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CAPITULO VII: ANALISIS CUALITATIVO

“Emociones, sentimientos y obesidad en una historia de vida”

Análisis cualitativo

Este análisis está basado en la historia de vida de un participante femenino de 54 años que
a partir de su adultez ha sufrido de sobrepeso y obesidad, situación que la tiene deprimida
y ansiosa porque está consciente de su problema, incluso ha tomado terapia y, sin embargo,
no puede corregir e integrar las partes perdidas de su personalidad.

Desde los 45 días de nacida, ella entro a una guardería a la que tenía prestaciones su
mamá por trabajar en una dependencia de gobierno, en donde nos relata haber estado muy
contenta, recuerda que era un ambiente muy sano, le gusta mucho la convivencia porque
había muchos niños, la persona se acostumbra desde bebé a estar rodeada de gente.

La persona nos informa de un hecho que ocurrió cuando tenía 18 meses o menos, en donde
ella se ve en el mostrador, por donde se entregaban los bebés, en donde una nana llamada
Juanita la tiene tomada de la mano y la está paseando por todo el mostrador, este estaba
dividido por unos vidrios, entre uno y otro para entregar a varios niños al mismo tiempo, ella
nos refiere que solamente está el guardia y la nana con ella, tiene muy presente que
volteaba para todos lados y estaba vacía la guardería, a pesar de ser tan pequeña tiene
ese recuerdo de soledad muy presente y fijo en su mente, al rato llega su mamá corriendo.

Este recuerdo lo trabajo en terapia y lo que resultó de esto, es que tenía un sentimiento de
abandono y de soledad, por lo que le recomendaron hablara con su mamá para ver qué
había pasado y porque era que la había dejado sola. Cuando ella toma esta terapia tiene
40 y tantos años y efectivamente habla con su mamá, en donde ella le dice que siente que
la abandonó, no sabe por cuánto tiempo estuvo ahí en la guardería, pero refiere que quizá
por eso a ella no le gusta estar sola, a lo que su mamá contesta que nunca la dejo, en esa
ocasión, su jefe la llamo y tocaron algunos puntos referente al trabajo que tenía que hacer,
fueron 10 o 15 minutos y efectivamente, sólo estaba el vigilante y la nana con ella. Ese
tiempo para una niña pudo ser una eternidad.

Desde el inicio de esta investigación se fue detectando un sentimiento de abandono y un


total rechazo a estar sola.

La persona nos informa que ese hecho aparentemente no tenía relevancia en su vida, sin
embargo, recordaba esa escena con frecuencia y reconoce que se sentía sola y
abandonada, por no ver a su mamá.
Los cimientos de la depresión en esta persona, desde la base del existencialismo, ya están
dados, debido a las condiciones en las que fue “arrojada al mundo”, su nacimiento en una
familia muy numerosa, en donde la principal demostración de amor era a través de la
comida y de la convivencia diaria, con todos sus primos, porque siempre tenían algún juego
para todos ellos.

También nos informa la persona que al laborar sus padres todo el día, ella quedaba al
cuidado de sus hermanas mayores. Por lo que no recuerda haber tenido mucho contacto
físico ni cariños con sus padres, dándose este abandono emocional por parte de ellos, como
falta de respuesta a las necesidades de contacto afectivo y la ausencia de contacto con
caricias e indiferencia frente a sus estados anímicos.

De acuerdo con Bowlby (1973) citado por Barudy (2003), el abandono es una separación
progresiva y una pérdida de lazos afectivos que va aumentando hasta darse el abandono
definitivo (Corsi, 2001, PP-33-34).

La persona refiere que cuando tenía dos años, cambiaron su residencia. Se fueron a vivir
a una colonia llamada “reforma Iztaccíhuatl”, en la Ciudad de México, en la esquina de la
calle ola verde, la casa de sus abuelos estaba en la esquina y la siguiente casa, es donde
se cambiaron ellos. La persona nos dice que recuerda todo eso con mucho cariño y con
mucho gusto, porque la casa de su abuelita estaba siempre con mucha gente, con sus
primos, tíos y hasta amigos de la familia. La persona podía pasar de una casa a otra por la
parte del jardín que estaba comunicada, y cuando anochecía, se iba a su casa con sus
hermanas.

Ella asocia los eventos que tiene como costumbre la familia (que era comer todos reunidos,
tíos, primos, papás y abuelos), ya que la convivencia con sus padres solo era por las noches
después de las 8 pm, ya que trabajaban hasta esa hora, cenaban juntos, y los fines de
semana su madre se dedicaba a las labores de la casa, y cuando podía les contaba cuentos
o historias. Sin que hubiera muchas demostraciones de cariño. La persona asocia el estar
comiendo con estar acompañada, en base a esto se deduce que la persona empieza comer
demás por el hecho de querer estar siempre acompañada (confluencia). Creando sus
primeros introyectos.

