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ISSN 0717-7305

ISSN 0717-7283

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PELIGROS DEL COMPLEJO


VO L C Á N I C O N E VA D O S D E C H I L L Á N

TERRITORIO CHILENO
REGIÓN DEL BIOBÍO
ANTÁRTICO
90° 53°

Gabriel Orozco L.
Gabriela Jara A.
Daniel Bertin U.

POLO SUR
C A R TA G E O L Ó G I C A D E C H I L E
S E R I E G E O L O G Í A A M B I E N TA L
No. 28 Escala 1: 75.000

"ACUERDO ENTRE LA REPÚBLICA DE CHILE Y LA REPÚBLICA ARGENTINA


PARA PRECISAR EL RECORRIDO DEL LÍMITE DESDE EL MONTE FITZ ROY
HASTA EL CERRO DAUDET". (Buenos Aires, 16 de diciembre de 1998). 2016

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No. 28_Nevados de Chillán

CARTA GEOLÓGICA DE CHILE


SERIE GEOLOGÍA AMBIENTAL

No. 3 Rocas y Minerales Industriales de la Cuenca de Santiago, Región Metropolitana de Santiago. 2003. J.L. Antinao. 1 mapa CARTA GEOLÓGICA DE CHILE
escala 1:100.000.

No. 4 Vulnerabilidad a la Contaminación de los Acuíferos de la Cuenca de Santiago, Región Metropolitana de Santiago. 2003. SERIE GEOLOGÍA AMBIENTAL
S. Iriarte. 1 mapa escala 1:100.000.

No. 5 Geología para el Ordenamiento Territorial: Cuenca de Santiago, Región Metropolitana de Santiago. 2003. J.L. Antinao,
J.C. Fernández y S. Iriarte. 1 mapa escala 1:100.000.

No. 6 Geología para el Ordenamiento Territorial: Área de Osorno, Región de Los Lagos. 2003. Y. Pérez, J. Milovic, R. Troncoso,
J. Hanisch, F. Helms y M. Toloczyki. Texto y 6 mapas escala 1:100.000. 73º00' 72º00' 71º00'
36º00'
No. 7 Mapa de Peligros del Volcán Llaima, Región de La Araucanía. 2003. H. Moreno y J.A. Naranjo. 1 mapa escala 1:75.000.

No. 8 Geología para el ordenamiento territorial: Área de Valdivia, Región de Los Lagos. 2005. M. Arenas, C. Jara, J. Milovic,

I C O
Y. Pérez D., R. Troncoso, J. Behlau, J. Hanisch y F. Helms. 7 mapas, escala 1:100.000 y 1:25.000.

C Í F
No. 9 Peligros del Complejo Volcánico Mocho-Choshuenco, Región de Los Lagos. 2006. H. Moreno y J. Naranjo. 1 mapa escala
1:50.000.

P A
Concepción
No. 10 Peligros del Complejo Volcánico Taapaca, Región de Arica y Parinacota. 2007. J. Clavero. 1 mapa escala 1:50.000.
37º00'
No. 11 Geología para el ordenamiento territorial del Área de Temuco, Región de La Araucanía. 2007. R. Troncoso, M. Arenas,

N O
C. Jara, J. Milovic y Y. Pérez. Texto y 6 mapas, escala 1:100.000.

O C É A
No. 12 Microzonificación sísmica de la ciudad de Concepción, Región del Biobío. 2010. J. Vivallos, P. Ramírez y A. Fonseca. 1 mapa
escala 1:20.000.

No. 13 Peligros Volcánicos de Chile. 2011. L. Lara, G. Orozco, Á. Amigo y C. Silva. Texto y 1 mapa escala 1:2.000.000.

No. 14 Peligro de Licuefacción: área Concepción-Talcahuano-Hualpén-Chiguayante, Región del Biobío. 2012. M.F. Falcón, M. Arenas,
P. Ramírez, M. Marín, C. Creixell y S. Huerta. 1 mapa escala 1:50.000.
38º00'
No. 15 Peligro de Inundación por Tsunami: Área Concepción-Talcahuano-Hualpén-Chiguayante, Región del Biobío. 2012. M.F. Falcón,
P. Ramírez, M. Marín y M. Arenas. 1 mapa escala 1:50.000.

No. 16 Microzonificación Sísmica de la ciudad de San Pedro de la Paz, Región del Biobío. 2012. P. Ramírez, J. Vivallos, D. Cáceres
y A. Fonseca. 3 mapas, escala 1:20.000.

No. 17 Peligros Volcánicos de la zona norte de Chile, Regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama. 2012.
Escala 1:2.000.000
Á. Amigo, D. Bertin y G. Orozco. Texto y 1 mapa en 5 hojas escala 1:250.000, 1 mapa escala 1:3.000.000.

No. 18 Peligros del Volcán Sollipulli, Región de La Araucanía. 2014. C. Jara y H. Moreno. 1 mapa escala 1:50.000. Escala 1:100.000 (1)

No. 19 Geología para el ordenamiento territorial: área de Antofagasta, Región de Antofagasta. 2014. M.F. Falcón, M. Arenas, Escala 1:75.000
R. Carrasco, J. Fernández, A. Gajardo, S. Huerta, M. Marín, A. Merino, F.A. Mourgues, Y. Pérez y H. Vaccaro. Texto y 6
mapas escala 1:50.000.
Escala 1:50.000
No. 20 Peligros del volcán Hudson, Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo. 2014. Á. Amigo y D. Bertin. Texto y 1
mapa escala 1:75.000. Escala 1:20.000
No. 21 Geología para el ordenamiento territorial: área de Castro, Región de Los Lagos. 2015. D. Páez, D. Quiroz, P. Feuker, P. Derch
y P. Duhart. 6 mapas escala 1:100.000. Área de la presente Publicación

No. 22 Peligros del volcán Láscar, Región de Antofagasta. 2015. M. Gardeweg y Á. Amigo. 1 mapa escala 1:50.000.

No. 23 Peligros del volcán Cerro Azul-Quizapu, Región del Maule. 2015. Á. Amigo y D. Bertin. 1 mapa escala 1:50.000.

No. 24 Peligros del volcán Chaitén, Región de Los Lagos. 2015. Á. Amigo, L. Lara y D. Bertin. 1 mapa escala 1:50.000.

No. 25 Peligros del volcán San Pedro, Región de Antofagasta. 2015. D. Bertin y Á. Amigo. 1 mapa escala 1:50.000.

No. 26 Peligros del volcán Apagado, Región de Los Lagos. 2016. M. Mella. 1 mapa escala 1:50.000.

No. 27 Peligros del volcán Antuco, Región del Biobío. 2016. H. Moreno. 1 mapa escala 1:50.000.
(1)
Incluye mapas de geología ambiental de la Serie Documentos de Trabajo, descontinuado.

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ISSN 0717-7305

SERVICIO NACIONAL DE GEOLOGÍA Y MINERÍA - CHILE

SUBDIRECCIÓN NACIONAL DE GEOLOGÍA

PELIGROS DEL COMPLEJO


V O L C Á N I C O N E V A D O S D E C H I L L ÁN
REGIÓN DEL BIOBÍO

Gabriel Orozco L.
Gabriela Jara A.
Daniel Bertin U.

CARTA GEOLÓGICA DE CHILE


S E R I E G E O L O G Í A A M B I E N TA L
No. 28 Escala 1:75.000

2016

Nevados de Chillándefinitivo.indd 1 06-07-2017 16:14:41


PELIGROS DEL COMPLEJO VOLCÁNICO NEVADOS DE CHILLÁN, REGIÓN DEL BIOBÍO
Escala 1:75.000

CARTA GEOLÓGICA DE CHILE


SERIE GEOLOGÍA AMBIENTAL, No. 28, 2016
ISSN 0717-7305
Inscripción No. 273.300

©Servicio Nacional de Geología y Minería, Avda. Santa María 0104, Casilla 10465, Santiago, Chile.
Director Nacional (S): Mario Pereira A.
Subdirector Nacional de Geología (S): Omar Cortés C.

Derechos reservados. Prohibida su reproducción.

Jefa Comité Editor: Renate Wall Z.


Comité Editor: Rodrigo Carrasco O., Aníbal Gajardo C., Jorge Muñoz B., Andrew Tomlinson.
Editores: Carolina Rodríguez, Carolina Silva P., Ramón Arturo Cerda G.

Jefa Unidad de Publicaciones: Soraya Amar N.


Diagramación: Nancy Espinoza P.

Referencia bibliográfica:
Orozco, G.; Jara, G.; Bertin, D. 2016. PELIGROS DEL COMPLEJO VOLCÁNICO NEVADOS DE CHILLÁN, Región del
Biobío. Servicio Nacional de Geología y Minería, Carta Geológica de Chile, Serie Geología Ambiental 28: 34 p., 1 mapa
escala 1:75.000, Santiago.

Portada: Flanco SO del subcomplejo Las Termas. Las cumbres principales que lo componen están conformadas por los
volcanes Nuevo y Arrau (a la izquierda), y los volcanes Chillán y Viejo (derecha). En primer plano se observa el
sector de las termas de Chillán, lugar de reciente desarrollo inmobiliario y turístico, emplazado en sectores de
alto y muy alto peligro volcánico, en las nacientes del estero Renegado.
Fotografía: G. Orozco

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CONTENIDO

RESUMEN................................................................................................................................................... 5
ABSTRACT................................................................................................................................................. 5
INTRODUCCIÓN......................................................................................................................................... 6
ACTIVIDAD ERUPTIVA DEL COMPLEJO VOLCÁNICO NEVADOS DE CHILLÁN................................... 10
ACTIVIDAD ERUPTIVA PREHISTÓRICA............................................................................................. 10
ACTIVIDAD ERUPTIVA HISTÓRICA..................................................................................................... 12
METODOLOGÍA DE EVALUACIÓN DE PELIGROS VOLCÁNICOS.......................................................... 12
LAHARES.............................................................................................................................................. 15
FLUJOS PIROCLÁSTICOS................................................................................................................... 15
FLUJOS DE LAVAS Y LAVAS-DOMO................................................................................................... 15
PROYECCIÓN DE PIROCLASTOS BALÍSTICOS................................................................................ 16
CAÍDA DE PIROCLASTOS................................................................................................................... 17
RESULTADOS............................................................................................................................................. 19
ALCANCES Y CONCLUSIONES ............................................................................................................... 20
AGRADECIMIENTOS................................................................................................................................. 21
REFERENCIAS........................................................................................................................................... 21

FIGURAS

Fig. 1. Mapa de ubicación y accesos del Complejo Volcánico Nevados de Chillán................................ 7


Fig. 2. Esquema geológico del Complejo Volcánico Nevados de Chillán................................................ 8
Fig. 3. Productos volcánicos emitidos durante los últimos ca. 40 ka, correspondientes a la etapa actual
del Complejo Volcánico Nevados de Chillán................................................................................ 11
Fig. 4. Áreas representadas en el mapa para la evaluación de los peligros volcánicos del Complejo
Volcánico Nevados de Chillán...................................................................................................... 14
Fig. 5. Dirección y velocidad del viento en un año típico para diferentes alturas sobre el Complejo
Volcánico Nevados de Chillán...................................................................................................... 18

TABLAS

Tabla 1. Matriz de peligro empleada en la construcción del mapa de peligros integrados del Complejo
Volcánico Nevados de Chillán...................................................................................................... 13
Tabla 2. Parámetros considerados en la construcción de conos de energía para peligros volcánicos proxi-
males.................................................................................................................................................. 16
Tabla 3. Centros volcánicos empleados como origen para la modelación de piroclastos balísticos.......... 17
Tabla 4. Parámetros considerados en la simulación de piroclastos balísticos de tipo bombas y/o bloques.. 17
Tabla 5. Año meteorológico típico de las condiciones atmosféricas sobre el Complejo Volcánico Nevados
de Chillán...................................................................................................................................... 18

ANEXOS

I Catastro de erupciones.......................................................................................................................... 27
II Glosario................................................................................................................................................. 30

MAPA (fuera de texto)


