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La cita con la que introducimos este artículo puede ayudarnos a ilustrar el modo en que

creemos justo iniciar un acercamiento a la obra Vigotsky. A lo largo del mismo aportaremos
algunos elementos para mostrar que, lejos de ser tomado como un genio aislado, la
originalidad de su pensamiento debe ser enmarcada en los procesos históricos que
signaron su época: aquellos que llevaron a la primera revolución obrera y socialista
triunfante, la posterior puesta en pié del primer estado obrero de transición al socialismo de
la historia, y la lucha por una sociedad sin explotadores ni explotados a nivel mundial.
En efecto, en las aulas muchas veces se tiende a presentar a Vigotsky unilateralmente sólo
como un gran psicólogo, o a lo sumo un psicólogo marxista, haciendo un recorte de sus
concepciones psicológicas, muchas veces planteando su relación con el marxismo como
meramente circunstancial, y –sobre todo- la mayoría de las veces dejando de lado su
compromiso político revolucionario como un resto no sustancial de su pensamiento[2].
Contra esta tendencia de la academia universitaria a separar los diferentes aspectos de sus
objetos de estudio en compartimentos estancos, la obra de Vigotsky, su práctica científica,
ideológica y política, debe tomarse como una unidad (compleja, y sí, también
contradictoria), elaborada a partir de las herramientas conceptuales del materialismo
histórico, inseparables de la crítica revolucionaria al capitalismo, tanto teórica como práctica.
Frente a la pregunta ¿Cómo abordar a Vigotsky? Intentaremos aportar fundamentos para
plantear la necesidad de llevar adelante un abordaje de la obra de Vigotsky desde las
mismas herramientas del marxismo, lo cual creemos que es condición indispensable no sólo
para captar su originalidad, sino sobre todo para apropiarnos críticamente de lo mejor de su
legado y aportar a la formación de una intelectualidad marxista en psicología. Este será
nuestro objetivo en este breve y para nada exhaustivo recorrido.
Notas biográficas en el marco del proceso revolucionario
Vigotsky nace en 1896 en Orsha, al sur de la Rusia zarista. Es en ese período que
comienzan a configurarse las condiciones históricas que darían lugar al proceso
revolucionario: bajo el régimen político de la autocracia zarista -que consumía la mayor
parte de sus recursos del país-, se desarrolla, producto de la injerencia de capitales
provenientes de las metrópolis, un importante sector industrial concentrado y, por ende, un
poderoso y joven movimiento obrero. Con burguesía ligada al capital extranjero, y un
campesinado oprimido y explotado, sólo la clase obrera, al frente de las clases explotadas,
podía dar una salida revolucionaria al necesario desarrollo del país sobre bases
socialistas[3]. Al mismo tiempo, se forjaban los partidos revolucionarios y sus dirigentes,
como Lenin y Trotsky.[4]
Las condiciones de opresión y explotación a la cuales el zarismo y el capital sometían al
pueblo ruso van a dar lugar a grandes luchas obreras y populares –mayormente
campesinas durante el siglo XIX-, y, a partir de las penurias causadas a las masas por la
guerra ruso-japonesa, al primer ensayo revolucionario obrero del siglo XX, en 1905. Ese
año, treinta mil obreros, junto con sus familias marchan en San Petersburgo exigiendo
mejores condiciones de vida al zarismo y son brutalmente reprimidos en lo que se conoció
como el “domingo sangriento”. El proletariado comienza entonces una lucha revolucionaria,
que si bien no llega a tomar el poder, da lugar a una importante experiencia que incluye la
creación -en octubre de 1905- del primer soviet obrero (órgano de poder de las masas de
San Petersburgo que llegó a dirigir la lucha contra el régimen zarista)[5]. Para ese entonces
Lev contaba con 9 años.
La opresión del zarismo y el encuentro con la intelectualidad marxista
En ese período, Vigotsky padece el ser judío en la Rusia de los zares. A un año de su
nacimiento su familia es obligada a mudarse a la ciudad de Gomel por el acoso del zarismo.