En cuanto a la relación madre-hijo, Bruch (1973) citado por Guzmán (2009) enunció las
consecuencias de largo alcance que esta relación tiene sobre la obesidad del niño. Afirmó
que acosar al niño con comida cada vez que llora y continuar empleando la comida para
tranquilizarlo durante su desarrollo puede equivaler a criar un pequeño que confunde sus
estados internos. Para Bruch, la conciencia del hambre y la saciedad contienen elementos
aprendidos, lo mismo que la frustración, la ansiedad y la tensión. Como resultado de la
confusión, por tanto, la sobrealimentación enseña eslabonamientos defectuosos entre los
estados internos y el acto de comer; la sobrealimentación temprana antecede a la ingesta
excesiva ulterior.
La persona refiere que cuando tenía aproximadamente nueve años, iba a un curso de
regularización en su escuela los sábados, saliendo del curso una compañera la llevaba a
su casa, un día se enojó con esta amiga y le pidió a su mamá que fuera por ella a la escuela
el siguiente curso, pero al llegar el sábado su mamá lo olvido, se quedó hasta tarde en la
escuela.

La niña estuvo el sábado esperando a su mamá, desde la una de la tarde hasta las nueve
de la noche, conforme iba pasando el tiempo, ella sentía muy sola y abandonada, y
después con miedo y triste, estuvo sentada en un camellón que estaba enfrente de la
escuela, cuando paso caminando una compañera de la escuela que vivía enfrente, la vio
y la invitó a su casa, y le preparo algo de comer, como a las cinco de la tarde la persona
indica que habló con su mamá dos veces, pero nada más le preguntaba a qué hora iba ir
por ella y no le avisaba que no estaba en casa de su abuelita, sino en la escuela.

La mama de esta niña pensaba que estaba en la casa de su abuela, cuando se enteró de
que no era así fue a buscarla, ya que el conserje de la escuela le decía a ella que nadie la
quería y la iban a dejar ahí para siempre, este señor no se daba cuenta el mal que podía
ocasionar con esos comentarios. El cumulo de sentimientos por los que paso esta niña al
estar ocho horas en abandono, puede ser el principio de su neurosis.

El miedo a ser abandonado o “dejado” es una condición humana.

Es un proceso que se vive muy temprano en la infancia, cuando somos seres dependientes
y con grandes necesidades de la presencia de los adultos, principalmente de la madre. Si
esta desaparece por algún tiempo, caemos en pánico y nos sentimos abandonados. No
todos los miedos suelen ser iguales, ni tienen la misma intensidad (Delfini, blog Alma
Gestalt, 2016).

La persona menciona que, en la adolescencia, empezó a salir con muchachos, y uno en


especial al que quería mucho, le comento que no le gustaban las mujeres gordas y que si
ella subía de peso la dejaría, eso la puso muy ansiosa y la persona empezó a hacer dietas,
y a estar muy pendiente de su peso. A pesar de querer mucho a este muchacho, decidió
terminar con él, pues un día le grito por no hacer lo que él quería, a lo que ella reacciono,
terminando definitivamente con esa relación.

Esto es porque desde pequeña su papa le enseño que no debía permitir que nadie la
maltratara (de ninguna forma), por lo que tuvo que cambiar su forma de ser, su
comportamiento de tímida y reservada y la persona empezó a vivir “como si”, haciendo lo
necesario para que los demás la percibieran como segura, independiente y agresiva (ajuste
creativo en un momento de su vida, estratos de la neurosis en la actualidad).

Situación que fue determinante para que ella empezara a subir de peso, ya que cada que
se sentía sola, empezaba su ansiedad y angustia, por lo que comía para llenar sus vacíos.
Después se sentía culpable y empezaba la dieta, para que no la dejaran y al rato volvía a
comer.
Lo anterior, afecto su “sí mismo”: el sí mismo no es una entidad fija ni una instancia psíquica
como el “yo” o el “ego”, sino un proceso especifico a cada uno y que caracteriza su propia
manera de reaccionar, en un momento dado y en un campo dado, en función de su “estilo”
personal. No es su “ser”, sino su “ser en el mundo”, que varía según las situaciones (Ginger,
1987, pág. 47).

La Teoría del sí mismo, el señalamiento de las perturbaciones del ciclo de contacto y de los
mecanismos de evitación (perdida de la función del yo o resistencias) no necesitan para
nada de la intervención activa del cuerpo, no más que el awareness en los procesos en
curso, la atención en el aquí y ahora, o más exactamente, en el “ahora y el cómo” de la
experiencia (Ginger,1987, Pág. 186).

Algunas personas tienen miedo a enfrentar el fracaso de la relación, otras a la


responsabilidad de los hijos, a no ser capaces económicamente de salir adelante, en fin,
podríamos enumerar una larga lista y quizás resumirla en uno solo, "Miedo al Abandono".

La persona atraviesa por un estado de depresión (tristeza, frustración, aversión y nostalgia)


y ansiedad (inquietud, agobio, pensamiento catastrófico, pánico, inseguridad, sensación de
vacío, temor a perder el control, recelos, sospechas, incertidumbre) por la pérdida de su
hijo, por lo que empieza a tener trastornos alimenticios (de no comer nada a comer mucho).

