.911 (aero-
obstante ser regla general de que el Poder náutica), número 12.913 (ejército) y núme-
Ejecutivo argentino tiene a su cargo los ro 12.980 (marina) (v. Anales de Legislación
servicios administrativos, la Constitución le Argentina, VII. 1947, .págs. 41, 73 y 266).
ha asignado expresamente éste de la fuer- Conforme, pues, a las disposiciones vigen-
za armada (Ib., 86, incs. 15 y 17). Se ha tes (leyes n° 13.996. 14.141 y 14.163), según
querido con ello recalcar la índole esencial- su texto oficial ordenado (Ed. Ministerio
mente ejecutiva de las funciones inheren- de Ejército, talleres gráficos del Inst. Geo-
tes al organismo militar, que destinada a gráfico Militar, Bt>. Aires, 1953), la legisla-
garantir la existencia del Estado, en su ción orgánica es comprensiva de varios
doble faz política y jurídica (C. N., 21), asnectos: Fuerzas Armadas (tít. I ) ; Estado
significa, pues, un servicio público que in- Militar (tít. II); Personal militar en gene-
ral (tít. III); Ascensos (tít. I V ) ; Retiros
(39) Villegas Basabilbaso. Derecho administra- (tít. V); Pensiones (tít. VI); Sueldos y
tivo, t. 3. págs. 49 y sigs.. Ed. Tea. Bs. Aires, 1951.
(40) Op. cit., t.'l. pá¡*. 21.
(41) Risso Domínguer, La justicia militar, t. 2, (42) Estudios de Derecho administrativo, pá-
p4g. 22. ginas 6 y sigs., Córdoba, 1934.
Asignaciones (tít. VID, y Normas transito- a los cuales está sujeto todo el personal
rias (tít. VIII). Es decir, material jurídico superior que tenga derecho al uso del uni-
integrante de una especie de Derecho ad- forme y al título del grado. Estos tribuna-
ministrativo militar. les producen dictamen en asuntos que ha-
Las fuerzas armadas de la nación —dice cen al decoro de la jerarquía (Ib., artícu-
el artículo 1° de la ley 13.996— están cons- los 25 y 26).
tituidas exclusivamente por el Ejército, la Las causales de baja del personal mili-
Marina de Guerra y la Aeronáutica Militar. tar, hallan su adecuada previsión en el ca-
Las fuerzas permanentes son las partes de pítulo V (arts. 27/33). El título III de la
las respectivas fuerzas armadas que se ley determina las formas de agrupamiento
mantienen en servicio y organizadas en y reclutamiento con sus cuadros permanen-
forma efectiva durante la paz. Y se integran tes y de reservas, la situación de revista
por: a) Los cuadros permanentes consti- (actividad o retiro). La primera, que abar-
tuidos por el personal cuyo estado militar ca: a) servicio efectivo; b) disponibilidad,
se ha originado por su ingreso voluntario y c) pasiva; y cuadro de la reserva .y
como profesional a las fuerzas armadas, alumnos y conscriptos; y el segundo, com-
y se encuentra en situación de actividad; y prensivo, de retiro activo y retiro pasivo
b) El personal que obligatoriamente se (arts. 34 a 71). Se contemplan, asimismo,
encuentra incorporado en tiempo de paz las normas que reglan los ascensos (título
para prestar servicio militar (art. 2°, ib.). IV), en sucesivos capítulos: del personal
Las reservas, del ejército, de la marina y del cuadro permanente en tiempo de paz,
de la aeronáutica, están integradas, por: del cuadro de reserva en tiempo de paz,
a) los cuadros de reservas constituidos por del cuadro permanente y de reserva en
personal militar procedentes de los cuadros tiempo de guerra, por méritos extraordi-
permanentes, que encontrándose en situa- narios en tiempos de paz (arts. 72 a 84).
ción de retiro o de baja, conserven su ap- El título V prevé los retiros, que pueden
titud; y por el personal que haya recibido ser voluntarios y obligatorios; los cómpu-
la correspondiente instrucción castrense en tos de servicios, y los haberes respectivos.
cada una de las fuerzas armadas o en Por último, el régimen de pensiones, de
fuentes especiales de reclutamiento; y b) sueldos y asignaciones, ocupan el conte-
Los argentinos de uno u otro sexo que por nido de los títulos VI y VII de la ley, amén
ley de la nación se destinen a las citadas de las normas transitorias (arts. 132 a
reservas (Ib., art. 3°). 145).
El estado militar tiene el personal de los .b) Jurisdicción militar y disciplinaría.
cuadros permanentes, el personal retirado, Conforme a las previsiones constitucionales
el de reserva incorporado y los alumnos de los artículos 67, inciso 23 in fine, y 86,
y conscriptos; y aquél se pierde por baja y inciso 15 de la Ley Fundamental de la Re-
por pase a situación de fuera de .servicio pública, se dictaron los Códigos de justicia
para el personal de reserva (Ib., art. 4°). militar y las respectivas reglamentaciones,
Los deberes y derechos esenciales "del per- donde se prevén las normas de tipo repre-
sonal militar en actividad y en situación de sivo y disciplinario que señalan o describen
retiro, son fijados en el capítulo II, ar- conductas para el personal castrense, los
tículos 5° a 9"?. Corresponde mencionar, en- tribunales correspondientes y la jurisdic-
tre 'otras, la sujeción a la jurisdicción mi- ción obligatoria para quien se halle en
litar y disciplinaria del personal que reviste estado militar (ley 13.996, arts. 5° y 7°, inc.
en retiró en lo pertinente a su situación 19). Actualmente rige en Argentina el Có-
(art. 7°, inc. 1°). digo de Justicia militar sancionado por ley
El artículo 9? de la ley faculta al Poder número 14.020, del 4 de julio de 1951 («)
Ejecutivo a establecer otros deberes y de- y la Reglamentación formulada sobre la
rechos para el personal militar en actividad base de las leyes 3679, 3737 y 4708, aproba-
o retiro, norma que acaso comporte una da según decretos del Poder Ejecutivo Na-
delegación de atribuciones del Congreso, cional del 1° de junio de 1928 y 9 de junio
pues, el poder de organización y de formar 1933 (v. ed. Minist. de Guerra-Reglamen-
reglamentos y ordenanzas (C. N., art. 67,
inc. 23), es exclusivo de la rama legislativa. (44) Anales de Legislación Argentina, t. XI-A,
El capítulo III de la ley, señala las nor- 1951, págs. 4 a 105. A modo de antecedente, se In-
cluyen el mensaje del P. E. (23 sept. 1949) y el
mas respecto a Superioridad militar, que informe del autor del Anteproyecto, auditor coro-
discrimina en superioridad jerárquica, por nel Osear Ricardo Sacherl, donde se exponen los
cargo y por antigüedad (arts. 10 a 24). Pre- principios orientadores del mismo! Cfr. texto ofi-
vé, igualmente, la ley los tribunales de ho- cial, ed. Ministerio de Defensa Nacional, Código de
justicia militar (C. 3. M.), Bs. Aires, 1951, Impreso
nor, cuya competencia, composición y pro^ en cumplimiento del decreto 13995 del 18 de Julio
cedimientos determina el Poder Ejecutivo, de 1951.
tación de Justicia Militar, Bs. Aires, Impr. los que interesan al servicio de los mismos
Congreso, 1944), a los que deben agregarse ejércitos («), tiene en Argentina la fuente
numerosas modificaciones dispuestas con constitucional que ya recordamos —trátase
posterioridad. de un fuero real o de causa— y él no con-
Estos cuerpos legales —pese a plurales traría —como observa Eielsa— el princi-
normas violatorias de los principios consti- pio de igualdad ante la ley, pues se fun-
tucionales relativos a los derechos del hom- da en el sistema de unidad jurídica del
bre argentino— integran la materia de to- ejército y en el régimen disciplinario de la
da una disciplina jurídica especial por los- fuerza armada. Esta jurisdicción no com-
objetivos que se tratan de satisfacer, y porta, pues, privilegios personales («).
cuya sustantividad es digna de estudio. Nos No es pacífica en la doctrina y jurispru-
referimos a la existencia de un Derecho dencia nacionales —no el fundamento de
penal-procesal militar. Ya el egregio Man- esta jurisdicción—, sino su naturaleza y
zini sostuvo en su Diritto pénale militare extensión. Explícase, sin apurar el razona-
(pág. 1) que "la norma jurídica que tiende miento, que todo lo que afecte a la insti-
directamente a asegurar el mantenimiento tución y a la disciplina sea de su compe-
de los fines esenciales de la institución tencia el juzgarlo. Pero su alcancé (per-
militar constituye un orden jurídico parti- sonal y material), vuélvese dudoso.
cular dentro del orden jurídico general del Si bien es cierto que de la calidad de
Estado". Por su parte, Calderón Serrano, en comandante en jefe que el Presidente de
su Derecho penal militar —pág. 22—, lo la República tiene en virtud de la norma
define como conjunto de principios, normas constitucional (C. N., 86, inc. 15), emerge
y disposiciones legales que para la protec- la facultad disciplinaria, no es menos cierto
ción de la disciplina militar hacen seguir que la atribución acordada por la legisla-
al delito, que es la infracción, la imposi- ción militar vigente en materia jurisdiccio-
ción al culpable, de la pena, que es la nal resulta contraria a la interdicción del
sanción". artículo 95 de la Constitución Nacional.
Los valores cuya consecución trata 'de El Presidente no puede, sin violar la norma
proteger —los bienes jurídicamente tute- señalada, rever fallos de los tribunales mi-
lados— en esta disciplina, difieren de los litares, en cuanto trátase de una jurisdic-
tenidos en cuenta en la legislación común. ción penal, y no meramente disciplinaria.
Aqui los principios de autoridad, disciplina, Lo que algunos confunden, anota Bielsa (•>«),
jerarquía, asumen vigencia superlativa, fue- es administración activa con jurisdicción.
ra de la fidelidad a las instituciones repu- En virtud de la primera, el Presidente tiene
blicanas, cuyo cumplimiento hace a la mi- el comando de las fuerzas armadas; pero
sión misma de las fuerzas armadas. Con ra- el comando no le atribuye como función
zón se ha sostenido que la disciplina militar normal, ni por principio alguno, una po-
consiste en un conjunto de reglas y de me- testad judicial, así sea judicial militar; y
dios impuestos para regir las relaciones de ello sucede por la índole misma de las de-
su personal y obtener el estricto cumpli- cisiones jurisdiccionales. Pensamos equivo-
miento de sus deberes, a fin de asegurar cada, sobre el particular, la jurisprudencia
la ejicacia de la institución. Entre esos de- de la Corte Suprema Nacional (Fallos, CI,
beres, hállanse: fidelidad a la patria; so- 354; CXLVIII, 157).
metimiento a la Constitución y a la auto- Los tribunales militares son una parte
ridad por ella establecida; obediencia al común y esencial de la maquinaria del
superior en el mando; respeto al superior gobierno militar, enseña Whitting (•>»). No
en el grado; observancia de la ética profe- ejercen parte alguna del poder judicial, sino
sional; ejercicio correcto del mando; su-
jeción al régimen de servicio. Las transgre- (46) Escriche, Diccionario, pág. 1169. Respecto
siones a estos deberes y otros que se esti- a la sustantividad de un Derecho penal militar,
men necesarios para la eficiencia de la véase Bielsa. Derecho administrativo, t. 3, pág. 334;
fuerza armada constituyen infracciones a Bernardi, "La sustantividad del Derecho penal mili-
tar", en La Ley, t. 39. pág. 1033, sec. doct. Cfr. Ve-
la disciplina y su represión se efectúa por jar Vázquez. Autonomía del Derecho militar, Me-
medio de la jurisdicción disciplinaria cas- xico, 1949; Colombo, El Derecho penal militar y la
trense («). ' disciplina, Bs. Aires, 1953; Calderón Serrano, De-
La jurisdicción militar que desde antiguo recho penal militar, México, 1944; Chrysolito de
Gusmao, Direito penal militar. Contr., Fernández
se conoce a la potestad que tienen los jue- de Moreda, nota bibliográfica citada supra,
ces militares para conocer de los negocios (47) Caracteres jurídicos..., pág. 9. Cfr. Dere-
de las personas que sirven en los ejérci- cho administrativo, t. 3, págs. 333 y sigs.; Romero,
tos o dependen de ellos, como asimismo de op. cit., págs. 149 y sigs.
(48) Derecho administrativo, op. y loe. cit., pá-
ginas 339 y sigs.
(45) Risso Domínguez, op. cit., t. 1, e. 75. . (49) Op. cit., pág. 346.
solamente una porción de los poderes o fa- o sustraerse al deber militar. La intención
cultades militares que la Constitución ha de violuar una regla de disciplina, de faltar
conferido al Congreso y al ejecutivo. Joa- a las leyes del honor militar, cual lo conci-
quín V. González dice, con razón, que el ben y prescriben los reglamentos del ejér-
establecimiento de una jurisdicción militar cito, a los fines de su institución, es lo que
distinta de la que ejercen los tribunales constituye la naturaleza peculiar del de-
de la nación, está fundada en el' poder lito.
acordado al Congreso de formar reglamen- La pena de muerte por causas políticas
tos y ordenanzas para el ejército y prescri- ha sido suprimida para siempre en el Es-
bir la disciplina de las milicias, a que se tado argentino (C. N., 18); sin embargo,
refiere la Constitución, porque cuando se ella la prevé el Código de justicia militar
concede una facultad, se entienden con- (ley 14.029, arts. 528 y 643, inc. 1°). La de-
cedidos todos los poderes necesarios para fensa en juicio es inviolable; y su invio-
hacerla efectiva; y de la existencia de leyes labilidad reclama que ella sea eficaz. Y no
militares se sigue necesariamente la de puede haberla cuando aquélla es acío de
jueces o tribunales encargados de aplicar- servicio (C. J. M., 98) y la realizan profa-
las ( 50 ). nos en el quehacer jurídico (Ib., 97).
Se ha afirmado, quizás llevando las co- Es también sabido que la condena con-
sas a un extremo incompatible con los prin- dicional (C. P., 26) tiene asidero constitu-
cipios del Estado de Derecho, que la jus- cional (C. N., 18 in f i n e ) ; empero ella no
ticia militar, por sus fines y estructura di- procede en jurisdicción militar (C. J. M.,
símiles en relación al poder judicial, no es art. 512).
justicia sino únicamente disciplina. Pero es El actual Código de justicia militar ar-
del caso hacer notar, que estando de por gentino (íey 14.029) fue sancionado des-
medio la libertad personal de los ciudada- pués de la reforma constitucional de 1949,
nos, deben tenerse presente los límites que que hoy no rige en el país en virtud de la
la propia Constitución nacional ha puesto exclusión que a mérito de sus poderes re-
en salvaguarda de sus derechos. Los tribu- volucionarios (C. N., 21) hizo la Proclama
nales militares, por más excepción que del 1? de mayo de 1956 ( r >2), y de acuerdo a
constituyan, nunca pueden violar las ga- la norma introducida en el artículo 29 (nu-
rantías que la Ley fundamental —superior meración ref/949), que implicó una modi-
a toda otra ley y a todo otro principio ajeno ficación sustancial al régimen jurisdiccional
a sus cláusulas— ha señalado como escu- castrense y propia de los ensayos totali-
do para defender la libertad de todos los tarios al pretender militarizar todas las
argentinos. Por ello, creemos, que si bien actividades de la nación (53). La norma
el presidente de la República como coman- aludida decía: Los militares y-las personas
dante en jefe de las fuerzas armadas, ejer- que les están asimiladas estafan sometidas
ce por sí y por sus delegados la potestad a la jurisdicción militar en los casos que
disciplinaria —no asi la jurisdiccional (C. establezca la ley. El mismo fuero será apli-
N., 95)— no debe olvidarse que-la Consti- cable a las personas que incurran en deli-
tución prohibe las comisiones especiales, tos penados por el Código de justicia mili-
declara inviolable la defensa en juicio y su- tar y sometidos por la propia ley a los tri-
jeta a los habitantes de este país a sus jue- bunales castrenses (art. 29, ref/949). La
ces naturales (C. N., 18). modificación en cuanto al ámbito personal
Acaso ese olvido ha llevado a que en la de la jurisdicción militar es sustancial; se
práctica existan dos códigos penales para constitucionaliza'oa la sujeción del personal
muchos delitos: uno para los argentinos in- 'civil a los tribunales y normas castrenses;
corporados al ejército, y otro para los que bastaba que así lo dispusiere la ley o nor-
• no están en servicio o son simples inte- mas especiales que el Congreso dictara
grantes de la milicia ciudadana. La ga- borrando la vigencia de la ley fundamen-
rantía de la igualdad ante la^ey sufre aquí
lesión patente. El delito militar —decía con
(52) Hemos sostenido la legitimidad de la
razón un ilustre jurista argentino (si)— es abrogación de la reforma constitucional de 1949,
caracterizado por la tendencia a quebrantar en nuestros ensayos "Gobierno revolucionario y
declaración de reforma constitucional", en Juris-
to) Manual, pág. 645. Cfr. Romero, op. cit., prudencia Argentina, 30-3-957, y "Status consti-
pig. 150. Respecto a su legitimidad institucional, tucional argentino", en Boletín de la Facultad de
siempre son actuales las palabras de Estrada so- Derecho de Córdoba, 1957, núms. 1-2.
bre fuero militar, real y no personal (Curso (Le (53) Crossman, Biografía del Estado moderno,
Derecho constitucional, t. 1, pág. 107); Bricito, Is- pág. 271, Pondo de Cultura Económica. Méxi-
titusiottí di Diritto militare, Turin, 1914. co, 1941. Cfr. Romero, "Esbozo histórico del Esta-
(51) Moreno, J. M., Obras completas, t. 3. pá- do y sus direcciones contemporáneas (separ. del
gina 317. En contr.. Corte Sup. Nac., Fallos, t. 54,. Boletín de la Facultad de Derecho de Córdoba,
náe. 584. 1955, año 19. núm. 3), pág. 25, Córdoba, 1955.
tal, como sucedió con el .denominado estado bunales militares; II. Procedimientos en
de guerra interno, que estableció el 29 de los juicios militares; y III. Penalidad que
septiembre de 1951 un decreto del Poder es donde adquiere sustantividad el deno-
Ejecutivo argentino, número 19.376. con- minado "Derecho penal militar".
validado per ley número 14.062 el mismo Diez títulos integran el primero de los
día, y cuya vigencia, con grave lesión ju- Tratados, que fuera de las disposiciones pre-
rídica e histórica, fue reconocida por la liminares sobre jurisdicción, principio de
propia Corte Suprema (**). reserva en materia punitiva, obligación del
El mensaje del Poder Ejecutivo, envian- personal castrense y su responsabilidad pa-
do al Congreso el proyecto de ley sobre Có- ra la aplicación del Código (arts. 19 a 8"?),
digo de justicia militar,- ya anticipaba, esa ocúpase de la organización ide los tribu-
orientación del actual instrumento jurídico- nales militares en tiempo de paz y de
castrense, cuya adecuación constitucional guerra, funcionarios y auxiliares de la jus-
resulta urgente, al señalar: "...En lo que ticia militar, excusaciones, jurisdicción y
respecta a los civiles, el artículo 29 de la competencia de los tribunales, competen-
Constitución Nacional (texto /949), ha de- cia en caso de ccmparticipación, compe-
jado (sic) al Código de justicia militar la tencia ejecutiva, competencia en tiempo de
determinación de cuáles son las infraccio- paz y de guerra, y bandos militares (ley
nes cuya comiúón puede sujetarlos a la marcial cuya constitucionalidad es más que
jurisdicción castrense..." (sr«). .De allí que dudosa) (so).
el artículo 1"? del mencionado código ex- La jurisdicción castrense en tiempo de
prese: "La jurisdicción militar establecida paz, se ejerce, a) Por el Consejo Supremo
por el articulo 29 de la Constitución Na- de las Fuerzas Armadas; b) Por los Conse-
cional, -se ejerce por los tribunales y auto- jos de guerra permanentes; c) Por los Con-
ridades militares que este Código deter- sejos de guerra especiales (art. 45, C. J. M.);
mina" (ley número 14.029). y d) Por los jueces de instrucción y demás
Por eso, la extensión de esa jurisdicción autoridades que determinan las leyes mi-
a las civü23 —lo que de por sí constituye litares. En tiempo de guerra, sin perjuicio
una aberración jurídico-política y signo del funcionamiento de los organismos de
evidente de alejamiento del Estado de De- tiempo de paz, en cuanto fuere compati-
recho— que el artículo 109 de C. J. M. dis- ble con la situación, pero con sujeción al
pone al prever: Están en todo tiempo su- procedimiento especial señalado en el Tra-
jetos a la -jurisdicción militar... 7° Los tado II, sección I, libro III del C. J. M.,
civiles, por las infracciones previstas en los la jurisdicción se ejerce: a) Por los co-
artículos 788, 812, 813, 814, 815, 816 317, mandantes en jefe; b) Por los jefes de
818 y 819... (Trátase de estas infracciones: fuerzas, cuando operen independientemen-
introducción indebida de materias explosi- te o se encuentren incomunicados; c) Por
vas, etcétera, en buque o aeronave militar los Consejos de guerra especiales y d) Por
o falta que se cometiere en buques o ae- comisarios de policía de las fuerzas arma-
ronaves mercantes que formen parte de das (C. J. M., 30). En las plazas de guerra,
convoyes ai servicio de las fuerzas arma- puertos, bases aéreas o lugares fortificados,
das.) aquélla la ejercen, además, los gobernado-
Empero, nos parece que ninguna razón res o jefes respectivos (Ibídem, 31).
—en tiempos de paz— puede fundar la vio- Entre los funcionarios y auxiliares de la
lación de Ja garantía constitucional de los justicia militar encuéntranse los fiscales
jueces naturales y extender el fuero mi- permanentes, auditores permanentes, fis-
litar —de naturaleza excepcional— a los cales y auditores ad hoc y seeretarios (arts.
civiles. Nada hay más importante que la 47/82, C. J, M.). Agregúese a ellos, los jue-
defensa de los derechos humanos y la vi- ces di. instrucción, comisarios de policía de
gencia de todas las libertades.. las fuerzas armadas y defensores (arts. 83/
El Código militar (ley 14.029), siguiendo 100, C. J. M.). Normas de sumo interés, lo
los ¡ineamientos del anterior, compónese de constituyen las cnip determinan la compe-
tres partes fundamentaues o "tratados": tencia y jurisdicción de los tribunales mi-
I. Organización y competencia de los tri- litares (arts. 108 y sgtes.), la que compren-

(54) Corte Sup. Nac., L. L., sentencia nú- (56) Hace años, nos ocupamos del tema, lle-
mero 31,752. diario del 20-9-952. Sobre el particu- gando a la conclusión que, refirmamos, la "ley
lar, véase Estado de guerra interno (aún inédito) marcial" es ajena al orbe jurídico argentino.
de Guillermo Becerra Fevi-er, Córdoba, 1956. V. nuestro libro Poderes militares en la Constitu-
(55) V. Anales de Legislación Argentina, to- ción argentina, págs. 131 y sigs. Conf. Moreno,
mo XI-A, J9S1 pág. 6, en nota. Resulta de interés J. M., Obras completas, t. 3, pág. 397; Sánchez
el informe del autor del Anteproyecto, coronel Sa- Viamonte. Ley marcial y estado de situó, pág. 20,
cheri. Montevideo, 1931.
de: los delitos y faltas esencialmente mi- ció oral. Esta parte procedimental cons-
litares, que con las que por afectar la exis- tituye un verdadero código en materia ri-
tencia de la institución, sólo las leyes cas- tual; y es comprensiva, a lo largo de 367
trenses prevén y sancionan; los delitos y artículos (C. J. M., arts. 140 a 507), amén
faltas que afectan directamente el Dere- de normas preliminares, de las que deciden
cho y los intereses del Estado o de los las cuestiones de competencia y conflictos
individuos, cuando son cometidos por mi- de atribuciones, notificaciones y citaciones,
litares o empleados militares en "actos de rebeldía del imputado, procedimiento ordi-
servicio militar o en lugares sujetos exclu- nario en tiempo de paz y de guerra, auto-
sivamente a la autoridad militar" ( 5 7 ); las ridades que ordenan, objeto y duración del
infracciones cometidas por individuos de sumario, denuncia, prevención, comproba-
las fuerzas armadas en desempeño de un ción del hecho durante la instrucción, de-
servicio dispuesto por los superiores mili- claraciones, testigos, examen pericial, prue-
tares, a requerimiento de las autoridades ba documental, detención y prisión pre-
civiles o en auxilio de aquéllas; los delitos ventiva, medidas cautelares sobre bienes,
cometidos por militares retirados, o por sobreseimiento, y el procedimiento en el
civiles, en les casos determinados por el plenario ante los consejos de guerra perma-
Código (C. J. M., art. 108). El artículo 109 nentes y especiales (excepciones, prueba,
señala quiénes están sujetos a la jurisdic- acusación, defensa, vista de la causa, deli-
ción militar; y el artículo 110 alude a la beración y sentencia); y por último, los re-
jurisdicción en tiempo de guerra, que se cursos y las normas de ejecución d.e las
extiende a empleados y operarios cuando sentencias, etcétera.
presten servicios en establecimientos o de- Digna de mención, por ser contraria a una
pendencias militares, a los prisioneros de garantía constitucional (C. N., 18), en la
guerra, vivanderos, postillones, sirvientes, norma del artículo 242 del C. J. M., en
comerciantes y demás personas que acom- cuanto dispone que "es obligación del im-
pañen a las fuerzas armadas, y a los par- putado contestar las preguntas que se
ticulares que en las zonas de operaciones le hicieren", y el silencio es presunción en
cometieren delitos previstos en el Código o su contra (Ib.). Igual vicio constitucional
en los bandos que se dictaren. tiene el artículo 252, que sólo prevé la
En materia de competencia, se inclina asistencia del defensor después de la inda-
por asignarla al tribunal que entienda en gatoria, cuando es harto sabido que la
el delito con pena mayor; y en igualdad misma constituye el primer acto de defen-
de sanción, da primacía al tribunal cas- sa^»).
trense (C. J. M., 113). La competencia eje- La -defensa ante los tribunales militares,
cutiva —sin discriminación alguna, o sea amén de constituir acto de servicio y por
propiamente penal y disciplinaria— que ende, restringido ab intitio, se halla condi-
dispone el artículo 120, C. J. M., que la cionada por normas (arts. 365 a 368), que
otorga "en todo tiempo el Presidente de pueden hacerla ilusoria, con lo que la in-
la República y a sus agentes de mando violabilidad proclamada por el articulo 18
militar", es norma harto peligrosa y no es de la Constitución Nacional, y por todos
congruente, como se dijo ya, con la prohi- los documentos que aluden a los Derechos
bición categórica del artículo 95 de la C. Humanos, queda sin resguardo alguno. Has-
Nacional. Esta disposición, en gran me- ta la indagatoria durante la vista de la
dida, asigna al Poder Ejecutivo funciones 'causa (art. 376) queda limitada por el con-
eminentemente judiciales. cepto de disciplina...
El tratado II del C. J. M., prevé las nor- Por último, es particularmente lesiva al
mas de procedimiento para su aplicación artículo 95 de nuestra ley suprema, el ar-
y que comprende: sumario, instrucción y tículo 469 del C. J. M., cuando dispone, que
plenario. Trátase de un procedimiento es- no obstante el cúmplase a la sentencia de
crito y sin las-ventajas de justicia del jui- los tribunales militares, puede —salvo los
casos de indulto o conmutación de pena,
(57) V. art. 878, que esclarece lo que debe eti- aumentar la sanción disciplinaria impues-
tenderse por "acto de servicio", o sea el que tiene ta en la sentencia, cambiar la calificación
relación con las funciones específicas que a cada hecha por el tribunal o devolver la sen-
militar corresponden. (V. sent. juez Instrucción
de Córdoba, doctor Raúl Centeno Castellano, in re tencia para que sea nuevamente fallada
"Giménez Juan Raúl, lesiones", en Comercio y cuando estime que la misma es injusta...
Justicia, Córdoba, 15 agosto 1955. Cfr. Corte Sup.
Nac., Fallos, t. 200, pág. 238; t. 212, pág. 266, y (58) Cód. de proced.' penales de Córdoba. Cfr.
t. 211, pág. 317. V. jurisprudencia, en materia Vélez Mariconde, Estudios de Derecho procasal •pe-
castrense, que inserta el Boletín Jurídico Militar, nal, t. 2, págs.,92 y sigs., Córdoba, 1956. V. nues-
que publica la Auditoria General de las Fuerzas tra nota "Asistencia Jurídica en Tía toúagatoría",
Armadas, núms. 1-7, años 1953-56.) en La Ley, t. 30; pág. 50.
(Incs. 3?, 4<? y 5°). Estas facultades confi- hurto y los demás previstos por violación
guran el conocimiento de causas judiciales, de la ley penal común o de leyes especiales,
cuya interdicción es manifiesta en virtud art. 870, C. J. M.).
<le preceptos abecedarios en materia jurí- c) Ley de organización de la Nación
dica. • para tiempo de guerra. Es de importancia,
El tratado III del C. J. M., que trata de por los efectos de carácter jurídico que
la penalidad o penología, es un verdadero produce su aplicación en tiempo de paz
código penal especial, tiene una extensión —evento previsto en la misma y de allí la
de 381 artículos (del 508 al 888, C. J. M.), necesidad de su estudio desde el plano del
y abarca: Infracciones y penas en gene- Derecho-j-, la ley nacional número 13.234,
ral (lib. I), e infracciones militares en sancionada el 19 de septiembre de 1948
particular (libr. II). En el primero se se- (v. Anales de Legislación Argentina, VIII-
ñalan las normas generales sobre compli- 1948, pág. 72). En más de un aspecto, ella
cidad, atenuantes y agravantes, conspira- resulta violatoria de normas primarias de
ción y proposición, clasificación, duración y nuestro orden constitucional y su aplica-
efectos de las penas y de las sanciones dis- ción, en muchos casos, puede obedecer a
ciplinarias, su aplicación, y los modos de objetivos distintos de los que autorizarían
extinción de la acción penal y disciplinaria su vigencia en casos extremos. Basta poner
y de las penas y sanciones -disciplinarias de resalte que sus normas pueden aplicarse
(arts. 508 a 620, C. J. M.), El segundo es en tiempo dé paz, para concluir y justificar
comprensivo de los delitos contra la lealtad la alarma de quienes siempre son devotos
a la nación (traición, instigación a come- de los grandes principios que informan
ter actos hostiles, espionaje y revelación la dignidad civil y el espíritu republicano
de secretos, los que afectan a las relacio- que perfilan la tradición histórica del país
nes internacionales); delitos contra los po- argentino. .-..-•
deres públicos y el orden constitucional Dispone el artículo 1<? |de la ley 13.234,
(rebelión, y contra el régimen constitucio- que compete al Presidente de la República,
nal) ; delitos contra la disciplina (vías de en su carácter de jefe supremo de la Na-
hecho contra el superior, irrespetuosidad, ción y comandante en jefe de todas las
insubordinación, insultos a centinelas o fuerzas armadas, solidariamente con los mi-
fuerza armada, desobediencia, motín, su- nistros secretarios de Estado, todo cuanta
blevación, actividades políticas o subersi- concierne a la preparación, organización y
vas); infracciones en el desempeño de car- dirección de la defensa nacional, cuyas
gos (abuso de. autoridad, usurpación de previsiones deben adoptarse desde tiempo
mando); infracciones contra el servicio de paz (art. 29); incumbiendo al Consejo
(abandono de servicio, abandono de destino, de defensa nacional impartir la orienta-
deserción); infracciones de los deberes del ción necesaria a todos los organismos del
centinela, violación de consigna, negligen- Estado para preparar: a) La movilización
cia, infracciones en el mando, en comisio- de todas las fuerzas armadas de la nación;
nes o en el servicio; delitos contra el honor b) La movilización del potencial necesario-
militar; infidelidad en el servicio; y, por para organizar la defensa civil, la seguri-.
último, infracciones especiales de la ma- dad interior, el funcionamiento normal de
rina y de la aeronáutica. A ello deben agre- la administración y de los servicios públi-
garse previsiones sobre delitos —fuera de cos y asegurar un ritmo de trabajo inten-
las infracciones cometidas por personal ci- sivo en todos los órdenes de la producción,
vil—, contra la propiedad (exacciones ile- el comercio y la industria; c) La moviliza-
gales, disposición indebida de objetos y ción y utilización para tiempo de guerra
prendas militares, daño, incendio y otros de todos los recursos morales y materiales
estragos); delitos en el desempeño de car- del país; y d) la creación de los organis-
gos (prevaricato, denegación y retardo de mos necesarios para planificar, coordinar
justicia, cohecho); omisiones, defraudacio- y dirigir el aprovechamiento del potencial
nes y malversaciones en la administración bélico de la República (art. 39).
militar; falsedades en la administración o La ley atribuye a los ministerios milita-
«n el servicio; falsificación, ocultación, sus- res una supremacía, desde tiempos de paz,
tracción o destrucción de documentos, usur- sobre todos los demás organismos del Ea-
pación de condecoraciones, uniforme o in- tado en la preparación y coordinación pa-
signias, evasión de presos y prisioneros,- et- "ra la defensa de la República (arts. 49 a
cétera. Se prevé, igualmente, la comisión 10). La conducción de la guerra, en su as-
de delitos comunes también cometidos a pecto jurídicopolítico, compete directa-
la jurisdicción militar, normas también que mente al Presidente de la República; y se
requieren urgente revisión para adecuarlas prevén, en casos bélicos, la división del
a los principios constitucionales (robo y país en zonas de operaciones terrestres,
marítimas y aéreas y en una zona del in- cución emergencias graves que se señala
terior (Ib., 14). En esta última, en princi- como causal de movilización— para ener-
pio, mantienen su jurisdicción las autori- var movimientos sindicales o anular ma-
dades civiles, por razones de disciplina y nifestaciones de voluntad democrática. Se
orden, puede ser declarada zona de guerra subvierte, así, la finalidad extrema que
y sometida, por decreto del Poder Ejecuti- justifica normas de ese jaez, que sólo tie-
vo, a la jurisdicción castrense. El artículo nen explicación para los momentos dra-
22 de la ley declara obligatorio en la na- máticos en que peligra la vida histórica de
ción, la organización de la defensa pasiva la República. El espíritu civil 'que impreg-
contra ataques aéreos, siendo carga públi- na nuestras instituciones y que hace a la
ca irrenunciable para todos los habitantes dignidad del hombre libre, no se resigna
los deberes y prestaciones que aquélla a la posibilidad que, por cualquier causa
comporte. ,Y ella es también obligación de o circunstancia, se le someta a la jurisdic-
las autoridades nacionales, provinciales y ción castrense. Facilidades de esa laya,
municipales (arts. 23/26 de la ley). El ser- bien pueden resultar, a la postre, preferi-
vicio civil de defensa nacional (ley número dos caminos de servidumbre ( 5!) ).
12.913), es definido como el conjunto de JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notas.
obligaciones que impone el Estado a las
personas no movilizadas para contribuir y BIBLIOGRAFÍA. — A la Indicada en el texto y no-
sostener el esfuerzo que la guerra demanda tas, debe agregarse: Baudon, El estado de, sitio,
Bs. Aires, 1939. — Cáceres. J., Poderes militares íe
a la nación, asegurando la capacidad gue- la Constitución. Bs. Aires. 1905. — Dobranioh,
rrera de las.fuerzas armadas, el funciona- Justicia militar argentina, Bs Aires, 1913: —Fair-
miento de los servicios públicos, la produc- man, "La ley marcial y el estado de sitio de emer-
ción intensiva de-los materiales de guerra gencia", en Harvard Lav: Review, junio 1942, vo-
lumen 55. — Frías. El ejercito. Bs. Aires, 1909. —
y el abastecimiento para los frentes de Linares Quintana, Tratado de la ciencia del Dere-
batalla e interior. La movilización del ser- cho constitucional, 6 tomos, Ed. Alfa, 1953-56.—
vicio civil sólo puede ser decretada por el Rébora, Ensayos de una doctrina sobre garantías
Poder Ejecutivo —¿y por qué no por el Con- constitucionales. — Palacios, Justicia militar ar-
gentina, Bs. Aires, 1914. — Von der Goltz, La na-
greso?— cuando sea necesaria a los fines tion armée, París, 1891.
de la defensa nacional y en los casos de
catástrofes y emergencias graves que afec- DERECHO MINERO.* SUMARIO: I. Intro-
ten partes importantes del territorio na- ducción. II. Concepto. III. Reseña histórica
cional o de sus poblaciones. de la evolución del Derecho minero: Grecia;
Una disposición importante, porque afec- Roma; España; Derecho minero colonial; El
Derecho minero después de la Independen-
ta a la propiedad privada, es la que prevista cia; Inglaterra; Estados Unidos de Norte-
en los artículos 30 y 31 de la ley, alude américa; Francia; Italia; Alemania; Rusia.
a los casos de requisiciones que sean in- IV. Fuentes. V. Relaciones con otras disci-
dispensables para proveer a las necesidades plinas. VI. Contenido.
de la defensa nacional, y se señala el de- I. Introducción, Los minerales, como
recho que da toda requisición para su in- componentes de uno de los tres reinos en
demnización o retribución, equivalente al que se divide la Naturaleza, han ofrecido y
justo valor de los bienes cuya estimación ofrecen al hombre uno de los elementos ma-
administrativa es recurrible a la justicia teriales más importantes para la satisfac-
federal (Ib., art. 32 in }ine). La norma si- ción de sus necesidades primordiales, pu-
guiente prevé las requisiciones de servicios diendo afirmarse que en la historia de la
personales y señala la forma de su retri- humanidad aparecen indisolublemente uni-
bución, si correspondiere. dos a su progreso.
Decretada la movilización por las causa- Este reino inanimado y poderoso, que se
les previstas, dice el artículo 36 de la ley, encuentra ora en las profundidades de la
que el personal convocado para el servicio tierra, ora esparcido en la superficie del
civil de defensa, queda sometido a las dis- suelo, ora entre las grietas de las rocas,
posiciones del Código de Justicia militar, necesita ser descubierto, arrancado y bene-
aunque el Poder Ejecutivo podrá disponer ficiado para que sea útil al hombre.
un régimen disciplinario y penal especial Las operaciones tendientes a conseguir la
para tiempo de guerra, y aún dispensar, localización de los minerales, su des?ubri-
a los movilizados en el servicio civil, de miento, explotación y beneficio, integran la
ser juzgados por los tribunales castrenses industria minera, cuya importancia, espe-
(art 37).
Si bien esta ley tiene su razón jurídico- (59) feayek, The road to serfáom, Chicago,
politica para instantes dp guerra, sin em- 1945. .
bargo --y liay precedentes en el país—,
ella no puede ser invocada —pese a la lo- Por el Dr. JULIO A. QUEVEDO MENDOZA.
cialmente en los tiempos modernos, no pue- dad de las naciones, en suma, las propias
de soslayarse, dado que es esa industria la condiciones existenciales de la humanidad
que ha entregado a ¡a humanidad los más y su progreso dependen cada vez más y
preciosos instrumentos para el trabajo pa- fundamentalmente de la utilización de de-
cífico en las ciudades y en el campo en terminados minerales". En el mismo sentido
tiempos de paz y para las necesidades de se expresan Theodoro Jesse Hoover cuando
la defensa en tiempos de guerra. "Están dice que nuestra civilización actual se basa
de acuerdo los economistas —escribe Joa- en una demanda creciente de yacimientos
quín V. Gonzálex— en considerar la mine- minerales y una utilización cada vez mayor
ría como la industria extractiva por ex- de los mismos. La estrutura de esta civili-
celencia, la que suministra al hombre las zación es como la de un rascacielos de
materias más necesarias y más directa- acero; su paso es el de una máquina cons-
mente útiles para la vida individual y co- truida con metales y alimentada con con--
lectiva; y por lo tanto su importancia no bustibles minerales. Cada pensamiento o
puede ponerse en duda, ya se la considere acto de nuestra vida diaria cambiarían si
bajo su aspecto económico, ya del punto alguien, en una época anterior no hubiera
de vista de la apropiación y explotación de extraído algo dei suelo en un punto del
los yacimientos donde se encuentran los globo. La minería es una de las industrias
minerales útiles, o sea, la legislación mine- básicas sobre la cual descansa nuestra
ra". Agrega que "de las minas se obtienen vida moderna".
los elementos primos de todas las industrias Más allá de todo lo imaginado y previsto,
fabriles y auxiliares de otras extractivas y asistimos hoy a la utilización del uranio y
por cuya virtud se mueve la humanidad de otros minerales fácilmente fisionables
hacia su perfeccionamiento económico y como fuente prodigiosa de energía. Al lado
artístico y porque ellas suministran direc- del uso que ya se ha hecho durante la úl-
tamente los materiales de la moneda, de tima conflagración mundial y en campos
las construcciones y de los objetos más in- . experimentales de las armas termonuclea-
dispensables a los usos de la vida. Así, las res, ha nacido la perspectiva tan inusitada-
minas.son la fuente de muchas y funda- mente feliz para la humanidad de la utili-
mentales relaciones de la cultura universal zación del átomo benéfico, como se le ha
y de las artes, porque les proporcionan los llamado al aprovechamiento pacífico de la
metales, las piedras de construcción y de energía atómica. Y si tal fuese el camino
ornamento y demás substancias de que se que se ha de buscar a esta energía, el hom-
labran o fabrican los objetos más bellos bre contará pronto con el más maravilloso
y útiles para satisfacer los fines materiales de los combustibles. Basta con señalar que
y estéticos; de las ciencias, porque le su- según cálculos realizados por especialistas
ministra los matriales que sirven para la de la materia, un kilo de combustible de
elaboración de las substancias, de las fuer- uranio podrá substituir a dos millones
zas, de los agentes de sus investigaciones y ochocientas mil toneladas de carbón. Véase
experimentos, y le ofrece los poderosos ma- cómo la utilización de estos nuevos mine-
teriales para la mecánica, que tanta in- rales denominados radioactivos, ha venido
fluencia tiene ya en la civilización; de la a dar al mundo no sólo la sensación de su
seguridad y riqueza de las naciones, porque futura destrucción y aniquilamiento, sino
no solamente las provee de las materias con también de su salvación y creciente pros-
que se han de fabricar las armas, proyecti- peridad...
les, buques y explosivos para la defensa de La utilización industrial de los minera-
su honra e integridad, sino también del les supone una serie de actividades pre-
precioso instrumento de los valores y de vias que son propias de la industria ex-
los cambios que se llama moneda, con que tractiva.
se mueve el mundo y la fuerza motriz que Contrariamente a lo que ocurre con la
perfora las montañas, atraviesa los desier- tierra que es visible para todos, los mine-
tos y los mares y cada día acerca más la rales, por lo general, se encuentran debajo
solidaridad humana, sancionada por la re- de la superficie del suelo y, a veces, a
ligión, la filosofía y la jurisprudencia". grandes profundidades, de suerte que casi
Atilio Vivacqua también expresa que "el siempre es menester de una tarea previa
mundo moderno nos da la impresión de de investigación que tenga por objeto la
un inmenso e insaciable monstruo metálico localización de los mismos y su descubri-
en permanente metamorfosis, alimentado miento. Esa actividad, que puede consistir,
a carbón y embriagado de petróleo". "La como ya lo hemos dicho en otro lugar, en
vida, la salud, el confort, las ciencias, las simples exámenes de visú de los terrenos
artes, "la agricultura, la industria, el trans- acompañados dé trabajos de reconocimien-
porte, la seguridad, la riqueza y la prosperé to (caso de los yacimientos superficiales),
en estudios geológicos de las zonas supues- plotación es punto de suma importancia y
tamente mineralizadas, en sondeos, perfo- puede determinar el éxito o el fracaso de
raciones, etcétera, constituye la etapa previa la empresa. La naturaleza, potencia, in-
de investigación, exploración o cateo. Esta clinación, y accidentes del criadero, la du-
tarea previa generalmente debe ir acompa- reza de la roca en que está encajonado, la
ñada de una actividad de observación más presencia de mayor o menor cantidad de
minuciosa cuando se ha comprobado la agua o gases, el precio de la mano de obra
existencia de mineral, lo que se hace 'por y de los materiales, unidos a otras circuns-
medio de las calicatas. Modernamente la tancias, son factores que al incidir en la
.geología económica presta un ponderable técnica y economía de la explotación, de-
.auxilio a esta tarea de reconocimiento. terminan la elección de uno u otro de los
El descubrimiento de un yacimiento mi- métodos de laboreo".
neral determina la iniciación de una nueva Lógicamente, la división primaria de ya-
etapa que es la propiamente extractiva o cimientos superficiales y subterráneos de-
de explotación y que abarca una serie de termina una diferente aplicación técnica en
actividades técnicas que varían en relación materia de explotación.
a la naturaleza de los minerales de cuya Respecto de los primeros expresa Cata-
extracción se trate. lano que "puede .emplearse el sistema de
Los métodos y sistemas que se emplean explotación a cielo abierto, o al aire libre o
en la explotación de las minas no pueden glory hole. Este método de explotación des-
ser, lógicamente, los mismos para todos los de la superficie se utiliza cuando las subs-
yacimientos. Según las enseñanzas de Geor- tancias profundizan poco la corteza terres-
ge J. Young, éstos, por su origen pueden tre o son de poca consistencia los estratos
dividirse así: 1<? Depósitos debidos al in- superiores, lo que haría peligrosa la ex-
temperismo y a la erosión que comprende plotación subterránea. Los instrumentos
los depósitos in-situ o en la proximidad in- usados por los mismos en estos casos son
mediata del origen; y los erosionados y el pico, la pala, los barrenos mecánicos,
transportados a cierta distancia; 2? Yaci- los explosivos, las excavadoras y dragas,
mientos concentrados en el seno de las como en el caso de las arenas metalífe-
aguas superficiales que comprenden los ya- ras y placeres. La explotación a cielo abier-
cimientos por precipitación, por evapora- to, que es muy económica, pues ahorra
ción y por sedimentación; 3<? Yacimientos el .enmaderamiento de las galerías, tiene,
concentrados por circulación de las aguas sin embargo, el inconveniente de estar su-
subterráneas que comprende los depósitos jeta a las variaciones climatéricas y atmos-
derivados de las masas de rocas y los de- féricas que suspenden e interrumpen los
rivados de depósitos primarios; 4<? Depó- trabajos".
sitos formados por aguas calientes ascen- En cuanto a los segundos, generalmen-
dentes, asociadas a intrusiones ígneas; 5<? te el laboreo de las minas comprende dife-
Depósitos debidos al metamorfismo; 69 De- rentes operaciones, que pueden agruparse
pósitos formados en las magmas. así:
Del punto de vista de la forma en que a) Labores previas o preliminares que
los yacimientoe se presentan en la natura- abarcan aquellos trabajos destinados a las
leza, ellos pueden ser superficiales si se ha- excavaciones que han de conducir tanto a
llan esparcidos sobre la corteza terrestre los depósitos o yacimientos minerales, como
o subterráneos, constituyendo masas ma- a la comprobación acerca de la naturaleza
yores o menores, que reciben distintos nom- de las rocas y de los elementos a utilizarse
bres, según sea la forma, volumen y dispo- para encarar la explotación propiamente
sición en que se presentan. Así, pueden to- dicha. Esta etapa previa, que es de suma
mar el nombre de masas, lentes, -bolsadas, importancia, comprende los más variados
nidos, nodulos, filones, etcétera. Oportuna- trabajos que pueden abarcar desde los sim-
mente daremos en particular, el concepto ples piques, galerías y pozos, hasta la cons-
que corresponde a cada uno de estos yaci- trucción de perforaciones mediante el em-
mientos. (V. MINA.) pleo de los medios técnicos adecuados", con
Se comprenderá, de consiguiente, que los la ayuda de profundos estudios geológicos
métodos y sistemas de explotación no pue- y de costosas inversiones. Es ilustrativo a
den ser los mismos para aquellos distintos este efecto el costo del primer barril de
tipos de yacimientos. petróleo que exportó la Standard Oil de los
Cabe adelantar que la explotación abar- yacimientos de Venezuela, y que alcanzó a
ca un conjunto de operaciones diversas se- la respetable suma de ¡54.000.000 de dóla-
gún se trate de yacimientos superficiales o res!.
subterráneos. "Como dice Edmundo Ca'tala- b) Laboreo propiamente dicho. Esta eta-
_no, "la elección de un buen sistema de ex- pa comprende aquellos trabajos destinados
a extraer el mineral y colocarlo en la boca la mina mediante el uso de ventiladores
de la mina para su aprovechamiento. Como o de mecanismos especiales.
lo señala Catalano, hay gran variedad de 29 Las segundas derivan de la necesidad
métodos para arrancar el mineral, pero los de eliminar del interior de las minas las
más comunes son los siguientes: 19 Método aguas, que pueden provenir ya sea .de las
de explotación por relleno. Consiste este precipitaciones pluviales que penetran al
método en arrancar la parte útil del criade- interior de la mina por las bocas y galerías
ro y rellenar el hueco que deja con los de ésta o por filtración, o ya de las sub-
mismos desperdicios de la roca extraída o terráneas que a menudo son alumbradas
con cualquier argamasa. El relleno tiene por las labores mineras. La eliminación de
por finalidad mantener la solidez de las las aguas se consigue por el uso de las obras
labores y evitar el hundimiento; 29 Método de desagüe, que pueden consistir en la ins-
de explotación por pilares. Se extrae el talación de bombas o de socavones de des-
mineral dejándose colmenas, macizos o pi- agües. Estos se utilizan para una sola mina
lares del mismo material útil o de manipos- o para varias o para un grupo minero. (V.
tería para el sostenimiento de las galerías. SOCAVONES.)
Cuando Jos pilares o los macizos que se 39 Las terceras tienen como finalidad
abandonan son de mineral pueden aprove- facilitar el laboreo de las minas, utilizán-
charse en un segundo período, sustituyén- dose una iluminación adecuada. Aquí el pro-
dolos por obras de manipostería o bien blema más importante radica en escoger
arrancándolos, dejando los techos sin sos- aquellos medios de iluminación que alejen
tén. El método por pilares se convierte así la posibilidad de cualquier accidente que
en un sistema de explotación por hundi- puede producirse a raíz de la combustión
miento; 3? Método de explotación por hun- de gases. El uso de instalaciones eléctricas
dimiento.. Consiste este método en arrancar fijas y de lámparas individuales de segu-
todo el mineral útil, dejando que se produz- ridad, son los medios de iluminación más
ca el hundimiento una vez extraído el mi- frecuentes y más seguros.
neral. En este método debe atenderse en 49 Las cuartas son tan importantes co-
sumo grado a la seguridad de los obreros; mo las anteriores desde que las actividades
4? Métodos especiales de explotación. Com- destinadas al transporte constituyen el
prende este grupo todos aquellos métodos complemento necesario e indispensable de
de laboreo de características especiales que las tareas propiamente extractivas. Ellas
se aplican a determinados tipos de .yaci- no sólo comprenden el acarreo del- mineral
miento como las turberas, salinas, petróleo desde el lugar de la explotación al exterior
y aluviones. mediante ascensores, motocargas, vagone-
Cualquiera que sea el método de explo- tas, cintas circulatorias, alambres carriles,
tación que se siga debe responder, como lo etcétera, sino también el traslado del mi-
afirma el mismo autor, a tres condiciones neral a las plantas de beneficio de consu-
esenciales: seguridad del personal, econo- mo, . tales como los oleoductos, gasoductos,
mía de las labores y máximo aprovecha- ferrocarriles, vehículos de tracción, etcétera.
miento del criadero. 59 Por último, las quintas, no menos im-
c) Actividades auxiliares. Son aquellas portantes que las anteriores, tienden a evi-
obras complementarias que tienden primor- tar o disminuir al menor grado posible, los
dialmente a realizar la explotación con co- accidentes en las minas, como los hundi-
modidad y seguridad. Entre las principales mientos, inundaciones, incendios, explosio-
actividades auxiliares figuran las de ven- nes, etcétera.
tilación, desagüe, alumbrado, transporte y d) Plantas de beneficio. Según se ha
prevención de accidentes: 19 Las primeras visto ya, la extracción de los minerales no
tapónense como consecuencia del enrare- agota la actividad minera. Esta abarca,
cimiento del aire que a menudo se produce además, aquellas tareas destinadas a po-
en el interior de las minas o del despren- nerlos en condiciones aptas para su indus-
dimiento de gases que suele producirse or- trialización y comercialización, ya que es
dinariamente y cuya eliminación es abso- ciertamente raro que el mineral sea extraí-
lutamente necesaria para prevenir acciden- do en un estado de pureza tal que permita
tes. La ventilación de las minas puede con- su consumo inmediato. Generalmente las
seguirse mediante estos dos medios: por substancias minerales se extraen mezcladas
ventilación natural, que consiste en el apro- o adheridas a una mayor o menor cantidad
vechamiento de las corrientes de aire del de material estéril o ganga que es menester
exterior y que se hacen circular por el in- eliminar, para lo cual se utilizan diversos
terior de la mina por cañerías, galerías, procedimientos manuales, mecánicos, quí-
etcétera; por ventilación artificial, que con- micos, etcétera.
siste en la inyección de aire al interior de Pues bien: las instalaciones destinadas a
esas tareas se conocen con el nombre de y arreglo los actos humanos a esas condi-
plantas de beneficio. (V. PLANTAS DE BENE- ciones".
