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Participantes:
Nori Caballero Lalangui
2019
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NUESTRA PRÁCTICA PEDAGÓGICA SEGÚN EL ANÁLISIS DE SU IDENTIDAD, SU
ÉTICA PROFESIONAL DOCENTE Y SUS SABERES PEDAGÓGICOS.
Entre los saberes relevantes que debe tener en cuenta la asesora, está el conocimiento en
los diversos contextos en los que transcurre la enseñanza que alude a la formación de un
docente: flexible, abierto a los cambios, capaz de adaptarse, de afrontar problemas, de
resolver situaciones imprevistas y de enseñar a estudiantes cultural y socialmente diversos.
Otro saber es la interacción con los estudiantes que permite disponer de estrategias,
recursos y herramientas a la asesora para el monitoreo y acompañamiento de los docentes
practicantes. En tercer lugar los saberes tienen mayor importancia debido a los acelerados
cambios sociales y tecnológicos, aun cuando la asesora está en proceso de aprendizaje
del manejo de las tecnologías, siempre está en desventaja con los jóvenes nativos digitales
y también por no contar con recursos informáticos de primer nivel como capacitaciones y
actualizaciones oportunas y eficientes.
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la capacidad para imaginar, inventar y recrear diversas estrategias de enseñanza
aprendizaje. Otra de las competencias que maneja es la comunicación que favorece las
interacciones sociales entre los futuros docentes considerando la capacidad de escucha, la
asertividad y empatía. En la dimensión intrapersonal la asesora cuenta con un conjunto de
habilidades personales que la ayudan a interpretar y gestionar emociones, motivaciones y
comportamientos propios y de los docentes practicantes durante las interacciones sociales
(EnGauge 21st Century Skills), actitudes y valores como la perseverancia, sentido de
responsabilidad y resiliencia.
La asesora ante sus debilidades debe fortalecer el pensamiento crítico para interpretar,
analizar, evaluar, hacer inferencias, explicar y clarificar significados. Asimismo la resolución
de problemas para identificar, seleccionar, analizar, sintetizar, evaluar y tomar decisiones
en situaciones problemáticas junto a sus estudiantes; también el manejo de la información
que involucra formular preguntas, identificar fuentes de información, desarrollar estrategias
eficaces para discriminar la información, seleccionarla de modo adecuado, organizarla, para
finalmente producir y manejar conocimientos. Finalmente, la apropiación de las tecnologías
digitales, que ayuda a crear, comunicarse y producir utilizando las tecnologías como
herramientas para comprender y aprender sobre aspectos de interés, solucionar problemas
y responder a situaciones de la vida cotidiana, crear productos innovadores, conectarse y
comunicarse con otros.
Según Pelegrino y Hilton (2001) las categorías de acción docente, la asesora manifiesta un
fortalecimiento en la elaboración de planes de acción individuales según el requerimiento
de sus estudiantes; una planificación y adaptación del currículo nacional, pero sin tomar en
cuenta el enfoque inclusivo y pero si maneja estrategias metodológicas variadas para
promover las competencias de los docentes practicantes. Además en la responsabilidad
profesional y en el trabajo colaborativo, la asesora promueve el desarrollo de habilidades
sociales, la organización intragrupal y el liderazgo participativo. Debe fortalecer más la
participación en la comunidad escolar, ya que se promueve más una proyección social, a
una responsabilidad social. Consideramos una fortaleza el incremento de espacios de
reflexión entre los miembros de la comunidad educativa, generando alianzas estratégicas
y convenios diversos.
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docentes con las competencias para asumir la formación de sus futuros estudiantes con
actitud autónoma y responsable, para que puedan desempeñar un rol activo en la sociedad,
en sus sistemas democráticos y ante las nuevas exigencias sociales, científicas y
tecnológicas que plantean el cambio a la educación (MINEDU, 2019). Lee Shulman (2005)
plantea entre las nuevas reformas: “la profesionalización de la enseñanza” que es elevar la
enseñanza a una categoría más respetable, responsable, gratificante y mejor remunerada.
La reforma profesional basa sus argumentos en la convicción de que existe un
“conocimiento base para la enseñanza” sin dejar de comprender la complejidad del proceso
de enseñanza aprendizaje; de este modo el profesor puede transformar la comprensión, las
habilidades para desenvolverse, las actitudes o los valores deseados, en representaciones
y acciones pedagógicas.
Tezanos, (2007) refiere que estos saberes relevantes se interconectan e interactúan para
favorecer la adquisición de competencias y la mejora de nuestros saberes pedagógicos.
Porque enseñar es producto de una reflexión crítica personal y colectiva, que se relaciona
con el carisma del Sagrado Corazón.
Las nuevas tecnologías son un desafío no solo para la asesora sino para todo docente
porque ha supuesto un cambio profundo en la sociedad. Gracias a herramientas como
Internet y las redes sociales, la información está disponible en cantidades ingentes al
alcance de todos lo que dificulta la interacción social pero promueve la interactividad.