Allí vivenció 2 pogromos, en 1903 y 1906[6], e incluso luego de un fugaz paso por la
facultad de Medicina, debió optar por el estudio del Derecho que le permitía algún grado de
libertad aún siendo judío. Paralelamente, comenzará sus estudios en la Universidad Popular
–no oficial- de Shanyavskii, reducto de militantes antizaristas del cual surgiría una
vanguardia de intelectuales marxistas[7]. De esta manera, el joven Vigotsky pudo nutrirse
en profundidad del pensamiento de autores como Hegel, Spinoza y, por sobre todo, de los
fundamentos del marxismo. Incluso allí tomará su primer –y al parecer único- curso formal
en psicología, con el reflexólogo Pavel Blonsky[8]. Finalmente se graduaría en Leyes,
Filosofía e Historia.[9]
El contexto mundial había sido definido por Lenin en Imperialismo. Fase superior del
capitalismo, como una época –por lo demás, en la que nos toca vivir hoy- de “crisis, guerras
y revoluciones”[10]. En efecto, el estallido de la primera guerra mundial en 1914 depara
catastróficas penurias a las masas rusas, que llevan adelante -con la dirección del partido
Bolchevique- la revolución de Octubre de 1917.
Vigotsky y la Revolución Rusa
La revolución impactó profundamente al joven Vigotsky: “…los acontecimientos tienen lugar,
la historia se desarrolla –particularmente en tiempos revolucionarios- por la voluntad de las
masas, por aquellos que cumplen el decreto y escuchan los discursos y los ponen en
práctica, quienes cumplen las órdenes. El papel de los dirigentes no va más allá de dar
forma, de canalizar, de dirigir la voluntad heroica de las masas hacia su meta. La revolución
no fue hecha por Lenin y Trotsky, sino por los trabajadores y los soldados, las clases bajas,
populares y revolucionarias”. Y más aún: “En el mecanismo general de la revolución –y hay
infinitas anécdotas de este tipo- esas [situaciones] no ayudaban a acelerar la causa, pero de
no haber sido por esa conciencia indoblegable, esa voluntad de ganar, esa determinación
del soldado común para defender su propio punto de vista, no habría habido revolución
alguna […] La tarea de los dirigentes era coordinar, fusionar estos regimientos separados,
pero la revolución funcionaba de abajo hacia arriba, desde el corazón al cerebro como la
sangra en el cuerpo, desde el soldado hacia el comandante en jefe, y no en sentido
inverso.”[11]
Nótese la sintonía con el pensamiento de los dirigentes marxistas revolucionarios, como
Trotsky, que de la misma manera planteaba que “el rasgo más indiscutible de las
revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos”[12].
Vigotsky incluso, tenía en cuenta al mismo tiempo también la relación dialéctica entre las
masas y sus dirigentes. En el mismo artículo, refiriéndose a Lenin, planteaba: “Ese es el
pensamiento más agudo de la revolución, su álgebra. Una revolución hecha con el reloj en
la mano: ‘el 6 es demasiado temprano, el 8 demasiado tarde, entonces el 7’. Estas eran las
fórmulas matemáticas en las que estaban encerrados los elementos. revolucionarios.”, e
incluso, “Quizás el problema más difícil de la historia sea la relación entre las masas y los
héroes en los grandes eventos. El libro de Reed revela la verdad de este problema: un
corazón apasionado que envía sangre por todas las arterias de la revolución una mente
aguda que somete esta sangre a un pensamiento matemáticamente exacto. Es por eso que
esos diez días conmovieron al mundo.”[13]
Vigotsky, como vemos, captó profundamente el significado del marxismo como programa
político (el “álgebra de la revolución”), y no sólo epistemológico o ideológico. Su
compromiso con la revolución socialista, lejos de ser un aspecto secundario en su
pensamiento, es parte inherente del mismo, y será así durante toda su vida.[14]
Las necesidades de estado obrero soviético y la educación en su acercamiento a la
psicología
En 1917, Vigotsky termina sus estudios y regresa nuevamente a Gomel. En esos
momentos, nuevos desafías se abren para la revolución: desde la defensa interna –guerra
civil- y externa, y la pelea por extender la revolución a nivel europeo y mundial, hasta las
tareas propias del Estado Obrero.
Vigotsky tenía una aguda preocupación por la gran tasa de analfabetismo del país, de
mayoría campesina y gran atraso cultural. Así, se acerca a la psicología, buscando
herramientas para la elaboración de los programas de instrucción adecuados. De hecho, en
Gomel se desempeña como profesor de literatura y filosofía en escuelas y facultades para
obreros, desde donde desarrolla sus primeras experiencias en investigación en
psicología[15] Y luego será parte activa en la constitución de toda una disciplina, la
paidología, dedicada a este campo[16].
