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Su título original fue “La Conquista y el descubrimiento del Nuevo Reino de Granada” pero todos sus
lectores terminaron conociéndolo como “El Carnero”, ya que este término designaba la cloaca en
donde se escondían los desórdenes morales y las hipocresías de la sociedad.
Capitulo XIX
En que se cuenta la venida del presidente don Juan de Borja con algunos casos sucedidos al
dicho gobierno.
Entre los disgustos que tuvo el presidente don Juan de Borja durante su gobierno, fue el uno de
ellos el siguiente: Tenía por sus criados, entre los demás, a Antonio de Quiñones y a Juan de
Leiva. Diole el presidente en la ciudad de Tunja al Antonio de Quiñones el corregimiento de Toca.
Era encomendera de este pueblo doña María de Vargas, viuda del capitán Mancipe, moza, rica y
hermosa, señora y dueño de su vo- luntad y libertad.
Los años nuevos, gala y gentileza de Antonio de Quiñones, y los tiernos de doña María de Vargas
y su hermosura, que sin gozarla se marchitaba, el trato y comunicación de los dos, con la ocasión
que se les puso en medio, todas estas cosas juntas abrieron puerta a estas amistades, con palabra
de casamiento, sin en- tender el frasis de esta palabra, porque es lo propio que decir que en casa
miento, pues corre esta palabra con aquella respuesta que daba el oráculo de Apolo délfico al
pueblo gentílico cuando le consultaba para ir a la guerra: Ivis redivis non morieris in belo. Por
manera que con el adverbio non los engañaba. Lo propio tiene la palabra de casamiento, porque
tiene quitadas muchas flores y muchísimos honores, que cual o cual vez sale con victoria. En
conclusión, con esta palabra estos amantes, sin sacar licencia ni esperar que el cura los desposase,
ellos se velaron con velas de sebo.
Acompañaba al Antonio de Quiñones el Juan de Leiva, era sabidor de estas amistades, y muchas
veces tercero en ellas. Al cabo de muchos días y tiempo, llegó el día en que la doña María de
Vargas le pidió al Antonio de Quiñones el cumplimiento de la palabra de casamiento que le había
dado, el cual se la revalidó condicionalmente, diciendo: que la cumpliría, “dando de ello primero
cuenta al presidente, su señor”; que habiéndole dicho el Antonio de Quiñones su pretensión, le dijo
el presidente que no se casase; con lo cual mudó de intento el Quiñones, y la doña María de
Vargas, sentida del agravio, se apartó de su amistad, de manera que ya no se hablaban ni
comunicaban.
El Juan de Leiva, que vio muerto el fuego que había entre los dos, puso el pensamiento en casarse
con la doña María de Vargas; y engañóse, porque aquella brasa de fuego que él tenía por muerta,
no estaba sino cubierta con las cenizas de aquellas dos voluntades, que al primer soplo había de
revivir y encenderse, y particularmente con el soplo de la privación, que es fortísimo.
En fin, el Juan de Leiva dio parte de su intento al Antonio de Quiñones, rogándole que pues no se
casaba con doña María de Vargas y su amistad era acabada, que él se quería casar con ella y que
tomase la mano y la metiese en efectuarlo.
El Quiñones se comprometió y echó personas que lo tratasen con la doña María, cargando la
mano el Antonio de Quiñones en abonar la persona del Juan de Leiva y su nobleza, con lo cual la
doña María de Vargas hubo de dar el sí del casamiento.
Cuando llegó a considerar este negocio, considero en él la fragilidad humana, que ciega de su
apetito y gusto, cierra ambos ojos a la razón y las puertas al entendimiento. Esta señora no podía
estar olvidada de que Juan de Leiva era sabedor de sus flaquezas, ni tampoco él ignoraba estas
amistades, pues que había sido tercero en ellas. ¿Con qué disculpas disculparé estas dos partes, o
con qué capa los cubriré? Si quisiere decir que el nuevo estado mudaría las voluntades, no me
atrevo a mandar en casa ajena; capa no halló ninguna, ni nadie la quiere dar, porque dicen la
romperá el toro, que en tal paró ella, y así llevaron el pago de su atre- vimiento. Codicia de ser
encomendero despeñó al Juan de Leiva, que no sabía, ni todos saben la peste que trae consigo
esta encomienda, que como es sudor ajeno clama al cielo.
¡Maldita seas, codicia, y para siempre seas maldita! Entraste en el seno de Juan de Leiva, heriste
con la codicia de la encomienda del pueblo de Toca, cerró los ojos a la razón, y con la facilidad de
la dama se concluyó el casamiento, y últimamente se vinieron a vivir a esta ciudad de Santafé; y
estando en ella, podemos decir, y cabe muy bien, que donde amor ha cabido no puede olvido
caber».
Los dos amantes se comunicaban por escrito y de palabra. El Juan de Leiva, se dio cuenta y
gastada Paciencia le dijo al presidente don Juan de Borja, que le mandase a Antonio de Quiñones
que no le entrase en su casa, porque juraba a Dios que lo había de matar; y con esto le dijo al
presidente lo que pasaba e matar; y con esto le dijo al presidente lo que pasaba y le mostró las
cartas que había cogido.
Aunque Antonio Quiñones fue advertido por el presidente, aunque no podía vencer, ni retraerse de
las ocasiones que le ofrecían, porque toda esta fuerza hace la privación de la cosa amada. El Juan
de Leiva, que se sintió burlado, al fin vencido de la fuerza de la honra, si podemos decir que la tiene
quien sabía lo que él sabía y se casó de la manera que él se casó; en fin, él se determinó a matar
a los dos amantes, la cual determinación puso en ejecución, de la manera siguiente:
Juan Rodríguez encuentra la forma de reflejar la personalidad de sus personajes, algo que no
hacían sus cronistas contemporáneos. Los personajes del libro se mueven entre una serie de
episodios de deshonestidad, avaricia, supersticiones y adulterios que descubren la verdadera
sociedad. Gran parte de este logro para su época consiste en la elaboración de micro casos; en
los que de forma anecdótica relata hechos que demuestran que las personas de su alrededor
llevan una doble vida y son incapaces de controlar sus instintos. Aunque no deja de parecer un
simple chisme el contenido que imprime el autor a los micros casos es de tono moralizante en el
que los pecadores reciben lo que merecen por su pecado.
ACTIVIDADES: Responde:
1. ¿Cuál es considerado el primer texto literario colombiano?
2. ¿Por quién fue escrito el Carnero?
3. ¿Cuál fue el título original del Carnero?
4. ¿Qué designa el término El Carnero?
5. ¿Qué se recopilan en el Carnero?
6. ¿Cuál es el título del capítulo XIX del Carnero?
7. ¿Quiénes eran los criados de Don Juan de Borja?
8. ¿Quién era la encomendera de Tunja el corregimiento de Toca? Descríbala.
9. ¿Qué significa: ivis redivis non morieris in belo?
10. ¿Qué pasó entre Antonio de Quiñones y María de Vargas?
11. ¿Qué le dijo el presidente que hiciera a Antonio de Quiñones?
12. ¿Qué pidió Juan de Leiva a Antonio de Quiñones y doña María?
13. ¿A dónde se fueron a vivir?
14. ¿En qué termina la historia?
15. ¿Qué tema de la literatura colombiana de la Colonia encontraste en el fragmento del
Carnero?
16. ¿De qué trata la obra El Carnero?