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XII Congreso Centroamericano de Historia, 2014

LITERATURA Y ACTIVIDAD TEATRAL


EN EL PROCESO DE INDEPENDENCIA DE CENTROAMÉRICA,
GUATEMALA 1819-1821

Mesa temática: Historia y Literatura

Dr. Manuel Fernández Molina*

*Académico pensionado; independiente.


ememfernandez@yahoo.com
Teléfono: (506) 84.09.66.24

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Introducción

Este ensayo da cuenta de la relación estrecha entre la actividad teatral en la

ciudad de Guatemala en los años 1819 a 1821 y el proceso de Centroamérica para

conseguir la independencia política de España. El teatro tuvo una importancia especial

como transmisor de mensajes; en esa época no había radio, no había cine, no había

televisión, y las escenificaciones fueron un medio fácil para comunicar ideas. El trabajo

se centra en estudiar el contexto político de piezas teatrales presentadas por los

dirigentes liberales José Francisco Barrundia y los hermanos Cayetano y Mariano

Bedoya, algunas de las cuales fueron escritas por ellos mismos. Estas comedias se

presentaban en improvisadas y pequeñas salas de aquella ciudad, y tenían fuertes y muy

claros mensajes políticos.

Los años de comienzo del siglo diecinueve fueron de mucha actividad política

en la América española, pues las guerras napoleónicas en Europa y las ideas liberales

del enciclopedismo francés originaban esperanzas liberadoras y motivaban discusiones

políticas sobre qué debía de hacerse. Las representaciones teatrales estuvieron inmersas

en esas controversias ideológicas, pues los improvisados escenarios eran un medio

idóneo para comunicar puntos de vista. Las representaciones teatrales se hacían

solamente los fines de semana, y los precios oscilaban entre uno y tres reales.i

El escenario urbano

El teatro en la ciudad de Guatemala se hacía no en edificios destinados de

manera específica a este propósito, sino en patios de casas o en locales de los mercados.

La ciudad era nueva, pues la antigua capital había sido destruida por un terremoto en

julio de 1773, y esta nueva localidad se había comenzado a construir en 1776. Era una

pequeña urbe que estaba naciendo con paso lento. El padrón o censo de 1794 daba

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24,434 habitantes,ii y a finales de 1814 apenas pasaba de 25,000 moradores.iii Hacia

1821 la ciudad andaría en unos 26,000 vecinos. Las casas eran de un solo piso.iv El

trazo de la ciudad era de doce avenidas que corrían de norte a sur y de dieciocho calles

que corrían de este a oeste; es decir había 216 manzanas, de unos 7.056 metros

cuadrados cada una, pero de este número apenas unas 150 estaban construidas o tenían

algunas construcciones, y el resto eran meran cuadrículas en un plano. Cabe resaltar que

del número de manzanas construidas 12 de ellas eran ocupadas por diferentes

edificaciones de la iglesia católica (conventos, monasterios, iglesias propiamente dichas

y escuelas). Había entre 4.100 y 4.200 viviendas; el número promedio de habitantes era

de 6,25 por casa; aunque, por supuesto, esto variaba en relación a la posición económica

y social del propietario.v

Diferentes agendas políticas de independencia

Debe recordarse que para lograr la independencia política de España en todas las

diferentes demarcaciones administrativas de Hispanoamérica había dos proyectos

políticos que se excluían entre sí: el proyecto conservador y el proyecto liberal.vi Por un

lado estaba la propuesta de los conservadores que buscaba una independencia política

que dejara incólumes la armazón económica-social y la estructura política que existían

en ese momento. Desde la perspectiva social este proyecto estaba sustentado

básicamente por los criollos o españoles americanos, los hacendados ricos y los

comerciantes importantes que deseaban terminar con el monopolio comercial español

(que tras siglos de dominación peninsular aún pervivía) y quedarse solamente ellos

usufructuando el status quo. En lo ideológico ese programa político era sostenido por la

jerarquía de la iglesia católica y un considerable número de sacerdotes, seguidores del

orden establecido.

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Frente a esta propuesta conservadora estaba el proyecto liberal, que defendía una

emancipación política que comportara importantes cambios en la sociedad colonial. En

lo económico-social los liberales querían que se privatizaran las grandes superficies de

tierra que eran los ejidos de los pueblos de indios y las igualmente grandes extensiones

de tierra en manos de la iglesia católica. En lo ideológico los liberales abogaban la

libertad religiosa y proponían abrir fronteras a misioneros de iglesias no católicas.

