Sei sulla pagina 1di 9

Tabla Periódica

Más de la mitad de los elementos que se conocen en la actualidad se descubrieron


entre 1800 y 1900. Durante este período los químicos observaron que muchos elementos
mostraban grandes semejanzas entre ellos. El reconocimiento de las regularidades
periódicas en las propiedades físicas y en el comportamiento químico, así como la
necesidad de organizar la gran cantidad de información disponible sobre la estructura y
propiedades de las sustancias elementales, condujeron al desarrollo de la tabla periódica,
una tabla en la que se encuentran agrupados los elementos que tienen propiedades
químicas y físicas semejantes. En la tabla periódica moderna, los elementos están
acomodados de acuerdo con su número atómico, en filas horizontales, llamadas períodos,
y en columnas verticales, conocidas como grupos o familias, de acuerdo con sus
semejanzas o propiedades químicas.

Los elementos se dividen en tres categorías: metales, no metales y metaloides. Un


metal es un buen conductor del calor y la electricidad, en tanto que un no metal
generalmente es mal conductor del calor y la electricidad. Un metaloide presenta
propiedades intermedias entre los metales y los no metales.

La tabla periódica es una herramienta útil que correlaciona las propiedades de los
elementos en forma sistemática y ayuda a hacer predicciones respecto del
comportamiento químico.

Desarrollo de la tabla periódica

En el siglo XIX, cuando los químicos sólo tenían una vaga idea respecto de los
átomos y las moléculas, y sin saber aún de la existencia de los electrones y protones,
desarrollaron una tabla periódica utilizando su conocimiento de las masas atómicas. Ya se
habían hecho mediciones exactas de la masa atómica de muchos elementos. Ordenar los
elementos de acuerdo con sus masas atómicas en una tabla periódica parecía una idea
lógica para los químicos de aquella época, quienes pensaban que el comportamiento
químico debería estar relacionado, de alguna manera, con las masas atómicas.

En 1864, el químico inglés John Newlands observó que cuando lo elementos se


ordenaban según sus masas atómicas, cada octavo elemento mostraba propiedades
semejantes. Newlands se refirió a esta peculiar relación como la ley de octavas. Sin
embargo, tal ley resultó inadecuada para elementos de mayor masa que el calcio, por lo
cual el trabajo de Newlands fue rechazado por la comunidad científica.

En 1869, el químico ruso Dimitri Mendeleev y el químico alemán Lothar Meyer


propusieron de manera independiente una disposición en tablas mucho más amplia para
elementos, basada en la repetición periódica y regular de sus propiedades. El sistema de
clasificación de Mendelev superó sobremanera al de Newlands, en particular en dos
aspectos. Primero, agrupó los elementos en forma más exacta, de acuerdo con sus
propiedades, y segundo, porque hizo viable la predicción de las propiedades de varios
elementos que aún no se descubrían.
A pesar de que esta tabla periódica tuvo gran éxito, sus primeras versiones
mostraban algunas incongruencias. Por ejemplo, la masa atómica del argón (39.95 uma)
es mayor que la del potasio (39.10 uma). Si los elementos se hubieran ordenado sólo de
acuerdo con su masa atómica creciente, el argón debería aparecer en la posición que
ocupa el potasio en la tabla periódica actual. Pero ningún químico colocaría el argón, un
gas inerte, en el mismo grupo que el litio y el sodio, dos metales muy reactivos. Dichas
discrepancias sugirieron que otra propiedad diferente a la masa atómica debería ser la
base de la periodicidad observada. Resultó que dicha propiedad se relaciona con el
número atómico, concepto desconocido para Mendeleev y sus contemporáneos.

En 1913, el joven físico inglés, Henry Moseley, Llevó a cabo experimentos con
Rayos X, descubriendo que al incidir un haz de RX en un elemento, los átomos de éste
emiten rayos X de una frecuencia característica de cada elemento. Las frecuencias están
correlacionadas con las cargas nucleares Z. Encontró que al ordenar los elementos con
respecto a Z se eliminaban las irregularidades de la tabla de Mendeleiev basada en la
masa atómica y se definían con exactitud los huecos para los que era necesario encontrar
nuevos elementos.

Clasificación periódica

De acuerdo con el tipo de subnivel que ha sido llenado, los elementos se pueden dividir
en categorías: los elementos representativos, los gases nobles, los elementos de
transición (o metales de transición), los lantánidos y los actínidos.

