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CLAUDIA SERRANO
DAGMAR RACZYNSKI
*
INDICE
INTRODUCCIÓN
PRIMERA PARTE
“REQUISITOS DE INNOVACIÓN EN POLÍTICAS SOCIALES Y DE SUPERACIÓN DE LA
POBREZA Y LA VULNERABILIDAD”
SEGUNDA PARTE
“INNOVACIÓN EN POLÍTICAS SOCIALES:
CHILE SOLIDARIO DE CHILE Y COMUNIDAD SOLIDARIA DE BRASIL”
Introducción
V. Bibliografía
ANEXOS
Claudia Serrano
Dagmar Raczynski
Mayo, 2003
Introducción
Los años noventa representaron, para la mayoría de los países latinoamericanos, un período
de renovación y de esperanza. Junto a la recuperación de la democracia, empezaban a verse
los frutos del ajuste de los años anteriores: comenzaba a estabilizarse el crecimiento
económico, aumentaba el gasto social, se generaban nuevas instituciones y programas
sociales, disminuía la pobreza, se emprendían iniciativas de modernización de la
institucionalidad pública, se avanzaba en la descentralización del Estado y se activaba la
participación de los privados en iniciativas de desarrollo social.
Si bien la década de los ochenta fue la del cambio estructural, pasó a la historia como la
“década pérdida” en materia de políticas sociales, superación de la pobreza y
democratización. Así, todo parecía indicar que la de los noventa iba a poner en jaque la
receta liberal ampliando el horizonte de la política social. De aquellos años datan los
términos de CEPAL “deuda social” y “desarrollo con equidad”. Sin embargo, a pesar de las
promesas iniciales, los años noventa no están pasando a la historia como la década del
desarrollo, la equidad y la ciudadanía, sino como años en los que, sobre la base de la
"receta liberal", se buscaron nuevos horizontes pero con resultados confusos.
Los años 90 son, aún más que los 80, los años del triunfo del liberalismo puesto que
gobiernos progresistas de numerosos países de la región no estuvieron dispuestos a discutir
los límites del modelo y permitieron que se impusiera a todo evento la lógica de los
equilibrios macroeconómicos. En este marco, no se volvieron a cuestionar, con ánimo de
tomar medidas, cuestiones tan centrales como el concepto de pobreza, equidad y desarrollo,
los límites y bondades de la focalización, o la diferencia entre la noción de asistencia social
y la de generación de capacidades para el desarrollo.
Examinaremos estos programas buscando conocer cuál es la teoría que los inspira, que
oferta representan respecto de lo que entienden como pobreza, desarrollo social y equidad y
analizando, en uno y otro caso, la dinámica que ponen en marcha y los desafíos políticos e
institucionales que enfrentan. Parte de los resultados que encontraremos indican que, más
que un problema de recursos o de capacidad de gestión, cada uno de ellos plantea una
visión del problema que abordan, una opción de política y se inserta en una dinámica
institucional que construye el ámbito de sus posibles aciertos así como de sus limitaciones.
El trabajo se subdivide en dos partes. La primera intenta construir un balance crítico sobre
los esfuerzos realizados y los logros alcanzados en materia de superación de la pobreza y
desarrollo social en América Latina en los años noventa. La segunda aborda el examen de
dos experiencias innovadoras de política social: Comunidad Solidaria, Brasil, 1995 a la
fecha, y Chile Solidario, Chile, 2002 a la fecha.
PRIMERA PARTE
REQUISITOS DE INNOVACION EN POLITICAS SOCIALES Y DE SUPERACION
DE LA POBREZA Y LA VULNERABILIDAD
Desde fines de los 60 en adelante (fecha a partir de la cual se cuentan con datos
relativamente confiables y comparables sobre ingreso de los hogares en algunos países), los
avances en cuanto a evolución de la pobreza son inestables y el número de pobres ha ido
aumentando. Las cifras de desigualdad muestran fluctuaciones de corto plazo con tendencia
mas al alza que a la baja. La magnitud e incidencia de la pobreza y la situación de
desigualdad pareciera ser impermeable frente al crecimiento de la economía y las políticas
públicas en los ámbitos social y laboral.
Si bien las cifras no son directamente comparables, el cotejo de los indicadores presentes de
pobreza y desigualdad registrados por la CEPAL para los años 1990-1999 (Panorama
Social) con los que mostró el estudio pionero de Altimir (1979), sugiere que en los albores
del siglo XXI la incidencia de la pobreza y la concentración del ingreso son similares.
Además, tanto a fines de los 60 como actualmente, la pobreza es un tema de distribución
de los recursos disponibles y no de escasez absoluta de recursos.
1
Ver cuadros en Anexo. Los cuadros refieren a: a) la evolución de algunos indicadores socioeconómicos (PIB
por habitante, ingreso por habitante) de los países de A. L. en la última década; b) la evolución de la magnitud
de la pobreza y la indigencia en A. L. en la última década; y c) la evolución del Gasto público social en A. L.
en la última década.
Lo recién dicho no significa que la política social del pasado no haya tenido efecto
positivos o favorables. Los países con distinta intensidad han invertido en sus sectores
sociales (educación, salud, seguridad social, vivienda e infraestructura sanitaria). Todos,
sin excepción, muestran avances en los indicadores de desarrollo humano: mortalidad
infantil y en la niñez, nutrición, escolaridad, expectativas de vida al nacer, condiciones de la
vivienda, acceso a servicios de infraestructura sanitaria y bienes electrodomésticos, entre
otros. No obstante, los avances y el acceso a bienes y servicios es desigual según situación
económica (ingreso) del hogar, localización rural - urbana, características étnicas, etc. Y,
muchas veces, la calidad de los bienes y servicios a que accede la población más pobre es
significativamente inferior a la que accede la población de mejor posición relativa. De esta
forma, la inversión y los programas sociales aplicados se han traducido en mejoras de
desarrollo social, pero no han logrado revertir las “fuerzas desigualizadoras” que
prevalecen en la sociedad.
Los países de la región muestran situaciones muy distintas en cuanto al monto de su gasto
social y su fuente de financiamiento (pública, aporte internacional y privada). La
trayectoria en el tiempo en el gasto muestra expansiones del gasto, disimiles entre países,
en épocas de crecimiento y fuertes contracciones en coyunturas económicas recesivas. Los
antecedentes disponibles sobre composición del gasto social muestran una enorme
ponderación del gasto en previsión social, seguida por el de educación, salud y vivienda.
Las partidas del gasto dirigidas directamente hacia sectores de pobreza son difíciles de
pesquisar, por la forma en que se llevan las estadísticas, pero los antecedentes disponibles
sugieren que representan un componente minoritarios frente al gasto sectorial, al menos en
los países en que el gasto social sectorial tuvo un desarrollo mas temprano y más fuerte.
Cabe mencionar desde ya que, parte del debate de los años recientes en políticas sociales,
discute cuáles son los elementos que con más propiedad inciden sobre la superación de la
pobreza contraponiendo el impacto del crecimiento económico que amplía las posibilidades
laborales con el de las políticas sociales. La discusión tiene relación con un tema que se
discute más adelante: la conceptualización sobre pobreza. Si se entiende la condición de
pobre o no pobre exclusivamente ligada al ingreso, la evolución de las tasas de pobreza e
indigencia muestra casi por definición una relación directa con el crecimiento de la
economía, la expansión de puestos de trabajos y las tendencias en el valor adquisitivo de los
salarios.
La historia económica de los países en las últimas décadas señala que una economía sana,
con variables macroeconómicas equilibradas, inflación baja y bajo control, presencia de
inversiones y crecimiento sostenido o estable constituyen condiciones que posibilitan, pero
no aseguran la reducción de la pobreza. También enseña, que crecimiento lento y sostenido,
tiende a tener un impacto más positivo en reducir índices de pobreza que un crecimiento de
alzas y bajas marcadas y frecuentes. Tasas altas de crecimiento seguidas por caídas bruscas
perjudican dos veces a los sectores más pobres: los sectores más carenciados son los
primeros perjudicados durante momentos de estancamiento y recesión y muestran una
recuperación más lenta o con mayor rezago temporal en los momentos de recuperación y
expansión de la economía.
Otro es el impacto de las políticas sociales. La inversión en los sectores sociales, modalidad
tradicional en que se ha expresado la política social de la región, no juega en el corto plazo
un papel significativo en la reducción de la pobreza en ingreso. En el mediano y largo
plazo, favorece un mayor potencial de crecimiento económico al aportar a una población
con más salud, más escolarizada, con beneficios de la seguridad social (jubilación o
pensiones, asignación familiar). El único componente de la inversión en los sectores
sociales que tiene un efecto rápido o inmediato sobre el nivel de ingreso de los hogares son
los subsidios monetarios directos y los asociados a programas de emergencia de empleo2.
Antes de cerrar esta sección introductoria, conviene mencionar que la discusión sobre estos
temas trae a colación términos que se usan a veces de manera indistinta, pero que a la hora
de evaluar los resultados y las nuevas exigencias del desarrollo social y la superación de la
pobreza, muestran importantes diferencias. No es lo mismo hablar de pobreza,
vulnerabilidad, desigualdad, equidad, exclusión o integración social, como se irá
despejando en el desarrollo de este texto 3. La preocupación de este documento se centra
particularmente en los conceptos de pobreza, vulnerabilidad, equidad y desarrollo social.
Pobreza y vulnerabilidad se discuten ampliamente en secciones posteriores del documento.
Desigualdad dice relación con la distancia social entre los que tienen más y los que tienen
menos ingreso y estimamos que no es resorte de intervención de la política social sino de la
política económica (Franco, 1996). Sin embargo, si lo es y de manera preferente la equidad,
que se refiere a la expansión de las oportunidades de integración respetando las diferencias
e identidades culturales de la población y a la responsabilidad pública de proveer a las
personas y familias oportunidades de desarrollo social, entendiendo por tal la expansión de
sus capacidades.
2
Estos surgen y se masifican en América Latina durante las crisis de los años 80, estando vigente como
herramienta de alivio a la pobreza hasta el presente. Sin embargo, no son mas que medidas asistenciales y de
alivio a la pobreza que no apoyan su superación, no obstante contribuyen a frenar el deterioro en el nivel de
ingreso del hogar.
3
El texto de MIDEPLAN “La política social y la corresponsabilidad con nuevos actores: la preocupación por
la familia como esfera de acción” (2002) constituye un aporte a la clarificación de estos conceptos.
4
Esta sección se apoya en Raczynski (1995 y 1999); Franco (1996) y los artículos recogidos en Kliksberg
(1994).
El enfoque tradicional pone el peso de la política en el papel Estado que es quien define,
financia y al mismo tiempo se encarga de la producción de los servicios y beneficios
sociales. El eje de su labor es la provisión centralizada de servicios gratuitos o altamente
subsidiados. Las acciones de política incluyeron los sectores sociales: educación (con
mayor desarrollo relativo en cada país), salud, infraestructura sanitaria, vivienda; previsión
social (que absorbe un alto porcentaje del gasto); políticas laborales y de salarios; fijación
de precios o subsidios a bienes de consumo masivo; y en algunos países, en determinados
momentos, reformas estructurales que tocan la estructura de la propiedad, donde destacan
los intentos, exitosos y fallidos, de reforma agraria. La expansión de estas acciones logra
coberturas muy disímiles en los países, lo que entre otros explica el amplio rango que éstos
muestran en el presente en el índice de desarrollo humano.
Algunos países lograron construir un sistema de políticas sociales, que consiguió ampliar la
cobertura a la vez que las acciones mostraron continuidad en el tiempo. Hubo, por ello, una
política de Estado que generó institucionalidad. Otros países lograron resultados más
débiles o parciales, mostrando yuxtaposición de iniciativas sin acumulación temporal.
Fueron iniciativas de gobierno y no de Estado y su sustentabilidad se vio amenazada.
Hacia fines de la década del 80, en algunos países un poco antes, las acciones
gubernamentales – estatales muestran signos de agotamiento tanto por acumulación de
problemas internos (financiamiento, eficiencia, pertinencia), como por incapacidad de
Es necesario comprender las políticas neoliberales desde sus dos discursos: uno que vino a
corregir los desequilibrios y la crisis económica y social introduciendo reformas y que se
conoce como políticas de ajuste estructural y otro que tiene un sello fundacional que instala
un nuevo concepto de desarrollo donde el protagonismo de traslada desde el Estado al
mercado.
La política social ocupa un sitial secundario frente a la política económica, al extremo que
en algunos círculos se afirmaba que la "mejor política social es el crecimiento de la
economía". Esta se restringe, lo que se expresa en una brutal caída del gasto social, y se
equipara con medidas de alivio a la pobreza. Se instala la idea de la política altamente
focalizada. Al Estado solo le corresponde atender a los segmentos de población pobres que
no están en condiciones, según criterio tecnocrático, de satisfacer sus necesidades en el
mercado. Se debe ayudar a estos sectores con subsidios monetarios directos o modalidades
de transferencia de ingreso.
lograría una gestión más oportuna y pertinente (ajustada a las necesidades y demandas
locales). En esta perspectiva, se impulsan en muchos países la administración de la
educación y salud primaria, antes en manos de los Estados nacionales o federales, hacia los
municipios o prefecturas.
Se afirma que la gestión privada de servicios y programas, incluidos los sociales, es más
eficiente que la gestión pública y se entrega a manos privadas la administración y ejecución
de diversas actividades en el ámbito social: escuelas, puestos de salud, construcción de
viviendas, instancias de capacitación laboral, entre otras.
Los resultados de las políticas sociales con este enfoque no se ajustaron a las expectativas
puestas en ellas por sus propulsores. La fuerte restricción que vivieron las economías y las
dificultades de muchas de ellas para recuperarse y crecer se tradujeron en un incremento en
la magnitud de la pobreza y, en varios países, en la concentración de los ingresos. Las
políticas sociales focalizadas y con fuertes componentes asistencialistas aliviaron
situaciones de pobreza extrema, pero fueron claramente insuficientes en frenar el aumento
en pobreza e indigencia. Al mismo tiempo, la concentración del gasto social en los sectores
más pobres y la marginación de éste de los estratos medios, indujo una polarización en la
estructura social incrementando la distancia entre los sectores mas altos y los bajos,
aproximando a segmentos importantes de los sectores medios a los estratos más pobres.
Pese a las fuertes críticas que se han realizado a la “la década perdida” del 80, en una
perspectiva de futuro cabe consignar que contribuyó a abrir nuevas miradas a la política
social, debilitó inercias fuertemente enraizadas, tecnificó el diseño y la gestión de los
programas, abrió el espacio a la participación privada y de organismos no gubernamentales
en la entrega de servicios y, por default, impulsó iniciativas económicas y sociales
populares, llamando la atención de lo central que es la familia y la organización social al
momento de enfrentar la solución de problemas sociales. Es en este sentido que hoy los
países y las agencias multilaterales están buscando nuevas formas de entender y encarar la
superación de las situaciones de pobreza.
La política social comienza a operar en forma creciente con una lógica de programas y/o
5
Fernández-Ballesteros, Evaluación de Programas. Una Guía Práctica en Ambitos Sociales, Educativos y de
Salud”, Editorial Síntesis, Madrid. 1996.
Los análisis y balances de la política social de la región en los años noventa revela diversas
áreas grises o ámbitos cuyos resultados son insatisfactorios:
Poca fuerza (poder) de las instituciones que se crean con un papel rector o de autoridad
social las que indefectiblemente se ven limitadas y cuando no subordinadas a las
políticas y decisiones de las autoridades de los ministerios económicos.
Dificultades enormes para lograr la necesaria coordinación interinstitucional entre el
nivel sectorial y el de programas dirigidos a sectores pobres y entre el nivel central del
Estado y los niveles descentralizados.
Asociado al punto anterior, se observa dispersión, superposición y discontinuidad de los
esfuerzos de intervención social en grupos y áreas específicas
Fragilidad de la participación social y ciudadanía local, la que con frecuencia adquiere
un carácter más bien instrumental que propositivo y ciudadano6.
Dificultades para dar cuenta de resultados obtenidos. Estos no logran traducirse en
modificaciones significativas a nivel agregado en el ingreso de los hogares (medición
tradicional de pobreza) y no ha habido avance en definir resultados intermedios como lo
son expansión de capacidades, hacerse mas sujeto y ciudadano, inserción en redes
sociales, etc.
Especial atención nos merece una nueva conceptualización sobre pobreza y protección
social que ha venido promoviéndose desde la tribuna del Banco Mundial. Se trata del
concepto de “manejo social del riesgo”. Se entiende riesgo como la vulnerabilidad de las
personas y familias para hacer frente a quiebres o situaciones inesperadas que puedan
afectarlos negativamente. El (MSR) que alude a la capacidad de las personas y las
instituciones de prevenir y enfrentar situaciones de vulnerabilidad. Si bien es un enfoque
que interpela a la política económica y a la política social, tiene especial relevancia desde la
óptica de las políticas de superación de la pobreza al plantear el concepto de protección
social como un componente de una visión más holística de MSR frente a la vulnerabilidad
(Holzmann y Jorgensen, 2000).
El enfoque del MSR habla de un "aseguramiento comprensivo" o sistémico que vincula las
diferentes esferas institucionales que contribuyen a prevenir o a mitigar los riesgos,
incluyendo la esfera de acción de los individuos en cuanto tales. El propósito es
incrementar el bienestar y disminuir el riesgo de vulnerabilidad.
6
Raczynsky y Serrano / DOS, (1998)
El MSR formula tres distinciones relevantes. En primer lugar, distingue entre acciones e
instrumentos de prevención, orientadas a disminuir la probabilidad de que se produzcan
eventos negativos, de mitigación, destinadas a disminuir el impacto futuro de un shock de
ingreso y de superación, destinadas a enfrentar en lo inmediato la crisis que se está
vivienda.
El siguiente cuadro, que presentan Holzmann y Jorgensen, resume las estrategias y sistemas
de MSR:
Como se sabe, los mecanismos de MSR no están disponibles para todos ni actúan en forma
homogénea, lo que sugiere la necesidad de establecer acuerdos y procedimientos que
permitan entregar garantías de protección social destinadas a habilitar a los individuos para
prevenir y evitar pérdidas y disminuir la probabilidad de riesgos.
