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Keyller Santiago García Orostegui

Grado: 7-01

Código: 11

NOVELA POLICIACA
- Elementos
El protagonista suele ser un investigador privado o detective (por ejemplo, Hercules
Poirot de Agatha Christie), o un policía (Maigret de Georges Simenon), periodista (Gálvez
de Jorge Martínez Reverte), abogado (Perry Mason de Erle Stanley Gardner), criminalista o
aficionado (Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, la Miss Marple de Agatha Christie,
el padre Brown de G. K. Chesterton, que investigan un hecho o una serie de
acontecimientos que se han producido entrevistándose con los personajes implicados o
examinando las pruebas e indicios que han quedado del crimen. Inversamente, también
puede tratarse de un delincuente que trata de librarse de las consecuencias de sus actos
Además, la novela policiaca, en su modalidad de novela negra, posee una habilidad
especial para retratar problemas morales, sociales y colectivos, en la mayor parte de las
ocasiones con un elevado nivel de conciencia crítica.

Aunque al principio solamente se mostraban los hechos y las investigaciones del


detective, después se fue poniendo mayor énfasis en la vida y motivaciones del
delincuente y en las raíces socioculturales de la delincuencia (novela negra).

La novela negra evolucionó y se vulgarizó gracias a su éxito en colecciones populares hacia


los subgéneros literarios pulp como el hard boiled o el thriller(suspense). El relato criminal
puede además mezclarse o hibridarse incluso con la novela fantástica, la ciencia ficción o
la novela histórica. Las novelas policíacas poseen todas ellas una línea común que otorga
cohesión a esta modalidad literaria, pero, al mismo tiempo, son tan diferentes entre ellas
como distintos son los numerosos autores que han cultivado, y cultivan, este tipo de
narrativa.

- Antecedentes
Aunque el género policial comienza cerca de los años 1840, se han encontrado textos de
hace más de 2000 años que se asimilan a este estilo. Un claro ejemplo es la obra
de Sófocles Edipo rey, una tragedia griega en la que el protagonista, Edipo, lleva a cabo
una investigación en la que se da cuenta de que él mismo es el culpable; y en el Libro de
Daniel del Antiguo testamentoeste profeta realiza investigaciones para esclarecer los
misterios relativos a la Historia de Bel y el Dragón y la Historia de Susana; todo parece
indicar que se trata de relatos de origen tradicional incluidos en este libro y son ya, de
hecho, cuentos policiales.

Es un género tan moderno como la misma narrativa de ciencia ficción y se desarrolló,


como ella, para responder a una demanda sociocultural concreta durante los siglos XIX y
XX; en sus inicios fue calificada como "literatura barata" o "subliteratura", porque el
crimen era de por sí un tema antiestético y que se pensaba no podía alcanzar trasfondo
moral o artístico.

Al mismo tiempo se organizaban los primeros cuerpos estatales de Policía. Y un


antecedente histórico importante para el desarrollo del relato criminal fue la creación de
la primera institución policial en Prusia (1822) y después en Londres (1829): la famosa
policía metropolitana o Scotland Yard. En esos años también se prohibió la tortura para la
confesión de los criminales, y comenzaron a buscarse indicios para que un sospechoso
confesara su culpabilidad por medios menos cruentos, por ejemplo, enfrentándole a los
hechos y pidiéndole explicaciones. Otro hito fue la creación de la Agencia Nacional de
Detectives Pinkerton en 1850, en Estados Unidos, que empezó a desarrollar los
procedimientos de una nueva ciencia, la criminalística.

La creación del género


Edgar Allan Poe.

