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Tribunal de Apelaciones de Civil de 3º Turno

Sentencia N° 26/2019
Montevideo, 27 de febrero de 2019
VISTOS:
Para dictado de Sentencia Definitiva en segunda instancia los presentes autos caratulados: "Vilanova
Martínez, Ignacio c/ CUTCSA Daños y Perjuicios" IUE 234471/2016, venidos a conocimiento de este
Tribunal, en mérito al recurso de apelación interpuesto por las partes contra la Sentencia Definitiva
N°22/2018 de fecha 7 de mayo de 2018, dictada por la Sra. Jueza Letrada de Primera Instancia en lo
Civil de 2° Turno Dra. Cecilia Schroeder, se manifiesta.
RESULTANDO:
I) Por la impugnada la a quo amparó parcialmente la demanda y en su mérito condenó a CUTCSA a
pagar al Sr. Ignacio Vilanova la cantidad de $ 214.318 por concepto de indemnización de daño moral
y patrimonial emergente de responsabilidad contractual por la ilegítima imposición de sanción
disciplinaria más el lucro cesante pasado, que se liquidará por el procedimiento establecido en el
art.378 del C.G.P según los parámetros establecidos en el Considerando XIII, todo con más reajuste e
interés legal desde la fecha de la demanda hasta su efectivo pago, sin especial condena en la instancia
(fs.376384).
II) En tiempo y forma compareció la representante judicial del actor (art. 44 del C.G.P) interponiendo
el recurso de apelación que nos ocupa, esgrimiendo agravios concretos que obran a fs.385389vto.
Por providencia N°961/2018 (fs.391) se dio traslado del recurso a la parte demandada, quien lo
evacuó como consta a fs.400404vto.
III) En tiempo y forma compareció el representante legal de la demandada e interpuso el recurso de
apelación que también nos ocupa, esgrimiendo agravios concretos que obra a fs.392398vto.
Por providencia N°1106/2018 (fs.399) se dio traslado del recurso a la parte actora, quien lo evacuó
como consta a fs.405415.
IV) Por providencia N°1312/2018 (fs.416) la a quo tuvo por interpuesto en tiempo y forma los
recursos de apelación, franqueó la alzada con efecto suspensivo (fs.251 numeral 1, 252.1 y 255 del
C.G.P).
Los autos fueron recibidos por el Tribunal, y pasaron a estudio de las Sras. Ministras, acordándose el
dictado de decisión anticipada (art.200.1 del C.G.P).
CONSIDERANDO:
I) La Sala acepta el correcto relato de antecedentes procesales que se consignó en la recurrida, y por el
número de voluntades requerido por la ley (art.61 inc.1 de la LOT), en la ocasión por unanimidad de
sus integrantes naturales, habrá de confirmar la muy bien fundada sentencia impugnada, sin especial
condena en la instancia, por compartir sus fundamentos en lo que se dirá, no siendo de recibo los
agravios esgrimidos en su contra por los apelantes.
II) En virtud del principio de congruencia que se impone en toda decisión judicial (art.198 del C.G.P),
el Tribunal de alzada por mandato legal (art. 257.1, 257.2, 257.3 del C.G.P) se ve limitado a revisar
únicamente lo que fue expresión de agravios, sin perjuicio de las facultades que le confiere el
legislador acorde lo preceptúa el art. 217 y art. 257.4 del C.G.P. Corresponde al Tribunal de alzada
preceptivamente, efectuar el examen de la procedencia y regularidad formal de los recursos, con
antelación al estudio de los agravios, ya que el régimen de los medios impugnativos es de orden
público. En mérito a lo referido en los resultandos, se dirá, que no existe impedimento formal alguno
para que se analice el mérito del accionamiento movilizado por las partes, advirtiendo del examen del
expediente que se cumplió cada una de las instancias procesales que conforman el debido proceso, y
que la recurrencia ha sido impetrada en ambos casos acorde a derecho.
Ahora bien, no sólo se deben estudiar los aspectos formales como requisito de admisibilidad de la
alzada, sino los agravios formulados, su contenido.
La expresión de agravios debe ser un examen crítico del pronunciamiento recaído, que examine los
fundamentos de la decisión y analice concretamente el supuesto error in indicando, para concluir
fundamentando la necesidad de que el fallo sea revisado.