Es esta preocupación la que motiva el enfoque de protección social que consiste en activar
mecanismos de aseguramiento que minimicen el impacto de los eventos negativos de
pérdida de ingreso familiar. La racionalidad para la intervención de la política social se
presenta cuando los individuos fallan en obtener niveles óptimos de aseguramiento.
Desde el punto de vista de la política pública, los autores hacen ver la necesidad de
distinguir diferentes tipos de riesgos. Señalan que los riesgos tienen origen natural o
humano, pueden ser exógenos o endógenos y pueden tener rasgos idiosincrásicos o
covariados (afectan a muchas personas) en el tiempo o en relación a otros riesgos.
Se suele disponer de más mecanismos para enfrentar las perturbaciones idiosincráticas que
las covariantes y las implicancias de política pública son claramente distintas. En respuesta
a riesgos idiosincráticos se registran a) programas de empleo de emergencia, b) fondos
sociales, c) intervenciones nutricionales y alimentarias, d) bonificaciones directas en
efectivo a los más pobres, d) pensiones y seguro de desempleo.
Se presenta a continuación el cuadro de Hicks y Wodom que informa sobre distintos tipos
de riesgo por grupo etario y el papel de la protección social frente a ellos8.
Principales riesgos por grupo etario y papel de la Protección social en el enfrentamiento de esos riesgos
Grupo Riesgos principales Papel de otros sectores Papel de la protección Papel de la protección
Etario social: seguros social: asistencia
0-4 - Retraso del crecimiento - Servicios primarios de _ - Desarrollo del niño en
infantil salud la primera infancia
8
Estimamos relevante incluirlo dado que esta matriz inspira el diseño de una matriz de riesgo social que
utiliza Chile Solidario para definir mínimos sociales.
Wodrom y Hicks señalan que, si bien muchos países tienen alguna combinación de
programas de protección social, son muy pocos los que cumplen con la idea de una red de
seguridad ideal. A su juicio, una red de este tipo debiera tener las siguientes
características:
Basarse en un análisis acabado de quienes tienden a verse más afectados por las crisis y
que clase de mecanismos utilizan normalmente los afectados para enfrentarlas.
Ofrecer una cobertura suficiente a la población que se desea llegar.
Bien focalizadas en los pobres, con reglas claras en materia de elegibilidad y cese de
manera que el acceso sea simple y predecible.
Hallarse bajo la supervisión de instituciones establecidas que funcionen bien.
Ser anticíclicas
Sustentables desde un punto de vista fiscal
Poder lograr integrar beneficios con rapidez y lograr que la mayor parte de los costos
vaya a incrementar netos del Y.
Complementar y no sustituir mecanismos de seguridad.
Un segundo aporte dice relación con la constelación de actores que forman parte del
sistema: sector público, sector privado y sector informal, destacándose la estrecha
interrelación entre los beneficiarios, los gobiernos y las instituciones. Se requiere, en todo
caso, realizar un importante esfuerzo de información y manejo de datos para poder
establecer los riesgos existentes por segmento de población y especificar las ofertas
públicas posibles para prevenirlos o mitigarlos. A la vez, siempre estará presente la
pregunta, que va más allá de cuestiones de información, acerca de cuál debiera ser la mejor
red de protección social para una población en un momento dado del tiempo, cuestión que
deberán resolver los países, con arreglo a sus valores y opciones políticas, restricciones
fiscales, experiencia pasada, capacidad institucional y principios de aseguramiento
vigentes.
En relación al concepto mismo, Sojo (2000) critica que el sistema se basa en el mercado y
autoriza la intervención pública solo en cuando los mecanismos de mercado no existen o
colapsan. En este caso, operaría la red de protección social. Sin embargo, afirma, las redes
de protección que se proponen no necesariamente representan una red social amplia, sino
un sistema modular de programas flexible para adaptarse a los patrones específicos de
riesgo y complementar los "arreglos" existentes. No se constituye una red eficiente de
protección porque opera sobre la base de la excepción, en circunstancias que la
vulnerabilidad social reclama mecanismos más permanentes y eficaces. Ello solo es
posible, sostiene, mediante contribuciones obligatorias o con cargo a impuestos generales, o
una combinación de ambas, modalidad que hace más estable y equitativa la diversificación
de riesgos, permite subsidios cruzados y establece un sentido de responsabilidad ciudadana
hacia las necesidades de los demás.
Este planteamiento puede ser entendido como una discusión de política fiscal. ¿De donde se
obtienen los recursos para financiar programas de protección social y que garantías de
permanencia, sustentabilidad y proyecciones tendrían estos programas? Sin embargo,
subyace otra discusión más compleja. ¿Acaso el papel del Estado en materia social consiste
en minimizar la vulnerabilidad, en generar oportunidades de superación de las condiciones
de vulnerabilidad o las dos anteriores? Si solo se trata de enfrentar la vulnerabilidad, se
presenta un riesgo severo de caer en programas sociales de corte estrictamente asistencial
que generan clientelismo, dependencia y desvalorización de la autoestima en los grupos a
los que se quiere ayudar.
En otras palabras, si bien este enfoque no representa una opción de política asistencial per
se, lo cierto es que es altamente probable que permanezca en ese ámbito. Sojo sostiene que
el enfoque de protección social en el contexto del MSR se basa en tres fundamentos
relacionados con el aseguramiento: a) la respuesta del Estado debe circunscribirse al
combate a la pobreza, b) se enfatiza la respuesta individual para asegurarse contra los
riesgos, y c) se descarta la posibilidad de solidaridad en la diversificación de riesgos.
Advierte contra el reduccionismo en política social, que circunscribe la responsabilidad
pública a políticas focalizadas en los pobres desestimando el principio de solidaridad.
En este esquema, se evalúan con más entusiasmo del que corresponde el papel de los
fondos sociales, no obstante la experiencia indica su carácter heterogéneo, transitorio e
inestable. Como mecanismo de incremento de ingreso similar cosa ocurre con los
programas de empleo de emergencia, respecto de los cuales se comprueba que contribuyen
efectivamente a generar ingresos para población que efectivamente lo necesita, pero quedan
dudas acerca de la calidad de las obras y la utilidad social de los proyectos de
infraestructura en los que participan (Hicks y Wodom, 2000, Serrano y otros 2002) 9. De
esta forma, es posible que corresponda echar mano al viejo dicho popular: se estaría
desvistiendo un santo para vestir otro.
Las características de los pobres del nuevo siglo en América Latina son distintas que hace
20 años atrás. Los cambios se vinculan a temas de economía y mercado de trabajo, de
inversión en los sectores sociales, de globalización e inserción de los países en la economía
y sociedad mundial, de modificaciones en el comportamiento demográfico y cambios en la
composición de las familias, por nombrar algunos. En la mayoría de los países de América
Latina se observan las siguientes tendencias (Raczynski, 1995):
- La pobreza es cada vez más urbana, aunque la pobreza en ingreso tiende a ser más
intensa en áreas rurales.
- La pobreza urbana muestra una tendencia a mayor segregación socio - territorial con un
debilitamiento de los lazos personales e informales inter- estratos.
- La "calidad de vida" de los pobres y las manifestaciones de la pobreza son distintas que
en el pasado. La pobreza ya no esta marcada tanto por desnutrición y hambre, por
enfermedades infecciosas y respiratorias asociadas a malas condiciones de vida, alta
mortalidad infantil, analfabetismo o muy baja escolaridad, viviendas irregulares y de
material de desuso, familias de muchos hijos, marginación generalizada de servicios
sociales y sanitarios. Estas situaciones no se han acabado, pero su importancia relativa
es menor. Concomitante a estas situaciones, hay segmentos de población escolarizada,
residente en vivienda de material sólido, con acceso a servicios sociales, con pocos
hijos que viven en condiciones de pobreza.
- La inserción laboral de los segmentos pobres es cada vez más diversa: sector público y
privado, informal y formal, empresas mediana y grandes, y pequeñas y microempresas,
industria, comercio, servicios y actividades agropecuarias.
- Si antes la pobreza se definía mayoritariamente como crónica presente en la familia por
dos o más generaciones, en el presente esta pobreza co-existe con segmentos
poblacionales que han caído a situaciones de pobreza recientemente. Existe una fuerte
movilidad en torno a la línea de indigencia y pobreza, personas y hogares que salen y
que entran a condiciones de pobreza. La probabilidad de una persona o familia de caer
a una situación de pobreza es mucho más alta que en el pasado. Las oportunidades de
salir, en la medida en que las personas afectadas tengan escolaridad y experiencia de
trabajo, manejen información, cuenten con contactos y redes de apoyo, muestren
9
Una evaluación del programa de mejoramiento urbano chileno, dirigido preferentemente a jefes/as de hogar
cesantes, permitió concluir que son personas que efectivamente necesitan ser empleadas: tienen escasa
calificación laboral, trayectorias laborales inestables, se encontraban buscando trabajo. Desde la perspectiva
de las obras, se observa que la calidad física y ambiental de los proyectos es, en la gran mayoría de los casos,
deficiente y no mejora los espacios urbanos intervenidos.
Estas tendencias que se dan con intensidad y características distintas en los países y abren
nuevos desafíos y nuevas oportunidades para el combate a la pobreza. Los pobres ya no son
mayoritariamente analfabetos, una parte de ellos se encuentra organizada y acepta y se
acerca a los servicios de salud, se preocupa y está pendiente de la educación de sus hijos,
ahorran y mejoran su vivienda, etc. Estas modificaciones apuntan a una mayor diversidad
de situaciones pobrezas. Estudios cualitativos sobre estrategias de sobrevivencia y lógicas
de acción de los segmentos pobres revelan que no existe una cultura de la pobreza como se
pensaba en el pasado, sino que se observan posturas y conductas distintas frente a la
familia, el trabajo, la política, la superación de su propia situación de pobreza.
han logrado acumular en el tiempo y recursos sociales y culturales, a los que se denomina
capital social.
A continuación se examinan los principales enfoques sobre pobreza y las consecuencias que
de ellos derivan en materia de políticas y estrategias para su superación.
Llamamos enfoques tradicionales a aquellos que ponen atención sobre la dimensión de las
carencias o déficits que presentan grupos de población en indicadores o estandarts
entendidos como básicos de acuerdo a convenciones internacionales. Son principalmente el
enfoque de pobreza por ingreso y por necesidades básicas insatisfechas.
Sin embargo, las cosas no han evolucionado en esta perspectiva. Se observa que los pobres
efectivamente participan en el mundo laboral, pero en posiciones que no les permiten
autonomía ni proyección hacia el futuro, trabajan en el sector informal, no gozan de
protección social, perciben salarios exiguos, enfrentan gran inestabilidad y no consiguen
acumular formación y experiencia que les permita articular un capital humano competitivo.
Si bien es innegable la relevancia de las políticas, de expansión del capital humano, desde
la perspectiva del desarrollo humano se critica la falta de una perspectiva integral del
desarrollo y se señala que las teorías de la formación de capital humano ven al ser humano
como factor de producción, como un medio o instrumento para apoyar la producción y el
desarrollo económico y no como un fin en si mismo.
Cabe enfatizar que al definir la pobreza se llega con rapidez a los problemas técnicos de
medición y que los métodos más utilizados son aquellos objetivables y cuantificables
fundados en la detección de carencias. Por ello, el concepto de pobreza por ingreso o por
necesidades básicas insatisfechas termina siendo hegemónico en el pensamiento social: en
un contexto donde la selectividad y focalización forman parte sustancial de políticas y
programas de superación de la pobreza, a poco andar se suele echar mano de las técnicas de
selección basadas en carencias, principalmente de ingreso, no obstante se declaren otros
ámbitos o intereses a tener en consideración.
Otro segmento está formado por personas, familias y grupos que han perdido iniciativa pero
no se han descolgado totalmente de las vías reconocidas socialmente de participación en la
vida social (mercado, políticas sociales) y que requieren de un apoyo especial que los
estimula a visualizar y aprovechar las oportunidades. Este apoyo incluye actividades de
desarrollo personal y promoción social (fortalecer recursos afectivos, comunicativos y
sociales, promover la inserción en grupos y en redes de apoyo, apoyar la organización,
etc.). Son los pobres resignados.
Otro segmento está formado por personas y familias que actúan con lógica estratégica, se
ubican en la realidad social como frente a un menú de posibilidades y actúan con un cálculo
racional de sus posibilidades de satisfacción. Si sumarse a proyectos locales de desarrollo
les conviene, se sumarán, si les conviene más actuar solos a través de los mecanismos de
mercado, lo intentarán por esa vía, si descubren como hacerle trampa al sistema (por
ejemplo inscribirse en dos sistemas alternativos de salud y ampliar sus posibles beneficios)
lo harán. Son los pobres estratégicos.
Otro segmento está constituido por personas, familias y grupos que no han podido
desarrollar capacidades y habilidades, las que se encuentran a veces dañadas, y requieren
de intervenciones más largas, que en algunos casos, incluso, incluyen acciones curativas o
terapéuticas. Son los pobres duros.
Otro segmento, por último lo representan los que han desistido de recorrer las rutas
legítimas de la sobrevivencia, vía esfuerzo individual, participación en el mercado y acceso
a las políticas sociales y que han optado por el camino de la delincuencia, la droga o el
abandono. Son los pobres enojados.
Las miradas más modernas a la pobreza se asocian al enfoque de desarrollo humano del
PNUD, al enfoque de creación de capacidades, a las teorías sobre el capital social y a
aquellas que se refieren a la política social como garante de derechos de ciudadanía. Cada
uno de estos enfoques aborda todas las dimensiones mencionadas y su particularidad radica
en el énfasis o prioridad que otorgan a determinada dimensión o ámbito de interés, el que
muchas veces representa una visión política y valórica respecto al problema de la pobreza,
más que una respuesta instrumental en términos de recomendaciones de intervención. Se
quiere decir con esto que ellos no difieren entre sí respecto de qué hacer, como hacerlo o al
definir quienes son los actores responsables, sino en la manera en que se nombran y
priorizan los temas, cuestión que desde el punto de vista político y comunicacional no es
trivial.
Tienen en común que desplazan el foco de atención desde las carencias a la expansión de
los “espacios de libertad” de los sujetos para decidir sobre sus vidas y sobre su destino, en
2.- La temática del capital social alude a las relaciones de reciprocidad y confianza
entre las personas y grupos, la densidad y características del tejido social, y la naturaleza
de los lazos o vínculos que unen con otros. Lo definitorio del capital social es que es
relacional, tiene que ver con las conexiones y redes entre las personas y grupos inmersos en
la estructura social. Derivan del fortalecimiento del capital social políticas de
fortalecimiento real de la asociatividad, la participación ciudadana y la colaboración
recíproca en iniciativas de interés común.
sectores de escasos recursos, expandir su poder para que sean protagonistas de su destino,
tengan voz e influencia en lo que les acontece en la vida cotidiana y, en palabras de
Amartya Sen, “puedan dirigir su vida”.
4.- El enfoque de los derechos y la ciudadanía plantea que los Estados deben asumir
responsabilidades en la garantía de derechos de todos los ciudadanos. Estos derechos
comprenden, además de los civiles y políticos, los derechos sociales que constituyen la
ciudadanía social (CEPAL, 2000; MIDEPLAN, 2002). Deriva de esta óptica la
preocupación por establecer mínimos sociales que son irrenunciables desde el punto de
vista de la política pública. Estos mínimos se determinan en función de disminuir las
brechas de determinados grupos de población en relación al conjunto de la sociedad.
El planteamiento de mínimos y brechas permite dos lecturas. Por una parte, representa una
conquista desde el punto de vista social al instalar compromisos mínimos que son objeto de
derecho, y por lo tanto levanta estos mínimos como temas de ciudadanía.
La segunda lectura es más cauta y menos positiva pues existe el riesgo de que la definición
de mínimos, en lugar levantar la idea de derechos ciudadanos, más bien motive programas
focalizados en alcanzar esos mínimos, entendidos como metas en sí mismos y no como
umbrales de satisfacción.
Otro tema relevante es la discusión sobre ciudadanía. Queda claro que se ha ido instalando
con creciente legitimidad el concepto de derechos ciudadanos asociados a políticas sociales.
Sin embargo, aún es insuficiente el desarrollo de otro término asociado al de derechos,
aquel que habla de deberes o responsabilidades. Solo al poner en común, derechos y
deberes, se está proponiendo una nueva relación entre Estado y sociedad que articula y
potencia responsabilidades públicas y responsabilidades privadas.
Bajo esta visión más compleja y sistémica de la pobreza las intervenciones sociales pueden
tener propósitos o sentidos distintos que no se reducen al ámbito económico y material.
Pueden paliar una o varias carencias, crear instancias de generación de ingresos, invertir en
capital humano, fortalecer capital social y redes sociales, empoderar a los segmentos
pobres. Al mismo tiempo, esta visión abre una gama amplia y diversa de palancas posibles
de movilizar o activar para impulsar procesos de superación de la pobreza y metodologías
de trabajo participativos.
12
Esta sección se apoya esencialmente en Concha y otros (2001).
El enfoque sobre manejo social del riesgo en el caso de los sectores más pobres introduce al
debate cuestiones antes no consideradas al discutir temas de pobreza y vulnerabilidad: a)
introduce una perspectiva preventiva y anticipatoria; b) liga cuestiones sociales e incluso
actitudinales, como la disposición al ahorro o a postergar el consumo con cuestiones de
orden económico; c) vincula cuestiones microsociales con ámbitos institucionales
(institucionalidad del aseguramiento) y de política fiscal. Se hace cargo, anticipando
problemas posteriores, de las desventajas de partida de los sectores pobres asociados al
mundo del trabajo mediante lazos informales, lo que los descarta de sistemas formales de
previsión, con escasas o nulas capacidades de acumulación de bienes o ingreso. Enfatiza,
por las mismas razones, las bondades de la inversión en capital humano como un
mecanismo de seguro y releva el papel de las redes sociales como soporte a la
sobrevivencia en condiciones de crisis. Permite instalar la idea de mínimos sociales como
umbrales de protección frente a los cuales será responsabilidad del Estado ofrecer garantías.
