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f
lH LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS

"técnica de mi amigo John.. , Erickson hace uso de un método de esce-


nificación en el que el paciente imagina qUt~ el autor está hipnotizan-
1
¡,
1

do a otra persona. LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU INDUCCIÓN*


El Último artículo describ« un fenómeno de SUIl1;1 relevancia: la Milton H. Ericleson
sugestion posbipnotica. En un fascinante trabajo firmado junto a su
mujer, Elizaheth M. Erickson, en 1941, se hace la sutil pero vital ob-
serv.rción de que la gente re-entra brevemente en trance durante la
ejecución de un acto poshípnótico. Este hallazgo es importante en sí,
pero a su vez es la hase del desarrollo de una técnica para reinducir
trances sin esfuerzo. En este artículo, Erickson (véase por ejemplo, Consideraciones generales
Erickson y l~ossi, }I)~Ó) t~·al.~ajÓ con sujetos durante largas sesiones de
Va rkl.~,.h(·)ras de. dUl':I'ckin:' induciendo muchos trances e introduciendo Uno de los' problemas fundamentales ·de todo trabajo hipnótico es
'" '
interrupciones en las que se mantenían conversaciones y discusiones la inducción a estados de trance satisfactorios. En el caso de la hipno-
acerca de la experiencia. I kSPUL'S, se rt~gresaha al estado hipnótico sis profunda diríamos que esto es incluso más cierto aunque, de todas
m'fdiante las sugestiones p< ishipnóticas. A través de esas repeticiones, maneras, tampoco es fácil inducir y mantener estados de trance ligeros
la porsona erura realimente en trances profundos y es capaz de con- estables. Una de las grandes dificultades de esta-práctica es conseguir
,segu ir ~_'ambi()s' eognit i~o.~ fundamentales y efectivos que conducen a en diferentes sujetos grados d~ hipnosis comparables o, en el mismo
b resolución de problemas. sujeto, estados de trance similares en diversos momentos.
El origen de estos problemas se deriva del hecho de que la hipnosis
11. o PROCTER depende de relaciones intra e interpersonales. Tales relaciones son in-
Abril de 2001 constantes y alteran, de acuerdo con reacciones personales, el desarro-
llo de toda experiencia hipnótica. Además, la personalidad individual es
Única y sus esquemas de conducta espontánea varían en relación con el
tiempo, la situación, los propósitos y las personalidades implicadas.
Estadísticamente, se pueden obtener ciertos promedios que defi-
nen la conducta hipnótica, pero tales medias no tipifican el compor-
tamiento de ningún sujeto. Por lo tanto, no pueden usarse para valo-
rar ni los comportamientos individuales ni los fenómenos hipnóticos
específicos. Para evaluar la profundidad de los trances y de las res-
puestas hipnóticas debemos prestar atención no sólo al promedio de
las respuestas, sino a las distintas desviaciones que puede manifestar
el sujeto. Por ejemplo, la catalepsia es una forma bastante estándar de
conducta hipnótica que aparece usualmente en los trances ligeros y que
persiste en los trances profundos. Sin embargo, la experiencia nos

• M. H. Erickson, .I)eep Hypnosis ami ils Inducuon., en Experimentai Hvpno-


sis, L. M. LeCron (comp.). págs. 70-114, Nueva York, Macmillan, 1952.
20 LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA y SU INDUCCIÓN 21

dice que algunos su jetos no desarrollarán nunca estados catalépticos hipnosis: bolas de cristal a cierta distancia de los ojos, espejos en mo-
como fenómenos aislados de forma espontánea; ni en trances ligeros vimiento, metrónomos y luces destellantes como fundamentos de la
ni en, profundos. Otros los manifiestan sólo en estadios de hipnosis li- técnica. El resultado es que se pone demasiado énfasis en factcires ex-
gera o en los más profundos, Incluso más confusos son aquellos ca- ternos y en las respuestas de los sujetos a ellos. En primer lugar, lo im-
sos que manifiestan catalepsia sólo en relación con otros tipos de con- portante debería ser la conducta intrapsiquica del sujeto más que las
ducta hipnótica, como la amnesia. Por bueno que sea un indicador a relaciones entre esos factores externos, En el mejor de los casos, los
la hora de diagnosticar catalepsia, su presencia o ausencia debe ser aparatos son sólo una ayuda incidental que debemos abandonar tal)
interpretada en términos de la conducta hipnótica total del sujeto. pronto como podamos manejar la conducta del sujeto. Aunque es cier-
Hay que decir que se han llevado a cabo algunos intentos de re- to que, tras mucho mirar a una hola de cristal, el paciente se fatiga y
solver las mencionadas dificultades, todos ellos dirigidos a desarrollar hasta se duerme, ninguno de e:;os resultados es parte esencial de lo
técnicas especiales de inducción y regulación de los trances hipnóti- que estamos hablando, Sirva C0l\10 ilustración: un determinado núme-,
cos. Uno de los más absurdos, ilustrativo de la tendencia a prescindir ro de sujetos fue sixtemáticarnente adiestrado para caer en trance hip-
de la hipnosis como fenómeno en favor de la búsqueda de una técni- nótico ante la influencia de L1n hipnotizador competente. 'La técnica
ca de inducción que controlase rígidamente la experiencia (sin tener practicada fue la de mirar fijamente una bola sit uada a una dista ncia de
en cuenta la conducta del sujeto), fue la elaboración de grabaciones dieciséis centímetros y ligeramente por debajo del nivel de los ojos,
sonoras, Éstas se llevaban a cabo hajo el supuesto de que idénticas Como resultado de este condicionamiento, tocios los esfuerzos poste-
sugestiones producirían respuestas idénticas en diferentes sujetos yen riores por hipnotizar a los sujetos sin la bola de cristal presentaron
momentos distintos. Está claro que se pasaban por alto las relaciones grandes dificultades, cuando no fueron vanos, También se observó
interpersonales y el hecho de que éstas son contingentes y depen- que si se les indicaba que imaginasen la hola de cristal, la inducción al
dientes ~le las relaciones intrapsiquicas e intrapersonales del sujeto, trance era más rápida y más profunda, La repetición de este procedi-
Incluso en un campo tan establecido como la farmacología, la do- miento por colegas y estudiantes dio los mismos resultados: la contem-
sis estandarizada de una droga no es más que una aproximación en lo plación de la bola de cristal producía trances más lentos, menos pro-
que respecta a la respuesta fisiológica del sujeto. Si pensamos en la di- fundos y más dependientes de factores externos,
ficultad de «estandarizar» tales intangibles como relaciones intra e in- El autor de este artículo v sus colegas llevaron a cal)o numerosos ex-
terpersonales, la futilidad de una técnica hipnótica rígida para "garan- perimentos en los que los sujetos contemplaban péndulos silenciosos,
tiza r resultados controlados» se hace obvia, En definitiva, toda técnica escuchaban música relajante o metrónomos y, de todo ello, se despren-
hipnótica debe basarse en una comprensión de la variabilidad de la dió que las experiencias en las que el sujeto usaba su imaginación eran
conducta humana y en la necesidad de aprender a trabajar con ella. más efectivas que aquellas en las que se utilizaban aparatos, Los mis-
Frecuentemente, los que han trabajado para desarrollar técnicas mos resultados arrojaron los cxperuncntos en grupos de sujetos neófi-
generales para la inducción de trances y la provocación de conductas tos. En uno de ellos se dividió una muestra de estudiantes de medicina
hipnóticas han propuesto soluciones burdas, consecuencia de concep- en dos grupos: uno se concentró en una bola de cristal y el otro trató
ciones equivocadas de la hipnosis. El «ojo del águila», la "bola de cris- meramente de imaginarla, El segundo grupo obtuvo mejores y más rá-
tal», campanadas y pases mágicos varios han sido desechados por los pidos resultados. Repetimos el experimento con los mismos sujetos: al
que hemos tenido alguna educación científica, Aun así, no faltan en la segundo grupo le dimos a escuchar un metrónomo mientras que al pri-
literatura artículos que recogen técnicas hipnóticas basadas en el uso mero le indicamos que imaginase el sonido de ese aparate), Una v~'7
de aparatos que pretenden limitar o restringir la conducta del sujeto, más, la técnica ele la imaginación resultó más efectiva. Todas la varia-
producir fatiga y demás, como si esto fuese la desiderata esencial de la ciones que efectuamos, y fueron numerosas, arrojaron resultados si-
22 LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU INDUCCIÓN 2:3

milares. La utilización de imaginería (percepciones imaginadas) -en cir los cambios neuro y psicofisiológicos más profundos de la hipno-
comparación con el uso de aparatos- permite :11 sujeto utilizar sus ca- sis. En el caso de administrar potentes drogas, estos mismos autores
pacidades reales sin verse obstaculizado por estímulos externos que no esperarían un tiempo razonable a la aparición de los efectos. La ex-
son esenciales. Estos resultados han sido observados tanto en sujetos pectativa de obtener resultados prácticamente instantáneos de la pala-
I experimentados como en neófitos y con un amplio espectro de imagi- bra hablada milita en contra de lo obtenido científicamente. Desafortu-
nería, desde la visual a la quinesiológíca. nadamente, muchos trabajos publicados se han basado en la creencia,
La utilización de imaginería en la inducción del trance casi siempre en absoluto solvente, en la omnipotencia de la sugestión hipnótica in-
facilita el desarrollo de conductas hipnóticas más complejas similares mediata, lo que demuestra que no se ha apreciado que la respuesta de
,o relacionadas, Por ejemplo, el sujeto que experimenta mucha dificultad los sujetos hipnotizados, tal y como sucede en los no hipnotizados, de-
en desarrollar alucinaciones aprende frecuentemente a desarrollarlas pende de un factor temporal. Muchas veces se espera de los hipnotiza-
cuando el trance es inducido mediante el uso de la imaginación. dos que se reorienten psicológica y fisiológicamente de manera radical
Los registros subjetivos con los que estos sujetos explican estos ha- y en breves instantes. Y por si esto fuera poco, que lleven a cabo ta-
llazgos pueden resumirse así: ..Cuando empiezo a entrar en trance, reas imposibles para sujetos que no se hallan bajo ese influjo. .
oigo be metrónomo imaginario que aumenta o disminuye de veloci- Los individuos varían con respecto al tiempo que necesitan para reac-
dad. se luce más sonoro o más apagado; entonces voy a la deriva. El cionar a la hipnosis, y ese tiempo depende, a su vez, del tipo de con-
metrónomo real, por otro lado, me distrae constantemente y me de- ducta que se va a explicitar y el marco de referencia inmediato, Algunos
vuelve a la realidad en vez de permitirme entrar en trance. El metró- sujetos que pueden desarrollar alucinaciones visuales con prontitud
nomo imaginario puede cambiar y siempre se ajusta a lo que, en ese pueden necesitar mucho más tiempo para desplegar alucinaciones au-
momento, pienso y siento, pero yo tengo que ajustarme al de verdad.. , ditivas, La presencia de cierto estado ele {mimo puede facilitar u obsta-
A este respecto, tenemos que hacer mención de algunos hallazgos culizar la respuesta hipnótica. Algunas consideraciones incidentales
-tanto en circunstancias experimentales como c!ínicas- relacionados pueden interferir en el desarrollo de fenómenos hipnóticos que normal-
con las alucinaciones visuales inducidas mediante hipnosis, Por ejem- mente resultan fáciles para el sujeto. El hecho de que el autor de estas
plo, una paciente muy confusa acerca de su identidad personal fue in- páginas sea psiquiatra ha impedido frecuentemente el desarrollo .r{lpido
ducida a visualizar un número de bolas de cristal en las que podía de alucinaciones auditivas en algunos sujetos de estudio,
tener alucinaciones sobre toda una serie de experiencias vitales signí- Ciertos sujetos pueden desarrollar trances profundos en un período
ficativas, hacer comparaciones objetivas y subjetivas y establecer la hreve de tiempo y son capaces de manifestar rápidamente fenómenos
continuidad. de su vida, desde una experiencia alucinatoria a la si- hipnóticos muy complejos. Sin embargo, el estudio crítico de estos su-
.g~Iiente,C<)l~ LI'~la b<',/a 'r,l¿ c'tislal real las experiencias alucinatorias son jetos a menudo revela una incidencia alta de conductas "cClI110 si-. Por
hsic';l1~lente limitadas en extensión: y el cambio y superposición de ..es- ejemplo, un sujeto instruido para desarrollar alucinaciones negativas
cenas », mucho menos satisfactorios. sobre los observadores se comportará como si esas personas estuvieran
Otra consideración general importante acerca de la inducción del ausentes, fundamentalmente evitando reaccionar e inhibiendo sus res-
rdnc,c' tiene. q.u<7 v,er. con la apreciación del tiempo como factor en sí puestas. Si tal respuesta es aceptada como válida y se entiende que es
mismo. Tradicionalmente, se ha dicho que la fuerza mística de una . '! todo lo que se puede esperar de la situación, el sujeto se quedará es-
sola mirada del águila es suficiente para inducir a la hipnosis. Esta fal- tancado en ese nivel de actuación. En cambio, si se les da suficiente
sa idea, muy extendida por cierto, no ha sido puesta realmente en tela tiempo para reorganizar sus procesos neuro y psi('ofísioIÓgicos, las alu-
de juicio; incluso se pueden encontrar en la literatura actual afirmacio- cinaciones negativas podrán desarrollarse, lo cual hará posible que se
nes como que de dos a cinco minutos es tiempo suficiente para indu- investigue sobre la experiencia,
24 LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU INDUCCiÓN 2'i

