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La deshumanización de los personajes en pos de una puesta en escena coral

Ricardo Alfonso López

Contagio es un filme del año 2011, el cual trata de la rápida propagación de un virus
de fácil contagio y extrema letalidad. La gracia de esta película, es que está contada de forma
coral, es decir, con múltiples “protagonistas” quienes, desde sus distintos universos, viven
este fenómeno de epidemia mundial.

A lo largo de la obra, podemos identificar 4 líneas narrativas (o puntos de vista), que


vendrían a ser:

1- La familia Emhoff (principalmente Mitch, interpretado por Matt Damon), su esposa


Beth (Gwyneth Paltrow), y sus hijos. Ellos suman en pantalla casi 25 minutos.
2- La cruzada de los doctores que buscan la cura, liderados por el Dr. Ellis Cheever
(Laurence Fishburne); la Dra. Erin Mears (Kate Winslet); Dra Hextall (Jennifer Ehle)
y el Dr. Ian Sussman (Elliott Gould); en esta misma línea narrativa podemos incluir
al Tte. Lyle Haggerty (Bryan Cranston). Su línea narrativa suma casi 38 minutos,
siendo esta la más extensa de la película.
3- El inescrupuloso e inhumano periodista freelance Alan Krumwiede (Jude Law), cuya
presencia es muy importante dentro de la historia, pero que no suma más de 10
minutos en pantalla.
4- La investigadora de la OMS Dra. Leonora Orantes (Marion Cotillard) que es enviada
a descubrir el origen de la cura. Es la que más tarda en aparecer, siendo su presencia
un tanto ambigua y no quedando muy claro qué es o a qué se dedica, pero sumando
un poco más de 13 minutos.

Así mismo, existe una pequeña línea de inserts y rellenos que no pertenecen a ninguno
de los anteriores arcos argumentales, y que en total suman un poco más de 7 minutos.

El arco de la familia Emhoff es el más emocional de todos, pues es el que experimenta


más de cerca los estragos ocasionados por la enfermedad. A Mitch se le muere la esposa y el
hijo el mismo día, sin tener mucho tiempo para analizar lo sucedido, y encima de todo,
descubre que su esposa le estaba siendo infiel. Se queda con su otra hija, que por lo visto es
de un matrimonio anterior. Mitch descubre luego que es inmune al virus, pero no se sabe con
seguridad si su hija lo es también, por lo que se vuelve muy sobreprotector con ella,
impidiéndole el contacto con cualquier persona, incluido su novio, que se esfuerza por verla
y estar con ella.

Sin embargo, a pesar de lo duro de las situaciones que tiene que pasar Mitch, y de lo
mucho que se podría calar en esta situación (que a mi parecer, esta línea narrativa tiene el
potencial suficiente como para sostener el largometraje por completo), no logro sentirlo en
su totalidad. El montaje muchas veces me cortaba la emocionalidad, y quizá porque la
decisión de dirección no era ahondar en lo emocional, sino más bien en el impacto que tiene
una epidemia sobre la sociedad.

La segunda línea narrativa es más extensa, pero está también más dividida, pues es un
conjunto de personajes que la componen. Creo que hubo un intento desde el montaje para
que los doctores no perdieran del todo la humanidad, pues a pesar de lo entrecortada de esta
línea, se muestran escenas en los que ellos también sufren, se frustran, y viven de cerca la
terrible enfermedad: el Dr. Cheever teme por su esposa, por lo que se salta los protocolos y
reglas, y le cuenta el real estado de la situación; también se frustra enormemente cuando se
entera de que la Dra Mears se ha contagiado. La Dra Hextall prueba la cura en sí misma para
no tener que esperar los meses de investigación de pruebas en humanos, y seguido de ello,
va a donde su padre a exponerse deliberadamente a la enfermedad; el Dr Sussman continúa
la investigación a pesar de que cerraron su programa, por miedo a que se siga propagando y
que sea demasiado tarde cuando la encuentren; y la Dra Mears se desvive por mantener a
salvo a la gente, llegando a contagiarse ella misma… incluso en su lecho de muerte, le intenta
pasar su abrigo a un hombre que está sufriendo por el frío. Luego de eso fallece.

Pero nuevamente mi reparo es que no logro llegar a sentir a todos los personajes, ni su
dolor, ni su emocionalidad, ni nada. Todo ocurre demasiado rápido. Si bien se construye un
verosímil, y noto que hubo un intento por preservarla, insisto en que los personajes carecen
de humanidad. Lo más importante de esta línea es la lucha por conseguir la cura, no los
conflictos por lo que pasan sus protagonistas.