Si los sistemas de protección efectivamente logran articular la asistencia con una red social
de desarrollo, universal, ciudadana, con énfasis en el capital humano, su potencial de
impacto será ciertamente mucho mayor. Sin embargo, esta iniciativa de por si trascendente
no es suficiente. La experiencia indica que esta coordinación no se produce por la vía de las
normas o los procedimientos administrativos, sino desde la realidad social propia de las
familias y las comunidades que deben organizar sus itinerarios de protección y desarrollo. A
su vez, solo mediante procesos sociales centrados en las personas y tendientes a la
generación de capacidades es posible hablar de itinerarios de desarrollo social.
13
La pobreza se mide por indicadores que reflejan una situación de carencias en una o varias necesidades
identificadas como básicas: un ingreso suficiente para la alimentación del grupo familiar, una vivienda
adecuada y acceso a servicios de agua, luz, alcantarillado y a un nivel básico de educación. Estas
definiciones / mediciones son importantes. Entre otros, permiten conocer la evolución de la pobreza en el
tiempo (magnitud, brechas de ingreso y otros índices) y su localización geográfica (mapas de pobreza);
caracterizar los segmentos pobres según variables como tamaño y composición familiar, nivel de escolaridad,
número de activos y tasa de dependencia económica (inactivos por cada activo), estratos etários más
afectados, acceso a los programas sociales; y describir los beneficiarios del gasto social.
La visión expuesta podría llevar a pensar que para superar la pobreza basta con desarrollar
un trabajo individual, persona a persona, orientado a modificar actitudes, esquemas
mentales y visiones de mundo, y consolidando habilidades y competencias personales en
las personas pobres para moverse mejor en el mundo e integrarse. Esta es una conclusión
apresurada, al menos por dos razones.
Primero, porque los aspectos personales y psicosociales “negativos” que con alta frecuencia
están en el corazón de las situaciones de pobreza, son resultado del proceso de socialización
y de las interacciones o vínculos que relacionan a las personas entre sí, sea en la familia, la
escuela, el vecindario, el trabajo, el consultorio, el hospital, la municipalidad, el servicio
público, las plazas y calles, el centro comercial, los lugares deportivos, de recreación y
culturales. Las experiencias cotidianas y concretas de interacción social moldean a las
personas, fortaleciendo o debilitando los aspectos personales y psicosociales negativos. Por
tanto, las políticas y programas de superación de la pobreza deben atender y si es necesario
desplegar acciones que modifican la naturaleza de estas relaciones, que como se indicó
antes, muchas veces son descalificadoras, humilladoras, impositoras, de trato displicente.
Intervenir para modificar estas relaciones requiere trabajar y modificar actitudes,
disposiciones y esquemas mentales de los sectores pobres y, más importante, de los
sectores “no pobres” (funcionarios, profesionales y técnicos, autoridades, empresarios,
etc.). Asociado a lo anterior, como lo muestra el estudio de Narayan citado, y en Chile, el
trabajo de Espinoza (1995) y las experiencias analizadas en este estudio, el radio de acción
y las redes de apoyo personal e institucional de los sectores pobres son restringidas,
situación que incide directamente sobre los recursos que pueden activar y en sus
posibilidades de salir adelante.
La segunda razón, para no apresurar conclusiones, es que las situaciones de pobreza no son
una cuestión únicamente individual o familiar, sino que tienen que ver con las posibilidades
y limitaciones del entorno, sean éstas geográficas, de recursos productivos, de dotación de
servicios, culturales e identitarias, de organización social u otras. Las ocho experiencias
apuntan recurrentemente a características de este tipo que moldea las situaciones de
pobreza así como sus posibilidades de salida.
Los dos argumentos esbozados tienen relación directa con el desarrollo de los últimos años
en torno al tema de “capital social” y de las “redes sociales”. El capital social se entiende
como las relaciones sociales de cooperación y reciprocidad entre las personas. Puede ser
más o menos fuerte; lo hay de distinto tipo, no es estático, se desarrolla, retrocede; puede
ser más favorable o menos desfavorable para la superación de la pobreza. Esta realidad,
revela, como señala Kliksberg (1999) que al ignorar el “capital social” (actitudes de
cooperación, valores, tradiciones, visiones de realidad, relaciones entre los grupos, lazos de
confianza y desconfianza, conflictos y elementos de identidad) se inutilizan importantes
capacidades aplicables al desarrollo y, de paso, se desatan poderosas resistencias,
deteriorando componentes favorables a la superación de la pobreza. Si se reconoce, valora e
incorpora el capital social, es más probable lograr avances significativos y duraderos en la
superación de la pobreza, y se propician círculos virtuosos con las otras dimensiones del
desarrollo. La existencia o presencia de capital social, en este sentido, mejoraría la
capacidad de la gente para participar en forma organizada y exitosa en la gestión de sus
problemas; lleva a compartir información con otros, a conocer mejor al otro y disminuir la
incertidumbre acerca de la conducta de los otros; fomenta la toma de decisiones colectiva y
abre nuevas posibilidades de desarrollo y acción social.
Vale decir, la existencia de “capital social” es un activo, una oportunidad, que facilita
acciones de desarrollo y superación de la pobreza. La pregunta inmediatamente siguiente es
¿es posible construir “capital social”? ¿Cómo? El tema está en debate. Al respecto es
iluminador el artículo de Durston (1999). Las experiencias estudiadas en el contexto de este
trabajo sugieren que sí y relevan el importante papel de los “intermediarios locales” en el
proceso.
En síntesis, además del trabajo con las personas y grupos pobres es necesario trabajar sobre
los vínculos que unen y separa los sectores pobres y no pobres;. Ello requiere trabajar
simultáneamente con los sectores pobres y los no pobres, construyendo lazos entre ellos
que superen situaciones de subordinación y dependencia y que amplíen las redes de apoyo
públicas y privadas, personales e institucionales, conque cuentan sectores pobres.
Esta comprensión de lo que implica “superar pobrezas” debe estar presente y ser
reflexionada en los distintos niveles de las políticas públicas y la sociedad: los
formuladores y decisores de la política, los que diseñan programas, los que la ejecutan y los
que la evalúan; y esto tanto en el nivel central como el regional y local. Esta concepción
más compleja de la pobreza tiene implicancias directas sobre las estrategias de intervención
que se promueven para superar situaciones de pobrezas.
14
El ejemplo clásico en América Latina son los programas de erradicación de poblaciones, que solucionan el
problema de la vivienda, de infraestructura sanitaria y de títulos de terrenos ocupados ilegalmente, y al mismo
tiempo debilitan las relaciones y redes sociales en que se apoyan las familias, incrementan gastos de
transporte, de dividendo, de agua y luz, dificultando el acceso al trabajo como consecuencia de la distancia
que separa la nueva residencia del lugar de trabajo; así como el de los niños al sistema escolar y de todos los
integrantes del hogar a los servicios de salud.
SEGUNDA PARTE
INNOVACIÓN EN POLÍTICAS SOCIALES
COMUNIDAD SOLIDARIA DE BRASIL Y CHILE SOLIDARIO DE CHILE
Introducción
La segunda sección de este documento informa acerca del proceso y resultados de las
experiencias desarrolladas en Brasil por Comunidad Solidaria y en Chile por Chile
Solidario. ¿Porqué se seleccionaron estos y no otros de los numerosos programas sociales
intentados en los últimos años en diferentes países de la región? Porque ambos son
programas sociales claramente focalizados a la población pobre, uno emblemático de
estrategias de intervención participativas y articuladoras de un desarrollo de abajo hacia
arriba (Brasil); el otro, expresión de un nuevo modelo de protección social altamente
focalizado que coordina la oferta pública de arriba hacia abajo. Ambos comparten algunas
definiciones o características relevantes, así como también presentan diferencias sustantivas
en materias de diseño, ámbito de intervención y gestión, lo que permite un atractivo punto
de contraposición y balance.
Chile Solidario
Chile Solidario es un Sistema de Protección Social dirigido a las 225.000 familias más
pobres del país - aquellas que se encuentran en extrema pobreza - que busca otorgar
prestaciones asistenciales garantizadas, más un acompañamiento psicosocial, que permita
una vinculación y permanencia a la red social. Las familias incorporadas al Sistema
acceden de manera prioritaria a servicios, beneficios y prestaciones monetarias a las que
antes no accedían por desconocimiento o falta de motivación.
El Sistema opera en tres etapas, todas ellas implementadas a nivel de los municipios, y cuya
duración total se extiende por un periodo de 24 meses. La primera etapa es el
Acompañamiento, consistente en un apoyo psicosocial permanente prestado a cada una de
las familias, con las cuales se establece un plan de trabajo. La segunda etapa corresponde a
la Inserción Social, en la cual se vincula a las familias a las redes próximas. La etapa final
es la de Desarrollo, que supone las condiciones básicas de habilitación de las familias para
el fortalecimiento de su capital social, donde lo que se busca es lograr su autonomía.
Comunidad Solidaria
La Red Comunidad Solidaria surge el año 1995 con la presidencia en el Brasil de Fernando
Henrique Cardoso. Se autodefine como un Sistema de Acción que suma a diferentes actores
para realizar acciones de desarrollo social dirigidas a la población más pobre del país.
Comunidad Solidaria organiza y activa la demanda en la comunidad en un plano de
participación y responsabilidad social. Privilegia el trabajo en las zonas territoriales pobres,
actuando principalmente en el nordeste del Brasil. Sus temas de interés son el conocimiento
y la formación, la juventud, el desarrollo económico local. Un elemento central de su
práctica es la incorporación del tercer sector y de la empresa privada por medio del
concepto de parcerias. Realiza una combinación de acciones que van desde el diseño,
prueba y ejecución de programas sociales innovadores, la generación y sistematización de
conocimiento, la capacitación y entrenamiento de agentes locales de desarrollo, la
realización de diálogos políticos sobre temas de pobreza y el fortalecimiento del tercer
sector. Los programas innovadores realizados son: Universidad Solidaria, Alfabetización
Solidaria, Capacitación Solidaria, Artesanado Solidario, Red Joven, Proyecto Desarrollo
Local Integral Sustentable “DLIS”. En la actualidad, Comunidad Solidaria ha pasado a
articularse en torno a una OSCIP (Organización Social con Interés Público) llamada
Comunitas y a constituir la red RedeSol. La legislación sobre las OSCIP deriva del trabajo
de Comunidad Solidaria.
La Red surgió en el sector público, pero con los años se autonomizó y ha ido expandiendo
su trabajo en los municipios más pobres de Brasil (está presente en todos los estados del
país), articulando a distintos actores sociales (sector público, empresarios, tercer sector,
comunidades organizadas).
15
Pese a que en el diseño no se contemplan actividades específicas relacionadas con la empleabilidad, a nivel
local algunos municipios han tomado iniciativas tales como dar preferencia a las familias Puente para
capacitaciones y para programas de microemprendimientos.
16
El trabajo de campo asociado al estudio de Chile Solidario fue realizado por las jóvenes sociólogas Paula
Pacheco, Javiera Marfán, Soledad González y Bárbara Palma. Se realizó en los meses de Marzo y Abril del
2003.
Chile es una de las economías con mayor desigualdad en el mundo. En base a datos del
PNUD (1995) y del BID (1998), se detecta que el 20 % más rico de la población recibe 17
veces más ingresos que el 20 % más pobre, lo que contrasta con EEUU donde esta relación
alcanza a 8.9 veces y con Perú y Corea del SUR donde estas relaciones son de 10.5 y 5.7
veces, respectivamente. También el coeficiente Gini es de los mas altos del mundo, aun
cuando se consideran sólo países con similar ingreso per capita que Chile (U$ 5.000).
a/ datos para el año 1987 MIDEPLAN (1996), datos para años restantes MIDEPLAN (1999 y 2001); Feres (2001).
Aumento del gasto social e impacto redistributivo
Entre las primeras medidas tomadas por los gobiernos de la Concertación en el ámbito de lo
social, se encuentra una reforma tributaria para aumentar los recursos para fines sociales. El
gasto público social aumentó en un 76,9 % entre 1990 y 1999, como porcentaje del PIB
pasó de 13 % a casi 17 %. El peso del gasto social en el gasto público fluctúa entre 66 y
68% (Cuadro 4).
La distribución sectorial del gasto muestra que éste aumenta en todos los sectores. El
aumento es más fuerte en educación (103 %), seguido por el sector otros que incluye los
programas específicos de pobreza y grupos vulnerables (102%), salud (89 %), vivienda
(66%) y previsión social (51%). Estas diferencias en crecimiento llevaron a un cambio
significativo en la estructura del gasto social: el peso relativo del gasto en previsión social
cae del 49% en 1990 a un 42 % en 199917 mientras que el de educación sube del 19,5 a 24,5
%, otros de 8,1 a 9,3% y salud de 15,2 a 17,1 %.
Cuadro Nº 4. Gasto Social Público Per cápita (1987-2000) en pesos 1999
Funciones Salud Vivienda Previsión Educación Otros Gasto público Gasto público social
Sociales social como % como porcentaje del
PIB a/ Total de Gasto
Público
1990 214.797 32.767 17.326 105.298 41.832 17.575 12,9 67,6
1991 230.915 37,947 20.243 107.640 46.030 19.055 13,1 67,2
1992 251.159 43.623 21.881 112.265 52.002 21.388 13,3 65,9
1993 270.691 48.098 23.366 119.722 55.665 23.839 13,9 67,0
1994 282.695 52.172 24.280 121.857 59.715 24.672 13,8 67,0
1995 299.653 53.534 25.136 127.210 65.702 28.071 13,3 67,8
1996 324.100 57.313 27.645 135.010 73.118 31.014 14,3 67,9
1997 337.130 59.907 26.100 139.282 79.450 32.390 14,4 67,0
1998 356.964 63.933 26.265 145.694 87.297 33.774 15,3 67,8
1999 380.004 65.034 28.818 158.804 92.163 35.185 16,6 68,7
2000
a/ "Estadísticas de las Finanzas Públicas 1990-1999, Ministerio de Hacienda.
17
Esta caída es resultado natural de la maduración del sistema previsional de capitalización individual y
administración privado, las AFP, que se inició en 1981.
Los estudios sobre el impacto distributivo del gasto social en Chile en los años 90 18
coinciden en concluir que el gasto social reduce la desigualdad de ingreso de los hogares.
A nivel nacional la razón Q5/Q1, que es de 17-18 considerando el ingreso autónomo per
capita de los hogares, desciende a 11-12 si se suman los subsidios directos a través de le
entrega de servicios gratuitos o subsidiados que son parte de la política social.
La política social de los años noventa muestra modificaciones importantes con respecto a
las dos décadas previas caracterizadas por el ajuste fiscal y la disminución de la acción del
Estado en materia social. Con el regreso a la democracia hay una reafirmación del papel
que debe jugar el Estado en el ámbito social y una redefinición de la relación entre
crecimiento económico y desarrollo social, enfatizando la complementariedad de ambos
procesos.
ÁREA PROGRAMAS
VIVIENDA - Vivienda social dinámica sin deuda
- Programa de subsidio rural
- Vivienda progresiva
- Chile Barrio
- Mejoramiento de barrios
INVERSIÓN SOCIAL (FOSIS) - Programa de desarrollo social
- Programa de nivelación de competencias laborales
- Programa de reinserción laboral y empleo
DESARROLLO AGRÍCOLA - Programa de asistencia técnica financiera
- Servicio rural joven
- Programa de asesoría local a comunidades rurales
JUVENTUD - Fondos concursables de apoyo a iniciativas juveniles
- Programas de Desarrollo Juvenil
ADULTO MAYOR - Fomento de la asociatividad del adulto mayor
EDUCACIÓN - Programa de alimentación escolar
- Programa de becas
- Programa de salud escolar
18
MIDEPLAN (1998); Cowan y De Gregorio (1996); Larrañaga (1994) y Bravo y Contreras (1999).
19
Cabe señalar que el estudio de Bravo y Contreras (1999) no incluye todos los componentes del gasto en
educación, dejando afuera el aporte fiscal a las universidades. Si incluye el crédito universitario y este tiene
una distribución neutra, como afirman los autores “dando incluso indicios de regresividad” (p. 75).
Hacia 1994, un estudio sobre la estrategia de combate a la pobreza en el país concluye que
Chile contaba con una estrategia innovadora que se traducía en programa nuevos y exitosos
en sus objetivos inmediatos, pero que sólo tenían control sobre su campo específico,
mostrando rigidez para acoger otros problemas, vincularse a otros programas y generar la
necesaria sinergia para la superación de la pobreza (Raczynski, 1994). Estas conclusiones
anticipan nudos críticos de la política social que se harán más evidentes hacia fines de los
90 y que dicen relación con la dificultad del Estado para actuar en un molde distinto al de la
acción centralizada y sectorial.
Este breve recuento indica que en los primeros años la atención se centró en ampliar la
oferta y buscar mayor coordinación y complementariedad. Hacia fines de la década, si bien
no está resuelto el desafío de la coordinación, el foco comienza a desplazarse desde una
preocupación por la oferta pública a una preocupación por la demanda de los usuarios. Esto
supone que la gente ha participado de un proceso de activación social que le permite
dialogar con el ámbito público.
Si bien desde comienzos de los ´90 algunas instituciones buscan una forma no asistencial y
participativa de encarar la pobreza, por ejemplo el FOSIS, estas ideas solo se expanden
como un sentido común compartido hacia el final de la década. Los ejes de este discurso
son: pasar de una visión de la población como beneficiario/a y receptor de programas a la
de sujeto y ciudadano con derechos, deberes y responsabilidades; hacer a los sectores
pobres partícipes en la definición y búsqueda de la solución a sus problemas pasando de
una participación restringida y puntual a una activa, gestionaria y propositiva20.
Hacia mediados de la década, el gobierno del Presidente Frei instala nuevos programas que
ilustran sobre el nuevo sentido que va buscando la política social21.
