Sei sulla pagina 1di 5

LA VALORACIÓN MORAL

La valoración moral consiste en el hecho de atribuir, adjudicar, un valor a una acción


humana determinada. La valoración es una reacción humana ante un hecho o un
acontecimiento. En la valoración, la voluntad aprueba o repudia. Los actos humanos
son producto de la libertad y la responsabilidad del hombre. Su calidad o no se
valora según criterios morales.

En la valoración intervienen el sujeto que valora, el objeto de la valoración y el


resultado de la valoración o juicio de valor. El sujeto que valora, el hombre mismo,
tiene voluntad para decidir lo que ha de valorar y de dimensionar su acto propio.

La valoración implica conceptos diferentes para cada persona. No obstante el


hombre ha tratado de fijar escalas de valores que le permitan una medición
constante o estándar. Valorizar es una operación del hombre para determinar el
peso de una cosa.
El objeto de la valoración puede ser tangible o intangible. Es el hombre quien
determina esta condición mediante un acto decisorio.

Los valores y las estimaciones varían con el individuo, con la familia, con la sociedad,
con la época. Es un hecho el carácter histórico de la valoración. La historia muestra
los cambios que ha sufrido la conciencia moral; cada pueblo, cada época propone
una escala de valores acorde con su circunstancia.

Para que un efecto o consecuencia pueda tener relevancia desde el punto de vista
moral, es necesario que ese efecto haya sido previsto, y que se produzca siempre o
la mayor parte de las veces como consecuencia de la acción que se ha emprendido;
una vez admitido este presupuesto, estamos en condiciones de valorar si es lícito
emprender una acción que tiene un efecto tolerado.

El papel de la Ética consiste en encontrar un criterio objetivo para estudiar y


comprender el fenómeno de la valoración, sin olvidar su sentido histórico.

El problema de la valoración plantea a la Ética dos retos: la definición de lo que es


bueno y como establecer un concepto objetivamente válido del valor bondad. Para
explicar el concepto de lo bueno la Ética debe expllicar en qué consiste lo malo o el
vicio moral. Así, pues, el valor de lo bueno implica o remite a su contrario al disvalor
de lo malo.
Lo que la moral juzga no es la acción, sino el acto de la voluntad que la ejecuta. Lo
moralmente bueno o malo, por lo que a la acción se refiere, es la decisión de la
voluntad, el tender la voluntad hacia esa acción concreta. Su ejecución no es lo
fundamental: si alguien decide hacer algo malo, y no puede ejecutarlo por cuestiones
de imposibilidad física, ya ha obrado mal porque tiene una voluntad mala, y lo
mismo sucede con una decisión buena. Aun así, el que la acción se ejecute de hecho
hace completo el acto de la voluntad y, por esta razón, la acción consumada tiene
más peso moral que la solamente decidida y no realizada.

Por tanto, para analizar la bondad o maldad de una actuación, además de la


previsión e intención, es necesario examinar la decisión junto con la acción que lleva
aparejada. Nuevamente, hablar sólo de objeto moral con respecto a la decisión-
acción, del mismo modo que hablar sólo de fin con respecto a la intención, es
confuso, pues cambia el acento de la moralidad, de la voluntad que realiza la acción,
donde realmente radica el peso de la moralidad, al "algo" humano de la acción
realizada.

ANÁLISIS DEL ACTO MORAL

Santo Tomas, al analizar la bondad de la acción, habla de que, además del objeto
moral, deben considerarse las circunstancias. La razón de que deba considerar las
circunstancias es muy sencilla: el objeto moral permite dar una descripción de la
decisión-acción.

Sin embargo, esa descripción se puede quedar corta en el caso de ciertas acciones.
Así, matar voluntaria e injustamente a una persona se llama asesinar. Y, asesinar, es
un objeto moral. Si se añade la circunstancia de que el asesinado tiene vínculos
estrechos de parentesco con el asesino, el pecado pasa de llamarse asesinato a
llamarse parricidio, una especie moral u objeto moral diferente.

Pero hay acciones en las que no tenemos una nueva palabra para designar lo que se
hace, y tenemos que añadir complementos a la definición principal de la acción. Así,
siguiendo su ejemplo clásico, golpear a una persona es un daño que lo afecta en su
conciencia.

Ese complemento de la definición de la acción son las circunstancias. Por poner una
similitud describiendo un ente: nosotros describimos algo por su especie (un perro)
y lo precisamos con accidentes que no cambian la especie, sino que le introducen
modificaciones (de caza, faldero). Igualmente, describimos lo que se hace por su
especie (su "algo" u objeto moral) y completamos la descripción con una serie de
accidentes o circunstancias (otros "algo" que permiten entender cabalmente qué se
está haciendo).

EL DAÑO MORAL

Los daños morales se definen como aquellos perjuicios causados a los sentimientos
de las personas, como a su honor, a su imagen o a sus afecciones legítimas, es decir
a su vida espiritual.
Son daños morales, pues, todos aquellos sobre los que no cabe deducir una pérdida
directa patrimonial, como los daños emergentes o el lucro cesante, en los que
podemos analizar o cuantificar una apreciación pecuniaria.

