Sei sulla pagina 1di 16

intoduccion

Karl Marx, fue un Sociólogo, filósofo, historiador y economista, procedente de una


familia judía de clase media de origen alemán, estudió en las universidades de Bonn,
Berlín y Jena, fue un polifacético personaje que presagió el inevitable derrumbe del
capitalismo, es sin duda una de las figuras que más ha impactado.

Marx creó una doctrina completamente nueva, revolucionaria, que prendió en las masas
populares, convirtiéndose en una grandiosa fuerza material y en una guía para la
acción; esta doctrina tuvo su mayor auge después de su muerte y aun se encuentra
presente en nuestros tiempos, esta doctrina se conoce con el nombre de Marxismo.

El marxismo -o la filosofía marxista- es la ciencia que trata del conocimiento y la


transformación revolucionaria del mundo, así como de las leyes del desarrollo de la
sociedad, de la naturaleza y del pensamiento humano.

Los pensamientos de Marx es el resultado de principales corrientes ideológicas del siglo


XIX, representadas en los tres países más avanzados de la humanidad: la de la filosofía
hegeliana, asimilada en sus años de estudiante en Berlín; la de la economía política
inglesa, en la que se inicia durante su primer exilio en París; y la del socialismo francés.

En el siguiente trabajo documental ampliaremos un poco más los conocimientos acerca


de las principales tesis del Marxismo, dentro de las cuales podemos mencionar:

La filosofía marxista, en la cual se habla de sustituir el concepto de espíritu por el de


materia.

La Teoría de la Alienación, cuya concepción marxista del ser humana puede encontrarse
en sus primeros escritos, particularmente en los Manuscritos, en la crítica a Hegel y las
Tesis sobre Feuerbach, que constituyen el núcleo del llamado "humanismo marxista".
La Dialéctica Marxista, en su obra El capital, Marx propone una dialéctica de la realidad
y de su transformación revolucionaria.

El materialismo histórico, que trata de comprender la historia y la economía a través de


la dialéctica.

La Lucha de Clases Sociales, Marx considera que las clases sociales aparecen en las
sociedades con división social del trabajo. No todo el mundo trabaja de la misma
manera, ni se relaciona del mismo modo con las fuerzas productivas.

Los Modos de Producción: Es, según el Marxismo, el tipo o la forma total que posee una
sociedad en función de su período de evolución histórica, definido por su tipo de
relaciones de producción.

La teoría del valor basado en el trabajo de Karl Marx, sostiene que el valor de un objeto
resulta solamente del trabajo empleado en producirlo.

La plusvalía, la creía Marx debería de desaparecer.

La dictadura del proletariado es un tipo de régimen político postulado por el marxismo


como fase de transición revolucionaria entre el capitalismo y la sociedad comunista.

Las ideas acerca del Estado en Marx, se encuentran manifestadas en sus escritos de
juventud, y para quien el Estado no es el reino de la razón, sino de la fuerza.

La Propiedad Privada, en el marxismo se habla de abolir la propiedad de los medios de


producción y de que es posible construir una sociedad sin propiedad privada
Marx también es considerado como un escritor de libros ya que escribió grandes obras
como: el Manifiesto Comunista, El Capital, Difusión del Marxismo, así como la
Internacional I, II, III, IV.

Marx denomino a su doctrina socialismo científico y considero irreales las anteriores


teorías socialistas, en su teoría, sostiene como principio fundamental que "la
emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma", considerando
la clase obrera, la clase que produce la riqueza, es explotada, nada posee y se ve forzada
a luchar en contra de las condiciones capitalistas de existencia.

El Marxismo se puede decir que es la doctrina que más ha perdurado en el tiempo, ya


que se sustenta en la íntima necesidad que siente la inmensa mayoría de la humanidad
de salir de la explotación, el marxismo está vigente porque el socialismo es necesario,
prueba de ellos es que hoy el pueblo venezolano y las comunidades se encuentran
enmarcado una lucha o revolución Bolivariana con el fin de construir una sociedad
verdaderamente justa, cuya principal misión es la confrontación y superación de los
antiguos sistemas capitalistas, a través del nuevo proyecto socialista y la transformación
de la sociedad, asumiendo un conjunto de principios y valores, que permitan poner en
marcha y desarrollar una cultura humanista, democrática y solidaria que va convertir a
los hombres en personas y en ciudadanos justos, solidarios y felices.

OBJETIVO GENERAL

Reflexionar en torno al contenido y significado del pensamiento de Marx

OBJETIVO ESPECIFICO

 Conocer la trayectoria teórica y las principales ideas de Carlos Marx

 Conocer que es lo que llevo a Marx a plantear y revolucionar una nueva forma de
gobierno y una nueva forma de economía.