PELIGROS DEL COMPLEJO VOLCÁNICO NEVADOS DE CHILLÁN, REGIÓN DEL BIOBÍO,
Escala 1:75.000

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5

RESUMEN

El Complejo Volcánico Nevados de Chillán (CVNCh) se encuentra ubicado en la cordillera de la provincia de Ñuble, en
la Región del Biobío. Con más de una quincena de erupciones históricas comprobadas, es uno de los centros volcánicos
más activos de Chile central, susceptible de reactivaciones eruptivas en el transcurso de los próximos años o décadas.
Debido a la posibilidad de practicar deportes de invierno y a la presencia de fuentes termales, en sus cercanías
existen poblados y centros turísticos que atraen a un gran número de visitantes y que han acelerado su desarrollo en las
últimas décadas. De esta forma, en el CVNCh se combina un registro de actividad eruptiva recurrente con la presencia de
población ubicada en áreas de peligro volcánico, situación que lo convierte en uno de los volcanes más riesgosos del país.
El objetivo de este trabajo consiste en entregar una evaluación de los peligros volcánicos asociados a posibles
reactivaciones del CVNCh, como resultado del estudio de las relaciones de magnitud-recurrencia de este centro eruptivo
en los últimos ca. 40 ka. En este período existen registros y evidencias de numerosos episodios de volcanismo explosivo
y efusivo, procesos que fueron analizados espacial y temporalmente para completar el trazado de las zonas de peligro
volcánico esperadas para cada escenario eruptivo.
Los resultados de este trabajo se presentan en una hoja única que incluye, en un mapa a escala 1:75.000, la
representación integrada de los peligros volcánicos proximales relacionados con procesos superficiales (flujos laháricos,
corrientes de densidad piroclástica y flujos de lava), y de transporte aéreo (proyección balística y caída piroclástica).
Además, en el mismo mapa, en un conjunto de cuatro paneles a escala 1:3.000.000, se representa el peligro asociado a
la probabilidad de dispersión y acumulación regional de piroclastos de caída, derivados de columnas eruptivas elevadas,
de acuerdo con las condiciones atmosféricas estacionales de un año meteorológico típico.
Según el registro histórico, la actividad volcánica más frecuente en este complejo es del tipo efusivo o débilmente
explosivo. Eventuales actividades futuras pueden afectar los valles, poblados y cauces en torno al complejo volcánico,
como son los ríos Chillán, Diguillín, Gato, Santa Gertrudis y Las Minas, los esteros San José, Las Mulas, Renegado,
Shangri-La, Las Cabras y Cajón Nuevo, y los poblados de las Termas de Chillán, Las Trancas, Los Lleuques, entre otros.
En estos valles, la actividad volcánica podría generar lavas que, por lo general, no exceden los 7 km de extensión. Eventos
explosivos, de menor frecuencia e intensidad variable (estromboliana a pliniana), pueden provocar depósitos piroclásticos
de caída y flujos piroclásticos que, generalmente, se canalizan por los valles principales y pueden superar una extensión
de 12 km. De igual o menor frecuencia, los flujos laháricos se encauzan en el fondo de los valles y presentan extensiones
variables de hasta 40 km, lo que los convierte, por su movilidad, en el proceso volcánico más peligroso.
Respecto a la dispersión atmosférica y acumulación regional de piroclastos en superficie, los resultados de este estudio
muestran una intensa variación estacional del régimen de circulación de vientos durante los meses de otoño, período en
que disminuye la estabilidad de la dispersión atmosférica hacia el este y aumenta la posibilidad, frente a una erupción
mayor (IEV 5 a 6), de caída y acumulación de material piroclástico en el valle central de las regiones del Biobío y del Maule.
Para la población expuesta y para las autoridades responsables de la seguridad pública, este documento constituye
una herramienta de información territorial destinada a apoyar las decisiones orientadas, en primera instancia, a impedir
el aumento de la vulnerabilidad y, en el largo plazo, procurar su disminución. También puede ser empleado como una
herramienta inicial para la gestión de crisis durante episodios de reactivación.

ABSTRACT

The Nevados de Chillan Volcanic Complex (CVNCh) is located in the Andean segment of the Ñuble province in the
Biobío region. With more than fifteen confirmed historical eruptions, this complex is one of the most active volcanic systems
of central Chile. In the last decades, nearby towns have accelerated their development mainly dedicated to tourism and
recreation activities. Winter sports, outdoor activities and thermal spring centers attract large numbers of visitors in both
winter and summer break seasons. Thus, volcanic recurrence combined with variable population settlements localized in
threat areas, makes CVNCh one of the riskiest volcanoes in the country.
The aim of this work is to provide with a synthesis of the volcanic hazards spatial assessment associated with an
eventual unrest of any volcano of the complex, which weighs in a declared form, the magnitude-recurrence relations of this
eruptive center in the last ca. 40 ka at CVNCh, period that includes evidence of several episodes of explosive and effusive
volcanism, which were spatially and temporarily analyzed to complete the delineation of hazard zones for each scenario.
Results of this work are presented in a single sheet, which includes in a 1:75,000 scale map, an integrated representation
of proximal surficial hazards (lava flows, laharic and pyroclastic currents) plus ballistic ejections and pyroclastic airfall. Also,
four 1:3,000,000 scaled panels, represent the regional dispersion and pyroclastic accumulation hazard, derived from high
eruptive columns, according to the main seasons of a typical meterological year.

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6

According to the eruptive record, the most frequent volcanic activity is effusive or weakly explosive, which could generate
lavas that usually not exceed 7 km long. Explosive events, less frequent and intensity-variable (strombolian to plinian)
can result on pyroclastic fall deposits and pyroclastic flows, which can overcome a dozen kilometers generally channeled
along the main valleys. Equal to or less frequently, laharic flows throughout the riverbeds have extensions of up to 40 km,
which due to the mobility and recurrence, are the most hazardous volcanic process.
Regarding the atmospheric transport and surficial accumulation of tephra, the results of this study, show a strong
variation of wind flow regime during the fall months, period in which the atmospheric east dispersion stability decreases,
increasing the chance of accumulation of pyroclastic material in the central valley of Biobío and Maule regions facing a
major eruption (IEV 5-6).
For the exposed community and the authorities responsible for public safety, this document is a territorial information
tool to support decisions oriented primarily to prevent the vulnerability increasing and, in a long term, to pursue their decline.
It can also be used as an initial tool for crisis management during volcanic unrest episodes.

INTRODUCCIÓN

El Complejo Volcánico Nevados de Chillán (CVNCh, 36°51’ S; 71°24’ O; 3.216 m s.n.m.) se ubica en la
cordillera de la provincia de Ñuble en la Región del Biobío, distante a unos 35 km al SE del pueblo de San
Fabián de Alico, y a unos 25 km al este de la localidad de Recinto, entre los límites de las comunas de Pinto
y Coihueco (Fig. 1). Está emplazado en el extremo sur de la Zona Volcánica Sur Transicional (ZVST; e.g.,
Sellés et al., 2004). Se encuentra dentro del grupo de volcanes más activos y peligrosos del país (Lara et
al., 2011), por poseer un registro superior a 15 erupciones comprobadas en tiempos históricos y registros
de actividad explosiva en el Holoceno (Dixon et al., 1999; Naranjo et al., 2008).
El acceso principal al CVNCh se realiza por la ruta pavimentada N-55, que conecta la ciudad de Chillán
con los complejos turísticos emplazados en las inmediaciones del volcán, y pasa por la localidad de Las
Trancas, en el valle homónimo. Desde el final del camino se puede continuar a pie o a caballo, hasta el
valle de las Águilas en las nacientes del río Diguillín, al este del complejo. Desde Las Trancas también se
puede acceder al valle del estero Shangri-La por un camino de ripio para vehículos todo terreno. Otro acceso
secundario al entorno del CVNCh es por el oeste, desde la ruta N-555 en el valle del río Chillán hacia los
fundos Los Pellines y El Plan, que comparten un camino privado de ripio, cuyo acceso requiere autorización
de sus propietarios. Por el flanco norte, en el valle del río Ñuble, se puede acceder por la ruta N-31 desde
San Fabián de Alico. El acceso al valle del estero Santa Gertrudis es posible en el sector Las Veguillas, y
requiere cruzar el río Ñuble a través de un canastillo de tracción humana. Por el mismo valle del Ñuble, en
el sector de Punilla, es posible acceder hasta la zona donde se proyecta el emplazamiento del embalse
homónimo, destinado a riego y producción eléctrica (Fig. 1).
El CVNCh comenzó su actividad hace ca. 650 mil años con la formación de un complejo ancestral que
emitió extensas lavas que rellenaron la paleotopología local. Posteriormente, hace ca. 40 ka, el volcán
experimentó un episodio explosivo que colapsó su estructura, y generó una caldera de colapso mayor
a 10 km y una ignimbrita de 150 km3, cuyo transporte, principalmente reconocido al oeste del complejo,
alcanzó hasta el valle central. Luego, entre los ca. 40 y los ca. 25 ka, el volcán reanudó su actividad y formó
dos estratovolcanes compuestos adyacentes, los que en la actualidad exhiben en conjunto diecisiete centros
eruptivos alineados en dirección NO-SE.
El registro eruptivo de los últimos ca. 40 ka del CVNCh incluye evidencias de numerosos episodios de
volcanismo explosivo y efusivo, procesos que fueron analizados sistemáticamente para completar el trazado
de las zonas de peligro esperadas, con la correspondiente magnitud para cada escenario eruptivo.
El CVNCh comprende actualmente una veintena de centros volcánicos alineados en una orientación general
NO-SE, y abarca un área de aproximadamente 150 km2. Estudios geológicos previos (Dixon et al., 1999;
Naranjo et al., 2008) proponen, sobre la base de diferencias geográficas, morfológicas y composicionales, la
división del complejo en dos centros eruptivos adyacentes (Fig. 2): el Subcomplejo Cerro Blanco (SCB) y el
Subcomplejo Las Termas (SLT). Ambos poseen registro de actividad desde el Pleistoceno Superior (edades
máximas 40Ar/39Ar de 23,9±5,4 ka para el SCB y 40,9±13,4 ka para el SLT) hasta el período histórico, y se

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71°50'O 71°40'O 71°30'O 71°20'O 71°10'O

San Fabián de Alico Poblados Camino Pavimentado Hidrografía


Fundo Camino Ripio Embalse proyectado Punilla

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* Centro de Ski Camino Tierra Glaciares

Nevados de Chillándefinitivo.indd 7
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* Centro de emisión Límite Internacional Áreas Silvestres Protegidas
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Reserva Nacional
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71°50'O 71°40'O 71°30'O 71°20'O 71°10'O

FIG. 1. Mapa de ubicación y accesos del Complejo Volcánico Nevados de Chillán. Se indican los principales poblados y cauces fluviales aledaños, además de las áreas protegidas y el área estimada
de inundación del proyecto Embalse Punilla. Los triángulos rojos señalan los diferentes centros de emisión observables, todos correspondientes al CVNCh.
7

06-07-2017 16:14:45
8

71°50'O 71°40'O 71°30'O 71°20'O

Volcán Santa Gertrudis


Volcán Gato 36°40'S
±
36°40'S
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*

#
*
#
* Volcán Cerro Blanco

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#
* Volcán Calfú
Volcán Colcura #
*

Volcán Baños Volcán Las Lagunillas


Volcán Pichicalfú
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* Volcán Sebastián
#
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*
#
*
Volcán Shangri-La
Volcán Nuevo
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* Volcán Arrau
Volcán Parador
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*

Cráter Chudcún #
* Volcán Viejo
#
*
#
*
Volcán Pata de Perro
#
*
Volcán Chillán

*
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#
#
*
*
# 36°50'S
*
#
36°50'S
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0 2,5 5 10 15
km

71°50'O 71°40'O 71°30'O 71°20'O


ZoomUTM Subcomplejo Cerro Blanco (histórico) Centros Adventicios
*
# Volcanes Subcomplejo Cerro Blanco CVNCh ancestral
Caldera Subcomplejo Las Termas (histórico) Ignimbrita El Castillo
Caldera Inferida Subcomplejo Las Termas
Cráter

FIG. 2. Esquema geológico del Complejo Volcánico Nevados de Chillán. Se indican los productos eruptivos de ambos subcomplejos en sus etapas histórica y prehistórica, y las unidades efusivas
del complejo ancestral, además de algunos afloramientos de la Ignimbrita El Castillo (ca. 40 ka) y los vestigios morfológicos de la caldera de subsidencia relacionada con este último evento.
En la figura de detalle, se indica la ubicación de los centros eruptivos reconocibles actualmente en la superficie. Modificado de Naranjo et al. (2008).

