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CURSO: Filosofía
CICLO: I
NTEGRANTES:
Con la ayuda de todos los regalos, Perseo voló hasta el hogar de las otras
gorgonas junto al Océano. Las tres hermanas se habían dormido y Perseo pasó
delante de ellas con cuidado, sin perder de vista a Medusa sirviéndose de su
escudo como espejo para no tener que mirarla directamente y evitar de ese
modo que lo convertiera en piedra. Así cortó la cabeza llena de serpientes del
monstruo con el sable de Hermes y la puso en el saco. La sangre derramada por
Medusa originó al monstruo Crisaor y al caballo alado Pegaso (ver Belerofonte).
Según Ovidio, el primer encuentro que tuvo Perseo a su regreso fue con el titán
Atlas, a quien se presentó como hijo de Zeus. Perseo no fue bien recibido
porque un oráculo le había dicho a Atlas que un hijo de Zeus le robaría las
manzanas del jardín de las Hespérides. Cuando el gigante adoptó una postura
amenazante, el héroe le mostró la cabeza de Medusa y lo convirtió en piedra,
pasando a ser así la cadena montañosa que conocemos con ese nombre (ver
Atlas). Perseo continuó su viaje hacia el oeste, a través de África, y llegó a
Etiopía, donde vio a una bella muchacha encadenada a una roca junto al mar.
Era Andrómeda, la hija del rey Cefeo, que estaba a punto de ser sacrificada a un
monstruo marino como acto conciliador por las arrogantes palabras de su
madre Casiopea (ver Andrómeda). Perseo vio aparecer al terrible monstruo de
las profundidades del mar para devorar a Andrómeda y les dijo a sus
desesperados padres que la salvaría si prometían convertirla en su esposa.
Cefeo y Casiopea aceptaron de inmediato e incluso le ofrecieron el reino como
dote. Como si de un ave se tratase, Perseo se abalanzó sobre la bestia y le clavó
su sable. Sus sandalias aladas le permitieron huir inmediatamente del ataque
del monstruo, que murió poco después de ser atravesado.
La boda de Perseo y Andrómeda no fue tan feliz como ellos querían. Cefeo ya
había prometido a Andrómeda a su hermano Fineo, que no se conformó con las
explicaciones del rey. Con un gran número de seguidores, Fineo apareció en la
celebración, convirtiéndola en un baño de sangre en el que hubo numerosas
víctimas y Perseo tuvo que utilizar la cabeza de Medusa, su arma más mortífera.
De esta manera quedaron convertidos en piedra Fineo y todos sus seguidores.
Años después, cuando Andrómeda le había dado un hijo a Perseo, la pareja viajó
a Sérifos, llegando a tiempo de rescatar a su madre y a Dictis de las manos de
Polidectes cuando se habían refugiado en un santuario. Polidectes no quiso
creer que Perseo hubiese regresado con la cabeza de Medusa y trató al héroe
con desprecio. Perseo le mostró la cabeza de la criatura y Polidectes se convirtió
en fría piedra.
Perseo convirtió a Dictis en rey de Sérifos y prosiguió su viaje hasta Argos, que
era el reino de su abuelo. Acriso, recordando la predicción en el sentido de que
moriría a manos de su nieto, temió que su final estaba cerca y huyó a Tesalea,
aunque no pudo escapar a su destino. Perseo lo persiguió hasta allí y ambos se
encontraron compitiendo en los juegos locales en honor del rey. Durante una de
las pruebas, un disco lanzado por Perseo cayó sobre la cabeza de Acriso y le
mató.