 ANALIZAR las principales críticas que se han hecho al pensamiento de Marx y a sus
consecuencias reales.
Karl Marx

Nombre: Karl Heinrich Marx

Nacimiento: 5 de mayo de 1818. Trier (Tréveris),


Alemania

Fallecimiento: 14 de marzo de 1883 (64 años) Londres


(Reino Unido)

Nacionalidad: alemán

Otros nombres: Carlos Marx

Ocupación: Filósofo, sociólogo, historiador, economista,


periodista, político.

Conocido por: Desarrollar el socialismo científico, el comunismo moderno y el


marxismo (con Engels), la teoría marxista de la alienación, sus contribuciones a la teoría
del valor-trabajo, a la idea del plus valor, a la teoría de la lucha de clases, y a la concepción
materialista de la historia

Creencias religiosas: Ninguna (Ateo)

Cónyuge: Jenny von Westphalen

Hijos: 8

Obras Principales: Manuscritos económicos y filosóficos, Manifiesto del Partido

Comunista, El Capital.
Karl Heinrich Marx, conocido también en como Carlos Marx, fue un filósofo, intelectual y
militante comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra, incursionó en
los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía;
además del periodismo y la política, proponiendo en su pensamiento la unión de la teoría y
la práctica. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo
moderno y del marxismo. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido
Comunista (en coautoría con Engels) y El Capital.

Nacido en una familia de clase media acomodada en Tréveris (Alemania), estudió en la


Universidad de Bonn y en la Universidad Humboldt de Berlín, donde se interesó en las ideas
filosóficas de los hegelianos. En 1836, se comprometió con Jenny von Westphalen,
casándose con ella en 1843. Tras la finalización de sus estudios, se convirtió en periodista
en la ciudad de Colonia, escribiendo para un diario radical, la Gaceta Renana, donde
comenzó a utilizar conceptos hegelianos de la dialéctica para influir en sus ideas sobre el
socialismo. Se trasladó a París en 1843 y comenzó a escribir para otros periódicos
radicales, como los Anales Franco-Alemanes (Deutsch-französische Jahrbücher) y
Vorwärts!, así como una serie de libros, de los cuales varios fueron coescritos con Engels.
Fue exiliado a Bruselas en Bélgica en 1845, donde se convirtió en una figura importante de
la Liga de los Comunistas, antes de regresar a Colonia, donde fundó su propio periódico, la
Nueva Gaceta Renana. Se exilió una vez más, en 1849 se trasladó a Londres junto con su
esposa Jenny y sus hijos. En Londres, la familia se redujo a la pobreza, pero Marx siguió
escribiendo y formulando sus teorías sobre la naturaleza de la sociedad y cómo creía que
podría mejorarse, así como una campaña por el socialismo y convirtiéndose en una figura
destacada de la Primera Internacional.

Antecedentes históricos del socialismo y capitalismo

Aparición de las Ideas Socialistas

La creación de grandes fábricas ha originado la gran industria o sea el industrialismo, el


cual ha reunido en grandes centros a los obreros, dando origen a una clase social, el
proletariado (obreros). Esta condición ha tenido como resultado graves inconvenientes
difíciles de remediar. Por una parte, el obrero se ve reducido al salario diario o semanal
convenido con el patrón, salario que consume en las necesidades diarias, sin que jamás
pueda contar con un excedente que le permita atender a otras necesidades inevitables que
eventualmente se presentan.
El Capitalismo (empresarios, industriales), por otra parte, ha establecido un abismo entre
ambos: con dificultad se convence de sus obligaciones, y de lo que le convendría hacer
para mejorar las condiciones respectivas, porque el antagonismo creado impide ver la
solución; y de ahí se origina la serie de conflictos que constantemente afligen a la
sociedad, y que constituyen un peligro para la paz y tranquilidad pública. Economistas y
filósofos estudiaron esta realidad que afecta a la sociedad. Así surgió, pues, el Socialismo.

Clases de Socialismo

El Socialismo evolucionó a través de dos etapas:

Socialismo Utópico

Los socialistas utópicos (pensadores, empresarios, etc.), fueron aquéllos que creyeron que
la reforma de la sociedad podía lograrse sin recurrir a la violencia ni a la lucha de clases,
sino por medios pacíficos, por convicción y conciencia de las partes interesadas: el Capital y
el Trabajo, el patrono y el obrero.
Conocedores de la realidad, atacaron duramente el Capitalismo, a cuyo sistema
atribuyeron los grandes males que aquejaban a la sociedad contemporánea, a la clase
proletaria, y, por ello, se mostraron partidarios de la abolición de la propiedad privada de
los medios de producción. Poseídos de una gran sensibilidad, espíritu humanitario y
generosidad, enemigos, asimismo, del odio y la venganza soñaron, pues, con organizar
una sociedad de carácter ideal, inspirada en el bienestar común, a base del fomento del
trabajo cooperativo y de las asociaciones de empresarios y obreros; pero, como se trataba
de una aspiración difícil de alcanzar, recibieron sus sostenedores el nombre de utópicos.
Aunque también creemos que, ni el propio Socialismo Científico, no obstante su vigencia de
más de un siglo, ha alcanzado todavía todos sus fundamentales objetivos.
Entre los principales socialistas utópicos se destacan: Henri Comte de saint-simon, Robert
Owen, Louis blanc.