FICIO.) "En la etiología de la evolución del De-
e) Eventualmente suelen necesitarse recho de las minas —expresa Vivacqua—
otras actividades que, sin ser propiamente encontramos los más variados factores. El
extractivas, son complementarias de éstas, es un arbor juris que, en general, repunta
como la constitución de cooperativas mi- en el terreno de la realidad, mas también
neras, funcionamiento de instituciones de a veces, ha sido una planta artificial. Fue-
crédito, funcionamiento de escuelas regio- ron las substancias metálicas, como obser-
nales de minería, etcétera. va J. V. González, que dieron origen a esta
El cúmulo de actividades a que nos he- disciplina jurídica, cuyas manifestaciones
mos referido no se emprenden ni se reali- aparecen tan vivas en la era romana y,
zan caprichosamente, sino que, en general, anteriormente en la reglamentación, prin-
deben ajustarse a normas de Derecho que cipalmente de los metales preciosos..."
el Estado sanciona teniendo en cuenta, Agrega que "el desenvolvimiento del De-
como dice Bourgeois, estos dos principios recho de las minas se opera, por otro lado,
fundamentales: que las minas representan en correspondencia con los progresos de la
un bien distinto del terreno o suelo en que geología y los progresos científicos e indus-
se encuentran; y que existe un interés de triales en el ámbito de la minería o en el
orden público en que se exploten regular- dominio general de la civilización. La gue-
mente. Ya veremos que ni aun aquellos re- rra universal, con su serie infinita de fe-
gímenes excepcionales como el de la acce- nómenos económicos, sociales y políticos
sión, son extraños a estos dos principios, por ella provocados, producen transforma-
que en el Derecho minero moderno, consti- ciones radicales en esa rama jurídica. Mas
tuyen los pilares en que descansan las cons- en su proceso evolutivo no siempre el ele-
trucciones jurídicas.- mento económico es causa causarum. Apa-
Es a virtud de esos dos principios que el recen al lado de este elemento otros nume-
Estado se atribuye el dominio originario de rosos agentes: factores espirituales desinte-
las minas y, de consiguiente, el derecho ex- resadamente proveídos por los científicos
clusivo de conferir a los particulares la fa- con sus descubrimientos e invenciones, ha-
cultad de buscarlas y explotarlas, some- ciendo surgir nuevas aplicaciones de de-
tiendo a la propiedad así constituida no sólo terminados minerales; el sentimiento esté"-
a determinadas condiciones para que pueda tico, doctrinas e ideas sin base en la reali-
ser conservada, sino a la permanente fis- dad, concebidas como simpes construcciones
calización y contralor de las explotaciones; abstractas. Y las supersticiones tan propias
cuidando que éstas se realicen en armonía de los mineros, los preconceptos religiosos y
a la importancia de los bienes cuya tutela una serie de factores psicológicos ocupan,
ejerce. en ese conjunto de causas, una parte pon-
Las normas de Derecho se dictan, por otra derable. El rey VinbeKan-Se, de la Indo-
parte, de acuerdo a los usos y costumbres, china, mandó, en 1829, cerrar las labores de
a las leyes naturales, a los principios cien- una provincia entera porque, de acuerdo
tíficos y a muchos otros factores de la más con la creencia tradicional, sería destruir
alta importancia. "Las vinculaciones del los filones de la tierra que generan la raza
Derecho de minas con la naturaleza física real. La génesis de la ley de minas no es
son de tal género —escribe Joaquín V. Gon- tampoco extraña a la fascinación de los
zález— que superan a la voluntad del le- tesoros del subsuelo, creada o aumentada
gislador; se anteponen a ella y determinan por la maravilla de las leyendas... La ilu-
su acción. Una mitad de su modalidad está sión de El Dorado, todavía irrevelado, con-
dispuesta por la ciencia, la otra por la ley. tribuyó para la anticipación del régimen
El hombre no puede hacer que los minera- legal de la extracción aurífera en la colo-
les se encuentren distribuidos sobre la tie- nia y más tarde, el descubrimiento inespe-
rra al alcance de su mano y en cantidades rado del diamante, que aparece como fuen-
regulares, cuando las fuerzas que origina- te de inmensas y fáciles rentas para el
ron su formación los distribuyeron des- erario público, perturbando la mentalidad
igualmente y a grandes profundidades, ya del gobierno, determinó la rígida y violenta
sobre la tierra o sobre las aguas de los ríos; reglamentación de la garimpagen, final-
y esta fatal disposición tiene sobre él carác- mente transformada en industria del Es-
ter de la ley minera una influencia que tado. Los yerros del optimismo, tan comu-
ninguna voluntad constitucional podrá des- nes en la historia fascinante de la minería,
truir. La ley fundamental acepta y se con- ese factor sentimental como lo clasifica el
forma con las conclusiones de la ciencia y profesor A. V. Pigou, de la Universidad de
la irreparabilidad de los hechos; sanciona Cambridge, conduce a veces al legislador
a crear estatutos inconsistentes o también cio, ni las "calidades del dominio" ni las
nocivos ante la espectativa de riquezas des- "condiciones" en que es permitida la ex-
conocidas o inciertas o en la engañosa im- ploración y explotación de las minas, cons-
presión de facilidades y lucros de la in- tituyen los únicos elementos o, por lo me-
dustria mineral". nos, los elementos preponderantes de una
II. Concepto. El Derecho minero, deno- definición del Derecho 'minero, la cual ne-
minado también Derecho de minería o De- cesariamente debe integrarse con todos'
recho de las minas es, como lo dice Vivac- aquellos principios fundamentales que son
qua, nuevo en cuanto a sistematización ju- los reguladores de esta disciplina.
rídica, pero antiguo en el campo de la íe- Ezequiel Monsalvo Casado expone un con-
nomenología del Derecho. cepto sintético y otro analítico de la cien-
No podemos dejar de señalar las dificul- cia jurídico-minera, diciendo en cuanto al
tades que se plantean para dar un concepto primero "que es el conjunto de .principios
preciso de esta materia. Ellas derivan es- y preceptos jurídicos relativos a la mine-
pecialmente de la notable y creciente evo- ría" y, respecto del segundo, que "por cien-
lución que ha sufrido en el decurso del cia jurídico-minera debe entenderse el es-
tiempo; de la naturaleza de las cosas sobre tudio de los principios y areceptos relativos
que versa; de la multiplicidad y variedad a la materia minera, el de la formación
de las relaciones que engendra la búsqueda histórica de éstos y el de las relaciones de
y el laboreo de las minasi de las afinidades la materia minera en su aspecto jurídico
que ofrece con otras disciplinas, etcétera. con otras disciplinas jurídicas". Estas de-
Además, la actividad minera se proyecta finiciones adolecen del defecto de contener
en dos órdenes de relaciones: uno que se generalidades que no precisan el verdadero
vincula directamente con el interés social objeto de la materia y de involucrar en las
y, e!, otro, que toca exclusivamente al in- mismas elementos mudables c;ue son impro-
terés privado de los concesionarios. De aquí pios de una definición.
que la determinación del límite de esta Para Armando Uribe Herrera, "el Dere-
disciplina no resulte tarea del todo fácil. cho de minería es la rama del Derecho
Los autores que se han ocupado de esta privado que rige y reglamenta el nacimien-
materia han dado definiciones cuya repro- to, la conservación y la caducidad del do-
ducción no podemos omitir, porque ellas minio minero y las relaciones de ios par-
han de servirnos de guía para intentar la ticulares entre sí en todo lo que se refiere
nuestra. a la industria minera". Cabe hacer a esta
"Podemos definir el Derecho de minería definición los mismos reparos que opusiiuos
—dice Julio Ruiz Eourgeois— como el con- a la primera.
junto de normas jurídicas relativas a la Giuseppe Abbate expresa que "podemos
industria minera que establecen la forma definir el Derecho minero como aquella
de constitución, conservación y caracterís- parte del ordenamiento jurídico público
ticas de las concesiones de exploración y que regula el ejercicio de la actividad de
explotación mineras y armonizan a dichas búsqueda y laboreo de las substancias mi-
características las instituciones del Dere- nerales, bajo cualquier forma o condición
cho común relacionados con la minería". física, de las aguas termales y minerales
Esta definición, en cuanto prescinde de ele- y de las energías del sub-suelo, en orden al
mentos ponderables que no pueden dejar fin del mayor bienestar económico de la
de integrar un concepto preciso de la ma- Nación; y de las relaciones jurídicas que
teria, debe considerarse incompleta. El De- derivan". El citado aytor explica que el
recho minero no sólo regula, como se verá primer elemento en consideración es que el
oportunamente, la constitución, conserva- Derecho minero es parte del Derecho pú-
ción y características de las concesiones de blico y, en particular, del Derecho admi-
.exploración y explotación, sino que abarca, nistrativo. El segundo elemento que con-
además, todo lo relativo al dominio origi- curre a definir ei Derecho minero —agre.-
nario de las minas, lo que atañe a la for- ga— considera el objetivo de su estudio, es
ma y condiciones en que la propiedad mi- decir, las cosas que entran en la disciplina
nera se pierde; lo que se vincula a la acti- del ordenamiento minero. El último ele-
vidad de beneficio de los minerales ex- mento de la definición que ha de ponerse
traídos, etcétera. de relieve —concluye— es el último fin del
Estimamos también incompleta, por lo ge- ordenamiento minero, es decir, el mayor
nérica, la siguiente definición de Edmundo bienestar de la Nación. Se trata, como se
Catalano: "El Derecho minero estudia las ve, de una definición bastante completa.
calidades del dominio de las minas y las Para nosotros, el Derecho minero es
condiciones bajo las cuales es permitida su aquella parte del ordenamiento jurídico pú-
exploración y explotación". A nuestro jui- blico y privado que regula lo concerniente
al dominio originario de las substancias mi- naturaleza de las cosas; otras del carácter
nerales, las actividades relativas a la social y político, tiene naturalmente que
adquisición, constitución, funcionamiento, corresponder una legislación específica, de
conservación y pérdida de la propiedad de acentuado carácter publicístico".
las minas y aquellas actividades auxiliares Monsalve-Casado también ubica al Dere-
de la industria minera, como así también cho minero entre el Derecho público y el
las relaciones que de estas actividades de- privado. Dice, .en efecto, que el Derecho
rivan. minero tiende a regular con carácter obli-
Al proponer esta deíinición, estimamos gatorio todas las relaciones que puedan sur-
que hemos dado, mediante la utilización gir entre el Estado y los particulares y
de un método puramente descriptivo, el entre éstos con ocasión de la materia mi-
contenido substancial de la materia, aun- nera. De esta definición y de las ideas ex-
que para ello se haya prescindido de ele- puestas previamente se deriva la naturaleza
mentos accesorios o eventuales, pero que mixta del Derecho minero; ella es a la vez
su omisión no influye mayormente en la de Derecho público y de Derecho privado.
delimitación del objeto que le es propio. Nos parece evidente que si se toma en
Decimos que el Derecho minero ejs "aque- cuenta la función social que llena la explo-
lla parte del ordenamiento jurídico públi- tación minera; la intervención cada vez
co y privado" porque entendemos que par- más creciente del Estado no sólo en la
ticipa de la naturaleza de uno y otro De- adjudicación del permiso de exploración y
recho, con creciente predominio del pri- de la concesión, sino también en la fisca-
mero sobre el segundo. Sobre el particular lización y contralor de la explotación; el
enseña Abbate que "en base a la conside- carácter revocable de la propiedad minera
rada distinción y partiendo de la posición y su reversibilidad al Estado cuando no se
de los sujetos y de su carácter; de la na- cumplen las condiciones bajo las cuales se
turaleza de los institutos de los cuales se impone su conservación, y tantas otras ca-
ocupa el Derecho minero; del objeto de las racterísticas, resulta forzoso concluir que
relaciones y de la naturaleza de los bienes el Derecho minero se estructura y desen-
de los cuales regula la utilización, de la vuelve prevalentemente en el campo del
naturaleza de la sanción que viene apli- Derecho público.
cada al concesionario que no trabaja la Entre nosotros, las minas fueron consi-
mina, la cual no consiste, como en el De- deradas en el Código civil como bienes del
recho privado, en la obligación de resarci- dominio privado del Estado (art. 2342). Al
miento, sino en una pena, y por tantas otras sancionarse el Código de minería se siguió
consideraciones, debe admitirse que el De- la misma tradición legislativa, ya que el
recho minero entra en la esfera del Dere- artículo 7<? dispone que "las minas son bie-
cho público aun cuando, como luego se verá, nes privados de la Nación o de las Provin-
tenga relaciones notables con el Derecho cias, según el territorio en que se encuen-
privado". En el mismo sentido expresa Vi- tren". Tal principio, que aparece enlazado
vacqua que "en casi la totalidad de las con aquellos -que disponen que la facultad
naciones civilizadas, las minas forman par- de buscar minas, de aprovecharlas y dispo-
te del dominio público... La constitución ner de ellas como dueños corresponde a
y funcionamiento de la propiedad minera, los particulares y que el Estado no puede
de alta primacía jurídica y económica de explotar ni disponer de las minas (arts. 8?
la mina sobre el terreno donde se halla y 99), es exponente del espíritu individua-
situada y la serie de relaciones especiales lista que privó en la legislación minera del
que esa propiedad engendra, no pueden siglo pasado.
encontrarse en el Derecho civil... Más allá Con la Constitución del año 1949 y le-
de su fisonomía y estructura particulares, gislación subsiguiente, nuestro país tomó
la propiedad mineral limitada como"1 está el camino de las grandes reformas en esta
a bienes de intereses públicos y nacionales materia y cuya iniciadora lo fue, incuestio-
no tiene la extensión y los atributos del nablemente, la Constitución mejicana del
dominio de lo ordinario que, a pesar de su año 1919. El artículo 40 de aquella Consti-
alta evolución, aún conserva importantes tución sentó el principio de la dominiali-
reminiscencias del Derecho quiritario. Con- dad pública de las substancias minerales
forme señalábamos, su evolución se precisa al consagrar que ellas "son propiedad im-
con ritmos y directivas propias dentro de prescriptible e inalienable de la Nación".
fuertes y progresivas tendencias de sociali- Esta norma que aparece como la base de
zación y estatización, sin paralelismo con un nuevo ordenamiento jurídico, sitúa al
la evolución de la propiedad inmobiliaria Derecho minero argentino en la esfera del
común. A todas estas particularidades y Derecho público. (V. DOMINIO DE LAS MINAS.)
circunstancias, unas derivadas de la propia Como segundo elemento de la definición
decimos que el Derecho minero regula "lo Derecho antiguo. Citando a Krug Base,
concerniente al dominio originario de las dice Joaquín V. González que "las primeras
substancias minerales y las actividades re- minas explotadas fueron las que aparecían
lativas a la adquisición, constitución, fun- en la superficie del suelo, o, estaban situa-
cionamiento, conservación y pérdida de la das a muy poca profundidad; debían ser
propiedad minera". consideradas como accesorio de la super-
Vale decir que aquí consideramos el ob- ficie y, después, a medida que aumentó su
jeto de la disciplina que estudiamos, o sea importancia, convertida en propiedad de
las cosas que son materia del ordenamiento los príncipes. Es lo que, según Deodoro de-
jurídico minero. Como se verá oportuna- Sicilia, ocurrió entre los egipcios, cuyos re-
mente, la legislación moderna ha usado yes se apropiaron desde luego de las mi-
de los términos más genéricos para circuns- nas de oro situadas en los confines de la
cribir dicho objeto, lo que se ha hecho con Arabia y la Etiopía. En general, agrega, du-
la finalidad indudable de atrapar todo lo rante esta larga época, no bien definida
que no pertenezca á la noción de "suelo" para nuestro Derecho, las prácticas legales
o "superficie". (V. DOMINIO DE LAS MINAS. y los principios reguladores de la propiedad
MINA. PROPIEDAD MINERA.) pública y privada de las minas han debido
Las cosas que constituyen el objeto de necesariamente ser los que se derivaban
esta disciplina son las substancias minera- de las formas y de las doctrinas absolutis-
les, ya sean de origen orgánico o inorgáni- tas del gobierno, que concentrando la so-
co, y cualquiera sea su estado físico, forma beranía en la persona singular del prínci-
o condiciones en que se presentan en la pe, absorbió gradualmente la vida nacional
naturaleza. De consiguiente, quedan com- hasta erigir en regla la servidumbre, em-
prendidas las substancias minerales sóli- pleada en obras suntuarias a titulo de ho-
das, líquidas y gaseosas con excepción del menaje a la grandeza o al esplendor de
suelo, qtíe es aquella parte de la corteza los reyes o de los dioses".
terrestre hasta donde alcanza la utilización En realidad,' la minería en esta época
común y normal de la superficie, y siem- "ofrece únicamente un interés histórico, mas
pre que ésta no se encuentre ocupada por no del punto de vista en que debemos tra-
depósitos minerales. tarla, ya que no se tienen noticias acerca
Con respecto a las aguas, cabe consignar de la existencia de normas genéricas o
que caen bajo el campo de esta disciplina particulares que regularan el dominio de las
únicamente las aguas minero-industriales, minas y su aprovechamiento.
es decir, las aguas que contienen en diso- Grecia. Se carece de referencias fidedig-
lución o que lleven en suspensión substan- nas aoerca de si en Grecia existió un régi-
cias minerales, como así también las que men especial para las minas. Empero, pue-
por su destino sirvan directamente a la ex- de inferirse a través de disposiciones ais-
plotación de las minas. Por tanto, quedan ladas y del propio régimen político que,
excluidas las aguas con propiedades tera- de hecho, se seguía un sistema regalista,
péuticas y las termales que entran en la es- el cual permitía al Estado retener el domi-
fera del Derecho común. Compartimos en nio de aquellos minerales que preferente-
este aspecto las atinadas observaciones que mente utilizaban en la construcción de sus
ha formulado el doctor Guillermo J. Cano magníficos monumentos, como así tam-
en la revista jurídica La Ley. bién entregar el dominio útil a los particu-
Como elementos ponderables de la defi- lares bajo la condición que fuesen trabaja-
nición nos referimos al dominio de las mi- das, so pena de sufrir grav»; sanciones.
nas consideradas en su faz estática y, en En contra de esta posición, que es la que
la faz dinámica a todas aquellas activida- sostienen la mayoría de los autores, expre-
dades que abarca la industria minera. En sa Molina R. que en la legislación griega,
seguida, cuando estudiemos el punto vin- como en la romana, predominó el principio
culado al contenido, veremos que el Dere- de la accesión, ya que las minas se con-
cho minero regula las más variadas activi- sideraban parte integrante del suelo, de
dades y relaciones, todas las cuales se re- modo que la legislación sobre propiedad
ducen en definitiva a las que se han men- territorial era aplicada a la propiedad mi-
cionado en la definición. nera, desde que ésta no formaba una en-
III. Reseña histórica de la evolución del tidad separada.
Derecho minero. En esta breve reseña his^- El hecho que no se conozcan disposiciones
tórica que haremos de la evolución del De- expresas sobre la atribución del dominio
recho minero, nos detendremos únicamente de las minas, da pie a la suposición que
en la consideración de aquellas legislacio- era el accesionismo el sistema que regía
nes que ofrezcan mayor interés, prescin- en Grecia. Mas si se repara que el Estado
diendo por ahora de las demás. percibía el 1/24 del producto extraído de
la mina; que toda la producción de mine- ya minerales de otras especies, se denomi-
rales era especialmente registrada por or- naba metalla. Aquella 'designaba la gene-
ganismos estatales, que existía una verda- ralidad y ésta las especies. Esto resulta de
dera burocracia para controlar la produc- los textos y de las referencias históricas".
ción minera y verificar el cumplimiento de En general, todas las normas que se dic-
los contratos que el Estado celebraba con taron, fueron para regular el dominio y la
los particulares; y que regía un sistema de explotación de las minas de mármol, que
sanciones de bastante rigor, debe concluirse era la substancia mineral de mayor aplica-
que el sistema imperante en Grecia se acer- ción y por la cual los romanos sentían
caba más al regalismo que al accesionismo. verdadera predilección. Tal legislación fue
Roma. En el Derecho romano de la pri- abarcando posteriormente las demás subs-
mera época, las minas se encontraban so- tancias minerales, sin que se dictaran nor-
metidas al mismo régimen jurídico que la mas especiales relativas a éstas. "Las dis-
propiedad superficial, de suerte que el due- posiciones legislativas —dice al respecto
ño de ésta tenía el dominio, usque ad infe- González— no recayeron sobre las minas
ras, de todo lo que se hallaba comprendido metálicas, sino sobre materias terrosas o
en el perímetro de su heredad. Tanto po- pétreas, como las canteras, y sobre las sa-
dían tener ese dominio los particulares co- linas y otras substancias de fácil explota-
mo el Estado, pero en este caso debía tra- ción. Cuando las minas metálicas fueron
tarse de tierras de dominio privado. incorporadas al dominio romano, ya no se
Posteriormente, cuando se ensancha el preocuparon de darles el sitio correspon-
ámbito territorial del Imperio, después de diente a sus cualidades, utilidad y condi-
las grandes conquistas y cuando las nece- ciones de laboreo, sino que hicieron sin
sidades de la guerra demandaron la inten- análisis, extensiva a ellas la legislación an-
sificación de las explotaciones mineras, se terior".
agudizó el interés por las riquezas del sub- Como principios o caracteres generales
suelo, lo que, a su vez determinó cierta re- de la legislación romana extrae González
percusión en la legislación, la cual trasunta los siguientes: 1<? Prevaleció durante las
el propósito de estimar la riqueza minera tres épocas el derecho del dueño del suelo
como fuente de recursos y de prosperidad y la mina se consideró como una accesión
colectiva. En los códigos de Justiniano y de la superficie. Aquel derecho del propie-
de Teodosio se consagraron normas que tario era usque ad inferas, es decir, hasta la
tendían a lograr esa finalidad. Sin embar- mayor profundidad, dentro de los límites
go, como lo señala con acierto González, materiales del dominio y, éste, como el de
tales normas se referían a las minas de la tierra privilegiada, era -pleno y absoluto.
propiedad del emperador. Enseña, en efec- 2<? El Estado no ejerció derechos de propie-
to, este autor, que "como el Derecho en tario sino sobre las minas situadas en tie-
general, el de las minas se divide también rras de su dominio privado o del dominio
en público y privado, en administrativo y público. 3<? El impuesto en especie (vectigal)
civil; y no pocas veces es difícil establecer y el pecuniario (stipendium) no subsistie-
con claridad la línea divisoria entre los dos ron en ejercicio de un dominio absoluto o
conceptos por la oscuridad que en muchos pleno de Derecho privado, sino en el do-
textos se advierte respecto de las facultades minio eminente del Estado. 4<? Las dispo-
que los emperadores se atribuyeron sobre siciones permisivas, restrictivas y prohibi-
determinadas clases de minas, hasta el tivas de los diversos códigos romanos en
punto que hay escuelas que sostienen que materia de propiedad, exploración y explo-
un verdadero regalismo fue ejercido por tación de minas, se refieren principalmen-
éstos durante la tercera época. Esta opinión te o a la especie de las canteras de mármol
se creyó triunfante hasta el descubrimien- o a determinadas provincias o a regiones
to, ocurrido en 1876, cerca de Aljustrel (Por- y con fines transitorios y limitados.
tugal) , de una tabla que contiene la lex España. Hasta el siglo xn España se ri-
metalli Vipascensis, la cual aclaró la cues- gió en lo concerniente a esta disciplina por
tión, pues trata solamente de la explota- el Derecho romano, después que Vespasia-
ción de las minas de propiedad del empe- no y Caracalla, respectivamente, extendie-
rador, bajo la vigilancia de un procurator ron a su territorio el imperio del derecho
metallorum. de gentes y la ciudadanía romana.
"Los romanos designaban las minas —es- De consiguiente, la legislación y los prin-
cribe el mismo autor— así en sus sentidos cipios a los cuales nos hemos referido an-
más amplios como en los más especiales, teriormente, tuvieron plena aplicación en
con la palabra metallum; y cuando debían aquel territorio. Más tarde, al ocurrir la
designarse las substancias mismas conoci- ocupación de España por los árabes," éstos
das, ya fuesen metales propiamente dichos, sometieron al dominio del soberano las
minas que se ubicaban en lugares públicos, salvo caso de daño grave, las invasiones a
no así las que se encontraban en terrenos su propiedad. Además, el dueño del suelo
del dominio privado, que pertenecían a sus tiene derecho a los descubrimientos que en
dueños, quienes quedaban obligados única- él se hicieren, salvo los casos de previo con-
mente a pagar un tanto por ciento del sentimiento o convención.
producto que se obtenía con la explota- Los principios consagrados en las Parti-
ción. das son definidos y precisados con mayor
Es recién que en el año 1228, que se dicta exactitud en el Ordenamiento de Alcalá,
en España el primer ordenamiento que con- dictado en el año 1348, por Alfonso XI, e
tiene disposiciones especificas de Derecho incorporado después a la Novísima Reco-
minero. Se trata del Fuero Viejo de Castilla, pilación. En él se declaran pertenecientes
el cual disponía que todas las minas de oro, al Señorío Real las minas de plata, oro,
plata, plomo "et otra cualquiera guisa que plomo y de cualquier otro metal, con la
minera sea en el señorío HP! rpv no podían prohibición de establecer en ellas labores
ser labradas sin el mandato de éste. mineras sin la respectiva licencia real,
De esa disposición se ha inferido, con ra- pisnonía asimismo que las fuentes y pozos
zón, que dicho ordenamiento seguía el prin- salados pertenecían al rey y que por todo
cipio del accesionismo, ya que si el mismo ello debía pagars'e regalía. Al mismo tiempo
se refería a las minas que se encontraban se estableció la prohibición de explotar las
en el señorío del rey, es lógico suponer que minas sin la aludida autorización del rey,
las restantes pertenecían a los dueños del salvo que él mismo o sus antecesores las
suelo. hubiesen dado en privilegio o que las hu-
Corresponde al rey Alfonso X. apodado biesen ganado por prescripción.
el Sabio, el mérito incuestionable de haber Pocos años después, en 1387, el rey Juan I
incorporado a la legislación las primeras dictó el Ordenamiento denominado de Prl-
normas de sentido orgánico reguladoras de biesca, mediante el cual se reservó todas
la riqueza minera. Y si bien es notoria la las minas metálicas, pero reconociendo a
influencia que ejerció en su espíritu el los vecinos del reino el derecho de buscar y
¡Derecho romano, en esta materia se apartó, catear en sus tierras y heredades ajenas,
en cierto modo, de la orientación privatís- las minas de oro, plata, azogue, estaño, pie-
tica que predominó tanto durante la Repú- dras y otros metales, siempre que no se
blica como durante el Imperio, echando las causare perjuicio a los dueños de esas tie-
bases de un ordenamiento publicístico ba- rras y que contaren con el permiso de éstos.
sado en el principio de utilidad pública, Cómo lo señala Molina R., "esta facultad de
principio que en el Derecho minero moder- buscar y catear minas en tierras ajenas,
no, gobierna en todas las naciones del tendía al fomento de la industria y parece
mundo. que para entonces ya el rey no reconocía
Es en las Siete Partidas donde aparecen, a los particulares dominio sobre las minas,
en efecto, normas expresas que regulan sino a los que las hubieran ya descubierto".
no sólo el dominio de las minas, sino tam- Tal como lo expresa el mismo autor, la
bién las instituciones del cateo, del canon, mencionada era la legislación vigente en
etcétera. Gregorio López, célebre glosador España al tiempo de producirse el descu-
de las Partidas, y citado por todos los au- brimiento de América, acontecimiento que'
tores que se han ocupado de esta época, generó la más profunda transformación,
expresa que las Partidas establecían el si- tanto en el orden legislativo como en el
guiente régimen: El dominio depende de la de la cultura en general.
situación de las minas: son del rey si se Ello explica que Felipe II, llamado con
hallan en sus tierras, y de los particulares justicia"padre de la minería", buscase de
si se hallan en tierras del dominio privado. regular con la debida amplitud y prolijidad
Las rentas del dominio del rey son de un la actividad minera, que se presentaba como
décimo cuando son ajenas y de dos décimos la más promisoria de las industrias para
cuando pertenecen al patrimonio real y se España y que, aunque parezca paradojal,
entregaron en explotación. La facultad de fue causa de su decadencia.
dar permiso para, buscar metales pertenece, En 1559 dictó en Valladolid las llamadas
por una razón de utilidad pública, al rey. Ordenanzas Antiguas, que estuvieron desti-
Dice. Joaquín V. González respecto del nadas fundamentalmente a rescatar las
derecho de exploración que consagra las minas que habían caído en manos de la
Partidas, que entra en pleno dominio re- nobleza y que ésta no sólo- mantenía impro-
galista, pues la utilidad pública impone la ductivas, sino que impedía toda concu-
obligación de descubrir minas para entre- rrencia de los particulares y del Estado
garlas a la industria y el dueño del suelo mismo. Esa situación, que repercutía no-
debe soportar en obsequio de la sociedad, toriamente en el erario público, fue causa
para que Felipe II revocara todas las mer- Se disponía que en caso de internación,
cedes anteriores y confiriera a los subditos el minero tenía derecho al metal extraído,
el derecho de catar y cavar, las minas de pero siempre que fuese siguiendo la veta de
oro y de plata, ya fuese en terrenos del do- su mina, ya que en caso contrario se pre-
minio público o ya en los del dominio pri- sumía que su propósito era apoderarse de
vado, el cual, desde entonces queda some- la mina de otro;
tido a una fuerte restricción en beneficio Establecía que para denunciar una mina
de la industria minera. Se dispuso, además, por otro, se necesitaba un poder, a menos
que los derechos de cateo y de explotación que fuese un criado asalariado quien la pe-
debían ser ejercidos dentro del perímetro día;
acordado en la merced respectiva y que los Acordaba que la propiedad de las minas
trabajos mineros eran obligatorios, so pena se conservaba con el pueble, considerándo-
de que fuese declarado extinguido el de- se poblada una mina cuando se disponía
recho. por lo menos de cuatro operarios por mina
En 1580, el mismo monarca dictó en San durante cuatro meses continuos, bajo pena
Lorenzo las Ordenanzas del Nuevo Cuader- de pérdida de derechos;
no que constituye el primer monumento Se reglaba todo lo vinculado a las socie-
legislativo de Derecho minero, y que por , dades mineras, a las obligaciones de los
alcanzar tan elevada jerarquía, sirvió de socios y a los beneficios que debían perci-
fuente a toda la legislación posterior- dic- bir los mismos;
tada en Europa y en los países hispano- Se disponía .que los mineros podían apro-
americanos e, inclusive, al Código de mine- vechar los bosques sin obligación de indem-
ría argentino. nizar si los mismos se encontraban en lu-
Dice al respecto González que "el primer gares públicos o baldíos, no así si se halla-
cuerpo de doctrina que aparece con toda ban en terrenos privados, en cuyo caso
la importancia de un código especial, es la procedía pagar lo que fuere justo;
ordenanza de agosto de 1584, llamada del Se prohibía buscar, sacar o beneficiar
Nuevo Cuaderno, y que forma la ley 4£, tí- metales en terrenos, lavaderos o escoriales
tulo 18, libro 9 de la Novísima Recopilación. ajenos, pero si éstos eran de dueños des-
Comprende casi todas las bases actuales de conocidos podían ser aprovechados por
la jurisprudencia minera y sobre sus fun- aquellas personas que tuvieran minas;
damentos se na desarrollado la legislación Se establecía que la Justicia de Minas
hispano-americana. Nuestro Código la ha debía ser administrada breve y sumaria-
tenido en cuenta en muchas de sus dispo- mente, sin que los pleitos pudiesen impedir
siciones y ha informado las leyes de todos o dieren lugar a embargo de las labores
los países de origen español". mineras.
Es interesante destacar algunos de los "Aquellas Ordenanzas —dice Mario de
puntos que contiene este cuerpo legislativo. Basterra, citado por González—, inspiradas
Se comienza estableciendo la igualdad ju- en el principio regalista, único posible en
rídica entre nacionales y extranjeros para el antiguo régimen, vienen a poner cote
descubrir y beneficiar las minas, de las a un sistema de concesiones caprichosas en
cuales podían disponer como de cosas pro- alto grado y desarraigando el favoritismo y
pias, aunque tenían la obligación de oblar la intriga que se habían entronizado en
los derechos impuestos por la corona; esta importante materia, establece... subs-
Los descubridores de minas de oro, plata tituyendo así el arbitrario sistema de com-
y azogue podían hacer suyas todas las subs- placencias y liberalidades con el de un ver-
tancias minerales que se encontraran con dadero derecho".
éstos metales; Posteriormente se dictaron muchas otras
Los trabajos mineros de exploración no leyes que pasaron a integrar el Derechc
podían ser impedidos, aunque el explorador minero clásico, del cual fue elevado expo-
quedaba obligado a pagar los daños oca- nente el ordenamiento dictado por Felipe II
sionados con las excavaciones, previa va- En el Preámbulo de la ley de 19 de julic
luación de los mismos por parte de peritos de 1944, se expresa con claridad que ese
designados por la justicia de minas; derecho descansaba sobre los siguientes
Las minas de oro, plata u otros metales principios: "el de regalía, que atribuía la
debían ser registradas en la justicia mine- propiedad de las minas a la Corona, re-
ra, ante la cual era obligación presentar presentante entonces del Estado y de la
muestras del metal descubierto; Nación; el de cesión de su aprovechamien-
Se consideraba descubridor al que prime- to a particulares, con duración de las con-
ro hacía el registro, hecho que le confería cesiones por tiempo indefinido mientras se
la facultad de tomar todas las pertenencias cumplieran los preceptos esenciales; el de
que quisiera estacar; participación del Estado, como verdadero
propietario de las minas, en sus beneficios", la propiedad de los riquísimos filones que
regulados en formas de canon sobre la escondían las Indias, según la presunción
producción; la obligación de efectuar tra- general de entonces. "Colón, por ejemplo,
bajos de reconocimiento, según preceptos recibe —dice el autor citado— las consig-
determinados y de explotar las minas se- nas pertinentes para explotar estos filones
gún determinadas condiciones jr, finalmen- a expensas de la Corona y sin que los par-
te, jurisdicción especial para los asuntos ticulares tuvieran en ello intervención. Y
mineros y metalúrgicos". en 1501, por real cédula de 2 de diciembre,
La reforma más importante que en Es- se dispone que nadie pudiera descubrir ni
paña sufre la legislación minera se hace negociar metales sin la licencia de la Co-
en 1868 (29 de diciembre), mediante el rona".
llamado decreto ley de Bases, cuyo ordena- Esa época, denominada por aquel autor
miento introduce como reforma substan- del período restrictivo, bien pronto es re-
cial la substitución de la exploración y ex- emplazada por el período que llama de coo-
plotación obligatorias por el pago de un peración, que se inicia en 1504, y durante el
canon, y la limitación acentuada de la in- cual se busca ganar la iniciativa privada
tervención estatal en la explotación de las para incrementar la búsqueda y explotación
minas. de las minas, lo que había fracasado hasta
Siguiendo España el ejemplo de otras entonces. Por las capitulaciones dadas a Ni-
naciones, en 1938 (7 de juilo), dicta su ley cuesa y Ojeda, se decía: "Las podéis gozar
minera que es modelo de técnica y consa- por término de diez años de esta manera:
gratoria de los principios más avanzados el primer año pagando para Nos el diezmo,
en esta materia. Dicha ley fue reformada el segundo año pagando la novena parte,
por la ley ya mencionada de 1944, que es y en el tercer año pagando la octava par-
Ja vigente. te, y en el quinto año pagando la sexta
En dichos ordenamientos se sienta el parte... y en los otros cinco venideros pa-
principio que todas las substancias mine- gando el quinto, según la forma y manera
rales existentes en la Nación pertenecen a que agora se paga en la Isla Española".
ésta, quien puede explotarlas directamente "Estas concesiones —acota el citado autor—
o ceder a otros su aprovechamiento. Las son una consecuencia de la real cédula de
concesiones se otorgan por tiempo ilimita- 1504, por la que todos podían ya buscar
do, pero sujetas a la obligación que el con- minas y explotarlas con la condición de
cesionario cumpla con las condiciones ge- pagar el quinto real. La real cédula de
nerales de la misma y las especiales im- 1511 modificó un tanto la política iniciada
puestas en el título de la concesión. Se en 1504, que se traduce en las Capitulacio-
restablecen los principios que imponen la nes de Tierra Firme, en el sentido de entre-
obligación de investigar las minas a man- gar tan sólo por dos años la mina a su des-
tenerlas en actividad, salvo excepciones ra- cubridor a cambio del quinto". En 1511, La
zonables y justas. Se dispone la interven- Casa de Contratación estableció que las
ción permanente del Estado en la vigilan- minas ricas pagarían un quinto y las po-
cia de las explotaciones. Se determina que bres un décimo.
los impuestos mineros quedan limitados al El tercer período que el autor que ve-
canon de superficie como exponente del nimos siguiendo denomina del acotamiento,
dominio de la Nación y al canon de pro- se inicia cuando la colonización había al-
ducción que representa la participación del canzando las ricas vetas mejicanas y pe-
Estado en el producto de las explotaciones. ruanas. El acotamiento consistía en aco-
Derecho minero colonial. Desde el co- tar para el rey la mejor veta del mineral
comienzo de la conquista, la Corona de Es- descubierto, cuyo producto engrosaba las
paña entregó a los conquistadores el ins- arcas reales, quedando lo demás en poder
trumento legal que delimitaba el dominio del minero.
sobre las minas, los derechos que retenía La legislación que España dictó para sus
y las condiciones bajo las cuales entregaba colonias fue proficua y de elevado rango
su explotación. A este efecto se aplicaron, doctrinal y científico. De entre ella, mere-
ya fuesen las leyes metropolitanas, ya las ce cita especial la Recopilación de Indias.
disposiciones especiales que se consignaban En lo que atañe a la materia que nos
en las capitulaciones o ya las instrucciones ocupa, en dicha Recopilación se disponía:
que se daban .a los adelantados, virreyes o a) La igualdad de todas las personas,
gobernadores. •-.-•• tanto respecto de los descubrimientos co-
Demetrio Ramos Pérez y, como él, muchos mo en el laboreo de las minas. La ley I,
otros historiadores, recuerda que desde el título XIX, libro IV, mandaba que todas
comienzo de la conquista los reyes de Es- las personas de cualquier estado, condición,
paña procuraron reservar para la Corona preeminencia o dignidad, españoles o in-
dios, pueden sacar oro, plata, azogue y otros con trabajo que tanta importancia ha ad-
metales en todas las minas que hallaren. quirido hoy en la doctrina y que aún se
Quedaban excluidos únicamente los minis- discute con apasionamiento, y si bien ese
tros, gobernadores, alcaldes, escribanos de sistema contribuyó a no cortar por un mo-
minas y todas aquellas personas sobre quie- mento la corriente de exportación de me-
nes pesara una prohibición especial. tales preciosos a la Península, aplicado hoy
La ley XIV del mismo libro y título in- a las nuevas ideas y en provecho de la so-
siste en que los indios tienen el mismo de- ciedad, no podemos negar sus grandes
recho para descubrir, poseer y ocupar mi- ventajas del punto de vista de la produc-
nas de oro, plata y otros metales y de la- ción. ¡Lástima que el gran maestro no
brarlos como lo hacen los españoles. mantuviera después esas ideas! (V. PRO-
b) La idoneidad de los funcionarios en PIEDAD MINERA.)
el ramo de minas, la prohibición de con- e) La protección del indio en el trabajo
tratar con los mineros por sí y por inter- de las minas. Las leyes I, III, V, VI, VII,
pósita persona y la obligación de llevar VIII, IX, XI y XII del título XV, libro IV,
registros y de fomentar la explotación. La declaraban que los indios podían ser man-
ley I, título XXI, libro IV, ordenaba a los dados a trabajar en las minas, pero cui-
virreyes y presidentes que la designación dando su salud, su sustento y el pago de
de alcaldes mayores y escribanos de minas sus jornales; que éstos debían ser propor-
recayera en personas capaces y prácticas cionados al trabajo de los indios según
y a quienes debía prohibirse que trataran el justo valor de las cosas; que si los
o contrataran con los mineros, como así mineros no pagaban los jornales a los in-
también que compraran oro, plata u otros dios no se les repartiría más personal de j
metales. mitas para sus trabajos; que a los arren-
En cuanto a los escribanos de Minas y dataríbs de minas se les podía dar indios
Registros, la ley I, título V, dispuso que de- como a los dueños, pero bajo la sanción
bían llevar razón de las personas a quie- de que si vendían el trabajo de ellos o no
nes se daba licencia para coger oro, plata los usaban para el destino que se les había
y otros metales y del movimiento que estos asignado, incurrirían en la pérdida de to-
minerales tuvieren. dos sus bienes y destierro de las Indias; que
Respecto del fomento de las explotacio- concluidos el tiempo para el cual fueron
nes, la ley I, título XI, mandaba a los vi- adquiridos sus servicios, no podían rete-
rreyes, presidentes y gobernadores que pu- nerlos, sino que debían volver libres y sin
sieran la mayor diligencia para que se bus- impedimentos al vecindario de donde fue-
caran, descubrieran y labraran otras minas ran sacados; que no podían darse indios
nuevas. de mita a los que tuvieran minas pobres
c) La obligación de los descubridores de y de poca utilidad, ni a los que quisieran
oro de prestar juramento que harían la venderlos a los dueños de minas o ingenios
manifestación y declaración ante la fundi- de moler metales; que a los indios de mi-
ción y, respecto de las demás minas y os- tas o voluntarios debía pagárseles compe-
trales de perlas, que obtendrían licencia. tentes jornales, pagos que debían hacerse
En este sentido, la ley II, título XIX, libro los sábados para que holgaran los domin-
IV, mandaba que los mineros que cogieran gos; que las minas no se trabajaran con
oro en minas, ríos, quebradas y en cual- indios en las partes peligrosas a la salud
quier otra parte, debían comparecer ante y a la vida de éstos, a menos que fuera
el gobernador y oficiales reales y jurar que voluntariamente y que se les abonara un
lo vendrían a manifestar y declarar perso- jornal crecido; que estaba prohibido em-
nalmente a la fundición; y en cuánto al plear indios en el desagüe de las minas,
descubrimiento de las demás minas y ostra- aunque fuese voluntariamente, dado el pe-
les de perlas que debían tener licencia del ligro que había, por lo que debían em-
gobernador, quien debía acordar lo conve- plearse negros u otra clase de gentes.
niente con los oficiales reales al buen cobro La leyenda negra de que nos hablan Es-
de la Real Hacienda. cuderías y Carbias encuentra en estas le-
d) La obligación de tener pobladas las yes la ratificación de que sólo fue una
minas. La ley VI, título XIX, libro IV, cruda e interesante leyenda la imputasión
mandaba que cuando hubiesen transcurri- que se hizo a España que había aplastado
do cuatro meses sin labrar las minas, cual- la personalidad humana del indio. Por el
quiera podía denunciarlas como despobla- contrario, de esas leyes resulta que lo pro-
das, pudiendo ser adjudicadas al denun- tegió a tal punto que creó en su favor un
ciante. verdadero catálogo de derechos que otras
"Transportábase a América —dice Gon- naciones civilizadas aún hoy no se animan
zález— el principio del amparo o pueble a dictar para sus colonias. El hecho que
algunos conquistadores no observaran ni Ruiz Bourgeois ha extractado con preci-
acataran esas leyes, no desirtúa en modo sión el contenido de ese cuerpo, que abar-
alguno lo que dejamos expresado. ca 314 artículos, divididos en XIX títulos.
f) La prohibición absoluta de vender, Dice, en efecto: "a) Los títulos I al IV se
tomar, prestar, empeñar o de contratar en refieren a la administración y jurisdicción
cualquier forma en oro que no estuviere de minería, a cargo ambos de tribunales
fundido, ensayado y quintado. Tal era lo especiales, constituidos a base de elección;
que prescribían las leyes I y II del título b) Los títulos V al VIII se ocupan del do-
XIV del libro IV. minio de las minas y su adjudicación a los
g) La obligación de pagar regalías e particulares, partiendo de la base que las
impuestos a la Corona. Las leyes I, U, III, minas son de propiedad de la Corona, quien
VI y XIX, 46, 47 y 51 del título XII del las concede a sus vasallos sin separarlas
libro VIII se refieren a estas obligaciones, de su real patrimonio; c) el título IX está
que al decir de González, "importaban ab- dedicado a disposiciones reglamentarias so-
sorber casi todo el producto en favor de bre el trabajo de las minas, fortificación,
la Corona". El Derecho del Fisco se ex- desagüe, ventilación y limpieza de las la-
tendía hasta los más ínfimos detalles, de bores; d) El título X trata de la obligación
la industria y las más insignificantes la- de hacerlo por medio de socavón o contra-
bores y la ley 1* de este título., mandaba mina, el desagüe de las minas, siempre que
que todos los vecinos y moradores de nues- a juicio del facultativo del distrito, sea
tras Indias que sacasen en cualquier pro- posible y útil; e) El título XI se preocupa
vincia oro, plata, plomo, estaño, azogue, de las sociedades o compañías mineras;
hierro u otro cualquier metal, pague la f) El título XII se refiere al trabajo de los
quinta parte del producto bruto, lo cual co- operarios de las minas y haciendas de be-
rresponde al diezmo que imponían las leyes neficio; g) El titulo XIII trata de lo in-
romanas a las minas de igual clase, porque dispensable para el servicio de las aguas
"nuestra voluntad —dice la ley— es ha- destinadas a la bebida y a la fuerza mo-
cerles merced de las otras cuatro partes triz para las minas y establecimientos de
para que cada uno pueda disponer de ellas beneficio; h) El título XIV se refiere a la
como cosa suya propia..." Las demás le- compraventa de minerales y al sistema de
yes del título contienen las especificaciones maquilla; i) El título XV se concreta al
de todas las maneras de adquirir y extraer avío, contrato especial minero; j) El título
minerales, que caían bajo el imperio de la XVI trata del fondo y banco de minería;
absorbente contribución, de manera que k) El título XVII establece normas relati-
los agentes de la Corona eran para el in- vas a los peritos en minas y beneficio; 1)
feliz minero de América, especie de gigan- El título. XVIII se relaciona con la ense-
tes fabulosos con miles de ojos para vi- ñanza minera; y m) El título XIX rige los
gilar en todos los sitios al mismo tiem- privilegios de los mineros".
po, los descubrimientos de nuevas vetas, El Derecho minero después de la Inde-
los alcances, beneficios, etcétera, para apli- pendencia. Después de la Independencia,
car la terrible ley del quinto real y para en todas las naciones hispanoamericanas
que las contribuciones en metales o mine- siguió rigiendo la legislación española has-
rales en general, se redujesen a barra y se ta que comenzó la obra de codificación na-
remitiesen a España". cional casi en las postrimerías del siglo
Tanta fue la decadencia a que condujo pasado. Así, en 1874, se sanciona en Chile
la legislación de las Indias al ramo de la el Código de minería, que es reformado
minería —agrega el mismo autor—, que parcialmente en 1888; en 1877 Perú dicta
a fines del siglo xvm, los gremios mineros una ley provisoria de minería, completada
de México y Perú hicieron presente, por por las leyes de 1888, 1890 y 1895; en 1876
Intermedio de sus virreyes, al Supremo Nicaragua se da su Código de minería; en
Consejo de Indias, la necesidad de la pro- 1880, Bolivia adopta la ley de Bases de
tección de leyes liberales y generosas, de 1868, y en 1882 se dicta el reglamento de
corregir los abusos entre los mineros y la ley de minería, que es parcialmente mo-
operarios, y de dar, en fin, a la minería dificado en 1894; en el mismo año, es decir,
la importancia que en la legislación y en en 1880, Honduras sanciona el Código de
la práctica debía tener. minería, cuya primera reforma se realiza
Consecuencia de ese movimiento de opi- en 1885; en 1884, México, Guatemala y
nión fue que en 1783 se dictaran las Or- Uruguay también dictan el Código de mi-
denanzas de Minería de Nueva España, uno nería; en 1886, Ecuador sanciona el Código
de los Códigos más completos y que fue de minería, que es reformado en 1892; en
aplicado en toda América, inclusive en el 1867, Antioquía, del Estado de Colombia,
virreynato del Río de la Plata. dicta su ley minera que es declarada en
1887, como Código de minería de la nación; el Common Law, basándose en la razón,
por último, en 1891, Venezuela sanciona su atribuye las mejores cosas, como el oro y
Código de minería. la plata, a las más excelentes personas, y
Casi todos los Códigos sancionados en ésta —concluye él— es de acuerdo a la ley
las fechas mencionadas precedentemente el rey; la segunda asentaba en las nece-
han sido substituidos en el decurso de este sidades de la defensa nacional que depen-
siglo por leyes mineras que se han puesto de de los recursos financieros y el tesoro
a tono con la alta evolución que ha al- —añadía el procurador— es el.nervio de la
canzado el Derecho minero. En efecto, ac- guerra; y la tercera fundábase en las exi-
tualmente rigen los siguientes cuerpos le- gencias del comercio para cuyo intercam-
gales: en Chile, el Código de 1932; en Perú, bio es indispensable la moneda".
el de 1950 y reglamentos dictados en el año Dentro de los moldes del Common Law, el
siguiente; en Eolivia, el de 1925; en Hon- régimen minero inglés no tuvo otras alter-
duras, el de 1937 y el decreto sobre petró- nativas hasta que las necesidades de la
leo de 1954; en México, el de 1930; en defensa nacional impusieron una interven-
Guatemala, el de 1953; en Uruguay, el de ción más directa del Estado, tanto en re-
1943; en Ecuador, el de 1937; en Venezuela, lación con el contralor de la explotación,
el de 1944. como respecto al manejo de la producción
En esta brevísima referencia a la legis- minera en el orden interno e internacional,
lación de los países hispanoamericanos, he- La primera intervención estatal en las
mos prescindido del examen de las Cons- minas se concreta para regular las rela-
tituciones, porque él será realizado en otro ciones entre patronos y obreros, siguiéndo-
lugar. (V. DOMINIO DE LAS MINAS.) le las leyes que se refieren a policía mine-
En lo que se refiere a nuestro país, el ra destinadas a prevenir accidentes y ga-
estudio de la legislación ya se ha efectuado rantizar la seguridad de las personas. (Le-
en otra parte. (V. CÓDIGO DE MINERÍA.) Ca- yes de 1840 y 1870.)
be agregar únicamente a lo que allí se ha Es en este siglo y después de estallar la
dicho, que en el campo de la legislación se primera gran conflagración mundial, que
registra un nuevo intento de reforma al se hace más sensible la intervención del
Código de minería vigente con el Proyectó Estado, hasta llegar a imponer, respecto de
presentado en 1955, por Carlos Alberto algunas substancias, un verdadero regalis-
Almuni, el cual, como los anteriores, no mo. Así, en 1915, se dicta la limitation act
alcanzó a ser discutido. mediante la cual se regula el precio del
Inglaterra. El sistema minero ha segui- carbón en el orden interno; en 1916 se
do en Inglaterra el complicado régimen de dispone el control de las hulleras del país
la propiedad raíz, del cual se ha apartado de Gales; en 1917 se establece la superin-
recién y en pequeña medida, a mediados tendencia de todas las minas del país, por
del siglo pasado y durante el presente. Se medio del Shipping Controller; en 1920
trata de un sistema propio de Inglaterra y aparece el Coo.l Mines Emergency Act (de- i
sin vinculación con el accesionismo romano. rogado en 1921), por el cual se dispone li-
Expresa al respecto Vivacqua que "la pro- mitar la exportación de carbón y fijar e!
piedad de las minas aparece como un jus- precio interno de este mineral; en 1926 se
soli in-profundum, mas subdivídese en pla- sanciona el Mining Industry Act, que dis-
nos horizontales independientes, y cada pone la unión y fusión de las empresas car-
mineral puede ser objeto en este sistema boníferas, concediendo al Ministerio de Co-
de un dominio especial. La accesión de los mercio poderes necesarios de compulsión
yacimientos al terreno tiene, pues, su ca- para los remisos en acatar ese régimen
racterística propia, sin similitud o cualquier Por el mismo ordenamiento se facultó
vínculo genealógico con el accesionismo ro- la administración a otorgar el derecho de
mano". investigación y extracción de carbón cuan-
Escapa a las características mencionadas do así lo exigiere el interés nacional. Tal
las substancias de oro y plata que fueron ordenamiento — señala Vivacqua —- "im-
declaradas del dominio de la Corona en el portaba limitar el amplio y tradicional de-
célebre proceso promovido en 1568 por la recho del propietario del suelo". En 1933,
reina Elizabeth contra el conde de Nor- el Worthing Facilities Act estableció la ex-
thumberland. Dice al respecto Vivacqua propiación de las minas en bien de la ex-
que en este proceso fue reconocido el do- plotación, previa indemnización; en 1934
minio maj estático sobre aquellas minas, y se extendieron a otros minerales la Mining
desde esa época quedó definitivamente con- Industry Act, en lo relativo a la exploración
sagrado ese dominio. Tres razones invocó y explotación; en el mismo año se sanciona
en el curioso pleito el procurador de la Co- el Petroleum Production Act, que atribuye.
rona. La primera partía del principio que al Estado los yacimientos de petróleo. C¡-1
tando a J. Domines, expresa Vivacqua que al cabo de pocos días el hallazgo maravi-
esta ley tiene por objeto dar al Estado la lloso que venía a influir no sólo en el des-
tino de una nación, sino en el de la huma^-
propiedad de los yacimientos petrolíferos si-
tuados en la Gran Bretaña. Prevé la auto- nidad".
rización de investigación y de explotación, Con ese hecho se inicia prácticamente el
que es concedida por el Ministerio de Co- Derecho minero norteamericano. Hasta en-
mercio y publicada en la Gaceta de Lon- tonces el Estado no se había preocupado de
dres y en lo concerniente a Escocia, en la legislar sobre las minas y, posteriormente,
Gaceta de Edimburgo. Esta'ley deroga el cuando lo hizo, lo fue para convalidar el
ordenamiento jurídico que el rusch califor-
principio tradicional del Derecho inglés, se-
gún el cual los yacimientos mineros, excep- niano había impuesto con un sentido emi-
to los de oro y plata, pertenecen de pleno nentemente práctico.
derecho al propietario de la superficie. El Al producirse el hallazgo maravilloso del
interés moderno por el prodigioso combus- oro californiano se pisaba tierra mejicana,
tible —añade— toca en sus cimientos el mas pronto ella pasó a constituir parte
Interés general británico con ese fuerte integrante del territorio norteamericano, y
golpe sufrido en el derecho de propie- a virtud de lo dispuesto en el tratado de
dad..." Guadalupe-Hidalgo, de 1850. Y a pesar de
Estados Unidos de Norteamérica. Como que Estados Unidos no había dispuesto aún
ocurrió con la América latina, que fue he- la forma en que sería ocupada la tierra
redera del Derecho minero metropolitano, anexada, la vorágine humana que fue lle-
Estados Unidos heredó también la tradición gando a los lugares de los yacimientos (de
jurídica de Inglaterra, de la cual fue in- 1849 a 1850, la población aumentó de 26.000
dependizándose a medida que su propia a 246.000 almas, según referencias de Juiz
evolución impuso nuevos rumbos en la ad- Field, citado por Vivacqua), se organizó
ministración de la riqueza minera. políticamente, creó organismos administra-
"Las minas no se hallaban sometidas tivos, judiciales y de policía, y se dio sus
—escribe Vivacqua— a un régimen jurídi- propios .estatutos legales.
co especial. Los Estados particulares pa- Vivacqua expresa al respecto que "el
saron después de la independencia a in- pueblo, reunido en soberanas asambleas
vocar, en virtud" de sus respectivas sobe- de los freemen of the camps, aprobaba di-
ranías, las jura-regalías sobre los yaci- rectamente la ley en la presunción de que
the right to legislóte was inherent in the
mientos de oro y plata, atribuidos de acuer-
do con el Common baw al rey". people they selves. Afirmaban bajo el prin-
También fue bajo la invocación del Com- cipio de que el dominio público pertenecía
mon Law que se consagró el dominio ab- al propio pueblo, de que el mineral en él
contenido estaba sujeto a la libre adqui-
soluto, usgue ad inferas, del propietario del
suelo que nunca aceptó limitaciones a su' sición como premio por el descubrimiento
dominio por lo menos en aquella época y ocupación, y esto desafiaba en realidad
inicial. Ya se verá cómo después las ne- las tradiciones y leyes de otros países y el
derecho de Estados Unidos, en relación al
cesidades colectivas determinaron, luego de
algunas vicisitudes, la vigencia de otrossubsuelo de sus tierras".
principios que no sólo se apartaron en for- En lo que concierne estrictamente al De-
ma novedosa del accesionismo, sino que se recho minero, en los miners meeting se
orientaron a consultar los intereses gene- sentaron estos principios: 1<? que el domi-
rales de la nación. nio público pertenecía al propio pueblo, de
Vivacqua, admirable expositor de la evo-modo que los yacimientos minerales con-
lución del Derecho minero norteamericano, tenidos en ese dominio eran de libre adqui-
dice que "cuando en junio de 1848, el car-sición; 2? que el descubrimiento seguido
pintero James W. Marschall, al servicio dede la ocupación' constituía el fundamento
Joao Augusto Sutter, el emigrante aven- de la propiedad minera; 3"? que el laboreo
turero transformado a golpes de audacia personal era obligatorio como condición pa-
y suerte en opulento señor de Nueva Hel- ra conservar la propiedad minera; 49 que
vecia, en San Francisco, encontró acciden-el lote minero debía tener determinada ex-
talmente oró en los aluviones de Coloma, tensión como medio para garantizar la li-
en ese instante sonaban momentos decisi- bertad de explotación e impedir el mono-
vos de la humanidad, fijados en páginas ad-
polio; 5<? que todos, es decir, tanto los ha-
bitantes ya arraigados como los recién lle-
mirables por Stef an Zweig. En pura pérdida
; el patrón y el operario tentaron conservar gados, se encontraban en un mismo pie
como secreto inviolable el prodigioso des-de igualdad para adquirir y trabajar las
cubrimiento que el acaso proporcionara. La minas; 6? que las cuestiones que se susci-
indiscreción femenina revelaba al mundo taran entre los mineros con motivo de la
explotación, debían ser resueltas por la
magistratura de minas creada por los pro-
pios mineros; 7? que era permitida la cons-
titución de compañías para la realización
de obras de interés general para la minería,
tales como la construcción de desvíos de
los cursos de agua, caminos, etcétera.
Los mismos principios fueron aplicados
más tarde en Utah y en Alaska, cuando
sobrevinieron en esas regiones los grandes
descubrimitntos de plata y de oro respecti-
vamente. Y como sucedió con los estatutos
dictados en las miners meetin de Califor-
nia, los de Alaska y Utah también fueron
convalidados más tarde por el Estado, con-
virtiéndose en estatutos legales' generales.
Diferente fue, en cambio, el régimen ju-
rídico que se aplicó a los yacimientos de
petróleo, hierro y carbón, lo que se explica
porque, como describe Vivacqua, "en tanto
a la explotación de éste (el ovo), por su
propia naturaleza impone un régimen de-
mocrático, la explotación del petróleo y del
hierro es inseparable de las labores carbo-
níferas, determinado desde luego, ya por
las propias exigencias naturales de la mi-
nería de esas substancias, ya por las pro-
pias de la técnica, tendencias para la mo-
nopolización. La Standard Gil, la Associa-
tion AQO de los Estados Unidos, los trust de
las vías férreas y otros gigantes del capi-
talismo nacen y se desenvuelven en con-
traste con la singular partners hip de los
garimpeiros de California. Bockefeller, Car-
negie y Morgan son frutos de esus libres
mineros. La formación y evolución de los
trust tienen, como ya vimos en los Estados
Unidos, sus más interesantes aspectos eco-
nómicos, políticos y jurídicos".
El petróleo y el gas natural fueron obje-
to de un régimen especiaíísimo que de-
rivó de la naturaleza de esas substancias,
las cuales carecen de adherencia al suelo.
De allí surgió la teoría que aquellos yaci-
mientos son del dueño del suelo de donde
emanan, y si ellos escapaban a través de
la propiedad de un tercero, debían perte-
necer a quien los extrae o capta. Se des-
conoció de esta manera al dueño del sue-
lo, derecho a esos yacimientos, no obstante
que para el Derecho civil su dominio se ex-
tendía indefinidamente en profundidad.
Aquel principio, denominado law of cap-
ture, es prácticamente la aplicación a la
la caza del gato salvaje.
materia minera de aquel otro llamado de
"La caza del gato salvaje —escribe Vi-
vacqua—, transformada en la más gigan-
tesca batalla del capitalismo, pasó a ser
regulada por esa construcción jurispruden-
cial simple y práctica".
"Estados Unidos —dice este autor—, cu-
y la Unión, facultando al Presidente a to- ma teórico y legislativo hasta la aparición
mar medidas en caso que las limitaciones de las altas concepciones".
de las salidas de petróleo y sas derivados La ley de 1810 se estructuró sobre la base
afecte ¡as necesidades del consumo. La del principio que sentó el propio Napoleón,
conservación cié las fuentes de petróleo que la mina constituye una propiedad nue-
continuó sirviendo de lema para la cam- va y distinta del suelo, y que nace coa
paña en pro de la ampliación de la inter- el descubrimiento. Este principio, que no
vención ieüc-jai, scbre todo ciado el motivo era nuevo, ya que de hecho había sido
fundameiHai invocado por la National Re- seguido y observado por las colonias es-
sources Ccmiíee de que ningún Estado se pañolas, se convirtió en la espina dorsal
encuentra en condiciones ce proteger ade- del sistema de aquella ley. Según ésta, las
cuadamer.í,,- esas riquezas". Agrega el ilus- substancias minerales se dividen en minas,
tre profesor brasileño que "el concepto de mineras y canteras, hallándose sometidas
conservación se extiende hoy y de acuerdo las primeras al régimen de la concesión
con la definición del Departamento del legal, para cuya adquisición el francés o
Interior, ai aprovechamiento y el uso ra- naturalizado francés debía justificar su
cional de !o-s recurá¿3 r atúrales de la na- capacidad para emprender y proseguir los
ción p-ira prevenirlos de la depredación y, trabajos, pagar las contribuciones (que po-
al irás,'*.u ílempo producir la riqueza. Este dían ser debidas al Estado o al propietario
concepto es el de la prudente utilización y del suelo), y satisfacer las indemnizaciones.
del dí'S«ivobiniicnu> de todos los recursos Dicha ley convirtió a la mina en una pro-
en interés cíe la saiisfacción del máximo piedad perpetua, disponible, transmisible e
de las necesidades sociales, de suerte que inviolable, vale decir, rodeada de los mis-
abarca el no uso o el uso deficiente". mos .atributos que la propiedad com'ún, de
Francia. El Derecho minero en Francia la cual se diferenciaba únicamente en que
ha slüo dividido en cinco períodos, de los la minera quedaba siempre sometida a la
cuales '.ios interesa únicamente el último, inspección y vigilancia del Estado.
que abarca la época comprendida desde la Las mineras también estaban sometidas,
Revolución hasta nuostros días. en el régimen de la mencionada ley, al
En 1791 fue sancionada la ley minera, dominio del Estado, pero su explotación se
que se estructuró scbre ia base del princi- acordaba preferentemente al dueño del
pio que uat a sustentado Mirabeau en el suelo donde se encontraban. Sólo a falta
seno de la Asamblea Nacional, que las mi- de titular de la superficie, se acordaba pre-
nas estaban a disposición de la nación. ferencia al descubridor. En cuanto á las
En concordancia con este principio, de- canteras, se acordaba un derecho exclusivo
claró, a¿emá?, que la concesión minera se al propietario del suelo, salvo que fuese
entregaba per tiempo limitado (cincuenta indispensable su expropiación cuando éste
años como máximo). no las explotaba.
