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“Los poetas -amor mío- son unos hombres horribles, unos monstruos de
soledad, evítalos siempre -comenzando por mí-”
Cuando el asunto del “ego crecido” o cuando “el ego híper-volador” nos ataca el
ser; sucede una “erección mental permanente por la fama”, lo cual nos hace perder
ciertos rumbos. Allí, es inevitable que algo de autodestrucción entre en escena. No
importa si el autor o autora ha ganado premiaciones y reconocimientos que ha montado
hermosamente en sus paredes de cristal. Todo ello, no significa que su literatura sea
potente, interesante, o audaz dentro del laberinto escritural. Existen poetas que viajan
por los países y dedican autógrafos a sus orgásmicos “fans” y seguidores por doquier,
generando tanta “baba pública”. Hay ciertas “literaturas de lo comercial” que venden
excitación, y sus asiduos lectores compran mucha ilusión del desdén. Y jugando al
ejercicio de des-escribir diría Orson Welles: "Lo peor es cuando has terminado un capítulo
y la máquina de escribir no aplaude". "En realidad, el escritor no necesita más lectores
que los pocos que le comprenden. Es inmodesto querer más" nos deja asentado Gore
Vidal sabiamente. Y si hablamos de editoriales “gobierneras” y “ministerios de cultura y
artes” es necesario escuchar a Octavio Paz decirnos que: "No hay nada más triste que el
escritor sometido al dictado del político".
Han pasado por la historia diversos poetas o escritores en guerra, en esa extraña
faena de bombardearse para supuestamente sobrevivir peleándose “egos”, o rollos
intensos y pasándose “facturas de vida” sin papel alguno. Verlaine y Rimbaud tuvieron
una loca relación amorosa, donde en una borrachera Verlaine le da un tiro a Rimbaud en
la muñeca. Al parecer, Lope de Vega describe en una carta a Cervantes como: “un puerco,
un culo, un muladar, un baladí”. El puñetazo de Vargas Llosa a García Marquez (El Gabo)
en público según dicen, fue por líos de faldas. Los artistas Dalí y Buñuel dedican una carta
contra el Nobel de Literatura Ramón Jiménez y le acusan de que su obra les repugna por
“cadavérica, histérica e inmoral”. Los villanos Hitler, Stalin y Mussolini fueron nominados
al Premio Nobel de la Paz, al igual que el guerrerista Obama. Los premios pueden ser
también un gran festival de mentiras. Hitler podría haber sido un estrafalario o
interesante pintor en vez de un “mega-asesino”, pero fue rechazado dos veces en la
Academia de Bellas Artes de Viena. Volviendo a los escritores, podemos decir que unos
atacan a otros, diciendo que habría que matarlos usando hasta sus propios huesos.
Truman Capote decía de Hemingway que era idiota del todo. Señalaba Roberto Bolaño
una vez: "Como poeta sería maricón o si acaso loca, como Whitman y Blake. Neruda y Paz,
en cambio, son maricas"*4. Virginia Woolf decía de James Joyce a raíz de Ulises, que él
como escritor era “un despistado preparatoriano rascándose los barros”. Kingsley Amis
sobre Vladimir Nabokov: "Qué hijo puta. Ese tipo es un completo galimatías”. En fin, es
larga la lista de pleitos y “mentadas de madre”, hasta choques políticos entre escritores
“izquierdosos” versus “derechistas” y al revés. "Nunca he conocido a un comunista tan
deslumbrado por el lujo" expresaba Francisco Umbral sobre Alejo Carpentier. Podremos
encontrar también muchos escritores, que no viven en guerra o en pleito permanente con
los demás creadores pues, hay tipos que realmente se apoyan entre sí y en vez de
competir, comparten sus locas ideas críticas, sus estrambóticas rumbas o hasta proyectos
de ensoñación. Unos sujetos han salvado la vida de otros sujetos, tanto en el mundo de
las artes como en la literatura (que es otra forma de arte). Kafka a diferencia de tantos
escritores que sólo pretendían publicar, le encargó a su gran amigo Max Brod, que
quemara todos sus textos y en cambio éste, los divulgó. ¿Querría Kafka no mutar de
nuevo al morir?