Como quiera que estemos hablando de un daño no patrimonial, cuando nos


referimos a ellos lo hacemos más en términos de indemnización compensatoria por
la vía de la sustitución que por la de la reparación.

A pesar de la dificultad para su cuantificación, los peritos del daño psicosocial cada
vez más somos requeridos para establecer mecanismos y baremos que ayuden a su
cuantificación, como los que existen para valorar otro tipo de daños, como el
corporal en los accidentes de circulación.

Contrariamente a la opinión generalizada, los expertos podemos contribuir con


aportaciones científicas a la identificación de métodos e instrumentos que ayuden a
valorar, baremar y cuantificar este tipo de daños.

Estas contribuciones tienen su campo de aplicación en las diferentes ramas del


derecho y especialmente en la del trabajo –en la que operan los graduados sociales–
, donde venimos observando que este soporte está ayudando a superar límites
indemnizatorios que venían siendo aceptados como consecuencia de la ausencia de
criterios técnicos o científicos.

ETIOLOGÍA DEL DAÑO MORAL

El daño moral o daño espiritual puede provenir como consecuencia de muy diversas
situaciones, entre las que podemos citar las siguientes:

• Daños físicos y orgánicos y cualesquiera lesiones corporales que afecten a la salud


física o psíquica de las personas, incluida la función libidinosa.

• Daños físicos y orgánicos y cualesquiera lesiones corporales que afecten a la


estética o imagen corporal de las personas.

• Daños psíquicos y psicosociales que afecten a la salud psíquica de las personas,


como el acoso laboral o sexual.

• Cualquiera de los daños anteriores que afectan a la capacidad de goce, disfrute,


confort u ocio.
• Atentados al honor, al prestigio o a la reputación personal.

• Atentados a los derechos fundamentales, como el de la libertad personal.


• Violación del domicilio u otras pertenencias materiales.

• Violación de todo aquello que afecte a la vida íntima de la persona.

• Agresión, daño y muerte de las personas allegadas, tanto del ámbito familiar como
del social o del laboral.

• Perjuicio juvenil y perjuicio socia

CAUSAS DE LA CRISIS MORAL ACTUAL

En el siglo XXI, en el cual estamos inmersos, existen diversas ideas y pensamientos


que fueron frutos de un mundo que se rige por gobiernos que han dejado de lado al
hombre como tal, para regirse en base a la economía, y más que nada buscar unas
soluciones que dejen de favorecer tanto al hombre y apoyen más a lo
correspondiente con la industria, la producción y todos esos campos que desde
mitades del siglo XIX han ido expandiéndose. Estas ideas ahora nosotros las
adquirimos porque ya están en nuestra cultura, en el mundo en que vivimos estás
ideas y tendencias son las que rigen y nosotros muchas veces las adoptamos
inconscientemente.

Entre estas ideas sesgadas, pues no toman en cuenta los elementos esenciales del
ser humano, por lo que no le permiten desarrollarse en su plenitud, está el
relativismo que consiste en que no se puede conocer la verdad pues es objetiva y
depende de la época, cultura, religión, etc. Y todas las anteriores tienen algo de
verdad, así no concuerden entre ellas. Otra idea es el materialismo que se basa
generalmente en que el hombre vale por sus bienes materiales y no por lo que
representa como ser humano y todos los valores que tiene. Lo cual no tiene sentido
ya que el hombre por naturaleza es un ser religioso y lo que predomina es su moral.

También en el mundo actual todos se preocupan por uno mismo, sin importan los
demás, cada vez más uno va solo pensando en sí mismo y ya no necesita a los demás
para encontrar la felicidad. No obstante el hombre es un ser social, y la felicidad
obtenida, si se puede llamar así, es pasajera. Esta idea se llama individualismo. Las
personas ahora ya no quieren apoyar a los demás, busca la evitar comprometerse,
evitar las responsabilidades de tener que luchar para conseguir algo, y
está buscando el camino más fácil y cada vez se conforma más con lo que tiene y ya
no busca más por temor a equivocarse o flojera. A esto se le conoce como el
indiferentismo.

Otro problema del hombre actual es que busca las cosas placenteras y ya no desea
las aburridas, busca cosas que le generen placer, que sean excitantes y lo que no
cumple con estas expectativas lo deja de lado y no lo hace. Y está cometiendo el
mismo error y está confundiendo la felicidad con placer pues este placer no dura,
porque hay momentos en el que dejas de hacer esas cosas que te generan placer y te
sientes mal , esta corriente filosófica se le conoce como hedonismo. El utilitarismo,
consiste en valorar lo que nos es útil, y según esta idea solo actuamos bien cuando
existe un fin de por medio y no porque es lo correcto. Entonces según este concepto
la ética del hombre depende de la utilidad.

Si bien es ciertos todos estos problemas están dentro de la sociedad en la que


vivimos y muchas veces no nos damos cuenta cuando las adoptamos, basta pensar
un poco para darse cuenta de los problemas graves que se están teniendo y que
estos están creciendo exorbitantemente, pues ya todos nosotros lo realizamos y
tenemos que lograr pensar de otra manera pues estas ideologías corrompen la
moral de las personas

Potrebbero piacerti anche