Los elementos representativos son los elementos de los grupos 1A hasta 7A, todos los
cuales tienen incompletos los subniveles s ó p del máximo número cuántico principal. Con
excepción del He, los gases nobles que conforman el grupo 8A tienen el mismo subnivel p
completo.

Los metales de transición son los elementos 1B y del 3B hasta el 8B, los cuales tienen
capas d incompletas, o fácilmente forman cationes con subniveles d incompletos. Los
elementos del grupo 2B son Zn, Cd, y Hg, que no son representativos ni metales de
transición.

A los lantánidos y actínidos se les llama también elementos de transición interna del
bloque f porque tienen subniveles f incompletos.

Si analizamos las configuraciones del grupo 1A vemos que son similares: todos tienen el
último electrón en un orbital s. El grupo 2A tiene configuración ns2 para los dos electrones
más externos. La similitud de las configuraciones electrónicas externas es lo que hace
parecidos a los elementos de un grupo en su comportamiento químico.

Esta observación es válida para el resto de los elementos representativos. Si analizamos


la configuración del grupo 7A, o elementos halógenos, todos ellos poseen configuración
ns2np5, haciendo que tengan propiedades muy similares como grupo.
Propiedades periódicas

▪La energía de ionización es la energía mínima necesaria para que un átomo gaseoso
en su estado fundamental o de menor energía, separe un electrón de este átomo gaseoso
y así obtenga un ión positivo gaseoso en su estado fundamental:

Las energías de ionización de los elementos de un periodo aumentan al incrementarse el


número atómico. Cabe destacar que las energías de ionización de los gases nobles
(grupo 8A) son mayores que todas las demás, debido a que la mayoría de los gases
nobles son químicamente inertes en virtud de sus elevadas energías de ionización. Los
elementos del grupo 1A (los metales alcalinos) tienen las menores energías de
ionización. Cada uno de estos elementos tiene un electrón en la última capa, el cual es
energéticamente fácil de quitar (a partir de ahí, es posible diferenciar entre energía de
ionización 1, 2 y 3), por ello los elementos de este grupo forman cationes (iones
positivos).
Dentro de un grupo, la energía o potencial de ionización disminuye a medida que aumenta
el número atómico, es decir de arriba abajo. Esto se debe a que en elementos más
grandes la fuerza con la que están unidos los electrones es mayor que en átomos más
pequeños, y para sacar un electrón se requiere más energía.

▪ La afinidad electrónica es el cambio de energía cuando un átomo acepta un electrón


en el estado gaseoso.

Afinidad electrónica: capacidad que tiene el átomo para aceptar uno o más electrones.

Entre más negativa sea la afinidad electrónica, mayor será la tendencia del átomo
a aceptar (ganar) un electrón. Los elementos que presentan energías más negativas son
los halógenos (7A), debido a que la electronegatividad o capacidad de estos elementos es
muy alta.

La afinidad electrónica no presenta un aumento o disminución de forma ordenada


dentro de la tabla periódica, más bien de forma desordenada, a pesar de que presenta
algunos patrones como por ejemplo que los no metales poseen afinidades electrónicas
más bajas que los metales. En forma global es posible encontrar un estándar de variación
parecido al de la energía de ionización.

▪ Electronegatividad: Tendencia que presenta un átomo a atraer electrones de otro


cuando forma parte de un compuesto. Si un átomo atrae fuertemente electrones, se dice
que es altamente electronegativo, por el contrario, si no atrae fuertemente electrones el
átomo es poco electronegativo. Cabe destacar, que cuando un átomo pierde fácilmente
sus electrones, este es denominado “electropositivo”. La electronegatividad posee
relevancia en el momento de determinar la polaridad de una molécula o enlace, así como
el agua (H2O) es polar, en base a la diferencia de electronegatividad entre Hidrógeno y
Oxígeno.

En la tabla periódica la electronegatividad aumenta de izquierda a derecha en un


período y de abajo hacia arriba en un grupo.

▪ Radio atómico: es la mitad de la distancia entre dos núcleos de dos átomos


adyacentes. Numerosas propiedades físicas, incluyendo la densidad, el punto de fusión,
el punto de ebullición, están relacionadas con el tamaño de los átomos. Los radios
atómicos están determinados en gran medida por cuán fuertemente atrae el núcleo a los
electrones. A mayor carga nuclear efectiva los electrones estarán más fuertemente
enlazados al núcleo y menor será el radio atómico. Dentro de un periodo, el radio atómico
disminuye constantemente debido a que aumenta la carga nuclear efectiva. A medida que
se desciende en un grupo el radio aumenta según aumenta el número atómico.

