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“HORA SANTA”

SAGRADO CORAZON DE JESUS


PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES ALAMO, VER.

EXPOSICION DEL SANTISIMO SACRAMENTO


CANTO:

SACERDOTE:
He aquí, buen Jesús, en tu presencia santa, como un pobre ante un gran Señor, dame Señor tu
gracia y tener la dicha de un corazón humilde.
PADRE NUESTRO, AVEMARÍA Y GLORIA.
CANTO:

He aquí, buen Jesús en tu presencia, como un enfermo ante el médico; sana, Señor, las heridas de
mi alma con el bálsamo de Tu Sangre Preciosa.
PADRE NUESTRO, AVEMARÍA Y GLORIA.
CANTO.

Heme aquí, buen Jesús, en Tu presencia, como un siervo ante su amo; dame, Señor, el sustento
de tu Cuerpo y líbrame de mi gran miseria.
PADRE NUESTRO, AVEMARÍA Y GLORIA.
CANTO:

MONICION DE ENTRADA:

Señor, aquí estamos ante ti. Queremos buscarte con Amor. Nuestra alma tiene sed de ti, todo
nuestro ser suspira por ti. Queremos orar con el corazón, con toda nuestra atención puesta en ti
Jesús, hacia tu corazón, por eso danos la ayuda, la fuerza de tu Espíritu Santo. En esta noche
vamos a orar desde el Corazón, desde nuestro pequeño corazón humano, pero que cuando se une
a tu Corazón manso y humilde es ilimitado, no se puede medir, es infinito... como el tuyo.

Dejemos, siquiera por un momento, el mundo de vanidades y falsías, y acerquémonos al Paraíso


delicioso del Corazón Sagrado de Jesús... Él está aquí y nos llama... Roguémosle confiadamente
que cierre los ojos a todas nuestras culpas y que nos abra, en esta Hora Santa, la llaga del
Costado, en la que salva a los pecadores, donde santifica a los buenos y en la que endulza las
amarguras de la vida y los horrores de la muerte...

Hoy en esta noche celebramos las vísperas de la solemnidad de la fiesta del sagrado corazón de
Jesús, al hacerlo nos unimos al corazón de dios que se nos ofrece por entero como entrega de
amor infinito y predilección por nosotros. Fijemos nuestros ojos en ese corazón traspasado para
fortalecer nuestro amor por él. Celebramos nuestra acción de gracias.

CANTO:
ORACION INICIAL AL SANTISIMO SACRAMENTO

Señor mío Jesucristo, es tu gran amor a los hombres el que te mantiene día y noche en este
Sacramento, lleno de piedad y amor, esperando, invitando y dando la bienvenida a todos los
que te visitan. Creo que estás realmente presente en el Sacramento del Altar. Desde el fondo de
mi nada, yo te adoro; y te doy gracias por los muchos favores que me has concedido,
especialmente por la dádiva de Ti mismo en este Sacramento, por la dádiva de tu Santísima
Madre como intercesora mía, y por el privilegio de visitarte en esta Iglesia.

Me dirijo ahora a tu amantísimo Corazón con una triple intención: para darte gracias por la
gran dádiva de Ti mismo; en reparación de todos los insultos que tus enemigos amontonan
sobre Ti en este Sacramento, y para adorarte dondequiera que tu Eucarística Presencia sea
deshonrada u olvidada.

Jesús mío, te amo de todo corazón. Mucho me arrepiento de mi ingratitud a tu infinita


bondad. Resuelvo ahora, con la ayuda de tu gracia, no ofenderte ya más. Y pecador como soy
te consagro mi ser entero, toda mi voluntad, mis afectos, mis deseos y todo lo que tengo. De
ahora en adelante, haz como te plazca conmigo y con mis cosas. Solo pido y deseo tu amor,
perseverancia final, y la gracia de hacer siempre tu santa voluntad. Pido tu intercesión por las
almas del purgatorio, especialmente por aquellas que fueron más devotas del Santísimo
Sacramento y de tu Santísima Madre. Te recomiendo también todos los pobres pecadores, y
finalmente, mi amado Salvador, uno todos mis deseos con los deseos de tu amantísimo
Corazón. Así unidos, los presento a tu Eterno Padre, y le pido en tu Nombre y por el amor que
te tiene, que los acepte y corresponda.

Jesús, manso y humilde de corazón, Haz nuestro corazón semejante al Tuyo.