Por otra parte, tenemos a la Dra. Orantes, una investigadora especial de la OMS que está
intentando descubrir el origen de la enfermedad, y que si no fuera porque la secuestra su
mismo colaborador en Hong Kong, probablemente hubiese llegado al fondo del asunto. Me
llama la atención que ella es la que más tarda en aparecer, mostrándola a los 11 minutos de
película, solo por 46 segundos, y luego la volvemos a ver a los 31 minutos, por poco más de
1 minuto y medio. Ya más avanzada la trama, la vemos un poco (y solo un poco) más
frecuentemente, y aun así creo que es la línea narrativa más débil de todas. No logro
descifrarla jamás, no sé quién es ni qué quiere, ni sus miedos, ni sus frustraciones, etc. No
llego a conocerla. En la última secuencia en la que ella aparece, logro tener una mera imagen
de lo que ella es realmente, cuando está haciendo clases a los niños en su cautiverio. Luego,
cuando se entera de que las vacunas que pagaron su rescate eran falsas, sale corriendo,
posiblemente en dirección a donde estaban sus captores… pero no queda claro tampoco, pues
no volvemos a verla otra vez. Siento que es una línea narrativa que propone a un personaje,
que nos da ciertas pistas, pero no termina de cerrar jamás.

Por último, por si la fuerza antagónica principal de la película (el virus) no fuera
suficiente, nos ponen a un antagonista de carne y hueso, al periodista Alan Krumwiede, cuya
única función es desacreditar a los doctores que buscan la cura, y sacar provecho económico
de ello. Al principio parece ser un tipo que realmente busca la verdad, pero luego se nos va
revelando su verdadero carácter. Creo que es la línea narrativa más efectiva de todas, pues
en tan solo 11 minutos de película, se nos muestra a un personaje interesante, comprendemos
sus códigos morales (o la ausencia de ellos, mejor dicho), y hasta podemos sentir desprecio
por él. Aparece en pantalla en 13 ocasiones, de las cuales en 7 su permanencia es menor a 1
minuto. El único momento en el que tiene una exposición de larga duración, es en los “3
minutos de fama” que tiene cuando es invitado al programa en el que está entregando
información oficial el Dr. Cheevers, a quien se encarga de desacreditar y exponer, mezclando
mentiras infundadas con hechos reales, haciendo más verosímil su versión de los hechos. Un
estratega por excelencia, con aliados poderosos que cortan su tajada de las ganancias
económicas que este hombre genera. Un momento clave para llegar a entenderlo, es cuando
una amiga le va a pedir la cura a su casa (cura falsa, por cierto, que él se ha encargado de
difundir a sus cientos de miles de seguidores); y él se la niega en la cara, sin ningún
remordimiento. Posterior a eso, hay un ánima de ella, él la ve sin ningún gesto de
arrepentimiento o dolor, y continúa su camino.
Creo que el objetivo de la película se centra en mostrar los conflictos externos, es decir,
la lucha contra la propagación de la enfermedad y sus vestigios en la sociedad, para lo cual
es muy útil el montaje múltiple o coral; pero la desventaja es que no logra ahondar en los
conflictos internos de los personajes, solo nos muestran pistas, y cuando por fin estamos
viendo algo realmente humano, nos cortan a la siguiente escena, impidiendo que conectemos
con ellos.

Otra cosa que me llama la atención, es que uno de los recursos que más utiliza la película,
es la conexión de cada escena a través de los OVERLAP sonoros. Es decir, escuchamos la
escena siguiente unos segundos antes de que tengamos la imagen de esta. Creo que es una
decisión que se tomó en montaje, para así no extender más de la cuenta el filme, y ahorrar
una buena cantidad de minutos; una ventaja de este recurso es que sirvió para conectar todas
las líneas narrativas que están sucediendo de forma simultánea, no distanciándolas unas de
otras y haciéndolas ver como una sola cohesionada narración.

Por último, quisiera mencionar que durante todo el filme vemos el mismo tipo de corte:
duro, directo a la escena siguiente… excepto por una transición de disolución cruzada, que
ocurre en el minuto 01:03:20 de película, que es cuando falleció la Dra Mears, la entierran,
y pasamos a el Dr Cheever en camino a la entrevista que dará al canal de TV. Creo que es un
momento más bien reflexivo, pues el último diálogo que ocurre previo a la disolución cruzada
es el de los médicos que dicen que se acabaron las bolsas para cadáveres, y que la Dra que
trabajó tanto por resguardar a la gente, queda allí como una más. La disolución ayuda a
generar esta sensación de reflexión, y de transición a un siguiente capítulo o acto de esta obra.

No puedo evitar comparar esta película con otros filmes contados de forma coral, como
lo son Babel (Alejandro González Iñárritu – 2006), o Crash (Paul Haggis – 2004); cuyo
conflicto central radica en los cruces etnoculturales, y en los que ahondamos perfectamente
en cada uno de sus protagonistas.

Si el objetivo era el descrito anteriormente (de mostrar la enfermedad como el enemigo


mayor), creo que se logra; pero pienso que se desperdicia el enorme potencial que tenía esta
película al no profundizar más en los tremendos conflictos humanos que aquí ocurren.

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