La l"y de 1791 fue sustituida por la ley La ley de 1810 fue reformada por las le-
del 21 de abril de 1810, llamada también yes del 27 de abril de 1838, 27 de julio de
Código minero napoleónico. "El gran mo- 1880, 23 de julio de 1907, 16 de diciembre
mento moderno del Derecho minero, como de 1922, 26 de enero de 1928, 12 de abril
sistematización de principios doctrinarios de 1928, 1 de diciembre de 1929, 4 de fe-
—escribe Vivacqua—, fue la ley francesa brero de 1943 y 22 de mayo de 1944, y
de 1810 —el Código minero napoleónico—, por los decretos leyes del 24 de mayo de
que se convierta en padre universal, ha- 1938, 17 de junio de 1938, 4 de febrero de
biendo sido adoptado en bloque por algunas 1943, 22 de mayo de 1944 y 20 de mayo de
naciones europeas. Él dualismo jurídico de 1955.
la propiedad del suelo y del subsuelo mi- Al desarrollar las distintas voces del De-
neral se define en el sistema de la ley Derecho minero, haremos una referencia a
con sus contornos precisos, que había tra- esas reformas. Ahora nos limitaremos a
zado la teoría jurídica. La concesión asu- señalar aquellas que sean realmente subs-
me su plenitud conceptual. Las demás no- tanciales, introducidas especialmente por
ciones y principios en que se fundaron la el decreto de 1955. Entre éstas podemos
técnica y la ciencia del Derecho minero, anotar las siguientes: que es facultad del
pasaron a ser bebidas en esa gran obra Estado acordar preferencia entre varias so-
del genio creador de Francia, de no menor licitudes, para dar la concesión, ya se trate
importancia en lo's destinos de la evolución de propietarios de la superficie, descubri-
Jurídica que su Código civil. La noción dores u otros; que para los hidrocarburos
social que, de acuerdo con la ley de 1810, líquidos y gaseosos puede ser instituido un
sirve de base a la construcción del domi- permiso exclusivo de búsqueda por el tér-
nio de las minas, se convierte en paradig- mino de cinco años como máximo, ya sea
por prospección geofísica o ya por perfo- ración, lavaje y concentración de combus-
ración, con exclusión de toda otra persona tibles y minerales; instalaciones destina-
inclusive del propietario del suelo, pudiendo das a stok y a depósitos de productos y
disponer libremente de los hidrocarburos desperdicios que resulten de aquellas acti-
líquidos o gaseosos extraídos en ocasión de vidades; los canales, rutas, vías férreas, ca-
estas búsquedas; que para obtener este per- nalizaciones, transportadores o telesféricos
miso debe poseer la capacidad técnica y destinados al transporte de productos y
financiera necesaria y satisfacer las con- desperdicios de la mina; que el concesio-
diciones relativas a la presentación de un nario queda obligado, según los casos, a
programa general de trabajo, como así indemnizar al superficiario o a adquirir el
también a consagrarse en la búsqueda con suelo ajustando el precio conforme a re-
un esfuerzo financiero mínimo; que cuan- glas que se especifican en detalle; que por
do el permisionario de este tipo de permiso decreto dado en Consejo de Estado pueden
no cumple con sus obligaciones o no man- declararse de utilidad pública las instalacio-
tiene dentro del perímetro del permiso una nes indispensables, a la explotación de la
actividad concordante con el esfuerzo fi- mina cuando ellas deben ser ejecutadas en
nanciero mínimo suscrito o deja de presen- su totalidad o en parte en el exterior del
tar las garantías técnicas o financieras perímetro de la concesión; que los inge-
que requiere una buena explotación puede nieros de minas observarán la forma en
decretarse la anulación del permiso; que el que se encara la explotación, sea para di-
permiso exclusivo de búsqueda de hidro- rigir las explotaciones en sus inconvenien-
carburos líquidos o gaseosos es intransmi- tes o para su mejoramiento, sea para ad-
sible en su totalidad o en parte, por acto vertir a la administración de los vicios,
entre vivos a menos que medie autorización abusos o peligros que pudieran encontrarse;
del Estado; que para las substancias con- que en ocasión del ejercicio de la vigilan-
cesibles que no sean los combustibles y cia tamo sobre la búsqueda, como sobre las
minerales sólidos, las sales de potasio y los explotaciones, los ingenieros de minas po-
hidrocarburos líquidos o gaseosos puede ser drán ser asistidos por representantes del
instituido un permiso exclusivo confiriendo comisariato de energía atómica selecciona-
a su titular el derecho de efectuar en su do de entre los más capaces, quienes podrán
perímetro todo trabajo de búsqueda de una proceder a realizar investigaciones concer-
o muchas de estas substancias, con la ex- nientes a las substancias útiles a la energía
clusión de toda otra persona, inclusive los atómica, quedando sometidos a la obliga-
propietarios del terreno, pudiendo disponer ción del secreto; que todo concesionario de-
libremente de los productos extraídos en be poner a disposición del comisariato de
ocasión de estas búsquedas; que nadie pue- energía atómica a su pedido y mediante
de obtener un permiso exclusivo si no posee justa remuneración, las substancias útiles
las capacidades técnicas y financieras exi- a la energía atómica a las cuales se re-
gidas para los hidrocarburos líquidos o ga- fiere su concesión o que son, en un mismo
seosos; que el permisionario de un permiso yacimiento, conexas a aquellas de que se
de búsqueda de hidrocarburos líquidos o trata la concesión, cuya obligación deja de
gaseosos, tiene derecho al otorgamiento pasar si la separación de las substancias
de concesiones sobre los yacimientos explo- útiles a la energía atómica entraña la des-
tables descubiertos dentro de ese permi- trucción de los productos principales en
so y durante su vigencia; que la concesión vista a los cuales el yacimiento es explota-
entregada en las condiciones mencionadas do; que por decreto del Consejo de Estado
anteriormente, lleva consigo la anulación deben definirse las substancias útiles a la
del permiso exclusivo respecto del territorio energía atómica; que si la explotación es
concedido, pero le deja subsistente en el restringida o suspendida de manera tal
exterior; que la extensión de las concesiones que llegue a inquietar la seguridad pública
se determina por el acto de la concesión y o las necesidades de los consumidores, a la
limitada por la superficie engendrada por economía general de la región o del país,
las verticales indefinidamente prolongadas los prefectos tienen la obligación de cuidar,
en profundidad y apoyándose sobre un pe- proveer o vigilar si los trabajos de búsqueda
rímetro definido en la superficie; que el o explotación de una mina son de tal na-
concesionario puede ser autorizado por or- turaleza que comprometan la seguridad
denanza prefectoral a ocupar dentro del pública, la conservación de la mina o de
perímetro de su o sus concesiones, los te- otra mina, la seguridad e higiene de los
rrenos necesarios a la explotación de la obreros mineros, la conservación de las vías
mina y las'instalaciones útiles a ésta, ta- de comunicación, de las aguas minerales,
les como galerías o pozos destinados a la la solidez de habitaciones, el uso de fuen
ventilación y desagüe, talleres de prepa- tes que alimenten poblaciones, villas, OT
dades o conglomerados de casas y estable- pensión de los trabajos, de cuidar de los
cimientos públicos. Cabe agregar que el ac- mismos; que toda transacción respecto de
tual régimen minero írancés se asienta en la concesión debe ser autorizada por el Es-
la precariedad de la concesión, ya que éstas tado.
se otorgan por tiempo limitado. Alemania. La historia del Derecho mine-
Italia. Hasta el año 1927, en que se pro- ro alemán —dice Joaquín V. González— no
dujo la unificación de la legislación minera, es sino el desarrollo natural y lógico de la
se encontraron vigentes numerosas leyes doctrina regalista, que empieza en el siglo
de las cu'ales corresponde citar la ley de- xii, sigue el desenvolvimiento del Derecho
nominada leopoldina, que, al decjr de Vi- político, se codifica varias veces en 1208,
vacqua, "fue el primero y más importante 1249, 1255, 1275 y 1300 en la llamada Or-
estatuto de Derecho minero moderno como denanza de Kuttemberg, que se cree ejerció
fijación legal del individualismo jurídico influencia directa en el antiguo Derecho
del siglo xvni, en su forma de libertad eco- minero español, pues coincide su introduc-
nómica". Esta ley la dictó el duque Leopol- ción en España con los primeros códigos
do en Toscana, el 13 de mayo de 1788. Re- regalistas de esta nación".
firiéndose a este estatuto, dice el autor Dada la organización política de Alema-
citado que "el príncipe, tomando conoci- nia, también ofrecía como Italia, un pa-
miento del trabajo de la comisión encar- norama de dispersión legislativa, aunque
gada de elaborar un proyecto de decreto menos variado que ésta, pues, tenían vi-
regio sobre niinas, fue más allá de las su- gencia la ley de Prusia de 1865, la de Sa-
gestiones propuestas que conservaban la re- jonia y la de otros Estados que han seguido
galía sobre los metales preciosos, hasta en- apegados al antiguo Derecho de las orde-
tonces considerada un derecho inalienable nanzas citadas. Como lo puntualiza el mis-
de la soberanía. Abolió, bajo la influencia mo autor, aunque el Derecho minero alemán
de las ideas liberales de tanta resonancia no se hu uniformado, es indudable que
en su alto espíritu, todos los vínculos feuda- tiende a unificarse sobre el tipo de la ley
les relacionados con el sub-suelo y las-se- prusiana, formando así por sucesivas adop-
veras restricciones de allí derivadas, anti- ciones y su codificación definida el Código
cipando por una revolución incruenta, la de minas del Imperio (Allgemeines deuts-
transformación del Derecho de propiedad, ches Bergrecht).
realizada en seguida tan sangrientamente Esta ley consagra como principios fun-
en Francia. La ley leopoldina, como la de- damentales los siguientes: que la mina
nominan los juristas italianos, restaura, constituye una propiedad inmueble, distinta
según algunos tratadistas (Poggi, Mazurchi de la del suelo; que el-» derecho de inves-
y Mantelini) el principio fundiario, como tigación corresponde a todos y en cualquier
solemne reivindicación del Derecho del su- terreno, salvo que se realice en terrenos
perficiario sobre las minas, usurpado según murados u ocupados por edificios; que en
el sentimiento de la mayoría, por el señor atención a la importancia económica del
feudal y finalmente encabezado por el Es- oro, mercurio, plata, hierro, plomo, cobre,
tado". cinc, estaño, níquel, arsénico, manganeso,
Por real decreto número 1443, de fecha antimonio, -azufre, carbón, aluminio y vi-
29 de julio de 1927, se unificó la legislación triol, no se encuentran a disposición del
minera bajo los siguientes principios: que propietario del suelo, pero sí los restantes;
el Estado es dueño de las minas y, como que respecto de aquellos minerales rige la
tal, sólo él puede conferir permisos para intervención del Estado por medio del in-
investigar y concesiones de explotación; terventor (Finderrecht), la libertad de ex-
que para adquirir una concesión de inves- plotación (Bergbaujreiheit) y libertad en
tigación o de explotación es siempre ne- la dirección de la empresa (Selbstvewal-
cesario acreditar la correspondiente idonei- tung); que la propiedad minera forma una
dad técnica y económica para conducir la nueva con iguales atributos que la propie-
empresa, comprobada por el Ministerio del dad común sólo revocable cuando se en-
ramo; que las minas son bienes de utilidad cuentre amenazada la seguridad pública o
pública; que es obligación del concesiona- las necesidades de los consumidores.
rio mantener las minas en explotación, El moderno Derecho minero alemán se
salvo que por razones justificadas, el Mi- orienta a la nacionalización y en cierto
nisterio de Economía Nacional consienta en modo a la socialización. Expresa al respec-
la suspensión de los trabajos o en la gra- to Vivacqua que "la Constitución de Weimar
dual explotación del yacimiento; que la (11 de agosto de 1919) fue en esta materia
explotación debe realizarse con los medios obra de nacionalización y, en ciertos lími-
técnicos y económicos adecuados a la im- tes, de socialización. El establecimiento de
portancia del yacimiento y, durante la sus- sindicatos obligatorios para la explotación
del carbón (ley del 23 de marzo de 1919), esta división general: yacimientos conocí- 1
de hierro (ley del 1 de abril de 1920) con dos y yacimientos desconocidos". Y citando
la participación de los operarios en la di- a Francisco Burkinski, agrega: "Los prime-
rección, indica las nuevas directivas. La ley ros se hallan estatizados en virtud de la
del 28 de febrero de 1935, ordenando trans- socialización de la propiedad privada, ocu-
ferir la organización minera (Bergwesen) rrida después de la revolución de 1917, y
al Imperio, somete' la jurisdicción y econo- ora son explotados por el Estado, ora son
mía de las minas al Ministerio de Economía arrendados a particulares. En cuanto a los
del Imperio". segundos, hay plena libertad de minerali-
Alemania ha seguido también la corrien- zación, a fin de que haya estímulo por parte
te cada vez más acentuada que se nota en del individuo en la explotación de las mi-
la legislación moderna, de propender a la nas. El socialismo allí se armoniza con el
protección de la riqueza minera y.del per- liberalismo".
sonal ocupado* en las minas. Así se han En consecuencia de la vigencia de aque-
dictado disposiciones especiales acerca de lla constitución, el 7 de julio de 1923, el
la creación y funcionamiento de escuelas de Consejo Ejecutivo Central Panruso sancio-
minería en distintas partes del territorio nó para todas las repúblicas federadas la
alemán, que tienen por objeto crear espe- Ordenanza sobre el subsuelo y su explota-
ciales aptitudes en el personal técnico y ción, la cual dispone que la explotación de
administrativo encargado de ellas. La ley las substancias minerales puede hacerla
sobre el certificado de previsión social de directamente el Estado o darla en concesión
los mineros del Rhin Norte y Westfalia o arriendo a una persona jurídica o natu-
(1948) contiene prescripciones ori'entadas ral, quienes quedan obligados a mantener
a proteger al minero que ha estado ocupa- las minas en actividad, a fin de cumplir
do durante largo tiempo en trabajos sub- con el programa de producción. Al cum-
terráneos, a cuyo efecto hace una minu- plimiento de esta disposición tienden los
ciosa clasificación de los mineros sujetos artículos 23 y 24, ya que los mismos esta-
al seguro social y la obligación de ser ocu- blecen la facultad del Consejo Supremo de
pados en cargos vacantes del Estado o de la Economía Popular tanto para obligar al
instituciones privadas aquellas personas usufructuario a poner en movimiento la
provistas del certificado de previsión social. mina, como para reiniciar los trabajos en
Las ordenanzas del 14 de julio de 1948, so- caso de suspensión, bajo pena de privarle
bre explotación de lignita, las del año si- del derecho a la explotación de la mina
guiente sobre mejoramiento de la situa- y a las instalaciones existentes en ella.
ción de los mineros, personal técnico y ad-
ministrativo, como también de la producti- IV. Fuentes. El Derecho minero, como dis-
vidad minera en la República Alemana; la ciplina en fecundo devenir, que va atesoran-
ley del 14 de marzo de 1951, de protección do no sólo" el progreso que se opera en el
de los yacimientos contra la edificación, campo de las ciencias, sino también las ideas
etcétera, completan una legislación avan- que se desarrollan en las esferas políticas,
zada en materia de minería. económicas, artísticas, etcétera, reconoce
Rusia. En el año 1834 fue consolidado el las más diversas fuentes. "La elaboración
Derecho minero ruso con el Código deno- del Derecho de las minas —expresa Vivac-
minado Swad Sakanof, el cual es refor- qua— no se realiza apenas en las retortas
mado en 1842 y 1857. Dicho Código se funda legislativas del Estado. Es también obra
en el principio de la accesión, aunque, co- lenta de la costumbre o de ésta combinada
mo expresa Aguillon. las minas quedan con la jurisprudencia y, a veces, es flore-
sometidas a las restricciones de policía, y cimiento espontáneo y súbito de la socie-
las relativas al comercio de oro, plata y dad. La ley minera no siempre aflora como
platino, que debían ser vendidos compul- planta cultivada en las bibliotecas y en los
sivamentg al gobierno. En cuanto al petró- parlamentos. Erota en los garimpos y en
leo, el Código de 1893 lo incorpora al pa- las grupiaras. Los mincrs meeting de li
trimonio, del Estado. California y de Alaska votaron y promulga-
La reforma más esencial que ha sufrido ron el régimen legal de ias minas que la
el Derecho minero ruso fue introducida gran República Norteamericana adoptó co-
después de la revplución de 1917. En efecto, mo estatuto legislativo. Esa planta nace
la constitución soviética dispone en su ar- también en los gabinetes de los magnates
tículo 6? que "la tierra y sus riquezas son de la industria, como los ordenamientos
propiedades del Estado, esto es, bien de to- jurídicos elaborados en el seno de los truty
do el pueblo". Lauro Lacerda Rocha dice finalmente respetados por los Estados, como
que "el sistema fundamental de la U. R. la legislación emanada de algunas com-
S. S., de características mixtas, se basa en pañías sudafricanas, investidas de legis-
lación estatal. Estas y otras fases particu- legislativas que nos legó España, y a los
lares de la formación y evolución del De- Códigos que se dictaron después de la Inde-
recho de las minas, comúnmente poco pre- pendencia. El Código de minería argentino,
sentidas u observadas, lanzan mucha luz por ejemplo, fue estructurado, en muchos
en el cuadro histórico y filosófico de la casos, en base a los usos y costumbres que
génesis y transformación del Derecho en imperaban en la época, de los cuales tomó
general". no sólo importantes reglas, sino también el
La fuente inmediata y principal de pro- rico y particular lenguaje consagrado a
ducción y conocimiento del Derecho mine- través del tiempo. Actualmente, la incor-
ro lo constituye, sin duda alguna, la legis- poración de los principios prácticos y
lación. Ella no se limita a las leyes vigen- científicos que proporciona la ciencia en
tes, pues comprende también las leyes su incesante progreso, se van traduciendo,
antiguas en cuanto han regulado las cues- a virtud de su repetición en la explotación
tiones atinentes al Derecho minero desde minera, en un verdadero Derecho consue-
la antigüedad hasta nuestros dias e, in- tudinario.
clusive, hacia el futuro, si las mismas con- La doctrina tiene descollante función
tienen previsiones que no corresponden to- como fuente del Derecho minero, pues es
davía a una realidad geológica determinada. a las construcciones teóricas de los autores
Cabe advertir sobre este último aspecto que se debe la sistematización científica al-
que muchas veces la legislación minera canzada por esta disciplina y que, como ya
ofrece la característica de tener, lo que lo dijimos, ha sido lograda en época re-
llama Vivacqua, un sello aprioristico, es ciente. Las obras de Francisco Xavier
decir, que antecede a la revelación del he- Gamboa, A. Eatbié, Edouard Dalloz, Louis
cho geológico. "El régimen brasilero sobre Aguillon, José Bernardo Lira y tantas otras
petróleo fue instituido como organización de antes del comienzo de este siglo y mo-
legal definitiva —dice este autor— antes dernamente las de Giuseppe Abbate, Atilio
de la positividad de esa riqueza. Los ele- Vivacqua, Juan C. Molina R., Eustorgio
mentos o circunstancias del descubrimien- Sarria, Julio Ruiz Bourgeois, Alcides Pinhei-
to, para lo cual tanto ha contribuido el ro, etcétera, han contribuido a cumplir con
acaso —ese gran inventor de minas—, aquella finalidad creadora. Entre nosotros
influyen aquí extensamente en la forma- las obras geniales de Enrique Rodríguez y
ción de la ley". Joaquín V. González no sóio han enrique-
También comprende esta fuente las leyes cido la bibliografía del Derecho minero,
dictadas por los Estados particulares en sino que han contribuido a darle su ca-
los países de constitución federal, los de- rácter científico propio. A esas obras primi-
cretos y reglamentos, como así también las genias corresponde agregar la de Guiller-
instrucciones impartidas por los organismos mo J. Cano, Edmundo Catalano y Eduardo
estatales investidos de la potestad de ad- Padilla, y las monografías de Mariano Ra-
ministrar la riqueza minera. Abarca asi- mírez (h.), Adolfo Silenzi de Stagní, Ma-
mismo aquellas leyes que son extrañas al riano Drago, etcétera.
ordenamiento jurídico minero, pero que su- La jurisprudencia, por último, como
pletoriamente concurren a integrarlo. Así, fuente del Derecho minero, ha logrado un
nuestro Código de minería dispone expre- rango prominente, en especial, aquella que
samente que "las minas se rigen por los aparece constituida por las decisiones de
mismos principios que la propiedad común, las autoridades mineras a cuyo cargo se
salvo las disposiciones especiales de este halla la aplicación de los códigos, leyes y
Código". De aquí surge que todos aquellos reglamentos mineros. La jurisprudencia de
mandatos dirigidos a regir el dominio pri- los órganos jurisdiccionales carece, en cam-
vado, tienen especial virtualidad en el cam- bio, de la misma importancia, dado que el
po del Defecho minero cuando éste no es- ámbito de actuación de los mismos se en-
tablece otros principios o normas. cuentra limitado, en general, a las cuestio-
Integran también las fuentes del Derecho nes que se suscitan entre particulares con
minero, aunque en forma mediata, la cos- motivo del ejercicio del derecho que deriva
tumbre, la doctrina y la jurisprudencia. del permiso de la concesión. Sostiene al
La costumbre juega en el Derecho mine- respecto Vivacqua que el Derecho minero
ro inglés y norteamericano un papel subs- "emana también de la jurisprudencia, es-
tancial, y si bien no lo tiene en el mismo pecialmente de la administrativa, dada la
grado, en otros países, llena siempre una creciente intervención del Estado en la mi-
íunción sumamente importante como fuen- nería... Las sentencias de nuestros Tribu-
te del Derecho minero. Durante la época nales son antes interpretativas que cons-
colonial fue el Derecho consuetudinario que tructivas. Por otro lado, la preponderancia
sirvió de base a las monumentales obras de la jurisdicción administrativa en nía-
teria de minería, circunscribe la acción de las líneas generalísimas entre las cual<
la justicia ordinaria". se desarrollan sus nociones".
Entre nosotros es notable la acción de Como se verá oportunamente, los orden?
la jurisprudencia de la Dirección Nacional mientos jurídicos mineros de la mayori
de Minas, cuyas reglas más fundamentales de las naciones americanas y de algum
han sido compiladas en Instrucciones de europeas encuentran su base prístina e
gran utilidad. La misma función han te- las constituciones. (V. DOMINIO DE LAS M:
nido las decisiones de la antigua Dirección ÑAS.)
de Minas, Geología e Hidrología de Men- Con el Derecho administrativo tiene taír
doza y de otras reparticiones similares de bien estrecha relación el Derecho miner
las demás provincias. "Debemos recordar, expresa Exequiel Mor
V. Relaciones con otras disciplinas. Tra- salve Casado, y de manera especial que i
taremos de precisar ahora, escuetamente, Derecho minero formaba un capítulo d
la posición del Derecho minero frente a administrativo en los regímenes legales
aquellas ramas del Derecho con las cuales cientificos y que, al alcanzar un desarroi:
tenga una relación más íntima y con otras que le permitió vivir vida independient
disciplinas que se presentan como ciencias siguió participando de la misma naturales
auxiliares suyas. de su fuente. Esto que recordamos reh
Digamos antes, a fin de evitar equívocos, tivo a la naturaleza del Derecho miner
que para nosotros el Derecho minero ha nos habla bien claramente de las relacií
logrado alcanzar completa autonomía ya nes íntimas y variadas entre la ciencia ji
se lo considere en el campo de la legis- rídica minera y el Derecho administrativo
lación, o ya en el didáctico y científico, pues Aun cuando genéticamente el Derech
umversalmente esta disciplina no sólo ha minero sea una derivación del administra
sido ordenada en cuerpos orgánicos y sis- tivo, actualmente —repetimos— se deseí
temáticos, sino que es objeto de especialí- vuelven en esferas totalmente indeper
sima enseñanza como materia de especu- dientes. Queda dicho de este modo que r
lación propia y singular. compartimos la posición de algunos auton
Si bien el Derecho minero aparece en que sostienen que el Derecho minero i
muchos casos integrado por principios o parte del administrativo bajo la afirmacic
normas que derivan de las otras ramas del de que la tarea del primero, considerac
Derecho, ello no significa que guarde al- en relación al segundo, consiste en esp<
guna relación de dependencia respecto de cificar y desarrollar ciertos institutos c
éstas. Es que el Derecho de las minas este último, según las exigencias de 1
—como escribe Abbate—, por su naturale- economía minera, con análoga situación
za científica, presenta esta posibilidad (la aquella en la que se halla el Derecho agrs
de la sistematización orgánica, completa rio respecto al civil. Así —se sostiene—, e
y autónoma) no menos que por la impor- la esfera de las relaciones de Derecho pí
tancia de la materia. Vivacqua expresa en blico atinentes a la actividad minera,
el mismo sentido que la conveniencia prác- Derecho administrativo es el Derecho oí
tica de independizar el Derecho minero se dinario y general de la materia, y el D<
impone por la propia naturaleza e impor- recho minero el especial. Tal es la posició
tancia de éste, además se justifica por la de Abbate.
utilidad de definir y sistematizar sus prin- Desde luego que tanto en el campo a(
cipios y reglas como el objetivo de facilitar ministrativo como en el minero, el Estac
su conocimiento, aplicación y perfecciona- desarrolla una actividad similar en cuanl
miento. ella tiende al bienestar colectivo, mas re
Sería ocioso demostrar que es con el De- sulta evidente que la equivalencia en la ac
recho constitucional con el cual el Derecho tuación de uno de los sujetos y la form
minero se halla en más íntima y directa como se concretiza esa actuación, no <
relación. "El Derecho constitucional —dice bastante para concluir en la existencia c
Abbate— es el primero por importancia, ya una relación de dependencia entre ests
que más que rama puede decirse que cons- dos ramas del Derecho.
tituye el tronco del cual todas las ramas Entre nosotros, enseña Rafael Bielsa q\¡
se desarrollan y toman vida, base sobre la "el Derecho de minería tambián está vin
que todas las ramas se fundan... Dado su culado al Derecho administrativo en cuan
contenido (el del Derecho constitucional) es to la propiedad privada de las minas d
axiomático que el Derecho minero no se las dos primeras categorías^ en nuestro re
identifique con el constitucional, pero es gimen legal es siempre adquisición deri
evidente que el Derecho minero, como el vada, ya que la propiedad originaria es d<
administrativo, es una derivación del De- Estado. Y tanto los modos de adquisició
recho constitucional, donde se encuentran como de conservación de ella están some
tidos a un régimen esencialmente admi- relaciones que tiene este Derecho con el
nistrativo, según veremos al ocuparnos de comercial, dado que éste le suministra aque-
la adquisición y de la explotación de las llos principios generales vinculados con de-
minas". No puede caber duda que la actua- terminados institutos. Expresa Vivacqua
ción de un mismo sujeto (el Estado), la que "esa legislación singular (se refiere
similitud de ciertos institutos (permiso y a la minera) penetra también en el campo
concesión), la naturaleza de las cosas sobre .del Derecho comercial, instituyendo re-
que versa uno y otro Derecho (cosas del glas sobre la venta de la producción mine-
dominio público) y tantas otras caracterís- ra. Además de otros casos —agrega—, son
ticas, colocan al Derecho minero y al ad- ejemplo de esta invasión creciente del De-
ministrativo en permanente e íntimo con- recho minero: las leyes alemanas sobre ex-
tacto. tracción de petróleo (ley del 23 de mayo
También se relaciona el Derecho mine- de 1919), para la venta de productos vigi-
ro con el Derecho penal, con el procesal, lada por el gobierno y controlada por or-
civil y penal, con el íinanciero, con el in- ganismos autónomos (Selbsstver Waltungs
dustrial, con el internacional y con el Korper), constituidos por operarios mine-
obrero. Sólo nos ocuparemos, y por cierto ros, patrones y consumidores; la ley bra-
brevemente, de las relaciones con estas sileña número 20.600, de diciembre de 1933,
tres últimas ramas del Derecho. tornando obligatoria la venta de oro ex-
Podernos afirmar que las relaciones del traído en el país al Banco del Brasil, y el
Derecho minero con el civil son amplísimas. régimen legal de extracción de oro de alu-
Como lo señala Joaquín V. González, "hay vión y de piedras preciosas y semiprecio-
una vasta esfera en la vida del Derecho, sas —decreto 24.193 de 13 de mayo de 1934
en la cual ambas especies de bienes (mina y decreto ley 466, de 4 de junio de 1938—,
y suelo) tienen un funcionamiento análogo determinando que esos productos son ex-
y acaso a veces idéntico, pero es también traídos por falseadores y garimpeiros, sólo
indudable que la mina, por su naturaleza pueden ser vendidos por compradores au-
y su destino especial, se aparta pronto del torizados por el gobierno o por las coope-
concepto común de los bienes para determi- rativas de los propios falseadores o garim-
nar una excepcional, una singular direc- peiros".
ción de la actividad humana en cuanto a Por último, en lo que se refiere a la vin-
su apropiación y goce. Aquí es donde co- culación del Derecho minero con el de!
mienza el imperio del Derecho minero, se- trabajo, ella aparece nítidamente de las
parándose del civil". normas contenidas en los ordenamientos
Lo cierto es que el Derecho minero se jurídicos, donde se regula lo relacionado
nutre de las nociones fundamentales dadas con el trabajo en las minas y la protección
por el Derecho civil. Ya dijimos que nuestro del obrero empleado en éstas. La industria
Código de minería dispone expresamente minera, que ha sido considerada como pe-
que "las minas forman una propiedad dis- ligrosa, impone la sanción de normas pro-
tinta del terreno en que se encuentran, tectoras para el personal ocupado en las
pero se rigen por los mismos principios de labores mineras, las cuales requieren un
la propiedad común, salvo las disposicio- carácter de especialidad que sólo puede ser
nes especiales de este Código" (art. 11). dado por el Derecho minero. Así, lo rela-
Y el artículp 343 establece en el mismo tivo a la capacidad de los obreros para
sentido, que "la sociedad conyugal, lo mis- emprender labores subterráneas, la dura-
mo que los demás actos y contratos de mi- ción de la jornada de trabajo, las condicio-
nas, están sujetos a las leyes comunes en nes técnicas a que debe ajustarse la explo-
cuanto no esté establecido en este Código tación en cuanto a seguridad e higiene,
o contraríe sus disposiciones". Estas nor- etcétera, aparece regulado por el Derecha
mas, que las contienen casi todos los or- minero, pero ajustándose a aquellos prin-
denamientos jurídicos mineros, demuestran cipios fundamentales que sienta el Derecho
que el Derecho de las minas no sólo se del trabajo.
vincula al Derecho civil, sino que se in¿ El Derecho minero se relaciona asimismo
legra con normas y principios propios de con algunas disciplinas científicas, como la
esta disciplina; verbigracia, las nociones de .geología, la mineralogía y la petrografía.
persona, propiedad, posesión, contratos, et- La primera, que tiene por objeto el estu-
cétera, no las suministra el Derecho mi- dio de la tierra, interesa en alto grado al
nero, sino el común, que es al que hay que Derecho minero, puesto que es esa ciencia
recurrir cuando se alude a ellas dentro del la que proporciona los datos necesarios
campo de la especialidad de éste. acerca del conocimiento del suelo y del
Lo expuesto precedentemente tiene tam- subsuelo y de la composición de los mis-
bién validez cuando hay que referirse a las mos. "La importancia de esta ciencia.
—dicen los doctores L. P. Navarro y O. Cen- y las condiciones bajo las cuales se ha
drero—, del punto puramente especulativo, permitido la explotación a los particulares
es grande: nada, en efecto, puede interesar y al propio Estado, cuando actúa como per-
más al hombre que conocer su propia mo- sona de Derecho privado.
rada. En el aspecto utilitario, bastará re- El Derecho minero comprende, pues, el
cordar que las primeras materias de la in- estudio -de todas estas cuestiones, las cuales
dustria minera, los materiales de construc- se presentan vinculadas a muchas otras
ción, las piedras preciosas o de adorno, la secundarias —inclusive de orden técnico y
íabricación de abonos químicos, etcétera, científico—, pero no menos importantes que
se estudian en la Geología". 'aquéllas. En el Derecho minero de nuestro
La mineralogía y la petrografía, que tie- país, el punto que tratamos ofrece un cam-
nen por objeto el estudio de los minerales po de estudio vasto y complejo. (V. DOMINIO
y las rocas, respectivamente, y que son los DE LAS MINAS.)
elementos- de -que se compone la corteza Ese dominio originario que ejerce el Es-
terrestre, son también ciencias auxiliares tado sobre las substancias minerales no su-
del Derecho minero. pone que sea él mismo quien debe explo-
VI. Contenido. A través de lo que lleva- tarlas. Esta actividad excepcionalmente la
mos expuesto habráse visto cuál es el con- realiza el Estado y, cuando la encara, es
tenido substancial de la materia. Ahora nos respecto de aquellas substancias que tienen
proponemos dar una idea más explicativa un verdadero interés nacional, como son los
y precisa del mismo. combustibles y las substancias radioactivas
La atribución del dominio originario de (verbigracia, uranio, torio, actimio, etc.).
las minas; la adquisición y constitución de La moderna institución de las reservas mi-
la propiedad minera; su funcionamiento, neras ha sido el camino que se ha buscado
conservación y pérdida, el beneficio de los para substraer a la iniciativa privada el
minerales extraídos y otras actividades derecho de explotar aquellas substancias,
auxiliares, constituyen las materias princi- cuya búsqueda y explotación se reserva el
palmente reguladas por esta disciplina. Estado, sometiéndolas a un régimen espe-
Eventualmente se hallan reguladas por el cial. Un ejemplo de este sistema lo encon-
Derecho minero otras actividades secun- tramos en los artículos 126 y siguientes del
darias. Código mejicano y, entre nosotros, en la
La .atribución del dominio originario de ley 12.161.
las minas se ha presentado siempre, dentro Fuera de estos casos excepcionales, lo co-
de la evolución del Derecho de las minas, rriente y normal es que el Estado entregue
como la cuestión de la más alta primacía el dominio útil de las minas a los particu-
jurídica y cuya génesis debemos buscarla lares mediante la concesión, que es el mo-
en el momento mismo en que se tuvo idea do típico de constitución de la propiedad
que el suelo y la mina no constituían bie- de las minas. Puede entregar también ese
nes idénticos. Ahí surgió el problema de dominio por medio de contratos de explo-
saber a quién debían pertenecer las subs- tación, cuyo -uso es cada vez más frecuente
tancias minerales: si al propietario del sue- en los tiempos modernos.
lo donde ellas se encuentran o al Estado Para llegar a la concesión, tanto los par-
como representante de los intereses genera- ticulares como los organismos oficiales, re-
les de la sociedad. Fue alrededor de este gularmente deben ajustarse a un verdadero
problema que se plantearon las más en- proceso, en que la búsqueda, exploración o
cendidas discusiones, desarrollándose una cateo es el primer paso, no siempre nece-
doctrina pletórica en fundamentos de todo sario en la adquisición de las minas, y por
orden. La legislación, por su parte, al igual cuyo camino se llega a la ubicación geoló-
que la doctrina de los autores, se inclinó gica del yacimiento mineral y a su descu-
ora por los intereses del propietario de la brimiento. (V. CATEO.)
superficie (sistema de la accesión), ora por El descubrimiento constituía en el De-
los intereses generales representados por recho minero clásico el medio adquisitivo
el Estado (sistema regalista-y dominial), por antonomasia de la propiedad minera.
ora buscando nuevas soluciones orientadas En este sentido se expresa Joaquín V. Gon-
a contemplar los distintos intereses com- zález: "Pero el medio adquisitivo por exce-
prometidos en la industria minera (siste- lencia es el que procede del descubrimiento
mas de la- res nullius, de la ocupación o de y de él debemos ocuparnos en particular,
la libertad industrial, de las íeservas, etc.). desde que él imprime el primer sello del
Y según haya sido el sistema que ha im- Derecho privado sobre la mina". Como tal
perado en una legislación dada, han dife- aparece regulado en nuestro Código de mi-
ridos los caracteres, límites y extensión que nería y en la mayoría de los Códigos y le-
.se le ha asignado al dominio de las minas yes mineras de otros países, especialmente
en aquellos que han tenido su sanción en pone que "la propiedad particular de las
el siglo pasado. Actualmente esta institu- minas se establece por la concesión legal";
ción ha perdido importancia, debido a la y el artículo 244 prescribe que practicada
exigencia impuesta al concesionario de acre- la mensura y demarcación con arreglo a
ditar, además, determinada capacidad eco- lo dispuesto en los artículos precedentes,
nómica y financiera para obtener la con- la autoridad mandará a inscribirla en el
cesión, de modo que el hallazgo de los ya- registro y que de ella se dé copia al inte-
cimientos ya no constituye por sí solo, un resado como título definitivo de propie-
hecho de la trascendencia con que se ha dad. El contenido de estas disposiciones,
presentado hasta hace poco tiempo. (V. cuyo examen haremos en otro lugar, con-
DOMINIO DE LAS MINAS. DESCUBRIMIENTO. PRO- ducen a la particularización de un sistema
PIEDAD MINERA.) que ha sido superado en el Derecho mine-
Al lado del descubrimiento y como me- ro moderno, para el cual la concesión es
dios en cierto modo derivados de éste, el acto en virtud del cual el Estado simple-
nuestro Código de minería regula la dema- mente otorga al particular un conjunto de
sía, la ampliación de pertenencias, las es- derechos y obligaciones respecto de la
tacas o minas nuevas, las mejoras y los mina, considerada ésta como cosa del do-
socavones que constituyen otros tantos me- minio público. Inclusive hay autores, como
dios adquisitivos de la propiedad de las Segismundo Royo Villanova entre otros, que
minas, y cuyo estudio es privativo del Dere- propugnan por una total asimilación de la
cho minero por tratarse de instituciones concesión minera con los contratos de
propias de esta rama del Derecho. De los servicios públicos. En los Proyectos remi-
primeros, segundos y parcialmente de los tidos últimamente por el Poder Ejecutivo
terceros, ya uos hemos ocupado. (V. CATEO.) al Congreso de la Nación, encontramos una
De los restantes nos ocuparemos en la muestra del avance que esta tendencia en-
oportunidad que corresponda. (V. ESTACA cuentra en nuestro país.
MINA. MINA NUEVA. MEJORA DE PERTENENCIA. Volviendo a nuestro régimen legal, corres-
SOCAVONES.) ponde señalar que si la aprobación de las
La constitución de la propiedad minera operaciones de demarcación y mensura de
tiene en el Derecho minero características la mina constituyen el título definitivo de
propias no asimilables a ninguna de las propiedad de ésta, tales operaciones ad-
instituciones regidas por otras ramas del quieren en nuestro Derecho minero inusi-
Derecho. Tratándose lo.s minas de bienes' tada trascendencia.
del dominio público del Estado, el medio En este aspecto, las características geo-
normal para entregarlas al dominio privado lógicas de las minas que suelen encerrar
de los particulares lo es mediante el acto en pequeños espacios cuantiosas riquezas,
denominado de la concesión minera. Aun determinan la existencia de normas orien-
cuando esta denominación corresponde a tadas a fijar la extensión y forma de las
otra institución típica del Derecho admi- pertenencias mineras y el número de éstas
nistrativo, no puede ser asimilada a ella que pueden integrar la concesión. Este y
como se ha pretendido, porque a diferencia otros problemas de orden doctrinario y
de ésta, la concesión de las minas se en- científico, configuran un vasto campo de
cuentra sometida, como dice Rabbi Baldi, estudio en el Derecho minero, (V. PERTE-
a un régimen esencialmente legal,, en el NENCIA MINERA.)
que la autonomía contractual y la discre- Lo mismo cabe decir de las operaciones
cionalidad propias de la administración no de demarcación y mensura que compren-
cuentan para nada, ya que en materia de den no sólo el estudio del conjunto de ope-
minería la autoridad está obligada a otor- raciones técnicas de medición y señala-
gar la concesión a quien se coloca en las miento, sino también importantes cuestio-
condiciones establecidas en la ley. Lo mis- nes procesales vinculadas a la petición de
mo cabe decir de los contratos de explota- la mensura, citación de colindantes, opo-
ción, que siempre aparecen regulados es- siciones, resolución de éstas, redacción del
pecífica y ampliamente por normas lega- acta respectiva, etcétera. (V. MENSURA Y
les. DEMARCACIÓN DE PERTENENCIAS.)
Como acto constitutivo de la propiedad Una vez otorgada la concesión de la
minera, la concesión se encuentra indiso- mina, dentro de aquellos sistemas que, como
lublemente unida al principio del dominio el nuestro, parten de la base de una total
público del Estado sobre los yacimientos independencia entre la mina y el suelo,
minerales, y como tal es regulada por el aparece como cuestión fundamental la de
Derecho de las minas. las relaciones y conflictos que se suscitan
Dentro de nuestro ordenamiento jurídico, entre la propiedad superficial y la minera,
el artículo 10 del Código de. minería dis- y que surgen desde que comienza la acti-
vidad de exploración o cateo. "El gran pro- blico las minas, éstas son una institución
blema de la ley —dice nuestro codificador económica consagrada al bienestar de la
el doctor Rodríguez— es conciliar tres in- comunidad y el Estado no se desliga de
tereses antagonistas que se presentan fren- sus deberes permanentes de mantener el
te a frente en el campo de la industria mi- orden social y jurídico, que en materia de
nera. El del Estado, que aspira a asegurar minas asume caracteres particularísimos.
una durable y abundante producción; el Así, pues, si como dueño el Estado nada
del minero, que quiere una propiedad per- puede hacer, una vez otorgado el título de-
petua, irrevocable y sin condiciones, y el finitivo, como representante del orden le-
del dueño del terreno, que para cederlo gal, conserva una suma importante de obli-
exige exorbitantes compensaciones". Pues gaciones respecto de los concesionarios, tan-
bien; los medios que han de arbitrarse to para conducir las explotaciones de ma-
para lograr la solución adecuada en ese nera que el fin económico se realice, como
choque de intereses no pueden encontrarse para asegurar que no se pierda o despilfarre
sino en la esfera del Derecho minero, el fuente tan primordial del bien público.
cual ha disciplinado un régimen especial En el Derecho moderno de las minas se
de servidumbres y sistemas particulares de ha visto acentuada la necesidad que la
expropiaciones, responsabilidades e indem- explotación minera se realice con sujeción
nizaciones que difieren de aquellos que re- a normas técnicas adecuadas a la impor-
gula el Derecho común. (V. EXPROPIACIÓN DE tancia económica de la mina, para lo cual
MINAS. SERVIDUMBRES MINERAS.) se tienen en cuenta las siguientes carac-
En otro orden de relaciones, la coexisten- terísticas: que la riqueza minera se agota
cia de dos o más concesiones en lugares con la explotación; que a diferencia de
vecinos pueden determinar también una otras industrias, las substancias minerales
serie de relaciones y conflictos, derivados no se reproducen; que una deficiente ex-
especialmente de la internación de las tracción puede conducir a la inutilización
vetas en concesiones ajenas, hecho que es de la mina y, con ello, a la pérdida irreme-
frecuente; encontrando en esta disciplina diable de la riqueza contenida en la mis-
amplio desenvolvimiento y soluciones ade- ma; y que la industria minera es consi-
cuadas, que se fundan en el principio del derada como peligrosa. De aquí surge la
interés general que es el que priva en los necesidad de que el Estado no se desentien-
ordenamientos relativos a esta materia. (V. da del funcionamiento de la propiedad mi-
INTERNACIÓN EN PERTENENCIAS AJENAS.) Tam- nera, toda vez que debe velar —lo repeti-
bién aquí juegan descollante papel las ins- mos— tanto por el cuidado de la mina
tituciones vinculadas a las servidumbres, como por la seguridad e higiene del ele-
responsabilidades e indemnizaciones. mento humano que interviene en la explo-
El funcionamiento de la propiedad de tación.
las minas constituye un proficuo y especia- En el primer aspecto, el Derecho minero
lisimo campo de especulación en el Derecho moderno ha dado los resortes convenientes
minerp, pues no sólo abarca la actividad de para ajustar la explotación a cánones rígi-
la explotación con el sinnúmero de proble- dos que abarcan desde la obligación puesta
mas técnicos y legales que comprende esta a cargo del concesionario de realizar la
actividad, sino también los derechos y obli- explotación bajo la dirección del corres-
gaciones que durante esta fase tan impor- pondiente personal técnico al deber de su-
tante de la industria minera incumbe al jetarse estrictamente a los planes de ex-
Estado y a los particulares. plctaciór previamente aprobados por los
De la prevalencia del interés general en respectivos organismos técnicos. Tales exi-
la industria minera, deriva una substancial gencias tienden a la racional explotación
limitación al libre arbitrio del concesionario. de la mina, al mejor aprovechamiento de
Si bien la tendencia dominante en la doc- los criaderos, a la protección de la propie-
trina y en la legislación es la de asegurar dad superficial y a la vigilancia respecto
cierta libertad para escoger aquel sistema del tratamiento de los minerales.
de explotación que resqlte más conveniente, En el segundo, procura tutelar lo más
siempre queda a salvo el derecho del Esta- ampliamente posible al obrero minero con-
do, tanto para impedir la depredación del tra los peligros que pueden amenazar su
bien público, que es la mina, como para vida y su salud, ya provengan éstos de la
asegurar que la explotación ofrezca el me- propia explotación o de su ignorancia. A
nor peligro posible para el personal ocupado este efecto, los Reglamentos de Policía mi-
en las labores, a cuyo cuidado y protección nera y metalúrgica contienen las más pro-
propende continuamente. Sxpresa Joaquín lijas previsiones. (V. POLICÍA MINERO-META-
V. González al respecto que "por más que LÚRGICA. DOMINIO DE LAS MINAS. PROPIEDAD
la concesión desprenda del dominio pú- MINERA.)
El ejercicio de los derechos sobre la mina Como veremos en su oportunidad (V. PRO-
determina otro genero de relaciones que PIEDAD MINERA), la conservación de la pro-
se proyectan en el orden privado y que son piedad de las minas, que puede haber-
reguladas ya sea directamente por el De- se entregado por un tiempo ilimitado, co-
recno minero o ya por el Derecno común, mo sucede entre nosotros, o limitado, como
según sea la mayor o menor prevalencia ocurre en otras legislaciones, se encuentra
que uno y otro tengan en el ordenamiento sometida siempre a una condición resolu-
jurídico. toria que toma el nombre de amparo. Las
En general siempre se ha reconocido al legislaciones han seguido cuatro sistemas
concesionario el derecho para disponer de de amparo: a) Sistema del pueble por el
la mina y de sus productos, como si se tra- trabajo obligatorio, que consiste en la
tare ae cualquier bien común. Es bien obligación, a cargo del concesionario, de
ilustrativo dentro de v este sistema el ar- mantener la mina poblada durante deter-
ticulo 349 de nuestro Código de minería, el minado tiempo con cierto número de ope-
cual dispone que "las minas pueden ven- rarios; b) Sistema del canon, que es el que
derse y transmitirse como se venden y sigue nuestro régimen minero, y que con-
transmiten los bienes raices. En consecuen- siste en el pago de un canon periódico o
cia, el descubridor de un criadero puede patente al Estado, en reconocimiento del
vender y transmitir- los derechos que ad- dominio eminente que ejerce; c) Sistema
quiere por el hecho del descubrimiento". de la contribución, que es semejante 'al
En la nota a este artículo expresa el codi- anterior, con el agregado que, además, se
ficador que "sin embargo, la historia de la exige al concesionario el pago de un ca-
legislación minera presenta no pocos ejem- non de producción; d) Sistema ecléctico
plos de dificultades creadas al derecho de que es el más moderno y que consiste en
libre disposición, dificultades fundadas tam- someter a la propiedad minera no sólo al
bién en la conveniencia publica". trabajo obligatorio, salvo situaciones ex-
Precisamente el Derecho minero moder- cepcionales o de fuerza mayor, sino tam-
no se ha fundado en razones de interés bién al pago de un canon y al cumpli-
público para requerir respecto de la trans- miento de condiciones preestablecidas en
ferencia de los derechos mineros, la previa el acto de la concesión. La materia vincu-
conformidad del Estado, con lo cual se lada a la conservación de la propiedad de
persigue, por una parte, salvaguardar la las minas es uno de los capítulos más in-
conveniencia de la explotación y, por otra, teresantes de esta disciplina.
evitar la formación de monopolios. En el Derecho minero moderno, a dife-
En el aspecto que tratamos, el Derecho rencia del clásico en que la propiedad mi-
minero se integra con instituciones disci- nera ha estado casi identificada con la pro-
plinadas por el Derecho común. Así, la hi- piedad común, las minas se consideran una
poteca, el arrendamiento, las sociedades, el propiedad dinámica que se mantiene en
usufructo, la prenda, el condominio y otros función a un interés social. Expresa al res-
institutos, se aplican en la esfera del De- pecto Vivacqua que "concedida la mina, el
recho minero dentro de los lineamientos derecho dominial del concesionario es, en
generales y substanciales con que aparecen general, un derecho resoluble, otorgado a
estructurados por las otras disciplinas jurí- los nacionales y subordinado a la eficiencia
dicas. Claro está que el Derecho de mine- y utilidad del respectivo ejercicio, bajo el
ría, les da aquellas particularidades pro- punto de vista social. Es una propiedad di-
pias que exige la teoría de la especialidad námica que se_mantiene en función al tra-
de éste. bajo eficiente y organizado, en bien del in-
Entre los contratos mineros sólo el avío terés público. En nuestra época no hay más
de las minas se presenta como institución lugar para las antiguas disputas en torno
típicamente minera. (V. PROPIEDAD MINERA.) del título filosófico de la propiedad parti-
La conservación y pérdida de la propie-» cular. El Estado es el que define y deter-
dad de las minas constituyen otros de los mina la extensión, los límites y su conte-
capítulos de ponderada consideración en nido —un contenido variable de acuerdo
el estudio del Derecho minero. con el criterio infinito y mudable del in-
Aún en aquellos sistemas que, como el terés público". Puede afirmarse que ésta es
nuestro, confiere al particular la propiedad la tendencia general y uniforme de la le-
plena sobre la mina, la conservación de gislación en todo el mundo.
este dominio se encuentra sometido a de- Entre nosotros, un exponente de esta
terminadas condiciones cuyo incumplimien- nueva tendencia del Derecho minero la
to conduce irremediablemente a la pérdi- encontramos en el Proyecto de Código de
da del,mismo y a la reversión de ella al minería, remitido por el Poder Ejecutivo
dominio directo del Estado. en el año 1951 al Congreso de la Nación, el
cual, a su vez, ha recogido las bases dadas substancial del Derecho minero y no como
por la doctrina y la legislación modernas. ciencia autónoma. '
El incumplimiento de las condiciones que Desde este punto de vista, el Derecho de
acompañan a la concesión, conducen a la las minas abarca el estudio de los princi-
pérdida de la propiedad minera y a su re- pios y normas que se refieren a la organi-
versión al dominio del Estado, quien puede zación y funcionamiento de la autoridad
adjudicarla nuevamente en propiedad a los minera; los que regulan la intervención
particulares bajo las mismas u otras condi- del Estado en las actividades que compren-
ciones. (V. PROPIEDAD MINERA. DOMINIO DE de la industria extractiva; y los que disci-
LAS MINAS.) plinan los medios y las formas para obte-
Las plantas de beneficio son objetó en ner el permiso de cateo y la concesión o para
los modernos ordenamientos jurídico-mine- dirimir los conflictos que se susciten entre
ros de especial consideración por haberse los mineros entre sí o de éstos con el su-
estimado que también existe un interés de perficiario o con el Estado. (V. JURISDICCIÓN
orden general en velar porque los minera- MINERA. PROCEDIMIENTO MINERO.)
les sean tratados adecuadamente, asegu- BIBLIOGRAFÍA. — Abbate, G., Diritto minerorio
rando que los productos se fabriquen de la italiano, Palermo (Italia), 1948. — Aguülón, L,
mejor calidad posible. Se justifica, por ello, Legislation des minas /rancaise et étrangere, Pa-
que las plantas de beneficio sean asimiladas rís, 1886. — Berío, A., La ri/orma del Diritto mi-
nerario. •— Bielsa, B., Derecho' administrativo. Bs.
a la concesión minera propiamente dicha. Aires, 1947. — Cano, G. J., El Código de minería
(V. PLANTAS DE BENEFICIO.) de la República Argentina. Anotado con sus /«en-
El contenido del Derecho minero se ha tes, Bs. Aires, 1944, y Organización y competencia
visto considerablemente ampliado en nues- de la autoridad m'inera. — Catalano. E., Legisla-
cían minera. Bs. Aires, 1946. — Díaz Salas, J., Có-
tros tiempos, pues ya no se detiene a regu- digo de minería. — Fernández Navarro, L., y Ores-
lar la adquisición, constitución, funciona- tes Cendrero, C., Elementos de geología, Santan-
miento, conservación y pérdida de la pro- der, 1927. A- González, J. V., Legislación de minas,
piedad minera sino que va mucho más allá Ed. Lajouane, Bs. Aires, y La propiedad de las mi-
nas, en Obras completas, t. 4, Bs. Aires. — Gam-
al disciplinar actividades sin las cuales la boa, F. X., Comentarios a las ordenanzas de minas,
industria minera no podría desarrollarse Madrid, 1791. — Hoover, J. T., Economía minera,
integralmente. En este aspecto las cuestio- Panuco (México), 1946. — Lacerda Rocha, L., Das
nes vinculadas al transporte con la exten- minas e jazidas no Direito brasileño, Rio de Ja-
neiro, 1947. — Legget, R. F., Geología para inge-
sión que ya hemos señalado, al régimen fis- nieros, Barcelona. — Molina, R. J. C., Tratado teó-
cal de las minas, a las cooperativas, al ré- rico y práctico del Derecho' minero colombiano,
gimen del crédito minero, a los planes de Bogotá, 1952. — Monsalve Casado, E., Manual it
fomento, a las escuelas de capacitación para ciencias jurídico mineras, Bs, Aires, 1947. — Pt-
nheiro, A., Direito das minas, Río de Janeiro, 1939,
mineros y tantas otras secundarias, encuen- — Pérez Ramos, D., Historia de la colonización es-
tran en el Derecho minero la indispensable pañola en América, Madrid, 1947. — Ruiz Bour-
regulación. Muchas veces por haber pres- geois, J., Derecho de minería chileno, Santiago de
cindido el legislador de la necesaria co- Chile, 1942. — Sarria, E., Código de minas y Leyes
del petróleo, Bogotá, 1950. — Squarzina, 't.. Có-
nexión que existe entre esas actividades y dice minerarío, Milán, 1944. — Várela, R., Garim-
la minera propiamente dicha, ha dictado pagen, Río de Janeiro, 1946. — Vivacqua, A,,
normas que lejos de tutelar los intereses A nova política do sub-solo. O régimen legal aai
comprometidos en la industria extractiva, minas. Rio de Janeiro, 1942. — Uribe Herrera, A,
Manual de Derecho de minería, Santiago de Chi-
han contribuido únicamente a su decaden- le, 1948.
cia. (V. DOMINIO DE LAS MINAS.)
Dentro del conjunto de normas que re- DERECHO MONETARIO.* Muchos siglos
gulan la actividad minera, corresponde dis- han pasado desde la elaboración de la pri-
tinguir el Derecho minero substancial, que mitiva clasificación romana del Derecho
.es al que nos hemos referido preferente- en jus civile y jus gentium. Con el correr
mente y el adjetivo o formal. del tiempo el Derecho se ha ido ramifican-
A diferencia de lo que sucede con otras do de acuerdo con la evolución y transfor-
ramas del Derecho, los intentos que se han maciones sociales operadas, particularmen-
realizado en el campo de la doctrina y de te en la presente centuria, sin que ello
la legislación para caracterizar científica- signifique que ese "todo" que es el Derecho
mente un Derecho procesal minero, no han se haya desintegrado, ya que sus distintaj
pasado de meros ensayos, de suerte que los disciplinas se encuentran unidas por los
principios y normas de orden formal no lazos naturales derivados de la comunidad
han alcanzado aún la sistematización e de origen.
importancia que se requiere para justifi- El Derecho monetario, como rama autó-
car su estudio independiente. Es por ello noma de la ciencia jurídica, aparece re-
que estimamos que al Derecho formal de
las minas debe considerárselo como parte * Por el Dr. ALBEKTO D. SCHOO.
cien en nuestros días y su sistematización abarcar a todas las- instituciones jurídicas.
comienza a desarrollarse luego de conclui- Contemplada desdé el ángulo del Derecho
da la primera guerra mundial. Sin embargo, privado, encontraremos figuras en las que
el enioque de la doctrina de la moneda des- siempre se halla en juego el dinero, como
de el ángulo jurídico —desde el económico en el pago, intereses, compraventa, loca-
constiluye el tema favorito de los econo- ción, valuaciones de daños y perjuicios o
mistas—, ostenta muy legitimes y antiguos de bienes, vías de ejecución procesal, etcé-
títulos. El gran desorden monetario de tera. Mirada desde el ángulo del Derecho
Europa, que perduró hasta muy entrada la público, hallaremos también muchas figu-
Edaü Moderna, planteó una gran cantidad ras en las que igualmente aparece en juego
de problemas jurídicos, de cada vez más la moneda (nacional o extranjera), como
difícil solución a medida que se intentaba en los empréstitos (locales o internaciona-
combatir el mal con medidas coercitivas por les), en los regímenes tributario, bancario
pane de los Estados y soluciones contrac- y de control de cambios, en las leyes pe-
tuales con que los particulares buscaban nales que sancionan su falsificación, etcé-
cohonestarlas. Su atención, centrada en tera. No sería aventurado afirmar que la
canonistas y legistas, comienza en ei siglo palabra "moneda" constituye la expresión
xiu, pero ei florecimiento de los estudios más importante y usual en las relaciones
corresponde a la época del • humanismo, jurídicas. La materia que abarca, sin em^
con Dumoulin, Budel y Scaccia, y el tema bargo, no es única, pues su significado va-
preferentemente abordado fue el de las al- ria dentro de ciertos límites; por ejem-
teraciones monetarias y sus repercusiones plo, podrá incluir o no valores mobiliarios
sobre los contratos. Ei primer trabajo en y depósitos bancarios (en la interpretación
que se acomete la empresa de investigar de disposiciones de última voluntad el juez
la materia de un modo fundado y con los habrá de decidir si el empleo de la expre-
instrumentos de la moderna ciencia jurídi- sión "dinero" los comprende o no). Es in-
ca pertenece a Savigny y se encuentra en teresante anotar que en los Estados Uni-
el primer volumen üe su "Derecho de las dos de Norteamérica, la palabra currency
Obligaciones" U851). se refiere al papel moneda (en los actos
El interés en el tema fue luego declinan- legislativos), pero en el uso corriente de-
do, debido a un hecho digno de mención: signa todos los medios de circulación; el
el orden y la estabilidad en materia mone- vocablo cash. abarca el papel moneda, la
taria, que son fuerzas inhibitorias para el moneda acuñada y los depósitos bancarios,
desarrollo de! Derecho monetario. En todo mientras que specie significa ordinaria-
el período anterior a la Kevolución Fran- mente moneda acuñada, es decir, "metáli-
cesa nada análogo se había encontrado a ca", en contraste con el fcapel moneda.
la excepcional estabilidad que persiste des- De lo dicho puede apreciarse que nos
de la aparición del código Napoleón (1804) movemos dentro de un campo ajeno al de
hasta ei estallido de la guerra del 14. El la teoría económica de la moneda, sin per-
desorden monetario, que fue su consecuen- juicio, desde luego, de que ésta pueda in-
cia, dentro del cual vivimos, renovó el es- tegrar y aún complementar la teoría jurí-
tudio del Derecho monetario y constituyó dica del dinero. Si se piensa, por ejemplo, en
el principal factor del indiscutible adelan- la función económica fundamental de la
to operado en ssta rama del Derecho, con moneda de ser instrumento de cambio, po-
una abundante, aunque poco ordenada li- demos pensar también en la necesidad de
teratura, excepción hecha de los trabajos encauzar su circulación dentro de reglas
del profesor Arthur Nussbaum, cuya obra jurídicas, y de ahí surgirán las normas re-
representa e) modelo hasta ahora no igua- ferentes al pago y el amplio concepto del
lado del Derecho monetario sistematiza- curso legal de la moneda (obligatoriedad
do (O. de aceptación). Pero también aparecerá
El Derecho monetario, pues, ha ido ad- algo más importante si consideramos que
quiriendo autonomía a 'partir de la primera el alcance dentro del cual el acreedor está
postguerra. Ello es explicable. Fuera de las obligado a recibir en pago moneda nacio-
razones anotadas en párrafos anteriores, la- nal de curso legal es del resorte del Derecho
moneda tiene la gran particularidad de privado (su negativa lo constituirá en mora
y hará procedente el pago por consigna-
(1) Das Geld in Theorle und Praxis del Aeut-
ción) , sin perjuicio de que la atribución del
Khen und ausliináischen Rechts, 1925, trad. al curso legal a los signos monetarios consti-
castellano por L. Sancho Seral, Teoría jurídica del tuya un acto de soberanía y, consecuente-
dinero, Madrid, 1329; Money in the Law- National mente, pertenezca a la esfera del Derecho
¡na International, 1950. trad, al castellano por
A. D. Schoo, Derecho monetario, nacional e inter- público. De ahí que en una obligación de
Mcionai, Bs. Aires, 1954. suma, el objeto de la misma se halle sujeto
ato tnitlo a la intervención del legislador, las soluciones racionales para cada caso
que puede desmonetizar los tipos mone- ocurrente. Y a ello se llega mediante la
tarios existentes, substituirlos por otros, sistematización de aquellas en un cuerpo
privarles de curso legal, atribuir curso legal autónomo que comprenda esta rama de las
a la moneda extranjera, imponer el curso ciencias jurídicas y que debe ser objeto
íorzoso (inconvertibilidad) de la moneda de cursos especiales, como ocurre en mu-
nacional, etcétera. Ello demuestra la natu- chas Universidades de Europa y de los Es-
raleza política de las reglamentaciones mo- tados Unidos. (V. MONEDA.)
netarias y, como consecuencia, la tenden-
cia de los codificadores a no sentar reglas DERECHO MUNICIPAL.* El tratamiento
precisas sobre los derechos y las obliga- de la voz "Derecho municipal" obliga a un
ciones emergentes, dejando librada la ma- previo replanteo del concepto de "ciudad",
teria a leyes especiales. en razón de que, precisamente, la evolución
Si la expresión "moneda" aparece por conceptual de esta disciplina jurídica se
doquier (Constituciones políticas, Códigos, halla notoriamente condicionada al factor
leyes, sentencias, contratos, testamentos, "urbanismo".
reglamentaciones administrativas, etc.) y es Más aún, si se atiende a esta premisa
susceptible de tantas variantes y enfoques, metodológica en el tratamiento del vocablo
bien se comprenderá que su estudio no que nos ocupa, se verificará que más que
puede llevarse a cabo dentro de los límites una irreductible antinomia entre las distin-
de una determinada rama del Derecho, si- tas posiciones jurídicas con respecto al "De-
no que debe ser orien.tado en forma ade- recho municipal", lo que existe es un ciclo
cuada y sistemática, independientemente evolutivo, referido al urbanismo, que par-
de la rama especial del Derecho en que tiendo, ab initio y desde el punto de vista
se halle en juego la moneda o las obliga- jurídico, de. las cartas-pueblas y fueros, se
ciones monetarias. Ello explica que su es- va, al presente, perfilando en normas ge-
tudio se realice hoy en día en forma de néricas, con vigencia supra comunal, por
materia autónoma, con las ya anotadas re- suerte de una verdadera inter-relación mu-
servas inherentes a la unidad del Derecho. nicipal que la vida moderna exige.