CANTO:

REFLEXIÓN

Queremos coronarte, ¡Oh Cristo Rey!, con una diadema de corazones mexicanos y poner en Tus
manos, el cetro de un poder absoluto, para que rijas y gobiernes a tu pueblo amado. Eres Rey
como afirmaste en tu pasión, ¡porque eres el Hijo de Dios! Por lo tanto, ¡Oh Monarca amabilísimo!,
este pueblo tuyo, que tiene hambre y sed de justicia, que se ampara en Tu celestial Realeza, te
promete entronizar tu Corazón en todos sus hogares, pobres o ricos y rendirte el homenaje que
mereces, reconociendo tus derechos santísimos sobre todo el mundo. Te rogamos consagres a tu
Sagrado Corazón, la Iglesia de México con todos sus pastores, ministros y comunidades religiosas,
la Patria querida con todos sus hogares, las familias con todos sus miembros; ancianos, jóvenes o
niños; a los amigos y a los enemigos, y muy particularmente a las madres, las esposas y las hijas,
destinadas a modelar el corazón del futuro pueblo mexicano, para que triunfes y reines en todos
los habitantes de esta Nación. ¡Oh Cristo Rey!, con ardiente júbilo te ofrecemos fidelidad.

Habla, pues, manda, reclama y exige con imperio: pídenos la sangre y la vida, que son tuyas,
porque totalmente te pertenecemos; resueltos estamos a dártelos por defender tu bandera hasta
que triunfe y sea exaltado, reverenciado y amado para siempre tu herido Corazón. Ya reina en
México tu Corazón Divino, desde la santa Montaña consagrada a ti, enjugará las lágrimas, curará
las heridas de esta República conquistada por María de Guadalupe. Tú dominarás en ella con el
cetro suavísimo de tu misericordia y en la paz como en la guerra, en la agitación como en la
tranquilidad, nos verás con benignos ojos y extenderás tus benditas y poderosas manos para
bendecirnos. Y nosotros, con todas las generaciones futuras, te aclamaremos nuestro Rey y
Salvador. Allá volarán las muchedumbres a pedirte gracias y a ofrecerte, con alma y vida, guardar
tu santa Ley: y Tú, Redentor amoroso de los hombres, atrae a tu Corazón adorable a los
pecadores para convertirlos.

Recobra el dominio sobre tantas almas desorientadas y engañadas con falsas y perversas
doctrinas; conserva la fe en nosotros y despréndenos de los bienes del mundo; calma los odios y
une a los hermanos; ilumina a los ciegos; perdona a los ingratos; pero, sobre todo, concede a tu
Iglesia la libertad y la paz por la que tanto suspiramos. Derrite con el fuego de Tu divino pecho,
misericordioso Jesús, el hielo de las almas; establece tu Reino en todos los pueblos de nuestro
país y penetre tu caridad a las cárceles, a los hospitales, a las escuelas, a los talleres; haz un trono
para ti en cada corazón mexicano, porque los Pastores y las ovejas, los padres y los hijos, nos
gloriamos en ser tuyos. Danos, por fin, una santa muerte, sepultándonos en la herida preciosa de
tu Corazón de amor, para resucitar en los esplendores del cielo.

CANTO:

ORACION

Señor Jesucristo, que con amor sincero te entregaste por nosotros y, elevado sobre la cruz, hiciste
brotar de tu costado traspasado, con el agua y la sangre, los sacramentos de tu Iglesia;
concédenos adentrarnos en el misterio de tu Corazón para que comprendamos lo que trasciende
toda filosofía: la grandeza y la gratuidad de tu amor. Permítenos, Señor, acercarnos a tu corazón
abierto y ser, en medio del mundo, signos vivos y eficaces de tu salvación. Que por intercesión de
tu Madre, la Virgen María, lleguemos a ser templos dignos de la gloria de Dios y constructores de
la civilización del amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA
MONICIÓN
La Palabra de Dios nos recuerda que, a pesar de estar llamados a la conversión, Dios mismo sale
a nuestra búsqueda como un pastor amoroso. Este pastor nos ofrece su corazón entero para que
encontremos en Él las respuestas a nuestras vacilaciones e inquietudes. Escuchemos la voz del
Dios que nos Ama, nos levanta y alimenta nuestra esperanza.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-16

Así dice el Señor Dios: «Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro. Como
sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro
de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de
oscuridad y nubarrones. Las sacaré de entre los pueblos, las congregaré de los países, las traeré
a su tierra, las apacentaré en los montes de Israel, en las cañadas y en los poblados del país. Las
apacentaré en ricos pastizales, tendrán sus dehesas en los montes más altos de Israel; se
recostarán en fértiles dehesas y pastarán pastos jugosos en los montes de Israel. Yo mismo
apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear oráculo del Señor Dios. Buscaré las ovejas
perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas;

SALMO RESPONSORIAL
Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA.