Los trastornos alimenticios, son a menudo una señal de que la persona está buscando su
identidad propia, de una persona débil e hipersensible que debe enfrentarse a un entorno
afectivo insatisfactorio, que le impide construirse con seguridad e independencia (Ginger,
2005).

La base desde la psicoterapia Gestalt que permitió explicar la depresión en la persona fue
la soledad crónica mediatizada con las sucesivas perdidas y duelos a lo largo de la vida
(muerte de un hijo, abuelos, padre y alejamiento de su pareja), que la induce hacia la
conformación de una estructura de personalidad ansiosa. La pérdida de su hijo constituyo
para la persona, la perdida de la función materna como fuente de felicidad por conexión
amorosa, de sentirse agente de cuidado y nutrición de la personalidad de su hijo.

Aunado a esa perdida, también pasó por un distanciamiento con su esposo, ya que el llevo
su duelo de distinta manera, solía irse con los amigos al bar para olvidar su dolor, de ahí la
pareja se separó más y cada uno andaba por su lado. Esta situación aumento su tristeza,
soledad y ansiedad (neurosis), eso duro varios años, hasta que la persona decidió que era
mejor separarse definitivamente, ya que no quería seguir aparentando que todo estaba bien
entre ellos (familia psicosomática), ya que de día o en reuniones era siempre amoroso y
complaciente, pero a la hora de la botana se desaparecía hasta tarde. Después de un
tiempo la pareja hablo y aclararon sus dudas y sentimientos, se dieron cuenta (awareness)
de lo que pasaba con su matrimonio, él se sentía rechazado y que ella lo hacía de lado, y
ella se sentía abandonada, finalmente dijeron que ninguno se quería separar y acordaron
mediar la situación.

La base de la obesidad en la persona fue el sentimiento de soledad reiterada. Entre los


principales elementos que se encontraron, además de la soledad, fueron el miedo a la
perdida, “me sentía sola y empezaba a comer”. La pérdida también aparece como
fundamental en el fenómeno de obesidad.

Lo anterior contrasta marcadamente con la opinión que otro tiene de ella, “me apoyabas,
me dabas mucha seguridad, eras una mujer muy desenvuelta y segura, me hacías sentir
bien” (el esposo).

La inhibición de la emoción, como la inhibición de la acción, alimenta a la neurosis y


psicosis, a las enfermedades psicosomáticas y a los problemas sociales. Hay que
sobrepasar el bloqueo o, lo que Perls llama el “atollader” (impasse). Este autor distingue
cuatro capas en la neurosis, la capa superficial del “juego” (papeles sociales
convencionales), la capa implosiva (que lleva al atolladero), la capa explosiva de las
emociones y la capa auténtica profunda (Ginger,1987, pág. 191).

Entre los muchos síntomas de expresión inhibida, el ataque de ansiedad merece una
discusión especial. Ningún otro síntoma demuestra tan convincentemente la necesidad de
una descarga adecuada de la energía aprisionada como el ataque de ansiedad, y aún más,
la neurosis de ansiedad (reacción habitual de ansiedad). Es comparativamente fácil
comprender la dinámica de la ansiedad y reconquistar el control de las específicas
contracciones musculares, con tal que se preste atención a dos puntos. Primero, se debe
dar libre campo de acción a la excitación que subyace al ataque de ansiedad. Se puede
lograr una descarga suficiente por sí mismo. Pero a la persona no le debe preocupar estar
loco durante media hora, si se pertenece a los que consideran toda explosión emocional
como un síntoma preciso de locura. Aunque sirve de gran alivio llorar a gusto en los brazos
de un ser amado, o solo en su propia habitación. Se podría hacer caras frente a un espejo,
o volverse loco furioso, golpear una almohada hasta quedarse agotado. Como segundo
paso, se tiene que trasformar el armazón del pecho en una parte viva del organismo
completo: la persona tiene que restaurar su respiración (Perls, 1975, pág. 343).

Esta ansiedad, que la persona siente por la pérdida de su hijo y la “separación” o


alejamiento de su pareja, la ponen en un estado de alienación y desensibilización, donde
ella pretende seguir con su vida como si nada pasara (estratos de la neurosis, bloqueos en
el ciclo de la experiencia) lo que, a su vez, la hace tratar de llenar o suplir esas ausencias
comiendo.

Las emociones atrapadas pueden hacer que hagamos suposiciones incorrectas,


reacciones exageradas… aun peor, las emociones pueden crear depresión, ansiedad y
otros sentimientos indeseables que la persona pareciera no poder resolver. Pueden
interferir en el funcionamiento correcto de los órganos y tejidos del cuerpo, causando
estragos en la salud física, causando dolor, fatiga y enfermedad. Sin embargo, no importa
cuán grande sea el sufrimiento, la energía invisible de las emociones atrapadas quedará
sin ser diagnosticada por la medicina convencional, aun siendo un factor de causa mayor
en las dificultades físicas y emocionales de la persona (Nelson, 2007, pág. 12).