Y esto por razones de orden práctico tanto Ya el tratadista Alcides Greca, con inci-
como científico (conveniencia y comodidad siva preocupación, ha puesto de manifiesto,
de encontrar agrupado en un cuerpo doc- como elemento ineludible en la conceptua-
trinario y jurisprudencial todo lo relativo ción del tema, el análisis de la diferencia
al régimen jurídico de la moneda; nece- entre lo que representaba la urbe antigua
sidad del examen en forma particular de y la significación cívica de la actual ciu-
los problemas que se plantean en el campo dad.
monetario nacional e internacional). Es "La ciudad antigua miraba hacia el pa-
evidente que la moneda constituye en sí sado, se afirmaba en las tradiciones, se
misma un fenómeno de orden local, pero no arraigaba en el sentimiento religioso, per-
lo es menos que tiene un claro y definido maneciendo en comunión constante con el
alcance internacional. Si dentro del país espíritu de los antepasados que impregnaba
de la moneda varía ésta de hecho (depre- la tierra que rodeaba sus cimientos. La ciu-
ciación) o de derecho (desvalorización), o dad moderna mira hacia el porvenir, y sus
bien si siendo las monedas diversas de un moradores no tienen otro ideal que el ha-
Estado a otro y hay débitos y créditos que cerla grande, vigorosa, confortable.
saldar y se han producido en el ínterin va- "La ciudad antigua tenía una doble mi-
riaciones en el valor de una o de ambas o sión, religiosa y militar. Defendía a sus ha-
si se ha implantado un régimen de control bitantes de las acechanzas de enemigos es-
de cambios, se presentará en el primer pirituales y materiales. La ciudad moderna
supuesto la cuestión de la forma de pago y tiene, también, la suya, cultural y comer-
en los otros también, pero adicionada ahora cial. Defiende a sus ciudadanos de la igno-
coa. problemas de Derecho internacional rancia y de la miseria".
privado y aún de Derecho internacional Vale decir, del primitivo concepto de ciu-
público si se trata de deudas de Estado a dad, como entelequia cívica, se ha pasado
Estado o bien si uno de éstos toma en sus al concepto de núcleo urbano, que, sin per-
manos la defensa de los intereses de sus der la autenticidad de su ser, no puede de-
nacionales. Cualquiera sea la forma en que jar de hallarse integrada en un todo de re-
se produzca el conflicto, vale decir tanto lación urbana.
en el orden local conio internacional, los Ha dicho, con precisa redacción, el refe-
principios del Derecho monetario nos pro- rido tratadista:
porcionarán el conjunto de las normas ju-
rídicas aplicables y, consiguientemente, de * Por el Dr. CÁELOS F. PÉKEZ CRESPO.
"El nuevo derecho municipal. La vida detener la fuerza del viento. Magallanes,
moderna, con su técnica, ha provocado una con sus calles anchas y rectas, ha sido edi-
modificación fundamental en las institu- ficada baja el trazado de damero, común
ciones locales. Sería ridícuio pretender la a todas las ciudades de América. Hubiese
aplicación de leyes e instituciones que ri- bastado que cada tres o cuatro cuadras una
gieron en las ciudades del medioevo, o en calle transversal cortara el paso, con su
nuestro período colonial, a las ciudades ac- edificación, para que el viento detuviese sus
tuales, vibrantes, ruidosas, renovadas por ímpetus, haciendo tolerable el clima de
un constante progreso. El viejo Derecho esta ciudad".
municipal, con sus cartas-pueblas y con sus Ya, entonces, no ha de valer, aquella vie-
fueros, sería hoy completamente anacróni- ja definición de Derecho municipal, de don
co. Pese a nuestra predilección por la ma- Joaquín Escriche, en su Diccionario Ra-
teria, debemos reconocer que el principio zonado de Legislación y Jurisprudencia
de la autonomía municipal ha debido ce- (edic. 1896, pág. 552): "Las leyes, pragmá-
der ante exigencias de orden superior. Los ticas, fueros y costumbres con que se go-
progresos de la ciencia, la intensidad de las bierna alguna ciudad o provincia".
comunicaciones, la organización, cada vez Es que, evidentemente, esa interpreta-
más amplia, de nuevos servicios públicos, y ción de técnica y Derecho, ese replanteo
los angustiosos y permanentes problemas urbano de la entidad "ciudad", esa nece-,
del urbanismo, han cambiado las orienta- saria correlación entre vida comunal y nor-
ciones del gobierno local. La ciudad moder- ma jurídica que la traduce, ha de seguir
na actúa dentro del organismo nacional co- un ciclo evolutivo, condicionado, en mayor
mo la célula en el organismo humano. Su o menor grado, a la dinámica del desarrollo
funcionamiento autónomo, individual, está urbano.
subordinado a leyes generales permanentes Veremos así, cómo las distintas tenden-
de un todo orgánico, a las que debe some- cias doctrinarias, no hacen más que refle-
terse a riesgo de desaparecer. jar, a suerte de espejo axiológico, la distinta
Las ciudades de la antigüedad y de la conceptuación del municipio. Ya lo ha ex-
Edad Media llegaron a tener legislación ci- presado, en meritorio trabajo, el doctor Is-
vil y penal propia, variando de una a otra mael A. Sosa:
sus regímenes de justicia, sus sistemas de "Consideramos así, que la caracterización
pesas y medidas y hasta sus divisas mone- jurídico política de la comuna, ha de ser el
tarias. Hoy, todo ello sería contraprodu- punto de partida, el concepto madre que
cente. Por er contrario; ya se aconsejan debe informar el régimen municipal. Fá-
organismos estatales de cooperación y coor- cilmente se advierte, que según sea la po-
dinación intermunicipal para uniformar los sición que adopte el legislador ha de ser el
servicios sanitarios, el alumbrado público y desenvolvimiento de esta institución, si las
privado, la pavimentación de calles y ca- normas que se dictaron se adaptan, en la
minos, la realización de planes reguladores realidad de la vida social al espíritu jurí-
y el ordenamiento del tránsito. dico que las informan.
"Para terminar, debemos expresar que no "El problema es trascendente porque se
siempre la técnica rige al Derecho. Algunas vincula al sistema político-administrativo
veces el Derecho puede y debe imponer sus del Estado, del cual el municipio es parte
directivas a la técnica. Nos explicaremos constitutiva.
mejor con algún ejemplo. En los planes re- "La ciudad, recinto amurallado en sus
guladores de las ciudades —verdaderos esta- orígenes, construida por el hombre para
tutos legales, a los que deben ajustarse las defenderse de la agresión, en el concepto de
autoridades edilicias y los habitantes, a fin Yhering y tal vez para rendir culto a sus
de regular el crecimiento y funcionamien- dioses, adquiere en la época contemporánea
to del núcleo urbano—, suele disponerse un desarrollo extraordinario. Se ha dicho
que el humo de las fábricas salga fuera de que vivimos una edad de ciudades; Posada
la población. Basta, para ello, determinar expresa que la ciudad es condición de civi-
que los industriales ubiquen sus estableci- lización misma. Podríamos agregar que si
mientos en el extremo de la ciudad contra- en nuestra época las ciudades fueran des-
rio al punto cardinal desde donde soplan truidas, desaparecerían con ellas las for-
con mayor frecuencia los vientos. En una mas elevadas de vida.
visita que hiciéramos a la ciudad de Maga- "Sabemos que la jerarquía que adquiere
llanes, la más austral del mundo, mientras la ciudad moderna es consecuencia del fe-
las ráfagas heladas barrían sus calles, obli- nómeno demográfico, denominado urbanis-
gando a los transeúntes a encogerse dentro mo, que se manifiesta especialmente en el
de sus abrigos, se nos ocurrió que una sen- mundo occidental y que se traduce en el
cilla ordenanza municipal habría podido aumento continuo y al parecer desmesurado
dé la población urbana. A ello debemos han clasificado didácticamente el Derecho
agregar el progreso cientííico y el perfec- público municipal como un capítulo del De-
cionamiento de la técnica, como consecuen- recho constitucional.
cia de la incesante lucha del hombre con Reconoce, para la Argentina, y conforme
el medio físico". al enjundioso estudio hecho en la materia
Se tiene, entonces, que aquellos tratadis- por el doctor Carlos Sánchez Viamonte (al
tas que atienden a la infraestructura histó- que seguimos en este punto), un ponderable
rica del municipio moderno, a su carácter antecedente en el proyecto de Constitución
de verdadero cimiento institucional de la que para la provincia de Mendoza formu-
estructura política de un país, han de refe- lara Alberdi. Al referirse, el ilustre tucu-
rir el Derecho municipal al Derecho cons- mano, al régimen de los municipios bajo !a
titucional, del cual constituiría un capítulo denominación de "poder municipal o ad-
o sector de particulares modalidades^ ministrativo", considera a las municipali-
Para aquellos, en cambio, que atienden al dades como prolongación o continuación de
planteo de autarquía de la comuna, a su los antiguos Cabildos, y los define del si-
calidad de nucleamiento político-económi- guiente modo:
co, el Derecho municipal, si bien tiene razón "Son los Cabildos o Municipios unos pe-
de ser, carecería de autonomía orgánica, y queños poderes económicos y administrati-
sería, en realidad, una rama del Derecho vos elegidos directamente por el pueblo pa-
administrativo, vale decir, Derecho admi- ra ejercer la soberanía que delega constitu-
nistrativo comunal, o sea el conjunto de cionalmente en ellos, en orden a dirigir y
preceptos y principios de Derecho adminis- administrar, sin ingerencias del poder po-
trativo general aplicables en la esfera co- lítico o gobierno general de la provincia, los
munal. intereses propios de cada localidad o vecin-
En cambio, quien pondere como factor de dario, en los citados ramos de policía, jus-
predominante referencia la moderna con- ticia, instrucción, beneficencia, caminos,
cepción de urbanismo, ha de hallar neta- población y mejoras materiales e inteli-
mente perfilados los caracteres orgánicos gentes de todo género".
de una real autonomía del Derecho muni- Ya Esteban Echeverría, por su parte, des-
cipal. pués de haberse ocupado del asunto en
Tendencias doctrinarias. Previo a un "Dogma Socialista de Mayo", expresó su
prieto análisis de las distintas tendencias opinión en cartas escritas, una al general
doctrinales, cabe aclarar que es exiguo el Urquiza y otra al general Madariaga, desde
número de estudiosos de la ciencia y del Montevideo, en 1846. En la primera de ellas
Derecho municipal; hay pocos tratadistas, dice: "Queremos, para asegurar el goce de
y tanto en Centro, como en Sudamérica, esas garantías sociales, la organización del
como lo pone de relieve Alcides Greca, "el sistema municipal-en cada distrito, en cada
Derecho municipal aparece estudiado so- villa, en cada departamento de provincia;
meramente, y por lo común, sólo en su as- y S. E. no debe ignorar que el sistema mu-
pecto histórico, como si nada hubiese cam- nicipal es el fundamento necesario de toda
biado en el sistema de vida y relaciones de federación bien consolidada y cimentada".
los pueblos modernos. Los planes de es- En la segunda de las aludidas cartas afir-
tudios de las Facultades de Derecho lo in- ma: "Creemos, además, que la organización
volucran como parte complementaria de del sistema municipal es la única que pue-
otras ramas de las ciencias jurídicas. No se de asegurar de un modo permanente a los
le ha concedido la correspondiente auto- argentinos el goce de la fraternidad, la
nomía. En la República Argentina se lo con- igualdad y la libertad y el progreso pacífico
sidera, salvo en la Universidad del Litoral, del país.
como parte integrante del Derecho público "La Constitución de 1853 fue redactada
provincial, y algunos de sus aspectos más bajo el auspicio de estas ideas en mate-
interesantes, como los servicioa públicos, se ria municipal: autonomía política y autar-
estudian, en forma general, dentro de los quía administrativa al mismo tiempo. De
programas del Derecho administrativo". ahí que se exija a cada provincia, como
a) El Derecho municipal como parte in- garantía de su existencia práctica, el de
tegrante del Derecho constitucional. Esta asegurar en el texto de su Constitución el
tendencia que responde, cpmo ya se ha di- régimen municipal. Además, la Municipali-
cho, a la conceptuación histórico-política dad de la Capital existe, para la referida
del municipio, reconoce al mismo como "el carta magna, como una verdad axiomática.
verdadero cimiento institucional en la es- Así resulta de su artículo 81, al establecer
tructura política de la Nación". En ella se el procedimiento para la elección de pre- ]
enrolan casi todos^ los tratadistas argenti- sidente y vicepresidente de la Nación. Dice I
nos que, siguiendo el ejemplo de Alberdi, que la lista de los electos en cada distrito j
«se remitirán al presidente de la legislatura ministrativo —y aunque no tanto—, el De-
provincial, y en la Capital, al presidente de recho financiero dominan sobre todo.
la Municipalidad, en cuyos registros per- "Es bien distinto suponer un Derecho
manecerán depositadas y selladas». administrativo comunal, de sostener la
"La Constitución no requiere solamente existencia de un Derecho comunal o muni-
municipalidades. Exige régimen municipal; cipal. El Derecho administrativo comunal
basta recordar la famosa cláusula de ga- no es sino el conjunto de preceptos o prirf-
rantía, el artículo 5<? de la Constitución de cipiqs de Derecho administrativo general
1853, en cuanto impone a las provincias, aplicables en la esfera comunal. No se tra-
como condición para el goce y ejercicio de ta, por eso, de normas específicas que cons-
su autonomía, la obligación de asegurar su tituyan un Derecho autónomo con carac-
«régimen municipal». teres propios o diferenciales, sino, repito, de
"El régimen municipal es, pues, una for- principios generales, a lo sumo con moda-
ma de gobierno característica de la ciudad, lidades determinadas por la aplicación es-
comuna o municipio. Su verdadera función pecial a un organismo especialmente admi-
es urbana o edilicia. Su autonomía política nistrativo, más bien autárquico, no siempre
consiste en que nace directamente de la vo- autónomo.
luntad popular. Su autonomía jurídica con- "Pues bien: la importancia siempre cre-
siste en el poder de crearse un orden ju- ciente de los negocios comunales; la ten-
rídico propio, circunscripto y subordinado dencia a la ampliación de los servicios pú-
dentro de la esfera institucional más am- blicos; el sistema de contralor de los admi-
plia de la provincia, y la mayor aún de la nistrados —lo cual se advierte en las refor-
Nación. mas de las leyes orgánicas—, la universa-
"La Municipalidad legisla para la ciudad lización del sufragio municipal, etcétera,
y sus habitantes por medio de .ordenanzas, acrecen, evidentemente, el Derecho admi-
y hasta tiene el poder político necesario nistrativo municipal, en el cual puede ha-
para crear impuestos, lo que es función tí- ber, sin duda, instituciones o preceptos es-
pica de soberanía. peciales, pero no principios ni formas dis-
. "Disfruta, además, de autarquía finan- tintas de las que regulan toda la Adminis-
ciera y administrativa. Organiza sus finan- tración pública, sea nacional, provincial o
zas y se da su presupuesto, que es a la vez local, y, por delegación, comunal.
cálculo de gastos y de recursos. Nombra y "Sigo-creyendo que establecido el sistema
remueve sus empleados, y juzga política y o determinado el grado político del mu-
administrativamente la conducta de sus nicipio o régimen municipal de que se trate,
funcionarios. los principios fundamentales son los gene-
rales del Derecho administrativo o de la
'Todo eso lo hace la municipalidad de la ciencia de la administración, según la ma-
Capital por voluntad implícita de la Cons- teria.
titución Nacional, y en las provincias, por "Una causa de conflictos, y a la vez de
voluntad expresa de las respectivas Cons- sacrificios injustos del interés público local,
tituciones provinciales, reglamentadas, en es la confusión de las ideas de autonomía
todos los casos, por leyes orgánicas". municipal en el sentido constitucional y en
b) El Derecho municipal como parte in- su concepto tradicional. Los partidarios de
tegrante del Derecho administrativo. Ex- la autonomía comunal, en su concepto tra-
positor destacado y con los enaltecidos tí- dicional o histórico —el del sistema espa-
tulos de su condición de maestro del Dere- ñol—, llegan a considerar al municipio algo
cho, el profesor Eielsa, sostiene la tesis que así como baluarte de los derechos públicos
cuestiona la autonomía orgánica del De- de los munícipes, y como un gobierno libre
recho municipal, y afirma qué sólo existe dentro del Estado. Esti; concepción —cuya
un "Derecho administrativo comunal". esencia, .sin duda, es en realidad la propia
Dice Bielsa que lo que ha dado cuerpo del verdadero régimen autónomo, aunque
al Derecho municipal, así llamada, ha sido no, sin embargo, del positivo en nuestro
más' que lo jurídico, el elemento político sistema—, lleva a plantear algunas cues-
del municipio: el sentido de civismo, el tiones en forma tal que se hacen insolubles
concepto de gobierno propio (no sólo de en el Derecho vigente.
propia administración). Afirma que pre- "En lenguaje jurídico y legal el concepto
supuesto un sistema democrático de go- de autonomía es el que aún expresa la idea
bierno municipal, las cuestiones jurídicas de gobierno municipal. En rigor, no es im-
Incumben al Derecho administrativo, y que propia la expresión entendiendo lo autóno-
así es materia de tal Derecho la regulación mo en el sentido político; es decir, el go-
de la actividad jurídica del municipio; más bierno municipal constituido por los mu-
aún, en la esfera comunal el Derecho ad- nicipios y con él la designación popular de
las autoridades locales, tendencia que se susceptibles de estudiarse con arreglo a
acentúa francamente en el régimen muni- conceptos específicos, tanto en su contenido
cipal argentino. como en la forma de enunciarse. Ha podido
"Pero es evidente que el signo por el cual así decir con acierto Rowe que «el proceso
se reconoce la autonomía no es la elección de la civilización griega empieza y termina
de autoridades, pues ésta puede existir en con sus ciudades». Es que, indudablemente,
el régimen de la autarquía —verbigracia, en el núcleo' urbano ha sido el germen de
las universidades, que no son autónomas, todas las organizaciones humanas; el pri-
sino autárquicas—, al paso que es funda- mer agrupamiento de los hombres estuvo
mental el darse su propia constitución, o fundado en necesidades de defensa colecti-
sea, sus propias normas jurídicas constitu- va, pero no tardó en aparecer el apremio
tivas, y esto falta en el régimen municipal de un ordenamiento regular de la convi-
argentino. Las comunas no se dan sus pro- vencia vecinal. «El problema de la ciudad
pias cartas orgánicas. Son, antes bien, se- —dice Posadas— es ante todo el problema
gún la definición de la Suprema Corte, de- del civismo; el crecimiento enorme de la
legaciones de los gobiernos locales (provin- ciudad moderna, el progreso de la técnica,
ciales) y la extensión de sus poderes está la intensificación de las necesidades co-
determinadas en las leyes que regulan la lectivas, la universalidad de esas necesi-
institución y el funcionamiento de las co- dades, que de modo tan manifiesto se ad-
munas, cualquiera sea el tipo de gobierno. vierte en la ciudad... todo esto plantea el
"Las comunas son autárquicas, y ese-ca- problema sociológico de la creación, vigori-
rácter resulta: 1) de su personalidad ju- zación y aplicación eficaz de un espíritu
rídica de Derecho público; 2) del fin de su municipal»".
institución; 3) de la creación directamente Y, más adelante, al referirse a la natura-
legal; 4) del contralor, por atenuado que leza de los problemas municipales, el citado
sea, que ejerce el poder central, es decir, el autor manifiesta que:
gobierno provincial respecto de las comu- "En el terreno de la doctrina universal-
nas en las provincias; y el gobierno nacio- los problemas propios de la administración
nal respecto de la municipalidad en la'Ca- municipal aparecen perfectamente carac-
pital Federal". terizados. Desde luego, el punto de partida
c) El Derecho municipal es rama autó- de esa apreciación tiene que ser la evidente
noma de la disciplina jurídica. Del análisis relación de esos problemas con necesidades
de los problemas propios del municipio y que únicamente nazcan y se desenvuelvan
su necesaria'norma'tivización, tal como ocu- en los centros urbanos. No cuesta conven-
rre con el urbanismo, se deduce, para las' cerse de que las modalidades de la convi-
tendencias que sostienen la autonomía de^ vencia en ellos tienen que ser distintas de
Derecho municipal, que existe una acusada las que se presentan en la vida de la cam-
diferencia del objeto del Derecho munici- paña. La mayor densidad de población es
pal, por la índole de su contenido jurídico, ya una circunstancia llamada a influir po-
de todas las ramas del Derecho público derosamente, desde que ese hecho deter-
institucional. mina exigencias relacionadas con la segu-
Dentro de esta línea doctrinaria, ha po- ridad, la higiene y la moralidad, aspectos
dido decir, con firme fraseología, el doctor- que fuera de las ciudades se presentan en
Clodomiro Zavalia, en su Tratado de Dere- forma menos apremiante. Han ido, por lo
cho municipal, que: tanto, perfeccionándose criterios de gobier-
"interesa dejar establecida la efectiva no y métodos de realización que miran úni-
existencia del Derecho municipal como ra- camente al designio de conseguir los índi-
ma autónoma dentro de la disciplina ju- ces más satisfactorios en el desenvolvi-
rídica. Siendo indudable que las cuestiones miento de la vida urbana".
relativas a la vida comunal están sustan- Por su parte, Korn Villafañe, firme sos-
cialmente previstas en la Constitución, ha- tenedor .de la autonomía orgánica del De-
biéndose desarrollado en el terreno del De- recho municipal, en densa caracterización,
recho administrativo, no sería posible ne- nos tipifica así el Derecho municipal:
gar que en los último tiempos han adquirido "Admitido el distingo entre Derecho pú-
tanta importancia, que llega a ser indis- blico y Derecho privado, corresponde que
pensable un encasillado especial para subdistingamos entre Derecho público con
afrontar debidamente su estudio. Doctrina- acción pública y Derecho público con ac-
riamente se acepta ya la existencia de pro- ción privada.
blemas cuyo planteamiento mira sólo a la "El Derecho municipal es Derecho públi-
necesidad de satisfacer exigencias nacidas co institucional con- acción pública. En
en el núcleo urbano que, grande o pequeño, efecto; su relación con el Estado es de pri-
presenta modalidades propias; vale decir, mer grado; y sus acciones, una vez puestas
en ejercicio, no pueden ser objeto de tran- mente de todas las ramas del D'erecho pú'-
sacción, blico institucional, por la índole del conte-
"En cambio, el Derecho administrativo, nido jurídico.
dentro de cuya órbita algunos tratadistas •"Así, en nuestra opinión, no es lícito
clasifican erróneamente al Derecho muni- identificar al Derecho municipal, ni con el
cipal como un capítulo especializado, es Derecho administrativo, ni con el Derecho
Derecho público institucional con acción constitucional, ni con el Derecho público
privada, que puede ser objeto de transac- provincial, ni con el Derecho impositivo,
ción y que se extingue por desistimiento del ni con el Derecho político; aunque man-
iniciador particular o público. tenga con todas estas asignaturas acentua-
"Poseemos, en consecuencia, un criterio das relaciones de interdependencia cientí-
seguro para trazar la línea divisoria entre fica.
la órbita del Defecho municipal y la órbita "Tampoco es lícito identificar al Dere-
del Derecho administrativo. Ahora bien; cho municipal con la historia institucional,
otros tratadistas clasifican al Derecho mu- a cuya auxilio debe recurrir sistemática-,
nicipal como un capítulo especializado del mente; y menos aún con el Derecho pro-
Derecho constitucional. También esta cla- cesal, del cual depende a los efectos de
sificación, a nuestro juicio, es errónea, a
pesar de que el Derecho constitucional es, individualizar el carácter público de las
como el Derecho municipal, Derecho públi- acciones correlativas y para dilucidar el
co institucional con acción pública. Afir- problema de la competencia en los casos
mamos que el Derecho municipal posee pro- concretos.
blemas propios, los llamados problemas del "El siguiente cuadro sinóptico responde
urbanismo que lo diferencian ontológica- a la-clasificación por nosotros adoptada:
, Derecho constitucional
con acción pública I Derecho impositivo
\ Derecho público provincial
1 Derecho público 'Derecho municipal
Derecho] ^"^ional
í Derecho D. administ. nacional
público, ;
con acción privada administrativo D. adm. provincial
D. adminis. municipal
Derecho político
Derecho público procesal
Historia institucional

"El Derecho municipal es la rama del afirmación. Cuando-la Alemania totalitaria,


Derecho público institucional, con acción haciendo efectivo el principio autoritario
pública, que estudia los problemas políticos- del Fuehrerprinzip, dictó la "Ordenanza
jurídicos y sociales del urbanismo, con au- Comunal Alemana" nacionalsocialista de
xilio del Derecho constitucional, del Dere- 1935, fijó un régimen uniforme para todo
cho impositivo, del Derecho administrativo, el territorio del reich, abarcando todas las
del Derecho político, del Derecho público ciudades y comunas rurales, sentó, aunque
provincial, del Derecho procesal, de la his- con espúrea génesis política, las bases cier-
toria institucional y de la ciencia del ur- tas, de una tipificada codificación del régi-
banismo". men municipal.
Caracterización del Derecho municipal Caído el régimen nacionalsocialista, la
contemporáneo. Entendemos, con el aval mayor parte de sus disposiciones se apro-
de calificados tratadistas contemporáneos, vechó, y, en particular, las referentes a la
que existe un verdadero Derecho municipal, economía comunal. Es que existe una cons-
con autonomía orgánica, en progresiva in- tante, una tensión genérica y una dinámica
tegración y de indudable futuro reconoci- uniforme, para la traducción de la vida
miento universal. comunal.
La vida moderna, con la aparición del fe- Las exigencias del urbanismo'contempo-
nómeno sociológico del urbanismo, exige, ráneo, con sus peculiares restricciones al
ineludiblemente, la vigencia de la aludida dominio, el plexo de la vida municipal con
disciplina, en cuanto la misma se refiera a sus variantes tan ricas en contenido jurí-
la regulación jurídica de las ciudades del dico-económico; las muy particulares rela-
presente y del futuro. ciones de los particulares con los poderes
'Más aún, contamos con un antecedente públicos, la complejidad del tratamiento de
•'e cercana historia que respalda nuestra los problemas vinculados con los servicios
públicos, y, en síntesis, la resultante de la modo que los dictámenes de los asesores
proyección incontenible de la ujbe, obligan legales, desde el procurador general de la
a. que la disciplina jurídica que le sirva de Nación, hasta los producidos en el seno de
continente íormal a tan rica sustancia, po- la más pequeña municipalidad de la cam-
sea-verdadera y orgánica autonomía. paña. La jurisprudencia de los tribunales,
Es que, conviene tenerlo presente, el mu- principalmente las sentencias de la Corte
nicipio no es una aislada biopsia del tejido Suprema de Justicia, ha ido fijando con-
social. Es, lo afirmamos categóricamente, ceptos que deben considerarse definitivos
una célula de integración en el organismo respecto de arduas cuestiones susceptibles
social. En mayor o menor grado, el proble- de amplia discusión en el terreno de la doc-
ma de la gran ciudad de Sudamérica es si- trina. Finalmente, la obra de los tratadistas,
milar al de la gran ciudad de Norteaméri- catedráticos universitarios en su mayoría,
ca o de Europa. La zoniíicación (con su y que si bien es fragmentaria y dispersa,
complejidad interpretativa desde el punto resulta de un incuestionable valor cientí-
de vista jurídico), la planificación urbana fico.
—que hoy nadie puede discutir— y el pro- La interpretación sociológica de las co-
blema anexo de las expropiaciones, devie- munidades del presente, la problemática
nen una disciplina jurídica, de Derecho uniforme del plexo urbano de las ciudades
público, de muy singular caracterización. modernas, la supresión de conceptos insu-
Distintos organismos, de enaltecida per- lares del Derecho y la presencia avasalla-
sonería, trabajan, en el presente, con ahinco dora del urbanismo, nos mueven a afirmar
y capacidad, por estructurar un Derecho que las fuentes del Derecho municipal
municipal de singular relieve autónomo. Por también tienden a una integración supra-
ejemplo, The Municipal Digest o/ the Ame- comunal.
ricas, es hoy rico venero de sugerencias, Se ha dicho, y con razón, que en la re-
como también lo es la American Society forma de nuestro Código civil habrá de te-
Of Planning Officals, con sede en Chicago, nerse en cuenta la vital necesidad de de-
para la determinación de normas de re- jar a salvo el derecho de las comunas, para,
gulación jurídica de la vida comunal. sin alterar !a esencia de las respectivas
Quizá, lo que pueda discutirse, es el acier- instituciones, reglar en detalle y conforme
to de la denominación de Derecho munici- a normas genéricas del urbanismo, los con-
pal. Quizás Derecho urbano sería la deno- ceptos vinculados a la zonificación, plani-
minación más correcta y ajustada al des- ficación, expropiaciones, restricciones al
envolvimiento del núcleo comunal y su con- dominio, etcétera, todo ello vinculado a la
digna traducción en el régimen jurídico relación urbe-función social de la propie-
que lo regula. dad.
Es que del municipio, con reminiscencias Pero el Código de la edificación de cada
de ínsula, de comunidad política funda- comuna, la ordenanza normativa de las
mental, a la urbe contemporánea, como cé- restricciones al derecho de propiedad, et-
lula social de integración, existe un gran cétera, no ha de ser ya la resultante de un
y definitivo paso. Y P.JÍ como ya hoy no enfoque aislado del problema, sino que ha
puede hablarse de federalismo —ni de uni- de responder precisa y científicamente a
tarismo— en el misino sentido de antaño; las exigencias de la vida contemporánea,
tampoco puede haalarse de municipio con a las modalidades típicas de la ciudad mo-
exacto rigor semántico. derna.
En fin, en la medida que entendemos Y el Derecho municipal, que nace con la
que la ciudad moderna es algo más que primera comunidad política, que es infra-
un recinto amurallado, y algo más que estructura del civismo, ha de tener vigen-
una entelequia cívico-económica, entende- cia en los disciplinas jurídicas del presen-
remos que el Derecho municipal es algo más te en una conceptuación distinta a la tra-
que un capítulo del Derecho Constitucio- dicional. Ha de ser el Derecho de la comu-
nal o Je Derecho administrativo. nidad del futuro, en cuanto se atienda a la
Sv 3 fuentes, ya lo ha dicho Clodomiro misma en su anhelo de progreso y su iden-
Za v .día, son, entre nosotros, del más varia- tificación ecuménica en el plano de la
d j carácter e importancia. Desde luego, los civilización.
puntos de partida capitales se encuentran BIBLIOGRAFÍA.•"- Álbrecht, V., y Scheerbarth, W.,
en la Constitución Nacional, cuyos concep- Nenes Gemeinderecht, Mit einer Darstellung der
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pública que queda librada a la prudente religión y Derecho, y, pues, de la personali-
apreciación del soberano (la siyásah shar' dad del Derecho sobre la base de la con-
iyyah). Por ello, se ha observado (Nallino) fesión religiosa —cuius religio eius lex—
que "el fiqh representa por un lado mucho fue extendido a los que, tolerados, profe-
más y por el otro mucho menos de lo que saban otras religiones, también fundadas
para los occidentales es el Derecho". Algunos en textos revelados; la libertad religiosa
autores llaman Derecho musulmán tan sólo de la que gozaban judíos y cristianos (acor-
las partes del fiqh que son estrictamente dada por conveniencia política y económi-
jurídicas de acuerdo con -los conceptos oc- ca), implicó, pues, prescindencia del Dere-
cidentales, con el agregado de aquellas del cho musulmán, por lo cual quedaron ellos
Derecho público que no figuran en él. Otros sometidos a las respectivas autoridades, sin
consideran Derecho musulmán al Derecho ingerencia de la musulmana (ía cual tenía
en vigencia en una región determinada, competencia tan sólo con respecto a los de-
esto es las partes del fiqh que no hayan litos que perturbaban la seguridad pública).
caído en desuso en tal región y el Derecho El principio en cuestión sigue rigiendo en
local consuetudinario. las jurisdicciones confesionales que existen
aún hoy en casi todos los Estados musul-
2. El Corán. Inseparabilidad de religión y manes.
Derecho. Consecuencias
El Derecho musulmán tiene como funda- 3. Insuficiencia del Corán. Necesidad de
mento el Corán. Según la concepción mu- recurrir a otras fuentes
sulmana, Dios, por intermedio del ángel Cuando, muerto Mahoma (632) y termi-
Gabriel, remitió en idioma árabe a Maho- nadas, por consiguiente, las revelaciones]
ma, en la Meca y Medina, este "texto sa- divinas, el Corán resultó ser insuficiente
grado para recitar", para que el profeta como norma de conducta en todas las cues-
predicara la nueva religión y reestructurara tiones dogmáticas, rituales y jurídicas, se
también la forma de vida y la sociedad de recurrió a las tradiciones sobre cosas dichas,
los fieles. En la Meca (609-622), las reve- hechas o aprobadas tácitamente por el pro-
laciones divinas tuvieron tan sólo conte- feta —tres manifestaciones que se compren-
nido religioso y moral; en Medina (622- den en el término general de sunnah—, la
632), investido el profeta de todos los po- costumbre o conducta, infalible, de Maho-
deres en todos los campos de la vida re- ma. También fue tomada en cuenta, por
ligiosa, civil y militar, jefe de una religión las generaciones posteriores, la opinión
nueva y de un Estado nuevo, se extendie- unánime vertida en una época determi-
ron aquellas a otros terrenos, complemen- nada, acerca de cuestiones no resueltas
tando o modificando, por ejemplo en el claramente o no contenidas en el Corán y
campo del Derecho de familia, hereditario, en las tradiciones, por todos los "doctores"
penal y patrimonial, normas jurídicas que —los úlamá, hombres expertos en estudios
Mahoma había aceptado del Derecho con- teológicos y jurídicos—, intérpretes legíti-
suetudinario. mos de los textos sagrados, y por consi-
Se modificó, pues, el concepto de legisla- guiente titulares, ellos, del poder legisla-
ción. Esta ya no representaba la manifes- tivo. Se recurrió finalmente a la deducción
tación de la voluntad del pueblo o del so- analógica, que consiste en trasladar una
berano, sino la expresión de la voluntad norma de la "raíz" —el caso formulado
misma de Dios. La ley debía ser entendida expresamente en las fuentes— a una rama
a la vez como un deber civil y un deber de la misma, vale decir a un caso nuevo
religioso, uno inseparable del otro, que todos no contemplado en aquéllas.
los musulmanes tenían que cumplir inde- Tradiciones (hadith), opinión de los doc-
pendientemente del lugar en que se, encon- tores (igmá) y analogía (qiyás), encabe-
traran y del soberano del que dependie- zadas por el Corán —el gran texto sagrado,
ran. Casi ya no se distingue, en el to- "palabra de Dios" —representan las cua-
talitario .sistema islámico, lo espiritual de tro fuentes del Derecho musulmán, las raí-
lo temporal; la vida política y la vida re- ces o fundamentos del fiqh. La discipli-
ligiosa son partes indisolubles de un todo na —surgida en el siglo ix—, que estudia
único. Presupuesto del disfrute de los de- la naturaleza de estas raíces y las rela-
rechos civiles, la fe común; el concepto ciones entre las mismas, se llama usúl al
de territorialidad, inexistente; el soberano- fiqh.
o el Estado, con amplísimos poderes sí, pero
desprovistos casi por completo del poder 4. Las escuelas
legislativo, meros custodios y ejecutores de La interpretación de las fuentes, cuya
la ley. necesidad se había hecho patente, y la
Este principio de la inseparabilidad de elaboración del fiqh, se realizaron con di-
vergencias de método y normas, a raíz de la mayor parte de los habitantes del te-
los distintos resultados concretos a que se rritorio de El Cairo y Delta egipcio (aun-
había arribado en la solución de los varios que el sistema oficial del gobierno sea el
casos y por la mayor importancia que los hanefí), Hadramaut, Heyaz y el 70 por
doctores asignaban a uno u otro criterio ciento de los musulmanes que habitan el
deductivo o a alguna de las fuentes, a ex- Estado de Israel da población musulmana
pensas de las demás. total del-' mismo representa el 8 por ciento
Tales divergencias determinaron el sur- de la población judía), todos los sunníes
gimiento de un gran número de escuelas o del Yemen y los kurdas; y
sistemas (madhhab) —mal llamados sec- la escuela hambalí, fundada por Ahmad
tas e impropiamente ritos—, que convirtie- ibn Hanbal (780-855), profesada por toda la
ron el fiqh en disciplinas autónomas, en población de Arabia central, Nejed y te-
auténticos códigos de los musulmanes. De rritorios sobre el Golfo Pérsico, y algunos
este modo, las revelaciones divinas y las grupos en Irak, Siria e Israel.
tradiciones quedaron desprovistas, por lo Además de las mencionadas, siguen exis-
general, de interés práctico y fueron rele- tiendo las escuelas de los heterodoxos,
gadas a un segundo plano, alcanzando una giafarí, zaidi, ibadí. El sistema giáfarí está
importancia de orden especialmente lite- reconocido oficialmente en Persia por los
rario. Y cuando el fiqh fue insuficiente xiíes, que forman la casi totalidad de la
para solucionar un caso insólito o espe- población, y por los xiíes de Irak, Siria,
cialmente complicado, se recurrió al dicta- Líbano, Jordania, Yemen, india.
men razonado (jatwá), emitido por el
mufti. Es imposible establecer las característi-
Muchas de dichas escuelas desaparecie- cas de cada una de las cuatro escuelas sun-
ron al poco tiempo y otras sobrevivieron, níes desde el punto de vista de su conte-
no sin dificultades, hasta el siglo xni. Las nido de normas positivas. En algunos casos,
escuelas que más acogida tuvieron entre se pone de manifiesto, en la escuela ha-
los ortodoxos o sunníes (adeptos de la sun- nefí, una tendencia menos rigurosa con res-
nah) —que constituyen la enorme mayo- pecto a las demás; en otros casos, es más
ría de los musulmanes— y que existen aún restrictiva. Nallino cita, como ejemplos de
hoy, son las cuatro siguientes: estas dos tendencias, respectivamente la
La escuela hanefí, fundada por Abü Ha- admisión de las hiyal o subterfugios jurídi-
nifah (700-767), que se extendió a todo, el cos, y la extensión del concepto de cosas
Imperio otomano, y es hoy oficial para los usurarias que, limitado para los malequies
musulmanes sunníes en Jordania, Líbano, y xafeíes a los metales preciosos, abarca
Siria, Irak, Afganistán, Pakistán y, limita- para los hanefies también todas las cosas
damente al estatuto personal, para los sun- fungibles que se venden a peso o según
níes que viven en Egipto, Sudán, India, Yu- medidas de capacidad.
goslavia, Rumania, Bulgaria, como así tam- Las divergencias entre, las cuatro escue-
bién es oficial, pero juntamente con otras las ortodoxas y las heterodoxas no son ma-
escuelas, en Eeyaz, Eritrea, Marruecos y en yores que las existentes entre una y otra
Argelia y Túnez, en que existe, precisamen- escuela ortodoxa. La más grave divergen-
te, la doble jurisdicción hanefi y malequí; cia entre el madhab giáfarí y los sunníes
hanefi es la mayor parte de la población consiste en haber admitido aquél la mut'ah,'
de Turquía, que es totalmente musulmana, el matrimonio temporáneo, cuya duración
y también son prevalenteemnte hanefies está fijada en el contrato y se disuelve au-
los sunníes de China continental, que son, tomáticamente al vencer el término.
aproximadamente, 50 millones; El sunní puede pasar de uno a otro ma-
la escuela malequí, que tuvo por fundador dhhal), siempre que esto le sea permitido
a Málik ibn Anas (7137-795), seguido en por el que piensa abandonar y por el nue-
parte de Egipto y por la casi totalidad de vo. La pertenencia al sistema depende, por
los sunníes del África del Norte a Oeste de lo general, del nacimiento, emigración o
Egipto, Mauritania, Sudán central y occi- casamiento. El partidario de un madhhab
dental francés, Nigeria,, noroeste de Eri- puede, en determinadas circunstancias, ate-,
trea; nerse a las normas de otro. Si en un juicio
la escuela xafeí, fundada por Muhammad las partes -profesan distintas escuelas, se
ash -Shafi'i (767-820), cuyos adeptos cons- siguen las normas correspondientes a la
tituyen la tercera parte de los musulmanes que pertenece el demandado, salvo que la
sunníes, siendo ellos todos los habitantes autoridad no imponga al tribunal un ma-
sunníes de las Indias Neerlandesas, Etiopía dhhab determinado. Pero el juez falla, ge-
meridional, Somalia, una pequeña parte de neralmente, de acuerdo con lo establecido
los de Eritrea, los de» Kenya y Tanganika, por la escuela a la que pertenece.
Concretando, "doble es, en el islamismo, 6. Clasificación de las acciones humanas
la personalidad del Derecho: una, funda- en cinco categorías legales
mental, que deriva del hecho de profesar
la religión musulmana, y otra que depen- El fiqh clasifica las acciones humanas en
de de la circunstancia de pertenecer a una cinco categorías legales, que son: 1) accio-
de las cuatro escuelas ortodoxas o a una nes obligatorias, cuya omisión constituye
de las heterodoxas" (Nallino). culpa y pecado punible también en la vida
futura; 2) recomendadas, cuya realización
En Turquía, el Derecho musulmán fue será compensada en la vida futura, sin que
suprimido en 1926, y en lo que respecta a la omisión de las mismas signifique culpa
las prácticas del culto, se sigue el sistema o desmerecimiento; 3) indiferentes o líci-
hanefí. En la Rusia soviética, el Derecho tas, las acciones que la ley no recomienda
musulmán fue abolido en los años 1926- ni reprime, y la realización de las tuales
1929; en cuanto a la religión, los musul- no da pues lugar ni a premios ni a penas;
manes que habitan Rusia, en número de 4) desaconsejables, cuya realización no
40-50 millones, han sido divididos en cua- comporta castigos en la vida presente o
tro circunscripciones. La correspondiente a futura; 5) prohibidas categóricamente o
Rusia asiática central y Kazakstán es la ilícitas.
más importante, por el número de musul- (También son cinco los fundamentos del
manes, que agrupa (unos 30 millones) y islamismo r'eferentes a la actividad externa
la función de gravitación que ejerce, en del creyente hacia Dios (ibádát); la mis-
el campo religioso, para todo el mundo ma, aunque integre, como se ha dicho al
árabe; ahí funciona la Universidad del Asia comienzo, el fiqh —Derecho musulmán—,
Central, que ha reemplazado a las escuelas, no es objeto de estudio en la presente voz.)
y está Bucara, la ciudad santa y, en cierto Corresponde dar ahora una ojeada de
modo, el centro del Islam rojo. conjunto a las normas de Derecho público
5, Intervención del soberano en materia y privado que son comunes, en términos
generales, a los distintos fiqh y que derivan
'•'"''• de Derecho de las cuatro raíces del Derecho musulmán.
Como se ha visto, el fiqh se ha formado Las normas observadas más estrictamente
y desarrollado, por intermedio de los doc- son las que atañen a esas partes del De-
tores, con prescindencia del soberano. Su recho privado, como ser derecho de fami-
intervención en materia de Derecho es tan lia, hereditario y fundaciones piadosas, que
sólo indirecta, y ya nos hemos referido bre- están especialmente relacionadas con la
vemente a la misma. Además de poder inter- religión, mientras normas y doctrinas del
venir ante el juez (qádí), estableciendo que Derecho público han experimentado —ya
juzgue de acuerdo con un madhhab deter- lo hemos señalado— restricciones y cam-
minado, la autoridad estatal puede imponer bios, bajo la influencia de los tiempos y
el acatamiento a una norma que ya es pre- de los criterios adoptados por legislaciones
dominante en el mismo o bien prohibir que occidentales.
el tribunal se ocupe de algunas materias. En cuanto a los puntos de contacto del
Tal intervención del soberano en materia fiqh con otros derechos, los tiene con el
de Derecho se ha ido extendiendo conside- Derecho hebreo y, más evidentes aún, con
rablemente en los tiempos modernos, ha- el Derecho canónico, a pesar de distinguir
biéndose admitido tácitamente que él pueda este último entre lo moral y lo jurídico y
incluso prohibir cosas que el fiqh considera no preocuparse de cuestiones que la Iglesia
lícitas. De este modo, quedaron suprimidas, no incluye entre sus fines. La influencia
en el siglo pasado, la esclavitud y la pena del Derecho romano y persa ha sido escasa.
del tallón en los Estados árabes del Me- La disciplina que estudia las ramas de
diterráneo. los fundamentos del fiqh se llama furü
Las modificaciones que se han operado al-fiqh. Quedan excluidas del resumen las
en la vida política y cultural de la mayor normas referentes al rito.
parte de los países musulmanes han tenido II
precisamente como consecuencia una res-
tricción en la aplicación del fiqh, por no DERECHO PÚBLICO
coincidir ya éste con" aquéllas, e incluso 1. La soberanía. Constitucionalismo
la supresión de principios fundamentales. moderno
Solamente Arabia Saudita, el Afganistán y
Yemen aplican completamente el fiqh aún Muerto Mahoma sin que el Corán o la
pues en las partes que menos se concillan Sunnah determinaran algo acerca del ré-
con el espíritu moderno. gimen estatal de su comunidad, se otorgan
todos sus poderes, menos —claro está—
los especiales referentes a la que había tea la inobservancia de la ley y el fracaso
sido su misión profética, al califa. El ca- de otros muchos ideales religiosos, la piedad
lifa es el jefe de la monarquía islámica, musulmana se fortifica y consuela con la
vale decir de los países cuyos territorios es- esperanza de la gran restauración, que al
tán habitados por musulmanes (e infieles fin llevará a cabo algún día el Mahdi, per-
tolerados), en contraposición con los países sonaje que de los esoterismos de las es-
llamados de guerra, por estar habitados y cuelas heterodoxas va penetrando cada día
gobernados por infieles que -no pertenecen más la conciencia de todos los creyentes
a religiones reveladas, en los cuales no se fervorosos; el reino del Mahdi, especie de
admite que vivan musulmanes. Estas na- Mesías musulmán, será la realización com-
ciones deben ser sometidas, precisamente, pleta del ideal islámico" (López Ortiz).
por la guerra, la obligatoria e ineludible Un golpe tremendo a la doctrina clásica
guerra santa. del Derecho público musulmán dio, en los
El soberano o cailfa, a cuyos poderes legis- países árabes del Mediterráneo, el decreto
lativos ya nos hemos referido, y que es, en sultánico del 3 de noviembre de 1839, por
materia de dogma y rito, un creyente como el cual se proclamó la igualdad jurídica y
cualquier otro musulmán, detenta, en todos moral de todos los subditos del Imperio
los demás asuntos del Estado, autoridad otomano, sin distinciones de confesión reli-
absoluta y suprema. El califato es confe- giosa; pero se conservó la exclusión de los
rido por elección, no popular, sino de las no musulmanes del servicio militar. El al-
personas más adecuadas para conocer las cance de dicho decreto fue ampliado por el
exigencias de la comunidad; cabe también decreto imperial del 18 de febrero de 1856,
la designación de la persona hecha por el que estableció también la prohibición de
antecesor, que es, por lo general, un miem- emplear en los actos públicos expresiones
bro de su familia, lo cual ha dado lugar injuriosas- para los no musulmanes. De los
a situaciones semejantes a un sistema he- principios del Derecho público, sobrevive
reditario. Pero los madhhab ortodoxos no en la actualidad el de la personalidad del
han reconocido nunca este derecho. Con- Derecho sobre .la base de la confesión re-
diciones para la elección son, además de ligiosa, en lo que concierne al estado de las
la condición de musulmán, la edad madura, personas, familia, sucesiones, fundaciones
sexo masculino, libertad, pertenencia a la piadosas, para cuyas materias cada confe-
tribu de los Quraish (la de Mahoma). Si sión conserva sus tribunales y su jurisdic-
el califa se convierte en un tirano, el pue- ción.
blo o los que lo han elegido tienen derecho 2. Sistema tributario
a destituirlo. Primer ministro —como se
podría llamar con terminología moderna— Con el término zakáh se entendió, en
del califa, es el visir, auténtico alter ego origen, la limosna de los fieles a los nece-
del soberano con todos los poderes del Es- sitados. Luego, al convertirse Mahoma en
tado; tal cargo fue creado por el primero jefe político de la comunidad musulmana
de los califas abasidas, a mediados del y al tener que enfrentar gastos cada vez
siglo vin. mayores en el interés general y en la lucha
El califa puede confiar el gobierno de contra los infieles, la zakáh fue puesta vo-
algunas partes del Imperio a príncipes, con luntariamente a disposición del profeta pa-
el título de sultán, rey, emir (gobernador ra que él mismo la repartiera. Con posterio-
de provincia), otorgándoles sus mismos ridad a la muerte de Mahoma, la zakáh se
poderes en los territorios respectivos. Pero convierte en un auténtico impuesto religio-
el Derecho musulmán no ha reconocido so, destinado especialmente a la guerra san-
como legales tales situaciones y gobiernos, ta y a la beneficencia, que cada musulmán
considerando que en los mismos la ley re- debe abonar anualmente, conforme a tari-
velada padece siempre notables detrimen- fas establecidas en cada caso, sobre la tie-
tos, y ha condenado, por consiguiente, el rra que es de originaria propiedad de mu-
fraccionamiento de la comunidad musul- sulmanes y tal ha quedado, y otros bienes
mana, la cual debe formar una sola nación e ingresos (cosechas, fruta, ganado, oro y
bajo un solo soberano. Como quiera que plata, mercaderías). No es necesario que
sea, al derrumbarse, en 1258, el califato la zakáh sea entregada al gobierno, pero
abasida y frente a las situaciones de hecho éste puede exigirlo. El impuesto territorial
posteriores, "los juristas han adoptado una se regula por las cosechas. Ciertos bienes,
postura de acatamiento resignado, y sue- como los tesoros ocultos, adquiridos por
len decir que cualquier persona que de- ocupación y equiparados al botín de guerra,
tenta el poder debe ser obedecida para evi- están gravados por un impuesto especial,
tar mayores males... Ante este problema, en razón de la quinía parte, siendo el era-
como en general ante todos los que plan- rio público el destinatario del mismo.
Los ínfleles pagan una vez por año, al hurto: amputación de la mano derecha y,
recaudador islámico, un impuesto personal, en caso de reincidencia, amputación de pie
el gizyah, que se considera parte integran- y mano alternativamente; ingestión de be-
te del conjunto de bienes que les ha sido bidas embriagantes: 40 azotes; bandoleris-
quitado pacííicamente. Otro impuesto a su mo: las penas varían de la muerte a la
cargo es el territorial, más elevado que el fustigación.
que pagan los musulmanes (kharág). Los Los delitos cometidos contra infieles y
tributos pagados por los infieles sirven para esclavos son castigados con penas inferio-
atender a los gastos de utilidad general. res (por lo general, la mitad) que las apli-
Diñara es el organismo administrativo cadas a delitos contra libres, pero también
central, cuya misión principal es la admi- es inferior la pena si autores de.los delitos
nistración financiera. son infieles y esclavos.