Como uno de los pocos géneros literarios creados por la modernidad la literatura policíaca
se ha ido convirtiendo, con el correr de los años, en un acontecimiento cultural de gran
magnitud, como prueba su creciente difusión y la estimable calidad literaria de algunos
autores que la han cultivado. La génesis de la novela policíaca tiene cabida gracias al
estadounidense Edgar Allan Poe con sus cuentos Los crímenes de la calle
Morgue (1841), El misterio de Marie Rogêt (1842-1843), La carta robada (1844) y El
escarabajo de oro (1843). Los tres primeros fueron protagonizadas por Auguste Dupin, el
primer detective de ficción, que sirvió de modelo a uno de los personajes arquetípicos del
género, el detective Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle, quien considera dos
aspectos al resolver un crimen: se fundamenta en deducciones y se obliga a no adivinar
nada. Finalmente llega a conclusiones razonadas, como una máquina lógica perfecta.
Doyle, junto a Agatha Christie y otros autores, llevaron el género a su madurez, formando
la llamada escuela inglesa de novela policíaca, caracterizada por un desarrollo casi
matemático de la trama, centrada en la resolución del enigma a través de pistas y piezas
que deben encajarse, fórmula intelectualizada y psicológica en sus mejores momentos,
que es desenvuelta casi siempre en espacios interiores y en estratos sociales de clase alta.
Entre los ingleses merece también citarse a Wilkie Collins quien, con La piedra lunar (The
Moonstone, 1868) es considerado como uno de los precursores del género (T. S. Eliot). En
Rusia, hay que citar desde luego a Alexándr Andréyevich Shkliarevski (1837 - 1883), quien
anticipa ya el subgénero de la novela negra.
LITERATURA FANTÁSTICA.
El término literatura fantástica alude a un género narrativo basado sobre todo en los
elementos de fantasía, dentro del cual se pueden agrupar varios subgéneros, entre los
que están la literatura de terror, ciencia ficción o la literatura gótica. El término es
enormemente confuso debido a la divergencia de criterios respecto a su aplicación. Se
conoce como literatura fantástica a cualquier relato en que participan fenómenos
sobrenaturales y extraordinarios, como la magia o la intervención de criaturas
inexistentes. Esta definición resulta ineficaz, debido a que los elementos sobrenaturales
están presentes en todos los relatos mitológicos y religiosos y su presencia tiene un
carácter muy distinto del que posee en la civilización actual.

En la ya clásica Introducción a la literatura fantástica, Tzvetan Todorov definió lo


fantástico como un momento de duda de un personaje de ficción y del lector implícito de
un texto, compartido empáticamente. Los límites de la ficción fantástica estarían
marcados, entonces, por el amplio espacio de lo maravilloso, en donde se descarta el
funcionamiento racional del mundo y lo "extraño" o el "fantástico explicado", en el que los
elementos perturbadores son reducidos a meros eventos infrecuentes pero explicables.
Contra la definición amplia de lo fantástico, esta definición presenta la debilidad de ser
demasiado restrictiva. Se han propuesto diferentes reformulaciones teóricas que intentan
rescatar el núcleo de esta definición con diversas salvedades.1

Por otro lado, la crítica literaria argentina Ana María Barrenechea sostiene que la
literatura fantástica ofrece acontecimientos que van de lo cotidiano hasta lo anormal.
Estos son presentados en forma problemática para los personajes, para el narrador y para
el lector. También menciona la aparición de criaturas y elementos de fantasía y
extraordinarios.

La literatura fantástica, puede también presentarnos un objeto o personaje tomado de la


realidad, realizando acciones que en un entorno real serían descabelladas o imposibles.

Causa confusión, también, que de El señor de los anillos y Las crónicas de Narnia, y aunque
sus iniciadores son más antiguos, fundamentalmente los autores reunidos en torno al
círculo de la Puerta dorada o del Dorado amanecer, en el siglo XIX. Destacada.

Historia
En sentido amplio puede hablarse de literatura fantástica o de fantasía desde los
comienzos del hombre, en que se recitaban versos propiciatorios de
carácter sagrado o épico, para pedir la benevolencia de los dioses o celebrar las gestas de
los guerreros. En la literatura moderna se considera que comenzó con los cuentos de
hadas y la fábula, géneros nacidos para aumentar la fantasía de los adultos más que la de
los niños, aunque ahora se asocien más a la infancia.

Las obras El castillo de Otranto, escrita por Horace Walpole en 1764, y El diablo
enamorado, escrita por Jacques Cazotte en 1772, están consideradas como las primeras
novelas fantásticas. Algunos autores románticos, como E.T.A. Hoffmann y Edgar Allan Poe,
cultivaron el género, otorgándoles a sus relatos fantásticos un cariz de terror psicológico
que habría de presagiar en cierto grado el descubrimiento del inconsciente (Freud se
inspira en un relato de Hoffmann para su definición de lo siniestro) y la concepción
contemporánea de la mente como creadora de realidad, dotándola de elementos
fantásticos. Otros hitos en la historia de la literatura fantástica son Frankenstein o el
moderno Prometeo (Mary Shelley, 1818), Drácula (Bram Stoker, 1897) o El extraño caso
del doctor Jekyll y míster Hyde (R. L. Stevenson, 1886)