Quienes sostenían el proyecto liberal querían o necesitaban que creciera la clase media,

que aumentara el número de personas con cierta capacidad adquisitiva y que la

educación se abriera a todos, tanto estudiantes como a docentes, pues el monopolio

cultural de la iglesia católica repudiaba y rechazaba a muchos individuos que querían y

necesitaban educarse. Era una agenda sostenida y apoyada por los propietarios

medianos y pequeños, por los profesionales que no estaban en el aparato estatal, por los

maestros, por los artesanos, y por algunos sacerdotes que no estaban dentro de los

anillos de poder de la iglesia católica.

Cada uno de estos proyectos políticos excluía al otro en los asuntos

fundamentales; no podía haber compatibilidad puesto que sus metas eran radicalmente

excluyentes. La animadversión política era radical, y la sangre estaba pronta a brotar,

como lo demuestran las guerras civiles que duraron varios decenios.

La agenda política de los liberales tuvo como una característica “la convicción

de que la independencia debía hacerse por vía violenta”.vii Tenían que recurrir a este

camino, pues quienes perseguían estos objetivos eran básicamente los sectores

económicamente menos favorecidos y, además y algo muy importante: no tenían

instituciones que respaldasen su proyecto. De cara a esas carencias, los conservadores

encima de ser económicamente pudientes tenían controlado el ayuntamiento de la

ciudad de Guatemala y de otras ciudades importantes, y tenían el dominio de

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significativas instituciones, cuales eran el Consulado de Comercio, la mayoría de

autoridades universitarias (recordemos que las universidades pertenecían a la iglesia

católica) y, algo realmente vital, contaban con la más alta jerarquía de la iglesia. Tenían,

pues, partes muy importantes del estado a su servicio, y habría sido de locura que los

conservadores recurrieran a la violencia.

Aperturismo en la Capitanía General de Guatemala

Es el momento de señalar que bajo la gobernación general de Carlos Urrutia y

Montoya (1818-21), un criollo de Cuba, comenzó en lo que era la Capitanía General de

Guatemala (las repúblicas hispanoparlantes de Centroamérica más la provincia

mexicana de Chiapas) un período de apertura y de tolerancia a la discusión de ideas y a

las expresiones artísticas, incluso antes de que la Constitución de Cádiz fuera

nuevamente puesta en vigor (mayo de 1820).viii

Este aperturismo se hizo sentir de manera especial en la capital de la Capitanía

General, la ciudad de Guatemala. Una de las primeras manifestaciones de estas políticas

de tolerancia fue la solicitud de un novohispano (mexicano se diría hoy) residente en

Guatemala, José de Oñate, en 1819 de construir un pequeño teatro y, claro, de presentar

comedias en dicho espacio.ix El pedido fue otorgado, y el peticionario construyó un

pequeño “teatro” uniendo dos recintos destinados a pequeñas tiendas en el mercado

municipal; no tenía nada construido de manera especial, sino simplemente este

empresario empalmó dos locales y puso unas sillas.x En noviembre y diciembre Oñate

pudo presentar El milagro maravilloso, La fuga hacia Egipto, El divino togado, El

magistrado de Dios, y quizás otros títulos que no han quedado registrados. Hubo

bastante asistencia de público, pues siempre se llenó el teatrito, que podía albergar hasta

200 espectadores, habiendo solamente un precio para todas las sillas, un real.xi

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La virulencia entre los diferentes proyectos políticos de independencia era muy

marcada entre la poca gente que hacía teatro, y la respuesta de los liberales no se hizo

esperar.xii Al año siguiente (1820), en un teatrito de patio medio techado, los liberales

presentaron una comedia titulada El Coliseo, que ridiculizaba a José de Oñate y al

mismo capitán general Carlos Urrutia, aunque los personajes calzaban otros nombres.

