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Diferencia entre la Hiperactividad y la

Hiperquinesia
HIPERACTIVIDAD:

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual de


origen orgánico (neurobiológico), que se manifiesta con frecuencia en niños y también se
diagnostica en adultos. Está caracterizado por distracción moderada a severa, períodos de
atención breve, hiperactividad, inestabilidad emocional e impulsividad. El origen puede deberse
a un desequilibrio químico en el cerebro.
El síndrome fue reconocido primero en la edad infantil pero, a medida que se ha comprendido
mejor, se ha observado que puede persistir y manifestarse durante la edad adulta.
Históricamente el trastorno ha recibido distintas caracterizaciones e innumerables
denominaciones, lo que dificulta las consultas de la literatura especializada (ver cuadro). Cabe
agregar que el acrónimo inglés ADHD (Attention-Deficit Hyperactivity Disorder) es ampliamente
utilizado para referirse a este síndrome.

La definición oficial, de acuerdo con la clasificación internacional de enfermedades mentales, lo


caracteriza como un déficit neurológico, clasificándolo como encefalopatía metabólica que afecta
a la liberación y a la regulación (homeostasis) de sustancias activas neurológicas y al
funcionamiento del sistema límbico.

¿Qué es el TDAH?

El TDAH es una enfermedad neuro conductual cuyos síntomas consisten en una inquietud
excesiva, falta de atención y actos impulsivos. Se estima que entre el 3 y el 7 por ciento de los
niños en edad escolar y alrededor del 4 por ciento de los adultos padecen TDAH.
No se ha hallado ninguna causa biológica del TDAH. Sin embargo, la mayoría de los
investigadores indican que la principal causa del TDAH son los genes heredados de los padres.
Por ejemplo, los estudios muestran claramente que el TDAH es una cuestión de familia: el 66
por ciento de los niños que padecen TDAH tienen un familiar que también padece la enfermedad.
En la actualidad, los científicos buscan qué genes, o combinación de genes, influyen sobre la
manera en que el TDAH afecta el comportamiento de quienes padecen la enfermedad.
El nacimiento prematuro, fumar o experimentar estrés extremo durante el embarazo, estar
expuesto a sustancias alcohólicas en el útero y las lesiones cerebrales traumáticas también
pueden contribuir al desarrollo del TDAH.

HIPERQUINESIA:

Cinestesia o kinestesia etimológicamente significa sensación o percepción del movimiento. En


medicina y en psicología, esta palabra alude a la sensación que un individuo tiene de su cuerpo
y, en especial, de los movimientos que éste realiza; sensación principalmente facilitada por los
propioceptores, por ejemplo los ubicados en la cóclea del oído interno, y la percepción de la
movilidad muscular.

La hiperquinesia es la enfermedad mental más frecuente en los niños. Por ejemplo, en Estados
Unidos, hasta el 30 y 40 por ciento de los niños atendidos en las clínicas de guía infantil son
diagnosticados como hiperquinéticos, mientras que en el Reino Unido sólo el 1.5 por ciento lo
son. Ambas cifras son extremas: esas clínicas suelen confundir la hiperquinesia con problemas
relacionados como el trastorno de conducta e incluso con la mala educación, mientras que en el
Reino Unido tienden a diagnosticarse sólo los casos que cumplen estrictamente con todos los
criterios diagnósticos. En general, entre el 4 y 10 por ciento de los niños y 1 y 3 por ciento de las
niñas pueden recibir el diagnóstico preciso de hiperquinesia.

La hiperquinesia ha recibido varios nombres: disfunción cerebral mínima, hiperactividad, o


trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad, que es el más correcto ya que así está
clasificada como enfermedad. Por ser más corto, nos referimos a esta enfermedad como
hiperquinesia.

En la hiperquinesia hay dos clases de comportamiento anormal: la hiperactividad/impulsividad y


la falta de atención. La hiperactividad se manifiesta como inquietud constante, desplazarse o
moverse todo el tiempo "como si el niño tuviera un motor", incapacidad para aguardar turnos,
interrumpir a otros, etc. La falta de atención se presenta como desorganización, distracción fácil,
falta de concentración: el niño parece no escuchar o pierde todas sus cosas, etc. Algunos niños
hiperquinéticos tienen rasgos de hiperactividad y falta de atención, otros sólo son hiperactivos y
algunos más sólo tienen el déficit de atención. Estos últimos tienen más problemas, porque su
diagnóstico puede pasarse por alto y como parece que sueñan con los ojos abiertos o no
terminan las tareas, suelen ser etiquetados como flojos o mal diagnosticados como disléxicos.

