Sei sulla pagina 1di 5

7 razones para entrar en ayuno y oración.

Dios te bendiga grandemente.

Hechos 13:2-3 dice:


Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

El ayuno, es una práctica confusa para muchos creyentes, saben que la Biblia lo
enseña, pero no logran entender su propósito.

Al leer la Palabra de Dios, nos damos cuenta que tanto sus siervos como su
pueblo, hicieron uso del ayuno para alcanzar victoria en medio de las difíciles
batallas que libraron.

Al leer algunos Salmos escritos por David, encontramos que en ocasiones ayunó
para fortalecer su relación personal con Dios.

Daniel oró y ayunó, para buscar una respuesta de Dios.

El Señor Jesucristo, antes de iniciar su ministerio, fueron muchos los días que
estuvo en ayuno y oración buscando encaminarse en la voluntad de su Padre.

En el pasaje que leímos, un gran grupo de hombres, incluyendo a Pablo y


Bernabé, ayunaron y oraron buscando la dirección de Dios antes de ir a las
misiones.

En Mateo 6:16, el Señor dijo: “cuando ayunéis” mostrando así la expectativa de


que los creyentes practiquemos esta disciplina; y mientras que estemos aquí en la
tierra y necesitemos que todo nuestro ser esté en comunión con Dios, apartar
tiempo para el ayuno y la oración, siempre será necesario.

En esta ocasión conoceremos 7 razones para entrar en ayuno y oración, pero


antes de continuar, quiero hacer las siguientes aclaraciones:

No todos ayunamos de la misma manera, el periodo de tiempo también puede


variar, pero el enfoque en todos los casos debe ser el mismo: Buscar a Dios para
estar tiempo con Él y escuchar lo que Él nos tenga que decir.

Ayunar, es una disciplina espiritual que nos ayuda a centrar nuestra atención en
Dios y descubrir su voluntad para que podamos tomar decisiones de acuerdo a
ella.

No necesitamos el ayuno para ser aptos ante Dios, tampoco para alcanzar la
salvación o la redención, pues para esto, es indispensable y solo necesario el
sacrificio de Cristo.
El ayuno, no sirve para modificar la voluntad de Dios y que las cosas se hagan a
nuestra manera o para manipular su voluntad a nuestro antojo; por el contrario, el
ayuno y la oración, nos ayuda a centrar nuestra atención sólo en Dios para que
podamos escucharle y obedecerle con todo nuestro corazón.

El ayuno, debe tener dos componentes importantes:

PRIMERO. La privación de alimentos y actividades, lo que elimina las


distracciones.

SEGUNDO. La conexión total con Dios, lo que nos permite fijar nuestra atención
en Él y en su Palabra, en un nivel más profundo.

El ayuno, no es para convencer a Dios de que siga nuestro plan, sino para
conocer el suyo y nosotros seguirlo.

Ayunar, implica un deseo intenso de escuchar a Dios, un período de tiempo para


conectarse con Él, y la disposición de abstenerse de comida o alguna actividad.

El ayuno, nos permite poner nuestros deseos físicos bajo el control del Espíritu
Santo. En el nos desprendemos de nuestro aferramiento a lo material para abrazar
lo espiritual; y al eliminar cualquier distracción, se puede fijar la atención sólo en
Dios y así clamar conforme sea nuestra necesidad. Para concluir este punto, debo
honestamente decirte lo siguiente:

El propósito del ayuno, no es hacer un intercambio con Dios, pues todo lo que
Dios te ha de otorgar, será por su gracia en honor al sacrificio de Cristo. Por tal
razón, si deseas algo de Dios, en medio de tu tiempo de ayuno, ora a Dios por
todo lo que necesites, pues este es un tiempo oportuno y propicio para hacerlo.

A continuación, mencionaré las 7 y muy buenas razones para entrar en ayuno y


oración.