Como fruto de este período, Psicología Pedagógica[17], texto pensado para orientar
educadores en el estado obrero, expresa sus concepciones psicológicas iniciales, así
como su compromiso social: “La moral burguesa se veía obligada a fingir, porque
[…]mientras pregonaba el reino de Dios en el más allá, implantaba el reinado de los
explotadores en la tierra. […]Estamos ante los fines concretos de preparar personas para la
próxima época, personas de la generación venidera, en plena correspondencia con el papel
histórico que les toca en suerte. […] Toda ciencia surge de las demandas prácticas, y en
última instancia, se orienta también a la práctica. Marx decía que los filósofos no habían
hecho más que interpretar el mundo, y que ya era hora de transformarlo”[18].
Obviamente, esto no significa que la educación en sí misma pueda constituir un programa
político de emancipación de las clases explotadas -como plantean ciertas corrientes dentro
de la izquierda- sino lo contrario: ésta se plantea en función de la acción revolucionaria de
las masas rusas transformando sus condiciones materiales de existencia en la vía de
terminar con la sociedad de clases[19].
La llegada a Moscú y la construcción de una “psicología general”
En 1924, Vigotsky comienza a intervenir activamente en el campo de la psicología, a partir
de su participación en el 2º Congreso Panruso de Psiconeurología, en Moscú. Allí, da
clases la Academia de Educación Comunista Krupskaia[20], dirige la cátedra de paidología
en la segunda Universidad Estatal, y es nombrado director del Subdepartamento de
Protección legal y social de niños discapacitados. Es la hora de “la lucha por la afirmación
de los fundamentos de base de la psicología social del hombre social”[21].
Había que realizar una apropiación crítica de los desarrollos previos y su superación. Pero
lejos de cualquier visión dogmática, Lev era a su vez profundamente crítico de las visiones
vulgares del marxismo: “El materialismo dialéctico es la ciencia más abstracta y su
aplicación directa a las ciencias biológicas y a la psicología, como ahora se hace, no es más
que un amontonamiento de estructuraciones lógico-formales, escolásticas, verbales, sobre
categorías generales, abstractas, universales, de fenómenos concretos, cuyo sentido
interno y cuya correlación se desconoce. En el mejor de los casos esa aplicación puede
conducir a acumular ejemplos e ilustraciones. Pero a nada más.”[22]
¿Cómo se planteaba entonces construir una nueva psicología?
“Esa teoría del materialismo psicológico o dialéctica de la psicología es a lo que yo
considero psicología general. Para crear estas teorías intermedias –o metodologías,
ciencias generales- será necesario desvelar la esencia del grupo de fenómenos
correspondientes, las leyes sobre sus variaciones, sus características cualitativas y
cuantitativas, su causalidad, crear las categorías y conceptos que les son propios, crear su
El capital.[…] La psicología necesita su El capital –sus conceptos de clase, base, valor, etc.-
, en los que pueda expresar, describir y estudiar su objeto.[…] La idea de la necesidad de
una teoría intermedia, sin la cual es imposible estudiar a la luz del marxismo hechos
particulares aislados, es conocida hace tiempo, y a mí sólo me resta señalar la coincidencia
de conclusiones de nuestro análisis con esta idea.”[23]
La relación entre la psicología científica y el marxismo no podía ser inmediata, imponiendo
categorías a los hechos, sino mediata: “No imponer a la naturaleza los principios dialécticos,
sino derivarlos de ella”, como señalaba Engels[24]. Esto es, la construcción un conjunto de
categorías y conceptos intermedios, particulares de la psicología, tomando al método
dialéctico como herramienta indispensable para la investigación en psicología.