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9

encuentran construidos sobre un complejo volcánico ancestral pleistoceno, conformado por una secuencia
de extensas lavas depositadas en los valles, las que en orden cronológico se enumeran a continuación, con
sus respectivos rangos de edad 40Ar/39Ar (Naranjo et al., 2008 y referencias en ese trabajo): Los Pincheira
(690±40 ka y 630±50 ka), Diguillín (390±60 y 240±140 ka), Atacalco (157±90 y 110±60 ka) y Lanalhue (97±15
y los 51,5±3,4 ka). La culminación de la etapa ancestral estaría relacionada con la generación de un flujo
piroclástico denso, de cenizas, pómez y escorias, de edad estimada en 37,5±0,5 ka A.P. (14C AMS, Naranjo
et al., 2008), cuyo depósito, denominado Ignimbrita El Castillo, se extiende hasta el valle central, y ocupa una
superficie aproximada de 5.500 km2 con un volumen estimado en 150 km3 (Naranjo et al., 2008; Fig. 2). Este
evento ha sido vinculado con la formación de una caldera de subsidencia la que posee un diámetro superior
a los 10 km (Fig. 2), y marca una inflexión en la evolución volcánica, tras la cual se inicia la construcción de
los edificios volcánicos modernos del CVNCh, hasta alcanzar su morfología y configuración actual, con la
presencia de dos subcomplejos (Fig. 2).
El SCB, ubicado en el segmento NO del complejo, está conformado por una superposición de unidades
morfoestratigráficas de composición andesítica a dacítica, las que en orden cronológico son las siguientes:
lavas Orientales (23,9±5,4 ka), volcán Colcura (14,2±2,2 a 8,2±7,2 ka), y los volcanes holocenos Gato,
Blanco, Calfú, Pichicalfú, Los Baños y Santa Gertrudis, este último formado durante la única erupción histórica
registrada en este subcomplejo (1861-1865 d.C.; Phillippi, 1862; Cuadra, 1868). A su vez, el SLT, localizado
en el extremo SE y cuyas lavas varían en composición desde andesitas-basálticas a dacitas silíceas, está
constituido por las unidades lavas del Sur (40,9±13,4 ka), lavas Larqui (Pleistoceno Superior) y lavas Aguas
Calientes (30,2±2,2 a 25,1±1,4 ka), además de los volcanes holocenos Viejo, Democrático, Chillán, Shangri-
La, Pata de Perro, y los centros volcánicos creados en período histórico: volcán Nuevo (1906-1948 d.c.;
Brüggen, 1948), volcán Arrau (1973-1986 d.C.; Dèruelle, 1977; Naranjo et al., 1994), cráter Chudcún (2003 d.C.;
Naranjo y Lara, 2004) y el volcán Sebastián (2008 d.C.; Naranjo y Moreno, 2009).
Adicionalmente, el CVNCh incluye la presencia de dos centros volcánicos adventicios holocenos: los conos
Parador y Lagunillas, ubicados al SO y NE del lineamiento principal (Naranjo et al., 2008), respectivamente.
El CVNCh concentra en sus cumbres numerosos glaciares de montaña, glaciaretes y nieves estacionales
durante todo el año; el Subcomplejo Volcánico Cerro Blanco, la mayor cantidad de glaciares, cubriendo un
área de ca. 2 km2 (DGA, 2011). El Subcomplejo Volcánico Las Termas, si bien no posee volúmenes de hielo
considerables, sí presenta gran acumulación nival, especialmente en la temporada invernal.
El CVNCh da origen al estero Renegado, a los ríos Ñuble, Chillán y Diguillín, y a varios cauces menores
(Fig. 1). El río Ñuble nace en el flanco oriental del complejo, inmediatamente al este del volcán Las Lagunillas,
desde donde fluye con dirección hacia el norte y noroeste, rodeando al complejo e incorporando los aportes
de los cauces tributarios Las Minas, Las Chapas, Gato, Cajón Nuevo, Las Cabras y Santa Gertrudis. Luego
prosigue su trayectoria hacia el oeste, hasta el valle de San Fabián de Alico, en la depresión Central. El río
Chillán se origina en el flanco occidental del CVNCh, al oeste del volcán Cerro Blanco, desde donde fluye
hacia el oeste y recibe el aporte del estero San José, para luego continuar su descenso hacia el valle de la
localidad de Pinto y la ciudad de Chillán. El río Diguillín comienza en el flanco sur del complejo, al sur del
volcán Pata de Perro y fluye en un primer momento hacia el SO del complejo y luego hacia el NO. Desde
el flanco SO del SLT surge el estero Renegado, cuyo cauce desciende hacia el oeste, para posteriormente
desembocar en el río Itata, fuera del área de estudio.
La cuenca del estero Renegado alberga los poblados más cercanos al CVNCh, como el valle de Las
Trancas y las instalaciones turísticas cercanas a las termas de Chillán, lugares donde afloran aguas
termales como manifestación del activo sistema hidrotermal relacionado con este centro volcánico.
Estas localidades, ubicadas en el flanco SO del complejo, concentran la mayor población permanente
aledaña al CVNCh, la que según el censo de 2002 alcanzaba a 3.500 habitantes (INE, 2007). Durante
las temporadas estival e invernal, este lugar también alberga una importante población flotante que visita
los centros turísticos.
Respecto a los trabajos previos en la temática de los peligros volcánicos de este centro, Gilbert et al.
(1998) entregan una evaluación preliminar, sobre la base de la geología y el registro histórico y el trabajo
de Lara et al. (2011) aborda la problemática del peligro volcánico para todo el país, a una escala nacional
(1:2.000.000). En el 2012, Sernageomin presenta una evaluación preliminar de peligro volcánico a escala

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1:100.000 para este centro (Orozco, 2012), que considera escenarios eruptivos máximos esperables. Por último,
Ramos (2012) estudia las evidencias y efectos de flujos laháricos recientes en los valles del río Chillán, y
de los esteros Shangri-La y Renegado.
Desde el año 2012, el CVNCh es monitoreado instrumentalmente de manera constante por el Servicio
Nacional de Geología y Minería a través del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) de
la Red Nacional de Vigilancia Volcánica.
El objetivo del presente trabajo consiste en realizar una evaluación espacial y temporal del grado de
peligro volcánico relacionado con los eventuales episodios de reactivación en cualquiera de los centros
eruptivos que conforman el CVNCh, con la finalidad de entregar información científica para que las medidas
de prevención se realicen en tiempo de calma volcánica, y para un apropiado manejo de la emergencia en
períodos de crisis volcánica.

ACTIVIDAD ERUPTIVA DEL COMPLEJO VOLCÁNICO NEVADOS DE CHILLÁN

Para la evaluación de los peligros volcánicos asociados al CVNCh se han considerado los últimos ca.
40 ka como etapa de interés (Pleistoceno Superior alto-Holoceno), la que corresponde al período evolutivo
moderno de este complejo volcánico (Naranjo et al., 2008). La actividad eruptiva de este ciclo se dividió
en prehistórica e histórica. Para este estudio, se considera como actividad prehistórica aquella ocurrida
desde los ca. 40 ka y que no está documentada en registros escritos. Por otra parte, la actividad histórica
corresponde a aquella documentada a partir del siglo XVII, complementada con registros geológicos
escritos (Anexo I).

ACTIVIDAD ERUPTIVA PREHISTÓRICA

Desde los ca. 40 ka, la actividad eruptiva del CVNCh se ha caracterizado por la emisión de coladas
de lavas, flujos laháricos, flujos piroclásticos y piroclastos de caída, los que son descritos a continuación.
Las coladas de lava están conformadas por una serie de coladas individuales de bloques, lavas aa y
lavas-domo, distribuidas radialmente en torno a los centros eruptivos a lo largo de este complejo volcánico.
Poseen un rango composicional desde andesitas-basálticas (lavas aa) a dacitas (coladas de bloques y lavas-
domo), con un predominio de estas últimas en la actividad eruptiva más reciente de ambos subcomplejos
(Naranjo et al., 2008). Dentro del Subcomplejo Cerro Blanco, las coladas más antiguas (ca. 23,9 ka; Dixon et
al., 1999) presentan moderados rasgos de erosión glacial y se encuentran, en parte, cubiertas por depósitos
piroclásticos asociados a los volcanes Gato y Democrático (Naranjo et al., 2008), rasgos morfológicos similares
a los observados en las coladas basales (ca. 40,9 ka; Dixon et al., 1999) del Subcomplejo Las Termas. Dentro
de estos productos destaca la colada de bloques Shangri-La (ca. 7,7 ka; Naranjo et al., 2008; Fig. 3A), de
composición dacítica y cuyo alcance supera los 7 km con respecto a su centro de emisión, ubicado en el
portezuelo entre ambos subcomplejos, distancia comparativamente elevada con respecto a otras coladas
de lava contemporáneas.
Los depósitos de caída piroclástica, de edad holocena, son alrededor de treinta y dentro de ellos al menos
cuatro, denominados como H1, H2, H3 y H4 por Dixon et al. (1999), pueden interpretarse como generados
por erupciones explosivas subplinianas a plinianas de alcance regional. Afloran, principalmente, en el sector
oriental del complejo y la secuencia más completa se localiza en el valle de Las Águilas, en las nacientes
del río Las Minas (Fig. 3B).
Los depósitos de flujo piroclástico, en su mayoría emplazados con posterioridad a los ca. 8,4 ka (Fig. 3C),
corresponden, en gran parte, a unidades de flujo pumíceas o escoriáceas, con ocasionales niveles de
oleadas piroclásticas subordinados (Fig. 3D). Se reconocen principalmente en torno a los valles de los ríos
Renegado, Shangri-La, Chillán, Gato y Las Minas (Dixon et al., 1999; este trabajo).

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Los depósitos laháricos prehistóricos (Fig. 3E) se presentan semiconsolidados, clastosoportados, con
bloques de variados tamaños, inmersos en una matriz de grano fino y en su mayoría afloran en torno a los
valles de los ríos Renegado, Shangri-La, Chillán, Gato, Las Minas y Santa Gertrudis.

A B

C D

E F
B

FIG. 3. Productos volcánicos emitidos durante los últimos ca. 40 ka, correspondientes a la etapa actual del CVNCh. A. Colada
dacítica de Shangri-La, de ca. 7,7 ka de antigüedad, en el valle homónimo; B. Secuencia de depósitos piroclásticos de caída,
expuesta en el valle de Las Águilas, flanco SE del complejo. Destaca el depósito central de caída pumícea, de espesor
decimétrico, interpretado por Dixon et al. (1999) como vestigio de una erupción pliniana holocena; C. Depósito de flujo
piroclástico a la orilla del camino hacia Las Termas, sector de Valle Hermoso; D. Depósito de oleada piroclástica en la base
de la secuencia, que subyace a un depósito lahárico holoceno, sector Recinto, valle del río Renegado; E. Depósito lahárico
de espesor métrico en el valle río Gato; F. Nuevos cráteres formados durante el año 2016, flanco NE del volcán Nuevo y
Arrau; sobrevuelo OVDAS octubre 2016.

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ACTIVIDAD ERUPTIVA HISTÓRICA

El Complejo Volcánico Nevados de Chillán posee un vasto registro de actividad eruptiva en tiempos
históricos, desde mediados del siglo XVII (Petit-Breuilh, 2004). Hasta la mitad del siglo XX, las fuentes de
información referentes a actividad volcánica consisten principalmente en crónicas de viaje y publicaciones
en la prensa local, por lo tanto, el origen impreciso y en ocasiones contradictorio de algunos de estos
documentos sugiere que su tratamiento debe ser cauteloso.
Dentro del registro histórico, al unificar los catálogos de Brüggen (1948), Casertano (1963), González-
Ferrán (1995) y Petit-Breuilh (2004) se reconocen erupciones en los años 1624, 1650, 1739, 1749-1752,
1759, 1848-1850, 1860, 1861-1865, 1872, 1877, 1883-1884, 1889-1890, 1891-1898, 1906-1942, 1945,
1959-1960, 1973-1987, 2003 y 2008. Destacan particularmente los siguientes eventos (información
ampliada en Anexo I):
- 1749-1752: erupción explosiva con extensa depositación de tefra y posibles lahares. Posiblemente
asociada al volcán Viejo (Falkner, 1774; Havestadt, 1777).
- 1860: actividad de estilo indeterminado, posiblemente asociada al nacimiento del volcán Renegado (i.e.,
Parador, en este trabajo) (Philippi, 1862; González-Ferrán, 1995).
- 1861-1865: actividad estromboliana, con la generación de un flujo lávico, eyección de bombas y lahares
de hasta 80 km de alcance. Asociada al nacimiento del centro eruptivo Santa Gertrudis (Philippi,
1862; Cuadra, 1868; Pissis, 1875; Asta-buruaga, 1899; Göll, 1904). Única actividad histórica ligada al
Subcomplejo Cerro Blanco.
- 1883: colapso de la ladera sur del volcán Viejo (González-Ferrán, 1995 y referencias en esta obra).
- 1891-1898: erupción en el volcán Viejo. Caída piroclástica hacia el oeste del volcán y lahares que
destruyeron las instalaciones termales (Lira, 1906; Hantke, 1961).
- 1906-1942: nacimiento del volcán Nuevo. Actividad estromboliana, caída piroclástica local, coladas de
lava, lahares hacia los ríos Ñuble, Chillán y Renegado, temblores y explosiones afectaron el poblado
de Chillán (Steffen, 1907; Stone e Ingerson, 1934, Stone, 1935; Brüggen, 1948; Hantke, 1961).
- 1973-1987: nacimiento del volcán Arrau, que cubrió completamente el cono del volcán Democrático.
Actividad estromboliana, caída piroclástica local, lahares (Dèruelle, 1977; González-Ferrán, 1979).
El CVNCh evidencia numerosas manifestaciones de fumarolas y manantiales asociados a su activo
sistema hidrotermal. Desde su descubrimiento, existe registro permanente de esta actividad, concentrada
principalmente en su extremo sur (Naranjo et al., 2008). Es bastante probable que incrementos en la
intensidad del campo hidrotermal hayan sido interpretados como eventos eruptivos en el pasado.
A partir del año 2015, la actividad sísmica del CVNCh aumentó significativamente desde su nivel base,
duplicando el número de sismos volcano- tectónicos y de largo período. Desde inicios del año 2016 comenzaron
a observarse manifestaciones volcánicas como explosiones y generación de columnas eruptivas freáticas,
de escasos kilómetros de altura y de corta duración. El centro de emisión se centra en un nuevo cráter
ubicado al NE del volcán Arrau, creado como consecuencia de las numerosas explosiones freáticas. Este
cráter es de naturaleza dinámica y su morfología aún es inestable. Al cierre de este trabajo, la actividad
explosiva del sistema hidrotermal se mantiene de manera esporádica.

METODOLOGÍA DE EVALUACIÓN DE PELIGROS VOLCÁNICOS

Con el objetivo de generar un mapa de peligros volcánicos sobre la base de un análisis semicuantitativo,
se ha realizado un trabajo geológico de campo orientado a reconocer, a escala 1:75.000, los productos
volcánicos asociados a la actividad eruptiva de edad pleistocena superior-holocena del Complejo Volcánico
Nevados de Chillán, lo que, en conjunto con los antecedentes geológicos e históricos recabados para la zona
(e.g., Brüggen, 1948; Casertano, 1963; Murphy, 1995; González-Ferrán, 1995; Gilbert et al., 1998; Dixon et
al., 1999; Petit-Breuilh, 2004; Naranjo et al., 2008; Mee et al., 2009), han permitido calcular y establecer la
distribución y probable recurrencia de los procesos volcánicos.