▪ Radio iónico: es el radio (tamaño) de un catión o de un anión. El radio iónico afecta las
propiedades físicas y químicas de un compuesto iónico. Por ejemplo, la estructura
tridimensional de un compuesto depende del tamaño relativo de sus cationes y aniones.
Cuando un átomo neutro se convierte en un ión, se espera un cambio en el tamaño. Si el
átomo forma un anión, su tamaño aumenta dado que la carga nuclear permanece
constate pero la repulsión resultante entre electrones extiende el dominio de la nube
electrónica. Por otro lado, un catión es más pequeño que su átomo neutro, dado que
quitar uno o más electrones reduce la repulsión electrón–electrón y se contrae la nube
electrónica. El radio iónico aumenta de acuerdo al radio atómico, es decir a lo largo de un
periodo aumenta conforme el número atómico, y en un grupo aumenta hacia abajo.

Configuraciones electrónicas

En el contexto de la mecánica cuántica, en la descripción de un átomo se sustituye


el concepto de órbita por el de orbital atómico. Un orbital atómico es la región del espacio
alrededor del núcleo en el que la probabilidad de encontrar un electrón es máxima. Los
cuatro números cuánticos, n, l, ml y ms son suficientes para identificar por completo un
electrón en cualquier orbital de cualquier átomo.

La colocación de los elementos en la tabla periódica se hace teniendo en cuenta


la configuración electrónica.

En cada período aparecen los elementos cuyo último nivel de su configuración


electrónica coincide con el número del período, ordenados por orden creciente de número
atómico. Por ejemplo, el período 3 incluye los elementos cuyos electrones más externos
están en el nivel 3;

Na (Z = 11): 1s22s22p63s1.

Al (Z = 13): 1s22s22p63s23p1.

En cada grupo aparecen los elementos que presentan el mismo número de


electrones en el último nivel ocupado o capa de valencia. Por ejemplo, todos los
elementos del grupo 13 contienen 3 electrones en su capa más externa y el último
electrón queda en un orbital p;

B (Z = 5): 1s22s22p1.

Al (Z = 13): 1s22s22p63s23p1.

1.-Número Cuántico Principal (n)


Indica el nivel energético donde se pude encontrar un electrón. Tiene relación con
la distancia media del electrón al núcleo y nos da una idea del tamaño del orbital.
n; adquiere valores positivos y enteros

n=1(K), 2(L), 3(M), 4(N), 5(O), 6(P), 7(Q)

2.- Número Cuántico Azimutal o de Forma (l)


Nos da la idea de la forma que tiene el Orbital (zona de probabilidad donde se
puede encontrar un electrón)

Adquiere valores desde 0 hasta n-1

L 0 1 2 3 4 5

Nombre s p d f g h
del
orbital

3.- Número Cuántico Magnético (m)


El número cuántico magnético determina la orientación espacial de las órbitas, de las
elipses. Adquiere valores desde -l, pasando por cero, hasta +l.
Si l= 0; entonces m=0
Si l=1; entonces m= -1,0,1
Si l=2; entonces m= -2,-1, 0, 1, 2.
Si l=3; entonces m= -3, -2, -1, 0, 1, 2, 3.

Así, si el valor de l es 2, las órbitas podrán tener 5 orientaciones en el espacio, con


los valores de m -2, -1, 0, 1 y 2. Si el número cuántico azimutal es 1, existen tres
orientaciones posible (-1, 0 y 1), mientras que si es 0, sólo hay una posible orientación
espacial, correspondiente al valor de m 0.

4.- Número Cuántico de Espín


Indica el sentido en en cual se asocia físicamente al electrón como un cuerpo que gira
sobre su propio eje.
Adquiere valores de +1/2 y -1/2.
La diferencia de signos indica que un electrón “gira” en un sentido y el otro en sentido
contrario.

Ejemplo: Escriba los cuatro números cuánticos para un electrón situado en un orbital 3p.

n=3, l=1 (al tratarse de un orbital p)

ml=-1, 0, 1
ms=½ o -½

Existen seis maneras posibles de designar el electrón utilizando la notación (n, l, ml, ms)

(3,1,-1,½) (3,1,-1,-½)

(3,1,0, ½) (3,1,0,-½)

(3,1,1, ½) (3,1,1,-½)

Ejercicio: Escriba los cuatro números cuánticos para un electrón situado en un orbital 4d.