Ahora bien, esto implicaba para Vigotsky tener en cuenta el carácter histórico de los
fenómenos a investigar: “Decimos que la concepción tradicional sobre el desarrollo de las
funciones psíquicas superiores es sobre todo errónea y unilateral porque es incapaz de
considerar estos hechos como hechos del desarrollo histórico. Porque los enjuicia
unilateralmente como procesos y formaciones naturales, confundiendo lo natural y lo
cultural, lo natural y lo histórico, lo biológico y lo social en el desarrollo psíquico del
niño”.[25]
Pero esto no significa para nuestro autor sólo una constatación descriptiva, sino -por lo
contrario, coherente con el modo de hacer ciencia del mismo Marx[26]-, ligada al
cuestionamiento de sus condiciones sociales mismas de producción; o sea, de la sociedad
de clases, que con Vigotsky encuentra potencialmente su lugar en la psicología como parte
constitutiva de la línea genética histórico-histórico cultural. Ésta vía, junto a la línea de
génesis biológica, darán lugar al desarrollo de las funciones psicológicas superiores[27]. Y
esta inclusión de la historia, en su pensamiento, implica tener en cuenta a los sujetos que
hacen la historia: “esta contradicción general entre el desarrollo de las fuerzas productivas y
el orden social (que estaba en correspondencia con el nivel de desarrollo de esas fuerzas
productivas, pero que ya no se encuentra mas en correspondencia con él) se está
resolviendo mediante la revolución socialista y la transición a un nuevo orden social y a una
nueva forma de organización de las relaciones sociales.[…] Con la liberación de los muchos
millones de seres humanos vendrá la liberación de la personalidad humana de las cadenas
que frenan su desarrollo. […] Mi relación con mi ambiente es mi consciencia dice Marx. Un
cambio fundamental de todo el sistema de estas relaciones de las que el hombre es parte,
inevitablemente llevará también a un cambio en su consciencia, un cambio en la totalidad
del comportamiento del hombre.”[28]
Encontramos así, ya en el corazón mismo del método y la psicología de Vigotsky, la historia
viva, el papel de los sujetos históricos que toman su destino en sus propias manos. En este
sentido, la psicología se enriquece con la acción revolucionaria, y ésta a su vez, toma con
Vigotsky el lugar que le corresponde en la constitución de la ciencia psicológica.
El estalinismo y la proscripción del pensamiento de Vigotsky
En otro número de esta revista, unas compañeras señalaban con acierto: “Después de leer
sobre la vida y pensamiento del Psicólogo y Pedagogo ruso, nos preguntamos cuántos
‘vigotskys’ habrán quedado enterrados, desconocidos, bajo el pseudomarxismo estalinista,
que no podía tolerar el pensamiento marxista no dogmático, ya que implicaba, en
perspectiva, la negación de la propia existencia de la burocracia (y la idea del socialismo en
un solo país).”[29] Ligado profundamente a la lucha de clases, el pensamiento del marxista
ruso no escapó a la conformación de la burocracia estalinista[30].
Así, desde principios de los 30s Vigotsky comenzó a ser objeto de críticas por no ajustarse
al dogma teórico estalinista. Incluso luego de su muerte, en 1934, fue objeto de numerosas
críticas, cayendo bajo la censura y viendo la luz fuera de Rusia sólo a mediados de los 50s
(mutilada, fragmentada[31]), y ya leída en “otras claves” y tendiendo relegar la unidad de su
pensamiento marxista.
Al respecto, son sugestivas las palabras de Guillermo Blanck, investigador argentino que
rescató gran parte de la obra del psicólogo ruso directamente desde fuentes originales: “…
se verá que el marxismo de Vigotsky era de corte clásico: no era de la Escuela de Frankfurt,
ni era inexistente, ni tampoco era ‘neokantiano’. El marxismo de Vigotsky era el de Marx y
Engels, el de Plejánov[32], y Lenin y Trotsky (es enigmático que en las Obras de Visor
los editores hayan dejado elipsis apenas señaladas por puntos suspensivos, sin
aclarar siquiera que allí el texto en ruso fue censurado, y, peor aún, que fue
censurado porque allí mencionaba a Trotsky, (y) no a Bujarín”.[33]
Rescatar críticamente su obra para pensar las necesidades de una psicología científica que
sirva para la emancipación de los trabajadores y el pueblo, y enriquecer el pensamiento
marxista en momentos de crisis capitalista, de lucha de clases, es una tarea que tenemos
los estudiantes de psicología hoy y la mejor manera de continuar su legado. Y para esto, es
necesario dar una pelea por traer a las aulas nuevamente esa “piedra angular” de obras
como las de Vigotsky y tantos otros, por años dejadas de lado por los “constructores” de la
universidad en años de ofensiva capitalista: el marxismo.
Esperamos que estas páginas esperamos sean un aporte en ese camino.