En esta trayectoria se gesta el Sistema de Protección Social Chile Solidario. Algunas de las
preguntas de interés al respecto son: ¿Es este un programa que resuelva algunos de los
problemas que se han comentado? ¿logra articular lo asistencial y la generación de
capacidades? ¿logra llegar en forma eficaz a las familias a las que la política social no ha
logrado llegar? ¿logra aportar a la instalación de un proyecto de vida y una dimensión de
actor local en una población tradicionalmente apartada de la vida cívica y poco protagonista
de su desarrollo?. A continuación se discuten estos temas abordando en primer lugar, el
contexto que da origen al Programa, para luego describirlo, analizar su estrategia de
intervención y finalmente concluir respecto a su ejecución.
La decisión de generar un nuevo programa dirigido a la extrema pobreza tiene relación con
una preocupación que nace en el Ministerio de Hacienda, que se inspira en el deseo de
modificar y mejorar la gestión de la política social y que ingresa a la agenda pública cuando
el Presidente de la República visualiza una oportunidad política de innovar y realizar una
oferta social relevante. Esta decisión también representa una respuesta política a las
peticiones de los partidos de la izquierda de la Concertación de poner énfasis en la Agenda
Social, a su juicio postergada en pos de la Agenda Pro Crecimiento que pone en primer
plano a los empresarios como agentes del desarrollo económico.
22
El programa Chile Barrio fue creado en 1997 bajo el alero del MINVU. Destinado a superar las condiciones
de marginalidad social, económica y cultural, concentra iniciativas y recursos públicos en asentamientos
precarios y campamentos. Sus líneas de acción son: i) Desarrollo comunitario e inserción social, ii)
Habilitación laboral y productiva, iii) Mejoramiento de la vivienda y del barrio, y iv) Apoyo al fortalecimiento
institucional de programas destinados a la superación de la pobreza.
El Programa de cooperación institucional para zonas de pobreza rural PRO-RURAL se inicia en 1999 al alero
del Ministerio de Agricultura. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las zonas
rurales pobres dinamizando las economías locales, con una visión territorial, intersectorial y participativa. Se
buscaba mejorar la calidad de los trabajos, ingresos y niveles de vida de la población; impulsar la localización
de inversiones e iniciativas productivas; articular territorialmente el conjunto de instrumentos y programas
públicos y fortalecer las capacidades locales.
Algunos de los temas que se discutieron en esa reunión y que posteriormente se vieron
reflejados en el Chile Solidario fueron: evitar el asistencialismo, ofrecer soluciones
integrales que pusieran a disposición de las familias más pobres todos los beneficios
existentes en el menú de programas públicos, ir al encuentro de las familias que no se
acercan a las reparticiones públicas, complementar la oferta del Estado con un bono o
asignación especial de pobreza, establecer acuerdos de trabajo en los que las familias
asumieran compromisos y responsabilidades.
En síntesis, la decisión tiene relación con una preocupación por la racionalidad de las
políticas públicas y con la percepción de una oportunidad política. A ello se suma la
evaluación de viabilidad técnica de la nueva apuesta que representa el Chile Solidario para
resolver problemas para los cuales el Estado no había encontrado, hasta la fecha,
mecanismos eficaces de intervención.
Participan en la tarea del diseño del programa cuatro diferentes actores que asumen
distintos papeles: Profesionales del Ministerio de Hacienda, del Ministerio de Planificación
y el equipo de asesores presidenciales, los que asumieron la misión de generar en un muy
breve plazo de tiempo un programa que sería anunciado al país el 21 de Mayo del año
2002. Profesionales de la DIPRES afirman que el que un grupo de representantes de la
sociedad civil, ONGs, consultores y expertos en temas de desarrollo social y pobreza,
fueran consultados para el diseño constituyó un aporte sustantivo en esta tarea23.
Cerca de 850.000 chilenos y chilenas, equivalente a 205.006 familias, viven bajo la línea de
indigencia. El diagnóstico que respalda el diseño del Sistema Chile Solidario asocia el
problema de la indigencia y la pobreza a deficiencias en la institucionalidad pública social,
a la dispersión y falta de coordinación de los programas, a la inexistencia de combinación
de criterios asistenciales y promocionales, y a la ausencia de mecanismos de protección de
las familias de los efectos de siniestros o imprevistos.
Por otro lado, la pobreza se relaciona con características propias de las familias, tales como
la carencia o debilidad de capital humano, la ausencia de capital cultural y de capital social,
entendido como redes estables y sólidas de confianza y cooperación entre individuos y
comunidades y de éstas con las instituciones públicas, que permiten desarrollar vínculos
efectivos con el entorno directo y participación en las instituciones locales. A esto se suma
la situación de aislamiento y desinformación que presentan las familias extremadamente
pobres respecto de las redes sociales instaladas por el Estado.
Chile Solidario constituye una mejora en la focalización hacia los más pobres, en tanto
pretende llegar a familias que hasta ahora han permanecido fuera de las redes de protección
social del Estado. Las familias son contactadas directamente por personal llamado "apoyos
familiares", lo que constituye un cambio de orientación, pues hasta ahora la red social
dirigida a los extremadamente pobres operaba en base a la demanda de las familias que
acudían a la municipalidad. Las familias incorporadas en el Sistema Chile Solidario, a
través del programa Puente, acceden de manera prioritaria a servicios, beneficios y
prestaciones monetarias. Su participación se extiende por un período de 24 meses.
El contrato familiar que firman las familias establece que se comprometen a trabajar para
superar aquellos aspectos de mayor precariedad y necesidad definidos. Por el otro lado, el
Gobierno asume la responsabilidad de poner al servicio de las familias un conjunto de
apoyos y recursos. Son cuatro los componentes del Sistema Chile Solidario, según se
expone en el siguiente cuadro:
El sistema como un todo es responsabilidad de MIDEPLAN, institución que tiene entre sus
funciones centralizar y actualizar la información completa de las familias integradas al
sistema, certificar la elegibilidad de las familias, coordinar y focalizar en las familias todos
los programas públicos de promoción social dirigidos a familias en extrema pobreza. Tiene
también que establecer, coordinar y supervisar las redes nacionales y locales de apoyo a las
familias más pobres y debe monitorear y evaluar el desarrollo del Sistema.
El FOSIS está a cargo de generar todo el sistema de trabajo con las familias, generar la
metodología específica del Programa Puente (incluyendo la formulación de los siete pilares
y los cincuenta y tres mínimos), generar las Unidades de Intervención Familiar en las
comunas, seleccionar a las familias, formar a los apoyos familiares, generar el sistema de
registro del programa y monitorear la intervención.
Los municipios tienen un rol central en el Chile Solidario que involucra un cambio en la
cultura municipal. Este cambio dice relación con que el municipio ya no espera
atrincherado en sus oficinas, sino que debe salir a encontrarse con la gente. Los actores de
Chile Solidario en el nivel local son: el Alcalde, los Jefes de la Unidad de Intervención
Familiar, los Apoyos Familiares y las Oficinas Comunales.
El Sistema Chile Solidario espera obtener, hacia diciembre del año 2005, las siguientes
metas o resultados: Tener institucionalizado y en ejecución el Sistema Chile Solidario.
También pretende contar con un registro único de beneficiarios del Sistema, al que están
integradas las 225.000 familias más pobres y los beneficiarios pobres no indigentes de
prestaciones monetarias del Estado. Se espera la superación de la condición de indigencia
para los 15.675 adultos mayores de 65 años y más a través de la asignación de una PASIS
de vejez (a partir de abril del 2003). Así, también se espera que 209.398 familias sean
apoyadas integralmente por el Programa Puente más Bono de Protección. Por último, se
pretende que las 225.000 familias reciban los subsidios monetarios directos a los que tienen
derecho.
4. Trayectoria y Resultados
Chile Solidario se inicia resolviendo las siguientes fases: determinación exacta del número
de familias por región y comuna utilizando los sistemas de información social de
El proceso de instalación del programa en las comunas comienza con una invitación formal
y por escrito realizada por el gobierno a cada una de las municipalidades a participar del
programa Puente, éstas tienen la libertad de aceptar o rechazar la invitación. En caso de
aceptar, el municipio se compromete a instalar una Unidad de Intervención Familiar y debe
designar a la persona que cumplirá esta función. Además, se debe destinar personal
municipal de las áreas de salud y educación para participar como Apoyos Familiares. El
programa, por su parte, aportará el número de Apoyos Familiares adicionales que no
puedan ser cubiertos por la red local, haciéndose cargo del financiamiento de éstos.
Aun cuando el Sistema Chile Solidario fue anunciado por el presidente Lagos el 21 de
mayo del 2002 y su implementación en las comunas estudiadas comenzó alrededor de tres
meses después, este período no fue suficiente para que los acuerdos intersectoriales y los
protocolos establecidos con distintas instituciones públicas y privadas se hicieran efectivos.
El programa comenzó a implementarse sin que la red local estuviese afiatada, lo cual
produjo más de algún inconveniente. Sin embargo, es posible percibir que en general, existe
una disposición a articular y coordinar los distintos organismos en beneficio de las familias
incorporadas al programa, lo que hace suponer que el problema se ha ido superando en el
tiempo.
Chile Solidario enfrentó en sus inicios varias críticas que respondían principalmente a
temas políticos. En primer lugar, entre los alcaldes existían reparos y desconfianzas, pero
finalmente terminaron aceptándolo, aunque no les convenciera, por el alto costo político
que significa rechazar un programa de gobierno destinado a superar la pobreza. Por otra
parte, existían reparos y prejuicios respecto del trabajo de los promotores, el cual puede ser
desvirtuado y utilizado como herramienta con fines políticos. La idea de tener gente del
gobierno visitando a las familias durante dos años resultaba intimidante, especialmente para
Alcaldes de oposición. Sin embargo, las diferencias políticas y los roces que en un principio
parecieron tan determinantes han sido casi completamente superados. 322 alcaldes (de 341)
han aceptado la invitación a participar, lo que equivale a que en las comunas se esté
llegando a 44.378 familias28.
En la cuenta pública realizada en Enero de este año se informó que el sistema ya está
instalado en 322 municipios a lo largo del país, incorporando a 44 mil familias al Sistema
durante el año 2002 y estableciendo 25 convenios firmados entre MIDEPLAN y los
27
CASEN: Encuesta de caracterización socioeconómica; la Ficha CAS es aquella que permite determinar qué
familias se ubican por debajo de la línea de pobreza; en el caso de las comunas de la R. Metropolitana, el
puntaje de corte para el ingreso al Sistema Chile Solidario es de 503.
28
Dicha cifra corresponde a Enero del 2003.
distintos servicios del Estado a través de todo el país, mediante los cuales las instituciones
se comprometieron a dar prioridad en todas sus prestaciones a las familias Chile Solidario.
Uno de los aspectos más novedosos que instala Chile Solidario es el análisis de la
vulnerabilidad de la extrema pobreza objetivada en una matriz de riesgo social. El “análisis
del riesgo” define, entre otras cosas, cual es el riesgo principal que enfrenta el grupo
objetivo (sean personas, familias o grupos etarios); las condiciones mínimas de protección,
que evitan que el grupo objetivo sea impactado por el riesgo; los factores de protección, que
son los recursos o apoyos específicos que permiten asegurar las condiciones mínimas; y el
mapa de oportunidades, que incluye la oferta programática del FOSIS y del resto del sector
público.
Las condiciones que el programa establece como mínimas son 53, las que se agrupan al
interior de las siete áreas anteriormente definidas. Corresponden a necesidades básicas que,
debieran estar satisfechas para todas las familias, pero que hoy día no están siendo
garantizadas.30 Las condiciones mínimas o metas del programa, correspondiente a cada una
de las dimensiones son:
29
Manejo Social del Riesgo; FOSIS. Diciembre de 2002. pág. 26
30
Documento oficial del Sistema Chile Solidario; Ministerio de Hacienda, Dirección de Presupuesto; 2003
DIMENSIÓN SALUD
Que la familia esté inscrita en el servicio de Atención Primaria de Salud (disponen de credencial o certificado de inscripción).
Que las embarazadas tengan sus controles de salud al día según normas del Ministerio de Salud (al egreso debe estar realizado el control que
corresponde).
Que los(as) niños (as) de seis años o menos tengan sus vacunas al día según normas del Ministerio de Salud (al egreso debe estar al día, la última
vacuna que corresponda).
Que los(as) niños (as) de seis años o menos tengan sus controles de salud al día según normas del Ministerio de Salud (al egreso debe estar al día,
el último control que corresponda).
Que las mujeres de 35 años y más tengan el Papanicolau al día.
Que las mujeres que usen algún método anticonceptivo estén bajo control médico (al egreso debe estar al día, el último control que corresponda).
Que los adultos mayores de la familia estén bajo control médico en el consultorio (al egreso debe estar al día, el último control que corresponda).
Que los miembros de la familia que sufren alguna enfermedad crónica, se encuentren bajo control médico en el centro que corresponda (al egreso
debe estar al día, el último control que corresponda).
Que los miembros de la familia con discapacidad, susceptibles a ser rehabilitados, estén participando en algún programa de rehabilitación (al
menos conocen las alternativas y se están incorporando)
Que los miembros de la familia estén informados en temas de la salud y autocuidado.
DIMENSIÓN EDUCACIÓN
Que los niños y niñas de edad preescolar asistan a algún programa de educación de párvulos (si no hay vacantes disponibles, al menos inscritos y
postulando).
Que en presencia de madre trabajadora y ausencia de cualquier otro adulto que pueda hacerse cargo de su cuidado, el o los niños menores de 6
años se encuentren incorporados a algún sistema de cuidado infantil. (si no hay vacantes disponibles, al menos inscritos y postulando).
Que los niños de hasta 15 años de edad asistan a algún establecimiento educacional (en el caso de deserción, que se encuentren en un proceso de al
sistema escolar).
Que los niños que asisten a educación preescolar, básica o media, sean beneficiarios de los programas de asistencia escolar que corresponda.
Que los niños mayores de 12 años sepan leer y escribir (al menos aprendiendo lecto-escritura)
Que el o los niños con discapacidad que estén en condición de estudiar se encuentren incorporados al sistema educacional, regular o especial (si
no hay vacantes disponibles, al menos inscritos y postulando).
Que exista un adulto responsable de la educación del niño, acreditado como apoderado y que esté en contacto regular con la escuela (al egreso
haya asistido a la última reunión de apoderados correspondiente).
Que los adultos tengan una actitud positiva y responsable con respecto a la educación y la escuela, al menos reconociendo la utilidad de la
participación del niño en procesos educativos formales.
Que los adultos sepan leer y escribir (al menos aprendiendo lecto-escritura y operaciones básicas si tienen disposición a hacerlo)
DIMENSIÓN HABITABILIDAD
Que la familia tenga una situación habitacional clara en relación con la tenencia del sitio y la vivienda en que habitan.
Si la familia quiere postular a vivienda, que se encuentre postulando.
Que cuente con agua no contaminada.
Que cuenten con un sistema de energía adecuado.
Que cuenten con un sistema de eliminación de excretas adecuado.
Que la casa no se llueva, no se inunde y que esté bien sellada
Que la vivienda cuente con al menos dos piezas habitables.
Que cada miembro de la familia tenga su cama con equipamiento básico (sabanas, frazadas, almohadas).
Que cuenten con equipamiento básico para la alimentación de los miembros de la familia (batería de cocina, vajilla y cubiertos para todos los
miembros de la familia).
Que dispongan de un sistema adecuado de eliminación de basura.
Que el entorno de la vivienda esté libre de contaminación.
Que la familia acceda al Subsidio de Pago del consumo de Agua Potable, si corresponde.
DIMENSIÓN TRABAJO
Que al menos un miembro adulto de la familia trabaje de forma regular y tenga una remuneración estable.
Que ningún niño menor de 15 años abandone los estudios por trabajar
Que las personas que se encuentren desocupadas estén inscritas en la Oficina Municipal de Información Laboral (OMIL).
DIMENSIÓN INGRESOS
Que los miembros de las familias que tengan derechos SUF (subsidio único familiar), lo obtengan ( al menos se encuentren postulando).
Que los miembros de la familia que tengan derecho a Asignación Familiar, la obtengan.
Que los miembros de las familias que tengan derecho a PASIS (Pensión Asistencial), lo obtengan ( al menos se encuentren postulando).
Que la familia cuente con ingresos superiores a la línea de indigencia.
Que la familia cuente con un presupuesto organizado en relación de sus recursos y necesidades prioritarias.
DIMENSIÓN IDENTIFICACIÓN
Que todos los miembros de la familia se encuentren inscritos en el registro civil.
Que todos los miembros de la familia tengan cédula de identidad.
Que la familia tenga ficha CAS vigente a la fecha de egreso, en Municipalidad de su domicilio.
Que todos los hombres de la familia mayores de 18 años, tengan su situación militar al día.
Que todos los miembros adultos de la familia tengan sus papeles de antecedentes regularizados.
Que los miembros de la familia que presentan alguna discapacidad la tengan certificada por la COMPIN y estén en el Registro Nacional de la
Discapacidad.
El sistema de Protección Social Chile Solidario, junto con instalar un concepto de pobreza
multicausal, requiere que se modifiquen los criterios por medio de los cuales las diferentes
ventanillas del Estado seleccionan a sus beneficiarios, pues las obliga a concentrarse en una
población delimitada y determinada previamente31.
Este examen del Chile Solidario busca conocer el diseño y ver cómo es comprendido y
ejecutado a nivel comunal. Se observará la dinámica de implementación del sistema con el
objeto de determinar si ésta es conducente o no a los objetivos que se persiguen, explorando
cuáles son los factores que inciden en ello.
El proceso que experimenta Chile Solidario desde sus primeros pasos en Mayo del 2001 al
presente fue abordado por medio de la revisión de material secundario, entrevistas a
autoridades nacionales responsables del programa en MIDEPLAN y DIPRES, entrevistas a
los equipos técnicos a cargo de su puesta en marcha y entrevistas a actores sectoriales
relevantes. Simultáneamente, se entrevistó a funcionarios del nivel regional (Intendencia y
SERPLAC) y los actores locales de cuatro comunas de la Región Metropolitana: La
Florida, Pudahuel, La Granja y Quilicura.