La facilidad con la que un sujeto entra en trance profundo suele ración que se le da al tiempo, así como el desprecio a las necesidades
aceptarse como criterio válido para predecir la actividad subsiguiente. individuales de los sujetos. Las estimaciones publicadas hasta el 11\0-
La experiencia revela, sin embargo, una tendencia a volver a un esta- mento sugieren que la hipnotizabilidad de la población oscila entre un
do de trance ligero cuando se les pide que lleven a cabo tareas com- cinco y un setenta por ciento () más. Los valores más bajos se deben,
plejas. Tales sujetos, por varias razones, hacen todo lo posible por muchas veces, a este desprecio del tiempo como factor importante en
mostrar una actividad adecuada con la ayuda de procesos mentales el desarrollo de la conducta hipnótica. Mi experiencia personal de más
conscientes. Por lo tanto, los hallazgos experimentales son poco fia- de trenta y cinco años en este campo con unos tres mil quinientos su-
bles y contradictorios, aun cuando el procedimiento experimental apa- jetos hipnotizados ha confirmado la importancia de la individualidad
rece como controlado. del sujeto y el tiempo. Uno de I<)s sujetos más capaces requería menos
Ni la facilidad ni la rapidez de la inducción al trance deben ser to- de treinta segundos para conseguir un estado de trance profundo COIl
madas por indicadores de la posibilidad de mantener el estado de tran- una conducta subsiguiente fiable y rápida. Otro sujeto competente nl:-
ce. Una rápida hipnotizabilidad puede indicar, más bien, la necesidad cesitaha trescientas horas de trabajo sistemático antes de ser inducido
de una adecuada reorientación de la conducta total del sujeto si es que al trance; después, se necesita ha un período de veinte o treinta minu-
se qu ieren obtener respuestas completas y prolongadas. Pensar que un tos de inducción para consegu ir una conducta hipnótica válida.
sujeto que desarrolla rápidamente un trance profundo continuará ·pro- Normalmente se requiere un total de cuatro a ocho horas p~lra I~I'
fundamente hipnotizado por un tiempo indefinido es, cuando menos, inducción inicial. Después, debido a que la inducción al traLll'l' es tina
ingenuo. cosa y la utilización del trance otra -para permitir que los sujetos re-
Los hay que entran en trance fácilmente, desarrollan una gran va- organicen sus procesos básicos de conducta de acuerdo con el traba-
riedad de conductas hipnóticas profundas, pero fracasan en aprender jo hipnótico planteado-e-, se debe distribuir debidamente el tiempo
algunos ajustes hipnóticos menores. Para ilustrarlo podemos acudir al con respecto a sus capacidades de aprender y responder. Por ejemplo,
caso de un sujeto capaz de desarrollar una conducta hipnótica increí- la rigidez muscular es producida en pocos minutos, pero una aneste-
blemenre compleja, pero que presentaba muchas dificultades para sia o analgesia satisfactoria para soportal' el parto puede costar varias
orientarse físicamente. Todos los estudios experimentales que se lle- horas repartidas en diferentes sesiones de trahajo.
varon a cabo con él tuvieron lugar, por necesidad, en condiciones de El tiempo durante el cual los sujetos han practicando trabajos hip-
laboratorio. De otra manera, su reacción solía darse a un nivel de nóricos y la variedad de su experiencia hipnótica son factores impor-
-corno si". Sin embargo, no había situación de laboratorio más satisfac- tantes en la investigación de este fenómeno, A menudo, los sujetos son
toria para él que un laboratorio genuino. Otro sujeto de fácil hipnosis eventuales y sólo participan en un par de estudios experimentales. La
no podía desarrollar estados de disociación y despersonalización, a no experiencia del que escribe este artículo, y la de sus colegas, es que
ser que fuese previamente inducido a tener alucinaciones en otro lugar, cuanta más experiencia hipnót ica tiene el sujeto y más variada es ésta,
preferiblemente en casa leyendo un libro. Una vez hecho esto, las in- más efectiva es su ejecución en problemas complicados. Este autor
consistencias en su actividad disociativa desaparecían. En ambos casos, prefiere investigar con sujetos que tienen una prolongada experiencia
los esfuerzos para economizar tiempo, a pesar de su rápida hipnotiza- y que presentan gran variedad de fenómenos hipnóticos. Cuando se en-
bilidad, daban lugar a respuestas hipnóticas incorrectas. La situación trena en anestesia hipnótica para propósitos de obstetricia, se puede
general, incluido el tiempo, son factores esenciales en el desarrollo y enseñar escritura automática y alucinaciones visuales negativas como
mantenimiento de trances satisfactorios. paso previo. Lo primero tiene como objetivo preparar para hl disocia-
La causa de muchas de las contradicciones que muestran los estu- ción de una parte determinada del cuerpo y lo Último, como instrucción
dios sobre l~ hipnosis se encuentra en el descuido o la poca conside- para no responder a estímulos. Tal entreno puede parecer irrelevante,
26 LA INDUCCiÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PIWFUNDA y SU INDUCCiÓN 27

pero b experiencia ha demostrado que puede tratarse de un proceder dos y cada uno de los sujetos. Cualquier descripción de un trance pro-
altamente efectivo a la hora de asegurar la completa utilización del po- fundo debe necesariamente variar en detalles de poca importancia de
tencial hipnótico del sujeto. El objetivo perseguido es infinitamente más un sujeto a otro. No puede hacerse un listado de todos los fenómenos
importante que la aparente lógica de! procedimiento, y la mera prueba hipnóticos existentes asociándolos a sus diferentes niveles. Algunos
de un procedimiento hipnótico no debería ser entendida como mues- sujetos desarrollarán fenómenos en el trance ligero que normalmente
tra de la posibilidad de experimentar fenómenos hipnóticos, se asocian al trance profundo y viceversa. Algunos sujetos q,ue, en
Las páginas precedentes han querido servir de introducción gene- trances ligeros, presentan una conducta típica del trance profundo
ral. A continuación se ofrece una disquisición más específica de la na- pueden mostrar una pérdida de tal conducta cuando entran en la hip-
turaleza de los trances profundos y su inducción, pero sin ninguna nosis profunda. Por ejemplo, los sujetos que desarrollan fácilmente
intención de describir un procedimiento o técnica determinada. La va- amnesia en los trances ligeros suelen fracasar a la hora de desarrollar-
riahilkíad de sujetos, la individualidad de sus necesidades generales e la en los trances profundos. La razón de tales -aparentes- anomalí-
inmediatas, sus diferencias en cuanto a los requerimientos de tiempo as se halla en la diferente orientación psicológica de las pers( mas pro-
y situación, la especificidad de sus personalidades y capacidades, jun- fundamente hipnotizadas en comparación con su orientación en los
to con las demandas del trabajo proyectado, dan lugar a procedí- estadios más ligeros de la hipnosis. En estos niveles más lígeros existe
miemos en absoluto rígidos o muy estandarizados. En el mejor de los una mezcla de entendimientos conscientes, expectativas y cierta canti-
casos, un procedimiento rígido puede ser empleado para determinar dad de participación consciente, En los niveles más profundos se vive
:-;q del\livid;;~J ~l b,lr( jr;t,l!'e ~""egur;lr ciertos resultados; en este caso es en un estado más genuinamente inconsciente.
Lllla'm'~dida de' si mismo y no de la naturaleza de los resultados que En el trance profundo los su jetos se comportan en consonancia
arroja. Esto es aún más evidente cuando reconocemos que la inducción con unas pautas inconscientes de respuesta que frecuentemente difie-
alt runce es, en realidad, preliminar a la utilización del trance y que per- ren de las pautas conscientes; tanto más cuanto que el sujeto es inex-
[eriecc a otra cltegor(a de conducta. Tal utilización depende no del pro- perro y su poco o nulo contacto C()l1 la hipnosis 110 interfiere c0.n el de-
~:ed.ilÚient() l'l,liáb;do p~lr;l asegurur el trance, sino del desarrollo de la sarrollo de los fenómenos
, , ,
del trance profundo. Cuando adquiere
.i.. onducta suhsigu'iente u'la inducción y del estado del trance. No impor- experiencia se da una difusión de comprensiones desde la mente
la cuán <lC< mrrolada pueda estar una inducción al trance, el desarrollo de consciente hasta la inconsciente.
los fenómenos hipnóticos y las reacciones psicológica« derivadas intro- Un ejemplo ampliamente reseñado es la dificultad de enseñar a los
ducen variables que ningún procedimiento de inducción rígido puede neófitos -aun siendo buenos sujetos experimentales- a hablar cuan-
controlar. Una analogía: sea cual sea el control anestésico de una ope- do se hallan bajo el influjo de la hipnosis. Durante el trance ligero
ración, los resultados de la cirugía pertenecen a otra categoría de hechos pueden hablar más o menos fácilmente, pero en e! trance profundo,
que no depende de la anestesia, aunque ésta los facilita. cuando sus mentes están libres, no logran articular palabra si no se les
despierta. Han tenido toda una vida de experiencia en la que hablar
era algo consciente; nunca han experimentado que se pueda hablar en
Descripción de la hipnosis profunda un nivel inconsciente. Los sujetos frecuentemente necesitan que se les
enseñe a percatarse sus capacidades, tanto a un nivel consciente como
Antes de iniciar un estudio de la inducción al trance profundo, ha- inconsciente, Por eso el autor ha incidido tanto en la recomendación
remos un esfuerzo para describir la hipnosis profunda en sí misma. de pasar de cuatro a ocho horas induciendo al trance y entrenando a
]jehe reconocerse que una descripción, no importa lo completa y exac- los sujetos a manejar la situación antes de intentar la experimentación
t;l que sea, no sustituye a la experiencia real ni puede aplicarse a to- o la terapia hipnótica.
211 • LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS' LA HIPNOSIS PROFUNDA y su INDUCCIÓN