El Socialismo Científico

Consagrado como el verdadero Socialismo, aspira la transformación radical de la sociedad,


basado no en aspiraciones románticas y quiméricas, sino, fundamentalmente, en leyes
precisas que rigen el desarrollo histórico de la humanidad. Es decir, que al largo
predominio del Capitalismo en la vida de los pueblos, se afirma, le sucederá necesaria e
inevitablemente la hegemonía de la clase trabajadora, de la clase obrera, de la clase
proletaria.
Se llama socialismo científico al que fundó Carlos Marx hacia 1848, no sobre la base de la
generosidad individual y de la caridad, sino partiendo de cierta ley interna del desarrollo
histórico, según la cual corresponde al proletariado el papel protagónico (actor principal)
en la próxima etapa de la historia occidental, tras el período burgués (Capitalista).
Movimiento Obrero - Socialismo marxista

El marxismo busca el análisis científico y la transformación de la sociedad capitalista mediante la acción


revolucionaria del proletariado.

Marx elaboró la doctrina filosófica del materialismo histórico y dialéctico en la que considera al Estado burgués
incapaz de resolver las contradicciones del capitalismo. En 1848, Marx y su amigo Engels escribieron el
Manifiesto comunista, obra en la que plasmaron las líneas básicas del socialismo marxista:

 Materialismo dialéctico. La historia se mueve a impulsos de la economía y de la lucha de clases,


pasando por diferentes etapas: Primitiva, Esclavista, Feudal, Capitalista, Socialista.

 Lucha de clases. En todas las etapas de la historia hay explotadores y explotados. Los explotadores
tienen los medios de producción. No trabajan y viven a costa de los explotados, cuyo descontento se
manifiesta a veces en forma de rebelión.

 Análisis económico del capitalismo. El modo de producción capitalista genera contradicciones que
conducen a crisis económicas y a su propia crisis final.

 Dictadura del proletariado. Tras una fase de dictadura del proletariado, el Estado podrá desaparecer
y dará lugar a una sociedad sin clases ni desigualdades.

En 1864, Marx ayudó a crear la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), que preconizaba la unidad de
acción de los obreros industriales de todo el mundo, superando los sentimientos nacionalistas, pero esta
asociación, denominada la I Internacional, tuvo divisiones internas por el enfrentamiento ideológico entre Marx
y Bakunin.

Aparición del capitalismo

Capitalismo (siglo XVI) este modelo económico surgió en Europa como consecuencia de la
caída del feudalismo. Dicho modelo económico fue tomando fuerza hasta que logró
imponerse en esa época. Su esencia radica en la acumulación de capital como eje de la
vida económica. La titularidad de los recursos de producción es de carácter privado. Las
decisiones financieras se toman en función de la inversión de capital y con el fin de
competir en los mercados de consumo. La clase social dominante en este modelo recibe es
denominada la burguesía capitalista.

El capitalismo histórico asumió su forma final acabada hacia el cierre del siglo XVIII con el
advenimiento de la Revolución Industrial inglesa, que inventó la nueva «fábrica basada en
máquinas» o «maquinofactura» (y con ella dio a luz al nuevo proletariado industrial), y la
Revolución francesa, que alumbró la política moderna.
El capitalismo maduro se desarrolló coincidiendo con el breve período que marcó el
apogeo de ese sistema en el siglo XIX. Y fue entonces cuando la acumulación de capital
asumió su forma definitiva y se convirtió en la ley fundamental que gobierna la sociedad.
Desde el principio, esa forma de acumulación fue una forma constructiva, ya que hizo
posible una aceleración continua y prodigiosa de la productividad del trabajo social. Pero
fue también, al mismo tiempo, destructiva, y ya Marx observó que esa acumulación
destruía los dos fundamentos de la riqueza, a saber: el ser humano (víctima de la
alienación vinculada a las mercancías) y la naturaleza.