Los apelantes realizaron una crítica fundada de la sentencia de primer grado que ameritó su examen.
III) Para un correcto estudio de los agravios esgrimidos, la Sala debió interpretar la demanda, la
defensa, los fundamentos del fallo, todo a la luz de la prueba diligenciada en el proceso, analizada
cada una de ellas y en su conjunto bajo la regla de la sana crítica (art.139140 del C.G.P).
Sin perjuicio del correcto resumen efectuado en la impugnada de los aspectos sustanciales (según
surge de sus Resultandos), y sólo a modo de hilo conductor, la Sala efectuará una reseña de la
pretensión y defensa, destacando los hechos principales que se consideran relevantes en la alzada en
congruencia con los agravios de los apelantes.
El caso: el actor en su demanda manifestó que comenzó su relación contractual con la demandada el
día 13 de junio de 1998 mediante contrato comercial. Es accionista y en función del contrato que los
vincula cumplió funciones de chofer y de chofer cobrador en unidades que individualizó. Aportó
testimonio de Cesión de Contrato de Crédito de Uso (letra B) a efectos de acreditar la legitimación
activa y pasiva en la causa.
Señaló que conforme lo prevé el artículo 21.II del Estatuto Social, se otorga al propietario y/o
accionista el derecho Preferencial para desempeñar en su unidad los cargos de conductor y guarda.
Con fecha 1° de octubre de 2013 el Directorio de la demandada por Acta N°8210 dispuso para el actor
"La Pérdida del Derecho al Trabajo" según telegrama de fecha 4 de octubre de 2013 el que adjunta
(letra C). Destacó que no surgía del texto del telegrama los motivos por los cuales lo excluyen del
derecho preferente antes referido.
Relató que no se formó un expediente administrativo, por lo cual fue sancionado sin tener legítimo
derecho a defenderse. Que ha sido galardonado por la empresa con diferentes diplomas que destacan
su buen desempeño, su buena labor, todo lo que obra en su legajo personal.
Luego, relató hechos de su vida fallecimiento de su padre debiendo recibir apoyo sicológico y
concurrir a siquiatra.
El día 28 de febrero de 2013 inició trámite de amparo al SEAT (Servicio de Enfermedad de los
Accionistas de le Empresa) señalándose que por prescripción médica no se encontraba en condiciones
para desempeñar la tarea. Afirma que tal hecho era de conocimiento de la demandada lo que considera
surge en forma fehaciente de la nota remitida de fecha 13 de mayo de 2013 donde se le dice que "Con
fecha 28 de febrero de 2013 usted ha iniciado trámite de amparo al SEAT.." (doc. letra D).
Afirmó que los haberes correspondientes a marzo y abril de 2013 nunca fueron abonados y tampoco
luego se hizo efectivo algún pago por concepto de estar amparado al SEAT. Por tal motivo el día 14
de mayo de 2013 presentó nota en el Dpto. de Recursos Humanos. Con fecha 16 de mayo la
demandada le intima mediante TCCPC a efectos de que para hacer efectivo los haberes pertenecientes
a los meses de marzo y abril de 2013 tenía que acreditar la posibilidad de ejercer actividad en su
unidad (doc. letra H).
Destacó que nunca habría podido acreditar que se encontraba en posibilidad de ejercer su labor, pues
estaba impedido de hacerlo por prescripción médica. No obstante la demandada lo dejó sin su fuente
de trabajo hasta el día de la fecha y tuvo que dedicarse a hacer changas a modo de solventar su diario
vivir y el de su familia.
Con el paso del tiempo superó sus problemas, aquellos que le impedían trabajar y lo puso en
conocimiento de la empresa por TCCPC de fecha 23 de febrero de 2015, comunicando el alta médica
(doc. letra G). Considera que debió ser reincorporado en forma inmediata y resarcirle todo el daño que
se le ha ocasionado ya que nunca existió incumplimiento de su parte que ameritare una sanción.
Afirmó que en el año 2013 percibía un jornal de $1.500 más la incidencia de la hora extra que
ascendía a $ 1.000, y calcula que al momento de presentar la demanda debería percibir por ambos
conceptos la suma de $ 3.300.