Tradicionalmente la autoría de esta pieza se le ha otorgado a Francisco Barrundia,

aunque esto no se ha probado con documentos de la época misma.xiii Un personaje

especialmente antipático en esta comedia es uno llamado “Babilonio”, quien representa

al arzobispo Ramón Cassáus y Torres, y logra convencer en la pieza al “Señor Capitán

General” de no autorizar la representación de comedias seglares, sino únicamente obras

religiosas, en obvia alusión a las piezas que había presentado Oñate. El general Urrutia

y Montoya era un funcionario que gustaba de presumir de sus años de residencia en

Europa y de los espectáculos, tertulias y conciertos a los que había asistido, y esta faceta

de la personalidad del presidente de la audiencia es ridiculizada en la comedia, pues el

“Señor Capitán” es un individuo que hace cabecear, bostezar y dormir a los tertulianos

tras sus largas peroratas sobre temas cultos. A pesar de estas muy obvias

caracterizaciones, la comedia alcanzó 16 representaciones en un teatrillo situado en el

patio de una casa que alquilaba el médico Pedro Molina.xiv

Los hermanos Bedoya González

Personajes importantes para la historia del teatro en Guatemala y para la de la

independencia son los hermanos Bedoya González: Dolores, Mariano y Cayetano. Ella

casó el 9 de febrero de 1804 con el médico Pedro Molina,xv quien fue el principal

pensador de la línea liberal en el proceso de independencia. Mariano Bedoya fue uno de

los protagonistas de la llamada Conjuración de Belén, de diciembre de 1813; llevaba 14

años de trabajar como escribano de tercera categoría en la Real Hacienda.xvi Cayetano

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fue básicamente agricultor, aunque en los años que estamos estudiando se atrevió a ser

empresario teatral.xvii En enero de 1821, Cayetano solicitó ingresar como amanuense a la

Escribanía de Cámara.xviii Los tres hermanos Bedoya González fueron luchadores de la

línea liberal por conseguir la independencia política de España.

En el año de 1821, al igual que había sucedido dos años atrás, el novohispano

José de Oñate y Cayetano Bedoya, pidieron al ayuntamiento de la ciudad de Guatemala

licencia para presentar obras de teatro.xix La solicitud de Bedoya es del 13 de febrero y la

de Oñate del 20 del mismo mes.xx Cada uno de ellos quería abrir y operar su propio

pequeño teatro. El ayuntamiento decide otorgar la autorización únicamente a Oñate, y

justifica esta decisión en compensación a que en 1819 se le había cancelado el permiso

para operar un teatro en los dos locales que le habían autorizado en el mercado

municipal.xxi

Cayetano Bedoya sostiene otro punto de vista; él asegura que la licencia para

Oñate, y la exclusión de él, obedece únicamente a motivos políticos. El mismo día que

recibe la negativa (2 de marzo) le escribe a un familiar que el ayuntamiento conservador

lo mira como “sospechoso de tumultuario por mi profundo amor a la libertad”.xxii Tras

varias apelaciones, el ayuntamiento decide el 8 de mayo otorgarle también a él la

autorización para representar comedias.xxiii

Los hermanos Bedoya usaron esta licencia inmediatamente, pues el sábado 26 de

mayo estrenaron un programa de dos comedias, y una de ellas se debía a la pluma de

Mariano.xxiv En un trabajo publicado en 1981 se afirma la incertidumbre sobre si esta

pieza se había estrenado, o no, debido a los viajes de ambos hermanos a México en

junio y agosto de 1821.xxv La obra efectivamente se presentó al público, en mayo y junio

y después en septiembre. En junio tuvo solamente cuatro funciones, pero volvió a

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presentarse el 1º. y el 2 de septiembre; es decir dos semanas antes de la declaratoria de

independencia.xxvi Se trata de ¿El abogado del diablo o el abogado de Dios?, cuyo

personaje principal se llamaba “Francisco de Arrojo” y representaba al líder

independentista mexicano Nicolás Bravo Rueda, con quien los hermanos Bedoya

estuvieron en contacto en varias ocasiones.xxvii No tenemos noticia del elenco total de

estas escenificaciones, pero en ellas participaron el propio autor, Mariano Bedoya,

Manuel Ramírez Asteiguieti, Absalón Díaz, Miguel Ralón y un salvadoreño que

comenzaba a estudiar leyes en Guatemala, Remigio Meida, quien era de los más

entusiastas jóvenes liberales.xxviii Que esta pieza fuera autorizada a presentarse es un

claro signo del ambiente de tolerancia de las autoridades españolas, aunque Carlos

Urrutia y Montoya ya había dejado el cargo, y había un nuevo presidente de la audiencia

territorial, el brigadier Gavino Gaínza.