Algunos resultados contradictorios o insatisfactorios en experimen- objetos que poseen un significado aparte del personal y peculiar que
tos que requieren hipnosis profunda se deben a que la verbalización tienen en cada mente, ,
sólo ha sido posible mediante el regreso a .estados de hipnosis más li- La realidad de! trance profundo dehe n~c~is'ilri,;t.I1\~·n·h;l'st;li" ~'Jl co'n~'
geros y el experimentador no lo ha advertid~). Pensemos, por otro sonancia con las necesidades fundamentales y 1;\ estructura total de la
lado, que es relativamente fácil enseñar a los sujetos a hablar y actuar personalidad, Las personas profundamente neuróticas sometidas a un
en los trances profundos tal y como lo harían a nivel consciente. A los trance profundo pueden zafarse de la apabullante conducta neurótica
suj<;tds a los que no es posible hacer hablar en trance profundo se les que las invade en la vida real y conseguir un espacio de reeducación
puede enseñar escritura automática, a leer en silencio lo que escriben terapéutica, siempre de acuerdo con su personalidad fundamental'. Este
y a articular los labios mientras lo hacen. De ahí a hablar hay muy revestimiento de neuroticismo. aunque muy extendido. no distorsiona
poco y es fácil traspasar esa barrera. Con un poco de práctica, a dife- el núcleo central de la personalidad. pero puede disfrazarlo e impedir
rencia. de sus experiencias inconscientes pasadas, los sujetos podrán que se manifieste, De forma parecida, si intentamos forzar al sujeto
dialogar en estado de trance hipnótico. La situación es parecida en re- hipnotizado con sugestiones inaceptables para su personalidad total,
lación con otros tipos de fenómenos hipnóticos: el dolor es una expe- independientemente de la profundidad del tra nce, nos cncont raremos
rienda consciente y, por eso, la analgesia o la anestesia debe ser en- con el rechazo a estas sugestiones o a una transformación de las mis-
señada de una manera similar. Lo mismo con las alucinaciones, la mas de manera que puedan ser satisfechas por una conducta fingida
regresión, la amnesia u otros fenómenos hipnóticos. Algunos sujetos (frecuentemente tomadas por vá Iidas en los estudios de conducta an-
requ ieren mucha instrucción para aprender múltiples habilidades; tisocial inducida hipnóticamenre). Es muy importante que entendamos ,
otros 'pueden transferir lo que aprenden de un caso a otro. que e,1 sujeto es una persona que posee una individualidad; esté en
La siguiente definición es una introducción a la descripción de la trance o no, Tal apreciación y respeto constituyen la base para distin-
naturaleza de un trance profundo: la hipnosis profunda es el nivel de guir la conducta consciente de la inconsciente, SÓlo cuando el hipno-
hipnosis que permite al sujeto actuar directamente a nivel incons- tizador sepa distinguir la conducta del sujeto que surge del incons-
ciente, de forma aceptable y sin la interferencia de la mente cons- ciente, podrá inducir y mantener trances profundos, Vamos a clasifica:'
ciente, los trances profundos (sólo a efectos de conceptualización) en a) so-
Los sujetos en trance profundo actúan de acuerdo con premisas in- narnbulísticos y h) de aletargamiento. En sujetos bien entrenados, el
conscientes independientes de las fuerzas a las que sus mentes cons- primero es aquel en el que el hipnotizado parece actuar despierto, con
cientes responden habitualmente; se comportan de acuerdo con unas libertad y perfectamente sumido en la situación hipnótica. El conjunto •
realidades inconscientes que sólo existen en la situación hipnótica. Su es similar a como una persona no hipnotizada se comporta )'11 estado
mundo real está constituido por recuerdos, concepciones e ideas. La de vigilia. Los sujetos bien entrenados no son aquellos a los que se les
realidad ambiental exterior que les rodea es relevante sólo si es usada ha enseñado a seguir unas pautas determinadas de conducta sino los
en la situación hipnótica. Por ello, la realidad externa no constituye ne- que han aprendido a confiar totalmente en sus pautas de respuesta y
cesaniamente materia objetiva con unos valores intrínsecos. Los sujetos de conducta inconsciente,
pueden escribir automáticamente en un papel y leer en voz alta lo que Como ejemplo ilustrativo citaremos una experiencia real en la que el
han escrito. También pueden tener alucinaciones con el papel, el lápiz autor trabajó con un sujeto en profundo trance sonarnbulistk-o. Enfrente
y la conducta motriz de escribir y leer esos «escritos". El significado in- de una audiencia académica, el sujeto hipnotizado dio una charla e hizo
trínseco (le! papel y e! lápiz sólo sale de los procesos experiencíales del una demostración de hipnosis (sin ayuda del autor) ante un grupo de
sujeto; una vez usados, dejan de ser una parte de la situación hipnóti- psiquiatras y psicólogos. Aunque la mayoría de los presentes habían te-
ca total. En trances ligeros o en estado de vigilia, el lápiz y el papel son nielo experiencias con la hipnosis, ninguno detectó que e! conferencian-
LA INDUCCIÓN DE l.A HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROfUNDA Y SU INDUCCIÓN jI

te estaba en trance. En otra ocasión, una psiquiatra, colega y alumna del una cosa y la utilización del trance es otra (de manera similar a como
autor, sin el conocimiento del que suscribe estas líneas, experimentó la la anestesia y la preparación de la operación es una cosa y la cirugía
autohipnosis. Bajo ese influjo dirigió una reunión de personal y presen- otra). Aunque esto ya ha sido mencionado, lo repetimos una y orra vez
ró una historia clínica sin ningún problema. Sin embargo, cuando la au- porque merece tenerse muy en cuenta. A no ser que el trabajo proyec-
diencia se enteró de la situación se pudr >reconocer perfectamente las tado no sea más que un estudio de la inducción al trance, siempre debe
tremendas diferencias entre la conducta consciente ordinaria y la del quedar bien definido lo que es una cosa y otra, tanto para el hipnoti-
trance.En (lp'a <,lC';isi<>r¡t, repetimos la experiencia pudiendo distinguir, sin zador como para 'el sujeto.' De otra manera, puede darse una continua-
ningún problema, una conducta de la otra. ción de la conducta de inducción al trance en el estado de trance con
El trance dl' aletargamiento se caructertza fundamentalmente por el resultado de que las actividades se convierten en una mezcla de las
una conducta de respuesta pasiva que deriva en un retardo psicológl- respuestas incompletas y parciales típicas de la inducción, es decir, con-
¡ c<.) y fisiológlco. ~e ,echan. de menos la conducta espontánea y la ini- ductas conscientes y algún comportamiento de trance real. .
.dativa características
" . . de los. estados sonamhulísticos. Probablemente.,
perdurará la l'( inducta de respuesta incompleta y una notoria pérdida
de habilidad para apreciar el yo. Muchos colegas a los que les he pedido Diferencias entre fa conducta de trance
que diagnostiquen a un sujeto en estado aletargado me han respondi- y la conducta consciente ordinaria
do que se trataba de un paciente narcotizado. La experiencia del autor
le lleva a opinar que este tipo de trance es difícil de obtener en muchos Directamente relacionada con lct primera consideración se halla el
sujetos, seguramente por su oposición a perder su identidad como per- reconocimiento y diferenciacíón de la conducta consciente de la in-
sonas, aunque sea temporalmente. El uso que este autor ha hecho consciente. Con respecto a este asunto, la experiencia es la única maes-
siempre de este procedimiento se ha limitado al estudio de la conduc- tra y será necesario llevar a cabo un estudio muy riguroso de la maní-
ta fisiológicu y a sus aplicaciones terapéuticas en ciertos tipos de pa- testación de la conducta. La mejor manera de hacerlo es recurriendo a
cientes profundamente neuróticos. objetos reales. Los sujetos bajo hipnosis profunda pueden ser instrui-
dos para que distingan meticulosamente una silla real.A partir de ahí,
podemos sugerirles que tengan alucinaciones acerca de su posición
Problemas en la inducción de trances profundos original o incluso que vean el objeto du plicado, En estados de cons-
ciencia normal, esa conducta sería imposible o fingida. También ocu-
Las siguientes páginas tratan ele los numerosos problemas de la in- rre que si el sujeto descubre que han movido la silla, se produce un
ducción al trance profundo. Para dio se analizarán los factores en juego ajuste mental a la situación de manera que el sujeto desarrolla una
y se detallarán los procedimientos más comunes relacionándolos con los nueva orientación del espacio y del objeto para que la silla siga en la
pn ipósiros a los que sirven. Aunque es el autor quien presenta su propia esquina nordeste de la sala. Por lo tanto, su sentido de la orientación
experiencia, ésta ha sido confirmada por estudiantes y colegas. se ha alterado para poder cumplir con las exigencias situacionales.
De la misma forma, cuando se induce a una persona a tener la alu-
cinación de que existen dos imágenes visuales iguales, el sujeto se ve
lnduccion al trance en oposición a utilización del trance en la difícil situación de decidir cuál de las dos es real. La solución es-
pontánea, presenciada por el autor en múltiples ocasiones, a la que lle-
Una de las consideraciones más importantes y básicas de la hipno- gan especialmente estudiantes de medicina y psicología, surge cuando
sis es la necesidad de darnos cuenta de que la inducción al trance es el sujeto espera en silencio a que uno de los dos objetos se mueva,
32 LA fNDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU fNDUCCJÓN

Esta situación recibe la calificación de alucinatoria en el esquema per- gÓ, de manera inconsciente, a la conclusión de que sus servicios vo-
sonal del sujeto. La realidad de los sujetos hipnóticos y su reconoci- luntarios como sujeto experimental eran un buen pago por la terapia,
miento por parte del hipnotizador es esencial para inducir y permitir la cual se inició de inmediato.
estados de trance satisfactorios. Cuando fracasamos en ello, suelen En la hipnosis, las necesidades psicológicas del sujeto, no importa
aceptarse respuestas inadecuadas corno manifestaciones válidas, ade- cuán triviales e irrelcvunres sean, necesitan ser satisfechas, ya que las
más de que se necesitará más esfuerzo paraconseguir los fenómenos' relaciones intra (' intcrpersonales son vitales .:S¡' pasa;lids ¡)()r alto estas' .
hipnóticos deseados. consideraciones es IIlUY posible que nos encont I'l'n)OS con resLIlt'al~)s:
poco satisfactorios, engal1os<J.s y hasta contradictorios, Es prárt icamen-
te seguro que cuando nos encontremos con rexultadc» contradictorios,
Orientación de todo el procedim iento el error cometido requiera que repasemos todo el procedimiento.. ex-
hipnótico en torno a los sujetos perimental desde el punto de.vista de los ~Wj(,lt¡:),'i.",''' '.' .' '