Reclama daño moral el que estima en $ 40.000.000. Funda su derecho por el gran sufrimiento que
padeció porque a sabiendas de la situación personal que atravesaba (tratamiento sicológico,
siquiátrico) no le pagaron acorde al servicio de enfermedad y le quitaron de manera arbitraria la
posibilidad de ejercer el derecho preferente de trabajo.
Reclama lucro cesante por lo que dejó de abonarle la contraria por haber dejado de percibir su salario
y todo beneficio lo que afectó la posibilidad de hacer frente a la manutención de su familia y la
propia. Reitera que hasta la fecha de presentación de la demandan no ha percibido ningún ingreso por
lo que lo reclama. Estimó el lucro cesante en la suma de $ 3.300.000 el cual dice se determinó por
todo el tiempo que la contraria le privó de ingresos.
Reclama daño emergente, lo que gastó en pagar la cuota de la Española hasta la fecha de la demanda
$ 54.318, más los gastos por medicamentos y órdenes que estimó en $ 10.000, total daño emergente $
64.318.
Solicitó que los importe objeto de condena sean reajustados con más interés legal hasta su efectivo
pago.
IV) Defensa: reconoció que el actor es accionista de CUTCSA, que integra la sociedad de hecho del
coche N°425.
Manifestó que como accionista debe conocer el Estatuto Social de la empresa, cita los arts.21, 24, 59.
Defendió la resolución adoptada por el Directorio de CUTCSA la que considera es legítima y que es
falso que el actor no haya tenido oportunidad de defenderse, de interponer los recursos que entendiera
pertinentes. Sin embargo, consintió tácitamente la resolución que le fue notificada.
Afirmó que la decisión de la compañía de retirarle el derecho a trabajo obedece a un cúmulo de
infracciones a la ley y violaciones del Estatuto realizadas por el querellante desde su ingreso y hasta
su destitución. A partir de fs.159 detalla las sanciones disciplinarias que tuvo desde el año 2009 al año
2012, que van desde observaciones a suspensiones de dos días de trabajo hasta de ocho días la última
del 31 de octubre de 2012.
La accionada destacó además que como surge del informe expedido por División de Tránsito y
Transporte de la Intendencia de Montevideo el día 6 de junio de 2013, le fue retirada la libreta de
conducir por hacerlo alcoholizado el día 2 de marzo de 2013 en vehículo particular.
Explicó que dada la relación estatutaria que vincula a los propietarios con CUTCSA están excluidos
de cualquier amparo al B.S.E y a FONASA teniendo amparo al seguro interno que les brinda
cobertura.
Pero, para que el Directorio resuelva el pago del amparo al seguro es condición que el funcionario
esté en condiciones de ejercer el cargo de guarda o conductorcobrador según corresponda, pues
carecería de toda lógica y sentido que el SEAT brindase cobertura a quien estando sano puede
desempeñar la tarea en condiciones normales.
La accionada entiende que el actor ocultó el retiro de la libreta por parte de las autoridades
competentes y que lo hizo porque es condición sin la cual no podía ampararse al seguro interno, pues
para ello se exige que el funcionario esté en condiciones de poder trabajar, y si no tiene libreta no
podía hacerlo.
Concluye defendiendo la legitimidad de la decisión del Directorio que decretó la pérdida del derecho
de trabajo.
Controvirtió los daños y perjuicios pretendidos según fundamentos que obran a fs.162162vto.
V) Como se consignó en el Resultando I) la Sra. Jueza a quo amparó parcialmente la demanda.
Las partes apelan.
Los agravios de la parte actora se pueden resumir en: a) el quantum establecido para indemnizar el
daño moral $ 150.000, monto que estima insuficiente para resarcir el daño extrapatrimonial
experimentado como consecuencia de un actuar con abuso de derecho de la demandada que lo
sancionó en forma arbitraria, lo dejó sin trabajo, fue despedido, no tuvo ningún beneficio, quedó sin
sustento económico, b) en cuanto solo se condenó por lucro cesante pasado, no pronunciándose sobre
el lucro cesante futuro, el que se genere hasta su efectivo pago, tal como fue pedido o hasta el
reintegro a la fuente laboral.