EL EJÉRCITO DE RESERVA Y LA NUEVA SUBCLASE DE LOS DESOCUPADOS

El ejército de reserva industrial forma una parte componente indispensable del mecanismo
social del capitalismo, tanto como la reserva de máquinas y de materias primas en las
fábricas o de productos manufacturados en los almacenes. Ni la expansión general de la
producción ni la adaptación del capital a la marea periódica del ciclo industrial serían
posibles sin una reserva de fuerza de trabajo. De la tendencia general de la evolución
capitalista –el aumento del capital constante (máquinas y materias primas) a expensas del
capital variable (fuerza de trabajo)- Marx saca la siguiente conclusión: “Cuanto mayor es
la riqueza social... tanto mayo es el ejército industrial de reserva... Cuanto mayor es la
masa de sobrepoblación consolidada... tanto mayor es el pauperismo oficial. Ésta es la ley
general absoluta de la acumulación c

Capitalista”. Esta tesis –unida indisolublemente con la teoría de la miseria creciente” y


denunciada durante muchos años como “exagerada”, “tendenciosa” y “demagógica”- se
ha convertido ahora en la imagen teórica irreprochable de las cosas tales como son. El
actual ejército de desocupados ya no puede ser considerado como un “ejército de reserva”,
pues su masa fundamental no puede tener ya esperanza alguna de volver a ocuparse; por
el contrario, está destinada a ser engrosada con una afluencia constante de desocupados
adicionales. La desintegración del capital ha traído consigo toda una generación de
jóvenes que nunca han tenido un empleo y que no tienen esperanza alguna de conseguirlo.
Esta nueva subclase entre el proletariado y el semiproletariado está obligada a vivir a
expensas de la sociedad. Se ha calculado que en el curso de nueve años (1930-1938) la
desocupación ha privado a la economía de los Estado Unidos de más de 43.000.000 de
años de trabajo humano. Si se considera que en 1929, en el cénit de la prosperidad, había
dos millones de desocupados en los Estados Unidos y durante esos nueve años el número
de trabajadores potenciales ha aumentado hasta cinco millones, el número total de años
de trabajo humano perdido debe ser incomparablemente mayor. Un régimen social
afectado por semejante plaga se halla enfermo de muerte. La diagnosis exacta de esa
enfermedad fue hecha hace cerca de ochenta años, cuando la enfermedad misma se
hallaba en germen.

D. LA CRISIS INDUSTRIAL

El final del XIX y el comienzo del XX se han caracterizado por tal progreso abrumador
debido al capitalismo, tanto que las crisis cíclicas parecían no ser más que molestias
“accidentales”. Durante los años de optimismo capitalista casi universal los críticos de
Marx nos aseguraban que el desarrollo nacional e internacional de los “trusts”, sindicatos
y carteles introducía en el mercado una organización bien planeada y presagiaba el triunfo
final sobre la crisis. Según Sombart, las crisis habían sido ya “abolidas” antes de la guerra
por el mecanismo del propio capitalismo, de tal modo que “el problema de las crisis nos
deja hoy virtualmente indiferentes”. Ahora bien, solamente diez años más tarde, esas
palabras sonaban a burla, en tanto que el pronóstico de Marx se nos aparece hoy en día en
toda la medida de su trágica fuerza lógica. Es notable que la prensa capitalista, que
pretende negar a medias la existencia de los monopolios, parta de la afirmación de esos
mismos monopolios para negar a medias la anarquía capitalista. Si sesenta familias
dirigen la vida económica de los Estados Unidos, The New York Times observa
irónicamente: “Esto demostraría que el capitalismo norteamericano, lejos de ser anárquico
y sin plan alguno, se halla organizado con gran precisión”. Este argumento yerra el blanco.
El capitalismo ha sido incapaz de desarrollar una sola de sus tendencias hasta el fin. Así
como la concentración de la riqueza no suprime a la clase media, así tampoco suprime el
monopolio a la competencia, pues sólo la postra y destroza. Ni el “plan” de cada una de las
sesenta familias ni la diversas variantes de esos planes se hallan interesados en lo más
mínimo en la coordinación de las diferentes ramas de la economía, sino más bien en el
aumento de los beneficios de su camarilla monopolista a expensas de otras camarillas y a
expensas de toda la nación. En último término, el entrecruzamiento de semejantes planes
no hace más que profundizar la anarquía en la economía nacional. La crisis de 1929 se
produjo en los Estado Unidos un año después de haber declarado Sombart la completa
indiferencia de su “ciencia” con respecto al problema de la crisis. Desde la cumbre de una
prosperidad sin precedentes la economía de los Estados Unidos fue lanzada al abismo de
una postración monstruosa. ¡Nadie podía haber concebido en la época de Marx
convulsiones de tal magnitud! La renta nacional de los Estados Unidos se había elevado
por primera vez en 1920 sesenta y nueve mil millones de dólares únicamente para caer al
año siguiente a cincuenta mil millones de dólares, es decir, un descenso del 27 por ciento.
Como consecuencia de la prosperidad de los pocos años siguientes, la renta nacional se
elevó de nuevo, en 1929, a su punto máximo de ochenta y un mil millones de dólares, para
descender en 1932 a cuarenta mil millones de dólares, es decir, a menos de la mitad.
Durante los nueve años de 1930 a 1938 se perdieron aproximadamente cuarenta y tres
millones de años humanos de trabajo y ciento treinta y tres mil millones de dólares de la
renta nacional, teniendo en cuenta las normas de trabajo y las rentas de 1929, época en
que solamente había dos millones de desocupados. Si todo eso no es anarquía, ¿cuál
puede ser el significado de esa palabra? E. LA TEORÍA DEL COLAPSO Las inteligencias y los
corazones de los intelectuales de la clase media y de los burócratas de los sindicatos
estuvieron casi completamente dominados por las hazañas logradas por el capitalismo
entre la época de la muerte de Marx y el comienzo de la Primer Guerra Mundial. La idea
del progreso gradual (evolución) parecía haberse asegurado para siempre, en tanto que la
idea de revolución era considerada como una mera reliquia de la barbarie. El pronóstico de
Marx era contrastado con el pronóstico cualitativamente contrario sobre la distribución
mejor equilibrada de la fortuna nacional con la suavización de las contradicciones de clase,
y con la reforma gradual de la sociedad capitalista. Jean Jaurés, el mejor dotado de los
socialdemócratas de esa época clásica, esperaba ajustar gradualmente la democracia
política a la satisfacción de las necesidades sociales. En eso reside la esencia del
reformismo... ¿Qué ha salido de ello? La vida del capitalismo monopolista de nuestra
época es una cadena de crisis. Cada una de las crisis es una catástrofe. La necesidad de
salvarse de esas catástrofes parciales por medio de murallas aduaneras, de la inflación, del
aumento de los gastos del gobierno y de las deudas prepara el terreno para otras crisis
más profundas y más extensas. La lucha por conseguir mercados, materias primas y
colonias hace inevitables las catástrofes militares. Y todo ellos prepara las catástrofes
revolucionarias. Ciertamente no es fácil convenir con Sombart en que el capitalismo
actuante se hace cada vez más “tranquilo, sosegado y razonable”. Sería más acertado
decir que está perdiendo sus últimos vestigios de razón. En cualquier caso no hay duda de
que la “teoría del colapso” ha triunfado sobre la teoría del desarrollo pacífico.