Ejemplos de literatura fantástica


A lo largo de la historia de la literatura fantástica, se han desarrollado grandes obras
pasando de lo más clásico hasta lo más actual, algunos ejemplos notables son:

- La Odisea. Es una fantástica narración épica en la que se refleja el desarrollo religioso,


político y cultural de Grecia, además gracias al autor de la Odisea, la épica pasa de una
forma de transmisión oral a una escrita. Con este hecho, la literatura de ese tiempo tomo
otro rumbo, ya que empezó a transmitirse por medio de las letras.

- La Eneida. Obra maestra de la literatura latina, realizada por el poeta con la intención de
glorificar a Roma, por pedido del emperador Augusto. El tema fundamental de la obra es
el esfuerzo, pues en la obra se nota claramente el empeño o esfuerzo que ponía cada
personaje para alcanzar las metas que se habían propuesto realizar de una forma u otra.

- El Señor de los Anillos. Esta obra ha influido de tal manera en toda la literatura fantástica
posterior que podría considerarse la madre de todas las sagas de fantasía del siglo XX. El
Señor de los Anillos no es solo una novela con personajes y lugares de fantasía, sino un
universo entero con su geografía, lenguas, razas e historias propias. Tolkien desarrolló ese
mundo mucho más de lo que se deja entrever en sus novelas, estableciendo las bases para
la literatura fantástica de los años venideros.

- La Rueda del Tiempo. La historia de La Rueda del Tiempo está ambientada en un mundo
fantástico ambientado a finales del siglo XVII. En las más de catorce novelas con las que
cuenta la saga (veinte en la edición española) tienen lugar innumerables tramas diferentes
y muchos personajes, que se basaron en elementos mitológicos europeos y asiáticos

- El Pesador de Tiempo. El Pesador de Tiempo es un cuento magnífico, narrado por Luisa


Mercedes Levinson junto al pintor Pérez Celis, narrador de sus imágenes. Este libro nació
de un encuentro casi fortuito y de un entusiasmo colectivo,

La novelista Luisa Mercedes Levinson y el editor Horacio Gaglianone, ambos de paso por
París se encuentran una noche en la casa de Pérez Celis. Todos hablan con mucho calor de
transmutaciones, de formas nuevas, de literatura fantástica. La reseña de Jean Cassou
sintetiza perfectamente esta obra de arte "El pesador de tiempo proviene de la misma
fabulosa y fabulista Argentina. Las ideas de sus figuras y las figuras de las ideas de
Mercedes, se compenetran con soltura". La colaboración entre los dos artistas ha
producido un verdadero momento fantástico con la sutileza imaginativa y pictórica de Don
Segundo Sombra.

COMPLEMENTOS DE LA ORACIÓN
Los complementos verbales son:

-COMPLEMENTO DIRECTO (CD)

-COMPLEMENTO INDIRECTO (CI)

-ATRIBUTO (Atr)

-COMPLEMENTO PREDICATIVO (C Pvo)

-COMPLEMENTO PREDICATIVO (C Rég) o SUPLEMENTO (Supl)

-COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL (CC)

-COMPLEMENTO AGENTE (C Ag)

COMPLEMENTO DIRECTO
El complemento directo es la parte de la oración que recibe la acción del verbo. Está
función puede ser desempeñada por:

A/ Un sintagma nominal:

Los canarios comen alpiste.

El pintor dibuja unos retratos.

B/ Un sintagma nominal precedido de la preposición a (construcción preposicional),


normalmente si se refiere a una persona:

El pintor dibuja a María.

Carmen venció a Mercedes.

C/ Una proposición subordinada sustantiva:

Me dijo que me quería.

Juan anunció que se casa en verano.


COMPLEMENTO INDIRECTO
El complemento indirecto es el complemento que designa al ser que recibe el beneficio o el
perjuicio de la acción o el proceso expresado por el verbo y el complemento directo.
Además, aparece también con los llamados verbos intransitivos, que no admiten
complemento directo. Es decir, puede aparecer tanto en oraciones transitivas como en
oraciones intransitivas.

Podemos sustituir el complemento indirecto por le, les.

Ha pedido un favor a Juan.

Le ha pedido un favor.