31
Una de las características del Sistema es que los sistemas de información y registro con que cuenta
MIDEPLAN y las municipalidades permite conocer con relativa exactitud a las familias en extrema pobreza,
las que están identificadas con nombre y localización territorial.
a) Contrastar el diseño del programa con su ejecución a nivel local, poniendo énfasis en las
posibles tensiones que se podrían generar dadas las lógicas y prácticas estatales
tradicionales (burocracia, inercia institucional, cultura organizacional tradicional). Observar
las características de la institucionalidad pública a nivel local, reparando tanto en los
medios disponibles, en las restricciones y en los diversos factores que obstaculizan o
facilitan la ejecución local del Chile Solidario.
b) Un segundo objetivo aborda las significaciones e interpretaciones que hacen los actores,
así como las relaciones que establecen entre sí, entendiendo que estos son factores que
redefinen, facilitan o dificultan la implementación de cualquier programa social y son
determinantes en la modalidad en que estos efectivamente llegan a la población
beneficiaria32. Por ello, se identificará a los actores relevantes, tanto a aquellos que están
contemplados en el diseño, como a aquellos con quienes estos interactúan, con el objeto de
dilucidar de qué manera las significaciones e interpretaciones que hacen, así como las
relaciones que establecen entre sí, concuerdan o no con los fundamentos y el sentido del
Chile Solidario, constituyéndose en factores que facilitan o dificultan su implementación.
6. Una mirada al proceso de implementación del Sistema Chile Solidario con foco en
cuatro comunas de la Región Metropolitana
Focalizar en la población más pobre del país no es un asunto trivial. Son familias
carenciadas, aisladas, desamparadas, precarias. Casi por instinto se procura protegerlas en
lo inmediato, brindar ayuda, entregar beneficios. Así mismo, siguiendo un curso natural, se
descuida la dimensión del desarrollo y la generación de capacidades. El día a día es
demasiado urgente. Sin embargo, Chile Solidario se planteó el desafío de realizar un
programa integral, que cubriera aspectos psicosociales y comunitarios. ¿Es posible?
¿Cuáles son los plazos y las metodologías que permitan dar pasos más allá de las ayudas y
la asistencia? Estos son los dilemas y desafíos que enfrenta la gestión del Sistema Chile
Solidario y que se comentan en esta parte del documento.
Como se señaló en secciones anteriores, son numerosos los actores que intervienen en el
Sistema Chile Solidario. Especial interés hubo en detectar el conocimiento, información,
juicios y expectativas de los actores ubicados en diferentes ámbitos de acción: nacionales,
regionales ligados a los sectores y actores locales insertos en la municipalidad. En base a
sus opiniones se pudo detectar concordancias y diferencias respecto de distintos factores
relevantes para el Chile Solidario.
32
Al respecto consultar Roberts (2001) sobre el concepto de Interfaz.
la gestión del sistema y con sus definiciones sustantivas: cómo se entiende y se aborda el
problema de la pobreza, cuáles son las perspectivas de una focalización extremadamente
acotada, cuáles son los alcances de la matriz de riesgo y mínimos sociales, qué oposiciones
y complementariedades se dan entre acciones de carácter asistencial y promocional, qué
implica definir a la familia como unidad de intervención, etc. Estos tópicos se tratan en el
primer punto de esta sección.
El segundo punto se aboca a la figura del apoyo familiar, que desempeña el rol central de
apoyo y acompañamiento. Su rol es el de “traductor práctico” de las directrices técnicas,
pues es él quien las pone en marcha. Su lectura y comprensión del propósito del programa
será la que comunique a las familias, sus prioridades y valores, los que imprima al trabajo
que realiza.
En relación a las cuatro comunas seleccionadas para el trabajo de campo, los criterios de
selección fueron: a) que el programa estuviera plenamente instalado y operando, y b) que
existieran facilidades de acceso para los investigadores.
6.1. Sobre cuestiones sustantivas del diseño del Sistema Chile Solidario
Siendo uno de los pilares de Chile Solidario una definición integral y multicausal de la
pobreza, es necesario que cada uno de los agentes involucrados en la implementación del
programa, compartan esta conceptualización y puedan actuar en coherencia. Entender la
pobreza en una dimensión integral hace posible la promoción y el empoderamiento de las
familias destinatarias del programa. El riesgo que se corre en el caso de que los actores que
ejecutan el programa no compartan esta idea multidimensional de la pobreza es reducir la
intervención al asistencialismo.
“Lo que ellos (las familias) hagan será establecido por ellos mismos, a
su medida, intentando crear un proyecto de vida, porque ellos viven el
día a día. La gente en extrema pobreza más que pobreza económica
tiene una carencia emocional, cultural y de vínculos”
Profesionales y autoridades del nivel regional aportan otra perspectiva: plantean que Chile
Solidario tiene como desafío contribuir a crear una cultura de políticas sociales en el
aparato estatal centrada en la población indigente. Se espera tambien que cada sector
(ministerio) asuma un compromiso con la extrema pobreza y sea un agente capaz de
informar a la sociedad lo que significa Chile Solidario.
A nivel municipal y más aún entre los apoyos familiares, el objetivo de alcanzar resultados
concretos y palpables para las familias cobra importancia: entregar cédula de identidad,
integrar a los niños al jardín, garantizar subsidios, etc. Se espera que Chile Solidario pueda
resolver necesidades de las personas, que entregue cosas, así como también que desarrolle
motivación por salir adelante, que terminen su educación, que se capaciten y sean capaces
de generar ingreso.
Como se ha señalado, Chile Solidario supone una intervención que se extiende por 24
meses y que recorre tres etapas: acompañamiento, con un fuerte rol del FOSIS a través del
programa Puente, inserción social, donde se supone comienza a operar la red de protección,
y desarrollo, cuando la familia esta en condiciones de gestionar su proyecto de vida. El
progreso y empalme entre estas etapas depende de la trayectoria de la familia. Todas las
etapas combinan una estrategia que integra asistencia y promoción social.
Todos los entrevistados entienden y valoran que Chile Solidario es más que un programa de
asistencia social o de distribución de subsidios, cuestión que se venía haciendo en Chile
desde mediados de la década del 70. Las autoridades del ámbito nacional piensan y hablan
del Chile Solidario como una política que se caracteriza por la promoción social, por sobre
la asistencia. Se asume que es importante que las familias tengan sus necesidades básicas
resueltas, pero se pone acento en la capacidad de agenciar su propio proceso de desarrollo.
Afirman que no puede pensarse que Chile Solidario es la entrega de un bono monetario,
sin conexión con otros componentes promocionales.
Se observa, aún más al dialogar con los promotores, que se produce un desfase entre la
práctica y el discurso. Por un lado se plantea que Chile Solidario basa su acción en generar
en las familias capacidades para enfrentar sus necesidades a través de sus propios
proyectos, por otro lado, se mantiene la actitud asistencialista propia de las políticas
El Chile Solidario es percibido por todos los actores como la primera política pública
focalizada en atacar la extrema pobreza. Se confía en que se va atender al núcleo de
pobreza dura que no se ha logrado reducir. Se estima que las redes de protección que
existen en el país no están llegando a quienes debieran llegar lo que hace necesario
refocalizar para lograr llegar a los que no tienen acceso.
Si bien se releva el potencial de una focalización precisa a una población a la que hasta
ahora ha costado llegar, ello no implica que la metodología de selección sea considerada
siempre la más apropiada. Hay quien critica a la manera en que se selecciona a las familias
que integran el Chile Solidario, dado que no se consideran factores que van configurando la
exclusión, entre los cuales se cuentan la educación, la salud, la sociabilidad y en general
criterios no materiales.
A la vez, otros actores relevan que entre las familias que califican en el sistema por su
puntaje CAS, dado su capital social y cultural, no siempre es posible articular una iniciativa
como la que ofrece Chile Solidario. Aunque no son mayoría, hay familias a las cuales no se
puede llegar mediante el juego Puente 33, sea porque no presentan interés en seguir sus
instrucciones o porque se ven confundidos por éstas.
Por otra parte, el Programa no contempla a aquellas familias que por tener un puntaje
superior en su ficha CAS quedan fuera de Puente, pero cuya situación es, igualmente, de
alta vulnerabilidad o incluso de más carencias en otras dimensiones de la pobreza que la
ficha CAS no mide.
La unidad de intervención con que actúa Chile Solidario es la familia, pero es posible
observar que abordar a la familia en su totalidad, esto es, a cada uno de los integrantes que
la conforman, es un ámbito no exento de dificultades. En general son las mujeres de las
familias las que se encuentran en casa a la hora de la visita del Apoyo Familiar y, por lo
tanto, son las encargadas y responsables de establecer los compromisos que el programa
estipula deben contraer las familias con el promotor. Una vez más, las mujeres asumen una
responsabilidad directa en la reproducción social de su grupo familiar, lo que ameritaría un
acompañamiento o atención especial de parte del Programa.
33
El juego PUENTE consiste en un tablero que plasma en forma lúdica los 7 pilares o dimensiones abordadas
por el programa (Salud, Educación, Habitabilidad, Trabajo, Ingresos, Dinámica familiar, Identificación), de
forma que las familias se involucren en las distintas actividades que las componen. En el anexo se grafica el
tablero.
34
Capital social grupal refiere a grupos con cierta estabilidad que mantienen relaciones de confianza y
cooperación, entre cuyos miembros se combinan lazos horizontales de reciprocidad y verticales con otras
instancias. El capital social comunitario hace referencia a las instituciones locales, tanto formales como
informales, incluyendo el trabajo cooperativo entre los miembros de la comunidad. Por último, por capital
social externo se entiende la inserción de las familias en un sistema social más amplio, creando vínculos hacia
Como se ha señalado, el promotor es el agente clave del Sistema Chile Solidario por lo que
su comprensión acerca de cómo se conceptualiza y aborda el problema de la extrema
pobreza es relevante para el éxito del Sistema.
Los promotores no son capaces de aclarar que su trabajo pretende mejorar aquellos
aspectos más cualitativos y psicosociales de la pobreza, fortalecer las confianzas y el
desarrollo de las capacidades o habilidades latentes en las familias. El no dejar claro este
aspecto genera el riesgo de instalar una relación clientelar y vertical, en donde es él quien
decide y establece las prioridades a tratar.
Existen diferencias en el concepto de pobreza que manejan los distintos agentes. Es posible
percibir en algunos una orientación hacia lograr un cambio de actitud de las familias,
haciéndolas conscientes de que con su esfuerzo pueden aspirar a más. En estos casos, el
trabajo de acompañamiento a las familias complementa los mínimos exigidos por el
programa y a través de éste se aspira a lograr una “verdadera” promoción.
fuera. (Documento oficial Chile Solidario; “Estrategias de Intervención Integral a Favor de Familias en Extrema Pobreza” elaborado
por la División Social de MIDEPLAN).
35
Jefa de hogar de una familia.
DERECHOS SOCIALES BÁSICOS, SUPERACIÓN DE LA POBREZA Y PROTECCIÓN SOCIAL ANTE LA VULNERABILIDAD
Por otra parte, el promotor es la “cara visible” y es el único vínculo directo de las familias
con el programa, por lo que mantiene una cierta hegemonía respecto de la visión y
comprensión que tengan éstas sobre el Sistema. En relación a esto, es posible detectar una
notable diferencia entre el modo como presentan el programa los promotores FOSIS y los
municipales, en tanto los primeros enfatizan el hecho que esta sea una iniciativa del
gobierno central, atribuyéndole a éste todos los logros, servicios y beneficios que se
prestan; mientras que los municipales destacan el hecho de que éste es un programa de
nivel comunal, en donde todas las iniciativas y propuestas surgen del municipio.
Una última conclusión sobre este tema, es que la mayoría de los apoyos familiares
confunden el Chile Solidario con el Puente. Esto tiene como consecuencia que no
transmiten una visión general del sistema y lo que este propone como concepto de
ciudadanía. Al centrar su acción en el Puente, tienen una visión restringida dirigida a
solucionar problemas específicos y no a una internalización de la noción de derechos
sociales.
Desde una mirada más práctica, algunas de las limitaciones o carencias encontradas al
examinar el rol de los promotores en el Chile Solidario dicen relación con:
a) El programa establece que los Apoyos Familiares deben ser profesionales o técnicos,
mayores de 25 años, con experiencia de trabajo en el área social. Los promotores, si bien
tienen experiencia laboral en el área social, no son siempre profesionales o técnicos.
36
Jefa de hogar de una familia.
37
Hija de una familia.
del programa. Actualmente se está impulsando a nivel local el desarrollo de una serie de
talleres de autocuidado para los promotores, por parte de las COSAM (Corporación de
Salud Mental) comunales, que tienen un rol fundamental en este aspecto.
En relación a las Condiciones Mínimas que establece el Programa, es posible abrir una
discusión en torno a los alcances y límites que los mínimos presentan y a la homologación
que se hace entre éstos y los derechos sociales.
El Sistema se propone garantizar el acceso de las familias más pobres a una red de
protección que se constituye en la lógica de “mínimos sociales garantizados”. El tema es
un aporte a las políticas sociales y tiene una perspectiva de ciudadanía social en términos
marschalianos: instaura en la práctica un conjunto de estándares que la sociedad considera
mínimos deseables para una vida protegida de los avatares del riesgo y la vulnerabilidad.
Traza una vara desde la cual, se estima, el país no tolerara menos. Sin embargo es necesario
cuidar que esta vara actué con un efecto trampolín para desde allí enfrentar nuevos desafíos
de desarrollo basados en los proyectos, capacidades y compromisos de las personas, y no
como un techo aceptado que define hasta donde debe intervenir la política pública38. Existe
el peligro de que Chile Solidario al funcionalizar u operacionalizar los derechos sociales en
mínimos, excluya la dimensión de responsabilidades aparejadas a los derechos que en
última instancia otorga autonomía a los sujetos.
38
El término trampolín es ampliamente usado en la literatura sobre protección social.
básicos definidos como mínimos a cumplir. Este criterio de supervisión aleja el trabajo de
los promotores de la preocupación por los cambios de actitud producidos en la familias.
Son múltiples las observaciones que cabe formular al tratamiento de los mínimos y,
especialmente, respecto al análisis sobre proceso y resultados que la supervisión que realiza
FOSIS al respecto. Entre ellas cabe destacar: a) diferencias en el nivel de complejidad que
requiere cumplir con el mínimo. En algunos casos equivale a un trámite que hay que
cumplir (sacar un certificado) mientras en otros implica modificar procesos y conductas;
grado de control que el Programa Puente tiene sobre el logro del estándar. A modo de
ejemplo, no son de control del programa cuestiones de equipamiento urbano, de trabajo
(trabajar en forma regular, tener una remuneración estable) o de ingreso (contar con
ingresos superiores a la línea de indigencia); c) la brecha que al programa le corresponde
cubrir para que las familias cumplan con el mínimo definido son de muy distinta magnitud.
Hay casos en que solo el 5 % de las familias no cumplen el mínimo (tener carnet de
identidad) y casos en que el 100% de las familias no lo cumplen (tener ingresos sobre la
línea de indigencia).
Motivación
Destaca tanto entre altas autoridades nacionales como entre modestos promotores locales
un punto en común: la motivación y el compromiso por llevar adelante Chile Solidario.
Esta tiene diversas expresiones. Por un lado la vocación social de muchas de las personas
ligadas al Sistema, por otro, la convicción y la responsabilidad de estar innovando en la
forma en que hasta ahora ha actuado el Estado en materia social dirigida a la población más
pobre del país. Se valora el cambio de rol que ha experimentado el Estado en su paso desde
la tradicional entrega de subsidios al actual carácter activo y promocional. A la vez, se
aprecia que este cambio de rol ha significado una coordinación distinta de la oferta pública
y una disposición positiva por parte de todos los organismos del Estado. Por otra parte,
también está presente que Chile Solidario es un proyecto fundamental y prioritario para el
gobierno, por lo que es una obligación estatal en la cuál corresponde cumplir los acuerdos,
protocolos y metas acordadas.
Chile Solidario brinda satisfacciones pues se percibe una recompensa personal al saber que
se está ayudando a las familias que están ausentes de los servicios públicos. Los actores
plantean que es gratificante trabajar en un programa donde existe una mirada más valórica
del tema de la pobreza, y que siempre es un deber ético ayudar a los más necesitados. En
general, se asocia positivamente el estar trabajando en una política cuyo enfoque se
considera que es correcto para la superación de la pobreza.
Uno de los principales esfuerzos del Sistema Chile Solidario es otorgarle importancia al
nivel municipal, en el supuesto de que “nadie mejor que las personas de la propia comuna
conoce los problemas de ésta ni tiene una mejor llegada a la gente”. 39 Chile Solidario
reconoce que son las Municipalidades aquellas instituciones que a nivel local intermedian
prácticamente la totalidad de los servicios y beneficios públicos dirigidos a los más
pobres.40 Sin embargo, como en tantos otros casos, la relación entre el nivel central y el
nivel local es compleja41.
ii) Son las municipalidades las que deben financiar la entrega de recursos a las familias
incorporadas (a excepción del Bono Solidario y los Apoyos Familiares FOSIS). Por lo
tanto, según los entrevistados, no puede hablarse de descentralización al no haber
transferencia de recursos desde el nivel central a los municipios.
Chile Solidario tiene que ser reinterpretado por las distintas comunas, ya que todas
presentan características distintas. A veces no es posible llevar acabo la acción como lo
establece el marco teórico de Chile Solidario ya que la realidad de la comuna es distinta.
Sin embargo se considera que el sistema en general es la solución que cada comuna estaba
esperando para lograr trabajar con las familias más pobres. También se considera que el
sistema está bien enfocado ya que el apoyo emocional que se le da a gente es el apropiado y
es lo que faltaba.
Chile Solidario supone la capacidad de la oferta pública sectorial y local de actuar en red,
de garantizar derivaciones eficientes y oportunas tanto a los servicios públicos locales
(consultorio, oficina municipal de colocaciones, programa de empleo de emergencia) como
a los servicios públicos sectoriales (atención de especialidad en salud, jardín infantil,
registro civil, etc.). La clave es la idea de sistema y de red. En otras palabras, de una
eficiente coordinación de la oferta pública para responder a cada caso en específico. El
39
ex Secretaria Técnica del Sistema Chile Solidario, septiembre 2002
40
Documento interno Sistema Chile Solidario, Julio 2002.