Para la distribución electrónica se siguen las siguientes reglas:

Principio aufbau o de construcción: los orbitales se llenan empezando por los de mínima
energía. Para determinar el orbital de mínima energía se sigue la regla de Madelung o n+l:

De dos orbitales, tiene menor energía aquel cuyo valor n+l sea más bajo.

Cuando dos orbitales poseen el mismo valor de n+l, tiene menor energía el orbital
que tiene un valor de n más bajo.

Principio de exclusión de Pauli: en un mismo átomo no pueden coexistir dos electrones


con los cuatro números cuánticos iguales. Al menos se deben diferenciar en el spin.
Como consecuencia, en un orbital caben 2 electrones como máximo con los espines
apareados o antiparalelos, esto es uno con el spin +1/2 y el otro con el spin -1/2.

Regla de Hund o de máxima multiplicidad: los electrones, al ocupar un subnivel, deberán


distribuirse en el mayor número de orbitales posibles (máxima multiplicidad o
desapareamiento) y de forma que sus spines sean paralelos (desapareados).

Energía de enlace

Es la energía necesaria para romper un mol de dichos enlaces. Las partículas se


atraen unas a otras por alguna fuerza, que en contacto inmediato es excesivamente
grande, a distancias pequeñas desempeñan operaciones químicas y su efecto deja de
sentirse no lejos de las partículas.

Enlace químico

Unión entre dos o más átomos de unos mismos o diferentes elementos, para formar una
molécula de un compuesto.
Clasificación de los enlaces químicos

Enlace iónico: transferencia de electrones entre los átomos; uno debe perder electrones
con facilidad (metal) y otro debe ganar electrones con facilidad (no metal, halógenos)

Enlace covalente: compartición de electrones entre los átomos debido a una baja
diferencia de electronegatividad entre los átomos. Generalmente ocurre entre los no
metales. Deben (en su mayoría) cumplir con la regla del octeto.

Tipos de enlace covalente

Normal: cada átomo enlazado aporta un electrón a cada par enlazado.

Dativo: uno de los átomos enlazados es el que aporta el par de electrones que lo
comparten.

Enlace metálico: se produce cuando se combinan metales entre sí. Los átomos de los
metales necesitan ceder electrones para alcanzar la configuración electrónica de un gas
noble. En este caso, los metales pierden los electrones de valencia y se forma una nube
electrónica entre los núcleos positivos.

Teoría de Gilbert Newton Lewis

Método utilizado para explicar de forma muy sencilla el enlace tipo covalente. Las
estructuras de Lewis se basan en representar a los átomos rodeados por los electrones
de valencia.

Representación de Lewis:

Un punto para representar a un electrón de valencia

Un par de puntos o una línea para representar a pares de electrones

Cuando se comparte un par de electrones entre dos átomos se forma un enlace simple.
Dos pares electrónicos, como la del etileno, se dice que estos átomos están unidos
mediante un enlace doble. Tres pares de electrones, como los de la molécula de
acetileno, es un triple enlace.

El químico Friedrich August Kekulé von Stradonitz (1829-1896) nació un 7 de


septiembre.
Se le considera uno de los principales fundadores de la teoría estructural de la química,
basada en la tetravalencia del átomo de carbono y en el concepto de enlace químico.
Esta teoría permite la comprensión de las moléculas orgánicas y sus reacciones, y
conduce a un auge de la investigación en la síntesis química de los compuestos
orgánicos a partir de 1860.

En 1865, trabajando en la fórmula del benceno –cuya fórmula bruta conoce C6H6–
comprueba que ninguna de las formulaciones conocidas –lineal o ramificada– se
corresponde la teoría estructural de la química: propone finalmente una estructura
cíclica –la primera en la historia de la química– con un anillo de seis carbonos con enlaces
simples y dobles de manera alternada.

Ejercicios

1) Utilizando el método de la lluvia, determinar la configuración electrónica de los


elementos cuyos valores de Z (número atómico) son los siguientes:
Z=10

Z=17

Z=18

2) Escriba los cuatro números cuánticos para las configuraciones electrónicas de los
elementos del ejercicio 1.

3) Determinar el período y grupo al cual pertenecen los elementos con los siguientes
valores de Z

Z=17

Z=30

Z=8

4) Siguiendo la representación de moléculas de Lewis, realice el enlace que se forma


en las moléculas:

NaCl

CaF2

H2

F2

H3PO4

Potrebbero piacerti anche