Todas las técnicas deberían estar orientadas en torno a los sujetos


y S~IS necesidades para asegurarnos de que disponemos de toda su co- La necesidad de proteger a los sujetos
operación. El trabajo hipnótico proyectado no debería ser más que una
parte de la situación hipnótica total y se debería adaptar según las ca- Los sujetos necesitan ser protegidos en todo momento, ya que son
racterísticas de los sujetos y nunca al revés, es decir, adaptar los suje- personas que poseen derechos, privilegios y privacidades: m.is aún cuan-
tos a los requerimientos de la experiencia. Estas necesidades pueden do se hallan en una situación ele. evidente vulncral iilidad l'( uno es el GIS()
ir desde lo importante a lo insignificante, pero en la situación hipnóti- de la hipnosis.
ca algo aparentemente sin consecuencias puede volverse crucial. Independientemente de lo bien informados que esrén los sujetos
Por ejemplo, un sujeto ('(0)(1 el que otro investigador no había conse- y lo inteligentes que sean, siempre existe, se 1\,'COnOZC;I o no, cierta
guIdo resultados satisfactorios fue sometido a un experimento que im- incertidumbre acerca de lo que sucederá o de lo que se puede o no
plicaba el uso de un pletismógrafo. El investigador se dio cuenta de que decir o callar. Incluso los sujetos más liberados y qUl' muestran me-
el sujeto tenía la necesidad de manejar el aparato con su mano izquier- nos inhibiciones ante el autor (como psiquiatra) le han manifestado
da 'ya que era zurdo, detalle que posibilitó el éxito de la experiencia. a éste que tienen cierta necesidad de proteger su yo, de presentar su
Después, se comprobó que también podía ejecutar la tareacorrfamanomnmmmnm_m mejorncara;naunqucmseannrapaC"'CS"Ut' IIJOS!!.II pOI otro hrrtrrsu parte
derecha. Un sujeto ambidextro, en un experimento de escritura y dibu- oscura.
jo automáticos, insistía a nivel inconsciente en el privilegio de usar am- Esta protección debería estar a dísposición de todos los que se so-
bas manos a voluntad. Otros. especialmente estudiantes de psicología y meten a terapia, tanto pa ra los que están conscientes como para los
medicina, han insistido frecuentemente, a nivel inconsciente, en recla- que se hallan bajo trance, aunque lo mejor es proporcionársela de un,;
mar meros caprichos o que se llevasen a cabo otros trabajos hipnóticos manera indirecta a los primeros y directa a los segundos.
antes de iniciar la tarea encomendada. Para ilustrar este concepto podemos echar u na ojeada al caso de
Un paciente con cierta incapacidad neurótica no podía ni quería una chica de veinte años que, en cada uno de los experimentos hip-
pagar por la terapia. Pero al mismo tiempo no quería tratarse sin pagar nóticos, se obstinaba en hacerse acompañar por una compañera de 1

por ello. Ante tal situación, se le propuso participar en una serie de lar- trabajo mordaz, sin tacto y de poca educación, lo cual consrituia un
gos experimentos aunque, por insistencia suya, sin llevar a cabo tera- obstáculo serio para nuestro trabajo. Después de mucho esfuerzo
pia alguna. Después de un año de trabajo experimental él mismo lle- conseguimos que viniese sola. Poco tiempo después confesó, entre
LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU INDUCCIÓN 35

divertida y avergonzada, que ..traía a Rurh porque es tan maliciosa que estar insegura. También me di cuenta de que podía dar respuesta a mi
sahí;¡ que, en su presencia, yo no haría o diría nada de lo que pudie- propia pregunta más tarde, en vez de hacerlo en ese momento, pre-
ra arrepentirme". Después expresó su interés en llevar a cabo una te- guntándome si estaha en lo cierto»,
rapia a causa de ciertas reacciones fóhicas ocultas. Su trabajo experi- la reacción descrita es común y ese método para manejar la ne-
mental, antes y después de la terapia, fue excelente. cesidad de protección del ego se ha revelado como muy efectivo a la
Siempre que se trabaje con nuevos sujetos y se planee inducir tran- hora de asegurar la cooperación efectiva y profunda en la inducción
ces profundos, se debe llevar a Gibo un esfuerzo sistemático para de- de trances.
mostrar que los sujetos estarán completamente protegidos en todo Otra medida frecuentemente empleada en la misma dirección es ins-
momento. Conseguirlo es relativamente fácil, aunque a veces hay que tar a los sujetos que están ya en trance ligero para que tengan un sueño
poner en marcha procedimientos que podrían parecer absurdos. A pe- muy vívido y plácido, a que lo disfruten y, antes de acabar con él, a
sar de lodo, las reacciones personales de cada uno son las que los ha- que lo olviden y no lo recuerden hasta que se desee en otro momen-
Cl'l1 efectivos. Por ejemplo, un licenciado en psicología se presentí> vo- to en una situación adecuada. Tal instrucción tiene efectos múlliples:
luntario para hacer una demostración en un seminario sobre el tema. da al sujeto un sentimiento de libertad y seguridad que no contradice
COllseguir el trance ligero ya fue un poco difícil; su comportamiento ningún requerimiento ético de la hipnosis. Utiliza experiencias familia-
revelaba que necesitaba más seguridad. Bajo el pretexto de enseñarle res como son el olvido y la represión. Da seguridad y confianza en
escritura automática, se le indicó que escribiese una frase interesante, uno mismo y también constituye una sugestión poshipnótica que se
pero que no la ensenase hasta que hubiésemos debatido sobre el tema actualizará a voluntad del sujeto. Esta experiencia conduce al desarro-
de b escritura automática. Dudando, escribió algo en el papel que le llo de trances profundos.
dimos. Se le dijo que colocase el papel del revés sobre la mesa de ma- El autor de este libro usa este método sugestivo con mucha fre-
nera que nadie pudiese leer su frase. Le dimos otra hoja de papel y le cuencia ya que sirve para iniciar respuestas sanas y placenteras, Útiles
pedimos que escribiese automáticamente dos respuestas, una cons- para el hipnotizador. Además, se trata de un procedimiento que pro-
ciente y otra inconsciente, a la siguiente pregunta: «¿EstÚ dispuesta a tege al sujeto y que, por lo tanto, contribuye a la cooperación del hip-
dejarme leer lo que ha escrito?... Las dos respuestas fueron «sí .. , a Jo que notizado.
;¡I'ladi(¡ de manera automática: «a cualquiera... Otro procedimiento es el de indicar a sujetos ligeramente hipno-
Sin embargo, se le dijo que no era necesario leer el contenido del tizados que le oculten alguna inforrnación al hipnotizador. Ese dato
pa'pe! oculto ya que se trataba de la primera experiencia de escritura debe hacer referencia a algo trivial y personal como el segundo nom-
automática. Le sugerimos también que sería más interesante guardarlo bre de pila, el miembro de la familia al que se parece más o el nom-
en el bolso de manera que siempre podría comparar es.1 frase con otra bre de pila del mejor amigo de la infancia del sujeto. Así, los hipnoti-
escritura nutonuitica que pudiese hacer. Después de eso, conseguimos zados descubren que no son completos autómatas en esta experiencia,
inducir con toral facilidad el trance profundo que buscábamos. que pueden pasarlo bien cooperando con el hipnotizador, que pue-
Poco tiempo después ella misma nos explicó. . Realmente quería ex- den tener éxito en su sugestión y que es su acción, más que la del hip-
pcrimenr.rr el trance, pero no sabía si podía fiarme de usted, lo cual es notizador, la que conduce al éxito de la experiencia. Todas es\ts reac-
estúpido porque estaba toda la clase delante. Cuando me pidió que es- ciones son esenciales para conseguir trances profundos. Los sujetos
cribiera algo, mi mano escribió impulsivamente: "¿Amo a jerry?" y des- aprenden, además, que si pueden actuar en una sugestiÓn negatiua,
pués respondí a su pregunta afirmativamente: usted o cualquier otro también lo pueden hacer en las positivas. ,
podía leerlo. Pero cuando me dijo usted que podía guardarlo para exa- Otra forma de protección del sujeto, frecuentemente ignmada, es
minar más tarde mi escritura, me di cuenta de que no hahía razón para la expresión de agradecimiento por sus servicios. Se debe atender a la

"1 :•
•1 •
LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU [NDUCCIÓN 37

necesidad humana de conseguir algo, de que se reconozca nuestro (mujer) que se prestó como voluntaria para que pudiésemos enseña!f.
mérito en una tarea (de que lo reconozcamos nosotros y los demás). hipnosis a estudiantes de medicina. Después de tratar teóricamente el
Si le quitamos eso al sujeto, fracasaremos en la tarea de protegerlo, ya tema de la hipnosis, ella expresó la voluntad de ser hipnotizada inme-
que somos seres sensibles. Tal fracaso puede arruinar un trabajo de diatamente. Se le propuso que escogiese la silla y la posición que más
hipnosis, ya que los sujetos pueden sentir que no se aprecia su es- cómoda le pareciese. Cuando se instaló a su entera satisfacción, nos
fuerzo, lo cual puede traducirse en menos cooperación. Y si pensamos hizo saber que le apetecía fumarse un cigarrillo. Se le dio uno al ins-
que muchas reacciones emocionales que afloran en la hipnosis no son ta nte y ella empezó a fumar relajadamente viendo ascender la estrecha
necesariamente racionales, vemos que esa necesidad de agradeci- columna de humo. Se le hicieron algunos comentarios trivia les sohre
miento es clave, La experiencia nos ha mostrado que se debe expresar el placer de fumar, sobre la sensación de relajación que se experi-
ese aprecio de alguna manera, preferihlernente primero en el estado menta al llevarse el cigarrillo a los labios, la satisfacción de estar com-
de trance y, más tarde, en el de vigilia. En aquellos experimentos don- pletamente absorbida por esa actividad sin necesidad de prestar aten-
de se excluye esta apreciación, se puede agradecer cualquier otra ac- ción a nada más, Poco después, se le comentó algo acerca de inhalar
ción que el sujeto haya realizado en el pasado y relativa a otra cir- y exhalar, intentando pronunciar las palabras al ritmo de su r~spira-
cunstancia. En definitiva, en cualquier trabajo hipnótico se debe , ción. También se le habló de que era casi automático 'levantar el ciga- ' .
prestar mucha atención a fa protección tot,;'l de los sujetos medíarrte la rrillo, llevarlo a la boca y luego bajar el brazo kl.~;I'eI' respaldo de !a:
sa',ísfacción de sus necesidades como individuos. silla. Todos estos comentarios se hadan siguiendo el ritmo de su con-
ducta real. Muy premio las palabras .. inhalar", ..exhalar», .. levantar- y "bu-
jar- adquirieron un valor condicionante de! que ella no se aperci.bía
La 1ttilizacíon de toda conducta espontánea porque las sugestiones eran Il1ÚS o menos (':01 uo" ~Úla\ conversación
() de respuesta a la sugestión durante Id, tnduccion 'al trance cualquiera.'! k la misma manera, se le sugir'ieron ¡itras p:l~bras 'como
u dormir", -dormida- y -durmicndo- siguiendo el ritmo de su parpadeo.
Muchas veces, las técnicas hipnóticas se centran en lo que hace e! Antes de que se hubiese acahado el cigarrillo, ya había entrado
hipnotizador y ponen poco énfasis en lo que están haciendo o expe- en un trance ligero. Después, se le sugestionó índicándole que po-
rimentando los sujetos. En realidad, el desarrollo de un estado de tran- dría seguir disfrutando del cigarrillo mientras dormía; que del cigarri-
ce es un fenómeno intrapsiquico que depende de procesos internos, y llo se ocuparía el hipnotizador mientras ella podía dejarse caer en un
b actividad del hipnotizador sólo sirve para crear una situación favo- sueño más y más profundo; mientras dormía seguía experimentando
rahle. En e! funcionamiento de una incubadora podríamos ver una las sensaciones de estar fumando. Se le indujo a un satisfactorio tr.m-
an;i1 ogÍ<l de este concepto. La l11áCJu ina proporciona el ambiente favo- ce profundo y se le ensenó ;1 responder de acuerdo con sus pautas
r,lblc que necesitan los huevos, pero en realidad el crecimiento de los de conducta inconsciente.
mismos se debe al desarrollo de unos procesos vitales que tienen lu- A partir de entonces, esta persona participó como voluntaria con
gar dentro de la cáscara. otros grupos de estudiantes de medicina. Al inicio de la experiencia
En la inducción de trances los hipnotizadores noveles intentan fre- siempre pedía un cigarrillo. Sin embargo, su petición ele fumar fue
cuentemente dirigir o doblegar el natural proceder del sujeto, todo atendida de diferentes formas. Algunos la disuadieron, con tacto, y le
para intentar que la experiencia suceda tal y como "debiera- ser. y lo propusieron fumar después de la experiencia, otros se unieron a 'ella y
que debería darse, en realidad, es una constante minimización del fumaron también, y algunos esperaron pacientemente a que acabara:
papel del hipnotizador para que el sujeto vaya ocupando el espacio En todos los casos, los estudiantes esperaron a resolver o eliminar la
protagonista. Podríamos citar a modo de ejemplo el caso de un sujeto cuestión del cigarrillo antes de llevar a cabo la inducción. El resultado
LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU INDUCCIÓN 39