Los sentimientos más repetidos y con mayor carga emocional encontrados en la


participante fueron miedo a la pérdida de seres amados y al abandono. La persona se
percibe a sí misma como completa solo cuando esta con personas queridas, dentro de sí,
se encuentra un sentimiento a veces negado de incompletud, necesidad o carencia.
(Neurosis).
Como ya se señaló, al intentar explicar a la gordura a partir de una personalidad específica,
se han tratado de equiparar factores comunes entre los obesos y los adictos, Ravenna
(2004) describe a la personalidad adictiva como aquella que no solo tiene necesidades
fisicoquímicas, sino también un estado emocional particular relacionado con factores
químicos (neurotransmisores y neuro receptores) conectados a los sentimientos y a las
necesidades biológicas de cada individuo. Esa dependencia hace que el obeso adapte su
estilo de vida al mantenimiento de la conducta adictiva, la cual si se mantiene en el tiempo
seguirá con la negación de los efectos agresivos, minimizando, justificando y auto-
engañándose; es en esta etapa cuando se involucra el entorno. Ya en una última etapa,
las conductas son automáticas y manejadas por las emociones. La comida no es adictiva,
sino la conexión del individuo con ella (Guzmán, 2009, p. 212).

La persona refiere que por querer complacer a los demás, se vive angustiada. Las
conductas adictivas relacionadas con la ingesta de alimentos y de tabaco, caen en ese
círculo vicioso. En un día normal, mientras ella se encuentra ocupada, no pasa nada, pero
cuando tiene algo que requiera de toda su atención, le cuesta trabajo concentrarse y
enfocarse pues se distrae con facilidad (evitación), se levanta a la cocina varias veces a
buscar algo (principalmente dulce) que comer, o va arreglando o guardando lo que
encuentra a su paso, retomando su tarea varios minutos después, y en cuanto quiere
continuar, prende un cigarro o se distrae con otra cosa (deflexión, postergación).

Judith Robin (citada por Bresh, 2006) afirma: la obesidad protege a las personas de un
mundo que parece amenazante por la baja autoestima y la expectativa de fracaso, protege
de los riesgos de afrontar una vida laboral, social y afectiva, pero a un elevado costo
emocional.

Cabello y Zuñiga (2007) encontraron que la génesis de la obesidad se relaciona con los
eventos de vida estresantes, por lo que se emplea la comida como refugio para compensar
frustraciones, depresión, necesidades y temores. Aún más, los hábitos alimenticios
familiares son una fuente detonadora de la obesidad (Bravo, Espinosa, Mancilla y Tello, Commented [J1]: En esta parte sólo agregas los apellidos de los
2011, pág. 116) autores, año y página. Los datos que adjuntaste más el nombre de
la revista van en la sección de referencias. Agrega este material con
todos los datos (te lo deje hasta el final) en la lista de tus
En terapia Gestalt, las emociones y los sentimientos tienen una función importante en el referencias (si es nuevo y no lo has incluido).
proceso de crecimiento del individuo, pues pueden ser el síntoma que detecte situaciones
inconclusas y experiencias obsoletas, debido a que las emociones y los sentimientos son
elementos que surgen de forma espontánea y real en la relación del organismo con el
entorno, y son capaces de revelar aquello que la persona no llega a expresar verbalmente.
(Sarrió, 2016).

Los sentimientos son una elaboración humana que se ha hecho para facilitar el
descubrimiento de necesidades psicológicas y necesidades de trascendencia. Siempre
estamos sintiendo, pero no siempre el sentimiento hace figura, es decir, puede permanecer
en el “fondo” de nuestra percepción por largos períodos.

Las emociones son estructuras funcionales netamente diferenciadas, dan información


sobre el estado de la relación organismo-entorno, la emoción es una reacción del
organismo, no podemos dejar de sentir lo que sentimos, ni de necesitar lo que necesitamos.
Lo que si podemos hacer es ejercer nuestra libertad en la elección de lo que queremos
hacer con ello. Es también la evaluación de la situación por parte del organismo, que sirve
de fundamento para los mecanismos básicos de la regulación de la vida. La emoción
precede al sentimiento (Muñoz Polit, 2012).
Contrastación

Todos los enfoques psicológicos revisados en este trabajo (conductismo, cognitivo,


bioenergética, psicoanálisis, gestalt) apoyaron los resultados obtenidos, vinculando a la
obesidad como un fenómeno que contiene, inevitablemente, a una percepción de
insuficiencia o perdida, lo cual apoya los resultados obtenidos en esta investigación bajo el
modelo Gestáltico.