Puede existir lo que llaman algunos como “poesía fácil”, y quizás sea la que se
escribe con posibilidad de ser fácilmente digerida por los demás, la cual no genera
atragantamientos peligrosos. Hay gente que le “teme al temor” o que tiene miedo del
enojo que pueda causar su literatura en el lector o lectora. En internet o en el mundo en
línea, existen blogs y páginas literarias que no son realmente muy interesantes que se
diga; aunque sí existen también unas páginas web demasiado interesantes y que causan
gran impacto por su generosa calidad en la generación de poesía y narrativa, además de
investigación, visualidad y recorrido como entorno digital, creando inclusive intercambios
múltiples. Por otra parte, existen espacios de literatura en la red donde ningún
“comecaca” de los encargados, es capaz de contestarle o simplemente responder al
escritor que envía sus trabajos para revisión y posible publicación. Uno agradecería que
por lo menos, le respondiesen por email algo como que: “Los textos enviados por Usted no
podrán ser incluidos por razón de espacio y tiempo. En estos momentos no recibimos
colaboraciones; sin embargo, lo contactaremos si más adelante es seleccionado por el
comité evaluador, gracias”. Así sean mentiras, se podrían aceptar y que por lo menos, las
escriban al correo de quien envía. Suele haber casos, donde el silencio es algo parecido a
la estupidez. También pasa que un “escritor terrible” a veces, no es capaz de aceptar que
a sus escritos les falta “fogueo y gasolina”.
Aunque más del 90% de nuestro cuerpo esté conformado por polvo de estrellas
según la ciencia, igualmente podemos escribir experimentando entre otros, mucho
estiércol, extra cursilerías, lugares tan vagos como comunes y palabrerías demasiado
barrocas o adulteradas de verborrea para la ocasión. No hay que ser muy genio para
saber que ponerse a escribir tal como Neruda lo hacía hace tanto tiempo, sería hoy día -en
plena contemporaneidad-, algo más que un suicidio planetario. Leer los poemas
nerudianos no está de más, pero escribir desde el pasado sin una crítica revisión de lo que
ya pasó y lo está pasando ahora en las transformaciones del lenguaje y la escritura, sería
desfasado y “melancolicón”. Algunos poetas o no poetas se sienten reptilianos,
agnósticos, “ateo-espirituales”, invisibles e invencibles y post-apocalípticos. Unos contra-
poetas u “odiadores de la poesía ramplona” podrían ser “adictos a la escribieruela”; pero
también existen los metrosexuales que con versos enamoran nenas o “nenos” al pasar.
Los milennials (del milenio), en cambio parecen nacidos dentro de un computador, su
sensibilidad es más que digital, es eléctrico-cibernética y se mantienen “medio
equilibrados” en su cordón umbilical USB. No hay que ser muy poeta para ser capaz de
generar sus propias metáforas, chispas y alumbramientos de las sensaciones energéticas
más sublimes o las más cercanas al lodo, al propio inframundo lírico. Puede un herrero,
un trabajador de la basura urbana, o un sucio indigente llegar a ser una especie de poeta
callejero o transeúnte. Un “anónimo jodedor” llegó a declamar que una mujer debía
quedarse con quien le hiciera sentir “mariposas en el clítoris”; porque lo del estómago era
sólo hambre.
Para escribir firmemente y de modo audaz, tampoco hay que estar navegando en
fantasías de LSD, o en canales inter-cósmicos emporrados de rock n roll o estar por otro
lado, embriagado de ginebras o en la “caña clara del abandonado” en su boulevard roto.
En el campo de los artistas visuales, auditivos, escénicos, circenses, y demás, pueden
encontrase situaciones parecidas entre los creadores de tanto des-orden y zaperoco de
poiesis.
Ender Rodríguez
*1 https://www.letraslibres.com/mexico/literatura/escribir-libros-es-el-peor-negocio-del-
mundo?fbclid=IwAR3XPv1E7X1IJSLk02_uuSSRpqdlKeNDpR4WZFcgUzGaJGwAU9xHuj4osjo
*2 https://letralia.com/ciudad-letralia/cronicas-del-olvido/2019/02/11/poesia-y-suicidio-de-miguel-
marcotrigiano/
*3 https://poeticas.es/?p=77
*4 https://laslecturasdemrdavidmore.blogspot.com/2014/06/insultos-peleas-y-criticas-entre.html
*5 https://elpais.com/cultura/2017/02/10/babelia/1486723630_593071.html
*6 https://elpais.com/diario/1984/07/25/opinion/459554410_850215.html