de todas esas experiencias fue un fracaso. En una sesión final con to- Hay que subrayar que la réplica: ,,¿Por qué no demostrarnos que
dos los estudiantes que habían participado, otros dos estudiantes in- también se puede hacer así?» constituyó una aceptación absoluta por
tentaron hipnotizada por separado. A ambos se les informó por igual parte de ella y la comprometió totalmente con la experiencia de ser
ele b previa utilización del autor de la conducta del sujeto. Ambos, ha- hipnotizada. Conseguimos su cooperación porque atendimos a sus
ciendo lo mismo que había hecho el autor, consiguieron trances pro- propósitos ya los nuestros.
fundos. Después, los otros estudiantes, siguiendo su ejemplo, también A lo largo de aquella experiencia, el sujeto preguntó varias veces
pudieron hipnotizada. qué era lo siguiente que debía demostrar, en ocasiones incluso alte-
Hemos detallado profusamente este caso porque ilustra claramente rando la tarea que se estaba llevando a cabo. En otras ocasiones, sus
la importancia de la adaptación del hipnotizador a las actividades respuestas eran totalmente pasivas.
conductuales del sujeto, independientemente de la técnica que se use. Otro sujeto, un graduado en psicología, experimentó gran dificul-
Interpretar el deseo de fumar del sujeto corno una resistencia activa a tad para entrar en trance profundo. Después de varias horas de esfuerzo
b inducción al trance era incorrecto; 11l[IS bien se trataba de una expre- intensivo preguntó tímidamente si podía hacer algún comentario sobre la
si{JI1 de su voluntad por cooperar de una manera que encajase con ella técnica, aunque en realidad nunca antes había tenido contacto con 1:1 hip-
y sus necesidades. Se requería la utilización de tal conducta en nuestro nosis. Aceptamos su oferta de buen grado y nos dijo: "Está usted hablan-
favor y no rechazarla o esperar a que acabase. do demasiado rápido sobre ese punto. Debería decirlo muy despacio, en-
Muchas veces, la aparente resistencia activa que presentan los suje- fatízándolo y repitiéndolo una y otra vez. Dígalo rápido, espere un poco
ws no es más que el intento de poner a prueba al hipnotizador -aun- y, después, repítalo despacio; y, por favor, deténgase para que pueda
que st'a inconscientemente- para comprobar si éste atiende a sus de- descansar. Además, no divida las palabras, especialmente los infinitivos".
mandas. La resistencia se refiere, en todo caso, a que el hipnotizador Con su ayuda, conseguimos un trance muy profundo, casi de ale-
los fuerce a actuar a su completa voluntad. Un sujeto que nunca había targamiento, en menos de treinta minutos. De hecho, después siguió
podido ser hipnotizado se presentó voluntario para una de nuestras se- trabajando con nosotros en muchos experimentos e incluso enseñó a
siones. Cuando iniciamos I:t experiencia, Jo primero que hizo fue sen- inducir trances profundos a algunos alumnos del curso.
rarse muy erguida en la silla y mirando ;¡ la audiencia. Esta actitud no Aceptar este tipo de ayuda no es ni una expresión de ignorancia ni
parecía ser la mejor, pero tratamos d lema de manera muy natural, de- de incompetencia; más bien, se trata de un reconocimiento de que la
batiendo sobre que la hipnosis no necesitaba la relajación completa del hipnosis profunda es una aventura conjunta en la que el hipnotizado
•hipnotizado, ni tampoco seguir ningún automatismo, sino que se trata- hace el trabajo y el hipnotizador intenta estimularlo para que lleve a
ba de que el hipnotizador aceptase la ce mducta del sujeto. La sujeto res- cabo el esfuerzo necesario. Se trata de la demostración de que ninguna
pendió a ello pregunrando si podía ser hipnotizada de pie. Su petición persona puede entender realmente las pautas individuales de aprendí-
recibió la siguiente respuesta: "t.Por qué no demostramos que también zaje y respuesta de otro. Esta relación es más fuerte en los individuos
se puede hacer :lsí?". Una serie de sugestiones la llevo rápidamente al inteligentes, realmente interesados, aunque también es cierta para los
.trance ·pr\)fu~d().+!s preguntas de la audiencia revelaron que el sujeto demás. Es importante establecer '1.111 sentimiento de confianza, seguri-
había kído mucho sobre hipnosis; hablarnos sobre el tema y ella mis- dad y participación activa. Más aún, esta práctica sirve para deslegitimar
ma se opuso enérgicamenre a la idea de que la persona hipnotizada la falsa creencia en los poderes místicos del hipnotizador y para definir
actuase pasivamente como un autómata, incapaz de expresarse por indirectamente los roles del sujeto y del hipnotizador.
¡ su cuenta. Dijo que debería estar dan) que la conducta espontánea era , Afortunadamente, esta experiencia tuvo lugar al principio de la ca-
"tan IX ;s~r)l.e cCJrllo' la .conducta ele respuesta a (as sugestiones y quere- rrera de este au(or y ha.sidode un valor incalculable en su trabajo pos-
conociendo este hecho la hipnosis sería mucho más efectiva. terior, en cualquier tipo de hipnosis que ha practicado.
40 LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA Y SU INDUCCIÓN 11

Uno Iee muchas veces en la literatura artículos que hacen referen- contrario, que no se-podían resistir. Los sujetos cooperaron y probaron
cia a-la resistencia del sujeto y las técnicas para sobrellevarla o esqui- que podían aceptar esa compleja sugestión (que se iban a resistir, pero
varla. Según la experiencia del autor, lo mejor es aceptar y utilizar esa que al final se dejarían hipnotizar). El estudio se publicó dando una
resistencia asi como cualquier otra conducta que pueda aparecer, ya explicación al fenómeno totalmente inocente. '
que todas pueden ser de utilidad para la hipnosis. La clave está en su- Sea cual sea la conducta que presenta el sujeto, elebe aceptarse y
~estionar con palabras de manera que una respuesta negativa o positi- usarse para generar conductas receptivas. Cualquier intento por "co-
va, o la ausencia de una respuesta, se redefina como conducta recepti- rregir.. o alterar la conducta de los sujetos o forzarlos a hacer cosas por
va. Por ejemplo, a un sujeto que se resiste y que no es receptivo a las las que no están interesados va en contra de los principios básicos de
sugestiones en cuanto a la levitación de la mano, se le puede decir: "En la inducción de trances. El hecho ele que los sujetos se presenten vo-
breve su mano derecha, o quizás la izquierda, empezará a elevarse, o luntarios para después ofrecer resistencia revela una ambivalencia que,
presionará el apoyabrazos o no se moverá en absoluto, pero esperare- si se usa adecuadamente, puede ser aprovechada tanto por los sujetos
mos a ver qué pasa. Puede que un dedo empiece a hacer algo o que como por los hipnotizadores. El reconocimiento y consecuente conce-
note algo en el dedo meñique, pero lo importante no es si se mueve el sión de las necesidades de los sujetos y la utilización de su conducta
brazo o no, sino su habilidad para sentir cualquier cosa que ocurra en no constituyen, como algunos autores ha n afirmado, «técn leas no orto-
su mano". doxas » , basadas en "intuiciones clínicas.. , sino que son el simple reco-
Con tales frases conseguimos que, en ausencia de una acción de- nocimiento de unas características de la psique que realmente existen
terminada, tanto subir como hajar el brazo u otras posibilidades, cons- y que coinciden con el respeto total por los sujetos como personalida-
tituyan respuestas receptivas. Por lo tanto, se crea una situación en la des funcionales.
que los sujetos expresan su resistencia de una manera constructiva y
cooperadora; la manifestación de esa resistencia se puede y se debe
utilizar de manera que sirva a nuestro propósito, construyendo una si- Los pasosprogresiuos de la indnccion al trance
tuación en la que ello sea posible. Nadie se puede resistir a la hipnosis basados en los logros reales de!sujeto
si no intentamos hipnotizar a nadie. El hipnotizador, al darse cuenta de
ello, debería aprovechar' cualquier n:~anifestaciÓn de resistencia para Los logros de los que habla 1110S hacen refer~:nci';1 i1'ki
situación hip- :
hacerla contingente con respecto a las respuestas hipnóticas' favora- nótica 0;1 \;1 experiencia coridia na del sujeto. Sirrlpl~'l1lente: el hecho de'
bles. A los sujetos cuya resistencia se manifiesta en el fracaso para le- presentarse voluntario para una de estas experiencias puede ser el re-
vantar la mano, se les puede indicar que su mano derecha levitará y su sultado de una seria lucha interna. El hecho de sentarse relajadamente
izquierda no. Para resistirse completamente uno tendría que hacer todo en una silla y olvidarse de las d istracciones ext.l'!:I1'IS ya ~s LIt: logro. L:l .
lo contrario, es decir, levantar la mano izquierda: El resultado es que ausencia de respuesta a las sugestiones sobre b ·k,\i.itaci(\n·de la mano .
los sujetos se encuentran a sí mismos respondiendo a la sugestión, no es necesariamente un fracaso, desde el momento en <¡lle la verda-
pero para satisfacer su propia iniciativa. En todas las experiencias en dera inmovilidad de las manos ya es un logro. La voluntad de sentarse
las que hemos utilizado este método, menos de media docena de su- en silencio mientras el hipnotizador ofrece laboriosamente numerosas
• jétos se dieron cuenta de que la situación la habíamos creado nosotros sugestiones, aparenteme;lte de manera fútil, es otro logro. Cada uno ele
para resolver su ambivalencia sobre la cuestión, Un investigador des- esos éxitos constituye una forma de conducta que puede entenderse
cribió en un artículo una experiencia sobre hipnosis en el que utiliza- como un paso inicial hacia un desarrollo mayor del estado de trance.
ba, sin quererlo, un método similar: se trataba de indicarles, a los su- Para ilustrar lo dicho veamos el caso de una recién doctorada en
jetos, que se resistiesen a la sugestión hipnótica para demostrar lo psicología, extremadamente desdeñosa y escéptica sobre la hipnosis,
·'i2 • LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA y su INDUCCIÓN