Bowlby, en su famosa investigación sobre la “deprivación infantil”, menciona que el niño, en


relación a su madre, cuando esta se va, reacciona 1) agitado y llamándola 2) si ésta no
aparece, incrementa sus peticiones 3) Si continua sin aparecer, el infante comienza a
mostrar un estado de sopor, una especie de catatonia 4) luego de un tiempo, él bebe en
ese estado y sin el regreso de la madre necesitada, es probable que no reaccione, no solo
a la madre, sino a ningún cuidador, lo anterior muestra, como un estado sostenido de
deprivación afectiva en las primeras fases de la vida, pudieran conducir a una configuración
de la personalidad a la que se dificulta vincularse. No se encontró en la literatura Gestalt
información que apoyara un proceso permanente de dificultad en la personalidad de la
participante para vincularse y responder emocionalmente a personas significativas de su
entorno. El fenómeno de la obesidad se relacionó con el modelo de las pérdidas (“miedo al
abandono”), un estilo de apego ansioso según el mismo Bowlby y la confluencia desde la
psicoterapia Gestalt. Commented [J2]: Te agregue noción en la última parte (es un
reacomodo de tus ideas).
La persona entiende esta deprivación (separación de la madre) como el comienzo de su
miedo a ser abandonada, por los episodios en su historia de vida donde su mamá la dejo
sola en repetidas ocasiones, aunado al miedo de ser abandonada por su pareja (novio de
la adolescencia) y la pareja actual, le provocaron los conflictos emocionales e introyectos,
que la llevan a tener desórdenes alimenticios, que han derivado en su obesidad actual.

Duelo y Melancolía (psicoanálisis)

Las múltiples analogías del cuadro general de la melancolía con el del duelo justifican un
estudio paralelo de ambos estados. En aquellos casos en los que nos es posible llegar al
descubrimiento de las causas que los han motivado, las hallamos también coincidentes. El
duelo es, por lo general, la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción
equivalente: la patria, la libertad, el ideal, etcétera. Bajo estas mismas influencias, surge en
algunas personas, a las que, por lo mismo, atribuimos una predisposición morbosa, la
melancolía, en lugar del duelo. Es también muy notable, que jamás se nos ocurra considerar
el duelo como un estado patológico y someter al sujeto afligido a un tratamiento médico,
aunque se trata de un estado que le impone considerables desviaciones de su conducta
normal. Confiamos, efectivamente, en que, al cabo de algún tiempo, desaparecerá por sí
solo, y juzgamos inadecuado e incluso perjudicial, perturbarlo.

La melancolía se caracteriza psíquicamente por un estado de ánimo profundamente


doloroso, una cesación del interés por el mundo exterior, la perdida de la capacidad de
amar, la inhibición de todas las funciones, y la disminución de amor propio, es decir, el
estado más propio que describe la participante de esta investigación, la cual se muestra
más aquejada de una perturbación melancólica relacionada con la obesidad que en una
labor de duelo.

Este cuadro se nos hace más inteligible cuando reflexionamos que el duelo muestra
también estos caracteres, a excepción de uno solo: de la perturbación del amor propio. El
duelo intenso, reacción a la pérdida de un ser amado, integra el mismo doloroso estado de
ánimo, la cesación del interés por el mundo exterior, en cuanto nos recuerda a la persona
fallecida, la pérdida de la capacidad de elegir un nuevo objeto amoroso, lo que equivaldría
a sustituir al desaparecido, y el apartamiento de toda función no relacionada con la memoria
del ser querido. Comprendemos que esta inhibición y restricción del “Yo” es la expresión de
su entrega total al duelo.

En el duelo, nos explicamos la inhibición y la falta de interés, por la labor de duelo que
absorbe el “Yo”. La pérdida desconocida, causa de la melancolía, tendría también, como
consecuencia, una labor interna análoga, a la cual habríamos de atribuir la inhibición que
tiene efecto en este estado. Pero la inhibición melancólica nos produce una impresión
enigmática, pues no podemos averiguar, qué es lo que absorbe tan por completo al
enfermo.

El melancólico muestra, además, otro carácter, que no hallamos en el duelo, una


extraordinaria disminución de su amor propio, o sea un considerable empobrecimiento de
su “Yo”.

La mujer antes cabal, meritoria y penetrada de sus deberes, no hablará, en la melancolía,


mejor de sí misma, que esta otra, en verdad inservible para todo y aun quizá sea más
proclive a enfermar de melancolía que esta otra de quien nada bueno sabríamos decir.
Sigmund Freud, (1917) Tomo XIV pág. 241-244

Lo anterior coincide con los resultados de este estudio desde la terapia Gestalt, pérdida de
contacto, alienación, confluencia, perdida de las funciones del self, si mismo difuso y
disminuido, retroflexión (sobre ingesta y hábito de fumar) en la participante, lo cual recuerda Commented [J3]: La última parte completa las ideas sobre tu
vinculo, revisala.
a la tendencia del melancólico a lastimarse y sentir enojo hacia sí mismo (perturbación del
amor propio).

Obesidad infantil, ansiedad y familia.

Según Días y Enríquez (2007, PP.22-26)

Ansiedad

La ansiedad es una vivencia universal, surge en respuesta a exigencias o amenazas, como


señal para buscar la adaptación, suele ser transitoria, percibida como nerviosismo o
desasosiego, ocasionalmente como terror y pánico si se hace persistente, intensa,
autónoma y desproporcionada a los estímulos que la causan, genera conductas evitativas
o retraimiento, se le incluye entre los trastornos mentales. La ansiedad consiste en el
conjunto de reacciones físicas y psicológicas, que ocurre ante la presencia de un peligro.
La respuesta de ansiedad se encuentra presente desde el nacimiento, siendo un
mecanismo natural con el que nacemos, la ansiedad, no sólo aparece por peligros externos
y objetivos, sino también por otros de carácter interno y subjetivo e incluso por miedos
inconscientes (Pag.23).