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Para la evaluación espacial de los peligros volcánicos se utilizó un conjunto de técnicas de modelación
apropiadas para los procesos volcánicos proximales (e.g., Malin y Sheridan, 1982; Mastin, 2001; Bonadonna
et al., 2005; Orozco et al., 2013; Bertin y Amigo, 2014), de manera independiente para cada tipo de proceso
volcánico; el estudio contempló solo aquellos que tienen registro para el intervalo temporal de interés (en
este caso, para los últimos ca. 40 ka). Bajo este criterio, para el Complejo Volcánico Nevados de Chillán,
se consideraron y analizaron peligros relacionados con la emisión de lavas, lavas-domo, flujos de detritos,
flujos piroclásticos, proyectiles balísticos y acumulación de piroclastos de caída, los que, restringidos por la
topografía de la zona, permitieron delinear las distintas zonas de peligro volcánico.
La evaluación temporal de peligros se efectuó a partir del análisis de recurrencia de cada proceso volcánico
así como de sus magnitudes observadas o inferidas, lo que permitió construir una matriz de grados de peligro
(Tabla 1), según la metodología propuesta en Amigo et al. (en prep.).

TABLA 1. MATRIZ DE PELIGRO EMPLEADA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL MAPA DE PELIGROS INTEGRADOS DEL COMPLEJO
VOLCÁNICO NEVADOS DE CHILLÁN, BASADO EN LA RECURRENCIA TEMPORAL DE DIFERENTES PROCESOS
VOLCÁNICOS PARA DISTINTOS ESCENARIOS ERUPTIVOS.

Rango de años de recurrencia

Mapa de Peligros del Complejo Volcánico 100-1.000 1.000-10.000 10.000-50.000


1-10 años 10-100 años
Nevados de Chillán, escala 1:75.000 años años años

Lahares de bajo volumen (ca. 1x106 m3) - MA - - -

Lahares de moderado volumen (ca. 5x106 m3) - - A - -

Lahares de alto volumen (ca. 20x106 m3) - - - M -

Lahares secundarios - - B - -
Procesos volcánicos

Flujos piroclásticos de menor alcance (<4 km) - - MA - -

Flujos piroclásticos de moderado alcance (4-8 km) - - - A -

Flujos piroclásticos de mayor alcance (8-12 km) - - - - M

Lavas y lavas-domo de menor alcance (<3 km) - MA - - -

Lavas y lavas-domo de moderado alcance (3-5 km) - - A - -

Lavas y lavas-domo de mayor alcance (5-10 km) - - - M -

Piroclastos de trayectoria balística - MA - - -

MA: Muy Alto, A: Alto, M: Moderado y B: Bajo.

La zonificación integrada se representa en cuatro niveles de peligro. En caso de existir superposición


de zonas, el valor de integración final quedará determinado por el proceso volcánico de mayor magnitud

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en esta área. En los peligros volcánicos integrados se consideran los lahares, flujos piroclásticos, flujos de
lavas y lavas-domo. Por otra parte, la eyección de piroclastos balísticos y la acumulación de piroclastos
de caída han sido tratadas de manera independiente a la zonificación integrada, representándose en una
capa superpuesta, debido a que en los fenómenos de transporte aéreo la topografía ejerce una muy baja
influencia en su depositación. La zonificación de los peligros integrados y de los asociados a proyectiles de
trayectoria balística, junto a líneas indicativas de la probabilidad anual de acumulación de material piroclástico
de caída, se representan en un mapa a escala 1:75.000, mientras que los peligros de caída piroclástica de
carácter regional se muestran a escala 1:3.000.000, ambos contenidos en el mapa adjunto, cuyas áreas de
representación se indican en la figura 4.

73°O 72°O 71°O 70°O

¹
*
#
Palomo
Tinguiririca
*
#
Curicó
35°S !
( 35°S

Planchón - Peteroa
B *
#
Talca
)
" Descabezado Chico
*
# Cerro del Medio
#
Cerro Azul-Quizapu *
#
* Descabezado Grande
*
#
Linares
!
(
Cauquenes San Pedro-Pellado
!
( *
#
36°S Laguna del Maule 36°S
*
#
Nevado de Longaví
*
#

Chillán A
!
(

Concepción
)
" Nevados de Chillán
*
#
37°S 37°S

ARGENTINA

Antuco
Los Ángeles *
#
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(
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!
(

Angol
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( Copahue
Callaqui#
*
*
#
38°S 38°S

Tolhuaca
0 25 50 100 *
# Lonquimay
*
#
km

73°O 72°O 71°O 70°O


*
#

FIG. 4. Áreas representadas en el mapa para la evaluación de los peligros volcánicos del Complejo Volcánico Nevados de Chillán. Los
triángulos rojos indican los volcanes activos en las cercanías del CVNCh, pertenecientes a la Zona Volcánica Sur. Los recuadros
muestran las áreas de estudio, representadas a escala 1:75.000 (A) y 1:3.000.000 (B) en el mapa.

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A continuación, se describen los peligros volcánicos asociados al CVNCh y la metodología utilizada para
su evaluación.

LAHARES

Las zonas susceptibles de ser afectadas por lahares fueron delineadas considerando los antecedentes
geológicos y morfológicos del área de estudio, y mediante la utilización del modelo numérico Laharz (Schilling,
1998) de manera referencial (Muñoz-Salinas et al., 2009). Los valles posiblemente influidos por un futuro
evento de este tipo, dependerán de la ubicación del centro emisor en la próxima erupción. Por este motivo,
se realizan evaluaciones en todos los cauces originados en los centros eruptivos que posean conexión
directa con los cauces fluviales principales.
Los valles ubicados hacia el oeste del complejo (e.g., Chillán, Shangri-La y Renegado, entre otros) han
encauzado, habitualmente, flujos de detritos a lo largo de la actual etapa evolutiva del complejo (Dixon et
al., 1999; Naranjo et al., 2008; Ramos, 2012; este trabajo), por lo que son potenciales cauces ante eventos
futuros de naturaleza similar, lo que podría permitir que los flujos alcanzaran el valle central ante un escenario
de peligrosidad moderada. Por su parte, los valles de los ríos Santa Gertrudis, Gato y Las Minas presentan
depósitos derivados de eventos laháricos de moderado a alto volumen, el primero de ellos inclusive generado
durante tiempos históricos, por lo tanto, sus cauces son vías de posibles lahares en el futuro. Estos ríos
desaguan en el río Ñuble, el más importante dentro de la provincia homónima. Pese a que el valle del río
Diguillín no posee depósitos laháricos atribuibles al período de interés, no puede descartarse que a futuro se
vea afectado, debido al cambio de relieve provocado por la avalancha del flanco sur del año 1883 (Anexo I).
Dentro de los valles cuyas nacientes se encuentran alrededor del complejo volcánico, el valle del río
Niblinto, en el sector NO del complejo, cruzando la reserva de Huemules de Niblinto, no posee una conexión
directa con el edificio moderno, por lo que se descarta el peligro de lahares en él.
Dada la mayor acumulación esperada de depósitos de caída piroclástica en la dirección preferencial de
los vientos, se considera una eventual removilización por lluvias intensas de estos depósitos, para el conjunto
de valles cercanos localizados en este sector, los que reciben la denominación de lahares secundarios.

FLUJOS PIROCLÁSTICOS

En los últimos ca. 13 ka se reconocen al menos nueve depósitos de flujo piroclástico (Dixon et al., 1999;
este trabajo), en su mayoría pumíceos, ubicados a lo largo de los diferentes valles que conectan con el
complejo. Debido a la alta movilidad de los flujos piroclásticos, es probable que la distribución de los depósitos
futuros no se asemeje necesariamente a la de los depósitos previos.
Ante la ausencia de modelos de elevación digital de mejor resolución (idealmente inferiores a 30 m por
pixel; Capra et al., 2011), y por motivos de simplicidad, se utilizó el método de conos de energía (e.g., Malin
y Sheridan, 1982; Orozco et al., 2013). Este modelo requiere como parámetros de entrada: 1. la diferencia
de cota entre el centro de emisión y el lugar más lejano donde un determinado depósito es observado y 2.
la distancia horizontal entre ambos. Fijando ambos valores es posible generar una superficie de revolución
en torno al centro de emisión, la que es intersectada con un modelo de elevación digital; este procedimiento
entrega como resultado un área con igual susceptibilidad de ser afectada por el proceso volcánico en
evaluación. Un valor adicional de esta herramienta consiste en la simulación de escenarios diferentes a los
observados, por lo que es posible estimar, a grandes rasgos, la distribución de los depósitos derivados de
fenómenos volcánicos de magnitud diferente a los registrados. Los parámetros usados en la construcción
de los conos de energía se presentan en la tabla 2.

FLUJOS DE LAVAS Y LAVAS-DOMO

Para trazar las zonas susceptibles de recibir flujos de lava, se emplea el método de los conos de energía,
teniendo en consideración las máximas distancias alcanzadas por estos procesos, a lo largo de la historia

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TABLA 2. PARÁMETROS CONSIDERADOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE CONOS DE ENERGÍA PARA PELIGROS VOLCÁNICOS


PROXIMALES (FLUJOS PIROCLÁSTICOS Y FLUJOS DE LAVA).*

Parámetros de modelación y grado de peligro asociado


  Ubicación
Peligro Conos de sección recta Conos de sección parabólica

Altura m Grado de Altura


Volcán Longitud Latitud m p Altura adicional (m)
s.n.m. peligro adicional (m)

Muy Alto 0,30 0 - -

Alto 0,30 0 - -
Subcomplejo
71° 24’ O 36°49’ S 3.212
Cerro Blanco
Moderado - - 115 200

Bajo - - 100 200

Muy Alto 0,30 0 - -

Alto 0,30 0 - -
Subcomplejo
71° 22’ O 36°52’ S 3.186
Las Termas
Moderado - - 115 200

Bajo - - 100 200

* El parámetro m corresponde al valor de la pendiente para un sólido de revolución de sección transversal triangular, mientras que el
parámetro p corresponde al coeficiente de forma para un sólido de revolución de sección transversal parabólica. La altura del edificio
volcánico corresponde a la cumbre de ambos subcomplejos.

eruptiva. De esta forma, se incluyen dentro de la zona de muy alto peligro las emisiones lávicas del período
histórico en el CVNCh, las que no sobrepasan los 3 km de distancia en los valles inmediatamente aledaños
a los volcanes principales. Para la zona de alto peligro, se considera la ocurrencia de coladas de lava de
hasta 5 km de extensión, y dentro del escenario moderado, la ocurrencia de coladas de lava similares a la
más extensas registradas en el Holoceno (7 km; volcanes Shangri-La y Democrático).

PROYECCIÓN DE PIROCLASTOS BALÍSTICOS

Si bien durante el trabajo de campo no se identificaron cráteres de impacto de piroclastos de trayectoria


balística, existen relatos que dan cuenta de este fenómeno, especialmente durante la erupción del volcán
Santa Gertrudis (Philippi, 1862). El modelo de trayectorias balísticas empleado en la simulación de este
tipo de proyectiles está basado en Mastin (2001) y Bertin y Amigo (2014), y entrega una solución analítica a
las ecuaciones de movimiento de una partícula en un medio fluido, en función de una serie de parámetros
morfométricos y físicos. Los primeros de estos parámetros están relacionados con las dimensiones y la
densidad del bloque eyectado, por lo que ante la falta de antecedentes para el CVNCh, se asumen similares
a las medidas para el más distante de los bloques eyectados durante la erupción de 1993 en el volcán
Láscar (Bertin y Amigo, 2014), como parámetros representativos de este tipo de proyectiles para erupciones
explosivas a nivel mundial (e.g., Alatorre-Ibargüengoitia et al., 2012; Vanderkluysen et al., 2012; Tsunematsu
et al., 2013; Fitzgerald et al., 2014). Asimismo, se consideran las mismas condiciones iniciales calculadas por
Bertin y Amigo (2014) para el volcán Láscar. Cada simulación genera trayectorias cuasiparabólicas centradas
en torno al centro de emisión, las que son intersectadas con un modelo de elevación digital. En este trabajo
se efectuaron seis simulaciones de proyecciones balísticas, desde los cráteres más representativos y de
mayor cobertura espacial en el complejo (Tabla 3).
Los parámetros empleados en la modelación de la trayectoria balística de piroclastos se explicitan
en la tabla 4, cuyo resultado muestra el alcance máximo de estos fragmentos, representados en la
cartografía.

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TABLA 3. CENTROS VOLCÁNICOS EMPLEADOS COMO ORIGEN PARA LA MODELACIÓN DE PIROCLASTOS BALÍSTICOS.

Centro de emisión Longitud Latitud Altura m s.n.m.