3) delitos, no contemplados por la ley,
, 3. Derecho penal que comportan otras transgresiones a los
El castigo del culpable sigue siendo, en preceptos divinos. La fijación de la pena
el Derecho musulmán, en parte, un asunto queda librada a la libre y amplia aprecia-
de Derecho privado¡ Efectivamente, en va- ción del juez, pero en todos los casos la
rios casos no es la autoridad, sino el propio pena debe estar por debajo de la corres-
damnificado quien tiene el derecho de ob-. pondiente pena fija. Así, por ejemplo, si el
tener el castigo del delincuente o de con- juez conmina la pena de la fustigación,
donarle la pena o de ejecutarla personal- puede hacer aplicar, a lo sumo, 39 azotes
mente (como ocurre cuando hay flagran- si el reo es un libre, y 19 si es esclavo,
cia). y no, respectivamente, los 40 y 20 que com-
La ley divide los delitos y las penas co- porta la pena fija de la fustigación (in-
rrespondientes en tres categorías, que son gestión de bebidas embriagantes).
las siguientes: Con respecto a algunos delitos; como ser
1) delitos contra la vida y el cuerpo. homicidio culposo, se pueden imponer,
Las penas son el talión (qisás) y la compo- además de la pena, penitencias expiatorias
sición (diyah). La pena del talión se aplica (kaffárah), que consisten, por ejemplo, en
en caso de homicidio doloso y lesiones la manumisión de un esclavo o, de no exis-
corporales dolosas. Si el talión no está ad- tir tal posibilidad, en un ayuno de tres
mitido o si se renuncia al mismo, se puede días.
pedir la composición, que puede ser grave o 4. Derecho judicial
leve; en caso de homicidio, consiste en la
entrega de cien camellos, cuya calidad y El califa detenta la plenitud de la auto-
edad se determinan de acuerdo con la na- ridad judicial por intermedio de qádi, juez
turaleza de la composición, o, de no ser único en lo civil y en lo penal, inapelable,
tales animales disponibles, el valor corres- que él mismo nombra. Para desempeñar
pondiente. No se hace lugar a la pena del el cargo, se exigen la condición de musul-
talión por ejemplo por falta de dolo o en mán, libertad, sexo masculino (pero la
caso de que la víctima sea un infiel y el escuela hanefí admite las mujeres), ple-
autor un musulmán o, respectivamente, una nitud de facultades físicas e intelectuales,
mujer o un esclavo, y un hombre libre; moralidad sin tacha, conocimiento perfecto
tampoco se aplica el ius talionis al que de la ley. El juez tiene que atenerse al fiqh
ha matado o herido a su propio hijo. In- correspondiente a la escuela a la que per-
fieles, mujeres y esclavos reciben una com- tenece, salvo que la autoridad no imponga
posición inferior a la que correspondería un madhhab determinado (v. n. 5). No
si la víctima fuera un musulmán o un | puede juzgar de acuerdo con su aprecia-
libre. ción personal. Puede fundamentar el fallo
2) delitos cuya comisión comporta pe- tomando en cuenta el conocimiento per-
nas fijas. Los delitos son: la apostasía, o sonal que tiene del hecho. Debe recabar,
sea el acto por el cual el musulmán abjura en casos especiales, la opinión de los doc-
de su fe, y la blasfemia o injuria contra tores del lugar. Puede intentar que las
Dios, un ángel o un profeta: si el apóstata partes lleguen a una transacción.
no se retracta, es condenado a muerte; la Las atribuciones normales del qádí in-
fornicación, esto es la relación sexual no cluyen, además del conocimiento y resolu-
legitimada por una situación legal de ma- ción de los litigios planteados ante su tri-
trimonio o de posesión de una esclava: bunal, otros actos, como proveer de tutela
la pena varía de 100 azotes a la lapidación; a los menores « incapacitados y velar por
calumnia (entendida como falsa imputa- la buena administración de las fundacio-
ción de fornicación de parte de un mu- nes piadosas. También puede ser nombra-
sulmán jurídicamente capaz): 80 azotes; do, en su distrito, un qádí con. atribuciones
restringidas: qádi de matrimonios, qádi y físicamente. El concebido y no nacido ya
militar, etcétera. Una sentencia equivocada es sujeto de derechos. La capacidad de ges-
puede ser reformada por el mismo qádi o tionar personalmente derechos, está limi-
por su sucesor, siempre que se ponga en tada por distintos factores, como la edad,
duda la honorabilidad de aquél. La prin- el sexo y el uso deficiente de las facultades
cipal sanción del incumplimiento de los mentales. En cuanto a la edad, está com-
deberes de parte del juez, es la que Alian pletamente incapacitado para contratar, el
reserva para los pecadores en el día supre- menor de siete años; desde los siete años,
mo. "Francamente —comenta López Ortiz— puede cumplir actos jurídicos estrictamen-
la perspectiva que ofrece en este aspecto te personales con intervención del padre
la carrera judicial es de las menos tran- o del tutor. En lo que respecta al sexo, la
quilizadoras: De cada tres jueces —supo- condición de la mujer, que había mejorado,
ne la tradición que habría dicho Mahoma gracias a Mahoma, al ser la mujer igualada
mismo—, dos irán a la "Gehenna", y sólo al hombre ante la religión, no experimentó,
el otro se salvará". en cambio, mayores modificaciones en el
En los Estados musulmanes, con excep- orden civil; para contraer matrimonio, ne-
ción de aquellos en que se aplica estricta- cesita la intervención de un tutor; como
mente la ley, se ha ido formando una doble testigo, su testimonio vale la mitad que el
jurisdicción, religiosa y laica. La primera del hombre; los derechos hereditarios que
atiende a los asuntos relacionados con el tiene son limitados; adquiere la capacidad
derecho de familia, hereditario, fundacio- de obrar al consumarse el matrimoirio'ó
nes piadosas, etcétera; la segunda es com- al llegar a una edad en la que ya no es
petente para los demás asuntos y admite probable que pueda casarse; la poligamia,
criterios adoptados por legislaciones euro- su claustración también señalan, en forma
peas. inequívoca, la condición de inferioridad de
El procedimiento es muy simple. Las la mujer.
pruebas instrumentales tienen valor sola- El loco está equiparado al impúber, pero
mente para el sistema malequi. Pruebas tienen validez algunos actos realizados por
importantísimas son la testifical cuando él en los momentos de lucidez.
sea prestada, aun sin juramento, por dos También limitan la capacidad de obrar,
testigos varones, musulmanes y libres. En por ejemplo, una enfermedad sin curación
algunas cuestiones en que comúnmente y la declaración de insolvencia.
sean competentes sólo las mujeres (parto, Son esclavos los que adquieren esta con-
etcétera), se necesitan como testigos cua- dición por nacimiento; nacen esclavos los
tro mujeres o bien un hombre y dos muje- hijos de esclavos; si el padre y la madre
res. El testimonio de los infieles está des- son de distinta condición, el hijo sigue la
provisto de valor. de la madre. Civilmente el esclavo as un
La ley admite un juramento especial en bien venal. Su dueño puede venderlo, do-
el caso de homicidio, si el pariente más narlo, alquilarlo, empeñarlo, etcétera. (En
próximo de la víctima señala como autor el siglo pasado, la Meca se convirtió en el
a una o más personas, pero sin probar su centro del comercio de esclavos.) No pue-
culpabilidad. Si el juez puede pensar que, de ejercer cargos jurisdiccionales, ni de-
atento a las circunstancias en qae. se ha poner como testigo. No tiene el derecho de
verificado el delito, la denuncia es fundada, propiedad, pero, con el consentimiento de
y el actor jura 50 veces seguidas que dice su dueño, puede disponer de su peculio,
la verdad, el acusado tiene que pagar la representado por sus ganancias, y con él
composición. Pero si dicha suposición a fa- comprar la libertad. Siempre que su dueño
vor del actor no existe, se absuelve al acu- se lo permita, puede contraer matrimonio
sado, una vez que éste haya jurado, 50 ve- y casarse con mujeres libres (de dos a
ces seguidas, que es inocente. cuatro, según las escuelas). Puede ser ha-
bilitado al comercio o al ejercicio de un
III arte. El dueño no tiene derecho de vida o
DERECHO PRIVADO muerte sobre el esclavo, ni puede some-
terlo a malos tratos. Si la esclava, concu-
1. Estado y capacidad de las personas. bina del dueño, da a luz, no puede ser
Los esclavos enajenada, y, cuando él muere, adquiere la
El presupuesto fundamental de capaci- libertad y el hijo tiene los derechos que
dad del musulmán es, como se ha visto, tendría si fuera legítimo.
la religión de la persona, su pertenencia a El acto de dar la libertad a los esclavos
la comunidad musulmana. Tiene la plenitud es considerado en el Islam altamente me-
de derechos el que, además de musulmán, ritorio. El dueño que manumite se con-
es varón, púber, libre, probo, sano mental vierte en patrono. El patronato comporta
derechos de tutela y sucesión, siendo su de bienes o ganancias. La mujer no puede
naturaleza similar al vínculo familiar. realizar actos de liberalidad sin el consen-
El hombre libre no puede renunciar a timiento del marido.
su libertad. Un musulmán no puede escla- El matrimonio puede ser disuelto por di-
vizar a un compañero de fe. vorcio, el cual puede ser promovido por par-
Puédese decir, concluyendo, que el es- te del marido, aún sin causa justificada; se
clavo no carece, en el Islam, de derechos. admite la solicitud de divorcio formulada
En cambio, el esclavo romano fue tan sólo por la esposa, siempre que medien motivos
una cosa. fundados (impotencia del marido, incum-
Personas jurídicas son el erario público, plimiento de las condiciones del contrato).
la herencia yacente y los fundaciones pia- También se disuelve el matrimonio, además
dosas. La doctrina de las personas jurídicas de por muerte de uno de los cónyuges, por
no está desarrollada, en el Derecho musul- juramento de abstinencia del marido o por
mán, en forma sistemática. juramento imprecatorio, con el cual el ma-
rido, al no disponer de pruebas, jura so-
2.. Derecho de familia ' lemnemente que su esposa ha cometido
Mahoma prohibió la mut'ah o matrimo- adulterio y que sus hijos son ilegítimos. El
nio temporáneo (admitido, como se ha mismo Corán fija el ceremonial del jura-
visto, en el sistema giafarí), y convirtió el mento. Dice al respecto el texto sagrado
matrimonio ordinario en un contrato bi- (XXIV, 6-9): "Aquellos que acusan a sus
lateral. Para contraer matrimonio y para esposas de infidelidad y aducen como úni-
que éste sea válido, se exigen varias con- ca prueba la propia, deben invocar a
diciones. En cuanto a la capacidad, los Alláh cuatro veces en testimonio de que
contrayentes deben ser púberes, aptos para han dicho la verdad, y la quinta vez invocar
consumar el matrimonio, en el uso de sus sobre ellos mismos la maldición de Alláh
facultades mentales. El hombre debe ser por si hubieran mentido. La esposa queda-
musulmán; no es necesario que lo sea la rá exenta de pena si invoca a Alláh cua-
mujer, pero debe pertenecer a una religión tro veces en testimonio de que su marido
revelada; la mujer musulmana no se puede ha mentido, y la quinta vez invocará sobre
casar con un no musulmán. La incapacidad ella misma la ira de Alláh por si su marido
de obrar de la mujer está obviada, cuando hubiera dicho la verdad".
se casa, por la representación ejercida, pre- Otro medio de disolución del matrimonio
cisamente, por el tutor matrimonial a los es el repudio por parte del marido. Para
efectos del contrato; tutor matrimonial que sea válido, debe ser pronunciado tres
puede ser el padre o un agnado. Debe ha- veces antes del vencimiento del término de
ber consentimiento y el marido debe en- cuatro meses y diez días —llamado 'iddah—,
tregar a la esposa el dono nupcial o dote, en el que quede demostrada la libertad del
simbolizando así los derechos adquiridos vientre (también debe observarlo, al cam-
sobre ella, su superioridad de varón. La biar dueño, la esclava, pero en razón de
dote debe guardar relación con la condi- la mitad de dicho "tiempo de espera"). El
ción social de la esposa, con su edad, in- marido puede dejar sin efecto el repudio
teligencia y belleza. y retomar la esposa antes del vencimiento
Las características fundamentales del de la 'iddah; pero si deja pasar el término
matrimonio en el Derecho musulmán son, (y ha pronunciado los tres necesarios re-
precisamente, el hecho de que, para cele- pudios) , débese llevar a cabo otro matri-
brarlo, no figura como parte la esposa, sino monio y el marido tiene, pues, que entregar
su tutor, y la entrega de la dote por parte a la esposa otra dote; esto es factible so-
del marido. lamente en caso de que la mujer repudiada
El parentesco, la afinidad, el parentesco haya contraído, después de la 'iddah, otro
llamado de leche son, en ciertos grados, matrimonjo y que éste haya sido disuelto
impedimentos al matrimonio; también lo por repudio o cualquier otra causa.
es la inferior categoría del hombre res- En agosto de 1956, el gobierno de Túnez
pecto e la de la mujer. resolvió abolir la poligamia y el repudio.
El hombre puede tener hasta cuatro es- Tales medidas representan un paso tras-
posas. La esposa debe al marido la pres- cendental para la evolución social del país
tación conyugal y obediencia. El marido y la elevación de la mujer, y están desti-
debe proveer lo necesario a sus esposas y nadas a tener gran repercusión en todas
transcurrir sus noches . alternativamente las naciones musulmanas.
con ellas. Cada uno de los cónyuges es Los hijos deben obedecer y honrar a sus
administrador de sus bienes, con indepen- padres. La representación y asistencia del
dencia de los del otro, no produciendo el padre a sus hijos menores es, más que pa-
matrimonio ningún género de comunidad tria potestad, una tutela. Se consideran
hijos del marido los nacidos de su esposa padre, demás ascendientes paternos, etc.).
como mínimo seis meses después de la Si no hay agnados, la parte de herencia
consumación del matrimonio o, a más tar- que queda una vez pagados los herederos
dar, cuatro años después de su disolución. alcoránicos, pasa al patrono. El orden que-
Si la paternidad es jncierta, se admite un da establecido como sigue: herederos alco-
peritaje fisonómico. ránicos, agnados, patrono, erario público,
Entre ascendientes y descendientes exis- parientas que no podrían suceder como he-
te la obligación de la suministración de rederos alcoránicos.
los alimentos. Los herederos tienen derecho a la heren-
La adopción que es, de por sí, un acto cia una vez abonadas las deudas heredita-
vedado, no crea parentesco ni derechos rias, entre las cuales figuran, en primer
hereditarios. término, las obligaciones contraídas en vida
por el difunto. Recuerda Juynboll que, se-
3. Derecho hereditario gún la antigua creencia árabe, el alma
Para las dos terceras partes del patrimo- del muerto expía en el sepulcro sus deudas
nio la sucesión es legítima. En ningún caso hasta que el heredero no las pague.
se confunde el patrimonio del difunto con El heredero testamentario es un legatario
el del heredero. que puede recibir solamente objetos parti-
Dispone el Corán (IV, 12-15): "Dios os culares.
encarga que deis a vuestros hijos: a un La capacidad de suceder corresponde
hijo varón como a dos mujeres; si hay sólo hasta el concebido y no nacido.
hijas mujeres —dos o más de dos—, re- Las cuotas alcoránicas pueden ser alte-
cibirán ellas la tercera parte de la he- radas por concurrir en la misma persona
rencia; si hay una sola,, la mitad. Los un doble título a la herencia, alcoránico
padres del difunto, una sexta parte cuan- y agnaticio, o por asimilación de catego-
do hay un hijo; si no hay hijos y heredan rías. Esto da lugar a problemas jurídico-
los padres, la madre recibirá la tercera matemáticos, a veces en extremo comple-
parte, pero si hay hermanos del difunto, jos, resueltos en parte por los doctores.
recibirá 'solamente la sexta parte. Vosotros, Como indignos, quedan excluidos de la
los hombres, recibiréis la mitad de la he- herencia el que ha producido la muerte
rencia de vuestras mujeres en el caso de del de cuius, los infieles y los esclavos.
que no dejen hijos; de lo contrario, sólo
la cuarta parte. Ellas, las viudas, recibirán 4. Derechos reales y obligaciones
la cuarta parte de vuestra herencia en el Los juristas musulmanes tienen, acerca
caso de que no dejen hijos; de lo contrario, de la naturaleza de algunos derechos rea-
una octava parte. Si el testador muere les, una concepción totalmente distinta de
sin dejar consanguíneos en línea recta y la occidental. Si alguno tiene el usufructo
hay un hermano o una hermana de él, és- de una cosa y otro la simple propiedad, los
tos recibirán la sexta parte cada uno; si doctores no ven dos derechos reales dis-
son más, recibirán, conjuntamente, la ter- tintos (propiedad y usufructo) sobre una
cera parte". Esta última disposición ocasio- cosa única, sino dos derechos iguales, o sea
nó dificultades; ¿por qué sólo la sexta par- derechos de propiedad sobre dos cosas dis-
te al hermano, que es, en esté caso, el con- tintas; consideran que uno es propietario
sanguíneo más próximo? Al emplear las de la cosa y el otro propietario de las ven-
palabras "hermano" y "hermana", ¿no tajas que la misma proporciona.
quiso referirse el Cor.án a un hermanastro La tierra muerta, vale decir inculta y
y una hermanastra del lado materno? Una abandonada, se convierte en propiedad de
nueva revelación (Corán, IV, 175), aclaró quien la trabaja, atento al valor extraor-
la duda: "...Si quien muere no deja hijos dinario que el Derecho musulmán asigna
y hay una hermana, ésta recibirá la mi- al esfuerzo del trabajo productivo. La mi-
tad de la herencia; si hay dos, recibirán na es accesible a todos. El tesoro, si perte-
conjuntamente la tercera parte; pero si nece a época preislámica, es considerado
heredan juntamente con hermanos, el her- botín de guerra, cuya ocultación constitu-
mano recibirá como dos hermanas". ye hurto; la quinta parte está destinada
Con tales disposiciones, estos herederos al erario público si el tesoro aparece en
alcoránicos —cuyo número ha sido aumen- tierras de dominio público, reservándose el
tado luego por la jurisprudencia— tienen inventor los cuatro quintas partes; si el
una situación de preferencia con respecto a tesoro no se puede considerar preislámico,
los agnados. es tratado como cosa extraviada, debiendo
Lo que resta después de satisfechas las pues ser denunciado y depositado; pero el
cuotas alcoránicas, pertenece, pues, a los inventor puede apropiarse del mismo 'si des-
[ agnados (hijos, nietos —hijos de hijos—, pués de un año no comparece nadie recia-
mandólo como dueño. Si el tesoro aparece utilización, pago del producto a los que
en tierras sometidas por capitulación, las tienen derecho a recibirlo, etc.), tiene va-
cuatro quintas partes pertenecen a los ha- lor tan sólo lo que el fundador ha dispuesto.
bitantes. BIBELIOGRAFÍA. — Finzi, M., "Spergiuro; falsa tej-
Obligaciones unilaterales son la promesa timonianza e calumnia presso gil arabi", en Scuolt
pública de premio en una carrera de ani- Positiva. 1913, XXIII, págs. 1057-1060. — Halíl Iba
males o en el tiro de flechas y la promesa Isháq,/¡ "Muhiasar" o summario del Diritto molí.
hecha al que entregue una cosa extraviada chita, versión y notas por I. Guldl y D. Santillana,
2 ts., Milán, 1919. — Islamismo, en Enciclopeiit
o un esclavo o un animal que han huido. Italiana Treccani, t. 19, págs. 603-622. Roma, 1933.
En los negocios jurídicos se exige la ob- — Juynboll, Th. W., Manuale di Diritto musv.V
servancia de la forma con empleo de ex- mano secando la dottrina de Ha scuola scio/eitu,
presiones en las que conste la naturaleza trad. del alemán y notas por G. Baviera, Milán,
1916. — Las leyes del Islam, trad. del árabe, cla-
del negocio y la intención de las partes. En sificadas y comentadas por C. Melhem, Bs. Ai-
cuanto a la exigencia de la forma escrita res, 1926. — López Ortiz, P. J., Derecho musul-
y presencia de testigos, las escuelas están mán, Barcelona-Bs. Aires, 1932. — Nallino, C. A,
Diritto musulmana, en Nuovo Digesto /íolíano,
divididas, pero por lo general se sustenta t. 4, págs. 1109-1116, Turín, 1938. — Thót, L,
que ello es indispensable para los contra- El Derecho mahometano según fuentes oriéntala,
tos en que la obligación no podría ser cum- La Plata, 1910. — Tournauw v., U., Le Droit mu-
plida de inmediato por las partes. Objeto sulmán exposé d'apret les sources, trad del alemán
de derechos y de negocios jurídicos pueden por M. Eschbach, París, 1860.
ser solamente las cosas que procuran al DERECHO NATURAL.* SUMARIO: Primen
musulmán una ventaja deseable y lícita y parte. 1. Prolegómenos. 2. El problema. S.Loi
sean puras o purificables. De ahí que la orígenes. 4. Derecho natural y filosofía del
ley no reconozca derechos de propiedad ni Derecho. 5. Necesidad de la deontologla Ju-
eficacia de contratos que se refieran a rídica. Segunda parte. 6. Idea del Derecho
natural. 7. Teorías negativas y afirmativas.
cosas inútiles, no permitidas (por ejemplo, 8. Grecia: período cosmológico. 9. Escuela
libros de astrología o uva para hacer vino) Jónica, eleata y pitagórica. 10. Teoría n«-
e impuras. Pero, si las cosas impuras no se gatíva: los sofistas. 11. Teorías afirmativas.
compran por separado, sino como parte in- 12. Sócrates. 13. Platón. 14. Aristóteles. 15
Escuela estoica. 16. Los epicúreos. 17. Con-
tegrante de una cosa pura, la ley nada tie- sideraciones sobresalientes del pensamiento
ne que observar. griego. 18. Boma. 19. Consideraciones sob»
La prenda se puede constituir también el pensamiento Jurídico romano. 30. Edad
Media. 21. Cristianismo. 22. Apogeo y es-
sobre cosas inmuebles. La hipoteca no exis- plendor de la teoría del Derecho natural:
te. Es corriente la locación en sus distintas a) lex aeterna; b) leí naturalis; c) leí hu-
formas, incluyendo el contrato de trans- mana. 23. Reorientación. 24. El Derecho
porte. Entre los contratos agrícolas, son es- natural del Renacimiento y la Edad Moder-
pecialmente frecuentes los para el cultivo na. Tercera parte. 25. Descrédito y revalora-
ción. 26. Negación del Derecho natural como
de dátiles, cobrando el trabajador una cuo- Idea y como realidad. 27. La filosofia mo-
ta determinada y quedando a su cargo los derna. 28. Positivismo. 29. El Derecho na-
gastos para el cuidado de las palmeras, y tural en la teoría del Derecho de Kelsen,
corriendo por cuenta del propietario los 30. Crítica al jusnaturalismo tradicional j
al positivismo negativista. 31. La crisis del
correspondientes al arreglo de la tierra, positivismo jurídico en su idea del Derecho
animales de trabajo y útiles. En la sociedad, natural. 32. El Derecho natural en la Es-
las ganancias y pérdidas guardan relación cuela del Derecho libre. 33. Nueva funda-
con las cuotas aportadas, pero este princi- mentación del Derecho natural. 34. Histo-
ricidad de la realidad Jurídica. 35. El dato
pio no vale para la escuela_ hanefi; puede Jurídico. 36. La conducta: positividad. 37.H
ser socio un no musulmán, siempre que tiempo dé la conducta. 38. La personalidad
pertenezca a religión revelada. Es, corrien- humana: sus derechos naturales.
te la sociedad en comandita. El mandato PRIMERA PARTE
no está permitido con respecto a actos es-
trictamente personales. La transacción y el 1. Prolegómenos. El Derecho natural ha
depósito son considerados contratos de be- sido desde la época más remota en el orden
neficencia. La usura (riba) está prohibida de las reflexiones en torno al Derecho, la
y severamente castigada. respuesta que el hombre se ha dado p¡
La fundación piadosa (waqf), institución el interrogante que se plantea frente a Ii
reconocida por Mahoma, consiste en un usu- necesidad de lograr una justa coordinación
fructo generalmente perpetuo, formado con de las acciones humanas interferidas in-
fines de beneficencia, sobre cosa por lo tersubjetivamente, esto es, dadas en el ám-
común inmueble, que ya no se puede ena- bito de lo que se caracteriza como jurídico,
jenar. En lo que respecta en términos ge- Toda la historia de la Filosofía del De- ¡
nerales a toda la administración de las
fundaciones piadosas (mantenimiento y • Por el Dr. ERNESTO EDUARDO BORGA.
recho está, diríamos, dominada por la idea lampagueó en un alma humana, la del pri-
del Derecho natural, como respuesta últi- mer hombre, este terrible secreto de la
ma a ese interrogante que reclama el ideal Justicia" (2).
de justicia, el cual se ha visto en un Dere- Antes, pues, mucho antes de plantearse
cho superior a toda ley escrita, a toda el interrogante sobre la cientificidad del
norma efectivamente vivida. Y en verdad conocimiento jurídico y que del mismo se
no es extraño que encontremos bajo este verificase como ocurre en nuestros días,
nombre, disuelto en otros temas peculiares un verdadero análisis del mismo, en estre-
suyos, a la actual Filosofía del Derecho cha correspondencia con el Derecho posi-
retomando su preocupación por este ideal, tivo, el hombre desde siempre reflexiona
que no puede considerarse como un mero sobre la Justicia, amarrado a la penuria
especular de la razón, sino una intrínseca que provoca su negación, y acicateado por
necesidad del espíritu humano, que busca la imperiosa necesidad de superar sus rea-
satisfacer los anhelos e inquietudes más lizaciones al respecto.
caros de su efectiva realización. Por ello la reflexión en torno al Derecho
En nombre de este Derecho, que no es ley natural es filosofía en cuanto excede los
escrita, protesta Antígona contra la priva- límites de toda reflexión directa, de primer
ción de sepultura a su hermano, y es con- grado diríamos, sobre lo jurídico y se ubica
denada la actitud de Sexto Tarquino, aun- en la zona de la universalidad del Derecho,
que no existiese ley escrita que prohibiese en cuanto es preocupación' suya, algo que
el adulterio, al violar a Lucrecia, hija de ha de estar en todo Derecho, sin conside-
Tripicitnio, porque "existía ya razón per- ración a época o país, esto es, prescindiendo
íecta, emanada de la naturaleza de las de sus determinaciones temporales y es-
cosas, que impulsa al bien y retrae del de- paciales.
lito" (i). Y asi debemos destacar que nace la Fi-
2. El problema. Por eso Kelsen nos da losofía del Derecho en orden de proceden-
una idea cabal de esta preocupación, cuando cia, con respecto a la consideración cientí-
expresa al describirla: "Desde que el hom- fica del Derecho positivo, y por ende con
bre reflexiona sobre, sus relaciones recípro- prelación también a toda Filosofía en torno
cas, desde que la «sociedad», como tal, se a la ciencia jurídica que en nuestro tiem-
ha hecho problema —y este problema es po se conoce .en la fecundidad de su resul-
más viejo que cualquier otro objeto de tado. Testimonio de esta afirmación es la
conocimiento, incluso que el denominado especulación griega sobre el Derecho natu-
«Naturaleza»—, no lia cesado de preocupar ral, que más adelante veremos.
la cuestión de un ordenamiento justo de 3. Los orígenes. Evidentemente que es la
las relaciones humanas. Y a pesar de que del Derecho natural, doctrina que nace con
esa cuestión ha ocupado, como apenas nin- las primeras prácticas del Derecho, influi-
guna otra, tanto nuestro pensamiento como das poderosamente por la Religión, tanto
nuestros sentimientos y voluntad hasta lo en Oriente como en Occidente, por lo que
más profundo; a pesar de que se han afa- las reflexiones filosóficas sobre el problema
nado por ella las mejores cabezas, los co- tienen también implicancias teologales ( 3 ),
razones más apasionadas, los puños más lo que acredita su antigüedad y mérito al
fuertes; a pesar de que toda la Historia, considerársele la reflexión filosófica más
toda la historia de sufrimientos de la Hu- antigua y constante ( 4 ) .
manidad, puede ser interpretada como un La doctrina del Derecho natural ha res-
intento único, siempre renovado bajo los pondido siempre a una vocación del espíritu
más horribles y sangrientos sacrificios, por humano en coincidencia con esa exigencia
dar respuesta a esa cuestión, permanece constante de Justicia como Idea del Dere-
hoy para nosotros tan falta de ella como cho (deontología jurídica) y se anuncia
en el instante en que por primera vez re- inicialmente, según veremos en la antítesis
entre lo,que se estima justo en sí y lo que
(1) Cicerón, Obras completas, vol. 6, 1884, pá- se afirma como 5justo legal (fysei dikaion y
ginas 214 y 215. trad. de Navarro Calvo, notas 1 nomo dikaion) ( ).
y 2. Puede verse también la edición Anaconda. 4. Derecho natural y Filosofía del Dere-
V. asimismo Del Vecchio, G, Filosofía del Dere- cho. Por estas circunstancias a la Filosofía
cho, t. 2, págs. 247 y sigs., Ed. Bosch, Barcelona,
1936; Legaz y Lacambra, L., Introducción o la
ciencia del Derecho, pág. 254, Ed. Bosch. Barce- (2) Kelsen, J., op. cit., pág. 15.
lona, 1943; He-nánde?; Gil, A.. Metodología del De- (3) Borga, E. E., Ciencia jurídica o jurispru-
recho, pág. 6. Ed. Revista de Derecho Privado, Ma- dencia técnica, págs. 149 y sigs., Ed. Bibliográfica
drid, 1945; Kelsen, J., La idea del Derecho natural Argentina, Bs. Aires, 1941.
y otros ensayos, pág. 15, Ed. Losada, 1946; Wln- (4) Hernández Gil, op. cit., pág. 1.
delband. W.. Historia de la íiloso/ia, t. 1, pág. 159. (5) Del Vecchio, G., op. cit., pág. 7. De cuya
Ed. Pallas, 1941. ressña histórica nos valemos en este trabajo.
jurídica se la caracteriza como Derecho pues es innegable su repercusión en las más
natural —jus naturae, juris naturalis scien- destacadas especulaciones de la jus-filoso-
tia— y aunque incidentalmente pudo ad- fía de nuestro tiempo ( 1 U ).
vertirse la mención de "philosophia juris" Pero la reacción a que venimos haciendo
en algunos escritores an.tiguos, no llegó mención en contra del Derecho natural, en
esta denominación a prevalecer sobre la cuanto propone un nuevo programa a la
de Derecho natural, sino en los comienzos Filosofía del Derecho, es legítima en su
del siglo pasado y con motivo de la reac- parte afirmativa en cuanto pretende ate-
ción que se operó contra toda especulación nerse a la realidad jurídica que se mani-
del pensamiento, dé carácter filosófico o fiesta en ei dato concreto de la experiencia
metafísico con motivo de la instauración y jurídica como Derecho positivo; pero, como
auge del empirismo y subsiguientemente del dice Del Vec'chio, "no puede admitirse, en
positivismo ( e ). cambio, su parte negativa, porque la espe-
Por eso puede afirmarse que hasta prin- culación ideal resulta a su vez plenamente
cipios del siglo xix la Filosofía del Derecho legítima en su propia esfera" ( u ).
ha sido Derecho natural {"), habiéndosela Y en el problema deontológico del De-
identificado en definiciones que. como la de recho, en cuanto que ha sido motivo del
Ahrens, expresa: "La Filosofía del Derecho Derecho natural, el tema de la justicia ha
o el Derecho natural, es la ciencia que ex- de ser tema inexcusable de toda Filosofía
pone los primeros principios del Derecho del Derecho, en cuanto dicho valor es, el
concebidos por la razón y fundados sobre fundamental, el básico de cuantos valares
la naturaleza del hambre, considerada en explora la íüoscfía jurídica, puesto que en
sí misma y en sus relaciones con el orden cuanto define y delimita ia esfera de los
universal de las cosas" ( 8 ). valores jurídicos, cualesquiera de estos va-
lores la realiza, en la medida que ,1a justicia
El racionalismo de que estaban impreg- irradia hacia todos los valores que integran
nadas las especulaciones en torno al De- el respectivo plexo axioiógico.
recho natural, abrió el paso al Derecho po- 5. Necesidad de la deontologia jurídica.
lación filosófica en torno al Derecho po- Por eso consideramos errado todo pensa-
sitivo, que pretendía legítimamente dar miento que pretenda la exclusión del valor
unidad al pensamiento que se conectaba Justicia, como tema de la Filosofía del De-
estrechamente con el materia! histórico de recho, tanto más cuando se pretende redu-
la experiencia jurídica, y que se ofrecía al cirlo a un problema de moral ( 1 2 ).
sujeto cognoscente como dado (dato), y La especulación, por ende, en torno al De-
por ende susceptible de explicación obje- recho natural, no ha podido ser desplazada
tiva, y al cual no podía abandonarse con y en ¡a actualidad sea para explicar su
un uso indebido de la razón, cuyas deduc- ubicación en el ámbito del Derecho positi-
ciones ilegítimas alejaban cada vez más Is vo, para fundarle en la personalidad hu-
conciencia de la realidad que auténticamen- mana o para negarlo, como hace Kel-
te debía conocer. seii(is), revela que la preocupación signe
Es aquí donde se abre el camino para la con ia misma intensidad con que alienta en
instauración de la ciencia jurídica, y des- el espíritu humano, toda aspiración de jus-
de entonces se opera una Filosofía del De- ticia.
recho, con temática capaz de alcanzar er (10) H. Kelsen realiza su obra en diálogo y po-
esa dirección del pensamiento una teoría íémica con Austin; señalando el gran mérito de la
general del Derecho, debiéndose citar, comu uixeccion de su pensamiento. V, Teoría gcnen.
uno de los más esforzados y conspicuos jus- íel Derecho y del Estado, trad. de García Maynez,
Imprenta de la Universidad de México. 1950.
lilósofos de Inglaterra, a John Austin en U, (11) Del Vecchio. op. cit., pág. 7.
cátedra primero, y luego en sus obras ( 9 ), (12) Así es considerado por Kelsen y fue pre-
conizado entre nosotros en la Cátedra de Filosofiív
del Derecho de la Universidad Nacional de La Plata
(6) Sobre la situación provocada a la filosofía por Carlos Cossio, en el inicio de su actuación
Jurídica por esta reacción, véase Del Vecchio, Los docente; rectificando e integrando su pensamiento
supuestos filosóficos, págs. 162 y sigs., y Filosofía con posterioridad al publicar su trabajo "La valo-
del Derecho, págs. 6 y sigs. ración jurídica y la ciencia del Derecho", separata
(7) Del Vecchio. op. cit., pág. 5; Hernández de la revista Universidad, de la Universidad Na-
Olí, op. cit., pág. 1; etc. cional del Litoral, año 1941, núm. 8; y así lo seña-
(8) Ahrens, Filosofía del Derecho. lamos nosotros en nuestra nota crítica bibliográ-
(9) Austin, J., Lectures en jurisprudence or fica publicada en la Revista Jurídica, Ed. Clari-
the philosoph.y of positive law, 5' ed., Londres. dad, noviembre de 1941. núm 18. pág. 286.
1929; también On the uses of the study o¡ juris- (13) Kelsen, H., Idea del Derecho natural: Vi-
prudence, traducido al castellano por Felipe Gon- lanova. J., "Idea y realidad del Derecho natural",
zález Vícen y publicado por el Instituto de Estu- separata de la Revista de la Facultad de Derecha
dios Políticos de Madrid en 1951 bajo el titulo y Ciencias Sociales de Buenos Aires, Bs. Aires, 1952,
Sobre la utilidad del estudio de la jurisprudencia. año 7, núm. 27.
Se hace .patente que "llegaríamos a re- Pero no aflora en ellas el problema de la
negar de nuestra conciencia, a mutilarla Justicia, puesto que el pensamiento está
en cuanto la priváramos de la investiga- vertido sobre otros, preferentemente de la
ción de lo justo en sí" (i 4 ), para lo cual el naturaleza física.
espíritu humano tiene una inextinguible Puede admitirse que es en la Escuela Pi-
vocación. tagórica ( 1 T ) donde aflora alguna especula-
Y el problema como tal, en cuanto mues- ción en torno a la Justicia, la cual se la ve
tra la incompatibilidad entre lo que reali- como una relación aritmética, una ecuación
zamos como justicia y lo que sentimos y o igualdad de la cual cabe deducir la re-
pensamos como justo, no ha perdido ac- tribución, el contracambio, la correspon-
tualidad ni por supuesto se resuelve, y vol- dencia entre el hecho y el tratamiento de
vemos a encontrarnos siempre con el mismo que éste ha de ser objeto, aplicándose tal
tema. Lo único que el Derecho natural, ya concepto no sólo a la pena, sino a otras
no es la denominación genérica para los relaciones. Afirma Del Vecchio que es éste
temas universales del Derecho, el progra- el germen de la doctrina aristotélica de la
ma excede en mucho al problema de la Justicia (is).
valoración jurídica fundamental y los de- 10. Periodo antropológico. Teoría nega-
más valores jurídicos, pues comprende tó- tiva. Los sofistas. En los sofistas es don-
picos ontológicos, y gnoseológicos, de ahí de anarece el problema ético, al volcarse
que la denominación de Filosofía del De- su pensamiento sobre el espíritu huma-
recho se haya impuesto definitivamente no. Protágoras de Abdera con su "homo
para los mismos, y comprenda en su seno mensura" (i¡<), Georgias, Hippias, Cálleles,
también la temática del Derecho natu- Trásimaco, Pródigo constituyen un núcleo
ral. de pensadores que enseñaban doctrinas
Cabe pues, que en lo que sigue aborde- dispares, pero que ofrecían no obstante
mos el tema con la mayor amplitud, toda caracteres comunes. Eran subjetivistas e
la que permita la índole de esta obra. Para individualistas, pues cada hombre tiene
su mejor estudio veamos en seguida cómo un modo propio de ver y de conocer las
nace y se desarrolla, pues con ello alcan- cosas; preconizan un subjetivismo que des-
zaremos la plena claridad de lo que se ha tierra toda posibilidad para una ciencia
visto nacer; y además porque hemos de ser objetiva y umversalmente válida, pues en
conscientes de lo viejo para alcanzar do- definitiva sólo existe la opinión indivi-
minio de lo nuevo. dual; por lo que, negando toda verdad ob-
jetiva, se niega también toda justicia abso-
SEGUNDA PARTE luta (*).
El Derecho es relativo para los sofistas,
6. Idea del Derecho natural. 7. Teorías no es más que una opinión mudable, ex-
negativas y afirmativas. 8. Grecia: Periodo presión del arbitrio y de la fuerza, pues
cosmológico: Nacimiento y desarrollo. 9. justo es aquello que place al más pode-
Escuelas: jónica, eleata y pitagórica. En roso.
Grecia el Derecho natural no aflora sino
como un aspecto del problema fundamen- Son escépticos, pero este su escepticismo
tal del conocimiento, en cuanto preocupa fue como un aguijón clavado en el espíritu,
a los griegos mostrar lo universal frente despertado así a la crítica sobre los pro-
a lo particular. blemas que debieron suscitarse necesaria-
mente, frente a su negación subjetivista y
La perpetua mutabilidad de los fenóme- escéptica-y a la ausencia de toda conside-
nos y la constante contingencia de las co- ración sobre los mismos por sus predece-
sas, hace que Parménides busque el ser uno sores, los jónicos, que habían meditado
e inmutable en el pensamiento, identifi- sobre la naturaleza física.
cándole con el s e r ( l r > ) . Antes, HeráclitoP»)
había tratado de conciliar esa mutabilidad Además, a ellos corresponde el mérito de
de las cosas con la coexistencia de la reli- haber abordado el problema ético y con
gión una y divina. ello también los de índole moral, social y
(17) Pitágoras y discípulos suyos, Fllolao con-
(14) Del Vecchio, op. cit., pág. 7. temporáneo de Sócrates e Hlcetas. Se caracteriza
(15) El ser igual al pensar. El ser uno e Inmu- por la metafísica del número y el misticismo reli-
table. La Escuela Eleática se caracteriza por un ra- gioso.
cionalismo extremo, y está integrada además por (18) Del Vecchio, G., Filosofía del Derecho, pá-
Xenóíantes. Zenón de Elea y Melisso de Samo. gina 79.
(16) Heráclito de la Escuela Jónica de Asia (19) El hombre, medida de todas las cosas.
Menor en la época intermedia entre la Jónica an- ( * ) V. Windelband, W., Historia de la filosofía,
tigua de Tales, Anáximandro y Anaximenes y la t. 1, La filosofía de los griegos, Ed. Pallas, México-
posterior de Empédocles, Anaxágoras, Leuclpo y Quito, 1941. También, Wesier, A., Filosofía antigua
Demócrito. y medieval. Espasa-Calpe, Bs Aires-México, 1939.
psicológica. Y así como lo recuerda Del quien fue decidido adversario ( 2 i), aun
Vecchio, "se plantearon abiertamente el cuando tocara idénticos temas.
problema de si la justicia tiene un funda- Mostró respectó del gran problema que
mento natural, de si aquello que es justo preocupaba a los griegos sobre lo universal
por la ley, o como nosotros diríamos, Dere- y lo particular, un claro deslinde de aque-
cho positivo, es también justo por natu- llo que es impresión de los sentidos, en lo
raleza; problema al cual respondieron, en que domina la variedad, el arbitrio indi-
general, de un modo negativo, observando vidual, lo subjetivo inestable y accidental,
que si existiese una justicia por naturale- de aquello que es producto de la razón, en
za, todas las leyes serían iguales" ( 2 0 ). donde hallamos conocimientos necesarios
11. Teorías afirmativas. . Sócrates. Re- para todos, por ello Sócrates afirmaba que
flexionó bajo la consigna de la inscripción el conocimiento científico es la elevación
deifica: "conócete a ti mismo", llegando' a de lo sensible particular a lo inteligible
conclusiones opuestas a los sofistas, de universal.
Y esto que es del saber en general, tam-
bién es aplicable al saber jurídico, en el
(20) Del Vecchio, op: cít.. pág. 81. Al respecto, entendimiento que hay una justicia en sí
puede verse en Windelband, op. cit., t. 1, cap. 7,
"El problema de la moralidad; las ideas de los so- distinta de la variedad de las cosas justas
fistas con respecto al Derecho natural". Sostiene y las tesis jurídicas singulares; tildando de
Windelband, además, que "la antítesis entre na- filodoxos, en cuanto se inclinan a opinio-
turaleza y creación humana es característica del nes engañosas, a aquellos que no reparan-
iluminismo griego; domina toda su íilosoíía y no
tiene desde sus orígenes únicamente el sentido de do en- ella sólo conocen y afirman estas úl-
un principio de explicación genética, sino también timas.
el contenido de una norma de valoración. Sí existe Sostuvo, en cuanto inclinó su pensa-
algo umversalmente válido, no puede ser otra
cosa que aquello que vale "por naturaleza" para miento por entero a la esfera ética, que
todos los hombres, sin distinción de razas y tiem- debían respetarse las leyes, que los sofistas
pos; lo que ha creado el hombre durante el trans- enseñaron a despreciar. Y debía respetar-
curso de su historia, en cambio, sólo posee valor se siempre y en todo caso, malas y bue-
relativo y temporal. Fuera de lo que establece la
naturaleza nada se justifica plenamente; pero las nas, para que el mal ciudadano no violase
Instituciones humanas van más allá de ella. La las buenas leyes. Respeto que comprendía
"ley" (nomos) tiraniza al hombre y lo obliga a tanto las leyes escritas como las no escritas,
contravenir la propia naturaleza. De este modo esto es las que valen para todos los hom-
llega a formular la filosofía conceptualmente la
oposición entre Derecho natural y Derecho escrito, bres y son impuestas por los dioses, y en
entre Derecho divino y Derecho humano (Antígo- las cuales se afirma la existencia de una
na). Así se originaron los siguientes problemas: justicia superior, para cuya validez no es
primero, en qué reside este Derecho natural uni- necesaria una sanción positiva ni una for-
versalmente válido, y, segundo, en qué se funda
y cómo deriva de él el Derecho histórico y huma- mulación escrita.
no. No ha escapado Protágoras al primero de estos 13. Platón. Considera la Justicia en el
problemas. En una exposición mítica recogida por Estado, porque ha de encontrarse con ca-
Platón, señala el sofista que los dioses han dado a racteres grandes, a diferencia de la que
todos los hombres, en igual medida, el sentimiento
de la justicia y del recato moral (díkke. aidoos), puede manifestarse en el hombre individual,
a fin de que en la lucha por la existencia pueda con caracteres minúsculos. En su diálogo
concertar formas de convivencia sociales". sobre la "República", ofrece su concepción
Recuerda asimismo Windelband que "ya en
aquel entonces se abrió paso el pensamiento de
ideal sobre el Estado ( 2 2 ), pero donde mues-
que todas las diferencias jurídicas estre los hom- tra su pensamiento sobre él Derecho na-
bres reposan en convenciones sociales y que la tural es en el diálogo "Las leyes", al poner
naturaleza exige igual derecho para todos. Lyco- en boca del ateniense la siguiente pregun-
phrón demanda la abolición de la 'nobleza, Alki- ta: "¿Quién pasa entre vosotros por el pri-
damas y otros combaten, desde este punto de vista
la esclavitud, Phaleas reclama la igualdad econó- mer autor de vuestras leyes? ¿Es un dios,
mica y la educación de todos los ciudadanos e es un hombre?" a lo que responde Clinias:
Hippodamos bosqueja la forma de un Estado ideal. "Extranjero, es un dios; y no podemos
Incluso se habla de una equiparación de derechos conceder semejante título a otro que no
de mujeres y hombres". Además recuerda que afir-
man que "hay que buscar la causa de que la legis- sea un dios; aquí es Júpiter; en Lacedemo-
lación positiva se aparte de las exigencias de la nia, patria de Megilo, se dice, según creo,
naturaleza en los intereses personales de aque- que es Apolo" ¿No es cierto, Megilo? Me-
llos que hacen las leyes". Los sofistas proclama- gilo: sí. ateniense. ¿Refieres el hecho co-
ron que el hombre libre no debe reprimir los ape-
titos, sino darles rienda suelta, y que el fuerte, el mo Hornero, el cual dice, que de nueve en
inteligente, no se dejará engañar por la ley de- nueve años iba Minos puntualmente a ver
biendo seguir el impulso de_su propia naturaleza, a su padre, y que en vista de las respues-
pues esto es lo justo, no según la ley humana,
sino según la ley natural. "Según el Derecho hu-
mano es una afrenta hacer injusticia, según la ley (21) y (22) Platón, Obras completas, t. 3, diá-
natural, es una afrenta padecerla". logo La República.
tas de este dios, redactó las leyes para las Así, el fuego lo mismo quema en estos paí-
ciudades de Creta? ( 23 ). ses que en Persia, mientras que las leyes
En la República, afirma Platón, la nece- humanas y los derechos que ellas fijan
sidad de que los sabios gobiernen; pero están en un cambio perpetuo. Esta opinión
aunque el gobierno de los sabios haría su- no es completamente exacta; pero es, sin
perílua la existencia de leyes, al observar embargo, verdadera en parte. Quizá para
la vida práctica se advierte la necesidad los dioses no existe esta movilidad; mas
de las mismas, por ello en "Las leyes" se para nosotros, hay cosas que, siendo natu-
explícita este trámite de lo que impone la rales, están sujetas sin embargo a cambio.
vida a lo que idealmente debería ser ( 2 4 ). Por lo tanto, no todo es variable, y puede
14. Aristóteles. En su Moral a Nicómaco distinguirse con razón en la justicia civil
distingue entre lo que es natural y lo que y política lo que es natural y lo que no
es puramente legal, y además afirma la lo es. Pero aun admitiendo que en este
mutabilidad de algunas cosas naturales, punto todo sea variable; entre las cosas que
aunque menos sujetas a cambios que las pueden ser de otra manera de como son,
leyes humanas; destacando con gran inge- deben distinguirse las que por su natu-
nio y agudeza que en el fondo de cada dis- raleza son mudables y las que, sin serlo
posición particular de la ley hay principios naturalmente, se hacen mudables por efec-
generales que no cambian. to de la ley de nuestras convenciones. La
He aquí en estas pocas afirmaciones bos- misma distinción puede aplicarse a otras
quejada toda la problemática fundamental cosas que no son la justicia; y así, la mano
de la Filosofía del Derecho y la ciencia ju- derecha es naturalmente la más dispuesta
rídica, y señalada la distinción entre De- para servirnos, sin embargo de lo cual
recho natural con contenido inmutable y pueden todos los hombres hacerse ambi-
variable al mismo tiempo, como así el De- dextros. Hay prescripciones de la justicia
recho positivo. fundadas sobre convenciones y sobre la
Permítasenos .reproducir algunos pasajes utilidad, absolutamente del mismo modo
del capítulo VII de la Moral a Nicómaco, que hay medidas para apreciar los objetos.
titulado: Distinción de lo natural y de lo Las medidas para el vino y para el trigo
puramente legal en la justicia social, y en no son en todas partes de igual cabida; y
el Derecho civil y político, que dicen así: sin embargo, son siempre más grandes en
"En la justicia civil y en el Derecho polí- los puntos donde se compra, y más peque-
tico se puede distinguir lo que es natural ñas en los puntos donde se vende. Lo mis-
y lo que es puramente legal. Es natural lo mo sucede con los derechos que no son na-
que en todas partes tiene la misma fuerza turales, y que son puramente'humanos; no
y no depende de las resoluciones que los son en todas partes idénticos. Las consti-
hombres pueden tomar en un sentido o en tuciones tampoco lo son, si bien existe una
otro. Lo puramente legal es todo lo que, que es en todas partes la natural, y que es
en un principio, puede ser indiferentemente la mejor. También debe establecerse una
de tal modo o del modo contrario, pero que diferencia entre lo injusto legal y lo injus-
cesa de ser indiferente desde que la ley lo to tomado en absoluto, entre lo justo legal
ha resuelto: por ejemplo, la ley prescribe y lo justo absoluto. Lo injusto propiamente
que el rescate de los prisioneros sea una dicho es lo que es tal por naturaleza; así
mina, o que se inmole a Júpiter una cabra como lo es también lo que se hace tal en
y no un cordero. Lo mismo son todas las virtud de una disposición legal. Esta misma
disposiciones relativas a particulares; y la cosa, después que ha sido hecha y ejecu-
ley puede ordenar igualmente el sacrificio tada, se hace un acto legalmente injusto,
de Erásidas. En este caso se encuentra, en pero antes de haberla ejecutado, no es un
fin, todo lo que se prescribe por decretos acto legalmente injusto, no es más que
especiales. Hay personas que creen que la injusto en sí mismo, otro tanto puede de-
justicia, bajo todas sus fuerzas y sin excep- cirse del acto justo. Pero en el lenguaje
ción, tiene este carácter de mutabilidad. común se reserva el nombre de acto justo
Según ellos, lo que es verdaderamente na- para una acción que es justa; y el de acto
tural es inmutable, y en todas partes tiene de justicia para la reparación legal de la
la misma fuerza y las mismas propiedades. acción injusta que se ha cometido" ( 2 »).
Si bien hemos de aludir a otras escuelas
(23) Platón, Obras completas, puestas ¿n len- del pensamiento griego, es indudable que
gua castellana por D. Patricio de Azcárate, t. 3, con el pensamiento de Aristóteles, unido a
diálogo Las leyes, lib. 1, pág. 11, Ed. Anaconda,
Bs. Aires, 1946.
(24) V. también de Platón, en Georgias o de (25) Aristóteles, Obras completas, Moral a Ni-
la retórica, la discusión de Sócrates sobre el punto cómano, t. 1, cap. 7, pág. 150, Ed. Anaconda, Bs.
con Callicles, op. cit., t. 2, págs. 504 y slgs. Aires, 1947.
los antecedentes que aludimos de Sócrates de las influencias externas es el hombre
y Platón, queda definida la concepción sabio ideal que obtiene el acuerdo consigo
griega del Derecho natural, que pregun- mismo, y con ello la verdadera libertad.
tándose si el Derecho es por ley o por Ideal que —personificado en Sócrates— ha
naturaleza, se decide en este último sen- de ser tenido en cuenta por todo hombre,
tido. ya que es impuesto por la recta razón. Afir-
Ahora bien debemos destacar funda- man, pues, la existencia de una ley natural
mentalmente en el pensamiento de Aristó- universal que ha de reflejarse en el fondo
teles con respecto al Derecho natural las de toda conciencia individual; porque el
siguientes características de su pensamien- hombre es partícipe de la misma, por su
to, en cuanto han de proyectarse hacia el propia naturaleza, viviendo con arreglo a
futuro, recogiéndolas la escolástica, a sa- la cual es vivir conforme a la suprema exi-
ber: a) Distinción entre lo justo legal y lo gencia ética: "conforme a la naturaleza".
justo natural; b) universalidad y objetivi- En la filosofía estoica surge un concepto
dad del Derecho natural; c) inmutabilidad moral mucho más amplio que el que hasta
del Derecho natural y mutabilidad de su entonces había dominado el pensamiento
contenido o sea Derecho natural de con- griego ligado a un ideal político que subor-
tenido variable. dinaba el individuo al Estado. La escuela
Después de tener presente estas caracte- estoica sostiene que la libertad del indivi-
rísticas porque en ellas habrán de afirmarse duo deriva de la superación de las pasiones
todas las especulaciones que apegadas al y es aquella que lo mismo puede lograrla
pensamiento griego sobre el particular, al un esclavo que un emperador (-»), ya que
afirmar la existencia objetiva y universali- el Estado ni opresión alguna, pueden su-
dad del Derecho natural, han tratado de primir, aplastar o aniquilar.
salvar las dificultades propias de la va- Siguiendo su verdadera naturaleza, ven-
riabilidad de lo humano, en su histórica ciendo sus pasiones, el hombre es libre en
manifestación, como oración original de li- cuanto logra independizarse de ellas; y en
bertad, afirmando la inmutabilidad del De- este sentido no cabe establecer diferencias
recho natural. entre libres y esclavos; por lo que cabe
Es necesario aludir a las escuelas post admitir una sociedad del género humano,
aristotélicas, que existieron en el período que excede los límites políticos de los Es-
llamado de la decadencia, como la de los tados y que se funda en la identidad de
estoicos y los epicúreos. la naturaleza humana y en la ley racional
15. Escuela estoica. Deriva en cierto mo- que se corresponde con todo el género hu-
do de los cínicos y domina, por decirlo así, mano.
toda especulación; el problema práctico de En estas ideas de la escuela estoica se
la felicidad, que para los cínicos consistía anuncia en cierto modo un movimiento pre-
únicamente en el bien, estribando éste en cursor del cristianismo, que sobrevendría
la modestia, la continencia, pues el sabio un siglo después de la Stoá media.
apenas tiene necesidades ( 2e ) y desprecia 16. í,os epicúreos. Partiendo de la doc-
aquello que el común de los hombres de- trina cirenaica, da un desarrollo más am-
sea; siguiendo así la ley de la virtud, y no plio a la doctrina hedonista, y en contra
preocupándose por las demás leyes positi- de la escuela estoica, no ve en la virtud el
vas. Adoptan así los cínicos una actitud fin supremo, sino el camino para alcanzar
negativa frente al Estado, del cual tratan la felicidad.
de desligar a los ciudadanos para volver El principio utilitario hedonista se en-
al estado de naturaleza ouya primitiva sim- frenta al principio moral de la escuela es-
plicidad constituye el supremo ideal. toica, y con ello quedan señalados dos ca-
Los estoicos ( 2r ) tienen en los cínicos la minos que dividirán las corrientes del pen-
raíz de su pensamiento, pero en cierto mo- •samiento al respecto en disputa perma-
do las ideas de aquellos resultan sublima- nente.
das en éstos. El principio q"e domina a la escuela es
Los estoicos sostienen que aquel que ha lograr la mayor cantidad de placer y la
vencido todas las pasiones y se ha librado menor suma de dolor, sin que prescriba bus-
car un placer determinado ni huir de todo
(26) Windelband, op. cit., jiúm. 8. dolor.
(27) El nombre de estoicos proviene de la cos-
tumbre de enseñar en los pórticos (stoá) de Ate- En esto se encuentrar un cálculo o me-
nas. Zenón de Citía fue el fundador, y cabe dis- dida de la utilidad y se muestra que la
tinguir Stoá antigua: Zenón Oleantes y Crisipo; intemperancia y la disipación abrevian la
Stoá media: Panecio y Posidonio y Stoá tercera,
que es la manifestación de! eclecticismo estoico
que sucede a la conquista de Grecia por Boma: (28) Estoicos fueron el esclavo Eplcteto y «1
Séneca, Rufo, Eplcteto, Marco Aurelio. emperador Marco Aurelio.
vida, dañan el organismo y, por ende, dis- menos que un dios, es caracterizado como
minuyen la capacidad de gozar, en cuya político por excelencia, y por ende, no es
virtud Epicuro dio preceptos éticos que su- reducido a su mera Naturaleza física.
perando a la escuela cirenaica, aunque en 18. Roma. El Derecho es en Roma la ac-
germen, dio una gradación cualitativa de tividad suprema en el orden de las crea-
los placeres, concediendo a diferencia de ciones culturales y en el desenvolvimiento
aquella que lo hacía respecto de las sen- de los principios jurídicos. Ello es común
saciones físicas, primacía e importancia a saber de todo jurista. En orden a la razón
los placeres y a los dolores del espíritu más natural —naturali ratione—, alcanzan los
durables que aquéllas. juristas clásicos la idea del Derecho natu-
Con ello se pone de relieve que la escuela ral, que elaboran con el concurso de la fi-
epicúrea no es materialista, toda vez que losofía griega; porque Roma no tuvo una
el mismo Epicuro señala la amistad como filosofía original.
el más grande de los placeres. Si bien todas las corrientes del pensa-
Niega Epicuro que el hombre sea socia- miento griego tuvieron su representación
ble por naturaleza, sino que debió estar en Roma, la popularización de dicha fi-
en lucha permanente con los demás hom- losofía corresponde a Cicerón, y fue como
bres, por lo que constreñido por el dolor dice Del Vecchío (-'»), "el intermediario tí-
de esta lucha y con el ánimo de eliminarla, pico del pensamiento griego en la latini-
se articula el Estado, de donde resulta que dad", cuya tesis fundamental en torno al
el Derecho es sólo un pacto utilitario, que problema que nos ocupa es la de que el
en tanto no sea conveniente a los hombres, Derecho no constituye un producto del ar-
pueden romper sin más. bitrio, sino que es dado por la naturaleza,
He aquí- en germen lo que después habrá siendo Derecho y Naturaleza conceptos in-
de ser la teoría del contrato social, con- separables.
trapuesto a la doctrina platónica y aristo- Rebatiendo las argumentaciones de Car-
télica que ve articulado el Estado en la néades, que sostenía que el criterio de lo
naturaleza humana. , justo no se fundaba en la naturaleza, Ci-
Como puede apreciarse la escuela de los cerón (30) sostiene que no todo lo que se
epicúreos no realiza ningún aporte a las impone como Derecho es justo, e identifi-
teorías que hacen mérito de la naturaleza cando Derecho con Derecho justo, sostiene
humana para fundar el Derecho natural, que de lo contrario, las leyes que imponen
pues lo que es más ese estado de natura- los tiranos serian Derecho; como el De-
leza sería' la contrapartida del Derecho, recho no está fundado sobre la opinión ar-
pues implica la anarquía. bitraria, hay lo justo natural, inmutable y
17. Características sobresalientes del pen- necesario, que la conciencia del hombre re-
samiento griego. De lo expuesto resulta vela.
que la filosofía griega tuvo un desarrollo El Derecho natural es supremo criterio,
peculiar del Derecho natural que en la y en él están los principios jurídicos fun-
preocupación por superar lo sensible par- damentales que la razón deduce tales como
ticular, lo que cambia, es contingente y en la igualdad y libertad de todos los hombres,
definitiva no es, trata de encontrar lo in- el derecho a la defensa de la integridad en
teligible universal. Contrapone en tal sen- la legítima defensa, etcétera.
tido la ley a la naturaleza, y encuentra Al Derecho natural sigue en orden a la
en la primera esa mutabilidad que ha- generalidad con que se observa el Derecho
ce imposible fundar en ella los principios en los pueblos, el Derecho de gentes —ius
jurídicos constantes, centrados todos en la geniium—, que se contrapone en algunos
idea de justicia; por ello se afirma en la aspectos a aquel, tal como ocurre cuando,
segunda, proclamando la existencia del reprobada la esclavitud por Derecho na-
Derecho natural en la forma que hemos tural, se la admite por Derecho de gentes,
podido apreciar lo esboza Aristóteles, con en cuanto es costumbre establecida en to-
un pensamiento que ha de dominar todo dos los pueblos, como consecuencia de la
su desarrollo ulterior, porque contiene el guerra.
embrión que ha de fecundar el pensamien- Y por último, es el Derecho civil —ius
to de la escolástica. civile— que más próximo a la voluntad
Sólo cabe advertir en homenaje al pen- del hombre se contrapone al Derecho na-
samiento griego, que al referirse a la Na- tural, puesto que el primero es creación del
turaleza, lo hace en el sentido de Natura- legislador, en tanto que el segundo está
leza humana, y en la revisión de ese pen- constituido por normas justas, que no son
samiento habrá de destacarse prolijamen-
te que el hombre en la concepción aristoté- (29) Del Veccliio, op. cit., pág. 98.
lica es algo más que un animal y mucho (30) Cicerón, op. cit.
creadas con la participación activa del le- en forma superior e independiente del ar-
gislador. bitrio humano, se muestra ínsito en las. co-
Pero esta contraposición de ius civile, sas en cuya naturaleza se funda el Dere-
ius naturale, no implica la eliminación del cho.
primero, sino la idea de su necesaria re- Derecho y Naturaleza resultan insepara-
forma o modificación, aun en el momento bles, por obra de una conjugación de dos
de la aplicación judicial por medio de la fuentes clásicas, la filosofía griega y la ju-
equidad, pues ésta y el Derecho natural se risprudencia romana, y aquí resulta sin más
conectan, en cuanto aquella significa un que por naturaleza ha de entenderse aque-
proceso de equiparación, un tratamiento llo que se opone a artificio, como hecho del
igual de las cosas y relaciones iguales; cri- hombre.
terio que apartándose de lo vario y acci- El Derecho que es, emana de la natura-
dental, lleva a reconocer lo que en eJL leza, y en ello ha de verse precisamente la
substracto íntimo de las cosas, se muestra forma de desligar, los principios jurídicos
idéntico a sí mismo. supremos de toda contingencia humana,
Sin entrar a la polémica suscitada sobre puesto que se da sin su participación ac-
si la división del Derecho romano resulta tiva.
dicotómica —ius. civile, ius naturale—, en .Caracteriza, pues, esta época del Derecho
cuanto el Derecho natural ccfmprendía to- natural, el verlo como emanación de 1»
talmente el de gentes —ius gentium— o naturaleza.
si fue tricotómica —ius civile, ius gentium, 20. Edad Media. 21. Cristianismo. 22.
ius naturale—, lo cierto es que los romanos Apogeo y esplendor de la teoría del Derecho
tuvieron y aplicaron como criterio supre- natural. No es del caso extendernos aquí
mo, la idea del Derecho natural, que con- sobre la influencia del cristianismo, por lo
cibieron como algo eterno, inmutable, uni- que hemos de limitarnos a señalar su fun-
forme, constante, en cuanto era libre de damental punto de vista, destacando res-
toda variación que pudieran provocar los pecto del derecho, que metodológicamente
hombres. •se opera una fusión del Derecho y la Teo-
No cabe mencionar aquí, ya que no hace logía.
al propósito de esta breve reseña, las dis- En efecto, el Derecho es considerado
tintas concepciones según los diversos tex- mandato divino y surge la figura de Dios-
tos que aluden al Derecho romano, pues legislador, que no es sino el Dios personal
basta con destacar que consideraron firme que gobierna el mundo, el cual inspira las
principio aquel que veía el fundamento de leyes humanas, y en él residen las leyes
todo Derecho en la naturaleza misma de eternas.
las cosas. Dos períodos se destacan en lo que se
19. Consideraciones sobre el pensamien- refiere al cristianismo: el de la Patrística
to jurídico romano. En el pensamiento y el de la Escolástica.
jurídico romano que, como dijimos, está a) La Patrística. Se extiende desde los
desprovisto de originalidad filosófica, se orígenes del cristianismo hasta Cario Mag-
advierte una asimilación acertada de las no, y tiene como contenido peculiar suyo
ideas griegas a través de las cuales adqui- en la actividad intelectual comprender y
rieron su cultura de esta índole, predomi- formular conceptualmente la doctrina cris-
nando el estoicismo, como el pensamiento tiana.
que se avenía mejor con el carácter del De los padres de la Iglesia, el más desta-
ciudadano romano (31). cado es San Agustín, que desenvolvió sus
La idea de una ley natural, común a teorías en torno al Estado y al Derecho en
todos los hombres, coincide con el ideal su obra: "De cítate Del", donde se destaca
cosmopolita estoico y se verifica de modo la antítesis entre la concepción del Estado
positivo en la expansión y el creciente do- del período griego clásico y de la concep-
minio de Roma; por ello se hace tan accesi- ción cristiana del mismo.
ble a los juristas romanos y llega a ser El contraste es señalado por oposición a
una creencia implícita y sobreentendida ep la Iglesia, donde el Estado no aparace co-
la noción que se forjan del propio Derecho mo en los griegos como una necesidad na-
positivo. La "naturalis ratio" se impone tural, sino como una consecuencia del pe-
como fundamento metódico, para la for- cado, como un mal que deriva de la culpa
mulación de los principios jurídicos, toda original; pues se manifiesta y describe que
vez que en modo alguno alude a la mera antes de ésta no existían ni señoríos, ni
razón subjetiva individual, sino que signi- juicios, ni propiedad, ni esclavitud, ni con-
fica la alta racionalidad de lo objetivo, que troversias, etcétera.