COMPETENCIA Y MONOPOLIO

Las relaciones entre los capitalistas que explotan a los trabajadores están determinadas
por la competencia, que actúa como el resorte principal del progreso capitalista. Las
empresas grandes gozan de mayores ventajas técnicas, financieras, de organización,
económicas y políticas que las empresas pequeñas. El capital mayor capaz de explotar al
mayor número de obreros es inevitablemente el que con sigue la victoria en una
competencia. Tal es la base inalterable del proceso de concentración y centralización del
capital. Al estimular el desarrollo progresivo de la técnica, la competencia no sólo consume
gradualmente a las capas intermediarias, sino que se consume también a sí misma. Sobre
los cadáveres y semicadáveres de los capitalistas pequeños y medianos surge un número
cada vez menos de magnates capitalistas cada vez más poderosos. De este modo, la
competencia honesta, democrática y progresiva engendra irrevocablemente el monopolio
dañino, parásito y reaccionario. Su predominio comenzó a afirmarse hacia el año 1880 y
asumió su forma definida a comienzos del siglo XX. Ahora bien, la victoria del monopolio es
reconocida abiertamente por los representantes oficiales de la sociedad burguesa. Sin
embargo, cuando en el curso de su pronóstico Marx fue el primero en deducir que el
monopolio es una consecuencia de las tendencias inherentes al capitalismo, el mundo
burgués siguió considerando a la competencia como una ley eterna de la naturaleza. La
eliminación de la competencia por el monopolio señala el comienzo de la desintegración
de la sociedad capitalista. La competencia era el principal resorte creador del capitalismo y
las justificación histórica del capitalista. Por lo mismo, la eliminación de la competencia
señala la transformación de los accionistas en parásitos sociales. La competencia necesita
de ciertas libertades, una atmósfera liberal, un régimen democrático, un cosmopolitismo
comercial. El monopolio necesita en cambio un gobierno todo lo más autoritario que sea
posible, murallas aduaneras, sus “propias” fuentes de materias primas y mercados
(colonias). La última palabra en la desintegración del capital monopolista es el fascismo.