Volcán Viejo 71°22’04’’ O 36°52’23’’ S 3.117

Cráter Chudcún 71°22’44’’ O 36°52’01’’ S 3.168

Volcán Pata de Perro 71°21’32’’ O 36°53’06’’ S 2.718

Volcán Shangri-La 71°23’46’’ O 36°51’11’’ S 2.690

Volcán Cerro Blanco 71°24’32’’ O 36°49’41’’ S 3.160

Volcán Santa Gertrudis 71°25’12’’ O 36°49’19’’ S 2.741

TABLA 4. PARÁMETROS CONSIDERADOS EN LA SIMULACIÓN DE PIROCLASTOS BALÍSTICOS DE TIPO BOMBAS Y/O BLOQUES
(>6,4 CM DE DIÁMETRO). *

Parámetros de modelación
ρb (kg/m ) 3 RM (m) Ri (m) Rm (m) V0 (m/s) CD Cm Θ (°)

2.380 0,75 0,3 0,3 189,7 0,2 0,2 42

* ρb: densidad del bloque, RM: radio mayor del bloque, Ri: radio intermedio del bloque, Rm: radio menor del bloque, V0: velocidad de
eyección, CD: coeficiente de arrastre, Cm: coeficiente de masa agregada y θ: ángulo de lanzamiento.

CAÍDA DE PIROCLASTOS

El análisis de la dispersión y acumulación de piroclastos de caída fue representado tanto para la zona
proximal (escala 1:75.000) como para la distal o regional (1:3.000.000), separadamente y asumiendo escenarios
eruptivos acordes a los antecedentes geológicos del volcán. El modelo empleado para la simulación de estos
escenarios está basado en una solución exacta de las ecuaciones de movimiento de una partícula sujeta a
un régimen de advección-difusión (Modelo Tephra2; Bonadonna et al., 2005).
Con respecto a la acumulación proximal, se consideró la acumulación anual para una erupción pliniana
mayor (IEV 6; Newhall y Self, 1982). Por falta de parámetros cuantificados para una erupción máxima de
este centro volcánico, se tomó el escenario eruptivo con una altura de columna de 28 km s.n.m. y una masa
emitida de 1x1013 kg, correspondiente a una erupción de magnitud similar a la del volcán Quizapu en 1932
(Hildreth y Drake 1992), y para la que se estima una recurrencia milenaria.
En cuanto al peligro de acumulación regional, se utilizó en la modelación la misma erupción pliniana
mayor (IEV 6; Newhall y Self, 1982), diferenciando entre las variaciones estacionales. Las simulaciones
numéricas fueron hechas según condiciones meteorológicas representativas para la región, las que fueron
calculadas desde campos meteorológicos globales (e.g., Kanamitsu et al., 2002) y sintetizadas en un año
típico, de acuerdo con la metodología propuesta por Scaini et al. (2012).
Los resultados obtenidos permitieron diseñar curvas de probabilidad asociadas a determinados espesores
críticos para el depósito de piroclastos de caída, donde espesores iguales o mayores a 10 cm podrían
provocar el colapso de techumbres, mientras que iguales o mayores a 1 cm podrían causar efectos adversos
en la agricultura en la región (Blong, 1984). Cabe destacar que la probabilidad calculada es condicional, es
decir, representa la probabilidad de acumular piroclastos solo en caso de que ocurra el escenario eruptivo
modelado (Amigo, 2013). En síntesis, no se cuantifica la probabilidad de ocurrencia del escenario eruptivo,
ni el espesor de la cobertura piroclástica de caída para un intervalo de tiempo determinado. Los parámetros
utilizados en la construcción del año típico, así como el régimen de vientos existente para la zona, se detallan
en la tabla 5 y la figura 5.

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TABLA 5. AÑO METEOROLÓGICO TÍPICO DE LAS CONDICIONES ATMOSFÉRICAS SOBRE EL COMPLEJO VOLCÁNICO NEVADOS
DE CHILLÁN. SE MUESTRAN DISTINTAS ALTURAS EN KILÓMETROS SOBRE EL NIVEL DEL MAR (s.n.m.).

Mes Estación 6 km s.n.m. 12 km s.n.m. 17 km s.n.m. 22 km s.n.m.

Enero Verano 2004 2005 1995 2005


Febrero Verano 1999 1999 1999 1999
Marzo Otoño 2000 2010 2005 2005
Abril Otoño 2006 1995 2006 2001
Mayo Otoño 2002 2000 2000 2008
Junio Invierno 2009 1999 1993 2007
Julio Invierno 1994 1992 1994 1997
Agosto Invierno 2006 2006 1992 1991
Septiembre Primavera 1997 1996 2004 2004
Octubre Primavera 2007 2008 2000 2008
Noviembre Primavera 1997 2001 2001 1995
Diciembre Verano 1996 1996 1996 1999

Nevados de Chillán
Verano Otoño Invierno Primavera
N

10 km s.n.m.
O

N
15 km s.n.m.
O

20 km s.n.m.
O

N
25 km s.n.m. FIG. 5. Dirección y velocidad del viento
O en un año típico para diferentes
alturas sobre el Complejo Volcánico
S Nevados de Chillán (10, 15, 20
y 25 km sobre el nivel del mar)
E sobre la base de cuatro datos
diarios. verano: diciembre, enero
y febrero; otoño: marzo, abril y
N
mayo; invierno: junio, julio y agosto;
primavera: septiembre, octubre y
< 20 m/s 20 a 40 m/s > 40 m/s noviembre.

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RESULTADOS

A continuación se detallan los resultados de la zonificación de peligros volcánicos del CVNCh, obtenidos
mediante la observación, levantamiento y análisis de información en terreno, la aplicación de técnicas
específicas para cada tipo de proceso (descritas en la metodología de evaluación de peligros volcánicos), y
el estudio detallado de la actividad eruptiva del período de interés (desde 40 ka al presente).
En una hoja única se representan, en un mapa a escala 1:75.000, los peligros de procesos volcánicos
superficiales, más la acumulación local de depósitos de caída piroclástica, y la caída de fragmentos balísticos;
complementariamente en paneles a escala 1:3.000.000, el peligro asociado a la acumulación regional de
piroclastos de caída, diferenciados estacionalmente.
El mapa a escala 1:75.000 abarca la totalidad del CVNCh y sus valles adyacentes en una región
aproximada de 70x50 km. Exhibe áreas de peligro integradas en cuatro niveles (muy alto, alto, moderado,
bajo), para los peligros volcánicos de transporte superficial (lahares, flujos piroclásticos, lavas y lavas-domo),
y también se representan los peligros asociados a la caída de piroclastos balísticos. La acumulación de
piroclastos se muestra, en una capa adicional, mediante curvas de igual probabilidad de acumulación, de
un espesor de 10 cm.
El CVNCh posee en sus inmediaciones una decena de valles principales susceptibles de ser afectados
por fenómenos volcánicos desde cualquiera de sus centros de emisión. A continuación se describen las
áreas según su grado de peligro:
Muy Alto Peligro: incluye aquellas zonas que podrían ser más severamente afectadas ante futuras
erupciones volcánicas, inclusive en aquellas de baja magnitud. Corresponden a las zonas más próximas
al CVNCh, específicamente a los cauces de los ríos Chillán, Santa Gertrudis, Gato, Las Minas, Ñuble y
Diguillín, y de los esteros Renegado, Shangri-La, Las Mulas y Cajón Nuevo, pertenecientes a las comunas
de Pinto y Coihueco. Entre estas zonas se destacan los centros turísticos Termas de Chillán, valle de Aguas
Calientes y valle de las Trancas, que corresponden a áreas con mayor población, así como el embalse
proyectado Punilla. Los esteros Las Cabras y San José no se verían afectados, debido a que los procesos
de baja magnitud o energía no sobrepasarían las barreras impuestas por el relieve de las nacientes. Esta
zona engloba también aquellas áreas susceptibles de ser afectadas por flujos piroclásticos menores y flujos
laháricos de pequeño volumen (1x106 m3). En el caso de lahares, se estiman alcances inferiores a 25 km
desde los centros de emisión, y de 4 km para flujos piroclásticos o coladas de lava.
Alto Peligro: corresponde a las áreas que pueden ser afectadas por lahares de moderado volumen
(5x106 m3) y flujos piroclásticos de magnitud moderada. Contempla todos aquellos sectores incluidos en la
zona de Muy Alto Peligro, además del valle del estero San José y algunos altos topográficos menores que
serían sobrepasados por flujos de moderado volumen. Considera áreas afectadas en las comunas de Pinto
y Coihueco, además de algunas zonas de las comunas de San Fabián y San Ignacio. Se estiman alcances
de hasta 35 km en el caso de lahares e inferiores a 8 km para flujos piroclásticos o lavas desde el centro
de emisión.
Moderado Peligro: representa aquellas áreas susceptibles de ser afectadas por flujos piroclásticos de
gran magnitud y por lahares de alto volumen (hasta 20x106 m3) que podrían afectar todos los valles fluviales
que drenan desde el volcán. Incluye todas las zonas de Alto Peligro, además del valle del estero Las Cabras
y la totalidad del valle de Las Trancas. Considera áreas afectadas en las comunas de Pinto y Coihueco,
además de algunas zonas de las comunas de San Fabián y San Ignacio. Se estiman alcances máximos de
45 km en caso de lahares y 12 km en el caso de flujos piroclásticos, alcanzando al valle central.
Bajo Peligro: corresponde a cauces localizados en la dirección de dispersión eólica preferente y a
sectores orientales de las comunas de Coihueco y San Fabián, susceptibles de ser afectados por lahares
secundarios, producto de la removilización, por lluvias, de depósitos recientes de tefra, acumulados luego
de erupciones explosivas (columna eruptiva superior a 10 km).
El mapa a escala 1:75.000 comprende también la zona de peligro para procesos de transporte aéreo,
caída de proyectiles balísticos (>6,4 cm de diámetro) y caída de piroclastos. El área de muy alto peligro
para los primeros se restringe a un máximo de 4 km en torno a los centros de emisión principales, e incluye

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el centro de ski y el valle de Aguas Calientes. Para la caída de piroclastos se consideraron tres escenarios
probabilísticos de 10, 25 y 50%, asumiendo la acumulación de espesor mayor o igual a 10 cm para un
período de un año completo.
El mapa a escala 1:3.000.000 consiste en cuatro paneles, que muestran la zonificación de peligro
asociado a la caída de piroclastos en función de un evento eruptivo mayor (IEV 6), considerando las posibles
variaciones estacionales respecto a la época del año en que el episodio pudiese iniciarse. Corresponden
a sectores con una escala zonificada de alto, moderado y bajo peligro, representando respectivamente un
50, 25 y 12,5% de probabilidad estacional de acumular un espesor mayor o igual que 1 cm de depósitos
piroclásticos de caída. Además, se indica, mediante una curva envolvente, la zona de probabilidad mayor a
50% de acumular un espesor mayor o igual que 10 cm.
Este análisis sugiere que las zonas más susceptibles de ser afectadas y que poseen mayor exposición
a efectos adversos en la agricultura, se encuentran hacia el este, noreste y sureste del CVNCh, por lo que
podrían verse afectados los poblados de San Fabián de Alico, y los valles de Las Trancas y Chillán. Cabe
destacar que los resultados de la modelación evidencian que, durante la época otoñal, la probabilidad de
dispersión hacia el oeste aumenta significativamente con respecto a otras estaciones del año, por lo que
se pueden ver afectadas otras ciudades más distantes como Talca, Linares, Chillán y sus alrededores, esto
debido a una marcada variación en los patrones de circulación atmosférica en los Andes a esta latitud.

ALCANCES Y CONCLUSIONES

Para la evaluación de los peligros volcánicos del Complejo Volcánico Nevados de Chillán (CVNCh), se
obtiene un conjunto de datos del registro eruptivo, proveniente de la recopilación de antecedentes bibliográficos
y del levantamiento de información en terreno. Este considera variables temporales y espaciales, las que
luego se combinan en la cartografía final de peligros.
La ocurrencia de numerosas erupciones en los períodos histórico y prehistórico, con la generación de
columnas eruptivas elevadas, flujos piroclásticos, caída de piroclastos, flujo de lavas, y generación de lahares,
transportados hacia sectores actualmente poblados y con presencia de infraestructura crítica, ratifican lo
consignado en el Ranking Nacional de Riesgo Volcánico Específico (Lara et al., 2011; y actualizaciones
posteriores), el que ubica al Complejo Volcánico Nevados de Chillán en el quinto lugar de los volcanes
activos con mayor riesgo del país.
Espacialmente, las zonas que pueden ser afectadas por procesos volcánicos corresponden a los valles
principales en torno al complejo, especialmente aquellos cuyos cauces principales tengan sus nacientes
en los centros volcánicos. Por el occidente, los cauces más importantes son estero San José, río Chillán,
estero Las Mulas, estero Shangri-La, estero Renegado y el río Diguillín, y por el oriente, río Santa Gertrudis,
estero Las Cabras, estero Cajón Nuevo, río Gato y río Las Minas.
Acerca del análisis de recurrencia, se estima que en el actual estadio de evolución del CVNCh, los episodios
eruptivos más frecuentes poseen una recurrencia decenal, cuya naturaleza probable consistiría en erupciones
de explosividad moderada (IEV 2 a 3), con la generación de lahares con un alcance máximo estimado en 25
km, restringidos a los cauces principales que conectan directamente con los centros de emisión, la efusión
de coladas de lava de longitudes menores a 3 km, y eyecciones balísticas, además de la probabilidad de
dispersión atmosférica y acumulación de tefra en las localidades cercanas. También, con recurrencia secular,
eventos eruptivos de explosividad intermedia (IEV 3 a 4) podrían desencadenar procesos de naturaleza
progresivamente más peligrosa, como lahares con un alcance máximo de 35 km, flujos piroclásticos con un
alcance aproximado de 4 km, lavas de hasta 5 km de alcance, además del desarrollo de columnas eruptivas
que permitan la dispersión y acumulación de tefra en la región. Por otra parte, con recurrencia milenaria,
procesos eruptivos más intensos (IEV 4 a 5) podrían generar lahares de gran envergadura (alcance hasta 45
km) y flujos piroclásticos de mayor movilidad y volumen, capaces de remontar topográficamente y alcanzar
valles aledaños sin conexión directa con los volcanes del complejo.