41
Raczynski, D. “Descentralización. Nudos Críticos”.
FOSIS, por su parte, tiene la responsabilidad del enganche de las familias a través del
programa Puente, del acompañamiento a lo largo del proceso y la responsabilidad técnica
sobre los 2.623 apoyos familiares que trabajan en el sistema en todo el país, 1.549
contratados por las municipalidades y 1.074 contratados directamente por FOSIS.
Los límites de competencias entre una y otra institución no debieran presentar problemas.
Una tiene la responsabilidad general, otra responsabilidades operativas. Sin embargo, en la
práctica, las cosas fueron más complejas al inicio de las actividades. Cabe recordar que
FOSIS es un servicio público que, si bien depende institucionalmente del Ministerio de
Planificación, ha actuado desde su creación el año 1990 con gran autonomía en el diseño y
ejecución de sus programas. A la vez, MIDEPLAN es un ministerio que hasta el año 2002
no tenía responsabilidades ejecutivas y que, además, hacia fines de los años 90 enfrentó
sucesivas crisis de sentido y misión institucional y de legitimidad política 42. No es de
extrañar entonces que las relaciones entre ambas instituciones se iniciaran cargadas de
tensiones. Ambos lados probaron fuerzas en su capacidad de liderazgo y conducción del
programa, imponiéndose finalmente la idea original: MIDEPLAN conquistó legitimidad en
el diseño de una red de protección social llamada Chile Solidario, mientras FOSIS se abocó
a la implementación y seguimiento del programa Puente.
en práctica estos acuerdos lo que ocurre en el nivel regional y local. Existe la percepción,
bastante generalizada, de que en un comienzo hubo resistencias por parte de los servicios
para atender a las familias del Chile Solidario. Este problema se debía a la desinformación
que tenían los mandos medios respecto del funcionamiento del sistema. Sin embargo, los
problemas han ido disminuyendo en la medida que los funcionarios han ido conociendo a
Chile Solidario. Los apoyos familiares opinan que actualmente las relaciones con
instituciones de diversos tipos son muy buenas, ya que existe una disposición positiva para
colaborar.
Se señala que los problemas al momento de relacionarse, se dan porque los actores no
comparten un lenguaje respecto de las metas y de las formas que requiere esta intervención.
Las autoridades del FOSIS señalan que se han encontrado con múltiples problemas a la
hora de establecer y coordinar relaciones. Respecto del nivel local, califican la coordinación
como un “dolor de cabeza permanente”, ya que ha habido diversas experiencias respecto de
la formación de redes locales de intervención. Cada una de las instituciones se mueve en
función de sus propias metas, metodologías y orientaciones, lo que significa encontrarse
con voluntades distintas y por lo tanto requiere de tiempo para que se pueda ir logrando un
acompañamiento en la intervención.
Los alcaldes, por su parte, plantean que los recursos públicos debieran llegar directamente a
manos de la municipalidad y no pasar por instancias burocráticas, es decir, no pasar antes
por el FOSIS. El problema de que la ejecución se dirija desde el nivel central es que cada
comuna tiene distintas características, que pueden no ser vistas desde el exterior. La mirada
sectorial es vista como una traba para el desarrollo del Chile Solidario en la comuna.
7. Comentarios finales
En primer lugar vale la pena destacar que Chile Solidario representa, tanto para los actores
involucrados en su implementación, como para las familias incorporadas en el sistema, un
verdadero cambio e innovación respecto de programas y políticas sociales llevadas a cabo
anteriormente. Éste se plantea como un sistema que pretende articular la oferta social
existente y dejar instalada una red a la cual las familias estén conectadas. Esto permite dar
continuidad en el tiempo a la intervención realizada. Se valora especialmente la compañía
brindada a las familias, así como el hecho de que sea el Estado quien las va a buscar.
Por su parte, las familias en extrema pobreza incorporadas al Chile Solidario se muestran
optimistas al respecto. Que alguien las visite en su hogar es percibido como una
preocupación real y concreta por ellas. La presencia de un agente externo que muestre
interés permite que generen o renueven la confianza en otras personas que no pertenezcan a
su núcleo familiar. Este es un primer avance hacia el fortalecimiento y ampliación de las
relaciones sociales con la comunidad y el entorno. Sin embargo, como ya se ha mencionado
en repetidas secciones del análisis, este paso es una de las principales debilidades que se
presentan en la implementación del programa.
Chile Solidario es un sistema de protección social que se sostiene sobre tres principios. 43 El
primero señala que la superación de la extrema pobreza se asocia a la garantía de los
mínimos sociales estipulados en los siete Pilares de la Vida que define el programa Puente.
Hay actores que consideran que estos mínimos son demasiado bajos, por lo que intentan
asegurar algo más para las familias. Sin embargo, hay casi total ausencia, sobre todo en el
nivel local, de una reflexión que entienda estos mínimos como derechos sociales o
ciudadanos.
El tercer principio básico sobre el que se sustenta el Chile Solidario es que el Estado debe
modificar sus modelos de intervención. Respecto de este tema, los actores y las
instituciones han realizado esfuerzos por cambiar la manera tradicional de hacer las cosas
y comenzar a trabajar en función del Chile Solidario. Existe buena disposición por alcanzar
una mejor focalización y lograr la intersectorialidad. Sin embargo, este es un proceso que
aún está en curso y no se ha podido realizar del todo.
Los municipios son los agentes que articulan e intermedian casi la totalidad de los servicios
y beneficios de Chile Solidario asumiendo el rol protagónico que el Sistema les otorga. En
algunos municipios existe un especial interés por hacer que el sistema sea pertinente y se
adecue lo mejor posible a las demandas locales para lo cual se desarrollan actividades
complementarias, no necesariamente explicitadas en el diseño del programa. En otras el
foco está puesto en cumplir los mínimos. Manifestación de una coordinación adecuada en
algunas comunas es el funcionamiento de las COSAM 44, las cuales han aportado al
desarrollo del Chile Solidario a través de la atención prestada a las familias, referida a
talleres de autoestima, calidad de vida, ayuda a las familias que sufren violencia
intrafamiliar y atención a drogodependientes.
Motivar un cambio en el sentido del quehacer social de los funcionarios y técnicos tanto del
nivel local como del conjunto del estado es también un objetivo del Sistema Chile
Solidario.
El papel que llevan a cabo los apoyos familiares es fundamental. Él influye en forma
determinante sobre la visión y valoración que tienen las familias respecto de Chile
Solidario, así como también está en sus manos definir los límites de su intervención para
evitar que se genere una relación de dependencia. Es por ello que resulta indispensable que
el programa cuente con promotores bien capacitados e interiorizados con lo que significa
desarrollar un trabajo promocional. Es necesario asegurarse que quienes trabajan como
intermediarios tengan una formación adecuada y cuenten con los conocimientos técnicos.
43
Pérez Cecilia. “Chile Solidario. Desafíos para Superar la Extrema Pobreza en Chile”
44
Corporaciones municipales de Salud Mental.
riesgos. Una promesa que posiblemente se cumplirá es la que dice relación con construir
una malla de ayudas que proteja a las familias de quiebres de ingreso severos. Pero esta es
una promesa de protección, no de desarrollo o superación y ese es su riesgo. Es un modelo
hiperfocalizado que no ha logrado abrir puertas a la dinámica socio-comunitaria. Desde la
dinámica local se expresan críticas en este sentido:
En el consultorio no creen que el Chile Solidario tenga algún efecto sobre las familias que
participan en él. Opinan que las características de las familias, unidas a la baja calificación
de los apoyos familiares, ha derivado en una relación de dependencia que no permite que
las familias realicen nada por sí mismas. Se percibe que el Chile Solidario es una política
muy contingente e incluso “politiquera”, donde a las personas se les da un bono que es tan
bajo, que no permite solucionar en nada sus problemas y sólo produce dependencia. No se
cree que a partir del Chile Solidario la gente vaya a ser capaz de salir por sí sola de la
pobreza45.
Otros problemas que enfrenta al sistema tiene que ver con la insuficiencia de su actuación
en algunos campos altamente sensibles para la población beneficiada: vivienda, empleo e
ingresos y salud mental.
Para el acceso a la vivienda definitiva sólo existe el programa Chile Barrio, que es por
cupos y postulaciones y no permite acceso preferencial de familias Puente. El Puente trata
de mejorar la habitabilidad, pero la gente vive en mediaguas en sitios prestados, por lo que
no pueden ampliarse.
45
En general los funcionarios del consultorio no están de acuerdo con el sistema. Consideran que se le están
dando beneficios a un “grupo regalón”, habiendo otras personas pobres que también requieren de atención. Se
piensa que este grupo privilegiado va a significar más trabajo, debido a que son personas dependientes que
saben que son prioritarios y resultan enormemente demandantes. Consideran que tienen que atender a gente
floja que llega tarde a que los atiendan, teniendo que pasar por alto a gente que llegó muy temprano a pedir
una hora.
Introducción
desarrollo social eran algunos de los temas que se instalarían en la agenda nacional durante
los años 90.
La década de los 90 no comenzó todo lo bien que se esperaba, con los escándalos
administrativo-financieros del Presidente Collor de Mello y con las persistentes tasas de
pobreza y desigualdad, el panorama social se manifestaba complejo. Durante la breve
gestión del sucesor de Collor de Mello, Itamar Franco, no se produjeron cambios profundos
respecto de la distribución del ingreso ni de los índices de pobreza. El presidente Fernando
Henrique Cardoso declaraba que Brasil no era un país pobre, sino que era un país injusto.
De hecho, en el inicio de siglo XXI, Brasil se erige como una de las 8 mayores economías
del planeta, pero el 28% de su población es pobre47. La media de los ingresos del 10% más
rico de la población es 30 veces mayor que la del 40% más pobre, y el 10% más rico
consume el 46,7% de los productos transados, mientras que el 10% más pobre sólo
consume el 1% del total.
Otros indicadores, tales como la concentración del ingreso, PIB por habitante, desempleo
urbano e indicadores de gasto público social se presentan a continuación para graficar la
situación económica y social de Brasil.
Cuadro 2: Concentración del ingreso:
Año Porcentaje de personas con ingreso per cápita menor que:
47
Bolivar Lamounier y Rubens Figueiredo. “A Era FHC. Un Balanco”. Cultura Ed. Sao Paulo, 2002.
48
CEPAL. Panorama Social de América Latina 2001-2002.
También se puede apreciar que durante la década pasada el gasto público social muestra un
punto de inflexión en la mitad de la década, con un aumento sustancial respecto al total del
gasto público.
Al hacer una retrospectiva de las políticas sociales implementadas en Brasil durante las tres
últimas décadas, se puede expresar que durante la década del 70 en Brasil predominó un
tipo de política social centrada en la satisfacción de carencias inmediatas, con un enfoque
paternalista y esencialmente de asistencia. Posteriormente, en la década de los 80 cobraron
fuerza los conceptos de ciudadanía y de derechos, donde el pueblo tenía demandas hacia el
Estado, las cuales eran consideradas derechos a exigir, y su satisfacción por parte del
Estado debía ser entendida como un deber.
Si embargo, este enfoque de derechos y con una sociedad civil organizada no modificó el
carácter asistencial de la política social imperante, la que contribuía a la generación de
prácticas clientelísticas, donde el poder ejercido por las autoridades tenía su correlato en
una sociedad civil activa, pero no pro-activa, es decir, usuaria de la oferta pública, pero no
influyente en las características de la misma.
Área Programas
Reducción de la mortalidad infantil - Programa de combate a la desnutrición infantil (Programa de leche)
- Programa de agentes comunitarios de salud (PACS)
- Programa nacional de inmunización (PNI)
- Programa de atención integral de salud a la mujer y los hijos
- Programa de saneamiento básico de la Fundación Nacional de la
salud (FNS)
Suplementación alimentaria - Programa nacional de alimentación escolar (PNAE)
- Programa de distribución de alimentos (PRODEA)
Apoyo a la educación básica - Programa nacional de transporte escolar (PNTE)
- Programa de canasto de salud escolar (PCSE)
- Programa de educación infantil
- Programa de canasto de material escolar (PCME) / Programa de
mantención y desarrollo de la enseñanza básica (PMDE)
Apoyo a la agricultura familiar - Programa nacional de fortalecimiento de la agricultura familiar
(PONAF)
Generación de empleo e ingresos y - Programa de generación de empleo e ingresos (PROGER)
calificación profesional - Programa nacional de educación profesional (PLANFOR)
Desarrollo urbano - Programa habitar Brasil
- Programa de acción social en saneamiento
* Fuente: Bolivar Lamounier y Rubens Figueiredo. “A Era FHC. Un Balanco”. Cultura Ed. Sao Paulo, 2002.
Comunidad Solidaria se entiende como un Sistema de Acción que suma a diferentes actores
para realizar acciones de desarrollo. Cuenta con financiamiento del sector público y privado
nacional e internacional. Hasta el año 2002 fue liderada por un Consejo. A partir de
entonces pasó a constituirse en una organización privada de interés público que coordina
una red de programas sociales.
En 1995, el mismo año que asume la presidencia del Brasil Fernando Enrique Cardoso, un
decreto presidencial crea Comunidad Solidaria, acto simultáneo a la extinción de la Legión
Brasilera de Asistencia (LBA). Es el primer reflejo de una clara intención de reemplazar las
prácticas asistencialistas en el área social por acciones más promocionales. Si bien el
Consejo de Comunidad Solidaria reproducía en buena medida el modelo del CONSEA
(Consejo nacional de seguridad alimentaria) creado en 1993 por Itamar Franco, tanto sus
objetivos como su composición serían diferentes. El Consejo se instala con una concepción
de la política y de lo público esencialmente democrática, donde la democracia es ejercer el
diálogo y aceptar la legitimidad del otro.
Quienes están detrás del trabajo llevado a cabo por Comunidad Solidaria, afirman que la
democracia no es un instrumento, sino un valor en sí misma. Se reconoce el papel
estratégico de la sociedad civil en los procesos de desarrollo, como lugar autónomo de
generación de políticas públicas, que contribuye a ampliar el espacio público. También se
amplía el concepto de política pública, ya no sólo ligada exclusivamente a la acción
gubernamental. Desde este enfoque, la sociedad no es sólo ejecutora o controladora de las
acciones, sino una aliada fundamental en la identificación de los problemas, en la
negociación de las prioridades de la agenda gubernamental y en la elaboración de esas
políticas.
Comunidad Solidaria hace una distinción entre crecimiento económico y desarrollo social,
tomando como evidencia los datos que denuncian que, aún en largos períodos de
crecimiento económico, se mantuvieron en Brasil altos niveles de pobreza y de
desigualdad. El éxito económico no implica ni acarrea per se desarrollo social, generación
de capacidades, nuevos emprendimientos ni autogestión.
Parte importante del marco valórico y político que presenta Comunidad Solidaria se funda
en una ética de la responsabilidad que sostiene que es oficioso hablar de derechos como
atributos que el Estado debe proveer y garantizar, si no se asocia ese concepto con el de
responsabilidad de las personas en la obtención, gestión, cuidado y expansión de esos
derechos.
(i) Los territorios más pobres son detectados según un ranking elaborado por el IBGE
(Instituto Brasilero de Geografía y Estadística), el cual es contrastado con índices de
Desarrollo Humano (IDH) elaborados por el PNUD. Dichos territorios se ubican
principalmente en la zona norte y nordeste del país, donde se instalan diversos
programas siempre en una lógica de abajo hacia arriba: se visita a la comunidad, se
establecen planes de trabajo, se realizan acciones, diversos actores participan.
(ii) A los jóvenes se llega principalmente a través de 3 programas: Capacitación
Solidaria, Universidad Solidaria y la Red Joven.
3. Diseño institucional
Desde sus inicios, Comunidad Solidaria se instala en un terreno institucional ambiguo: por
un lado estrechamente ligado a la Presidencia de la República a través del rol de la señora
del presidente, Ruth Cardoso, por otro lado, desde sus primeras acciones invita a la
sociedad civil a construir una agenda común desde un espacio autónomo y no
gubernamental. Este espacio se constituye como el Consejo de Comunidad Solidaria, su
órgano deliberativo, el lugar del debate y de la búsqueda de nuevas respuestas a viejos
problemas. Comunidad Solidaria fue creada en Enero de 1995 bajo la premisa de que la
sociedad civil contemporánea es una aliada indispensable de cualquier gobierno para
enfrentar la pobreza y la exclusión social. Consistía de dos instancias: i) una Secretaría
Ejecutiva, subordinada a la Casa Civil de la Presidencia de la República, encargada de
coordinar acciones gubernamentales de combate a la pobreza; y ii) un Consejo Consultivo,
presidido por Ruth Cardoso y formado por 10 ministros de Estado y 21 representantes de la
sociedad civil con la misión de proponer y opinar sobre las acciones prioritarias en el área
social.
4. Línea de Tiempo
En Enero del 2003, sobre la experiencia acumulada por el programa Comunidad Activa se
creó el Proyecto DLIS (Desarrollo Local Integral y Sustentable), que busca multiplicar los
centros promotores del DLIS en Brasil y en otros países.
Comunitas
Es el sistema creado en 1999 para asegurar la continuidad de las estrategias impulsadas por
Comunidad Solidaria respecto del fortalecimiento de la sociedad y la promoción del
49
RedeSol está compuesta por las siguientes organizaciones y/o iniciativas: Alfabetización Solidaria,
Capacitación Solidaria; Universidad Solidaria; Artesanado Solidario; Programa Voluntarios; Comunidad
Activa; Red Joven; Red de informaciones para el Tercer Sector; y Comunitas.
AED se constituye en un importante soporte para el trabajo de RedeSol, por cuanto genera
y sistematiza gran parte del enfoque teórico que orienta sus acciones y, más aún, aporta con
la difusión y expansión de la metodología del DLIS, uno de sus ejes fundamentales.
Las áreas temáticas de trabajo de AED son: DLIS, Gestión, Microcrédito, Capital social
(cooperación-red-democracia) y Emprendimiento52.