La mancha de su origen se revela en
(31) Del Vécenlo, op. rít., pág. 100. la lucha fratricida en que muchas veces
caen sus fundadores —Caín, Rómulo—, y la razón, en la conciencia que adquiere de
su existencia se debe al alejamiento de la esta ley natural.
fe, de los hombres, pero en tanto se supere La ley natural se ofrece como una parti-
será substituido por la civilitas Dei, que cipación, pues de todas las criaturas, aun-
es la comunión de los fieles, que así cons- que de un modo más excelente, la racional,
tituyen una ciudad divina —civitas coeles- y en virtud de esta ley natural tienen incli-
tis—, pues los fieles han de reinar, con nación a sus propios actos y fines, distin-
Dios eternamente. guiendo entre el bien y el mal; siendo igual
Sólo se reconoce en favor del Estado su entre todos, en cuanto se refiere a los prin-
misión de mantener la paz entre los hom- cipios comunes, pero con referencia a de-
bres, lo cual ha de hacerse siempre de un terminadas deducciones, con lo cual se po-
modo subordinado a la Iglesia. nen de relieve los caracteres de universali-
b) La Escolástica. Durante este período dad y unidad del Derecho natural.
la tarea fundamental es penetrar y funda- La ley natural desde este ángulo o aspec-
mentar filosóficamente el sistema del dog- to es inmutable, porque en ella están los
ma. La figura del silogismo aristotélico es principios fundamentales; pero se admite
el instrumento con el que se articularon las la variabilidad de la ley natural en un
especulaciones intelectuales máá ingeniosas. aspecto suyo meramente legal, ligado a la
Con su ayuda y la extraordinaria agudeza utilidad o conveniencia de las respectivas
y habilidad dialéctica de los pensadores, la épocas.
razón es puesta al servicio de la fe, penetra Esa mutabilidad puede referirse a lo que
por todos los sectores del pensamiento, re- se agrega , lo cual es procedente, pues nada
cibiendo su trato el Derecho como parte menoscaba a la ley natural este cambio en
integrante de las ciencias morales. Verda- las disposiciones referente a la vida del
deros milagros de ingenio se operan en la hombre y también cuando deja de pertene-
tarea común de armonizar la doctrina cris- cer a la ley natural lo que antes se atribuía
tiana que emana del dogma con la filosofía a la misma, pues aquélla permanece inmu-
clásica, la- cual alcanza su máxima expre- table, en cuanto a los primeros principios,
sión en Santo Tomás de Aquino, que es de aunque no en cuanto a los principios se-
la Escolástica su máximo representante y cundarios que resultan conclusiones de los
cuyo pensamiento se encuentra contenido fundamentales primarios.
fundamentalmente en su obra mayor la c) Lex humana. La ley humana es o
Summa theologiae, que lo erigió en maes- debe ser una aplicación particular de la ley
tro y cabeza de la doctrina del Catolicis- natural por obra del hombre. Es producto
mo. Sistematizó el pensamiento cristiano, del hombre, creación suya en cuanto la es-
y ateniéndose a la consigna platónica ( 32 ) tima indispensable para la paz y el ejerci-
de dividir y definir, logró congregar miem- cio de la virtud; como así la prevención y
bros dispersos, satisfaciendo la participa- represión de las pasiones y los vicios me-
ción en un todo que exige el espíritu sin- diante el castigo y el miedo. Con ello se
tético mostrando la regulación del mismo muestra su necesidad, utilidad y su justifi-
en función de los detalles los grandes pro- cación.
cesos del conjunto. Así como la ley natural da al hombre la
Circunscribiéndonos a lo fundamental de participación en la ley eterna, la ley hu-
nuestro problema, debemos decir que San- mana es una derivación de aquélla, y sólo
to Tomás (33) establece tres órdenes de le- en cuanto lo sea podrá reputarse verdadera,
yes: lex aeterna, lex naturalis, lex humana. pues de lo contrario no lo sería e implicaría
a) Lex aeterna. En la lex aeterna se corrupción en cuanto no siendo conforme a
ofrece la Razón Divina* que gobierna el la razón natural, tampoco es justa.
mundo, como así la Voluntad de Dios que La ley humana, que es una derivación de
es comunicada por revelación y que por la la ley natural, según la concepción aquhiea-
fe debe ser aceptada, en ella habrá de dar- nea, puede serlo per conclusionem o per de-
se la participación del hombre a través de terminationem en cuanto la ley humana
las leyes naturales y humanas. puede ser la resultante de premisas de la
b) Lex naturalis. La lex naturalis es du- lex naturalis, a modo de conclusión de un
plicación, aunque parcial e imperfecta, de silogismo, o bien la ulterior especificación
la ley eterna, cuya parte referida a la con- de lo que está afirmado in genere en la ley
ducta humana constituye su contenido, que natural.
es cognoscible a los hombres por medio ds La concepción del Derecho natural de
Santo Tomás ha inspirado desarrollos fe-
(32) "Será como un dios para mí —dijo. Pla-
cundos en la dirección por él señalada con
tón— aquel que sepa dividir y definir". verdaderas creaciones originales, como ocu-
(33) Santo Tomás de Aquino. rre con la teoría del padre Suárez, cuyo
aporte al concepto de variabilidad del De mentó primordial del cual derivarán múl-
recho natural se considera de inestimable tiples consecuencias.
valor (s*). La idea central de la teoría es que el
Pero así como en Suárez, también en al- Estado tiene su origen en el contrato, que
tos exponentes del Derecho natural, como sobreviene como consecuencia del abando-
de Soto, de Victoria y otros se muestra la no de un estado anterior, y del acuerdo
idea central de que en definitiva el Dere- para la convivencia pacífica en sociedad.
cho proviene de Dios, supremo Legislador, Las discrepancias sólo resultan del posible
como un mandato divino, cuyos preceptos clausulado de este contrato, pero todos los
inspiran, por decirlo así, al hombre en su autores coinciden en la concepción del Es-
tarea de elaborar la ley humana, el Dere- tado, que surge como una consecuencia ne-
cho positivo, que resulta ser así un reflejo cesaria del mismo.
o manifestación imperfecta del Derecho na- El hombre ha vivido una época previa a
tural. la existencia del Estado, en la que sin leyes
23. Reorientación. 24. El Derecho natu- autoridad ni gobierno ha estado librado en-
ral del Renacimiento y la E&ad Moderna. teramente a sí mismo, como en un estado
Durante la Edad Moderna dominó, por de- extralegal, prelegal, que resultaría ser así
cirlo así, la concepción del Derecho natu- un status -naturae.
ral que articulara en lo fundamental San- No hay coincidencia en los autores sobre
to Tomás de Aquino y con las característi- las características de este estado natural,
cas que hemos visto en las consideraciones pues es descripto del modo más variado,
precedentes. con un trasfondo histórico evidente para
Esta dominación habría de sufrir menos- que cobre visos de realidad, de la cual ha-
cabo, sin embargo, en las postrimerías de bría que tomar noticias a través de la His-
la Edad Media y en los albores del Renaci- toria y la Prehistoria, pero que todos esos
miento, dando lugar en los siglos posteriores autores desconocen. Descríbenlo entonces a
a una concepción del Derecho natural de pura imaginación, con la más variada in-
tipo racionalista que tiene un carácter to- ventiva de detalles; y pasando desaprensi-
talmente distinto al que elaborara la esco- vamente sobre las más variadas formas de
lástica, aunque se mantenga en la línea co- cultura acumuladas a través de cientos de
mún de afirmar su existencia. miles de años (35) se presentan en sus dos
Para entonces se gesta la teoría del con- formas extremas así: 1? Para unos habría
trato social, del cual habíamos visto apa- sido una era de paz y felicidad, un verda-
recer algunos gérmenes en los sofistas y en dero paraíso terrenal que se conecta con
la doctrina de Epicuro, teoría que cobrará los mitos de la edad de oro, de Saturno, et-
un lugar especialísimo en la filosofía del cétera, para poner de relieve una primera
Derecho, en el terreno político, histórico y edad dichosa del género humano; 2° Otros,
social, donde predominará hasta fines del en cambio, consideran que fue una época
siglo xvni, aunque con variedad de formu- llena de peligros, expuesta a las pasiones y
laciones, pero constituyendo siempre el ele- el egoísmo desenfrenados, sin tutela ni ga-
rantía alguna; constituye una época de in-
(34) Hernández Gil en la obra que heñios ci- felicidad.
tado puntualiza sintéticamente el aporte de los
autores españoles al Derecho natural ¿e la siguien- En un momento determinado esta situa-
te manera: 1) El Derecho natural es de origen di- ción termina, aduciendo para su explicación
vino (doctrina de la participación); 2) Coexiste distintas razones unos y otros autores, se-
con el Derecho positivo; no se excluyen, sino que,
dada la organización de la sociedad, se necesitan
mutuamente; 3) El Derecho natural tiene un ca- (35) El horizonte de la realidad histórica se
rácter objetivo y normativo (no es. hábito, sino ha extendido inconmensurablemente en los últi-
precepto); 4) Es obligatorio y vigente (no consti- mos años como consecuencia de grandes descubri-
tuye una mera indicación) ;J5) En cuanto a la "ra- mientos. Afirma Eucken en Cuestiones /undamen-
zón de Derecho", sólo conviene a los hombres; tales de economía, pág. 66, Ed. Revista de Occi-
6) Estos no pueden ignorarlo en cuanto a los prin- dente. 1947. que "con la colaboración de la Inves-
cipios universales; 7) Unidad, universalidad e in- tigación prehistórica, la etnología y la investiga-
mutabilidad como notas del Derecho natural, ab- ción histórica, el horizonte se ha ensanchado tem-
solutamente, en lo que se refiere a los primeros poralmente en cientos de miles de años y espe-
principios, y también, por regla general, en orden cialmente a toda la Tierra. Bajo este aspecto ver-
a las conclusiones derivadas de éstos. Pero cabe, daderamente histórico mundial, los últimos mile-
a título de excepción, que sin cambio formal en nios de la historia europea aparecen como un bre-
la norma, por diversidad de las circunstancias de ve aunque singular relámpago, cuyas repercusiones
lugar o tiempo, se modifique su contenido; 8) El no pueden apreciarse todavía. Lo que al historia-
Derecho natural y el de gentes, se distinguen por dor del siglo XIX parecía ser el todo o lo único
su origen próximo (naturaleza humana y consen- esencial —estos últimos milenios de Europa— lo
timiento tácito de los pueblos, respectivamente);, consideramos ahora como parte de un gigantesco
y por la índole de sus preceptos (los unos, justos todo. Con ello se destacan también con más flení-
simpliciter; los otros, mala quia prohibita) (pág. 20, dad la ruina, retroceso y superposición de cul-
núm, 16). turas".
gún como conciban ese periodo prelegal revolucionario, y por ello es subjetivista y
—pérdida de la inocencia y beatitud primi- antihistórica, de método rigurosamente ra-
tiva del hombre por el pecado original o cionalista; ausente el sentido de lo histó-
como consecuencia de la necesidad de supe- rico pretende substituirlo y rebasarlo con
rar los peligros y daños de aquel estado—, la especulación pura de la imaginación y la
y aparece una nueva situación. fantasía, y así la contraposición entre el
Todos coinciden en esta afirmación de que hombre natural y el histórico se hace en
el status natural fenece y que por acuerdo nombre de una teoría que desconoce la
los hombres deciden abandonarlo para pa- naturaleza humana y la historia del hom-
sar al status societatis, tránsito que se ope- bre.
ra merced a un contrato, por el cual los Es una concepción abstracta y raciona-
hombres se obligan a una convivencia pa- lista que pasa por sobre lo concreto y real
cífica y de mutuo respeto (pactum unionis). sin apercibirse siquiera, apremiada por es-
Del mismo momento o después el pueblo peculaciones que lejos de ser las lógicas
—que surge como tal por el pactum unionis, deducciones del método adecuado al objeto
dejando de ser una mera multitud disgre- que se conoce, rebasa toda idea de método
gada— se subordina a un gobierno que él en un extravío metodológico inexplicable y
mismo designa, lo cual resulta de un con- cae en las inconsecuencias de un espíritu
trato en lo político (pactum .subiectionis), deductivo forjando utopías y valiéndose en
con lo cual aflora lo esencial de esta doc- general de ficciones, que se colocan en el
trina, que es poner de relieve que el poder lugar que debían ocupar los hechos.
político es emanación del pueblo, y al rei- Pero si ésta es la tónica de la concepción
vindicar para éste su derecho el ciudadano en sus supuestos más generales y por lo que
es exaltado al primer plano de la vida polí- a la idea del contrato se refiere, como así a
tica del Estado. la descripción del pretendido estado de na-
Fácil es advertir la gran dosis de raciona- turaleza, que deviene una época histórica
lismo que lleva imbricada esta doctrina, que determinada que los autores imaginan pero
florece en la época denominada de las lu- que no conocen, también ha de reconocerse
ces. Una concepción racionalista del Dere- que orientan su especulación los juristas y
cho natural ha de corresponderse con esta jusfilósofos hacia un Derecho natural fun-
época, que implica una verdadera exalta- dado en la personalidad individual, esto es,
ción de la razón como característica fun- en la naturaleza humana, la cual como na-
damental del espíritu crítico del Renaci- turaleza no significa la ley suprema que
miento, preparado ya por los descubrimien- ha de regir el Derecho, ni tampoco la natu-
tos de los siglos xiv y xv y por el desarrollo raleza física, sino de un modo concreto los
de las ciencias de los siglos xvi y xvn, con deseos y aspiraciones que resultan comunes
las ideas y concepciones originales anterio- al género humano; pues todo cuanto se
res de Descartes y Eacon; todo lo cual pre- halle en armonía con la naturaleza hu-
para el advenimiento de un clima de auto- mana ha de tenerse por Derecho y como tal
nomía del individuo, frente al ambiente de fundamentalmente legítimo en su manifes-
heteronomia que caracterizó a la Edad Me- tación concreta.
dia. Lógico es pensar que este aspecto la es-
El hombre, hasta entonces subordinado peculación racional tiene una dirección ya
a las leyes de las cuales era sujeto pasivo, más concreta, pero no sale del plañó de las
es exaltado al plano de la actividad y a suposiciones más contrapuestas como re-
la participación en la elaboración de las sulta de lo expuesto por el holandés Gro-
mismas. cio (1583-1645) frente a la concepción del
La razón considerada como el valor má- inglés Hobbes (1568-1679), siendo para el
ximo del individuo y de la humanidad, pre- primero el appetitus societatis la tendencia
side diríamos así la nueva época, pónelo de del hombre a convivir pacíficamente y bajo
relieve su especulador más consumado en el reglas sensatas con sus semejantes lo esen-
planteo teórico Manuel Kant, en lo político cial de la naturaleza humana, en tanto que
Jacobo Rousseau y en lo jurídico Hugo para el segundo sería el rasgo más saliente
Grocio Pufendorf; y lo demuestran los .he- el temor que los hombres se tienen los unos
chos en el terreno de las realizaciones a los otros, al extremo de que si se prescin-
sociales. Con idéntico sentido se llevan a diese de toda sociedad jurídicamente orga-
cabo reformas en lo religioso, ético y polí- nizada se impondría necesariamente la gue-
tico, que culminan con el acontecimiento rra de todos contra todos.
máximo de la época en el orden de las apli- El alemán Pufendorf (1632-1694) consi-
caciones prácticas: la Revolución Francesa. dera que el estado de naturaleza del hom-
La concepción del Derecho natural en bre abandonado a sus propias fuerzas, es
esta época es el resultado de un proceso la debilidad y el desamparo (imbecilitas),
de donde se sigue la ley suprema, mediante ficos por la impertinente posición del posi-
la observación racional de la naturaleza hu- tivismo conteano, tal cual como se genera-
mana, para la organización de la sociedad lizó en el orden del pensamiento científico,
jurídicamente. en su ilegítima reducción de toda realidad
Para Thomasius (1655-1728), en cambio, a realidad sensible, y su inexplicable frac-
el hombre tiene como aspiración natural la cionamiento y pulverización de toda unidad
de vivir feliz y el mayor tiempo posible, y de pensamiento.
considera que a la misión del Derecho se le El dogmatismo filosófico influye con su
imponen racionalmente tres clases de pre- racionalismo la.teoría del Derecho natu-
ceptos, a saber: 19 Honestum, honestidad, ral, y esto a la luz de la renovación de la
que consistiría en tratar a los demás como filosofía del Derecho es considerado por
ellos mismos se traten; 2"? Decorum, el de- Stammler ( 3li ) como útil, cuando dice: "Re-
coro, que es el tratar a los demás como presenta un progreso para la solución de
queremos que ellos nos traten a nosotros; los problemas que tocan a la filosofía del
3<? lustum, la equidad, que consiste en no Derecho el que desde la era del racionalis-
hacer a otros lo que no nos deban hacer a mo se investigue la posibilidad de un Dere-
nosotros mismos. Con el nombre de ética, cho natural, basado, no tanto en la «natu-
caracteriza los primeros preceptos que rigen raleza» humana, como en la «naturalezas-
la vida interior y nos proporcionan el más del Derecho mismo".
alto bien; a los segundos los caracteriza co- El juicio de Stammler apunta ya a esa
mo política, constituyendo el bien inter- necesaria purificación a que ha de some-
medio, pues si nos procura goce, no penetra terse el «contenido de la teoría del Derecho
en el mundo tie las intenciones, y por fin natural y la filosofía del Derecho, en cuan-
los preceptos que se corresponden con lo to esta última ha de ponerse a la tarea de
iustum constituyen lo que llama Derecho indagar como temas específicos el concepto
natural, y nos deparan el bien menor aun- y la idea del Derecho según su concepción
que detienen o resultan contener el mal de la jusfilosofía, lo cual —estima— resulta
más grave, pues son los preceptos que po- obligatorio para los investigadores en cuan-
nen diques a la hostilidad entre los hom- to se buscan los elementos constituyentes
bres. del Derecho.
La determinación de la "naturaleza hu- Pero en los filósofos que alcanzan la más
mana" como fórmula general no alcanzó alta especulación de la época, el racionalis-
éxito en las especulaciones de estos jusfiló- mo los ciega a tal punto que pretenden ha-
sofos, que se esforzaron por alcanzar en cer pasar incluso ocurrencias personales co-
ella el fundamento y el criterio supremo del mo "pensamientos de la razón", como ocu-
obrar; pero la idea del Derecho natural rre con Christian Wolf (1679-1754), al pres-
fundado en la naturaleza perdura en la cribir que todo hombre actuará de modo
filosofía del Derecho, puesto que el Derecho que contribuya a la "perfección humana"
no es más que un aspecto de la conducta y a la de su estado, principio de conducta
del hombre en la plenitud e integridad de que se traduce en una serie de deberes na-
su existencia, y en tal sentido la positividad turales para consigo mismo, para con sus
del Derecho no se alcanza sino en la con- semejantes y para con Dios; no logrando
ducta humana. Por ello el Derecho natural con esto satisfacer ni la idea del Derecho
cuenta en nuestros días con calificados sos- natural ni a los temas lógico-ontológicos
tenedores que se esfuerzan por alcanzar su y deontológicos de la filosofía del Derecho.
explicitación a la luz de la filosofía de la Temas confundidos en uno; por el De-
existencia humana. recho natural y la filosofía del Derecho,
25. Descrédito y revaloración. La división confusión imperdonable en Kant, por ejem-
que se produce a partir del siglo xvn en la plo, pues el método crítico exigía la separa-
concepción del Derecho natural y que po- ción, y por no haberlo realizado no-logró
demos caracterizar como un jusnaturalis- solución para ninguno de los dos.
mo escolástico por una parte y un jusnatu- Así se explica que todas las especulacio-
ralismo racionalista por otra, contribuye en nes en torno al Derecho natural y la filoso-
gran parte al descrédito de la teoría del De- fía del Derecho hayan sido desplazadas por
recho natural y constituye' en cierto modo el positivismo y reducidas con su mayor des-
la preparación del camino para su nega- crédito a grupos de estudiosos e investiga-
ción, cuando el positivismo asienta sus rea- dores que alentaron las ideas filosóficas,
les en el plano del pensamiento jurídico. conservándolas a través de obras que no
El abandono de la posición escolástica
por una parte, y los excesos del racionalis-
(36) Stammler, R., Tratado de filosofía del De-
mo jurídico por otra, facilitaron en gran recho, trad. de W. Roces, pág. 43, Ed. Reus, Ma-
medida la suplantación de los temas filosó- drid, 1930.
alcanzaban mayor difusión y muchos me- Y así como en su oportunidad se produjo
nos predominio. la caída del positivismo y la filosofía del
Y lo que es más, contribuyó en gran me- Derecho recobró su puesto en la investiga-
dida a alimentar este descrédito el vano ción de los temas capitales del mismo, se
empeño de articular un "Derecho ideal" a produjo también la revaloración del Dere-
modo de un código único de la razón con cho natural.
instituciones precisas y articulado definido Contribuyó poderosamente a ello la sofo-
cuyas normas concretas hubieran de tener cación de la ciencia jurídica por obra y gra-
un alcance universal y absoluto. cia de la codificación y la exégesis, tal cual
Pretensión tan arrogante como mendaz, como habían sido concebidas en Francia,
y además, aunque parezca paradójico, aló- que deviene así la sede principal de la
gica; debía fracasar, puesto que su vani- reacción favorable al Derecho natural, y
dosa posición que no era una superación donde se advierten las más tempranas pro-
del pasado, sino su eliminación, a,l no tener ducciones, si bien también la renovación de
en cuenta la advertencia que había llevado la filosofía del Derecho apunta hacia espe-
a los jusnaturalistas a admitir "la idea de culaciones que retomando la idea del De-
un contenido variable dentro del Derecho recho natural harían valiosas especulacio-
natural, y con ello la directa contemplación nes en torno.
de la auténtica realidad jurídica en cuanto Contribuye a afirmarlo Geny (3«), al con-
acción humana y como tal expresión de siderar que es inadmisible el riguroso abso-
libertad" creadora. - . . • lutismo ,de ciertas direcciones del Derecho
Cabe citar en esta corriente del pensa- natural, pero tampoco cabe admitir —afir-
miento aquellos que se inspiran o son acti- ma— más reglas que las dependientes de
vos militantes del idealismo filosófico, cuan- la variabilidad misma de las relaciones. Se
do no conspicuos representantes, como Fe- niega a admitir que el Derecho quede redu-
derico Guillermo Hegel, que en su Filosofía cido a la pura dependencia de los hechos.
del Derecho ariicula, como todos los filóso- "A decir verdad, los fogosos campeones de
fos de esa época, un compendio de institu- las teorías positivistas no han ido nunca tan
ciones jurídicas, que se aspira a implantar lejos en su aplicación. Y a pesar de su nihi-
con vigencia universal absoluta, sobre te- lismo doctrinal vuelven, inconscientemente,
mas concretos y diversos, tales como: la al reconocimiento de un principio objetivo
propiedad, los contratos, los delitos, la cul- de justicia, por reducido que sea su alcan-
pa, que se trata en el capítulo de la "mora- ce" (su). concluye afirmando la existencia
lidad" y doctrinas sobre la familia, la so- de un fondo de verdad que, puesto en la
ciedad y el Estado («'). base de las instituciones sociales, resulta
Así se explica que todas las especulacio- extraño y superior a la voluntad de los hom-
nes en torno al Derecho natural y la filo- bres, dominando y limitando toda acción,
sofía del Derecho hayan sido desplazadas de lo cual son exponentes el Derecho natu-
por el positivismo. El racionalismo negaba ral y el racional.
el dato jurídico en su espontánea presen- Con la concepción escolástica al respecto,
cia y desconocía la índole de la realidad de enlaza la teoría de Renard sobre el Derecho
lo social y del hombre al proceder tan arbi- natural, que expone en diversos obras suyas
trariamente, e incluso al tergiversar el ver- y que admite como un "Derecho natural de
dadero uso de la idea, desdeñando la adver- contenido progresivo, ya que el Derecho na-
tencia de Kant al respecto. Así, el Derecho tural no es un sistema acabado, sino a la
natural y la filosofía del Derecho, juntos, manera de un principio que se realiza di-
fueron reducidos, con su mayor descrédito, versamente en los diferentes sistemas de
Derecho positivo" («).
al papel secundario de investigaciones des- Muchos otros autores franceses han tra-
provistas de interés y motejadas de ser me-
ras especulaciones imaginativas, desprovis- tado el tema, y con diversas concepciones
tas de toda conexión con lo real. Sólo algu- contribuyen todos a la afirmación de la
nos estudiosos que no alcanzaban a hacer existencia y validez del Derecho natural.
mella en la mentalidad positivista, adver- Lo mismo ocurre en otros países, donde los
tían que el pecado del jusnaturalismo es- autores en torno al Derecho natural se es-
fuerzan por destacar sus caracteres, su exis-
colástico y racionalista, como del idealis- tencia y su validez («).
mo, no podía invalidar la tarea que tenía
siempre por delante la filosofía del Dere- (38) Geny, F., Métodos de interpretación y
cho, comprendiendo en ella el problema del fuentes en Derecho -privado positivo, Ed. Beus,
Derecho natural. Madrid, 1925.
(39) Geny, op. cit.
(40) Hernández Gil, op. cit., pág. 34.
(37) Hgel, P. O., Filosofía del Derecho, Ed. Cla- (41) V. la reseña en Hernández Gil, op. ctt..
ridad, Bs. Aires. 1937. págs. 36 y sigs., núma. 25, 26 y 27.
En Italia, Del Vecchio (*'¿), al avocarse al sica y revela la verdadera naturaleza hu-
estudio del fundamento racional del Dere- mana".
cho, después de un examen previo del sen- Es de la índole propia de la conciencia
timiento jurídico y de diversas teorías es- obrar como sujeto y no como objeto, esto
cépticas y realistas, afirma como funda- es, con intención suprasensible, que en de-
mento del Derecho la "naturaleza humana" finitiva hace que las acciones no entren
en una concepción determinada que opone sólo en el orden de los fenómenos sino
a la concepción causalista, en cuanto teleo- también en el orden de las ideas, llevando
lógica y ética. con ello el signo de lo eterno o de lo pe-
Y así niega Del Vecchio la perspectiva de renne. -
conocer la naturaleza humana a través de "Si el hombre fuera simplemente un fe-
la sucesión causal, aunque de las institu- nómeno —dice Del Vecchio—, o un agrega-
ciones morales y jurídicas, como de todas do de fenómenos, no se plantearía para él
las demás cosas, pueda darse —incluso de el problema ético, ni tendría sentido el im-
las funciones psíquicas— una explicación perativo; siendo las acciones humanas, en
"materialista" demostrando la conexión que su calidad de fenómenos, siempre y nece-
existe en el orden fenoménico entre tales sariamente conformes a la naturaleza, no
instituciones y las condiciones físicas del serían susceptibles de una ulterior conside-
medio ambiente. Pero con esto sólo se lo- ración crítica, de un juicio evaluativo de su
grará una explicación parcial, una visión legitimidad o ilegitimidad. También aquí
refleja del Derecho y la Moral se les habrá sería el hecho, como en las ciencias físicas,
considerado en su reverso, como si se pre- el criterio de la verdad. Pero, como el hom-
tendiera alcanzar el mérito del arte de los bre, aún perteneciendo también al orden
cuadros de un gran pintor considerando fenoménico, es íntimamente y se siente ser
solamente la composición química de los algo más que un fenómeno, el explicar su
colores. propia esencia, realizar su naturaleza, ser
"El principio que permite la recta y ade- él mismo, es para él, más que un dato, un
cuada' visión del mundo ético es precisa- problema y una misión. El mismo impera-
mente el carácter absoluto de la -persona, tivo se apoya en esta peculiar condición del
la supremacía que corresponde lógicamente ser humano por la cual éste participa como
al sujeto sobre el objeto. La facultad de de dos naturalezas, o mejor dicho pertenece
abstraer y de encontrar asimismo fuera de a un doble orden de realidades, el físico y
la naturaleza, de referir al yo, por medio el metafísico, siendo juntamente parte y
de las ideas, toda la realidad que en él con- •principio de la naturaleza".
verge, constituye el ser propio y específico Concluye Del Vecchio por afirmar que el
del sujeto, su naturaleza en eminente sen- Derecho tiene su principio en la naturaleza
tido; y esta facultad o vocación trascen- y esencia del hombre, como persona en ab-
dental, que se afirma psicológicamente en soluto. Este carácter, que constituye el cen-
la conciencia de la propia libertad e impu- tro y eje de las relaciones de convivencia,
tabilidad, se convierte inmediatamente pa- cobra así un significado específicamente
ra el sujeto en una suprema norma: obra jurídico, cuyo sentido se concreta en la
no como medio o vehículo de las fuerzas de máxima de que todo hombre, sólo a fuer
la naturaleza, sino como ser autónomo, con de tal, puede exigir que sea respetado por
cualidades de principio y fin; no como im- todos, como él mismo está obligado a res-
pulsado o arrastrado por el orden de los petar por sí mismo el imperativo, no exten-
motivos, sino como dominador de ellos; no diendo el arbitrio suyo hasta imponerlo a
como perteneciente al mundo sensible, sino otros, no sometiendo a su voluntad a quien
como partícipe del inteligible; no como_in- por naturaleza sólo está sujeto a sí mismo.
dividuo empírico (homo phaenomenon), "Según este principio, o idea-límite, de
un derecho umversalmente propio de la per-
determinado por pasiones y afecciones fí- sona, innato en ella y jamás reducible a
sicas, sino como yo racional (homo nou- alguna concreta relación de convivencia,
menon) independiente de ellas; obra, en fin pueden ser medidas y constituidas todas
en la conciencia de la pura espontaneidad las relaciones sociales, de modo que cada
de tus determinaciones, de lo absoluto y una de ellas, cualquiera que sea su parti-
universal de tu ser, y, por lo tanto (pues cular especie, lleve en sí el sello de aquel
no otra cosa significa), de tu identidad derecho, y suponga e implique el reconoci-
substancial con el ser de todo otro sujeto. miento de aquella suprema virtualidad del
Todo lo cuaT trasciende la naturaleza fí- ser autónomo, representando de hecho un
ejercicio o función de la misma. Es nece-
(42) Del Vecchio. Filosofía del Derecho, t. 2, sario aclarar que la persona de que se ha-
págs. 274 y sigs.j Ed. Bosch, 1936. bla aquí no es el individuo empírico, sino la
universalidad del sujeto; aquella universa- suprimida, sino, por el contrario, confir-
lidad que se concreta en diversas especies o mada lógicamente por el hecho de que se
figuras individuales y representa su esen- produzca una violación de jacto. Al califi-
cia común y su valor eterno. Para salvar car ésta como tal, se muestra que no es po-
este valor puede surgir hasta el deber de sible reconocer la injusticia sino refirién-
sacrificar la individualidad contingente. Sin dola a un criterio de la justicia, el cual con
esta distinción fundamental, no es posible esto es ya admitido implícitamente".
llegar a una verdadera teoría del Derecho, A! poner en relación con el Derecho los
así como tampoco & una verdadera Mora!". aspectos que ha caracterizado en la per-
• Alude luego .Del Vecchio a la formación sona humana, Del Vecchio alude a la natu-
de la. persona en virtud de un proceso de ralidad del Derecho positivo y el Derecho
interferencias o de relaciones entre sujeto natural, destacando que en todo complejo
y sujeto, es decir, interferencias intersub- social cualquiera que fuere está ínsita la
jetivas, que deben ser valoradas subespecie forma del Derecho, y toda sociedad tiene
inris, no pudiéndose prescindir de ello sin su Derecho positivo, en cuanto afirmado y
contravenir el principie fundamental de la actuado históricamente como expresión y
justicia, que pretende la valoración obje- efecto de la fuerza social preponderante.
tiva de la persona en las relaciones inter- Considera a este Derecho positivo como
subjeiivas, natural, en el sentido de naturaleza, vale
En el nacimiento de la persona, donde se decir, determinado por sus antecedentes fe-
da relación de interferencia intersubjeti- noménicos (en el orden de las causas); se
va, con vínculo de justicia entre progenito- muestra como dato de la experiencia y pue-
res y el nacido er> virtud de ¡a cual existe de en cuanto tal ser comprendido y expli-
la obligación de aquéllos de asistir al nuevo cado como un fenómeno, esto es, como in-
ser, ai que corresponde un débito de éste serto coherentemente en el orden de la pro-
con aquellas que le dieron la vida y asis- ducción de la naturaleza; lo cual no implica
tencia, que iio es mero vinculo moral sino que tal "Derecho sea siempre natural en
jurídico, en cuanto se contraponen recípro- sentido metaempírico, deontológico, hiper-
camente obligación y pretensión o exigencia fenoménico, es decir, que corresponda a la
recíproca, y ta>nbién en el orden de rela- exigencia categórica y absoluta, fundada en
ciones intersubjetivas más bastas pero que el ser ideal (naturaleza en sentido eminen-
concurren a la formación de la persona en te del sujetp)".
su concreta estructura histórica que hacen Con lo expuesto cabe distinguir las dos
que el individuo -pertenezca- a una nación diversas consideraciones que conducen a
a cuya unidad debe el individuo la impron- afirmar a priori, de un lado, la naturalidad
ta peculiar de su propio ser, engendra obli- de todo Derecho positivo, es decir, del Dere-
gaciones jurídicas para su defensa que es cho como hecho, y de otro "recabar de la
en definitiva autodefensa del individuo, en naturaleza humana, absolutamente consi-
forma similar a la obligación que se refiere derada, el principio del Deber y del De-
al respeto hacia ios padres, y cuyo cumpli- recho, como exigencia ínsita en la esencia
miento reclama el sacrificio, si fuera pre- de la persona y umversalmente válida más
ciso, de la propia vida en compensación o allá y por encima de cualquier hecho".
restitución de la vida recibida; implican Para fijar su pensamiento recurre a ua
derechos que valen absolutamente que son claro ejemplo: la institución de la esclavi-
propios de la Humanidad en mérito de su tud, la cual es jurídica porque "tiene todos
propia naturaleza. Derecho que tendrá cen- los caracteres formales del Derecho, y es
creción histórica, pero por sí mismo se también natural, en el primer sentido di-
muestra anterior a toda aplicación y a cho, porque allí donde se manifiesta apa-
toda relación social, porque es ley de la rece determinada por condiciones empíricas
misma, su valor trasciende todo límite dado suficientes. Pero parangonada con la idea
en el espacio y en el tiempo en cuanto a él del Derecho, intrínseca para todo hombre,
se aspira porque vale; pues no vale porque representa una violación de ella, o, mejor
a él aspiramos. dicho, una negación directa. Así podremos
Aclara Del Vecchio que la realidad empí- decir que dicha institución comprueba O
rica no se conforma siempre con el princi- confirma el concepto, pero no la idea del
pio del Derecho natural tal como resulta Derecho; es jurídica, pero no es justa; es
por él caracterizado, lo cual no menoscaba de Derecho positivo, pero es contra natura-
la exigencia deontológica, que permanece, leza, en el sentido que contradice una exi-
sin embargo, íntegra y conserva su signi- gencia categórica y absoluta, fundada, no en
ficado y su valor porque éste es de orden el fenómeno, sino en la esencia del sujeto".
metafísico y no de índole física. "La sub- En el Derecho natural ve Del Vecchio el
sistencia de un principio jurídico no queda criterio que permite valorar el Derecho po-
altivo y medir la intrínseca justicia del griego anteriores a los sofistas, por ejemplo
mismo, de tal modo que aun cuando se con- la Jónica y la Eléata, no ofrecen impor-
traponga el segundo al primero, este último tancia, porque preocupados por otros pro-
conserva su peculiar manera de ser, su ín- blemas no se hacen cargo del de la Justicia
dole deontológica, su validez de criterio en términos que puedan interesarnos, por
ideal; lo que no ha de entenderse que en- lo que no podemos afirmar de ellos que fue-
tre ambos Derechos deba haber necesaria- ran o no escépticos. Lo cierto es que en ellos
mente discordancia, que se corresponde con no existe el problema del Derecho natural.
la progresiva gestación del Derecho natu- En los pitagóricos si aflora una considera-
ral, que se palpa al advertir en el dinamis- ción de la justicia, en relación con el con-
mo histórico la diferencia que va de los cepto fundamental de la escuela, que ve la
pueblos primitivos a la consagración cons- esencia de todas las cosas en el número: de
titucional de los dictámenes de dicho Dere- modo tal que los principios de los números
cho natural, que el autor explícita refirién- son los principios de las cosas.
dose a la legislación positiva. En este sentido abordan consideraciones
Nos hemos detenido en las ideas de Del astronómicas, musicales y políticas y tam-
Vecchio porque de los autores contemporá- bién realizan estudios con referencia a la
neos es quien ha aportado ideas más fecun- justicia, que la ven como una relación arit-
das para la filosofía del Derecho, en cuan- mética, una ecuación o igualdad, de la cual
to ha realizado del mismo un verdadero se deduce la retribución, el contracambio,
análisis fenomenológico, articulando una la correspondencia entre el hecho y el tra-
ontología del Derecho como'éste no la ha- tamiento de que éste ha de ser objeto, y que
bía tenido nunca antes, y que no ha sido se aplica no sólo a la pena y a otras rela-
superada aún, no obstante habérsela usado ciones. Aristóteles ha de tomar estas elucu-
por jusfilósofos de talento agudo y no exen- braciones como el germen de su propia teo-
tos dé originalidad («). ría'al respecto.
Su concepción del Derecho natural, liga- Como vemos, hasta aquí el Derecho natu-
da como está a la dirección del pensamiento ral no está abordado abiertamente por la
neo-kantiano, ello no obstante excede en filosofía griega, porque permanece relegado,
mucho las limitaciones que a la misma le en la especial consideración de la misma, a
impone, y en algunos de sus aspectos se co- temas de la Naturaleza y la Matemática, al
necta con conclusiones y resultados de la terreno de la Moral y la Religión.
actual explicitación de la existencia huma- Los sofistas. Ya advertimos que quienes,
na por la filosofía en la esencial historici- abordan el problema del espíritu humano
dad de lo humano. son los sofistas, y de aquel problema, el éti-
Por lo demás, en Del Vecchio se renueva co fue preocupación fundamental suya.
vigorosamente la tradición del Derecho na- También vimos que a ellos corresponde el
tural, altamente superada, en una síntesis mérito de haber planteado decididamente
que concilia en mucho las tendencias con- el problema de si la justicia tiene un fun-
trapuestas dentro de la concepción del mis- damento natural, de si aquello que es justo
mo y que enlaza con los mejores resultados por la ley, o sea Derecho positivo, lo es
del pensamiento jusfilosófico contemporá- también por naturaleza. Contestando con la
neo, en cuanto pone en primer plano el negativa de un modo consecuente con su
problema axiológico del Derecho, aspecto posición individualista y subjetivista y ar-
nunca negado en }a auténtica doctrina, que gumentando en pro de su tesis que si exis-
vio en él no sólo la índole y esencia de la tiera una justicia por naturaleza, todas las
experiencia jurídica, sino también la idea leyes serían iguales.
capaz de valorar en forma a priori sus de- Los epicúreos. Ya sabemos que los epicú-
terminaciones histórico-individuales. reos se mueven dentro-de una concepción
26. Negación del Derecho natural como utilitarista. Tras las afirmaciones que re-
idea y como realidad. Si bien no vamos a sultan para la Justicia y el Derecho natu-
hacer un estudio detenido de la negación ral de Sócrates, Platón y Aristóteles, los epi-
del Derecho natural, como lo hicimos de su cúreos quiebran la concepción platónico-
afirmació.n, debemos sí referirnos somera- aristotélica que funda el Estado en la natu?
emnte a las direcciones del pensamiento que raleza misma de los hombres y articulan su
han hecho del mismo tabla rasa y que ori- idea de que el Derecho es sólo un pacto de
ginariamente se muestran en el escepticis- utilidad, reflejo del cual es el Estado, pro-
mo respecto del problema fundamental de ducto de un convenio de Ids hombres, que
toda filosofía del Derecho: la Justicia. pueden hacer en cuanto no vean en él la
Las distintas escuelas del pensamiento utilidad que vieron> al concertarlo.
Si bien puede reflejarse en la doctrináis
(43) Entre nosotros, por ejemplo, Carlos Cosslo. idea posterior del contrato social y el ger-
men de aquel pensamiento que ve ligado el haber entronizado esta idea de primacía
Derecho a la naturaleza humana en cuanto del Derecho positivo reduciendo el Derecho
negativa a la paz de un Estado prelegal, de- natural a la obligación incondicional de
bemos considerar este pensamiento como obedecer a los preceptos del príncipe. Cabe
negativo y escéptico respecto de la idea del destacar que Hobbes es, en tal sentido, ins-
Derecho natural.-puesto que no se corres- pirado por' el empirismo inglés, pero así y
ponde con una realidad determinada, sino todo su empirismo coincide con las concep-
más bien con una suposición que contiene ciones ulteriores del contienente en cuanto
como firme la recíproca hostilidad de los no es más que ese mismo empirismo, arrai-
hombres. gado en una concepción románica histori-
27. La filosofía moderna. La circunstan- cista, que constituye el ropaje con que se
cia de referirnos ahora a la negación del viste para su entronización en el continente
Derecho natural hace que debamos saltar europeo el individualismo liberal de Gran
diriamos así, desde los epicúreos hasta la Eretaña.
filosofía moderna, porque es precisamente Pero en esto debemos marchar con cau-
en ésta donde aquel pacto de utilidad su- tela, lejos de afirmaciones que no se con-
puesto para la creación del Derecho y del trasten verosímilmente con los hechos o la
Estado va a encontrar amplio desarrollo, y realidad, tal cual corresponde a toda afir-
precisamente habrá de tomar una dirección mación científica o filosófica. Y debemos
muy determinada, una concepción negati- ver en esta etapa de exaltación y primacía
vista del Derecho natural, en c'uanto habrá del hecho del Derecho positivo, la intensa
de exaltar el Derecho positivo y con ello actividad del pensamiento en torno al ob-
darse la situación paradoja que anota Le- jeto del Derecho hasta entonces abando-
gaz y Lacambra, de que el Derecho na- nado, tras la especulación de la justicia.
tural reconocido hasta entonces resulte pre- Hay en ello la legítima intención de darse
cisamente negado o disminuido en la época una clara explicación del dato jurídico en
de la escuela del Derecho natural del si- su concreta positividad; vale decir en defi-
glo xvii («). nitiva acentuar la atención de la inteligen-
Pero no puede hablarse de tal situación cia sobre el reverso de la medalla, sin que
paradoial toda vez que la negación o me- por ello y aunque no se le preste atención
noscabo resulta con respecto a la concep- o se niegue, como ocurre en la posición po-
ción clásica del Derecho natural, que es- sitivista extrema que veremos después, el
cinde en un dualismo que ha de lastrar toda anverso de la misma; que por ello no deja
la teoría del Derecho: Derecho positivo y de existir, puesto, que así como no hay me-
Derecho natural, como cosas distintas que dalla sin reverso tampoco la hay sin anver-
no logran amalgamar la presuposición de so, sin que pueda atribuirse a uno u otro
la unidad sobre la base de la plena consa- ser sostén único, aunque sea este último el
gración del Derecho natural, como Derecho que siempre cobra su significación más re-
justo frente al Derecho positivo como De- levante y objetiva de lo que la medalla con-
recho injusto. memora.
Y también cabe advertir que dicho dua- Y así podemos afirmar que con ello que-
lismo ha de resultar eliminado por refere- da fundado el empirismo jurídico, que liga
rencia a la existencia humana, en cuanto las especulaciones de la razón a la expe-
en ella cobran consistencia objetiva los va- riencia jurídica, sin negar el Derecho natu-
lores, cuya objetividad no puede negarse ral aunque acentuando la primacía de los
frente a la contingencia de la experiencia estudios de este último y rebajando el fun-
jurídica y a la relatividad de los juicios damento natural a la limitada condición
estimativos lastrados de opiniones e ideo- del egoísmo humano.
logías de intereses. Pero para que ello llegue 28. Positivismo. SI el empirismo rebajó la
tendrá que pasar mucho tiempo aún. condición del Derecho natural en su clásica
Es indudable que en la afirmación y pri- concepción, no lo negó totalmente, sino que
macía del Derecho positivo que la Escuela trató de dar un fundamento natural dis-
del Derecho natural del siglo xvn hace, la tinto para el Derecho. El positivismo, en
concepción clásica ve una negación o es- cambio, llevó sus afirmaciones a los últi-
cepticismo del Derecho natural, porque ésta mos extremos, y negando toda concepción
no admite otra concepción que la propia, a en la naturaleza humana, sea en cuanto
la que identifica con la realidad del Dere- supone una lucha de todos contra todos
cho natural. (Hobbes) como expresión de egoísmo al
Y así atribuye a Hobbes, entre otros, el cual pone fin el Derecho inaugurando una
(44) Legaz y Lacambra, L., Introducción a la
nueva etapa legal de la humanidad; o aque-
ciencia del Derecho, pág. 257, Ed. Bosch, Barce- lla que veía en la naturaleza un estado feliz
lona, 1943. perdido, al cual había que volver (román-
ticismo de Rousseau) mediante el contrato Según ésta existe una oráenación de las
social, negó en absoluto el Derecho natu- relaciones humanas distinta a la del Dere-
ral, afirmando que no existe otro Derecho cho, positivo y superior a él, absolutamente
que el Derecho positivo («o) • y esta actitud válida y justa, por emanar dt, la naturaleza
con caracteres sistemáticos se repite en to- y en particular de la razón humana o de la
dos los positivistas, pero en ninguno alcan- voluntad divina.
za los extremos extraordinarios, por la pro- La voluntad de Dios —afirma Kelsen—
funda sistematización de la negativa, que aparece en la doctrina del Derecho natural
en Kelsen. como cosa idéntica a la naturaleza, en
Con Kelsen puede decirse que culmina el cuanto ésta se concibe como creada por
empirismo y el positivismo, y con sus espe- Dios y las leyes naturales como expresión,
culaciones se agota esta etapa del pensa- de la voluntad de Dios. "En consecuencia,
miento, que con la de la concepción clásica las leyes naturales, de acuerdo con esta
constituyen las dos posiciones divergentes doctrina, tienen el mismo carácter que las
extremas (tesis-heterotesis), que en el caso reglas legales decretadas por el legislador
se muestran como: tesis (Derecho natural humano: son mandatos dirigidos a la na-
clásico), antítesis (positivismo), inexcusa- turaleza y la naturaleza obedece estos man-
bles para que pueda operarse una síntesis, datos, las leyes naturales, en la misma for-
la cual se intenta en la actualidad a través ma en que el hombre obedece las leyes pro-
de la filosofía de nuestro tiempo, con el mulgadas por el legislador. El Derecho crea-
auxilio de la fenomenología husserliana y do por el legislador, esto es, por un acto de
la explicitación de la existencia humana voluntad de la autoridad humana, es De-
como pensamiento dominante de la época. recho positivo. El Derecho natural, sin em-
Pero, sin adelantarnos, veamos en qué bargo, de acuerdo con la doctrina mencio-
consisten las ideas de Kelsen. nada, no es creado por un acto de volun-
29. El Derecho natural en la teoría del tad humana, no es un producto artificial
Derecho de Kelsen.' Comienza por destacar y arbitrario del hombre. Puede ser y tiene
el autor la inclinación del hombre a pre- que ser descubierto en la naturaleza, me-
sentar su propia idea de justicia como la diante un procedimiento mental. Por medio
única correcta y absolutamente válida; del examen cuidadoso de la naturaleza, es-
siendo la forma característica de presentar pecialmente de la naturaleza del hombre y
un juicio de valor subjetivo y por tanto re- de sus relaciones con otros hombres, puede o
lativo, por ejemplo, la afirmación de que no encontrar las reglas que regulan la con-
determinada regla o institución jurídica es ducta humana, en conformidad con la na-
justa, como si se tratara de un juicio obje- turaleza y, en consecuencia, en forma per-
tivamente válido, que dicha regla o insti- fectamente justa. En tanto que la natura-
tiución es "natural", que corresponde a la leza es concebida como revelación de la
naturaleza, que es exigida por la natura- voluntad divina, su examen equivale a in-
leza. vestigar la voluntad de Dios. Los derechos
Según Kelsen esa afirmación tiene como y deberes del hombre, establecidos por este
supuesto el que una regulación perfecta- Derecho natural, son considerados como
mente justa de la conducta humana, pro- innatos o connaturales al hombre, porque
cede de la "naturaleza"; vale decir, de la son impuestos por la naturaleza y no im-
naturaleza de las cosas, o de la del hombre, puestos o conferidos al hombre por el legis-
especialmente de la razón humana, o bien lador humano; y en tanto que la natura-
de la voluntad de Dios, como creador del leza es manifestación de la voluntad de
mundo; suposición en la cual se funda pre- Dios, estos derechos y estos deberes son sa-
cisamente la esencia de la doctrina del De- grados. Pero ninguna de estas numerosas
recho natural. doctrinas ha podido hasta hoy definir el
contenido de orden justo en forma que se
(46) Por tal se entendió, según pudo apreciarse acerque siquiera a la exactitud y objetivi-
«n el concepto de Austin, "todo Derecho positivo, dad con que la ciencia natural determina el
o lo que es lo mismo, todo Derecho simple y es- contenido de las leyes de la naturaleza y de
trictamente así llamado, es impuesto directa o in-
directamente por una persona o un cuerpo sobe- la ciencia jurídica el contenido del orden
rano a un miembro o miembros de la sociedad positivo. A pesar de que en la historia inte-
política independiente en la cual aquella persona lectual de la humanidad no existe un pro-
o cuerpo son soberanos o supremos... Y aun
cuando proceda directamente de otra fuente, es blema que haya sido discutido con mayor
Derecho positivo, o Derecho estrictamente así lla- pasión, y a pesar de que los más ilustres
mado por la sanción que le presta aquel soberano pensadores, desde Platón hasta Kant, han
en su condición de superior político". Esta clara
la idea de identiíicar Derecho positivo con Dere- hecho el esfuerzo por determinar el conte-
cho "establecido", "puesto", "impuesto", etc. nido de la ley natural de la justicia, todo
el problema permanece hoy sin solución, no consiste, como sucede con la ciencia, en
como siempre lo estuvo" ( 4 7 ). explicar la realidad en forma racional, sino
Dualismo entre el Derecho positivo y el en aceptarla o rechazarla en forma sen-
natural. Destaca el autor que llevamos ci- timental o emotiva. Cada cual está libre
tado que la doctrina del Derecho natural se para escoger una u otra interpretación
caracteriza por un dualismo fundamental acerca de la relación existente entre la rea-
entre el orden positivo y el natural, pues lidad y la idealidad, debido a la circuns-
por encima del Derecho positivo,, imperfec- tancia de que no es posible el conocimiento
to, existe un Derecho natural perfecto, ya objetivo de las ideas, el conocimiento del
que es absolutamente justo, y el Derecho otro mundo, de acuerdo con la experiencia,
positivo solamente está justificado en cuan- por virtud del carácter trascendental im-
to corresponde al Derecho natural. plicado en la definición misma de esta es-
Cuando el Derecho positivo no se corres- fera. Si el hombre tuviera acceso interior
ponde con el Derecho natural cuando se al mundo de las ideas, entonces estaría ca-
anota un desacuerdo, debe considerarse que pacitado para adaptar su mundo, y espe-
no tiene validez y que por lo tanto no cialmente su mundo social, su conducta, a
existe. este modelo ideal, y entonces el hombre
Anota el autor que el dualismo señalado también llegaría a ser perfectamente feliz,
entre Derecho positivo y Derecho natural, si"su conducta correspondiera a este ideal.
que atribuye como característica de la doc- El hombre mismo, y por tanto su mundo
trina jusnaturalista, tiene una semejanza empírico, llegarían a ser perfectamente
con el dualismo metafísico de la filosofía buenos. No existiría en este caso un mun-
de Platón, entre realidad e idealidad; filo- do empírico real en contradicción con el
sofía cuya esencia fundamental la consti- mundo trascendental o ideal. Llegaría a
tuye la doctrina de las ideas. desaparecer el dualismo existente entre es-
Es sabido que Platón escinde el mundo, te mundo y el otro, causado por la imper-
instaurando un dualismo a través de un fección humana. El mundo ideal sería el
abismo existente entre el mundo real, im- mundo real. Si se pudiera llegar a conocer
perfecto y visible, perceptible a través de el orden absolutamente justo, cuya exis-
nuestros sentidos, lo que llamamos reali- tencia es afirmada por la doctrina del De-
dad, y el mundo de las ideas, invisible, pero recho natural, entonces el Derecho positivo
modelo o arquitecto ideal de todo cuanto sería superfluo, más aún, no tendría sen-
existe en el mundo real y visible. tido. Confrontados con la existencia de un
Según esta filosofía de Platón, todo cuan- ordenamiento justo de la sociedad, inteli-
to existe en el mundo sensible o real no gible en la naturaleza, en la razón o en la
son sino copias imperfectas, que revelan voluntad divina, la actividad de los legisla-
como sombras las existencias de las ideas dores del Derecho positivo se convertiría en
que son la expresión perfecta de las mis- esfuerzo disparatado por lograr una ilumi-
mas de ese mundo invisible. "El dualismo nación artificial frente a la brillante luz
entre realidad e idealidad, entre el mundo del sol. Si fuera posible resolver el proble-
imperfecto de los sentidos y el otro mundo ma de la justicia como podemos resolver los
perfecto inaccesible a la experiencia de problemas técnicos de las ciencias naturales
nuestros sentidos; el dualismo entre natu*- o de la medicina, no pensaríamos por un
raleza y supernaturaleza, entre lo natural momento en regular las relaciones inter-
y lo sobrenatural, entre lo empírico y lo humanas mediante el Derecho positivo; esto
trascendental, entre este mundo y el más es, con medidas autorizadas de coerción, en
allá; esta duplicación del mundo, es un ele- la misma forma en que actualmente no
mento que aparece no solamente en la filo- pensamos por un solo momento en impo-
sofía de Platón, sino que es típica en toda ner por la fuerza la ley positiva cuando se
interpretación metafísica, en toda interpre- trata de construir una máquina de vapor o
tación religiosa del mundo" ( 4S ). de curar una enfermedad determinada. Si
Este dualismo —afirma Kelsen— tiene un existiera una justicia que pudiera ser reco-
carácter optimista y conservador, o bien nocida en forma objetiva, no existiría el
uno pesimista y reaccionario, según que se Derecho positivo, y por tanto tampoco exis-
considere que hay acuerdo o desacuerdo en- tiría el Estado, ya que no sería necesario
tre la realidad empírica y las ideas tras- obligar a las gentes a ser felices. Sin em-
cendentales. El objeto de esta metafísica bargo, la afirmación usual de que verdade-
jraínente existe un orden naturalmente bue-
(47) Kelsen, H., "Metamorfosis de la Idea de f£> pero trascendental y, por tanto, no in-
Justicia", en Revista de la Escuela Nacional de
Jurisprudencia, México, octubre-diciembre de 1949, teligible, de que existe lo que se llama jus-
t. 11, núm. 44, pág. 83. ticia pero que no puede ser definido con
(48) Kelsen, H., op. cít., pág. 92. claridad, es una contradicción en sí misma.
