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“Año de la lucha contra la corrupción e impunidad “

UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLAREAL

TEMA: Mito de Perseo

CURSO: Filosofía

DOCENTE: Dr. Johnny Escate Díaz

CICLO: I

NTEGRANTES:

-Bautista Cangre Daniela Sofía

-Cruces Huamán Melissa

-Gerónimo Girón Melody Celeste

-Lopinta Bravo Lorena


MITO DE PERSEO
Perseo era hijo de Zeus y de la mortal Dánae. Fue uno de los heroicos
semidioses de la mitología griega junto a Heracles y Teseo, llevando a cabo
numerosas tareas sobrenaturales.

Acrisio, rey de Argos y padre de Dánae, la había encerrado en una torre de


bronce para evitar que ella concibiese un hijo, ya que un oráculo le había
asegurado que su nieto lo mataría. Zeus, que deseaba a Dánae, rechazó dejar
este castigo así. Visitó a Dánae en forma de lluvia de oro, de la cual nació Perseo
(ver Dánae). Acrisio, sorprendido, encerró a la madre y al hijo en una caja y los
arrojó al mar, pero gracias a la protección de Zeus, la caja llegó a salvo a la isla
de Sérifos, donde Dánae y su hijo fueron acogidos por el rey Dictis, hermano del
rey Polidectes de Sérifos. Perseo creció junto a su madre y el rey, pero
Polidectes se enamoró de Dánae y decidido librarse del muchacho, que ya
cuidaba de su madre. Por ese motivo le encargó que le trajese la cabeza de
Medusa, algo imposible dada la apariencia del monstruo, que convertía en
piedra al que osase mirarla (ver Gorgonas, Las).

Afortunadamente, Perseo contó con la ayuda de Atenea, que estaba


enemistada con Medusa a causa de las relaciones que tenía con Poseidón -que
quizá la había violado- en un santuario dedicado a Atenea. La diosa le dio a
Perseo un espejo de bronce tan bruñido que reflejaba todo lo que veía y le dijo
lo que tenía que hacer. Primero debería visitar a las gorgonas, tres hermanas
que vivían en el norte de África -dos según algunas versiones- y que eran brujas
que compartían un solo ojo. Perseo les robó el ojo y les obligó a mostrarle el
camino para llegar a Medusa, lo cual aceptaron a cambio del ojo, que
finalmente arrojó al agua para que no pudiesen advertir a nadie de sus
intenciones. Unas ninfas le dieron a Perseo un casco que lo hacía invisible, un
par de sandalias aladas y un saco en el que meter la cabeza de Medusa cuando
la hubiera atrapado. Hermes le entregó un sable mágico.

Con la ayuda de todos los regalos, Perseo voló hasta el hogar de las otras
gorgonas junto al Océano. Las tres hermanas se habían dormido y Perseo pasó
delante de ellas con cuidado, sin perder de vista a Medusa sirviéndose de su
escudo como espejo para no tener que mirarla directamente y evitar de ese
modo que lo convertiera en piedra. Así cortó la cabeza llena de serpientes del
monstruo con el sable de Hermes y la puso en el saco. La sangre derramada por
Medusa originó al monstruo Crisaor y al caballo alado Pegaso (ver Belerofonte).

Según Ovidio, el primer encuentro que tuvo Perseo a su regreso fue con el titán
Atlas, a quien se presentó como hijo de Zeus. Perseo no fue bien recibido
porque un oráculo le había dicho a Atlas que un hijo de Zeus le robaría las
manzanas del jardín de las Hespérides. Cuando el gigante adoptó una postura
amenazante, el héroe le mostró la cabeza de Medusa y lo convirtió en piedra,
pasando a ser así la cadena montañosa que conocemos con ese nombre (ver
Atlas). Perseo continuó su viaje hacia el oeste, a través de África, y llegó a
Etiopía, donde vio a una bella muchacha encadenada a una roca junto al mar.
Era Andrómeda, la hija del rey Cefeo, que estaba a punto de ser sacrificada a un
monstruo marino como acto conciliador por las arrogantes palabras de su
madre Casiopea (ver Andrómeda). Perseo vio aparecer al terrible monstruo de
las profundidades del mar para devorar a Andrómeda y les dijo a sus
desesperados padres que la salvaría si prometían convertirla en su esposa.
Cefeo y Casiopea aceptaron de inmediato e incluso le ofrecieron el reino como
dote. Como si de un ave se tratase, Perseo se abalanzó sobre la bestia y le clavó
su sable. Sus sandalias aladas le permitieron huir inmediatamente del ataque
del monstruo, que murió poco después de ser atravesado.

La boda de Perseo y Andrómeda no fue tan feliz como ellos querían. Cefeo ya
había prometido a Andrómeda a su hermano Fineo, que no se conformó con las
explicaciones del rey. Con un gran número de seguidores, Fineo apareció en la
celebración, convirtiéndola en un baño de sangre en el que hubo numerosas
víctimas y Perseo tuvo que utilizar la cabeza de Medusa, su arma más mortífera.
De esta manera quedaron convertidos en piedra Fineo y todos sus seguidores.

Años después, cuando Andrómeda le había dado un hijo a Perseo, la pareja viajó
a Sérifos, llegando a tiempo de rescatar a su madre y a Dictis de las manos de
Polidectes cuando se habían refugiado en un santuario. Polidectes no quiso
creer que Perseo hubiese regresado con la cabeza de Medusa y trató al héroe
con desprecio. Perseo le mostró la cabeza de la criatura y Polidectes se convirtió
en fría piedra.

Perseo convirtió a Dictis en rey de Sérifos y prosiguió su viaje hasta Argos, que
era el reino de su abuelo. Acriso, recordando la predicción en el sentido de que
moriría a manos de su nieto, temió que su final estaba cerca y huyó a Tesalea,
aunque no pudo escapar a su destino. Perseo lo persiguió hasta allí y ambos se
encontraron compitiendo en los juegos locales en honor del rey. Durante una de
las pruebas, un disco lanzado por Perseo cayó sobre la cabeza de Acriso y le
mató.

De vuelta en Argos, Perseo convirtió en piedra al usurpador Preto y ascendió al


trono del lugar -muchos piensan que se trataba de la ciudad-estado de Tirins-.
Como quiera que fuere, allí se quedó a vivir felizmente con Andrómeda, que le
dio otros cinco hijos y una hija.

Después de su muerte, la que había sido su gran protectora, Atenea, lo subió a


los cielos y lo convirtió en una constelación. Ese mismo honor lo recibieron
Andrómeda y sus padres. Antes de hacer esto, Atenea había tomado la cabeza
de Medusa y la había puesto en su escudo o aegis con el que cubría sus
hombros.

MENSAJE: con respecto al desarrollo del mito podemos observar varios


mensajes dentro de las cuales son el destino inevitable ya que Acrisio rey de
Argos estaba tratando de evitar que se cumpla la profecía; el otro mensaje que
podemos observar y el más relevante es que a pesar de las adversidades o los
problemas que se antepongan en tu camino siempre hay que luchar por nuestro
objetivo en este caso el objetivo de Perseo era la cabeza de medusa.

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