El Señor es mi pastor, nada me falta:


en verdes praderas me hace reposar
conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo,


por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo,
Porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,


enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con
perfume, y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan


todos los días de mi vida
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 5, 5B-11

Hermanos: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que
se nos ha dado. En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado,
Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por
un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; más la prueba de que Dios nos
ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con
cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del
castigo! Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su
Hijo, ¡con cuanta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!
Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo,
por quien hemos obtenido ahora la reconciliación. PALABRA DE DIOS… TE ALABAMOS SEÑOR
ACLAMACIÓN DEL EVANGELIO

Aleluya, Aleluya, Aleluya


Cargad con mi yugo y aprended de mí, dice el Señor, que soy manso y humilde de Corazón.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 15, 3-7

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien
ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada,
hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y,
al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la
oveja que se me había perdido." Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo
pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.»
PALABRA DEL SEÑOR… GLORIA A TI SEÑOR JESUS

HOMILÍA:
SACERDOTE

CANTO:

PETICIONES

Invoquemos, hermanos, a Jesús, manso y humilde de corazón, que en el sacramento de la


Eucaristía nos ha dejado la prenda de su amor, y digámosle: MÍRANOS, SEÑOR, Y TEN PIEDAD.

Por la Iglesia santa de Dios; para que sea signo eficaz del amor del Padre por los hombres,
reflejado en el Corazón del Redentor, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Por toda la humanidad; para que, a través del testimonio de los cristianos, descubra la insondable
riqueza de la misericordia divina, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Por aquellos que buscan el sentido de sus vidas; para que se acerquen a Jesús, fundamento de la
esperanza, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Por los que sufren, por los enfermos, por los pobres; para que en el Corazón de nuestro Salvador
encuentren consuelo y fortaleza; ROGUEMOS AL SEÑOR.

Por este Congreso dedicado al Corazón de Jesús, Fuente de Vida; para que contribuya a difundir
la verdadera piedad hacia Cristo, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Por todos nosotros; para que adorando al Señor en el santísimo Sacramento de su presencia,
convirtamos nuestra vida en una respuesta generosa y comprometida al amor de Dios, ROGUEMOS
AL SEÑOR.

Te rogamos, Dios siempre fiel, por la Iglesia nacida del Corazón de Cristo, para que hagas de este
pueblo una verdadera familia de hermanos que aman, sienten y viven como Jesús. ROGUEMOS AL
SEÑOR
Te rogamos, Dios de nuestras vidas, por quienes nos gobiernan, para que sepan escuchar el
corazón de la comunidad que se les ha confiado y la dirijan con sabiduría, prudencia y justicia.
ROGUEMOS AL SEÑOR

Te rogamos, Dios siempre fiel, por Colombia, por cada uno de los que en este país admirable y
dramático quieren trabajar por una sociedad reconciliada, para que sea la luz del amor, revelada
en el Evangelio, la que los ilumine y trace el camino que lleve a la paz. ROGUEMOS AL SEÑOR

Te rogamos, Dios de nuestras vidas, para que pongas en el corazón adolorido de tantos hermanos
que sufren de modos diversos, la luz de la esperanza y el consuelo que buscan. ROGUEMOS AL
SEÑOR

Te rogamos, Dios siempre fiel, para que los que estamos en esta celebración experimentemos tu
amor y sepamos tender puentes de caridad y comunión que nos unan a todos. ROGUEMOS AL
SEÑOR

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS


Gracias Señor por traerme a la oración. Gracias por la alegría de la entrega, el arrepentimiento y el
perdón. Gracias por enviarme a Tu Espíritu Santo a enseñarme y a guiarme. Gracias por los frutos
que Tu Espíritu está trabajando en mí como el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad,
el control de mí mismo. Gracias por enviarme personas que necesitan ayuda.

Gracias por romper el dominio de hábitos pasados y traerme a una conversión más profunda.
Gracias por hacerte presente en todos los momentos de mi vida, por tu Palabra que me da vida y
por levantarme cuando caigo. Gracias por hacer que las cosas trabajen para mi bien al depositar
yo mi confianza en Ti. Gracias por tus ángeles que me protegen en todos mis caminos. Gracias por
guiarme y darme sabiduría, por Tu amor abundante que quita todo temor. Gracias por abrirme las
puertas del cielo y derramar Tus bendiciones sobre mí. Gracias por suplir todas mis necesidades
con Tu riqueza. Gracias por la salud. Gracias por abrir mis ojos a las necesidades de mis
hermanos. Abre mi corazón para amar a los heridos y a los perdidos, abre mis labios para hablar
de Tu amor. Gracias por aquellos que me han ayudado en mi camino hacia Ti, bendícelos Señor.
Gracias por el regalo de mi vida, así como es. Gracias por el mejor regalo de todos, Tu hijo Jesús.
Amén.

Jesús, manso y humilde de Corazón, Haz nuestro Corazón semejante al tuyo. (3 veces)
CANTO:

BENDICION DEL SANTISIMO SACRAMENTO

CANTO

“CON CRISTO Y POR CRISTO, REMAD MAR ADENTRO”


DINAMICAS JUVENILES ÁLAMO

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