* Autores: Juan Duarte y Manuel Suarez. Publicado en revista Cuestionando desde el
Marxismo nº 4 (2009)

[1] La primera cita corresponde a Lev S. Vigotsky, “La genialidad”, en Blanck, G. (comp.),
Liev S. Vigotski. La genialidad y otros textos inéditos. Editorial Almagesto, Buenos Aires,
1998. El original fue publicado en ruso en 1929 en la Gran Enciclopedia Médica, vol. VI. La
segunda constituye el epígrafe a Vigotskty, Lev (1927), El significado histórico de la crisis en
psicología. Una investigación metodológica, Obras Escogidas Tomo 1, Madrid: Visor, 1991.
Pág.259.
[2] Un ejemplo impresionante de este tipo de lecturas lo encontramos en la Carretero, Mario.
Introducción a la psicología cognitiva, Aiqué, Buenos Aires, 1998. Allí, analizando el porqué
de los desarrollos de las tendencias en psicología, el autor primero resalta la temprana
disponibilidad de Pensamiento y Lenguaje, ya en 1962, en castellano, para preguntarse por
qué no le habían dado la importancia que merecía, frente a autores como Piaget y Wallon.
Paso seguido, señala, “cabe preguntarse ¿porqué tuvimos a Vigotsky en la estantería
equivocada durante tanto tiempo? ¿Por qué creímos que era sobre todo marxista, cuando
sobre todo era un gran psicólogo?”! Con esta miopía interesada, no sorprende que luego se
pregunte “¿Por qué un autor que se reivindica marxista llega a tener auge en un contexto
cultural tan liberal e individualista como el norteamericano?”(Pág.22) Recordemos que
justamente la traducción de 1962 de Pensamiento y Lenguaje, es directamente… ¡Un
resumen recortado del originall! Es así que pudo ser tolerado por un establishment
académico norteamericano funcional a intereses burgueses, y es lo que justamente termina
reproduciendo el mismo Carretero.
[3] Sólo a modo de ilustración. Para profundizar todo el proceso ver Trotsky, León. Historia
de la revolución Rusa. Madrid, Sarpe. 1985.
[4] Para profundizar puede leerse Lenin, V.I.(1902) ¿Qué hacer?, o Trotsky, L. (1907)
Resultados y Perspectivas, disponibles en castellano en www.marxists.org. Sobre la
concepción marxista de la historia ver Feijóo, Lucía, “Combates por la historia.
Contribuciones al debate sobre la concepción de la historia en Marx”. En Revista Armas de
la Crítica. En Clave ROJA FFyLL (UBA), 2008. Disponible en http://ecrfilo.blogspot.com
[5] Doce años después, en Octubre de 1917, esta experiencia permitiría llevar adelante la
primer revolución obrera triunfante. Ver León Trotsky, 1905. Ediciones IPS, Buenos Aires.
2006. Así como Trotsky, León. Como hicimos la revolución rusa. – 1a ed. – Buenos Aires:
CEIP León Trotsky, 2005.
[6] Durante los pogromos, los judíos eran asesinados y torturados por bandas fascistas, con
la anuencia del gobierno zarista. También en nuestro país, en el marco de las luchas
obreras de la Semana Trágica en 1919 en Buenos Aires, bandas de jóvenes fascistas
llevaron adelante varios pogromos en el barrio de once, so pretextode amenaza del
“maximalismo comunista”.
[7] Luego de una huelga en la Universidad Imperial, muchos de sus renombrados
especialistas empezaron a enseñar en Shanyavskii, Cfr. Van der Veer y Valsiner,
Understanting Vigotsky. Basil Blackwell, Cambridge y Oxford. 1991. Pág.6. Es notable que
en todo recorrido por los años de juventud de Vigotsky, los autores apenas refieran al
contexto social. El marxismo en Rusia parece caer del cielo para estos “especialistas”.
[8] Pavel Blonsky (1884-1941), psicólogo, pedagogo y paidólogo ruso, tuvo un rol destacado
en la psicología soviética y en la construcción del sistema escolar en las décadas del 20 y
30. Ver nota de Guillermo Blanck en Psicología Pedagógica. Op.Cit. Pág.62.
[9] El campo de intereses del joven Vigotsky iba mucho más allá, en particular hacia la
literatura y el arte. Van der Veer y Valsiner, Op.Cit. Pág.6.
[10] Lenin, V.I (1916), El capitalismo, fase superior del capitalismo.
[11] Vigotsky, Lev. (1923) “Recensión del libro de John Reed, Diez Días que Conmovieron
al Mundo”. En El desarrollo cultural del niño y otros textos inéditos. Guillermo Blanck
(comp.). Buenos Aires: Almagesto, 1998.