50
Servicio Brasilero de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa.
51
Algunas de las publicaciones que elabora y distribuye AED son: “Como realizar una campaña de
movilización social” y “Como constituir una OSCIP”.
52
Las áreas de trabajo de AED consisten en:
DLIS: Existe un curso de capacitación y nivelamiento para instructores de DLIS, en el cual ya han participado
1.100 técnicos de instituciones de gobierno y 1.300 agentes de instituciones capacitadoras. Además, existe un
curso de sensibilización para DLIS, que funciona exclusivamente a través de Internet en un proceso de
aprendizaje autónomo.
Emprendimiento: AED ofrece tres tipos de cursos de promoción del emprendimiento: i) ser emprendedor en el
gobierno; ii) ser emprendedor en la pequeña y micro empresa; y iii) ser emprendedor en el tercer sector.
Además, existe un componente llamado “emprendimiento político” orientado a que quienes ya ocupan cargos
de liderazgo en empresas, gobiernos, instituciones públicas o del tercer sector, desarrollen sus capacidades de
articulación política.
Capital Social: AED promueve actividades de apoyo al debate, la investigación y la divulgación de
tecnologías sociales innovadoras de inversión en capital humano y en capital social. Además, ofrece juegos y
cursos dentro del programa “cooperatividad sistémica”, orientados a fomentar las ventajas comparativas que
Programa Voluntarios: Surge en 1997 a partir de una gran consulta a nivel de la sociedad
civil. Se realizaron 5 seminarios en diferentes estados, y se detectó que existía mucho
aislamiento entre las instituciones y una diversidad de prácticas voluntarias.
escolar. También se creó un sitio web para la celebración del año internacional del
voluntario, el cual fue premiado en Estocolmo 2001 (Premio mundial de Internet).
Desde 1997 se han establecido 46 Centros; además se ha capacitado a 800 agentes, y se han
hecho publicaciones y consultorías. En la actualidad, los resultados destacados por el
equipo coordinador del Programa dicen relación con que se redujo el aislamiento, la
sociedad civil se apropió del término voluntariado y este se entendió a partir de la
construcción de ciudadanía.
Red de Informaciones del Tercer Sector: Con el objetivo de crear y difundir información y
facilitar la interacción entre entidades públicas y privadas y organizaciones de la sociedad
civil, fue creada esta Red (RITS), que utiliza Internet como canal de comunicación,
divulgando informaciones de todo tipo. Su acción se basa en tres ejes principales: i)
producción y difusión gratuita de informaciones calificadas sobre las organizaciones del
tercer sector, a través de Internet; ii) articulación de organizaciones en red, promoviendo el
intercambio de experiencias y el fortalecimiento de iniciativas; iii) disposición de recursos
tecnológicos que apoyan a las organizaciones en el uso de las TIC para facilitar el
desarrollo de sus actividades. Desde 1997 la página ha tenido 2 millones de visitas, hay 30
mil suscriptores de la Revista del Tercer Sector y 300 OSC asociadas.
Diversos fueron los temas abordados en los 6 años de Rondas de Interlocución Política. En
total se realizaron 14 rondas en las cuales se trataron los siguientes temas: 1) Reforma
Agraria; 2) Ingreso mínimo y educación básica; 3) Seguridad alimentaria y nutricional; 4)
Infancia y adolescentes; 5) Alternativas de empleo e ingreso; 6) Marco legal del tercer
sector; 7) Síntesis preliminar de la agenda social; 8 y 9) Desarrollo local integral y
sustentable; 10) Por una estrategia en pro del segmento joven; 11) Cumbre mundial de
Copenhague y la exclusión social en Brasil, estrategias innovadoras de inclusión en el
campo de la educación: parceria entre Estado y sociedad para la reducción del fracaso
escolar; 12) Un nuevo referente para la acción social del estado y la sociedad, siete
lecciones de la experiencia de Comunidad Solidaria; 13) Expansión del microcrédito en
Brasil; 14) Reforma del marco legal del tercer sector.
Entre los principales resultados de estas rondas, destacan, en primer lugar, la creación de la
Ley de OSCIP o Nueva Ley del Tercer Sector, a la que ya se ha hecho referencia. En
segundo lugar, sobresale la Ley que crea las Sociedades de Crédito al Microemprendedor,
un estímulo para la iniciativa privada en el sector de los microcréditos. Se promueve la
formación de una red institucional capaz de ofrecer microcrédito a los pequeños
emprendedores y se edita y distribuye una cartilla que divulga algunos conceptos sobre la
situación del microcrédito en Brasil.
c) Programas Innovadores53
53
En el Anexo se presenta una detallada descripción de cada uno de los Programas.
Desde 1996, 124.477 jóvenes han sido capacitados para el mundo del trabajo, 2.537 OSC
han ejecutado 4.203 cursos en 9 regiones metropolitanas del país. A decir de los
coordinadores, durante el 2003 se ejecutarán 61 cursos que capacitarán a 1.770 jóvenes.
Según las evaluaciones realizadas por el programa, un 25% de los jóvenes se emplean en
los lugares en los cuales hicieron la práctica, existe un 50% de reinserción escolar y un 70%
de mejoría en las relaciones familiares, pues las habilidades aprendidas por el joven son
transmitidas a la casa.
El Programa se caracteriza por contar con un fuerte apoyo privado, el que está relacionado
con la credibilidad que aquél manifiesta: existe un gran apoyo del Gobierno a través del
Ministerio de Educación; se realizan permanentes y estrictas auditorías al manejo de
recursos; se tiene contacto con los financistas, quienes pueden visitar y estar al tanto de los
resultados de su aporte; y existen metas anuales. Todo ello asegura la afiliación permanente
de quienes realizan aportes.
El Programa opera en 5 mil municipios del país. También se llevan a cabo experiencias en
otros países de habla portuguesa, como Mozambique y Angola. Desde 1997 se ha
alfabetizado a 3,6 millones de alumnos, atendiendo a 2.010 municipios e involucrando a 93
Red Joven vincula juventud y tecnología. Es un programa orientado a que los jóvenes en
riesgo social se acostumbren a un mundo tecnológico y puedan hacer uso de él en beneficio
suyo y de la comunidad. La creación de Espacios Juveniles (centros de Internet para
jóvenes) busca expandir la comprensión de la tecnología como una herramienta útil
personal, comunitaria y socialmente.
Desde el año 2000 se han creado 18 Espacios Juveniles (Centros de Internet para jóvenes)
en 12 municipios, hay 32 jóvenes capacitados trabajando en el proyecto y cerca de 21.600
jóvenes atendidos al mes.
A continuación se presenta un cuadro que resume el año de creación, los objetivos y los
principales resultados de cada uno de los programas que componen la Red Comunidad
Solidaria.
AÑO CREACIÓN
UNIVERSIDAD CAPACITACIÓN PROGRAMA ALFABETIZACIÓN ARTESANADO RITS RED JOVEN PROYECTO
SOLIDARIA SOLIDARIA VOLUNTARIOS SOLIDARIA SOLIDARIO DLIS
1995 1996 1997 1997 1997 1997 2000 2003
OBJETIVOS
UNIVERSIDAD CAPACITACIÓN PROGRAMA ALFABETIZACIÓN ARTESANADO RITS RED JOVEN PROYECTO
SOLIDARIA SOLIDARIA VOLUNTARIOS SOLIDARIA SOLIDARIO DLIS
Movilizar Desarrollar en los Estimular la Reducir las tasas de Revitalizar el Crear y Fomentar Multiplicar los
estudiantes para el jóvenes instalación de analfabetismo en el artesanado difundir iniciativas de centros
trabajo con habilidades para la centros de país. tradicional como información y integración de promotores del
poblaciones generación de voluntarios y la alternativa de facilitar la jóvenes en DLIS en Brasil
pobres en la ingreso, incentivar realización de fuente de interacción riesgo social y en otros
búsqueda del el retorno a la proyectos y ingresos. entre entidades mediante países.
desarrollo escuela y estimular acciones públicas, Internet.
sustentable, la interacción voluntarias. privadas y del
incentivando la social. tercer sector.
responsabilidad
social y el
liderazgo en el
fomento de la
organización
comunitaria.
PRINCIPALES RESULTADOS
UNIVERSIDAD CAPACITACIÓN PROGRAMA ALFABETIZACIÓN ARTESANADO RITS RED JOVEN PROYECTO
SOLIDARIA SOLIDARIA VOLUNTARIOS SOLIDARIA SOLIDARIO DLIS
18 mil 2500 OSC han Instalación de 57 Se han capacitado a Se ha trabajado 300 OSC 18 espacios La metodología
universitarios han realizado cursos de centros de 150 mil educadores, con 2.245 asociadas, 30 juveniles, 32 del DLIS se ha
participando en capacitación y voluntariado y atendido a 2 mil artesanos de 68 mil jóvenes expandido ya a
más de mil cerca de 125 mil capacitación d municipios y municipios y se suscriptores a capacitados y 701
municipios pobres jóvenes han sido 800 agentes en alfabetizado a 3,6 creó una oficina la Revista del 21 mil jóvenes municipios, con
del país. capacitados. todo el país. millones de de Tercer Sector. atendidos al cerca de 20.000
alumnos. comercialización. mes. miembros de
foros locales
capacitados.
A partir de lo recogido en una reunión con los coordinadores del Proyecto DLIS, es posible
desarrollar en mayor detalle en qué consiste esta metodología de intervención social. En el
siguiente cuadro se presenta la sistematización del origen, objetivos, ejecución y los
principales resultados del DLIS desde su implementación en 1999.
agentes en capacitaciones presenciales y a mil capacitadores en cursos a distancia. Los agentes pueden
ser del sector público o privado, sin embargo, como aclara uno de sus coordinadores, AED no está
facultada para capacitar a funcionarios públicos en forma institucional, pues eso lo realiza la ENAP
(Escuela Nacional de Administración Pública). Lo que ha hecho AED es realizar charlas dentro de la
ENAP, donde se da a conocer la metodología DLIS.
La capacitación de los agentes se realiza de forma intensiva durante 8 días en una hacienda. Se tratan
las dificultades de cada una de las localidades de los agentes y posteriormente se hace un seguimiento
de las acciones emprendidas. Los cursos son financiados por las instituciones a las que pertenecen los
agentes.
RESULTADOS Desde 1999 han participado 701 municipios, con cerca de 20.000 miembros de foros locales
capacitados, y se han desarrollado más de 2.000 acciones coordinadas entre instituciones estatales
(regionales) y nacionales. La meta es que el DLIS esté presente en 120 nuevos municipios a fines del
año 2004.
La región del Xingó esta compuesta por 29 municipios ubicados en el Nordeste de Brasil,
en torno al Río San Francisco. Dada su ubicación geográfica, comparten una serie de
características que contribuyeron a que el desarrollo del Proyecto SEBRAE 54 tuviera lugar
en esa microregión.
Todos los municipios se caracterizan por presentar altos índices de pobreza y comparten
como principales actividades económicas la pesca, la caprinocultura y la apicultura. La
región es semi-árida y está compuesta básicamente por grandes haciendas y un gran
número de asentamientos55 de personas “sin tierra” (es la región con más alto número de
asentamientos del país, con un fuerte MST: “Movimiento de los Sin Tierra”). Su ubicación
dentro de la Región del Nordeste la sitúa en un marco general de pobreza, donde los
indicadores socioeconómicos dan cuenta de la concentración de la precariedad en esta zona.
Tanto el nivel de ingresos familiar como las tasas de analfabetismo y cobertura escolar
describen a esta región como la más vulnerable del país.
54
SEBRAE: Servicio Brasilero de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa. Es una institución técnica de apoyo
al desarrollo de actividades empresariales de pequeño tamaño, orientada al fomento y difusión de programas
y proyectos que buscan la promoción y el fortalecimiento de las micro y pequeñas empresas. Su propósito es
trabajar de forma estratégica, innovadora y pragmática para hacer que un universo de pequeños negocios en
Brasil tenga las mejores condiciones posibles para una evolución sustentable, contribuyendo al desarrollo del
país como un todo. Fue creado por ley en 1990 por iniciativa del Poder Ejecutivo, concebido en armonía con
las confederaciones representativas de las fuerzas productivas nacionales. Sin esa parceria entre los sectores
público, privado y las principales entidades de fomento e investigación del País, este modelo no tendría la
eficiencia y la eficacia que ha demostrado a lo largo del tiempo.SEBRAE es predominantemente administrado
por la iniciativa privada. Se constituye en servicio social autónomo (sociedad civil sin fines de lucro), que
ahora opera en sintonía con el sector público, pero no vinculado a la estructura pública federal. La institución
es fruto de una decisión política de las cúpulas empresariales y estatales, que se asociaron para crearla y
cooperan en búsqueda de objetivos comunes. Es por eso que es una entidad empresarial orientada para
atender al segmento privado, aunque desempeñe una función pública y considere siempre las necesidades del
desarrollo económico y social del país. Desarrolla proyectos en diversas localidades de Brasil, en las áreas de
microempresa, planificación, gerenciamiento, crédito, capital de riesgo, empleo y renta.
55
Campamentos establecidos por personas que no poseen propiedad, denominados hombres “sin tierra”.
Según los miembros del Foro DLIS de Pozo Redondo, en Sergipe el 65% de la población se encontraría bajo
la línea de indigencia.
Brasil y Grandes Tasa de analfabetismo de personas de 15 años y más Tasa de escolarización de niños entre 7 y 14 años
Regiones Total Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres
Según relata la coordinadora del Proyecto, durante los últimos ocho años la Compañía
Hidroeléctrica San Francisco (CHESF) instaló una serie de represas en el río San Francisco,
lo que generó diversos cambios en toda la micro-región, teniendo un fuerte impacto en la
zona, tanto respecto de las actividades económicas tradicionales, como de la cultura y el
medioambiente. Siendo una región fuertemente ligada a la actividad pesquera en el río, la
instalación de tres hidroeléctricas tuvo un negativo impacto en la economía de la zona. Ante
esta situación, la CHESF, junto con SEBRAE y el Consejo Comunidad Solidaria,
impulsaron un proyecto que tenía como objetivo fomentar el DLIS en la región.
56
En el proyecto participan los siguientes actores sociales: SEBRAE: a través de la coordinación de DLIS y
del proyecto Protagonismo Joven; Gobierno Federal: a través del Ministerio de seguridad alimentaria,
Ministerio de Educación, Instituto de Fomento Agrario; y apoyo a la gestión compartida entre Estados;
Gobiernos Estaduales de los 4 estados (Alagoas, Sergipe, Bahía y Pernambuco); Prefecturas: cooperación por
parte de los consejos municipales de vivienda, salud, educación y trabajo; Empresas públicas, como la
CHESF; Bancos y Empresas Privadas; Comunidad Solidaria: a través de sus diversos programas (AlfaSol,
CapaSol, UniSol, ArteSol); Organizaciones sin fines de Lucro; Organizaciones de la sociedad civil; el
Instituto Xingó (orientado a la realización y divulgación de estudios sobre la región y sobre desarrollo).
La primera etapa consistió en visitar a los prefectos de los 29 municipios 57 de la región con
el fin de presentar el proyecto y obtener apoyo en su ejecución. Todos aceptaron participar
e incluso se sumó uno que no había sido afectado directamente por la instalación de la
hidroeléctrica (Sta. Brígida).
Los miembros del equipo que lleva a cabo el Proyecto destacan que en cada municipio se
siguió la estrategia DLIS con grandes resultados. La forma en que se desarrolló el proceso
es la siguiente:
En el caso particular de este proyecto, se organizaron en una segunda etapa cuatro foros
estaduales que agruparan a los municipios de cada uno de los estados de la región del
Xingó. En la actualidad, a dos años y medio del comienzo del proyecto, esta etapa está en
proceso. La siguiente etapa será la conformación de un foro global, que incluya a los 30
municipios de los cuatro estados.
57
Estos municipios pertenecen a 4 Estados de la región del Nordeste Brasileño (Alagoas, Sergipe, Bahía y
Pernambuco).
58
Parceiros son los distintos actores que trabajan en parceria (que puede traducirse como partnership al
inglés, o como partenariado al español). El concepto encierra básicamente la idea de una articulación entre
instituciones y actores, tanto públicos, privados y de la sociedad civil, orientada al desarrollo de un proyecto o
de un conjunto de iniciativas.
En la constitución de los foros participa un agente de desarrollo local en cada municipio 59,
el cual es capacitado por AED. El trabajo de los agentes de desarrollo involucraba los
siguientes pasos:
Los foros locales establecieron sus agendas de prioridades y se movilizaron para obtener
apoyo, tanto de las prefecturas, como de otras instituciones. Por su parte, las prefecturas se
comprometían a postular las demandas emanadas del Plan de Desarrollo a los Gobiernos
Federal y Estadual. En un principio, las demandas iban dirigidas esencialmente hacia la
oferta pública de programas sociales, sin embargo, poco a poco se fueron considerando
mayores responsabilidades de parte de la comunidad, comprometiendo mayores acciones
como contrapartida a la acción pública. Esto se desprendía de la idea de que la autonomía y
la democracia en las relaciones eran la base para que las acciones pudieran tener
continuidad.
Una vez llevados a cabo los pasos arriba descritos, la comunidad se reúne en foro para
elaborar la “agenda de la agenda local”, donde durante 30 días se establece un plan de
acción para la comunidad, el cual tiene como principal objetivo la constitución de una
OSCIP que gestionará y coordinará las acciones desde ese momento en adelante.
Dentro del trabajo de campo para este estudio se visitó Pozo Redondo, una localidad
ubicada en el estado de Sergipe, dentro de la denominada región del Xingó, donde a fines
del año 2000 SEBRAE visitó el municipio y le presentó el proyecto al prefecto, quien
estuvo de acuerdo con su ejecución en el territorio. Así llegó un capacitador de DLIS a
conocer la localidad y a interactuar con sus habitantes. Se siguieron uno a uno los pasos
planteados por la metodología DLIS y se conformó un Foro DLIS. Dos años después, ya
existe una OSCIP que coordina las acciones locales y gestiona los vínculos con los
parceiros y la comunidad está fuertemente activa en el desarrollo de su agenda local.