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Frente a eventuales episodios explosivos con desarrollo de columnas eruptivas elevadas (15 a 20 km
de altura), parte importante de las regiones del Biobío y del Maule podrían verse en algún grado influidas
por la acumulación de al menos 1 cm de ceniza, si la erupción aconteciera en otoño. En el resto del año, la
dispersión más estable hacia el este, reduce la región susceptible solo al sector cordillerano de estas regiones.
Particularmente, el sector más susceptible (>50% de probabilidad) de recibir caída y acumulación de un
espesor crítico de material piroclástico (>10 cm), se ubica al SE del complejo, lo que da cuenta del régimen
principal de dispersión en altura para esta latitud, mientras que la variabilidad del régimen de vientos se
refleja en la región de susceptibilidad intermedia de acumulación (25 a 50% de probabilidad), más amplia,
que cubre el rango de direcciones de dispersión y acumulación piroclástica desde el NE al SE del CVNCh.
Ante una posible removilización del material piroclástico en episodios de lluvias intensas, se consideró,
en la región de mayor probabilidad de acumulación, la eventual ocurrencia de lahares secundarios, proceso
que, aunque menos probable, es capaz de provocar daños y disrupciones (e.g., volcán Chaitén, 2008).
Este estudio corresponde a la síntesis de un amplio espectro de posibilidades, derivadas del conocimiento
actual del CVNCh. Considera indistintamente la posibilidad de reactivación de cualquiera de sus centros de
emisión, por lo que frente a un episodio explosivo particular, el uso de esta cartografía debiese acotarse tan
solo a las potenciales zonas de afectación del centro reactivado.
La naturaleza de los procesos volcánicos, los grados de peligro y las áreas susceptibles indicadas en este
trabajo podrían requerir actualizaciones o ajustes en la medida en que se disponga de nuevos antecedentes
geológicos, nuevas fuentes de información, o tras episodios eruptivos que alteren la geomorfología de los
volcanes, valles y cauces.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a los siguientes profesionales y equipos de trabajo, cuyo aporte fue fundamental
en el desarrollo de este estudio: al Dr. Á. Amigo (RNVV-Sernageomin) por realizar la modelación y evaluación
probabilística para el transporte y caída de piroclastos; al Departamento de Laboratorios de la misma
institución por los procedimientos analíticos, al Sr. R. Calderón por la confección digital del mapa, a la
geóloga Srta. R. Rivera (Universidad de Concepción) por su apoyo y colaboración durante los trabajos de
campo y, finalmente, a los profesionales Sr. A. Casteller (SLF-Suiza) y Sra. E. Cortés (Universidad Austral
de Chile-Valdivia) del proyecto Ecosistemas para la Protección de Infraestructura y Comunidades (EPIC),
quienes facilitaron el acercamiento a las autoridades y organizaciones relevantes de la región del Biobío.
También agradecen especialmente a los editores Sra. C. Silva, Sra. C. Rodríguez y Sr. R.A. Cerda, cuyas
correcciones significaron una mejora sustancial a este trabajo. Este estudio fue financiado con fondos
sectoriales del Servicio Nacional de Geología y Minería a través de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica.

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(*) Documento inédito disponible en la Biblioteca del Servicio Nacional de Geología y Minería, Santiago.

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ANEXOS

I CATASTRO DE ERUPCIONES
II GLOSARIO

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ANEXO I

CATASTRO DE ERUPCIONES

Con el objetivo de disponer de un registro de los eventos eruptivos reconocidos hasta la fecha para
el Complejo Volcánico Nevados de Chillán, se realizó una compilación de las erupciones prehistóricas
identificadas entre los últimos 40 ka y 0,2 ka, indicando las localidades donde se han observado sus productos
y correlaciones basadas en las características químicas del material emitido y en el control tefroestratigráfico,
además del centro de emisión en caso de ser posible. Los rangos de las edades se presentan calibrados
en años calendario antes del presente para métodos de radiocarbono en material orgánico (Bronk Ramsey,
2009), mientras que las edades obtenidas por el método 40Ar/39Ar se entregan acompañadas de su respectiva
incerteza (±). También se completó un registro de erupciones históricas que incluye las principales observaciones
y efectos derivados de las que ocurrieron entre 1624 y 2008. Según su disponibilidad, se proporcionan las
fuentes bibliográficas y una estimación del Índice de Explosividad Volcánica (IEV).
Dentro del registro geológico existen algunos eventos explosivos que no han podido ser fechados,
principalmente depósitos de caída Holocenos localizados en el sector este del complejo.

REGISTRO GEOLÓGICO PREHISTÓRICO

42.620-41.130 AP (IEV s/i): depósito de ignimbritas de edad pleistocena con troncos carbonizados, el
que se observa principalmente en el valle de Las Trancas y en la zona norte del complejo, en San Fabián
de Alico. Esta ignimbrita está asociada al colapso y formación de la caldera en el edificio ancestral. La edad
14
C AMS fue obtenida en madera carbonizada (Dixon et al., 1999).
40,9±13,4 ka (IEV s/i): lavas del Sur. Lavas de composición andesítico-basáltica a andesítica asociadas
al Subcomplejo Las Termas. Reconocibles en los flancos sur y suroeste del complejo, en las nacientes del
río Diguillín y estero Renegado (Naranjo et al., 2008). Edad 40Ar/39Ar en roca total (Dixon et al., 1999).
30-25 ka (IEV s/i): emisión de lavas Aguas Calientes. Unidad de composición dacítica asociada al
Subcomplejo Las Termas y reconocible en el flanco sur del complejo, en las nacientes del río Diguillín (Naranjo
et al., 2008). Edades 40Ar/39Ar en roca total de 30,2±2,2 ka, 26,2±6 ka y 25,1±1,4 ka (Dixon et al., 1999).
23,9±5,4 ka (IEV s/i): emisión de lavas Orientales, reconocibles en el flanco NE del Subcomplejo Cerro
Blanco. Corresponden a lavas de composición andesíticas a dacíticas y conforman el volumen principal de
este subcomplejo (Naranjo et al., 2008). Edad 40Ar/39Ar en roca total (Dixon et al., 1999).
14,2±2,2 ka (IEV s/i): lavas y escorias de composición andesítica a dacítica, correspondientes al volcán
Colcura, Subcomplejo Cerro Blanco, las que se reconocen en el flanco SO de este subcomplejo (Naranjo et
al., 2008). Para esta unidad existen dos edades de 14,2±2,2 ka y 8,2±7,2 ka, ambas obtenidas mediante el
método 40Ar/39Ar en roca total por Dixon et al. (1999). Se descartó la segunda edad por el alto error asociado.
12.559-12.420 AP (IEV s/i): depósito lahárico ubicado en el valle de Shangri-La sobre las lavas Atacalco.
La edad 14C fue obtenida en carbón (este trabajo).
10.191-9.738 AP (IEV s/i): depósito lahárico de espesor métrico emplazado en el valle del río Las Minas.
La edad 14C fue obtenida en carbón (Dixon et al., 1999).
7,7±2,8 ka (IEV s/i): erupción del volcán Shangri-La. Edad 40Ar/39Ar en masa fundamental dacítica
(calibrado de Naranjo et al., 2008).
8.339-8.176 AP (IEV s/i): depósito de flujo piroclástico de espesor métrico emplazado por el valle del río
Renegado. La matriz es de ceniza con algunos juveniles alterados de color naranjo y material carbonoso.
Es visible a lo largo del camino de ascenso hacia las termas de Chillán. La edad 14C fue obtenida en carbón
(este trabajo).
6.573-5.918 AP (IEV s/i): erupción pliniana correlacionada geoquímicamente con el volcán Viejo.
Corresponde a un depósito de pómez amarillas asociado a la unidad H1. De los cuatro grandes depósitos
de caídas holocenas, reconocibles en el flanco este del volcán, este es el más antiguo y el único para el que

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se ha podido establecer un rango de edad. El límite superior de este evento fue determinado por dataciones
de 14C obtenida en turba 6.215-5.918 BP y 6.573-6.318 BP. Ambas dataciones fueron informadas por Dixon
et al. (1999) en dos localidades distintas, a unos 3,5 km de distancia entre ellas.
4.156-3.966 AP (IEV s/i): depósito de oleada piroclástica en el valle de Shangri-La, de matriz fina, alterada,
con material orgánico y juveniles con escasas vesículas. Reconocible en el sector poblado de Las Trancas,
a escasos metros del camino principal. La edad 14C fue obtenida en carbón (este trabajo).
3.840-3.552 AP (IEV s/i): depósito de flujo piroclástico en el valle Shangri-La, ubicado sobre depósitos
laháricos del valle del estero Renegado y de las lavas del volcán Democrático. Reconocible en la confluencia
de los esteros Shangri-La y Renegado, en el puente Marchant. La edad 14C fue obtenida en carbón (Dixon
et al., 1999).
3.390-3.210 AP (IEV s/i): depósito de ceniza con material carbonoso, ubicado en el valle de Shangri-La
y reconocible en el sector del puente Shangri-La dentro de una sucesión de depósitos volcánicos y volcano-
sedimentarios. La edad 14C fue obtenida en carbón (este trabajo).
3.076-2.864 AP (IEV s/i): depósito de flujo hiperconcentrado en el valle de Shangri-La, reconocible en
el sector del puente Shangri-La, dentro de la misma sucesión anterior. La edad 14C fue obtenida en carbón
(este trabajo).
2.356-2.048 AP (IEV s/i): erupción del Subcomplejo las Termas, con generación de depósito de flujo
piroclástico en el valle del río Renegado, reconocido en el sector de Las Termas de Chillán. La edad 14C fue
obtenida en carbón (Dixon et al., 1999).

REGISTRO GEOLÓGICO HISTÓRICO

1624 (IEV 2): registro de explosiones, con formación de columna de gases y ceniza de más de 1.000 m
de altura y eyección de piroclastos. El centro de emisión es desconocido (Petit-Breuilh, 2004).
1650 (IEV 2): registro de explosiones con formación de columna de gases y ceniza, y eyección de
piroclastos provenientes del volcán Viejo (Petit-Breuilh, 2004).
1739 (IEV 2): explosiones, columna de gases y ceniza sobre los 3.000 m de altura, y eyección de piroclastos
provenientes del volcán Viejo. Posible generación de lahares (Petit-Breuilh, 2004).
1749-1752 (IEV 2): nuevo ciclo eruptivo con generación de una columna eruptiva superior a los 3.000 m,
caída de tefra y generación de lahares. La actividad continuó con ruidos volcánicos, sismos, explosiones,
emisión de ceniza y piroclastos. Petit-Breuilh (2004) indica que el volcán Viejo es la fuente, mientras que
González Ferrán (1995) la considera como una erupción simultánea del volcán Viejo con el volcán Cerro Blanco.
25 de julio 1860 (IEV ≤ 2): actividad volcánica desarrollada entre el cerro Nevado y los Baños; posible
formación monogenética del volcán Renegado (Parador) (Philippi, 1862; González-Ferrán, 1995).
02 agosto 1861-1865 (IEV 3): inicio de un nuevo ciclo eruptivo en el Subcomplejo Cerro Blanco, el que
dio origen a un nuevo cráter de 45-50 m de diámetro, llamado Santa Gertrudis. El comienzo de este ciclo
estuvo marcado por la generación de lahares y flujos piroclásticos que descendieron por los valles de los ríos
Ñuble y Chillán. Por el valle del río Santa Gertrudis, el agua derretida por la erupción quedó represada por
un glaciar aguas abajo. Este gran volumen de agua se acumuló hasta octubre de 1861 cuando la represa
natural colapsó y generó un gran lahar que descendió por el valle y continuó por el río Ñuble llegando al valle
central. Cuadra (1868) también menciona para este evento la ocurrencia de lahares por el estero Renegado,
lo que es menos probable. La actividad volcánica siguió con una erupción de tipo estromboliana, que se
prolongó por meses, con explosiones rítmicas y emisión de escoria. A fines de 1864, la actividad retorna de
manera violenta, con fuertes sismos, incandescencia y con una columna eruptiva de gran tamaño. A inicios
de 1865 se forma un nuevo cono, con lava que fluye a través de las grietas del glaciar y con intensa caída
de ceniza y generación de avalanchas. En febrero de ese año la actividad decae hasta ser imperceptible
(Philippi, 1862; Cuadra, 1868; González-Ferrán, 1995; Petit-Breuilh, 2004).
22 julio 1872 (IEV 2): erupción del volcán Chillán1, con emisión de ceniza (González Ferrán, 1995;
Petit-Breuilh, 2004).