[12] Trotsky, León. Historia de la revolución rusa. Tomo 1. Pág.25. Óp. Cit.
[13] Vigotsky, Lev. Óp. Cit.
[14] Como ejemplo, véase, Vigotsky, Lev. (1933) “Fascismo y psicología”, en Gillermo
Blanck (comp.), Óp. Cit. Pág. 118.
[15] Van der Veer, R. y Valsiner, J. Understanding Vigotsky, Op.Cit.
[16] Ibídem.
[17] Vigotsky, Lev S. (1926), Psicología Pedagógica. Buenos Aires: Editorial Aiqué, 2005.
[18] Vigotsky, Lev S. (1926), Psicología Pedagógica. Un curso breve. Buenos Aires: Aiqué,
2005. Digamos de paso que entre tanto desdén por el marxismo en Vigotsky, resalta el
trabajo de Castorina y Baquero, que justamente lo plantean como aspecto sustancial de su
obra. Ver Castorina, A. y Baquero, R. Dialéctica y psicología del desarrollo. Amorrortu,
Bs.As. 2005
[19] Al respecto véase Macarae, Virginia, “Estado, educación y lucha de clases. Algunas
polémicas sobre la educación”, en Revista Cuestionando desde el marxismo nº1, 2005.
[20] Nadiezhda Konstantinovna Krúpskaia (1869-1939). Militante bolchevique. Escribió
obras pedagógicas y fue miembro de la dirección del Ministerio de Educación de la URSS. A
la cabeza de la nueva oposición y posteriormente de la Oposición Conjunta, se aparta en
1926 de la Oposición por temor. A su muerte, Trotsky la definió como “una revolucionaria
irreprochable y a una de las figuras más trágicas de la historia revolucionaria” (1939).
[21] Vigotsky, Lev (1926) “Sobre el artículo de K.Koffka ‘La instrospección y el método de la
psicología’. A modo de introducción”. Op.Cit.
[22] Vigotsky, Lev, (1927) El significado histórico de la crisis en psicología. Obras Escogidas
t.1. Madrid: Visor, 1991. Pág. 390.
[23] Vigotsky, Lev. El significado histórico… Op.Cit pág.389.
[24] Engels, F. (1875-76) Dialéctica de la Naturaleza.
[25] Vigotsky, Lev, El problema del desarrollo de la psique, en Obras, t. 1.
[26] Ver Bensaïd, D. Marx Intempestivo. Buenos Aires: Herramienta, 2003.
[27] Aunque no sea nuestro objetivo digamos que la constitución de las funciones
psicológicas implicará el entrelazamiento de una línea de desarrollo natural, biológica,
filogenética (de la especie), etc. y una línea de desarrollo histórica-cultural, propia de la
especie humana. Estas dos líneas aparecen complejamente entrelazadas a lo largo del
desarrollo del individuo (ontogénesis).
[28] Vigotsky, Lev S. (1930), “La modificación socialista del hombre”. En Blanck, G. (1998),
Op. Cit.
[29] Ríos, Alina y Macarae, Virgina. “Vigotsky, un hombre de su época”, en Revista
Cuestionando desde el marxismo nº1. Buenos Aires, 2005.
[30] Ver La revolución traicionada, de León Trotsky.
[31] Por ejemplo, sólo hace un par de años, en 2007, contamos con una traducción desde el
original completo del libro con que es introducido su obra en occidente, Pensamiento y
Lenguaje. Lev Vigotsky, Pensamiento y Lenguaje, Colihue Clásica, Buenos Aires, 2007. Es
irónico que sea Jerome Bruner, autor de la primera “versión”, la de 1962, quien prologue las
traducciones inéditas editadas por Blanck. Allí, éste intenta “homenajear” a Vigotsky,
derivando de la obra de éste sus propias concepciones teóricas… Ver Blanck, G. (comp.,
1998), Óp. Cit.
[32] Georgii Plejanov (1856-1918): Introductor del marxismo en el movimiento obrero Ruso.
[33] Nikolai Bujarín (1888-1938): miembro del comité central del partido Bolchevique desde
1917. Dirigente del ala derecha del partido desde 1928. En 1938 fue fusilado. Blanck,
Guillermo, “Prefacio. El verdadero Vigotsky” en El desarrollo cultural del niño y otros textos
inéditos. Buenos Aires: Almagesto Colección inéditos, 1991.

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