Tal como se pudo comprobar en terreno, en los foros se da un alto nivel de participación de
los distintos actores de la comunidad y un gran número de jóvenes, quienes relatan que en
un comienzo existía desconfianza en que el foro funcionara como una instancia efectiva de
desarrollo, lo que quedaba de manifiesto en una fuerte rotación de los participantes del
mismo. Con el tiempo dicha desconfianza se fue superando y se conformó un grupo estable
de miembros.
Las reuniones del foro sirvieron para intercambiar experiencias y nivelar capacidades de
acción social, así como para fortalecer la acción de grupos que antes trabajaban en forma
aislada. La discusión de los problemas locales en conjunto permitió tener un nuevo
enfoque, donde se articulan los intereses de los distintos grupos, potenciándose unos a
otros60.
Además, se suman críticas respecto del modelo educativo formal, que el foro considera
adecuado para los grandes centros urbanos, pero no así para la región rural semi-árida en la
que viven.
“Las actividades que desarrollamos aquí no están relacionadas
con lo que les enseñan a los niños en la escuela, eso está bien
para las ciudades pero no para nosotros”.
El trabajo del foro ha estado orientado a llevar a cabo su agenda, cuyas prioridades han
sido: infraestructura, turismo, agricultura y artesanado.
Si bien la comunidad reconoce que se encuentra mucho más fortalecida y organizada que
antes, existe preocupación por lo que pueda ocurrir en el futuro, dado que la construcción
de la hidroeléctrica redunda en una cada vez mayor sequía de la zona, afectando la
agricultura y el desarrollo histórico de la localidad.
61
Miembro del Foro DLIS de Pozo Redondo.
De acuerdo al relato de los coordinadores del proyecto, éste actualmente enfocará su trabajo
en dos líneas:
Aprendizajes
Tras intercambiar palabras y opiniones, luego de escuchar la visión que los coordinadores
de los proyectos tienen respecto a la realidad local, y la opinión de los propios habitantes,
queda la sensación de que el impulso de procesos de organización y la generación de
instancias de participación ciudadana cobran cuerpo allí donde las personas se hacen
conscientes de que dicha participación tiene un valor y tiene sentido. El compromiso que
cada uno asume y su posterior cumplimiento otorgan real protagonismo a aquellos que
antes se sintieron demasiado distantes de las decisiones que los afectaban. En los foros se
respira una sensación de que si bien existen muchos factores externos que pueden jugar a
favor o en contra de la comunidad, y que no dependen de ella, también existe mucho poder
en el seno de la comunidad, poder de vincularse a otros, poder de comprometerse con otros
y exigir compromisos a otros, poder de opinar y de ser partícipe en la toma de decisiones
acotadas y cercanas, en definitiva, poder de influir en lo que ocurre a su alrededor y en su
propia realidad.
Dentro de los resultados demostrados por los programas que conforman la Red Comunidad
Solidaria, destaca cuantitativamente el de Alfabetización Solidaria, pues en 5 años ha
logrado alfabetizar a 3,6 millones de personas. Según datos del año 2000 del IBGE 62, la tasa
de analfabetismo de personas de 15 años y más en Brasil ascendía al 13,3%, es decir,
15.897.895 personas63. Tomando este número como referencia, el Programa habría cubierto
a un 22,6% de la población analfabeta del país.
Genera debate y levanta temas relevantes en torno al desarrollo, que resultan ya sea en
nuevos programas sociales, disposiciones institucionales, leyes o normas, etc.
62
Instituto Brasilero de Geografía y Estadísticas.
63
El total de población de 15 años y más en todo Brasil es de 119.533.048.-
64
América Latina aparece como el continente con mayor desigualdad en la distribución del ingreso en el
mundo, con un coeficiente de Gini promedio del 53,9 en el año 2001, cifra abiertamente superior a la de los
restantes continentes, incluso a los más cercanos de Africa (42,4) y de América del Norte (39,2) y casi el
doble del correspondiente a Europa (31,8). Fuente: CIDUTAL, basado en UNICEF 2001.
Las instituciones brasileñas cuentan con un elevado nivel de informatización, es decir, las
nuevas tecnologías de información y comunicación han sido adoptadas por las instituciones
para agilizar sus procesos y ser más eficientes en la administración de la información. El
contar con una buena infraestructura tecnológica, que permite la comunicación efectiva e
inmediata a lo largo del país, con sistemas y softwares adecuados para optimizar la gestión
de los programas sociales implementados, juega a favor para la obtención de buenos
resultados.
los Programas de la Red están compuestos por personas altamente calificadas técnica y
profesionalmente, lo que contribuye al buen desarrollo de los mismos.
Accountability permanente
Para finalizar, estas últimas páginas pretenden interrogar tanto a Chile Solidario como a
Comunidad Solidaria respecto de su capacidad de responder a los desafíos que se presentan
en la actualidad a la hora de pensar en la extrema pobreza y las políticas sociales.
Comunidad Solidaria y Chile Solidario son, como ha quedado en evidencia a lo largo del
texto, modelos de intervención distintos, con diferentes propósitos, estrategias, metas y
desafíos institucionales. Sin embargo, contra lo que cabría esperar, a la luz de la
información entregada, comparten algunos elementos que no dejan de llamar la atención:
activa (sin esperar que ellos se acerquen al municipio o al Estado) y al organizar una
metodología de trabajo y un paquete de servicios para las familias que supone
combinar aspectos psicosociales y aspectos materiales relativos a las carencias;
b) Ambos tienen el propósito, más allá de las acciones realizadas, de modelar e instalar
una nueva óptica de combate a la pobreza. En el caso del Brasil corresponde a un
enfoque de generación de capacidades y articulación del tercer sector y, en el caso
de Chile, de protección social;
c) Comunidad Solidaria y Chile Solidario rechazan el apelativo de “Programa Social”,
señalando que más bien son modelos de acción; o sistemas de acción. Ambos
declaran el propósito de combatir la pobreza desde una perspectiva integral y
generadora de capacidades que trasciende la óptica asistencial, aunque en la práctica
la forma en que aborden este desafío será diferente;
d) Ambos programas están directamente focalizados en los sectores más pobres y
vulnerables de los respectivos países.
e) Ambos nacen, aunque con una diferencia de 7 años entre uno y otro, con un fuerte
respaldo gubernamental-presidencial, en un caso en la figura de Ruth Cardoso,
esposa del Presidente de la República; y en el otro, por medio de un explícito
involucramiento del Presidente de la República en el éxito del programa, el que se
expresa en anuncios personales por su parte de metas y actividades y en numerosas
visitas a terreno para conocer el desarrollo del proceso;
f) Ambos cuentan con apoyo de agencias multilaterales ya sea en su evaluación
(próximamente en el caso de Chile Solidario), ya sea en la ejecución de algunos de
sus componentes (Comunidad Solidaria);
7. El desafío de la eficacia en la acción pública orientada a los más pobres obliga a mover la
tradicional gestión del Estado desde arriba hacia abajo y situarla desde abajo hacia arriba
8. Existe una suerte de polaridad que es necesario romper entre programas de desarrollo y
superación de la pobreza orientados a la generación de capacidades y programas de protección
social que se centran en proveer seguridad de ingreso.
9. El concepto de matriz de riesgo social asociado a mínimos garantizados es útil como
instrumento de seguimiento pero no representa una carta de ciudadanía
10. El diseño y gestión de políticas o programas exitosos de superación de la extrema pobreza va
más allá de una discusión sobre rediseños institucionales y/o de gerencia pública.
11. Existe una amplia posibilidad de respaldo tecnológico para un adecuado seguimiento,
supervisión y control de las acciones.
Primera Afirmación
Ni las políticas sociales tradicionales ni la operación del mercado conducen a la superación de la
pobreza, aunque ambas contribuyen.
Mucho se ha escrito sobre la efectividad de las políticas sociales para superar situaciones de
pobreza comparando con el aporte que acarrea el crecimiento económico y la expansión de
las oportunidades laborales. Sin duda, la mejor medida para apoyar a una familia en
situación de extrema pobreza es el empleo, pero sabemos que esas familias no están
capacitadas para optar a empleos de calidad y que los requisitos del mercado laboral son
cada vez más exigentes. Además, no hay que olvidar que los pobres trabajan, no son un
grupo desocupado, aunque lo hacen en forma inestable y mal pagada. Sabemos también que
la pobreza extrema presenta muchas dificultades para colgarse a las oportunidades que se
generan en los períodos de bonanza económica.
Desde el lado de las políticas sociales las cosas no son más auspiciosas. Éstas están
concebidas para el grueso de la población de recursos medios y escasos que requiere ayuda
estatal o pública para satisfacer algunas o todas sus necesidades vitales. Los bienes y
servicios públicos en los países latinoamericanos presentan malos indicadores de calidad y
en muchos casos también de cobertura. Adonde menos llegan las políticas es a los más
pobres. Además, la principal carencia de estos sectores es de capacidad política en lo
personal, comunitario y societal: no tienen control sobre sus vidas, no conocen ni
reivindican sus derechos, no tienen propuestas que presentar a funcionarios o profesionales.
De lo anterior se desprende que, dado que ni el mercado ni las políticas sociales logran
penetrar con eficacia en el mundo de la extrema pobreza, es necesario implementar
programas específicos dirigidos a esta población.
Segunda Afirmación
Las políticas o modelos de superación de pobreza no son lo mismo ni obedecen a la misma lógica
que las políticas sociales
Tercera Afirmación
El sector privado en un amplio sentido: ONGs, Fundaciones, universidades y empresas
desempeñan papeles claves en la instalación de programas sociales dirigidos a los más pobres.
Existe numerosa evidencia que ilustra acerca del papel de las organizaciones de la sociedad
civil en programas de desarrollo, por lo que no cabe abundar aquí sobre este punto, pero
poco se ha explorado y sistematizado sobre el papel de la empresa privada o la así llamada
“responsabilidad social de la empresa”.
Una de las lecciones más evidentes que arroja la experiencia de ocho años realizada por
Comunidad Solidaria es que el sector privado bien puede participar en el financiamiento de
programas de desarrollo, ya sea con recursos monetarios directos, o con bienes y servicios
necesarios para el desarrollo de las acciones. Esta es una acción a explorar y ampliar en
forma imperativa. Para ello se aconsejan algunos procedimientos a partir de la experiencia
65
Raczynski y Serrano (1998)
Cuarta Afirmación
La extrema pobreza pone siempre en tensión la emergencia material y social de las personas y
familias y las dimensiones políticas y ciudadanas que implican una oportunidad de desarrollo.
Parece recomendable organizar tres ciclos de desarrollo con los más pobres: a) construcción
de confianzas y apoyo socio afectivo tendientes a apoyar cursos de acción que emprendan
los sujetos por sí mismos; b) definición de proyectos y compromisos, c) articulación de
bienes y servicios provenientes de distintas redes de apoyo, entre las cuales se cuentan las
que puedan echar a andar los propios beneficiarios.
Quinta Afirmación
La condición de pobreza y de extrema pobreza no habla solo de privaciones materiales o
simbólicas, sino principalmente de limitaciones a la ciudadanía y a la libertad de las personas.
se que es más importante y que es secundario para mí y estoy dispuesto a exigir lo que es
esencial y colaborar para obtenerlo.
Los más pobres lo necesitan todo: vivienda, hábitat, empleo, ingresos, bienes, alimentos,
salud, educación, cultura, etc. Pero posiblemente lo que más necesitan es lo más difícil de
entregar porque solo se puede conquistar por uno mismo: un sentimiento de confianza en sí
mismo, la creencia de que las cosas pueden ser diferentes, una esperanza que motive un
estado de ánimo distinto, emprendedor, innovador y perseverante. ¿Dónde podrían los
extremadamente pobres encontrar estímulos, referencias, patrones a imitar para internalizar
este tipo de comportamiento? Estas conductas sólo se adquieren en base a la experiencia, al
intercambio, a las relaciones sociales y al aprendizaje personal. De ahí que resulte tan
prioritario el fortalecimiento del ámbito sociocomunitario, las redes sociales y el capital
social como instrumento de combate a la pobreza. Desde allí será posible dar saltos a otras
áreas que también son ajenas al imaginario de los más pobres; la de la ciudadanía y los
derechos sociales.
Sexta Afirmación
La focalización en los extremadamente pobres es imprescindible, pero ello no implica discriminar
usando solo criterios materiales o de ingreso, ni implica diseñar acciones que contribuyan a su
aislamiento y estigmatización.
Un factor considerado un acierto por todos los actores relacionados con Chile Solidario y
con Comunidad Solidaria es que se entiende que estos modelos están llegando a una
población a la que el Estado difícilmente llega. Sin embargo, el tema de la focalización
inmediatamente abre la discusión acerca de los procedimientos y criterios adecuados. En el
presente, se ha acumulado en la región una vasta experiencia en torno a instrumentos y
mediciones que, en general, usan criterios de ingreso y carencias materiales. Existe
consenso, no obstante, entre estudiosos y profesionales de la materia de que, por muy
sofisticados que estos sean, hay ámbitos relevantes de la pobreza y la vulnerabilidad que no
se pueden capturar por medio de los instrumentos conocidos. El problema es que ello no
debe abrir puertas al juicio discrecional de los agentes locales para tomar decisiones que
siempre implican asignación de recursos escasos. Los agentes locales poseen la sensibilidad
y la información que permite discernir y seleccionar beneficiarios, pero el riesgo de la
instrumentalización, la arbitrariedad o el uso político de este poder es demasiado alto.
Existen, sin embargo, metodologías alternativas, como la que impulsa el programa Progresa
mexicano, en el cual el primer criterio de focalización es territorial, el segundo utiliza
instrumentos sociodemográficos estandarizados, pero el tercero es el juicio de la propia
comunidad que debe opinar sobre una primera lista de familias seleccionadas66.
66
Ejemplo planteado en el trabajo de Hicks y Wodrom (2000)
Séptima Afirmación
El desafío de la eficacia en la acción pública orientada a los más pobres obliga a mover la
tradicional gestión del Estado desde arriba hacia abajo y situarla desde abajo hacia arriba.
El Estado actúa desde arriba hacia abajo. Define áreas de intervención, objetivos,
estrategias y procedimientos. Dependiendo de la mayor o menor tradición estatal en materia
de acción social, puede indicar hasta los más mínimos detalles acerca de dónde y cómo
actuar. Comunidad Solidaria, al igual que muchos otros programas de escala más reducida
realizados en los últimos años en América Latina, permite constatar que una clave de
buenos resultados es que la propia gente organice su itinerario de desarrollo, determine
cuáles son sus prioridades y cual sería la mejor forma de disponer de los recursos a su
alcance68.
Octava Afirmación
Existe una suerte de polaridad que es necesario romper entre programas de desarrollo y
superación de la pobreza orientados a la generación de capacidades y programas de protección
social que se centran en proveer seguridad de ingreso.
Los programas dirigidos a los más pobres no deben obviar algunos aspectos centrales a la
condición de pobreza: la situación empleo-ingreso; la situación vivienda-hábitat y la
dimensión socio-afectiva relacionada con la autoestima, la confianza y el capital social. Sin
embargo, los modelos de protección social que actualmente comienzan a instalarse no
consideran estos aspectos y plantean que la protección social es, fundamentalmente, la
seguridad de ingreso. Por lo tanto, el mecanismo de protección por excelencia es el acceso
a ingreso por distintos mecanismos alternativos según los países: salario de inserción,
subsidios o bonos familiares, empleos de emergencia u otros.
Chile Solidario acepta esta lógica y sostiene que logrará salvar el sesgo asistencial,
atomizante y clientelar de la mecánica de distribuir ayudas por la vía de a) acordar con las
familias un plan compartido con responsabilidades explícitas e b) instalar la figura de una
67
Raczynski y otros. Evaluación del Fondo de Solidaridad e Inversión Social FOSIS (1995)
68
Los trabajos de Raczynski han desarrollado ampliamente este punto.
apoyo familiar que acompaña el proceso. Hasta la fecha, estos mecanismos no logran
resolver el problema y arriesgan permanecer limitados a la asistencia sin generar itinerarios
de desarrollo.
Novena Afirmación
El concepto de matriz de riesgo social asociado a mínimos garantizados es útil como instrumento
de seguimiento pero no representa una carta de ciudadanía
Décima Afirmación
El diseño y gestión de políticas o programas exitosos de superación de la extrema pobreza va más
allá de una discusión sobre rediseños institucionales y/o de gerencia pública.
69
Kliksberg (1994), Repetto (2002).
En esta línea, tanto Chile Solidario como Comunidad Solidaria entregan pistas interesantes:
ambos rechazan el apelativo de “Programa Social”, señalando que más bien son modelos de
acción; o sistemas de acción. ¿Qué significa esto? A nuestro juicio, no se trata de una
casualidad y tiene relación con la búsqueda de nuevos campos de acción institucional y de
prácticas públicas y privadas ligadas al desarrollo donde la clave y la recomendación parece
venir dada por conceptos tales como “articulación”, prácticas colaborativas, coordinación
horizontal o de abajo hacia arriba, actuación en red.
Más que buscar nuevos diseños institucionales o nuevas políticas o programas de combate
o superación de la pobreza más severa, el desafío pasa por instalar nuevas prácticas sociales
que logren capitalizar las energías, recursos y experiencias de un amplio elenco de
profesionales ligados a problemas de pobreza y desarrollo. En este sentido, la intuición de
los profesionales de la DIPRES chilena que consideraron necesario buscar una mejor
articulación del Estado, evitando pasar por las grandes declaraciones de modernización,
parece una ruta adecuada.
Onceava Afirmación
Existe una amplia posibilidad de respaldo tecnológico para un adecuado seguimiento, supervisión
y control de las acciones.
En segundo lugar, la tecnología informática es uno de los recursos más democráticos que se
conocen, baste apreciar el acceso ilimitado a información de toda índole accesible a través
de la web. El problema es disponer de los medios (hardware) y del conocimiento.
Comunidad Solidaria entrega señales de que el manejo informático es asequible a los
jóvenes y que las barreras de la pobreza pueden saltarse contando con el recurso adecuado.
70
Castells, 2000
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