Los agravios de la parte demandada se pueden resumir en: a) que el fallo no se ajusta a derecho por
haber realizado la a quo una valoración del contrato social y reglamentos internos no ajustado a
Derecho, así como que tampoco tuvo en cuenta el comportamiento del actor sus antecedentes, y que
no es competente la jueza para considerar una decisión tomada por el Directorio de su mandante, b)
que el actor desplegó una conducta omisiva, engañosa, fraudulenta, con el fin de obtener un provecho
ilícito, c) que debió presentar la libreta de conducir para poder ampararse al seguro y como no la tenía
por la sanción de la Comuna omitió comunicar lo que había ocurrido aunque fuere en su vida
particular no como chofer de CUTCSA, d) que quedó absolutamente demostrado por confesión de
parte y reconocimiento de documentos, todas las infracciones que el actor había cometido y que
declaró que hasta diciembre de 2012 estuvo amparado al SEAT por seis meses, por lo que debía
presentarse y aplicar una nueva solicitud por un mecanismo de excepción donde necesariamente debía
presentar la libreta de conducir, e) que no recurrió la decisión del directorio, f) al no existir conducta
ilícita mal se puede condenar al pago de los alegados daños y perjuicios, los que de haber existido son
consecuencia de su conducta, pide se revoque toda la condena (daño moral, daño emergente, lucro
cesante).
VI) Como señala la Profesora Klett en su obra "Proceso Ordinario Código General del Proceso" Tomo
II pag.209 y ss al dedicar un capítulo a la Sentencia Definitiva, la misma tiene que ser dictada acorde
a lo dispuesto en el art.197, 198 del C.G.P y 18 de la Constitución de la República. Sin dejar de tener
presente que en segunda instancia se debe examinar la decisión en función de los agravios, resulta que
tanto en primera como en segunda instancia no existe un mandato que obligue al tribunal a
pronunciarse expresamente en la sentencia sobre todos y cada uno de los medios de prueba
examinados. Klett dice (refiriéndose al tribunal) " Tiene sí el deber de analizar cada una de las pruebas
producidas y todas ellas en el cúmulo. Pero, tal actividad no debe constar expresamente en la
sentencia bajo la forma de un inventario de todo lo que examinó y las conclusiones precisas sobre
cada una de las pruebas".
Por tal motivo la Sala aclara a las partes que examinó toda la prueba, pero, en respuesta a los agravios
hará especial mención a aquella en la que precisamente se funda para confirmar la decisión de primer
grado. El resto fue examinado y su estudio y conclusiones no desvirtúa la sólida decisión de la a quo,
por lo que se dirá.
VII) Por orden lógico se comenzará con el análisis de los agravios del demandado.
En primer lugar la Sala dirá que no asiste razón al apelante cuando señala que la a quo no refirió en su
decisión a la consecuencia de la falta de impugnación de la resolución del Directorio objeto de autos
por parte del actor.
Por el contrario sí lo hizo y en el Considerando II) (fs.379) en postura que el Tribunal comparte.
Luego de exponer conceptos teórico en un marco general acerca de la facultad disciplinaria de todo
empleador, ya sea en el ámbito privado o público, la Sra. Magistrada en forma expresa manifestó que
el
"...El primer principio de derecho sancionatorio es el de tutela jurisdiccional, por el cual, en cualquier
ámbito y materia en que se genere un vínculo que implique potestad disciplinaria de una parte
respecto a otra, la licitud de dicho ejercicio puede ser sometida al juicio de un tercero imparcial, haya
hecho uso el interesado o no de los medios de impugnación que internamente la institución de que se
trate establezca. En el sistema democrático y republicano de gobierno, la función de contralor
inherente al principio de tutela jurisdiccional la cumple el Poder Judicial. En virtud de este principio,
aunque la sanción sea aplicada dentro del marco de las facultades conferidas por un sistema
reglamentario dado, si el mismo no respeta las reglas inherentes a toda materia sancionatoria, puede
así declararlo y anulada la sanción en juicio entablado al efecto".
Por lo transcripto y compartido, el agravio es de rechazo.