No es, en efecto, más que el eufemismo que sen— la doctrina del Derecho natural re-
esconde el hecho doloroso de que la justicia nuncia al juez; todo lo cual no ocurre con el
es un ideal inaccesible al conocimiento ra- Derecho positivo, que requiere el órgano de
cional. aplicación, que según el principio de la di-
Conforme a esta idea que se hace Kelsen visión del trabajo se distribuye en los jueces.
de la Justicia y el Derecho natural, su crí- Sostiene Kelsen que en la idea de que las
tica se endereza a demostrar la inexistencia partes son perfectas está el supuesto de que
objetiva del Derecho natural, el cual du- los intereses de los hombres no perturban
rante toda su argumentación lo supone su juicio objetivo, toda vez que se les consi-
•existente para poder deshacer uno a uno dera aptos para conocer la verdad plena;
los argumentos que apoyan la afirmación de donde resulta que el Derecho natural es
de dicha existencia. una organización para la justicia; y en
En tal sentido comienza señalando una consecuencia de esta idea de la aptitud
a una las diferencias entre Derecho natural para la verdad plena y la justicia la afirma-
y Derecho positivo, pues así —dice— se des- ción absoluta del mismo; en contraposición
tacará la esencia de ambos (* 9 ). al Derecho positivo, que ha de considerarse
En primer término salta como primera concreto, relativo e hipotético, reduciéndo-
diferencia el hecho de que se considere el se ía tarea al establecimiento objetivo de
Derecho natural como legislado por Dios O los hechos', tratándose de producir el aisla-
la naturaleza, a diferencia del Derecho po- miento de los intereses privados, como ocu-
sitivo, que se considera siempre un hecho rre en el Derecho de los tribunales o judi-
del hombre o sea, en concreto, legislado por cial; de donde resulta que el Derecho posi-
la voluntad humana. ,- tivo es una ordenación para la paz, toda
Pero aparece la diferencia fundamental vez que interesa fundamentalmente poner
en cuanto se considera al Derecho natural fin al conflicto más que lograr la justicia,
susceptible de imponerse por sí mismo, en pues ésta se ve como imposible o remota.
virtud de ser evidente, lo que no ocurre con Por lo demás, y llegado al caso de indivi-
el Derecho positivo, que se impone coacti- dualización de las normas, a lo cual están
vamente, precisamente por su falta de in- sometidas tanto la ordenación del Derecho
mediata evidencia. En tal sentido el Dere- natural como la del Derecho positivo, nece-
cho natural no requiere para su cumpli- sariamente dicha individualización conduce
miento organización coactiva alguna; de a una positivización de las normas, lo mis-
ahí que se lo vea independientemente del mo en cuanto al hecho condicionante que
Estado, que sería así una consecuencia de eh cuanto a la consecuencia anudada al
la organización coactiva. hecho.
De este modo el obligado no se encuen- A esto —dice Kelsen—(so> Va ligado, sin
tra frente a ningún órgano encargado de embargo, un cambio radical de la técnica
ejercer el acto coactivo, como ocurre en el jurídica. En tanto que la gran masa de los
Derecho positivo, en el que la misma .divi- hombres carece de la necesaria intuición
sión de la tarea hace que se muestren los o de la buena voluntad, o de ambas, para
diversos órganos coactivos. conducirse con arreglo al Derecho natural,
El Derecho natural se queda, de este mo- es evidente que necesitan ser obligados a
do, en un enunciado general, no haciéndose ello. Si la ordenación del Derecho natural
conciencia en el mismo el problema de la no es, según su idea, una ordenación coac-
individualización de las normas, a la inver- tiva como el Derecho positivo, ello es tan
sa del Derecho positivo, que si tiene aquella sólo bajo el supuesto de que la consecuen-
generalidad en los.esquemas normativos, en cia anudada en su norma a una cierta con-
cambio donde se concreta como tal es en las dición, esto es,, la conducta "acertada" y
normas individuales, donde cuenta el pen- "justa", es de igual manera inmediatamen-
sar, el sentir y el querer de las personas. te evidente para todos los hombres cuya
Las normas de Derecho natural en rela- conducta regula esa ordenación, y que to-
-ción al hecho condicionante, no son aplica- dos estos hombres tienen la misma buena
das por un órgano, sino inmediatamente buena voluntad para vivir según su intui-
por el ^obligado mismo, en razón de que ción. Si ese supuesto utópico en el sentido
mostrándose con evidencia son acatadas más auténtico de la palabra, falla, entonces
por el sujeto, con lo cual —advierte Kel- es inevitable un orden coactivo. Su sentido
ha de ser: a quien no se conduce con arre-
(49) Kelsen, H., "La Idea del Derecho natu- glo al Derecho natural, debe aplicársele un
ral", publicado en el Boletín de la Facultad de De- acto coactivo, fijado e impuesto por órga-
recho y Ciencias Sociales de Córdoba, año 6, nú-
mero 5. También puede verse del mismo autor el
libro La idea del Derecho natural y otros ensayos, (50) Kelsen, H., La idea del Derecho natural,
Ed. Losada, Bs. Aires, 1946. pág. 42, punto XVI.
nos que funcionan según el principio de en cuanto no podía despojarse a la teoría
división del trabajo; aquellos a quienes se del Derecho de la valoración jurídica en la
transfiere la fijación del hecho condicio- que la justicia asume el rol de valor funda-
nante y de los que se supone —prescinda- mental que preside todo el plexo axiológico-
mos aquí de si, con razón o sin ella— que jurídico.
poseen la necesaria intuición y la buena Y cabe destacar, por último, advirtiendo
voluntad precisas para la realización de la al lector sobre los extremos de Kelsen, que
ordenación jurídico-natural. Pero esta or- el Derecho, natural y el Derecho positivo
denación coactiva sólo puede ser una orde- coexisten. Pero no en los términos en que
nación positiva, y en tal sentido en cuanto Kelsen ha querido poner esa coexistencia
lo ordenación coactiva contiene el Derecho para concluir con la disolución del Derecho
natural, representa una completa positivi- natural en Derecho positivo como Derecho
zación de» Derecho natural. "puesto", sino que el Derecho natural no
Y aquí aflora el formalismo riguroso de puede ser ni una ordenación completa y
Kelsen, en cuanto remata en la idea de que total ni un código perfecto, pues no puede
esta organización coactiva no es otra cosa serlo en cuanto no constituye la totalidad
que la anudación de un cierto hecho a un del ordenamiento jurídico, y por ende no es
cierto acto coactivo. un ordenamiento acabado, concreto y par-
Y con ello, en cuanto ve sólo el Derecho ticularista, sino un conjunto de principios
como técnica específica de organización so- fundamentales y generales; cuya universa-
cial, formal y coactiva, no queda lugar para lidad resulta en cierto modo incompatible
el Derecho natural, el cual es disuelto en con desenvolvimientos detallados, aunque
cuanto se refiere a la individualización de contienen en forma elemental y esencial lo
las normas en Derecho positivo, pues no justo en cuanto se muestra presente a toda
puede hacerse sin que llegue a positivizarse, conciencia, por ende apta para compren-
y en cuanto a su sentido o idea de la justi- derlo.
cia, se disuelve en la moral, toda vez que, 30. Crítica al jusnaturalismo tradicional
entiende Kelsen, que la idea de justicia se y al positivismo negativista. Las concepcio-
refiere a un valor moral (»i). nes relativas al Derecho natural y a su ne-
Con Kelsen culmina el pensamiento jurí- gación, no obstante mostrarse antagónicas,
dico que se aparta del Derecho natural, tal tienen sin embargo puntos comunes que
cual como fue concebido en la antigüedad consisten precisamente en errores, defec-
y en la Edad Media por obra de la escolás- tos y debilidades.
tica. También se niega un Derecho natural Inlcialmente debemos señalar que todas
fundado en la naturaleza de las cosas o en ellas están inspiradas igualmente por una
la naturaleza humana, extraído de la ra- conciencia que se articula sobre el pensa-
zón, cuya negativa se acentúa hasta alcan- miento que aspira al conocimiento de lo
zar su más rotunda y absoluta posición en absoluto, puesto que en términos absolutos
el autor que hemos examinado. se concibe o la afirmación de la existencia
Pero el examen que hace Kelsen padece del Derecho natural o su negación sin más.
de ciertas aberraciones, presentes en la pro- Con toda frecuencia, además, los escrito-
pia doctrina que examina y analiza con res antiguos atribuyeron al Derecho natu-
tanto talento y agudo ingenio, y es la con- ral una verdad física que por supuesto lejos
cepción absolutista que está en la base de está de corresponderle; y de este modo iden-
su pensamiento, o que, diríamos mejor, so- tificaron el concepto metafísico con el con-
bre la cual se-articula su propia conciencia cepto' físico de la naturaleza. A su vez en
sobre el particular. escritores del siglo pasado y del corrien-
No vamos aquí a hacer la crítica de la po- te, sólo se reconoce la existencia de un
sición negativa, cosa que corresponde lo Derecho positivo, negándose que exista un
hagamos inmediatamente después en punto Derecho natural como criterio ideal del De-
aparte; pero cabe sí que tengamos presente recho positivo; con lo cual, a juicio de Del
aquí que en la teoría de Kelsen campea un Vecchio. se advierte el error común de am-
formalismo excesivo que ha reducido su teo- bas posiciones que consiste en la confusión
ría a pura lógica, que la justicia que el au- de ambos conceptos.
tor desplaza al plano moral es un problema Los jusnaturalistas describen en general
jurídico pese a sus ideas y a la de sus segui- el "estado de naturaleza" —dice Del Vec-
dores en la primera hora, algunos de los chio— ( 53 ) no como un concepto teorético,
cuales reaccionaron volviendo sobre 52 sus sino como un período histórico, como una
afirmaciones, como lo anotamos antes ( ), fase histórica más remota'. Así distinguen
dos estados o períodos: uno primitivo (es-
(51) Kelsen, H., "Metamorfosis de la Idea de
justicia", op. cit., pág. 84.
(62) V. nota 4. (51) Del Vecchio. op. cit., t. 2, pág. 295.
tado de naturaleza) y otro posterior (esta- cuanto no ha de negarse el Derecho natural
do civil o de sociedad). Ahora bien, el pri- predicándose su inexistencia por el hecho
mero debía constituir, en cierto modo, la de que no se haya realizado como fenó-
norma y el ideal para el segundo. De tal meno, pues la exigencia deontológica, el
suerte, el problema trascendental de las ideal de justicia, hacen que la existencia y
relaciones entre ideal y realidad viene a subsistencia del Derecho dependan de los
transformarse impropiamente en una cues- hechos.
tión genética e histórica. No se busca la No vamos a seguir en este orden de con-
suprema ley en el carácter absoluto del sideraciones, pues sería muy extenso y en-
hombre, sino que se la quiere extraer de contrará amplio desarrollo en otro punto de
aquello que el hombre había sido (o se su- este trabajo; bastará recordar aquí, con las
ponía que había sido) en otro tiempo. Por palabras de Del Vecchio, que "la correspon-
encima de la historia se acude únicamente dencia entre el ideal y la realidad empírica
a la prehistoria; como norma del orden fe- no se tiene que buscar tanto en las fases
noménico ,no se pone una verdad superior iniciales (como hicieron los jusnaturalistas
a los fenómenos, sino solamente un fenó- clásicos) como en las fases más avanzadas
meno anterior en el tiempo. Con lo cual el de esta realidad. La consecuencia que pode-
problema queda soslayado y no resuelto. En mos sacar de la Historia, tal y como efecti-
substancia aquellos escritores fueron em- vamente ésta nos la ofrece, es que el Dere-
piristas, pues convertían un principio (en cho natural va encarnando en la realidad
sentido lógico) en un prius temporal; una por grados progresivos y triunfa al fin, fre-
ley o arquetipo, en un dato; una relación cuentemente, a través de múltiples desvia-
de jerarquía o subordinación ideal, en una ciones y aberraciones", pues, con las ideas
conexión entre objetos de la experiencia. de Vico, recuerda que las propiedades esen-
Para afirmar la existencia de un ideal, cre- ciales de la persona humana se afirman
yeron tener necesidad de apoyarse sobre la de un modo gradual en un desarrollo que
realidad histórica, la cual era después adap- muestra el autodespliegue en la libertad de
tada por ellos a su intención o" ideal me- la mente humana sobre su verdadera na-
diante hipótesis y representaciones artifi- turaleza.
ciosas. Así surgió y se desarrolló aquella Porque la "disposición originaria del ser
mitología del pasado ideal, que es la carac- opera a través de las contingencias aun
terística de la escuela del ius naturae, y excediendo las intenciones particulares de
que tanto contribuyó después a su descré- los individuos", pues las "acciones humanas
dito, del cual se originó el viento favorable van más allá de la intención que tuvieron
para los estudios históricos. En aquella es- sus autores al realizarlas".
cuela, el pasado era considerado como la El mismo empirismo —dice Del Vecchio—
sede de verdades superiores al tiempo, y el ha tenido que reconocer este hecho: que
progreso es consiguientemente concebido muchas de las exigencias jurídicas afirma-
como un retorno a dicho pretérito inicial. das antiguamente por la especulación pura,
Se trata de un artificio dialéctico a tra- se han ido realizando después histórica-
vés del cual el pasado adquiere el valor de mente. El valor absoluto de la persona, la
norma con respecto al presente, y es ejem- igual libertad de todos los hombres, el de-
plo de ello la teoría del contrato social en recho de cada uno de los asociados a ser
todas sus versiones; pues no se osa afirmar partícipe tanto activo como pasivo de las
la existencia de un Derecho si no se lo en- leyes sociales, la libertad de conciencia y
cuentra dado ya en la realidad histórica. de pensamiento, y, en general, los princi-
Precisamente por esto —continúa Del pios en los que se compendia, aun a través
Vecchio—, cuando se trata de afirmar o de falacias accidentales, la verdadera subs-
reivindicar ex novo un Derecho, se defor- tancia de la filosofía del Derecho clásica
maba más o menos inconscientemente la (iuris naturalis scientia), han recibido ya
realidad histórica y se trataba de insertar valiosos e importantes reconocimientos y
en la misma hipótesis y conjeturas arbitra- sanciones ,en los ordenamientos jurídicos
rias. Tales métodos erróneos, que podemos positivos, y los reciben y los recibirán in-
denominar pseudohistóricos o pseudoempí- eludiblemente. El ideal que sintetiza la eter-
rícos, engendraron una vigorosa reacción na verdad del Derecho, designa, además, la
contra la doctrina del Derecho natural. meta de su evolución histórica".
Evidentemente que se trata de una reac- Recuerda el egregio jusfilósofo el reco-
ción, como la califica Del Vecchio, injusti- nocimiento de la plena autonomía del ser
ficada e irracional, en cuanto además de humano, la transformación correlativa de
combatir aquellos errores, pretende negar las instituciones sociales, el tránsito del
la validez del Derecho natural entendido •status al contrato, de la agregación a la
en el sentido puramente deontológico, por asociación respecto de las naciones, la as-
piración a un Derecho mund^l humano, o Pero el positivismo jurídico asienta el én-
sea "la coordinación jurídica de toda la fasis de la .diferencia para eliminar el De-
humanidad (concebida ya por los estoi- recho natural de la realidad, de la manifes-
cos) ". La identidad fundamental de la na- tación concreta del Derecho, en el hecho
turaleza humana emerge de los Derechos de que el Derecho positivo es el Derecho
particulares de las naciones y dirige nece- "puesto" por el órgano estatal, el Derecho
sariamente sus desarrollos hacia una meta "establecido", señalando asi el Derecho na-
común; esto es, cabalmente, hacia aquel tural como un Derecho no puesto, que con
Derecho universal cuyos principios están su pretensión de eficacia aspira a regir in-
ya predeterminados e ímplicitos en la mis- dependientemente del poder del Estado, es-
ma naturaleza humana". cindiendo lo inescindible del Derecho (»*).
31. La crisis del positivismo jurídico en El error fundamental del racionalismo
su idea del Derecho natural. En las elucu- dogmático ha sido precisamente exaltar en
braciones de Kelsen que hemos visto pre- la oposición, viendo sólo en las normas
cedentemente, dijimos que culminaba el escritas del Derecho aquel carácter de
pensamiento del positivismo jurídico, al- Derecho "puesto" o "establecido", dejando
canzando en él la cumbre de su desenvol- en la oscuridad y sin análisis aquel otro as-
vimiento más acabado, y con él la nega- pecto de vigencia, poseído como estaba de
ción del Derecho natural al relegarlo al la idea de que todo el Derecho positivo es-
trasmundo de las ideas platónicas, desco- taba en las normas estatales, sin plantearse
nectándolo de toda experiencia jurídica.. siquiera la realidad del Derecho consuetu-
Este pensamiento está lastrado de todos dinario, al que en su extremo racionalismo
los errores del racionalismo dogmático, cu- niega también, si bien debe inclinarse ante
yo supuesto fundamental está en la creen- la evidencia de los hechos cuando le reco-
cia nada positivista por cierto de que lo noce vigencia ahí donde la ley a él se re-
positura se muestra en las normas positi- fiera.
, vas, donde está el Derecho puesto por el Pero hay que agregar algo más evidente
Estado; de ahí que debiéndolo aceptar dog- aún, y es que en el pensamiento dogmático
máticamente el jurista como punto de par- racionalista que identifica el Derecho po-
tida de su actividad, el positivismo no sig- sitivo "puesto" con el Derecho "vigente"
nifica otra cosa que aquello que se califica —desconectando con ello de toda realidad
como dogmático-estatal. al Derecho natural—, vuelve contra sí mis-
La afirmación que opone el Derecho na- mo el argumento, toda vez que ese Derecho
tural al Derecho positivo, que Kelsen llevó "puesto", que. en definitiva no serían sino
hasta sus últimas consecuencias, como lo las normas estatales, puede en ciertos casos
hemos visto ya, es común en nuestro tiem- no alcanzar ninguna eficacia ( 55 ) que lo
po; pero, sin embargo, está necesitada de erigiera como auténtico Derecho positivo.
revisión, porque se asienta sobre el supuesto Aquí es donde se pone de relieve la falta
de que hay una clara noción de lo que es de una clara unión de Derecho positivo, y
Derecho positivo, lo cual no ocurre; y tal la estrechez que le asigna a la significación
supuesto sólo puede entenderse claro en el el positivismo, y con ello la insuficiencia del
sentido que le da el positivismo jurídico, análisis del dato jurídico, abandonado in-
que en su racionalismo lo circunscribe a las cluso por el propio Kelsen, que no ha rea-
normas positivas, esto es, aquellas dadas lizado explicitaciones ontológicas temática-
por el Estado. Y esto no se corresponde con mente propuestas, habiendo realizado toda
el dato jurídico. su explicitación de la idea del Derecho na-
Y aquí es donde el análisis puede revelar tural, confrontando sólo afirmaciones sobre
los errores de esta actitud "positivista". Por el particular, pero sin descender a los es-
Derecho positivo se entiende el Derecho vi- tratos que el dato ofrece.
gente, y en oposición a él el Derecho natu- Ésa noción de "Derecho positivo" como
ral sería visto como no vigente; lo que con- Derecho "puesto" o "establecido" mediante
traría la idea misma del Derecho natural, un determinado procedimiento por un ór-
cuya determinación se persigue, pues en gano del Estado, es el supuesto que domina
toda afirmación jusnaturalista desde Gre- todo el pensamiento jurídico de las escue-
cia hasta aquí pasando por Roma —donde las jurídico-tradicionales, en las cuales hun-
cobró efectividad el Derecho natural en el de su raíz el pensamiento jusfilosófico de
Edicto del pretor—, a través de la Edad Kelsen sobre el particular, especialmente
Media y de la Moderna, se considera que el la escuela analítica de jurisprudencia, que
Derecho natural, conjuntamente con el De-
recho positivo, deben regir con efectividad (54) Ya hemos visto cómo lo ve Austln, cuya
posición Kelsen sigue.
las relaciones interhumanas, aplicándose a (55) Conforme ,a las Ideas del propio Kelsen y
los casos concretos. .como lo hace ver la filosofía Jurídica de hoy.
ve como Derecho un conjunto de mandatos que dio lugar a esa corriente que se carac-
emanados de un poder político soberano ( r > «), terizó, a pesar de todas las diferencias y
y con la cual tanto contacto tiene Kelsen, hasta divergencias que en ella se destacan,
sin que por ello dejemos de recordar en bajo la denominación común de "Derecho
idéntica forma, en cuanto a dicho supuesto, libre", y con ello la crisis del pensamiento
la escuela exegética ( 57 ) en Francia, que ha racionalista dogmático quedó planteada y
substituido el absolutismo del monarca por también en vías de superación la posición
el de la ley, que es la suprema expresión de del positivismo, aun cuando la misma se
la voluntad soberana del pueblo sancionada intentara desde su misma raíz.
por el Poder Legislativo, depositario de di- 32. El Derecho natural en la Escuela del
cha soberanía, aunque integrante con los Derecho libre. Las nuevas corrientes del
otros dos poderes de la estructura del Es- pensamiento jurídico tratan de evitar la so-
tado; y la dogmática jurídica (»») en Ale- focación del racionalismo dogmático, fran-
mania con su más acentuada dirección en queando el horizonte también de la estre-
la jurisprudencia de conceptos, que ve el chez del positivismo, y así ya no se va a
Derecho en el sistema de normas positivas entender "Derecho positivo" como lo en-
que emanan de la autoridad estatal, cuya tendiera antes esta posición que culmina en
dogmática dimensión encierra y circunda Kelsen y tal cual lo viéramos en su Idea del
el horizonte del jurista, de modo tal que de Derecho natural, como Derecho "puesto" o
ellas ha de partir y en ellas ha de encon- "establecido". Escíndese así en dos cosas
trar la meta de su conocimiento. que se entienden distintas: las normas, par-
Sin embargo, este supuesto harto estre- ticularmente las escritas, y el Derecho po-
cho lastró con su insuficiencia toda la teo- sitivo. .
ría del positivismo constructivista, dogmá- El Derecho positivo ha de encontrarse
tico y racionalista y provocó una reacción para estas nuevas concepciones, no ya en
que pretendía superar la estrechez del con- las normas o en la autoridad que las pone,
cepto de Derecho positivo del pensamiento sino en las múltiples y heterogéneas situa-
racionalista y dogmático, en términos tales ciones históricas, éticas, culturales, econó-
micas, sociales, políticas, etcétera (-™).
(56) Austln, J., Sobre la utilidad, del estudio En efecto, en Alemania resulta desde este
de la jurisprudencia, trad. de González Vicen, Ins- punto de vista particularmente significati-
tituto de Estudios Políticos, Madrid. También Lec- va la posición de Von Ihering (««), que sin
tured on jurisprudence or the philosophy j>f poti- salirse de la dogmática destaca la necesidad
tive law. 51 ed., Londres, 1929. Sobre el estrecho
contacto de Kelsen con la Escuela Analítica, pue- de atenerse a los fines y no a las normas
de verse Teoría general del Derecho y del Estado, estatales exclusivamente, lo cual se va
trad. de García Máynez, México. 1950; "La teoría acentuar en la jurisprudencia de intereses,
pura del Derecho y la Jurisprudencia analítica" en
el volumen La idea del Derecho natural y otro»
.cuyo jefe Heck (C1) pone de relieve la ne-
ensayos, Ed. Losada, 1946. cesidad de contemplar los intereses en con-
(57) La escuela de la exégesls es expresión re- flicto —según Heck, de considerarse co-
sultante de la Ideología de la Revolución Francesa mo la diagonal de las fuerzas de una serie
y de la época de la codificación; exalta el Derecho de Intereses en lucha, pues la ley no es más
pos.tivo, pero más concretamente la ley escrita.
Y en ello se detiene, aunque como lo dice Ripert, que "el límite para las hipótesis interpre-
recordado por Hernández Gil, "todos los grandes tativas—, culminando en Alemania este
civilistas del siglo XIX hacen una breve alusión movimiento con el reconocimiento de la
a la existencia de un Derecho superior al postlvo; Escuela del Derecho libre, que habrá de
mas después de esa salutación no hablan para
nada de este Derecho natural". La Escuela Exe- proclamar la existencia de un Derecho na-
gética estuvo siempre advertida de la existencia tural independiente de la sanción del poder
del Derecho natural, pues que no obstante exal- estatal y opuesto al mismo («2).
tar el Derecho "puesto" por el Estado, debía te-
ner presente que la célebre Déclaration contenía
"los derechos naturales, inalienables y sagrados del (59) V. Relchel, H., La ley y la sentencia, trad.
hombre", a lo que debe agregarse que los civilistas de E. M. Víllagrasa, Ed. Reus, 1921.
reconocían la existencia de principios aboslutos e (60) Sobre las ideas de Rudolf von Iherin,
Inmutables; pero a los cuales no se les prestaba véase su obra El fin en el Derecho, Ed. Atalaya,
atención. Recuerda Hernández Gil que "a la con- Bs. Aires. 1946. Alguna referencia a sus ideas pue-
tradicción que ha de señalarse después entre un de verse también en mi tesis doctoral Ciencia jurí-
Estado de derecho, el carácter estatal de éste y el dica o jurisprudencia técnica, pág. 353, Ed. Biblio-
iusnaturalismo (lo que ha traído por consecuencia gráfica Argentina, Bs. Aires, 1943.
la negación del último)", la mentalidad de enton- (61) Heck, Phillpp expone cuál ha de ser el
ces respondería que el Estado era la "razón" con- contenido de una ciencia puramente Jurídica, dice
creta y viviente, el Código la "razón" escrita y que Reichel. que recuerda su obra Gesetzauslegung In-
la antitesis entre Derecho natural y el carácter teressenjurisprudenz, editada en 1914. V, Legaz y
estatal de aquél venia superada por la "razón" Lacambra, L., Introducción a ¡a ciencia del Dere-
rriisma, fuente de los principios inmortales del Es- cho, pág. 113, letra b, Ed. Bosch, 1943.
tado moderno y de las modernas legislaciones. (62) Pueden verse las ideas de Germán Kan.
(58) Legaz y Lacambra, L., op. cit.. pág. 94, III. torowicz en "La lucha por la ciencia del Derecho",
En Francia provoca la 'misma situación humana, tal cual se muestra en todo el mo-
la Escuela del Derecho libre, y-dentro de ese vimiento existencialista de nuestro tiempo,
movimiento, aunque con sus variantes me- que culmina en una analítica de la histori-.
tódicas, Frangois Oeny (*>») afirma que las cidad del hombre. La ciencia jurídica ha de
normas estatales son mera manifestación revisar su concepto del Derecho positivo y
de la técnica y que el Derecho positivo está ha de rectificar al positivismo, dejando en
en los datos históricos, naturales, raciona- franquía a la mente para que se desplace
les e. ideales que la ciencia debe investigar por un cauce lógico que no perturbe el dato,
libremente, después de haber pasado por deformándolo o transformándolo, sino sim-
la ley, la doctrina, la tradición y la juris- plemente conceptuarlo. De ahí que necesa-
prudencia. riamente deba plegarse con docilidad a esa
Y para completar la reseña cabe mencio- esencia histórica que le caracteriza, y por
nar también a Estados Unidos, donde el ende mostrarlo en su concreta manifesta-
positivismo sociológico se abre camino a ción. Sólo así se saldrá del estrecho marco
través de sus jueces más destacados, como a que el positivismo condenó el Derecho
Benjamín Cardozo y Olliver W. Holmes, cul- positivo, exigiéndole hasta la violencia un
minando en la obra de Roscoe PÓund, en modo de presencia: Derecho "puesto" o "es-
cuanto sostiene que C9ntrariamente a lo tablecido" por medio de un procedimiento
afirmado por la tesis de la -"escuela analí- estatal, y que alcanzó proporciones de ver-
tica", el Derecho se dcupa, antes que de dadero estrangulamiento, cuando sólo quiso
normas, de intereses, aspiraciones, relacio- ver como Derecho positivo, "puesto" o "es-
nes económicas, sociales, etcétera (° 4 ). tablecido", a la ley escrita.
33. Nueva íundamentación del Derecho Con esto queda patente que en la noción
natural. Esta actitud se corresponde con un de Derecho positivo tiene cabida algo más
movimiento filosófico general que, en de- que aquello que vio el positivismo, aliado al
fensa contra el yermo del positivismo, re- racionalismo dogmático. Hay que calar en
nueva el pensamiento y lo prepara para los datos de modo mucho más profundo y
afrontar la crisis de las ciencias que en advertir cuál es la verdadera articulación
nuestro tiempo se vive, y entre ellas la ju- real del Derecho positivo, en la plenitud de
rídica, que reclama revisión de sus funda- su manifestación normativa, traspasando en
mentos como todas. la crítica revisión del mismo la coraza posi-
Entre esos fundamentos está lo que ha tivista que detenía el análisis con la expre-
de entenderse por Derecho positivo, que ya sión de Derecho "puesto" o "establecido"
no ha de ser, pues de allí viene la crisis, en los conceptos, tampoco explicitados, de
identificado, como lo hace Kelsen, con el voluntad del legislador, del Estado, poder
Derecho "puesto" o "establecido". del soberano, etcétera.
Si el Derecho positivo constituye el objeto En el dato precisamente ha de verse algo
de la ciencia jurídica, como muy bien lo se- que estaba entrevisto por las distintas di-
ñaló el positivismo, no se trata pues de dar recciones del pensamiento jusnaturalista y
un paso atrás y volver a las especulaciones positivista, que empeñados en hacer preva-
de las escuelas tradicionales y del Derecho lecer unilateralmente su punto de vista,
natural clásico, sino que siguiendo el ca- tergiversaban en sus conclusiones lo que
mino que señala la filosofía general en era evidente ateniéndose a la realidad.
cuanto se reclama,un íntimo contacto con En efecto, si destacamos de nuestro aná-
la realidad («s), un apego a la existencia lisis las posiciones extremas del jusnatura-
lismo y del positivismo, en cuanto la pri-
en el volumen La ciencia del Derecho, Ed. Losada, mera, reduciendo el Derecho positivo a ele-
Bs. Aires, 1949. V. en Legaz y Lacambra, op. cit., él mentos mudables y transitorios, lo despre-
capítulo sobre "La ciencia Jurídica", pags. 38-143. cia totalmente, para quedarse sólo con los
Tamb'én puede verse nuestra tesis doctoral Cien-
cia jurídica o jurisprudencia técnica, Ed. Biblio- principios inmutables y eternos que son los
gráfica Argentina, Bs. Aires, 1943. del Derecho natural, como objeto de cono-
(63) Geny. P., Método de interpretación y fuen- cimiento; y en cuanto la segunda desco-
tes en Derecho privado positivo, 2» ed., Ed. Reus,
1925. noce la existencia del Derecho natural al
(64) Sobre esta dirección, puede consultarse el considerarlo sólo una hipostasía de lo que
volumen El actual pensamiento jurídico norte- sólo existe en la mente del hombre sin rea-
americano, de la Ed. Losada, particularmente* en
cuanto a los discípulos de Pound: Jerome Hall y
Jerome Frank. resultados a la filosofía de Dilthey, se anuncia ya
(65) El movimiento filosófico general, que aus- en sus últimas conclusiones, enderezadas a la his-
pició la renovación de la filosofía Jurídica, es Ini- toricidad de 'nuestra existencia, la filosofía de
cioalmente neo-kantiano. En él se mueven Staam- nuestro tiempo: el 'ex'stenciallsrr.o, que fue posi-
ler y Del Vécenlo, lo mismo que Radbruch, pero ble merced a la fenomenología, precisamente fran-
estos últimos con Inclinación preponderante a la queando la puerta al pensamiento, frente a la es-
escuela de Badén. En esta última, enlazando sus trechez del positivismo.
lidad objetiva alguna y como egresión sólo cuanto como unidad de conciencia —objeto
de sentimientos o de intereses como mera de la ciencia— se muestra como partes de
ideología —según pudimos verlo en Kel- un todo teórico general, de una conciencia
sen—., las demás posiciones jusnaturalistas que en unidad superior logra la síntesis de
y positivistas aceptan que ambos Derecho ambos, como -notas esenciales inexcusables
natural y Derecho positivo se complemen- y necesarias, que muestran lo que llama-
tan en su pretendida validez —relativa: De- mos simplemente Derecho, como Derecho
recho positivo; absoluta: Derecho natural— vigente, en cuanto esta última nota se hace
con referencia a las relaciones interhu- inexcusable también para que el Derecho
humanas en su concreta manifestación, en pueda verse como Derecho positivo y como
cuanto en ellas se hace efectiva la norma- Derecho natural en la regulación concreta
ción estatal según valoraciones impregna- de la conducta humana.
das desde la más fuerte hasta la más débil La relación histórica que hemos visto an-
por la justicia como valor superior funda- tes sobre el Derecho natural, nos ha permi-
mental. tido ver —con exclusión de las posiciones
De esta esencial complementariedad de extremas del jusnaturalismo y del positivis-
Derecho natural y Derecho positivo, que el mo— esa complementariedad tanto en la
dato jurídico revela en cuanto que atenién- concepción aristotélica como en la de San-
donos a la caracterización del objeto Dere- to Tomás,'como así en la Escuela raciona-
cho por Del Vecchio, se advierte que es coor- lista del Derecho natural, lo mismo que du-
dinación objetiva de acciones entre varios rante el resurgimiento del Derecho natu-
sujetos, es decir, acciones interferidas in- ral en la Escuela del Derecho libre, todo lo
tersubjetivamente, según un principio ético cual revela que lo que el dato jurídico trae,
—la justicia que preside el plexo axiológi- fue inteligido por la filosofía griega y to-
co—, al que el autor alude al mostrar el mista, preocupada por salvar el abismo
ordenamiento jurídico como una gradación existente entre lo sensible particular y lo
de valores, que la comunidad vive según su inteligible universal, y también intuido por
concepto de Derecho positivo (o«), cuyos as- el pensamiento positivista, que en su forma
pectos pone de relieve su teoría del Dere- atenuada admitió, según pudimos verlo
cho natural. aunque no se preocupó de él, como comple-
34. Historicidad de la realidad jurídica. mento del Derecho positivo al Derecho na-
Es que en Del Vecchio, es claro, que el De- tural.
recho conforme a la orientación alcanzada 35. El dato jurídico. Pero la preocupa*
por la ciencia jurídica, se muestra como ción especulativa del Derecho natural de
realidad en su histórica manifestación in- Aristóteles y Santo Tomás y la despreocu-
dividual, las acciones interferidas intersub- pación del positivismo por esté aspecto del
jetivamente son lo histórico individual, que Derecho que reconoce pero que no explícita,
ha de de articularse para conocerlas en un hacen que el dato jurídico en su integridad
todo teórico general. Luego el objeto jurí- permanezca abandonado, en cuanto la em-
dico no puede verse en el hecho físico de peñosa contraposición de uno y otro Dere-
la acción misma, sino que a ésta se la ve cho, que no implica más que aspectos de
integrada además con sus elementos valo- un mismo dato, ciega a ambos sostenedores
rativos y normativos que todo Derecho de las tendencias contrapuestas la verda-
supone, en su manifestación histórico-in- dera índole del dato —que se integra con
dividual, variable; pero que se integran hecho, valor y norma— y con ello la nece-
en unidad como objeto de conocimiento en saria unidad en el todo de las partes.
ambas características: positiva-natural, en 36. La conducta: positividad. Por eso ha
podido decirse con verdad que "dos cosas
(66) El pensamiento de Del Vecchio al respec- que esencialmente se dan juntas son, ha-
to, si bien moviéndose dentro de su orientación blando en rigurosos términos filosóficos,
neo-kantiana, contiene en germen todo el desarro- esencialmente partes de un todo, que es
llo que ha podido verse en teorías, que partiendo precisamente la unidad en que se dan am-
de él han desarrollado una temática propia de la
íilosofía jurídica. El Derecho como conducta en bas, una como complemento de la otra,
coordinación objetiva ha sido visto de moc'o inob- ¿Cuál es esta unidad superior que compo-
jetable por Del Vecchio. Caracterizado como ética nen, como notas necesarias, el llamado «De-
intersubjetiva, destaca su esencia axiológica, y al recho natural» y el llamado «Derecho po-
aludir al orden jurídico-como gradación de valores,
muestra su efectividad en la comunidad como De- sitivo». Pues sencillamente el Derecho a
recho positivo, en cuanto considera a éste como el secas, es decir, el Derecho vigente. Con la
Derecho que ha regido efectivamente la vida de expresión Derecho positivo se alude a este
un pueblo, concepto suyo del Derecho positivo, Derecho a través de una de sus notas ca-
que lejos de estrechez positivista, lleva Implícito
su aspecto natural, según puede apreciarse en su racterísticas: la de que aparece formulado
teoría del Derecho natural. en ciertos actos de órganos de la comuni-
dad. Con la expresión «Derecho natural» se lo constituye el hecho innegable de la exis-
alude al misino dato (el Derecho) a través tencia de la ciencia físico-matemática de
de otras de sus características: de que no Newton.
se trata de una realidad neutra al valor, Este principio reclama la fundamentación
sino de una realidad valiosa. Aislar una de de todo conocimiento en lo positum, en el
otra, dichas notas adjetivas de una sola dato (lo dado), pero también, como lo hace
unidad cbjetal y oponerlas como si fuesen el profesor Husserl, en la fenomenologia,
datos substantivos incompatibles, es el error ateniéndose al dato tal cual como se da a
que encierra la falsa oposirión Derecho na- la intuición y en los límites en que se da,
tural-Derecho positivo. El Derecho es un sin exigirle ningún modo de presencia; lo
hecho (conducta humana) conceptuado cual el .positivismo, cayendo en inconse-
(normado) y valioso. La justicia (y los res- cuencia, no respetó al reducir toda la rea-
tantes valores jurídicos) integran el dato lidad a la realidad natural («s).
jurídico sin que se los pueda desgajar de Era la fenomenología la que debía batir-
él con el nombre de «Derecho natural», co- se contra esta inconsecuencia para llevar el
mo si fuesen algo substante frente a dicho principio positivo —Jibre de los prejuicios
dato. La positividad del Derecho no radica del positivismo— hasta su máxima cohe-
en otra cosa que en el hecho de la con- rencia y autoconciencia al redescubrir la
ducta. El «establecimiento» de una norma objetividad ideal, junto a la natural y mos-
es, como tal «establecimiento», una conduc- trar su irreductibilidad a ésta.
ta, y es cierto que, por ello, participa del Con ello queda patente que toda funda-
carácter de positividad común a todo tíecho. mentación científica no ha de lograrse sino
Pero este carácter no le 'adjudica ningún conforme al principio metódico positivo, ya
privilegio' como para sostener que en ese que éste como tal "integra el patrimonio
hecho, y sólo en él, radica la positividad. intelectual de nuestro tiempo, como la idea
La positividad radica del mismo modo en de ciencia".
todo dato de conducta y, en último, térmi- En la necesidad de volver a lo dado en el
no, en la conducta comunitaria en su con- problema del Derecho natural en la falsa
junto. La mínima positividad jurídica que contraposición con el Derecho positivo, que
implica el hecho de que un órgano (dotado es preciso superar para integrarlos en la
como tal de consenso o asentimiento comu- unidad superior de la conducta, advierte
nitario) «ponga» una norma puede resultar Vilanova («°) que el jusnaturalismo alude a
ampliamente desmentida por el desconoci- la valoración jurídica "necesariamente po-
miento general que de la misma haga la sitiva, es decir, independiente de las varia-
comunidad en cuestión" («?). ciones humanas de tiempo y espacio natu-
Pero cabe señalar que el positivismo co- ral, conforme a la naturaleza humana in
mo concepción filosófica redujo ¡o positum, genere, señalando en la misma dirección
en una manifiesta inconsecuencia, a mera que Del Vecchio dio al Derecho natural al
realidad natural, recayendo en la direc- fundarlo en la personalidad humana "que
ción empirista del pensamiento que tenía el análisis ontológico del Derecho, ahon-'
sus máximos representantes en Inglaterra, dando en el hombre en comunidad, debie-
frente al racionalismo continental, dualis- ra descubrir, pues, si hay en el mismo cier-
mo que había sido superado por Kant al to» contenidos valorativos que se imponen
dar en el conocimiento participación a la necesariamente como tales independiente-
razón y a la experiencia, articulando esta mente de las variaciones posibles de espa-
última como objeto de estudio mediante el cio y tiempo".
método crítico trascendental, que eliminan- A su vez destaca que el positivismo alude
do todo dogmatismo lleva a cabo una ana- a la positividad de las normas —no sólo de
lítica de Ids formas de la experiencia, que las normas, que llevaría a un problema de
así es erigida a la categoría de fenómeno. lógica formal— -como hecho jurídicamente-
Evidentemente que en Kant hay una afir- relevante de normar dentro de una socie-,
mación que recogerá el positivismo, preci- dad determinada, lo que denota que la po-
samente aquella que proscribiendo toda me- sitividad pertenece pop derecho propio a los'
tafísica exige atenerse a la intuición y erige hechos, vale decir a la conducta, lo que le
a la experiencia a la categoría de fenómeno,
con lo cual se ha erigido como principio (68) Husserl, E., Ideas relativas a una fenome-
nología pura y una filosofía fenomenologías. "El
metódico para la fundamentación de la principal error de la argumentación empirista ra-
ciencia el principio positivo, que en Kant dica en identificar o confundir la fundamental
exigencia de volver a las «cosas mismas» con
(67) Vilanova, 3., "Idea y realidad del Derecho la exigencia de fundar todo conocimiento en la
natural", separata de la Revista de la Facultad de experiencia" (pág. 49, Fondo de Cultura Econó-
Derecho y Ciencias Jurídicas de la Universidad Na- mica, 1949).
cional de Buenos Aires, año 6, núm. 2?. (69) Vilanova, op. cíí.
lleva, dice, a la actualización del legislador initio. En cualquier punto temporal en que
originario —remontándose a la norma fun- nos coloquemos podemos reconstruir ideal-
damental— del cual reciben las normas la mente la serie entera del ser en el tiempo
positividad; en última instancia del prin- homogéneo. En ello reside el supuesto (bá-
cipio de efectividad caracterizado como un sico en el conocimiento científico natural)
hecho, afirmando en definitiva que "ia po- de la regularidad de los sucesos naturales
sitividad pertenece, por derecho propio, a y la idea clásica de la causalidad natural.
los hechos, es decir, en este caso, a la con- Los hechos de la conducta humana pueden
ducta. La norma obtiene positividad en quizá ser objeto natural en el sentido que
préstamo, la positividad no es una luz pro- venimos explicando, y así, por ejemplo, la
pia en ella, sino un reflejo de la verdadera biología podrá predicar de actividades fi-
positividad que reside en la conducta. Una siológicas, etcétera. Pero en este caso no se
norma puede o no ser positiva. La conducta considera a la conducta como conducta, es
nunca puede dejar de serlo", lo cual revela decir, en su libertad.
que el "hecho de la ley" no es otra cosa que En el segundo caso, como ocurre en el
su sanción por un órgano que como fuen- Derecho, lo que se tiene en cuenta y se des-
te de positividad normativa, resulta del -tíe- cribe es la "conducta como conducta, es de-
cho positivo de ocupar públicamente dicha cir, no como factum causado, sino como
posición —en su caso el legislador— y "el creación. No basta para una correcta des-
consentimiento colectivo sobre la posesión cripción decir que la libertad es un poder
de dicho cargo, consentimiento colectivo ser. De este modo se la ha caracterizado de
manifestado, en última instancia, por la un modo negativo e insuficiente. Como la
inacción general frente a la coacción apli- libertad aparece siempre por esencia ya
cada de acuerdo al contenido de dichas proyectada, es menester decir que se trata
normas". de un deber ser".
37. El tiempo de la conducta. En la in- En este sentido ha señalado Cossio (">)
vestigación que Vilanova realiza en torno a que "es un deber ser existencial en la me-
la idea y la realidad del Derecho natural, dida en que la vida se forja a sí misma des-
tiene extraordinaria significación la expli- de su propio futuro, vale recir, en la medida
citación ontológico-temporal del Derecho, en que nuestro futuro, porque lo anticipa-
con que se superará la contraposición del mos, nos obliga", de lo cual se desprende
jusnaturalismo y el positivismo en una ver- que sólo el presente es estrictamente li-
dadera síntesis. bertad.
Inicialmente advierte sobre las dos posi- Sobre esta idea, continúa Vilanova afir-
bles formas de estudio de la conducta: mando que "este presente no es la mera
19 Captándola como hecho o factum exter- presencia de algo como en las cosas natu-
no ya acaecido o que necesariamente acae- rales; no es el fruto más o menos arbitra-
cerá; 2<" Considerando la conducta como rio de un sujeto cognoscente que venga
conducta, esto es, en su libertad. «desde fuera» a introducir una señal de
En el primer caso el carácter de libertad" presente en un tiempo en sí homogéneo. El
desaparece, pues a la conducta se la ve "co- presente no aparece como resultado de una
mo un ser; ya sea como un ser ya sido —en relación entre el «sujeto» y el «objeto», sino
el pasado—, como un ser que es —en el que el p'resente está como tal en la libertad
presente— o como un ser que será —en el misma que es sujeto y objeto a la vez cuan-
futuro—. Pero por debajo de la división en do se desdobla en un proceso de autocono-
tiempos, el ser aparece como algo homogé- cimiento. Este presente, que en rigor es lo
neo. En rigor los tres tiempos son homo- único que hay, se despliega, sin embargo, de
géneos, sin una distinta calidad para cada tal modo, que nos permite hablar de pasado
uno de ellos, y el corte divisorio entre los y futuro. El presente vuelve su mirada ha-
mismos lo establece la presencia del sujeto cia atrás, y allí se encuentra con lo ya sido,
cognoscente, .extraña y accidental a la es- con el pasado. Este se le presente de dos
tructura del objeto mismo. El investigador maneras: la primera, en plena superficie y
o el científico de la naturaleza es el que a plena luz como el recuerdo de un pre-
determina, en forma más o menos arbitra- sente. Esta presentación meridiana del pa-
ria, el presente que le interesa para su es- sado en un acto actualmente objetivante,
tudio y, a partir de él, el pasado y el fu- no abarca sin embargo todo lo pasado, sino
turo". sólo una pequeña parte de ello, pudiendo
La dimensión del presente puede ser así desaparecer incluso esa posibilidad por una
ampliada o reducida, lo que denota la divi-
sión arbitraria del tiempo de la Naturaleza (70) Cossio, C., La teoría egológica y el concep-
to jurídico de libertad, pág. 395, Ed. Losada, 1943.
y que "el ser del futuro,' el del pasado y el También, "La intuición, el" pensamiento y el co-
del presente están rigurosamente dados ab nocimiento Jurídico", en La Ley, t. 63, pág. 863.
alteración de la memoria. En una segunda filado así ante sus ojos, se detiene satisfe-
dimensión más profunda se descubre el pa- cho este movimiento que busca en el pa-
sado en un estado permanente del presente sado el sentido del presente. Se ha llegado
potencialmente objetivante; el pasado se entonces a la norma fundamental kelse-
muestra como factum y como fatum: como niana en la cual la palabra "legislador ori-
aquella dimensión de nosotros mismos que ginario" denuncia bien a las claras esta
escapa ya, desde siempre y para siempre a incursión en el pasado. Esta referencia al
la libertad. El presente prospectivamente, pasado, implícita en la idea pura del "posi-
dirigido hacia adelante descubre, en cam- tivismo", como venimos sosteniendo, con-
bio, la dimensión esencial de lo aún por duciría necesariamente al legitlmismo, es
ser, lo futuro, aquello a lo que está llama- decir, a no aceptar cambio alguno en el De-
da la libertad, la vocación, el deber. Y lo recho, si no fuese cortado de raíz este mo-
descubre, precisamente coiho todo lo con- vimiento reprospectivo por una orusca lla-
trario al pasado: como el lugar propio en el mada a la realidad del tiempo presente bajo
cual la libertad se ejerce creando: como lo la forma del principio de efectividad, que
que debe ser. Tal la estructura del tiempo sólo permite acudir a aquel pasado que real-
existencial en el cual sus momentos no mente esté dando sentido al presente que
son homogéneos, sino cualitativamente di- se vive, a aquel primer acto normativo del
ferentes y se comprenden a partir de un que emana un orden jurídico en su con-
presente que no se injerta desde fuera al junto eficaz.
objeto sino que, en verdad, lo constituye a A la inversa, "para el iusnaturalismo
este mismo". —destaca Vilanova— debe ser como reali-
Con esta perspectiva del tiempo existen- dad existencial (es decir, ser existente y no
cial así sintetizada, Vilanova profundiza en puro deber ser) lo que debe ser como puro
el tema del jusnaturalismo y el positivismo valor. Para el «positivismo», en cambio, de-
con el resultado de lo que trascribimos a be ser, como realidad existencial, lo que fue.
continuación, en cuanto constituye su idea El deber ser es el sentido existencial de una
central del problema. realidad de conducta: para el iusnaturalis-
En el jusnaturalismo puro —dice— el de- mo ese sentido está determinado por un
ber ser existencial del presente que es la deber ser; para el positivismo, por lo que
libertad, se integra temporalmente con el fue. Repetimos en forma sintética —dice—,
futuro. Se reclama una pura admisión por y supuesto que se han eludido los equívocos
la libertad de aquello que intrínsecamente —con la referencia al tiempo existencial—
debe ser. Desde el fondo de su alma, vuelto y eludido la apariencia tautológica: para el
de espaldas a lo ya sido, reclama el jusna- iusnaturalismo «.debe sen lo que debe ser;
turalísta que la realidad sea lo que debe para el «positivismo» debe ser lo que fue.
ser, que se oriente exclusiva o preponderan- No se crea —dice— que con eso nos aleja-
temente por el valor que funciona como mos enormemente del plano general de la
"categoría material de futuridad". Pero se doctrina. A ello lleva el despliegue de la
trata, con toda evidencia, de una dirección idea misma del iusnaturalismo y del «posi-
unilateral que fuerza la temporalidad pro- tivismo» en última instancia". Veamos la
pia del objeto, pues la libertad, el presente palabra textual del pensador en el cual el
existencial como tal, se integra no sólo con "positivismo" ha llegado a su cumbre de co-
futuro, sino también con el pasado. En el herencia y de autoconciencia, es decir, de
"positivismo", en cambio, se integra el de- Hans Kelsen, cuando afronta el último te-
ber ser existencial presente con el pasado. ma de su teoría y, por tanto, el último tema
Debe ser algo precisamente, porque algo ha del positivismo jurídico: la. norma funda-
aido de cierto modo, ya se trate de una ley mental del Derecho internacional, ultima
promulgada, ya de una costumbre estable- ratio y fuente última de toda positividad:
cida. Aquí se ve la unidad genérica que "... tiene que valer como norma funda-
comprende a la ley y la costumbre: ambas mental del ius gentium, y con éste de los
requieren una manifestación exterior, un órdenes jurídicos estatales singulares dele-
hecho ya sucedido, que en el primer caso gados por el Derecho internacional, una
es la expresión diferenciada y consciente, norma que instaure como situación fácti-
técnicamente organizada de un sentido nor- ca jurídico-productora, la costumbre cons-
mativo, y en el segundo también la expre- tituida por la conducta recíproca de los Es-
sión de un sentido normativo pero diferen- tados" y aún dice el mismo autor, de modo
ciada e inconsciente. El "positivismo" bus- más terminante en su última obra: "La
ca, según esto, el sentido jurídico remon- norma básica del Derecho internacional
tándose en el tiempo con la mirada puesta tiene que ser, por consiguiente, una norma
en el pasado, en un movimiento retrospec- que considere a la costumbre como hecho
tivo. Recién cuando todo el pasado ha des- de creación jurídica, y esa norma se po-
dría enunciar del siguiente modo: los Es- el Derecho estatal aparecen los órganos del
tados deben conducirse en la forma que Estado en quienes se ha delegado la facul-
han solido hacerlo". tad de dar el sentido jurídico a la conducta,
También en esta perspectiva temporal so- facultad que antes se encontraba en plena
bre el Derecho —dice— se advierte lo que posesión de la comunidad en su conjunto.
ya sabíamos: que iusnaturalismo y "ppsiti- Junto con ello la coacción, en la que se ac-
vismo" son posiciones unilaterales que de- tualiza la decisión sobre la conducta com-
forman el dato jurídico. En un verdadero partida o conducta en interferencia inter-
positivismo que advierte que el dato es la subjetiva, es detentada también en princi-
conducta, se hace íorzoso integrar la com- pio por órganos determinados de la comu-
prensión de ese dato con su pasado y con nidad. En el Derecho primitivo, del cual
su futuro hasta que su pleno sentido ju- puede servir de ejemplo el Derecho inter-
rídico, que consiste en esa integración tem- nacional, según una equiparación bien co-
poral, quede plenamente a la luz pero sin nocida, no hay órganos encargados de dar
olvidar nunca que la incursión en el pasado el sentido jurídico de la conducta ni tam-
y en el futuro se hace para obtener el sen- poco de decidir por la coacción la real in-
tido de un dato que está fundamentalmen- terferencia intersúbjetiva de conducta. La
te en presente, presente del que hay que comunidad inestructurada da el sentido a
partir y al que inevitablemente hay que re- la conducta y el uso de la fuerza por el
tornar si se quiere dar una correcta com- miembro' de la comunidad, decide la inter-
prensión y ser fiel a los datos en su modo ferencia de conducta y, en última instan-
de darse. Pero en esta integración tempo- cia, la estructura incipiente de la comuni-
ral —continúa— de la que obtiene su ple- d a d misma". . . - • • •
no sentido el deber ser existencial presen- Se pone de rejieve aquí por el autor cuyas
te que es el Derecho, el futuro, como tiem- ideas venimos recogiendo, la coación, mos-
po existencial primario, tiene un privilegio trando en manos de quién se encuentra en
sobre el pasado. Este privilegio lo podemos el Derecho primitivo y en el Derecho esta-
poner.de manifiesto con esta reflexión en tal. "Tropezamos aquí —dice— con este
extremo simple: que toda conducta ya sida elemento fundamental del Derecho que es
previamente fue y estuvo por ser. Si de este la coacción. Sólo que en el Derecho primi-
modo retrocedemos en el tiempo buscando tivo la coacción se encuentra completamen-
el origen de la conducta ya sida en una te en manos del privado (del miembro de
conducta en cada caso presente y también la comunidad) y no ha sido monopolizada
integrada por su futuro "por ser", nos va- por ciertos órganos que, en su estructura-
mos acercando a la idea del Derecho pri- ción, constituyen el Estado. La coacción es
mitivo. El Derecho primitivo es una idea a elemento esencial del Derecho porque íoda
la cual tenemos acceso por este proceso en interferencia ínter subjetiva de conducta
el cual, en forma indefinida, nos vamos encierra, en cuanto tal, la coacción cono
aproximando a un orden jurídico sin ante- posibilidad, pues puede ser decidida por la
cedentes y que no puede recibir, por lo fuerza. Si la positividad es el carácter de!
tanto, su sentido del pasado que tiene. Derecho, entonces la coacción es el tribu-
Y en este punto es donde puede alcan- nal de última instancia de toda positividad,
zarse con claridad el auténtico predicamen- pues la coacción es la que decide de hecho
to de que ha gozado el Derecho natural, en (y esto por definición) la conducta en in-
cuanto como la "categoría de futuridad" terferencia intersubjetiva. Pero si hemos
del Derecho atribuye sentido al "presente retrocedido hasta el Derecho primitivo y
deber ser existencial, lo que Vilanova trata encontramos que en él la coacción está en
de demostrar al describir el Derecho primi- manos del privado y que no se encuentran
tivo como Derecho natural. en él órganos encargados de dar el sentido
Manifiesta en tal sentido que "el futuro jurídico a dichos actos, ¿no habremos ve-
integraba ya y daba sentido al primer pre- nido a parar al fin de cuentas al derecho
sente que todavía no tenía pasado. En la del más fuerte? Es decir, ¿no habremos ve-
ide'a límite del Derecho primitivo, el sen- nido a parar a la negación misma del De-
tido jurídico de la conducta estaba dado recho y a su confusión con los hechos bru-
pues por la integración del presente del de- tos? En efecto; la mera afirmación del he-
ber ser existencial con el futuro como puro cho de la violencia no da sentido jurídico
deber ser. El Derecho natural justifica así, alguno. Se trata de la mera constatación
en cierto modo, su denominación, pues apa- de un presente que, por falta de integra-
rece como un Derecho anterior a toda re- ción temporal existencial se puede confun-
gulación formal por antecedentes. Por otra dir con un puro presente óntico de las cosas
parte, el Derecho primitivo aparece como un naturales. Pero esto es ontológicamente im-
Derecho «inorgánico» frente a la organiza- posible, porque la libertad se encuenti»
ción característica del Derecho estatal. En siempre proyectada y ese proyecto es onto-
lógicamente comprensible e iluminado por natural de la deíensa propia surge, preci-
los valores. El hecho «puro» de la fuerza samente, del hecho natural a la vida. En
sería un puro hecho desnudo y carecería esta mutua integración del hecho positivo
por lo tanto de sentido si el hombre no de la coacción privada con el valor supremo
fuese hombre. Pero el hombre no es un ser de la propia vida, integración que permite
puramente óntico, sino también ontológico, determinar el sentido jurídico de la con-
y es así que «una conducta sin valor onto- ducta sin acudir al pasado ni a hechos ob-
lógicamente no puede ser» y, por lo tanto, jetivos externos situados en él (como la ley
ese «hecho desnudo» no es pura fuerza sino o la costumbre), en esta integración tem-
precisamente coacción y este sentido jurí- poral de sentido encontramos al Derecho
dico básico no lo recibe de la integración mismo status nascens y, en su plena pureza
de ese hecho presente con un pasado, que y justificación positiva, al Derecho natural.
hipotéticamente no existe, sino con la in- El Derecho internacional se encuentra, co-
excusable integración con un futuro del mo Derecho primitivo, en esta faz de Dere-
cual es inescindible, pues lo lleva dentro de cho natural positivo, en la cual la coacción
sí y es la razón misma de su ser'-'. es detentada por los miembros de la co-
38. La personalidad humanan sus dere- munidad y puede servir perfectamente de
chos naturales. Se traía de verificar todas ejemplo a lo que venimos diciendo. La gue-
estas ideas en la realidad, en lo dado, y el rra defensiva ante la agresión, la defensa
autor encuentra en la defensa propia "co- armada del suelo patrio (") es, segura-
mo hecho vigente que da jerarquía positiva mente, la institución de Derecho internacio-
al Derecho natural a la vida" en cuanto nal más sólida y la que confirma nuestro
puede considerarse como valor excelso li- aserto. El sentido de la guerra justa sólo
gado por su extraordinario valer de modo cede positivamente ante el hecho irreme-
inexcusable al "deber ser existencial que es diable de la derrota".
el Derecho, a punto tal que su no realiza- El autor concluye su investigación bus-
ción desposeería ipso jure de sentido jurí- cando el sentido objetivo de sus afirmacio-
dico al dato". nes al respecto en la idea de comunidad,
Encuentra el autor que "el empleo primi- que no es mera yuxtaposición de existencias,
tivo de la fuerza tiene el sentido de ser co- y en la existencia de hecho de la institu-
acción, es decir, lícito empleo de la fuerza, ción de la defensa propia en todos los or-
cuando ocurre en defensa propia, y así en- denamientos jurídicos, mostrando a través
contramos que el valor de la propia vida de una "experiencia imaginativa de supre-
es el que da el sentido jurídico preciso al sión del Derecho positivo a la vida y de la
hecho de la violencia, con lo que se des- licitud de la defensa propia", que aun cuan-
cubre un estadio de fundamental realidad do se guardara silencio por el legislador
para el Derecho natural". —para aquellos que ven el Derecho po-
Destaca el autor que la coacción privada, sitivo en las normas— afloraría la institu-
que era medio único de coacción en el De- ción en la jurisprudencia, porque según el
recho primitivo, no ha desaparecido total- autor "el-apego a la propia vida y la ne-
mente del Derecho estatal, ya que está re- cesidad de su defensa en caso de ataque
conocida en todos los ordenamientos jurídi- están tan enraizados en la naturaleza del
cos en la institución de la defensa propia, hombre, que de antemano podemos decir
que el autor ve no como un mero contenido que adoptarán la forma de vigencias co-
general de dichos regímenes, sino que esti- lectivas en cualquier situación de convi-
ma que, no sólo se da de hecho, sino que vencia".
debe estar con apodíctica necesidad como Pero no es sólo el valor de la vida hu-
institución positiva en todo ordenamiento mana el que ha de considerarse como un
jurídico posible, lo cual advierte en Santo Derecho natural positivo, pues cuando la
Tomás de Aquino —Summa, p. 73, Q XCIV, índole misma del hombre está dada como
art. II—, en cuanto destaca la inclinación fundamento de todo Derecho en cuanto que
común de todos los seres que apetecen su a éste no se lo concibe sino como conducta
propia conservación según exigencias de su en tanto que conducta, esto es en la liber-
propia naturaleza. tad que fenomenalizada no ofrece sino al
Concretando su pensamiento, el autor nos hombre en su articulación biográfica, otros
ofrece sobre el particular el siguiente resu- valores podrán mostrarse atribuyendo sen-
men: "El derecho natural a la vida aparece tido al presente deber ser existencial inte-
con el carácter excelente de Derecho natu- grándolo en futuridad y con ello afirman-
ral positivo merced a la defensa propia en do como natural en tal sentido el Derecho
la cual, como hecho, radica la postividad que se muestra en su conducta originaria.
de aquel Derecho, así como el sentido jurí-
dico de coacción licita que tiene el hecho (71) V. Del Vecchlo, op. cít.
