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El ayuno, es una práctica confusa para muchos creyentes, saben que la Biblia lo
enseña, pero no logran entender su propósito.
Al leer la Palabra de Dios, nos damos cuenta que tanto sus siervos como su
pueblo, hicieron uso del ayuno para alcanzar victoria en medio de las difíciles
batallas que libraron.
Al leer algunos Salmos escritos por David, encontramos que en ocasiones ayunó
para fortalecer su relación personal con Dios.
El Señor Jesucristo, antes de iniciar su ministerio, fueron muchos los días que
estuvo en ayuno y oración buscando encaminarse en la voluntad de su Padre.
Ayunar, es una disciplina espiritual que nos ayuda a centrar nuestra atención en
Dios y descubrir su voluntad para que podamos tomar decisiones de acuerdo a
ella.
No necesitamos el ayuno para ser aptos ante Dios, tampoco para alcanzar la
salvación o la redención, pues para esto, es indispensable y solo necesario el
sacrificio de Cristo.
El ayuno, no sirve para modificar la voluntad de Dios y que las cosas se hagan a
nuestra manera o para manipular su voluntad a nuestro antojo; por el contrario, el
ayuno y la oración, nos ayuda a centrar nuestra atención sólo en Dios para que
podamos escucharle y obedecerle con todo nuestro corazón.
SEGUNDO. La conexión total con Dios, lo que nos permite fijar nuestra atención
en Él y en su Palabra, en un nivel más profundo.
El ayuno, no es para convencer a Dios de que siga nuestro plan, sino para
conocer el suyo y nosotros seguirlo.
El ayuno, nos permite poner nuestros deseos físicos bajo el control del Espíritu
Santo. En el nos desprendemos de nuestro aferramiento a lo material para abrazar
lo espiritual; y al eliminar cualquier distracción, se puede fijar la atención sólo en
Dios y así clamar conforme sea nuestra necesidad. Para concluir este punto, debo
honestamente decirte lo siguiente:
El propósito del ayuno, no es hacer un intercambio con Dios, pues todo lo que
Dios te ha de otorgar, será por su gracia en honor al sacrificio de Cristo. Por tal
razón, si deseas algo de Dios, en medio de tu tiempo de ayuno, ora a Dios por
todo lo que necesites, pues este es un tiempo oportuno y propicio para hacerlo.
PRIMERO. El hacer esto, (Orar y ayunar) nos permite llevar el cuerpo y sus
principales deseos en sujeción al espíritu (Nuestro espíritu). Esto significa, que
llevamos nuestro cuerpo a un punto donde hablar y estar con Dios, es más
importante que comer y hacer cualquier otra cosa. Esta es una de las principales
razones por las cuales Dios quiere que ayunemos, para traer el cuerpo a sujeción,
para un propósito espiritual más profundo.
El ayuno, nos ejercita en el dominio propio y nos permite tratar con el “yo” que
siempre quiere ser complacido.
En ayuno y oración, Dios revela los pecados ocultos y nos permite que nos
percatemos de la maldad que albergamos; los confesamos, nos arrepentimos y
Dios se manifiesta, ya que son quitados los obstáculos que impiden que el río de
Dios fluya.
Para ti y para mí, nada debe tener más importancia que llegar a conocer más a
Dios. Más importante que la relación con otros y aún más importante que la
comida, es pasar tiempo con Dios; el hacer esto, nos dará el privilegio de verlo
obrar.
Al entrar en ayuno y oración, el Espíritu de Dios estará con nosotros y nos ayudará
a dejar de lado todo asunto terrenal. Las relaciones, el trabajo, tus quehaceres
diarios y el placer personal, terminan ocupando un lugar secundario al acercarnos
a Dios en este tiempo especial.
Al entrar en ayuno y oración, el Espíritu Santo estará con nosotros y nos ayudará
a dejar de lado todo asunto terrenal.
Cuando apartamos tiempo para estar con Dios, nuestros pensamientos son
purificados para ver con claridad aquello que Dios quiere que hagamos.
Al conectarnos con Dios, es que podemos vernos tal como Dios nos ve y también
obtendremos un corazón sensible para poder captar las necesidades de las
personas que viven a nuestro alrededor. Creceremos en la comprensión de la
Palabra de Dios y así llegaremos a discernir su voluntad y seremos testigos del
poder de Dios.
Entrar en ayuno y oración, nos ayuda a tener una perspectiva de lo que estamos
haciendo mal y nos permite tener una nueva visión en cuanto a nuestra vida y
trabajo.
Apartarse para estar en ayuno y oración, era de las primeras cosas en que
muchos hombres y mujeres de la Biblia pensaban cuando sentían una profunda
necesidad de una respuesta de Dios en un momento determinado.
SEXTO. Apartar tiempo para estar en ayuno y oración, nos permitirá vivir
protegidos y fortalecidos.
Este tiempo de comunión con Dios, nos permite entender la voluntad de Dios para
identificar situaciones dañinas y peligrosas; nos ayuda a mantenernos alerta ante
cualquier inminente ataque del enemigo y seremos fortalecidos para poder vencer.
Cuando en medio del ayuno nos sometemos a estar en plena comunión con Dios
y su Palabra, el Espíritu Santo nos dará discernimiento para tomar decisiones
sabias y evitar cualquier riesgo innecesario.
Por último, (7) apartar tiempo para ayunar, crea un ambiente propicio para la
oración.
Apartar este tiempo, permite que todo nuestro ser, alma y espíritu, estén
concentrados en Dios y en las peticiones que le estamos haciendo. Dios lo ve con
agrado y Él ha dicho que, si nos deleitamos en Él, nos concedería las peticiones
de nuestro corazón.
CUARTO. Lee, estudia, medita en la Palabra de Dios y toma nota de las cosas
que Dios te enseñe en este tiempo.