Las condiciones económicas en la época de Marx

En 1789 la revolución francesa determinó el ascenso de la burguesía liberal al poder,


culminando un proceso de lucha entre esta y el sistema feudal. Unos años antes se había
iniciado la revolución industrial en Inglaterra, cuyas consecuencias transformaron los
modos de producción, facilitando el avance de la burguesía, que había acumulado
importantes riquezas durante la época mercantilista anterior. En Francia se produce una
transformación política impulsada por la burguesía. Es así que la burguesía propietaria de
las industrias inicio una rápida expansión creando nuevas fábricas que ocuparon a la
población campesina que había abandonado los campos. Esta situación dio a lugar a la
formación de un proletariado urbano, que fue creciendo a medida que se incrementaba la
producción y cuyas condiciones de trabajo estaban sujetas a la ley de la oferta y demanda,
a la vez que no había leyes sociales y sindicatos organizados suficientemente para
proteger los derechos obreros. El resultado de esta situación eran míseros salarios, que en
muchos casos no cubrían las necesidades de la simple subsistencia. Mientras más
adelantos técnicos se introducían en la producción menos obreros se necesitaba y más
miseria había.

Esta situación llevo a Marx a determinar la existencia de 2 clases básicas y contrapuestas


en la sociedad; la burguesía propietaria de los medios de producción y el proletariado que
solo poseía su fuerza como herramienta de trabajo. Marx llego a 3 conclusiones
fundamentales:
La relación entre el trabajo y el valor de cambio de los bienes que se producen y consumen en la
sociedad cosa que lo lleva a formular su teoría del valor-trabajo.
El concepto de plusvalía que surge de la relación del salario que se paga al obrero y el valor trabajo
por este efectuado

La lucha de clases que se produce en el seno de una sociedad determinada por las relaciones de
producción.

En el terreno económico, la Revolución Industrial consolidó el modo de producción capitalista y dio


lugar a una nueva división de clases sociales: la burguesía y el proletariado. El objetivo de la clase
dominante es la acumulación de capital y, para ello, se sirve de una continua innovación
tecnológica (la máquina de vapor o la “Spinning Jenny” textil) y la explotación del proletariado. A
medida que avanzó el siglo se produjo una emigración masiva del campo a la ciudad pues las
fábricas necesitaban “ejércitos de obreros” y se fue reemplazando la mano de obra humana por las
máquinas.

Contexto social

El siglo que le tocó vivir a Marx, el siglo XIX, supone en Europa el desarrollo

De la industrialización, sobre todo en Inglaterra seguida de Alemania, Bélgica y Francia,

Siendo muy desigual en otras zonas del continente. Ello trajo consigo el aumento de la

Masa de trabajadores en torno a las ciudades y los núcleos industriales, con fuertes

Desigualdades sociales entre proletariado y burguesía, y dando lugar a la formación de

Los movimientos obreros para luchar contra los bajos salarios, las largas jornadas de

Trabajo, la contratación de niños y la inestabilidad en el empleo.

No es extraño por ello que el siglo XIX sea un siglo de revoluciones, iniciadas

En Francia pero que se extiende al resto de Europa: a la revolución de 1789, siguen las

Revoluciones de 1830, 1848 y 1871, estas dos últimas ya con un marcado protagonismo

Del proletariado.
Precursores

HENRI COMTE DE SAINT-SIMON (1760-1825)


Saint-Simon, un socialista utopista, elaboró sus ideas antes de que en Francia hubiera cobrado
forma el movimiento político de la clase trabajadora. Por consiguiente, no hizo ningún
llamado a los trabajadores para que lucharan en contra de sus patronos. Dado que consideraba
al ocio como un pecado, hizo una religión del trabajo y la industria. Saint-Simon alarmaba a
los ricos, porque hacía de la producción, no de la propiedad, la base de su sociedad propuesta.
La línea que trazó separaba a los productores de los no productores.
Saint-Simon rechazaba la suposición fundamental de los economistas clásicos de que los
intereses de la industria coinciden con el interés general. Insistía en que se requería una nueva
ética para refrenar el egoísmo antisocial de los ricos e impedir un levantamiento anárquico
de los pobres. La preocupación humanitaria por la clase trabajadora fue un tema dominante
en sus últimos escritos. El ataque de Saint-Simon contra los holgazanes llevó a sus seguidores
a oponerse a las leyes de la herencia y a instar por la posesión colectiva de la propiedad.
Después de su muerte, sus discípulos organizaron una escuela que se convirtió casi en una
religión. El entusiasmo de Saint-Simon por la industria en gran escala ayudó a inspirar los
grandes bancos, los ferrocarriles, las carreteras, el Canal de Suez y grandes empresas
industriales.
fragmentos de las obras de Saint-Simon
La única meta de nuestros pensamientos y de nuestros esfuerzos debe ser la clase de
organización más favorable para la industria, una industria entendida en su sentido más
amplio, que incluya toda clase de actividad útil; teórica, así como práctica, intelectual, así
como manual. Nuestro deseo es que los hombres en lo sucesivo hagan conscientemente y con
una mejor dirección y un esfuerzo más útil lo que hasta ahora han hecho en una forma
inconsciente, lenta, indecisa y demasiado inefectiva.
La base de la pirámide nacional actual se compone de trabajadores en sus ocupaciones
rutinarias; las primeras capas arriba de esta base son los líderes de las empresas industriales,
los científicos que mejoran los métodos de fabricación y amplían su aplicación, los artistas
que le dan el sello del buen gusto a todos sus productos. Las capas superiores, que yo afirmo
que sólo se componen de yeso, que es fácilmente reconocible a pesar del oropel, son los
cortesanos, la masa de nobles de creación ya sea antigua o reciente, los ricos ociosos, la clase
gobernante desde el primer ministro hasta el empleado más humilde. La monarquía es el
magnífico diamante que corona la pirámide.3
A pesar de estas declaraciones extremas, Saint-Simon no extendió su socialismo a un
aspecto: no defendía la apropiación de la propiedad privada, aun cuando algunos de sus
discípulos sí lo hicieron.