La función de Complemento indirecto puede estar desempeñada por:

A/ Un sintagma nominal precedido de la preposición a (construcción preposicional).

Han donado cien millones a Elena. (Transitiva)

El concierto gustó mucho al público. (Intransitiva)

B/ Los pronombres personales átonos (me, te, le, nos, os, les y se).

Tu hermano me contó un secreto.

El profesor nos dijo las respuestas.

C/ Las proposiciones subordinadas sustantivas.

Vendieron las entradas a los que más pagaron.

ATRIBUTO
El atributo es un complemento que expresa una cualidad o característica del sujeto.
Concuerda con el sujeto y con el verbo en número y persona.
La función de atributo pueden desempeñarla un sintagma nominal, un sintagma adjetival
y un sintagma preposicional.

Únicamente aparece con verbos copulativos. Los verbos copulativos por excelencia
son:SER, ESTAR y PARECER.
Aquiles es muy valiente.
Héctor está cansado.
Helena parece triste.
En algunas ocasiones –muy pocas- estos verbos no son copulativos, ya que pueden no
llevar atributo.
Mi hermano está en Italia. (CCL)
Hay otros verbos, llamados semicopulativos (verbos que, siendo predicativos, en algunos
contextos funcionan como copulativos), que a veces también pueden llevar atributo. Por
ejemplo: Quedarse atónito. Encontr
arse malhumorado. Volverse presumido. Sentirse v
iejo. Ponerse triste. Etc.
Para reconocerlo, el atributo puede ser sustituido por LO:
Tu primo es mi amigo.
Tu primo lo es.

COMPLEMENTO DE RÉGIMEN O SUPLEMENTO

El complemento de régimen verbal o suplemento aparece con ciertos verbos transitivos,


que exigen ser complementados con un sintagma nominal introducido por una
preposición impuesta por el verbo: contar con, insistir en, acostumbrarse a, confiar en,
creer en, ocuparse de, etc. .

El complemento de régimen se reconoce por las siguientes características:

A/ Su preposición está determinada por el verbo, por lo que no se puede suprimir sin
afectar el significado del verbo.
B/ A diferencia de los complementos directo e indirecto, no se puede sustituir por un
pronombre personal átono, sino por un pronombre tónico precedido de la
correspondiente preposición:
Confía en tus posibilidades.
Confía en ello.
C/ Se distingue del complemento circunstancial en que no puede suprimirse ni ser
sustituido por un adverbio.
D/Se puede identificar haciéndole al verbo la pregunta ¿qué? precedida de la
preposicióncorrespondiente:
¿En qué?
En tus posibilidades
Algunos verbos que aceptan complemento de régimen son:
acordarse de, acostumbrar(se) a, advertir de, alegrarse de, asustarse de, avisar de, casarse
con, cegarse con, comprometerse con, confiar en, contar con, convencer de, creer en,
cuidar de, depender de, desligarse de, disponer de, enamorarse de, entrometerse en,
enzarzarse en, fijarse en, incautarse de, incomodarse con, influir en, etc.

COMPLEMENTO PREDICATIVO
Se llama complemento predicativo a una función sintáctica en la que se mezclan dos
funciones:
1.-La de atributo de un sustantivo o pronombre.
2.-La de complemento circunstancial de un verbo.
Por ejemplo:
El chico llegó cansado.
Los segadores trabajan contentos.
Por tanto, el predicativo es un tipo especial de complemento que refiere a dos
complementos de la oración:
A) Al verbo y al sujeto (debe concordar con ambos):
La mujer llegó exhausta.
(El predicativo exhausta concuerda con el sujeto la mujer y complementa al verbo llegó).
O bien:
B) Al verbo y al complemento directo (debe concordar con ambos):
El chico encontró agradable su sabor.
(El predicativo agradable complementa al verbo encontró y al complemento directo su
sabor).
Entonces, está claro que el complemento predicativo es un complemento parecido al
atributo, pero se diferencia de éste porque el atributo see construye con verbos
copulativos (ser, estar, parecer), aparece en oraciones atributivas y puede conmutarse
por el pronombre “lo“, mientras que el complemento predicativo no conmuta por “lo”, y
suele responder a la pregunta “cómo“, por lo que puede confundirse con un complemento
circunstancial de modo.
Para comprobar si estamos ante un predicativo o un complemento circunstancial,
debemos comprobar si el complemento concuerda con el nombre al que complementa y
si es así, será predicativo:
Los niños pasean alegres(C.Pvo)
Los niños leen rápido. (CCM)

COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
El complemento circunstancial tiene la función de expresar las circunstancias de la acción
verbal indicando el lugar, tiempo, modo, etc, y acompaña siempre al verbo.
Normalmente, la función de complemento circunstancial la suele realizar un sintagma
preposicional, un sintagma adverbial, un sintagma nominal o una subordinada adverbial.