Si bien cabe destacar que la investigación han de manifestarse siempre con las expre-
y la superación de síntesis- que logra Vila- siones contingentes del humano acontecer,
nova lleva la impronta de una bien logra- las ínsitas valoraciones que se proyectan,
da explicitación fenomenológica, debemos según el sentido que les imprime el ideal
admitir que Del Vecchio con las limitacio- que las inspira, ligado a la existencia hu-
nes propias de su planteo inicial y dentro mana, en el mundo de ideas y creencias
de la concepción íilosófica (neo kantiana) con las que el hombre hace su vida, en su
en que se mueve ha entrevisto sobre el par- concreta circunstancia. Lo cual revela en
ticular todo el horizonte de la vida huma- más la naturalidad del Derecho positivo y
na en su manifestación jurídico-natural, y la positividad del Derecho natural.
aunque mantiene divididos en situaciones
de contraposición, relación y complemen- BIBLIOGRAFÍA. — Kelsen. H., La idea del Derecho
natural y otros ensayos, Ed. Losada, Bs. Aires, 1946,
to: Derecho positivo y Derecho natural, ello y "Metamorfosis de la idea de Justicia", en Revista
no obstante se acerca al dato, todo cuanto de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, México,
le permite su idealismo, que le fuerza cons- octubre-diciembre de 1949, t. 11, núm. 44, pág. 83.
— Legaz y Lacambra, L.. Introducción a la cien-
tantemente a mantener separados lo que cia del Derecho. Ed. Bosch, Barcelona, 1943. —
vemos unido en la descripción de Vüanova. Hernández Olí, A., Metodología del Derecho, Ed.
Y en tal sentido cabe recordar laá ideas Revista de Derecho Privado, Madrid, 1945. — Ci-
del egregio jus-filósofo del idealismo jurí- cerón, Obras completas, trad. de Navarro Calvo,
notas 1 y 2/vol. 6, 1884, págs. 214 y 215. También
dico italiano ("^) para mostrar el funda- en edición Anaconda. — Del Vecchio. G., Filosofía
mento del Derecho natural en la naturale- del Derecho, Ed. Bosch, Barcelona, 1935, y Los su-
za humana cuya índole muestra restando puestos filosóficos del Derecho... — Austin, J.,
vigencia a la concepción causal para mos- Sobre la utilidad del estudio de la jurisprudencia,
Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1951. —
trar su intrínseco valor en la libei-tad que Windelband, W., Historia de la filosofía, t. 1, La
opone a! determinismo, asentando el pri- filosofía de los griegos. Ed. Pallas. México-Quito,
mado del "yo" y el imperativo ético para 1941. — Messer, A., Filosofía unllgua y medieval,
exhibir así en definitiva la naturalidad del Ed. Espasa-Calpe. Bs. Aires-Méxfco. 1939. — Pla-
tón, Obras completas, t. 3, Ed. Anaconda. Bs. Ai-
Derecho positivo y el Derecho natural, en res, 1946. — Aristóteles, Obras completas, t. 1, Ed.
cuanto necesariamente puede vérsele al Anaconda, 1947. — Santo Tomás de Aquino,
primero como mero hecho, pero en cuanto Summa theologicae. — Stammler, R., Tratado de
filosofía del Derecho, E<J. Reus, Madrid, 1930. —
que la naturaleza humana es considerada Von Ihering, R., El fin en el Derecho. Ed. Atalaya,
absolutamente se muestra "el principio del Bs. Aires, 1946. — Kantorowicz. G., "La lucha por
Deber y del Derecho, como exigencia ín- Je ciencia del Derecho", en el volumen La ciencia
sita en la esencia de la persona y univer- del Derecho. Ed. Losada. Bs. Aires. 1949. — Reí-
chel, H., La ley y la sentencia. Ed. Reus, 1921. —
salmente válida más allá y por encima de Geny, P., Método de interpretación y fuentes en
cualquier hecho". Derecho .privado y positivo, 2" ed.. Ed. Retís. 1925.
Y aludiendo a estos dos aspectos muchas — Cairas - Hall - Cowan - Pekells - Frank - Patterson •
veces contrapuestos de lo jurídico: como Kelsen -Chroust, El actual pensamiento jurídico
norteamericano, Ed. Losada, Bs. Aires. 1951. — VI-
positivo y natural asienta la perspectiva de lanova, J., "Idea y realidad del Derecho natural",
su síntesis al decir: "Las dos consideracio- separata .de la Revista de la Facultad de Ciencia»
nes no pueden de ninguan manera inter- Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional d«
cambiarse ni fundirse sin incurrir en pa- Buenos Aires, año 6. núm. 27. — Husserl E., ¡dea»
relativas a una. fenomenoloaía pura y una feno-
ralogismos. Tan erróneo sería negarse a menología fenomenológica.. Pondo de Cultura Eco-
reconocer y concebir dentro de su especie nómica, 1949. e Investigaciones lógicas. Ed. Revtí-
un dato jurídico cualquiera alegando que ta de Occidente, Madrid. 1929. — Cossjo, C., La
su contenido no está de acuerdo con ei teoría egológica del Derecho y el concepto jurídico
de libertad. Ed. Losada. 1943, y "La Intuición, «I
ideal, como desconocer este ideal y el valor pensamiento y el conocimiento jurídico", en U
que le es propio .fundándose en que no se Ley, t. 63, pág. 863. — Borga, E. E., Ciencia jurí-
haya realizado en algún caso de la expe- dica o jurisprudencia técnica (tesis doctoral), El
riencia jurídica. La verdadera índole del Bibliográfica Argentina, 1943.
ideal no consiste en suponer que se veri-
fique siempre de hecho en la realidad em- DERECHO NOTARIAL.* SUMARIO: 1. Con-
cepto. 2. Designación de esta rama Jurídica.
pírica, sino en considerarlo tal y como es, 3. Definiciones. 4. Contenido. 5. Puente!,
como esencialmente supraordinado a esta 6. Codificación. 7. Derecho comparado.
realidad, es decir, como algo que tiene vi- 1) Concepto. El tema del epígrafe ofre-
gencia y es verdadero, aun cuando se le ce dificultades serias a mérito de circuns-
opongan las eventualidades físicas" («). tancias que muestran diverso origen y dis-
Ha de tenerse presente que en el Derecho, tinta entidad.
Por de pronto, se aprecia muchas veces
(72) V. Del Vecchio, Filosofía del Derecho, t. 2,
seo. 3*. referida en su mayor parte al problema un propósito, por igual apresurado, de admi-
del Derecho natural.
(73) Del Vecchio, op. cit., pág. 293. • Por el Dr. Luis M» BOFPI BOGGERO.
tir o negar ramas autónomas, impelido, en una visión particular sobre ciertos tópicos
el caso del "Derecho notarial", por el que pertenecen a otras ramas del saber ju-
anhelo de jerarquizar la ya elevada fun- rídico. En estas teorías debe distinguirse Ja
ción del escribano en. la primera hipótesis faz en que se discute acerca de la auto-
y por subestimar esa función como mera- nomía científica de la que gira en torno
mente adjetiva o puramente formal en la a la autonomía legislativa. Esta voz pro-
segunda (Boffi Boggero L. M., Reflexiones cura señalar especialmente el estado de
sobre temas de interés notarial, La Pla- la doctrina acerca del primero de esos mi-
ta, 1956). rajes.
Asimismo, la disparidad de temas parti- Como se ve, los estudiosos de esta ma-
culares que constituirían en conjunto el lla- teria han debido forzosamente analizar si
mado "Derecho notarial", tanto como el el Derecho notarial tiene o no sustantividad
actual tratamiento de los mismos mediante propia, principios fundamentales diferen-
disciplinas diversas y tradicionales —verbi- ciados de los demás, para lo cual debe
gracia: Derecho civil, Derecho comercial, compararse esa rama "con la formación de
Derecho administrativo, etcétera— hace que las disciplinas más añejas..'." (Boffi Bog-
buena parte de la doctrina encuentre no gero L. M., op. cit., pág. 12).
aconsejable la unión de tópicos bien disí- Desde otro punto de vista, como el carác-
miles entre sí, los que habrían de' quedar ter típico de la función notarial se ha des-
asignados a cada una de esas disciplinas tacado en esta materia, conviene precisar
con autonomía largamente vivida. desde ya que la función notarial puede
Además, siendo tan diversos los tipos de ser analizada en sí propia y a través de
organización notarial que ofrece el Derecho las ramas jurídicas que utiliza. Una cosa
comparado, es evidente que la tendencia es la función notarial en las escrituras
a una conceptuación unitiva trapazaría con públicas y, una muy otra, es la parte de
dificultades insalvables. Así, parece difícil Derecho civil, comercial, etcétera que el
generalizar conceptos comunes entre la escribano debe necesariamente conocer y
función notarial latina, tan sistemática- aplicar en el ejercicio de aquella función.
mente analizada en los diversos Congresos Acaece algo semejante en la diferencia
internacionales celebrados a partir de 1948 entre la función jurisdiccional y las ma-
(Buenos Aires, Madrid, París, Brasil) y la terias que el magistrado debe conocer y
función notarial de Estados Unidos de "aplicar" en el ejercicio de su función res-
Norteamérica, tan esquemática frente a la pectiva. Es aquí donde cabe preguntarse
primera (la referencia no comprende, ver- si el reconocimiento de una función es bas-
bigracia, la estructura latina de Lousiana; tante para tener por acreditada la existen-
V. Schaumburzer, M., en Rev. Int. del No- cia de un derecho autónomo y si este úl-
tariado Latino, nüm. 20, págs. 341 y sigs.; timo se circunscribiría, entonces, al estu-
ítcétera). dio, como se dijo, de la función en sí propia,
Pero lo cierto es que muchas opiniones o ha de extenderse también a los mate-
Importantes coinciden en que, se halle o riales normativos que se manejan en esta
no totalmente organizado, hay un Derecho función (ver Núñez Lagos, op. cit., Allende
notarial con entidad propia, es decir, una Ignacio, M., monografía intitulada El De-
rama jurídica que acusa perfiles netos de recho notarial: Realidad o aspiración cien-
autonomía (confrontar Núñez Lagos R., De- tífica, La Plata, 1953, que niega la posibi-
recho notarial, memoria presentada al Ter- lidad de tantas ramas del Derecho positivo
cer Congreso del Notariado Latino, celebra- como profesiones existan; etcétera).
do en París). No ha de ser ajeno a la imprecisión rei-
No resulta del todo ajena a esta discre- nante en esta materia el hecho de que al-
pancia la realidad de que el Derecho, en- gunas teorías que procuran señalar la ór-
tendido como conjunto normativo, es uno bita pura del Derecho notarial, es decir,
e iriescindible, sin defecto de sus particu- separándola de todo otro ingrediente civil,
lares disciplinas, estudiables por separado comercial, etcétera, circunscriban de tal
a mérito del principio de división del tra- modo el ámbito de la nueva rama jurídica
bajo que lleva a la especialización y, por que ella constituiría, apenas, la mínima
ello, a la concreción en ramas autónomas parte de lo que el notario, verbigracia, den-
del saber jurídico. tro de la organización latina, debe inex-
Tenemos, tal como'resulta de las líneas
que anteceden, una tendencia que sostiene cusablemente conocer para el desempeño
la autonomía del Derecho notarial y otra de su función. En este sentido. ',or ese al-
tendencia que niesra dicha autonomia. Esta cance, podría afirmarse que e! nolario cuyo
última podría dividirse en la que lo hace solo conocimiento fuese es;; derecho no-
de modo completo y la que. sólo le atribuye tarial, no solo no sería jurista de conocí-
mientes generales, sino que tampoco po- gen de quienes abogan por el reconoci-
dría ser notario. miento de la autonomía del Derecho nota-
Acaso por ello mismo se haya podido rial, tanto como de quienes le reconocen
apreciar en los grandes notarios de los cierta particularidad y hasta de quienes
diversos países a juristas profesionales que niegan aquella autonomía.
dominaban los principios fundamentales del Pedro Luis Boffi conceptuaba que podía
Derecho y, en camino de ejemplificar, se ha definirse el Derecho notarial como "el orde-
de añadir muy principalmente que tenían namiento jurídico de la función notarial",
exacto conocimiento de ios principios del definición que entregó al autor de la- voz
Derecho civil, comercial, administrativo, et- en 1955, tomándola de investigaciones que
cétera, predominantemente de ¿a primera había realizado mucho tiempo atrás *.
de las ramas citadas. José Máximo Paz considera que el Dere-
De las líneas que anteceden surge la cho notarial es "el estudio del conjunto de
íazón misma de la manera como se ha de normas jurídicas contenidas en las diversas
encarar el desarrollo de esta voa. Ella ha leyes que reglan las obligaciones y moda-
de ser tratada en sus aspectos esquemá- lidades a que deben ajustarse el ejercicio
ticos, de tal suerte que, así corno no ha de activo de la función del escribano, como
penetrar una acumulación de datos histó- regente o adscrípto de registro tío contra-
ricos y actuales, puesto que ello podría tos públicos" (Derecho Notarial Argentino.
llevar a un desorden expositivo, también De las escrituras públicas, Buenos Aires,
ha de circunscribir el desarrollo a la bús- 1039, pág. 41). /
queda de los caracteres esenciales de la Enrique J. Risso define el "Derecho no-
voz que la doctrina, predominante acepta tarial" como "ei conjunto de normas ju-
con la mayor independencia posible de ri'licas de fondo y forma relacionadas con
ciertas otras materias que puedan integrar- la escrituración, y que determinan a la vez
le. Por ello mismo, se ha de remitir al lec- las facultades y deberes del notario en el
tor para que analice las diversas voces ejercicio de su augusto ministerio público"
que integran la esquemática voz del epí- (definición entregada por aquél al autor de
grafe en una forma bien directa: ESCRIBANO; esta voz durante ei año 1955).
ESCRITURAS PÚBLICAS; INSTRUMENTOS PÚBLI- Alberto Villalba Welsh, autor que luego
COS; PROTESTOS, etcétera. de sus primeros ensayos se inspiró en los
En el desarrollo oportuno de esas vo- dictados de la teoría egológica dei Dere-
ces particulares se podrá apreciar la evo- cho, define el "Derecho notarial" por su
lución histórico-jurídica de las institucio- objeto e indica que "es la conducta del
nes que se manejan en la función notarial, notario corno notario, o sea en cuanto
que debe conocer, entonces, todo notario con autor de la forma pública notarial" (ver
independencia del problema sobre la auto- El Derecho notarial a la luz de la teoría
nomía, la particularización o la no indepen- egológica, Buenos Aires, 1952, págs. 24
dencia del Derecho notarial. y 34).
2) Designación de esta rama jurídica. Y, así, podrán verse multitud de defini-
Como bien lo recuerda el tratadista Salvat, ciones de autores argentinos cuya sola
en ocasión se le ha denominado "Organi- transcripción excedería notoriamente el
zación del Notariado" (ver parte general, carácter de esta voz.
número 2014). También se le ha designado De entre las numerosas definiciones
como "Legislación notarial", título con que se leen en el Derecho extranjero, L. Ber-i
se le distingue, verbigracia, en algunas Fa- taux, notario en Nons (Bélgica), entiende!
cultades de Derecho que tienen un curso que el Derecho notarial se halla ante todoj
especial sobre la materia (así: la Facultad centrado en redor de las formas ("Le Droitl
de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Uni- notarial...", Raport presenté... al Ter-i
versidad de La Plata y la de Santa Fe. La cer Congreso Internacional del Notariado|
de Buenos Aires, a cambio, no enseña el Latino).
Derecho notarial como disciplina autóno- Mengual y Mengual define la rama al
ma). En fin, recordando un poco lo his- que se refiere esta voz, de la manera que
tórico, el investigador se encuentra con la sigue: "Es aquella rama científica del De-
expresión de "La Notaría", que distingue recho público que, constituyendo un todol
los esfuerzos de Rolandino Rudolfo en el orgánico sanciona en forma fehaciente las!
siglo xvn. relaciones jurídicas voluntaria y extrajudi-I
3) Definiciones. Sin ánimo de trans- ciales mediante la intervención de un fun-i
cribir las numerosísimas definiciones con
que se ha pretendido distinguir esta rama * El autor de esta voz. al expresarse como 1
del saber jurídico van a recordarse algunas, hace, dedica la misma al recuerdo de su señor pa-|
come'nzando por las de este país, que emer- dre, el escribano don Pedro Luis Boffi.
cionario que otara por delegación del Poder Mengual, por ser ésta una de las teorías
público" (ver Elkmentos áe Derecho nota- clásicas en la materia,, debe expresarse que
rial, Barcelona, tomo I, capítulo VII, párra- el citado jurista comienza distinguiendo el
fo VII; asimismo, II, volumen I, pág. 16). aspecto objetivo y el aspecto subjetivo del
• Enrique Giménez Arnau dice en su In- Derecho notarial. Y, de otro lado, distingue
troducción al Derecho notarial, página 13, el aspecto formal y el aspecto contractual.
que ese Derecho es el conjunto de doctri- El Derecho notarial formal subjetivo
nas o de normas jurídicas que regulan la comprende cuanto afecta a la organización
función del escribano y la teoría formal notarial, por lo que el fundamento y primer
del instrumento público. elemento de este Derecho es el notario.
Rafael Núñez Lagos, después de expresar El Derecho notarial formal objetivo es-
que aspira estrictamente a la formulación tudia la voluntad facultativa del notario
descriptiva de su posible contenido más desenvuelta sobre los diversos objetos que
que a definir el Derecho notarial mismo, son de su especial incumbencia, tales como
expresa que ese Derecho estudia las formas las escrituras, actas notariales, protocolos,
en que participa el notario tanto como el etcétera.
procedimiento que éste utiliza para llegar En el Derecho notarial contractual sub-
a ellas (op. cit.). jetivo se halla todo lo que afecta a la con-
José María Sanahuja y Soler define el ducta jurídica de las personas individuales
Derecho notarial como la parte del ordena y colectivas en lo tocante a su capacidad
miento jurídico que, por conducto de la y representación.
autenticación y legalización de los hechos En el Derecho notarial contractual obje-
que hacen la vida normal de los derechos, tivo se comprenden todas las normas jurí-
asegura el reinado de esta última (Tratado dicas que afectan a los actos y contratos en
de Derecho notarial, Barcelona, 1945, I, pá- todas las ramas del Derecho.
gina 112). Como se ve, la característica principal de
También podría abundarse en definicio- la clásica y minuciosa elaboración llevada
nes de Derecho comparado, tanto en las que a cabo por Mengual y Mengual está cons-
giran alrededor de normas positivas del tituida por la poca claridad de los contor-
país respectivo cuanto en las que posan nos que asigna al Derecho notarial y, de
sobre conceptos más universales e inde- consiguiente, por la confusión de conteni-
pendientes de normas de Derecho positivo, dos con los tradicionalmente asignados a
pero ello, como ya se expresó, podría exce- las otras ramas del saber jurídico. Puede
der el alcance de esta voz. decirse que el jurista hispano ha estado
4) Contenido. Este es quizá el aspecto más cerca del contenido perteneciente al
científico más complejo, ya que la diver- género "Derecho" que al propio de la es-
gencia de los autores impide exhibir una pecie "Derecho notarial".
conclusión umversalmente aceptada, si- Mengual y Mengual, finalmente, tras-
quiera fuese en sus lincamientos genera- ciende las fronteras nacionales con su te-
les. sis y ve, aunque no en el aspecto "positivo
Va de suyo que ese contenido, para quie- orgánico", sí como "un predicado del orden
nes niegan autonomía al Derecho notarial, social general y una realidad", al Derecho
constituye solamente el contenido de la natarial internacional (op. cit., págs. 32
función del escribano, aunque pertenezca a y 33).
otras ramas del saber jurídico. En una línea semejante a la de Olavarría
Así, mientras en una posición que po- Téllez, Núñez Lagos entiende que el Dere-
dríamos denominar clásica, trasunto de cho notarial científico debe estudiar los
una no totalmente elaborada, Mengual y preceptos y conceptos sobre el notario, la
Mengual incluye lo alusivo a la persona in- función notarial y el instrumento público,
dividual o física y a la persona colectiva, o que denomina Derecho notarial puro, con
plural, o mística, o jurídica, o ficticia y lo exclusión de los negocios jurídicos que cons-
referente a los actos en las distintas ramas tituyen objeto del Derecho sustantivo. De
del Derecho (op. cit., II, vol. I, págs. 22 y inmediato y, no obstante la última exclu-
sigs.); Ángel Olavarría Téllez, de su lado y, sión, afirma, como contenido del Derecho
en una posición moderna, sostiene que el notarial aplicado, que deben estudiarse las
Derecho notarial debe comprender las teo- normas singulares de legislación notarial
rías de la función, del documento notarial sobre redacción de las declaraciones de vo-
y de la organización e historia del nota- luntad, así como las modalidades técnicas
riado (Contenido y fuente del Derecho no- o usuales del Derecho sustantivo que el
tarial, Buenos Aires, 1948, pág. 7). notario aplique en su quehacer profesional.
Centrando momentáneamente la preocu- Desarrollando más su teoría, dice que el
pación en torno a la tesis de Mengual y Derecho notarial, como Derecho de la "for-
ma de la forma", de formalidades en o para o actos que el notario narra porque los ha
la forma, implica conductas del notario y visto, dividiéndose en: autenticidad esen-
de las partes, pudiéndose agrupar las for- cial o publicación, constituida por los requi-
malidades y situaciones diversas que ello sitos que normalmente acompañan al acto;
entraña en tres categorías: A) formalida- autenticidad accidental, constituidas por los
des y situaciones de parte a notario; B) hechos narrados de visu) y del .valor tes-
formalidades y situaciones de parte a par- timonial autenticado (comprende las decla-
te; C) formalidades y situaciones de nota- raciones de voluntad de los comparecientes.
rio a instrumento público. En primer lugar forman parte integrante
A) Este rubro contiene tres situaciones: del contenido documental y, en segundo
a', momento anterior a la firma del docu- término, constituyen accesorios de las au-
mento notarial que exige el estudio de las tenticidades, siendo el material que el no-
teorías de la rogación (cuyo contenido es tario ha oído afirmar sin haberlo consta-
•el siguiente: quién puede pedir la presta- tado personalmente).
ción de los servicios notariales; formula- C) Este rubro contiene las mismas tres
ción de la voluntad de las partes; deber situaciones de los dos anteriores: c', mo-
de escuchar; deber de consejo legal; deber mento anterior a la firma, cuyo contenido
y derecho de secreto profesional; deberes está dado por las formalidades y deberes
de inhibición y excusas por parte del no- del notario en cuanto a la apertura y for-
tario; deberes de colación de la parte; etc.) mación de protocolos o libros especiales, uso
y de la redacción (cuyo contenido es, a su de clase determinada de papel, aspecto y
turno, el siguiente: deberes generales del distribución de renglones, reglas formales
notario en cuanto a la forma y contenido de redacción etcétera; c", momento de la
del acto, es decir, deberes vinculados a la audiencia, que exige investigación acerca
redacción y narración; deberes especiales de las normas regulatorias del principio
del notario como jurista en cuanto al acto de inmediación a que el notario se encuen-
o contrato, es decir derecho contractual tra sujeto; c'", momento ulterior a la fir-
aplicado; deberes profesionales impuestos ma, con análisis sobre las formalidades de
por los usos, prácticas y tradiciones nota- protocolización, deberes de conservación,
riales) ; a", momento de la audiencia, el notas de referencia.
que exige análisis del deber de presencia Como se ve, para Núñez Lagos se trata-
física, con su secuela de comparecientes, de- ría de un Derecho adjetivo del escribano,
ber de simultaneidad o unidad del acto en cierto modo como el Derecho procesal
formal, deber de lectura, deber de adver- lo es para el juez. Con ese criterio, también
tencias, actos de significación jurídica por podría mencionarse una rama jurídica au-
parte de los comparecientes (deber de ha- tónoma con el nombre de Derecho judicial
blar, deber de prestar), firma del instru- Las normas que estructuran la función de-
mento; a'", periodo ulterior a la firma del nominada "jurisdiccional voluntaria" se-
documento, donde debe estudiarse la co- rían el contenido del Derecho notarial (pa-
municación a las partes ya los interesa- ra algunos, .inclusive, la función del es-
dos (deberes del notario y personas legiti- cribano debe retomar todas las actividades
madas así como la forma de comunicación, de "jurisdicción voluntaria", que, indebida-
que puede ser oral, ocular o escrita; comu- mente, retiene el órgano jurisdiccional, el
nicación por conductos judiciales); comu- que solamente deberá mantener su activi-
nicación a terceros (deberes del notario dad específica dentro de la llamada "juris-
en cuanto a los registros públicos). dicción contenciosa" o "jurisdicción pro-
F) Este rubro contiene también tres si- piamente dicha" (confrontar, a ese respecto,
tuaciones: b', momento anterior a la fir- los artículos 337 y siguientes del proyecto
ma del documento notarial, que no produce Couture; etcétera); y las normas que dan
efectos entre las partes en Derecho sustan- estructura a la función jurisdiccional pro-
tivo o en Derecho notarial; b", momento piamente dicha, serían el Derecho judicial.
de la audiencia, donde deben estudiarse con Dentro de la objetividad que debe ser la
relación a la otra parte los tópicos anali- base de exposición en voces de esta índole,
zados ante situación idéntica en el rubro cabe destacar como interrogante una po-
anterior; b'", momento ulterior a la firma sible objeción a tal modo de circunscribir el
del instrumento, que se subdivide temáti- Derecho de notaría. En efecto: el Derecho
camente en lo alusivo a la fuerza de obli- adjetivo que regula la conducta del juez
gar y a la fuerza de probar. La primera se llama Derecho procesal, que extiende su
encierra los temas vinculados a la consti- reinado a los auxiliares de justicia y a las
tución, al reconocimiento y al poder extin- partes o litigantes. Pero la función judicial
tivo; la segunda entraña el estudio del va- decide contiendas manejando normas di-
lor oficial (autenticidad, prueba de hechos versas del saber jurídico: Derecho civil,
Derecho comercial, Derecho penal, Derecho cada jurisdicción, de todo lo relativo a es-
administrativo, etcétera. Parecería, en su- tructura y funcionamiento del notariado
ma, que el deseo de especialización se lle- (Lo eztrajudicial en la función notarial.
va excesivamente lejos cuando, con un Contribución al estudio y delimitación del
nombre genérico vinculado a la función y Derecho notarial, ,La Plata, junio de 1953,
al funcionario, se circunscribe la especiali- pág. 6).
dad a la normación externa de la conducta Mustapich J. M. sostiene que el Derecho
y se deja de lado la normación sobre el notarial estudia las estructuras o registros
contenido que esa conducta debe también con que se exterioriza la voluntad jurídica,
respetar. fenómeno, este último, que es estudiado por
Siguiendo con la mención de algunas el Derecho sustancial; añade que su con-
otras opiniones, se ha de puntualizar la po- tenido lo constituye el análisis de las for-
sición discordante entre las mismas. mas como teoría general del instrumento
El notarialista Ángel Olavarría Tóllez des- público y la intervención del notario y eue
arrolla las partes constitutivas de los di- es, en cierto aspecto, una rama individua-
versos tópicos centrales de Derecho nota- lizada y autónoma del Derecho formal. De-
rial en forma distinta al notarialista Nú- recho formal auténtico o Derecho de la au-
ñez Lagos y exhibe un conjunto de opinio- tenticidad (Tratado teórico y práctico del
nes tan discrepantes por momentos acerca Derecho notarial, 1958, I, págs. 12, 13, 48,
del contenido que se atribuye al Derecho 4?, etc.).
notarial, que, teniendo en cuenta su con- Los programas de estudio de las Faculta-
temporaneidad y nacionalidad común con des de Derecho c.e La Piala y de¡ Litoral,
el precitado notario español, muestra de que son Facultades donde el Derecho no-
modo palpable y sin necesidad -de penetrar tarial se estudia como disciplina autóno-
otros estudies que las afirmaciones, hechas ma, dan idea, también, de la disparidad
al principio de esta voz sobre dispersión de de criterios acerca tíel contenido de esta
ideas eran fiel trasunto de la verdad. rama jurídica en formación.
Antonio Eeilver Cano entiende que el .bolillas,El de La Plata, que consta de dieciséis
dedica doce al Derecho notarial y,
contenido del Derecho notarial se halla las restantes, al Derecho fiscal.
constituido por dos aspectos: uno de carác-
ter fundamental, el que se refiere a los La primera parte, que interesa a esta ma-
instrumentos; otro, de carácter orgánico, teria, versa sobre concepto de la disciplina,
vinculado con el estatuto personal y admi- institución
de
y función nota ripies; sistemas
organización notarial en el país y ex-
nistrativo; y otro, aún, de tipo artístico,
consistente en el arte notarial. tranjero; el escribano: función notarial y
Registro; responsabilidad penal, civil, ad-
Vülalba welsh expresa que el contenido ministrativa y profesional: retribución; ins-
primario del Derecho notarial está consti- trumentos públicos; escritura públic-a: nu-
tuido por el documento público y, en se- lidad instrumental; testimonios; estudios
guida, por los deberes del notario en cuanto de títulos: registros públicos; etcétera.
a la formación de ese documento. Las El del Litoral se refiere también al Dere-
obligaciones relacionadas con las oficinas cho de notaría y fiscal. Consta de veinte
de rentas, municipalidades, oficinas de se- bolillas, catorce de las cuales se refieren al
llos e impuestos, etcétera, no pertenecen primero. Es parecido al de La Plata, pero
estrictamente al Derecho notarial, puesto ofrece algunas variantes, entre otras las
que derivan, no de que el titular de ella que se refieren a instituciones de Derecho
actúe como notario en esíe aspecto, sino civil y comercial, en cuanto son susceptibles
que se le imponen exclusivamente por ser de instrumentación: compra y venta; hi-
notario, con lo que integran el derecho poteca; protestos; etcétera.
activo. Podría agregarse, cono integrante Cual se ve. se caracterizan por la misma
de ese Derecho público y adjetivo que es el ausencia de precisión y particularidad en
Derecho notarial, el estudio del escribano el contenido del Derecho notarial a que se
a partir da su incorporación hasta su re- ha hecho referencia.
tiro, con ramas entre las cuales estaría el De esta manera se podría seguir citando
Derecho notarial disciplinario (op. cit., pá- una numerosa cantidad de opiniones acer-
ginas 42 y sigs.). ca del contenido del Derecho notarial casi
Para Feliz A. Ramfclla, el Derecho nota- todas divergentes entre sí y, la mayoría, só-
rial se hallaría constituido por la ley de lo coincidentes en algunos tópicos como
fondo, tanto civil como comercial, que re- contenido de aquella rama del saber jurí-
gula los instrumentos públicos y los actos dico. En otras palabras que este aspecto
en que tiene intervención el escribano y del tema no contribuye grandemente por
por la ley de forma o reglamentaria, en cierto, para elucidar si se está ante una
rama autónoma, formada o en formación. probatoria de estos actos y procedimientos
o bien se está ante un mero partícula'. y ios efectos legales que producirán". Acer-
rismo. ca de esta norma constitucional, que esta-
Con todo, pueden dividirse las corrien- blece un principio de. unidad por cima de
tes doctrinales al respecto de una manera las autonomías provinciales (ver Boffi, Pe-
esquemática y con bastante aproximación. dro Luis, Constitucionalidad de la Proto-
Así, una da como contenido del Derecho colización, La Plata, 1939; asimismo, E.
notarial el estudio de la función del escri- Martínez Paz [h.l, en Revista de la Facul-
bano, pero considerada en sí misma. Otra, tad de Derecho de Córdoba, año IV, núm. 3,
incluye las materias de fondo y de forma págs. 451 y sigs.; etc..).
que esa función comprende. Y esta última, b) El Código civil contiene una minucio-
a su turno, se subdivide entre la que re- sa normación acerca del género instru-
conoce como contenido la totalidad de esas mentos públicos y de. la especie escrituras
materias de fondo y de forma; y la que se públicas, que va desde el artículo 979 al
circunscribe a las materias más sustan- articulo lOil inclusive; y uno de los pro-
cialmente vinculadas a la función notarial. blemas que se deben -resolver por los teó-
5) Fuentes. La expresión "Fuentes" es ricos del Derecho notarial es si esa serie
multívoca Sin penetrar en razonamientos de artículos seguirá perteneciendo exclusi-
que más hacen a la Filosofía del Derecho, vamente al Derecho civil o será un tenia
vamos a destacar que esa expresión asume en que esa rama y el Derecho notarial pue-
en la presente voz el alcance exclusivo de dan actuar de modo común. El Código de
las fuentes legislativas incluyendo, en gra- comercio contiene, también, normas expre-
cia a la generalidad del vocablo, inclusive sas que hacen al Derecho notarial. Entre
el ordenamiento jurídico constitucional. ellas pueden citarse las que regulan el
No se desatiende la importante labor instituto del protesto, o sea las que llevan
que, en concepto de causas eficientes en del número 712 al 725 inclusive.
la formación del llamado Derecho notarial, El Código de minería ofrece, también, nor-
pueda corresponder a la costumbre, a la mas concretas que pertenecen al Derecho
jurisprudencia, a la doctrina. notarial. Pueden mencionarse, entre mu-
Es natural que, si no se coincide acerca chas otras, las contenidas en los artículos
del contenido del Derecho1 de notaría, tam- 25. 116 y siguientes, 301 y afines del mismo
poco es posible pedir una coincidencia so- Código-, (ver, para una ligera visión del tema,
bre las fuentes legales del mismo. G-. M. de Paco de Gea, La ¡unción notarial
Ello no obstante, centrando la preocupa- dentro de la industria minera, La Plata,
ción acerca de la función del escribano y 1053). Con referencia a esas dos ramas
de lo escritura pública— tópico que pare- —Derecho notarial y Derecho de miner-
ce constituir el común denominador de Ir. ría— y a cualesquiera otras que se encuen-
mayoría de las definiciones y de las teo- tran en ia misma situación, los técnicos de-
rías sobre el contenido—, puede decirse que berán resolver el limite con el Derecho no-
las fuentes legales del Derecho de notaría tarial o el contenido común a esta rama.
en la República Argentina son las siguien- c) Algunas provincias, como la de Bue-
tes: a) la Constitución Nacional; b) los nos Aires, han dictado verdaderos Códigos
Códigos de fondo, especialmente el civil, el notariales (Boffi Boggero, Luis M., Aspecto
comercial, el de minería, etcétera, dictados de la ley 5015, septiembre íle 1945, donde se
por el Congreso de la Nación; c) los Códi- estudia la evolución de la materia en la
gos notariales o leyes orgánicas de las provincia de Buenos Aires, cuyo principal
provincias; d) elementos normativos vin- jalón lo constituye la I?y 3957). Además de
culados a los anteriores: reglamentaciones esa provincia, otras han dictado Códigos de
del Registro de la Propiedad sobre inscrip- notaría, como la de Entre Ríos, Córdoba,
ción de transferencias de dominio inmobi- Santa Fe. etcétera.
liarias, registros de hipotecas, etcétera. Estas leyes orgánicas o Códigos de no-
a) La ley de las leyes, la Constitución taría se ccupan preferentemente de lo que
Nacional —y Jo que se diga de ella vale algunos técnicos extranjeros han denomi-
esencialmente para las Cartas Provincia- nado el aspecto típicamente formal o adje-
les— contiene normas que interesan viva- tivo de esa rama del Derecho, que en el
mente al Derecho notarial. Se puede men- pensamiento de ellos vendría a ser el Dere-
cionar el artículo séptimo de la Constitu-. cho notarial propiamente dicho.
ción, que establece textualmente: "Los ar- La Capital Federal. no ha permanecido
tos públicos y procedimientos judiciales de ajena a ese movimiento; y, en las leyes
una Provincia gozan de entera fe en las 12.990, 14.054 y otras, ha estructurado un
demás; y el Congreso puede, por leyes ge- verdadero Código notarial.
nerales, determinar cuál será la forma d) Además de esas fuentes, se pueden
citar otras que fluyen de leyes regístrales, Se plantean, a su respecto, los mismos
etcétera. problemas que, a su hora, preocuparon a
Las leyes que regulan el Registro de la la codificación del Derecho civil, de ma-
Propiedad, el Registro Público de Comercio nera que al Derecho notarial, asi como a
(ver voces respectivas) son, verbigracia, ver- cualquier otra rama que preterida autono-
daderas fuentes del Derecho notarial, coij mía, se le aplican los grandes principios
alcance circunscripto a Buenos Aires y a que esa importante rama del Derecho ha
cada una de las provincias. debido de vivir (puede verse el estudio mi-
De esa dispersión legislativa, convergen- nucioso de Gorostiaga, N., en Tres vidas
te en el Derecho notarial, surgen a menudo ilustres: Hugo-Savigny-lhering, Bs. Aires,
problemas de prelación legal cuyo análisis 1945).
minucioso debe formalizarse en cada una Las leyes orgánicas del notariado en
de las diversas voces que integran el con- nuestro país son realmente verdaderos Có-
tenido habitualmente supuesto como el pro- digos de notaría. Así, pueden, citarse la
pio de esa rama-del Derecho. fundamental ley orgánica del notariado bo-
Entré las múltiples cuestiones, acaso sea naerense que lleva el número 3957, que no
conveniente ejemplificar con una de las fue publicada ni reglamentada, pero que
más interesantes: los requisitos de la es- inspiró substancialmente a la ley 5015, la
critura pública. ~~ cual, con algunas modificaciones, constituye
Para redactar una escritura .pública, el el actual Código de notaría en la provincia
escribano debe efectuar un análisis de los de Buenos Aires (V. Boffi Boggero, L. M.,
requisitos que la ley exige. El Código civil Aspectos de..., cit. y Conversaciones nota-
establece en el articulo 1001 y afines los riales, 1948); y la ley 12.990 para la Capital
elementos que debe contener una escritura Federal y los Territorios Nacionales, ley que,
pública y la ley 5015, de la Provincia de con algunas modificaciones ulteriores, cons-
Buenos Aires, verbigracia, establece, a su tituye también un verdadero Código de la
turno, otros requisitos, como el establecido materia.
en los artículos 15, inciso b, y 51, sobre las Otras provincias cuentan con leyes orgá-
impresiones digitales. El Código civil san- nicas de ese tipo, lo cual hace pensar que,
ciona con nulidad escrituraria la omisión en el futuro, haya tantos Códigos notaria-
de los requisitos establecidos en el artículo les como distritos autónomos formen la Na-
1004 y afines, los que no coinciden total- ción.
mente con los exigidos en el articulo 1001 Independientemente de estas codificacio-
y los a él vinculados. Es decir, que, a veces, nes, consideradas en sí propias, debe con-
se sancionará con nulidad la falta de requi- signarse que los colegios de escribanos, al-
sitos establecidos per el Código civil y, en gunos formados por agremiación obligatoria
ocasiones, la sanción será otra, dejando y, otros constituidos mediante agremiación
válida la escritura: multa a los escribanos libre, han sido factores importantes en el
de hasta 300 pesos. movimiento de la codificación.
Independientemente de las dos sanciones Entre los Colegios más antiguos, se cuen-
que el mismo Código civil establece ante ta el de Buenos Aires, cuya primer época
la íalta de requisitos escriturarios, cabe fue Colegio de la provincia del mismo nom-
destacar que la violación de las exigencias bre; el de esta última, el de Córdoba, etcé-
contenidas en la ley provincial no lleva a tera. (V. COLEGIO DE ESCRIBAMOS.)
la nulidad o anulabilidad de la escritura, 7) Derecho comparado. La organización
sino, solamente, a la medida establecida por del notariado es muy distinta en los países
la ley provincial, que sería la responsabi- latinos, en los anglosajones, etcétera. Su
lidad del escribano y su sanción correspon- estudio detallado debe de hacerse en opor-
diente. Reiterando un concepto manifestado tunidad de la voz NOTARIADO.
hace tiempo, podría afirmarse que "la au- Puede adelantarse aquí, sin embargo, que
sencia del requisito no afecta la validez el estudio del Derecho notarial como disci-
de la escritura, sino al escribano" (Boffi plina autónoma es mayor en los países la-
Boggero, Luis M., "Aspectos de la ley 5015", tinos, siendo de destacarse la investigación
Buenos Aires, 1946, tomado de Revista No- en Argentina, España, Francia, Italia, Bél-
tarial de la Provincia de Buenos Aires, nú- gica, Quebec —de evidente influencia fran-
mero 533, año 1955, nota número 28). cesa —y otros llagares, según se pone de
6) Codificación. Es obvio que el pro- manifiesto —y con datos actuales— en las
blema de la codificación del Derecho nota- páginas de la Revista Internacional del No-
rial se vincula directamente con la auto- tariado Latino.
nomía mayor o menor en contenido, ma- Cuando se mencione la bibliografía más
yor o menor en formación que se le atribuye conocida por la generalidad de los estu-
o se le reconoce. diosos de esta disciplina, se podrá apreciar
el grado de verdad que encierra la afirma- dico notarial, Bs. Aires, 1942. — Jornadas Nota-
riales Argentinas (publicaciones referentes a las
ción anterior. seis llevadas a cabo). — González, C. E., Teoría
JURISPRUDENCIA. — A mérito de los tan diversos general del instrumento público (Introducción al
tópicos que, según se vio. están asignados habi- Derecho notarial argentino y comparado), Bs. Ai-
tualmente al Derecho notarial, es en oportunidad res, 1953. — Lambruschini, J. M., De la protocoli-
de cada una de las voces correspondientes que se zación (obra premiada), Bs. Aires, 1937. —Laíai-
ha de analizar la jurisprudencia vinculada a esta lle, H., La función notarial en el Proyecto de Có-
rama del saber jurídico. digo civil argentino (conferencia), Bs. Aires, 1936.
— López Pellegrin, Prácticas de la notoria y Proto-
colo, Bs. Aires, 1935. — Leloir, F. R., Instrumen-
BIBLIOGRAFÍA. — Sin ánimo, como es obvio, de tos públicos, Bs. Aires, 1891. — Lima. F., Manual
mencionar exhaustivamente las distintas publica- práctico del notariado. — Lassaga Ornar, A., Fe de
ciones que se ocupan de temas considerados de conocimiento, 1950. — Maidagan, A., Documentos
Derecho notarial, .esta voz contendrá sólo algunas, habilitantes, Rosario, 1919. — Martínez Urrutla,
independientemente de su respectiva calidad cien- Libertad notarial. — Martínez Segovia, Sobre la fe
tífica', en una revisión comparativa para dar idea de conocimientos. Elementos que la integran, 1950;
sobre el esfuerzo internacional de la ciencia y ci- Historia y organización del notariado entrerriano
tando, sobre todo, las más comúnmente aludidas. y Limitación de actuantes o ejercicio libre. Pro-
Las otras voces que complementan la presente, ha- visión de notarías. — Munllla, E., Manual de es-
brán de sumar sus respectivas menciones biblio- cribanos. 2 ts., Bs. Aires, 1867. — Mustapich, J. M.,
gráficas: Tratado teórico y práctico de Derecho notarial,
A) Argentina: Baldana, J., Derecho notarial ar- Bs. Aires, 1955. — Montes de Oca. L. C.. Formula-
gentino. Teoría aplicada y práctica notarial. Legis- rios de testamentos ológrafos, Bs. Aires, 1909. —
lación y jurisprudencia, 16 ts. Bs. Aires, 1932. — Martin y Herrera, F., Si ¡os protestos deben exten-
Baudon, H. C., Estudio teórico para la profesión de derse en el protocolo de los escribanos, Bs. Aires,
escribano público. — Be "• L., Contribución 1926. — Negri. J. A., El problema notarial, Bs. Ai-
notarial a la reforma del Coai a j civil, Bs. Aires, res, 1932; Proyecto de ley orgánica del notariado,
1942; "Derecho preferente del escribano a las fun- Bs. Aires, 1933; Historia del notariado argentino,
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La Plata, 1947, y Nacionalización del titulo de es- rial argentino, Bs. Aires, 1939. — Felossi. C. A., La
cribano; además, podrá verse la edición de las pu- unidad del acto en el Derecho notarial argentino,
blicaciones más importantes de don P. Luis Boífi, Madrid, 1950. — Pérez, S., Identificación notarial,
obra en prensa. — Boffi Boggero, L. M.. Algunos Bs. Aires, 1948. — Pizarro. N. A., Testamento. Omi-
aspectos de la instrumentación pública en el pro- sión de fórmulas testamentarias, Bs. Aires, 1948.
yecto de reformas al Código civil, La Plata, 1949; — Ramella, F. A., La función notarial. Mendoza,
La responsabilidad notarial y la ley 5015/1947; 1946. — Pondal, R. V., Algunos aspectos de la re-
Aspectos de la ley 5015/1945; El problema de los tribución notarial y Etica. Moral notarial, Deberes
documentos habilitantes en las escrituras públi- notariales. — Rodríguez Aimé, J., Valor probatorio
cas, 1944; Repercusión de las sentencias civil y pe- de las copias de las escrituras públicas. — Solar!,
nal que declararon la existencia de salud mental O. S., Escrituración a máquina en el protocolo, 1951.
y la demencia respectivamente, frente a decisiones — Ubios, T. B., El escribano público de la provin-
de la justicia notarial en el mismo ilícito,' 1948; cia de Buenos Aires. — Saavedra, O., Identificación
Conversaciones notariales..., 1948; Reflexiones so- de las personas ante el escribano, Bs. Aires, 1891.
bre temas de interés notarial, 1956; "La argu- — Salessi Semper. V., Código notarial. La Plata,
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sus correspondientes aranceles. — Gama Barros, E., Con ello, en esencia, se ha querido ma-
Historia da administraqao publica em Portugal nifestar la doble significación del concepto
nos séculos Xll a XV, íisboa, 1914. Derecho como equivalente a: conjunto de
S) Francia: Defrenois. Traite pratíque et for- normas destinadas a reglar la conducta hu-
mulaire general du notariat de France et d'Alge-
rie suivant une mhétode nouvelle placant la for- mana en sociedad, por un lado; y a prerro-
mule a cote de l'explication théorique, París, 1884, gativa, poder, facultad, señorío individual o
ler. t. Son cinco tomos. — Chaine, J., "La organi- subjetivo, por el otro. Ello se ejemplifica
zación del notariado en Francia", en Revista del corrientemente ubicando el término en sus
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Indonesia", en Revista Internacional del Notaria- Es evidente la concomitancia de los tér-
do, págs. 209 y sigs. minos. Cuando Ihering manifiesta: "Los
U) Uruguay: Riestra Solano, A., La contrata- derechos son intereses jurídicamente pro-
ción notarial, Montevideo, y Proyecto de Código
notarial. — Riestra Ulises, W.. Legislación notarial
con algunas anotaciones y referencias, apuntes de * Por el Sr. ERNESTO GUELPERIN.
tegidos; el derecho es la seguridad jurídica Derecho. Sí vamos en cambio a la consi-
del goce" (i) está mostrando claramente la deración original, ya no con ánimo de divi-
necesaria vinculación entre facultad per- dir para esmaiar, en este caso, la parcela-
sonal y ordeiiamientao externo que la am- ción ocasiona, como es aable imaginar, una
para. Y ello es asi, hasta tal punto que no estrecha o unilateral visión de los proble-
se concibe la existencia de una norma sin mas. A nuestro juicio no puede acertarse en
un interés (patrimonial o moral) al que la la solución ael problema, desvinculándolo
norma proteja. La polémica entablada en- ae sus raices históricas, económicas y so-
tre el dualismo y el monismo y traducida ciales.
en la teoría de la difereneiaciqn por una Por ello es que no coincidimos con Du-
parte y en la teoría que ..sostiene la sola guit, quien cae a nuestro juicio en uno de
existencia de la "regla objetiva" por otra, los extremos previsiDies: su razonamiento
toma como base la equiparación o la pre- ínosoiico positivista, empírico, por un laao,
ponderancia de uno de los dos sentidos y su iueoiog.ta süíaansLa por el otro, le
—objetivo o subjetivo—,- posición que no lleva a la negación ae la e x i s t e n c i a o
compartimos. • cuanuo menos ael valor de ios derechos
A su vez, las tendencias, tanto afirmati- suojeiivos, en aras de la supremacía total
vas como negativas, contienen explicacio- ae queno que aeuomina "regla ocjetiva".
nes diversas de la conclusión que adoptan, Esta "regia oojeiiva", expresión de la volun-
poniéndose de manifiesto en forma notoria taa social, aei annelo ue la mayoría, debe
la posición ideológica de los autores en ser acataua y toaos los derechos suojetivos
cuestión. se suDorainan, y aun desaparecen, trente a
La discusión ha surgido con fuerza re- su imperio absoluto. Hemos aicho "volun-
cién de los últimos tiempos. Así, por ejem- tad social'', pero en reanaad Jjuguit niega
plo, Arangio Ruiz, al comenzar su obra el lenomeno complejo ae la voluntad, al
mencionando la naturaleza eminentemente que consiaera un concepto metaiisico. La
práctica de los juristas romanos, alejados verdad, para este autor, es que existen, por
de los conceptos abstractos y generalizado- un iaüo, el Estado: poder ordenador, por
res, resume su posición frente al dualismo el otro, los inaiviauos, sometidos a las nor-
que mencionamos. Sin embargo, Del Vecchio mas que emanan del Estado. Pero las nor-
sostiene, aunque con ciertas limitaciones, mas no nacen —como lo sostienen otros
la existencia anterior de conceptos tales co- autores— de preexistentes derechos subje-
mo norma agendi y facultas agendi, em- tivos que reclaman su protección; para
brionaria diferenciación entre ordenamien- Lmguit, es el ordenamiento lo que preexiste,
to y poder individual (2). naturalmente, y luego se modifica, históri-
Antes de pasar a la consideración de las camente. Los seres reciben a la manera de
doctrinas que se han estructurado sobre la reflejos de aquella regla objetiva —tomada
materia, creemos preciso efectuar una bre- por el Derecho positivo vigente—, y así se
ve discriminación lógica. Y justamente, una producen las llamadas "situaciones jurídi-
parte del problema, o por lo menos de las cas subjetivas", evidente claudicación de la
Interpretaciones posibles del mismo, se ori- teoría que tratamos, puesto que tales situa-
ginan en una falta de exactitud, en una ciones son decididamente aquello que los
confusa utilización de los conceptos. Cuan- otros tratadistas llaman facultad.
do se dice: "todo el Derecho hállase plas- El mérito de la teoría de Duguit, consiste
mado como un conjunto de normas que en haber llamado la atención hacia uno de
implican por un lado, reglas bilaterales de los pilares olvidados del problema: la so-
conducta humana, y por el otro, poderes ciedad, la "solidaridad social"; pero, como
basados en tales preceptos y atribuidos a la mayoría de las soluciones del positivis-
una voluntad con el fin de proteger inte- mo, al tomar de la realidad sólo un aspec-
reses de los hombres y de los grupos socia- to, cae en la metafísica por ellos repudiada.
les" ( 3 ), se está efectuando una delimita- La proclamación de la sola existencia de la
ción y fraccionamiento que llamaríamos an- regla objetiva, desvinculada de la consue-
tidialéctico. La particularización con finés tudo, de la evolución histórica y las fuentes
metodológicos, de análisis, es perfectamente reales del Derecho, si bien remueve los
disculpable: no puede abarcarse el comple- asentados principios del individualismo sub-
to panorama y las infinitas ramificaciones jetivista, deja múltiples caminos a la críti-
de una superestructura cultural como es el ca, por su falta de una integral solución
(1). Ihering, R. von, La lucha por el Derecno. del problema fundamental.
(2) Arangio Ruiz, V.. Instituciones del Derecho A los interrogantes que dejó planteados
romano, págs. 5 y sigs.
(3) Spota, A. G., Tratado de Derecho civil, t. 1, Duguit, las teorías dualistas respondieron
pág. 95. con el desarrollo de nuevas justificaciones:
la propiedad-función social, la teoría del llamado capitalista" («>. Esto es acertado,
abuso del Derecho, etcétera. pero si admitimos que existe un "Derecho
En cambio, Kelsen (*), aunque dentro del objetivo" del capitalismo, estamos echando
ámbito lógico-formal de su teoría, ha apor- por tierra aquella presunta "libertad", pues-
tado una respuesta' concreta a la cuestión. to que quien elabora las leyes no es una
El célebre tratadista alemán, dejando de persona jurídica como el Estado, ni la vo-
lado todos los elementos no estrictamente luntad colectiva organizada, ni la sociedad
jurídicos, niega el Derecho subjetivo inde- en abstracto, es una clase social, un grupo
pendiente o con entidad distinta al Dere- dentro de la colectividad, que no represen-
cho objetivo: "el Derecho subjetivo no es ta los intereses del conjunto, sino los de
algo distinto del objetivo, el Derecho obje- dicha clase, aunque recibe las fuertes pre-
tivo mismo, en tanto que se dirige, con la siones de la mayoría, y está obligado a
consecuencia jurídica por él estatuida, con- hacer continuas concesiones. Pero estas
tra un sujeto concreto (deber), o en tanto concesiones no pueden cegar al punto de
que se pone a disposición del mismo (fa- proclamar la imparcial elaboración de las
cultad) ". normas. Y en cuanto a una supuesta al-
Se ha contestado a la doctrina de Kelsen, teración la respuesta es sencilla: desde que
en nombre de la libertad o libre albedrío ha habido desnivel ha habido derecho, el
individual, olvidado por aquél en su plan- derecho impuesto por el privilegiado en
teamiento: "mediante este falseamiento de base a sus intereses. Las rupturas históri-
los términos se llega a unificar el Derecho cas han devenido por los cambios de situa-
objetivo y el subjetivo, pues como el deber ción, por las luchas continuas de los per-
deriva directamente de la norma, resulta judicados, tal como lo presenta el panora-
fácil utilizar el mismo razonamiento para ma histórico a través de los tiempos.
la facultad. Pero se olvida que esta última ¿Puede hablarse entonces de un Derecho
constituye una prerrogativa de> la libertad objetivo y de Derechos subjetivos, aislada-
humana, que siendo obligatorio reconocer, mente? Creemos que no, en cuanto al fon-
no puede hacerse derivar exclusivamente do del problema, aunque ello no quiere de-
del Derecho objetivo, ni identificarse con cir que, para el estudio de las disciplinas
éste". A nuestro juicio, no es en base a la jurídicas, no sea preciso tomar a veces al
libertad —por otra parte restringida jus- sujeto y a veces al objeto del Derecho, pero
tamente por el Derecho objetivo—, que se sólo como división metodológica.
puede criticar a la doctrina kelseniana. DERECHO OBRERO, (V. DERECHO LABOr
¿Qué derecho es aquél que se toma en RAL.)
el sentido subjetivo u objetivo? ¿Acaso es
un concepto ajeno a la división propuesta DERECHO OBRERO INTERNACIONAL.
, o más claramente, ese derecho no es ni (V. DERECHO INTERNACIONAL DEL TRABAJO.)
subjetivo ni objetivo? En principio, el De-
recho es un complejísimo edificio históri- DERECHO ORIENTAL.* ¿Cuál es el De-
camente formado, variable, sometido a in- recho oriental que enfocamos? Como el
fluencias de toda índole. No es solamente meridiano jurídico —dirémoslo así — a que
la norma, ni la facultad, tampoco ambas pertenecemos en materia de Derecho, nos
de manera exclusiva. Sería en extremo sen- lo da Roma, el Oriente que nos puede y de-
cillo decir que el árbol, por ejemplo, es be interesar es aquel mismo con que la gran
aquel tronco que yace en la tierra, olvidan- metrópoli, del mundo antiguo estableció re-
do su pasado, su porvenir, sus raicillas que laciones, sean tempranas o siquiera tar-
aún permanecen subterráneas. Así, el De- días, capaces de procurarle alguna noticia
recho no es solamente el resultado del de sus normas y .sistema social. Mucha par-
Derecho: regla o poderío. Ni desubjetiviza- te del Oriente, como la China, por ejemplo,
ción ni desobjetivización, el individuo y la le quedó tan remota y fabulosa, que no son
sociedad, las clases elaboran su Derecho, regiones aquéllas en que nos sea dado pe-
expresión de sus intereses (intereses objeti- netrar con utilidad.
va y subjetivamente considerados). Geor- Es pues el Oriente romanizado en cual-
ges Ripert nos habla de un "Derecho ca- quier medida que fuera el que de verdad nos
pitalista" ( » ) , Lyon-Caen define el Derecho interesa. Que hayan mediado guerras entre
comercial como el "Derecho de las institu- esos pueblos y la gente romana o un pro-
ciones específicas del régimen económico ceso colonial del Imperio a su respecto,
(6) Lyon Caen y Renault, Traite, t. 1, pág. 11.
(4) Kelsen, La teoría penal del Derecho.
(5) Ripert, O., ,Aspectos jurídicos del capita~ S i g u i e n t e P á g i n a
Usmo moderno. * Por el Dr. ARTURO CAPDEVILA.

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