1
Petit-Breuilh (2004) considera el volcán Viejo como la fuente de la erupción, sin embargo Naranjo (2008) dice que la actividad volcánica
asociada a este centro terminó hace 2.000 años.

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12 febrero 1877 (IEV 2): reactivación de erupción del volcán Chillán1 con emisión de ceniza (González-
Ferrán, 1995; Petit-Breuilh, 2004).
21 enero 1883 (IEV 2): avalancha volcánica “Las Azufreras” en el volcán Viejo. Colapso de un sector
de la ladera sur con un gran estruendo, el que se escuchó en el sector de Las Termas y dejó un anfiteatro
de más de 600 m (González-Ferrán, 1995; Petit-Breuilh, 2004).
1889-1890 (IEV 2): actividad fumarólica importante desde las grietas del volcán Viejo, probablemente
se refiera al área abierta luego de la avalancha volcánica de “Las Azufreras”. (González-Ferrán, 1995; Petit-
Breuilh, 2004).
Febrero 1891 (IEV 2): emisión de piroclastos provenientes del volcán Chillán1 que generó caída de tefra
en el sector de Las Termas, y alcanzó hasta unos 12 km al oeste del volcán (Naranjo et al., 2008; González-
Ferrán, 1995; Petit-Breuilh, 2004).
1898 (IEV 2): reporte de explosiones y emisión de ceniza que cae sobre el sector de Las Termas y sus
alrededores, generadas por el volcán Chillán (González-Ferrán, 1995; Petit-Breuilh, 2004).
16 agosto 1906-1948 (IEV 2): inicio de ciclo eruptivo con la formación del volcán Nuevo; este comienzo
coincide con el gran terremoto de Valparaíso y Santiago. Actividad de tipo estromboliana, con emisión de
flujos de lava a intervalos de 10 a 20 minutos y una gruesa columna eruptiva de más de 3.000 m de altura.
Los sismos y explosiones del volcán pudieron ser percibidos desde la ciudad de Chillán, a unos 70 km del
macizo. La intensa actividad duró 4 meses y generó lahares hacia los ríos Chillán y Renegado. Los siguientes
años se reportó actividad de menor intensidad con episodios más marcados, hasta que en 1907 se inicia una
nueva fase, de carácter más débil que la primera. En 1914, luego de un sismo, se registró un aumento de la
actividad, con una gruesa columna eruptiva que fue perceptible desde Talca. Durante los años 1927-1929 se
identifican otros períodos de erupciones en el cráter nuevo. En el año 1934 se reconoce una erupción con
emisión de ceniza y descargas eléctricas visibles desde Curicó. En 1935 se registró una fase más efusiva,
con emisión de lava por el flanco oeste del volcán, la que produjo lahares que bajaron por el valle del estero
Renegado. Durante el período 1946-1947 se reporta nueva actividad del volcán Nuevo (Brüggen, 1948;
González-Ferrán, 1995; Petit-Breuilh, 2004; Naranjo et al., 2008).
Agosto 1973-1987 (IEV 2): emisión de lava domo que da origen a la formación del volcán Arrau, ubicado
al SE del volcán Nuevo, y deja completamente cubierto el antiguo volcán Democrático. La construcción
de este cono comenzó en 1973 y alcanzó su máxima altura en 1983. Durante su formación se generaron
sucesivos pulsos eruptivos y colapsos gravitacionales, los cuales dieron origen a depósitos de avalanchas
calientes, que, junto con los sedimentos, suavizaron la morfología del volcán. Durante la erupción se emitieron
abundantes cantidades de gases y ceniza. Además, hubo explosiones rítmicas cada 2-5 minutos, ruidos
subterráneos y lahares (Dèruelle et al., 1977; Naranjo et al., 1994; González-Ferrán, 1995; Petit-Breuilh,
2004; Naranjo et al., 2008).
2003 (IEV 0-1): pequeña erupción de tipo vulcaniana producida durante los meses de agosto y septiembre,
y poco visible salvo para los lugareños y visitantes del centro de ski del lugar. Se caracterizó por eventos
explosivos de baja magnitud, con columna de gases y ceniza de hasta 500 m, con períodos de 20 a 25 minutos
en los primeros días, a episodios más distanciados con el paso del tiempo. Como resultado se generó un
nuevo cráter doble llamado Chudcún, de 40 m en su diámetro mayor, localizado entre los volcanes Nuevo
y Arrau (Naranjo y Lara, 2004; Naranjo et al., 2008).
2008 (IEV ≤1): el 21 de enero 2009 se emite un reporte por emisión de ceniza (500 m) enviado por VAAC
(Centro de Monitoreo de Ceniza Volcánica) Buenos Aires. Por otro lado, mediante imágenes satelitales con
fecha de 15 de diciembre 2008, se observa una colada de lava en la zona NE del volcán Nuevo. Este nuevo
centro, denominado volcán Sebastián (Naranjo y Moreno, 2009), presenta una colada de lava de no más de
1 km de extensión, sin depósitos piroclásticos asociados. Estudios de anomalías térmicas realizadas con
imágenes Landsat establecen dos períodos de actividad: una primera fase a inicios del 2008 y una segunda
fase con inicio en abril, la que termina a finales del mes de octubre. Esta actividad pasó inadvertida para
los habitantes de la zona. Según estimaciones, las tasas de emisión serían bajas, con un promedio mínimo
de 70.000 m3/mes.

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ANEXO II

GLOSARIO

Alcance (Runout, ingl.): medida de la máxima distancia horizontal que exhibe un proceso o depósito
volcánico.
AP: años antes del Presente (Presente = 1950 d.C.)
Actividad fumarólica: actividad volcánica caracterizada por la emanación de gases desde cráteres
y/o flancos de un volcán. Las fumarolas descargan a la atmósfera compuestos químicos, tales como H2O,
CO2, SO2, H2S, HCl, HF. Dependiendo de su concentración, algunos de estos compuestos pueden alcanzar
niveles tóxicos.
Amenaza (Threat, ingl.): combinación de factores asociados con el peligro (hazard) intrínseco que
representa cada fenómeno volcánico y la exposición (vulnerabilidad) de la población, infraestructura y/o
actividad potencialmente afectadas. En algunos países sudamericanos, la palabra "amenaza" se utiliza
como sinónimo de "peligro".
Avalancha volcánica (avalancha de detritos volcánicos o de escombros volcánicos): flujo de detritos
volcánicos, formado por el colapso parcial o total de un edificio volcánico. Se desplaza por las laderas de un
volcán a velocidades que pueden alcanzar cientos de kilómetros por hora, y arrastra bloques de hasta varias
toneladas y de varias decenas de metros de diámetro (véase depósito de avalancha volcánica).
Basamento volcánico: conjunto de unidades, volcánicas o no, sobre el cual se ha construido un edificio
volcánico y su elemento de soporte.
Bomba/Bloque: ver piroclasto.
Caída de piroclastos: lluvia de piroclastos sobre la superficie desde columnas eruptivas y penachos
volcánicos. El depósito resultante puede provocar caída de techos y daños severos a la flora y fauna en
localidades cercanas, así como efectos en la agricultura y aeronavegación en zonas alejadas. La ceniza más
fina puede ascender a las capas superiores de la atmósfera y ser transportada miles de kilómetros (véase
depósito de caída de piroclastos).
Caldera: depresión volcánica más o menos circular o elongada de diámetro mucho mayor que los cráteres
(normalmente mayor a 1 km), formada por el colapso de un estratovolcán o complejo volcánico, en muchos
casos durante una erupción de gran magnitud.
Ceniza: ver piroclasto.
Centro de emisión adventicio, centro de emisión parásito: centro de emisión de piroclastos y/o lava
ubicado en el flanco de un volcán. Suele compartir la misma fuente alimentadora de magma que el volcán.
Colada o flujo de lava: material incandescente, de alta temperatura (700-1.200 °C) que se produce
cuando el magma sale a la superficie de forma tranquila y pasiva (no explosiva), fluye por gravedad, y
constituye flujos de distinta viscosidad que escurren a velocidades inferiores a 1 km/día o hasta 10 km/h.
Columna eruptiva, penacho volcánico: mezcla de piroclastos y gases a alta temperatura, formada
durante erupciones explosivas, que asciende sobre el centro de emisión y se introduce en la atmósfera hasta
alcanzar un nivel de equilibrio. Puede ser dispersada lateralmente según la dirección de viento predominante
en el nivel de equilibrio o por difusión atmosférica, y formar un penacho volcánico.
Complejo volcánico: conjunto de centros de emisión formados por diferentes estructuras y productos
volcánicos yuxtapuestos, que en algunos casos comparten un sistema alimentador y pueden considerarse
genéticamente relacionados.
Composición magmática: es la composición química de un magma. Un sistema de clasificación
ampliamente utilizado para erupciones silicatadas se basa en los contenidos de sílice y álcalis, definiéndose
composiciones basálticas (<52% SiO2), andesítico-basálticas (52%-57% SiO2), andesíticas (57%-63% SiO2),
dacíticas (63%-69% SiO2) y riolíticas (>69% SiO2).
Cono de energía: sólido de revolución virtual que describe y generaliza la extensión de los depósitos
volcánicos. También conocidos como conos H/L, poseen un ápice que usualmente coincide con el cráter

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principal o la cumbre volcánica, y una pendiente definida por una razón característica entre la caída vertical
(H) y el alcance de los procesos volcánicos (L).
Cono de piroclastos: pequeño volcán, generalmente monogenético, construido típicamente durante
erupciones estrombolianas. Suele tener sección basal aproximadamente circular, pendientes de ca. 33º
y un cráter central con forma de bol o cuenco. Un cono de escorias es un cono de piroclastos formado
principalmente por piroclastos porosos grises a oscuros de composición basáltica o andesítico-basáltica.
Corriente de densidad piroclástica (CDP): flujo de gases y partículas calientes afectado por la gravedad,
y originado durante erupciones volcánicas explosivas. El término CDP engloba como miembros extremos a
los flujos y oleadas piroclásticas.
Cráter: depresión, abertura u orificio, usualmente subcircular, por donde son emitidos los piroclastos,
gases y/o lava.
Criterio experto: consiste en realizar consultas a un conjunto de especialistas, internos o externos, los
que contestan sustentados en sus conocimientos, investigaciones, experiencia, estudios bibliográficos, etc.
Se basa en la suposición de que varios expertos pueden llegar a un mejor pronóstico que una sola persona.
Las respuestas se valoran en función de la competencia, conocimiento y argumentación, y requieren de un
análisis comparativo para la comprobación en patrones de similitud.
Cualitativo: tratamiento metodológico de los atributos de un fenómeno, no susceptibles de cuantificación,
para su análisis y descripción basado en cualidades y características.
Cuantitativo: tratamiento metodológico de cualidades y atributos de un fenómeno expresados de manera
numérica. Se basa en la medición, estimación y comparación de magnitudes físicas que permiten estudiar
relaciones entre variables y la comparación entre fenómenos.
Cuaternario: período geológico que incluye las épocas Pleistocena y Holocena. Se extiende desde 2,6 Ma
antes del presente, hasta la actualidad.
Decenal: que se repite en un período de décadas.
Depósito de avalancha volcánica: acumulación de material volcánico constituido por un episodio de
avalancha volcánica, carente de estructura interna, caótico y de selección pobre. Usualmente rellena valles y
quebradas cercanas al edificio volcánico colapsado, y forma espesos depósitos que en su superficie pueden
presentar un conjunto de cerrillos (ingl. hummocks), morfología característica de los depósitos de este tipo
(véase avalancha volcánica).
Depósito de caída de piroclastos: acumulación de piroclastos de caída. Se reconocen por formar capas
de bordes nítidos y espesor constante, en cuyo interior los fragmentos piroclásticos poseen similar tamaño
entre sí (véase caída de piroclastos).
Depósito piroclástico: acumulación de piroclastos sobre la superficie terrestre, como consecuencia de
procesos de caída o de flujo. Un depósito piroclástico no consolidado recibe el término genérico de tefra,
mientras que cuando se encuentra consolidado se denomina toba.
Depósito lahárico: acumulación de material volcánico producida por un lahar (véase lahar).
Domo: estructura volcánica originada a partir de un magma muy viscoso que prácticamente no fluye
cuando alcanza la superficie. Puede llegar a tener varios cientos de metros de altura y hasta 10 km de diámetro
basal. Durante su emplazamiento algunos pueden presentar inestabilidad, con frecuentes colapsos parciales.
Erupción efusiva: actividad volcánica eruptiva de baja explosividad, dominada por la emisión de lavas,
domos y/o lavas-domo.
Erupción explosiva: actividad volcánica eruptiva dominada por la expulsión violenta de material
piroclástico y gases.
Erupción estromboliana: erupción débilmente explosiva de magmas de composición basáltica o similar,
durante la cual es eyectada abundante escoria la que se acumula alrededor del centro de emisión y suele
formar un cono de escoria. Estas erupciones están a menudo acompañadas de la efusión simultánea de
lava. Los conductos de salida pueden ser fisuras o conductos simples.
Erupción pliniana: evento eruptivo explosivo mayor, usualmente caracterizado por magmas de alta
viscosidad y mayor contenido de volátiles, con columnas eruptivas altas (>20 km) y la eyección de importantes
volúmenes de pómez y ceniza que forman extensos depósitos de caída. Estas erupciones son capaces de
afectar áreas ubicadas a cientos y miles de kilómetros del volcán.