Los hiperquinéticos, como grupo, tienden a provenir de hogares problemáticos. Sin embargo no
es claro si esta situación es causa o consecuencia. Podría ser que un niño hiperquinético se
vuelva peor en un ambiente de ese tipo, y por eso más probablemente sea diagnosticado como
hiperquinético. O quizá un hogar se convierte en un caos cuando un niño hiperquinético vive en
él. Ambas aseveraciones son parcialmente ciertas.

La hiperquinesia es distinta al mal comportamiento o la simple inquietud. En la hiperquinesia el


niño no puede controlar su comportamiento, y más importante, no puede terminar lo que
emprende. A veces ni siquiera es capaz de jugar solo o en grupo: baja todos los cochecitos y los
deja tirados porque ya no sabe qué hacer con ellos, o abandona la portería a medio partido de
futbol. Esto provoca rechazo en adultos y amigos, y por eso algunos hiperquinéticos son niños
en conflicto y poco felices.

La hiperquinesia es un diagnóstico grave. Un niño o niña con hiperquinesia que no reciba


tratamiento tiene más posibilidades de desarrollar alcoholismo, farmacodependencia, depresión,
conducta antisocial y otros trastornos. No es una condición pasajera o, como algunos padres
erróneamente creen, una situación ventajosa. En efecto ha habido mucha gente brillante con
hiperquinesia. También ha habido farmacodependientes, alcohólicos y deprimidos muy famosos,
pero eso no quiere decir que estos problemas deban ignorarse.

El tratamiento siempre requiere de la combinación de un medicamento y terapia. Es inútil iniciar


una terapia psicológica si el niño no puede estarse quieto. En el otro extremo, el uso del fármaco
sin terapia sólo controla la hiperquinesia pero no enseña al niño a vigilar su conducta.

Niños hiperquinéticos es la incoordinación de movimientos o inmadurez motriz


como también se la ha llamado. Algunos de estos niños tienen un desarrollo motriz
aceptable e incluso pueden ser buenos atletas una vez que pasan la adolescencia,
pero lo habitual es que exhiban cierta torpeza general que involucra a los
movimientos gruesos y a los finos. En este aspecto, los padres señalan caídas
frecuentes, golpes contra muebles u otros obstáculos, poca seguridad para retener
cosas entre las manos y muchos de ellos no logran sino hasta los 9 ó 10 años
conducir una bicicleta, etc. También hay otros síntomas que hacen sospecharla, por
ejemplo, las dificultades que tienen para abotonarse la camisa, atarse los zapatos,
recortar figuras.
En el plano escolar, son niños con dificultades para desarrollar ejercicios y
contribuyen a que sus compañeros se equivoquen.
Su inhabilidad para los deportes es manifiesta, un motivo más para que sus
compañeros los excluyan de los juegos colectivos. La incoordinación para los
movimientos finos se descubre fácilmente en la deficiente caligrafía.
SÍNTOMAS DE TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERQUINESIA

Hiperquinesia:
• Destructividad
• Hiperactividad verbal
• Trastornos del sueño
• Agresividad

Inatención:
• Hiperactividad sensorial
• Distracción

Irritabilidad:
• Conducta impredecible
• Baja tolerancia a la frustración: rabietas, berrinches.

Impulsividad:
• Conducta antisocial
• Enuresis, encopresis
• Temeridad

Incoordinación motriz:
• Torpeza corporal
• Disgrafía
• Ineptitud deportiva
• Disartria, dislalia

Disforia:
• Anhedonia
• Ansiedad
• Deficiente autoestima.

Desobediencia patológica:
• Incomprensión de órdenes
• Repetición de la falta
• Incomprensión del castigo

Trastornos del aprendizaje:


• Problemas visomotores, dislexia
• Disociación
• Inversión del campo visual
• Perseveración
• Memoria deficiente
• Pobreza de la imagen corporal

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