Clímax del drama en el otoño de 1821

Conocido es el hecho de que los miembros del ayuntamiento de la ciudad de

Guatemala respaldados por el presidente de la audiencia y varios de los oidores

declararon la Independencia de España el 15 de septiembre. Fue una victoria del

proyecto conservador y quienes lo sostenían pensaron que carecían de respaldo popular,

e inmediatamente trataron de unirse al aparato estatal mexicano, que se hallaba

presidido por Agustín de Iturbide. De cara a la opción de que Centroamérica se anexase

al imperio mexicano, los liberales inmediatamente alzaron sus voces en contra. Los

simpatizantes de cada una de estas visiones políticas se cerraron en sus posiciones y se

negaron a cualquier tipo de negociación para alcanzar un punto intermedio.

Cuando los conservadores comenzaron a publicitar la idea de que Centroamérica

debía de anexionarse a México los ánimos se pusieron muy caldeados. La enemistad

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entre José de Oñate y los hermanos Bedoya aumentó tras la declaratoria de

independencia. Vivían a unos 400 metros de distancia entre ellos, eran del mismo

estamento social, vivían en el extremo este de la ciudad, y, tenían más o menos el

mismo poder adquisitivo; coincidían en comedores y cantinas. Es decir que se

encontraban con regularidad. José de Oñate afirmó que los hermanos Bedoya lo

agredieron y le imputaron falsedades y que casi llegaron a golpearlo, en ocasión de que

coincidieron en una cantina. Él inició una querella contra dichos hermanos, aunque la

retiró a las pocas semanas.xxix

Como en una tragedia, “el proceso histórico de la sociedad guatemalteca y la

enemistad entre los hermanos Bedoya y José de Oñate se entrelazaron”.xxx Al llegarse el

mes de noviembre de 1821 se dio a lo largo y ancho de toda Centroamérica gran

efervescencia política, pues estaba por decidirse el destino de toda la región. Si

triunfaba el proyecto conservador de que Centroamérica pasara a ser una provincia

mexicana, quienes tenían el poder se perpetuarían en él. Frente a este peligro real, los

liberales organizaron diversos tipos de resistencia, y sabían que tal vez tendría que

llegarse a las armas. En la ciudad de Guatemala los liberales organizaron un frente

político al que le pusieron el nombre de “Junta Patriótica”.

El viernes 30 de noviembre integrantes jóvenes de la Junta Patriótica salieron del

edificio de la Universidad de San Carlos a publicitar a gritos los peligros y las muchas

desventajas que representaba la anexión a México. Varios de ellos eran estudiantes

universitarios (especialmente de leyes), aunque no todos. Salieron a hacer griterías en

contra del emperador Iturbide frente a casas de ricos anexionistas en el centro de la

ciudad; después de haber retado a los ricachones, los manifestantes se dirigieron a la

vivienda del mexicano José de Oñate. Eran las diez y quince minutos de la noche. El

grupo estaba empezando a insultarlo cuando llegó una escuadra de la policía del

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ayuntamiento. Iba jefeada por el alcalde Mariano Larrave, quien era ultra-conservador y

uno de los principales voceros del anexionismo de Centroamérica a México. El sargento

de la escuadra, Juan Islas, era un nativo de la península española. El retén demandó la

inmediata identificación de los vociferantes. Los jóvenes respondieron “aquí vive

Guatemala libre”. Con la aquiescencia del alcalde Larrave, el sargento ordenó

“¡Fuego!”. En la descarga murieron el estudiante salvadoreño Remigio Meida y el autor

teatral Mariano Bedoya.xxxi

Y, así, los dos primeros asesinatos políticos en Guatemala fueron gente de teatro.

Ejemplo trágico y prueba contundente de lo aseverado al comienzo de este ensayo: la

fuerte imbricación entre la actividad teatral y el proceso político para alcanzar la

independencia de España.

NOTAS

i
Manuel Fernández Molina, “El teatro en la ciudad de Guatemala en la época de la independencia”, en

Dos estudios históricos sobre el teatro en Guatemala (Guatemala, Dirección General de Cultura y Bellas

Artes, 1981), 7-9.


ii
Domingo Juarros, Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala (Guatemala, Tipografía

Nacional, 1937), 231.


iii
Archivo General de Centroamérica (de aquí en adelante AGCA), A3.16, Leg. 115, Exp. 917, José de

Bustamante y Guerra informa a la Regencia de la situación demográfica de la Capitanía General a su

cargo.
iv
Henry Dunn, Guatemala: Or, the Republic of Central America, in 1827-8, Being Sketches and

Memorandums Made During a Twelve-Months' Residence (Detroit, Blaine/Ethridge Books, 1981), 48-50.
v
Manuel Fernández Molina, “El traslado de la capital de Guatemala, 1773-76, y los pueblos de indios de

su derredor”, SECOLAS Annals, (Raleigh, North Carolina, 1987), 68-73.