CHARLES FOURIER (1772- 1837)


Fourier fue un crítico del capitalismo. A diferencia de Saint-Simon, le desagradaban la
producción en gran escala, la mecanización y la centralización. La competencia, pensaba,
multiplica el desperdicio en la venta y los hombres de negocios deben retener o destruir los
bienes que aumentan los precios. Para él, el comercio era pernicioso y corrupto, y puso al
desnudo la pobreza moral del mundo burgués. Denunció a una sociedad que le otorga su
mayor protección a los agentes del hambre y la peste”. Y criticaba el “progreso del
financiamiento, los sistemas de extorsión, la quiebra indirecta, las expectativas de ingresos y
el arte de devorar el futuro”, todo lo cual él veía dentro del capitalismo. En su terminología,
el “progreso del espíritu mercantil” incluía “la consideración según el saqueo y el fraude
comerciales
La solución de Fourier para los problemas sociales era eliminar las barreras artificiales para
la interacción armoniosa de las doce pasiones (cinco sentidos, cuatro grupos de pasiones
[amistad, amor, sentimiento familiar y ambición] y tres pasiones distributivas [planeación,
cambio y unidad]). Esto se podía lograr con la organización de comunidades cooperativas,
llamadas falansterios, o falanges. Su amor por el orden, la simetría y la precisión lo llevó a
trazar elaborados planes para esas comunidades, hasta los detalles más insignificantes.
Fourier abogaba por la completa igualdad entre los sexos. Afirmaba que el hecho de confinar
a las mujeres a las labores del hogar interfiere con el desarrollo apropiado de los talentos
naturales.
Fourier objetaba a la excesiva especialización, y advertía que el trabajo rutinario en la línea
de ensamble desvía y frustra al individuo, aun cuando incrementa considerablemente la
producción. Las falanges furieristas, aun cuando finalmente fracasaron, influyeron en el
movimiento laboral de la época e inspiraron muchos pensamientos sobre la forma de eliminar
los desperdicios de la empresa privada y promover un mejor sistema económico. El
movimiento cooperativo es en parte un monumento viviente a Fourier.

SIMONDE DE SISMONDI (1773-1842)


Sismondi se encontraba entre los primeros en lanzarle un ataque directo a la economía
clásica, aun cuando había sido un fervoroso seguidor de Adam Smith durante sus primeros
años. Nunca fue un socialista en el sentido moderno, pero ayudó a pavimentar el camino para
el pensamiento socialista. En 1819, luego de ver las terribles condiciones en Inglaterra
después de su ausencia de veinte años, publicó Nuevos principios de la economía política.
En su libro manifestó que la empresa capitalista sin restricciones, lejos de producir los
resultados que esperaban de ella Smith y Say, estaba destinada a conducir a una miseria y un
desempleo muy difundidos.
Sismondi, al plantear la posibilidad de la sobreproducción y las crisis, fue uno de los primeros
que contribuyó a la teoría del ciclo de negocios. Creía que cuando los salarios están en el
nivel de subsistencia, hay disponibles fondos de capital para invertirlos en máquinas. Los
banqueros, al extender créditos, contribuyen al auge de las inversiones. Por consiguiente, se
incrementa la producción de bienes fabrica- dos, mientras que la demanda para el consumo
es limitada. Las consecuencias son la sobreproducción y las crisis periódicas, estas últimas
necesarias para liquidar la excesiva inversión de capital en las industrias en gran escala. Por
supuesto, la difusión del desempleo acompaña a estas crisis. Además, la creciente
acumulación de riqueza ocasionada por las quiebras reduce cada vez más el mercado
doméstico. Por tanto, la industria se ve cada vez más obligada a abrir mercados extranjeros,
lo que necesariamente resulta en guerras nacionalistas. De manera que Sismondi fue una de
las primeras personas en formular explícitamente la ahora familiar acusación marxista de que
el imperialismo económico es inherente al capitalismo. Sólo la intervención del Estado le
aseguraría al trabajador un salario suficiente para vivir y una seguridad social mínima.
Sismondi negaba que la producción total más grande que sea posible coincida necesariamente
con la mayor felicidad de las personas. Una pequeña producción, bien distribuida, sería
preferible para el interés general. Por consiguiente, en bien del interés general, el Estado
debería promulgar leyes que regularan la distribución.
Sismondi declaró que cada fuerza individual no tiene una fortaleza igual y que el propio
interés del individuo no necesariamente coincide con el interés social. Creía que los
campesinos trataban de incrementar su producto bruto, mientras que los grandes
terratenientes sólo se interesaban en el ingreso neto.