PRIMERO. El hacer esto, (Orar y ayunar) nos permite llevar el cuerpo y sus
principales deseos en sujeción al espíritu (Nuestro espíritu). Esto significa, que
llevamos nuestro cuerpo a un punto donde hablar y estar con Dios, es más
importante que comer y hacer cualquier otra cosa. Esta es una de las principales
razones por las cuales Dios quiere que ayunemos, para traer el cuerpo a sujeción,
para un propósito espiritual más profundo.

El ayuno, trae a el alma, la mente, la voluntad, la emoción y la conciencia bajo


sumisión al espíritu dentro de nosotros.
Regularmente nos esclavizan nuestros hábitos y nuestras prioridades incorrectas,
pero para que Dios tenga completamente nuestra atención y para llegar a lo más
interno de nosotros y así hablarnos a un nivel más profundo de lo que sucede día
a día, está el ayuno en compañía de la oración y la meditación de la Palabra de
Dios que centra toda nuestra atención en Él.

A través del ayuno y la oración, el cuerpo y el alma entran en sujeción y nos


disciplinamos con el fin de ponernos en una posición en la que el Señor pueda
llevarnos alcanzar el máximo de nuestro potencial espiritual. Por esta razón,
debemos dedicar tiempo para escuchar su voz y esperar que nos revele lo que
desea mostrarnos en ayuno y oración.

El ayuno, nos ejercita en el dominio propio y nos permite tratar con el “yo” que
siempre quiere ser complacido.

SEGUNDO. El ayuno y la oración, nos sensibiliza hacia el pecado.

Jesucristo dijo, que la luz pone en evidencia todas las cosas.


Cuando entramos en ayuno y oración, nos acercamos un poco más a la luz de la
Palabra de Dios, lo que a su vez deja en evidencia lo que tengamos que cambiar
en nosotros.

En un ambiente de ayuno y oración, se nos hará más fácil hacerle frente a


cualquier hábito pecaminoso que en nosotros haya tomado fuerza. Aquí el Espíritu
Santo nos fortalecerá y nos guiará hacia un arrepentimiento genuino delante de
Dios.
Digamos que no has podido superar un mal hábito o un vicio, o una obra de la
carne que continuamente te gana ventaja. Es aquí, donde la práctica de separar
tiempo para ayunar y orar puede conducirnos a una victoria segura por medio de
la fuerza de Dios.

En ayuno y oración, Dios revela los pecados ocultos y nos permite que nos
percatemos de la maldad que albergamos; los confesamos, nos arrepentimos y
Dios se manifiesta, ya que son quitados los obstáculos que impiden que el río de
Dios fluya.

En este tiempo de ayuno y oración dedicado a Dios, el Espíritu Santo nos


redarguye de pecado, santifica nuestros pensamientos y usa este tiempo precioso
para incrementar nuestro deseo de Dios.

TERCERO. Entrar en ayuno y oración, nos permite darle prioridad a Dios y a la


búsqueda de las cosas espirituales.

El ayuno tiene un efecto tremendo, cuando de darle prioridad a la búsqueda del


Señor en lo secreto se trata; ya que cuando oramos y ayunamos, Dios se
convierte en la prioridad de nuestros pensamientos, en la prioridad de nuestros
sentidos, de nuestras acciones y de nuestro comportamiento.

Para ti y para mí, nada debe tener más importancia que llegar a conocer más a
Dios. Más importante que la relación con otros y aún más importante que la
comida, es pasar tiempo con Dios; el hacer esto, nos dará el privilegio de verlo
obrar.

Al entrar en ayuno y oración, el Espíritu de Dios estará con nosotros y nos ayudará
a dejar de lado todo asunto terrenal. Las relaciones, el trabajo, tus quehaceres
diarios y el placer personal, terminan ocupando un lugar secundario al acercarnos
a Dios en este tiempo especial.

Al entrar en ayuno y oración, el Espíritu Santo estará con nosotros y nos ayudará
a dejar de lado todo asunto terrenal.