Su presencia no es obligatoria. Si se suprime, la frase sigue siendo gramatical, aunque se


empobrezca su significado.

El Complemento Circunstancial puede ser:


Tiempo: Llegará esta noche (¿cuándo?)
Lugar: Juegan en el estadio (¿dónde?)
Modo: Realizó el examen muy bien (¿cómo?)
Instrumento: Apretó la tuerca con la llave inglesa (¿con qué?)
Cantidad: He comido más de la cuenta (¿cuánto?).
Compañía: Me fui de vacaciones con mis amigos. (¿con quién?)
Causa: Se suspendió la excursión por el mal tiempo. (¿por qué?)
Finalidad: Debo estudiar para el examen. (¿para qué?)
Afirmación: María sí ha aprobado.
Negación: No saldré esta noche.
Los complementos circunstanciales de afirmación y negación no responden a ninguna
pregunta concreta.

EL COMPLEMENTO AGENTE
El complemento agente es el complemento del verbo que nombra al ser que realiza la
acción en las oraciones que tienen como núcleo del predicado un verbo en voz pasiva, y
por lo tanto, un sujeto paciente:
El premio fue entregado por Penélope Cruz.

Reconocemos el complemento agente porque:


A/ Es un sintagma introducido por la preposición por:
Las manzanas son comidas por Pedro.

PREFIJO

término latino “praefixus”, que puede traducirse como “sobre puesto”, es la palabra de la
que deriva el actual “prefijo” que ahora vamos a proceder a analizar. En concreto, aquella
se encuentra conformada por dos partes diferenciadas: “pre”, que es equivalente a
“antes”, y el verbo “figere”, que es sinónimo de “fijar”.

Un prefijo es un afijo, un elemento gramatical que se adhiere a un término para cambiar


su significado. En el caso de los prefijos, se anteponen a la palabra que se desea
modificar. Los sufijos, en cambio, son los afijos que se colocan al finalizar la palabra.
El prefijo, por lo tanto, es un afijo antepuesto que crea una palabra derivada. De esta
manera, el prefijo inter se puede sumar a un término para especificar que se encuentra
entre medio de algo. Por ejemplo: intermedio, intercomunicador (“Quiero la caja de
tamaño intermedio”, “Tenemos que llamar al departamento técnico: el intercomunicador
no funciona”.
En nuestra lengua, existen numerosos prefijos, la mayoría de ellos con origen en el latín o
el griego. Algunos indican un número o una cantidad, como cuadri o penta (“El boxeador
británico subió al cuadrilátero y escuchó una ovación”, “No sé dónde ubicar la clave de sol
en el pentagrama”).

Sufijo
vocablo latino suffixus derivó en sufijo, un concepto que se emplea en la gramática para
nombrar al afijo que se añade en el final de una palabra. Un afijo, por su parte, es
una secuencia lingüística que altera el significado de un término.

Los sufijos, por lo tanto, son afijos que se posponen, a diferencia de los prefijos (que se
ponen por delante de la palabra). Esto quiere decir que el sufijo se ubica después de la raíz
o del lexema.
Conocer los diferentes tipos de sufijos que existen en nuestra lengua es sumamente
importante, ya que nos puede traer varios beneficios. Por un lado, nos ayuda a deducir el
significado de una palabra desconocida para nosotros; por ejemplo, la primera vez que
nos encontramos con el término «animación» sabremos que se trata de una acción, y que
no puede ser un adjetivo, como sí ocurre con «animada», aunque ambas pertenezcan a la
misma familia.

El estudio de la etimologíatambién requiere del dominio de este y otros conceptos, como


ser los prefijos, ya que acarrea la descomposición de las palabras en todas sus partes para
intentar hallar el origen y la evolución de su significado desde la primera lengua en la que
se concibió hasta llegar al castellano, en nuestro caso.

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