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Erupción subpliniana: evento eruptivo explosivo moderado a grande (magnitud aproximada entre 1.010
y 1.011 kg), caracterizado por la formación de una columna eruptiva convectiva igual o menor a 20 km de
altura que inyecta piroclastos a la atmósfera, los que se dispersan por los vientos y forman depósitos de
caída en áreas ubicadas a cientos de kilómetros del volcán.
Erupción volcánica: emisión de material volcánico (lava, piroclastos) por un cráter o fisura eruptiva.
La emisión puede ser tranquila (efusiva) o violenta (explosiva), dependiendo de diversos factores como
composición del magma, contenido de gases, tasa de emisión (volumen de magma por unidad de tiempo),
interacción con cuerpos de agua, entre otros.
Erupción vulcaniana: evento eruptivo explosivo violento y breve (segundo a pocos minutos) y de pequeña
magnitud (típicamente menor a 1.010 kg). Generalmente, se presentan como una serie de explosiones
discretas de corta duración.
Escenario eruptivo: conjunto de circunstancias que rodean a una erupción. Para la evaluación objetiva del
peligro volcánico, los escenarios eruptivos se definirán a partir de sus parámetros eruptivos representativos.
Escoria: piroclasto habitualmente de color oscuro, que se forma durante erupciones explosivas, por la
fragmentación de un magma con pobre a intermedia composición de sílice. Exhiben un amplio rango de
porosidad, en general inferior a la pómez.
Estratocono: edificio volcánico construido por erupciones sucesivas de lavas y depósitos piroclásticos.
Estratovolcán: edificio volcánico mayor formado por una alternancia de lavas y depósitos piroclásticos
emitidos durante erupciones sucesivas. Estratovolcán compuesto es aquel constituido por dos o más centros
de emisión principales.
Félsico: término que describe las rocas ígneas que presentan un alto contenido de minerales de colores
claros (cuarzo, feldespatos).
Flujo de detritos: es una masa móvil, saturada en agua, compuesta de una mezcla de rocas, sedimentos,
agua y gases, donde entre el 50 y el 80% del material es sólido y se encuentra suspendido en agua. Se
desplaza pendiente abajo por influencia de la gravedad, posee un rápido avance y gran movilidad (véase lahar).
Flujo hiperconcentrado: es una mezcla de agua y sedimentos, con propiedades intermedias entre el
transporte fluvial y un flujo de detritos. Los flujos hiperconcentrados contienen entre un 40 y 60% en volumen
de sedimentos (véase lahar).
Flujo piroclástico: nube o corriente de densidad piroclástica densa formada por piroclastos (de tamaño
variable, de milímetros a varios metros) y gases, que se desplaza por gravedad por las laderas de un volcán
principalmente a lo largo de depresiones. Se caracteriza por su alta temperatura (decenas a centenas de
grados Celsius) y velocidad (100-500 km/h), y es altamente destructiva. La mayoría se origina por el colapso
de una columna eruptiva explosiva, densa y cargada de partículas incandescentes, pero también por colapso
y/o explosión de domos o lavas viscosas, los que se denominan flujos de bloques y ceniza.
Frecuencia: cantidad de repeticiones por unidad de tiempo de un determinado fenómeno.
Fumarola: penacho de gases emitidos a la superficie, con una temperatura mayor al punto de ebullición
local del agua. Posee importantes variaciones de temperatura y composición química.
Holoceno: época geológica que se extiende entre los 11.700 años hasta la actualidad (Ogg et al., 2008).
Ignimbrita: depósitos piroclásticos de gran volumen (típicamente sobre 15 km3 equivalente en roca densa)
asociados con la formación de calderas volcánicas (Carey y Sigurdsson 1989).
Índice de Explosividad Volcánica, IEV (ingl. Volcanic Explosivity Index, VEI): estimador de la intensidad
de una erupción volcánica (sensu Newhall y Self, 1982) definido por factores como la altura de la columna
eruptiva y el volumen emitido. Se estructura sobre la base de una escala empírica de 8 grados, donde el
volumen de material emitido durante una erupción crece exponencialmente. Existen otros indicadores de la
envergadura de una erupción volcánica como la magnitud, valor que es función directa de la masa emitida.
Intensidad: medida de la relevancia de una erupción, representada por la tasa de emisión magmática
en el tiempo, habitualmente en kg/s.
Isópaca: línea cartográfica que conecta los puntos donde un depósito piroclástico de caída presenta
el mismo espesor. Un mapa de isópacas ilustra las variaciones espaciales en el espesor de una unidad o
depósito y su análisis ayuda en la estimación de los parámetros eruptivos del evento de origen.

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Isópleta: línea cartográfica que conecta los puntos en que los fragmentos de un depósito tienen el mismo
tamaño. Sirve para representar variaciones espaciales en el tamaño de piroclastos, y su trazado es útil para
estimar la magnitud y alcance de las erupciones explosivas.
ka: mil años.
Lahar: flujo de detritos constituido por una gran descarga de fragmentos volcánicos frescos, cuyo agente
de transporte es el agua. Se puede formar por fusión repentina de hielo y/o nieve durante una erupción o
por el arrastre de material no consolidado en las laderas de un volcán durante lluvias torrenciales (en este
último caso se denomina lahar secundario). Se desplazan por los cauces que descienden de un edificio
volcánico, a velocidades que pueden superar los 100 km/h y son altamente destructivos. La proporción de
agua y sedimentos en el flujo tiene relevancia, ya que define su dinámica.
Lahar secundario: removilización por lluvias del material piroclástico preexistente derivado de erupciones
explosivas, el que, al permanecer no consolidado en períodos cercanos a su depositación, es altamente
susceptible de ser removilizado. Este fenómeno puede generar cambios en la dinámica de los ríos, y causar
episodios de agradación, y desbordes y abandono de los cauces originales, además del aumento en la
capacidad erosiva y de transporte de elementos de gran tamaño. Por sus características genéticas, los lahares
secundarios pueden desencadenarse en cuencas desconectadas del macizo volcánico principal, por lo que
el criterio para seleccionarlas deberá basarse en la estimación adecuada de espesores de acumulación de
los piroclastos de caída.
Lapilli: ver piroclasto.
Lava: flujo compuesto por roca fundida con sólidos suspendidos (cristales y líticos) y gases, que es
emitido por un volcán a la superficie de la Tierra.
Lava aa: flujo lávico de lento avance, caracterizado por su superficie irregular.
Lava de bloques: tipo de lava relativamente viscosa que presenta una textura superficial característica,
con bloques de diverso tamaño, formados por la solidificación de la superficie durante el flujo.
Ma: millones de años.
Máfico: término que describe las rocas ígneas que presentan un alto contenido de minerales
ferromagnesianos (minerales ricos en Fe y Mg).
Magma: roca fundida a alta temperatura (700-1.300 ºC) formada por una mezcla (con distintas proporciones)
de líquido, gases y sólidos. Se genera a profundidades variables en la corteza o manto superior, y cuando
alcanza la superficie produce diversos productos derivados de los procesos volcánicos.
Magnitud: medida del tamaño de una erupción. Equivale a la cantidad total de magma emitido durante
el evento, la que se representa indistintamente tanto en unidades de volumen (km3) como de masa (kg).
Modelo digital de elevación: estructura numérica de datos que representa la distribución espacial de
la cota del terreno, en relación con un sistema de referencia determinado. Usualmente se construye en
base a una grilla cuadrada regular, donde cada pixel o elemento x-y posee un único valor de la elevación z.
Oleada piroclástica: corriente de densidad piroclástica diluida con alto contenido de gases, que se
desplaza como una nube turbulenta a alta velocidad (100-400 km/h) y alta temperatura (decenas a centenas
de grados Celsius), con la capacidad de sobrepasar barreras topográficas.
Parámetro eruptivo: dato o factor necesario para valorar las características de una erupción. Tratándose
de la cuantificación de los procesos eruptivos, tendrán especial relevancia los parámetros relacionados
con magnitudes físicas de las erupciones (e.g., volumen emitido, altura de la columna, tasa de emisión y
duración de la erupción).
Peligro volcánico (Volcanic hazard, ingl.): probabilidad de ocurrencia de un fenómeno volcánico de una
intensidad dada, en un sector determinado, en un período de tiempo específico.
Piroclasto: fragmento volcánico eyectado a la atmósfera durante una erupción explosiva. De acuerdo
con el tamaño se clasifican en: bloques o bombas (>64 mm de diámetro; los bloques son angulosos y las
bombas son redondeadas o con forma aerodinámica), lapilli (entre 2 y 64 mm) y ceniza (menor a 2 mm).
Debido a su pequeño diámetro y, por ende, a su escaso peso, las partículas de ceniza son fácilmente
transportadas por el viento.
Piroclasto balístico: piroclasto que al ser emitido desde un cráter sigue una trayectoria parabólica, similar
a un proyectil, con poca influencia del viento. Usualmente corresponde a tamaño de bombas o bloques.

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Pleistoceno: época geológica que se extiende entre los 2.588 millones de años y los 11.700 años (Gradstein
et al., 2012). El Pleistoceno Superior considera el período transcurrido entre los 126.000 y los 11.700 años.
Pómez: piroclasto liviano, relativamente poroso y usualmente de color claro, que se forma durante
erupciones explosivas, por la fragmentación de un magma viscoso de rica a intermedia composición de sílice.
Posglacial: período del Cuaternario, posterior a la última glaciación. Este término se utiliza habitualmente
de manera análoga al Holoceno, aunque en el caso andino, por las amplias variaciones de latitud, este
período registra notorias variaciones en su edad de inicio.
Probabilidad de ocurrencia: medida de certeza de la ocurrencia de un evento determinado en el futuro.
Para el caso de fenómenos naturales, esta magnitud depende del tamaño de los eventos y del período
empleado en su evaluación.
Presente: en la escala de datación por el radio-isótopo 14C, de define Presente como el año 1950 d.C.
Pumíceo: que contiene pómez.
Recurrencia (Intervalo de ~): es el tiempo promedio que hay en el largo plazo entre determinados
eventos, definidos en función de su tamaño.
Registro geológico: es la evidencia conservada de los procesos geológicos que han ocurrido en un lugar
a través del tiempo. Habitualmente se compone de rocas, depósitos y morfologías, cuyas características
físicas y químicas permiten describir los eventos de origen y su correlación temporal y espacial. Se puede
dividir en registro histórico y prehistórico, sobre la base de la fuente de la información.
Registro histórico: es la evidencia recopilada por personas acerca de los procesos geológicos que han
ocurrido en un lugar, por medio de documentos o relatos. El límite entre el registro histórico y prehistórico es
variable para cada lugar, generalmente ligado a los primeros asentamientos o exploraciones realizadas en la zona.
Registro prehistórico: es la evidencia reunida mediante la interpretación de los diferentes depósitos
geológicos en ausencia de testigos. Antecede al registro histórico.
Riesgo (Risk, ingl.): descripción y cuantificación de consecuencias potencialmente perjudiciales para la vida
y la salud, subsistencia, propiedad, economía o medio ambiente. Resulta de las interacciones entre peligros
naturales y condiciones humanas para una determinada área y para un período de referencia (ONU, 2002).
Secular: que se repite en un período de siglos.
Semicuantitativo: tratamiento metodológico que incorpora de manera sistemática aquellos atributos que
se pueden expresar en forma numérica y aquellos que no son susceptibles de cuantificación.
Silíceo: que posee alto contenido de sílice, SiO2 (por lo general >60%).
Susceptibilidad: es la cualidad que denota la capacidad de recibir modificación o impacto por algún
proceso volcánico, que puede poseer una población, un lugar o un elemento. En todos los casos, la extensión
de estas regiones depende del tamaño de los procesos volcánicos involucrados.
Tefra: término colectivo para los depósitos piroclásticos no consolidados o como el término particular
que describe los depósitos de caída de piroclastos no consolidados.
Volcán activo: un volcán es geológicamente activo cuando ha tenido, al menos, una erupción en los
últimos 11.700 años (Holoceno) o bien cuando, sin certeza de esto último, presenta signos de actividad como
desgasificación, sismicidad o deformación del terreno. Esta es la definición operativa adoptada por la Unidad
de Geología y Peligros Volcánicos actualizada al año 2015.
Volcán monogenético: volcán construido por los productos de una erupción o una fase eruptiva. Esta puede
durar desde semanas hasta varios años, pero es esencialmente una erupción prolongada que involucra un
tipo de magma y que suele ocurrir a través de un único conducto de salida a partir de un sistema alimentador
simple. Por lo general, estos centros corresponden a conos, anillos o depresiones de dimensiones pequeñas
y pueden tener asociados flujos de lava.
Volcán poligenético: volcán construido por los productos de muchas erupciones, separadas por períodos
relativamente largos y que, a menudo, involucran diferentes tipos de magma. Estas erupciones suelen ocurrir
a través de múltiples conductos de salida o centros eruptivos a partir de un sistema alimentador complicado
e intrincado, utilizado repetidas veces. En general, estos centros corresponden a volcanes de dimensiones
importantes y de formas variables.
Vulnerabilidad (Vulnerability; Exposure, ingl.): conjunto de condiciones y procesos resultantes de factores
físicos, sociales, económicos y medioambientales, que incrementan la susceptibilidad de una comunidad al
impacto de algún peligro (ONU, 2002).

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