Cuando entramos en un tiempo de ayuno y oración, nuestra atención se desplaza


de nosotros al Señor, nuestra manera de pensar se vuelve más clara, y nuestra
capacidad para entender los planes de Dios se eleva ya que no estamos
distraídos en otras cosas.

CUARTO. Apartar tiempo en ayuno y oración, aclara nuestra mente y agudiza


nuestro discernimiento.

Cuando nos acercamos a Dios con un corazón humilde, nuestros pensamientos se


aclaran, se agudiza nuestro discernimiento, producto de dedicar tiempo para
hablar y escuchar a Dios por medio de su Palabra.

Cuando apartamos tiempo para estar con Dios, nuestros pensamientos son
purificados para ver con claridad aquello que Dios quiere que hagamos.
Al conectarnos con Dios, es que podemos vernos tal como Dios nos ve y también
obtendremos un corazón sensible para poder captar las necesidades de las
personas que viven a nuestro alrededor. Creceremos en la comprensión de la
Palabra de Dios y así llegaremos a discernir su voluntad y seremos testigos del
poder de Dios.

Entrar en ayuno y oración, nos ayuda a tener una perspectiva de lo que estamos
haciendo mal y nos permite tener una nueva visión en cuanto a nuestra vida y
trabajo.

QUINTO. Entrar en ayuno y oración, nos ayuda a descubrir la voluntad de Dios en


un momento específico.

Apartarse para estar en ayuno y oración, era de las primeras cosas en que
muchos hombres y mujeres de la Biblia pensaban cuando sentían una profunda
necesidad de una respuesta de Dios en un momento determinado.

En el Libro de Daniel capítulo 9, puedes encontrar un gran ejemplo.

Los hombres y mujeres en la Biblia que se apartaron en ayuno y oración en busca


de respuesta de Dios, Él les dio mayor comprensión en sus propósitos.

SEXTO. Apartar tiempo para estar en ayuno y oración, nos permitirá vivir
protegidos y fortalecidos.

Este tiempo de comunión con Dios, nos permite entender la voluntad de Dios para
identificar situaciones dañinas y peligrosas; nos ayuda a mantenernos alerta ante
cualquier inminente ataque del enemigo y seremos fortalecidos para poder vencer.

Cuando en medio del ayuno nos sometemos a estar en plena comunión con Dios
y su Palabra, el Espíritu Santo nos dará discernimiento para tomar decisiones
sabias y evitar cualquier riesgo innecesario.

Por último, (7) apartar tiempo para ayunar, crea un ambiente propicio para la
oración.

No hay nada mejor, que orar sin ninguna distracción.


No hay nada mejor, que orar sin ningún afán.

Apartar este tiempo, permite que todo nuestro ser, alma y espíritu, estén
concentrados en Dios y en las peticiones que le estamos haciendo. Dios lo ve con
agrado y Él ha dicho que, si nos deleitamos en Él, nos concedería las peticiones
de nuestro corazón.

El Salmo 37 versículo 4 dice:


Deléitate asimismo en Jehová,
y él te concederá las peticiones de tu corazón.

No terminaré sin responder a la siguiente pregunta que sé que muchos se harán.

¿Qué cosas debo hacer mientras estoy en ayuno?

PRIMERO. Organízate y determina la cantidad de tiempo que estarás en ayuno.

SEGUNDO. Comienza con oración y termina con oración.

TERCERO. Haz una lista de peticiones que llevarás en tus oraciones.

CUARTO. Lee, estudia, medita en la Palabra de Dios y toma nota de las cosas
que Dios te enseñe en este tiempo.

QUINTO. No pierdas el foco o el propósito del ayuno, recuerda que es un tiempo


para estar con Dios.

SEXTO. No olvides tener cánticos de alabanza y adoración en tus labios y en tu


corazón.

Es mi oración que el Señor ponga el deseo en nuestros corazones de orar y


ayunar para estar con Él.
Oidores & Hacedores

Potrebbero piacerti anche