que sostenía que su práctica no era más que artimañas. Laapuesta era-que bían estado teniendo. Poco después se indujo un segundo trance, me-
si el autor le demostraba -hahía testigos- que existía tal fenómeno diante el mismo procedimiento, seguido de cuatro más en el transcur-
llamado hipnosis, ella se entregaría por completo al estudio de lo que so de cuatro horas.
éste le indicase. Se aceptó el reto y las condiciones impuestas, Uno de Durante el tercer trance se comprobó su catalepsia y allí estaba.
los requisitos por nuestra parte fue que ella actuara como cualquier Esto la alarmó, pero antes de que se despertase logramos describirle la
sujeto cooperante, ya que esa conducta sería para nosotros la base situación como de actividad ideornotriz, cosa que no sólo la tranquili-
para un futuro trance, Empezamos con una técnica, aunque sospe- zó, sino que despertó más interés en la experiencia.
ch.ibamos que fracasaría, y así fue, Por lo tanto, el sujeto consiguió En los siguientes dos trances aceptó experimentar "otros Ienóme-
.cierta sensación de éxito, cosa gratificante para ella, aunque por otro nos asociados a la actividad ideomotriz-, por lo que fue instruida para
lado sentía cierta culpa por la turbación del investigador. Este senti- mirar a los testigos y darse cuenta de que, ya que su atención hacia los
miento de CUlp~1 constituyó el primer cimiento de sus futuros trances. demás se había debilitado por estar cada vez más concentrada en la
Entonces, aparentemente corno estrategia para salvar la cara, el autor conducta ideornotriz de sus manos, dejaría de verlos, De esta manera
sacó el tema de la actividad ideornotriz. Después dt' un rato hablando se le enseñó a desarrollar alucinaciones negativas al extender Sl'l inte-
con ella se le sugestionó indirectamente para que aceptase cooperar rés en la actividad ideornotriz de sus manos, También se le enseñó a
en una experimento sobre actividad ideo motriz, Ella reaccionó di- desarrollar alucinaciones positivas como visualizar cómo levitaba una
ciendo 10 siguie-nte: "No intente decirme que la actividad ideomotriz mano imaginaria al tiempo que la auténtica, hasta el punto de ~Iue no
es hipnosis, porque sé perfectamente qUL' no lo es", Esta frase res- distinguía la una de la otra. Acto seguido, se le ofreció el engañoso ar-
pondi.t a la observación de que la actividad ideomotriz es posible tan- gumento de que debido a que su atención por la actividad ideomotriz
, ro en estado de trance como en estado de vigilia. f':sta iba a ser la se- aumentaba y disminuía, ella vería y no vería, oiría y no oiría a lqs de-
gunda piedra s< .hre la que construiríamos la futura hipnosis de este más, que podría verlos duplicados (visualizándolos) y que podria ~)lvi­
caso, dar su presencia e incluso cualquier idea sobre ellos. Así fue inducida
Es.cogimos I~t levitación de la mano como un buen ejemplo de ac- a experimentar un sinfín de fenómenos hipnóticos.
, rividad .ideol,n<,ltr:i7;, tvsa que ella ;JCt'P«') de buen grado ya que deseo- Después, I~ siguió.la difícil tarea de informarla de que había sido
'n<')cí~l 'qli'e el aUlÓ¡: usa frecuentemente esta técnica como primer paso hipnotizada, Lo conseguimos mediante sugestión. En el sexto trance le
en la inducción al trance. pedimos que recordase sus sensaciones "durante la primera dernostra-
Con el pretexto de un pedante debate sobre actividad ideomotriz, ción de actividad ídeomotriz-. Cuando lo hizo se le señaló que ese es-
el sujeto realizó una serie de levitaciones de la mano. Respondía rápi- tado de autoconcenrración en el que había entrado podría comparar-
do y sin retlccnda~. A esto le siguió la sugestión de que, como paso se' de alguna manera a la hipnosis. Cuando fuim'os a por el recuerdo
previo 'al' rralxíjo experimental, estaría Iiien que se concentrase en los de la "segunda dernostración-, se le sugirió que esa conducta era casi
aspectos más subjetivos de la experiencia, sin atender a Jos estímulos de trance. Después, se le pidió que se visualizase a sí misma conforme
externos excepto las observaciones del autor. De nuevo otro paso en el actuó en la «tercera demostración-. En ese punto se le pidió que co-
camino del trance, En diez minutos desarrolló un trance de sonambu- mentara ese estado cataléptico en el que había entrado, que desarro-
lismo profundo. Después de algunos minutos ele variaciones en sus res- llase una imaginería auditiva de lo que se le había dicho y que se fija-
puestas ideomorrices, se le señaló que podía detenerse y volver a la dis- se en las respuestas que había dado. Esta vez se adujo que COn toda
cusión inicial. Por lo tanto, se le sugestionó para que abandonase el probabilidad el fenómeno experimentado se trataba de hipnosis, aun-
trance, libre de cualquier aurocrítica. Estuvo de acuerdo y se despertó que con mucho tacto se aplaudió su capacidad para desarrollar la ima-
con facilidad. Seguidamente, el autor resumió el debate original que ha- ginería citada que le había permitido ver claramente su conducta, In-
44 LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS 4';
LA HIPNOSIS PROFUNDA y SU INDUCCIÓN

medíatarnenre, se le propuso que considerase la cuarta instancia. Cuan- después se prestó voluntaria como sujeto de experimentación; esta ha
do lo hizo, preguntó, dudando, si en esa demostración no había esta- realmente interesada y quería participar en algunas investigaciones ,~o­
do en trance. Segura de que había podido entender todo lo que pasa- bre el tema. Durante muchos aiios fue uno de nuestras colaboradores
ba libremente y con un sentimiento placentero de logro real afirmó: más productivos.
"Entonces, ahora mismo debo de estar en trance-o El autor reconoció Este extenso ejemplo ilustra muchas de las conxideracioncs ele rru-
tal hecho y rápidamente le recordó cada uno de los logros que había cial importancia que este autor ha encontrado en la inducción de rran-
conseguido y de cuán bien había utilizado la actividad ideomotriz para ces profundos. El pequeño detalle de establecer "acuerdos secretos" en-
expandir su campo de experiencia personal. Además, se la instruyó tre la mente inconsciente y el hipnotizador se ha revelado muy efectivo
para repasar mentalmente todo lo sucedido y dar algún consejo al au- como medio para asegurar trances profundos en sujetos que, de otra
tor, si así lo deseaba. manera, presentarían una resistencia muy agresiva. Gracias a ello pue-
Después de meditarlo le pidió al autor que, una vez despierta, no den hacer conscientes sus resistencias, expresarlas libremente y con se-
le dijese que había estado hipnotizada, sino que le diese tiempo para guridad. Al mismo tiempo, pueden desarrollar un sentimiento profun-
reorganizar sus ideas sobre la hipnosis y sobre el autor como repre- do de que están cooperando de manera segura, efectiva ). plena. La
sentante de la escuela que la practica. En fin, tiempo para aceptar que satisfacción que se deriva de dio conduce a un deseo de continuar per-
estaba en un error. siguiendo logros como ('se y las resistencias, finalmente, se resuelven,
Por supuesto, se le concedió todo eso y se le dijo que se desperta- desparecen o se utilizan de manera constructiva.
ría con amnesia sobre lo sucedido en el trance y con la agradable idea Brevemente diremos qut', sea cual sea la conducta manifestada por
de que tanto ella como el autor estaban interesados en el fenómeno los sujetos, debería ser aceptada y entendida como una ayuda en nues-
ideornotriz. Se le sugirió que su mente inconsciente encontraría un gran tra tarea. La aceptación de la necesidad que tenía la sujeto de querel
placer en ocultar a su consciente que había sido hipnotizada, pero que autor fracasase nos condujo a la actividad idcomotriz. f:sta nos llevó a
ese secreto podría ser compartido entre su inconsciente y el autor. Se una fuente de fenómenos hipnóticos basados directa o indirectamente
le instruyó sobre el hecho de que su inconsciente podía gobernar (y en las respuestas ideornotriccs y culminó en la sal istacción del hipno-
que, de hecho, lo haría) su mente consciente en cuanto a la idea de que tizador y del sujeto. Cualquier intento rígido que se hubiese llevado a
ella pudiera aprender hipnosis, y que su inconsciente le daría a cono- cabo para doblegar a la sujeto hubiese fracaso sin duda alguna, lo cua I
cer su experiencia hipnótica de alguna manera que fuese satisfactoria es comprenxihle, ya que los trances tienen COIlJO objetivo que el suje-
para su personalidad total. Mediante esta sugestión poshlpnótíca se le to aprenda y entienda el fenómeno, y no probar la habilidad del autor.
dio a la sujeto más información en relación con el funcionamiento in- La mayor parte del texto restante hace referencia a las considera-
dependiente entre la mente consciente e inconsciente, el desarrollo de ciones más importantes a la hora de asegurar trances profundos. Se
la amnesia hipnótica y la ejecución de trabajos poshipnóticos, Además, resumen también algunos procedimientos hipnóticos especiales que
se le informó de que, a un nivel profundo, como personalidad, ella es- normalmente tienen éxito, aunque se omiten algunos detalles por ra-
taha totalmente protegida, que su bienestar era la primera considera- zones de espacio.
ción para el autor y que la utilizaciÓn,deun,proceso de conducta po,-
día ser la base para el desarrollo de similares. aunque más complejas
fdrma's de comportamiento. La técnica de la confusión
El resultado fue de lo más interesante. Dos días después la sujeto
pidió disculpas por su "poco serio escepticismo, acerca de la hipnosis Uno de esos procedimientos especiales a los que hemos hecho re-
y su "injustificado" enhentamiento con el trabajo del autor. Pocos días ferencia es la llamada ..tl'cníca de la confusión-, Esta técnica ~e,h~( usa-
I 'l. ; 1 ,• ,,' ",' ,." ,
46 LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROfUNDA y SU INDUCCIÓN 47
1