El estado de ansiedad.

En Gestalt la ansiedad representa las emociones y sentimientos no descubiertos, también Commented [J4]: Agregamos esta última frase.
un estado de expectación catastrófica centrada en el futuro.

Entre los muchos síntomas de expresión inhibida, el ataque de ansiedad merece una
discusión especial. Ningún otro síntoma demuestra tan convincentemente la necesidad de
una descarga adecuada de la energía aprisionada como el ataque de ansiedad, y aún más,
la neurosis de ansiedad (reacción habitual de ansiedad). (Perls 1975)

La persona informa que ahora “se da cuenta” (awareness) de muchas de las emociones
reprimidas que tenía, como el sentirse triste, deprimida, sola, culpable y, sobre todo, toma
conciencia (Insight) de que sigue muy enojada con su esposo por no haber estado con ella
cuando más lo necesitaba, y necesita trabajar estos aspectos (del estrato como si, “no pasa Commented [J5]: Agregamos esta última frase, completa tus
ideas desde la Gestalt.
nada” hacia la implosión y explosión para la renovación).

Medicamente la ansiedad es un trastorno obsesivo compulsivo, crisis de angustia, estrés


postraumático, fobias, Hipocondría, depresión, psicosis, trastornos de personalidad,
ataques de pánico.

El comer o más exactamente masticar, al suponer un gasto de energía y el implicar una


forma de desgarrar y triturar se transforma en una forma de reducir la ansiedad, lo cual es
una forma rápida y pasajera para el alcance del paciente. Si el comer como recurso anti
ansiedad se transforma en algo habitual con el tiempo se aumenta de peso, incluso
estableciendo en alguna persona un círculo vicioso, donde la ansiedad se reduce comiendo, Commented [J6]: ¿Cómo comparas o enriqueces este ciclo
entre ansiedad-obesidad con lo que obtuviste con tu análisis
por ende, aumenta de peso y este genera un motivo de alarma, de preocupación por lo que Gestalt?.
nuevamente aparece la ansiedad y una vez más se come como mecanismo compensador.
En Gestalt esto la lleva al ciclo de la experiencia y sus bloqueos (desensibilización,
proyección en la comida del conflicto interno, confluencia con la comida, por tanto,
indiferenciación del sí mismo e imposibilidad de expresar las emociones contenidas a través
de la ansiedad de forma resolutiva en las relaciones significativas -deflexión-, permanencia
de la ansiedad). (Zinker, 1999) Commented [J7]: Agregamos esta parte, completa tus ideas
desde la literatura Gestalt, revísalas.
Cuando las causas que motivan la ansiedad no se identifican, la persona entra en un
estado de ansiedad continua, que de forma muy frecuente alivia comiendo. Entre los
factores de riesgo para la obesidad destacan, los antecedentes familiares, bases culturales,
sedentarismo y ansiedad, entre otros, los obesos tienden a presentar, además,
características psicológicas que agravan su problema. Commented [J8]: Estos espacios no deben aparecer.

“Las emociones no son sino la conciencia de algunas actividades llamadas “vegetativas”,


es decir, el resultado de la actividad del sistema límbico estimulado por el exterior o por
nuestras representaciones internas” Labori (1979) mencionado por Ginger S. (1987) pág.
205

A diferencia entre esta definición de emoción con la Gestalt, es que una solo trata de la
función de la zona límbica y según Muñoz (2012) son sensaciones, originadas por nuestras
vivencias y que experimentamos ante alguna situación, las emociones repetidas o
permanentes se convierten en sentimientos (de fondo, lo cual matiza nuestra percepción Commented [J9]: Ultima frase agregada.
cotidiana).

Es innegable la importancia que tiene la familia, para la supervivencia del individuo y el


moldeamiento de su personalidad, está ha demostrado su gran adaptabilidad para
adecuarse a las condiciones y continuas transformaciones sociales, con todas sus
limitaciones, el nivel de funcionamiento familiar en el momento adecuado puede afectar
aquellos influencias familiares controlables por el hombre de manera tal, que ésta se refleja
positiva o negativa mente en la salud de los individuos, de igual manera el funcionamiento
familiar puede verse alterado por cualquiera de las otras variantes que confirman el
ambiente social.

La familia juega un papel determinante en la génesis de los problemas alimenticios y la


obesidad puede ser proporcionada por una dinámica familiar disfuncional, donde el
individuo cree que eso funciona como un medio para aminorar los conflictos y tensiones
que se propician por dicha dinámica, el sobrepeso está directamente correlacionado con
una alta problemática familiar y la obesidad de los niños y las niñas se encuentra asociada
con la salud mental de los miembros de la familia y con el funcionamiento de esta, por lo
tanto, la familia obesa posee una dinámica que sostenemos la de los familias
psicosomáticas, estudios han demostrado la importancia de la influencia paternal y la
formación de los hábitos saludables en el desarrollo de peso y obesidad de los hijos. La
madre como primera cuidadora proporciona a los niños la estructura básica de relación con
la comida, en términos de contacto, nutrición y adecuado desarrollo del sistema afectivo.
De ofrecer algunos alimentos y de evitar otros, distribuir las comidas durante el día y
determinar la cantidad de comida se plantea además que los conocimientos, actitudes y
prácticas alimentarias de la madre determinan en gran medida el estado nutricional de la
familia, especialmente en los sectores de bajos recursos económicos. (Pág. 25).