No obstante, en el caso de autos no se pide que se anule ninguna resolución ni que se lo reintegre al
trabajo, sino que el actor pide que se lo indemnice por un hecho ilícito (sanción de pérdida del
derecho al trabajo), imputando a la accionada responsabilidad contractual. En congruencia en forma
correcta en esos términos quedó delimitado el objeto del proceso, lo que fue consentido por las partes
en audiencia preliminar (fs.169).
En cuanto a la defendida legalidad de la sanción por la accionada, la Sala considera que no se puede
soslayar el hecho de que el actor estaba enfermo, certificado por su médico tratante estaba impedido
de ir a trabajar y no obstante ser tal hecho de conocimiento de la empresa, se dispuso por parte del
Directorio el día 1° de octubre de 2013 "La pérdida del derecho al trabajo", lo que le fue comunicado
por Telegrama el día 4 de octubre de 2013 (f.12).
El hecho determinante fue que no presentó la libreta de conducir al serle requerida por la demandada
para acreditar que estaba en condiciones de trabajar para poder acceder al SEAT. La demandada
interpreta que dicha conducta (omisa) debe ser calificada como de mala fe, pretender engañar para
obtener un beneficio indebido.
No es un hecho controvertido por el contrario que la sanción que le impuso la Intendencia retiro de la
libreta de conducir por un hecho cometido el día 2 de marzo de 2013 no fue en ocasión del trabajo,
por lo que tal como lo dijo la a quo es un hecho ajeno al servicio. Cuando el actor se presentó ante la
empresa para ampararse al SEAT dado que tenía indicación médica de no poder trabajar le exigieron
que presentar la libreta de conducir lo que lógicamente no podía hacer porque le había sido retirada
por la Comuna.
De la prueba diligenciada correctamente analizada por la a quo surge que es costumbre de la
compañía requerir que se presente la libreta de conducir previo al cobro del seguro de enfermedad
interno (SEAT) para evitar abusos, es decir, evitar que se encubra alguna razón que sea ajena al hecho
de estar impedido de trabajar por enfermedad que es la causa por la cual se ampara al trabajador.
Sobre tal exigencia la Sala comparte totalmente lo dicho por la a quo, el actor estaba impedido de
trabajar por prescripción médica, entonces, no importaba si además no tenía la libreta de conducir por
un hecho absolutamente ajeno al servicio. Otra cuestión hubiese sido y quizás otra la decisión judicial
si la demandada hubiese puesto en tela de juicio la veracidad de la enfermedad o de la prescripción
médica lo que no fue alegado, y por ende no formó parte del objeto del proceso. El actor probó que la
causa de su pedido de amparo al SEAT fue por su enfermedad, estado depresivo, tratamiento con
siquiatra, situación que no era desconocida a la demandada. El beneficio que se pretendió es al que
tenía derecho en forma independiente al retiro de su libreta por un hecho de vida privada y a las
sanciones disciplinarias relatadas en la demanda desde el año 2009 al año 2012. Entonces, no se
advierte una conducta dolosa, engañosa, el actor debía probar que no podía trabajar y lo hizo mediante
prescripción médica. No se le podía exigir razonablemente otra cosa. Frente a la prescripción médica
no interesaba si tenía o no libreta de conducir, si la tuviera no podría haber ido a trabajar de todas
formas. La regla de costumbre impuesta en CUTCSA por la razón antes dicha (evitar irregularidades,
abusos) no puede convertirse en una exigencia que obste el amparo al seguro por motivo de su
enfermedad, imposibilidad física que no cuestionó.
En otro orden también se comparte el análisis que realizó la magistrada respecto a la potestad
disciplinaria y sancionatoria, (Considerando III, IV, V, VI) a lo que la Sala nada diferente puede
aportar más que compartir sus conclusiones.
La sanción impuesta es ilegítima y debe ser indemnizado tal como lo dispuso la a quo.
Estatutariamente no existe infracción tipificada que permita una sanción tan grave por omisión de
presentar la libreta para poder acceder al seguro por enfermedad o perder la fuente de trabajo.
Y utilizando un hecho puntual de la vida privada la demandada le quita el derecho al trabajo por esa
razón, por entender que ocultó el hecho y agrega antecedentes de sanciones del año 2009 al 2012 a un
accionista y trabajador que lo era desde el año 1998, al que también se le reconoció su buena labor.