10
vi
Fernández, “El teatro en la ciudad de Guatemala en la época de la independencia”, 13-14.
vii
Severo Martínez Peláez, La patria del criollo (Guatemala, Universidad de San Carlos, 1970), 379.
viii
Severo Martínez Peláez, Centroamérica en los años de la independencia, el país y los habitantes

(Guatemala, Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, Universidad de San Carlos, 1976), 21-

26.
ix
AGCA, A1.16, Leg. 150, Exp. 2945, fo. 8; y A1.68, Leg. 5555, Exp. 48134. Ambos documentos son las

solicitudes de José de Oñate para construir y operar un “coliseo” y representar comedias.


x
AGCA, A1.68, Leg. 2813, Exp. 1048. José de Oñate informa al Ayuntamiento de la ciudad de

Guatemala sobre las condiciones de su Coliseo, y agradece que se le autorizara el uso de esos espacios.
xi
AGCA, A1.68, Leg. 2819, Exp. 1131. José de Oñate informa al Ayuntamiento sobre las

representaciones que hubo en su Coliseo ubicado en el mercado.


xii
AGCA, A1.68, Leg. 2874, Exp. 26352 y Exp. 26355. Estos dos documentos (diligencias ante el

Ayuntamiento de la Ciudad de Guatemala) son muy ilustrativos de las malquerencias entre los teatristas

liberales y conservadores.
xiii
Ramón A. Salazar, Historia del desenvolvimiento intelectual de Guatemala (Guatemala, Tipografía

Nacional, 1897), pp. 337-41.


xiv
AGCA, A1.68, Leg. 2892, Exp. 1633. El alguacil del ayuntamiento informa que se realizaron 16

funciones sin que hubiera habido novedad ni alteración del orden.


xv
Archivo de la Curia Metropolitana, Arquidiócesis de Guatemala, Libro de Matrimonios 1801-06 del

Sagrario de la Catedral, fo. 226.


xvi
Martínez, “La Patria del Criollo”, 335.
xvii
Anónimo, Documentos relacionados con la historia de Centro América o Memorias de Don Pedro

Molina (Guatemala, Tipografía El Comercio, 1896).


xviii
AGCA, A1.29, Leg.2620, Exp. 21832. Solicitud de Cayetano Bedoya para ser aceptado como

amanuense.
xix
AGCA, A1.68, Leg. 2874, Exps. 26352 y 26355.
xx
AGCA, A1.2, Leg. 2194, Exp. 15747, folios 53 y 98.
xxi
AGCA, A1.2, Leg. 2194, Exp. 15747, fos. 109-11.
xxii
AGCA, B78.4, Leg. 862, Exp. 21089, fo. 17v. Sumario de 1822, Cayetano Bedoya contra José de

Oñate, por libelo, en donde está adjuntada la carta de Cayetano Bedoya a su tío Desiderio.

11
xxiii
AGCA, A1.2, Leg. 2194, Exp. 15747, fo. 123.
xxiv
AGCA, B3.5, Leg. 868, Exp. 21731. Documento de 1822, ya fallecido Mariano Bedoya, en que se

atesta sobre la representación de su obra estrenada el 26 de mayo de 1821.


xxv
Fernández, “El teatro en la ciudad de Guatemala en la época de la independencia”, 17.
xxvi
AGCA, B3.5, Leg. 868, Exp. 21731. Sobre las piezas de Mariano Bedoya.
xxvii
Pedro Molina, “Recordando a mi hermano, Don Mariano Bedoya González, mártir de la Libertad”, El

Faro Nacionalista, febrero de 1824.


xxviii
AGCA, B3.5, Leg. 868, Exp. 21731.
xxix
AGCA, B3.5, Leg. 868, Exp. 21735. Autos de querella de José de Oñate contra Cayetano y Mariano

Bedoya González.
xxx
Fernández, “El teatro en la ciudad de Guatemala en la época de la independencia”, 16.
xxxi
AGCA, A1.2, Leg. 2194, Exp. 15748. Actas que dan fe de la versión del alcalde Mariano Larrave, y

AGCA, B2.5, Leg. 57, Exp. 1263. Acusación del Dr. Pedro Molina en contra de los autores del homicidio

de su cuñado Mariano Bedoya.

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