Según Silvestri, E. & Stavile, A. Aspectos psicológicos de la obesidad, (Abril, 2005)


Córdoba, posgrado en obesidad. Universidad Favaloro. PP.14-17

Si se buscan factores comunes en las distintas personalidades se encuentran


construcciones subjetivas semejantes a la de los adictos y sufrientes de enfermedades
crónicas por lo que algunos autores hablan de una personalidad adictiva.

La personalidad adictiva es aquella que no solo tiene necesidades físico-químicas sino


también un estado emocional particular relacionado con factores químicos
(neurotransmisores y neuro-receptores), conectados a los sentimientos y a las necesidades
biológicas de cada individuo. La enfermedad adictiva depende de cuatro elementos
interrelacionados:

1.-Objeto droga: si bien la comida no tiene efectos tóxicos inmediatos, ingerida en exceso
abandona su función nutricional y placentera para transformarse en un elemento tóxico
generando dependencia, enfermedad física y psíquica.

2.- La persona: una de las características de la personalidad del obeso es que no tiene
límites con su ingesta, ni con su cuerpo ni con su comportamiento, actuando en forma
demandante, invasora y a la vez se deja invadir.

3.- La familia: ciertas familias fomentan la adicción desde etapas tempranas, sobre todo
aquellas donde está alterada la relación entre unos con otros.

4.- Factores socioculturales: la mirada y el gusto de los otros intervienen como una presión
en el comportamiento social de la persona obesa y en su desempeño. Es en esta etapa
cuando se involucra el entorno.

Ya en una etapa final las conductas son automáticas y manejadas por las emociones. “La
comida no es adictiva. Sí lo es la conexión del individuo con ella” (pp. 6-7).

La persona establece un patrón de conducta, en el cual ya está preestablecida, toda la


actividad a seguir, (ejemplo si ve una película, prepara, alimentos chatarra y refresco, o si
está trabajando en la computadora, acerca varios dulces a su escritorio para poder escribir
y comer sin perder tiempo), este patrón conductual se activa automáticamente cuando ella
se siente sola, o cuando sus pensamientos catastróficos (de abandono, o perdida), llegan
su mente.

Los obesos viven sentimientos de desvalorización cotidianos, todos se enfrentan a la misma


presión social, lo que no quiere decir que todos la elaboren de la misma manera. Así, de
acuerdo a su historial personal y en combinación con los conflictos generados por un medio
social hostil, la persona obesa puede o no desarrollar una psicopatía y en algunos casos
trastornos alimentarios. Sumado a todo esto, están las consecuencias psicopatológicas del
seguimiento de dietas hipocalóricas estrictas (como aumento de presión, ansiedad,
nerviosismo, debilidad e irritabilidad, de los ciclos de perdida-recuperación de peso (efecto
yo-yo), que los hacen sentir culpables, avergonzados, inadecuados y criticados por su
fracaso por familiares, compañeros de trabajo y profesionales de la salud, logrando conducir
al obeso al desarrollo de nuevas patologías psiquiátricas, entre las que destacan la
depresión, la ansiedad, angustia y hasta el trastorno alimentario compulsivo. (Pág. 8).

La persona menciona que este cuadro coincide con muchas de las emociones y
sentimientos que ella siente, ya que pasa por estos, cuando se siente presionada por alguna
situación.

Los trastornos a nivel de la percepción interoceptiva-contenido-se expresan como dificultad


en percibir, discriminar y nominar los efectos (sensaciones interoceptivas y sentimientos),
fundamentalmente los registros de hambre y saciedad, ya que el alimento puede adquirir
un valor atractivo y peligroso, generador y evacuador de tensiones endosomáticas o
psicobiológicas como una defensa frente al impacto de emociones que no pueden ser
manejadas y/o toleradas por un aparato psíquico con predominancia de un modo de
funcionamiento que tiende a la descarga de las mismas. (Pág.9).

Cuando la persona se siente ansiosa, se siente perdida en un cumulo de emociones.


Viéndolas desde la perspectiva de la Gestalt, este análisis emocional, es considerado, a
modo de un proceso, un continuum.

Persona/medio ambiente – sensación/percepción – Emoción – Sentimiento – Necesidad –


Acción (satisfactoria o no) (Muñoz 2009).

La ansiedad puede adoptar diversas formas, pero aquella más relacionada con la obesidad
es la ansiedad generalizada, es decir aquella que está presente a niveles no muy elevados,
pero es casi permanente. Este tipo de ansiedad al no ser muy elevada, consigue un
porcentaje de reducción importante con el acto de comer. Al ser constante su presencia y
su reducción con el comer se provocan un aumento de peso.