Entonces, si la sanción es ilegítima, tampoco hay razón para contemplar agravantes, es decir el
comportamiento anterior del actor en que tanto énfasis puso la defensa.
El Directorio de CUTCSA lo sancionó (por la omisión deliberada y contumaz en presentar la libreta)
con la pérdida del derecho al trabajo excediendo su facultad sancionatoria que debió ceñirse al
Estatuto tal cual lo analizó la a quo. Por tal motivo la Sala confirma la responsabilidad imputada en el
marco contractual. La decisión del Directorio se percibe en la ocasión como desmedida, no respeta la
regla de la inmediatez que se impone razonablemente en todo ámbito sancionatorio. No se contempló
la enfermedad del actor y el hecho detonante fue se reitera un hecho de su vida privada que la Sala no
avala por supuesto pero no pudo ser el desencadenante de la pérdida no sólo del SEAT sino del
derecho al trabajo. Respecto de los principios de gradualidad y proporcionalidad de las sanciones nada
diferente puede aportar la Sala al completo desarrollo que realizó la jueza en su sentencia
(Considerando X, XI, XII).
Por tal motivo la decisión se considera que es ilegítima y todo hecho ilegítimo que cause daño deber
ser reparado tanto en el ámbito extracontractual como contractual.
VIII) Ambas partes se agravian por la condena impuesta de daños y perjuicios.
La Sala analizó cada uno de los agravios y no son de recibo.
Respecto de la condena por daño moral, se entiende que el daño extrapatrimonial se probó (prueba
testimonial Ohleguy, Marmol, siquiatra Pagnussat). Además de que el sentido común y la regla de
experiencia indica que la pérdida de trabajo, de ingresos económicos y no haber podido acceder al
seguro por enfermedad lógicamente hayan producido en el actor el estado de ánimo y vulnerabilidad
relatado en su demanda.
El monto objeto de condena determinado en primera instancia es razonable acorde a los parámetros
jurisprudenciales y de esta Sala en particular. La a quo fijó el monto en $ 150.000 con más reajuste e
interés legal desde la demanda lo que se confirmará. El actor reconoce en su apelación que lo pedido $
40.000.000 es excesivo, a lo que la Sala agrega que es absolutamente excesivo, aún si se compara
dicho monto con la indemnización ante casos de sufrimiento por pérdida de vida, lesiones
permanentes, invalidantes, etc.
El daño emergente también debe ser objeto de condena frente a la ilicitud acreditada. Se comparten
las bases para su cálculo según Considerando XIII a lo que nada más corresponde agregar.
Respecto del lucro cesante objeto de condena lucro cesante pasado también la Sala comparte lo dicho
por la magistrada. Interpretada rectamente la demanda surge que no se pidió lucro cesante futuro. El
actor pretende lucro cesante "por todo el período que la contraria le privó los ingresos" (fs.50), tal
como lo entendió la a quo y lo fundó (fs.383). Se refirió al pasado.
Con anterioridad se señaló que no se pidió en este proceso que se declarara nulidad alguna, ni
reintegro al trabajo, sólo se pidió indemnización hasta la presentación de la demanda. El pedido de
"hasta su efectivo pago" refiere al reajuste e interés. De haberse pedido lucro cesante futuro, no sólo
se debió pedir, fundar y acreditar su procedencia, sino establecer sus bases de cálculo y nada se dijo al
respecto.
Por su parte el demandado no efectuó una crítica razonada a la decisión impugnada, en su
consecuencia se mantendrá la condena tal como se dispuso en el primer grado.
IX) La correcta conducta de las partes no amerita sanción procesal en la instancia (art.688 del C.C,
art.261del C.G.P)
Por los fundamentos dados, emergencias probatorias de autos, el Tribunal.
FALLA
Confirmase La Sentencia Definitiva Impugnada.
Sin Especial Condena En La Instancia. H.P.F 6 B.P.C.
Notifíquese A Domicilio A Las Partes.
Cumplido, Devuélvase Al Tribunal De Origen.
Alonso Flumini - Opertti Gallo - Kelland Torres(r.)

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