ROBERT OWEN (1771-1858)


Owen no creía que el sufrimiento de los trabajadores fuese una condición necesaria para la
acumulación de riqueza. Desafió la opinión social predominante de que la pobreza era la
consecuencia justa de los pecados de la clase trabajadora. En A New View of Society
(1813) volvió del revés la teoría social tradicional sosteniendo que el carácter de un
individuo ha sido creado para él y no por él. En pocas palabras, Owen afirmaba que los
pobres eran desgraciados porque eran pobres; ¡no eran pobres porque fuesen desgraciados!
Mejorad el entorno social de un hombre, argumentaba Owen, y mejoraréis al hombre.
Owen defendía un mayor papel del gobierno. Trabajó en favor de leyes que introdujesen
reformas en las fábricas, ayudas a los parados y, con el tiempo, un sistema nacional de
educación. Vivió para ver un segundo experimento social en New Harmony (Indiana),
fracasado a los tres años de su puesta en marcha, pero desgraciadamente no vivió para ver
como muchas de las reformas que había sugerido se convertían en acciones legislativas. En
esto, Owen se adelantó claramente a su tiempo, ya que muchas de las reformas que
defendió constituyen lugares comunes en las sociedades industriales de la actualidad.
Owen produjo un impacto significativo en el socialismo, así como sobre las cooperativas y
el sindicalismo. La palabra socialismo, en el sentido moderno, se empleó por primera vez
en la oweniana Cooperative-Magazine en 1827, para designar a los seguidores de las
doctrinas cooperativistas de Owen. Se formó de la palabra social en oposición a individual,
aplicada a la propiedad del capital. Su aguda crítica del capitalismo y su sueño de la acción
colectiva para organizar comunidades cooperativas basadas en una industria en gran escala
inspiró a toda una generación de socialistas.

LOUIS BLANC (1811-1882)


En la revolución de 1848 se le eligió para el gobierno provisional que había derrocado a la
monarquía, y fue el primer socialista reconocido en ser elegido para un cargo público en
cualquier parte. Respecto del problema del derecho al empleo, el gobierno, bajo la presión
de Blanc y sus seguidores, organizó talleres nacionales para dar trabajo a los desempleados.
Este programa de crear trabajo, que se componía sobre todo del empleo en obras públicas,
fue deliberadamente mal administrado por los enemigos políticos de Blanc. Para dispersar
los talleres nacionales, el gobierno ofreció a los empleados en ellos la alternativa de ingresar
al ejército o de salir de París para irse a las provincias. Los trabajadores de París erigieron
barricadas en señal de rebelión, pero el ejército las demolió con su artillería. En cuatro días
de lucha a finales de junio de 1848, había 16 000 personas muertas en ambos lados. Blanc se
vio obligado a huir a Inglaterra, pero regresó a Francia en 1870. Fue elegido miembro de la
Asamblea Nacional, en donde terminó sus días como un apacible reformador social.
En su Organization of Work, Blanc escribió:
¿Quién estaría lo bastante ciego para no ver que bajo el reinado de la libre competencia la
continua disminución de los salarios necesariamente se convierte en una ley general, sin
ninguna excepción? La población se incrementa firmemente; les ordena a las madres de los
pobres que sean estériles y blasfemen de Dios, que las hizo fecundas, ya que, si usted no lo
ordena, el espacio será demasiado pequeño para todos los luchadores. Una máquina se
inventa; ¡exíjale que se descomponga y que lance un anatema contra toda la ciencia! Porque
si usted no lo hace, mil trabajadores a quienes desplaza la nueva máquina llamarán a la puerta
siguiente y obligarán a reducir los salarios de sus compañeros de trabajo. Una baja sistemática
de los salarios resultante en la eliminación de cierto número de trabajadores es el efecto
inevitable de la libre competencia. Se debería considerar al gobierno como el supremo
regulador de la producción y dotarlo para esta obligación con un gran poder. Esta tarea
consistiría en combatir la competencia y finalmente vencerla. El gobierno debería poner en
circulación un préstamo del cual debería erigir talleres sociales en las ramas más importantes
de la industria nacional.

Potrebbero piacerti anche