do mucho tanto para la inducción de fenómenos específicos como estamos, el día de una cita o el año que ponemos en la fecha. Mientras
para los trances profundos. Normalmente se aplica a sujetos con una el sujeto relaciona estas sugestiones con sus experiencias reales, s~ le
inteligencia superior y que además están interesados en los procesos dice que, aunque hoyes martes, uno podría pensar que en realidad es
hipnóticos, o con aquellos que conscientemente no desean entrar en jueves, pero ya que hoyes miércoles y debido a que no importa en
trance a pesar de que sí jo desean inconscientemente. nuestro debate de hoy que sea miércoles o lunes, uno puede recordar
En esencia, este procedimiento no es más que la presentación de vivamente una experiencia del lunes de la semana pasada, que consti-
una serie de indicaciones contradictorias, aparentemente todas dife- tuyó una repetición de una experiencia del miércoles anterior. Esto, a
rentes, que requieren un constante cambio de orientación en los suje- su vez, le puede hacer recordar al sujeto un hecho que sucedió el día
tos. Por ejemplo, en el caso de la levitación de la mano, se sugestiona de su cumpleaños, en 1948, aunque en ese momento sólo podía espe-
l;¡j sujeto -ent'rgicamente- para que levite la mano derecha y, al mis- cular acerca de lo que ocurriría en su cumpleaños de 1949, o m;l,s aún,
mo tiempo, para c¡ ue rna ntenga inmóvil la mano izq uierdu. Después, en su cumpleaños de 1950, ya que estos hechos no habían sucedido to-
se sugiere lo contrario y se aparenta qLle el hipnotizador se está equi- davía en nuestro pensamiento de 1948.
vocando ;11 hablar. [k~ esa manee" el sujeto se aconlo<.b a esta apa- El sujeto reconoce que en estas sugestiones hay algo que no tiene
.r~nte l,'t).nfusk~'1 ~Id, h.ipnotizad( )1', ,,o cual ya es una manera de coope- sentido; sin embargo, para intentar hacerse con el significado que se
1;,11' que p:IS:~ ihadil0rrida para él. Después, se le da n indicuciones sobre quiere 1I-;¡nsI11itiJ:, '~m tend~nciÚ es Intentar pensar en términos del cum-
la inmovilidad de ambas manos, conjuntamente con la simultánea le- pleañosde 1948, pero para ello tiene que hacer caso omiso de 1949 y
viración <.il: una mano o la presión hacia abajo de la otra. Al cabo de 1950. Cuando el sujeto empieza a orientar el pensamiento, se le pre-
un breve espacio de tiempo, se vuelve a las sugestiones iniciales. senta otra serie de sugestiones para que recuerde algunas cosas y otras
Condicion.rdr ~ por sus primeras respuestas e( ioperanres hacia unas no; se le dice que la gente frecuentemente olvida cosas que cree que
demandas conuudictorias, los sujetos intentan acomodarse a ese gali- recordará pero que ni> recuerda; que algunos recuerdos de la niñez
marias y pronto se encuentran tan perdidos que agradecen cualquier son más nítidos que los de 1947, 1946 o 1945; que todos los días se ol-
sugestión positiva que les permita salir de ese estado de confusión, La vidan cosas de este año y del anterior, de 1945, 194/1 0 incluso más, de
rapidez, insistencia y confianza con que se dan esas consignas evitan 1942, 1941 Y 1940. Con respecto a 1935, sólo algunas cosas son recor-
que el sujeto pueda establecer un orden en la experiencia. En el me- dadas e identificadas como de ese año y, a medida que el tiempo pasa,
jor de los casos, sólo pueden intentar acomodarse y conseguir una li- se olvidad incluso más.
mitada coherencia en sus respuestas. El sujeto también se da cuenta de que estas sugestiones son inco-
Cuando Se induce a la levitación de la mano, por ejemplo, uno herentes, pero cada esfuerzo que realiza para entenderlo le conduce a
puede crear tal estado de confusión respecto a qué mano se mueve, aceptarlo. En ese momento se añaden unas sugestiones relativas a 1,1
en qué dirección (lateral o vertical), CLI:i1 es más rápida, cuál se detie- amnesia y se pone énfasis en el recuerdo de episodios infantiles; se
ne y cuá] sigue y otra vez en qué dirección, que finalmente lo que de- inicia el proceso de reorientación a un nivel de edad anterior.
I sea el sujeto es retirarse del estado en el que está, aceptando com- Inicialmente, estas sugestiones no se dan en forma de instruccio-
pletamente las sugestiones. nes u Órdenes, sino como comentarios que provocan la reflexión. En-
La "técnica de la confusión- se ha revelado COIllO muy efectiva y va- tonces, a medida que el sujeto empieza a responder, se van haciendo
liosa en aquellos' casos en los que se quiere inducir una amnesia con (lenta y progresivamente) sugestiones directas para recordar más y
una regresión a anteriores palitas de conducta. Se basa en la utilización más vívidas experiencias de 1935 o 1930. Una vez logrado esto, entran
de experiencias cotidianas familiares a todo el mundo. Al principio se en juego las sugestiones dirigidas a olvidar las experiencias posteriores
habla de cuán fácil es confundirse, a veces, en cuanto al día en el que a esa época; se tratan de sugestiones directas, pero las hacemos des-

LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROFUNDA y su INDUCCiÓN

pacio, sin que el sujeto se dé cuenta y, en un momento dado, se pasa ba las sensaciones subjetivas que iba teniendo. Nuestro colega no tuvo
'a formularlas de otra manera: ahora se habla de olvidar muchas cosas, en cuenta que el infante in tuero ni habla ni entiende la palabra ha-
como uno suele hacer muchas veces, hechos del pasado, especulacío- blada. Evidentemente, no se apercibió de que el sujeto sólo estaba in-
'nes sobre el futuro. Pero por supuesto olvidamos cosas que no tienen tentando complacer las expectativas de un investigador irreflexivo y
importancia, sólo lo que pertenece al presente -pensamientos, senti- con poco criterio.
mientos, hechos importantes- permanece vivo y significativo. Enton- Es absolutamente necesa rio que el hipnotizador entre en la situa-
,ces se le sugiere iniciar otro tipo de ideas diferente que requerirá otro ción, encaje en la regresión si quiere obtener resultados válidos. A una
tipo de respuesta, cosa que los sujetos están deseosos de hacer. paciente bajo terapia la sometimos a una regresión a lo.: cuatro años de
A continuación, y muy enérgicamente -con creciente intensi- edad. Nosotros ya sabíamos, por otras fuentes, que la sujeto se entrete-
dad- se sugestiona al sujeto sobre que ciertos hechos de 1930 serán nía de pequeña con un reloj de bolsillo de oro de un vecino. Durante
recordados tan vividamente que se hallará literalmente en medio de el trance, cuando la paciente se aproximaba a esa edad, el autor le mos-
una de esas experiencias vitales, pero una no finalizada todavía. Por tró su propio reloj de holsillo para facilitarle la identificación de éste
ejemplo, un sujeto reorientado a su sexto cumpleaños respondió que con su vecino. Y así lo hizo, rápida y espontáneamente.
estaba experimentando la situación de estar sentado a la mesa de casa Esta transformación del hipnotizador en otra persona no sólo se da
esperando ansiosamente si su madre le daba uno o dos bocadillos. El en los casos de regresión. Muchas veces, cuando inducirnos un trance
sujeto que hemos mencionado anteriormente (el doctorado) mencio- profundo en un sujeto que acabamos de conocer, nos encontramos
nó haberse reorientado a su niñez y experimentar cómo, un día deter- con que éste ve al autor como un extraño al que no está ligado de nin-
minado, esperaba a que le diesen los deberes en la escuela. guna manera, así que se requiere que adoptemos la identidad de otra
Llegados a este punto, es aquí donde muchos hipnotizadores co- persona. Por ejemplo, un sujeto que deseaba una anestesia hipnótica
meten un error increíble. Se trata de que asumen, sin pensarlo, que los para el parto identificó al autor como un antiguo profesor dt, psicolo-
sujetos, reorientados hacia un período anterior al encuentro con el hip- gía; hasta pocas semanas antes de dar a luz el inconsciente no aceptó
notizador, pueden entablar una conversación con él, es decir, con una la identidad verdadera cid hipnotizador. Si no hubiésemos ;¡ceptado la
persona que literalmente no existe. Por lo tanto, si el profesional se da situación, probablemente habríamos tenido problemas para llevar a
cuenta de este error comprenderá la necesidad que tiene el sujeto de cabo el entrenamiento para la anestesia.
cambiar la identidad de su interlocutor. Por ejemplo, el doctorado (el Independientemente de la habilidad y la experiencia del hipnotiza-
sujeto del ejemplo anterior), en el momento de revivir su experiencia dor, una consideración fundamental a la hora de inducir trances ¡mt
escolar, desconoce al autor, al que no conocerá hasta dentro de 15 años. fundos y asegurar respuestas válidas es reconocer la personalidad del
Así que le hace adoptar la personalidad de su profesora y nos descri- sujeto, intentar satisfacer sus necesidades y estar atento a sus pautas de
be la situación como si fuésemos su profesora. Para el sujeto, el doc- funcionamiento inconsciente. El hipnotizador, no los sujetos, es el-que
tor Erickson no puede estar hablando con él en la escuela, esto sería ha de hacer el esfuerzo P( Ir meterse y encajar en la situación hipnótica.
un anacronismo ridículo que falsearía toda la reorientación, Ahora
bien, sí puede hacerlo con la profesora Brown, responderle como ha-
cen los niños en la clase y, así, se puede revivir el pasado de una ma- La técnica del ensayo
nera válida.
Quizás el mejor ejemplo de poco criterio en relación con lo expues- Otro tipo de inducción al trance profundo puede denominarse la
to, y el más absurdo también, es el de ese psiquiatra que relató cómo técnica de la repetición o del ensayo. Se suele usar para conseguir
llevó a un sujeto hasta su período intrauterino y cómo éste le explica- hipnosis profundas y ciertos fenómenos hipnóticos concretos. Se pue-
'jO LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS LA HIPNOSIS PROfUNDA Y SU INDUCCIÓN 'j1

de emplear de muchas maneras distintas, tanto en el campo experi- mencionadas, atravesaría la sala, escribiría una frase en la pizaria, fir-
mental como en e! terapéutico, pero está especialmente indicado para maría con su nombre y seguiría con el debate, '
estos Últimos casos. Consiste en tomar una forma de conducta que apa- Cuando se despertó, declaró que recordaba todo lo que se le había
renterpente Sl' desarrollará bien y hacer que los sujetos la repitan, que dicho y había hecho. El autor puso en duda que esto fuese así, y por
, ensaytn.con, ~'Ib,.,' 'i. I
tanto el joven se apresuró a dar cuenta de. lo que había llevado a cabo.
" ' En' aigurlos C~llSOS, un sujeto puede resistirse a la hipnosis, pero aún Sin interrumpir su discurso, fue a la pizarra, escribió una frase y su nom-
así e! profesional apreci.: en él cierto potencial. Con ese sujeto podemos bre debajo. Cuando volvió a su asiento se le llamó la atención sobre lo
intentar aplicar esta técnica. Por ejemplo, con aquel que fracasa parcial- que había escrito, pero negó que tuviese que ver con la hipnosis, insis-
mente en las sugest iones d\.' escritura automática le hablaremos de que tiendo en que él recordaba todos los objetos que había pedido.presta-
. esas.tenlaliv~l.s's()'n, ~n realidad, un éxito, Acto seguido, se le proporcio- dos y demás. En un memento dado, extendió e! pie derecho para de-
narán (iu':ls' sugesÚones orientadas a que repase mentalmente qué' h<; he- mostrar que e! zapato estaba allí y que no tenía amnesia. Después
cho para conseguir tal éxito. Después, se le pide que repase mental- siguió dando más argumentos y, de repente y sin darse cuenta, se qui-
mente corno se podría haber hecho I() mismo sobre un papel en Iilanco, tó el zapato derecho. No se apercibió de ello hasta e! final de la clase.
sobre un papel cuadriculado. con un lápiz, con un bolígrafo, con un ro- Cuando e! autor le mostró lo que había hecho reconoció que sí había
tulador. Después se le pide que efectúe en el aire lo que ha llevado a desarrollado amnesia, pero que no se había dado cuenta de ello. Más
cabo mentalmente con esos elementos. Esto se repite varias veces, tarde convocamos otra sesión magistral y se le pidió que volviese a es-
introduciendo poco a poco papel imaginado (ya fruto de una alucina- cribir la frase anterior. Cuando se encontraba haciéndolo, algu nas otras
ción), instrumentos para escribir imaginados y letras, palabras y frases. A pequeñas sugestiones le provocaron un trance profundo y aprovecha-
medida que llevamos a cabo este procedimiento, los sujetos van desa- mos para llevar a cabo una demostración de psicopatología de'la vida
rrollando un trance más y m:1S profundo, especialmente si el ensayo y la cotidiana.
I repetición son aplicados junto a otras formas de conducta hipnótica. Para resumir, al sujeto se le había dado una lista pequeña y repeti-
A veces, esta misma técnica puede ser aplicada de una manera to- tiva de tareas simples que le conducirían aparentemente a una amne-
talmente diferente. Por ejemplo, antes de una clase con estudiantes sia, pero la realidad es que el objetivo de las mismas era permitirle
avanzados de medicina, el autor provocó la amnesia de un voluntario conseguir satisfacer sus necesidades personales. Por lo tanto, esos
que quería tener esa experiencia pero también quería contravenir al fracasos eran realmente logros que nos conducirían al auténtico desa-
autor. El estudiante expresó que dudaba de la capacidad del autor rrollo de la amnesia. Cuando introdujimos la sugestión de la frase per-
para conseguir una amnesia hipnótica y le puso a prueba diciendo mitimos al sujeto apartarse de las otras sugestiones más urgentes. Fijé-
que si, por ejemplo, se sacaba el zapato derecho sin saber que se le monos: primero consiguió todos esos éxitos de no amnesia, después
había dado esa orden, esto constituiría la prueba definitiva de que sí los refrendó al mostrar el zapato en su pie derecho, y aquí St; acabó su
la Iubía desarrollado. demostración, pero no su deseo de más éxitos. La Única manera de se-
I

