Naturaleza de la adicción

Las drogas que producen dependencia sean legales o ilegales, aumentan la concentración
de un neurotransmisor llamado dopamina en el centro identificado como núcleo de
accumbens, que es probablemente el centro del placer más importante en el humano. La
importancia del placer es que refuerza la conducta y resulta crucial para repetir
comportamientos de todo tipo, en especial los dirigidos a la sobrevivencia. La manera en la
que la naturaleza se asegura de que el individuo o sujeto realice conductas para sobrevivir
es aumentando la concentración de dopamina en esta zona del cerebro, lo que explica la
motivación para repetir conductas sexuales de procreación o para alimentarse y
sobrevivir… Las drogas hacen algo muy similar: crean una activación artificial de este
centro dl cerebro de gran importancia motivacional.
Las drogas afectan los circuitos del cerebro involucrados en la recompensa, la motivación,
la memoria y el control inhibitorio. Cuando estos circuitos se alteran, la persona pierde la
capacidad de elegir libremente utilizarlas o no, a pesar de que eso implique perder todo
aquello que valora; en esencia esta es la adicción, la incapacidad de detenerse, lo que
constituye una pérdida de libertad.
Los efectos de las drogas son mayores que los conseguidos por medio de reforzadores
naturales, como la comida y el sexo. Esta propiedad de las drogas de aumentar la
dopamina en el sistema de placer del cerebro es la responsable de la adicción y el consumo
de drogas, pues las hace tanto atractivas como muy placenteras. Después de todo el
cerebro está programado para repetir las conductas que producen placer y repeler aquellas
que le causan dolor, al margen de la voluntad explícita y por eso la persona tiende a
repetirla o evitarla, independientemente de que el estimulo placentero le cause daño de
inmediato o posteriormente, o que el estímulo doloroso sea beneficioso.
Por supuesto, los individuos difieren en su manera de responder al problema, ya que no
todos tienen la misma vulnerabilidad en el desarrollo de la dependencia, la cual puede ser
heredada. Hasta tal punto de que se calcula que entre 40 y 60% de la dependencia se debe
a la herencia y a factores de la historia del desarrollo de la adicción. Esto en realidad
explicaría por qué no todos los individuos desarrollan el problema y por qué otros, a pesar
de querer dejar de usar sustancias, no pueden. Esto ultimo posee implicaciones
importantes para la prevención y tratamiento, al buscar limitar en la medida de lo posible
la experimentación y el uso repetido de drogas en todas las poblaciones, pero más en
aquellas con mayor riesgo de generar adicción.
Así pues, las adicciones son enfermedades del cerebro susceptibles de tratamiento, de
naturaleza crónica, asociada con recaídas, que se manifiesta como conducta compulsiva y
con un importante componente genético; pero que a la vez son modeladas por las
experiencias durante el desarrollo y por el contexto sociocultural en que nace y se
desarrolla el individuo (medio ambiente), siendo de esta manera influido también por el
género, tanto biológico como desde su construcción social.