Las causas que más frecuente despiertan una ansiedad crónica son:

1- Miedo a ser abandonado: a quedar desvalido, desatendido, olvidado por los seres
más cercanos e importantes (padres conyugue o hijos)
2- Miedo a no controlar los propios impulsos agresivos: ya sea relacionados a
determinadas personas, a un pasado violento o a fantasías infantiles de agresión.
3- Miedo a no controlar impulsos sexuales.
4- Miedo a perder la estabilidad laboral
5- Miedo a la despersonalización
6- Miedo a que la vida se deslice por senderos imposibles de controlar
7- Miedo a no alcanzar metas personales o estándares sociales
8- Miedo a la repetición de acontecimientos traumáticos. (Pág.13)

Depresión

La persona sufrió un periodo de depresión muy fuerte, cuando murió su hijo, sintiendo que
la vida no tenía sentido, que ella era culpable de todo lo que le sucedía a su hijo, hasta de
su muerte, pasó por todas las etapas del duelo, negación, ira, negociación, depresión y
aceptación. Y al mismo tiempo el duelo del distanciamiento de su pareja, le quito seguridad
en sí misma, llegando a tener problemas de autoestima.

Las manifestaciones depresivas, en esta psicopatología se pueden describir las siguientes


características:

 Quien la sufre es incapaz de entender, percibir y procesar los estímulos y


situaciones gratificantes.
 Perdida de interés por las actividades o situaciones
 Insomnio o dificultades para conciliar el sueño
 Sensación de cansancio, dolores musculares, estreñimiento-
 Incapacidad para hacer frente a sus obligaciones familiares, laborales y sociales
 Frecuente pérdida del apetito
 Bajo nivel de autoestima Commented [J10]: Vincula la aparición de estos síntomas al
manejo de tus emociones y sentimientos.
 Excesiva preocupación por el estado de salud
 Irritabilidad, incapacidad para concentrase.
 Llanto, miedo, angustia, sin situación alguna que lo justifique.
 Autor reproches por ser incapaz de salir de esta situación depresiva.
 A niveles diferentes de conciencia, suele haber sentimientos de culpa,
incompetencia personal, inutilidad.
 Sentimientos no reconocidos de agresividad hacia los demás, que se vuelcan hacia
uno mismo.
 Ideas más o menos concretas de suicidio.

Estas características o parte de ellas están presentes de manera permanente, no ocasional,


cuya duración puede ir desde varios meses hasta varios años.

A estas características mencionadas pueden agregarse elementos biográficos y


psicológicos que facilitan la aparición de la depresión (En su historia de vida son los pasajes
donde la han abandonado, y las perdidas por muerte de seres queridos).

El comer en exceso ciertos alimentos puede contribuir a cerrarle el paso a la depresión.

Esos kilos de más producto del consumo de alimentos muy calóricos serían el precio que Commented [J11]: Agrega la referencia en esta parte.
la persona paga por poner un dique de contención a la depresión. Pág. 14 (efectivamente,
su alimentación se basa principalmente en comida con muchos carbohidratos, como
postres y dulces).

Aparición de la obesidad como respuesta a la pérdida de un ser querido.

Suele observarse en algunos obesos que bajan de peso cuando se enamoran y lo Commented [J12]: Agrega la referencia de este punto
recuperan cuando pierden al ser querido- representante invariablemente de la madre. En el
caso de la persona, con la pérdida de su hijo, genero angustia (expectación catastrófica, y
paranoia), y al sentirse abandonara por su esposo, la ansiedad y la depresión se
apoderaron de ella.

Estos fenómenos son sufridos pasivamente, es decir, quienes lo padecen no buscan ni


acentuar ni atenuar su peso corporal en relación con sus experiencias amorosas. Pero poco
a poco, toma fuerza en su conciencia la constelación de angustia relacionada con temores
y/o situaciones de abandono. Este es un ejemplo paradigmático que nos remite a la
observación primordial de que, en mucho casos, la pérdida de objetos maternizados puede
desencadenar el proceso psicobiológico que conduce a la obesidad. En estos casos el
sujeto elige la comida como objeto, en vez de otros objetos, para su compromiso afectivo,
porque “ella”, la comida, no abandona. Pero como el comer, en la proporción que la
voracidad del objeto exige, produce obesidad, esto acarrea rechazo social, con el
consiguiente deterioro de la autoestima y el natural dolor que eso produce, busca ser
calmado con comida. Se inaugura así un ciclo que gira, dramáticamente, en torno de sí
mismo.

Así el vacío psíquico, juega un papel crucial en la cuestión del no saciarse del obeso, Commented [J13]: Agrega la referencia en esta parte, no
aparece, sólo pones la página.
entendida desde la orilla de su psicogénesis. Pág. 17

Referencias

Bravo, A., Espinosa T., Mancilla L. y Tello M. (vol. 16 núm.1 enero-junio 2011, pág. 116) Commented [J14]: Falta nombre de la revista.

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