Para empezar, entró en un buen trance y se le dio, enérgica y re- guir participando era quitándose el zapato -una tarea que él había
petidamente, una serie de instrucciones para que realizara algunos ac- escogido para demostrar la amnesia- y también escribiendo la frase.
tos como pedir prestado un cigarrillo a un compañero, unas gafas, etc. Es decir, consiguió más satisfacciones que las que había imaginado en
Después se le dieron órdenes repetitivas para que olvidase lo que aca- un principio. Cuando, después, volvió a escribir la frase, se encontró a
baba de hacer. Entre todas estas sugestiones, se le dijo al sujeto que, sí mismo en la situación que le había provocado más satisfacción, Esa
después de despertarse, mientras se hallara debatiendo con sus com- sensación le condujo rápidamente a un estado de trance profundo en
pañeros la cuestión de si había o no olvidado las pequeñas acciones virtud de! procedimiento de la repetición o ensayo.
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"
..

:;2 LA INDUCCiÓN DI: LA HIPNOSIS LA I-III'NOSIS PHOFUNIlA y su INI)\I(UÓN

Existe otra variación de esta técnica de la repetición que se ha rnos- que hacerme con uno, así que seguí pescand« hasta que ClptlHé un
trado muy Útil para la inducción a trances profundos, asociación de ejemplar que parecía tener algo de vida. Lo puse en mi bolsa como
ideas, regresión, análisis de símbolos, represión y desarrollo de com- todo el mundo hacía con sus peces, Todo el mundo tenía sus holsas
wensión personal (insighO.Esta variación consiste en repetiren el tran- llenas de peces menos yo, En un momento dado me di cuenta de que
ce un sueño o, en su defecto, una fantasía, pero eso sí, con variaciones mi bolsa esta ha toda podrida, y lo peor es que tenía un agujero. Vi
sobre la historia original. Es decir, repetimos un sueño espontáneo o in- cómo salía un montón de cieno y porquería del agujero y mi pez no-
ducido, pero con diferentes personajes, quizás en un ambiente diferen- taba en el suelo en medio de ese limo asqueroso. Miré alrededor y me
k pero en definitiva con el mismo significado. Para ilustrar esta técni- vi en la pradera de antes. El saco de los peces estaba debajo del ar-
ca nada mejor que la descripción de la terapia utilizada con uno de busto de las espinas y mi pez estaba en la corriente de la que le hablé
nuestros pacientes al que se le propuso trabajar sobre el sueño que ha- antes y parecía un trozo de madera podrida».
bía tenido la noche anterior: "Me encontraba solo en un prado cubierto Toda esa serie de repeticiones nos llevó a la cu ración de 1II1a serie
de hierba. Había unas lomas y elevaciones en el suelo. Hacía calor y se de amnesias y bloqueos ya la revelación de que, en la pubertad, hajo
estaba muy bien. En ese momento quería algo muy ansiosamente, pero circunstancias de extrema pobreza, el paciente hizo las veces de enfer-
no sé qué era. Me asusté. Me levanté temblando". mero de su madre, la cual le había rechazado desde la infancia. La ma-
Siguiendo la técnica descrita, repetimos ese mismo sueño en el dre murió de un cáncer en los genitales, en gran medida por falta dl'
trance, pero transformándolo en: .. Estaba paseando por un valle estre- cuidados y tratamiento. Además, supimos de sus profundos sentimien-
cho. Estaba buscando algo que debía encontrar, pero yo no lo quería. tos de inferioridad debido a su falta de desarrollo fálico, sus fuertes in-
No sé qué buscaba, pero sé que algo me impelía a buscarlo y estaba clinaciones homosexuales y su sentimiento de que su Única protección
asustado ror ello, fuese lo que fuese. Al final llegué al extremo del va- contra la homosexualidad sería ceder ante la "horrible presión de la SCh
lle donde se encuentran las murallas de! mismo y había una pequeña ciedad para que actuase como beterosexual". ,
corriente de agua que fluía bajo un arbusto. El arbusto estaba cubierto Este ejemplo ilustra claramente algunas de las características de los
de terribles espinas. Era venenoso. Alguien me empujaba más y más rrocesos inconscientes: cada uno de los sueños nos proporciona un
cerca y yo me hacía m{IS y m.is pequeño. Todavía tengo miedo». trance más profundo y más fácil de mantener y, al mismo tiempo, le
La siguiente repetición era: "Esto parece estar relacionado con par- da al paciente mucha más libertad de pensamiento para usar símbolos
te de mi Último sueño. Era primavera y ahí estaban los troncos y los le- menos abstrusos.
ñadores. Todo e! mundo poseía un tronco; yo también. Todos tenían Es importante hacer una advertencia para todos aquellos que va-
linos troncos largos y fuertes, menos yo. El mío era un palo podrido, yan a usar este procedimiento en el campo experimental y es que se
Esperaba que nadie se hubiese dado cuenta y pedí otro. Me lo dieron, deberían usar siempre sueños ele carácter positivo, placentero. Si esto
pero era igual que e! primero". no es posible, se debería implantar una fantasía artificial en ellos que
, De nuevo, la siguiente repetición fue: "Estaha en un bote de pesca. limitase las emociones negativas. En todo caso, se debe tener cuidado
Todo el mundo pescaba; yo también. Todos los pescadores pescaban y detener los trabajos cuando exista la probahilidad ele que no poda-
grandes peces. Yo pesqué y pesqué, pero todo lo que obtuve fue un mos controlar la situación. De otra manera, se puede provocar una al-
pequeño y enfermizo pececito. No lo quería, pero me lo tenía que teración emocional importante en el sujeto que desemboque en una
quedar. Me sentí horriblemente deprimido». total desconfianza en el hipnotizador, además de causar un sufrimien-
La siguiente: "Fui a pescar otra vez. El agua estaba llena de reces to innecesario.
dando saltos, pero yo sólo pude pescar un miserable pececillo que se Otra variación del método del ensayo propone a los sujetos visua-
salió del anzuelo y se quedó flotando muerto en el agua. Pero tenía lizarse a sí mismos hajo un trance hipnótico y añadir después a esta vi-

,
LA HIPNOSIS PROFUNDA y SU INI)[JUIÓN , )7
LA INDUCCIÓN DE LA HIPNOSIS

Técnicas poshipnóticas Este articulo no ha pretendido describir unas rccnicas exactas o es-
pecíficas de proceder en hipnosis, sino demos: ra r que la hipnosis de-
En cierto artículo escrito rore! autor-conjuntamente con E.M. Erick- bería ser, en primer lugar, el .resultado de.,.uljai:/',il~l:iciánen L't qLI~ .int-
son se trató el tema de los trances hipnóticos espontáneos que se de- bOS, el hipnotizador y el sujeto, desarrollan relaciones i¡~erpersonales
sarrollan cuando el sujeto realiza una tarea poshipnótica , Uno de las e ínrrapersonales. Teniendo esto en cuenta. llegamos a la conclusión
posibilidades de [a hipnosis, ligera o profunda, es que el hipnotizador de que no se pueden seguir unos procedimientos fijos y rígidos, LInos
!{l;ede introducir alguna forma ele sugestión poshipnótíca que le per- métodos que persigan un único ohjetivo preck-rerminado. La comple-
mitirá que el sujeto desarrolle un trance espontáneo posterior. Este jidad de la conducta humana y sus motivaciones subyacentes 'hacen
trance puede ser utilizado como un punto de partida para desarrollar necesario un conocimiento de IDS múltiples f:tctores qlle existen en
un nuevo estado de trance. No todos los sujetos responden a este pro- cualquier situación en b que participan dos personalidades. Cualquie-.
cedimiento, pero muchas veces se muestra de un inmenso valor. ra que sea el papel del hipnotizador, la mayor parte del esfuerzo lo
A veces, a los sujetos que se hallan sólo bajo un trance ligero se les lleva a cabo el sujeto, y lo hani de acuerdo con .sus capacidades, apren-
da una sugestión poshipnórica simple. Después, ya en estado de vigi- dizaje e historia experiencia] de su personal idad lota 1. Los h i pnot iZ;I-
lia, desarrollan un trance espontáneo al ejecutar el acto poshipnótico, dores sólo pueden guíar, dirigir, supervisar Ydur I;¡ oportunidad a los
y entonces el hipnotizador les da sugestiones para hacerlo más pro- sujetos de realizar un trabajo productivo. Para ello, deben entender y
fundo. Este procedimiento se puede repetir de nuevo, con un tercer utilizar la conducta que desarrolla el sujeto y ser capacesde crear opor-
trance, por ejemplo, hasta que un número determinado de repeticio- tunidades y situaciones favorables para su adecuado funcionamiento. ,
ncs lleva por fin a la hipnosis profunda.
En cuanto a las sugestiones poshipnóticas no obstructivas, el autor
recurre a ellas diciendo: "Siempre que le tome la muñeca y mueva su
brazo así (y lo hace), significará que tiene que hacer algo -quizá mo-
ver su otra mano, quizás hacer una señal con la cabeza, quizá dormir
más profundamente, pero siempre que reciba la señal, estará preparado
para realizar la tarea". Si repetimos esto varias veces en el primer trance,
los sujetos, en su pensamiento inmediato, aplican la sugestión sólo a esa
sesión. Sin embargo, semanas después, en un entorno adecuado, la re-
petición de la señal puede conducir a una rápida inducción a la hipno-
sis. Este método ha sido empleado en muchas ocasiones para ahorrar
. tiempo a la hora de enseñar cómo hipnotizar y cómo ser hipnotizado.
El acto poshipnótico, por otro lado, debería ser una actividad sim-
ple, cotidiana: mirar cómo el hipnotizador enciende un cigarrillo, tirar
una cerilla a la papelera, observar que un libro está en el borde del es-
critorio. Los actos que requieren atención () actuar en demasía no son
tan efectivos. Pedirle al sujeto que dé una palmada al oír la palabra "lá-
piz . ('.:; una tarea menos efectiva porque es más bien inusual. La senci-
llez permite la rápida utilización de las posibilidades conductuales de
la' situación hipnótica total.

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